Gegargas - Mi Vida en Tus Manos
Gegargas - Mi Vida en Tus Manos
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This story was first published on October 8th, 2010, and was last updated on
March 10th, 2012.
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feature requests etc. to [email protected].
Table of Contents
Summary
1. Intoduccion
2. Capitulo 1
3. Capitulo 2
4. Capitulo 3
5. Capitulo 4
6. Capitulo 5
7. Capitulo 6
8. Capitulo 7
9. Capitulo 8
10. Capitulo 9
11. Capitulo 10
12. Capitulo 11
13. Capitulo 12
14. Capitulo 13
15. Capitulo 14
16. Capitulo 15
17. Capitulo 16
18. Capitulo 17
19. Capitulo 18
20. Capitulo 19
21. Capitulo 20
22. Capitulo 21
23. Capitulo 22
24. Capitulo 23
25. Capitulo 24
26. Capitulo 25
27. Capitulo 26
28. Capitulo 27
-3-
29. Capitulo 28
30. Capitulo 29
31. Capitulo 30
32. Capitulo 31
33. Capitulo 32
34. Capitulo 33
35. Capitulo 34
36. Capitulo 35
37. Capitulo 36
38. Capitulo 37
39. Capitulo 38
40. Capitulo 39
41. Capitulo 40
42. Capitulo 41
43. Capitulo 42
44. Capitulo 43
45. Capitulo 44
46. Capitulo 45
47. Capitulo 46
48. Capitulo 47
49. Capitulo 48
50. Capitulo 49
51. EPILOGO
52. Aviso
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Summary
-5-
Intoduccion
INTRODUCCIÓN
Hasta hace apenas un mes vivía con mi hermano Emmet y su novia Rosalie, pero
necesitaban intimidad o mejor dicho, la necesitaba yo. Se querían demasiado para
compartir apartamento con ellos.
Ahorre varios meses antes de dar el gran salto. Mi sueño era vivir cerca de la
playa pero todo era demasiado caro.
El semestre había sido bastante angustiante, ya que había estado tenido que
combinar mi trabajo en Cam&Plus con el master en Fisioterapia de rehabilitación.
-6-
Capitulo 1
CAPITULO 1
- Buenos días Sr. Cam, ¿Puedo ayudarle en algo?- intenté ocultar mis nervios.
- No, bueno si. Necesito que sustituyas a mi hijo hoy- bien, James había vuelto a
liarla.
El hijo del Sr. Cam era James. Había sido compañero en la facultad, aunque era
mayor que yo dos años. James era buena persona pero…un poco loco. Había
estudiado fisioterapia casi sin otra opción, su padre era…estricto, poco tolerante y
bastante engreído, entre otros calificativos.
No era la primera vez que ocurría que James desaparecía dos días a causa de
alguna juerga nocturna, aunque el Sr. Cam intentara hacernos creer que estaba
enfermo.
- No hay ningún problema Sr. Cam, ahora mismo me iré para allá
- Gracias Isabella- dijo dándome la lista de pacientes- Por favor ponte el uniforme
-7-
rosa,
Genial, siempre usaba el negro, era mi preferido ya que era más unisex, el rosa
era más…incomodo, me sentía como la pantera rosa o como un chicle Chein.
Dicho eso, cogí mi maletín y tomé todo lo necesario para empezar un duro día de
trabajo.
Miré mi lista de pacientes y el primero era a las 10, justo dentro de 10 minutos
exactamente. Su nombre era Esme Cullen.
- Buenos días, mi nombre es Esme Cullen- era una mujer muy atractiva, aunque
tenía los ojos tristes.
Tenía sobre carga en la espalda y necesitaba liberar tensiones, algo bastante fácil
para mí. Me estuvo contando que era decoradora. Era una mujer encantadora.
- De acuerdo Esme, pues entonces llámeme Bella- le sonreí mientras recogía las
toallas.
- ¿No podrías venir tu siempre?- al decirme eso me ruboricé- Verás el chico que
viene siempre lo hace bien pero…tú le pones más interés.
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- Me encantaría Esme pero…bueno él es el encargado de ir a los diferentes sitios.
Yo estoy en la clínica- le expliqué- Hoy lo sustituí pues está enfermo.
- ¿De verdad? – asentí. Estaba muy sorprendida y no era nada del otro mundo.
Tomé mi listado y era verdad. Su nombre era Carlisle Cullen. Cuando le dí paso,
entró. Era un hombre bastante atractivo, rubio, pero…le ocurría igual que a su
mujer, sus ojos reflejaban tristeza.
- Carlisle mira ella es Bella, sustituye al chico que está siempre y…es muy buena.
- Encantado de conocerte Bella- me ofreció su mano. Esta familia era muy amable.
Él tenía una lesión en la región lumbar, por lo que tuve que emplear más fuerza, a
parte de unas agujas de acupuntura.
Esme me estuvo contando que era abogado y que pasaba muchas horas sentado.
- Carlisle, debe evitar hacer movimientos bruscos con su cintura por un tiempo. El
Paddle aunque es un deporte suave, es inevitable hacer movimientos bruscos con la
cintura. A parte, muchas veces, es ineludible dar zapatazos haciendo que la tensión
suba hasta la región lumbar- ambos me escuchaban como si estuviera descubriendo
el mundo, y no pude evitar sonreírles.
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Tanto Carlisle como Esme me entregaron sus tarjetas para lo que necesitase.
Realmente estaba confundida, pensé que iba a encontrar personas estiradas y
desagradables y fue todo lo contrario. Bella, debes hacer más vida social, me regañé
a mi misma.
Tras el masaje que me dio Bella me quedé totalmente relajada. Esta chica, con sus
manos había conseguido aliviar todo el dolor que no me había quitado James en
semanas.
Por suerte, había conseguido que Carlisle accediese a darse un masaje para
intentar aliviar sus lumbares. Pasaba mucho tiempo en el bufete sentado y cuando
no era allí, iba a casa de nuestro hijo para ayudar a Jacob a moverlo y cambiarlo de
posturas, y eso lo tenía destrozado.
Cuando le dio el masaje a mi marido, el quedó tan maravillado como yo. Había
conseguido aliviarlo casi al 100%, a parte le dio varios consejos y ejercicios de
estiramientos para hacer.
Cuando salimos de esa sala, ambos nos miramos pensado lo mismo, aún así no
dijimos nada. Necesitábamos tiempo para razonarlo.
- Carlisle… ¿Has pensado lo mismo que yo?- le pregunté mirándolo a los ojos.
- Si pero…
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- Carlisle, debemos intentarlo. No perdemos nada y podemos ganar mucho. Estoy
desesperada, quiero recuperar a mi hijo.
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Capitulo 2
Aprovecho para daros las gracias, a todas aquellas personas que me habeis
puesto alertas sobre mi fic y las que lo habeis añadido a vuestros favoritos.
Si esta tarde tengo un ratillo volveré a subir otro capi.
CAPITULO 2
CARLISLE
- Hola buenos días, queríamos hablar con el gerente por favor- le dije a la chica de
recepción.
- ¿Tienen cita?- no podía decirnos eso ahora. Necesitaba saber algo hoy.
- No- miré a Esme viendo en sus ojos el mismo temor que yo tenía- pero…podemos
esperar hasta que tenga un hueco. Mi nombre es Carlisle Cullen, soy socio del Club
de Paddle Florida- le dije entregándole una tarjeta
- No es eso, al revés, hemos venido para decirle lo contento que quedamos ayer
con…Bella- el hombre abrió sus ojos al máximo.
- Si, es una chica encantadora, y…es muy buena en su trabajo. El otro chico no es
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malo pero…no siente su trabajo igual.- apuntó Esme
- Bueno, mi hijo es…- Bien Esme has metido la pata al máximo, pensé en mi
interior por lo que me apresuré a arreglarlo.
- Según los informes médicos, tiene una lesión en varias vértebras pero…necesita
rehabilitación para poder moverse. Se ha sumido en una gran depresión y…lleva
más de un año empotrado en una cama. Hemos pensado que quizás Bella…
- Sr. Cullen, tenemos a profesionales más preparados que ella. Mi hijo ha hecho
varios masters…- Este hombre quería vendernos a su hijo, y todos los presentes allí
sabíamos que ese chico podría ser bueno en muchas cosas pero en dar
masajes…nada de nada
- Sr. Cullen quizás eso se deba a que ya llevaba varias sesiones. Le digo por
experiencia que los daños no se van con una sola sesión
- Está bien Sr. Cullen, solo le recomendaba por propia experiencia- se disculpó.
- Por eso no habrá ningún problema. Ella es una trabajadora, tendrá que ir a
donde yo la mande- Genial este tío era un negrero.
Llamó por teléfono a la chica que nos había recibido en la puerta, para
preguntarle si Bella había llegado. Al parecer si lo había hecho, por lo que mandó a
avisarla.
- Hola Bella- Esme se acercó hasta ella y la besó en la mejilla. Ella estaba perpleja.
- ¿Ha ocurrido algo? ¿Se sienten bien?- se preocupó. Cuando fui a responder el
déspota me adelantó.
- Dínoslo tú- Bella nos miró asustada. Yo no la iba a hacer sufrir, ese hombre era
intragable.
RESUMEN ACONTECIDO
Cuando nos avisaron que Edward había tenido un accidente de tráfico, no nos lo
creíamos. Él siempre había sido muy responsable al volante, pero…lo que no
tuvimos en cuenta es que él no va solo por la carretera, por tanto eso le puede pasar
a cualquiera. El conductor de un camión se quedó dormido al volante, colisionando y
expulsando de la carretera al coche de mi hijo.
Edward no iba solo, iba con Sam Ulley, compañero de trabajo, y venían de un
juicio que se había celebrado en otra ciudad. Edward, al igual que yo, también era
abogado.
Pasó varios meses en coma, y pensamos que no saldría adelante pero finalmente
despertó. Sam no tuvo tanta suerte como mi hijo, muriendo en el acto el día del
accidente.
Todo esto supuso para Edward la muerte en vida. Se sentía responsable por lo que
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había pasado, y se negó a someterse a ningún tipo de tratamiento para recuperar su
movilidad. Lo aceptó como castigo por no haber muerto junto a Sam.
Edward, no había querido oír hablar de recuperarse. Vivía sumido en una cama, la
cual no abandonaba para nada.
Jacob, un ATS especializado en casos como el de nuestro hijo, vivía con él, y lo
cuidaba. Excepto un día a la semana que libraba y algunas tardes o mañana, que lo
relevábamos para que hiciera su vida.
Mi familia estaba destrozada. Esme, vivía para y por Edward, Alice, mi otra hija,
pasaba muchas horas con Edward junto a Jasper su marido y yo…yo me cambiaria
por él. No quería que mi hijo viviera así, era un infierno.
FIN DE RESUMEN
- Bella… ¿te crees capaz de poder ayudar a nuestro hijo?- Ella nos miró una
expresión muy dulce en su cara, aunque con un poco de miedo.
- Yo si me veo capaz, lo que no sé si soy la candidata idónea para ello. Sé que hay
compañeros más preparados…- Esme no la dejó terminar.
- Bella…queremos que seas tú, si tú quieres claro- Dijo Esme tomándole las
manos.
- Yo…si quiero. Claro que quiero. Ojala yo pueda ayudar a…Edward- al decir eso
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Esme la abrazó.
BELLA
Cuando Leah me avisó que el Sr. Cam quería verme de nuevo en su despecho
bufé. ¿A dónde me iba a mandar hoy?
Desde que había estado trabajando, había tenido que cubrir a James en una casa
para la Tercera Edad, en un Club de motos y en el Club de Paddle, que hasta ahora
fue el mejor sitio, ¿A dónde me tocaría ir hoy?
- ¿Ha ocurrido algo? ¿Se sienten bien?- pregunté intentando averiguar lo sucedido
- Dínoslo tú- por la reacción del Sr. Cam, sabía que ocurría algo pero los Cullen
demostraban otra cosa, ellos me sonreían.
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Capitulo 3
CAPITULO 3
- Bella… ¿Te ves capaz de poder ayudar a nuestro hijo?- Me preguntó Carlisle
angustiado, haciendo que una pena recorriera mi cuerpo.
Realmente no sabía si estaba preparada para eso. Era una responsabilidad muy
grande. Ese chico no querrá ni verme aparecer por allí pero…quería intentarlo,
necesitaba intentarlo.
Durante mis años de estudio, me había preparado para ello. Durante mis cinco
años de universidad, no solo había aprendido fisioterapia, también me habían
enseñado, psicología para tratar a un enfermo así.
Antes de decir mi respuesta, miré al Sr. Cam. Sabía que estaba molesto porque la
oferta fuera para mí, pero…no me importó.
- Bella…queremos que seas tú, si quieres claro- Me dijo Esme cogiéndome las
manos
- Yo…si quiero. Claro que quiero. Ojalá yo pueda ayudar a…Edward- Esme me
abrazó y yo no pude hacer más que devolverle el abrazo. Era una mujer muy dulce.
- No, claro que no, creo que es justo- sabía que por debajo de la mesa se frotaba
las manos pensando en el dinero que sacaría a los Cullen.
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aquí de lunes a viernes.
Mientras ellos acordaban los términos del contrato, Esme me apartó de ellos.
- Bella…me gustaría que vinieras a cenar esta noche a casa ¿podrías?- ¿Yo? ¿A
cenar con ellos? Ella vio mi sorpresa y prosiguió- Mi hija Alice, viene esta noche con
su marido a casa y me gustaría que te conocieran, ella es la melliza de Edward.
- Si quieres…puedes decirle a tu novio que te acompañe- mi novio, ja, creo que esa
palabra no entraba en mi diccionario. A mi solo se acercaban patanes, por lo que
decidí tomarme un tiempo de reflexión.
- Pues si quieres venir con alguien no tienes ningún problema, puedes hacerlo-
Pensé en Emmet pero…preferí no hacerlo. Mi hermano y mi trabajo…era mejor no
mezclarlos si quería conservarlo.
Cuando me desperté, recordé otro problema. ¿Qué ponerme? Fui hasta mi armario
y descubrí que hacía tiempo que no me compraba ropa.
Saqué varios vaqueros que tenía reservado para ocasiones "especiales" es decir, ir
al médico y por fin elegí unos oscuros. Ahora venía la segunda parte, que ponerme
por arriba. Casi toda mi ropa era oscura por tanto en color…no había mucho donde
elegir. Finalmente me decanté por un jersey negro con una cazadora negra también.
Cuando estuve lista, tomé mi bolso y me puse en marcha. Había acordado con
Esme que llegaría a su casa sobre las 20.30 y así fue.
Al adentrarme por aquel camino, creí que me había perdido, pero…no. Pronto
encontré un vallado y una placa que ponía "Casa Cullen". Presioné el porterillo con
cámara y la cancela se abrió.
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Su casa estaba apartada del bullicio de la ciudad, en una zona boscosa.
- Alice, Jasper, ella es Bella.- Los tres nos saludamos antes de entrar en la casa.
Entramos en la casa y no pude evitar sorprenderme. Por dentro era aún más
impresionante.
Esme me condujo hasta un salón donde nos sentamos Alice, Esme y yo, a charlar.
Alice era diseñadora de moda y tenía su propio estudio de diseño, Jasper era
arquitecto. Carlisle y Jasper charlaban de otros asuntos junto al ventanal.
- Bella…me alegro que hayas aceptado. Mi madre me ha contado que tienes unas
manos milagrosas- sonrió a la vez que yo me ruborizaba.
Pronto nos avisaron para cenar. En esta casa, había personal de servicio.
La cena fue muy agradable. Hablamos de muchos temas y también reímos. Alice
era una chica muy divertida. Eran una familia encantadora y se les veía muy unidos.
Lo peor fue cuando hablamos de Edward.
- Supongo, para nadie tiene que ser fácil perder una vida de la noche a la mañana.
Durante la carrera estudié un poco de psicología a la hora de afrontar enfermos con
traumas. Realmente nunca…he puesto en práctica estos conocimientos pero…
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- Sabemos que lo harás genial- apuntó Esme- Eres una chica dulce, paciente,
bueno… mejor dicho muy paciente pues…con el jefe que tienes- rió, y yo puse mis
ojos en blanco. Que me iba a contar a mí de George Cam que no supiera.
- Pues la verdad es que Esme y Carlisle no exageraron cuando nos contaron como
eras- dijo Jasper- creo que se quedaron cortos en halagos- sin poder evitarlo me
volví a ruborizar. No estaba acostumbrada a tantas adulaciones.
- Bueno…creo que…ha sido suficiente por hoy, vamos a asustar a Bella- rió
Carlisle
- Aún así Bella. Estamos muy agradecidos por darle a nuestro hijo esta
oportunidad- me dijo Esme.
El resto del fin de semana, lo aproveché para hacer las tareas de la casa, que no
hacía de lunes a viernes, a parte de abastecer mi frigorífico.
Yo accedí con una única condición, que dejasen de traerme citas sorpresas a la
cena. Últimamente, a cada cena que me invitaban, misteriosamente traían a un
chico con ellos. Rose añadía que pasaba mucho tiempo sola y que necesitaba
compañía, pero…ella no se daba cuenta que yo prefería estar así. Siempre había
pensado que el día que encontrase el amor, lo haría como todo el mundo, de forma
casual.
Les conté mi nuevo reto, y ambos me miraron como si de una loca me tratase.
- Emm yo estoy con Bella. Además ese chico es inofensivo…- Rosalie siempre con
tanto tacto. Por eso era el alma gemela de mi hermano.
Aún así, ambos me apoyaron. Eran mi única familia en Florida, ya que mis padres
vivían en Forks.
Ambos eran mis mejores amigos y siempre podía contar con ellos.
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No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?
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Capitulo 4
Aprovecho tambien para invitaros a pasar por mi otro fic "La chica de
Forks". Es un fic divertido pero con su punto de drama.
CAPITULO 4
Cuando me levanté dudé entre vestirme con ropa de calle o con ropa de trabajo,
pero…finalmente iría con ropa de calle, así lo asustaría menos.
Cogí mi maleta, donde llevaba todo lo necesario para realizar mi trabajo, toallas,
gel, aceites, aunque sabía que hoy no los usaría.
El apartamento de Edward era el último. Era tan increíble como la casa de los
Cullen. Cuando llegamos, Jacob ya nos esperaba.
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Jake era un chico joven, más o menos de mi edad. Era bastante guapo.
- Si…lo sé- suspiré- Me gustaría hacerte una pregunta… ¿Puedo?- Jacob asintió-
¿como es tu relación con él? – sabía que eso no significaba nada, conmigo no sería
igual pero…quería tantear el terreno.
- Pues…no hay relación. Él acepta mi presencia porque sabe que soy necesario
para él. No se mueve, y me necesita para alimentarse y…para vivir- hizo una breve
pausa- muchas veces le cuento cosas, aunque no sé si realmente me escucha. Me
habla cuando es necesario.
- ¿Me podéis dejar a solas con él?- les pedí sabiendo que así no avanzaríamos
nada.
- Si, claro, nosotros ya nos íbamos. Nuestras obligaciones nos llaman- dijo Carlisle.
Yo sabía que hablaba, pues Esme me había contado, y también sabía que cuando
algo no le gustaba o cuando se sentía molesto, no hablaba ni siquiera te miraba.
Como era el caso en este momento.
- Bueno…pues…creo que nos hemos quedado solos- le dije para romper el hielo- es
una pena que…no me mires…me sentiría mejor si…bueno…no siéntese que estoy
hablando para la pared- sonreí- Ya sabes como me llamo- había ensayado mucho en
el fin de semana pero…ahora me parecía que todas las cosas que tenía pensado
decirle, ninguna tenía sentido- te habrán contado tus padres que soy fisioterapeuta,
aunque la gente piense que me dedico a meter mano a los demás- sonreí- pero…no
los creas no es así. ¿Me pagarían si fuera así?- genial Bella estás haciendo un
monólogo sobre tu trabajo- Bueno…tienes una casa muy bonita- le dije para cambiar
de tema- la mía es…como tu habitación- ¿Qué más le decía? Tras una breve pausa
para tomar aire continué- Edward…sé o mejor dicho me imagino o eso intento, por
lo que estás pasando, pero…hay gente que te quiere ayudar. Yo nunca voy a hacer
nada que tú no quieras. No vengo a fastidiarte ni para hacerte sentir mal, eso es lo
último que haría en mi vida. Me encantaría ayudarte a recuperar movilidad y creo
que podemos conseguirlo juntos. Por mucho que yo haga, si tú no pones tu granito
de arena, no sirve de nada.
Sin decir más, me senté en un sillón que había allí. Quería que se acostumbrara a
mi presencia, a mi voz. Quería que no me sintiera como una amenaza.
- Vaya marcha ¿no?- rió- Bueno pues…yo vengo a desayunar con Edward y contigo
si se te apetece- tenía bastante hambre pero…no quería incomodar a Edward. Le iba
a dar una tregua de media hora para que desayunase tranquilamente sin mi
presencia allí. Eso era uno de los pilares, no forzar la máquina.
- Gracias pero…saldré un rato al salón. Estoy sufriendo por Edward, lleva varias
horas con el cuello en la mis postura y…le va a doler- no estaba mintiendo, su cara
solo miraba para el ventanal de su habitación.
Dicho eso salí para el salón. Un olor increíble venía desde la cocina y aproveché
para ir y desayunar algo.
EDWARD
Cada día que pasaba, era una tortura. ¿Por qué tenía que vivir así? ¿No era
suficiente el deseo de una persona para morir? Al parecer no.
Ese día como muchos otros, aparecieron mis padres por casa para visitarme.
Sabía que algo extraño pasaba, ya que nunca venían los días entre semana los dos
juntos, y menos a esa hora ya que ambos trabajaban.
- Papá, ya hablamos de eso. Os dije que no quería que nadie me ayudase así ni de
ninguna otra manera, creo que no me entendéis.
- Edward, el que no nos entiendes eres tú- me dijo mi madre enfadada- ¿no te das
cuenta que sufrimos de verte así?- por eso prefería morirme- Si realmente no
pudieras moverte no te daríamos falsas esperanzas pero sabemos que puedes y no
vamos a dejarte que vivas así ¿entiendes? Hemos encontrado a una persona que
puede ayudarte y no vamos a perder la oportunidad.
- ¿Por que no me dejáis decidir a mi que hacer con mi vida? Estoy cansado de que
todos opinéis y decidáis sobre algo que no os….
- No te voy a permitir que diga que no nos incumbe- me interrumpió mi padre- Por
Dios Edward, eres nuestro hijo. ¿Crees que vamos a tirar la toalla?- yo sabía que no.
- Carlisle vamos a buscar a Bella, estamos tardando mucho y…- ¿Bella? Genial,
ahora me había traído a una tipa, que vendría a sacarle el dinero con promesas que
nunca cumpliría
Giré mi cara hacia el lado contrario a la puerta, demasiado tenía con vivir esa vida
como para también tener que morirme de susto cuando la viera entrar. Pude
escuchar como unos pasos se aproximaban y como a continuación, un olor a fresias,
inundaba mi habitación. En ese momento quise girar mi cabeza para saber de donde
venía ese magnifico olor, pero me contuve.
- 27 -
Capitulo 5
N/A: todo lo que vaya entre "" será porque lo dice en otro idioma, en este
caso ella está aprendiendo español
CAPITULO 5
- Edward…ella es Bella ¿No quieres mirarla?- dijo mi padre como si nada hubiera
pasado hace unos minutos. No contesté.
- ¿Me podéis dejar a solas con él?- estaba perdiendo su tiempo si pensaba que iba
a conseguir algo.
- Si, claro, nosotros ya nos íbamos. Nuestras obligaciones nos llaman- dijo mi
padre.
- Bueno…pues…creo que nos hemos quedado solos- tenía una voz dulce- es una
pena que…no me mires…me sentiría mejor si…bueno…no sintiese que estoy
hablando para la pared- pude escuchar como sonreía- Ya sabes como me llamo. Te
habrán contado tus padres que soy fisioterapeuta, aunque la gente piense que me
dedico a meter mano a los demás- sonrió. ¿De donde había salido esa chica?-
pero…no los creas no es así. ¿Me pagarían si fuera así?- parecía tener una
conversación consigo misma, al menos era graciosa- Bueno…tienes una casa muy
bonita, la mía es…como tu habitación- yo seguí sin inmutarme y más de una vez,
quise cerrar los ojos para evitar mirarla, me estaba entrando curiosidad-
Edward…sé o mejor dicho me imagino o eso intento, por lo que estás pasando,
pero…hay gente que te quiere ayudar- parece que no sabía que no quería ayuda-. Yo
nunca voy a hacer, nada que tú no quieras. No vengo a fastidiarte ni para hacerte
sentir mal, eso es lo último que haría en mi vida- Pues si es así ¿Por qué no se
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marchaba?- Me encantaría ayudarte a recuperar movilidad y creo que podemos
conseguirlo juntos. Por mucho que yo haga, si tú no pones tu granito de arena, no
sirve de nada.
Era muy gracioso ver de reojo como la expresión de su cara iba cambiando con
sus pensamientos. Era una chica muy bonita y simpática pero…no me podía ayudar
o mejor dicho, no quería que lo hiciera. Me había tocado vivir así y así me quedaría.
- Ya decía yo que escuchaba mucho ruido. Pensé que habíais montado una fiesta
sin mi- Jacob le siguió la broma, parecía estar más contento que otros días, al
parecer tener compañía femenina le había alegrado el día.
- Vaya marcha ¿no?- rió- Bueno pues…yo vengo a desayunar con Edward y contigo
si se te apetece- bien…perdería el desayuno, no iba a dejar que nadie viera como
otro me tenía que alimentar.
- Gracias pero…saldré un rato al salón. Estoy sufriendo por Edward, lleva varias
horas con el cuello en la mis postura y…le va a doler- al escuchar eso, tuve que
contenerme por no reír. Estaba en lo cierto, mi cuello estaba en las últimas. Era muy
observadora.
Tras decir eso, salió de la habitación con lo que me relajé. Jacob salió un momento
y al segundo volvió con una bandeja con mi desayuno.
- 29 -
- Edward…tú odias la comida basura, el bollo de chocolate lo es.
- Edward…no seas tonto, déjate ayudar. Puedes mejorar la calidad de vida, podrás
comer solo, podrás salir…- no lo dejé acabar.
- ¿Y quién dice que eso mejora mi calidad de vida? No quiero hacerlo Jacob, por
favor no insistas o haré contigo igual que con ella, ignorarte.
- Genial entonces…esa es la treta que usarás con ella ¿no? Pues siento decirte que
no sabes lo que te pierdes, es una chica muy guapa y…
- No es eso, o bueno, si puede ser que en parte sea eso pero…yo me refería a que
es una buena chica. Dejarte sobar por una chica así tiene que ser…- Jacob estaba
demostrando la teoría que tenía Bella sobre lo que pensaba la gente de su trabajo,
realmente era una chica muy interesante.
Las semanas pasaban y Bella seguía viniendo a verme como cada día.
Yo seguía en mis treces, me pasaba las horas mirando hacia la ventana, mientras
ella me leía el periódico comentando las noticias de un modo bastante divertido,
sabiendo que yo la escuchaba. Ella siempre lo sabía.
Nunca había estado tan al día como esas semanas. A la hora del desayuno, se salía
de la habitación, para darme intimidad, era muy considerada y eso era algo que le
agradecía, aunque fuera de una forma silenciosa
Hoy hacia dos meses desde que vino por primera vez a casa y vino cargada de
libros.
Realmente Jacob tenía razón, Bella era una chica muy bonita.
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Tenía la piel blanca, como yo. De su pelo castaño, caían grandes ondas que le
daban un toque especial. Tenía unos grandiosos ojos color chocolate. Su boca era
preciosa. Su labio superior era un poco mayor que el inferior dándole un toque
especial.
Al mirarla pude ver como los libros que traía eran para aprender español y no
pude evitar sonreír sin que me viera.
- Bien, a ver Bella céntrate, vas a suspender lo tienes asumido pero…que mejor
forma de hacerlo que con dignidad- ella misma se animaba, era muy graciosa- ¿Qué
diferencia haya entre "vaca" y "baca"? yo las veo igual solo varía una letra- ¿Qué era
igual? Realmente si iba a suspender- "vaca" es un animal, es la hembra del toro.
Vale "vaca" "vaca" "vaca" "toro" Ya no lo olvido- Cerró sus ojos fuertemente
intentándolo grabar en su mente- Vale, ahora la frase. "El vaca corre por el bosco"-
sin poder evitarlo sonreí. ¿"El vaca corre por el bosco"? Esta chica iba a crear un
nuevo idioma, el span-english.- Si tanta gracia te hace me podrías decir como es- eso
me dejó fuera de juego, ella me había visto sonreír.
BELLA
Llevaba dos meses acudiendo a esa casa y no había conseguido avanzar nada.
Edward seguía sin mirarme, excepto varias veces que lo había pillado haciéndolo de
soslayo.
Había echo casi de todo. Leer el periódico de cabo a rabo en voz alta, con sus
consiguientes comentarios por mi parte, había puesto música clásica, etc y no había
conseguido nada.
- Bien, a ver Bella céntrate, vas a suspender lo tienes asumido pero…que mejor
forma de hacerlo que con dignidad- era mentira no tenía ningún examen, yo era mi
propia profesora, pero sabía que Edward me escuchaba- ¿Qué diferencia haya entre
"vaca" y "baca"? yo las veo igual solo varía una letra- eso si era verdad no lo
entendía- "vaca" es un animal, es la hembra del toro. Vale "vaca" "vaca" "vaca"
"toro" Ya no lo olvido- Cerré fuertemente mis ojos intentando asignar la imagen de
una vaca para la palabra "vaca"- Vale, ahora la frase. "El vaca corre por el bosco"-
no había sonado muy bien, yo lo sabía, pero sonó lo mejor había dicho en la vida
cuando vi que una sonrisa se escapaba de la boca de Edward.
Debía aprovechar la oportunidad para hacerle saber que lo había visto, debía
romper el hielo entre nosotros.
- Si tanta gracia te hace me podrías decir como es- al decirle eso se contrajo. Pude
saberlo por la expresión de su cara- "El vaco corre por el bosco"- volví a decir, pero
esta vez no hubo respuesta, pero para mi había sido suficiente con esa sonrisa, al
menos sabía que me escuchaba.
Ese día me fui un poco más feliz a casa. Después de casi dos meses, sin ni
siquiera, una muestra de interés…esa sonrisa había sido un gran soplo de aire para
mis viciados pulmones.
Esa tarde me dediqué a escuchar CDs sobre español. ¿Realmente eran tan malo
mi acento? No Bella malo no es, es horrible. Hasta Edward se rió de mí.
- Hola Edward- le saludé como todas las mañanas sin recibir respuesta por su
parte, como siempre- que sepas que ayer en la tarde estuve escuchando CDs sobre
español. "La vaca corre por el bosque"- le dije muy segura de mi misma, él volvió a
sonreír pero esta vez no ocultó su sonrisa, y casi me da un infarto. Tenía una sonrisa
preciosa y no entendía por que trataba de ocultarla.
Fui hasta la mesa para dejar mi bolso y vi mi cuaderno de actividades abierto por
donde lo dejé el día anterior, con anotaciones en los márgenes. Sin poder evitarlo
miré a Edward incrédula. No, no era posible, Edward no podía escribir, él no podía
mover sus manos.
Seguro que había sido Jacob, que lo habría visto y le habían dolido los ojos ante
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tremendas burradas.
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Capitulo 6
Millones de graciar por todas las alertas, los review y el apoyo que me
habeis brindado. Os dejo el siguiente capi.
CAPITULO 6
- No me las des a mí. Yo solo escribí- al decirme eso jadeé- No entiendo ni papa de
español- me dijo señalándome a Edward con la cabeza.
- Mmm...- no sabía que decir me había quedado sin habla- gracias Edward…sé que
soy patética con el español- él no me respondió aunque si supe que me había
escuchado. Volví a mirar a Jake que aún estaba con la bandeja en sus manos- Ups
perdón, el desayuno se enfría, voy a tomar algo.
Salí de la habitación aún sin saber que hacer. ¿Había puesto a Jacob a escribir las
anotaciones en el cuaderno? Por suerte, había salido con el cuaderno en mis manos.
Lo abrí rápidamente y leí las acotaciones detenidamente. Sin más demora, saqué mi
móvil del bolsillo trasero de mi pantalón, sabía de alguien que se alegraría mucho de
eso.
- No, bueno si, pero…no es nada malo- me estaba liando hasta yo- Esme, quizás
exagero mi alegría pero… Edward…ha corregido mis ejercicios de español sin yo
pedírselo- Esme se quedó muda- ¿Esme?- verifiqué que no se hubiese cortado la
conexión.
- Bella…eso es…increíble. Créeme hace mucho que no veo sonreír a mi hijo- ¿no?-
Cuando se lo diga a Carlisle se pondrá muy contento. Gracias Bella, sabemos
que…no está siendo fácil- realmente no lo estaba siendo pero con una sonrisa de él,
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era suficiente
- No te lo dije cuando llegaste pues quería darte la sorpresa. Ayer por la tarde,
Edward me pidió que escribiese unas anotaciones. Al parecer estuvo pendiente a tu
clase de español- me sonrió.
- No lo hagas Bella, sé que…lo vas a conseguir- cuando me dijo eso me tomó las
manos- lo estás haciendo genial- sin saber porqué lo abracé. Bueno…realmente si lo
sabía, lo necesitaba, necesitaba que alguien lo hiciese. Él me apretó entre sus
brazos
Al momento algo nos alertó. Edward llamaba a Jacob y no era nada normal en él,
sobre todo si yo estaba delante. Nunca había escuchado su voz.
Sin pensarlo dos veces, accioné el botón de la cama eléctrica, para que bajara
hasta mi altura. Retiré la manta que cubría su cuerpo y pegué mi pecho al suyo,
entrelazando mis manos por detrás de su espalda para evitar hacerle daño. Después
tiré de él suavemente hasta incorporarlo quedando su pecho con respecto a sus
piernas en ángulo recto.
- Edward, aspira- al decirle eso, pude notar como Edward aspiraba con fuerza,
Jacob repitió la acción de nuevo.
Yo seguía abrazada a Edward para tenerlo incorporado. Tras dos intensos minutos
Jake me volvió a hablar.
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- Bella…ya puedes ponerlo de nuevo en la cama- me susurró Jacob al ver que me
había quedado petrificada
Esa fue la primera vez que nos miramos frente a frente. Sus ojos reflejaban dolor y
miedo, los míos angustia y terror. ¿Qué me pasaba? Había hecho prácticas en un
hospital y había visto casos extremos, ¿Por qué este me dolía como ninguno otro
anterior?
EDWARD
Jacob me colocó el cuaderno para que pudiera verlo. Hacía bastante tiempo que
no leía y me gustó recordar la sensación.
La tarde pasó rápidamente repasando las actividades de Bella. Hacía tiempo que
las horas no pasaban tan deprisa.
- Hola Edward- su voz era pura melodía para mis oídos- que sepas que ayer en la
tarde estuve escuchando CDs sobre español- dijo orgullosa de si misma-. "La vaca
corre por el bosque"- comentó decidida y con un perfecto español. Sin poder ni
querer evitarlo sonreí ¿Qué tenía esa chica que me hacía sentir tan bien?
Cuando se dirigió hacia la mesa, la seguí con la mirada para ver su reacción. Era
una chica muy expresiva y no me equivoqué. Tomó su cuaderno casi con la boca
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abierta y lo ojeó por encima. Cuando supe que me iba a mirar, retiré mi vista.
Después de mirarme a mí con los ojos como platos, giró su vista hacia la puerta.
Supongo que se pensó que fue Jacob quién le repasó la tarea.
- Jake…gracias por ayudarme con mis ejercicios de español- le regaló una sonrisa
preciosa.
- No me las des a mí. Yo solo escribí- al decir eso, Bella jadeó- No entiendo ni papa
de español
- Mmm...- Bella se había quedado sorprendida, tras unos segundo se dirigió a mi-
gracias Edward…sé que soy patética con el español- Quise responderle, quise
decirle que no lo era, pero…mi interior no me dejaba hablar, esta vez no era yo el
que me silenciaba, era mi corazón.- Ups perdón, el desayuno se enfría, voy a tomar
algo.- tras eso se marchó de la habitación.
Quise decirle que no se fuera, que no me importaba que estuviera allí mientras yo
desayunaba, que la echaba de menos cada minuto que se mantenía lejos de mí, pero
me abstuve.
- Lo siento, hoy tampoco hay bollos- rió Jacob- hoy tenemos macedonia de fruta,
zumo y café.- mi mirada aún estaba en la puerta- Bueno…creo que la has
sorprendido- dijo siguiendo mi mirada, yo preferí no contestarle.
No pasó ni dos segundos cuando tanto Jacob como Bella vinieron en mi ayuda
Bella sin pensarlo hizo lo que Jacob le ordenó. Bajó mi cama para quedar a su
altura, retiró mi manta y me abrazó para poder pasar sus manos por mi espalda. En
ese momento odie no poder respirar.
- Edward, aspira- en ese momento aspiré con fuerza, entrando una gran cantidad
de oxigeno mezclado con el salbutamol y un aroma a fresias. Bella seguía abrazada a
mi, pudiendo notar en mi pecho los acelerados latidos de su corazón- Bella…ya
puedes ponerlo de nuevo en la cama-le susurró Jake para tranquilizarla. Se había
quedado petrificada.
- Disculpadme voy a…beber agua- al decir eso se marchó. Había pasado un mal
rato aunque había sabido responder, se veía que estaba preparada.
En ese momento me sentí el ser más egoísta del mundo. Si pudiera moverme,
aunque solo fueran las manos, no les haría sufrir de esa manera. Podría defenderme
en lo básico. Sabía que tenía que replantearme mi decisión pero…tenía tanto
miedo…
Tras un rato Bella volvió a la habitación mucho más calmada. Sus mejillas volvían
a tener ese color rosado de siempre.
CAPITULO 7
- Bueno… ¿Por donde iba?- hizo como si nada hubiese ocurrido, tomando su
cuaderno de español- Si es verdad "El perro canta opera"- Al decirlo me miró
extrañada- "¿El perro canta opera?" ¿Eso es posible?- rió.
Cuando estaba recogiendo sus cosas sonó su teléfono. Ella miró la pantalla y
sonrió.
- Hola Emm- ¿tenía novio?- ¿A cenar?- hizo una pausa para escuchar- No me
apetece salir mañana, tengo cosas que hacer en casa- cuando puso los ojos en
blanco no pude evitar sonreí, sus expresiones eran dignas de ser grabadas- Si lo sé,
soy una aburrida, no tengo vida social, ¿Algo más hermanito?- era su hermano. ¿Por
qué me sentía aliviado?- Ya te llamo mañana.
Siguió recogiendo sus cosas mientras pensaba. Durante este tiempo había
aprendido que significaba cada expresión de su cara, y la de este momento era
pensativa.
- Si, no es la primera vez que me pasa. Siento que hayas tenido que verlo- aparté
mi mirada de ella.
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¿No te gustaría ser capaz de incorporarte cuando te hiciera falta?- claro que si
quería, ojala ese accidente no nos hubiese destrozado la vida ni a mi ni a Sam- Yo
puedo ayudarte a conseguirlo. No te puedo prometer que sea fácil, pero…si que voy
a estar a tu lado- ¿por que me gustaban las palabras que me decía? ¿Por qué quería
confiar en ella?- Piénsatelo en el fin de semana. Si es que si te ayudaré, poco a poco,
sin agobios. Si por el contrario es que no, lo entenderé y no volveré- no quería que
se marchara para no volver, quería seguir viéndola, necesitaba verla-. Me rendiré y
habré fracasado en mi intento. Piénsalo.
BELLA
- Bueno… ¿Por donde iba?- por tus ojos, quise decir- Si es verdad "El perro canta
opera"- al leerlo quise reírme- "¿El perro canta opera?" ¿Eso es posible?- finalmente
lo hice.
- Edward…no tienes que dármelas- al final mi madre iba a tener razón y de las
malas experiencias siempre se sacaba algo bueno- Gracias a ti por hablarme,
realmente…creí que me estaba convirtiendo en monologuista- él me sonrió y ese fue
el mejor premio que me podía dar.
-¿A cenar?
- Claro Bells a comer, ya sabes eso que solemos hacer tres veces al día por lo
menos- bien mi hermano estaba chistoso y no podía responderle en condiciones.
Edward estaba pendiente de mi conversación.
- No me apetece salir mañana, tengo cosas que hacer en casa- dije a modo de
excusa sabiendo que a Emmet no le serviría.
- Si lo sé, soy una aburrida, no tengo vida social, ¿Algo más hermanito?
Cuando colgué me sentí mal. Mi hermano siempre se preocupaba por mí, sabía
que hacía todo eso para vernos al menos una vez a la semana, y debía colaborar.
- Si, no es la primera vez que me pasa. Siento que hayas tenido que verlo- su
mirada se volvió triste y volvió a mirar hacia el ventanal. No quería que diésemos un
paso atrás, había conseguido que me hablara, que me mirara y no quería que lo
dejase de hacer.
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- Edward…no lo sientas. Me gustaría ayudarte, podíamos solucionar parte de ese
problema- me acerqué a su cama- ¿No te gustaría poder alimentarte solo? ¿No te
gustaría ser capaz de incorporarte cuando te hiciera falta? Yo puedo ayudarte a
conseguirlo- necesitaba ganarme su confianza- No te puedo prometer que sea fácil,
pero…si que voy a estar a tu lado- Siempre que él quisiera iba a estar allí- Piénsatelo
en el fin de semana. Si es que si, te ayudaré poco a poco, sin agobios. Si por el
contrario es que no, lo entenderé y no volveré- eso me daba angustia. ¿Realmente
sería capaz de no volverlo a ver? Nunca me había sentido así, eso era ¿Bueno o
malo?-. Me rendiré y habré fracasado en mi intento. Piénsalo.
La tarde del viernes se me hizo de chicle. Mi casa era demasiado pequeña para
tenerme entretenida tanto tiempo.
Decidí ir a dar un paseo por la playa para intentar relajarme, pero fue inútil. No
podía olvidarme de Edward. ¿Había sido buena idea saber tanto de él? Edward no
era más que mi paciente pero… ¿yo lo veía como tal? Definitivamente no. Yo no
consideraba a Edward como tal, no me podía engañar. Aunque apenas habíamos
hablado…eso no significaba nada. Me había involucrado demasiado en su vida.
El sábado por la mañana me levanté triste. No iba a verlo hasta el lunes y eso era
mucho tiempo. ¿Y si iba a su casa para interesarme como estaba? Quizás le
molestaba. Bueno pero si pasaba unos minutos…no tendría porqué ¿No? Decidido,
iría como si fuera de paso.
- No, solo…pasaba por aquí y…quise pasar para ver como se encontraba Edward
después de lo de ayer- me excusé.
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- Te llevaste un gran susto ¿verdad? Jacob nos lo contó- Al ver mi inseguridad me
preguntó- ¿Subimos?- finalmente asentí, ya me había visto.
Llamamos al timbre y nos abrió Carlisle ya que hoy era el día de descanso de
Jacob.
- Hola papá- entró Alice besándolo, yo me quedé en la puerta sin saber que hacer.
- Bella… ¡qué sorpresa!- era la segunda vez que escuchaba eso en la mañana
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Capitulo 8
CAPITULO 8
- Hola Bella- Edward ¿se alegró de verme? Tanto Carlisle como Alice se
sorprendieron que me hablara y se mostrara "feliz"
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- Yo hago que conserves tu trabajo y tú me dejas que te enseñe español- al
decirme eso comencé a reír
- Acepto sugerencias- dijo con una sonrisa torcida que era más que irresistible.
Edward tenía sus manos, por debajo de su manta, por lo que la descorrí lo
suficiente para sacar su mano, la cual posteriormente estreché.
- El trato está sellado, Sr. Cullen no hay vuelta atrás- una enorme sonrisa apareció
en mi boca.
- Cuando quieras- me dijo muy decidido y no sabía que había sellado su perdición.
- Perfecto… ¿Puedo cambiarme en ese baño?- Edward abrió los ojos al máximo por
la sorpresa.
- ¿Puedo?- le dije ignorando lo que me había dicho, finalmente asintió con una
sonrisa.
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Cogí mi maleta que había dejado en un rincón de la habitación el primer día y
tomé mi uniforme. Genial, era el rosa.
Cuando salí de nuevo a la habitación, Edward tenía los ojos cerrados. Supuse que
estaba nervioso.
Tomé su brazo izquierdo y lo palpé desde los hombros hasta los dedos de su mano.
Coloqué la palma de su mano apoyada en mi hombro para ver si era capaz de
mantenerla sin se cayera, y no fue posible. Repetí lo mismo con el derecho y este no
se cayó aunque no podía moverlo.
Enlacé sus dedos con los míos y le pedí que intentara mover sus dedos. Apenas se
movían pero si podía detectar movimiento de las articulaciones, lo que era un gran
paso, había movilidad pero no respuesta.
Tomé de mi maletín un bolígrafo, el cual pase por sus brazos, para ver si tenía
sensibilidad y fue positivo. Edward podía notar el paso del bolígrafo por ellos.
El siguiente lugar para examinar era la espalda, pero yo sola no podía sujetar su
cuerpo y hacer el estudio. Recordé que Jacob no estaba por lo que bufé.
Esta era una oportunidad única, Edward me estaba dejando estudiarlo sin ninguna
restricción, aún sabiendo que para él no era nada fácil, por lo que decidí ir a pedirle
ayuda a Carlisle.
Volví a bajar la cama hasta mi altura, retirando las sábanas que recubrían su
cuerpo. Por suerte llevaba puesta una camiseta blanca y un pantalón de pijama
- Puedes hacerlo. Por cierto- dijo acercando su boca a mi oído- no hace falta que
me pidas permiso para cada paso que des, confío en ti- eso hizo estremecerme,
aunque me controlé para que no fuera perceptible.
Tras verificar que estaba correcto, Carlisle y yo, procedimos a colocarlo boca
abajo, sin ningún esfuerzo, ya que juntábamos su fuerza con mis conocimientos.
Al tocar los músculos de su espalda entendí que años atrás Edward había
realizado bastante deporte, pues…aunque su tonalidad y masa muscular había
disminuido por su inmovilización, podía haber sido mucho peor.
Por suerte tenía un gran ventanal, donde pegaría las radiografías para poder
estudiarlas.
- Vale, necesito estudiar antes de tocar para evitar provocar una lesión. Edward
tiene la lesión en varias vértebras lumbares, exactamente en la L-2, L-3 y L-4, es
decir en tres de las cinco que componen la zona lumbar. Tiene una fractura por
luxación por lo que…para recuperar la movilidad de las piernas, debe someterse a
una intervención para practicar una fijación interna intentando corregir la vértebra
deformada y obtener una estabilización sólida.
- Alice, las vértebras lumbares, aunque son las más duras, son las más importante,
pues entre otras cosas son las encargadas de soportar el peso del cuerpo y de los
giros laterales. Puede ser que eso no lo recupere pero…siempre se puede voltear.
Eso no es tan decisivo como caminar- le sonreí.
- No me voy a operar- su voz sonó diferente, ese tono no era conocido para mi, era
duro- Por favor quiero ponerme en mi posición normal- no debía haber hablado de
eso delante de él, parecía molesto.
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No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?
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Capitulo 9
CAPITULO 9
Sin decir nada me situé a su lado y Carlisle en el otro para voltear a Edward.
Cuando lo hicimos, volví a subir e inclinar la cama a la posición inicial.
- Déjalo papá, por favor déjame solo- al decir eso entendí que nos echaba a todos.
El primer combate lo había perdido. Había sido tonta, creí haber ganado la guerra
y solo había sido una batalla. Batalla que esta vez había perdido yo. ¿Cuántas más
vendrían a ésta?
Entré en el baño y me volví a poner mi ropa normal, antes de salir respiré hondo.
Todo me estaba afectando demasiado, me había involucrado demasiado en esto y ya
era tarde para solucionarlo.
Una vez fuera, dirigí mi vista hacia Edward que miraba fijamente para el ventanal,
ahora repleto de radiografías.
- Perdón, debí recoger esto- corrí hasta allí y quité los esparadrapos que sujetaban
las placas, después las metí en la bolsa inicial- Bueno…creo que debo irme…
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completamente quieto en el sitio- No te he echado antes.
- No Bella…no lo has hecho, solo que…para mi es duro todo esto. Por favor no te
vayas- al decirme esto mirándome a los ojos, pude ver en ellos una gran angustia.
Los días pasaron, y por suerte, Edward me permitió seguir con la rehabilitación, a
cambio pasaba las tardes aprendiendo español a su lado, lo que a mi no me suponía
ningún problema, al revés.
EDWARD
Sabía que mi padre quería hacer hasta lo imposible por recuperarme, pero yo no
estaba dispuesto a tanto. Conocía los riesgos de la operación y no estaba preparado
para asumirlos.
Mi padre parecía olvidarlo todo, que hubiese accedido a que Bella me ayudase a
recuperar la movilidad de mis brazos, no significaba que fuera a aceptar el resto.
- No me voy a operar- dije con dureza en mi voz- Por favor quiero ponerme en mi
posición normal- pude ver la decepción en el rostro tanto de mi hermana, como de
mi padre, incluso en el de Bella.
Una vez más me demostró que era una chica increíble, aquella que estaba a mi
lado sin cuestionar cada palabra, respetando mis decisiones.
- Hijo por favor, no te enfades, solo…- enfado era lo que menos tenía ahora
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- Déjalo papá, por favor déjame solo- con ella, quise decir, pero esto último se
quedó en mi interior.
- Disculparme voy a…cambiarme- pude notar la tristeza en sus ojos. No quería que
se fuera pero… ¿Qué le decía? ¿No te vayas te necesito? No, no podía decir eso.
Tanto mi padre como Alice abandonaron mi habitación sin decir nada. Ambos
sabían que necesitaba mi tiempo.
Cuando sentí que la puerta se abría, desvié la mirada al ventanal, dándome cuenta
que las radiografías, aún estaban colgadas.
- Perdón, debí recoger esto- corrió hasta el ventanal y las recogió en un momento-
Bueno…creo que debo irme…- pude ver tristeza en sus ojos, todo lo contrario de lo
que yo quería.
- No Bella…no lo has hecho, solo que…para mi es duro todo esto. Por favor no te
vayas.- finalmente le abrí mi corazón.
Los días pasaron, y Bella prosiguió mi rehabilitación, a cambio le ayudaba con sus
clases de español, que para mi eran un regalo.
Compartir con ella las horas, era un bálsamo para mi corazón, un bálsamo para mi
soledad.
Hacía unos días, había algo que me molestaba, y era la extrema atención que le
prestaba Jacob a Bella. ¿Estaría interesado en ella o solo era amabilidad? Era lo
primero, y estaba casi seguro de eso.
Nuestra clase de esa tarde fue casi inexistente. Estábamos con las bromas de
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vocabulario de Bella.
- Eres muy valiente porque lo habrás dicho millones de veces. A ver Sr. Cullen si
eres tan valiente para decir una palabra en tu idioma y decirla bien- dijo con falso
enfado.
- Esternocleidomastoideo- lanzó sin titubear, sin poderlo evitar abrí mis ojos a
tope por la sorpresa.
- Tú tienes uno, exactamente aquí- dijo pasando su mano por mi cuello- es este
músculo- al roce de su piel con la mía me estremecí, si poderlo disimular. Ambos nos
miramos intensamente hasta que Jacob nos sacó de la nube.
- Os traigo algo para reponer fuerzas- portaba una bandeja con zumos.
- Pues a mi se me ocurre una manera- Bien, Jake estaba intentado ligar con Bella
delante de mis narices- con una cena el sábado- y no se andaba por las ramas y yo
me moría de celos, pero…¿que le podía ofrecer yo?
- Me encantaría Jake pero…- ¿lo iba a rechazar?- tengo cena con mi hermano y mi
cuñada. Si les doy plantón me dejaran de hablar- puso una cara graciosa, por lo que
no pude evitar sonreír.
- Bueno pues…resérvame el siguiente- Jacob no se iba a dar por vencido, sabía que
le gustaba Bella desde el primer día que la vio.
Bella era una chica demasiado paciente, y siempre estaba a mi lado con una
enorme sonrisa, apoyándome sin importarle nada. ¿De verdad esta chica era de
carne y hueso? Si lo era, como también era verdad que estaba irremediablemente
enamorado de ella.
Alice aumentó el número de visitas a casa, dado a que según ella, había
recuperado a su hermano. Además nos trajo una enorme sorpresa: Jasper y ella iban
a ser papás, lo que llenó de alegría a mi familia.
Era verdad que en mi año de cautiverio, apenas había hablado con nadie, que no
quería visitas en casa y que intenté dejarme morir, nadie tuvo culpa de mi soledad
excepto yo.
Mis amigos, dejaron de llamar a mis padres para informarse sobre mi estado, ya
que mi estado no variaba y yo no hacía mucho por recuperarme.
Por otro lado estaba Claudia, mi novia antes de accidente…ella lo tuvo claro desde
primera hora, no cargaría con un vegetal por el resto de sus días, lo cual yo entendí
perfectamente.
- Edward… ¿Qué sientes por Bella?- me preguntó Alice en una de sus visitas
aprovechando que estábamos solos. Pregunta que me dejó fuera de juego.
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Capitulo 10
Siento haber podido actualizar solo una vez, hoy he tenido un día más
complicado y estoy destrozada. Espero que lo disfrutéis.
CAPITULO 10
- Edward… ¿Te crees que soy tonta? Has vuelto a sonreír, sé como la miras
cuando está presente, te veo mirar el reloj angustiado cuando se acerca la hora de
marcharse…
- Veo que tendré que controlar más mis reacciones para evitar confundiros- no
quería que supieran que estaba enamorado de ella, esa relación era imposible.
- Alice…es imposible. Mírame, estoy en sillas de ruedas, hace apenas tres meses
era un vegetal. No soy autosuficiente, necesito una niñera 24 horas al día ¿Crees
que yo podría condenar a alguien a una vida así?- la cara de mi hermana cambió de
repente, llenando de rabia sus ojos.
- Edward… ¿eres imbécil?- me medio gritó- ¿Cómo puedes pensar que amar a
alguien es condenarla? En cuanto a tu movilidad… ¿no te ves? Hace tres meses eras
un vegetal inerte, pero ahora…estás sentado ahí por tus propios medios, la
rehabilitación está siendo todo un éxito, podrías dar el siguiente paso…
- Alice…- la corté- No sigas. No voy a volver a hablar del tema. Voy a vivir toda mi
vida en una silla de ruedas, haceros a la idea.
- Sabes que a Jake le gusta Bella ¿verdad? – al parecer no soy el único que me
había dado cuenta.
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- Y… ¿no piensas hacer nada? Hasta ahora Bella lo rechaza sutilmente, poniendo
excusas pero… ¿y si algún día le dice que si?
- Está en su derecho- dije intentando mostrar indiferencia pero no era así, eso me
castigaba día a día- Bella es libre
Dado a que ahora tenía más movilidad y mi familia venía más a verme, no porque
no lo hicieran antes, sino porque yo los echaba, Jacob tenía más tiempo libre.
- Hola a los dos estoy presente, mis piernas no funcionan pero mis oídos…
perfectamente- intenté destensar el momento.
- Bueno y ¿a que se debe estos halagos hacia tu hermano?- preguntó Jacob curioso
a lo que no dejé que respondiera Alice.
Ahora solo tenía ganas que llegase el día siguiente para ver a Bella. Ella era la
única cura para mis heridas.
Por fin llegó el lunes, y el timbre sonó. Mi corazón titiló de alegría al saber que
por fin había llegado mi ángel. Por fin mis horas de tortura habían acabado.
- ¿Le ha pasado algo a Bella?- una angustia que no disimulé se apoderó de mi- Dile
que pase, quiero hablar con él.
- Hola mi nombre es James Cam, vengo a sustituir a Isabella- dijo con una gran
sonrisa
- No puede ser, yo…estoy igual de cualificado que ella- parecía molesto, al parecer
no era la primera vez que lo rechazaban por Bella- ¿Donde está tu historial?
- ¿Que historial?
- Bella tuvo que hacer uno para estos casos. Si ella no puede atenderte tiene que
haber una ficha de los avances y terapias…para quien la sustituya.- Bella no los
había hecho pues sabía perfectamente que no me dejaría tocar por nadie.
- No te hará falta ese historial. Si ella no me atiende no lo hará nadie- dije con
seguridad-. Cuando ella se recupere volveré a tratarme, no antes.
- Llama a mi padre, sé que Bella y él han hablado por teléfono- Jacob fue a buscar
su teléfono, mientras yo me perdí en mis pensamientos.
¿Le habría ocurrido algo malo? Si estaba enferma ¿Por qué no llamó a mi padre
ayer?
Intenté agudizar mi oído para escuchar al tal James, pero solo captaba palabras
salteadas y sin sentido. Jacob regresó pronto.
- Carlisle, soy Jacob…- hizo una pequeña pausa para escuchar a mi padre- No
tranquilo Edward está bien solo que…
- Jacob pásame el teléfono, quiero hablar con él- así lo hizo, apoyó el teléfono en
mi hombro ya que no podría aguantar mucho rato con él en la mano.- Papá, ¿te ha
llamado Bella?
- Si, bueno no. Ha llegado un suplente, al parecer Bella está "enferma"- dije
enferma sin credibilidad- El chico quiere sustituirla pero…me he negado, nadie me
tocará excepto Bella.
- He hablado con mi pad…mi jefe- bien, este era el hijo del dueño- y…bueno me ha
dicho que tengo que quedarme a cumplir mi horario. Sé que al principio…te ocurrió
lo mismo con Bella…- este tipo era un descarado.
- Pues lo siento pero tendrás que cumplir tu horario en otro lugar, mi casa no es el
lugar para ello- James me miró sorprendido.
BELLA
Por fin había llegado el lunes. Me moría por volver a ver a Edward, escucharlo
hablar, reír…todo. Finalmente lo tenía asumido, estaba totalmente enamorada de
Edward, y eso me hacía sentir bien.
Antes de pasar por casa de Edward, fui hasta la clínica ya que tenía que recoger
los aceites que había solicitado el viernes para los masajes, a parte de hablar con el
Sr. Acelga (Sr. Cam) que había dejado recado para que pasase por su despacho.
Tomé los botes necesarios de aceites y me dirigí hacia el despacho, quería salir de
allí lo antes posible.
- Buenos días Sr. Cam, ¿Quería verme?- le dije sin mucho entusiasmo.
- Si Isabella. Me ha llamado el Sr. Cullen, hoy no tienes que pasar por casa de su
hijo- eso me dejó totalmente bloqueada. ¿Desde cuando Carlisle llamaba a la clínica
para darme un recado?
- Si, allí no aceptan a hombres, por tanto James no puede ir. Es un nuevo cliente
por lo que te pido tu máxima dedicación.
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En cuanto estacioné lo busqué en mi bolso, era Carlisle.
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Capitulo 11
CAPITULO 11
- Bella…Edward está en casa bien, acabo de hablar con él- al decirme eso suspiré-
Me ha dicho que hoy no ibas a ir a casa pues estabas enferma…tu compañero está
allí para sustituirte.- ¿enferma? ¿Compañero?
- Carlisle no estoy enferma…- dije con poca voz- esta mañana el Sr. Cam me dijo
que habías telefoneado para decir que Edward estaba enfermo y que no fuera-
estaba confusa-…me ha mandado al Centro de Pilates…- ¿se había querido librar de
mi?- ¡James!- grité finalmente
- Carlisle esto no tiene nada que ver con vosotros, siento…- finalmente el Sr.
Acelga había conseguido su propósito, llevar a James a casa de Edward. Él nunca
estuvo de acuerdo a que fuera yo la elegida.
- Bella…no tienes que sentir nada. Este tipo quiso meternos a su hijo desde el
principio- Al parecer Carlisle ya había oído hablar de James- Bella…Edward le ha
pedido a James que se vaya.- sabía que Edward no se dejaría tratar por nadie.
- Bella no es justo para ti, tu horario de trabajo es por las mañanas…- volví a
interrumpirlo.
- Está bien Bella pero…esto no va a quedar así, este hombre está incumpliendo un
contrato. Iré esta tarde a casa de Edward allí hablamos.
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La mañana en el Centro de Pilates fue horrible. Las horas pasaban lentamente a
pesar de que no paré. Tenía todas las horas ocupadas, sin apenas un descanso, por
lo que era muy considerado por Victoria, la hija del Sr. Cam.
Cuando por fin llegó la ultima paciente, mis manos temblaban igual que la
gelatina en un plato. No había desayunado y el trabajo había sido demasiado duro.
Cuando aparqué en los alrededores del edificio de Edward, sentí alivio. Me había
acostumbrado a que mi lugar de trabajo fuera ese… con él, y salir de allí era un
suplicio.
Cuando toqué el timbre de la casa, me sonó música celestial. ¿Cómo podía ser tan
perfecto todo lo que rodeaba a Edward?
Cuando entré vi que estaba dormido. Nunca lo había visto así y era mejor que un
ángel. Tan perfecto, tan guapo, tan…Edward.
Dejé mis cosas a un lado sin hacer ruido, y justo cuando iba a salir me habló.
- Ufff... mejor no te cuento. Mis manos están…- al decirle eso las tomó en sus
manos.
- 62 -
- Bella…están ardiendo y coloradas…- comenzó a acariciarla
Sin poderlo evitar nuestras cabezas se fueron acercando, como si nuestras bocas
se llamasen, se necesitasen. Como si una fuerza tirase de nosotros. Cuando casi
podía sentir su aliento como mío, la voz de Jacob nos hizo separarnos bruscamente.
- Pues… ¿comes con nosotros? Kate (la mujer que se encargaba de hacer la
comida y la limpieza) ha hecho lasaña de sobra- volví a mirar a Jacob que me sonreía
¿Había estado a punto de pasar lo que yo creía? Creo que sí, que no era una
alucinación mía, entonces ¿por qué Edward tenía expresión confusa?
Ayudamos a Edward a sentarse en la silla. Era la primera vez que iba comer con
ellos.
Una y otra vez, intentaba estudiar las expresiones de Edward sobre lo ocurrido
pero cada vez me costaba más.
Ayudé a Jake a poner la mesa entre bromas, pero Edward permanecía con el
semblante serio. ¿Le había molestado? Quizás no le gustaba la idea que comiera con
ellos… pero…ya era tarde.
Por suerte, la comida que había hecho Kate, no era difícil de comer para Edward,
es decir que podía comer solo, aunque mucho más lento que nosotros.
Jake fue el primero en terminar, yo hice tiempo para no dejar comer solo a
Edward, pero aún así acabé antes.
- Por favor…si sigo así se juntará con la cena- su rostro estaba contraído.
- No me mires así- le sonreí- te estoy ayudando a comértelo ¿no? Ayyy- dije con
falsa vergüenza- pensabas que iba a…- al momento escuché una carcajada de
Edward, lo había conseguido.
Me bebí un vaso de agua de tirón para ahogar mis penas en ella. Cada momento
que pasaba, veía a Edward más inalcanzable para mí.
EDWARD
Cuando escuché el timbre, pensé que era alguien de mi familia que venía a
sustituir a Jacob. Aunque mi padre me dijo que había hablado con Bella y que
vendría en la tarde, algo que me consolaba enormemente, no pensé que fuera ella.
Era demasiado pronto y supuse iría a comer antes de venir.
Cuando un olor a fresias golpeó mi nariz, abrí los ojos rápidamente para
encontrarla colocando sus cosas cuidadosamente intentando no hacer ruido.
- Veo…que no te has resistido a venir, incluso estando enferma- ella me sonrió con
consuelo.
- Lo sé, solo bromeaba. ¿Qué tal te fue?- le sonreí, no sabía como la había echado
- 64 -
de menos, ella era la luz de mis días, era el oxigeno que necesitaba para vivir.
- Ufff... mejor no te cuento. Mis manos están…- cuando dijo eso, instintivamente
tomé sus manos para consolarlas.
- Pues… ¿comes con nosotros? Kate ha hecho lasaña de sobra- Jacob se moría
porque Bella aceptase, y eso me molestaba, aunque yo también me moría por
compartir con ella esa comida.
Por otro lado mi corazón pensaba que estaba equivocado, quizás yo estaba
forzando la situación inconscientemente para que eso sucediera y ella no tenía
ningún interés en mí.
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Capitulo 12
CAPITULO 12
Nunca había sido una persona celosa pero…en el caso de Bella era diferente, no
podía remediarlo.
Cuando comenzamos a comer, intenté hacerlo lo más rápido posible, pero aún así
no podía compararme con ellos.
Podía ver como Bella jugaba con su comida, por no acabar pronto. ¿Por qué tenía
que ser tan considerada? ¿Por qué tenía que ser tan perfecta?
- Por favor…si sigo así se juntará con la cena- dije con pena.
Bella, tomó mi tenedor, tomó una parte de lasaña y casi cuando fui a abrir mi
boca, ella llevó el trozo de lasaña a su boca. ¿Cómo podía hacer eso? ¿Cómo podía
ser tan irresistible? ¿Y como podía hacerme sentir bien en cualquier momento?,
siempre supe que era especial, cosa que ella se encargaba de confirmármelo cada
dos por tres.
- No me mires así- me sonrió- te estoy ayudando a comértelo ¿No? Ayyy- dijo con
falsa vergüenza- pensabas que iba a…- no pude evitar reírme, la adoraba.
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lasaña mejor que ninguna que antes había probado en mi vida.
Me arrepentí de haber comido tanta lasaña antes, era mucho mejor que ella me la
diera.
¿Me estaba haciendo dependiente de ella? La respuesta estaba muy clara, SI.
- Por supuesto Jake- Una felicidad se apoderó de mi cuerpo- Tómate toda la tarde
si quieres, después de Bella vendrá mi padre- ¿se me había notado que me quería
quedar a solas con Bella?
Antes de irse me ayudó a recostarme en la cama, para evitar que Bella tuviera que
hacer un sobreesfuerzo, después se marchó.
- Bueno…a ver… ¿te duelen los hombros?- dijo colocando sus manos sobre ellos,
quemándome con el contacto de su piel con la mía.
- Algo. Noto…pesadez- ¿Por qué no podía parar de mirarle sus labios? Me iba a
volver loco.
- No quiero que hagas nada que no te apetezca- esto llevaba doble sentido.
No me dio tiempo de responderla cuando noté sus labios en los míos. ¿Era
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realidad esto? Sus labios acariciaron tiernamente los míos y yo le correspondí. Tenía
deseos de ella, de su boca.
Mis manos cobraron vida propia y la atraje a mí, haciéndola subir a mi cama, ella
no puso ninguna resistencia, colocándose a un lado.
No sabía que me pasaba, mi cuerpo iba por libre, apartando mi cordura a un lado.
Mis manos apenas me respondían pero conseguí llevarlas hasta su cuello para
asegurar más el beso. Su piel era suave como la seda.
Entre besos nuestras bocas jadeaban por falta de oxigeno, pero la pasión crecía
por segundos, haciendo que Bella me recostase en la cama, colocándose encima de
mi.
En ese momento me quedé sin saber que hacer, esto era una locura, yo no podría
satisfacer a Bella nunca. Sin querer me tensé, y Bella lo percibió.
- Perdóname- dijo bajándose rápidamente de encima de mí. Quise pararla pero sus
movimientos eran mucho más rápidos que los míos. Bella me dio la espalda
ocultando su rostro.
- No merezco esto. Yo…no puedo ofrecerte nada- al decirle eso vi como sus ojos se
aguaban, sin llegar a salir ninguna lágrima.
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- Edward… ¿Por qué me dices eso? No…no…no puedes decir que no puedes
ofrecer nada- ahora se la veía nerviosa. ¿Como podía cambiar tan rápidamente de
estado de animo?
- Bella, es la verdad. No puedo apenas moverme…no soy más que un…- ella me
cortó
Al decirle eso Bella saltó encima de mí besándome como nunca antes lo habían
hecho. Como si de ese beso dependiera toda nuestra vida. Rodeó mi cuello con sus
brazos mientras profundizaba sus besos, a los cuales correspondí con la misma
intensidad. Ella me volvía loco y eso no podía controlarlo.
- Hola chicos pensé que no había nadie, todo estaba en silencio…- sonrió mi padre-
Edward…olvidaste peinarte hoy ¿no?- al decir eso Bella se ruborizó, ya que había
sido ella la que me había despeinado.
- ¿Cómo estás papá?- intenté frenar sus bromas inofensivas para él, pero
vergonzosas para Bella.
- Carlisle, el Sr. Cam me dijo que Edward estaba enfermo y que le habías llamado
para decirle que no fuera- se explicó- de todas maneras a mi me sorprendió, ya que
normalmente me llamas a mi.
- Este tipo sabe o mejor dicho cree saber demasiado. Él mandó a su hijo, diciendo
que estabas enferma- mi padre miró con rabia- Por suerte, el primer día que hablé
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con él supe de que clase de persona era y elaboré un contrato, el cual ha
incumplido, ahora tendrá que hacer frente a eso- Bella se contrajo.
BELLA
Durante la comida había visto a Edward resentido con sus hombros por tanto
empezaría por ahí. Debía romper ese silencio que se hacía insoportable entre
nosotros.
- Bueno…a ver… ¿te duelen los hombros?- coloqué mi mano en sus hombros y una
electricidad envolvió mi cuerpo. ¿Por qué me hacía perder la cordura con un simple
roce?
Sin pensarlo dos veces, fui directa a hacer lo que Jake nos había interrumpido,
besarlo.
Cuando nuestros labios se juntaron, sentí como mi corazón se paraba. Este era el
mejor dulce que había probado nunca y estaba en sus labios.
Mis manos subieron hasta su pelo, enredando mis dedos en él, atrayéndolo más a
mí. No quería que parase. No quería que ese momento acabase nunca.
Edward subió sus manos hasta mi cuello, acariciándolo, abrasando cada milímetro
de él a su contacto.
Nuestros jadeos cada vez eran mas audibles, apenas nos dábamos unos segundos
para recuperar el oxigeno que liberábamos, pero para nosotros no era importante.
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Capitulo 13
CAPITULO 13
- Edward… ¿pasa algo? ¿Te he molestado?- una oleada de vergüenza hizo que
escondiera mi cara en su cuello. ¿Lo había entendido mal? ¿No había querido
subirme encima de él?
- No…tu no tienes…culpa…yo
- No Bella, tú no tienes culpa, yo…no merezco…- al decirme eso, hizo que perdiera
todo el rubor de mi cara y me volteé para verlo de frente.
- Edward… ¿no mereces que?- no estaba dispuesta a aceptar eso como excusa.
- Edward… ¿Por qué me dices eso? No…no…no puedes decir que no puedes
ofrecer nada- los nervios se apoderaban de mi. ¿Como el ser más especial del mundo
podía decir que no me podía ofrecer nada?
- Bella, es la verdad, no puedo apenas moverme…no soy más que un…- no decía
más que tonterías, yo lo quería así, me había enamorado de él así.
Las palabras no iban a surtir el efecto que necesitaba, por lo que me abalancé
encima de él y comencé a besarle como nunca antes había hecho. Quería
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demostrarle que no me importaba, que lo quería como era, y a lo que estaba
dispuesta a llegar.
Rodeé su cuello con mis brazos, para evitar que huyera de mí, profundizando mis
besos al máximo. Edward no tardó en corresponderme con la misma o más
intensidad que la mía
- Carlisle, el Sr. Cam me dijo que Edward estaba enfermo, y que le habías llamado
para decirle que no fuera- le expliqué- de todas maneras me sorprendió pues
normalmente me llamas a mí.
- Este tipo sabe o mejor dicho cree saber demasiado. Él mandó a su hijo, diciendo
que estabas enferma- Carlisle estaba enfadado- Por suerte, el primer día que hablé
con él supe de que clase de persona era y elaboré un contrato, el cual ha
incumplido- Sin querer tragué hondo. Esto no traería nada bueno para mí.
- Bella…no te preocupes por nada, mi padre sabe lo que hace- me intentó consolar
Edward. Yo sabía que Carlisle sabía lo que hacía pero…eso me traería serios
problemas, de eso estaba segura.
- No tienes por qué irte, ¿Quieres que sigamos las clases de español?- bien…
definitivamente yo estaba dándolo todo por el nada. Yo no era nada para Edward y
quizás estaba forzando la situación.
- No, tienes razón estoy cansada, mejor me voy para casa- al decirle eso vi un
atisbo de tristeza en sus ojos. Me iba a volver loca, ¿Por qué no era capaz de
mostrar sus sentimientos yo como le había mostrado los míos? Le había dicho que
me gustaba, si él no me lo decía era porque no lo sentía.
- Vale…mañana…- le corté
- Antes debo pasarme por la clínica a ver que me dice…mi jefe- le advertí
Fui hasta el sillón para recoger mis cosas, esperando alguna palabra y solo obtuve
silencio.
Cuando salí, Carlisle hablaba por teléfono con unos papeles en la mano, supuse
que era una llamada de trabajo, un abogado tenía que estar disponible 24 horas al
día, por lo que me despedí de él con la mano, a lo que me respondió con una sonrisa
y el mismo saludo.
Cuando llegué al coche, no pude reprimir más mis lágrimas. ¿Qué me pasaba?
¿Cómo podía haberme enamorado de alguien que nunca me dio pié a ello?
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Cuando fui a arrancar para marcharme, alguien dio varios golpecitos a mi
ventana. Al mirar vi que era Jacob. Abrí la puerta y bajé, ya me había visto.
- ¿Está Carlisle con Edward?- asentí- ¿Quieres que vayamos a tomar algo?- Era lo
que menos me apetecía, necesitaba hablar pero él, no era la persona idónea.
En cuanto se fue Jacob, tomé mi móvil y llamé a Rosalie. Era mi mejor amiga, era
como mi hermana, la única persona en la que podía confiar a parte de mi hermano y
sabía que me entendía.
Ella estaba trabajando pero me dijo que fuera para allá, se acercaba su hora de
descanso.
- No sabía que hacer…necesitaba hablar con alguien…- con ella no hacía falta
fingir.
- Lo sé Rose, pero…
- Bella, que pasa con el chico ese que está…- mi amiga me conocía a la perfección-
Es él ¿verdad?- yo asentí- ¿Quieres contarme?
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- ¿Y él?
- Bella… ¿os pilló el padre?- me regaló una risita perversa de las de Rose y no
pude evitar sonreír.
- Casi, pero tuvimos suerte. Cuando el padre volvió al salón, le dije de seguir con
la rehabilitación pero él no quiso. Tuve la esperanza de que quizás fuéramos a
hablar de lo sucedido y me equivoqué, quería seguir con las clases de español.
Finalmente me marché
- Pues dale tiempo o déjalo ir. Eso depende de lo que quieras y seas capaz de
soportar
- Bella…no te agobies, no tienes que decidir nada aún. Tómate tu tiempo y seguro
que la decisión que tomes será la acertada- definitivamente cuando Rosalie estaba
sin mi hermano se transformaba. Toda su rudeza quedaba a un lado.
La conversación con Rose me alivió mucho. Era una chica muy alegre y era capaz
de levantar los ánimos hasta a un muerto.
Al día siguiente, antes de ir a casa de Edward, me pasé por la clínica, debía hablar
con mi adorado jefe.
Fui directa a la oficina o mejor dicho a la sala de tortura del Sr. Cam. Llamé y no
tardó en responder.
- Por qué le dijiste al Sr. Cullen que te había mandado a otro lugar en vez de a
casa de su hijo- este tipo empezaba a ser chistoso
- Sr. Cam, usted me mintió a mi, me dijo que Edward estaba enfermo, ¿Qué
esperaba que le dijera cuando me preguntó por qué no había ido a su casa?
- Bella…te voy a ser sincero. No quiero que vuelvas a esa casa- cuando escuché
eso el mundo cayó a mis pies- Te puedo dar una segunda oportunidad…pero…no vas
a volver allí.- de que iba este tipo.
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- Perfecto, pues entonces…aquí tienes tu liquidación, estás despedida- lo tenía
todo preparado, sabía cual iba a ser mi respuesta.
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Capitulo 14
Disfrutad
CAPITULO 14
- Quiero que sepa antes algo- antes de irme me iba a escuchar- no me arrepiento
de nada, ni este trabajo ni ningún otro podrá comprarme, mis principios me lo
prohíben. Que le vaya bien, aunque con su actitud…lo dudo.
Fui hasta mi taquilla y recogí todas mis cosas con una mezcla de rabia y pena.
Ángela vino en mi búsqueda.
- Bella… ¿no me digas que…- Las voces habían sido audibles y Ángela no sabía
como decirlo
- Si, pero tranquila, ya encontraré otra cosa por ahí- dije para autoconvencerme.
Recogí mis cosas y me marché de allí lo más rápido que pude. Ya estaba hecho y
mi orgullo no estaba pagado con ningún misero trabajo. Confiaba en mi misma y
encontraría trabajo como fuera, no se me caerían los anillos por trabajar de
cualquier cosa.
Volví a casa para dejar mis pertenecías que guardaba en la clínica. Debía empezar
mi búsqueda de trabajo, apenas había podido ahorrar en mis primeros meses
viviendo sola y solo tendría para un mes de alquiler.
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Tomé mi móvil y llamé a Carlisle, debía avisarlo que no iba a ir por la mañana a
casa de Edward…pero…no le diría que me habían despedido.
- Hola Bella- respondió Carlisle- ¿Has tenido algún problema con tu jefe?- bien…
Carlisle sabía que sus actos traerían consecuencias por lo que me apresuré a negar.
- Pero…no os preocupéis yo iré a casa de Edward por las tardes que las tengo
libre.
- Bella… debemos hablar del tema económico- de algo estaba segura y era que no
aceptaría dinero por ello.
Recorrí toda Florida sin éxito, entregando mi vida laboral por todos sitios pero…al
parecer el Sr. Acelga tenía más influencias de las que pensaba.
EDWARD
Bella era una chica increíble, y no le hacía falta ningún explotador como jefe para
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triunfar en este mundo. Tenía unas manos mágicas y prueba de ello era yo. En tan
pocos meses, había conseguido que recobrase movilidad y no solo eso, había
conseguido dejarme tratar, cosa que nunca creí que pasase.
- Si…lo sé- dijo pensativa- Bueno… ¿empezamos?- No podía consentir que trabaje
más por hoy. Yo había visto sus manos coloradas del sobreesfuerzo.
- No tienes porqué irte, ¿Quieres que sigamos las clases de español?- le dije
intentando disimular. Era mi única manera de retenerla a mi lado. A ella le molestó
eso.
- No, tienes razón estoy cansada, mejor me voy para casa- no quería que se fuera,
pero…no iba a condenarla, lo de antes no tenía que haber pasado, aunque había sido
lo mejor del mundo. Aún estaba a tiempo de no hacerla sufrir, de no tener que
cargar con un inútil.
- Antes debo pasarme por la clínica a ver que me dice…mi jefe- me advirtió sin
mirarme.
- ¿Si?- me preguntó con esperanza, pero…no podía ser egoísta, si le decía eso
sería mi perdición.
No pude evitarlo, y de mis ojos salieron lágrimas como perlas que amenazaban
con ahogarme si no me incorporaba.
¿Por qué era todo tan duro? Esta pregunta retórica tenía respuesta, era nada más
y nada menos que por no hacer sufrir a mis seres queridos.
Cuando tuve el accidente, mis padres lucharon conmigo para llevarme a su casa
pero… ¿Qué conseguiría con eso? Acabar con sus vidas. Tendrían que estar
pendientes de mi siempre, sin dejarme solo.
Por eso vine a mi casa, aunque tuviese que aceptar que estuviera Jacob.
Jacob sacaba beneficio de todo esto, mis padres le estaban pagando sus estudios y
masters, tenía una casa donde vivir, comodidades incluso un buen sueldo.
Con Bella ocurría exactamente igual. ¿Qué futuro tendría ella con una persona
como yo a su lado? Sin poderme desenvolver como un ser humano cualquiera, con
pánico y terror a salir a la calle. Mi futuro era negro, muy negro y debía evitárselo.
Pero…si estaba haciendo lo correcto, ¿Por qué me dolía tanto? Por que la quería,
de eso estaba seguro. Bella había sido capaz de ganarse mi amor y mi voluntad, en
poco tiempo.
- Hola Edward- Jacob venía con la mirada preocupada- ¿Sabes si le ha pasado algo
a Bella?- eso me alertó.
- ¿Te contó algo? – si era por mi culpa no me lo perdonaría. Era justo lo que estaba
evitando que sufriera.
- No, me dijo que había tenido un día difícil. La invité a tomar algo…pero…me dijo
que tenía que solucionar algo- quizás yo no era el motivo, era imposible.
Pegué mi silla, lo máximo posible a la tumbona, la cual estaba bastante más baja
que mi silla por lo que solo era cuestión de arrastrarme. Por suerte, lo conseguí.
- Edward… ¿Cómo…-
Cuando desperté apenas podía moverme. Aunque cuando me tumbé la noche era
apacible pero con las horas había refrescado.
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- Me quedé….dormido- apenas podía hablar, en mi garganta parecía haber crecido
millones de agujas.
Jacob entró y al momento vino con una manta, la cual me echó encima. Después
me trajo un vaso de leche caliente con miel.
- Será mejor que entremos, vamos debes darte una ducha caliente- sin poder
evitarlo me estremecí.
Aún era temprano, por lo que me daba tiempo darme esa ducha antes que llegase
Bella.
Al momento, sonó el móvil de Jacob. Eso significaba malas noticias, pues nadie
llamaba a Jake tan temprano.
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Capitulo 15
Aquí os dejo el siguiente, me voy volando que mis niños me esperan para
dar su paseo de todos los sabados.
Besitos
CAPITULO 15
- Hijo…Bella irá esta tarde- sin querer suspiré- Sabes que se ha roto el contrato y
su jefe la ha mandado a otro lugar a trabajar
Cerré los ojos para tragarme mi dolor. No tenía ningún derecho a sentirlo, era un
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egoísta, era como el perro del hortelano que ni comía ni dejaba comer.
- Hola- su preciosa voz me sacó de mis castigos internos- Te… ¿Te sientes bien?
- Hola…- le dije más como un susurro- Si, solo que…estoy un poco molesto- no
mentía, la noche en la hamaca me estaba pasando factura.
Me apetecía cualquier cosa que tuviera que ver con ella. Realmente… ¿sería
posible permanecer a su lado sin más? No estaba muy seguro de ello. Esa chica
significaba demasiado para mí.
Como era posible que solo con el contacto de sus manos en mi piel, reactivase
cada célula muerta de mi cuerpo. Como me devolvía la vida en cada movimiento.
Sus manos, al principio, me regalaban dulces caricias más que masajes, pero al
momento se hicieron más intensos los movimientos de sus manos.
Había momentos molestos por la fricción pero… sus manos eran curativas.
- Edward… ¿te has planteado salir a la calle?- me dijo con mucha precaución, sin
poderlo evitar me tensé- para seguir la rehabilitación…me gustaría que fuéramos a
un lugar. No queda lejos de aquí.
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- Bella…no…no me siento preparado para…- salir me aterrorizaba
- Nadie esta preparado para nada. Todos tenemos miedos- su voz se entristeció-
Pero…si no los afrontamos, viviremos a su merced, nuestra vida siempre estará
condicionada a esos temores. Debemos tomar control de nuestras vidas.
Todo lo que ella decía era cierto, debíamos ser nuestros propios dueños
pero…eran tan difícil después de haber vivido una situación tan traumática como la
mía… A parte…el miedo de no poderme desenvolver solo, de sentirme desprotegido,
vulnerable.
- Está bien, pero… necesito ir poco a poco- Bella me miró con ilusión.
- ¿Piensas que dejaré que te pase algo? ¿Tu has pensado lo que me haría Alice, si
te sucede algo?- imitó una cara de exagerada angustia, y no pude más que sonreírla-
me mataría, por lo que me voy a asegurar de traerte sano y salvo.
- Me voy arrepentir, es más ya lo estoy haciendo- Bella comenzó reír al saber que
me había vuelto a ganar. No podía negarle nada y menos sabiendo el esfuerzo que
estaba haciendo por rehabilitarme.
- ¿Esta noche?- le pregunté asustado, no pensé que iba a ser tan pronto, tenía que
tener cuidado con Bella, no perdía el tiempo. Jacob estaba confuso.
- Bella…no sé si pueda- me miró, Jacob pensaba que iban solos, por lo que me
alegré de acompañarlos.
- Dime tu secreto- comenzó a bromear Jacob- dime como haces para que Edward
acepte todo lo que le pides- yo tenía la respuesta, estaba enamorado de ella.
- No acepta todo- rió Bella- nuestra relación es a base de trueques. Seguro que me
pedirá algo a cambio- bromeó.
- Hola chicos- nos dijo mi madre entrando en la habitación, repartiendo besos para
todos
- Llegáis en un buen momento- le dijo Jake- Vamos a tener que quedarnos con
Bella para siempre- al decir eso Bella se ruborizó.
Por suerte, Bella no había comentado nada sobre llevarme a la piscina delante de
todos. Sabía que se alegraban mucho por mis avances pero…inevitablemente me
hacían sentir presionado. ¿Y si mi salida no iba bien? ¿Y si necesitaba más tiempo?
Estaba seguro que Bella nunca me presionaría, pero no lo tenía tan claro con los
demás. Ellos no lo hacían conscientemente.
- 88 -
Por suerte el tema cambió pronto.
- Carlisle por favor, es mi decisión- nunca había visto a Bella tan seria. Mi padre
asintió no muy convencido
- Edward…tenemos un trato, confío en ti- esas palabras me las repetía una y otra
vez ella- Clases por masajes- me sonrió- si no lo cumples hablaré con mi abogado
¿eh?- Una vez más consiguió sacarme una sonrisa perdida.
Finalmente Bella se marchó a su casa para poder darse una ducha. Estaba muy
nervioso. Demasiado tiempo sin salir, sin vivir. Ahora todo se me hacía enorme.
BELLA
Cuando llegué a casa de Edward y lo vi tumbado en la cama, con los ojos cerrados,
me asusté. ¿Le había ocurrido algo?
Intenté preguntarle sin parecer preocupada, Edward sabía que para recuperarse,
no podía estar todo el día en la cama, aunque fuera lo más cómodo para él.
Su espalda debía estar dolorida pues…esas hamacas eran cómodas para un rato
pero no para pasar la noche.
Algo extraño noté en su mirada. ¿Era melancolía? No, no podía ser eso.
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Antes de volver a esa casa me prometí, a mi misma, olvidarme de todo lo ocurrido
anteriormente. Una relación no funcionaba si dos no querían, por tanto, estaba más
que claro que Edward no estaba interesado en mí, más que como una fisioterapeuta,
y yo lo respetaría. Eso no significaba que lo iba a dejar de querer, los sentimientos
no se controlan, lo cuidaría igual que si me perteneciera.
Por suerte, los movimientos de Edward eran cada día mayores, y no necesitaba
llamar a nadie para moverlo. Cuando estuvo boca abajo comencé a masajear su
espalda. Comencé suavemente y creí morirme. Me sentía genial al contacto con su
piel, me transmitía algo inexplicable que hacía a mi corazón latir más deprisa.
Finalmente si no me controlaba, la gente iba a tener razón con los físios, que en
vez de masajear sobábamos.
Llevaba días queriendo tratar con Edward un tema bastante peliagudo pero…no
encontraba el momento. Todo lo posible, con respecto a la rehabilitación de Edward
en su casa, estaba hecho. Había ganado bastante movilidad y ahora tenía que ganar
fuerza en los brazos, cosa que en casa no podría hacer.
Sabía que se había negado a salir de casa varias veces, por lo sentía miedo de solo
plantear la pregunta.
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Capitulo 16
Disfrutadlo
CAPITULO 16
Respiré hondo y una vez que estuvo de nuevo tumbado en la cama, tanteé la
situación.
- Edward… ¿te has planteado salir a la calle?- le dije con tacto, él se tensó- para
seguir la rehabilitación…me gustaría que fuéramos a un lugar. No queda lejos de
aquí.
- Bella…no puedo montar en coche- sabía que tenía pánico a subir en coche de
nuevo.
- Nadie esta preparado para nada. Todos tenemos miedos- yo era una de ella,
miedo a quererlo tanto- Pero…si no los afrontamos, viviremos a su merced, nuestra
vida siempre estará condicionada a esos temores. Debemos tomar control de
nuestras vidas.
Nunca antes había sentido tanto miedo, hasta que conocí a Edward. Miedo a
sufrir, miedo a que le pasara algo. Si me dejaba dominar por él, huiría de su lado y
no estaba dispuesta a ello.
- Está bien, pero… necesito ir poco a poco- Sin poderlo evitar me ilusioné.
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dar un paseo de diez minutos, cuando tú estés preparado, antes de ir a la piscina- al
decir piscina jadeó y me miró aterrorizado.
- Piscina…no Bella…yo…
- Edward… ¿confías en mí?- nunca le iba a dejar que le pasara algo malo.
- ¿Piensas que dejaré que te pase algo? ¿Tu has pensado lo que me haría Alice, si
te sucede algo?- intenté mostrar cara de terror- me mataría, por lo que me voy a
asegurar de traerte sano y salvo.
- Bella…no sé si pueda- Jake se pensaba que íbamos solos por lo que me apresuré
a aclararlo.
- Dime tu secreto- comenzó a bromear Jacob- dime como haces para que Edward
acepte todo lo que le pides- Ojalá fuera así, pero Jake estaba confundido. Había algo
a lo que no había accedido y era a pasar el resto de sus días a mi lado.
Carlisle y Esme llegaron al momento. Esme, tan cariñosa como siempre nos dio un
beso a cada uno de nosotros.
- 92 -
Jacob no tardó en contarles que había conseguido que Edward saliera a tomar un
helado. Todos se sorprendieron y Esme no tardó en sollozar de alegría.
Los pasos debían ser lentos pero seguros, sobre todo en el caso de Edward. Su
inseguridad era su gran problema.
- Bella…no es justo, tú realizas un trabajo y…- Quería decirle que yo hacía esto por
amor, pero…no era posible
- Bella…no me parece bien- Edward no era tonto y pronto supo de que iba nuestra
charla.
Tras esa última charla, aproveché para irme a casa para darme una ducha para
volver para "mi cita" con Edward. Aunque yo quería llamarla así, distaba mucho de
ser eso.
Busqué en mi armario y no tenía nada decente para ponerme. Algo tenía que
tener, no podía ir toda mi vida en vaqueros, alguna vez en mi vida me tuve que
poner otra cosa
Cuando llegué a casa de Edward, mis piernas temblaban. ¿Por qué? -No es una
cita, no es una cita- me repetía una y otra vez en mi cabeza. No podía engañarme,
esto no era más que una parte del proceso anti trauma para que Edward se dejase
tratar.
EDWARD
No sabía como me había dejado liar por Bella para salir esa noche. No me sentía
preparado, o mejor dicho me sentía aterrorizado, pero…ella tenía la capacidad de
hacerme ceder, de sentirme seguro a su lado.
Jacob me ayudó a vestirme, era muy triste tener que depender de alguien para
hacerlo, era muy triste ser un ser dependiente toda mi vida.
Si, sabía que había personas que estaban peor que yo pero… ¿eso acaso era un
consuelo? Para mi no, no encontraba consuelo sabiendo que había personas peores
que yo en estos momentos
Mi vida anterior creí que era perfecta, pero no lo era tanto como yo pensaba, ya
que faltaba lo principal…faltaba ella, Bella.
- 94 -
Pronto me independicé, elaboré una vida propia, llena de supuestos amigos y una
supuesta novia que me quería pero…todo se truncó aquel mes de noviembre del
2007, dejando mi vida en el asfalto y castigándome a pasar el resto de mi existencia
dependiente. Y lo peor es que no solo me castigaba a mí, si no que también lo hacía
con mi familia.
Me infligí día a día por no morir junto a Sam o al menos haber ocupado su lugar.
¿Acaso yo tenía más derecho a vivir que él? ¿Qué me hacía diferente a él para no
morir en aquella carretera?
Destrocé a mi familia, que fueron los únicos que estuvieron día a día a mi lado,
levantándome cada vez que caía, obligándome a respirar cuando yo me negaba y
alimentándome cuando yo me dejaba morir. Ellos… a los cuales les debían toda mi
existencia.
HASTA MAÑANAAAAAA
- 95 -
Capitulo 17
CAPITULO 17
El día que apareció Bella…supe que era un ángel mandado del cielo. ¿Me estaban
brindando la vida la oportunidad de ser feliz de nuevo? Y si era así ¿A costa de qué o
mejor dicho de quién? ¿Era justo que condenase a alguien sin ser juez? No, no lo
era, por mucho que mi corazón la llamase, por mucho que mi alma le perteneciese
- Si te digo que sí te mentiría. No lo estoy, pero… ¿Crees que lo estaría algún día?
–
Al decir eso el timbre sonó, Jake se apresuró a abrir, él tan bien como yo sabía de
quién se trataba, por lo que millones de mariposas revoloteaban en mi estomago,
como si de un adolescente me tratase. Mi corazón la sentía, mi corazón me delataba
ante ella y me hacía ser débil.
Al momento Bella apareció, como un ser alado al que solo le faltaba brillar para
ser celestial. Estaba realmente preciosa, con ese vestido que marcaba el contorno de
su cuerpo.
Tuve que tragar hondo antes de hablar para poder articular palabra.
- Si, me muero por un helado de chocolate prealineé. ¿Lo habéis probado?- ambos
negamos- no me lo puedo creer, no sabéis lo que os habéis perdido. Es una tentación
- 96 -
¿Vamos?- ¿Tentación? Bella no sabía el significado de esa palabra. Ella lo era, era
estar a su lado y no poder tocarla, acariciarla.
Bella empezó a hablar sobre ese helado. Sabía que había montado todo lo del
chocolate para distraerme, para hacerme olvidar cualquier temor oculto en mi
mente.
Jacob empezó a empujar mi silla hasta el ascensor y unos sudores fríos, recorrían
mi cuerpo. Llevaba más de un año sin salir y mi última salida no fue la más
agradable. Me daba miedo el bullicio, la gente, el mundo entero.
Una vez en el ascensor, no pude hacer más que cerrar los ojos. ¿Me quedarían
fuerzas sin estrenar? Las necesitaba como el oxigeno.
Al momento noté como Bella me tomaba de la mano y fue lo que me hizo darme
fuerzas para abrirlos de nuevo.
¿Cómo me conocía tan bien? ¿Cómo sabía lo que necesitaba en cada momento?
Creo que esta chica debía haber estudiado psicología a parte de fisioterapia o quizás
mejor, era mi ángel de la guarda.
Cuando Bella fue a soltarme para que pudiera estrecharla, la agarré con más
fuerza levantando mi otra mano. No quería que me soltase, la necesitaba. Ella me
sonrió.
Dan, había sido mi primera toma de contacto con el mundo exterior y no fue tan
mala. Se abstuvo de hacer preguntas incómodas y solo me expresó su alegría.
El primer contacto con la realidad no fue tan malo. Me encontraba como un niño,
- 97 -
intentando captar cada detalle pero…mis ojos, se habían vuelto lentos para captar
cada cosa que pasaba a mi alrededor, lo que me hacía sentirme más vulnerable.
Finalmente llegamos a la playa, la cual me pareció más increíble que nunca, con
toda su majestuosidad. El aire puro mezclado con el salitre me limpiaba mi interior,
eliminando sustancias tóxicas acumuladas a lo largo de este perpetuo año.
En poco tiempo llegamos a una heladería con una terraza al aire libre, que estaba
justo a pie de la arena de la playa.
Nunca había sentido tanto placer al tomar un helado, y no solo porque en mi vida
pasada apenas tenía en cuenta estos pequeños detalles que daban la felicidad, sino
porque la compañía era inmejorable.
Bella se desvivía por hacerme feliz, me trataba como lo hacía con Jacob, sin pena
ni compasión, y eso era muy gratificante para mí.
Jacob, vio a una chica que lo saludaba en la distancia y se acercó hasta ella,
quedándonos Bella y yo solos.
- 98 -
- ¿Gracias? ¿Por qué?- me sonrió
Al momento una canción comenzó a sonar. Una canción que había escuchado
muchas veces en mi vida pero que hasta ese mismo instante no me había parado a
escuchar con detenimiento.
Pero tú no eres yo
Y no sé si pueda hacerlo
No he dicho suficiente
- 99 -
Pienso que pensé que te ví intentándolo
Cada susurro
Considera esto
Considera esto
Considera esto
- 100 -
Ahí estoy en la esquina
Y no sé si pueda hacerlo
No he dicho suficiente
¿Era un sueño todo esto? ¿Era verdad que Bella no era real, que solo era un
espejismo? En ese momento tuve la necesidad de tocarla, por lo que tomé sus
manos, acercándolas hasta a mí. Sin poderlo remediar una lágrima salió de mis ojos
al comprobar que era ella, que era real, obviando que no estaba solo.
BELLA
- 101 -
El camino hasta la heladería fue algo extraño. Jacob y yo intentábamos mantener
una conversación más o menos fluida para calmar a Edward. Sabía lo reconfortante
que era una voz en momentos de angustia.
Edward lo miraba todo como si fuera la primera vez que lo veía, y no era mentira.
Él veía el mundo de diferente manera, su forma de mirar había cambiado después de
aquel accidente
Me había asegurado cuando me fui de casa de Edward en la tarde, que todo fuese
perfecto. No quería que nadie tuviese que ayudarnos a subir la silla de ruedas de
Edward a ningún sitio, eso solo haría incomodarlo.
Una chica morena, muy guapa, saludó a Jake en la distancia. Éste se disculpó y
fue hasta ella para saludarla.
- Bella…gracias- me dijo.
- ¿Gracias? ¿Por qué?- le sonreí, no podía darme las gracias por estar a su lado,
era mi mayor deseo.
- Edward…no lo hago como tal. Lo hago porque lo siento, porque quiero- Porque
te quiero
Ambos nos quedamos callados, cuando empezó a sonar una canción con un
volumen más alto que la anterior. Al parecer al camarero le gustaba. Al momento la
reconocí, REM "Losing my religion".
Todo el mundo se evaporó en ese momento, haciendo que mis oídos solo
escuchasen esa canción y los sentimientos que transmitían, haciéndome casi cerrar
los ojos
- 102 -
Cuando acabó, noté como Edward tomaba mis manos acercándolas a su pecho. Al
levantar mi mirada, hasta sus ojos, vi como una lágrima salía de los suyos,
rompiendo mi interior. Sin pensarlo dos veces lo abracé.
- 103 -
Capitulo 18
CAPITULO 18
Le hice gestos a Jacob que salía para afuera con Edward señalándole las zonas de
las tumbonas y él me asintió de una manera casi imperceptible, al ver la cara de
Edward.
Sin dificultad empujé la silla de Edward hasta la salida. Una vez allí me encaminé
hasta las hamacas, que aunque estaban en la arena, había un caminito de losas
blancas que te llevaban a cada una de ellas.
Edward no preguntó a donde nos dirigíamos ya que era obvio. Me fui a la más
alejada de la heladería para tener más intimidad. Una vez allí aproximé una de las
hamacas hasta quedar pegada al caminito. Le bajé a Edward el apoyabrazos de su
silla y le señalé la hamaca. Quería hacerlo olvidar y que mejor manera quitándolo de
esa silla.
Desde donde estábamos podíamos ver el romper de las olas y escuchar el sonido
de estas, algo bastante relajante.
Cuando me fui a sentar en la otra tumbona, junto a su lado, Edward tiró de mí,
sentándome en sus piernas.
- 104 -
Lentamente se apartó para mirarme a los ojos, de los cuales se escapaba una
lágrima de felicidad.
Esta vez no me quedé paralizada y le correspondí como tanto deseaba. Sus labios
me daban tiernas caricias, como si de un caramelo me tratase y eso lo hacía más
exquisito. Al momento sentí su lengua y me deshice. La mía no tardó en acariciarla,
mezclando nuestras salivas creando una sola.
Poco a poco me fui volteando hasta quedar sentada casi a horcajadas encima de
él. A nuestros besos se unieron las caricias.
- Bella…no sé si esto que estoy haciendo está bien. Sé que soy un egoísta pero…no
quiero perderte. Te necesito- me susurró al oído.
- Edward…no iré a ningún sitio sin ti, y si, estás haciendo bien, me estás haciendo
feliz, feliz por permitirme estar a tu lado- le musité yo.
- 105 -
- Me alegro entonces- Jacob me miró sin comprender pero sin querer preguntar,
cosa que le agradecí
Tras eso, ayudamos a Edward a subirse de nuevo a la silla de ruedas. Era hora de
volver a casa, Carlisle nos dijo que se dirigiría allí sobre esta hora, para asegurarse
que todo había salido bien.
Fuimos paseando por el paseo marítimo, tomados de la mano Edward y yo, con
cara de extrema alegría, mientras Jacob empujaba la silla sin comprender aún. Ese
momento no era de explicaciones, solo era de disfrute. Ya tendríamos tiempo de
revelarle lo ocurrido.
- Pues…déjeme decirle que eso tiene pena de cárcel- al decirme eso me atrapó
entre sus brazos abrazándome mientras me hacía cosquillas.
- Emm para, para- reía, al momento me di cuenta que Edward y Jacob nos miraban
asustados- ¿Quieres que piensen que no eres un policía serio?- esas eran las
palabras mágicas
- Hola soy Emmett Swan- le tendió la mano a Jacob y Edward. Este último sonrió
al escuchar el apellido- soy el hermano de esta delincuente- me volvió a abrazar
mientras todos sonreían.
- 106 -
- Ocupada, pero…te prometo que cenaré con vosotros el fin de semana- volví a
mirar a Edward, quería que él me acompañase.
Edward le contó como se había sentido a sus padres, los cuales no podían borrar
la sonrisa de su cara.
- Bella…nunca te podré agradecer lo que estás haciendo por mi hijo- sus ojos
estaban vidriosos- el día que te conocí supe que eras la persona indicada pero…me
quedé corta. Has sido un milagro, el milagro que me ha devuelto a mi hijo-
finalmente me abrazó y yo le correspondí- No sé como te pagaremos todo esto.
- Esme…no hay nada que pagar. Yo…soy la primera interesada en que Edward se
recupere- Sentía la necesidad de decirle a Esme mis sentimientos pero…temía su
reacción- yo…yo…- tomé una gran bocanada de aire- Esme, yo estoy enamorada de
él.
La reacción de Esme fue instantánea. Las lágrimas ya no era posible ser retenidas
en sus ojos por más tiempo y me abrazó
- Claro que si se quedará- respondió Esme por mí- Hay muchas cosas que celebrar
- Ya sé lo que quiero, quiero que te quedes conmigo esta noche, que no te vayas-
al oír eso un estremecimiento se apoderó de mi.
- 108 -
Capitulo 19
CAPITULO 19
- Claro que si, te lo dije esta tarde, no quiero que te alejes de mi- ¿Quién era este
Edward? ¿Dónde estaba el Edward inseguro?
Cuando se fueron Esme y Carlisle, Edward fue con Jacob para la habitación para
que este le ayudase a ponerse el pijama. Supuse que Edward iba a aprovechar ese
momento para decirle a Jacob que yo pasaría la noche ahí. ¿Lo haría?
- Bella…ahí tienes una camiseta amplia para que te cambies si quieres- miré para
el sillón y la vi.
Cuando salí del baño, solo había una luz tenue, en la mesita de al lado de la cama
de Edward.
- 109 -
- Hola…- fue lo único que pude decirle al acercarme a él. Edward alzó sus manos
para ofrecérmelas
- Edward…ahora soy feliz. ¿Piensas que apartándome de tu lado voy a ser feliz?
- Bella ¿de verdad estás enamorada de mí?- yo solo asentí y Edward suspiró
aliviado- yo lo estoy desde el primer día que te vi, desde tu monologo sobre meter
mano- comenzó a reír.
- Entonces…me escuchabas ¿eh?- sonreí- Siempre lo supe por eso no tiré la toalla.
- Claro que si y luchaba por no mirarte. Eso sería mi rendición, como después pasó
con "El vaca corre por el bosco"- imitó mi español y mis risas eran aún más audibles
- Siempre lo supe- sonreí con suficiencia- Por eso seguí viniendo. Por cierto…- me
ruboricé y Edward me miró curioso- No hay clases de español, es decir que…no hay
exámenes, estaba aprendiendo español pues sabía que te gustaban los idiomas-
Edward se sorprendió
- Es decir que todo ha sido una treta para embaucarme ¿no?- me acunó más en sus
brazos- Como supiste tanto…
- He estado en casa de tus padres. Cené con tu familia días antes de conocerte-
Edward rió amargamente- ellos me ayudaron a conocerte, me advirtieron de
que…no querrías ni verme, que harías lo posible por deshacerte de mi.
- Pues se confundieron. Desde que viniste a mi casa por primera vez…nunca quise
que te fueras- me pegó más a su cuerpo- has sido…mi salvación- y él había sido la
- 110 -
mía.
No supe que hora era ni donde estaba, cuando unos besos me despertaron.
- Buenos días mi niña- me susurró Edward al oído- son las 8 de la mañana, sé que
tienes que ir a trabajar- a trabajar, me dije a mi misma con pena.
- Hola…- le dije abriendo lentamente los ojos- ¿Cómo has dormido?- le dije al ver
sombras grises bajo sus ojos.
Le abracé, pegando nuestros cuerpos hasta ser uno, mientras cerraba de nuevo
mis ojos, apoderándome de todo el aroma que desprendía su cuerpo.
- Edward te he traído bo..llos de chocolate- eso último lo dijo solo para ella (Alice)-
Perdón- dijo volteándose.
Jacob también estaba en la puerta y que quedó perplejo al vernos metidos juntos
en la cama abrazados, por suerte tapados hasta la cintura.
Mi cara no estaba ruborizada, estaba peor aún. Edward comenzó a reírse, a lo que
yo respondí escondiendo mi cara en su pecho.
Vale, decidido con la excusa de irme a "trabajar", o lo que para mi viene a ser ir a
buscar trabajo, me marcharía rápidamente.
- Porque puedo hacerlo por mi mismo- eso era verdad, la cama de Edward bajaba
casi hasta quedar a la misma altura que su silla y luego solo tenía que arrastrarse un
poco.
- Es verdad- le sonreí.
- No voy a poder quedarme tengo que ir a…trabajar- me daba pena mentirle pero
era lo mejor.
- Bella…no te van a juzgar. Alice lleva agobiándome varias semanas para que
ocurriese esto- lo miré sorprendida, ¿Alice?- a mi hermana no se le escapa una Bella.
En el salón nos esperaban Alice, con una inmensa cara de felicidad, y Jacob un
poco confundido.
- Buenos días- nos abrazó Alice a Edward y a mi- he traído el desayuno- pegó unos
pequeños saltitos
- Sobrina- le aclaró, y Edward abrió sus ojos al máximo por la sorpresa- Chloé para
ser exactos.
- Alice…eso es una buena noticia- Edward estaba muy animado y eso me llenaba
de dicha, nunca lo había visto tan expresivo
En ese momento apareció Jacob con café y una jarra de zumo. La cara de
confusión de Jake desapareció, volviendo a tener su sonrisa de siempre.
- 113 -
Capitulo 20
Hasta
CAPITULO 20
Tras el desayuno, me despedí de Edward con un pequeño beso para irme a casa.
Una vez allí me puse unos vaqueros y una camisa azul. Tomé los periódicos y
comencé a señalar las ofertas más interesantes de trabajo, aunque ninguna era de
mi rama.
Media mañana había transcurrido y no había tenido éxito. De los trabajos que
había seleccionado, ninguno tenía experiencia previa, por lo que me descartaron
rápidamente, diciendo que guardarían mi curriculum por si salía algún puesto
acorde con mi experiencia pero…yo sabía que era imposible. ¿Cómo iba a salir un
puesto de fisioterapeuta en una empresa de construcción? ¿Acaso se le podían hacer
rehabilitación a los ladrillos?
Me paré en una cafetería para tomar algo para reponer energías. Volví a repasar
las ofertas de empleo de los periódicos, bajando aún más el listón.
- 114 -
- Está bien Isabella- me dijo el encargado- Ahora mismo solo hay libre el turno de
madrugada + mañana- sin poderlo evitar cerré los ojos.
No tenía otra salida, era eso o nada, y… mi situación no me permitía estar sin
trabajar. El sueldo era mucho menor que en la clínica, pero al menos…me daba para
sufragar gastos. Lo aceptaría hasta que encontrara algo mejor pero…teniendo en
cuenta que la crisis afectaba a todos por igual, me podía dar con un canto en los
dientes de tener al menos esto.
- Ey Bells que sorpresa- me abrazó, Seth era como Emmett para mí.
- Seth, ¿Se puede saber que haces que cada día estás más guapo?- le sonreí
- Eso es que me miras con buenos ojos. Bueno… ¿y a que debo esta grata visita?
- Claro que sí. Sabes que soy el encargado de que todo esto funcione por tanto…no
hay ningún problema, puedes venir cuando quieras.
- No me contó Emmett nada de que salías con alguien, siempre se está quejando
de "tu soledad"- dijo soledad pero se refería a relaciones con chicos. Después rió.
Fui hasta casa y me preparé algo rápido de comer. Estaba deseando regresar al
lado de Edward.
EDWARD
Ver a Bella dormir era lo más gratificante del mundo. Era preciosa, realmente
preciosa. Estaba tan concentrado velando por sus sueños que las horas pasaron
como minutos. Ya hacía al menos una hora que había amanecido y supuse que
tendría que marcharse a trabajar.
La desperté con dulces besos alrededor de sus mejillas. Estaba aún más preciosa
cuando despertaba.
Tras varias caricias, escuchamos un murmullo que provenía del otro lado de la
puerta. Me pareció la voz de Alice pero no estaba muy seguro, cuando la puerta se
abrió, confirmándome mis sospechas. Mi hiperactiva hermana había abierto la
puerta sin llamar, encontrándonos a Bella y a mi, metidos en la cama abrazados.
- Edward te he traído bo…llos de chocolate- eso último lo dijo solo para ella-
Perdón- dijo volteándose.
- 116 -
- Alice…te importaría…- le dije haciendo señas que cerrase la puerta sin poder
parar de reír al ver lo ridículo de la situación.
Bella escondió su cara en mi pecho y pude notar el calor de sus mejillas. Sin poder
evitarlo comencé a reír.
- ¿Y que malo hay en eso? Bella…te quiero- por fin podía decirle mis sentimientos-
y no me importa que los demás lo sepan.
- Porque puedo hacerlo por mi mismo- debía empezar a ser más independiente
- Es verdad- sonrió
- No voy a poder quedarme tengo que ir a…trabajar- sabía que me estaba dando
largas.
- Bella…no te van a juzgar. Alice lleva agobiándome varias semanas para que
ocurriese esto- Bella estaba sorprendida- a mi hermana no se le escapa una Bella.
Alice no podía disimular su felicidad por lo que ha había visto, haciendo a Bella
más de una vez ruborizarse. Bella intentó zafarse del desayuno, pero mi insistente
hermana no se lo permitió, lo que me alegró. Finalmente decidí intervenir. Mi
hermana era demasiado peligrosa cuando estaba feliz.
- Sobrina- me aclaró y me sorprendí. Era una niña- Chloé para ser exactos.
Jacob volvió a la mesa, trayendo café y zumo para los cuatro, volviendo a
comportarse como siempre, cosa que me alegraba. Jacob era un buen chico y le
debía mucho, pero sin hacía falta le pondría los puntos sobre las ies, no quería que
hiciera sentir mal a Bella.
Aproveché la mañana para hacer varias cosas pendientes, entre ellas darme una
ducha y llamar a mi padre, quería hacer unos cambios en casa. Por suerte mi padre
tenía la mañana libre y vino a verme.
- 118 -
Capitulo 21
Qué talllllllllll?
CAPITULO 21
- Hijo…te veo…de muy buen humor- me dijo sorprendido al verme moverme con
mi silla por la terraza.
- Bueno y creo que la medicina que te hizo estar así se llama Bella ¿verdad?- mi
padre me conocía demasiado bien
- Si, es ella. Siempre ha sido ella- le admití. Era tonto esconder un sentimiento tan
bonito.
- Edward…no sabes lo que me alegra escucharte así. Me alegro que por fin hayas
tomado las riendas de tu vida, que no te hayas rendido.
- Lo he pasado muy mal, y solo ella ha sido capaz de sacarme de ahí, aunque tengo
que decir que tengo mucho miedo- mi padre me miró sorprendido.
- Edward…no pienses eso. Cuando hay amor no hay cargas, ella siempre ha estado
a tu lado desinteresadamente, ahora con más motivos.
- Papá, necesito varias cosas- mi padre esperó- Mi teléfono móvil personal, sé que
lo guardas- mi padre sonrió asintiendo- quiero…una cama mayor articulada- aunque
la noche anterior habíamos dormido bien, sabía que esa cama era un poco pequeña,
mi padre no hizo ninguna pregunta- y por último, una silla de ruedas eléctrica, lo
más discreta y pequeña posible. No quiero que si salgo con Bella a la calle, ella me
tenga que empujar.
- No sé como le voy a pagar a Bella el cambio que has dado. Edward…cuida de esa
chica, es…es….
- 119 -
- Es ideal, perfecta, increíble…. ¿Quieres más?- le sonreí a mi padre y el negó.
Antes de marcharse Kate de casa, dejó el almuerzo hecho. Le pedí que hiciese
para tres personas, por si a Bella le daba tiempo de venir a comer con nosotros, cosa
que no ocurrió. Supuse que tuvo un día atareado.
- Bueno…me alegro mucho por ti. Sé que Bella es…una chica…especial- se notaba
dolor en sus palabras- y bueno…realmente te ha hecho mucho bien.
- Jacob… ¿Qué sientes por ella?- ahora me tocaba preguntar a mi, necesitaba
saberlo
- Solo te diré que siento algo que sé que puedo olvidar en estos momentos. Si
hubiese pasado más…quizás me habría dañado- eso me alivió.
- No quiero hacerte daño, Jake. Te aprecio mucho, has estado conmigo todo este
tiempo ayudándome…
Después de la conversación con Jake, me sentía mucho mejor. Todo había quedado
claro entre nosotros y eso lo hacía todo más cómodo.
- Mucho, pero…ahora quiero olvidar eso, estamos juntos- noté una pequeña pena
en sus ojos pero…no quise preguntar
- Eres muy gracioso Sr. Cullen- empezó a hacerme cosquillas algo que no podía
soportar.
Estábamos tan metido en nuestra pequeña guerra que no nos dimos cuenta que
mis padres habían llegado.
- Oigo música celestial- dijo mi madre riendo, lo que hizo que Bella parara de
golpe.
- 121 -
Era muy evidente que era muy feliz teniendo a Bella a mi lado. Mis padres podían
apreciar ese bienestar en mi, haciéndolos felices a ellos.
Mis padres se sentaron con nosotros en la terraza para charlar. Bella intentó
incorporarse para sentarse en una silla pero no la dejé. La mantuve presa de mis
brazos en la hamaca.
- Por cierto Edward…aquí tienes tu teléfono, tal como me has pedido. En cuanto al
resto…en dos días estará aquí- Bella me miró sorprendida.
Cuando se marcharon mis padres, le conté a Bella los encargos que le había
hecho.
BELLA
Habíamos pasado una tarde increíble juntos, y después con Carlisle y Esme.
Nunca me cansaría de decir que esa familia era muy especial.
Cuando se acercó la hora de cenar, pude notar a Edward un poco más nervioso.
- Y a dormir- me susurró Edward al oído. Era lo que más quería en la vida pero…a
las 5 A.M. tenía que estar en el nuevo trabajo y…como justificaría levantarme a las 4
A.M.
Edward, consiguió retenerme hasta más tarde de lo debido, lo cual sabía que me
arrepentiría cuando tuviese que levantarme.
- 122 -
Cuando me acosté eran las 00.30, por lo que apenas dormiría tres horas y media.
Llegué al trabajo cinco minutos antes. A esa hora había otro encargado, el cual me
enseñó el trabajo que tenía que hacer.
Me habían asignado cinco pasillos, con estanterías a ambos lados, de los cuales
me tenía que encargar de su limpieza, el control de caducidad de los productos,
inventario y reposición. Visto así no parece tanto, si no se tratase de zona de
droguería/perfumería, donde los botecitos eran minúsculos, zona de congelados,
donde casi me tenía que meter dentro del congelador para limpiarlo y reponerlo,
zona de refrigeración, donde los expositores tenía millones de yogures de todas
clases, etc. Aquello era el infierno, pero…aquel infierno me daría para pagar mis
gastos.
Me fui para el almacén y me senté sobre unas cajas, recostando mi cabeza sobre
otra.
Cuando me subí al coche para irme para casa, lloré. Estaba destrozada, reventada
y lo peor de todo derrotada anímicamente.
Fui a casa para cambiarme de ropa y darme una ducha. No podía ir a casa de
Edward oliendo a congelados, perfumes, polvo, etc.
- 124 -
Capitulo 22
CAPITULO 22
EDWARD
Quizás tenía razón, debía volver a trabajar pero…en algo que no me supusiese
salir de casa, no me sentía preparado para salir solo y menos para montar en coche.
Podía llevar trámites meramente administrativos, hoy día Internet era una
herramienta increíble, y podía hacer casi cualquier trámite por ahí.
Cuando llegó Bella me impactó un poco. Ella se intentó mostrar igual que siempre
pero…la vi muy cansada. Tenía mala cara y pude ver en sus brazos arañazos.
- Me lo he hecho con las cajas. La chica que se encarga de reponer los aceites y
demás está enferma y…bueno, lo he hecho yo. No estoy acostumbrada a las cajas y
me he arañado- sonrió. Parecía lógico lo que decía pero su nerviosismo no me gustó.
- 125 -
- Pareces cansada- la abracé
Nos metimos en mi cama abrazados. Estábamos hablando de cómo nos había ido
el día cuando noté que su respiración se relajaba. Se había quedado dormida. La
pegué más a mi cuerpo y me dormí con ella.
Jake, necesito tu ayuda para moverme. Bella está dormida por favor ven a mi
habitación. Entra sin llamar
Al momento Jacob estuvo allí para ayudarme. Me tomó en sus brazos y me sentó
en el sofá de mi habitación, no quería apartarme de al lado de Bella. Me dio varios
libros para entretenerme mientras.
Pasaron cuatro horas más y Bella seguía durmiendo. Esto ya no era normal…Bella
no debió dormir la noche anterior. Finalmente despertó.
- Hola Bella Durmiente- le dije con una sonrisa sin poder acercarme a ella, cosa
que maldije.
- Porque lo necesitabas. Estabas muy cansada- ahora estaba a mi lado por lo que
tiré de ella y la senté en mis piernas
- Edward…hoy no hemos avanzado nada. Llevamos varios días sin hacer nada.
- ¿Qué no hemos hecho nada?- la besé- Entonces ¿esto que es?- la volví a besar
No pude evitar que Bella no volviese a trabajar, era demasiado terca como para
acceder, aunque por suerte, la sesión de hoy era más corta.
Pasó una semana, y Bella parecía estar menos cansada físicamente pero su cuerpo
no decía lo mismo. Era como si hubiese pasado un momento de adaptación.
Conseguí que se quedara a dormir en casa la noche del sábado al domingo, pasando
ese día todo el rato a mi lado. Por suerte para ese día ya teníamos una cama mayor,
adaptada a mis necesidades.
Mi nueva silla eléctrica, tardó un poco más en llegar, haciéndolo hace poco menos
de dos días, por lo que tuvimos que posponer la cena con el hermano de Bella, me
había negado a que Bella tuviese que empujar mi silla.
Habíamos dado paseos cortos por alrededor de mi casa, para que me fuera
acostumbrando a salir, además así fortalecía mis brazos. La mayoría de los días los
dábamos solos, por lo que teníamos más intimidad, era un rollo tener que ir con
carabina, por muy buena persona que fuera Jacob.
Bella había preparado todo para que esa tarde fuéramos a la piscina, lo que me
tenía bastante preocupado. Por ser el primer día Jacob nos acompañaría.
Bella no exageró al decir que estaba cerca de casa el gimnasio, apenas estaba a
un kilómetro.
- Hola soy Edward Cullen su novio- le aclaré, Bella me miró sonriendo. ¿Qué me
pasaba? Parecía un perro marcando territorio pero…me sentía mejor así
Bella le dijo que no era necesario que nos lo mostrase todo ya que sobre todo,
usaríamos la piscina climatizada y el jacuzzi, aunque a Jacob si le interesó conocer
más, pero Bella lo frenó.
Mis nervios eran aún mayores, no creía estar preparado para todo esto, es más me
superaba la situación y Bella lo captó.
Entramos en una sala, con muchas taquillas y una camilla en el centro. Bella se
acercó hasta esta y rápidamente colocó una enorme sábana que la cubría.
- 128 -
- Vale…lo primero que haremos es un poco de relax, te vendrá bien- se acercó a mi
oído para que yo solo pudiera oír lo siguiente- estás un poco tenso y…quiero
relajarte- eso me hizo estremecer
La camilla estaba demasiado alta por lo que no podía deslizarme solo. Jacob me
tomó en sus brazos y me sentó en la camilla.
- 129 -
Capitulo 23
CAPITULO 23
Por suerte Bella no tardó mucho en deshacerse de mis pantalones, dejándome con
un bañador tipo boxers, moviéndose de nuevo alrededor de la camilla para situarse
detrás de mi cabeza.
- Quiero que cierres los ojos, relajes tu respiración y pienses en algo que te guste-
hice lo que me pidió sin decir más, y por supuesto pensaría en ella.
Tras cinco minutos, pude notar como su respiración y la mía estaban acompasadas
y ella empezó a mover las yemas de sus dedos por mi frente, bajando posteriormente
por mis mejillas hasta llegar a mi mentón. Repitió esos movimientos varias veces,
transportándome a mis pensamientos, despegando mi alma de mi cuerpo.
- 130 -
Poco a poco fue bajando por mis brazos, dejando una marca de fuego imaginaria
en ellos. Después hizo lo mismo con mis piernas, mi torso, hasta llegar de nuevo a
mi cara.
Había perdido la noción del tiempo, realmente Bella había conseguido hacer
desaparecer mis nervios y traerme calma.
- Edward…ve abriendo lentamente los ojos, pero sigue respirando igual- me costó
volver a mi, estaba muy relajado.
- ¿Cómo puedes ser tan perfecta? Bella…me tienes loco- le susurré al oído y la
noté que se estremecía en mis brazos.- Por cierto…dime que…no le haces lo mismo
que me has hecho a mi a ningún paciente- recordé mi casi erección, ella sonrió.
Seth vino hasta mí y me cargó en sus brazos sin dificultad. Salimos de esa
habitación y entramos en un lugar donde el ambiente era cálido. Al momento vi un
- 131 -
jacuzzi.
Bella se fue rápidamente a una de las duchas que estaban al lado y se metió
debajo. No podía evitar mirarla, se veía muy deseable mientras el agua recorría su
cuerpo. ¿Qué me pasaba? Mis hormonas y deseos había estado dormido más de un
año y hoy… ¿iban a hacer todos su acto de presencia?
- Ahh…que contraste- dijo Bella al sentir el agua caliente- Está bien…por favor
sitúalo aquí- señaló el borde. Por suerte ese jacuzzi no estaba a ras de suelo, era
elevado.
Seth me sentó en el borde, haciéndome meter las piernas. Podía sentir el agua
caliente en ellas.
- Ahora, envuelve tus brazos por debajo de sus axilas, como si lo abrazases por
detrás y lo dejas caer lentamente sobre este asiento, yo ya lo sujeto- Seth lo hizo tal
y como le pidió Bella- Genial…ya lo tengo yo.
Bella sitúo sus rodillas encima de mis muslos para evitar que me escurriera.
Después Seth se marchó. El lugar donde estaba sentado, tenía unas agarraderas en
el interior del asiento, supongo que era un jacuzzi especial para personas como yo.
- ¿Estás preparado para las burbujas?- estaba más preparado para ella.
- Bella…me gustaría estar un rato contigo, tranquilo, ¿es posible?- finalmente esto
de venir aquí no era tan malo. Nunca pensé que iba a estar metido con Bella en un
jacuzzi a 38ºC
Solté mis manos de las agarraderas para tomarla por la cintura y noté como mi
cuerpo se deslizaba por el asiento, por lo que rápidamente volví a agarrarme. Bella
comenzó a reírse al ver mi cara de pánico.
A Bella no le pasó por alto mi jadeo, con lo que empezó a besarme. Nuestros
labios se unieron volviéndome loco.
Ahora los jadeos no provenían de mi boca, ahora era ella las que me los regalaba,
provocando que mi excitación fuera aún mayor si cabe.
Ya no tenía por que controlar mi erección, es más me alegraba que estuviera ahí,
pues así eliminaba todos mis temores de estar incapacitado en eso también.
Bajé mi boca hasta el cuello de Bella, deslizando mi lengua por él. Ahora yo no era
el que movía a Bella hacia mí, ahora era ella la que hacía esos movimientos que me
volvían loco y hacía que mi boca soltase sonoros gemidos.
Subí mis manos por su cintura hasta llegar al lateral de su pecho, deslizándolas
después hasta quedar encima de ellos, masajeándolos con delicadeza, a lo que Bella
respondió soltando sus manos de las agarraderas para hacer que mis manos los
tocasen de una forma más efusiva, cerrando sus ojos quedando ciega de placer.
Hasta ahí todo fue bien, sin contar que al soltarse Bella, mi cuerpo se resbalaría
sin que nos diéramos cuenta, a causa de la excitación, hasta quedar medio
sumergido.
- Bella…- le dije tomando su cara en mis manos- cariño, estoy bien, tranquila.
- Edward si quieres puedo avisar a Seth para que nos ayude a….- no la dejé
terminar. Aunque había pasado un mal rato, lo ocurrido anteriormente bien lo había
merecido.
- De eso nada, quiero disfrutar de esto contigo. Bella estoy bien- le sonreí
intentando disimular mi nerviosismo.
Antes de activar las burbujas, me colocó una especie de arnés que me sujetaba el
cuerpo al asiento. Era un poco incomodo pero era una medida de precaución, ya que
las burbujas harían mover más mi cuerpo.
Cuando Bella se aseguró que todo estaba bajo control se relajó en su asiento,
tomándome la mano. En ese momento, me vine abajo. La había hecho pasar un mal
trago y todo por ser un….., preferí no pensar el calificativo que me merecía
- 134 -
Capitulo 24
CAPITULO 24
Por suerte Bella estaba con los ojos cerrados y no pudo distinguir como unas
lágrimas rodaban por mis mejillas. Esto era lo que yo más temía, hacer sufrir a mis
seres queridos, hacer sufrir a Bella.
Ella salió y tomó su móvil, que había dejado junto a una silla al lado de la ducha.
Al momento a apareció Seth.
- Hola chicos… ¿Qué tal fue?- Bella se volvió a meter en el agua para soltar mi
arnés.
- Fenomenal- me apresuré a decir para evitar que Bella dijese nada- He estado en
el cielo- le sonreí a ella, la cual me devolvió esa sonrisa.
Una vez en casa, cenamos junto a Jacob y después nos fuimos a mi habitación para
tener intimidad.
BELLA
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El momento Jacuzzi con Edward fue…el paraíso. Nunca había tenido tanto deseo
por alguien en mi vida.
Ni mucho menos era de las personas que pensaba llegar virgen al matrimonio,
pero…tampoco iba a regalarle mi inocencia a cualquier hombre.
Pronto sentí como su miembro respondía a los estímulos que le brindaba mi sexo
húmedo. Si antes era Edward era el que jadeaba, ahora era yo la que gemía con su
contacto, moviéndome sobre él.
Cuando Edward atrapó mis pechos en sus manos dulcemente, me olvidé de todo,
cerrando mis ojos, soltando mis manos de las agarraderas y presionando sus manos
más fuerte sobre mi pecho, provocándome más deseo.
Edward estaba cubierto de agua hasta casi su nariz. Rápidamente tiré de él con
angustia. Me había dejado llevar y no me había dado cuenta de que estuve a punto
de ahogarlo.
- Siento haberme soltado…yo…- quería llorar pero no quería hacerlo sentir mal
por lo que aguanté como pude.
- Bella…- tomó mis mejillas en sus manos- cariño, estoy bien, tranquila.
Rápidamente lo abracé fuertemente para que no viera mis lágrimas, que casi ya
caían por mis mejillas.
- 136 -
Quise terminar el día en el agua por hoy, pero Edward…no lo permitió. Sabía que
estaba tan asustado como yo, pero…no quería hacerme sentir mal.
Me aseguré varias veces que estaba bien sujeto, antes de accionar el botón de
funcionamiento del jacuzzi. Hasta que no me aseguré que todo estaba correcto, no
me relajé en mi asiento, tomando a Edward por la mano.
A lo largo de esos veinte minutos, no pude relajarme, a pesar que las burbujas
intentaban hacerlo. Sentía que le había fallado, no había cuidado de él como debería
haber hecho.
- Tranquilo…no hace falta que mañana vayamos a la piscina, puedo llamar a….- me
interrumpió.
- Cariño…no pasó nada- tiró de mis manos para sentarme en sus piernas como
solía hacer.- Al revés…créeme que ha sido lo mejor del mundo. Quería proponerte
que…-suspiró- vinieras a vivir conmigo- al oír eso jadeé.
- Edward…te quiero, nunca he querido a nadie como a ti- le quise aclarar- pero…
debemos ir un poco más despacio para no equivocarnos. Tú has salido de un
estado…difícil, me da miedo que yo solo sea…- no me dejó terminar.
- ¡Para!- le grité- ¿A que viene eso? Nunca dije eso, es más te he dicho que si
quiero hacerlo pero no ahora- Edward me miró sorprendido, ahora era yo la que
estaba furiosa- Las cosas no son tan fáciles. Apenas nos estamos conociendo, tu
vives con un chico al cual le puede incomodar que yo viva aquí, yo tengo un
apartamento el cual tendría que dejar y… ¿Y si pasa algo entre nosotros? ¿Y si te
arrepientes que viva contigo? Me quedaría en la calle, tendría que volver a vivir con
mi hermano y su novia….- ahora casi sollozaba. Me había dolido la respuesta de
Edward.
- Disculpa, será mejor que me vaya, estoy cansada y mañana tengo que trabajar-
Tomé mis cosas sin esperar que él pudiera decir nada y me fui.
Tenía miedo si, pero…era algo humano. Nunca me había arrepentido de nada de
lo que había hecho en mi vida, y no quería hacerlo ahora.
- 138 -
De camino a casa en mi coche, escuché mi móvil sonar pero no iba a responder, y
menos conduciendo. Puse la radio a un volumen alto para no escuchar el maldito
teléfono.
- 139 -
Capitulo 25
CAPITULO 25
Eso no me ayudaba a sentirme mejor. Amaba a Edward con todo mi alma, sabía
que él había vuelto a descubrir la vida y estaba muy feliz pero…en esta vida, para
avanzar, hay que dar pasos pequeños, si vas corriendo todo el tiempo llega un
momento en que te cansas y te vienes abajo.
Yo también TE AMO
- Hola…- susurré.
- Bella…te esperaré, sabes que las puertas de mi casa están abiertas para ti.
- Lo sé. Dejemos que acabe el año académico de Jacob, solo faltan seis meses y
luego…volveremos a hablar del tema
- 140 -
Tras una breve pausa, retomó la conversación.
- Quiero contarte algo…- esta vez sonrió- voy a…volver a trabajar- mi sonrisa fue
enorme- no he conseguido que el magistrado celebre los juicios en el salón de casa-
dijo burlón- pero…he hablado con mi padre y voy a gestionar trámites
administrativos, contratos, documentación…etc, en casa.
La tarde en la piscina fue genial. Esta vez no nos acompañó Jake pues…Edward se
sentía seguro con Seth y conmigo.
Como la vez anterior en el jacuzzi, Seth sentó a Edward en el borde, pero esta vez
de la piscina, mientras yo me daba una ducha ligera.
Dado a que esta vez iba a tener que hacer más esfuerzo, nadé un par de largos en
la piscina, antes de recoger a Edward.
- Si, a parte, yo estaré aquí, no te voy a soltar- Al decirle eso se dejó caer al agua
Nuestra pasión crecía por momentos, y no era el mejor sitio para ello. Ya había
cometido una vez el error de dejarme llevar y esta vez…no iba a volver a ocurrir.
- 141 -
- Edward….no quiero que pase lo de ayer….- le dije medio jadeando.
- No, es…- ¿Cómo le decía que era mas virgen que la mismísima Virgen María?- no
sé como decírtelo- me ruboricé
- Edward yo nunca he….- no hizo falta decirle más, Edward no pudo evitar
sorprenderse y no era para menos. Tenía 25 años y eso no era muy corriente.
- Me muero porque llegue el sábado entonces- dijo riendo con cara perversa.
Los días pasaron y ya era viernes. Y tenía un gran problema, no tenía nada
decente para ponerme, necesitaba a Rosalie.
Cuando salí de trabajar, decidí llamar a Rose para quedar para comer. Ella tenía
un gusto increíble para la ropa, seguro que me ayudaría, a parte…quería contarle
muchas cosas.
- Rose…por favor esto que te voy a contar no puede salir de aquí- ella asintió,
necesitaba contárselo a alguien- me despidieron al no dejar de tratar a Edward.
Hubo problemas entre Carlisle y el Sr. Cam.
- Y que hay del padre de Edward…es abogado, él debe saber que hacer.
- Rose…no hay otra cosa. No tengo experiencia más que en lo mío, a parte la
crisis…ha acabado con muchos puestos de trabajos, y por supuesto los mejores se lo
llevan los más preparados- sonreí amargamente
- Bella… ¿Por qué no me avistaste? Lo has debido pasar…muy mal. Vuelve a casa
con nosotros…no te hará falta ese trabajo, y podrás buscar algo mejor.
- No Rose, no puedo ni quiero hacer eso. Tengo 25 años, no puedo estar viviendo
toda mi vida de vosotros, a parte…bueno, necesitáis intimidad- sonreí al recordar las
fiestas sexuales entre Emmett y Rose.
- No Rose. Edward me ha pedido que vaya a vivir con él pero…es pronto aún. A
parte él no sabe nada de mi trabajo. Necesito encontrar otra cosa antes.
Después de almorzar nos fuimos de tiendas para comprar todo lo necesario para
el sábado.
Al primer lugar que fuimos fue a una tienda especializada en ropa interior.
Rose se volvió loca, quería comprar ropa que ni yo misma conocía que existía.
Mini braguitas y mini sujetadores pero…me sentiría incomoda con eso. Necesitaba
algo… tipo Bella, algo de mi estilo. Yo tampoco usaba bragas de cuello vuelto, usaba
culotes.
Tras muchas vueltas encontramos lo que buscaba, era perfecto para mi. (ropa
interior en mi perfil)
- 144 -
Cuando salimos de la tienda, Rose se apresuró a llevarme a la tienda de ropa,
donde ella siempre compraba. Al momento escuché como alguien me llamaba.
- Si…Bella quería comprarse algo para la cena con tu hermano el sábado- Alice
abrió los ojos enormemente.- Vamos a ir a cenar los cuatro a un restaurante- aclaró
Rose.
- Supongo que tienes pareja- dijo Rose señalando la barriguita de Alice- ¿Queréis
venir?- Alice ya no era ella, se había puesto casi a saltar de la emoción.
- Si por supuesto Alice…sé que a Edward le hará mucha ilusión- era verdad.
- Claro que si- dijo Rose enlazando su brazo con el de Alice- Vamos.
En ese momento entendí que era mejor avisar a Edward de que me retrasaría,
para no preocuparlo.
- 145 -
Me metí en un probador y no dejaban de traerme vestidos. Estaba totalmente
mareada. Para la próxima vez tenía que tener en cuenta no traer de compras a Alice
y a Rose juntas, era horrible.
- Bella…he pensado que…no quiero que le cuentes a Edward que mañana vamos a
ir Jasper y yo, quiero darle una sorpresa- sonrió.
Cada una se fue para un lado y yo huí hasta mi coche. Ahora no estaba cansada
estaba destrozada.
Cuando llegué con Edward, mi cara era un poema. A mi cansancio del trabajo
tenía que sumarle una horrible tarde de compras.
- 146 -
- Edward…no voy a pasearme así por aquí está Jake.
- Esta noche cenaremos aquí, Jake está de exámenes por tanto no le importará-
eso me relajó.
Entre risas me metí en el baño de Edward. La verdad que me vendría genial esa
ducha con agua caliente. Estaba destrozada.
- Hola cariño, he traído la cena- al abrir los ojos vi una mesa camarera, llena de
comida
- Edward…me dormí- me sentía fatal, para un rato que pasaba con él, me la
pasaba durmiendo.
- Pero…te ayudaría trabajar menos y así puedes pasar más tiempo conmigo.
Bella… sabes que por suerte, no tengo problemas económicos…
- Edward por favor me incomoda eso. Es tuyo y yo quiero lo mío, lo que me gano
con mi trabajo- Por suerte no insistió
Acercó el carrito hasta ponerlo cerca del sillón donde yo me sentaría y cenamos
sin hablar más del tema.
- 147 -
Por fin era sábado a las 12 P.M., mi trabajo en el súper había acabado. Tendría un
día y medio entero para dedicárselo a Edward. Le había prometido que no me
separaría de él en todo el rato.
Corrí a casa para cambiarme y recoger mis cosas para pasar el fin de semana en
la de Edward.
- Si pudiera lo haría pero…ya sabes que la encimera está demasiado alta para mí.
He hecho una pequeña trampa, he pedido comida casera a domicilio.
Almorzamos y luego nos fuimos a descansar un rato, que para mi fue más tiempo.
Esta noche…iba a ser importante para mí y no quería ir durmiéndome por los
rincones.
Cuando me desperté Edward ya se había dado una ducha y estaba con el albornoz
puesto.
- Soy bueno, de verdad soy bueno- empezó a gritar Edward desde fuera riendo.
EDWARD
Por fin Bella estaba en casa. Estaba empezando a odiar ese dichoso trabajo. Cada
día le quitaba más tiempo y a parte de llegar destrozada, por mucho que intentara
disimularlo.
Era la primera vez que íbamos a estar completamente solos hasta el domingo por
la noche. Le había dado el sábado y el domingo libre a Jake para aprovechar y tener
intimidad.
Pedí el almuerzo con tiempo para que cuando llegase Bella a casa, todo estuviese
listo para que se sentase a comer. Quería mimarla tanto como ella me mimaba a mí.
Aproveché que estaba dormida para darme una ducha. El baño estaba preparado
para que lo pudiese hacer solo, a parte había recuperado la movilidad de mis brazos
casi en su totalidad.
- 150 -
Capitulo 26
Nota: Siento comunicaros que hasta el domingo por la noche o lunes por
la mañana no habrá una nueva actu. Me voy de fin de semana con mis niños
a la playa, necesito relax, jajajajaj y allí no tendré Internet.
CAPITULO 26
- Dios…Bella…te has propuesto que me de un infarto hoy ¿no? Estás preciosa- Ella
se ruborizó y se acercó a mi.
- Te he estado mirando y…veo que te falta algo- le dije intentando aguantar la risa.
- ¿Si?- comenzó a mirarse- Creo que está todo, no entra nada más dentro del
vestido- me acerqué hasta mi cómoda y saqué una cajita. (N/A: guiño a una de mis
pelis preferidas Pretty Woman)
- Es para ti- se la cedí- Es algo que todas las mujeres de mi familia tienen. Mi
padre me lo entregó cuando era un niño para que se lo entregara a mi futura
esposa. Hoy día sé que serás tú.
- 151 -
- Bella… ¿te gusta?- pude ver sus ojos vidriosos
- Bella…no llores por favor- el nudo de mi garganta cada vez era mayor, no
buscaba esa reacción en ella.
De Rosalie, solo conocía que era la mejor amiga de Bella y que era como su
hermana. Siempre estaba ahí para cuando la necesitaba.
El restaurante, no estaba muy lejos de casa. Una vez más mi novia, había
adaptado la situación para no hacerla incomoda, dado a que aún no había
conseguido reunir fuerzas para montarme en un coche.
El restaurante que habían elegido era muy original. Tenía una zona al aire libre
delimitada para dar intimidad y separar a los comensales. El camarero nos
acompañó para enseñarnos nuestra mesa y cuando llegamos me sorprendí. Allí
estaban Emmett y la que supuse que era Rosalie, pero también estaba mi hermana y
Jasper.
- Mi hermana….- susurré.
Tal y como me había comentado Bella, Emmett era un tipo genial. Se veía que
quería a su hermana por encima de todas las cosas.
Rosalie también era muy buena chica. Se la veía muy enamorada de Emmett.
Lo pasamos genial, entre risas, brindis y bromas. Ahora me había dado cuenta que
mi familia se había agrandado. Ahora también estaban Emmett y Rose.
Bella y yo, estuvimos todo el rato haciéndonos caricias furtivas por debajo de la
mesa. Nuestras manos unas veces se entrelazaban y las mías otras veces se perdían
por sus piernas, haciendo tensar a Bella y sonreír para evitar que nadie se
percatase. Sabía que estaba siendo cruel pero…cuanto menos quedaba para estar
juntos…más la ansiaba.
BELLA
La noche estaba siendo increíble. Había sido una gran idea añadir a la cena a
Jasper y Alice. Parecían que todos se conocían de toda la vida.
Las manos de Edward y mías estuvieron entrelazadas por debajo de la mesa todo
el rato. A veces, él se soltaba de nuestro agarre para darme tiernas caricias en mi
pierna, deslizando sus dedos por debajo de mi vestido y acariciando mi muslo. En
más de una ocasión, ahogué un jadeo en la servilleta, que posteriormente disimulaba
con una tos. Edward me regalaba sonrisas traviesas, que hacía que mi temperatura
corporal ascendiera unos grados.
- Yo llevo otro mira- Alice llevaba un vestido con cuello de cisne, por lo que no se
veía su collar, se lo retiró un poco y me lo mostró. Era idéntico al mío- No sabes el
gusto que me da que lo lleves tú- me tomó la mano- Sabes…Edward nunca se lo
quiso entregar a ninguna chica, es un acto que significa mucho para nosotros.
Jasper también tiene su símbolo Cullen mira- tomó la muñeca de Jasper y le apartó
la camisa. Llevaba una pulsera con el mismo escudo (Está en mi perfil)
Cuando Edward llevara su pulsera sería... como si selláramos algo. Ambos con el
mismo emblema, ambos…marcados para siempre.
- Bella…olvídate de ese maldito trabajo y vete a vivir con él. Sé que está bien
posicionado y no pasareis…- la corté
- Rose… ¿eres tú? ¿Desde cuando te gusta que un hombre te mantenga?- mi amiga
se ruborizó
- Tiene razón Bells, creo que me dejo llevar por mis hormonas revolucionadas.
Edward volvió pasados diez minutos. Había tardado pero…no iba a preguntarle.
Debía darle un poco de intimidad.
Cuando llegó la hora de irnos, se había hecho bastante tarde, apenas quedaban
dos mesas ocupadas en el restaurante, y lo peor es que habíamos sido de los
primeros en llegar.
- Emmett por favor, deja de llamar a la gente por diminutivos, a todo el mundo no
le gusta eso- le dije y todos rieron. No pude evitar sonrojarme.
- Pues tendrás que pensar uno para acortar de el mi pequeña lagartija- dijo Alice
acariciando su tripita- aunque…lo veo difícil.
- Para mi no hay nada difícil Ali, a ver… ¿Cómo se llamará la princesa?- la miró
con suficiencia, y no pude evitar reírme. Mi hermano no sabía lo que hacía.
- Clhoé- dijo con una gran sonrisa, y todos reímos. Mi hermano palideció.
Finalmente nos despedimos de todos. Cada uno se fue hasta su coche, mientras
Edward y yo íbamos paseando, agarrados de la mano
La noche había sido todo un éxito. Había visto a Edward reír toda la noche, lo
había visto feliz, y eso…alimentaba mi alma.
Ahora…los nervios se apoderaban de mí. Sabía que esta era la noche que
habíamos elegido para dar un paso más en nuestra relación pero…tenía miedo.
El amor era algo precioso, y hacerlo debía ser algo inexplicable pero…no podía
evitar sentir nervios
- 156 -
- ¿Lo has pasado bien?- Edward rompió el silencio.
- Tu hermano y Rose son increíbles. Nunca pensé que aquel policía imponente
podía ser tan chistoso y agradable- añadió.
- Bella… ¿Por qué vinisteis aquí? ¿Y tus padres?- Hacía mucho que no hablaba de
ese tema, Emmett y yo nunca lo hacíamos. Aunque mi hermano intentaba parecer
que no le importaba, sabía perfectamente que no era así.
- Vinimos a buscar un futuro mejor que el que nos podía brindar Forks- tomé aire
y comencé a relatarle mi historia- Cuando Emmett se vino a estudiar a Florida, mis
padres pensaron que era una locura. Mi padre quería que mi hermano, siguiera sus
pasos allí en Forks pero…Emmett no quería verse como él. El que asienta allí sus
raíces…no escapa. Mi padre nunca lo entendió- hice una breve pausa- Emmett y
Rose ya eran novios en Forks y no querían separarse por lo que se vivieron juntos
para acá. La vocación de Emmett estaba clara, y aquí en Florida estaba una de las
mejores academias de policía del país. Cuando acabé el instituto, dos años más
tarde…me entró el mismo miedo que a Emmett, me daba pánico quedarme atrapada
en aquel pequeño pueblo. Quería ir a la universidad, siempre quise estudiar
fisioterapia y en Forks no podía. Tenía millones de sueños por cumplir y por
supuesto…echaba mucho de menos a mi hermano. Mi padre nunca lo entendió.
Decía que sus hijos lo habían abandonado- sonreí tristemente- Es un hombre
autoritario y mi madre…no puede hacer nada en contra de eso. Lo quiere tal y como
es. Ella dice que nosotros haremos nuestra vida, y…no se quiere quedar sola.
- Yo si, hace… cinco años. Cuando me vine con Emmett y Rose, me concedieron
una beca. Era mi única forma de estudiar ya que no tenía ninguna ayuda económica
por parte de mis padres. Viví con Emmett y Rose muchos años, hasta que acabé mi
carrera y conseguí un trabajo. Vivo sola desde hace un año- le aclaré- Después de
marcharme, volví a verlos dos Navidades seguidas pero…me cansé. Mi padre seguía
enfadado por el supuesto abandono y hacía que mi estancia allí no fuera del todo
agradable. Emmett no volvió.
- Tranquilo, ya lo superé. Con mi madre, hablo de vez en cuando por teléfono, pero
- 157 -
Emmett no la perdona. La cree tan responsable como a mi padre, ya que ella…nunca
ha hecho por venir a vernos. Vive por y para mi padre.
- Si Edward pero…nosotros somos sus hijos- ¿una madre podía olvidar así a sus
hijos?
Supuse que para Edward no era algo fácil tampoco. Sabía que había tenido
relaciones sexuales antes pero…fue antes, con otra movilidad.
Subimos al ascensor en silencio, dejando que solo nuestras miradas hablasen. Una
vez llegado al ático bajamos, aún agarrados de la mano. Ambos podíamos notar el
nerviosismo del otro, por lo que Edward tomó mi mano fuertemente y me susurró.
- 158 -
Capitulo 27
Advertir que este capitulo tiene escenas de sexo, por si hay alguien que no
quiera leerlo, queda advertido.
Disfrutaddddd…..
N/A: hay una parte contada por un narrador para evitar los PV Bella y PV
Edward, después viene el PV Bella pero continuando la historia.
CAPITULO 27
NARRADOR
Tras cerrar la puerta, cosa que le costó debido al manojo de nervios en que su
cuerpo se había convertido, Edward giró su silla y clavó sus penetrantes ojos en ella.
Bella, pensó que el rubor no podría subir de intensidad, pero era evidente que él,
sabía como nadie como ir subiendo la gamma de los cárdenos en sus mejillas.
Ella, se acercó a él titubeante, presa de unos nervios que su cuerpo era incapaz de
controlar. Al instante en que su mano se posó en la de él, supo que nada iría mal.
Edward tiró de ella hasta hacerla sentar encima de sus piernas. Delicadamente,
giró el rostro de su preciosa novia, y contemplándolo con absoluta devoción, acercó
sus labios a los de ella, envolviendo éstos, con una serie de besos tiernos, delicados,
pero con una destreza que conseguía llenar de calor el cuerpo de Bella.
-No quiero que estés nerviosa princesa- Susurró en su oído, mientras su mano
- 159 -
ascendía y descendía por su espalda, dibujando sensuales culebrillas.
Edward empujó la silla hacia la habitación. Bella que por unos instantes había
conseguido relajar un poco su cuerpo, se tensó mientras veía acercarse la puerta del
dormitorio.
-Shss… Tranquila mi vida… Tranquila. Todo irá bien- Prometió entre susurros.
Miró a Bella que seguía parada en el centro del dormitorio, y una sonrisa de amor
y compresión llenaron su rostro.
Ella se acercó sin vacilar. Deseaba a ese hombre con tanta intensidad, que a veces
pensaba que era lujuria, pero ésta, iba a ser su primera vez, y el desconocimiento
del terreno, hacía que esa lujuria permaneciese oculta, a la espera de que el amor
de su vida abriese esa puerta y todos sus miedos saliesen huyendo, permitiéndola
amarlo sin medida, con destreza, sin inseguridades ni dudas.
Edward la abrazó por la cintura pegándola más a él. Sabía que ésta noche tomaría
las riendas, el control y no le importaba. Al contrario. Una criatura tan bonita le iba
a dar el mejor de los regalos, y se lo iba a dar a él. Y por primera vez en mucho
tiempo, se sentía merecedor de un regalo tan valioso. La quería con locura, y se lo
iba a demostrar con creces.
-Ponte de pie princesa, quiero hacer algo- La pidió con voz ronca.
Ella obedeció, quedándose parada frente a él. Veía el deseo en los ojos de su
novio, y eso hizo que sus pulmones necesitasen respirar más rápido. Las manos de
él, le giraron la cintura hasta dar con la cremallera de su vestido y comenzó a
bajarla lentamente. Bella cerró sus ojos, cuando sintió la tela descender por su
cuerpo hasta el suelo. Se atrevió a mirarlo, cuando las manos de él ascendían por
sus muslos hasta sus caderas, no pararon hasta subir por sus costados y
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posicionarse a la altura de sus senos, sin a penas tocarlos, comenzó a musitar
bajito…
-Eres tan bonita Bella. Tan hermosa… Tan absolutamente encantadora- Estaba
embriagado de deseo, pero a la vez de verdadera admiración.
-Tú me haces bonita Edward- Dijo ella tomándolo por las manos y llevándolas a
sus senos presa de la urgencia de sentirlo sobre su piel.
Edward aprisionó suavemente sus pechos sobre la fina tela del sujetador,
acariciando la turgencia de unos pezones erectos para él, y un jadeo surgió de lo
más hondo de su ser. Bella comenzó a desabrochar la prenda, y Edward retiró sus
manos una fracción de segundo antes de posarlas de nuevo sobre la sedosa piel de
sus montañas. Los miraba extasiado, sus pulgares comenzaron a rodear sus
pezones, y pasando una mano por su espalda, la acercó a él y comenzó a lamerlos
despacio, abarcando con sus húmedas caricias el contorno rosado, para después
introducir uno de ellos en su húmeda y desesperada boca.
Bella tuvo que agarrarse a sus hombros, el equilibrio era precario, no sólo por las
sensaciones tan calientes y placenteras a las que le llevaba su novio, sino a los
tacones que aún llevaba puestos. Se descalzó sin apenas moverse, y atrajo la cabeza
de Edward con fuerza a su pecho.
Sus gemidos iban subiendo de intensidad, a medida que Edward incrementaba sus
lamidas, cuando sus dientes apresaban el pezón, jadeó su nombre…
-Sabes tan bien…- Susurró con una voz tan sensual que ella lo separó
bruscamente de sus pechos, para cazar su boca y besarlo con desesperación.
Sus lenguas danzaban lujuriosas mientras él apretaba sus nalgas bajando sus
braguitas. Bella lo ayudó separándose lo suficiente para facilitarle la tarea, y
descubrió maravillada, que ningún miedo tenía, lo había sustituido por deseo puro y
duro, por ganas de más, por ganas de Edward, de su piel, de su miembro, de sentirlo
dentro de ella…
- 161 -
-Desnúdame Bella. Quiero que lo hagas tú- Pidió acariciándole el rostro y
mirándola fijamente a los ojos.
Cuando terminó con el último botón y la retiró hacia atrás, sus manos y después
sus labios, acariciaron el torso de Edward, provocando suaves gemidos en él. Retiró
su camisa tirándola al suelo, y recostó a Edward en la cama bajando lentamente sus
manos hacia su cintura. Desabrochó su cinturón rozando su miembro duro, él jadeó
arqueándose ligeramente. Ella, se sonrojó pero estaba decidida, así que lentamente
bajó sus pantalones mientras él se incorporaba levemente. Los boxers de Edward,
revelaban una realidad caliente y dura, y Bella comenzó a dudar y a odiar su
inexperiencia.
-No. Digo si. Quiero decir, te creo… o algo- Y el rubor no tardó en subir de
tonalidad, consiguiendo que Edward carcajease.
-Eres tan perfecta mi vida. Te quiero y te deseo con toda mi alma- Juró el con
pasión.
Ella hundió su cara en su cuello y después de besarlo, suspiró y puso sus manos
en su pecho, invitándolo a tumbarse en la cama tendiéndose a su lado.
Edward la besó sin dejar de acariciarla. Las manos de ambos, recorrían sus
- 162 -
cuerpos en un itinerario perfecto, deteniéndose en algunos parajes
placenteramente, dejándose llevar por las sensaciones, disfrutando de sus pieles.
Bella acarició su miembro con timidez, y él jadeó en su boca. Bajó su mano hasta
ponerla sobre la de ella, y comenzó a moverla, frotándola con movimientos rápidos.
Bella la retiró, y comenzó a masturbarlo por instinto, mojándola con la humedad de
la excitación de su novio.
Él, se echó sobre la cama y se dejó llevar, gimiendo, jadeando y una de sus manos
bajó hasta la entrepierna de su novia que a esas alturas estaba húmeda y caliente.
Separó las piernas de Bella y comenzó a pasar los dedos por su sexo. Al sentirlo, el
jadeo de Bella envolvió la habitación, desconcentrándola por momentos de su tarea,
por lo que Edward tuvo que tomar de nuevo la mano de ella y seguir con la fricción.
Edward comenzó a empujar, sintiendo que rompía su tope y Bella jadeó de dolor.
Él volvió a parar mientras ella se echaba sobre su pecho.
Edward clavó sus pies en el colchón para tomar impulso en sus estocadas,
haciendo que sus cuerpos chocasen, llenando la habitación de jadeos y de sonidos
excitantes. Bella comenzó a arquearse cuando notó que su interior se llenaba de un
placer que le restaba aire a sus pulmones. Edward apretaba sus labios sin quitar su
miraba de ella, preso de la excitación que la imagen de su novia le estaba dando.
Notaba que llegaba al orgasmo e incrementó sus embestidas. Bella dejaba caer su
cuerpo con fuerza contra él, notando el miembro de Edward llenar todo su interior.
El sudor resbalaba por los cuerpos de ambos, haciendo difícil el agarre…
Tocaron el cielo con sus manos. Por primera vez en muchos años, Edward estuvo
conforme con su realidad. Estaba exhausto, pero tremendamente feliz con su novia
entre sus brazos, agotada y jadeante. El mundo seguiría su curso ahí fuera, pero
para él, su Universo hizo una parada indefinida.
BELLA
Dormimos abrazados, desnudos, piel con piel, siendo el sueño más placentero de
mi vida.
- Mierda- murmuré para mí. Me lo había dejado encima de mi cama con las prisas.
Me daba cosa, abrir el armario de Edward para buscar una camiseta, por lo que
me coloqué la camisa que llevó la noche anterior, estremeciéndome al olerla.
Su aroma estaba muy marcado, y no podía evitar recordar la noche que me había
hecho pasar. Tenía necesidad de más, quería volver a ser suya, Bella, tómatelo con
calma
Salí de la habitación y fui a la cocina para hacer el desayuno. Hice tostadas, café,
zumo y me fui con la bandeja de nuevo a la habitación.
- Yo creo que si- le dije sin pensarlo dos veces colocando la bandeja sobre la
mesita.
Lo volvía loco…eso era lo mejor que me podía decir ahora. En la noche anterior
me sentía muy insegura. No sabía como moverme, que hacer pero hoy…ya no había
pudores, inventaría y sobre todo lo haría disfrutar.
Una vez que me quitó su camisa, me quedé solo con mis culotes ya que no me
había puesto el sujetador.
Edward, me agarró por la espalda y tiró de mí, hasta acercar mi pecho hasta su
boca, haciéndome gemir al notar su lengua húmeda jugando con mis pezones
erectos.
Con mis piernas fui deslizando las sábanas que cubrían el cuerpo desnudo de
Edward, pudiendo ver de nuevo su sexo excitado.
- Dios Bella…no sabes lo que me gusta verte así- la voz de Edward sonaba ronca
de placer.
- Edward…no aguanto…no…
Cuando miré a Edward tenía una enorme sonrisa en su cara. Pero…aún el juego
no había acabado.
Me volví a sentar encima de su sexo y comencé a besar sus labios. Poco a poco fui
deslizando mi lengua por su cuello alternándola con pequeños mordiscos. Bajé hasta
su torso, deslizando mi lengua por él. Podía notar como se estremecía. Finalmente
llegué hasta su sexo.
Poco a poco la deslicé por toda su largura, dándole suaves lamidas, como si se
tratase del más dulce caramelo.
Ahora mis movimientos eran más seguros, dado a que Edward no paraba de
gemir. Esto me provocaba un placer distinto al que me daba él, disfrutaba al verlo
así, retorcerse de placer que yo le provocaba.
Al decirme eso subí hasta colocarme de nuevo entre sus piernas, sin pensarlo me
penetró, ahogando un gemido en nuestras bocas.
- 167 -
Ya casi no podía moverme, empezaba a notar como mi interior se contraía,
explotando la culminación en mi interior. Al momento noté el culmen de Edward,
haciéndolo casi gritar mi nombre.
Sin poder aguantar más caí encima de Edward agotada, empapada de sudor.
- Bella, cariño… ¿Estás bien?- me preguntó tras estar cinco minutos inmóvil
encima de él.
- Y yo a ti.
Pasaron al menos, cinco minutos más hasta que mi cuerpo volvió a pertenecerme
y acatar mis órdenes.
- ¿Quieres desayunar?- el café debía estar helado y las tostadas más de lo mismo
Pasó un mes más, y la movilidad de Edward era casi total, excepto poder caminar
o girar su cintura. Eso solo tenía una solución y era la operación.
- 168 -
Capitulo 28
CAPITULO 28
Ese mes lo aprovechamos para pulir el miedo de Edward a montar en coche. Era
necesario que lo perdiera, pues…no todo estaba cerca de su casa.
Sabía que mi coche, no parecía de todo seguro, por lo que las siguientes veces, le
pedí a Emmett que me prestase su coche que era mucho más confortable.
Poco a poco fue como conseguimos que Edward superase sus miedos, y volviese a
montar en coche.
Edward había destrozado su coche en el accidente por tanto carecía de uno. Esa
tarde me sorprendió.
- Me parece genial, hoy día venden coches preparados para ti- intentaba no decir
"minusválidos" eso le hacía sentir mal.
- No Bella…lo voy a comprar para ti. Yo…no me siento preparado para conducir-
suspiró- No puedes estar pidiéndole a tu hermano su coche cada vez que queramos
ir a algún sitio. A parte…bueno…no me gusta el coche que llevas.
- 169 -
- Bella, olvida el dinero. Necesito un coche adaptado a mis necesidades y…yo no
puedo conducir.
- Gracias.
Días después, Carlisle nos acompañó a comprar el coche. Edward, había estado
mirando los modelos que le gustaba por Internet, por lo que fuimos directamente a
por el que le gustaba. Eso era algo que me gustaba mucho de Edward, era una
persona decidida y sabía perfectamente lo que quería en cada momento.
El coche que había elegido era realmente precioso ( está en mi perfil) . Había
solicitado unos cambios para adaptarlo a él, entre ellos que el asiento del copiloto
fuera un "asiento grúa" para no necesitar ayuda para subirse.
Aunque él nos hacía creer que era totalmente feliz, yo sabía que no era así. Sabía
que odiaba su condición de minusválido, odiaba tener que estar sentado en una silla
y sentirse limitado.
Más de una vez intenté animarlo para que diese el paso definitivo. Era consciente
del riesgo que corría pero la tasa de éxito era mucho mayor
Por otra parte estaba la rehabilitación. Era bastante dura, ya que debía estar
tumbado boca arriba, sin hacer movimientos por un tiempo y después tendríamos
que volver a empezar, pero esta vez ya no era de cero. No perdería la movilidad de
sus brazos ni de sus piernas, pero…Edward se negaba.
Finalmente opté por no volver a hablar con él del tema, ya que siempre
acabábamos peleando y no era justo.
Se lo decía por él, yo lo amaba tal y como era. Quería ayudarlo a luchar por
sentirse feliz consigo mismo pero solo conseguía que me soltase una de sus
adorables frases como ¿te arrepientes de ser la novia de un "inútil?"
Esta noche de sábado, Carlisle había organizado una fiesta para celebrar el 25
aniversario del bufete de abogado del que era dueño. Había invitados todos los
empleados con sus familias, más a algunos miembros de otros bufetes importantes
de Florida. Mi hermano y Rosalie también estaban invitados.
- 170 -
Edward no quería ir. Rehuía de cualquier evento multitudinario y yo sabía que se
debía a estar en la silla de ruedas. Por suerte conseguimos entre Alice y yo
convencerlo. Carlisle se merecía ese esfuerzo por parte de su hijo. Él había sufrido
tanto como Edward y ahora…él debía corresponderle.
- Edward…Por favor cambia la cara- le dije antes de meterme a darme una ducha.
- Cuando regresemos a casa- cuando se ponía así era peor que un niño pequeño
Sin decirle más saqué del armario de Edward, el vestido de Alice había diseñado
para esta ocasión. Por suerte, había conseguido hacerla entrar en razón y que el
traje tuviera más tela. (está en mi perfil)
Cuando llegamos, casi todos los invitados ya habían llegado. Cuando entramos,
fue inevitable que todos nos mirasen.
EDWARD
Nadie de mi familia, o eso creía yo, se estaba dando cuenta, de todos los esfuerzos
que estaba haciendo por recobrar la normalidad.
Para mi no era nada fácil, vivir en una silla de ruedas, limitado, dependiente.
Lo que más me preocupaba era Bella. Ella hacía todo lo posible por hacerme feliz,
nunca ponía inconvenientes para nada. Muchas veces, me animaba a dar el
siguiente paso, y yo la seguía gustoso, pero…hoy día no hay más pasos que dar.
Muchas veces era muy injusto con ella, ¡dioss! Pero no podía evitarlo. La rabia de
impotencia me comía por dentro, ella lo merecía todo y yo no podía dárselo.
Odiaba todo estos tipos de eventos sociales, en el cual sabía perfectamente que
- 171 -
sería estudiado a fondo. Todos conocían mi tragedia personal.
Intenté negarme, pero…sabía que era inútil. Mi padre quería estar acompañado
por su familia en ese día tan especial para él.
Cuando nos estábamos vistiendo, no podía disimular mi enfado o tal vez mi miedo.
Sabía que me comportaba como un niño pequeño pero… prefería camuflarme dentro
de ese niño asustado que había en mi interior, antes de sacar la bestia que me
corroía día a día, que me inutilizaba, que no me dejaba ser feliz.
Bella estaba preciosa con su vestido rojo vino. Ella no estaba más tranquila que
yo. Sabía perfectamente que no le gustaban las reuniones sociales pero...sabía que
debía estar ahí. Una vez más Bella se volvía a sacrificar por mí.
Una vez allí, tal como sabía, cuando entramos por la puerta del jardín donde se
celebraba el evento, todas las cabezas se volvieron para mirarnos. Bella tomó mi
mano para infundirme valor.
- Hola chicos- corrió mi abultada hermana hasta nosotros- Creí que os habíais
fugado.
- Ojala pudiera- susurré, Bella carraspeó haciéndome señas con los ojos para que
guardase mis comentarios
- Alice…solo hace una semana que no nos vemos y wow, tu tripa ha vuelto a
crecer- sonrió Bella.
- Vayamos para los asientos, Alice tiene las piernas muy hinchadas- dijo Jasper.
Jasper fue a acompañar a Alice al baño, mientras Rosalie y Emmett hablaban con
unos amigos que habían encontrado casualmente en la fiesta, cuando alguien
conocido me habló.
- Hola Eddie- solo había una persona que me había llamado así, y hacía cerca de
dos años que no la veía.
- ¿Claudia?- me volteé con mi silla para ver si había acertado. Ella era la hija de
uno de los trabajadores de confianza de mi padre y mi ex novia.
- Veo que no me has olvidado- me sonrió. No la había vuelto a ver desde días
después de mi accidente.
- Me alegro verte recuperado- miré para donde estaba Bella y la vi hablando con el
hijo de Robert Clean, el odioso Matt Clean, poniéndome muy nervioso.
- Edward…siento todo lo que ocurrió. Yo…sé que nunca tuve que haberme alejado
de ti- la miré sorprendido, ¿a que venía eso ahora?- pero…tuve miedo.
- 173 -
- Eddie…me alegro que todo se haya resuelto entre nosotros, creí que…bueno me
guardabas algún rencor. Mi padre se pondrá muy contento…- la interrumpí antes de
accionar la palanca de movimiento, estaba viendo a Bella incomoda por culpa de
Matt y no se lo iba a permitir.
El terreno no era liso, pero por suerte mi silla era casi todo terreno. Accioné la
palanca para que la silla avanzase lo más rápido posible.
- Quizás yo te pueda dar más que un inútil sentado en una silla de ruedas- al
escuchar eso mi mano se soltó de la palanca.
- Quería saber si estabas bien- miré a Matt a la cara con rabia, mientras él me
sonreía
- Si tranquilo, mejor vamos con Alice y Jasper- ambos nos volteamos, Bella
estudiaba mi cara para ver que había escuchado. Intenté hacerme el tonto para no
hacerla sufrir.
- Bella…aléjate del imbécil ese. No es más que un baboso- le dije sin mostrar todo
el dolor que tenía en mi interior. Sabía que era un inútil pero no me gustaba que
nadie se lo recordase a mi novia.
Intenté olvidar todo lo ocurrido minutos antes, estaba deseando que todo acabase
y volviésemos a nuestra tranquilidad diaria.
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- Hombre Edward…- bien, ahora era el padre de Claudia con Claudia- Me ha dicho
mi hija que…habéis solucionado las cosas- ¿decirle que no estaba molesto con ella
era solucionar algo? Ojala todos mis problemas se solucionasen igual. Alice me
miraba intrigada y confusa.
- Si, bueno….no ha pasado nada ¿no?- al decir eso, Claudia corrió hacia mí, se
sentó en mis piernas y me besó. Me tomó desprevenido y me costó unos segundos
reaccionar. Para cuando lo hice todos nos miraban.
Era un inútil, lo era y debía asumirlo. Era incapaz de partirme la cara con un tío
cuando molestaba a mi novia, era incapaz de correr tras ella para detenerla cuando
había un error, era incapaz de hacerle el amor sin que ella tuviera que trabajar por
los dos, era un ser inservible.
Tuve que salir a la zona del parking para encontrar a Bella abrazada a Jasper
llorando. Me sentí miserable por hacer sufrir al ser más perfecto del mundo, aquel
que luchaba por mi felicidad día a día.
- Bella…escúchalo por favor. Creo que ha habido un tremendo error- le dijo Jasper
sin saber de lo que hablaba. Sabía que confiaba en mí pues sino, no habría ido a
detener a Bella.
- Gracias Jazz- le dije casi en un susurro. Cuando Bella escuchó mi voz me dio la
espalda. Jasper se fue para darnos privacidad- Bella…por favor…necesito que me
escuches.
- Edward muchas veces una acción vale más que mil palabras. Creo que ha estado
claro ¿no?- dijo sorbiendo su nariz.
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- No Bella, lo que has visto no es real. Ella se ha confundido ha malinterpretado
nuestra conversación- sonaba raro pero…era la verdad.
- Edward, ¿realmente crees que soy tonta? Por favor ¿como crees que alguien
puede… malinterpretar- dijo sin creer esa palabra- algo así?
- Bella cariño…yo te quiero a ti- Moví mi silla rápidamente para tirar de Bella para
hacerla caer encima de mi, y no soltarla- te amo Bella…solo te amo a ti, Claudia se
ha confundido- sin darme cuenta estaba sollozando- Por favor…créeme.- Bella no
dijo nada solo me abrazó
BELLA
Alice estaba preciosa. Su tripa cada día era mayor y se la veía muy feliz.
Aproveché que Edward estaba acompañado por Alice y Jasper para ir a por algo de
beber.
Me acerqué hasta la barra de bebidas más cercana para pedir, por suerte no había
mucha gente.
- Por favor una copa de vino y…algo sin gas- le pedí al camarero.
- He venido para pedir alguna bebida para mi NOVIO y para mi- le sonreí, él se
inquietó y no pude evitar que mi sonrisa fuera aún mayor.
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Capitulo 29
Mañana no habrá actu hasta la noche, tengo pediatra con mis mellis.
Al parecer hoy estoy más que inspiradas y en mis dos fic hay lemmon, así
que vuelvo a la advertencia. Este capi tiene Rated M por tanto si eres
sensible no lo leas.
CAPITULO 29
- Según me dijo Carlisle, habían fumigado para las moscas esta mañana, pero creo
que tú sobreviviste a ello ¿no?- No iba a tener ninguna consideración con nadie que
no la tuviese conmigo, le había dicho que tenía pareja y aún así no perdía el tiempo.
- Te equivocas de animal, yo soy más salvaje que eso, prefiero ser un…
- Disculpa creo que te estás equivocando conmigo- no me iba a andar con rodeos,
la situación era ya bastante incomoda- soy la novia de Edward Cullen y no creo que
al anfitrión de esta fiesta le guste como te estás comportando, con un miembro de su
familia.
- Pues yo tengo unas contracturas por aquí- el muy imbécil señaló su torso- ¿no te
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gustaría quitármelas?
- Yo te pago lo que me pidas- Este tipo se creía que era una prostituta
- Lo siento pero no, discúlpame mi novio me espera- dije mientras tomaba mi copa
de nuevo llena.
- Quizás yo te pueda dar más que un inútil sentado en una silla de ruedas-
finalmente había acabado con mi paciencia. Quise partirle la cara pero…me contuve
por Carlisle.
- Quería saber si estabas bien- miró a Matt con odio, al parecer se conocían.
- Si tranquilo, mejor vamos con Alice y Jasper- Nos fuimos alejando mientras
estudiaba para ver si Edward había escuchado algo. Supe que no al verlo tranquilo,
si se hubiese enterado la hubiese liado.
- Bella…aléjate del imbécil ese. No es más que un baboso- era más que eso.
Volvimos con Alice y Jasper. Alice tenía una bandeja de canapés en sus piernas, y
no pude evitar reírme. Finalmente Jasper iba a tener razón que nuestra Clhoé era
una comilona.
- Hombre Edward…- iba con la misma chica con la que Edward había hablado
antes- Me ha dicho mi hija que…habéis solucionado las cosas- No entendí nada.
- Si, bueno….no ha pasado nada ¿no?- al decir eso, la chica corrió hasta Edward,
sentándose en sus piernas para después besarlo. En ese momento quise morirme.
- 179 -
Siempre tuve en cuenta, que esta posibilidad podía existir, que Edward en cuanto
volviese a rodearse de su entorno y volviese a sus labores cotidianas, se diese
cuenta que yo no era lo que necesitaba pero…pensé que ya habíamos superado ese
punto.
Algo habían hablado esa chica y él cuando estuve soportando al hombre lapa. Algo
que había destrozado mi vida y mi futuro.
- Jasper por favor necesito estar sola, quiero irme de aquí- él no tenía por qué
tragarse todo mi dolor.
- Por favor espérate, todo ha debido ser un error- sin pensarlo lo abrace y lloré.
- Gracias Jazz- escuché y me volteé para evitar que me viera llorar. Jasper se
separó de mi para marcharse- Bella…por favor…necesito que me escuches.
- Edward muchas veces una acción vale más que mil palabras. Creo que ha estado
claro ¿no?- sorbí mi nariz angustiada. No hacia falta que me explicase. Lo amaba si,
y por ello le dejaría ser feliz. Todos nos merecíamos ser felices aunque yo no tuviera
esa suerte.
- Edward, ¿realmente crees que soy tonta? Por favor ¿como crees que alguien
puede… malinterpretar- ¿malinterpretar?- algo así?
- 180 -
- Bella…ella es Claudia mi ex novia. Ella…- todo estaba claro ya, yo solo había
servido para sanar sus heridas, él realmente estaba enamorado de ella.
Permanecimos allí un rato más. Ambos aún estábamos demasiado afectados por lo
ocurrido. No hizo falta palabras, nuestras miradas y nuestras bocas enlazadas
hablaban por si solas.
Agradeció a todos sus empleados por haberlos ayudado a creer en sus sueños y a
su familia por estar con él en todo momento. Recordó todos los momentos vividos en
- 181 -
esos 25 años, incluyendo el accidente de Edward, muy por encima. Sabía que
Edward no estaba preparado aún para eso, y sobre todo porque Sam, su compañero
de trabajo, murió en ese accidente.
Todos alzamos las copas y brindamos por volver a recordar todo esto dentro de 25
años.
EDWARD
- Hijo…quiero darte las gracias por haber venido, sé que para ti no ha sido fácil- ni
que lo digas, casi pierdo a mi novia, pensé para mí.
- Papá, no tienes que agradecer nada. Tú has estado a mi lado siempre, sin
importarte nada, incluso echándote de mi lado, nunca me has abandonado- mi padre
había soportado mis llantos, mis frustraciones, mis ganas de morir, todo.
- Mis cuatro hijos- señaló a Bella y Jasper como sus hijos- junto a tu madre…sois lo
más importante para mí. Todo lo demás sobra si estáis vosotros. Por eso
quiero…devolverte algo que te pertenece- me entregó una cajita
- ¿Algo que me pertenece?- tomé la cajita y la abrí. No pude evitar jadear cuando
vi que se trataba de mi pulsera Cullen, la cual perdí en el accidente. No pude
impedir que una lágrima se escapara de mis ojos- Papá es…
- Papá gracias. No sabes…no sabes lo feliz que me hace tener esto. Significa
mucho para mi, es un orgullo ser un Cullen.- Ambos nos abrazamos emocionados.
Nos despedimos de todos, y no pude evitar sentir un gran alivio. Por fin acababa
la dichosa noche, una noche que me podía haber costado la pérdida del ser más
maravilloso del mundo.
Bella conducía en silencio. Me sentía mal pues sabía todo lo que había sufrido en
esa noche, empezando por el maldito Matt Clean y acabando por Claudia.
- Bella…Siento todo lo que ha pasado esta noche- rompí el hielo, ella me miró con
una mirada cálida.
- 182 -
- Yo también, siento que…bueno la fiesta se empañara por…
Subí un poco más hasta acariciar su pecho por encima de su vestido, haciendo que
mi masculinidad creciese por momentos.
- Creo que no- tragué hondo mientras miraba sus piernas jugar con los pedales del
acelerador/freno/embrague.
- Quizás esto si- tiró de un recogido de su cabello haciendo caer su pelo sobre sus
hombros.
- Bella…-jadeé- para, quiero que pares, quiero que me hagas el amor ahora, no
aguanto más.
Bella aceleró al máximo el coche para recorrer la última calle que desembocaba
en el garaje de mi apartamento. Accionó el mando para que la puerta se abriera y
volvió a acelerar para dirigirse a nuestra plaza de parking.
Una vez allí desabrochó su cinturón y el mío con urgencia para sentarse sobre mí
a horcajadas, haciéndome jadear de nuevo.
- 183 -
- Diosss…- solo pude decir eso, apenas me había rozado y el placer estaba siendo
era máximo.
- Veo que voy por buen camino- empezó a desabrochar mi camisa mientras me
besaba con lascivia.
- Sabes que nos puede ver alguien ¿no?- ¿Qué me importaba a mi en este
momento quien nos viera? Tenía deseo de ella y no podía esperar más.
Bella se alzó para quitarse el vestido, quedando solo con sus mini braguitas
encima de mí. Yo aproveché para tomar el mando de mi asiento y desplazarlo un
poco para atrás, para dejar más sitio. Por suerte me había comprado un coche
grande.
Con mis pulgares, tracé círculos sobre sus pezones rosados, estimulándolos al
máximo.
Bella gemía, echando su cabeza para atrás, dejándome espacio libre para atrapar
su pecho entre mis labios y succionarlo, mientras ella apretaba nuestros sexos,
friccionándolo en cada movimiento.
La tomé por sus glúteos para ayudarla en el aquel movimiento que me estaba
volviendo loco, mientras lamia su cuello, llevándome a su paso gotitas de sudor que
se estaban formando sobre ella.
Bella estaba llegando a un punto que me estaba haciendo enloquecer, por lo que
la detuve.
- Bella…quiero probarte, quiero tenerte en mi boca- quería darle el placer que ella
me regalaba.
- Edward…es imposible, apenas hay espacio y…- no dijo más, pero sabía que era lo
que quería decir: Yo no me podía mover para situarme en la misma postura que
había estado ella.- Tranquilo cariño, eso lo podemos hacer más tarde ahora…te
necesito dentro de mí
Su cavidad cada segundo estaba más y más húmeda, haciendo que mi miembro se
deslizase en su interior sin dificultad, llegando a límites insospechados
Bella se agarró al respaldar de mi asiento, para hacer más fuerza y así acelerar los
movimientos. En ese momento mi teléfono móvil sonó.
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- Olvídate de él mi niña, olvídate de él- no quería que parase ahora
- No estoy tan loco como para perderte ahh. Me vuelves loco, te amo cariño ahh. Y
ahora…no pares por dios, no pares- mi culmen estaba muy cerca
Cuando me recuperé vi que todos los cristales del coche estaban empañados por
lo que si alguien hubiese entrado en el parking no nos habría visto. En ese momento
recordé la llamada.
- Bella…- ella yacía encima de mi pecho recuperando el aliento- Por favor podrías
darme mi teléfono. No es normal que llamen a esta hora, debe haber ocurrido algo.
- Gracias cariño- nos besamos. Miré la pantalla para ver quien había llamado- Es
mi madre- dije sorprendido. Bella me miró preocupada.
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Capitulo 30
Disfrutaddddddd
CAPITULO 30
- ¿Está de parto? – quería que me afirmara y que me dijera que todo iba bien.
- Al principio pensamos que era una indigestión de canapés pero…creo que si está
de parto, aunque no ha roto aguas.
- Ven aquí pequeña- tiré de ella para sentarla en mis piernas- Te amo con locura.
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- Edward…Alice se ha comido todos los canapés de la fiesta. Cuando los
camareros le ofrecían uno, ella le tomaba la bandeja entera- Bella volvía a sonreír y
eso para mi era felicidad.
- Jasper… ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no estás con mi hija? – le preguntó mi madre
nerviosa.
- Me han pedido que espere aquí un momento. Alice está de parto pero…aún no ha
roto aguas. Le tienen que poner un enema para…- sin poder evitarlo sonreí- Se
comió todos los canapés de la fiesta- ahí no pudimos aguantar y todos reímos
incluido Jasper.
Emmett y Rose, fueron a comprar varios cafés. La noche pintaba ser larga en
aquella sala de espera.
Mis padres estaban sentados y abrazados, Rose y Emmett estaban igual, pero
yo…tenía que estar sentado en esa maldita silla, mientras Bella estaba sentada en
esos asientos incómodos, sin poderla abrazar.
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Durante todo el rato que estuvimos esperando, estuve enumerando todas mis
limitaciones. Cada día que pasaba encontraba una nueva y todas ellas me alejaban
de Bella. Debía hacer algo para solucionar esto, cada día se me hacía más
insostenible.
Tras ocho horas de espera, Jasper salió con los ojos vidriosos. En sus brazos traía
a la pequeña Clhoé. (está en mi perfil) Todos salimos corriendo hasta él.
- Es una pequeña duendecilla- dije al ver sus ojos tan abiertos, igual que Alice
solía hacer.
Todos excepto mi madre y Jasper nos marchamos. Alice estaba muy cansada y
necesitaba descansar.
Salí con cuidado al salón y escuché trastear en la cocina. Al dirigirme allí vi que
era Jake. Claro, era domingo y volvía a casa de sus días libres. Bella esta noche
volvía a ir a su casa a dormir pues tenía que trabajar.
- Edward…no sabía que estabais aquí, no escuché ruido y pensé que estabais
paseando
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- Alice se puso de parto anoche y…nos hemos pasado toda la noche en el hospital
- Perfectas, mi sobrina es preciosa- hice una pausa- Jake… ¿Qué te pasa? ¿Todo va
bien?
En ese momento salió Bella de la habitación con mi camisa puesta casi sin
abrochar, por lo que se veía sus mini braguitas. No se había dado cuenta de la
presencia de Jacob, el cual al verla abrió los ojos como platos.
- Jake…no te vayas. Es tu casa- le sonreí- Nosotros nos vamos a vestir y nos vamos
a ir al hospital son las…- miré el reloj y me quedé alucinado, habíamos dormido ocho
horas- son las 17.20.
En ese momento nos imaginé a Bella y a mí en esa misma estampa y mis temores
crecieron. ¿Qué haría yo para ayudarla? ¿Tendría que cuidarme ella a mí después de
dar a luz? Jasper era autosuficiente y podía ayudar a Alice en todo pero yo…no
podría hacer eso, ni siquiera podría llegar a la cunita donde estaba Clhoé acostadita.
Pasó un mes más y mis temores seguían creciendo. Intenté por mi cuenta pedir
información sobre mi intervención, tiempo de recuperación, requisitos, etc, y no era
nada halagüeño. En si la intervención tenia un 80 % de éxito pero…eso no era lo que
me preocupaba. Me inquietaba el tiempo que iba a tener que pasar en el hospital
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boca abajo, después en casa y después la rehabilitación.
Era domingo y Bella insistió en ir a la playa. Decía que el sol beneficiaba a mis
huesos por lo que fuimos a las 17:00 para evitar que sol me quemase.
A esa hora estar en la playa era un gustazo. Ya casi toda la gente se había ido, y
solo quedaban algunos rezagados por lo que la tranquilidad era extrema. Mi
tumbona estaba a cinco metros del mar.
Bella se sentía acalorada, por lo que decidió ir a darse un baño. Estaba preciosa
con su bikini azul (está en mi perfil) que le había regalado hacía dos días.
Al momento vi como salía del agua, y su cara era pálida, por lo que me asusté.
Cuando la vi que se dirigía hacia mi, se desmayó y el mundo se cayó a mis pies.
- Bella! Bella!- no se movía. Miré para todos lados pero las personas que habían en
la playa estaban demasiado lejos de nosotros como para escucharme.
Sin pensármelo dos veces, me tiré de la hamaca para intentar ir reptando hasta
ella.
- 191 -
- ¿Estás bien?- me preguntó angustiado, sin darse cuenta que era Bella quien
necesitaba ayuda, yo daba igual.
- Por favor, ella…mi novia, está en el suelo, ayúdela- le señale a Bella y salió a
correr.
Tomó a Bella en sus brazos y corrió con ella hasta una de las tumbonas, de al lado
donde estaba yo hacia minutos. Le hizo señal a la torre del socorrista, éste lo vio al
momento y vino para ayudarlos. Yo yacía en el suelo sin poder moverme, con
lágrimas de impotencia recorriendo mis mejillas.
- Edw…Edward- fue lo primero que dijo Bella. El hombre que la había puesto en la
tumbona vino para ayudarme a moverme pero él solo no podía conmigo por lo que
tuvo que ayudarlo el socorrista a colocarme en una tumbona, sintiéndome aún peor.
- Tranquila, ha tenido una bajada de tensión. Quédese tumbada voy a traerle algo
con azúcar- el socorrista fue a comprar algo para que tomase Bella, ya que vio mi
estado de inutilidad.
- Dime Edward
- ¿Está bien? ¿Le ha pasado algo? – a pesar de que Jake quería a Leah, sabía que
aún estaba enamorado de Bella.
- Se ha desmayado. Está aquí un chico de la Cruz roja pero…te necesito para que
nos ayudes a volver a casa incluso para ir al hospital- no me quedaba tranquilo.
- Edward…no necesito ir al hospital- dijo Bella con los ojos cerrados y con la gasa
empapada aún en su frente.
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- ¿En que playa estáis?- me preguntó escuchándole coger sus llaves.
- No, por favor. No hace falta que me pagues nada, ha sido un placer- bien…ahora
también el chico ligando con mi chica.
- Gracias, estoy bien- volvió a repetir Bella, que había sido consciente el
comentario de mal gusto del tipo.
- Me tiré al suelo cuando vi que Bella se había desmayado, para ver si podía llegar
a ella pero…fue inútil- respiré hondo. Jacob puso su mano en mi hombro como para
darme fuerza, cosa que ahora no conseguiría nadie. Estaba hecho polvo.
Jacob nos ayudó a llegar a casa. Aunque Bella decía que ya estaba recuperada,
Jacob la llevó agarrada de la cintura.
Apenas hablamos en todo el camino, lo que iba a ser una tarde agradable se había
- 193 -
convertido en una verdadera pesadilla.
- Edward, estoy bien solo ha sido una bajada de tensión, no has escuchado al
chico…- la interrumpí.
- Bella, me importa una mierda lo que haya dicho ese tipo- recordarme a ese tipo
no era lo mejor que pudo hacer- ese tipo no era ni médico ni nada.
Sabía que Bella estaba destrozada. Los días entre semanas apenas estábamos
juntos, pues por la tarde íbamos a la piscina por mi rehabilitación. Cuando
llegábamos a casa estaba destrozada apenas cenaba y se quedaba dormida, yéndose
a mitad de la noche a su casa. La mitad del sábado y el domingo, aprovechábamos
para hacer lo que no hacíamos los días entre semanas, entre ello el sexo, donde ella
volvía a trabajar doble.
- Edward…no. No vuelvas con eso de nuevo por favor- me gritó enfadada- sabes
bien que no tengo que estar a tu cargo.
Era la primera vez que callé y no peleé. Lo tenía claro, sabía lo que debía hacer si
quería estar con ella, pero lo haría a mi manera.
Ufffffff creo que Edward está entrando en razón pero… que medidas
tomará?
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Capitulo 31
Este capi lo quiero dedicar, de parte de nuestra amiga Luigy a Ángela, una
chica que está en las misma circunstancia que nuestro Edward pero que lo
suyo no tiene operación. Si algun día lees esto Angela, este capi va para ti
con todo mi cariño.
CAPITULO 31
Le pedí a Jacob que llevase a Bella a casa en el coche, para que no tuviera que
conducir y que luego se volviese en taxi. Ella no puso resistencia a ello.
Aproveché que estaba solo en casa, y tomé los documentos que había recopilado
sobre la operación. Al ser clínicas privadas, podía llamar cualquier día de la semana
por lo que aproveché ese momento.
- 195 -
- Está bien… ¿Has decidido cuando…-
- Lo antes posible, usted me dirá- las lágrimas caían por mis ojos como cascadas.
- Tengo a una enfermera que está en estos momentos en Florida, regresa mañana
a Virginia, ¿es muy precipitado?- Tragué hondo.
- No, no lo es, es mejor así. No tengo que preparar apenas nada, no necesitaré
mucho.
Cuando colgué no pude evitar llorar como nunca antes había hecho. Este paso era
muy doloroso para mí pero…era necesario.
No podía condenar a Bella a esto. Lo ocurrido hoy había sido el paso decisivo para
lanzarme.
Me iba a operar, como tantas veces me habían pedido mis padres y ella
pero…lejos de todos. No los iba a hacer sufrir, no podía verlos sufrir, si ellos estaban
a mi lado, mi recuperación iba a ser más lenta. Me vendría abajo muchas veces.
Necesitaba despedirme de mi familia, pero sin que supieran que era una
despedida. Mandaría un mail tanto a Jacob como a mi padre, aunque no explicaría el
motivo de mi marcha, no quería que me buscaran.
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Tomé el teléfono y llamé a mi hermana.
- Hola hermanita ¿Cómo están mis princesas?- mi tono de voz era apagado.
- No. Solo…estoy cansado, hemos tenido un día duro. Hemos ido a la playa-
intenté mejorar mi tono de voz.
- Gracias. Bueno…solo quería daros las buenas noches. Dale muchos besitos a mi
princesa Clhoe, y otros tantos para ti. Te quiero Alice.
- Por cierto mamá, dile a papa que…mañana no podré ir a trabajar. Tengo unas
cosas que solucionar
- Bien, volvía a estar bien. De todas maneras…he conseguido que vaya a hacerse
un chequeo mañana. Me lo ha prometido- le sonreí
- Edward… ¿Qué te coñ* te pasa? Estás más raro que un piojo verde
- 198 -
Por suerte la conversación con Jacob no fue a más. Estuve tentado de contarle la
verdad pero…sabía que lo presionarían y terminaría contándolo todo. Como bien me
dijo mi padre un día Lo que no quieres que sepa otros, nunca lo cuentes era la
manera que me decía mi padre que no me fiara de nadie.
Me fui a la cama y decidí llamar a Bella, antes que se hiciera más tarde y se fuera
a dormir.
- Si. Recuerdas que si no eres tú no es nadie ¿Verdad?- las lágrimas caían por mis
mejillas a borbotones. Yo siempre cumpliría esto.
- Sabes, he sido muy feliz a tu lado todo este tiempo. Me has enseñado tanto…
- No pasa nada solo…he estado recordando cuando nos conocimos, nuestro primer
beso, todo lo que hemos vivido estos meses.
- Para mí también. Nunca había sido tan feliz a pesar de…mi discapacidad- era la
primera vez que pronunciaba esa palabra. Supongo que porque el día de hoy me
demostró con hechos que lo era.
No podía pedirle que me esperara, pero…lo deseaba con todas mis fuerzas.
Cuando recuperé las fuerzas, preparé una pequeña maleta con algunas cosas que
me llevaría, y preparé la bolsa de todas las pruebas, radiografías, Tacs, escáneres,
etc.
Después me metí en la cama y tomé mi portátil, para redactar dos mails, uno para
Jacob y otro para mi padre.
Empecé por el de Jacob. Tenía claro todo lo que quería que supiera y el favor que
necesitaba de él. No le iba a pedir más.
Programé mi correo electrónico para que enviara los dos mail a la misma hora, a
las 13.30 del día siguiente, así evitaría que lo leyeran antes de montarme en el
avión.
Todo estaba preparado, ahora…solo quería que el tiempo pasara deprisa, muy
deprisa.
BELLA
Para él debía haber sido terrible, verme en el suelo y no poder llegar hasta mí.
Solo de pensarlo…me sentía culpable
Le había prometido a Jacob que iría a hacer un estudio al día siguiente y lo haría.
Llevaba varios días con malestar general y podía ser alguna carencia de vitaminas o
por el estilo.
Mi día siguiente fue como otro cualquiera. Las primeras ocho horas era de trabajo
extremo.
- 200 -
Cuando salí de trabajar me fui directa al laboratorio, ya que no había tomado ni
comido nada en todo el día, hacia varios días apenas comía, por tanto podía hacerme
mis análisis.
Pasó más de treinta minutos, cuando regresé a la clínica. Al preguntar por ellos
me hicieron pasar a la consulta, lo cual…no pintaba demasiado bien.
- Tranquila, solo tienes el hierro un poco bajo, nada preocupante y…- ahora venía
lo malo- enhorabuena, vas a ser mamá- al decirme eso me mareé
- No puede ser- el doctor tenía mis resultados en la mano por lo que tiré de ellos
para mirar que el nombre de la paciente fuera el mío. Lo miré y exactamente una
beta de 150- Dios mío….Edward…- ¿Qué pensaría Edward de todo esto?
- Tranquila un embarazo es una cosa muy normal. Estás sana y todo saldrá bien.
Debes buscar un obstetra que te atienda. Él te guiará para llevar un embarazo sano.
Por cierto estás de alrededor de 6 semanas.
Salí de la consulta con los resultados aún en la mano. Mis piernas temblaban de la
impresión. Los miraba y los remiraba por si cambiaban, como si tuviera una prueba
del embarazo en la mano que quieres que salga la pantallita blanco nuclear y sale la
rayita roja.
Todo era posible, más de una vez habíamos sido imprudentes y…ahora teníamos lo
que nos habíamos buscado.
No podía llevar el ritmo frenético que llevaba, la mala alimentación, y…lo peor el
- 201 -
dichoso trabajo. Estaba todo el día cargando cajas, agachada, etc.
Me fui para nuestro coche y conduje directa a casa de Edward, me moría de ganas
de decirle que íbamos a ser padres.
Por suerte, me había cambiado de ropa antes de salir del trabajo, para no ir a la
clínica con el arco iris por uniforme.
Tomé mis llaves y entré en casa de Edward. Todo estaba silencioso por lo que
pensé que Edward quizás aún no había llegado de trabajar.
- Jake ¿Qué pasa? ¿Dónde está Edward?- sin pensarlo me solté de sus brazos y
corrí hasta su habitación, allí no había nadie.
Encima de la cama estaba su teléfono móvil y su portátil. Corrí hasta el baño para
ver si estaba allí, Edward nunca salía sin su móvil a la calle y si estaba trabajando,
tampoco dejaba su portátil. En el baño tampoco había nadie.
- 202 -
Salí corriendo de la habitación para ir de nuevo al salón. Tenía que hacer
reaccionar a Jacob, él tenía que saber algo más.
Hola hermano.
Ante todo agradecerte todo este tiempo que has estado a mi lado. Has sido mis
pies y mis manos, mi compañía en momentos oscuros. Gracias.
Te debo mucho pero…sé que nunca te lo podré pagar pues, ni con todo el dinero
del mundo, podría saldar mi deuda.
No quiero que me busquen, necesito…tiempo, solo eso para volver de nuevo y ser
Edward Cullen.
Te mando este mail para decirte, que no tienes que irte de esta casa. Es tuya.
Aprovéchala para vivir y acabar tu carrera, a cambio…solo te pediré un favor. Cuida
de Bella.
Edward Cullen
Esto debía ser una broma. No podía ser cierto que Edward se hubiese marchado.
¿Qué significaba que se tenía que marchar para encontrarse, para dejar viejas
sombras atrás? ¿Era yo una de esas sombras? ¿Dónde había ido? No podía ir a
ningún sitio solo, alguien le había acompañado.
- No puede ser, no puede ser- decía una y otra vez- no se ha podido ir así, sin más,
sin dar una explicación
- Lo siento Bella, yo…no sabía nada. Ayer lo noté extraño pero…no sabía nada- al
decirme eso, recordé la conversación de la noche anterior. Yo también lo había
notado raro.
Corrí hasta mi bolso y saqué mi móvil, Carlisle o Esme sabrían algo de Edward.
- 204 -
Capitulo 32
Menos mal que actualizo pronto sino me tengo que ir del pais por las
amenazas, jajajajaja.
CAPITULO 32
- Esme dime por favor que Edward está contigo o con Carlisle, dímelo- entonces la
escuché sollozar.
Dejé el teléfono sobre la mesa, y me senté junto a Jacob. No pude soportar más la
presión y me puse a llorar.
- Bella…por favor no llores. Edward estará bien, verás como en dos días vuelve-
me consolaba mientras me abrazaba.
- Jake ¿por qué me hace esto, por que se comporta así conmigo? No merezco
siquiera un motivo, una llamada lo que sea- Jacob no contestó, él tampoco tenía la
respuesta para mis preguntas.
- Carlisle por favor…déjame leer la nota que te ha dejado, necesito saber más- él
me la tendió y yo le entregué la de Jacob.
Hola papá.
- 205 -
Escribir este mail es…muy difícil para mí. No sé por donde empezar ni que decir.
Necesito tiempo, solo tiempo para mí. Por favor no me malinterpretéis, os quiero
con locura a todos pero…hay cosas en la vida que solo lo puede hacer uno solo. Ese
es mi momento actual, necesito estar solo. Demasiados acontecimientos en poco
tiempo, ¿no crees?
Edward Cullen
Sin pensarlo, corrí hasta la habitación de Edward y encendí su portátil. Tenía que
ver mi correo electrónico, quizás me había enviado un mail a mi también. Quizás ahí
había un motivo, algo, necesitaba algo.
- Bella…debemos confiar que volverá- Carlisle me tomó por los brazos para
ayudarme a levantarme del suelo y después me abrazó.
- Pero…mi hijo no puede haberse ido solo, él…necesita a alguien y más cuando no
está en casa.
- Eso podemos saberlo- me acordé de Dan el portero- El portero tuvo que verlo
- 206 -
salir.
Al decirle eso, corrimos hacia el ascensor. Esme y Jacob nos siguieron sin saber a
donde íbamos. Dan estaba en su sala de control.
- No, bueno si, pero…solo necesito saber algo más. ¿Iba solo?- no sabía que era
mejor saber si iba solo o acompañado.
- No, iba con una chica rubia- sin poderlo evitar tragué hondo, Carlisle me miró
angustiado- La chica vino a buscarlo quince minutos antes y después se marcharon
juntos.
- Gracias Dan, eso era todo- dije con un hilo de voz, antes de dirigirme al ascensor.
Me había dejado, se había marchado con otra mujer que suponía que era Claudia.
Ella era rubia. Al parecer…no tenía sus sentimientos tan claro como me explicó ese
día.
Yo me merecía más que eso, al menos una llamada diciéndome que necesitaba
irse, que ya no me quería, o simplemente un "no me vuelvas a llamar". Algo, no este
silencio que me mataba, que se apoderaba de mí poco a poco.
Sin más que decir, me acerqué hasta la mesa, para recoger mi bolso. Saqué de él
las llaves del coche, fui hasta la mesa de la entrada para coger las del apartamento
de Edward y se las entregué a Carlisle.
- Lo siento…necesito salir de aquí. Le pediré a Emmett que venga a por mis cosas-
Al decir eso, salí corriendo de allí.
Tomé mi teléfono y llamé a Emmett. Lo necesitaba, no era capaz de dar dos pasos
sin caerme.
- Estoy en el portal de casa de Edward- sin decir más me dejé caer de rodillas y
lloré
A los dos minutos escuché una sirena. Emmett me encontró arrodillada en el suelo
llorando. Se acercó a mí rápidamente, y me tomó en brazos para subirme al coche
patrulla, sentándose conmigo atrás, mientras su compañero conducía.
- Bella ¿Qué ha pasado? ¿Dónde está Edward?- yo apenas era capaz de responder
algo coherente.
- Rosalie por favor, déjala. Así no vas a arreglar nada- le gritó mi hermano
- ¿Qué no? ¿Se cree que va a vivir así toda la vida? Dios mío Emmett está
embarazada, ¿quieres que tu hijo muera Bella?- al decirme eso comencé a llorar.
- ¿Como…?- no me hizo falta preguntar más, Rose tenía mis analíticas en la mano
- No, no. No quiero. Sé que ellos no tienen culpa de nada pero…no quiero- debía
olvidarme de Edward, quería olvidarlo, pero si seguía en contacto con su familia…no
podría borrarlo de mi vida.
- Ellos han llamado todos los días varias veces, están muy preocupados por tu
estado. Jake también llamó- aclaró Rose.
- 209 -
Las primeras semanas sin "Él", que sería como lo llamaría a partir de ahora,
habían sido un verdadero infierno. Todo me recordaba a él. Vivía con la esperanza
de que volviera a por mí, que me dijera que había sido un error y que había
necesitado tiempo, pero Él nunca vino.
Me cuidaban como nunca nadie me había cuidado. Tanto Emmett como Rose, me
acompañaban a todas las citas médicas y me animaban con el embarazo, al cual me
aferré con uñas y dientes. Ese bebé me salvaría de dejarme morir, por él debía salir
adelante.
Los Cullen al principio me llamaban todos los días, pero… nunca les respondí.
Sabía que llamaban a Emmett y a Rose, que si le contestaban, para saber de mi
estado y ellos se limitaban a contarles mi estado anímico excluyendo todo lo de mi
bebé, tal y como yo les había pedido.
Cada día, iba a buscar trabajo, pero…al saber que estaba embarazada no
interesaba, nadie me quería contratar, por lo que me ocupé de los temas de la casa
para hacerles la vida más fácil tanto a Rose como a Emmett.
Emmett como a cada consulta, llevaba su cámara de video, para según él,
inmortalizar el momento. Todos pensaban que mi hermano era mi pareja, ya que él
se comportaba como el autentico padre mi bebé. Se emocionaba, reía y…lloraba
conmigo.
- 210 -
(la ecografía está en mi perfil)
- Si, Emm, voy a tener un niño. Mi hijo- me acaricié la tripa manchándome de gel
toda la mano pero…me daba igual.
A este niño, no le iba a faltar de nada. Yo me ocuparía de ello. Lucharía por darle
todo lo que su padre nos negó, amor.
EDWARD
Irina vino a buscarme a la hora acordada. Me ayudó a bajar mis cosas hasta el taxi
que nos llevaría al aeropuerto.
Estaba bastante nervioso por mi traslado hasta Virginia, ya que era más
complicado para un minusválido viajar en avión, y yo desconocía el procedimiento.
Una vez delante de las escalerillas para subir al avión, debía cambiarme y
sentarme en una adaptada, para que la tripulación pudiera subirme. Después para
bajar el mismo procedimiento, pero esta vez…era el último.
Irina estuvo en todo momento a mi lado, por lo que me sentí más protegido.
- 211 -
- Edward…me alegra de volver a verte. Bueno…supongo que Irina te habrá puesto
al día. Todo irá bien- siempre me decía lo mismo pero…a mi eso no me consolaba.
Estaba muy asustado y echaba de menos a mi familia y a mi mujer.
Por fin llegó el día de la operación. De ese día solo recuerdo cerrar los ojos,
mientras me administraban la anestesia, y pensar en Bella. Ella era la primera
imagen que recordaba todas las mañanas y la última de la noche.
La siguiente vez que abrí los ojos estaba boca abajo y con un dolor horrible en mi
columna. Estaba en una sala de recuperación y veía a las enfermeras ir de un lado a
otro.
Necesitaba llamarlas, decirles que me moría de dolor, pero…mi voz apenas salía
de mi cuerpo.
Pasé el peor mes de mi vida. El dolor era insoportable. Apenas podía dormir, ni
comer.
- 212 -
El tiempo siguió pasando y aunque el dolor de mi espalda iba disminuyendo, el
dolor de mi corazón aumentaba por días. No podía vivir sin Bella, la necesitaba a mi
lado.
Estuve tentado más de una vez en llamarla, aunque solo fuera para escuchar su
voz pero…sabía que si la escuchaba, sería mi perdición.
- 213 -
Capitulo 33
Disfrutad…
CAPITULO 33
BELLA
La decisión del nombre fue una guerra campal. Emmett quería que le pusiera su
nombre pero, tanto Rosalie como yo nos negamos rotundamente. Emmett era un
nombre prehistórico y queríamos algo más jovial. Tras una votación finalmente salió
vencedor Daniel.
Esa tarde, me había citado con Rose en el centro comercial, para finalmente
comprar la cunita del bebé. Rose y Emmett querían regalármela por ser los padrinos
de Daniel.
Me había negado millones de veces, ya que habían hecho demasiado por mí como
para que también comprasen las cosas para el bebé, pero… no hubo nada que hacer.
Una vez allí una voz muy conocida me llamó a la distancia, era… Alice.
Esta vez, el tono de voz no fue una pregunta sino una afirmación. Mi huida era
- 214 -
imposible, por lo que tomé una gran bocanada de aire y me volteé.
La cara de Alice fue un poema. No había ganado mucho peso con el embarazo y
según Emmett, de espalda, no parecía estar embarazada, pero al darme la vuelta…
una gran tripita sobresalía de mi cuerpo.
- Bella por dios ¿por qué no nos avisaste? ¿Por qué ni Rose ni Emmett nos dijeron
nada cada vez que llamábamos?
- Porque…es algo mío. Es mi hijo- ellos no tenían culpa de nada pero… para mi era
imposible desvincularlos de ÉL. Eran su familia.
- No Alice, este niño va a ser un Swan- tragué con urgencia el aire que me
reclamaban mis pulmones- Lo siento, discúlpame- Viejas heridas comenzaron a
sangrar, por lo que decidí salir de allí. Podía entender a Alice pero…yo no estaba
preparada para eso, había sufrido mucho y mis heridas aún no habían cicatrizado.
Cuando llegó, no pude disimular mis nervios y mis lágrimas rebosaron. Le conté
todo lo sucedido y no se sorprendió.
Ella más que nadie me advirtió que eso iba a pasar, que tarde o temprano se
acabarían enterando.
ALICE
¿Qué demonios le pasaba por la cabeza a los dos? ¿Por qué tanto Edward como
Bella se encargaban de castigarnos de esta manera?
Había podido notar el gran dolor que asolaba el corazón de Bella. Había debido
ser desgarrador todos estos meses de soledad, abandonada y embarazada. Sabía
que el apellido Cullen, no le traía buenos recuerdos pero… ese bebé era parte de
nosotros y eso no podía dejarlo pasar.
Dejé todo lo que llevaba en las manos, para comprar para mi pequeña, y corrí
hasta mi coche. Debía hablar con mis padres en persona y contarles todo lo que
había visto.
Mi padre, había usado todas sus influencias para intentar encontrar a mi hermano
en el país, incluso en el extranjero. Probó en hospitales, en universidades, incluso
contrató a un detective pero…fue inútil. A Edward parecía que se lo había tragado la
tierra.
Al llegar a casa de mis padres, tuve suerte de encontrarlos a los dos reunidos allí.
Mi padre había ido a comer con mi madre a casa.
- 216 -
- Está con Jazz en casa. Yo…
- ¿Qué está embarazada? Alice…no me digas que…- mi madre sabía tan bien como
yo que ese bebé era de Edward.
- Si. Ella está… demasiado dolida. Me quedé impactada. Tiene grandes ojeras…y…
- ¿Por qué no nos ha dicho nada? ¿Por qué lo ha ocultado?- sollozaba mi madre.
- Mamá, Edward…le ha hecho demasiado daño. Creo que vamos a tener que
llamar a Emmett para hablar con él. Bella…no puede oír hablar de Edward- recordé
cuando lo nombré y vi su cuerpo contraerse de dolor- cuando lo nombré…tembló.
- Debemos hablar con Emmett, él nos tiene que contar todo- dijo mi madre-
Debemos apoyar a Bella, ella no está sola. No quiero perder a otro miembro de mi
familia
Llamé a Emmett y nos citamos con él esa misma tarde. Él era el único que no
podía aclarar la situación de Bella en estos momentos. Ella estaba, demasiado
afectada para eso.
Volví a casa para contarle a Jasper todo lo sucedido y estar un rato con mi
pequeña. A la tarde volvería a casa de mis padres para reunirnos con Emmett.
No paré de dar vueltas a todo lo ocurrido. Iba a ser tía, y mi hermano iba a ser
padre. Si Edward hubiese sabido de su paternidad, ¿se habría marchado? Yo estaba
segura de que no. Algo importante le tenía que haber ocurrido a mi hermano, para
hacer lo que hizo pero… ¿Qué? ¿Por qué no confió en ninguno de nosotros? Todos
barajaban la hipótesis de que Edward había encontrado a alguien, por lo de que lo
vieron marcharse con esa chica rubia pero…yo sabía que algo ahí no cuadraba.
Edward siempre había estado muy enamorado de Bella como para irse con otra.
- 217 -
Por fin llegó la hora, y Emmett fue puntual. Nos reunimos, mis padres, Emmett y
yo en el salón de casa.
- Esme…todo ha sido demasiado complicado. Tengo que admitir que nunca estuve
de acuerdo en que se os ocultara esto pero…mi hermana…lo ha pasado y lo pasa
muy mal. No la habéis visto llorar noche tras noche. Ella ya no es la Bella que
vosotros conocisteis, ella sigue viviendo por Daniel, solo por él.
Emmett relató todo lo ocurrido desde que Bella comenzó a tratar a Edward. Como
dejó su vida al lado para dedicarse en cuerpo y alma a Edward. Como la despidieron
del trabajo por no dejar de tratarlo. Como tuvo que aceptar un trabajo mal
remunerado y muy sacrificado para poder pagar su alquiler, y como el miserable de
su ex jefe, había conseguido vetarla en cualquier clínica fisioterapéutica de Florida.
Nos contó como el día de la macha de Edward, Bella iba a decirle que estaba
embarazada. Como se dejó morir hasta que Rosalie le abrió los ojos diciéndole que
su hijo iba a morir si seguía así. Como día a día se había intentado recuperar y como
les había prohibido tanto a Rosalie como a él que nos comentasen nada de su estado.
Nos contó que tuvo que marcharse de su apartamento, por no tener dinero para
pagarlo y que ahora vivía con Emmett y Rosalie. De todas formas, Emmett nos
aclaró que aunque Bella hubiese podido pagar su apartamento, él se la habría
llevado a su casa, por el estado emocional de en que se encontraba.
- 218 -
- Pero…ese niño es un Cullen, debe llamarse Daniel Cullen- decía mi padre.
- No lo sé Esme. Si es así, debe ser gradual. Aunque ella intenta simular que está
bien…cada noche, la oigo llorar en su habitación. Tengo miedo por ella y por el
bebé- todos nos contrajimos ante eso.
- Emmett quiero que seas consciente que no voy a dejar estar lo del George Cam,
el antiguo jefe de Bella. Voy a recabar información y voy a denunciarlo. Ese tipo no
volverá a abrir ninguna clínica más en toda su vida- resopló- supe que iba a tomar
represalias sobre Bella, pero la creí cuando me dijo que conservaba su trabajo.
- Si, pero…aún queda mucho para eso. Ahora me voy a encargar de buscar
testigos, sé que…puedo conseguirlos.
- Yo quiero destrozar al miserable ese pero…no quiero que Bella se entere hasta
que no nazca Daniel. Quiero que estos meses lo pase tranquila.
- Tranquilo, la justicia por desgracia es lenta. ¿De cuanto tiempo está Bella?
- Voy a ser abuela de nuevo Alice…y esta vez es un chico- mi madre tenía un brillo
de esperanza en sus ojos.
Después de esa reunión, sacamos algo en claro y era que Bella nos necesitaba
pero…a su vez precisaba tiempo para tenernos a su lado.
Los días pasaron y por suerte no tuve noticias de Alice, Esme o Carlisle. Me
extrañaba bastante. Eso me daba cierta tranquilidad aunque también…me
preocupaba un poco.
- Bella… ¿No crees que deberías hablar con Alice? Después de lo que me
contaste… debió haberse quedado muy impactada- dijo casual
- No tienes porqué enfrentarte a todos al a vez. Puedes quedar con Alice para
tomar un café. Seguro que te gustará ver a Clhoé, debe estar preciosa.
- No se si…
Tanto Alice, como Esme, como Carlisle, se habían comportado siempre muy bien
conmigo. Me hicieron sentir como una más de la familia.
Suspiré y contuve mis lágrimas. Todo era demasiado complicado y duro para mí.
- 220 -
- Hola…Alice- susurré- Si estoy bien solo que…quería preguntarte si te gustaría
tomar algo esta tarde.
- Clhoé, estás preciosa- aguanté para que las lágrimas no salieran, no quería hacer
de un reencuentro un paño de lágrimas
Alice me contó muchas cosas sobre ellos y sobre Clhoé. Yo le conté cosas sobre
Daniel, lo que sentía cuando me daba pataditas y demás.
- Alice yo…- no sabía que decirle. Me daba miedo volver a encontrarme a Carlisle
y Esme. No nos veíamos desde aquel fatídico día- No traje coche- era una excusa
tonta pero fue la primera que pensé.
- Está bien pero…déjame avisar a Emmett y Rose para no asustarlos. Vivo con
ellos- no sabía por qué pero…me dio la impresión que Alice sabía muchas cosas de
mi, que yo no le había contado.
De camino a casa de los Cullen, me puse muy nerviosa. No sabía que iba a
decirles, ni tampoco que harían ellos cuando me viesen embarazada.
- No Bella, no les debes nada. Ellos te quieren, eres su hija ¿recuerdas? Y ahora
además vas a ser la madre de su nieto.
- No Bella, no digas nada, no tienes que decir nada. Estamos muy felices por
tenerte aquí y eso es lo que vale.
Cenamos como si los meses anteriores no hubiesen existido, con una gran
ausencia, ÉL.
- 222 -
Pasó un mes más y mi trato con los Cullen volvió a ser como siempre.
Esme y Carlisle no paraban de comprarme cosas para Daniel y para mí. No había
un detalle que me faltase.
Esme me acompañaba a todas mis visitas con el ginecólogo, cosa que a Emmett le
incomodaba pues le quitaba poder acapararme para él solo. Era muy gracioso verlos
pelear por mirar la pantalla del ecógrafo, no dejándome a veces ni ver a mí. Emmett
en vez de parecer un policía, era más como un turista japonés, todo el día con su
cámara, según él para dejarlo para la posteridad.
Había veces que pasaba fines de semanas en casa de los Cullen, para darles
intimidad a Rosalie y Emmett. Me habían preparado una habitación para mí y para
Daniel. Incluso habían comprado una cunita para él, cosa que vi excesiva, pues
podía llevar una cuna de viaje cada vez que iba a su casa pero…no lo consintieron.
Ese día estaba muy molesta. Tenía ligeros pinchazos y finalmente sucedió lo
inevitable, rompí aguas.
- 223 -
Capitulo 34
Casi tengo que huir de España… ajajajaja Os dejo nuevo capi. Se podría
llamar algo asi como "EL RETORNO"
Disfrutad…
CAPITULO 34
Después, nos fuimos todos hacia el hospital. Una vez allí mis contracciones eran
cada vez mayores. Mi niño quería venir al mundo y yo lo iba a ayudar.
Fueron las diez horas más interminables de mi vida, paseaba por la habitación, me
daba baños calientes, pero nada me quitaba aquel increíble dolor. Estuve a punto de
rendirme y pedir la epidural, pero finalmente el ginecólogo me dijo que estaba
preparada para que mi hijo naciera y aguanté.
Emmett se colocó tras de mí, ayudándome en cada pujo. Se dejaba la vida tanto
como yo en ello. Finalmente tras 15 largos minutos, Daniel vino a la vida, llorando a
pleno pulmón.
- 224 -
Mi niño era clavado a él. Con el pelo cobrizo, blanquito y con grandes ojos
verdosos. Parecía como si el destino no quisiese que lo olvidase, y había puesto la
cara de Edward en la de mi hijo.
Cuando Emmett salió con Daniel en brazos para enseñárselo a la familia, no pude
reprimir más el llanto y me dejé llevar.
Las enfermeras pensaban que era porque mi supuesto "marido", es decir Emmett,
se había llevado a mi hijo, y me repetían una y otra vez que ahora me lo traía de
vuelta, pero… yo lloraba de dolor. De dolor en mi corazón por estar sola en esto, por
no tener al padre de mi hijo en estos momentos tan felices.
Ese día fue el último que me permitir llorar por él. Mi hijo estaba en el mundo y
ahora…iba a luchar por ese trocito de mí. Siempre había estado sola y había
sobrevivido, por tanto ahora no iba a ser menos.
Los primeros días de vida de mi hijo, lo pasé en casa de los Cullen. Mi hermano,
no quería que estuviera fuera de casa, pero lo que decía Esme era cierto. Ellos
tenían sus obligaciones y se tenían que ir a trabajar, por tanto yo me quedaría gran
parte del día sola, y… necesitaba ayuda.
Todos coincidían que Daniel era igual que Edward pero ninguno me lo dijeron
directamente. Había escuchado a Esme hablar con Daniel, diciéndole que se parecía
a su papá cuando era bebé y millones de cosas más.
Eso era algo que no había decidido aún. Mi hijo sabría que tenía un papá pero…no
quería hacerle daño. Le contaría una verdad camuflada hasta que fuera lo suficiente
mayor para entender.
Por supuesto, tal y como había decidido en su día, mi hijo fue inscrito en el
registro como Daniel Swan, por lo que en el casillero del padre aparecía como
desconocido. Sabía que tanto Esme como Carlisle sufrían con eso pero…nunca
objetaron nada, cosa que le agradecí una vez más. Los quería más que a mis propios
padres, siempre estaban ahí y sobre todo respetaban mis decisiones.
Los meses iban pasando y mi niño cada día estaba más bonito. Era precioso y muy
bueno.
A los pocos meses de haber nacido Daniel, me llegó una citación para el juzgado
por una denuncia que había puesto mi abogado, es decir Carlisle, a mi antiguo jefe,
el Sr. Acelga.
- 225 -
Yo no sabía nada de eso, por lo que Carlisle me contó, que en su día Emmett le
había contado todo lo que había pasado con este Sr. Como me echó del trabajo,
como me hizo la vida imposible para no poder volver a trabajar en ninguna clínica
más.
Como era de esperar ganamos el juicio, condenando al Sr. Acelga a pagarme una
indemnización bastante cuantiosa por los daños ocasionados, Carlisle alegó hasta
daños morales y psicológicos.
Empecé montando un pequeño local para ver como respondía los clientes. Me
daba miedo embarcarme en algo mayor. La indemnización podría cubrir los gastos
de algo mejor pero…quería estar respaldada.
Esme, me hizo propaganda gratuita por todas sus amigas, y estas hicieron lo
mismo con las suyas, es decir que la voz se corrió de una manera increíble, sobre
todo cuando supieron que yo había sido la persona que había tratado a Edward.
Me faltaban horas para atender a todo el mundo por lo que finalmente me lancé y
creé una clínica en condiciones. Tuve que contratar a personal, entre ellos a
antiguos compañeros de la clínica, que morían de ganas de perder de vista al Sr.
Acelga.
Esme, como buena decoradora, se encargó de ambientar el lugar. No solo era una
clínica fisioterapeuta, también era un gimnasio con piscina, usada sobre todo para
las rehabilitaciones y un centro de actividades como Pilates, body fittness, etc. Lo
que empezó como un pequeño proyecto se fue de las manos.
Tuve que contratar a gente de confianza para controlar todos los lugares, como
por ejemplo a Rosalie, que era la responsable de la administración, recepción y
atención al cliente, Seth era el responsable del gimnasio, Ángela, la coordinadora de
fisioterapia interna, yo llevaba externa y rehabilitación.
Tuvimos que contratar a un amigo de Seth, Andrea para que se encargase de las
actividades que se organizaban como Pilates, Body Fittness, etc.
Andrea era un chico italiano, pero llevaba mucho tiempo viviendo en Florida. (está
en mi perfil). Era una gran ayuda y aunque fuera responsable de las actividades,
- 226 -
también echaba una mano en otros departamentos.
Daniel ya tenía un año y medio y estaba precioso. Era un niño muy travieso pero
muy risueño. Todos estábamos locos con él, sobre todo su tío Emmett, al que por
una extraña razón, había empezado a llamarlo papá y éste se derretía por ello.
Aunque Emmett actuaba como tal no quería que Daniel se confundiera. Quería
hacerlo entender que Emmett era su tío, por lo que aproveché para hablar con él,
cuando lo llevaba en coche a casa de Esme, ya que pasaría la tarde con ellos.
- ¿Y papá?- cuando me preguntó eso, supe que había sido peor el remedio que la
enfermedad
Por suerte, era demasiado pequeño para entender nada. Sabía que él veía a sus
amiguitos con sus padres, y claro…para él su figura paterna era Emmett.
Cuando llegamos a casa de los Cullen, Esme y Carlisle nos esperaban como de
costumbre en las escaleritas de acceso.
- ¿Dónde está el niño más mayor del mundo?- le gritó Carlisle, Dani al verlo se
volvió loco.
- Espera Dani, deja de saltar que te pareces a tu tía Alice- le dije para soltarlo de
su asiento. Carlisle y Esme reían.
- Hija, déjalo, es normal que esté contento de ver a sus abuelos- me dijo Carlisle.
Tanto él como Esme, me trataban como a una hija, incluso cuando me presentaba
a alguien lo hacía como tal. Nunca pude tener queja de ellos, al revés, muchas veces
se pasaban. En estos años, me habían dado, todo lo que mis padres me negaron en
su día.
- 227 -
Me despedí de ellos para irme a mis quehaceres. Tenía varias sesiones
programadas fuera de la clínica, por lo que ya iba hasta con el uniforme puesto para
evitar perder el tiempo en cambiarme.
Daniel estaba tan contento con sus abuelos, que no me echaba de menos y yo me
iba tranquila, ya que confiaba en ellos tanto como en mi misma.
EDWARD
Había pasado casi cinco meses, desde mi ingreso, cuando pude volver a la clínica
de rehabilitación.
El paso del tiempo hacía mella en mi corazón y con él crecía la angustia. Cada
hora y cada minuto, me preguntaba, donde estaba mi princesa, con quién estaba y
sobre todo… ¿Qué pensaría de mí?
Había sido un cobarde al no dejarle una carta a ella también, como había hecho
con Jake o con mi padre pero… ¿Qué le ponía? Era todo demasiado difícil.
Todos mis días transcurrían iguales. Por las mañanas me llevaban a la zona de
rehabilitación para volver a ejercitar brazos y piernas, aún era pronto para intentar
volver a caminar.
Por las tardes, las pasaba leyendo para intentar evadirme de todo, para intentar
borrar esta lentitud que me comía por dentro. Me dediqué a estudiar para ampliar
mis especialidades en derecho, eso me vendría bien para un futuro.
Tras casi dos largos años de internamiento y mucho sacrificio, podía decir que me
sentía libre. Lo había conseguido, había conseguido volver a caminar, aunque aún
no podía correr. Las únicas secuelas que me había quedado era un pequeño cojeo y
el no poder girar mi cintura, tal y como me avisó en su día Bella, pero… ¿qué era eso
para una persona que lo había perdido todo?
No podía tener ninguna queja sobre el personal que estuvo día a día, hora a hora
aguantando mis renuncias, que habían sido varias, soportando mis llantos y gritos
de dolor.
Por fin había llegado el momento de recobrar mi vida, de volver a casa y unos
nervios se apoderaron de mi cuerpo.
- 228 -
No sabía que me iba a encontrar y estaba aterrorizado.
Mi vuelo hasta Florida salía a mediodía. Era un gusto increíble, poder montar en
avión, sin tener que depender de nadie, ser como una persona normal. Aún no me
había acostumbrado a ser libre de nuevo, había pasado demasiados años atado a esa
maldita silla.
Cuando llegué a Florida, lo primero que hice fue ir a mi casa. La había echado de
menos y necesitaba ropa adecuada. En la clínica casi todo el rato usé pijamas y
chándal, había perdido bastante peso por lo que tenía que buscar ropa más
adecuada.
Quise tomar mi teléfono y llamar a Bella. Era a la primera persona que quería ver
pero…no podía hacerlo así. Debía conocer algo más de lo que había ocurrido
durante mi ausencia, y quien mejor para ello que mis padres. Ellos eran
incondicionales.
Antes de salir, vi las llaves de nuestro coche en la mesa del salón. Me sorprendí
bastante ya que era el coche de Bella. Supuse que serían las llaves de repuesto, pero
aún así las tomé, para asegurarme que el coche no estaba en el parking.
Cuando llegué allí me sorprendí. El coche estaba allí y a juzgar por las pintas y la
suciedad que tenía, el coche llevaba bastante tiempo sin moverse. ¿Por qué Bella
había dejado el coche allí?
Cuando entré en él, su aroma aún estaba impregnado en cada lugar del vehículo y
era…mejor de lo que recordaba.
- 229 -
No estaba muy seguro de poder conducir. Desde el accidente…no había sido
capaz de hacerlo pero…debía superarlo. Teniendo el coche allí no iba a coger un taxi
para ir a casas de mis padres.
El coche no arrancó a la primera, por lo que supe que llevaba inmovilizado mucho
tiempo, me podía arriesgar a decir que desde mi partida, y eso no era buena señal
Finalmente puse en marcha el coche y me dirigí a casa de mis padres. Por suerte
conservaba las llaves de la casa y el mando de acceso de la cancela del exterior, así
la sorpresa sería mucho mayor.
Una vez allí, presioné el botón para abrir la cancela. Todo parecía igual que
siempre y eso era un consuelo.
Recordé que llevaba muchos años sin pisar esta casa, exactamente desde antes
del accidente. Supongo que fue por todos los obstáculos que había, entre ellos, la
escalera de acceso a la casa.
Tomé aire y no esperé más, giré el pomo y…vi a mis padres, tirados en el suelo,
jugando con aviones de plástico y… ¿con un niño?
- Mamá…- dije mirándola directamente a los ojos. Podía ver la pena en ellos.
- "Ela" (abuela) el vión (avión), "Ela" el "vión"- le decía ese niño tirando de su
mano.
- 230 -
El niño, se veía muy pequeño y no entendía que le decía. Mi padre permanecía
tirado en el suelo sin mirarme. Tenía el ceño fruncido y un gran dolor en su cara.
- Dani, ven cariño, vamos a jugar a otro lugar, el ambiente está cargado aquí- al
decir eso mi padre, cogió al niño en sus brazos y se fue a otro lugar. Ni siquiera me
miró al marcharse.
Con esto sabía…que habían pasado demasiadas cosas mientras yo estuve fuera.
¿Quién era ese niño? A Alice no le había dado tiempo de tener otro hijo.
- Mama yo…- me acerqué lentamente a ella al ver que sus lágrimas se derramaban
por sus mejillas.
- ¿Y que derecho tienes ahora de volver, cuando nos echaste de tu vida?- esta no
era mi madre.
- Mamá por favor no seas así de dura conmigo. Lo he pasado demasiado mal
durante todo este tiempo- casi sollocé al escucharla hablar con esa dureza.
- ¿Dura? ¿Acaso tú sabes lo que es ser dura? Te hemos buscado por cielo y tierra.
Tu padre se ha dejado media vida en estos dos años. Te ha buscado en el país y en el
extranjero. ¿Después de eso sigues pensando que soy dura?
- 232 -
Capitulo 35
Disfrutad
CAPITULO 35
- ¿Dónde está mi….?- al verme se calló, y de sus manos cayó su bolso y un coche
de juguete.
Era Bella, era mi Bella a la que tanto había añorado, pero…no era la misma.
Repitió el mismo gesto que mis padres cuando me vieron por primera vez. Me
miró las piernas y después se dirigió apresuradamente hacia otro lugar de la casa,
por la dirección que tomó supuse que era para las habitaciones, cruzando el salón
sin ni siquiera mirarme.
- Bella! Bella por favor- le dije dirigiéndome a ella pero mi madre me detuvo.
Dios mío que era todo esto. Era una autentica pesadilla. No entendía nada. Mis
padres en el salón con ese niño, mi padre marchándose con él a otro lugar pues…yo
lo molestaba. Mi madre con una dureza extrema y por último ella, el gran amor de
mi vida, entrando en casa de mis padres como si lo hubiese hecho toda su vida y
después huía de mi.
- Será mejor que te marches, hoy…no es un buen día para hablar- y ahora mi
madre me echaba- Debiste avisar- eso ya me remató
Sin decir más, tomé las llaves de esa casa y las dejé encima de la mesita de cristal.
Ahora ya sabía que no era bien recibido allí. Para recuperar mi libertad sacrifiqué mi
vida, y ahora era consciente de ello. ¿Para que quería ahora ser libre si estaba
condenado a morir en vida?
Sin decir más, salí lo más rápido que mi espalda y mis piernas me permitían. Me
monté en el coche y aceleré
- 233 -
BELLA
Estaba deseando volver a ver a mi pequeño piratilla. Intentaba tener las tardes
libres para estar a su lado, pero muchas veces era imposible. Por otro lado también
entendía que Esme y Carlisle querían pasar tiempo con su nieto.
Esme me dio una llave de la casa, en su día, para no tener que estar llamando
cada vez que fuese, por lo que cuando me acerqué a la cancela, de lejos accioné el
botón para abrirla.
Mi hijo fue lo primero que pensé. ¿Lo había visto? Sin pensarlo dos veces, me fui a
paso ligero a mi habitación. Esperaba que Carlisle estuviera allí con él, necesitaba
abrazarlo, asegurarme que estaba conmigo.
Llegué a mi habitación y mi niño no estaba allí. ¿Dios mío donde estaba? Quise
salir de nuevo para buscarlo en otro lugar pero no pude. La fuerza que me había
acompañado todo este tiempo desde que nació Dani, había desaparecido, y las
lágrimas comenzaron a salir de mis ojos. No llores me decía a mi misma pero…no
me podía controlar.
- Bella…no quiero que temas nada, él no volverá a aparecer por aquí- me dijo
Carlisle con dolor.
- Carlisle es tu hijo, no puedes decir eso. Los padres deben estar ahí, debes
escucharlo, no cometas los mismos errores que mis padres- pasé mi mano por su
hombro.
- ¿Cuando nos lo volverás a traer?- preguntó Esme angustiada, sabiendo que las
cosas podían cambiar a partir de ahora, y…no se equivocaba.
- Carlisle por favor entiéndeme. No os digo que no vayáis a ver a Daniel, solo
que…bueno ahora Edward está aquí y…- no quería decirlo pero…me vi obligada-
Tengo miedo.
- Si, a que sepa que es mi hijo, a que sepa que es su hijo. Sé que Edward está
- 235 -
especializado en derecho familiar y no le costaría trabajo quitarme a mi hijo
- Bella…él no haría eso, pero…si lo hiciese, yo iría contra él. Soy más viejo y puedo
destruirlo con mover solo una ficha- la dureza de Carlisle crecía por momentos.
Él, que preguntaba tanto por su papá y no sabía que hoy había estado delante de
él. Las lágrimas volvieron a desbordarse en mis ojos.
- ¿Por qué Edward? ¿Por qué apareces ahora y no cuando tanto te necesité?-
susurraba mientras conducía.
Rápidamente llegamos a casa. Hacía seis meses, Dani y yo nos habíamos mudado
a un apartamento, solos. Necesitaba volver a independizarme. Emmett y Rose, se
habían mudado con nosotros al apartamento contiguo, para estar cerca nuestra.
Al principio Emmett jugaba con Dani, pero al saber la noticia, lo tomó en brazos y
se sentó en la mesa.
- Él está muy dolido pero…yo no quiero que lo trate así. Es su hijo Emmett, soy
solo soy la madre de su nieto- aclaré
- Y…bueno… ¿Qué piensas hacer ahora?- podía ver miedo en los ojos de Rose
EDWARD
Los recuerdos de mis días con Bella, se iban sucediendo en mi mente, nuestro
primer beso, su sabor, su sonrisa, ella, dioss! Me iba a enloquecer. La necesitaba
como respirar y…no podía darme por vencido.
Quizás todo…había sido muy precipitado hoy, le tenía que dar tiempo, el cual me
sobraba si no estaba a su lado.
Cuando desperté era las 17.14 p.m. Había pasado todo el día durmiendo y apenas
había comido nada desde hacía dos días.
Me levanté con dolor en todo el cuerpo y fui hasta la cocina. Allí no había nada
- 237 -
para comer.
Comí en un restaurante, al cual solía ir antes del accidente. Todo estaba bastante
cambiado.
Cuando salí en dirección a una tienda de ropa, un niño que corría en mi dirección,
se chocó conmigo cayendo al suelo de espaldas.
- Dani, Dani- escuché a un hombre llamarlo por la multitud. Supuse que era el
padre por lo que lo tomé del suelo mientras llegaba.
- ¿Estás bien Dani?- le pregunté alzándolo en mis brazos, el niño estaba asustado.
Volví a escuchar al padre, esta vez a mi espalda por lo que me giré para
entregárselo y quise morirme, era Emmett.
- Papá- le gritó el niño tirándose a sus brazos, Emmett lo tomó sin decir nada, su
cara estaba contraída.
- Es muy guapo- no se parecía en nada a él, Emmett era moreno y con los ojos
oscuros y el niño era blanquito y con los ojos verdes.
- Bueno…tenemos que irnos- el niño jugaba encima de Emmett, se veía muy feliz.
Siempre supe que Emmett iba a ser un gran padre.
Emmett se alejó presuroso, regañando al niño por alejarse de él. Ese niño…tenía
algo especial. Sabía que Rosalie era rubia con ojos claros pero tampoco se parecía
en nada a ella. Sus rasgos eran muy familiares.
- 238 -
Finalmente me estaba volviendo loco. Me había pasado tantas cosas en el último
día, que ahora me dedicaba a estudiar cada cosa que ocurría a mi alrededor, me
estaba volviendo psicótico.
Compre alguna ropa, sin siquiera probármelas. No estaba de ánimos para nada de
eso. Me sentía como un alienígena en un planeta extraño.
Llegué a casa y tomé mi teléfono. Necesitaba hablar con alguien, pero… ¿con
quién? Con mis padres no podía contar, por lo menos por ahora, con Alice…me daba
un miedo atroz, ella ya sabría de mi vuelta y…no me había llamado, por lo que
supuse que estaba enfadada. Finalmente recordé a Jasper. No quería causarle
problemas pero…necesitaba hablar con él.
- Jasper… ¿podríamos vernos mañana?- era incomodo tener una conversación así
por teléfono.
- Mañana…espera- supe que estaba pensando- está bien, ven a casa, Clhoé está
enferma y no va a la guardería, me tengo que quedar en casa, Alice…tiene cosas que
hacer.
- Estupendo, allí estaré. Gracias Jazz.- No pude evitar recordar la cena donde
Emmett nos acortó a todos el nombre y sonreí.
Intenté descansar lo más posible esa noche, pero…estaba muy nervioso. Esperaba
que Jasper, pudiera contarme todo lo ocurrido en mi ausencia, él…siempre estaba
ahí, era mi amigo incondicional.
Cuando llegué a su casa, Alice ya no estaba. Sabía que Jasper me había citado a
una hora, en la cual Alice ya se habría marchado.
- 239 -
- Edward…cuando supe que…bueno- señaló mis piernas- no me lo podía creer. Me
alegro que vuelvas a tener movilidad- sabía que lo decía de corazón.
- Edward…lo sé, ha debido ser horrible pero…no solo tú lo has pasado mal. Tu
familia…estaba destrozada, Bella…- no prosiguió.
- ¿Como fue para Bella? Es decir sé que tuvo que ser duro pero…- necesitaba
saber más de ella. Si había rehecho su vida o lo que fuera.
Al momento vino con una preciosa niña en sus brazos. Era la viva imagen de mi
hermana, su pelo era cortito negro y tenía unos enormes ojos verdes. Al verme se
asustó y escondió su cara en el cuello de Jasper.
- Hola Clhoé, soy…tu tío Edward- le acaricié la manita, pero la niña no se despegó
del cuello de mi cuñado.
La niña poco a poco fue despegando su carita del cuello de Jasper y comenzó a
mirarme de forma curiosa. No cabía duda que era hija de mi hermana, hacía sus
mismos gestos cuando estudiaba algo o a alguien.
- Discúlpala está malita. Ella es muy cariñosa, sino…pregúntale a tus padres que
se mueren por sus nietos- algo de esa frase no me cuadró "que se mueren por sus
nietos" plural, y solo había un nieto, en este caso una nieta.
- Jasper, tápale los ojos a Clhoé- ninguno entendimos pero Jasper, acató la orden
de su mujer, al momento un sonoro bofetón estalló en mi mejilla. Era imposible que
una persona tan pequeña, pudiera dar tremendo golpe. Instintivamente me llevé la
mano a mi pómulo para intentar aliviar el dolor.- Eres un maldito cerdo, ¿Lo sabes
verdad?
- Gracias Alice por recordármelo una vez más y hacérmelo sentir- seguía
acariciando mi mejilla.
- ¿Qué esperabas? Te desapareces por más de dos años y ahora… ¿quieres fiesta
de bienvenida?- sabía que no iba a ser fácil, el abrazo inicial no había sido más que
un espejismo.
- El mismo vacío que TÚ nos has hecho en este tiempo. ¿Qué pensabas?
Edward…no te reconozco.
- 242 -
Capitulo 36
Disfrutad
CAPITULO 36
- Alice por favor…no puedes decirme eso…yo…- mis lágrimas no tardaron en salir,
si Alice no me perdonaba, que era la más afín a mi, que era mi media mitad por ser
mi melliza…sabía que con los demás no tenía nada que hacer. Ella se acercó de
nuevo a mi lado resoplando y me abrazó.
Seguimos hablando por un rato más sobre lo ocurrido, sin mencionar en ningún
momento a Bella y eso me angustiaba. ¿Por qué Alice no se refería a ella? Le conté
cosas sobre mis operaciones y mi rehabilitación, y vi como se estremecía.
Finalmente no pude reprimir mi pregunta, era ahora o nunca.
- Alice… ¿Y Bella?- ella volteó la mirada, como queriendo huir de mi- Necesito
saber de ella- sonaba desesperado si pero… ¿acaso no lo estaba?
- 243 -
- Es su decisión y yo le apoyo- ¿ella le había dicho a mi familia que no me contara
nada?
- Ella lo ha pasado muy mal. Ha sido… muy duro para ella y ahora…
Pasé toda la mañana con ellos. No volvimos a hablar más de lo ocurrido, solo de
nosotros tres y de la pequeña Clhoé.
Alice me contó que Jacob no vivió más de un mes en mi casa y que se había tenido
que marchar. Al parecer su padre había enfermado y su madre lo necesitaba.
Cuando salí de aquella casa, me fui con un sabor agridulce. Dulce pues…sabía que
podía contar con mi hermana, pero de una forma limitada, es decir no interviniendo
por mí con nadie. Decía que yo mismo tenía que reparar el daño que había
ocasionado, y era justo.
Agrio pues…volvía de nuevo a casa sin noticias de Bella, o al menos sin noticias
concretas. Solo supe que ella desapareció por un tiempo cuando yo me marché, que
Alice la encontró y que había rehecho su vida, pero… ¿Con quién? Alice me dijo que
no era como yo pensaba, es decir como pareja pero…si no era así… ¿Cómo podía
rehacer su vida una persona? Iba a descubrirlo como fuera.
Aún era temprano por lo que me fui hasta, el que en esos días era, su trabajo.
Quizás la encontraba allí trabajando.
El día que estuve en casa de mis padres, ella volvía con un uniforme de trabajo.
No era el que ella llamaba "pantera rosa", era mucho más elegante pero…podía ser
que le hubiesen cambiado el uniforme.
- 244 -
- Buenos días, ¿en que puedo ayudarle?- el lugar parecía viejo y un poco
abandonado, realmente me esperaba otra cosa del lugar donde trabajaba Bella.
- Solo trabajamos tres aquí por tanto…no será difícil- ¿Tres? Definitivamente me
había confundido de lugar.
- ¿Por qué la buscas aquí? ¿Acaso te manda ella para incordiar?- la dulzura había
desaparecido de su rostro, ahora había rabia.
- Pues…te equivocas, ella hace más de tres años que no trabaja aquí- eso era
imposible, hace tres años ella y yo estábamos juntos- al parecer…hacerse novia de
un abogado inútil, le sirvió para lanzarse a la fama- esa tía no sabía que el abogado
inútil de esos tiempos era yo. Cada vez era más confuso
- ¿A la fama? Creo que no entiendo nada- ella me miró aún más furiosa.
- Es decir que ¿viene para…meterla en líos?- esta vez sonrió, yo solo asentí. Tomó
papel y bolígrafo, y me escribió una dirección- Esta es la dirección de donde está
Cuando llegué a mi coche miré el papel que me había dado. Había apuntado una
dirección, y al final de la nota me puso su nombre: Victoria y su número de teléfono
Volví a almorzar fuera de casa, no me apetecía nada hacerlo solo y menos en esa
casa que tantos recuerdos me brindaba.
BELLA
Como cada mañana fui a trabajar a la clínica. Cuando llegué había una actividad
frenética. Todos estaban ocupados con sus cosas.
Hoy por suerte no tenía que salir a ninguna visita, por lo que mi trabajo era allí.
No podía evitar estar preocupada por la vuelta de Edward. Aunque había logrado
domesticar a mi corazón, no podía evitar estremecerme pensando en él. Lo amaba
si, pero…eso no significaba nada.
No quería tener a mi hijo lejos de mí y como la mayor parte del tiempo en el que
Dani estaba en el cole yo estaba en el trabajo pues…lo decidí así.
- Rose…me voy a recoger a Dani- dije mientras salía, sin escuchar la respuesta de
ella.
- Mamiiiiiiiii- me gritaba cada vez que me veía y eso para mi era lo mejor del
mundo.
De camino a la clínica, lo llevaba en mis brazos y fui preguntándole las cosas que
había hecho en el cole pero…era demasiado pequeño para saber decirme. Hablaba
mucho pero…entendible decía pocas palabras.
A Dani le gustaba estar en la clínica, pues todos se deshacían en mimos hacia él.
Era el rey entre los mayores y era inevitable. Seth lo había enseñado a defenderse
en el agua, entre ello a flotar y a bucear, cosa que me tranquilizaba.
Cuando entramos en la clínica, lo hice entre risas con mi hijo el cual intentaba
darme besos y lo que hacía era babearme
- Dani, no chupes a mamá, los besitos no se dan así- le regañaba entre risas.
- Mierda- susurré para mí pero supe que él me había leído los labios- Kate…por
favor ¿Te puedes llevar a Daniel con…Seth o Rosalie?- ¿Donde estaba Rose?, si ella
lo hubiese visto esperarme me habría avisado y yo no habría ido para allá.
- Arios (adiós) Mami- me dijo Dani, y mi mundo se vino encima, Edward había
- 247 -
podido escuchar una vez más que tenía un hijo.
- Es mi hijo- lo interrumpí. Él lo había escuchado, era tonto negarlo. Aún así cerró
sus ojos de la impresión- Por favor vete
- No, tenemos que hablar, necesito saber, ese niño es….mío ¿verdad?- dijo
atropelladamente y yo me angustié.
- Me da igual que se parezca a ti, no tienes ningún derecho sobre él, lárgate- le
volví a gritar por suerte estábamos solos.
Por suerte salió Rosalie, que al vernos jadeó. Mis ojos estaban acuosos pero me
contuve. Edward Cullen no me iba a ver llorar.
- Por favor chicos…este no es lugar- dijo Rosalie cuando vio que varias clientas
entraban en la clínica.
Sabía que Edward no se iba a ir, y también sabía que no iba a llamar a la policía,
por lo que me dirigí a una de las oficinas que estaban en el interior, y le hice gestos
para que me siguiera.
Edward caminaba de nuevo, era raro verlo así. Podía apreciar una leve cojera pero
no era percibible a primera vista. Cuando llegamos abrí la puerta para que entrara.
- 248 -
- Quiero que me digas que ese niño es mi hijo
- Que pueda llevar tus genes no significa que sea tu hijo, tú nos abandonaste
ahora no tienes ningún derecho.
EDWARD
Cuando llegué a la clínica me sorprendí. Era increíble y sobre todo muy moderno.
(está en mi perfil).
- No, soy…un amigo- quise decirle que era su novio pero…sabía que Bella ya no
me consideraba como tal.
Me dirigí hasta los sillones y me senté. A los diez minutos, la puerta se volvió a
abrir y vi la imagen más bonita que había visto mis ojos en mis días de vida. Era
Bella sonriendo, con aquel niño que estaba con Emmett en el centro comercial.
- Dani, no chupes a mamá, los besitos no se dan así- ¿mamá? No podía ser, ese
niño no podía ser hijo de Bella pues….
Miré al niño con detenimiento y…dios mío no podía ser. ¿Cómo no me había dado
cuenta antes? Ese niño se parecía a mi cuando pequeño…un terror se apoderó de
mí. ¿Qué había hecho?
- Mierda- aunque el sonido no era audible, sus labios si eran leíbles- Kate…por
favor ¿Te puedes llevar a Daniel con…Seth o Rosalie?- Daniel, se llamaba Daniel
- 249 -
La chica lo tomó en bazos y el niño seguía sonriendo.
- Bella…ese niño…ese niño…- ¿era mío?¿por qué no me había dicho nadie nada?
- No, tenemos que hablar, necesito saber, ese niño es….mío ¿verdad?- necesitaba
saberlo, todo estaba siendo demasiado doloroso.
- No. No es tuyo- nunca se le había dado bien mentir, lo veía en sus ojos.
- Bella…no me mientas, ese niño es…un calco a mí- mi voz se alzó demasiado
producto de los nervios.
- Me da igual que se parezca a ti, no tienes ningún derecho sobre él, lárgate- me
gritó
- No me voy a ir, ahora no me voy a ir- hasta que no supiese todo, no me iba a ir.
Bella se quedó pensativa y al ver que no me iba a ir me hizo gestos para que la
siguiera. ¿Dónde estaba mi Bella? No había rastro de ella, de su dulzura, de su
alegría.
- 250 -
- Quiero que me digas que ese niño es mi hijo- quería escucharlo de ella, aunque
yo estaba casi seguro. Había atado cabos. Ese era el mismo niño que estaba en casa
de mis padres cuando fui por primera vez. ¿Por qué Alice no me dijo nada?
- Que pueda llevar tus genes no significa que sea tu hijo, tú nos abandonaste
ahora no tienes ningún derecho- eso me mató, Bella me lo había confirmado.
- Cállate Edward, no digas esa palabra. Tú no sabes lo que es eso. Eres un maldito
egoísta que no ve más allá de sí. Siempre lo has sido.
- Bella…- me acerqué a ella y la tomé por los brazos, pero no me dejó acercarme
más
Si ayer creía que era una pesadilla, hoy todo era mucho peor. Tenía un hijo, al
cual abandoné sin saber. Bella me odiaba y lo peor de todo es que me negaba a mi
hijo.
- 251 -
No esperó más y abrió la puerta de la oficina para invitarme a salir. Lo hice
lentamente pero al escuchar la risa de un niño, me detuve a mirar.
Ahí estaba ese trocito de mí, riendo en brazos de otro hombre. Al verme, Bella
salió corriendo y se lo quitó de las manos para marcharse con él hacia otro lugar. El
hombre la miró asustado y corrió tras de ella.
- 252 -
Capitulo 37
Disfrutad
CAPITULO 37
No podía correr, pero algo parecido hice para salir de allí. Me iba a ahogar, una
angustia de apoderaba de mi cuerpo. ¿Qué había hecho? Había perdido al ser que
más quería en mi vida, y la había dejado embarazada.
Me maldije una y otra vez, había destrozado mi vida, por querer ofrecerle otra
mejor.
Yo quería a ese niño, yo amaba a ese niño sin conocerlo. Era parte de mí, era fruto
de nuestro amor.
BELLA
Mi niño estaba con Andrea jugando, por lo que corrí hasta ellos y lo tomé de sus
brazos para llevármelo a otro lugar, fuera de su vista.
No me di cuenta que estaba llorando, hasta que noté que mi niño me limpiaba las
lagrimas con sus manitas.
- 253 -
- ¿Quieres que te lleve a casa?- me preguntó, yo solo asentí- Espérame aquí que
voy a ir a por nuestras cosas ¿vale?
Andrea se había quedado para cuidar de Dani, estaba demasiado nerviosa para
poder cuidar de mi hijo en condiciones.
- Lo siento Bella yo…fui a tomarme un café y fue cuando llegó él- sabía que Rose
se sentía culpable.
- Tranquila…esto iba a pasar. Fue igual que cuando intenté esconder mi embarazo
a los Cullen, tarde o temprano me verían- dije con un soplo de voz.
- Bella ¿has pensado que quiera reclamar a Dani como su hijo?- al parecer la idea
no era tan remota como yo había pensado, Rosalie había pensado en lo mismo.
- 254 -
- Si lo hace me marcharé con mi hijo. Nadie nos encontrará
Emmett se reunió con nosotras una vez que hubo acabado su turno en el trabajo.
Rose le contó todo lo ocurrido, mientras yo le contaba su cuento de antes de dormir
a mi niño. Hoy no era capaz de inventar nada, por lo que tomé uno de los millones
de cuentos que le había regalado tanto Carlisle como Esme y se lo leí.
Veía a mi niño tan pequeño, tan ajeno a todo, que me angustiaba pensar que
sufriese una mínima parte de lo que sufría yo.
Era su padre si, pero… ¿Por cuanto tiempo? ¿Y si decidía marcharse de nuevo? Mi
hijo no soportaría su abandono.
Cuando volví al salón, donde estaban Emmett y Rosalie, ambos estaban callados.
- Si, por el bien de su nieto. Si no estás tú, ese niño se muere- me contraje ante
eso
- Está bien les informaré pero…no le pediré nada, por lo menos ahora. No sé como
va a actuar Edward
Apenas dormí en la noche, las pesadillas habían vuelto a ser mis compañeras de
cama. No sé cuantas veces me desperté gritando en la noche. Por suerte Dani tenía
el sueño pesado y no se despertaba.
Lo tenía decidido, iría a la guardería a dejar a mi niño y después iría a hablar con
Esme y Carlisle a su casa, por lo que los avisé para que estuvieran preparados.
Cuando llegué, ambos me esperaban impacientes. Sabían que algo había ocurrido.
Les conté todo y pude ver la pena en sus rostros. Para ellos debía ser muy difícil,
ya que se trataba de su hijo y de su nieto.
- 255 -
No le conté de mis intenciones, si Edward intentaba meter mano judicialmente,
eso era una baza que guardaría debajo de mi manga. Confiaba plenamente en
Carlisle y Esme pero… no podía olvidar que ante todo Edward era su hijo.
Cuando Bella nos contó lo ocurrido el día anterior, no pude evitar sufrir por mi
hijo. Debía haber sido muy duro, enterarse así que tenía un hijo, y que se había
perdido casi dos años de su vida.
Carlisle no estaba mucho mejor que yo. Él era al que más le afectó la marcha de
Edward y le costaba más perdonar. Había pasado demasiadas noches en vela,
intentando conocer su paradero, y eso no se olvidaba de un día para otro.
Cuando Bella y Carlisle se fueron para sus trabajos, aproveché para llamar a
Edward. Mi hijo estaría destruido y…necesitaba saber que estaba bien.
Cuando llegué al apartamento llamé al timbre. Llevaba mis llaves pero…no quería
hacer uso de ella hasta que no fuera totalmente necesario. Nadie me abrió.
Cuando entré todo estaba oscuro. Las persianas estaban bajadas, y había un gran
olor a polvo. Me adentré lentamente y cuando llegué al salón encendí las luces y me
sorprendí.
Todo estaba desordenado y tirado por el suelo. Había muchas cosas rotas, entre
ellos adornos, cristales y demás.
- Edward…- lo llamé, no me gustaba nada el estado del piso, sabía que Jacob no lo
había dejado así- Edward…- volví a repetir pero nadie contestó.
- 256 -
suelo, en un rincón, con su cabeza entre sus piernas flexionadas. A su alrededor
había varias botellas de alcohol vacías.
- Estoy aquí Edward, levántate de aquí vamos a la cama- con dificultad lo ayudé a
levantarse.
Estaba muy preocupada por él. No sabía que hacer ni a quién llamar, pero
necesitaba ayuda. Pensé en Carlisle pero…él necesitaba tiempo, igual que Bella para
perdonarlo. Mi amor era incondicional, era su madre.
Tomé mi teléfono y llamé a Alice, que por suerte estaba libre y le avisé. Me dijo
que vendría para el apartamento.
Alice no tardó mucho en llegar, la cual se sorprendió igual que yo, de ver el estado
del apartamento. Ahora sabía que Edward había sido el que lo había destrozado
todo.
Dejé a Edward tumbado en la cama, y salí fuera de la habitación para hablar con
Alice.
- No. Entiendo su postura, yo haría exactamente igual. Ella está muy afectada y sé
que tiene miedo de Edward
- 257 -
- ¿Miedo?- Alice no lo veía.
- Darle nuestro apoyo, estar junto a él, no hay más que podamos hacer.
- ¿Y Daniel?
Avisé a Carlisle que me había surgido algo y que no comería en casa, para no
asustarlo. Con lo que había en la cocina de Edward hice algo de comer y después fui
a su habitación. Estaba completamente dormido pero…debía despertarlo, no sabía
cuanto tiempo llevaba sin alimentarse.
- Por favor Edward…no me hagas sufrir así. Las cosas no se solucionan así, eres
un hombre y debes afrontar los problemas de otra manera.
- Mamá tengo un hijo, tengo un hijo que no sabe que existo y que llama papá a
otro hombre- sollozó- Bella me odia, nunca la había visto mirarme así. Mi padre…no
quiere ni verme.
- 258 -
- Edward…necesitan tiempo. Han sufrido mucho en estos años. Ha sido horrible y
no solo para ti- tomé aire- por favor, cámbiate de ropa y sal a comer conmigo al
salón.
Conseguí que Edward se alimentara algo, aunque apenas levantó su cabeza del
plato. Tenía la mirada perdida, y sabía que todo ello era a causa del enorme
sufrimiento que tenía.
- Edward…Bella me deja los jueves a Dani en casa por la tarde- Edward levantó la
cabeza rápidamente para escucharme- pues…tiene visitas domiciliarias. Tu padre
este jueves…estará fuera de la ciudad, ¿te gustaría venir a casa?
EDWARD
- ¿De…verdad? ¿Puedo ir?- Como me preguntaba eso, pues claro que quería ir, me
moría por tener a ese niño entre mis abrazos, verlo de cerca.
- Tranquila mamá, nadie sabrá que he estado allí. Cuando Bella venga a buscarlo,
me iré a otro lugar para que no me vea- quería llorar de emoción, mañana…podría
ver a mi hijo
- 259 -
- Bella lo trae a las 16.00 y se lo lleva a casa a las 20.00, más o menos. Yo te
llamaré cuando Dani esté en casa, no vengas antes por favor, quiero evitar que os
encontréis.
Mi madre me había regalado una esperanza de vida, ver a mi hijo. Quería saberlo
todo de él, saber sus gustos, sus manías, su carácter, todo.
Recordé, el día que lo vi por primera vez en casa de mis padres, y estaba jugando
con aviones y decidí hacer un invento.
De siempre me había gustado hacerme mis propios juguetes y quizás mi hijo- ¡dios
mío! mi hijo…sonaba extraño- quizás a él, también le gustaría.
Compré cartón, y varios accesorios más y me fui para casa. Hasta las 16.00 horas
tenía tiempo para plantear mi invento.
A las 15:30 terminé mi avión de cartón, (está en mi perfil) pero lo dejé sin montar
para poder transportarlo.
Conduje lo más rápido que pude hasta allí. Mi corazón martilleaba frenético.
Cuando llegué a la cancela exterior llamé, ya que mis llaves se las devolví a mis
padres, rápidamente las puertas se abrieron.
Dejé mi coche en el garaje interior y cerré la puerta. Tomé todas las compras y me
encaminé hasta la casa.
- 260 -
Antes de entrar tomé aire, estaba muy nervioso.
Si, lo sé, soy mala por dejarlo ahí pero… qué sería de la vida sin suspense?
- 261 -
Capitulo 38
A pesar de que me habeis llamado de todo… ;), soy buena y sigo aquí eh?
Disfrutad
CAPITULO 38
Al entrar en el salón, lo vi. Era precioso, era…mi hijo. Solté todas las cosas de
golpe y me acerqué con lentitud hasta él. No quería asustarlo.
Mi hijo estaba jugando con unos juguetes que tenía encima del sofá. Me miraba
pero al momento volvía a mirar a sus juguetes.
- Dani, mira…ha venido a jugar contigo- le dijo mi madre y el niño se volvió hacia
mí- ¿quieres darle un abrazo?- le animó mi madre.
Pensé que se iba a negar, no era más que un extraño para él,
pero…misteriosamente se volteó y me abrazó. Mis piernas temblaron al notar su
pequeño cuerpecito pegado a mi, era…tan increíble este sentimiento. Era mi hijo,
era mi vida.
- Dani… ¿Quieres ver las cosas que he traído para jugar juntos?- él asintió con
ilusión.
Lo tomé en mis brazos y lo alcé. Era increíble poder tener a mi hijo entre mis
brazos, aunque él no supiera que era su padre.
Me encaminé con él hacia donde había dejado las bolsas y me senté en el suelo,
- 262 -
colocándolo entre mis piernas.
Saqué cada cosa que había comprado y Dani, gritaba de alegría con cada una de
ellas., había acertado en sus gustos.
Era imposible tener el vello más de punta que yo. Cada sonrisa, cada grito de
júbilo era una punzada en mi maltratado corazón.
- "Ela, ela" (Abuela, abuela) un vión (avión)- le dijo mostrándoselo a mi madre que
estaba emocionada.
- ¿Te gustan los aviones Dani?- le pregunté, él asintió- Pues…mira lo que he traído,
¿te gustaría montarte en un avión?
Tomé las piezas de cartón, y me puse a montarlas. Mi hijo me miraba curioso sin
tocar nada, estaba alucinado. Cuando lo coloqué todo, lo subí en el interior y le
enseñé como cogerlo para poder caminar con él. Mi hijo comenzó a reír nervioso, al
ver el invento.
En mi vida había sido tan feliz. Ver a mi hijo feliz a mi lado…era lo mejor del
mundo.
Mi madre, se fue a hacer sus cosas dejándonos solos, al ver que Daniel y yo nos
habíamos hecho amigos. Era un niño muy cariñoso y muy risueño, aunque debía
tener mucho cuidado con él, pues ideaba cosas bastantes peligrosas.
A las 18.00, mi madre vino con su merienda, un biberón con zumo de naranja
natural y un pequeño sándwich.
- Dani, vamos a cambiar el pañal- le dijo mi madre, no me había dado cuenta que
mi hijo aún llevaba pañales.
- ¿Cómo que no? Ven aquí- le dijo mi madre sonriendo y mi hijo salió a correr por
el salón gritando.- está en la fase en la que odia que le cambien el pañal- me advirtió
mi madre.
- Ven Dani, vamos a cambiar el pañal para seguir jugando, sino…no podemos
jugar- mi hijo seguía corriendo por el salón, y yo no podía parar de reír.
- 263 -
Finalmente, me acerqué hasta él, atrapándolo en una de sus carreras y lo tomé en
mis brazos haciéndole cosquillas. Mi hijo reía, al parecer soportaba las cosquillas
tan poco como yo, y después se lo ofrecí a mi madre para el cambio de pañal.
Las horas pasaban como minutos y los minutos como segundos. No quería que
acabara esta tarde tan mágica.
A las 19.30, Daniel estaba muy cansado y se estaba quedando dormido, por lo que
lo tomé en mis brazos y lo acuné, susurrándole una canción.
El salón estaba todo lleno de juguetes, excepto el pato, que lo tenía mi hijo
cercado en sus brazos. Era exactamente igual que yo de pequeño.
Aproveché para estudiar cada parte de su cuerpo. Sus manitas, su pelo, su carita.
Era verdad que tenía mucho parecido a mí pero…los gestos eran de Bella
- Edward, vete, vete, Bella está entrando por la cancela- mi madre estaba muy
nerviosa.
- Nene, nene, men (ven del verbo venir)- eso no era buena idea, Bella se iba a dar
cuenta
- Hola cariño- le gritó Bella- ¿cómo está el hombre más importante de mi vida?- no
pude evitar sonreír- ¡Dios mío! ¿Qué es todo esto?
- Cucho (mucho)- le dijo mi hijo riendo, dios mío, no podía babear más ante estas
cosas.
- Cariño no es papi es el tito Emmett- suspiré- ¿Dónde está papi?- eso me dejó
descolocado, ¿Bella le había hablado de mi?
Bella no le había hablado de mi a mi hijo, pero tampoco había dejado que llamase
papá a nadie más, aunque Daniel llamase, papi a Emmett.
Era inevitable estar cada día, más enamorado de ella, era tan especial…y sobre
todo era una buena madre.
Bella quiso recoger todos los juguetes desperdigados por el salón, pero mi madre
no la dejó, alegándole que se iba a hacer tarde para Dani.
Todos los juguetes estaban por el suelo, menos el pato de peluche, que supuse se
lo había llevado.
- ¿Qué te ocurre? ¿Te duele algo?- tiré de su mano para sentarnos nuevamente en
el sofá.
Mi madre no dijo nada más, sabía tan bien como yo…que no era una locura.
Mi madre me contó muchas cosas sobre mi hijo. Su comida preferida eran las
patatas fritas, muy normal en un niño de su edad, su sabor de helado era el
chocolate, igual que el de Bella, estaba acostumbrado a dormir con un pañuelo o
similar en su cara, según mi madre yo hacía igual de pequeño. Iba a la guardería
bilingüe (inglés/español) cosa que me gustó muchísimo.
- 266 -
Me quedé mirando las fotografías que estaban por la casa, en gran parte de ellas,
los protagonistas eran Clhoé y Daniel, abrazados, jugando, riendo.
Fui hasta una mesita auxiliar y vi una foto en la que estaban Bella y mi hijo.
Daniel eran muy pequeño, quizás seis o siete meses. Bella lo tenía alzado frente a
ella sonriéndole con una dulzura extrema y mi hijo le sonreía a su madre.
- Esa fotografía es del bautizo de Daniel. Emmett y Rosalie son los padrinos- sin
poderlo evitar cerré mis ojos con fuerza. Tomé aire y pregunté
- El mismo día que tu te fuiste, iba a tu casa para decírtelo.- Dios! Todo había ido
de mal en peor. Se había sentido abandonada y sola, sola con mi hijo en su vientre.
Sabía que tenía que dar el primer paso, pero…no sabía como hacerlo. Mi padre
estaba tenso y su barrera era infranqueable.
- 267 -
- Gracias, quiero…bueno, intentar volver a la normalidad- sabía que era la única
forma de tener un acercamiento con él, mediante el trabajo.
Esa fueron las únicas palabras que crucé con él en toda la noche, pero al
menos…había sido algo.
BELLA
Pasó al menos una semana desde el encontronazo con Edward, y por suerte no
tuve que volver a verlo.
Hay que tener en cuenta que Edward…no era un ser cualquiera, para mi había
sido la persona más importante de mi vida, hasta que nació Daniel.
En estos dos años había envejecido un poco, supongo que yo también. Su pelo no
era el mismo que el que a mi me gustaba tirar en esos momentos de pasión, la
expresión de sus ojos era sombría y…ahora…caminaba. Era extraño verlo así,
siempre lo había visto o en la cama o en su silla pero…nunca en pie.
Al parecer la chica con la que se fue, es decir Claudia, tenía más fuerza sobre él
que yo, y por eso accedió a operarse.
Sea por lo que fuere me alegraba por él. Sabía lo que odiaba ser dependiente y lo
había visto muchas veces llorar por ello.
Era jueves y por la tarde volvía a tener visita domiciliaria. Estos días, recogía a
Daniel antes del colegio, para darle de almorzar, para después llevarlo a casa de
Esme y Carlisle. Necesitaba ganar tiempo de estar con mi hijo.
Antes de pasar por la guardería de Daniel, mi teléfono móvil sonó, era mi madre,
cosa que me sorprendió. Hacía bastante que no me llamaba.
- Hola mamá, al parecer te has acordado que tienes una hija- le dije con sarcasmo.
- 268 -
- Bella…- su repentino silencio no me sonó demasiado bien- Tu padre…
- Tu padre ha sufrido un infarto- eso me dejó fría, tuve que sentarme para
recuperarme.
- ¿Qué?- ante todo era mi padre, por mis venas corría parte de él.
Emmett tenía un corazón de chocolate, que se derretía con solo tocarlo, y aunque
estaba muy dolido con él…sabía que lo quería.
Finalmente accedió a viajar conmigo a Forks. Ahora solo tenía otro problema y era
Dani. No me podía llevar a mi niño, para hacer un viaje tan largo para unos días
y…tampoco iba a ser un ambiente para él.
Rose también nos iba a acompañar, para visitar a su familia de camino y para
estar con Emmett y conmigo. Por tanto pensé en Esme.
Ella era una madre para mí, y sabía que iba a cuidar de mi hijo tan bien como yo.
- Lo sé. Voy a ir a por él a la guardería y a casa para recoger sus cosas. Te lo llevo
en un rato- tuve que tragar hondo, para mi…no era nada fácil
- Os espero cariño.
No sé que haría sin esa mujer. Esa mujer que sin ser mi madre se comportaba
como tal, era mi apoyo incondicional.
Recogí a Dani del cole y rápidamente me fui para casa para hacer tanto su maleta
como la mía. Yo apenas llevaría nada, solo varias mudas de ropa interior y ropa de
diario.
La maleta de Dani era un caso aparte. Aunque Esme tenía ropa de él allí y
demás…no quería que le faltara de nada
- Emm, voy a ir a llevar a Dani a casa de Esme y Carlisle, por favor ¿me puedes
recoger allí?, quiero dejarle mi coche, ahí esta la sillita de Dani y…será mas cómodo
para ella, su coche es de tres puertas.
De camino a casa de Esme, intenté explicarle a mi hijo que su mamá tenía que
marcharse por unos días a otro lugar, pero…él realmente no era consciente de nada,
y por un lado me alegraba.
Me preocupaba como iba a pasar las noches sin mí. Nunca nos habíamos separado
- 270 -
ni una noche.
- 271 -
Capitulo 39
Disfrutad
CAPITULO 39
Finalmente, Emmett llegó al poco tiempo. Tuve que respirar hondo varias veces
para no echarme a llorar. No quería parecer una madre desesperada pero…era
inevitable, lo era.
- Dani, ¿le das un besito a mami?- mi hijo se acercó y me babeó la cara, como él
solía hacer- ¿Te portarás bien? Y…no me olvidarás ¿verdad?- sabía que no me
entendía pero…necesitaba decirlo- Te quiero mucho mi vida.
- "Que quero cucho mami" (te quiero mucho mami)- era la primera vez que mi hijo
me decía que me quería y no pude reprimir las lágrimas.
EDWARD
Al día siguiente de la cena con mis padres, fui hasta mi antiguo trabajo. Debía
ponerme al día con todo, y por supuesto, comenzar mi plan para volver a ganarme la
confianza de mi padre.
- 272 -
Mi padre era un hombre muy reservado y no había hablado nada sobre mi vuelta.
Lo primero que hice fue ir al despacho de mi padre para decirle que estaba allí y
ponerme a sus órdenes. Toqué en su puerta y esperé a que me diera paso.
- Sabes que nunca has necesitado órdenes. Dirígete a tu antiguo despacho, allí te
darán ordenes.- al decir eso perdió su mirada entre los papeles.
- Papá…lo siento, lo siento todo. No sé como hacer para que me perdones- Tomé
aire, lo iba a necesitar- Creí hacer lo correcto, demasiado habíais sufrido y…no
quise… o no podía haceros sufrir de nuevo.
- ¿Tú te puedes hacer una idea de lo que nos has hecho sufrir de esta manera? Tu
madre estaba destrozada, yo también lo estaba, por no contar como se sentía…- al
ver lo que iba a decir calló
- Bella, ¿Verdad? Yo…yo no sabía nada, dios mío…es mi hijo, sangre de mi sangre,
¿Crees que me hubiese marchado si lo hubiese sabido? Sé que no he actuado bien y
créeme si te digo…que lo estoy pagando- suspiré- He perdido a la mujer de mi vida,
he dañado a mi familia y….tengo un hijo que no sabe que soy su padre. ¿Hay alguna
otra condena que deba agregar para pagar por mis errores?
- Pues…no te comportes como tal y me condenes a vivir así para toda la vida. No
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quiero que seas mi abogado frente a ella, pero…al menos…no me pongas la soga al
cuello para llevarme ante la horca- mi padre no dijo nada- Bueno…supongo
que…debo trabajar. Gracias por escucharme.
Necesitaba intimidad, mis lágrimas estaban a punto de salir, y ese no era un buen
sitio.
Me dirigí al que se suponía que había sido mi despacho siempre tal y como me
había dicho mi padre, pero una vez allí supe que ya no me pertenecía. En la puerta
ya no estaba el letrero Edward Cullen, abogado de familia ahora estaba Mike
Newton, abogado de familia.
Antes de voltearme, tomé aire. Sabía que todos estaban pendiente y efectivamente
fue así.
Cuando me recuperé, volví a salir y me dirigí al despacho del tal Mike Newton, el
cual supuse que era mi nuevo jefe.
Me llevó a la que sería mi nueva mesa de trabajo, que estaba junto a los archivos.
Cuando me detalló mi trabajo, no pude evitar jadear. Iba a ser el encargado de
archivar causas o expedientes -Wow, trabajo interesante. Mi jornada laboral solo era
de 4 horas, ya que…no se precisaba de más.
Entendía que mi padre pudiera estar molesto conmigo, que incluso me guardase
rencor por todo pero…no estaba siendo justo.
Podía entender que mi padre me negase la palabra, que no quisiera verme pero…a
esto no estaba dispuesto a llegar. No iba a dejarme pisotear así.
Tomé los trozos del contrato y lo apilé en una montañita. Puse un Post-it encima
de ella y escribí "Gracias por nada".
- Y…por favor, entrégale esto de mi parte. Hasta luego- tomé mi cartera y me fui
de allí
Si pensaba que necesitaba de su limosna para vivir, estaba muy equivocado. Iba a
demostrarle que era un autentico Cullen y sobre todo que…todos éramos humanos y
podíamos equivocarnos.
Una vez fuera, me fui a una cafetería para comenzar a crear mi curriculum Vitae.
Mi búsqueda de trabajo comenzaría hoy
Como bien sabía, en dos días, había conseguido un nuevo trabajo en una
- 275 -
prestigiosa cadena de asesorías. Mi jornada era intensiva por la mañana, por lo que
tendría las tardes libres.
Solo vivía para que fuera jueves, y así poder ir a casa de mi madre para ver a mi
hijo.
Era jueves por la tarde. Salí de trabajar y comí algo rápidamente en un bar de al
lado.
- Mamá ¿pasa algo?- mi mente me mostró en tan solo unos segundos, todas las
cosas malas que podían haber ocurrido.
- Tranquilo hijo, solo avisarte que tengo a Daniel aquí. Cuando vengas te cuento.
- Mamá, estoy fuera pero…he visto un coche desconocido y…no he querido entrar.
No entendía como era posible, que una personita tan pequeña, fuese capaz de
causar esta sensación de bienestar en mí. Me acerqué hasta mi madre y la besé.
- Entonces… ¿mi hijo estará aquí varios días?- mi madre asintió y yo no pude
evitar que mis ojos se abrieran de emoción. Pasaría más tiempo con mi hijo.
- Edward… ¿Qué está pasando entre vosotros? En vez de mejorar la cosa va a peor
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Mi madre estaba bastante afectada por todo.
- Mamá, hace un buen día, ¿Te importa que saque a Daniel al jardín?- me sentía un
poco mal teniendo que pedir permiso para sacar al exterior a mi hijo pero…teniendo
en cuenta que mi madre era la responsable, ante los ojos de Bella…debía hacerlo.
Mi hijo y yo nos fuimos al jardín a jugar con una pelota, que le había comprado la
semana anterior. Lo veía reír y correr y eso me hacía muy feliz.
- El nene- respondió.
- Hola hija ¿Qué tal fue el viaje?- le preguntó mi madre. Tras su respuesta
prosiguió- Dani está muy bien, está jugando con sus cosas ya sabes- me miró mi
madre con ojos de culpa- Tranquila, todo está bien Bella, tu hijo está seguro
conmigo.- volvió a escucharla y al momento prosiguió- Si, espera. Dani mira es
mamá ¿Quieres hablar con ella?
- Zi (si) con la "ela" (abuela) y con papá- al decirle eso mi madre y yo nos
- 278 -
contrajimos. Un calor enorme sacudió mi corazón. Era la primera vez que mi hijo me
llamaba papá.
- Es Carlisle el que está con nosotros- sonrió mi madre nerviosamente- Bueno, hija
tranquila. Llama cuantas veces necesites. Cuidaros Bella.
- Edward… ¿Por qué Dani te ha llamado papá?- sin poder evitarlo sonreí
- Es mi hijo mamá ¿Cómo quieres que me llame?- sabía que no se iba a conformar
con eso.
- No me puedo creer que esté aquí el rey de la casa- mi padre lo tomó en sus
brazos y lo alzó, haciendo reír a Dani. Él no se había percatado de que yo estaba allí-
Esme, como que…- al verme toda la alegría de su cara se evaporó.
- Es mi hijo- dije poniéndome en pié. No iba a dejar que mi madre peleará por mí,
sabía defenderme bien.
- Perdiste todos tus derechos el día que te fuiste- finalmente mi padre lo había
conseguido, había acabado con mi paciencia.
- Te equivocas, no sabía nada de esto, ya te lo dije- nuestro tono de voz cada vez
era más duro.
- Ven Dani, vamos a ir a darte un baño ¿vale?- mi madre se acercó a donde estaba
mi hijo y se lo llevó al verlo asustado por nuestro tono de voz.
- 279 -
- Pero… ¿No te das cuenta?- no esperé a que continuara.
- No, el que no se da cuenta aquí eres tú. Ese niño es mi hijo y ni tú ni nadie me va
a separar de él. Perdí todo mi derecho sobre Bella, lo acepto o incluso puedo aceptar
que me aborrezcas, pero…no me voy a olvidar de mi hijo, ¿entiendes? Esta es la
manera que tengo de verlo sin dañar a Bella. Hazte a la idea de verme cuando él
esté aquí.
Llamé a la puerta pero no respondió nadie, por lo que entré con cuidado.
La habitación era preciosa. Había una gran cama y justo al lado había una cunita.
Todo estaba adornado con ambiente infantil. Fui hasta el baño interior y allí estaba
mi hijo riendo y jugando con su abuela.
- Papiiiiiii- gritó Dani al verme, y eso me hizo olvidar los tensos momentos vividos.
- Hola cariño, ¿te estás bañando?- mi madre me miró con mirada de angustia-
mamá te importaría que yo…- Ella se retiró dejándome que yo siguiera con el baño
de mi hijo.
Estuvimos un rato jugando con sus juguetes en el agua, después le sequé y le puse
su pijamita.
- 280 -
Capitulo 40
Disfrutad
CAPITULO 40
- No mamá, no voy a molestar, solo quiero estar con mi hijo. Si pudiera llevármelo
a mi casa…lo haría pero…no es justo para ti.
- 281 -
madre, cogió su sabanita y se la puso en la cara, al poco tiempo se quedó dormido.
-¿Cómo puedes ser tan perfecto?- susurré para evitar despertarlo- Eres un
angelito caído del cielo, ¿lo sabías? No sé que sería de mí si no estuvieras en este
mundo, no sé como he podido vivir tanto tiempo sin ti. Cuando conocí a tu mamá,
me mostró otro mundo diferente al que yo conocía. Me enseñó lo que era querer de
verdad con todo el corazón, me enseñó a superarme cada día, a no conformarme con
lo que me estaba tocando vivir y…por eso decidí dar el gran paso- necesitaba
explicarle aunque no me escuchara- Me fui para eliminar las barreras que me
limitaban en la vida, los obstáculos que me impedían hacer feliz a tu mamá al cien
por cien. No podía condenar a nadie a sufrir conmigo todo lo que sufrí, eso solo me
haría flaquear. Pero…me equivoqué. Por no hacerlos sufrir, los hice desdichados.
Los entiendo a todos, entiendo que tu mamá no me quiera volver a ver, nunca me
perdonaré no haber estado con ella durante su embarazo, o en el parto- suspiré-
Dios bien sabe, que ese es mi mayor castigo. Por otro lado siento…que he
decepcionado a tu abuelo. Sé que nunca me va a perdonar esto- sin poder evitarlo,
las lágrimas comenzaron a caer
CARLISLE
Todo esto me estaba superando. Bien sabe todo el mundo, lo que luché para
recuperar a mi hijo pero…había pasado tantas cosas y habíamos sufrido tanto, que
ahora no me veía capaz de perdonarlo.
Desde el accidente, habíamos peleado por sacar a Edward a delante, no dejar que
se hundiese y cuando aparece Bella en su vida, y todos volvemos a ser feliz…Edward
decide marcharse, sin importarle ninguno de nosotros, sin una explicación y dejando
a un hijo por el camino.
Vale que él no sabía nada del embarazo de Bella, pero…si hubiese hecho las cosas
de otra manera, habríamos tenido forma de avisarlo, de evitar todo el dolor que
habíamos sufrido.
Cuando Esme me dijo que estaba permitiendo a Edward que viese a Daniel, no
estuve de acuerdo con ella. Nunca habíamos tenido diferencias, pero en este caso,
Esme se estaba dejando llevar por sus sentimientos de madre.
- 282 -
Sentía como si le estuviéramos fallando a Bella. Ella confiaba en nosotros.
Sabía que si trabajaba allí, nuestros roces serían mayores, y necesitaba tiempo.
No quería que nadie viese diferencias entre nosotros, quería separar mi vida
privada de la laboral y con Edward allí iba a ser muy difícil.
Pasaron varios días. Cuando volví a casa, me llevé la sorpresa de que mi nieto aún
estaba allí. Mi sorpresa se vio oscurecida al ver que Edward también estaba allí. Se
había convertido en un pack indivisible, y eso me molestaba.
Tuvimos unas palabras pero lo último que me dijo Edward me dejó marcado.
- No, el que no se da cuenta aquí eres tú. Ese niño es mi hijo y ni tú ni nadie me va
a separar de él. Perdí todo mi derecho sobre Bella, lo acepto o incluso puedo aceptar
que me aborrezcas, pero…no me voy a olvidar de mi hijo, ¿entiendes? Esta es la
manera que tengo de verlo sin dañar a Bella. Hazte a la idea de verme cuando él
esté aquí
Estaba siendo demasiado duro con él, ¿Qué me pasaba? ¿Estaba descargando toda
mi frustración en él?
Me fui a mi habitación para darme una ducha. Cuando bajé para cenar, Esme
estaba sentada en el salón, con el intercomunicador de Daniel en sus manos, con sus
ojos vidriosos.
Al verme me habló.
- Por suerte no le ha dado por estar más años fuera y le da tiempo de contarle
cuentos- dije con sarcasmo.
- Cariño, Edward está pagando sus errores muy caro. Ha perdido a Bella y…ha
perdido casi dos años de la vida de su hijo. ¿Vamos a castigarlo ahora también
nosotros?
Tras eso escuchamos a Edward hablar a Daniel, y ambos nos quedamos callados al
escuchar su voz cargada de emoción.
-¿Cómo puedes ser tan perfecto?- le decía entre susurros- Eres un angelito caído
del cielo, ¿lo sabías? No sé que sería de mí si no estuvieras en este mundo, no sé
como he podido vivir tanto tiempo sin ti. Cuando conocí a tu mamá, me mostró otro
mundo diferente al que yo conocía. Me enseñó lo que era querer de verdad con todo
el corazón, me enseñó a superarme cada día, a no conformarme con lo que me
estaba tocando vivir y…por eso decidí dar el gran paso. Me fui para eliminar las
barreras que me limitaban en la vida, los obstáculos que me impedían hacer feliz a
tu mamá al cien por cien. No podía condenar a nadie a soportar conmigo todo lo que
sufrí, eso solo me haría flaquear. Pero…me equivoqué. Por no hacerlos sufrir, los
hice desdichados. Los entiendo a todos, entiendo que tu mamá no me quiera volver a
ver, nunca me perdonaré no haber estado con ella durante su embarazo, o en el
parto. Dios bien sabe, que ese es mi mayor castigo. Por otro lado siento…que he
decepcionado a tu abuelo. Se que nunca me va a perdonar esto- su voz se quebró y
supimos que estaba llorando.
Esme y yo nos miramos con lágrimas en los ojos y en ese momento lo entendí
todo. Mi hijo necesitaba mi apoyo.
- Carlisle…soluciona esto por favor. Deja que pase los días que esté fuera Bella, a
gusto con su hijo. Cuando Daniel está a su lado…Edward es otra persona- Yo solo
asentí, después de lo que había escuchado…no podía negarme.
BELLA
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Cuando llegamos al aeropuerto de Seattle aproveché para llamar a Esme.
Necesitaba saber como estaba mi hijo, mientras Emmett fue a alquilar un coche.
Cuando le pregunté con quién estaba y me dijo que con su abuela y su papá, por lo
que me asusté. Por un momento se me ocurrió la idea de que Edward podía estar
allí, pero… ¿Cómo sabía Dani que era su padre?
De camino a Forks, no pude parar de pensar en todo. Hacía mucho tiempo que no
volvía a casa. Había tenido que pasar esto para volver a reunirnos. Era muy triste.
Emmett iba muy nervioso, lo notaba en su forma de conducir, sabía que para él,
todo esto era muy difícil.
Cuando llegamos a Forks ya era noche cerrada. Dejamos a Rose en casa de sus
padres, y posteriormente Emmett y yo nos dirigimos al hospital que me había
indicado mi madre. Preguntamos en información y nos indicaron el número de la
habitación.
Nos contó la última visita del médico y…nada había mejorado. Mi padre estaba en
sus últimos días de vida. Su corazón se estaba apagando y no había nada posible por
hacer
Las horas pasaban lentas en aquel hospital. Estaba muerta de cansancio pero…en
ese sillón no podía dormir. Toda la noche, me limité a pensar en mi duendecillo.
Era…lo mejor que me había pasado en la vida, tan dulce, tan cariñoso. Cada día
que pasaba se parecía más a su padre, era inevitable. Tenía toda su perfección.
Pasaron dos días más, y habíamos decidido alternarnos las noches en el hospital.
- 285 -
Debíamos descansar ya que no sabíamos cuando iba a durar todo esto.
La mañana del domingo, mi padre abrió los ojos. Estaba muy débil pero al
menos…estaba consciente.
No pasó más de dos horas, cuando empezó a delirar. Nos llamaba a Emmett, a mi
madre y a mí. Incluso llamó a mi hijo. Las voces de mi padre, se grababan en mi
mente por lo que tuve que salir de allí. No podía soportarlo, no podía ver como mi
padre moría.
Una hora más tarde todo acabó, mi padre falleció, su corazón se paró.
Sin poder evitarlo pensé en Edward. ¿Era justo para Daniel que lo separase de él?
No lo sabía pero…quería evitarle sufrimiento.
Tenía claro que yo no podía perdonarlo, pero…mi hijo necesitaba a su padre. Todo
era demasiado complicado para un niño tan pequeño.
Tuvimos que esperar 24 horas para oficiar el funeral. Por suerte, los amigos de mi
padre se encargaron de todo.
Emmett fue al aeropuerto para reservar los billetes de vuelta para el día siguiente.
Llevaba cerca de cuatro días sin ver a mi hijo, y necesitaba volver.
Le ofrecí a mi madre que se viniera con nosotros a Florida. Así conocería a Daniel
y no estaría sola pero…se negó.
Esto me demostró una vez más que mi padre, no había sido el único culpable de
- 286 -
nuestra distancia, ella había sido cómplice, y ahora… iba a ser la responsable.
Mi madre ahora, era una extraña para mí. Ahora tenía una nueva madre y esa era
Esme.
Ella y Carlisle me habían dado todo lo que mis padres me negaron al marcharme
de Forks
Finalmente, a primera hora del martes, tomamos nuestro avión para Florida.
EDWARD
Había pasado toda la noche con mi hijo en la cama. Antes de irme, lo coloqué en
su cunita para evitar que se cayera.
Le dejé una nota a mi madre en la cama, para avisarla que regresaría después del
trabajo.
Las horas en el trabajo pasaron demasiado lentas. Tenía varios casos delicados de
tratar pero…no podía concentrarme. Ese pequeño diablillo, ocupaba el cien por cien
de mi mente.
Por fin llegó la hora, y me paré en la cafetería para comprar un bocadillo para
comerlo de camino a casa de mis padres. No tenía tiempo que perder.
Cuando llegué eran las 15:40. Mi madre estaba sentada en el salón leyendo un
libro y mi hijo estaba tumbado en el sofá, durmiendo su siesta.
Aproveché para subir a la que era su habitación para dejar mis cosas y
cambiarme. Aún llevaba mi traje de trabajo.
Pasé toda la tarde con mi hijo jugando. Cada vez que me llamaba papá, no podía
evitar que mi corazón se contrajese de emoción.
- 287 -
Tras varias horas de juego procedí a bañarlo, a darle de cenar y a irme a la cama
con él.
- Dios! Dani…. ¿Tú que desayunas?- me asusté y mi hijo empezó a reírse- ¿Te vas a
reír de tu padre?- lo cogí en brazos para hacerle cosquillas.
- Buenos días- dijo mi padre al entrar en la cocina- Hola Dani, ¿le das un besito al
abuelo?- se acercó a nosotros ya que Dani estaba en mis brazos.
- Tu madre me obligó a ello por si algún día ella no podía hacerlo ella.
- Genial…- miré para todos lados buscando algo para calentar la leche. Tenía a
Dani en brazos y todo era mucho más difícil.
- ¿Quieres que coja a Dani para que te sea más fácil?- ¿qué le pasaba a mi padre?
¿Desde cuando le había vuelto a preocupar? Finalmente acepté.
Preparé el biberón de Dani, dos veces. La primera cuando tenía listo todo y fui a
agitarlo, no me di cuenta que no estaba bien cerrado y todo el contenido voló,
literalmente. Mi padre y mi hijo se burlaron de mí, riéndose a carcajadas por lo que
había organizado con un simple biberón.
Procedí la segunda vez a repetir la acción pero esta vez, me aseguré que estaba
bien cerrado.
- 288 -
Mientras yo le daba el biberón a Dani, mi padre preparó nuestro desayuno. No
podía negar que me emocionaba la situación, pero…no me quería ilusionar. Quizás
mi padre hacía eso porque mi madre se lo había pedido.
- Me han regalado dos entradas para ver a los Panthers, para esta tarde…
¿quieres venir con Daniel y conmigo a verlos?- Tenía que decir que eso me había
dejado fuera de juego. Los Panthers eran mi equipo favorito de baloncesto y había
mucho que no iba con mi padre.
- 289 -
Capitulo 41
¿Qué tal se portaron las brujas y las calabazas? Espero que sin muchos
sustos
Disfrutad
CAPITULO 41
- ¿A ver los Panthers?- una emoción se apoderó de mí- ¿Y quieres que yo vaya?- lo
miré con precaución.
Llegó la hora de ir al partido. Estaba muy emocionado, era la primera vez que iba
con mi padre y mi hijo al baloncesto. Era muy pequeño para entender pero al
menos…vería el ambiente.
Cuando entré en él, no pude evitar estremecerme. Tenía su olor, tenía su esencia.
Yo conduje y mi padre se sentó en el asiento trasero con mi hijo para evitar que
fuera solo.
Al salir del partido, compramos las típicas hamburguesas que vendían en las
canchas de baloncesto y a mi hijo le sacamos su sándwich que habíamos traído de
casa. Él era demasiado pequeño para comer esas cosas.
- 290 -
- No me las des. Yo…bueno…creo que… fui demasiado duro contigo.
- Me gustaría… olvidar todo esto. Necesito olvidar la pesadilla de estos dos años.
Mi madre, había organizado una comida familiar con Alice, Jasper y Clhoé. Estaba
muy emocionado, por primera vez después de mucho tiempo, íbamos a volver a
reunirnos, aunque…faltaba una persona muy importante para mí, Bella.
Mi hijo y Clhoé, se pasaron toda la mañana jugando. Era increíble escucharlos reír
y ver lo bien que se entendían.
Cuando colgó, todos nos quedamos a la espera de que mi madre contase algo,
finalmente lo hizo.
- ¿Cómo está ella?- fue lo primero que pensé. Hubiese dado media vida por estar a
su lado en estos momentos. Quería abrazarla y consolarla.
- Imagínate. Es triste y como es normal está afectada. Han preparado todo para
que mañana sea el funeral, Emmett ha comprado los billetes de avión para regresar
el martes.
- El martes- solo me quedaba un día y medio para disfrutar a mi hijo al cien por
cien sin restricciones.
BELLA
Por fin estábamos de vuelta en Florida. Tanto Emmett, como Rosalie, como yo,
suspiramos aliviados de volver a la normalidad.
Cuando llegamos, corrí hasta la puerta principal y allí estaba él. Era increíble
como en tan solo cuatro días, había cambiado.
- Mamiiii- me abrazó.
- Papá- cuando dijo eso, me volví para ver si había entrado ya Emmett y Rosalie a
la casa y por eso Dani lo había llamado.
- Papá no Dani, es el abuelo- sonrió Esme nerviosa- Ahora llama a Carlisle papá.
- No me extraña- sonreí
Pasé todo el día con mi hijo, jugando con él y dándole millones de besos. Se llevó
todo el día llamando a "papá" y no sabía que hacer. No era normal que mi hijo
echase tanto de menos a Carlisle. Podía entender que había pasado varios días con
él y que habían jugado juntos pero…era bastante extraño.
Lo que restó de semana, no trabajé ningún día por la tarde para estar con Dani.
- 292 -
- Rose… ¿qué pasa?
- Es Edward- sin poder evitarlo me contraje. ¿Le había pasado algo?- Bueno…él
está de voluntario en la fundación de ayuda a minusválidos "mUeVeTe"
- Si. Hoy ha venido por primera vez. Él no sabía nada de que hacían ahí la
rehabilitación, estaba muy sorprendido.
- Si claro Rose, ¿Cómo le crees? Genial, ahora solo me queda tener que verlo allí-
bufé
- Bella… ¿Puedo preguntarte algo?- asentí, aunque sabía por donde iban los tiros-
¿Qué sientes por él?
- No Rose, por favor, es solo que me ha descolocado lo que me has contado- no era
eso, mi corazón aún latía para él y…el tenerlo tan cerca me ponía nerviosa.
El sábado por la mañana, fuimos a casa de Carlisle y Esme para almorzar con
ellos. No veían a Daniel desde el martes
Al almuerzo, se unieron Alice, Jasper y Clhoé, y me dio mucha alegría. Con todo lo
que había ocurrido las últimas semanas, apenas los había visto.
- Mira aprovecho para presentarte a….- Izan le hizo gestos a Edward para que se
acercara. Debía controlarme, no podía afectar a mi trabajo.
- Pues entonces genial, así todo queda en familia- la broma era acertada pero para
mi molesta.
- Hola Bella- me saludó Edward con esa sonrisa tan sexy, yo simplemente le hice
un gesto con la cabeza y me marché para empezar con los ejercicios de
rehabilitación. No entendía que me pasaba y por qué me temblaban las piernas
cuando lo veía.
EDWARD
Había llenado toda mi casa de fotos que le había hecho a Dani en el fin de semana
y me pasaba las horas mirándolas. Si seguía así, acabaría volviéndome loco.
Busqué varias por Internet, y finalmente me decidí por "mUeVeTe". Era una
asociación que estaba formada de miembros con minusvalías físicas, sobre todo
parálisis de algún miembro de su cuerpo.
Por supuesto, escogí el horario de tarde para colaborar, ya que mi trabajo era por
la mañana. Podía escoger los días que iba a asistir y escogí todos menos los jueves
por la tarde, que era el día que veía a mi hijo
- 294 -
Cuando me dijeron donde se realizaba la rehabilitación no pude creérmelo. Era la
clínica de Bella. Si lo hubiese hecho queriendo, no habría salido, de eso estaba
seguro.
- Soy voluntario en "mUeVeTe", hoy es mi primer día. Yo…no sabía nada de esto-
le aclaré.
- Es una chica increíble, seguro que te caerá bien- me dijo Izan. Él no sabía hasta
que punto era increíble, tanto como para estar locamente enamorado de ella.-
Además es…buff guapísima, tiene un cuerpo…- tuve que cortarlo.
- Está bien Izan, no hace falta más detalles- estaba celoso y no podía evitarlo
Mi madre me dijo que el sábado iban a comer todos a casa pero…yo no podía ir.
Bella iba a estar presente. Me moría por presentarme allí, pero…destaparía la caja
de Pandora, teniendo en cuenta que mi hijo correría hasta mí y me llamaría papá.
Por fin llegó el lunes. Después del trabajo, corrí a mi apartamento para comer algo
y cambiarme de ropa. ¿Vería hoy a Bella?
- Lo conozco- le sonrió a Izan sin siquiera mirarme, seguía siendo fría conmigo.
- Pues entonces genial, así todo queda en familia- él no sabía lo en familia que
quedaba.
- Hola Bella- le saludé. Ella solo hizo un gesto con su cabeza y se marchó.
Nos metimos en el agua los voluntarios para ayudar al resto. Al momento apareció
Bella en bikini (está en mi perfil) y no pude más que jadear. Comencé a recordar los
encuentros en el jacuzzi y en la piscina, y mi sangre huía de mi cuerpo para
refugiarse en solo un lugar de este, mi pequeño Eddie. Por suerte, estaba en el
agua, la cual tapaba a mi pequeño amigo, el cual… de pequeño ya tenía poco.
Así llegamos hasta el viernes. El día anterior había estado con mi hijo unas horas y
volvía a tener fuerza suficiente para seguir mi lucha.
Cuando salimos del agua, pude escuchar las risas de un niño. Esa risa, la podría
identificar entre millones pues era la de mi hijo.
Quise correr hasta él pero me contuve. Justo cuando terminé de recoger las cosas
de Paúl y nos íbamos a ir, escuché a mi hijo llamarme. Me había visto y venía
corriendo hasta mí. En ese momento no pensé en nada y sonreí.
- Papaaaaa, papaaaaaaaá- gritaba corriendo hacia mí, Bella se tuvo que agarrar a
una chica que estaba a su lado para evitar caer de la impresión.
Solté las cosas que llevaba cargada para cogerlo en mis brazos cuando mi hijo se
desplomó en el suelo. Me quedé petrificado pero al momento salí a correr hacia él.
- Daniel, Daniel- le grité mientras corría hasta él. Cuando llegué lo cogí en brazos
llamándolo. Bella al momento estuvo a mi lado.
Nos sentamos en el asiento trasero del coche. Bella aún iba en bañador.
Intentamos estimular a mi hijo para que despertara pero no lo hacía, estaba muy
pálido. No sabía que hacer. Bella lloraba a mi lado.
Cuando llegamos al hospital, Andrea comenzó a tocar el claxon del coche para
alertar de la emergencia. Me bajé rápidamente del coche y corrí como pude con mi
hijo, mientras el personal sanitario salía con una camilla.
Por primera vez, Bella se abrazó a mí llorando y yo hice lo mismo con ella.
- 297 -
BELLA
Cuando me dirigía a los vestuarios para cambiarme, vi que Leah tenía a mi hijo.
- Dani, Dani- mi llanto apenas me dejaba hablar- ¿Qué le has hecho?- le grité
Mi llanto cada vez era mayor, al saber que eso no era buena señal.
- 298 -
Cuando nos acercábamos al hospital, Andrea comenzó a tocar el claxon para
alertar a los servicios de sanitarios. Edward salió casi de un salto con Dani en sus
brazos y comenzó a correr como podía, depositándolo en una camilla.
Ninguno de los dos nos separábamos de mi hijo pero finalmente nos denegaron el
paso.
- 299 -
Capitulo 42
Disfrutad
CAPITULO 42
- Bella, Bella- vino Andrea hasta nosotros y me solté de Edward para abrazarlo a
él- tranquila, Daniel estará bien, es un niño sano- mientras se quitaba su camiseta
me decía- toma, vas en bañador, cúbrete.
- Tranquila, verás como todo se soluciona- tras unos segundos Andrea prosiguió-
¿necesitas algo?
- Si, necesito que vayas a la clínica por mis cosas. Allí tengo la tarjeta sanitaria de
Daniel. Trae mi bolso.
- ¿Estarás bien?- preguntó mirando a Edward que estaba en shock. Yo solo asentí.
- Deben pasar a recepción para rellenar los datos del ingreso. Deben rellenar los
datos del niño, alergias, enfermedades, etc.
- Pero… ¿se sabe algo?- Edward fue más valiente que yo, yo no podía casi ni
preguntar.
- 300 -
de la cintura y me condujo hasta allí. Podía notar su mano temblorosa en mi cintura.
Sacó su teléfono y llamó a Carlisle y Esme. Apenas les dijo nada solo que vinieran
al hospital.
- He estado viéndolo- sin poder evitar cerré los ojos con fuerza.
Ahora entendía por qué mi hijo lo llamaba a todas horas, incluso en sueños. No
quise preguntar quién habían sido sus cómplices pues lo sabía. Esme había
sucumbido a su hijo y no la culpaba. Para ella debía ser demasiado difícil prohibir a
Edward ver a mi hijo, aún así, me sentía mal.
EDWARD
Tarde o temprano se sabría que veía a mi hijo pero…nunca pensé que fuera así.
A los diez minutos llegaron mis padres, asustados, y minutos después lo hicieron
Emmett y Rosalie
Era desesperante la espera, llevaban mucho tiempo con mi hijo ahí dentro.
Cuando menos lo esperamos un doctor salió llamándonos.
- Somos nosotros- le dije- ¿como está nuestro hijo?- el doctor no tenía muy buena
cara
- No, no puede ser, él estaba sano, ayer estuve con él- le dije incrédulo
- Y que se puede hacer, dígame que hay que hacer para que mi hijo se recupere- le
dije medio sollozando, estaba intentando aguantar la presión pero…no podía. La
familia nos abrazaba tanto a Bella como a mí.
- Yo soy su donante- dijo Bella- coja de mi lo que necesite pero salve a mi hijo-
Bella tenía sujeto al médico por la solapa con angustia.
- No- respondí
El doctor nos llevó a Bella y a mí, a un área de estudio del hospital. Bella seguía
abrazada a mi y yo a ella. Nos sacaron una muestra de sangre, después nos guiaron
de nuevo a la sala de espera.
- No me importa, haga lo que tenga que hacer. Si hace falta, quíteme la prótesis.
Por suerte la leucemia de mi hijo era curable casi en el 70 % de los casos. Solo
debíamos esperar que no hubiese rechazo.
Según nos comentó el doctor, dos días antes de hacerle el transplante, debían
darle una sesión de quimioterapia, que lo debilitaría al máximo. Eso eliminaría todas
células sanguíneas inmaduras o células leucémicas, para que el organismo estuviera
preparado para recibir el transplante y evitar un rechazo.
Nos indicó que era posible que mi hijo necesitase una pequeña transfusión
sanguínea, por lo que me ofrecí voluntario de nuevo, ya que teníamos el mismo
grupo sanguíneo.
- Su hijo está en aislamiento. Está muy débil y hay que evitar algún contagio-
explicó
- Pero…no voy a dejar a mi hijo solo. Dígame que tengo que hacer y lo haré
pero…tengo que estar con él.
- Está bien, su hijo es muy pequeño. Deberá ponerse ropa esterilizada y usar
mascarilla.
- 303 -
- Lo que sea- respondió
Yo por otro lado, me fui hasta la sala de extracción de sangre, para ir acumulando
para mi hijo. Mi padre me acompañó, mi madre se quedó con Emmett y Rosalie,
para esperar a Alice.
- Todos nos cambiaríamos por él. Tú estas haciendo todo lo que puedes, así que
tranquilo. Daniel se va a recuperar.
Me sacaron dos bolsas de sangre. Salí con mi padre para tomar algo para evitar
marearme. Mi hermana ya estaba allí.
- Prefiero no contestar Alice, voy a ir a tomar algo, estoy algo mareado- no podía
explicar ese sentimiento. Era desgarrador.
Me tomé un zumo de naranja natural con bastante azúcar pero no comí nada. Era
imposible intentar que ningún alimento pasase por el nudo de mi garganta.
Necesitaba ver a mi hijo, aunque fuese en la distancia, por lo que detuve a una
enfermera y le expliqué el caso. Ella me solicitó que esperara para informarse. Al
momento volvió
- Bien, dentro de lo que cabe. Hace un rato, hablé con él. Se acaba de quedar
dormido- Bella estaba destrozada. Sus ojos estaban hinchados de llorar.
Necesitaba mostrarle que estaba a su lado, que lucharíamos juntos por nuestro
hijo y que no la volvería abandonar.
- Gracias.- me decía con sus ojos llenos de lágrimas- gracias por hacer todo esto.
- Bella…es mi hijo. No me des las gracias por cuidar de él. Lo amo más que a mi
vida- a ti también te amo más que a mi vida, esto último lo dije para mí, no era el
momento
No dijimos más, no hacía falta más palabras para explicar como nos sentíamos.
- Hola campeón- al verme sonrió- que suerte tienes eh? Esta mami y papi contigo-
le dije besándole la cabecita por encima de la mascarilla- Te vas a poner bien y
vamos a jugar con los aviones ¿Quieres?
BELLA
Me senté a su ladito y comencé a besarlo. Le repetía una y otra vez que mami
estaría con él y que no me alejaría.
- Gracias.- intentaba aguantar mis lágrimas pero no podía- gracias por hacer todo
esto.
- Bella…es mi hijo. No me des las gracias por cuidar de él. Lo amo más que a mi
vida- él no era consciente de lo que significaba para mi eso. Para mí era horrible no
ser compatible con mi hijo, no poder donarle hasta mi última gota de sangre, por
suerte…Edward estaba allí
Estábamos medio adormilados, cuando Daniel comenzó a llamarnos a los dos. Por
primera vez no me molestó que llamara a su padre. Él se merecía tanto como yo
estar aquí. Edward se acercó a él y comenzó a hablarle.
- Hola campeón- Daniel le sonrió al reconocerlo, era muy tierno- que suerte tienes
eh? Está mami y papi contigo- lo besó con la mascarilla- Te vas a poner bien y vamos
a jugar con los aviones ¿Quieres?
Daniel comenzó a hacer el avión con su mano lentamente, y Edward le ayudó con
la suya. Ambos comenzaron a jugar juntos y no pude evitar emocionarme.
Mi hijo no tenía que pagar por los errores que cometieran sus padres, y tenía
derecho a tener a sus padres junto a él.
A la mañana siguiente, vino el médico para hablar con nosotros. Era el día
indicado para empezar con la quimioterapia, ya que, aunque Daniel estaba
controlado…estaba débil y no podíamos esperar mucho.
Tras más de cuatro horas, trajeron a Daniel de nuevo. Venía con suero inyectado y
muy pálido. Nos explicaron todos los efectos secundarios de la quimioterapia, como
vómitos, etc.
Cuando llegó la tarde, el doctor que asistía a mi hijo vino a comentarnos los
siguientes pasos.
- No habrá ningún problema dado a que este edificio es el área pediátrica y no hay
habitaciones para adultos. Además así podrá cuidarlo su mujer- su mujer, me repetí
interiormente. Un nerviosismo se apoderó de mí y Edward fue consciente de ello,
aunque ninguno de los dos desmintió el parentesco.- le recomiendo que se vaya a
descansar esta noche a su casa- le dijo a Edward- y que mañana, sea su mujer la que
se vaya. Pueden venir días difíciles y deben estar fuertes. Mañana les comentaré
más.
Dicho eso el doctor se fue. Ambos nos miramos sin saber que decir. Tras unos
minutos, rompí el silencio.
- Lo haré solo si tu mañana haces lo mismo- acortó la distancia que nos separaba
para mirarme más de cerca.
- Bella…yo…- no estaba preparada para lo que iba a decir- lo siento. Siento todo el
dolor que te he provocado. Te amo Bella…nunca lo he dejado de hacer. Cada día,
cada hora, cada minuto…ese sentimiento crecía dentro de mí.
- 308 -
Capitulo 43
Hola a tods, qué tal vais? Yo sigo viva de milagro… tengo a una panda de
lectores que quieren acabar con mi vida, uffff.
Disfrutad
CAPITULO 43
Lo amaba, lo quería con locura pero eso no era suficiente. Había sufrido mucho en
estos dos años. Mi corazón no estaba preparado para perdonar y sobre todo para
olvidar.
No podía pretender entrar y salir de mi vida como si nada. A parte…se había ido
con otra, ¿como podía decirme que me amaba?
A lo largo de estos años, fui incapaz de estar con ningún otro hombre. Lo amaba
con todo mi corazón y nadie podría suplirlo.
Ahora solo me importaba él, quería que se recuperase e iba a luchar con uñas y
dientes para que eso ocurriese.
EDWARD
Tras la charla con el doctor, se hizo entre nosotros un silencio incomodo. Poco
después Bella lo eliminó.
- Lo haré solo si tu mañana haces lo mismo- acorté la distancia que nos separaba.
- 309 -
- No te puedo prometer nada. Si mi hijo me necesita, me quedaré aquí.
¿Qué esperaba que después de lo que la había hecho sufrir me recibiese con los
brazos abiertos? Aunque yo nunca había planeado hacerle daño, lo había ocasionado
y ahora tenía que pagar las consecuencias de mis actos.
Cuando llegué a casa llamé a mis padres para contarle las novedades. Ellos se
habían marchado del hospital, dado a que solo podíamos estar en la habitación Bella
y yo, al estar en aislamiento. A parte le pedí a mi padre que avisara en mi trabajo de
lo ocurrido ya que hoy era domingo y yo mañana no podría avisar.
La tumbé en la cama con cuidado para evitar que se despertara y sin poder
evitarlo, me acerqué a sus labios. La besé con un suave roce para evitar despertarla.
A las dos horas, Daniel se despertó, aunque apenas podía abrir sus ojitos
Con sumo cuidado de no mover la vía que tenía puesta en su mano, para la
administración del suero, lo tomé en brazos y me senté con él en el sillón
acunándolo.
La convencí a que saliese a comer algo. Llevaba muchas horas sin comer nada y
eso no era bueno para ella. Su aspecto era cansado y ojeroso y eso me preocupaba.
Conseguí que Bella se fuera a descansar a su casa. Dani estaba tranquilo y yo era
capaz de cuidarlo solo.
Le pedí a Bella que llamase a mis padres para informarle de todo. Ellos estaban
muy preocupados al no poder venir a visitar a Dani.
Junté la cama de mi hijo y la mía, y lo acerqué hasta mi pecho y así nos quedamos
dormidos.
BELLA
Cuando llegué a casa, llamé a Carlisle y Esme. Desde que había ocurrido todo
esto, no hablaba con ellos.
Les conté como iba todo y les avisé que la extracción de la medula ósea de
Edward sería al día siguiente.
Tras eso me di una ducha y me acerqué a casa de Rose y Emmett para cenar con
ellos. Estaban muy preocupados por Daniel
- Bien…se está portando como un autentico padre con mi hijo. Siempre le estaré
agradecida por ello- era la verdad. Que lo nuestro no pudiera ser no significaba que
no supiera apreciar la preocupación y la dedicación con mi hijo.
Por suerte esa noche descansé. Sabía que Edward cuidaría muy bien de mi hijo y
eso me tranquilizaba.
Cuando llegué, vi la estampa más bonita que podía ver. Edward había unido las
dos camas y tenía abrazado a mi hijo en sus brazos. Ambos estaban dormidos.
Miré el reloj y se hacía tarde. Tenía que despertar a Edward para que estuviera
preparado.
Al acercarme a él, tuve la tentación de besarlo, pero por suerte mi cordura ganó a
mi corazón. Me estaba volviendo loca.
- Si, no recordé poner el despertador- dijo intentando abrir esos dos luceros que
tenía por ojos.
- Tranquilo. ¿Cómo ha pasado la noche Dani?- le pregunté por mi hijo para evitar
que mis piernas temblaran al mirarlo.
- Gracias Edward.
Pasó una hora y media hasta que Edward volvió en su cama, recostado boca abajo
- 313 -
y con un vendaje en la zona cervical.
Me apresuré para acercarme a él. Aún estaba con efectos de la anestesia, aunque
estaba medio despierto.
Tal y como dijo Edward a las dos horas, vinieron a hacerle a Dani el transplante.
Era una bolsa blanca y se lo transfundirían igual que la sangre.
- Si todo sale bien…- no podía cantar victoria- en cuanto tiempo…- el doctor supo
lo que quería preguntar.
- En una semana podrá irse a casa, será tiempo suficiente para asegurar que no
hay ningún rechazo o anomalía, aunque su recuperación será apreciable más o
menos en quince días. En ese tiempo, Daniel podrá hacer una vida "normal", aunque
tendrá que venir a revisión.- Suspiré- Tranquila, todo va a salir bien, lo hemos
atendido a tiempo y tenemos un buen donante- sin poder evitarlo miré a Edward con
dulzura.
Tal y como dijo el doctor al momento, desconectaron el suero del brazo de mi hijo
y conectaron la bolsa blanquecina. Mi hijo seguía dormido y no sabía si era por
sueño o por debilidad.
Pensaba que necesitaba algo pero cuando llegué a él, vi que estaba dormido. No
pude evitar contraerme al ver como una lágrima caía por su mejilla. Sin pensarlo me
acerqué a él y le susurré al oído.
- 314 -
- Estoy aquí cariño, descansa- al decirle eso, esbozó una pequeña sonrisa
volviéndose a quedar tranquilo.
- ¿Quieres que te ayude?- no iba a ser la primera vez que lo ayudaba a moverse en
una cama.
- A ver, te voy a ayudar a colocarte de lado. No creo que sea adecuado que te
pongas boca arriba, dado que de donde te ha extraído el "jugo milagroso" es en la
zona cervical- Edward sonrió.
Destapé a Edward para poder ayudarlo a moverse mejor. Al hacerlo, vi que estaba
desnudo de cintura para arriba, mostrándome dos enormes cicatrices que asomaban
por encima de su pantalón.
- 315 -
Me coloqué en medio de la cama de Daniel y la suya. Coloqué un brazo de Edward
en mi hombro para servirle de apoyo.
Podía notar su aliento en mi cara y eso era mi perdición. Había soñado muchas
veces con ese aroma, y me había dado cuenta que no le había hecho justicia a lo
delicioso que era realmente.
Por una causa desconocida, nuestras bocas, fueron acortando los centímetros que
la separaban, hasta rozarse ligeramente. Mis ojos se cerraron a causa de la
embriaguez que me provocaba.
- Hola cariño… ¿Cómo está mi príncipe?- mi hijo apenas podía abrir sus ojitos.
Pude ver como la cara de la enfermera se entristeció, cuando vio que Edward me
había guiñado un ojo. Salió de la habitación para volver posteriormente con la bolsa
de sangre.
Por suerte ese día pasó. Tanto mi hijo como Edward no tuvieron complicaciones
algunas y la noche fue tranquila.
Este último ya estaba levantado de la cama y vestido con su ropa. Solo tenía una
pequeña molestia cervical, a causa de las punciones para extraer las células
milagrosas.
Los primeros en llegar fueron Esme y Carlisle, que traían millones de juguetes
para Daniel.
- Si, creo que es buena idea- dijo Edward- ¿quieres acompañarme o…prefieres ir
por tu lado?- por un momento dudé, pero…no iba a hacerle el feo.
- 318 -
Capitulo 44
Por cierto… tan mala persona me veis como para cargarme a un bebé?
Aysss sería incapaz de ello, es más lo he curado rápido eh?
Disfrutad
CAPITULO 44
De camino al bar, me sentí rara. Era la primera vez que caminaba al lado de
Edward. Era algo natural pero…yo nunca había podido disfrutar de ello. El tiempo
que estuvimos juntos, siempre iba en silla de ruedas.
Entramos en el buffet, del hospital y tomamos las bandejas para coger los
alimentos. Apenas cogí unas frutas y un zumo.
- 319 -
- Bella… ¿solo vas a comer eso?- decía mientras deslizábamos nuestras bandejas.
- Si, hasta que Dani no esté en casa…se que no me podré alimentar bien- le sonreí.
- Con eso no vas a conseguir más que enfermar- al decir eso, empezó a colocar
alimentos en mi bandeja
- Edward…nooo- comencé a reír por toda la comida que había colocado, la cual no
podía devolver.
- Tengo que cumplir la promesa que le hice a Dani, ya sabes nuestro secreto- sabía
que intentaba picarme y lo conseguía.
Sin darme cuenta, me quedé mirándolo fijamente. Me gustaba ver como sonreía,
como hablaba, como gesticulaba.
- 320 -
- No me has dicho el secreto…- Edward se acercó a mi oído, pegándome a la pared
y colocando cada mano a cada lado de mi cabeza.
- ¿Qué me das a cambio si te lo cuento?- eso era una trampa y…me arrepentiría.
- No es justo- protesté
- Quiero un día con mi hijo y contigo en un parque, quiero pasar un día entero con
vosotros- bueno…podía haber sido peor. Eso no me comprometía a nada.
No pude decir nada. Me quedé muda y Edward lo sabía, por ello sonrió.
- ¿Estáis seguro que mi hijo no volará con tanto globo atado a la cama?- le
pregunté riendo a Emmett y Rose.
- Papá mira- al decir "papá" tanto Emmett como Edward miraron a Daniel. Por
suerte mi hermano, reaccionó apartándose de la cama, para dejar a Edward en su
lugar.
Daniel era muy pequeño y aún no sabía los parentescos. Cuando se acostumbrara
a llamar a Edward papá, Emmett sería tío Emmett.
Pasó una semana, y Daniel estaba muy recuperado. Volvía a ser el niño activo de
- 321 -
siempre.
Edward tuvo que volver al trabajo por lo que yo me quedaba con Dani por las
mañanas. Por las tardes venía Edward para que yo pudiera ir a cambiarme y
descansar un rato, y por las noches…pues hacíamos según veíamos. Había veces que
me quedaba yo, otras él y otras los dos. Nos organizábamos bien, y lo mejor era que
ninguno de los dos nos decíamos que teníamos que hacer.
A parte, Daniel tenía miles de visitas diarias, entre ellas Andrea, que pasaba a
verlo todas las mañanas, cuando yo estaba allí.
EDWARD
Mi hijo por fin estaba casi recuperado y pronto nos lo llevaríamos a casa, o mejor
dicho a casa de Bella.
Por fin le daban el alta a mi hijo hoy, avisé en el trabajo que saldría antes. Quería
estar en ese momento.
Según me comentaron, el alta se daba a partir de las 12 p.m., por lo que procuré
estar allí a partir de esa hora.
Bella no sabía nada de que iría. Cuando llegué, me encontré al odioso allí, Andrea.
- Bueno…hoy es el día que mi hijo sale a la calle después de casi dos semanas. No
- 322 -
me lo iba a perder- Miré a Andrea, que había perdido todo su intento de "sonrisa
profident" (N/A profident es una marca de dentrífico), por lo que sonreí satisfecho.
No le iba a dejar el camino libre, eso lo tenía claro.
Seguí jugando con mi hijo mientras venía el doctor, aunque no podía evitar estar
pendiente de la conversación de ambos.
Un rato después, vino el médico, para darnos la documentación del alta médica
provisional. Digo provisional, ya que cuando una persona sufre una enfermedad así,
no se le da el alta hasta que no pasan años, para llevar un control exhaustivo, y
verificar que no se ha reproducido la enfermedad
Ya cuando nos íbamos, surgió el dilema. No quería separarme de mi hijo, aún no, y
no sabía como pedírselo a Bella.
Mientras los acompañaba al coche, intenté buscar alguna excusa convincente pero
ninguna era buena, por lo que finalmente me dejé de excusas y le dije la verdad.
- Supongo que quieres estar con Dani esta tarde ¿verdad?- suspiré y asentí- No
hay problemas, pero…te pediría que fuera en mi casa. Quiero que pase unos días
antes que Dani vuelva a salir- suspiró- Necesito asegurarme que todo va bien antes
que se aleje de mi- la entendía y no tenía ningún problema
- Claro, no hay problemas, si para ti no lo es que vaya a tu casa- nunca había ido a
casa de Bella, aunque recordaba por donde estaba según las indicaciones que me
dio en el pasado.
- Lo siento- sabía lo que significaba para ella su casa. Siempre había querido vivir
al lado del mar.
- No lo hagas, no podría vivir hoy día allí con Daniel. Él necesita espacio y allí no
lo había- sabía que Bella le estaba intentando restar importancia pero…sus ojos la
delataban. Había dolor, demasiado dolor y eso…me hacía sentir culpable.
Me dio su dirección antes de subirse al coche. Le comenté que antes pasaría por
casa para quitarme el traje del trabajo y ponerme algo cómodo.
Hice todo lo más rápido posible, me moría por estar con mi hijo y por supuesto
con Bella. Ver donde vivían, conocer más de ellos.
Bella había pensado en Daniel mucho al irse a vivir allí, era ideal para él.
Mi hijo estaba en el salón, rodeado de juguetes de todas clases y de los globos que
le habían comprado Emmett y Rosalie.
Al verme corrió hacia mí y esa la mayor alegría que me podía dar, y no solo
porque se alegrara de verme, sino porque era síntoma de que estaba mejor, que se
estaba recuperando.
Supuse que estaba trabajando pues estaba con su agenda y concertando varias
- 324 -
visitas para las próximas semanas.
- Tengo que salir un momento a la clínica. Hay unos documentos que necesito
recoger…- no la dejé terminar
- Tranquila, puedes tardar el tiempo que necesites, no tengo nada que hacer- le
sonreí
- Cariño vuelvo en un ratito. Te quiero mucho ¿eh?- mi hijo la abrazó- pórtate bien
con papi- eso me ablandó el corazón- Hasta luego- se despidió.
Era una mujer extraordinaria, por eso me enamoré de ella el primer día que la vi
en mi casa. Con su dulzura, delicadeza y comprensión, había sido capaz de sacarme
de aquel pozo sin fondo.
Parecían que había pasado décadas desde ese momento, y solo había pasado tres
- 325 -
años, pero…habían ocurrido tantas cosas que…lo hacía lejano.
Daniel y yo la pasamos jugando todo el rato. Era divertido verlo reír y hablar en su
lenguaje, muchas veces no entendible para mí.
- ¿Quieres ver la tele?- tenía que ir por ahí ya que me señalaba el DVD
- Si, "Kiki mou"- No lo entendía pero debía probar suerte, quizás lo que quería ver
estaba metido en el DVD.
- Tranquila Bells, no estarás sola, sabes que nosotros estamos contigo- al decir eso
se cortó la grabación y comenzó la siguiente en el hospital. Las lágrimas corrían por
mis mejillas
- Emmett deja de grabar, ¿Te quieres comer la cámara?- Bella estaba paseando
por la habitación, sujetando su enorme barriga. Sonreí al verla así.
- Hermanita, querías tener un álbum completo para tu hijo- sonreía Emmett tras la
cámara.
- 326 -
- Tranquila, la apagaré hasta que nazca- efectivamente la apagó.
¿Como le iba a poder agradecer a Bella y Emmett que grabaran estas imágenes?
Por supuesto que nada era comparable a vivirlas pero… menos era nada.
- Papi y ¿Kiki?- en ese momento se escucharon las llaves y abrir una puerta, era
Bella acompañada del hombre lapa.
- Hola mi niño, ¿me has echado de menos?- lo abrazó- ha sido bueno ¿verdad?- me
preguntó
- Más que eso- sonreí amargamente al ver a Andrea- solo que…me pidió ver algo
en la tele pero…no entendí que es Kiki- Bella rió.
- 327 -
Capitulo 45
Disfrutad
CAPITULO 45
- Si quieres…puedo hacerlo yo, ya lo he hecho otras veces- Bella abrió sus ojos
sorprendida- he pasado varios día con él cuando…
- Está bien, ve al baño y te llevo su ropita- tomé a mi hijo de los brazos de Andrea,
clavándole la mirada, la cual me devolvió.
Mientras bañaba a Daniel, podía escuchar a Andrea reír y sabía que lo hacía de tal
forma que lo pudiera escuchar. Estaba jugando sucio, pero aún así no entraría en
sus juegos. Eso solo me alejaría de ella.
Tras el baño, salí con Dani en mis brazos, el cual estaba acurrucado sobre mí a
causa del sueño. Bella ya le había hecho la cena, una crema de verduras.
- Bueno…- dijo Andrea- creo que es hora de que me marche- por fin, aleluya, grité
en mi interior- Bella…nos vemos mañana en la tarde, piensa en mi proposición- eso
no sonaba nada bien, Bella se puso muy nerviosa, y asintió- Nos vemos mañana-la
besó en la mejilla y después vino hasta Daniel- Adiós Dani- y lo besó en la cabecita.
Terminé de darle la cena a Dani, y sin decir nada, me fui con él hasta su
habitación. Estaba casi dormido. Me senté con él en mis brazos en una butaca
mecedora y me balanceé, susurrándole una canción.
- 328 -
Eran las 20.30 de la tarde, ya había anochecido.
- No me tienes que dar las gracias, es mi hijo- le dije secamente sin saber el
motivo.
Realmente si lo sabía. Estaba dolido por el lugar que estaba intentando ocupar
Andrea en la vida de Bella y Dani, no quería que fuera más que un compañero de
trabajo. Los amaba demasiado a los dos y…no lo podría soportar.
- Aún así- prosiguió- Has hecho demasiado por él estos días y tengo la necesidad
de agradecértelo- no pude evitar derretirme. Bella era capaz de fundir hasta el
metal más duro con unas simples palabras.
- Es lo menos que puedo hacer. Por culpa de mi…terquedad, os hice mucho daño
y…- no podía seguir hablando, un nudo estaba en mi garganta.
- Si…fui solo- Bella fue hasta un clasificador de CDs y sacó unos cuantos.
- Bella…puedo… ¿puedo preguntarte algo?- tenía que saber que había entre ella y
Andrea.
- Puedes preguntar lo que sea, igual que yo puedo decidir lo que respondo- la
frialdad volvía a ella.
- ¿Qué significa Andrea para ti?- Bella se volteó dándome la espalda cuando le
pregunté eso.
- Lo siento…eso pasó- tenía las lágrimas saltadas- han pasado muchas cosas en
todo este tiempo.
- ¿Y qué? Una vez amé y casi muero, prefiero no hacerlo- me acerqué a ella
lentamente.
- Déjame sanarte, déjame hacer que vuelvas a confiar en mí- al decirle eso, la
tomé de la cintura y la pegué a mí, recortando la distancia que nos separaba.
- 330 -
La besé. La besé como nunca antes había besado, con necesidad y amor a rebosar.
Ella pasó por tres fases, primero sorpresa, segundo me correspondió y tercero se
apartó.
- No me importa que veas a Dani las veces que quiera y el tiempo que quieras
pero…por favor…no vuelvas a hacerlo.- seguía sollozando- si lo haces…tendremos
que hacerlo de diferente forma- no podía permitir que mis torpezas afectase a mi
relación con mi hijo
- Necesito volver a mi trabajo, aunque sea por las tardes. Sé que tienes las tardes
libres y…me preguntaba si…
- Sabes que no es molestia para ella pero…prefiero quedarme yo. Soy su padre
y…debemos compartir responsabilidades- agregué- Por otro lado…quiero ayudarte
en el tema económico…
- 331 -
- No Edward no hace falta, puedo mantener a Daniel.
- Bella por favor, quiero que aceptes, si no lo haces, le abriré una cuenta bancaria
a Daniel y haré ahí los ingresos- estaba decidido.
- Lo tramitaré. Ahora…me gustaría pedirte algo- ella asintió- Quiero que Daniel
lleve mi apellido- Bella jadeó, sabía que no se lo esperaba.
- Salgo de trabajar a las 15:00, puedo comer algo en el camino, traer la ropa y
cambiarme aquí, si no te importa.
- Claro que no. Te espero entonces a partir de las 15.30- Bella dudó pero
finalmente continuó hablando- En cuanto a la comida…tengo que hacer para Daniel
y para mí, no me importa hacer más para que comas tú también.
- No me molesta. Esta semana lo haremos así, la semana que viene, como Daniel
podrá salir pues lo planteamos.
Hoy había aprendido algo nuevo de Bella y era que para avanzar, debía dar
pequeños pasitos. El miedo había podido conmigo, el terror a que saliese con
Andrea.
- 332 -
Debía aceptarlo y debía apoyarla, era la mejor manera de ganarme su confianza y
demostrarle que mi amor por ella era puro.
BELLA
Me sentía segura, dejando a Daniel con Edward en casa. Sabía que cuidaría de él
perfectamente.
Tenía mi trabajo abandonado. Llevaba más de dos semanas sin ni siquiera pensar
en él.
Fui hasta mi oficina para recoger algunos expedientes que necesitaría para
trabajar en casa hasta que Dani pudiera ir de nuevo al cole.
- Aja, pues…te perdono solo por eso ¿eh? Pero…me vas a tener que dejar que te
acompañe a casa para verlo yo también- no me podía negar pero…me sentía
incomoda entre Edward y Andrea. Sabía que no se caían bien.
- Si- susurré
- Bella… ¿has pensado que quizás nunca estarás preparada si no das el primer
paso? ¿Es por él?- sin poder evitarlo tragué hondo. No estaba preparada para
decirle mis sentimientos a nadie- Bella…soy tu amigo
- Tranquila, no tienes que hacerlo. Solo quiero que sepas que estoy enamorado de
ti, y que me gustaría que me dieses una oportunidad, solo eso. Podemos empezar
lentamente, no tenemos prisas pero…te debes probar a ti misma. No puedes vivir en
el recuerdo Bella- eso lo sabía pero…no podía olvidar a Edward y ahora menos que
había vuelto a mi vida. Aunque yo no quería, mi corazón le abría las puertas.
- No Bella por favor no llores, no quiero eso. Quiero que seas feliz, con él o
conmigo, pero…que seas feliz.
Mi mente me decía que Andrea era el hombre ideal, ya que me amaba, y siempre
había estado a mi lado pero…mi corazón me gritaba Edward. Lo amaba con toda mi
alma pero mi mente no le perdonaba.
Cuando llegué a casa estacioné mi coche en el garaje y salí a buscar a Andrea, que
ya me esperaba en la entrada, con su encantadora sonrisa.
- 334 -
Cuando entramos a mi apartamento, mi corazón volvió a encogerse. Allí estaban
mis dos grandes amores, juntos.
Me reí cuando Edward me explicó que no entendía lo que quería decir mi hijo con
"Kiki mou" y era normal. El lenguaje de un niño era difícil y solo si pasabas las 24
horas del día con él, tenías posibilidad de entenderlo. A veces a mi me costaba
entender algunas cosas.
Cuando Edward vio que Andrea tenía a Daniel en sus brazos, se contrajo. Las
miradas de ambos se cruzaron y no esperé más tiempo para interrumpir.
Necesitaba que se fueran, necesitaba paz en mi interior y con ellos allí era
imposible. Era un espacio demasiado pequeño para tenerlos juntos.
Anuncié el baño de Daniel, pero ninguno se dio por aludido. Edward se ofreció a
bañarlo, cosa que me sorprendió, aclarándome que lo había hecho otras veces,
supuse que durante mi ausencia por mi viaje a Forks.
Cuando Edward salió del baño con Daniel, mi hijo iba acurrucado en sus brazos.
Sabía que tenía sueño. Vi a Edward tan contento de tener a Daniel en sus brazos que
le ofrecí que le diese la cena. Él rápidamente aceptó.
- Bueno…- dijo Andrea- creo que es hora de que me marche. Bella…nos vemos
mañana en la tarde, piensa en mi proposición- me contraje involuntariamente. - Nos
vemos mañana- me besó en la mejilla antes de ir a despedirse de mi hijo- Adiós Dani.
Una vez acabada la cena de Dani, Edward se fue a su habitación sin decir nada
para acostarlo.
Siempre supe que Edward podía ser un buen padre pero…me quedé corta. Era
mucho mejor de lo que esperaba.
- 335 -
Cuando salió de la habitación, no pude reprimir las ganas de agradecerle todo lo
que hacía por mi hijo.
Desde que Edward había llegado a su vida, mi hijo no llamaba a su papá con
angustia. Ahora comprendía que mi hijo había tenido angustia por no tenerlo a su
lado.
En la respuesta de Edward noté una ligera molestia, y supuse que era por Andrea.
- Aún así- insistí- Has hecho demasiado por él estos días y tengo la necesidad de
agradecértelo.
- Es lo menos que puedo hacer. Por culpa de mi…terquedad os hice mucho daño
y…- lo vi que se emocionaba ante sus palabras y…no quería eso.
Días atrás, cuando volví a casa angustiada por la enfermedad de mi hijo, tuve la
necesidad de verlo. Quería demostrarme que iba a ser capaz de superar esta
enfermedad de mi hijo, como había sido capaz de vivir el embarazo y traerlo al
mundo sola. Esas imágenes me ayudaban a superar momentos duros.
- Solo- ¿por qué me mentía? Sabía que se había ido con una chica, a la cual, quizás
había abandonado también y la habría dejado con otro hijo.
- Si…fui solo- no iba a escuchar más mentiras, fui hasta el clasificador de CDs y
saqué en los cuales salía Daniel. No iba a pasarle Navidades ni nada por el estilo,
eso era cosa de mi hijo y mía.
- Bella…puedo… ¿puedo preguntarte algo?- Andrea, iba a preguntar sobre él, sus
verdes ojos lo delataban
- Puedes preguntar lo que sea, igual que yo puedo decidir lo que respondo- le
advertí
- 337 -
- ¿Y que? Una vez amé y casi muero, prefiero no hacerlo- Edward se acercó a mi.
- 338 -
Capitulo 46
Disfrutad
CAPITULO 46
- No me importa que veas a Dani las veces y el tiempo que quieras pero…por
favor…no vuelvas a hacerlo.- si lo volvía hacer, no iba a tener fuerzas para parar y
nos haríamos daño mutuamente. No estaba preparada- si lo haces…tendremos que
hacerlo de diferente forma.
- Gracias.
Supe que no era el mejor momento pero…necesitaba saber si podía contar con él
para cuidar a Dani. Tenía mi trabajo abandonado y debía retomarlo poco a poco. Era
la mejor forma de llegar a la normalidad.
Le pedí a Edward si podía ayudarme a cuidar a Daniel por las tardes. Sabía que
tenía las tenía libres y por otro lado, sabía que se moría de ganas de pasar tiempo
con su hijo.
- 339 -
mi hijo.
Él como era de esperar se negó, y me amenazó con abrirle una cuenta bancaria
con esos ingresos, cosa que no me pareció del todo mal. Podría guardar ese dinero
para su uso cuando fuera mayor.
Lo que me dejó fuera de juego fue cuando me solicitó que Daniel llevase el
apellido Cullen. Sabía que tenía el derecho de que su hijo llevase su apellido
pero…realmente no me esperaba que el cambio se fuera a producir tan pronto.
Sin esperarlo, habíamos aclarado varios puntos, unos mas dolorosos que otros
pero…precisos y necesarios.
Antes de irme a la cama, fui a la habitación de Daniel para revisar que estuviera
bien. En ella aún estaba el aroma de Edward.
¿Qué iba a hacer? Era joven y…tenía que rehacer mi vida, pero…estaba
totalmente enamorada de Edward.
Pasaron varios días, y por suerte ni uno ni otro me volvieron a sacar el tema.
A Andrea le había dicho que necesitaba tiempo, y él lo aceptó. Por otro lado
Edward, siguió ejerciendo de padre haciendo a mi hijo muy feliz.
EDWARD
Cuando llegué a casa, lo primero que hice fue ver los videos que me había
prestado Bella. En el estaba su nacimiento, sus primeros días de vida, su primer
cumpleaños, etc.
Lloré como nunca antes había llorado. Me desgarraba el corazón ver a Bella triste
y por otro lado, ver a mi hijo sin mi protección. Toda mi vida me arrepentiría de
aquel maldito día, en el que decidí marcharme.
Nunca pensé que diría esto pero… preferiría mil veces más estar sentado en mi
silla de ruedas pero no haberme perdido esos años de mi hijo y tener a Bella a mi
lado, que poder caminar.
Pasaron los días y era viernes. Tenía que decir que estaba exhausto. Me pasaba
todo el día fuera de casa, por la mañana trabajando y por las tardes con mi hijo en
casa de Bella.
No había hablado con Bella sobre el fin de semana pero…quería llevarlo el sábado
a casa de mis padres para pasar el día con ellos.
- No mucho- sonrió con desgana- me siento muy cansada y…- tocó su garganta- me
cuesta respirar
- Puedo…- antes de tocarla le pedí permiso. Sabía que tenía fiebre, en su frente
- 341 -
había unas gotitas de sudor frío, ella asintió- Bella…tienes mucha fiebre. Deberías
descansar
Bañé a Daniel, que por suerte ese día estaba menos revoltoso. Cuando terminé,
miré en el calendario que Bella tenía en la cocina, para ver que le tocaba de cenar, y
no era nada difícil. Era una tortilla francesa con queso fundido, varias lonchitas de
pavo y un yogurt.
Salí al salón y fui directamente hacia Bella. La toqué y estaba ardiendo. Tomé mi
móvil y llamé al servicio médico a domicilio. No podía llevar a Bella al hospital y
dejar a mi hijo solo.
Esa misma mañana, Rosalie y Emmett se habían ido a pasar el fin de semana
fuera, por tanto no podía contar con ellos.
El médico no tardó mucho tiempo en llegar. Desperté a Bella para que la pudiera
reconocer y en cuanto lo hizo, se volvió a quedar dormida a causa de la fiebre.
- Sr. Cullen…su esposa- más quisiera yo que fuera mi mujer, pensé para mis
adentros- tiene principio de neumonía. Tiene una fiebre muy elevada, sonido en su
pecho al respirar, etc. Sobre todo hay que controlar la fiebre para evitar que
convulsione. Le voy a recetar antibióticos, antitérmicos que sirven de analgésicos.
Debe hacer reposo absoluto y tomar mucho líquido para evitar la deshidratación. En
caso de que tenga subidas altas de temperatura y vea que no baja con el
antitérmico, deberá darle un baño tibio, nunca frío, para evitar un cambio drástico
de temperatura. No puede estar muy abrigada para que no le suba la fiebre.
- Otra consulta que quiero hacerle. Tenemos un hijo que…bueno…hace pocos días
le hicieron un transplante de médula por…- me costaba horrores decir la maldita
enfermedad- leucemia. Solo lleva una semana en casa… ¿cree que le puede afectar?
- 342 -
- ¿Tiene opción de que esté en otro lugar?
- Si, a casa de mis padres- no podía llevarlo a mi casa y dejar a Bella sola
- Pues entonces veo bien que lo hagan. Su hijo aún puede estar débil y…es mejor
no exponerlo.
- Gracias doctor.
- Que tiene Edward no me asustes- no era para menos que se asustase, después de
los últimos acontecimientos…
Al colgar, escuché como otro teléfono sonaba y no era el mío. El sonido provenía
del bolso de Bella, por lo que lo abrí y miré quien llamaba. No podía ser otro que
Andrea. Le colgué y desconecté el teléfono. Demasiado virus tenía ya Bella para que
ahora viniera él.
- No muy bien. Necesito salir a comprar los medicamentos, ¿os podéis quedar
vosotros mientras? Quiero pasar por casa para recoger alguna ropa- no sabía cuanto
tiempo iba a estar allí.
- Claro que si hijo, mientras yo recogeré algunas cosas para Daniel- me dijo mi
- 343 -
madre.
Cuando regresé, mi madre lo tenía todo listo, excepto Daniel que seguía dormido.
- Llevaros el coche de Bella que tiene la sillita- le dije a mis padres, buscando las
llaves en el bolso de ella
Tomé a Dani en brazos de su cunita y lo lié en una manta, para que no se enfriara,
lo besé y se lo entregué a mi padre, el cual lo tomó con cuidado en sus brazos para
evitar que despertara.
Una vez que se fueron, tomé a Bella en brazos y la llevé a su habitación. Era la
primera vez que entraba en ella. (está en mi perfil) Sin haberla visto nunca, supe
que sería así, tenía su seña de identidad. Era sencilla y práctica.
Sin pensarlo, fui a su baño y llené la bañera con agua tibia. Sabía que aunque le
diese el antitérmico en este instante, pasarían horas hasta que le hiciese efecto y la
fiebre bajase algo, por lo que no me iba a arriesgar a que convulsionara.
Cuando tuve listo el baño, me fui hasta ella y comencé a quitarle la ropa, aunque
no se la iba a quitar toda para no molestarla. La dejé en ropa interior. Me quité mi
camisa para evitar mojarme al introducirla en el agua. La tomé con cuidado y fui
hasta el baño sumergiéndola lentamente en el agua. Bella entreabrió sus ojos al
contacto con el agua y se estremeció.
- Tranquila…verás como esto baja la fiebre- ella no dijo nada solo sonrió
tímidamente.
Empapé una pequeña toalla en el agua, y la pasé por su cara para eliminar resto
- 344 -
de sudor de la fiebre. Poco a poco iba notando como su temperatura corporal
disminuía.
- ¿Y…Dani?- preguntó
- Tranquila, está con mis padres. Los llamé para que se lo llevaran a su casa,
este…no es el mejor lugar para él- la tranquilicé
- Bella…estuve solo, nadie estuvo conmigo- no sabía por qué creía que había
estado con alguien.
- Bella…no hay nada que decir ¿Qué tengo que hacer para que me creas?- no
entendía- De dónde…- suspiré- ¿de dónde sacas que me fui con alguien?
- Bella…en mi vida solo has estado tú. Esa mujer…esa mujer era Irina, la
enfermera de la clínica que debía acompañarme- No podía creerme que Bella
hubiese pensado que me había ido con otra- Recuerda que era una persona con
movilidad reducida y…no podía viajar solo. Tuve que tomar un avión hasta Virgina y
hacerlo solo…no era lo más recomendable. La clínica aprovechó que Irina estaba
aquí, por eso fue todo tan precipitado.
BELLA
- ¿Quién era la chica que se fue contigo cuando desapareciste?- evité nombrar a
Claudia.
- Edward…puedes decírmelo, ya todo pasó- abrí mis ojos y lo miré, Edward tenía
la mirada sincera, no había atisbo de mentira en ellos.
- Bella…no hay nada que decir ¿Qué tengo que hacer para que me creas? De
dónde…- suspiró- ¿de dónde sacas que me fui con alguien?
- Bella…en mi vida solo has estado tú. Esa mujer…esa mujer era Irina, la
enfermera de la clínica que debía acompañarte- Edward parecía angustiado-
Recuerda que era una persona con movilidad reducida y…no podía viajar solo. Tuve
que tomar un avión hasta Virgina y hacerlo solo…no era lo más recomendable. La
clínica aprovechó que Irina estaba aquí, por eso fue todo tan precipitado.
En ese momento me sentí mal. Durante estos casi tres años, había pensado que
Edward me había abandonado para irse con otra mujer. Eso no lo disculpaba
pues…realmente no importaba con quién se hubiese ido, sino la forma en que lo hizo
- Bella…. ¿qué piensas? Háblame por favor- no me había dado cuenta que me
había sumido en mis pensamientos.
- Te ayudaré a levantarte- Pasó sus brazos por debajo de mis axilas y tiró de mi
hasta ponerme en pie en la bañera. Después tomó una gran toalla que tenía en el
baño y me envolvió en ella- ¿Quieres…necesitas que te traiga algo para cambiarte?
- 346 -
- No gracias, puedo coger mi ropa- hasta ese momento no me di cuenta que
Edward me había metido en ropa interior en la bañera. Había respetado mi derecho
a la intimidad, aún habiéndome visto desnuda años atrás.
- Está bien, iré a prepararte algo caliente para que tomes la medicación- solo
asentí
Fui con cuidado hasta mi habitación para coger mi ropa. Mis piernas estaban
temblorosas y tenía una gran opresión en mi pecho que dificultaba mi respiración.
- Si, solo…estoy cansada- lo miré y vi dolor en su gesto. No podía verlo así, eso me
dañaba.
- No me voy a ir Bella- sus ojos reflejaron esta vez alivio- me voy a quedar hasta
que tu me digas- Quise decirle que se quedara para siempre pero…mi mente y mi
corazón aún no habían llegado a un acuerdo.
- Gracias.
- 348 -
Capitulo 47
Disfrutad
CAPITULO 47
EDWARD
Una vez listo, revisé a Bella y seguía dormida tranquilamente. Me fui para el salón
para descansar en el sofá pues sabía que apenas dormiría en la noche.
Veía pasar los minutos en el reloj del DVD del salón y cada quince, iba a la
habitación de Bella para asegurarme que la fiebre no había subido.
Me estaba quedando traspuesto, cuando escuché a Bella gritar a las 4 a.m. Salí
corriendo a su habitación. Estaba empapada de sudor y su temperatura había
subido.
- 349 -
decirle eso comenzó a llorar- No llores cariño todo está bien- me volvió a mirar y me
abrazó.
- No me voy a ir Bella, estoy aquí- Me metí en la cama con ella y la atraje a mi.
Tomé la toalla y la volteé para colocarla de nuevo en su frente, quedándose dormida
abrazada a mí.
Al ver que estaba tranquila, mi cuerpo se fue relajando hasta quedar dormido con
ella.
Abrí lentamente mis ojos de nuevo y se volvía a repetir la misma escena pero esta
vez Bella me miraba con la misma sorpresa que yo a ella.
- Estoy algo mejor. Al menos…he dormido bien- me dijo, y lo que no sabía es que
yo era la primera vez en tres años que podía descansar.
¿Podía estar pasando esto? Algo había mejorado entre nosotros en solo unas
horas.
Le preparé un vaso de leche caliente y le llevé unas galletas. Apenas tenía apetito
pero necesitaba comer algo para tomar la medicación.
Mientras desayunaba Bella, tomé mi teléfono para ver como estaba mi hijo y me
senté a su lado en la cama.
Tras eso colgué y no pude evitar mirar el teléfono con una sonrisa.
- Al parecer estás mucho mejor ¿no? – le sonreí- Daniel estaba corriendo por el
patio con el abuelo.
- 351 -
Tras el desayuno Bella durmió un rato, mientras preparé algo ligero para el
almuerzo. No era muy diestro en la cocina pero sabía defenderme.
- Si tu quisieras haría esto todos los días de mi vida- me acerqué un poco hacia
ella- Si tu quisieras cuidaría de ti como tu cuidaste de mi,- volví a acercarme más- si
tu me aceptaras…te daría mi vida- quedamos a escasos centímetros que finalmente
recortó Bella.
Supe que actuó por impulso, que no se pensó lo que hizo pero…no me importaba.
Aproveché esa oportunidad que me daba para entregarle parte de mí.
Podía notar el calor de la fiebre en sus labios por lo que procedí a mojarlos con mi
lengua y la sentí estremecer. Me acerqué más a ella para acogerla en mis brazos.
El beso fue dulce, tierno y dado por los dos. Ninguno puso más que el otro y eso
era un alivio para mí. Poco a poco me fui alejando para ver la reacción de Bella, la
cual mantenía aún los ojos cerrados.
- Bella…- necesitaba que dijera algo, su silencio me mataba más que sus palabras.
- Con eso me vale. Si no sabes que decir…no digas nada, solo deja que tu corazón
hable, él nunca se equivoca
- Bella…Daniel va a estar fuera varios días. Hagamos la prueba estos dos días
hasta que te recuperes- Ella no respondió y no volvimos a hablar de ello en ese
- 352 -
momento.
BELLA
Esa conversación que estábamos teniendo Edward y yo, me mostró muchas cosas
que no conocía, o…que no había querido ver.
Aunque Edward se marchó sin dar una explicación, yo con mi falta de verdad,
había contribuido a arrastrarlo a eso. En parte, había ayudado a Edward a tomar esa
decisión.
Edward había pensado que estar a su lado me agotaba y no sabía que era lo que
me daba la luz para vivir. El irse de mi lado me sumergió en una oscuridad
aplastante, una que casi me mata.
Ahora la vida me daba otra oportunidad, ¿podría aprovecharla o…la dejaría correr
a causa de mi inseguridad?
- Ahora entiendo por qué no te querías quedar en casa conmigo- sonrió de esa
manera que me hacía perder la cabeza. Surgió un pequeño silencio durante unos
- 353 -
minutos- Bella… ¿cómo fue el…parto?, ¿qué sentiste cuando viste a Daniel por
primera vez?- tragué hondo, ¿cómo explicar un sentimiento?
- Para mi todo eso fue duro- susurré- no disfruté hasta que no nació Daniel,
antes…- callé al ver como unas lágrimas recorrían las mejillas de Edward
No había pensado hacerlo pero…me dejé llevar. No servía para castigar a nadie y
menos cuando eso significaba que me castigaría a mi misma. Lo amaba, y eso no
cambiaría nunca.
Edward me correspondió pero esta vez su beso era desesperado. Aún besándome,
sentía como sus lágrimas seguían rodando por sus mejillas.
Con ayuda de Edward fui al baño para darme una ducha. Mientras él encargó que
trajesen comida china para cenar.
- Si…lo necesito.
- 354 -
Me coloqué de lado y él me atrajo hasta quedar mi espalda apoyada en su pecho,
mientras sus brazos rodeaban mi cuerpo.
La noche pasó y por suerte no volví a tener las pesadillas de la noche anterior. Era
reconfortante volver a compartir mi cama con Edward, aunque fuera temporal, eso
me hacía sentirme querida, protegida, plena.
No supe que hora era hasta que escuchamos, como sonaba insistentemente el
timbre de casa. Edward se levantó de un salto asustado.
- Edward por favor abre, puede ser que haya pasado algo- lo primero que se me
vino a la cabeza era Daniel.
EDWARD
No supe que hora era ni donde estaba, cuando escuché sonar un timbre
insistentemente. De sobresalto me levanté de un vote de la cama.
- Edward por favor abre, puede ser que haya pasado algo- lo primero que se me
vino a la cabeza era Daniel, pero…era imposible. Mis padres me habrían llamado al
teléfono.
Fui hasta el salón en pijama y abrí la puerta. Esperaba a todo tipo de bicho
viviente pero no a él.
- Bueno días a ti también Andrea- respondí con una sonrisa, sin mediar palabra me
pegó con todas sus fuerzas tirándome al suelo del impacto.
No quería irme, tenía ganas de partirle las piernas a ese imbécil pero…sabía que
me compararía como él.
- Andrea ya hablamos de ello. Nunca esperé que fueras capaz de hacer algo así.
- Bella…perdóname.
- Andrea vete por favor- su voz se escuchaba temblorosa- necesito estar sola.
- Sabes que si me voy…no volveré- finalmente era imbécil no sabía que así la
perdería.
- 356 -
Quise salir al salón y abrazarla pero…debía a darle tiempo. Siempre el maldito
tiempo.
- 357 -
Capitulo 48
Disfrutad
CAPITULO 48
- Estoy bien tranquila- dije cerrando el grifo al ver que la hemorragia se había
cortado.
El golpe no había sido tan certero para él como esperaba. No me había roto la
nariz pero si me la había dejado dolorida para varios días.
- Eso no es motivo, no puede ir pegándole a nadie por la calle por tus nervios- le
sonreí para quitarle hierro al asunto- voy a tener que llamar a mi abogado- Bella
sonrió ante eso.
Lo hacía con tanta delicadeza que más bien eran caricias, lo que me hacía cerrar
los ojos, era agradablemente insoportable.
Al momento pude notar como ya no había toallita en su mano, y ahora eran ellas
las que se paseaban por mi torso. Lentamente abrí los ojos, intentando no mostrar
- 358 -
sorpresa al mirarla. Sus ojos eran muy expresivos y ellos me dirían lo que estaba
sintiendo.
Mis manos se movieron solas, dirigiéndose hasta su cintura para atraerla más a mi
cuerpo. Ella no puso impedimento hacia eso enlazando sus manos alrededor de mi
cuello, lo que me hizo tirar de ella y subirla a horcajadas a mi cintura.
- Edward…te amo- susurró en mi boca- necesito que me hagas el amor- al oír eso
tuve que apoyarme en la pared para que no cayésemos al suelo.
- Bella… ¿estás segura?- era imbécil si, lo sabía, pero amaba a esa mujer más que
a mi vida y no quería hacer nada de lo que tuviese que arrepentirme.
- Si- al decirle eso su sonrisa desapareció por lo que proseguí- Tengo miedo a que
esto sea un sueño, tengo miedo a despertar. Tengo pánico a que no sea esto lo que
quieres…- no me dejó seguir, silenciando mis labios con los suyos.
Eso había sido su autorización para seguir por lo que no me lo pensé. Deslicé mis
manos por el contorno de su figura. Necesitaba recordar cada rincón de su
anatomía. Ella perdía sus manos por mis cabellos sabiendo que eso me volvía loco.
Abandoné sus labios para deslizarme por su cuello, regalándole millones de besos
por milímetro que recorría. Subí hasta su oído, pasando mi lengua por él haciéndola
estremecer.
Bajé mis manos hasta la parte baja de su camiseta para quitársela, dejándola con
un sujetador de camiseta para dormir, el cual…no dejaba mucho para imaginar al
ser casi transparente.
Con mis manos acaricié cada punto de su torso mientras mi lengua, iba activando
cada poro de su piel. Le quité el sujetador, perdiendo mi boca por su pecho.
Ella apretaba mi cabeza contra ellos con rudeza, estaba demasiado excitada y eso
me encantaba.
Lentamente fui perdiendo mis manos por el interior de sus pantalones del pijama,
bajándolos, acariciando sus preciosas piernas, quedando solo en culotes.
- Te deseo mucho pero si sigues así, me volverás loca. Ahora sufrirás tu- dicho eso
se sentó sobre mi a horcajadas y comenzó a besar mi cuello.
- Aún no he acabado- dicho eso bajó su boca hasta mi pequeño amigo Eddie, el
cual ya no era tan pequeño.
- 360 -
Primero lo recorrió con su lengua acompañándose con su mano, para después
introducirlo en su boca, haciéndome perder el norte y haciéndome gemir como loco.
Llevaba mucho tiempo sin experimentar esa sensación, muchos años añorando a
Bella en todos los sentidos y ahora me sentía pleno.
Mi aguante estaba bajo mínimos. Desde su primera caricia me tuve que contener
por lo que la detuve antes de tiempo.
- Bella, para, si sigues así no podré aguantar- tiré de ella y la tumbé en la cama.
Ella me miró sonriente.
Decidido me fui a quitarle los culotes mientras la besaba con locura. La lujuria se
había desatado en mí y se la iba a brindar a ella.
- Da igual Edward, desde que nació Daniel uso la píldora para regular mis
hormonas- eso me volvió loco.
-Mi amiga Natalia me dijo que la virginidad crecía, ¿será verdad?- cuando me
preguntó eso supe que era porque Bella no había tenido sexo desde nuestra última
vez.
- Puede ser que sea así, por lo que…vuelvo a ser virgen- quise que supiera que yo
tampoco había tenido sexo con nadie.
- 361 -
Tras eso, comencé a embestirla intensificando el ritmo según nuestro cuerpo
pedía.
Era el hombre más feliz del mundo. Tenía a la mujer que amaba y la más
maravillosa del mundo en mis brazos sellando nuestro amor, ¿había algo mejor que
eso en este instante?
- Edward más rápido, ahh más…- al decirme eso intensifiqué al máximo mis
movimientos sabiendo que el final estaba por acabar. A ese ritmo, no lograría
contenerme mucho más.
BELLA
Había sido increíble, y no solo por el placer que fue mucho, sino por todas las
emociones que compartimos, todo lo que nos regalamos.
- Estoy…asustada- me sinceré.
- ¿Por qué? Bella…nos amamos, no hay nada más puro que eso.- lo sabía pero… ¿y
si no era suficiente para que esto funcionase?
- Lo sé Edward pero…no deja de darme miedo. No tenía pensado que nada de esto
ocurriese…
- Bella…no puedes organizar cada punto de tu vida. Tienes que dejar que las cosas
fluyan solas.
- Edward…no todo es tan fácil como piensas. Que tengamos un hijo nos hace ir
con más cautela. A parte…tenemos familia a la cual le tendremos que explicar todo-
sabía que los Cullen estarían contentos pero Emmett…sería otro caso. Él me había
visto llorar demasiado.
Todo quedó ahí. Me angustiaba un poco todo eso. Antes de hablar con nadie nos
tendríamos que aclarar nosotros mismos. No quería volver a dar ningún paso en
falso.
Por suerte, ya me encontraba mucho mejor. Apenas tenía fiebre aunque estaba
débil.
Edward, decidió ir a por Dani para que estuviera con nosotros, dado mi mejoría.
Cuando Edward se fue aproveché para darme un baño. Quería estar presentable
para cuando llegaran…mis dos chicos. Ahora…debía acostumbrarme a eso, aunque
sabía que no me costaría ningún trabajo.
EDWARD
Intenté mostrarme normal cuando llegue a casa de mis padres pero…la felicidad
me delataba.
- Hola campeón, ¿has estado con los abuelos?- él asintió mirando hacia mis
padres.
Recogí las cosas de Daniel y me despedí de mis padres. Dejé mi coche allí ya que
la sillita estaba en el de Bella.
- ¿He visto a un príncipe por ahí?- preguntó Bella a mi hijo, el cual salió corriendo
al verla.
- Mamáaaaaaa- la abrazó
El resto de la tarde la pasamos los tres juntos. Éramos una pequeña gran familia.
Ahora tenía todo lo que quería, a mi hijo y a mi mujer a mi lado.
Los días pasaron y Bella se fue recuperando. Los primeros días me encargue de
llevar y recoger a Dani del cole. Bella tuvo que llamar para informar que era su
padre para que no me pusieran problemas.
Pasaba casi todo el rato con ellos en casa, y aunque intentábamos que Emmett y
Rose no se diesen cuenta…no eran tontos. La primera en darse cuenta fue ella que
bombardeó a preguntas a Bella.
Un día cuando llegaba con Daniel del colegio, coincidí con Emmett y Rosalie en el
edificio. Aproveché que ésta se llevó a Daniel para hablar con Emmett.
- ¿Qué sabes?
- Sé que estáis juntos. Vuestra cara de tontos os delata, a parte de que cuando no
estás trabajando estás con mi hermana y Daniel, que duermes allí, bla, bla, bla.
- Pues claro, para Bella eres muy importante. Ella…teme decírtelo por miedo al
rechazo.
- Pues te voy a ser sincero. Si me importa, es más me jode. Me jode que dejaras
tirada a mi hermana, que te fueras sin dar una puta explicación.
Los días pasaron y nuestra relación cada vez era mejor. No cabía duda que nos
amábamos y nuestro hijo estaba muy feliz por tenernos juntos.
- 365 -
Le había pedido irnos a vivir a mi casa pero…Bella no quería volver allí. Decía que
había muchos recuerdos y que necesitaba pasar hoja.
Mi familia aún no sabía nada, por lo que aprovechamos un almuerzo familiar que
organizó mi madre para comunicarlo.
Invitamos a Emmett y Rosalie, la cual nos había dicho hacía pocos días que iban a
ser papás, por lo que la celebración iba a ser doble.
- Noooo, es decir siiiiiiiiiiiiii, dios mío Jazz siiiiiiiiiiiiiiiiiii- gritó Alice. Era mi melliza
y me conocía mejor que nadie- Lo sabía. Jazz te lo dije hace varios días.
Todos se hacían una idea que habíamos vuelto pero ninguno de ellos había
pensado que nos íbamos a casar.
- 366 -
Capitulo 49
Esto se acaba amigs, es una penita verdad? Pero… más vale una retirada a
tiempo que estropear el fic. Este es el ultimo capitulo, mañana vendrá el
epilogo pero lo publicaré por la noche, para así empezar a publicar mi nueva
historia el domingo por la mañana.
Aviso: Este capi tiene Rated M, así que si lees es bajo tu responsabilidad.
Disfrutad
CAPITULO 49
- Es una gran noticia hijos- mi madre se levantó corriendo para abrazarnos a Bella
y a mi, sabía que para ella era un sueño.
- Alice…no quiero nada a lo grande. Vamos a hacer una boda discreta, para los
amigos y familia, nada de eventos multitudinarios.
- Alice no hay peros- la detuve- Es nuestra decisión. Solo queremos a la gente que
ha estado con nosotros, nada de compromisos
A regañadientes aceptó.
- 367 -
- Edward…quiero pedirte algo- al decir eso, todos nos miraron sin saber.
- Quiero que vuelvas al bufete, o mejor dicho…quiero que ocupes mi cargo- eso me
dejó fuera de juego.
- ¿Qué?- no me lo esperaba.
- Lo sé pero…quiero vivir de otra forma. Tengo lo que quiero para vivir y ahora
quiero disfrutarlo. Disfrutar de mis nietos, de mis hijos, de mi mujer…
- Si lo eres Edward, confío en ti. Sin darte cuenta siempre has llevado las riendas.
BELLA
Solo faltaban dos días para la boda y estaba que me iba a dar un infarto. Hicimos
la lista de invitado millones de veces y siempre sobraba gente.
A Edward y a mi nos hubiese gustado casarnos solos, es decir mi hijo, sus padres,
la familia de Alice y la de Emmett pero…sabíamos que era muy difícil.
Teníamos amigos y gente de confianza, que habían estado junto a nosotros y…no
podíamos olvidarlos.
El día antes de la boda, Edward me secuestró bajo las quejas de Alice. Queríamos
pasar nuestra último día de solteros juntos.
- 368 -
Cuando creí que nos volvíamos a casa, Edward cambió de ruta.
- Tranquila falta poco. Ponte aquí y…- al decir eso destapó mis ojos y quedé
maravillada- Bienvenida a tu casa.
Eso no podía ser cierto, esta casa no podía ser mía. (está en mi perfil). Era
increíble. En la playa, rodeada de vegetación, amplia…
- 369 -
Pasamos el resto del día disfrutando de nuestra nueva casa. Solo podía pensar en
mi hijo, y verlo corretear de un lado para otro.
Edward me contó que había conseguido que Alice me dejara libre, con la
condición que esa noche la pasase en la casa Cullen, por lo que me dejó allí y se
llevó a Daniel con él.
- Para mi ha sido un placer. Es la casa de mis hijos- Esme nunca hizo distinciones
entre Edward y yo- y mis nietos.
Tras todas las locuras, me fui a mi habitación en la casa Cullen para descansar.
Antes meterme en la cama, llamé a Edward.
- Pues claro que si, mi hijo y yo tenemos grandes conversaciones a parte de hablar
de "Kiki mou"- seguí riendo.
Alice no me dejó dormir mucho, y cuando vio mi cara casi se desmaya. Todo el
mundo estaba frenético, nervioso. La boda se celebraba en la casa de Esme y
Carlisle y desde temprano estaban trabajando todo el mundo para prepararlo todo.
- Voy a bajar para….- quería ayudar a Esme con los preparativos, me daba pena
que lo hiciera todo ella.
- No Bella…es tu día y tienes que estar perfecta. Solo faltan tres horas para tu
boda y…debes estar lista.
Recogieron mi pelo en un moño alto para alargar mi cuello, según Rose y Alice mi
vestido lo requería. Era increíble pero…no me habían dejado ver mi vestido.
El tiempo pasó demasiado deprisa y solo faltaban quince minutos para que
comenzara todo. Podía escuchar como la gente había llegado y por el
murmullo…había mucha.
- Bella…debes ponerte le traje ya- Alice ya estaba vestida, con un precioso vestido
azul eléctrico de encaje que llegaba por debajo de sus rodillas. Fue hasta el armario
y sacó el vestido que estaba envuelto en un protector.
Había fantaseado mucho en como sería mi vestido pero…cuando lo vi, supe que no
me había acercado ni siquiera un poco a la maravilla que tenía delante. (esta en mi
perfil)
- No mereces otra cosa hermanita- me abrazó- Llevo ansiando este día desde que
te conocí.
- Gracias. Gracias por estar siempre a mi lado, por quererme tanto como yo a ti.
- No lo suficiente Bells, sigue siendo largo. Son Clho y Dan- esta vez las lagrimas
salían por mis ojos a causa de las risas.
Cuando salí y fui a bajar las escaleras de acceso a la casa, había una gran
alfombra beige llena de pétalos de rosas rojas, que nos conducía a donde me
esperaba Edward para sellar eternamente nuestro amor.
Tras dar la esquina de la casa, vi a todos los invitados en pie esperándome y una
música muy especial para mi comenzó a sonar, era mi cantante preferido Robert
Pattison.
(está en mi perfil)
Una vez allí, Emmett abrazó a Edward y después le ofreció mi mano. Me guió
hasta donde estaba el sacerdote, sin dejar de mirarme.
Cuando iba a empezar la ceremonia, Edward colocó a Dani entre nosotros y ambos
lo tomamos de la mano. Esta unión no solo era de Edward y mía, en ella también
entraba Daniel.
Por suerte el sacerdote, no hizo una ceremonia tediosa, la hizo muy amena y pasó
muy rápido.
- Y tu Isabella ¿Quieres a Edward como esposo para amarlo y respetarlo todos los
- 373 -
días de tu vida?
La fiesta fue increíble. Estaban toda la gente a la que quería, excepto mi madre
por supuesto. Había llegado a un punto que ya no me dolía su ausencia. La había
necesitado muchas veces a lo largo de todos estos años y nunca estuvo por
tanto…hoy no iba a ser menos.
- ¿Cuándo nos vamos?- me susurraba Edward al oído, cada vez que conseguía
escaparse de Emmett y Jasper.
- Pero… ¿y Daniel?
Edward y yo habíamos decidido dejar la luna de miel para más adelante. Para
nosotros lo importante era estar juntos los tres por tanto…no había prisas.
A las 18.00, todo el mundo seguía bailando y bebiendo como locos. Emmett…había
celebrado demasiado bien mi boda al igual que Jasper. Al parecer ambos…se lo
pasaban muy bien juntos.
Daniel, lo estaba pasando genial con Clhoé y varios niños que vinieron a la boda.
- Adiós- dijo a modo de despedida y en un tono que solo lo pudiese oír yo, me tomó
- 374 -
en brazos y me echó a su hombro.
Durante todo el camino no me dejó de acariciar. Sus manos pasaban por mis
piernas de una manera bastante peligrosa.
- Sabes bien que no me importaría pero…es nuestra noche de bodas, y quiero que
sea más especial.
- No sabes cuando te deseo señora Cullen- escuchar mi nuevo apellido hizo erizar
mis vellos.
- Menos mal que no te vas a quedar mucho tiempo así si no…me muero de
infarto-sus ojos desprendían calor.
Me estaba volviendo loca, mis bragas cada vez estaban más húmedas.
Mientras devoraba mis pechos, su mano se perdió por el interior de mis braguitas,
acariciando mi centro con suavidad.
Definitivamente así lo hice. Sus caricias, tanto con su lengua como con sus dedos,
me llevaron a la locura extrema, gritando como nunca.
Se los quité dejando aquella maravilla ante mis ojos. Sabía que no era posible pero
cada vez…me parecía de mayor tamaño.
- 376 -
Me relamí como una niña ante un dulce, Edward rió ante mi gesto y fui directa a
devorarlo.
Paseé mi lengua por él, introduciéndolo en mi boca dando pequeñas succiones que
hacia a Edward gritar. En cada succión podía notar parte de su esencia, sabía que
eso lo ponía al límite.
Antes de seguir me levanté del suelo y me dirigí a la cama y tomé una de las
almohadas y le quité la funda, la cual usé para anudar las manos de Edward.
- Bella…si haces eso no podré tocarte- su voz cada vez era más ronca.
Até sus manos juntas a la pata de la mesa, así me aseguraba que no se bajaran de
su cabeza. Él no dijo nada.
Volví a bajar hacia su sexo y comencé a estimularlo pero esta vez no había ni una
pizca de delicadeza. Igual que me había hecho gritar su nombre, él gritaría ahora el
mío
Cada vez introducía su miembro más en mi boca, las succiones eran mucho
mayores.
Edward gritaba, gritaba mi nombre como nunca lo había oído y eso me enloquecía
y me hacía seguir haciendo mi trabajo.
Cuando volví a la habitación, aún estaba tirando en el suelo con los ojos cerrados.
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- Me la vas a pagar- me engañó haciéndome creer que le pasaba algo para
capturarme sin trabajo. Comenzó a reír y me cogió por la cintura alzándome a la
cama.- esto no ha acabado señora Cullen.
- ¿Lista para empezar tu vida como mi esposa? Te regalo mi vida, dejo MI VIDA
EN TUS MANOS.
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EPILOGO
Bueno… ahora si que sí que esto se acabó. Muchísimas gracias a tods por
leerme, miles de gracias a aquells que me añadieron a sus alertas, favoritos
y millones de gracias a los que además me regalaron un poquito de su
tiempo y me pusieron su opinión/quejas/ bromas sobre los capis. Para mi no
hay mayor pago que el que me habéis dado, en mi primer fic he superado los
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EPÍLOGO
Los años pasaron como días. Como bien dicen, el tiempo lo cura todo, y de la
herida que tuve en mi corazón no quedaba ni cicatriz.
Edward me hacía feliz día a día. Siempre estaba a mi lado para todo.
La casa que compró Edward para tres, finalmente fue para seis.
La noche de bodas concebimos a nuestra pequeña Carlie, una niña con pelo
castaño y ojos chocolate preciosa. Tres años más tarde llegó Marie, que era igualita
a Daniel aunque más traviesa aún. Y por un descuido, a los dos años vino nuestra
pequeña Alice, que era una mezcla exótica de Edward y mío.
Edward se hizo cargo del bufete de Carlisle, y fue todo un éxito. Se había asociado
con su antiguo jefe por lo que su capacidad para resolver casos era cada día mayor,
y la reputación el en mundo de la abogacía era increíble.
Yo seguía con mi clínica, aunque solo trabajaba por las mañana, al igual que
Edward. Habíamos decidido que queríamos pasar el mayor tiempo posible con
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nuestra numerosa familia. Ambos teníamos personal de confianza por
tanto…podíamos dedicarnos a nosotros.
Por otro lado Alice y Jasper, no tardaron en ampliar su familia pero…de una
manera más bruta, de dos en dos. Casi a la misma vez que yo cuando quedé
embarazada de Carlie, Alice se quedó embarazada del pequeño Jasper y el pequeño
Edward. Dos años después amplió su familia por partida doble de nuevo, viniendo al
mundo Iria y Leah.
Rosalie y Emmett tuvieron un niño, Marcos. Tres años después nació el pequeño
Emmett.
Carlisle y Esme se dedicaron a sus nietos. En poco más de cinco año, la familia
había crecido de 10 miembros, contando con Rosalie y Emmett, a 19.
Edward y yo vimos a nuestros hijos crecer felices, y eso era el mejor regalo que
nos podía dar la vida. La vida nos dio otra oportunidad y la supimos aprovechar.
- Bella… ¿qué guardas en tus manos?- miré mis manos sin entender. No tenía nada
en ellas.
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Aviso
Os preguntareis que significa esta nota, pues es para avisaros que en poco tiempo,
no sé deciros en cuanto exactamente, empezaré a publicar. Ya sabéis que no me
gusta hacerlo hasta no tener acabado todo el trabajo, pues mi vida es muy
complicada y hay veces que no tengo tiempo ni para mirarme al espejo. Como soy
fiel a mis principios, y critico mucho a las personas que empiezan un proyecto y se
llevan años para acabarlos, pues prefiero acabarlo y después publicar.
Aprovecho rápidamente para agradecer a las personas que aún leen mis historias
y se toman su tiempo para regalarme un review, no sabéis como anima eso a seguir
en la lucha, lástima que la mayoría de los lectores pasen de largo y solo añadan a
favorito, pero como el regalar es libre, pues aún así les agradezco por leerme.
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