Gegargas - Mi Vida en Tus Manos

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This story was first published on October 8th, 2010, and was last updated on
March 10th, 2012.

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Table of Contents

Summary
1. Intoduccion
2. Capitulo 1
3. Capitulo 2
4. Capitulo 3
5. Capitulo 4
6. Capitulo 5
7. Capitulo 6
8. Capitulo 7
9. Capitulo 8
10. Capitulo 9
11. Capitulo 10
12. Capitulo 11
13. Capitulo 12
14. Capitulo 13
15. Capitulo 14
16. Capitulo 15
17. Capitulo 16
18. Capitulo 17
19. Capitulo 18
20. Capitulo 19
21. Capitulo 20
22. Capitulo 21
23. Capitulo 22
24. Capitulo 23
25. Capitulo 24
26. Capitulo 25
27. Capitulo 26
28. Capitulo 27

-3-
29. Capitulo 28
30. Capitulo 29
31. Capitulo 30
32. Capitulo 31
33. Capitulo 32
34. Capitulo 33
35. Capitulo 34
36. Capitulo 35
37. Capitulo 36
38. Capitulo 37
39. Capitulo 38
40. Capitulo 39
41. Capitulo 40
42. Capitulo 41
43. Capitulo 42
44. Capitulo 43
45. Capitulo 44
46. Capitulo 45
47. Capitulo 46
48. Capitulo 47
49. Capitulo 48
50. Capitulo 49
51. EPILOGO
52. Aviso

-4-
Summary

Bella es fisioterapeuta. Una madre desesperadam Esme, recurre a ella como


ultima opcion para ayudar a su hijo Edward, el cual yace en la cama despues de un
accidente de trafico. ¿Qué ocurre si finalmente Bella no ve a Edward como un
paciente?

-5-
Intoduccion

INTRODUCCIÓN

Después de años de lucha, había conseguido mi objetivo, acabar mi carrera


universitaria, ejercer mi profesión y vivir sola.

Mi nombre es Isabella Swan, aunque mi familia y amigos me conocen como Bella,


tengo 25 años.

Estudié fisioterapia en la universidad de Florida y hoy día trabajo en la clínica


fisioterapéutica Cam&Plus.

Hasta hace apenas un mes vivía con mi hermano Emmet y su novia Rosalie, pero
necesitaban intimidad o mejor dicho, la necesitaba yo. Se querían demasiado para
compartir apartamento con ellos.

Ahorre varios meses antes de dar el gran salto. Mi sueño era vivir cerca de la
playa pero todo era demasiado caro.

Por suerte, la chica de la inmobiliaria era amiga de mi cuñada Rosalie, y consiguió


encontrarme un apartamento diáfano, recién reformado. Solo tenía 40 metros
cuadrados pero para mi sola era más que suficiente.

El semestre había sido bastante angustiante, ya que había estado tenido que
combinar mi trabajo en Cam&Plus con el master en Fisioterapia de rehabilitación.

-6-
Capitulo 1

Holaa de nuevo. Como la introduccion es nada, os dejo el primer capitulo. Espero


que os guste.

CAPITULO 1

Como un día cualquiera me dirigí a mi trabajo. Según mi agenda tenía a varios


masajes previstos en la mañana, pero en general, la mañana iba a ser tranquila.

Cuando entré en mi sala, me esperaba el Sr. Cam.

- Buenos días Isabella- bien…si el jefe te espera es porque pasa algo y es


importante, si no fuese así te mandarían a llamar y tú serías la que fueras a su
despacho.

- Buenos días Sr. Cam, ¿Puedo ayudarle en algo?- intenté ocultar mis nervios.

- No, bueno si. Necesito que sustituyas a mi hijo hoy- bien, James había vuelto a
liarla.

El hijo del Sr. Cam era James. Había sido compañero en la facultad, aunque era
mayor que yo dos años. James era buena persona pero…un poco loco. Había
estudiado fisioterapia casi sin otra opción, su padre era…estricto, poco tolerante y
bastante engreído, entre otros calificativos.

No era la primera vez que ocurría que James desaparecía dos días a causa de
alguna juerga nocturna, aunque el Sr. Cam intentara hacernos creer que estaba
enfermo.

Él sabía que yo conocía a su hijo, y sabía que tipo de enfermedades tenía.

- Él está enfermo y…hoy tenemos varias sesiones de masajes concertadas en el


Club de Paddle. Le he pasado tus pacientes a Ángela.- genial una mañana entre pijos
, fue lo primero que pensé, aunque lo prefiero que ir al Club de moteros de la última
vez.

- No hay ningún problema Sr. Cam, ahora mismo me iré para allá

- Gracias Isabella- dijo dándome la lista de pacientes- Por favor ponte el uniforme

-7-
rosa,

Genial, siempre usaba el negro, era mi preferido ya que era más unisex, el rosa
era más…incomodo, me sentía como la pantera rosa o como un chicle Chein.

Dicho eso, cogí mi maletín y tomé todo lo necesario para empezar un duro día de
trabajo.

Al llegar al Club, me enseñaron mi lugar de trabajo. Me cambié de ropa y me puse


mi uniforme rosa, tal y como me había mandado el Sr. Cam. Seguro que si no lo
hacía me descubría, tenía demasiada poca suerte en esas cosas y el Sr. Cam, parecía
tener cámaras de vídeo- vigilancia colocadas por todos los lugares.

Miré mi lista de pacientes y el primero era a las 10, justo dentro de 10 minutos
exactamente. Su nombre era Esme Cullen.

Preparé la camilla, las toallas. Cinco minutos antes de lo previsto, llamaron a la


puerta.

- Pase por favor- respondí.

- Buenos días, mi nombre es Esme Cullen- era una mujer muy atractiva, aunque
tenía los ojos tristes.

- Si pase señora Cullen, mi nombre es Isabella, hoy sustituyo a James- ella me


sonrió.

Tenía sobre carga en la espalda y necesitaba liberar tensiones, algo bastante fácil
para mí. Me estuvo contando que era decoradora. Era una mujer encantadora.

- Dios mío Isabella…me has dejado…como nueva- dijo al acabar.

- Me alegro que le haya aliviado Sra. Cullen

- Llámame Esme por favor

- De acuerdo Esme, pues entonces llámeme Bella- le sonreí mientras recogía las
toallas.

- ¿No podrías venir tu siempre?- al decirme eso me ruboricé- Verás el chico que
viene siempre lo hace bien pero…tú le pones más interés.

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- Me encantaría Esme pero…bueno él es el encargado de ir a los diferentes sitios.
Yo estoy en la clínica- le expliqué- Hoy lo sustituí pues está enfermo.

- Es una pena…Bella… ¿Puedo preguntarte que has estudiado realmente?

- Si claro, he estudiado fisioterapia en la universidad de Florida, y he hecho varios


masters, el último ha sido especializado en Rehabilitación Neurológica- al decirle
eso sus ojos se abrieron como platos.

- ¿De verdad? – asentí. Estaba muy sorprendida y no era nada del otro mundo.

Al momento llamaron de nuevo a la puerta. Era el siguiente paciente.

- Es mi marido, es el siguiente en tu lista- me sonrió

Tomé mi listado y era verdad. Su nombre era Carlisle Cullen. Cuando le dí paso,
entró. Era un hombre bastante atractivo, rubio, pero…le ocurría igual que a su
mujer, sus ojos reflejaban tristeza.

- Carlisle mira ella es Bella, sustituye al chico que está siempre y…es muy buena.

- Encantado de conocerte Bella- me ofreció su mano. Esta familia era muy amable.

- Igualmente Sr. Cullen- le sonreí.

- Por favor llámame Carlisle, Sr. Cullen me hace muy mayor.

Esme se quedó a esperar a su marido mientras yo le daba el masaje.

Él tenía una lesión en la región lumbar, por lo que tuve que emplear más fuerza, a
parte de unas agujas de acupuntura.

Esme me estuvo contando que era abogado y que pasaba muchas horas sentado.

Cuando acabé su sesión de masajes, le di varios consejos útiles para mejorar su


lesión.

- Carlisle, debe evitar hacer movimientos bruscos con su cintura por un tiempo. El
Paddle aunque es un deporte suave, es inevitable hacer movimientos bruscos con la
cintura. A parte, muchas veces, es ineludible dar zapatazos haciendo que la tensión
suba hasta la región lumbar- ambos me escuchaban como si estuviera descubriendo
el mundo, y no pude evitar sonreírles.
-9-
Tanto Carlisle como Esme me entregaron sus tarjetas para lo que necesitase.
Realmente estaba confundida, pensé que iba a encontrar personas estiradas y
desagradables y fue todo lo contrario. Bella, debes hacer más vida social, me regañé
a mi misma.

El resto de los pacientes resultaron ser muy amables. Estaba destrozada


pero…había sido un día muy gratificante.

Tras el masaje que me dio Bella me quedé totalmente relajada. Esta chica, con sus
manos había conseguido aliviar todo el dolor que no me había quitado James en
semanas.

Cuando me dijo que había hecho un master, especializándose en rehabilitación


neurológica, vi el cielo abierto. Tenía que hablar con Carlisle, ella era nuestra única
esperanza, quizás Edward entrase en razón.

Por suerte, había conseguido que Carlisle accediese a darse un masaje para
intentar aliviar sus lumbares. Pasaba mucho tiempo en el bufete sentado y cuando
no era allí, iba a casa de nuestro hijo para ayudar a Jacob a moverlo y cambiarlo de
posturas, y eso lo tenía destrozado.

Cuando le dio el masaje a mi marido, el quedó tan maravillado como yo. Había
conseguido aliviarlo casi al 100%, a parte le dio varios consejos y ejercicios de
estiramientos para hacer.

Cuando salimos de esa sala, ambos nos miramos pensado lo mismo, aún así no
dijimos nada. Necesitábamos tiempo para razonarlo.

Cuando fuimos a almorzar juntos, no pude contenerme más y decidí romper el


hielo.

- Carlisle… ¿Has pensado lo mismo que yo?- le pregunté mirándolo a los ojos.

- Si cariño pero…no sé si funcione. Edward…está demasiado sumido.

- Pero…ella es perfecta. Es joven, y está especializada en rehabilitación


neurológica.

- Si pero…

- 10 -
- Carlisle, debemos intentarlo. No perdemos nada y podemos ganar mucho. Estoy
desesperada, quiero recuperar a mi hijo.

- Está bien…tendremos que hablar con Bella- eso me animó

- No tenemos su teléfono, y ya es tarde, no estará allí.

- Mañana por la mañana temprano, iremos a la empresa para la que trabaja,


hablaremos con su jefe- No había tiempo que perder.

La noche antes apenas dormí. Una presión nerviosa en mi pecho, me robaba el


aire. Era la última posibilidad, debíamos intentarlo por última vez.

En ese accidente habíamos perdido a nuestro hijo y debíamos recuperarlo.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

- 11 -
Capitulo 2

Bueno... os dejo el segundo capitulo. Espero que os guste.

Aprovecho para daros las gracias, a todas aquellas personas que me habeis
puesto alertas sobre mi fic y las que lo habeis añadido a vuestros favoritos.
Si esta tarde tengo un ratillo volveré a subir otro capi.

CAPITULO 2

CARLISLE

Por la mañana temprano, Esme y yo nos dirigimos a Cam&Plus. Apenas habían


abierto, cuando una chica nos atendió.

- Hola buenos días, queríamos hablar con el gerente por favor- le dije a la chica de
recepción.

- ¿Tienen cita?- no podía decirnos eso ahora. Necesitaba saber algo hoy.

- No- miré a Esme viendo en sus ojos el mismo temor que yo tenía- pero…podemos
esperar hasta que tenga un hueco. Mi nombre es Carlisle Cullen, soy socio del Club
de Paddle Florida- le dije entregándole una tarjeta

- Un momento por favor, déjeme hablar con él.

La chica se marchó, mientras nos ofreció esperar en la sala de espera. Al


momento apareció con un hombre, de mediana edad, canoso.

- Buenos días señores Cullen, por favor ¿Pueden acompañarme? Mi nombre es


George Cam- lo saludamos y ambos lo seguimos- Espero que no hayan tenido ningún
problema ayer con la chica que…- sin poderlo evitar le corté. No quería que se
hiciera una idea equivocada.

- No es eso, al revés, hemos venido para decirle lo contento que quedamos ayer
con…Bella- el hombre abrió sus ojos al máximo.

- Bella…- dijo aún sorprendido por haberla llamado por su diminutivo.

- Si, es una chica encantadora, y…es muy buena en su trabajo. El otro chico no es

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malo pero…no siente su trabajo igual.- apuntó Esme

- Bueno, mi hijo es…- Bien Esme has metido la pata al máximo, pensé en mi
interior por lo que me apresuré a arreglarlo.

- Es bueno también, pero…Bella es justo lo que necesitamos- le aclaré esperando


que hubiese servido- Sr. Cam, hemos venido pues…le queríamos hacer una oferta- él
nos miró extrañado- Verás, tenemos un hijo, Edward, que…hace un año, tuvo un
accidente de circulación. Está inmóvil en una cama.

- Lo siento mucho Sr. Cullen- no quería compasión por lo que proseguí.

- Según los informes médicos, tiene una lesión en varias vértebras pero…necesita
rehabilitación para poder moverse. Se ha sumido en una gran depresión y…lleva
más de un año empotrado en una cama. Hemos pensado que quizás Bella…

- Sr. Cullen, tenemos a profesionales más preparados que ella. Mi hijo ha hecho
varios masters…- Este hombre quería vendernos a su hijo, y todos los presentes allí
sabíamos que ese chico podría ser bueno en muchas cosas pero en dar
masajes…nada de nada

- No le discuto la validez de su hijo pero…- no me iba a andar por las ramas, si él


no aceptaba, contrataría yo directamente a la chica- esa chica, consiguió ayer que
tanto mi mujer como yo, estuviésemos como nuevos, cosa que su hijo no consiguió
en varias sesiones.

- Sr. Cullen quizás eso se deba a que ya llevaba varias sesiones. Le digo por
experiencia que los daños no se van con una sola sesión

- Confío en usted pero…queremos que sea ella- le acorté tajante.

- Está bien Sr. Cullen, solo le recomendaba por propia experiencia- se disculpó.

- Se lo agradezco. Estamos dispuestos a pagar lo que usted estime oportuno.


Queremos que vaya casi todos los días, si ella acepta claro- no habíamos tenido en
cuenta que Bella quizás podría negarse

- Por eso no habrá ningún problema. Ella es una trabajadora, tendrá que ir a
donde yo la mande- Genial este tío era un negrero.

- No dudo de su autoridad pero…no me gustaría que la chica fuera sin querer. El


trabajo no será fácil, mi hijo…está un poco reacio a hacer nada para mejorar su
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situación. Por favor…déjela elegir- el explotador suspiró y asintió.

- Debe haber llegado ya, voy a avisarla.

Llamó por teléfono a la chica que nos había recibido en la puerta, para
preguntarle si Bella había llegado. Al parecer si lo había hecho, por lo que mandó a
avisarla.

Bella no tardó ni un minuto en venir al despacho, al vernos estaba nerviosa.

- Hola Bella- Esme se acercó hasta ella y la besó en la mejilla. Ella estaba perpleja.

- ¿Ha ocurrido algo? ¿Se sienten bien?- se preocupó. Cuando fui a responder el
déspota me adelantó.

- Dínoslo tú- Bella nos miró asustada. Yo no la iba a hacer sufrir, ese hombre era
intragable.

- Bella, no ocurre nada- la tranquilicé- Al revés, hemos venido a proponerte algo-


ella suspiró aliviada y miró a su jefe con rabia sin darse cuenta. Eso me hizo sonreír.
Tenía carácter, un componente necesario para ayudar a mi hijo.

- Bella… ¿recuerdas que te pregunté ayer que habías estudiado y cuando me


contestaste me sorprendí?- ella asintió- Bueno pues…quiero explicarte el motivo.

RESUMEN ACONTECIDO

Cuando nos avisaron que Edward había tenido un accidente de tráfico, no nos lo
creíamos. Él siempre había sido muy responsable al volante, pero…lo que no
tuvimos en cuenta es que él no va solo por la carretera, por tanto eso le puede pasar
a cualquiera. El conductor de un camión se quedó dormido al volante, colisionando y
expulsando de la carretera al coche de mi hijo.

Edward no iba solo, iba con Sam Ulley, compañero de trabajo, y venían de un
juicio que se había celebrado en otra ciudad. Edward, al igual que yo, también era
abogado.

Pasó varios meses en coma, y pensamos que no saldría adelante pero finalmente
despertó. Sam no tuvo tanta suerte como mi hijo, muriendo en el acto el día del
accidente.

Todo esto supuso para Edward la muerte en vida. Se sentía responsable por lo que
- 14 -
había pasado, y se negó a someterse a ningún tipo de tratamiento para recuperar su
movilidad. Lo aceptó como castigo por no haber muerto junto a Sam.

Según nos comentaron los médicos, con rehabilitación podría recuperar la


movilidad en sus brazos y tronco, pero… para volver a caminar, se tendría que
someter a una difícil operación, de la cual el porcentaje de éxito era del 70%, por
tanto era un alto porcentaje.

Edward, no había querido oír hablar de recuperarse. Vivía sumido en una cama, la
cual no abandonaba para nada.

Jacob, un ATS especializado en casos como el de nuestro hijo, vivía con él, y lo
cuidaba. Excepto un día a la semana que libraba y algunas tardes o mañana, que lo
relevábamos para que hiciera su vida.

Habíamos intentado muchas veces, trasladar a Edward a casa, pero él se había


negado. Quería seguir viviendo en su apartamento.

Mi familia estaba destrozada. Esme, vivía para y por Edward, Alice, mi otra hija,
pasaba muchas horas con Edward junto a Jasper su marido y yo…yo me cambiaria
por él. No quería que mi hijo viviera así, era un infierno.

FIN DE RESUMEN

Después de contarle a Bella todo lo ocurrido a Edward llegó la pregunta más


temida.

- Bella… ¿te crees capaz de poder ayudar a nuestro hijo?- Ella nos miró una
expresión muy dulce en su cara, aunque con un poco de miedo.

Esme no se había confundido, esta chica era muy especial, independientemente de


lo que decidiese.

Ella miró a su jefe y finalmente contestó.

- Yo si me veo capaz, lo que no sé si soy la candidata idónea para ello. Sé que hay
compañeros más preparados…- Esme no la dejó terminar.

- Bella…queremos que seas tú, si tú quieres claro- Dijo Esme tomándole las
manos.

- Yo…si quiero. Claro que quiero. Ojala yo pueda ayudar a…Edward- al decir eso
- 15 -
Esme la abrazó.

BELLA

Cuando Leah me avisó que el Sr. Cam quería verme de nuevo en su despecho
bufé. ¿A dónde me iba a mandar hoy?

Desde que había estado trabajando, había tenido que cubrir a James en una casa
para la Tercera Edad, en un Club de motos y en el Club de Paddle, que hasta ahora
fue el mejor sitio, ¿A dónde me tocaría ir hoy?

Al entrar al despacho del Sr. Cam, me quedé estupefacta. Allí estaban el


matrimonio Cullen, ¿Les había ocurrido algo? ¿Estarían descontentos con mi
servicio? Unos nervios me recorrieron de arriba abajo. Cuando miré al Sr. Cam, me
miraba molesto.

- Hola Bella- Esme se acercó a mí y me besó en la mejilla. Eso ya si me dejó fuera


de juego. Si estuviera molesta conmigo no habría hecho eso ¿No?

- ¿Ha ocurrido algo? ¿Se sienten bien?- pregunté intentando averiguar lo sucedido

- Dínoslo tú- por la reacción del Sr. Cam, sabía que ocurría algo pero los Cullen
demostraban otra cosa, ellos me sonreían.

- Bella, no ocurre nada- me tranquilizó Carlisle- Al revés, hemos venido a


proponerte algo- sin poder evitarlo suspiré. No podía permitirme perder el trabajo
en ese momento. Sin evitarlo, miré con rabia al Sr. Cam, era repulsivo su
comportamiento.

- Bella… ¿recuerdas que te pregunté ayer que habías estudiado y cuando me


contestaste me sorprendí?- asentí- Bueno pues…quiero explicarte el motivo.

Cuando Carlisle me explicó el motivo, no pude evitar compadecerme de ellos.


Ahora entendía la tristeza de sus ojos, debían estar viviendo en un infierno. Su hijo,
con tan solo 27 años, empotrado en una cama, sin aliciente para vivir.

Pero…eso ¿Qué tenía que ver conmigo?

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

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Capitulo 3

Lo prometido es deuda, aquí os dejo el 3º capitulo. Espero que os guste

CAPITULO 3

- Bella… ¿Te ves capaz de poder ayudar a nuestro hijo?- Me preguntó Carlisle
angustiado, haciendo que una pena recorriera mi cuerpo.

Realmente no sabía si estaba preparada para eso. Era una responsabilidad muy
grande. Ese chico no querrá ni verme aparecer por allí pero…quería intentarlo,
necesitaba intentarlo.

Durante mis años de estudio, me había preparado para ello. Durante mis cinco
años de universidad, no solo había aprendido fisioterapia, también me habían
enseñado, psicología para tratar a un enfermo así.

Finalmente estaba decidido, intentaría ayudarlo.

Antes de decir mi respuesta, miré al Sr. Cam. Sabía que estaba molesto porque la
oferta fuera para mí, pero…no me importó.

- Yo si me veo capaz, lo que no sé si soy la candidata idónea para ello- Si no


funcionaba, no quería sentirme culpable, tenía que ser sincera- Sé que hay
compañeros más preparados…

- Bella…queremos que seas tú, si quieres claro- Me dijo Esme cogiéndome las
manos

- Yo…si quiero. Claro que quiero. Ojalá yo pueda ayudar a…Edward- Esme me
abrazó y yo no pude hacer más que devolverle el abrazo. Era una mujer muy dulce.

- Estupendo entonces…- dijo Carlisle- Me gustaría redactar un contrato de


exclusividad de Bella- al decir eso me sorprendí, aunque no más que el Sr. Cam-
Espero que no le importe Sr. Cam.

- No, claro que no, creo que es justo- sabía que por debajo de la mesa se frotaba
las manos pensando en el dinero que sacaría a los Cullen.

- Necesito que me diga a cuanto equivale, la jornada de trabajo de Bella, fuera de

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aquí de lunes a viernes.

Mientras ellos acordaban los términos del contrato, Esme me apartó de ellos.

- Bella…me gustaría que vinieras a cenar esta noche a casa ¿podrías?- ¿Yo? ¿A
cenar con ellos? Ella vio mi sorpresa y prosiguió- Mi hija Alice, viene esta noche con
su marido a casa y me gustaría que te conocieran, ella es la melliza de Edward.

- Si…claro por supuesto, me encantará- le sonreí. Era viernes y mañana no


trabajaba. Según Carlisle, quería que empezara el lunes, por tanto me vendría bien
conocer el entorno del chico y cosas sobre él. El trabajo no sería fácil.

- Si quieres…puedes decirle a tu novio que te acompañe- mi novio, ja, creo que esa
palabra no entraba en mi diccionario. A mi solo se acercaban patanes, por lo que
decidí tomarme un tiempo de reflexión.

- No Sra. Cullen…digo Esme- me sonrió agradecida- no tengo "novio"

- Pues si quieres venir con alguien no tienes ningún problema, puedes hacerlo-
Pensé en Emmet pero…preferí no hacerlo. Mi hermano y mi trabajo…era mejor no
mezclarlos si quería conservarlo.

- Gracias, pero…iré sola- le sonreí.

Cuando llegué a casa, almorcé algo rápidamente y me fui a descansar. Quería


estar despierta esta noche en la cena, ya que últimamente a las 22.00 estaba en la
cama escuchando mi Ipod medio dormida.

Cuando me desperté, recordé otro problema. ¿Qué ponerme? Fui hasta mi armario
y descubrí que hacía tiempo que no me compraba ropa.

Saqué varios vaqueros que tenía reservado para ocasiones "especiales" es decir, ir
al médico y por fin elegí unos oscuros. Ahora venía la segunda parte, que ponerme
por arriba. Casi toda mi ropa era oscura por tanto en color…no había mucho donde
elegir. Finalmente me decanté por un jersey negro con una cazadora negra también.

Cuando estuve lista, tomé mi bolso y me puse en marcha. Había acordado con
Esme que llegaría a su casa sobre las 20.30 y así fue.

Al adentrarme por aquel camino, creí que me había perdido, pero…no. Pronto
encontré un vallado y una placa que ponía "Casa Cullen". Presioné el porterillo con
cámara y la cancela se abrió.
- 18 -
Su casa estaba apartada del bullicio de la ciudad, en una zona boscosa.

Sabía que eran gente pudiente, adinerada, pero…esa casa me lo terminó de


confirmar.

Cuando llegué a la entrada principal con mi Chevy , es decir mi coche, Carlisle,


Esme, una chica y un chico me esperaban. Por suerte todos iban vestido de forma
informal, por lo que no me sentí fuera de lugar.

- Hola Bella, bienvenida a casa- me dijo Esme abrazándome.

- Hola- les dije tímidamente, bajando de mi tartana.

- Alice, Jasper, ella es Bella.- Los tres nos saludamos antes de entrar en la casa.

Entramos en la casa y no pude evitar sorprenderme. Por dentro era aún más
impresionante.

Esme me condujo hasta un salón donde nos sentamos Alice, Esme y yo, a charlar.
Alice era diseñadora de moda y tenía su propio estudio de diseño, Jasper era
arquitecto. Carlisle y Jasper charlaban de otros asuntos junto al ventanal.

- Bella…me alegro que hayas aceptado. Mi madre me ha contado que tienes unas
manos milagrosas- sonrió a la vez que yo me ruborizaba.

- Bueno…creo que Esme me ha sobrevalorado- sonreí.

- Bella…por favor, me dejaste como nueva en solo una sesión.

Pronto nos avisaron para cenar. En esta casa, había personal de servicio.

La cena fue muy agradable. Hablamos de muchos temas y también reímos. Alice
era una chica muy divertida. Eran una familia encantadora y se les veía muy unidos.
Lo peor fue cuando hablamos de Edward.

- Bella…queremos que te tomes tu tiempo para adaptarte a…Edward- me previno


Carlisle – Es un gran chico pero…ha sufrido mucho.

- Supongo, para nadie tiene que ser fácil perder una vida de la noche a la mañana.
Durante la carrera estudié un poco de psicología a la hora de afrontar enfermos con
traumas. Realmente nunca…he puesto en práctica estos conocimientos pero…

- 19 -
- Sabemos que lo harás genial- apuntó Esme- Eres una chica dulce, paciente,
bueno… mejor dicho muy paciente pues…con el jefe que tienes- rió, y yo puse mis
ojos en blanco. Que me iba a contar a mí de George Cam que no supiera.

- Intentaré hacerlo lo mejor posible. No quiero presionarlo. Sé que los primeros


días no me dejará acercarme a él, lo tengo asumido pero…estaré allí con él para que
se acostumbre a mi presencia- los cuatro me sonrieron a la vez.

- Pues la verdad es que Esme y Carlisle no exageraron cuando nos contaron como
eras- dijo Jasper- creo que se quedaron cortos en halagos- sin poder evitarlo me
volví a ruborizar. No estaba acostumbrada a tantas adulaciones.

Después de la cena, me contaron muchas más cosas sobre Edward. Le gustaba la


música, sobre todo clásica y tocar instrumentos, como el piano y la guitarra. Le
encantaba ir al teatro. Era aficionado a la lectura y le gustaba estudiar idiomas.
Odia la comida basura,- wow eso es imposible, ¿A quién no le gusta la comida
basura?-

Al final de la noche tenía la cabeza como un bombo de tanta información.


Realmente era la primera vez que sabía tanto de un paciente. Normalmente solo
sabía de ellos como se llamaba, para poder dirigirme a ellos pero…este caso era
especial, necesitaba saber de él para conseguir mi objetivo.

- Bueno…creo que…ha sido suficiente por hoy, vamos a asustar a Bella- rió
Carlisle

- Pienso lo mismo, además…estamos ocupando su tiempo libre- agregó Jasper

- No os preocupéis. Me ha gustado mucho cenar con vosotros, ha sido muy


educativo- todos sonrieron ante mi respuesta.

- Bella, el lunes te acompañaremos a casa de Edward. No vamos a avisarlo, es


preferible que te vea allí. Jacob, el chico que vive con él está avisado- yo asentí- Por
otro lado…Bella, hemos pensado que…queríamos pagarte a parte, de lo que te paga
ese…el Sr. Cam- se contuvo de decir una burrada.

- No- me precipité- no por favor. Yo ya tengo mi sueldo…

- Aún así Bella. Estamos muy agradecidos por darle a nuestro hijo esta
oportunidad- me dijo Esme.

- Es mi trabajo, me sentiría mal si lo acepto, por favor- por suerte aceptaron mi


- 20 -
petición. No podía aceptarlo, no sabía como iba a salir todo. Quizás, no conseguía
nada o desesperaba y me rendía antes de intentarlo, por tanto, no quería presiones.

Cuando nos despedimos, me dieron la dirección a donde me tenía que dirigir el


lunes. Sabía que iba a ser un día duro, pero…al menos no tendría que verle la cara
al fatigoso (Sr. Cam)

El resto del fin de semana, lo aproveché para hacer las tareas de la casa, que no
hacía de lunes a viernes, a parte de abastecer mi frigorífico.

Rosalie y Emmet me invitaron a cenar a nuestro restaurante favorito, el sábado


por la noche, ya que Emmet libraba. Él era policía, y Rosalie era recepcionista en un
prestigioso salón de belleza.

Yo accedí con una única condición, que dejasen de traerme citas sorpresas a la
cena. Últimamente, a cada cena que me invitaban, misteriosamente traían a un
chico con ellos. Rose añadía que pasaba mucho tiempo sola y que necesitaba
compañía, pero…ella no se daba cuenta que yo prefería estar así. Siempre había
pensado que el día que encontrase el amor, lo haría como todo el mundo, de forma
casual.

Por suerte, a esa cena, no trajeron a nadie.

Les conté mi nuevo reto, y ambos me miraron como si de una loca me tratase.

- Bella… ¿Estás segura de eso? Es muy duro y ese chico no…

- Lo se Emm pero…quiero intentarlo. No voy a perder nada por intentarlo

- Emm yo estoy con Bella. Además ese chico es inofensivo…- Rosalie siempre con
tanto tacto. Por eso era el alma gemela de mi hermano.

- Rose…eres…o mejor dicho te estás convirtiendo en mi hermano- le regañé

- Bella no he dicho nada malo- se excusó

- No Rose, lo que has insinuado ha sido mucho peor.

Aún así, ambos me apoyaron. Eran mi única familia en Florida, ya que mis padres
vivían en Forks.

Ambos eran mis mejores amigos y siempre podía contar con ellos.
- 21 -
No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

- 22 -
Capitulo 4

Aquí os traigo un nuevo capi… el encuentro entre Bella y Edward…

Os agradezco de nuevo a aquellas personas que me regalan unos segundos


de su vida para ponerme un comentario de lo que le ha parecido el capitulo.
Para mi significa mucho, y agradecer tambien a toda la gente que me ha
añadido a favoritos o me ha puesto en sus alertas.

Aprovecho tambien para invitaros a pasar por mi otro fic "La chica de
Forks". Es un fic divertido pero con su punto de drama.

CAPITULO 4

El fin de semana pasó volando, y por fin llegó el lunes.

Cuando me levanté dudé entre vestirme con ropa de calle o con ropa de trabajo,
pero…finalmente iría con ropa de calle, así lo asustaría menos.

Cogí mi maleta, donde llevaba todo lo necesario para realizar mi trabajo, toallas,
gel, aceites, aunque sabía que hoy no los usaría.

Cuando iba de camino a casa de Edward, el pié me temblaba en el acelerador.


Nada iba a ser fácil pero…esperaba que tampoco fuera muy difícil.

Cuando llegué, Carlisle y Esme ya me esperaban allí. Ambos estaban muy


sonrientes.

- Que tal Bella, ¿Preparada?- me preguntó Carlisle.

- ¿Prefieres la verdad o la mentira?- ambos sonrieron.

- Tranquila, sabemos que hoy…no será fácil.

El apartamento de Edward era el último. Era tan increíble como la casa de los
Cullen. Cuando llegamos, Jacob ya nos esperaba.

- Hola Jake- le besó Esme- Ella es Bella

Ambos nos saludamos, dándonos la mano.

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Jake era un chico joven, más o menos de mi edad. Era bastante guapo.

Esme y Carlisle entraron a la habitación de Edward, antes de hacerlo yo. Supongo


que iban a hablar con él. Mientras Jacob y yo esperamos en el salón.

- Edward…es un buen chico- me dijo- está pasando por…malos momentos…

- Si…lo sé- suspiré- Me gustaría hacerte una pregunta… ¿Puedo?- Jacob asintió-
¿como es tu relación con él? – sabía que eso no significaba nada, conmigo no sería
igual pero…quería tantear el terreno.

- Pues…no hay relación. Él acepta mi presencia porque sabe que soy necesario
para él. No se mueve, y me necesita para alimentarse y…para vivir- hizo una breve
pausa- muchas veces le cuento cosas, aunque no sé si realmente me escucha. Me
habla cuando es necesario.

- Gracias…- le dije, sin conseguir consuelo.

- Bella…tranquila, no estarás sola, yo te ayudaré- esas fueron las mejores palabras


que pude escuchar en ese momento, al menos tendría a alguien a quién agarrarme
cuando estuviera a punto de caerme.

Al rato Esme y Carlisle regresaron, intentando poner buena cara, aunque…sabía


que no había ido bien, invitándome a acompañarlos. Preferí dejar mi maleta en el
salón, en ese momento no me iba a hacer falta.

En el corto camino hasta esa habitación, quise huir. Un miedo tremendo se


apoderó de mí, ¿estaba preparada realmente para eso? No, nadie lo estaba, de eso
estaba segura.

Cuando entramos en la habitación lo vi y realmente fue impactante. Era un chico


guapísimo, con pelo cobrizo y la piel muy pálida a causa de su encierro. Su cuerpo
estaba cubierto hasta sus hombros con una manta. Estaba en una cama articulada
eléctrica, que incorporaba un novedoso sistema prevención de ulceras por
inmovilización.

Tenía la cara reclinada hacia el lado contrario a donde nos encontrábamos


nosotros, por lo que supuse que no quería mirarme.

- Edward…ella es Bella ¿No quieres mirarla?- le dijo Carlisle. Él no respondió

- Bella…Edward es un poco…tímido- dijo a modo de bromas, él seguía sin


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responder.

Tras un breve pero angustioso silencio, decidí intervenir.

- ¿Me podéis dejar a solas con él?- les pedí sabiendo que así no avanzaríamos
nada.

- Si, claro, nosotros ya nos íbamos. Nuestras obligaciones nos llaman- dijo Carlisle.

Ambos abandonaron la habitación, despidiéndose de su hijo besándolo en la


mejilla, aunque él seguía sin inmutarse.

Yo sabía que hablaba, pues Esme me había contado, y también sabía que cuando
algo no le gustaba o cuando se sentía molesto, no hablaba ni siquiera te miraba.
Como era el caso en este momento.

- Bueno…pues…creo que nos hemos quedado solos- le dije para romper el hielo- es
una pena que…no me mires…me sentiría mejor si…bueno…no siéntese que estoy
hablando para la pared- sonreí- Ya sabes como me llamo- había ensayado mucho en
el fin de semana pero…ahora me parecía que todas las cosas que tenía pensado
decirle, ninguna tenía sentido- te habrán contado tus padres que soy fisioterapeuta,
aunque la gente piense que me dedico a meter mano a los demás- sonreí- pero…no
los creas no es así. ¿Me pagarían si fuera así?- genial Bella estás haciendo un
monólogo sobre tu trabajo- Bueno…tienes una casa muy bonita- le dije para cambiar
de tema- la mía es…como tu habitación- ¿Qué más le decía? Tras una breve pausa
para tomar aire continué- Edward…sé o mejor dicho me imagino o eso intento, por
lo que estás pasando, pero…hay gente que te quiere ayudar. Yo nunca voy a hacer
nada que tú no quieras. No vengo a fastidiarte ni para hacerte sentir mal, eso es lo
último que haría en mi vida. Me encantaría ayudarte a recuperar movilidad y creo
que podemos conseguirlo juntos. Por mucho que yo haga, si tú no pones tu granito
de arena, no sirve de nada.

Él tal y como yo esperaba no respondió.

Sin decir más, me senté en un sillón que había allí. Quería que se acostumbrara a
mi presencia, a mi voz. Quería que no me sintiera como una amenaza.

Pasó dos horas y Jacob vino a ver que tal me encontraba.

- Hola… ¿interrumpo?- me sonrió

- No pasa por favor. Estamos teniendo conversaciones mentales- bromeé.


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- Ya decía yo que escuchaba mucho ruido. Pensé que habíais montado una fiesta
sin mí- por suerte, alguien entendía mis bromas. No sabía Jacob, como le agradecía
esos minutos de consuelo.

- Estábamos discutiendo si ir al cine o al teatro, pero…no nos hemos puesto de


acuerdo- seguí la broma mirando de soslayo a Edward. Quería saber si había algún
cambio en su expresión pero…nada.

- Vaya marcha ¿no?- rió- Bueno pues…yo vengo a desayunar con Edward y contigo
si se te apetece- tenía bastante hambre pero…no quería incomodar a Edward. Le iba
a dar una tregua de media hora para que desayunase tranquilamente sin mi
presencia allí. Eso era uno de los pilares, no forzar la máquina.

- Gracias pero…saldré un rato al salón. Estoy sufriendo por Edward, lleva varias
horas con el cuello en la mis postura y…le va a doler- no estaba mintiendo, su cara
solo miraba para el ventanal de su habitación.

Dicho eso salí para el salón. Un olor increíble venía desde la cocina y aproveché
para ir y desayunar algo.

EDWARD

Cada día que pasaba, era una tortura. ¿Por qué tenía que vivir así? ¿No era
suficiente el deseo de una persona para morir? Al parecer no.

A pesar de que Edward Cullen murió aquel 15 de noviembre en esa carretera, mi


cuerpo seguía funcionando.

Ese día como muchos otros, aparecieron mis padres por casa para visitarme.
Sabía que algo extraño pasaba, ya que nunca venían los días entre semana los dos
juntos, y menos a esa hora ya que ambos trabajaban.

- Hijo…queremos hablar contigo- comenzó mi padre. Bien Edward…nunca te


equivocas.

- Papá lo he pensado y no voy a irme de mi casa- si era eso, prefería terminar lo


antes posible.

- No es eso Edward. Entiendo que quieras vivir en tu casa y lo aceptamos- No


pude evitar de mirar a mi madre extrañado. Hace una semana no pensaban igual.

- Vale, ¿Entonces?- pregunté inquisitivo.


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- Edward…hemos encontrado a alguien que puede ayudarte a recuperar la
movilidad de tus brazos y tu cuerpo- la cosa iba de mal en peor, ¿Qué sería lo
próximo, que participara en los juegos paralímpicos?

- Papá, ya hablamos de eso. Os dije que no quería que nadie me ayudase así ni de
ninguna otra manera, creo que no me entendéis.

- Edward, el que no nos entiendes eres tú- me dijo mi madre enfadada- ¿no te das
cuenta que sufrimos de verte así?- por eso prefería morirme- Si realmente no
pudieras moverte no te daríamos falsas esperanzas pero sabemos que puedes y no
vamos a dejarte que vivas así ¿entiendes? Hemos encontrado a una persona que
puede ayudarte y no vamos a perder la oportunidad.

- ¿Por que no me dejáis decidir a mi que hacer con mi vida? Estoy cansado de que
todos opinéis y decidáis sobre algo que no os….

- No te voy a permitir que diga que no nos incumbe- me interrumpió mi padre- Por
Dios Edward, eres nuestro hijo. ¿Crees que vamos a tirar la toalla?- yo sabía que no.

- Carlisle vamos a buscar a Bella, estamos tardando mucho y…- ¿Bella? Genial,
ahora me había traído a una tipa, que vendría a sacarle el dinero con promesas que
nunca cumpliría

Ambos salieron de la habitación, dejándome con mis pensamientos. Ya tenía


decidido lo que iba a hacer, la ignoraría. No tardaría mucho tiempo en cansarse y
largarse con su cuento a otra parte

Giré mi cara hacia el lado contrario a la puerta, demasiado tenía con vivir esa vida
como para también tener que morirme de susto cuando la viera entrar. Pude
escuchar como unos pasos se aproximaban y como a continuación, un olor a fresias,
inundaba mi habitación. En ese momento quise girar mi cabeza para saber de donde
venía ese magnifico olor, pero me contuve.

No me ahoguéis, jejejeje. Animadme con vuestros coments y quizas esta


noche… haya regalito.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

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Capitulo 5

Soy muy pesada, lo sé pero millones de gracias por apoyar mi fic, no os


defraudaré. Aquí os dejo el siguiente capi.

N/A: todo lo que vaya entre "" será porque lo dice en otro idioma, en este
caso ella está aprendiendo español

CAPITULO 5

- Edward…ella es Bella ¿No quieres mirarla?- dijo mi padre como si nada hubiera
pasado hace unos minutos. No contesté.

- Bella…Edward es un poco…tímido- genial, ahora mi madre empezaba con las


bromas, pero los ignoré. Tras un breve silencio la chica habló por primera vez.

- ¿Me podéis dejar a solas con él?- estaba perdiendo su tiempo si pensaba que iba
a conseguir algo.

- Si, claro, nosotros ya nos íbamos. Nuestras obligaciones nos llaman- dijo mi
padre.

Ambos abandonaron la habitación, besándome en la mejilla a modo de despedida,


yo los ignoré, era mi mejor forma de demostrar que no estaba de acuerdo con todo
eso. En circunstancias normales, me habría levantado y me habría marchado, pero
dado a que no podía…la ignorancia era mi mejor arma.

- Bueno…pues…creo que nos hemos quedado solos- tenía una voz dulce- es una
pena que…no me mires…me sentiría mejor si…bueno…no sintiese que estoy
hablando para la pared- pude escuchar como sonreía- Ya sabes como me llamo. Te
habrán contado tus padres que soy fisioterapeuta, aunque la gente piense que me
dedico a meter mano a los demás- sonrió. ¿De donde había salido esa chica?-
pero…no los creas no es así. ¿Me pagarían si fuera así?- parecía tener una
conversación consigo misma, al menos era graciosa- Bueno…tienes una casa muy
bonita, la mía es…como tu habitación- yo seguí sin inmutarme y más de una vez,
quise cerrar los ojos para evitar mirarla, me estaba entrando curiosidad-
Edward…sé o mejor dicho me imagino o eso intento, por lo que estás pasando,
pero…hay gente que te quiere ayudar- parece que no sabía que no quería ayuda-. Yo
nunca voy a hacer, nada que tú no quieras. No vengo a fastidiarte ni para hacerte
sentir mal, eso es lo último que haría en mi vida- Pues si es así ¿Por qué no se

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marchaba?- Me encantaría ayudarte a recuperar movilidad y creo que podemos
conseguirlo juntos. Por mucho que yo haga, si tú no pones tu granito de arena, no
sirve de nada.

Sin decir más se sentó en el sofá de al lado de la mesa y comenzó a pensar. No


sabía en que pensaba pero estaba muy concentrada.

Era muy gracioso ver de reojo como la expresión de su cara iba cambiando con
sus pensamientos. Era una chica muy bonita y simpática pero…no me podía ayudar
o mejor dicho, no quería que lo hiciera. Me había tocado vivir así y así me quedaría.

Llevábamos dos horas en silencio y mi cuello ya me estaba empezando a doler de


tenerlo en la misma postura, cuando entró Jake.

- Hola… ¿interrumpo?- dijo Jake sonriéndole.

- No pasa por favor. Estamos teniendo conversaciones mentales- bromeó. Tenía


unos puntos muy buenos.

- Ya decía yo que escuchaba mucho ruido. Pensé que habíais montado una fiesta
sin mi- Jacob le siguió la broma, parecía estar más contento que otros días, al
parecer tener compañía femenina le había alegrado el día.

- Estábamos discutiendo si ir al cine o al teatro, pero…no nos hemos puesto de


acuerdo

- Vaya marcha ¿no?- rió- Bueno pues…yo vengo a desayunar con Edward y contigo
si se te apetece- bien…perdería el desayuno, no iba a dejar que nadie viera como
otro me tenía que alimentar.

- Gracias pero…saldré un rato al salón. Estoy sufriendo por Edward, lleva varias
horas con el cuello en la mis postura y…le va a doler- al escuchar eso, tuve que
contenerme por no reír. Estaba en lo cierto, mi cuello estaba en las últimas. Era muy
observadora.

Tras decir eso, salió de la habitación con lo que me relajé. Jacob salió un momento
y al segundo volvió con una bandeja con mi desayuno.

- Bueno…hoy tenemos algo especial. Huevos revueltos, zumo y café- rió.

- No es especial. Especial es un bollo de chocolate.

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- Edward…tú odias la comida basura, el bollo de chocolate lo es.

- Si pero siempre hay excepciones y el bollo de chocolate lo es- le dije.

- Entonces…quizás si bañamos a Bella en chocolate…podía ser la excepción ¿no?


–me dijo con mirada interesante.

- No, para eso no hay excepciones- le aclaré.

- Edward…no seas tonto, déjate ayudar. Puedes mejorar la calidad de vida, podrás
comer solo, podrás salir…- no lo dejé acabar.

- ¿Y quién dice que eso mejora mi calidad de vida? No quiero hacerlo Jacob, por
favor no insistas o haré contigo igual que con ella, ignorarte.

- Genial entonces…esa es la treta que usarás con ella ¿no? Pues siento decirte que
no sabes lo que te pierdes, es una chica muy guapa y…

- Jake para. Tus hormonas te traicionan.

- No es eso, o bueno, si puede ser que en parte sea eso pero…yo me refería a que
es una buena chica. Dejarte sobar por una chica así tiene que ser…- Jacob estaba
demostrando la teoría que tenía Bella sobre lo que pensaba la gente de su trabajo,
realmente era una chica muy interesante.

Las semanas pasaban y Bella seguía viniendo a verme como cada día.

Yo seguía en mis treces, me pasaba las horas mirando hacia la ventana, mientras
ella me leía el periódico comentando las noticias de un modo bastante divertido,
sabiendo que yo la escuchaba. Ella siempre lo sabía.

Nunca había estado tan al día como esas semanas. A la hora del desayuno, se salía
de la habitación, para darme intimidad, era muy considerada y eso era algo que le
agradecía, aunque fuera de una forma silenciosa

Hoy hacia dos meses desde que vino por primera vez a casa y vino cargada de
libros.

Yo seguía sin mirarla directamente, y aprovechaba cuando ella estaba


concentrada en algo para observarla más detenidamente.

Realmente Jacob tenía razón, Bella era una chica muy bonita.
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Tenía la piel blanca, como yo. De su pelo castaño, caían grandes ondas que le
daban un toque especial. Tenía unos grandiosos ojos color chocolate. Su boca era
preciosa. Su labio superior era un poco mayor que el inferior dándole un toque
especial.

Al mirarla pude ver como los libros que traía eran para aprender español y no
pude evitar sonreír sin que me viera.

- Bien, a ver Bella céntrate, vas a suspender lo tienes asumido pero…que mejor
forma de hacerlo que con dignidad- ella misma se animaba, era muy graciosa- ¿Qué
diferencia haya entre "vaca" y "baca"? yo las veo igual solo varía una letra- ¿Qué era
igual? Realmente si iba a suspender- "vaca" es un animal, es la hembra del toro.
Vale "vaca" "vaca" "vaca" "toro" Ya no lo olvido- Cerró sus ojos fuertemente
intentándolo grabar en su mente- Vale, ahora la frase. "El vaca corre por el bosco"-
sin poder evitarlo sonreí. ¿"El vaca corre por el bosco"? Esta chica iba a crear un
nuevo idioma, el span-english.- Si tanta gracia te hace me podrías decir como es- eso
me dejó fuera de juego, ella me había visto sonreír.

BELLA

Llevaba dos meses acudiendo a esa casa y no había conseguido avanzar nada.
Edward seguía sin mirarme, excepto varias veces que lo había pillado haciéndolo de
soslayo.

Había echo casi de todo. Leer el periódico de cabo a rabo en voz alta, con sus
consiguientes comentarios por mi parte, había puesto música clásica, etc y no había
conseguido nada.

Había pensado aprender a tocar la guitarra, quizás mostrara interés por


ayudarme pero…yo era demasiado desastre para conseguir que un instrumento
sonase bien, tocando yo las cuerdas. Finalmente decidí aprender español. En el
instituto había estudiado algo pero ya lo tenía olvidado. Me vendría bien y quizás
mostrase interés.

Una vez a la semana, me reportaba en la clínica, para comentarle mis avances al


Sr. Acelga (Sr. Cam), es decir ninguno. Al parecer estaba feliz de mi fracaso,
supongo que por dos motivos, el primero pues respaldaba su teoría de que James
era mejor que yo y segundo pues cobraba unas jugosas sumas a los Cullen, sin tener
gastos excepto mi sueldo.

La tarde antes de ir a casa de Edward, me hice con muchos libros de actividades.


Si eso no funcionaba, recurriría a los cursos por audio.
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Al día siguiente, llevé todos los libros a casa de Edward, así no tendría que ir
paseándolos, los dejaría allí.

- Bien, a ver Bella céntrate, vas a suspender lo tienes asumido pero…que mejor
forma de hacerlo que con dignidad- era mentira no tenía ningún examen, yo era mi
propia profesora, pero sabía que Edward me escuchaba- ¿Qué diferencia haya entre
"vaca" y "baca"? yo las veo igual solo varía una letra- eso si era verdad no lo
entendía- "vaca" es un animal, es la hembra del toro. Vale "vaca" "vaca" "vaca"
"toro" Ya no lo olvido- Cerré fuertemente mis ojos intentando asignar la imagen de
una vaca para la palabra "vaca"- Vale, ahora la frase. "El vaca corre por el bosco"-
no había sonado muy bien, yo lo sabía, pero sonó lo mejor había dicho en la vida
cuando vi que una sonrisa se escapaba de la boca de Edward.

Debía aprovechar la oportunidad para hacerle saber que lo había visto, debía
romper el hielo entre nosotros.

- Si tanta gracia te hace me podrías decir como es- al decirle eso se contrajo. Pude
saberlo por la expresión de su cara- "El vaco corre por el bosco"- volví a decir, pero
esta vez no hubo respuesta, pero para mi había sido suficiente con esa sonrisa, al
menos sabía que me escuchaba.

Ese día me fui un poco más feliz a casa. Después de casi dos meses, sin ni
siquiera, una muestra de interés…esa sonrisa había sido un gran soplo de aire para
mis viciados pulmones.

Esa tarde me dediqué a escuchar CDs sobre español. ¿Realmente eran tan malo
mi acento? No Bella malo no es, es horrible. Hasta Edward se rió de mí.

A la mañana siguiente, volví a mi trabajo, si podía llamarlo así.

- Hola Edward- le saludé como todas las mañanas sin recibir respuesta por su
parte, como siempre- que sepas que ayer en la tarde estuve escuchando CDs sobre
español. "La vaca corre por el bosque"- le dije muy segura de mi misma, él volvió a
sonreír pero esta vez no ocultó su sonrisa, y casi me da un infarto. Tenía una sonrisa
preciosa y no entendía por que trataba de ocultarla.

Fui hasta la mesa para dejar mi bolso y vi mi cuaderno de actividades abierto por
donde lo dejé el día anterior, con anotaciones en los márgenes. Sin poder evitarlo
miré a Edward incrédula. No, no era posible, Edward no podía escribir, él no podía
mover sus manos.

Seguro que había sido Jacob, que lo habría visto y le habían dolido los ojos ante
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tremendas burradas.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

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Capitulo 6

Millones de graciar por todas las alertas, los review y el apoyo que me
habeis brindado. Os dejo el siguiente capi.

CAPITULO 6

Cuando Jacob, le trajo el desayuno a Edward, aproveché para agradecerle delante


de Edward.

- Jake…gracias por ayudarme con mis ejercicios de español- le sonreí.

- No me las des a mí. Yo solo escribí- al decirme eso jadeé- No entiendo ni papa de
español- me dijo señalándome a Edward con la cabeza.

- Mmm...- no sabía que decir me había quedado sin habla- gracias Edward…sé que
soy patética con el español- él no me respondió aunque si supe que me había
escuchado. Volví a mirar a Jake que aún estaba con la bandeja en sus manos- Ups
perdón, el desayuno se enfría, voy a tomar algo.

Salí de la habitación aún sin saber que hacer. ¿Había puesto a Jacob a escribir las
anotaciones en el cuaderno? Por suerte, había salido con el cuaderno en mis manos.
Lo abrí rápidamente y leí las acotaciones detenidamente. Sin más demora, saqué mi
móvil del bolsillo trasero de mi pantalón, sabía de alguien que se alegraría mucho de
eso.

- Hola Bella ¿Pasa algo?- me respondió Esme.

- No, bueno si, pero…no es nada malo- me estaba liando hasta yo- Esme, quizás
exagero mi alegría pero… Edward…ha corregido mis ejercicios de español sin yo
pedírselo- Esme se quedó muda- ¿Esme?- verifiqué que no se hubiese cortado la
conexión.

- Si, es…que…estoy emocionada- la voz de Esme sonaba entrecortada

- Si, bueno…es un avance. Ayer…se rió de mi acento español.

- Bella…eso es…increíble. Créeme hace mucho que no veo sonreír a mi hijo- ¿no?-
Cuando se lo diga a Carlisle se pondrá muy contento. Gracias Bella, sabemos
que…no está siendo fácil- realmente no lo estaba siendo pero con una sonrisa de él,

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era suficiente

Cuando Jacob salió de la habitación, aproveché para preguntarle.

- Jake…me puedes contar como fue que…- él sabía a que me refería.

- No te lo dije cuando llegaste pues quería darte la sorpresa. Ayer por la tarde,
Edward me pidió que escribiese unas anotaciones. Al parecer estuvo pendiente a tu
clase de español- me sonrió.

- No sabes como me alegra eso. He estado a punto de abandonar, rendirme.

- No lo hagas Bella, sé que…lo vas a conseguir- cuando me dijo eso me tomó las
manos- lo estás haciendo genial- sin saber porqué lo abracé. Bueno…realmente si lo
sabía, lo necesitaba, necesitaba que alguien lo hiciese. Él me apretó entre sus
brazos

Al momento algo nos alertó. Edward llamaba a Jacob y no era nada normal en él,
sobre todo si yo estaba delante. Nunca había escuchado su voz.

Ambos nos miramos asustados y corrimos hasta la habitación.

Edward estaba rojo y respiraba con dificultad. ¿Qué le pasaba?

- Edward, tranquilo- Jacob buscó algo en la mesita de al lado de la cama de


Edward y al momento lo sacó. Era una mascarilla- Bella necesito que me ayudes,
debemos incorporarlo.

Sin pensarlo dos veces, accioné el botón de la cama eléctrica, para que bajara
hasta mi altura. Retiré la manta que cubría su cuerpo y pegué mi pecho al suyo,
entrelazando mis manos por detrás de su espalda para evitar hacerle daño. Después
tiré de él suavemente hasta incorporarlo quedando su pecho con respecto a sus
piernas en ángulo recto.

Jacob, le colocó la mascarilla y con un nebulizador le administró la dosis necesaria


para estabilizarlo.

- Edward, aspira- al decirle eso, pude notar como Edward aspiraba con fuerza,
Jacob repitió la acción de nuevo.

Yo seguía abrazada a Edward para tenerlo incorporado. Tras dos intensos minutos
Jake me volvió a hablar.
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- Bella…ya puedes ponerlo de nuevo en la cama- me susurró Jacob al ver que me
había quedado petrificada

Lentamente, fui depositando a Edward sobre la cama, notando en mi pecho como


su respiración se calmaba. Después me aparté de su lado.

Esa fue la primera vez que nos miramos frente a frente. Sus ojos reflejaban dolor y
miedo, los míos angustia y terror. ¿Qué me pasaba? Había hecho prácticas en un
hospital y había visto casos extremos, ¿Por qué este me dolía como ninguno otro
anterior?

- Disculpadme voy a…beber agua- tras eso salí rápidamente de la habitación.

EDWARD

Después de la demostración de Bella, sobre su conocimiento de español, decidí


ayudarla. Se había llevado toda la mañana para hacer dos paginas de su cuaderno
de actividades, y viendo como decía "El vaca corre por el bosco" supuse que en las
actividades habría más cosas como esas y no me equivoqué.

Jacob me colocó el cuaderno para que pudiera verlo. Hacía bastante tiempo que
no leía y me gustó recordar la sensación.

La tarde pasó rápidamente repasando las actividades de Bella. Hacía tiempo que
las horas no pasaban tan deprisa.

Esa noche…dormí placidamente después de muchos meses, incluso soñé. Lo hice


con ella, con su risa, con su voz, con su aroma.

Cuando desperté a la mañana siguiente, lo hice con una sensación buenísima.


Había descansado como nunca, a parte…sabía que en pocas horas iba a volver a
verla. ¿Sería ese sentimiento bueno?

Cuando llegó, mi habitación se volvió a inundar de su aroma fresco de rosas.

- Hola Edward- su voz era pura melodía para mis oídos- que sepas que ayer en la
tarde estuve escuchando CDs sobre español- dijo orgullosa de si misma-. "La vaca
corre por el bosque"- comentó decidida y con un perfecto español. Sin poder ni
querer evitarlo sonreí ¿Qué tenía esa chica que me hacía sentir tan bien?

Cuando se dirigió hacia la mesa, la seguí con la mirada para ver su reacción. Era
una chica muy expresiva y no me equivoqué. Tomó su cuaderno casi con la boca
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abierta y lo ojeó por encima. Cuando supe que me iba a mirar, retiré mi vista.

Después de mirarme a mí con los ojos como platos, giró su vista hacia la puerta.
Supongo que se pensó que fue Jacob quién le repasó la tarea.

En ese momento Jake entró en la habitación con mi desayuno.

- Jake…gracias por ayudarme con mis ejercicios de español- le regaló una sonrisa
preciosa.

- No me las des a mí. Yo solo escribí- al decir eso, Bella jadeó- No entiendo ni papa
de español

- Mmm...- Bella se había quedado sorprendida, tras unos segundo se dirigió a mi-
gracias Edward…sé que soy patética con el español- Quise responderle, quise
decirle que no lo era, pero…mi interior no me dejaba hablar, esta vez no era yo el
que me silenciaba, era mi corazón.- Ups perdón, el desayuno se enfría, voy a tomar
algo.- tras eso se marchó de la habitación.

Quise decirle que no se fuera, que no me importaba que estuviera allí mientras yo
desayunaba, que la echaba de menos cada minuto que se mantenía lejos de mí, pero
me abstuve.

- Lo siento, hoy tampoco hay bollos- rió Jacob- hoy tenemos macedonia de fruta,
zumo y café.- mi mirada aún estaba en la puerta- Bueno…creo que la has
sorprendido- dijo siguiendo mi mirada, yo preferí no contestarle.

Tras darme el desayuno, Jacob se fue a la cocina para llevar la bandeja.

Al momento comencé a sentirme un poco mal. Me costaba respirar, notaba como


el oxigeno no llegaba a mis pulmones. El miedo me paralizó. Necesitaba
incorporarme pero… ¿Cómo? Estaba postrado en esa maldita cama sin poder mover
siquiera un dedo.

Apuré mi ultima burbuja de oxigeno para llamar a Jacob, si no se enteraba estaba


perdido.

- Jacob, Jacob- medio grité.

No pasó ni dos segundos cuando tanto Jacob como Bella vinieron en mi ayuda

- Edward, tranquilo- me dijo Jake buscando mi mascarilla de la mesita contigua a


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mi cama- Bella necesito que me ayudes, debemos incorporarlo.

Bella sin pensarlo hizo lo que Jacob le ordenó. Bajó mi cama para quedar a su
altura, retiró mi manta y me abrazó para poder pasar sus manos por mi espalda. En
ese momento odie no poder respirar.

Suavemente tiró de mí colocándome casi sentado en la cama, sujetado por sus


brazos.

Jacob me colocó la mascarilla y con un nebulizador me administró la dosis


necesaria para abrir mis vías respiratorias devolviéndome así la capacidad de
respirar.

- Edward, aspira- en ese momento aspiré con fuerza, entrando una gran cantidad
de oxigeno mezclado con el salbutamol y un aroma a fresias. Bella seguía abrazada a
mi, pudiendo notar en mi pecho los acelerados latidos de su corazón- Bella…ya
puedes ponerlo de nuevo en la cama-le susurró Jake para tranquilizarla. Se había
quedado petrificada.

Lentamente, fue depositándome sobre la cama, con una dulzura increíble.


Paulatinamente se apartó de mi lado, haciendo que nuestras miradas se encontrasen
y se mirasen como nunca antes. Intenté no trasmitir en mis ojos el miedo y el dolor
de que tuviera que presenciar mis miserias pero supe que no lo había conseguido al
ver angustia y terror en los suyos.

- Disculpadme voy a…beber agua- al decir eso se marchó. Había pasado un mal
rato aunque había sabido responder, se veía que estaba preparada.

En ese momento me sentí el ser más egoísta del mundo. Si pudiera moverme,
aunque solo fueran las manos, no les haría sufrir de esa manera. Podría defenderme
en lo básico. Sabía que tenía que replantearme mi decisión pero…tenía tanto
miedo…

Tras un rato Bella volvió a la habitación mucho más calmada. Sus mejillas volvían
a tener ese color rosado de siempre.

Esta vez no aparté mi mirada de ella, ya no tenía sentido. Ella me miró y me


sonrió.

Pd: Si puedo esta noche os dejo otro capi.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?


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Capitulo 7

De nuevo mil gracias. Os dejo el siguiente capi

CAPITULO 7

- Bueno… ¿Por donde iba?- hizo como si nada hubiese ocurrido, tomando su
cuaderno de español- Si es verdad "El perro canta opera"- Al decirlo me miró
extrañada- "¿El perro canta opera?" ¿Eso es posible?- rió.

- Bella- la llamé, ella se sorprendió- Gracias por lo de antes- proseguí. Ella se


quedó sin saber que decir, no se esperaba que le hablase.

- Edward…no tienes que dármelas- un brillo especial se encendió en sus ojos-


Gracias a ti por hablarme, realmente…creí que me estaba convirtiendo en
monologuista- sin poder evitarlo le sonreí.

La hora de marchase estaba próxima y eso me producía un gran dolor. A ello


había que añadirle que hoy era viernes y que hasta el lunes no volvería a verla.

Cuando estaba recogiendo sus cosas sonó su teléfono. Ella miró la pantalla y
sonrió.

- Hola Emm- ¿tenía novio?- ¿A cenar?- hizo una pausa para escuchar- No me
apetece salir mañana, tengo cosas que hacer en casa- cuando puso los ojos en
blanco no pude evitar sonreí, sus expresiones eran dignas de ser grabadas- Si lo sé,
soy una aburrida, no tengo vida social, ¿Algo más hermanito?- era su hermano. ¿Por
qué me sentía aliviado?- Ya te llamo mañana.

Siguió recogiendo sus cosas mientras pensaba. Durante este tiempo había
aprendido que significaba cada expresión de su cara, y la de este momento era
pensativa.

- Bueno…creo que es hora de marcharme- me sonrió- ¿De verdad te sientes bien?

- Si, no es la primera vez que me pasa. Siento que hayas tenido que verlo- aparté
mi mirada de ella.

- Edward…no lo sientas. Me gustaría ayudarte, podíamos solucionar parte de ese


problema- Bella se acercó hasta mi cama- ¿No te gustaría poder alimentarte solo?

- 39 -
¿No te gustaría ser capaz de incorporarte cuando te hiciera falta?- claro que si
quería, ojala ese accidente no nos hubiese destrozado la vida ni a mi ni a Sam- Yo
puedo ayudarte a conseguirlo. No te puedo prometer que sea fácil, pero…si que voy
a estar a tu lado- ¿por que me gustaban las palabras que me decía? ¿Por qué quería
confiar en ella?- Piénsatelo en el fin de semana. Si es que si te ayudaré, poco a poco,
sin agobios. Si por el contrario es que no, lo entenderé y no volveré- no quería que
se marchara para no volver, quería seguir viéndola, necesitaba verla-. Me rendiré y
habré fracasado en mi intento. Piénsalo.

Tras decir eso se marchó.

¿Realmente me merecía otra oportunidad? ¿Debía luchar por vivir de nuevo?

BELLA

Cuando me recuperé del susto, volví a la habitación de Edward. ¿Estaba


preparada para desempeñar este trabajo? A estas alturas lo estaba dudando. Había
pasado un mal rato, que me costaría olvidar.

Ya en la habitación, Edward me miraba de frente. Esta vez no me esquivaba la


mirada y eso me hacía estremecerme.

Tenía unos preciosos ojos verdes, que eran dos luceros.

Intenté volver a la normalidad, tomando mi libro.

- Bueno… ¿Por donde iba?- por tus ojos, quise decir- Si es verdad "El perro canta
opera"- al leerlo quise reírme- "¿El perro canta opera?" ¿Eso es posible?- finalmente
lo hice.

- Bella- me llamó y yo me sorprendí. Nunca se había dirigido a mi - Gracias por lo


de antes- si antes me deslumbró con su mirada, ahora lo hacía con su voz. ¿Por qué
era tan perfecto?

- Edward…no tienes que dármelas- al final mi madre iba a tener razón y de las
malas experiencias siempre se sacaba algo bueno- Gracias a ti por hablarme,
realmente…creí que me estaba convirtiendo en monologuista- él me sonrió y ese fue
el mejor premio que me podía dar.

Quería mirarlo todo el día, pero la hora de mi marcha se acercaba. A mi no me


hubiese importado quedarme todo el día, pero suponía que Edward estaba deseando
librarse de mí.
- 40 -
Al momento mi teléfono comenzó a sonar, era Emmet.

- Hola Emm- Edward me miró

- Ey Bells, me tienes abandonado. Ya que no me llamas…he decidido dar el paso.


¿Vienes con Rose y conmigo a cenar mañana?- era verdad que hacía día que no
llamaba a mi hermano pero…no había tenido tiempo.

-¿A cenar?

- Claro Bells a comer, ya sabes eso que solemos hacer tres veces al día por lo
menos- bien mi hermano estaba chistoso y no podía responderle en condiciones.
Edward estaba pendiente de mi conversación.

- No me apetece salir mañana, tengo cosas que hacer en casa- dije a modo de
excusa sabiendo que a Emmet no le serviría.

- Es verdad que tu casa es Buckingham Palace. Bella, definitivamente Rose tiene


razón. Te estás haciendo vieja. No sales, no te relacionas… ¿vas a vivir siempre así?

- Si lo sé, soy una aburrida, no tengo vida social, ¿Algo más hermanito?

- No Bella, me doy por vencido, cuando quieras verme me llamas- finalmente


Emmet se había molestado. Tendría que hacer el esfuerzo.

- Ya te llamo mañana- le dije antes que me colgara.

Cuando colgué me sentí mal. Mi hermano siempre se preocupaba por mí, sabía
que hacía todo eso para vernos al menos una vez a la semana, y debía colaborar.

Ya había terminado de recoger todo cuando volví a mirar a Edward.

- Bueno…creo que es hora de marcharme- le sonreí- ¿De verdad te sientes bien?-


cada vez que lo miraba me acordaba del susto que habíamos pasado.

Supuse que no me respondería, como las veces anteriores pero me equivoqué.

- Si, no es la primera vez que me pasa. Siento que hayas tenido que verlo- su
mirada se volvió triste y volvió a mirar hacia el ventanal. No quería que diésemos un
paso atrás, había conseguido que me hablara, que me mirara y no quería que lo
dejase de hacer.

- 41 -
- Edward…no lo sientas. Me gustaría ayudarte, podíamos solucionar parte de ese
problema- me acerqué a su cama- ¿No te gustaría poder alimentarte solo? ¿No te
gustaría ser capaz de incorporarte cuando te hiciera falta? Yo puedo ayudarte a
conseguirlo- necesitaba ganarme su confianza- No te puedo prometer que sea fácil,
pero…si que voy a estar a tu lado- Siempre que él quisiera iba a estar allí- Piénsatelo
en el fin de semana. Si es que si, te ayudaré poco a poco, sin agobios. Si por el
contrario es que no, lo entenderé y no volveré- eso me daba angustia. ¿Realmente
sería capaz de no volverlo a ver? Nunca me había sentido así, eso era ¿Bueno o
malo?-. Me rendiré y habré fracasado en mi intento. Piénsalo.

Al decirle eso me marché. Me despedí de Jacob que estaba preparando el


almuerzo para Edward. Por suerte no me preguntó nada de cómo había ido, ahora
mismo no sabría que contestarle

La tarde del viernes se me hizo de chicle. Mi casa era demasiado pequeña para
tenerme entretenida tanto tiempo.

Decidí ir a dar un paseo por la playa para intentar relajarme, pero fue inútil. No
podía olvidarme de Edward. ¿Había sido buena idea saber tanto de él? Edward no
era más que mi paciente pero… ¿yo lo veía como tal? Definitivamente no. Yo no
consideraba a Edward como tal, no me podía engañar. Aunque apenas habíamos
hablado…eso no significaba nada. Me había involucrado demasiado en su vida.

El sábado por la mañana me levanté triste. No iba a verlo hasta el lunes y eso era
mucho tiempo. ¿Y si iba a su casa para interesarme como estaba? Quizás le
molestaba. Bueno pero si pasaba unos minutos…no tendría porqué ¿No? Decidido,
iría como si fuera de paso.

Me levanté rápidamente, desayuné algo y busqué algo que ponerme.

Finalmente Rose tenía razón, debía cambiar mi vestuario urgentemente. Por


suerte, entre la ropa que hacía años que no me ponía encontré una sudadera roja,
que aunque no era nada el otro mundo, no era negra. La acompañé con unos
vaqueros y me di por satisfecha

Cuando llegué al portal de Edward, dudé si era o no oportuna mi visita. Cuando


casi me iba a dar la vuelta para coger mi coche arrepentida, me encontré con Alice.

- Bella… ¡Qué sorpresa!- me sonrió- ¿También trabajas los sábados?

- No, solo…pasaba por aquí y…quise pasar para ver como se encontraba Edward
después de lo de ayer- me excusé.
- 42 -
- Te llevaste un gran susto ¿verdad? Jacob nos lo contó- Al ver mi inseguridad me
preguntó- ¿Subimos?- finalmente asentí, ya me había visto.

Llamamos al timbre y nos abrió Carlisle ya que hoy era el día de descanso de
Jacob.

- Hola papá- entró Alice besándolo, yo me quedé en la puerta sin saber que hacer.

- Bella… ¡qué sorpresa!- era la segunda vez que escuchaba eso en la mañana

- Si, bueno he salido de compras y…pasé por aquí…

- Pasa por favor, me alegra verte- parecía sincero

- ¿Que tal está Edward?

- Está bien. Bueno…eso le ocurre de vez en cuando. Por favor pasa, él no te


espera.

Carlisle me acompañó hasta la habitación de Edward. Cuando llegamos vi a Alice


tumbada en la cama con Edward. Ambos hablaban cariñosamente.

- Edward…tienes visita- al decirle eso Edward miró extrañado hacia mi dirección,


al verme se sorprendió.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

- 43 -
Capitulo 8

De nuevo mil gracias. Os dejo el siguiente capi. Espero poder actualizar de


nuevo esta noche.

FELIZ DÍA DE LA HISPANIDAD Y FELICIDADES A TODAS LAS "PILARES"

CAPITULO 8

- Buenos días…pasaba por aquí y…

- Hola Bella- Edward ¿se alegró de verme? Tanto Carlisle como Alice se
sorprendieron que me hablara y se mostrara "feliz"

- ¿Qué tal te encuentras?- se pregunté para romper el hielo

- Bien…solo que…hoy me ha salido un duendecillo en la cama- dijo sonriendo a su


hermana. Una sonrisa floja se escapó de mi boca.

- Alice… ¿puedes acompañarme al salón? Quiero hablarte de algo- Le dijo Carlisle


¿Nos estaban dejando solos?

Alice se bajó de la cama de un salto y besó a Edward en la mejilla antes de salir. A


mi me dio una tierna caricia en la mejilla.

- Yo…no quería molestar- me precipité a aclarar- mejor me voy, no quiero


interrumpir nada- cuando me di la vuelta para irme, Edward me llamó

- Bella…no te vayas- al decirme eso me quedé paralizada en la puerta- no


molestas, me alegro que hayas venido a verme- cuando me giré vi una sonrisa en su
rostro- ya tengo la respuesta para tu pregunta de ayer- sin poder evitarlo tragué
hondo.

- Bueno…creo que me ha durado poco el trabajo- sonreí nerviosamente, Edward


me acompañó con su cálida risa.

- Te propongo algo- le miré extrañada- acepto tu ayuda y tú aceptas la mía.

- No te entiendo- me gustaba este Edward, que digo me gustaba, me volvía loca.

- 44 -
- Yo hago que conserves tu trabajo y tú me dejas que te enseñe español- al
decirme eso comencé a reír

- No es justo así como lo planteas. De esa forma yo siempre salgo beneficiada, no


es un trato justo- Edward soltó una carcajada.

- Acepto sugerencias- dijo con una sonrisa torcida que era más que irresistible.

- Tú me ayudas con mi patético español y yo te ayudo a que puedas desenvolverte


solo- Edward puso cara pensativa y por un momento pensé que iba a rechazar mi
propuesta, que era igual que la suya pero con otro nombre

- Me parece justo, acepto- suspiré de alivio y Edward me escuchó- siento no poder


sellar nuestro trato con la mano pero…- estaba bromeando, era mejor de lo que
pensaba.

- ¿Me permites que te ayude a sellar el pacto? No me fío de ti- le sonreí y él


asintió.

Edward tenía sus manos, por debajo de su manta, por lo que la descorrí lo
suficiente para sacar su mano, la cual posteriormente estreché.

Ese momento fue indescriptible. Su calidez, su tacto,…todo eso hizo que mi


corazón bombardease a una velocidad de vértigo.

- El trato está sellado, Sr. Cullen no hay vuelta atrás- una enorme sonrisa apareció
en mi boca.

- Lo mismo le digo Sra...- no sabía mi apellido.

- Swan- le aclaré- Bueno… ¿Cuándo empezamos?- me froté las manos.

- Cuando quieras- me dijo muy decidido y no sabía que había sellado su perdición.

- Perfecto… ¿Puedo cambiarme en ese baño?- Edward abrió los ojos al máximo por
la sorpresa.

- Bella…hoy es tu día libre- me recordó, a parte de poner una excusa que no le


serviría de mucho.

- ¿Puedo?- le dije ignorando lo que me había dicho, finalmente asintió con una
sonrisa.
- 45 -
Cogí mi maleta que había dejado en un rincón de la habitación el primer día y
tomé mi uniforme. Genial, era el rosa.

Cuando salí de nuevo a la habitación, Edward tenía los ojos cerrados. Supuse que
estaba nervioso.

- Bueno…hoy solo voy a estudiarte un poco- le aclaré para intentar calmarlo-


necesito tocar varios puntos de tu cuerpo- él asintió- Espero que no te importe que
te meta mano- le sonreí.

Empecé por sus brazos para no intimidarlo.

Tomé su brazo izquierdo y lo palpé desde los hombros hasta los dedos de su mano.
Coloqué la palma de su mano apoyada en mi hombro para ver si era capaz de
mantenerla sin se cayera, y no fue posible. Repetí lo mismo con el derecho y este no
se cayó aunque no podía moverlo.

Enlacé sus dedos con los míos y le pedí que intentara mover sus dedos. Apenas se
movían pero si podía detectar movimiento de las articulaciones, lo que era un gran
paso, había movilidad pero no respuesta.

Tomé de mi maletín un bolígrafo, el cual pase por sus brazos, para ver si tenía
sensibilidad y fue positivo. Edward podía notar el paso del bolígrafo por ellos.

El siguiente lugar para examinar era la espalda, pero yo sola no podía sujetar su
cuerpo y hacer el estudio. Recordé que Jacob no estaba por lo que bufé.

Esta era una oportunidad única, Edward me estaba dejando estudiarlo sin ninguna
restricción, aún sabiendo que para él no era nada fácil, por lo que decidí ir a pedirle
ayuda a Carlisle.

- ¿Me esperas un segundo?- Edward me miró sin comprender.

Salí corriendo de la habitación, cuando llegué al salón vi a Carlisle y a Alice


sentados, mirando hasta mi posición asombrados.

Por un momento, creí que me había olvidado de ponerme alguna parte de mi


uniforme, por lo que me miré para verificar, después me di cuenta que era eso, mi
uniforme, y solo significaba algo.

- Edward me ha dejado hacerle un estudio pero…necesito ayuda. No puedo


moverlo sola para mirarle la espalda- Carlisle se levantó rápidamente sin decir nada,
- 46 -
sus ojos estaban vidriosos de la emoción, y me acompañó seguido de Alice.

Cuando entré en la habitación, Edward miraba ansioso para la puerta, al verme


entrar con el padre lo comprendió.

- Carlisle, necesito voltearlo- Edward cerró sus ojos fuertemente-


Edward…tranquilo. Si no quieres que te volteemos puedo hacer el estudio
incorporándote como ayer, no quiero que te angusties, recuerda…nunca haré nada
que no quieras- Edward abrió los ojos y me miró sonriéndome.

- Estoy bien, hazlo como necesites- Eso me alivió.

Volví a bajar la cama hasta mi altura, retirando las sábanas que recubrían su
cuerpo. Por suerte llevaba puesta una camiseta blanca y un pantalón de pijama

Le indiqué a Carlisle que se situara a un lado de la cama, mientras yo estaba en el


otro. Antes de moverlo quería comprobar el estado de su cuello, aunque si había
podido soportar un mes mirando para el ventanal durante 7 horas…podría soportar
un rato estar doblado.

Le hice unas palpaciones en su cuello, con su mirada perdida en mi cara, lo que


me ponía muy nerviosa. Este chico no era consciente del poder que tenía su mirada,
era capaz de derretir cuan glacial más grande existente en la tierra.

- Edward…voy a quitarte la camiseta ¿te importa?- siempre le pedía permiso para


cualquier paso que fuera a dar. No quería hacerlo sentir incómodo.

- Puedes hacerlo. Por cierto- dijo acercando su boca a mi oído- no hace falta que
me pidas permiso para cada paso que des, confío en ti- eso hizo estremecerme,
aunque me controlé para que no fuera perceptible.

Tras verificar que estaba correcto, Carlisle y yo, procedimos a colocarlo boca
abajo, sin ningún esfuerzo, ya que juntábamos su fuerza con mis conocimientos.

Al tocar los músculos de su espalda entendí que años atrás Edward había
realizado bastante deporte, pues…aunque su tonalidad y masa muscular había
disminuido por su inmovilización, podía haber sido mucho peor.

Tenía varias contracturas en la espalda que no eran preocupantes. Bajé hasta la


zona lumbar, que era donde tenía la lesión vertebral. Palpé cuidadosamente y a
simple tacto no se apreciaba nada, cosa que era importante ya que significaba que
la lesión no era definitiva.
- 47 -
- Carlisle… ¿tienes las placas que le sacaron a Edward en el hospital?- él asintió-
necesitaría verlas.

Rápidamente, Carlisle salió de la habitación para ir a por ellas. Mientras masajeé


la espalda de Edward para delimitar las zonas contracturadas.

En dos minutos Carlisle me entregó una bolsa repleta de radiografías, escáneres y


TACs.

Por suerte tenía un gran ventanal, donde pegaría las radiografías para poder
estudiarlas.

Cogí cinta de esparadrapo y fui colgando las placas en el cristal.

Alice y Carlisle me miraban sorprendidos. Edward miraba para el lado contrario


por lo que no sabía lo que estaba haciendo.

- Vale, necesito estudiar antes de tocar para evitar provocar una lesión. Edward
tiene la lesión en varias vértebras lumbares, exactamente en la L-2, L-3 y L-4, es
decir en tres de las cinco que componen la zona lumbar. Tiene una fractura por
luxación por lo que…para recuperar la movilidad de las piernas, debe someterse a
una intervención para practicar una fijación interna intentando corregir la vértebra
deformada y obtener una estabilización sólida.

- Y… ¿Bella tu crees que es…?- Carlisle no quiso terminar de decir la frase.

- No soy cirujana ni traumatóloga pero…estoy casi segura. Lo he visto en otros


casos, que colocan una fijación de titanio y recuperan el 80 % de la movilidad.

- ¿80 %?- preguntó Alice curiosa- ¿Qué pasa con el 20 % restante?

- Alice, las vértebras lumbares, aunque son las más duras, son las más importante,
pues entre otras cosas son las encargadas de soportar el peso del cuerpo y de los
giros laterales. Puede ser que eso no lo recupere pero…siempre se puede voltear.
Eso no es tan decisivo como caminar- le sonreí.

- Edward… ¿Has escuchado…?- Edward no la dejó acabar.

- No me voy a operar- su voz sonó diferente, ese tono no era conocido para mi, era
duro- Por favor quiero ponerme en mi posición normal- no debía haber hablado de
eso delante de él, parecía molesto.

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No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

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Capitulo 9

De nuevo mil gracias. Os dejo el siguiente capi.

N/A: Os recuerdo que lo escrito entre "" es porque lo dice en español.

CAPITULO 9

Sin decir nada me situé a su lado y Carlisle en el otro para voltear a Edward.
Cuando lo hicimos, volví a subir e inclinar la cama a la posición inicial.

Tomé sus sabanas y lo cubrí hasta la cintura y posteriormente tomé su camiseta


para colocársela.

Cuidadosamente introduce su cabeza por ella, tomando sus brazos e


introduciéndolos por ella.

- ¿Te sientes bien?- finalmente le pregunté. Edward no respondió

- Hijo por favor, no te enfades, solo…

- Déjalo papá, por favor déjame solo- al decir eso entendí que nos echaba a todos.

- Disculpadme voy a…cambiarme- fui al baño sin decir nada.

El primer combate lo había perdido. Había sido tonta, creí haber ganado la guerra
y solo había sido una batalla. Batalla que esta vez había perdido yo. ¿Cuántas más
vendrían a ésta?

Entré en el baño y me volví a poner mi ropa normal, antes de salir respiré hondo.
Todo me estaba afectando demasiado, me había involucrado demasiado en esto y ya
era tarde para solucionarlo.

Una vez fuera, dirigí mi vista hacia Edward que miraba fijamente para el ventanal,
ahora repleto de radiografías.

- Perdón, debí recoger esto- corrí hasta allí y quité los esparadrapos que sujetaban
las placas, después las metí en la bolsa inicial- Bueno…creo que debo irme…

- No te vayas por favor- dijo Edward mirando el ventanal, mi cuerpo se quedó

- 50 -
completamente quieto en el sitio- No te he echado antes.

- Edward…siento haberte hecho sentir mal- me acerqué hasta su cama

- No Bella…no lo has hecho, solo que…para mi es duro todo esto. Por favor no te
vayas- al decirme esto mirándome a los ojos, pude ver en ellos una gran angustia.

Los días pasaron, y por suerte, Edward me permitió seguir con la rehabilitación, a
cambio pasaba las tardes aprendiendo español a su lado, lo que a mi no me suponía
ningún problema, al revés.

EDWARD

Esta vez era Bella, la que le explicaba a mi padre, mis posibilidades de


recuperación tras someterme a la dichosa intervención.

Estaban tan sumidos en la conversación que no se daban cuenta que estaba


presente.

Sabía que mi padre quería hacer hasta lo imposible por recuperarme, pero yo no
estaba dispuesto a tanto. Conocía los riesgos de la operación y no estaba preparado
para asumirlos.

Mi padre parecía olvidarlo todo, que hubiese accedido a que Bella me ayudase a
recuperar la movilidad de mis brazos, no significaba que fuera a aceptar el resto.

- No me voy a operar- dije con dureza en mi voz- Por favor quiero ponerme en mi
posición normal- pude ver la decepción en el rostro tanto de mi hermana, como de
mi padre, incluso en el de Bella.

Ella sin preguntar más, se lo colocó a mi lado para voltearme.

Una vez más me demostró que era una chica increíble, aquella que estaba a mi
lado sin cuestionar cada palabra, respetando mis decisiones.

Cuando estuve recostado de nuevo, me puso mi camiseta con una dulzura


extrema, haciendo que su aroma quedara en cada lugar que tocaba.

- ¿Te sientes bien?- me preguntó pero no pude contestarle, demasiados


sentimientos me golpeaban en ese momento.

- Hijo por favor, no te enfades, solo…- enfado era lo que menos tenía ahora
- 51 -
- Déjalo papá, por favor déjame solo- con ella, quise decir, pero esto último se
quedó en mi interior.

- Disculparme voy a…cambiarme- pude notar la tristeza en sus ojos. No quería que
se fuera pero… ¿Qué le decía? ¿No te vayas te necesito? No, no podía decir eso.

Tanto mi padre como Alice abandonaron mi habitación sin decir nada. Ambos
sabían que necesitaba mi tiempo.

Estuve pendiente de la puerta del baño de mi habitación. Sentirla tan cerca y no


poderla abrazar o simplemente tocar era horrible.

Debía recuperar la movilidad de mis brazos, me sentía impotente. Llevaba casi un


año sin moverlos y nunca había tenido tanta necesidad de sentirlas como en este
momento.

Cuando sentí que la puerta se abría, desvié la mirada al ventanal, dándome cuenta
que las radiografías, aún estaban colgadas.

- Perdón, debí recoger esto- corrió hasta el ventanal y las recogió en un momento-
Bueno…creo que debo irme…- pude ver tristeza en sus ojos, todo lo contrario de lo
que yo quería.

- No te vayas por favor- no quería que se fuera, la necesitaba cerca- No te he


echado antes- le aclaré

- Edward…siento haberte hecho sentir mal- dijo acercándose a mi cama.

- No Bella…no lo has hecho, solo que…para mi es duro todo esto. Por favor no te
vayas.- finalmente le abrí mi corazón.

Los días pasaron, y Bella prosiguió mi rehabilitación, a cambio le ayudaba con sus
clases de español, que para mi eran un regalo.

Compartir con ella las horas, era un bálsamo para mi corazón, un bálsamo para mi
soledad.

Hacía unos días, había algo que me molestaba, y era la extrema atención que le
prestaba Jacob a Bella. ¿Estaría interesado en ella o solo era amabilidad? Era lo
primero, y estaba casi seguro de eso.

Nuestra clase de esa tarde fue casi inexistente. Estábamos con las bromas de
- 52 -
vocabulario de Bella.

- Bella, es fácil de decir "frigorífico"- reí

- Eres muy valiente porque lo habrás dicho millones de veces. A ver Sr. Cullen si
eres tan valiente para decir una palabra en tu idioma y decirla bien- dijo con falso
enfado.

- Pues claro que lo soy, a ver sorpréndeme- dije con suficiencia.

- Esternocleidomastoideo- lanzó sin titubear, sin poderlo evitar abrí mis ojos a
tope por la sorpresa.

- Esten…esternomastoideo- Bella comenzó a reír

- ¿Que le pasa en la boca Sr. Cullen?- siguió riéndose- Esternocleidomastoideo

- ¿Y se puede saber que significa?- ante mi imposibilidad de repetirlo reí.

- Tú tienes uno, exactamente aquí- dijo pasando su mano por mi cuello- es este
músculo- al roce de su piel con la mía me estremecí, si poderlo disimular. Ambos nos
miramos intensamente hasta que Jacob nos sacó de la nube.

- Os traigo algo para reponer fuerzas- portaba una bandeja con zumos.

- Gracias Jake, no te merecemos. ¿Qué vamos a hacer para compensarte?- Bella


bromeó

- Pues a mi se me ocurre una manera- Bien, Jake estaba intentado ligar con Bella
delante de mis narices- con una cena el sábado- y no se andaba por las ramas y yo
me moría de celos, pero…¿que le podía ofrecer yo?

- Me encantaría Jake pero…- ¿lo iba a rechazar?- tengo cena con mi hermano y mi
cuñada. Si les doy plantón me dejaran de hablar- puso una cara graciosa, por lo que
no pude evitar sonreír.

- Bueno pues…resérvame el siguiente- Jacob no se iba a dar por vencido, sabía que
le gustaba Bella desde el primer día que la vio.

Las semanas pasaban y la movilidad regresaba lentamente a mi cuerpo. Mis


brazos ya hacían movimientos lentos, incluso era capaz de coger un vaso y beber de
él, aunque aún no podía comer. A parte, podía mantenerme sentado en una silla de
- 53 -
ruedas y eso era un gran alivio, ya que podía levantarme de esa cama, la cual se
apropiaba de mí día tras día.

Bella era una chica demasiado paciente, y siempre estaba a mi lado con una
enorme sonrisa, apoyándome sin importarle nada. ¿De verdad esta chica era de
carne y hueso? Si lo era, como también era verdad que estaba irremediablemente
enamorado de ella.

Alice aumentó el número de visitas a casa, dado a que según ella, había
recuperado a su hermano. Además nos trajo una enorme sorpresa: Jasper y ella iban
a ser papás, lo que llenó de alegría a mi familia.

Era verdad que en mi año de cautiverio, apenas había hablado con nadie, que no
quería visitas en casa y que intenté dejarme morir, nadie tuvo culpa de mi soledad
excepto yo.

Mis amigos, dejaron de llamar a mis padres para informarse sobre mi estado, ya
que mi estado no variaba y yo no hacía mucho por recuperarme.

Por otro lado estaba Claudia, mi novia antes de accidente…ella lo tuvo claro desde
primera hora, no cargaría con un vegetal por el resto de sus días, lo cual yo entendí
perfectamente.

Era domingo, Alice y yo estábamos en la terraza de mi apartamento tomando la


especialidad de mi hermana, batido de frutas azucarado.

Era mi único contacto con el mundo exterior, mi terraza.

- Edward… ¿Qué sientes por Bella?- me preguntó Alice en una de sus visitas
aprovechando que estábamos solos. Pregunta que me dejó fuera de juego.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

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Capitulo 10

Siento haber podido actualizar solo una vez, hoy he tenido un día más
complicado y estoy destrozada. Espero que lo disfrutéis.

En cuanto a las personas que me preguntan si soy fisioterapeuta, mi


respuesta es "Ojalá", jajaja solo me documenté para el fic.

CAPITULO 10

- Alice… ¿A que viene eso?- intenté eludir la respuesta.

- Edward… ¿Te crees que soy tonta? Has vuelto a sonreír, sé como la miras
cuando está presente, te veo mirar el reloj angustiado cuando se acerca la hora de
marcharse…

- Veo que tendré que controlar más mis reacciones para evitar confundiros- no
quería que supieran que estaba enamorado de ella, esa relación era imposible.

- No vas a conseguir ocultar tus sentimientos por mucho que quieras.


Edward…Bella es una gran chica, ¿por qué no…?- debía parar eso, mi hermana
estaba dejándose llevar demasiado.

- Alice…es imposible. Mírame, estoy en sillas de ruedas, hace apenas tres meses
era un vegetal. No soy autosuficiente, necesito una niñera 24 horas al día ¿Crees
que yo podría condenar a alguien a una vida así?- la cara de mi hermana cambió de
repente, llenando de rabia sus ojos.

- Edward… ¿eres imbécil?- me medio gritó- ¿Cómo puedes pensar que amar a
alguien es condenarla? En cuanto a tu movilidad… ¿no te ves? Hace tres meses eras
un vegetal inerte, pero ahora…estás sentado ahí por tus propios medios, la
rehabilitación está siendo todo un éxito, podrías dar el siguiente paso…

- Alice…- la corté- No sigas. No voy a volver a hablar del tema. Voy a vivir toda mi
vida en una silla de ruedas, haceros a la idea.

- Sabes que a Jake le gusta Bella ¿verdad? – al parecer no soy el único que me
había dado cuenta.

- Si- dije escuetamente

- 55 -
- Y… ¿no piensas hacer nada? Hasta ahora Bella lo rechaza sutilmente, poniendo
excusas pero… ¿y si algún día le dice que si?

- Está en su derecho- dije intentando mostrar indiferencia pero no era así, eso me
castigaba día a día- Bella es libre

- Finalmente eres imbécil. Tienes a la mujer de tu vida delante de tus narices, es


una chica increíble y mi hermano es imbécil- repetía una y otra vez.

- Hola chicos- gritó Jacob- he vuelto

Dado a que ahora tenía más movilidad y mi familia venía más a verme, no porque
no lo hicieran antes, sino porque yo los echaba, Jacob tenía más tiempo libre.

- Hola Jake- le saludó Alice cuando apareció por la terraza.

- Ufff... miedo me da ver a la duendecilla enfadada- rió Jacob al ver la cara de


pocos amigos de mi hermana.

- Mi hermano es imbécil ¿lo sabias?- esperaba que Alice no hablase más de la


cuenta.

- Bueno…a veces lo intenta pero…

- Hola a los dos estoy presente, mis piernas no funcionan pero mis oídos…
perfectamente- intenté destensar el momento.

- Bueno y ¿a que se debe estos halagos hacia tu hermano?- preguntó Jacob curioso
a lo que no dejé que respondiera Alice.

- Está empecinada en que salga a la calle y no entiende que no se me ha perdido


nada allí- le lancé una pequeña sonrisa a Alice.

- Pues…Edward estoy con Alice. Quizás te haría bien volver a la vida.

- Si es verdad, iré a cenar y os llevaré a alguno de vosotros para que me alimente-


le dije sarcásticamente. Ninguno de los dos respondió.

Ahora solo tenía ganas que llegase el día siguiente para ver a Bella. Ella era la
única cura para mis heridas.

Odiaba los fines de semana, ya que me separaban de ella.


- 56 -
Más de una vez estuve tentado a pedirle que viniera a verme, pero…no era justo
para ella. Bella tendría su vida, y no podía ser egoísta y recluirla en mi cárcel de
cristal.

Por fin llegó el lunes, y el timbre sonó. Mi corazón titiló de alegría al saber que
por fin había llegado mi ángel. Por fin mis horas de tortura habían acabado.

Una voz masculina me alertó que no se trataba de ella.

- Edward…- Jacob tenía la cara contraída- Hay un chico en la sala…que viene a


sustituir a Bella- eso me remató. ¿A sustituir a Bella?

- ¿Le ha pasado algo a Bella?- una angustia que no disimulé se apoderó de mi- Dile
que pase, quiero hablar con él.

Jacob salió de mi habitación y trajo al chico.

- Hola mi nombre es James Cam, vengo a sustituir a Isabella- dijo con una gran
sonrisa

- ¿Qué le ha pasado a Bella? ¿Se encuentra bien?- no disimulé mi preocupación, y


el chico se dio cuenta.

- Ella está…enferma- no lo veía muy seguro de lo que acababa de decir- Vengo yo


en su lugar para…- no lo dejé terminar. De lo único que estaba seguro es que nadie,
excepto ella, me tocaría.

- Pues…entonces tienes el día libre- dije seguro de mi mismo

- No puede ser, yo…estoy igual de cualificado que ella- parecía molesto, al parecer
no era la primera vez que lo rechazaban por Bella- ¿Donde está tu historial?

- ¿Que historial?

- Bella tuvo que hacer uno para estos casos. Si ella no puede atenderte tiene que
haber una ficha de los avances y terapias…para quien la sustituya.- Bella no los
había hecho pues sabía perfectamente que no me dejaría tocar por nadie.

- No te hará falta ese historial. Si ella no me atiende no lo hará nadie- dije con
seguridad-. Cuando ella se recupere volveré a tratarme, no antes.

- Si me disculpas, tengo que hacer una llamada- James salió de la habitación


- 57 -
- Jacob, llama a Bella, quiero saber si está bien- le ordené

- Edward…no tengo su teléfono…- genial, no habíamos caído en tener su teléfono.

- Llama a mi padre, sé que Bella y él han hablado por teléfono- Jacob fue a buscar
su teléfono, mientras yo me perdí en mis pensamientos.

¿Le habría ocurrido algo malo? Si estaba enferma ¿Por qué no llamó a mi padre
ayer?

Intenté agudizar mi oído para escuchar al tal James, pero solo captaba palabras
salteadas y sin sentido. Jacob regresó pronto.

- Carlisle, soy Jacob…- hizo una pequeña pausa para escuchar a mi padre- No
tranquilo Edward está bien solo que…

- Jacob pásame el teléfono, quiero hablar con él- así lo hizo, apoyó el teléfono en
mi hombro ya que no podría aguantar mucho rato con él en la mano.- Papá, ¿te ha
llamado Bella?

- No Edward… ¿No ha llegado?

- Si, bueno no. Ha llegado un suplente, al parecer Bella está "enferma"- dije
enferma sin credibilidad- El chico quiere sustituirla pero…me he negado, nadie me
tocará excepto Bella.

- Déjame que la llame…no me cuelgues que cojo el otro teléfono- mientras me


mantuve a la espera- hijo no responde- ahora si me angustié, quizás era verdad que
Bella estaba enferma- Déjame que lo siga intentando, te llamaré cuando sepa algo.

James no tardó en volver, sentándose en el sofá donde siempre lo hacía mi


princesa, sin poderlo evitar lo miré con desprecio.

- He hablado con mi pad…mi jefe- bien, este era el hijo del dueño- y…bueno me ha
dicho que tengo que quedarme a cumplir mi horario. Sé que al principio…te ocurrió
lo mismo con Bella…- este tipo era un descarado.

- Pues lo siento pero tendrás que cumplir tu horario en otro lugar, mi casa no es el
lugar para ello- James me miró sorprendido.

- Está bien…si quieres me voy…pero volveré mañana- ¿me advirtió? ¿Quién se


creía que era para advertirme nada?
- 58 -
- Ahórratelo, mañana será igual que hoy. No cambio de opinión tan fácil.

Dicho esto se fue.

BELLA

Por fin había llegado el lunes. Me moría por volver a ver a Edward, escucharlo
hablar, reír…todo. Finalmente lo tenía asumido, estaba totalmente enamorada de
Edward, y eso me hacía sentir bien.

Antes de pasar por casa de Edward, fui hasta la clínica ya que tenía que recoger
los aceites que había solicitado el viernes para los masajes, a parte de hablar con el
Sr. Acelga (Sr. Cam) que había dejado recado para que pasase por su despacho.

Tomé los botes necesarios de aceites y me dirigí hacia el despacho, quería salir de
allí lo antes posible.

- Buenos días Sr. Cam, ¿Quería verme?- le dije sin mucho entusiasmo.

- Si Isabella. Me ha llamado el Sr. Cullen, hoy no tienes que pasar por casa de su
hijo- eso me dejó totalmente bloqueada. ¿Desde cuando Carlisle llamaba a la clínica
para darme un recado?

- ¿Pasó algo?- le pregunté sin confiar en él.

- Su hijo no se encuentra bien- dijo sin darle importancia- Isabella…tienes que


sustituir a Meg en el Club de Pilates femenino.

- El Club de Pilates…- dije haciéndome a la idea, pero sin creerme lo de Edward.

- Si, allí no aceptan a hombres, por tanto James no puede ir. Es un nuevo cliente
por lo que te pido tu máxima dedicación.

- No se preocupe Sr. Cam- salí tan rápido como pude de allí.

Tenía que llamar a Edward…pero… ¿Cómo? No tenía ni su teléfono ni el de Jacob,


¿Y si realmente le había pasado algo a Edward? En cuanto llegase al Centro de
Pilates, llamaría a Carlisle para salir de dudas.

Mientras iba conduciendo, escuché mi móvil sonar pero…no podía atenderlo


conduciendo.

- 59 -
En cuanto estacioné lo busqué en mi bolso, era Carlisle.

Rápidamente apreté el botón de llamar, mientras mi corazón amenazaba con salir


de mi pecho.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

- 60 -
Capitulo 11

Aquí os dejo el 1º capi de hoy. Espero poder actualizar de nuevo en la


noche. Besitos

CAPITULO 11

- Hola ¿Bella?- respondió al tercer tono.

- Carlisle ¿como está Edward? ¿Qué ha pasado?- No me paré en ocultar mi


preocupación

- Bella…Edward está en casa bien, acabo de hablar con él- al decirme eso suspiré-
Me ha dicho que hoy no ibas a ir a casa pues estabas enferma…tu compañero está
allí para sustituirte.- ¿enferma? ¿Compañero?

- Carlisle no estoy enferma…- dije con poca voz- esta mañana el Sr. Cam me dijo
que habías telefoneado para decir que Edward estaba enfermo y que no fuera-
estaba confusa-…me ha mandado al Centro de Pilates…- ¿se había querido librar de
mi?- ¡James!- grité finalmente

- Veo que…- lo interrumpí

- Carlisle esto no tiene nada que ver con vosotros, siento…- finalmente el Sr.
Acelga había conseguido su propósito, llevar a James a casa de Edward. Él nunca
estuvo de acuerdo a que fuera yo la elegida.

- Bella…no tienes que sentir nada. Este tipo quiso meternos a su hijo desde el
principio- Al parecer Carlisle ya había oído hablar de James- Bella…Edward le ha
pedido a James que se vaya.- sabía que Edward no se dejaría tratar por nadie.

- Carlisle esta tarde iré a casa de Edward, seguiré con su rehabilitación

- Bella no es justo para ti, tu horario de trabajo es por las mañanas…- volví a
interrumpirlo.

- No me importa Carlisle, de verdad- me moría por ver a Edward.

- Está bien Bella pero…esto no va a quedar así, este hombre está incumpliendo un
contrato. Iré esta tarde a casa de Edward allí hablamos.

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La mañana en el Centro de Pilates fue horrible. Las horas pasaban lentamente a
pesar de que no paré. Tenía todas las horas ocupadas, sin apenas un descanso, por
lo que era muy considerado por Victoria, la hija del Sr. Cam.

Si alguien se parecía a su padre era Victoria. Igual de desconsiderada, igual de


explotadora, igual de egocéntrica.

Cuando por fin llegó la ultima paciente, mis manos temblaban igual que la
gelatina en un plato. No había desayunado y el trabajo había sido demasiado duro.

Antes de salir, vi una máquina de chocolatinas y decidí comprar algunas para


comerlas en casa de Edward, ya que no me iba a detener para almorzar.

Cuando aparqué en los alrededores del edificio de Edward, sentí alivio. Me había
acostumbrado a que mi lugar de trabajo fuera ese… con él, y salir de allí era un
suplicio.

Cuando toqué el timbre de la casa, me sonó música celestial. ¿Cómo podía ser tan
perfecto todo lo que rodeaba a Edward?

La puerta no tardó en abrirse y Jacob me recibió con su mejor sonrisa.

-Te echábamos de menos- me sonrió Jacob

- Y yo a vosotros- dije entrando, dirigiéndome directamente a la habitación de


Edward.

Cuando entré vi que estaba dormido. Nunca lo había visto así y era mejor que un
ángel. Tan perfecto, tan guapo, tan…Edward.

Dejé mis cosas a un lado sin hacer ruido, y justo cuando iba a salir me habló.

- Veo…que no te has resistido a venir, incluso estando enferma- al decirme eso me


giré

- No estoy enferma…- dije con poca voz.

- Lo sé, solo bromeaba. ¿Qué tal te fue?- me sonrió y casi me derrito.

- Ufff... mejor no te cuento. Mis manos están…- al decirle eso las tomó en sus
manos.

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- Bella…están ardiendo y coloradas…- comenzó a acariciarla

- Si, bueno…es normal, vengo de trabajar- le dije quitándole importancia- además


me has acostumbrado mal, he perdido la practica- reí.

Sin poderlo evitar nuestras cabezas se fueron acercando, como si nuestras bocas
se llamasen, se necesitasen. Como si una fuerza tirase de nosotros. Cuando casi
podía sentir su aliento como mío, la voz de Jacob nos hizo separarnos bruscamente.

- Bella… ¿has comido?- preguntó entrando sin percatarse de nada.

- No…bueno…he comprado unas barritas de chocolate…- dije sin apartar mi


mirada de la de Edward, el cual tampoco la apartaba de mi.

- Pues… ¿comes con nosotros? Kate (la mujer que se encargaba de hacer la
comida y la limpieza) ha hecho lasaña de sobra- volví a mirar a Jacob que me sonreía

- Bueno pues…vale- sonreí.

¿Había estado a punto de pasar lo que yo creía? Creo que sí, que no era una
alucinación mía, entonces ¿por qué Edward tenía expresión confusa?

Ayudamos a Edward a sentarse en la silla. Era la primera vez que iba comer con
ellos.

Una y otra vez, intentaba estudiar las expresiones de Edward sobre lo ocurrido
pero cada vez me costaba más.

Ayudé a Jake a poner la mesa entre bromas, pero Edward permanecía con el
semblante serio. ¿Le había molestado? Quizás no le gustaba la idea que comiera con
ellos… pero…ya era tarde.

Por suerte, la comida que había hecho Kate, no era difícil de comer para Edward,
es decir que podía comer solo, aunque mucho más lento que nosotros.

Jake fue el primero en terminar, yo hice tiempo para no dejar comer solo a
Edward, pero aún así acabé antes.

Edward estaba cansado, podía verlo en la expresión de sus hombros y brazos.

- ¿Quieres que…- me daba miedo plantearlo conociendo su temperamento- te


ayude?- Edward calló por unos instante estudiando la posibilidad de poder acabar
- 63 -
por si mismo, finalmente me respondió

- Por favor…si sigo así se juntará con la cena- su rostro estaba contraído.

Sin esperárselo, cogí su tenedor, tomé parte de la lasaña y me la llevé a mi boca.


Edward me miró sorprendido. Esperaba que mi intento de quitarle crudeza al
momento, no le molestase.

- No me mires así- le sonreí- te estoy ayudando a comértelo ¿no? Ayyy- dije con
falsa vergüenza- pensabas que iba a…- al momento escuché una carcajada de
Edward, lo había conseguido.

- ¿Pensabas dejarme sin comer?

- Bueno…quizás- tomé el tenedor y lo llevé a su boca. En ese instante casi me


derrito. ¿Por qué tenía que ser tan jodidamente sensual? ¿Por qué provocaba estos
sentimientos de fiera enjaulada en mí?

Cuando terminé de ayudarlo, entre bromas claro, me levanté y llevé su plato a la


cocina.

Me bebí un vaso de agua de tirón para ahogar mis penas en ella. Cada momento
que pasaba, veía a Edward más inalcanzable para mí.

EDWARD

Cuando escuché el timbre, pensé que era alguien de mi familia que venía a
sustituir a Jacob. Aunque mi padre me dijo que había hablado con Bella y que
vendría en la tarde, algo que me consolaba enormemente, no pensé que fuera ella.
Era demasiado pronto y supuse iría a comer antes de venir.

Cuando un olor a fresias golpeó mi nariz, abrí los ojos rápidamente para
encontrarla colocando sus cosas cuidadosamente intentando no hacer ruido.

Antes que saliera de la habitación le hablé.

- Veo…que no te has resistido a venir, incluso estando enferma- ella me sonrió con
consuelo.

- No estoy enferma…- dijo casi con un susurro.

- Lo sé, solo bromeaba. ¿Qué tal te fue?- le sonreí, no sabía como la había echado
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de menos, ella era la luz de mis días, era el oxigeno que necesitaba para vivir.

- Ufff... mejor no te cuento. Mis manos están…- cuando dijo eso, instintivamente
tomé sus manos para consolarlas.

- Bella…están ardiendo y coloradas…- sin poderlo evitar comencé a acariciarlas.

- Si, bueno…es normal, vengo de trabajar- le quitó importancia- además me has


acostumbrado mal, he perdido la práctica- sonrió.

No se que me ocurrió en ese momento, que tuve unos deseos irrefrenables de


besarla. La necesitaba, me estaba volviendo loco de amor por ella. Por una extraña
razón ella también comenzó a acercar su cara a la mía, incluso cerró sus ojos.

Cuando pude percibir el aliento de Bella en su totalidad, escuchamos a Jacob


hablarnos viniendo hacia nosotros, por lo que nos separamos de golpe, dejándome
caer en la cama y ella apartándose hacia atrás.

- Bella… ¿has comido?- preguntó entrando sin percatarse de nada.

- No…bueno…he comprado unas barritas de chocolate…- Bella le respondió sin


apartar la mirada de mi, a lo que yo le correspondí. Quería ver que había significado
para ella ese momento, necesitaba saberlo.

- Pues… ¿comes con nosotros? Kate ha hecho lasaña de sobra- Jacob se moría
porque Bella aceptase, y eso me molestaba, aunque yo también me moría por
compartir con ella esa comida.

- Bueno pues…vale- sonrió.

Millones de sentimientos contradictorios luchaban en mi mente. Era una locura,


no podía condenar a Bella a sufrir mi mala suerte. Ella tenía toda la vida por
delante.

Por otro lado mi corazón pensaba que estaba equivocado, quizás yo estaba
forzando la situación inconscientemente para que eso sucediera y ella no tenía
ningún interés en mí.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

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Capitulo 12

Lo prometido es deuda, aquí os dejo una nueva actuuu.

CAPITULO 12

El momento previo a la comida, pasó entre bromas de Jacob y Bella. Jacob


aprovechaba la más mínima posibilidad para abrazarla y bromear, y eso me ponía
enfermo.

Nunca había sido una persona celosa pero…en el caso de Bella era diferente, no
podía remediarlo.

Cuando comenzamos a comer, intenté hacerlo lo más rápido posible, pero aún así
no podía compararme con ellos.

Podía ver como Bella jugaba con su comida, por no acabar pronto. ¿Por qué tenía
que ser tan considerada? ¿Por qué tenía que ser tan perfecta?

Estuve a punto de dejar de comer, mis brazos me pesaban demasiado debido al


sobreesfuerzo al que los había sometido, cuando Bella me habló.

- ¿Quieres que…- pude notar miedo en su expresión. ¿Eso era lo que yo le


inspiraba? ¿Miedo?- te ayude?- Me sentí inútil pero iba a aceptar, debía cambiar mi
aptitud.

- Por favor…si sigo así se juntará con la cena- dije con pena.

Bella, tomó mi tenedor, tomó una parte de lasaña y casi cuando fui a abrir mi
boca, ella llevó el trozo de lasaña a su boca. ¿Cómo podía hacer eso? ¿Cómo podía
ser tan irresistible? ¿Y como podía hacerme sentir bien en cualquier momento?,
siempre supe que era especial, cosa que ella se encargaba de confirmármelo cada
dos por tres.

- No me mires así- me sonrió- te estoy ayudando a comértelo ¿No? Ayyy- dijo con
falsa vergüenza- pensabas que iba a…- no pude evitar reírme, la adoraba.

- ¿Pensabas dejarme sin comer?- le seguí su broma.

- Bueno…quizás- tomó el tenedor y esta vez si lo llevó a mi boca, sabiéndome la

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lasaña mejor que ninguna que antes había probado en mi vida.

Me arrepentí de haber comido tanta lasaña antes, era mucho mejor que ella me la
diera.

¿Me estaba haciendo dependiente de ella? La respuesta estaba muy clara, SI.

Tras terminar con la comida, Bella recogió mi plato.

- Edward… ¿Puedo aprovechar que está aquí Bella para ir a la universidad?


Necesito recoger unos formularios.

- Por supuesto Jake- Una felicidad se apoderó de mi cuerpo- Tómate toda la tarde
si quieres, después de Bella vendrá mi padre- ¿se me había notado que me quería
quedar a solas con Bella?

- No hará falta, solo es recoger unos formularios- me sonrió. Pude notar en su


mirada que no le gustaba el hecho de dejarnos solos.

Antes de irse me ayudó a recostarme en la cama, para evitar que Bella tuviera que
hacer un sobreesfuerzo, después se marchó.

- Bueno…a ver… ¿te duelen los hombros?- dijo colocando sus manos sobre ellos,
quemándome con el contacto de su piel con la mía.

- Algo. Noto…pesadez- ¿Por qué no podía parar de mirarle sus labios? Me iba a
volver loco.

- Es normal, estás haciendo movimientos con ellos, estarán recargados. No están


acostumbrados a ejercitarse.- pude notar una falsa tranquilidad en su voz.

- Bella…descansa. No tienes por qué hacer esto, tú ya has cumplido tu jornada


hoy- no era justo.

- No Edward…para mi ésta es más importante- ¿había dicho lo que yo creía? ¿Por


qué había tanta sinceridad en sus ojos?

- No quiero que hagas nada que no te apetezca- esto llevaba doble sentido.

- ¿Y si necesito hacerlo?- ¿Qué debía de decir?

No me dio tiempo de responderla cuando noté sus labios en los míos. ¿Era
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realidad esto? Sus labios acariciaron tiernamente los míos y yo le correspondí. Tenía
deseos de ella, de su boca.

Mis manos cobraron vida propia y la atraje a mí, haciéndola subir a mi cama, ella
no puso ninguna resistencia, colocándose a un lado.

Me incorporé un poco dejándola a ella tumbada en mi cama, mientras nuestros


labios hablaban por nosotros entre besos. Si ella era increíble, sus besos no eran
menos.

No sabía que me pasaba, mi cuerpo iba por libre, apartando mi cordura a un lado.

Mi lengua se introdujo poco a poco en su boca, acariciando a la suya.

Bella enredó sus dedos en mi pelo, atrayéndome más a ella.

Mis manos apenas me respondían pero conseguí llevarlas hasta su cuello para
asegurar más el beso. Su piel era suave como la seda.

Entre besos nuestras bocas jadeaban por falta de oxigeno, pero la pasión crecía
por segundos, haciendo que Bella me recostase en la cama, colocándose encima de
mi.

En ese momento me quedé sin saber que hacer, esto era una locura, yo no podría
satisfacer a Bella nunca. Sin querer me tensé, y Bella lo percibió.

- Edward… ¿pasa algo? ¿Te he molestado?- me dijo escondiendo su cara en mi


cuello

- No…tú no tienes…culpa…yo- no podía decirle mis sentimientos

- Perdóname- dijo bajándose rápidamente de encima de mí. Quise pararla pero sus
movimientos eran mucho más rápidos que los míos. Bella me dio la espalda
ocultando su rostro.

- No Bella, tu no tienes culpa, yo…no merezco…- Bella se volteó rápidamente


desapareciendo el rubor de su cara.

- Edward… ¿no mereces que?- su mirada era incrédula.

- No merezco esto. Yo…no puedo ofrecerte nada- al decirle eso vi como sus ojos se
aguaban, sin llegar a salir ninguna lágrima.
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- Edward… ¿Por qué me dices eso? No…no…no puedes decir que no puedes
ofrecer nada- ahora se la veía nerviosa. ¿Como podía cambiar tan rápidamente de
estado de animo?

- Bella, es la verdad. No puedo apenas moverme…no soy más que un…- ella me
cortó

- Edward yo ya te conocí así. Me gustas como eres- le gustaba, ¿por qué me


sonaba tan bien?- en cuanto a tu movilidad…eso va a cambiar pero aunque no fuera
así no me importa. Eres tú, siempre tú- Eso lo decía ahora pero con el tiempo se
cansaría.

- Bella…no sabes lo que dices. No soy más que una carga

Al decirle eso Bella saltó encima de mí besándome como nunca antes lo habían
hecho. Como si de ese beso dependiera toda nuestra vida. Rodeó mi cuello con sus
brazos mientras profundizaba sus besos, a los cuales correspondí con la misma
intensidad. Ella me volvía loco y eso no podía controlarlo.

Al momento escuchamos la puerta de casa abrirse, casi no nos dio tiempo de


separarnos cuando mi padre entró en la habitación.

Aunque egoístamente no quería que ese beso acabase nunca…debía reconocer


que había sido lo mejor. Me había dejado ir, había cogido el camino más fácil
pero…más egoísta.

- Hola chicos pensé que no había nadie, todo estaba en silencio…- sonrió mi padre-
Edward…olvidaste peinarte hoy ¿no?- al decir eso Bella se ruborizó, ya que había
sido ella la que me había despeinado.

- ¿Cómo estás papá?- intenté frenar sus bromas inofensivas para él, pero
vergonzosas para Bella.

- Indignado. Bella…tú no tienes culpa, sé que tienes que ir a donde te manden- le


sonrió

- Carlisle, el Sr. Cam me dijo que Edward estaba enfermo y que le habías llamado
para decirle que no fuera- se explicó- de todas maneras a mi me sorprendió, ya que
normalmente me llamas a mi.

- Este tipo sabe o mejor dicho cree saber demasiado. Él mandó a su hijo, diciendo
que estabas enferma- mi padre miró con rabia- Por suerte, el primer día que hablé
- 69 -
con él supe de que clase de persona era y elaboré un contrato, el cual ha
incumplido, ahora tendrá que hacer frente a eso- Bella se contrajo.

BELLA

Cuando Jacob se marchó y Edward estaba en la cama, decidí empezar con mi


trabajo.

Durante la comida había visto a Edward resentido con sus hombros por tanto
empezaría por ahí. Debía romper ese silencio que se hacía insoportable entre
nosotros.

- Bueno…a ver… ¿te duelen los hombros?- coloqué mi mano en sus hombros y una
electricidad envolvió mi cuerpo. ¿Por qué me hacía perder la cordura con un simple
roce?

- Algo. Noto…pesadez- Edward me miraba diferente y eso lo hacía más irresistible.

- Es normal, estás haciendo movimientos con ellos, estarán recargados. No están


acostumbrados a ejercitarse- intentaba aparentar tranquila pero mi corazón me
traicionaba.

- Bella…descansa. No tienes por que hacer esto, tú ya has cumplido tu jornada


hoy- mi jornada estaba cumplida, ahora era deseo. Deseaba tocarlo, acariciarlo.

- No Edward…para mi ésta es más importante- mi corazón hablaba por mi

- No quiero que hagas nada que no te apetezca- ¿Edward me había entendido?

- ¿Y si necesito hacerlo?- necesitaba besarlo y así lo hice.

Sin pensarlo dos veces, fui directa a hacer lo que Jake nos había interrumpido,
besarlo.

Cuando nuestros labios se juntaron, sentí como mi corazón se paraba. Este era el
mejor dulce que había probado nunca y estaba en sus labios.

Edward no tardó en corresponderme, lo que llenó de dicha mi corazón.

Cuando sus manos tiraron de mí, no lo dudé ni por un instante y me subí en su


cama, colocándome en un lado para evitar dañarlo. Edward se incorporó un poco,
quedando yo tumbada, mientras nuestros labios seguían regalándose caricias.
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¿Había algo mejor que esto? No lo había y estaba segura de ello. Nunca había
sentido así por nadie, nunca había perdido el control de mi cuerpo, como en estos
momentos. Ahora era suya.

Mis manos subieron hasta su pelo, enredando mis dedos en él, atrayéndolo más a
mí. No quería que parase. No quería que ese momento acabase nunca.

Edward subió sus manos hasta mi cuello, acariciándolo, abrasando cada milímetro
de él a su contacto.

Nuestros jadeos cada vez eran mas audibles, apenas nos dábamos unos segundos
para recuperar el oxigeno que liberábamos, pero para nosotros no era importante.

Edward, tuvo un impulso nervioso en el brazo, que yo entendí como si hiciera un


amago de tirar de mí para colocarme encima de él, a lo que yo respondí sin
necesidad que emplease su fuerza, haciendo que Edward se recostase totalmente en
la cama.

Al momento Edward se quedó quieto

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

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Capitulo 13

Os dejo el capi de hoy muy mañanero, hoy tengo el dia a tope…

Besitos y millones de gracias por todos los review y alertas, wowwwwwww

CAPITULO 13

- Edward… ¿pasa algo? ¿Te he molestado?- una oleada de vergüenza hizo que
escondiera mi cara en su cuello. ¿Lo había entendido mal? ¿No había querido
subirme encima de él?

- No…tu no tienes…culpa…yo

- Perdóname- Finalmente me había extralimitado, por lo que me bajé rápidamente


de la cama y me volteé para no mostrarle mi cara ruborizada.

- No Bella, tú no tienes culpa, yo…no merezco…- al decirme eso, hizo que perdiera
todo el rubor de mi cara y me volteé para verlo de frente.

- Edward… ¿no mereces que?- no estaba dispuesta a aceptar eso como excusa.

- No merezco esto. Yo…no puedo ofrecerte nada- una impotencia se apoderó de mí


y tuve que controlarme para evitar que mis lágrimas salieran despavoridas.

- Edward… ¿Por qué me dices eso? No…no…no puedes decir que no puedes
ofrecer nada- los nervios se apoderaban de mi. ¿Como el ser más especial del mundo
podía decir que no me podía ofrecer nada?

- Bella, es la verdad, no puedo apenas moverme…no soy más que un…- no decía
más que tonterías, yo lo quería así, me había enamorado de él así.

- Edward yo ya te conocí así. Me gustas como eres. En cuanto a tu movilidad…eso


va a cambiar pero aunque no fuera así no me importa. Eres tú, siempre tú – Él era lo
más importante.

- Bella…no sabes lo que dices. No soy más que una carga

Las palabras no iban a surtir el efecto que necesitaba, por lo que me abalancé
encima de él y comencé a besarle como nunca antes había hecho. Quería

- 72 -
demostrarle que no me importaba, que lo quería como era, y a lo que estaba
dispuesta a llegar.

Había tardado muchos años en encontrar al hombre de mi vida, y ahora…no


quería perderlo.

Rodeé su cuello con mis brazos, para evitar que huyera de mí, profundizando mis
besos al máximo. Edward no tardó en corresponderme con la misma o más
intensidad que la mía

Al momento escuchamos la puerta de casa abrirse, casi no nos dio tiempo de


separarnos cuando Carlisle entró en la habitación.

Intenté acomodar mi ropa y a relajar mi respiración, por suerte, Carlisle se fijó


directamente en Edward.

- Hola chicos pensé que no había nadie, todo estaba en silencio…


Edward…olvidaste peinarte hoy ¿no?- al decir eso un calor enorme subió hasta mi
cara, yo había sido la causante de eso.

- ¿Cómo estás papá?- Edward me miró pendiente de mis reacciones.

- Indignado. Bella…tú no tienes culpa, se que tienes que ir a donde te manden- me


sonrió

- Carlisle, el Sr. Cam me dijo que Edward estaba enfermo, y que le habías llamado
para decirle que no fuera- le expliqué- de todas maneras me sorprendió pues
normalmente me llamas a mí.

- Este tipo sabe o mejor dicho cree saber demasiado. Él mandó a su hijo, diciendo
que estabas enferma- Carlisle estaba enfadado- Por suerte, el primer día que hablé
con él supe de que clase de persona era y elaboré un contrato, el cual ha
incumplido- Sin querer tragué hondo. Esto no traería nada bueno para mí.

Después de la charla, Carlisle se marchó al salón aún visiblemente alterado.

- Bella…no te preocupes por nada, mi padre sabe lo que hace- me intentó consolar
Edward. Yo sabía que Carlisle sabía lo que hacía pero…eso me traería serios
problemas, de eso estaba segura.

- Si…lo sé- dije pensativa- Bueno… ¿empezamos?- se hacía tarde y no habíamos


hecho nada.
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- No…hoy…prefiero que descanses- mi cara mostró no estar de acuerdo con sus
palabras- Bella…por un día no pasa nada.

- Bueno…entonces, ¿me voy?- Quería, o mejor dicho necesitaba saber sus


sentimientos, quería saber que opinaba de lo ocurrido anteriormente

- No tienes por qué irte, ¿Quieres que sigamos las clases de español?- bien…
definitivamente yo estaba dándolo todo por el nada. Yo no era nada para Edward y
quizás estaba forzando la situación.

- No, tienes razón estoy cansada, mejor me voy para casa- al decirle eso vi un
atisbo de tristeza en sus ojos. Me iba a volver loca, ¿Por qué no era capaz de
mostrar sus sentimientos yo como le había mostrado los míos? Le había dicho que
me gustaba, si él no me lo decía era porque no lo sentía.

- Vale…mañana…- le corté

- Antes debo pasarme por la clínica a ver que me dice…mi jefe- le advertí

- Debe cumplir su contrato, ya escuchaste a mi padre, firmó tu exclusividad-


realmente ¿Estaba tan interesado en verme allí o solo era por el mero hecho que se
había roto el contrato?- Bella….- se calló

- ¿Si?- le pregunté con una pequeña esperanza.

- No te preocupes por mañana- Y a quién le preocupaba el mañana si no tenía


claro el ahora. Sin decir más asentí.

Fui hasta el sillón para recoger mis cosas, esperando alguna palabra y solo obtuve
silencio.

- Hasta mañana- le dije con un susurro, sin esperar su respuesta. Ya había


escuchado suficiente. Yo no era nada más que su "fisio", por tanto él no debería ser
más que mi paciente.

Cuando salí, Carlisle hablaba por teléfono con unos papeles en la mano, supuse
que era una llamada de trabajo, un abogado tenía que estar disponible 24 horas al
día, por lo que me despedí de él con la mano, a lo que me respondió con una sonrisa
y el mismo saludo.

Cuando llegué al coche, no pude reprimir más mis lágrimas. ¿Qué me pasaba?
¿Cómo podía haberme enamorado de alguien que nunca me dio pié a ello?
- 74 -
Cuando fui a arrancar para marcharme, alguien dio varios golpecitos a mi
ventana. Al mirar vi que era Jacob. Abrí la puerta y bajé, ya me había visto.

- Bella… ¿Estás bien?- Obviamente no lo estaba.

- Si, solo…que…- ¿Qué le decía?

- Tranquila, no tienes que contarme nada- me dijo al ver mi indecisión

- Gracias, he tenido un día difícil, solo es eso- le sonreí.

- ¿Está Carlisle con Edward?- asentí- ¿Quieres que vayamos a tomar algo?- Era lo
que menos me apetecía, necesitaba hablar pero él, no era la persona idónea.

- Me encantaría Jake pero…tengo que ir a solucionar un problema…- le mentí

- Ojalá que se resuelva, ánimo- Ojalá, me dije a mi misma

En cuanto se fue Jacob, tomé mi móvil y llamé a Rosalie. Era mi mejor amiga, era
como mi hermana, la única persona en la que podía confiar a parte de mi hermano y
sabía que me entendía.

Ella estaba trabajando pero me dijo que fuera para allá, se acercaba su hora de
descanso.

Cuando llegué ya me estaba esperando. Rose me conocía a la perfección y sabía


cuando necesitaba su ayuda, la cual me brindaba sin preguntar.

- Hola Bells ¿Cómo te sientes? Me has preocupado- dijo abrazándome

- No sabía que hacer…necesitaba hablar con alguien…- con ella no hacía falta
fingir.

- Bella, sabes que siempre estoy aquí para ti

- Lo sé Rose, pero…

- Bella, que pasa con el chico ese que está…- mi amiga me conocía a la perfección-
Es él ¿verdad?- yo asentí- ¿Quieres contarme?

- Rose…me he enamorado de él- mi amiga no se sorprendió.

- 75 -
- ¿Y él?

- No lo sé. Me tiene confundida. Esta tarde…nos besamos y fue muy extraño. Al


principio él estaba tan entregado como yo pero luego…se quedó parado. Pensé
que…había hecho algo que lo había molestado, pero luego me dijo que no podía
ofrecerme nada- al repetir sus palabras tuve que cerrar los ojos

- Bella…debes entenderlo. Para él no debe ser fácil. Quizás su vida ha cambiado


muy deprisa en estos meses.

- Lo sé Rose pero…es muy extraño. Después de eso volvimos a besarnos pero su


padre nos interrumpió- Rose tapó sus ojos con sus manos.

- Bella… ¿os pilló el padre?- me regaló una risita perversa de las de Rose y no
pude evitar sonreír.

- Casi, pero tuvimos suerte. Cuando el padre volvió al salón, le dije de seguir con
la rehabilitación pero él no quiso. Tuve la esperanza de que quizás fuéramos a
hablar de lo sucedido y me equivoqué, quería seguir con las clases de español.
Finalmente me marché

- ¿Y por qué no eres tú la que hablas con él?

- No funciona Rose, ya hablé con él. Le dije mis sentimientos, pero…a él no


pareció impórtale.

- Pues dale tiempo o déjalo ir. Eso depende de lo que quieras y seas capaz de
soportar

- No sé lo que soy capaz de soportar…nunca he sentido así

- Bella…no te agobies, no tienes que decidir nada aún. Tómate tu tiempo y seguro
que la decisión que tomes será la acertada- definitivamente cuando Rosalie estaba
sin mi hermano se transformaba. Toda su rudeza quedaba a un lado.

La conversación con Rose me alivió mucho. Era una chica muy alegre y era capaz
de levantar los ánimos hasta a un muerto.

Al día siguiente, antes de ir a casa de Edward, me pasé por la clínica, debía hablar
con mi adorado jefe.

Cuando entré en la clínica vi a Ángela.


- 76 -
- Bella…el Sr. Cam te espera en su oficina- me dijo angustiada.

- ¿Pasa algo?- le dije intentado parecer tranquila.

- El Sr. Cullen…estuvo aquí- sin querer tragué hondo

- No me digas más- no era necesario.

Fui directa a la oficina o mejor dicho a la sala de tortura del Sr. Cam. Llamé y no
tardó en responder.

- Buenos días… ¿me quería ver?

- Si pasa- su expresión era seria- me debes una explicación- me dijo directamente.

- No le entiendo Sr. Cam- yo no había hecho nada malo

- Por qué le dijiste al Sr. Cullen que te había mandado a otro lugar en vez de a
casa de su hijo- este tipo empezaba a ser chistoso

- Porque era la verdad. El Sr. Cullen me llamó, no le iba a mentir.

- Pues entonces…preferirás que te pague el sueldo él ¿no?- Vale, estaba a punto


de perder mi trabajo- El Sr. Cullen ha roto el contrato con la clínica y tengo que
indemnizarlo por incumplimiento de contrato.- no me extrañaba, no sabía como se
había metido con un abogado. Sabía perfectamente que Carlisle no había hecho eso
por dinero, era por aleccionarlo.

- Sr. Cam, usted me mintió a mi, me dijo que Edward estaba enfermo, ¿Qué
esperaba que le dijera cuando me preguntó por qué no había ido a su casa?

- Bella…te voy a ser sincero. No quiero que vuelvas a esa casa- cuando escuché
eso el mundo cayó a mis pies- Te puedo dar una segunda oportunidad…pero…no vas
a volver allí.- de que iba este tipo.

- ¿Una segunda oportunidad? Pero… ¿Qué se cree que esto es el colegio y va a


hacer una repesca? Sr. Cam necesito el trabajo pero…no trabajo con condiciones,
excepto que sean profesionales- debía darme a valer- No sé que le ocurre con esa
familia y no me importa- le aclaré- lo que está claro es que no voy a dejar de tratar a
Edward- sabía que si lo abandonaba, Edward no se dejaría tratar por nadie- eso no
está en mi contrato

- 77 -
- Perfecto, pues entonces…aquí tienes tu liquidación, estás despedida- lo tenía
todo preparado, sabía cual iba a ser mi respuesta.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

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Capitulo 14

Aquí estoy de nuevo despues de un día terriblemente duroooooo.

Disfrutad

CAPITULO 14

- Bien…- dije tomando el sobre de sus manos.

- Tú lo has decidido así, cuando quieras puedes salir- me echó.

- Quiero que sepa antes algo- antes de irme me iba a escuchar- no me arrepiento
de nada, ni este trabajo ni ningún otro podrá comprarme, mis principios me lo
prohíben. Que le vaya bien, aunque con su actitud…lo dudo.

Fui hasta mi taquilla y recogí todas mis cosas con una mezcla de rabia y pena.
Ángela vino en mi búsqueda.

- Bella… ¿no me digas que…- Las voces habían sido audibles y Ángela no sabía
como decirlo

- Si, pero tranquila, ya encontraré otra cosa por ahí- dije para autoconvencerme.

- Bella…no sé como decirte esto…pero te aprecio- la miré sorprendida- el jefe ha


hablado con varias personas influyentes para…que no te contraten en caso de que
vayas pidiendo trabajo- Bien… ahora si tenía un problema

- Pero… ¿que se ha creído? Eso me lo va a aclarar…- al mirar a Ángela vi el miedo


en sus ojos, por lo que me detuve. Si decía algo Ángela me acompañaría en la lista
del paro- Tranquila…no diré nada- ella me lo agradeció con la mirada.

Recogí mis cosas y me marché de allí lo más rápido que pude. Ya estaba hecho y
mi orgullo no estaba pagado con ningún misero trabajo. Confiaba en mi misma y
encontraría trabajo como fuera, no se me caerían los anillos por trabajar de
cualquier cosa.

Volví a casa para dejar mis pertenecías que guardaba en la clínica. Debía empezar
mi búsqueda de trabajo, apenas había podido ahorrar en mis primeros meses
viviendo sola y solo tendría para un mes de alquiler.

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Tomé mi móvil y llamé a Carlisle, debía avisarlo que no iba a ir por la mañana a
casa de Edward…pero…no le diría que me habían despedido.

- Hola Bella- respondió Carlisle- ¿Has tenido algún problema con tu jefe?- bien…
Carlisle sabía que sus actos traerían consecuencias por lo que me apresuré a negar.

- No, solo que…bueno me ha comentado que el contrato entre vosotros se ha roto


y… me ha mandado a otro lugar a trabajar- intenté disimular.

- Lo entiendo…- no lo dejé terminar

- Pero…no os preocupéis yo iré a casa de Edward por las tardes que las tengo
libre.

- Bella… debemos hablar del tema económico- de algo estaba segura y era que no
aceptaría dinero por ello.

- Carlisle, no voy a aceptar que me paguéis. Lo hago porque quiero- le aclaré

- No Bella, no voy a permitir que…

- Carlisle…es mi única condición para seguir tratando a Edward.

- Bella…ésta tarde hablamos, por favor- me dijo finalmente.

Me fui para casa para comenzar mi etapa de "búsqueda de nuevo trabajo".


Imprimí varios currículum para entregar en diferentes clínicas de fisioterapia.
Quizás el Sr. Acelga no había conseguido vetarme en todas.

Recorrí toda Florida sin éxito, entregando mi vida laboral por todos sitios pero…al
parecer el Sr. Acelga tenía más influencias de las que pensaba.

Se acercaba la hora de comer y tendría que apresurarme para llegar a tiempo a


casa de Edward, al menos…ese era mi consuelo.

EDWARD

Tras la conversación con mi padre, vi a Bella bastante preocupada. No me cabía


duda que a Bella la echarían del trabajo, pero… la ayudaríamos a encontrar un
nuevo trabajo o mejor la contrataríamos nosotros.

Bella era una chica increíble, y no le hacía falta ningún explotador como jefe para
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triunfar en este mundo. Tenía unas manos mágicas y prueba de ello era yo. En tan
pocos meses, había conseguido que recobrase movilidad y no solo eso, había
conseguido dejarme tratar, cosa que nunca creí que pasase.

Su dulzura, su dedicación, sus conocimientos y sobre todo su constancia, era la


clave de su éxito.

- Bella…no te preocupes por nada, mi padre sabe lo que hace- me intenté


tranquilizarla.

- Si…lo sé- dijo pensativa- Bueno… ¿empezamos?- No podía consentir que trabaje
más por hoy. Yo había visto sus manos coloradas del sobreesfuerzo.

- No…hoy…prefiero que descanses- sus expresiones la delataban y eso me


indicaba que no estaba de acuerdo- Bella…por un día no pasa nada.

- Bueno…entonces, ¿Me voy?- No quería que se fuera, la necesitaba pero… ¿era


justo retenerla allí?

- No tienes porqué irte, ¿Quieres que sigamos las clases de español?- le dije
intentando disimular. Era mi única manera de retenerla a mi lado. A ella le molestó
eso.

- No, tienes razón estoy cansada, mejor me voy para casa- no quería que se fuera,
pero…no iba a condenarla, lo de antes no tenía que haber pasado, aunque había sido
lo mejor del mundo. Aún estaba a tiempo de no hacerla sufrir, de no tener que
cargar con un inútil.

- Vale…mañana…- no me dejó terminar, definitivamente estaba molesta.

- Antes debo pasarme por la clínica a ver que me dice…mi jefe- me advirtió sin
mirarme.

- Debe cumplir su contrato, ya escuchaste a mi padre, firmó tu exclusividad- que


no la quisiese hacer infeliz no significaba que pudiera pasar sin verla. Eso sería
matarme en vida- Bella….- te necesito, esto último lo dije en mi interior.

- ¿Si?- me preguntó con esperanza, pero…no podía ser egoísta, si le decía eso
sería mi perdición.

- No te preocupes por mañana- ¿Cómo podía decirle eso? Es lo mejor Edward, me


decía en un intento de creérmelo.
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Los ojos de Bella se llenaron de tristeza, y eso me partió el corazón. ¿De verdad
que no podía entender que lo hacía por su bien? La quería, si ese era el término, la
quería tanto que no quería hacerla infeliz, romper su vida por mi culpa.

- Hasta mañana- me dijo con un susurro sin esperar mi respuesta.

No pude evitarlo, y de mis ojos salieron lágrimas como perlas que amenazaban
con ahogarme si no me incorporaba.

¿Por qué era todo tan duro? Esta pregunta retórica tenía respuesta, era nada más
y nada menos que por no hacer sufrir a mis seres queridos.

Cuando tuve el accidente, mis padres lucharon conmigo para llevarme a su casa
pero… ¿Qué conseguiría con eso? Acabar con sus vidas. Tendrían que estar
pendientes de mi siempre, sin dejarme solo.

Por eso vine a mi casa, aunque tuviese que aceptar que estuviera Jacob.

Jacob sacaba beneficio de todo esto, mis padres le estaban pagando sus estudios y
masters, tenía una casa donde vivir, comodidades incluso un buen sueldo.

Era mi forma de no interferir ni variar la vida de nadie.

Con Bella ocurría exactamente igual. ¿Qué futuro tendría ella con una persona
como yo a su lado? Sin poderme desenvolver como un ser humano cualquiera, con
pánico y terror a salir a la calle. Mi futuro era negro, muy negro y debía evitárselo.

Pero…si estaba haciendo lo correcto, ¿Por qué me dolía tanto? Por que la quería,
de eso estaba seguro. Bella había sido capaz de ganarse mi amor y mi voluntad, en
poco tiempo.

Tras diez minutos intenté tranquilizarme. Si mi padre entraba a la habitación y me


veía así, tendría que darle explicaciones, las cuales no estaba preparado para dar.

Al momento, escuché la puerta de la calle abrirse y cerrarse. ¿Habría vuelto Bella?

- Hola Edward- Jacob venía con la mirada preocupada- ¿Sabes si le ha pasado algo
a Bella?- eso me alertó.

- No…se fue hace…media hora más o menos- le dije confundido- ¿Por?

- La he visto…llorando en el coche- un tremendo nudo se formó en mi garganta.


- 82 -
- ¿Llorando? ¿Has hablado con ella?- necesitaba más información.

- Si, estaba subida en su coche. Al principio me asusté, pensé que…bueno, le había


ocurrido algo.

- ¿Te contó algo? – si era por mi culpa no me lo perdonaría. Era justo lo que estaba
evitando que sufriera.

- No, me dijo que había tenido un día difícil. La invité a tomar algo…pero…me dijo
que tenía que solucionar algo- quizás yo no era el motivo, era imposible.

Después de la conversación de Jacob, me sentí aún peor. Era imposible que le


hubiese pasado algo ajeno a mí, después de marcharse de casa, no le había dado
tiempo material.

Después de cenar, me fui para la terraza.

Mis pensamientos me atormentaban y necesitaba aire fresco.

Me acerqué a una de las tumbonas y bajé el brazo de mi silla de ruedas, debía


intentar cambiarme yo solo, estaba harto de depender de Jacob para todo.

Pegué mi silla, lo máximo posible a la tumbona, la cual estaba bastante más baja
que mi silla por lo que solo era cuestión de arrastrarme. Por suerte, lo conseguí.

Cuando Jacob vino a buscarme a la terraza se sorprendió de verme tumbado allí.

- Edward… ¿Cómo…-

- Algo de movilidad tengo, Jake- le sonreí.

- Me alegro Edward. ¿Quieres que me quede para ayudarte luego?

- No, vete a hacer tus cosas. Si te necesito te llamo

La noche pasó, quedándome dormido en la tumbona.

Cuando desperté apenas podía moverme. Aunque cuando me tumbé la noche era
apacible pero con las horas había refrescado.

- Edward… ¿Has pasado la noche aquí?- me asustó Jacob.

- 83 -
- Me quedé….dormido- apenas podía hablar, en mi garganta parecía haber crecido
millones de agujas.

Jacob entró y al momento vino con una manta, la cual me echó encima. Después
me trajo un vaso de leche caliente con miel.

- Será mejor que entremos, vamos debes darte una ducha caliente- sin poder
evitarlo me estremecí.

Aún era temprano, por lo que me daba tiempo darme esa ducha antes que llegase
Bella.

Una vez listo me tumbé en mi cama. Lo necesitaba, mis músculos estaban


engarrotados.

Al momento, sonó el móvil de Jacob. Eso significaba malas noticias, pues nadie
llamaba a Jake tan temprano.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

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Capitulo 15

Aquí os dejo el siguiente, me voy volando que mis niños me esperan para
dar su paseo de todos los sabados.

Por cierto, millones de gracias por todos los comentarios. ME gustaria


contestarlos todos pero hay veces que es imponle.

Besitos

CAPITULO 15

- Un momento Carlisle te paso a Edward- Jacob colocó el teléfono en mi hombro,


aunque yo lo tomé en mis manos. Gracias a las pelotas anti estrés que Bella me
trajo, había ganado fuerza en mis manos.

- ¿Qué ha pasado papá?- le pregunté directamente

- Hijo…Bella irá esta tarde- sin querer suspiré- Sabes que se ha roto el contrato y
su jefe la ha mandado a otro lugar a trabajar

- Si…bueno…lo extraño es que conserve el trabajo- según me había comentado mi


padre, ese hombre era todo menos comprensivo.

- A mi también me ha extrañado hijo pero…bueno, al menos ese hombre sabe


conservar a una trabajadora excepcional- eso me hizo enorgullecerme- Esta tarde iré
para allá, quiero hablar con ella.

El día pasó lentamente. Ansiaba el momento en el que Bella entrase en casa.

Finalmente ese momento tan esperado llegó.

- Hola Bella ¿Cómo te encuentras?- escuché decir a Jacob en el recibidor

- Bien…gracias. Siento lo de ayer- se excusó ella, su voz estaba apagada

- No lo sientas, todos lo pasamos mal a veces, no eres la única- los celos se


apoderaban de mi. ¿Por qué tenía que consolarla él?

Cerré los ojos para tragarme mi dolor. No tenía ningún derecho a sentirlo, era un

- 85 -
egoísta, era como el perro del hortelano que ni comía ni dejaba comer.

- Hola- su preciosa voz me sacó de mis castigos internos- Te… ¿Te sientes bien?

- Hola…- le dije más como un susurro- Si, solo que…estoy un poco molesto- no
mentía, la noche en la hamaca me estaba pasando factura.

- ¿Cómo que estás en la cama? Edward…debes moverte. Sé que te cansa estar


sentado pero…tu espalda debe acostumbrarse a…- era tan dulce cuando me
regañaba…que no pude evitar sonreír sin darme cuenta. Al percatarse se calló.

- Si lo sé pero…- le volví a sonreír- anoche me fui de juerga y abandoné mi cama-


los ojos de Bella se abrieron por la sorpresa

- Edward… ¿A dónde fuiste?

- A la terraza. Después de cenar me tumbé en una hamaca y…me quedé dormido-


Bella me sonrió tímidamente

- Bueno pues…creo que tu espalda…agradecerá un masaje, ¿te apetece?- yo solo


asentí.

Me apetecía cualquier cosa que tuviera que ver con ella. Realmente… ¿sería
posible permanecer a su lado sin más? No estaba muy seguro de ello. Esa chica
significaba demasiado para mí.

Me tumbé boca abajo con la ayuda de Bella, y al momento comenzó a masajear mi


espalda.

Como era posible que solo con el contacto de sus manos en mi piel, reactivase
cada célula muerta de mi cuerpo. Como me devolvía la vida en cada movimiento.

Sus manos, al principio, me regalaban dulces caricias más que masajes, pero al
momento se hicieron más intensos los movimientos de sus manos.

Había momentos molestos por la fricción pero… sus manos eran curativas.

Una vez incorporado de nuevo, Bella comenzó a hablarme.

- Edward… ¿te has planteado salir a la calle?- me dijo con mucha precaución, sin
poderlo evitar me tensé- para seguir la rehabilitación…me gustaría que fuéramos a
un lugar. No queda lejos de aquí.
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- Bella…no…no me siento preparado para…- salir me aterrorizaba

- Edward…no estarás solo. En tu casa poco más puedo hacer

- Bella…no puedo montar en coche- la idea de hacerlo me estremecía

- No lo harás. Edward… ¿confías en mi?- asentí inconscientemente- Si quieres le


podemos decir a Jacob que nos acompañe, si te quedas más tranquilo.

- No sé si estoy preparado- mis miedos se apoderaban de mi.

- Nadie esta preparado para nada. Todos tenemos miedos- su voz se entristeció-
Pero…si no los afrontamos, viviremos a su merced, nuestra vida siempre estará
condicionada a esos temores. Debemos tomar control de nuestras vidas.

Todo lo que ella decía era cierto, debíamos ser nuestros propios dueños
pero…eran tan difícil después de haber vivido una situación tan traumática como la
mía… A parte…el miedo de no poderme desenvolver solo, de sentirme desprotegido,
vulnerable.

- Está bien, pero… necesito ir poco a poco- Bella me miró con ilusión.

- Lo haremos como tú quieras. Te propongo algo- miedo me daba- Tranquilo-


sonrió- si quieres…podemos salir a dar un paseo de diez minutos, cuando tu estés
preparado, antes de ir a la piscina- al escuchar piscina jadeé.

- Piscina…no Bella…yo…- estaba loca, apenas podía moverme.

- Edward… ¿confías en mí?- claro que lo hacía.

- Si pero esto no es cuestión de confianza, es…realidad. No puedo moverme- le


aclaré

- ¿Piensas que dejaré que te pase algo? ¿Tu has pensado lo que me haría Alice, si
te sucede algo?- imitó una cara de exagerada angustia, y no pude más que sonreírla-
me mataría, por lo que me voy a asegurar de traerte sano y salvo.

- Me voy arrepentir, es más ya lo estoy haciendo- Bella comenzó reír al saber que
me había vuelto a ganar. No podía negarle nada y menos sabiendo el esfuerzo que
estaba haciendo por rehabilitarme.

- ¡Jake, Jake!- gritó Bella, Jacob no tardó en venir- Te apetece ir a tomar un


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helado… ¿esta noche?- me miró sonriendo.

- ¿Esta noche?- le pregunté asustado, no pensé que iba a ser tan pronto, tenía que
tener cuidado con Bella, no perdía el tiempo. Jacob estaba confuso.

- Bella…no sé si pueda- me miró, Jacob pensaba que iban solos, por lo que me
alegré de acompañarlos.

- Si puedes, Edward viene con nosotros- le sonrió Bella. Jacob me miró


sorprendido

- Dime tu secreto- comenzó a bromear Jacob- dime como haces para que Edward
acepte todo lo que le pides- yo tenía la respuesta, estaba enamorado de ella.

- No acepta todo- rió Bella- nuestra relación es a base de trueques. Seguro que me
pedirá algo a cambio- bromeó.

- Pues…no había pensado en eso- le seguí el juego- ¿puedo pensármelo?

Al momento escuchamos la puerta de casa, mis padres habían llegado.

- Hola chicos- nos dijo mi madre entrando en la habitación, repartiendo besos para
todos

- Llegáis en un buen momento- le dijo Jake- Vamos a tener que quedarnos con
Bella para siempre- al decir eso Bella se ruborizó.

- Yo siempre pensé eso- sonrió mi madre- pero…creo que aún me puedo


sorprender más.

- Bella ha conseguido que…Edward salga ésta noche a tomar un helado- mis


padres no evitaron mostrar su sorpresa con un sonoro resoplo.

- Hijo eso es…es…- mi madre se puso a sollozar abrazándome.

Por suerte, Bella no había comentado nada sobre llevarme a la piscina delante de
todos. Sabía que se alegraban mucho por mis avances pero…inevitablemente me
hacían sentir presionado. ¿Y si mi salida no iba bien? ¿Y si necesitaba más tiempo?

Estaba seguro que Bella nunca me presionaría, pero no lo tenía tan claro con los
demás. Ellos no lo hacían conscientemente.

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Por suerte el tema cambió pronto.

- Bella…tenemos que hablar de…- Bella lo interrumpió. Al parecer algo me había


perdido.

- Carlisle…recuerda lo que hablamos por teléfono. Esa es mi única condición para


seguir viniendo- ¿Condición? ¿Venir?

- Bella…no es justo, tú realizas un trabajo y…- era por el tema económico.

- Carlisle por favor, es mi decisión- nunca había visto a Bella tan seria. Mi padre
asintió no muy convencido

- Bella…no me parece bien- finalmente interrumpí, no la iba a dejar que viniese a


trabajar sin cobrar.

- Edward…tenemos un trato, confío en ti- esas palabras me las repetía una y otra
vez ella- Clases por masajes- me sonrió- si no lo cumples hablaré con mi abogado
¿eh?- Una vez más consiguió sacarme una sonrisa perdida.

Finalmente Bella se marchó a su casa para poder darse una ducha. Estaba muy
nervioso. Demasiado tiempo sin salir, sin vivir. Ahora todo se me hacía enorme.

BELLA

Cuando llegué a casa de Edward y lo vi tumbado en la cama, con los ojos cerrados,
me asusté. ¿Le había ocurrido algo?

Intenté preguntarle sin parecer preocupada, Edward sabía que para recuperarse,
no podía estar todo el día en la cama, aunque fuera lo más cómodo para él.

Cuando me contó que había pasado la noche en la terraza, acostado en una


tumbona, no pude evitar sonreír.

Su espalda debía estar dolorida pues…esas hamacas eran cómodas para un rato
pero no para pasar la noche.

- Bueno pues…creo que tu espalda…agradecerá un masaje, ¿te apetece?- Edward


asintió.

Algo extraño noté en su mirada. ¿Era melancolía? No, no podía ser eso.

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Antes de volver a esa casa me prometí, a mi misma, olvidarme de todo lo ocurrido
anteriormente. Una relación no funcionaba si dos no querían, por tanto, estaba más
que claro que Edward no estaba interesado en mí, más que como una fisioterapeuta,
y yo lo respetaría. Eso no significaba que lo iba a dejar de querer, los sentimientos
no se controlan, lo cuidaría igual que si me perteneciera.

Por suerte, los movimientos de Edward eran cada día mayores, y no necesitaba
llamar a nadie para moverlo. Cuando estuvo boca abajo comencé a masajear su
espalda. Comencé suavemente y creí morirme. Me sentía genial al contacto con su
piel, me transmitía algo inexplicable que hacía a mi corazón latir más deprisa.

Al momento me di cuenta que más que masajearlo lo estaba acariciando, por lo


que hice que mis manos se moviesen más rápidas.

Finalmente si no me controlaba, la gente iba a tener razón con los físios, que en
vez de masajear sobábamos.

Llevaba días queriendo tratar con Edward un tema bastante peliagudo pero…no
encontraba el momento. Todo lo posible, con respecto a la rehabilitación de Edward
en su casa, estaba hecho. Había ganado bastante movilidad y ahora tenía que ganar
fuerza en los brazos, cosa que en casa no podría hacer.

Seth, un íntimo amigo de Emmett, trabajaba en un gimnasio, cercano a casa de


Edward, en el cual había piscina climatizada. Siempre nos había ofrecido la
posibilidad de ir sin coste alguno. Era una buena oportunidad para Edward pero…
¿accedería?

Sabía que se había negado a salir de casa varias veces, por lo sentía miedo de solo
plantear la pregunta.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

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Capitulo 16

Aquí va un nuevo capi.

Disfrutadlo

CAPITULO 16

Respiré hondo y una vez que estuvo de nuevo tumbado en la cama, tanteé la
situación.

- Edward… ¿te has planteado salir a la calle?- le dije con tacto, él se tensó- para
seguir la rehabilitación…me gustaría que fuéramos a un lugar. No queda lejos de
aquí.

- Bella…no…me siento preparado para…- se le notaba nervioso

- Edward…no estarás solo. En tu casa poco más puedo hacer

- Bella…no puedo montar en coche- sabía que tenía pánico a subir en coche de
nuevo.

- No lo harás. Edward… ¿confías en mi?- asintió y un consuelo acarició mi corazón-


Si quieres le podemos decir a Jacob que nos acompañe, si te quedas más tranquilo.

- No sé si estoy preparado- él miedo escapaba por sus ojos.

- Nadie esta preparado para nada. Todos tenemos miedos- yo era una de ella,
miedo a quererlo tanto- Pero…si no los afrontamos, viviremos a su merced, nuestra
vida siempre estará condicionada a esos temores. Debemos tomar control de
nuestras vidas.

Nunca antes había sentido tanto miedo, hasta que conocí a Edward. Miedo a
sufrir, miedo a que le pasara algo. Si me dejaba dominar por él, huiría de su lado y
no estaba dispuesta a ello.

- Está bien, pero… necesito ir poco a poco- Sin poderlo evitar me ilusioné.

- Lo haremos como tú quieras. Te propongo algo- pude ver como se removía


nervioso-. Tranquilo- sonreí al ver su cara de espanto- si quieres…podemos salir a

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dar un paseo de diez minutos, cuando tú estés preparado, antes de ir a la piscina- al
decir piscina jadeó y me miró aterrorizado.

- Piscina…no Bella…yo…

- Edward… ¿confías en mí?- nunca le iba a dejar que le pasara algo malo.

- Si pero esto no es cuestión de confianza, es…realidad. No puedo moverme- Bella


recuerda que Edward no reacciona dialogando, tenía que usar mi técnica

- ¿Piensas que dejaré que te pase algo? ¿Tu has pensado lo que me haría Alice, si
te sucede algo?- intenté mostrar cara de terror- me mataría, por lo que me voy a
asegurar de traerte sano y salvo.

- Me voy arrepentir, es más ya lo estoy haciendo- Lo había conseguido, Edward


vendría conmigo, sin poderlo evitar reí.

- ¡Jake, Jake!- aprovecharía la ocasión hoy mismo, con Edward no se podían


desaprovechar estas oportunidades- Te apetece ir a tomar un helado… ¿esta noche?-
miré a Edward advirtiéndolo que saldríamos hoy, sin poder evitarlo sonreí al ver su
cara.

- ¿Esta noche?- contestó Edward asustado. Jacob me miraba sin entender.

- Bella…no sé si pueda- Jake se pensaba que íbamos solos por lo que me apresuré
a aclararlo.

- Si puedes, Edward viene con nosotros- le sonreí. Jacob miró a Edward


sorprendido

- Dime tu secreto- comenzó a bromear Jacob- dime como haces para que Edward
acepte todo lo que le pides- Ojalá fuera así, pero Jake estaba confundido. Había algo
a lo que no había accedido y era a pasar el resto de sus días a mi lado.

- No acepta todo- sonreí para ocultar mi pena- nuestra relación es a base de


trueques. Seguro que me pedirá algo a cambio- Lo que me pidiera se lo daría.

- Pues…no había pensado en eso- sonrió Edward- ¿puedo pensármelo?

Carlisle y Esme llegaron al momento. Esme, tan cariñosa como siempre nos dio un
beso a cada uno de nosotros.

- 92 -
Jacob no tardó en contarles que había conseguido que Edward saliera a tomar un
helado. Todos se sorprendieron y Esme no tardó en sollozar de alegría.

Edward me miraba angustiado y yo sabía de qué se trataba. No quería que nadie


supiese nada sobre la piscina aún, y por supuesto no iba a decir nada. Eso solo iba a
ser perjudicial para los avances de Edward ya que…muchas veces los mismos
familiares son los que más presionan, sin querer claro, a los pacientes.

Los pasos debían ser lentos pero seguros, sobre todo en el caso de Edward. Su
inseguridad era su gran problema.

Finalmente llegó el momento que más temía.

- Bella…tenemos que hablar de…- no quería hablar de dinero y menos delante de


Edward.

- Carlisle…recuerda lo que hablamos por teléfono. Esa es mi única condición para


seguir viniendo- no me gustaba la idea del chantaje, pero…sabía que Carlisle no
quería que dejara de tratar a Edward. Era la única forma de conseguir que no me
pagaran.

- Bella…no es justo, tú realizas un trabajo y…- Quería decirle que yo hacía esto por
amor, pero…no era posible

- Carlisle por favor, es mi decisión- Por suerte Carlisle comprendió que no


cambiaría de opinión y asintió.

- Bella…no me parece bien- Edward no era tonto y pronto supo de que iba nuestra
charla.

- Edward…tenemos un trato, confío en ti. Clases por masajes- le sonreí- si no lo


cumples, hablaré con mi abogado ¿eh?- Por suerte Edward también sonrió.

Tras esa última charla, aproveché para irme a casa para darme una ducha para
volver para "mi cita" con Edward. Aunque yo quería llamarla así, distaba mucho de
ser eso.

Busqué en mi armario y no tenía nada decente para ponerme. Algo tenía que
tener, no podía ir toda mi vida en vaqueros, alguna vez en mi vida me tuve que
poner otra cosa

¿No? La voz de Rosalie me iluminó mi memoria "Bella, acuérdate de traerme mi


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vestido lila que me dejé en tu casa". Al recordarlo corrí hasta el perchero del baño,
que fue donde lo vi la última vez y no me confundí. Lo único que me faltaba era decir
"mi tesoro" para parecerme a Gollum (El Sr. De los Anillos). Una vez más, Rosalie
me había salvado la vida.

Me apresuré en darme una ducha y arreglarme. No tenía mucho tiempo y no


quería hacerme esperar, por miedo a que Edward se echase atrás.

Cuando llegué a casa de Edward, mis piernas temblaban. ¿Por qué? -No es una
cita, no es una cita- me repetía una y otra vez en mi cabeza. No podía engañarme,
esto no era más que una parte del proceso anti trauma para que Edward se dejase
tratar.

Sin pensarlo más, presioné el timbre. Jacob no tardó en abrirme.

- Dios…Bella….estás…estás…- un rubor se apoderó de mis mejillas, Jacob…no


podía ser más expresivo con tan pocas palabras. Tragué hondo para eliminar mi
respuesta y mostrarme casual

EDWARD

No sabía como me había dejado liar por Bella para salir esa noche. No me sentía
preparado, o mejor dicho me sentía aterrorizado, pero…ella tenía la capacidad de
hacerme ceder, de sentirme seguro a su lado.

Jacob me ayudó a vestirme, era muy triste tener que depender de alguien para
hacerlo, era muy triste ser un ser dependiente toda mi vida.

Si, sabía que había personas que estaban peor que yo pero… ¿eso acaso era un
consuelo? Para mi no, no encontraba consuelo sabiendo que había personas peores
que yo en estos momentos

Mi vida anterior creí que era perfecta, pero no lo era tanto como yo pensaba, ya
que faltaba lo principal…faltaba ella, Bella.

Había estudiado en la mejor universidad de Estados Unidos, Harvard. Mis notas


habían sido excelentes. Seguí los pasos de mi padre estudiando Derecho.

En cuanto acabé mis estudios, empecé a trabajar con él, especializándome en


Derecho civil de Familias (matrimonios, relaciones paternos-filiales, adopciones,
testamentos). Mi padre estaba especializado en Derecho penal.

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Pronto me independicé, elaboré una vida propia, llena de supuestos amigos y una
supuesta novia que me quería pero…todo se truncó aquel mes de noviembre del
2007, dejando mi vida en el asfalto y castigándome a pasar el resto de mi existencia
dependiente. Y lo peor es que no solo me castigaba a mí, si no que también lo hacía
con mi familia.

Me infligí día a día por no morir junto a Sam o al menos haber ocupado su lugar.
¿Acaso yo tenía más derecho a vivir que él? ¿Qué me hacía diferente a él para no
morir en aquella carretera?

Tardé muchos meses en perdonarme algo de lo que yo no tuve culpa,


perdonarme…o quizás asumirlo.

Destrocé a mi familia, que fueron los únicos que estuvieron día a día a mi lado,
levantándome cada vez que caía, obligándome a respirar cuando yo me negaba y
alimentándome cuando yo me dejaba morir. Ellos… a los cuales les debían toda mi
existencia.

Mis amigos…simplemente siguieron sus vidas. Ya no les era interesante y se


limitaban a compadecerme al ver en el estado que me había quedado. Y mi novia, la
persona que yo creía que me quería, simplemente escogió otro camino.

HASTA MAÑANAAAAAA

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

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Capitulo 17

1º Capitulo del díaaaaa.

CAPITULO 17

El día que apareció Bella…supe que era un ángel mandado del cielo. ¿Me estaban
brindando la vida la oportunidad de ser feliz de nuevo? Y si era así ¿A costa de qué o
mejor dicho de quién? ¿Era justo que condenase a alguien sin ser juez? No, no lo
era, por mucho que mi corazón la llamase, por mucho que mi alma le perteneciese

- Edward…estás muy reflexivo-Jake me hizo a volver a la Tierra- ¿Seguro que estás


preparado para esto?

- Si te digo que sí te mentiría. No lo estoy, pero… ¿Crees que lo estaría algún día?

Al decir eso el timbre sonó, Jake se apresuró a abrir, él tan bien como yo sabía de
quién se trataba, por lo que millones de mariposas revoloteaban en mi estomago,
como si de un adolescente me tratase. Mi corazón la sentía, mi corazón me delataba
ante ella y me hacía ser débil.

Al momento Bella apareció, como un ser alado al que solo le faltaba brillar para
ser celestial. Estaba realmente preciosa, con ese vestido que marcaba el contorno de
su cuerpo.

Tuve que tragar hondo antes de hablar para poder articular palabra.

- Hola- me susurró al ver que no podía apartar la mirada de ella.

- Hola…estás…muy guapa- me había quedado corto pero…sería imposible decirle


todos los calificativos que se merecía.

- Gracias, pero…eso es porque no llevo el disfraz de Pantera Rosa- se refería al


uniforme, el cual me encantaba. Una vez más me hizo sonreír.

- ¿Nos vamos?- apareció Jake, rompiendo toda la magia del momento.

- Si, me muero por un helado de chocolate prealineé. ¿Lo habéis probado?- ambos
negamos- no me lo puedo creer, no sabéis lo que os habéis perdido. Es una tentación

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¿Vamos?- ¿Tentación? Bella no sabía el significado de esa palabra. Ella lo era, era
estar a su lado y no poder tocarla, acariciarla.

Bella empezó a hablar sobre ese helado. Sabía que había montado todo lo del
chocolate para distraerme, para hacerme olvidar cualquier temor oculto en mi
mente.

Jacob empezó a empujar mi silla hasta el ascensor y unos sudores fríos, recorrían
mi cuerpo. Llevaba más de un año sin salir y mi última salida no fue la más
agradable. Me daba miedo el bullicio, la gente, el mundo entero.

Una vez en el ascensor, no pude hacer más que cerrar los ojos. ¿Me quedarían
fuerzas sin estrenar? Las necesitaba como el oxigeno.

Al momento noté como Bella me tomaba de la mano y fue lo que me hizo darme
fuerzas para abrirlos de nuevo.

¿Cómo me conocía tan bien? ¿Cómo sabía lo que necesitaba en cada momento?
Creo que esta chica debía haber estudiado psicología a parte de fisioterapia o quizás
mejor, era mi ángel de la guarda.

Cuando bajamos del ascensor, Dan, el portero, me miró sorprendido acercándose


a nosotros. Llevaba mucho tiempo sin verme y cuando lo hace…estoy empotrado en
una silla de ruedas, por tanto…no es difícil sorprenderlo.

- Edward…que alegría verte- me dijo Dan ofreciéndome la mano a modo de saludo.

Cuando Bella fue a soltarme para que pudiera estrecharla, la agarré con más
fuerza levantando mi otra mano. No quería que me soltase, la necesitaba. Ella me
sonrió.

Dan, había sido mi primera toma de contacto con el mundo exterior y no fue tan
mala. Se abstuvo de hacer preguntas incómodas y solo me expresó su alegría.

Ahora quedaba el momento más importante, salir a la calle.

Cuando estuvimos casi a punto de cruzar el umbral de la puerta, que salía a la


calle, Bella se acercó a mi oído para susurrarme "Recuerda que estaré a tu lado".
Eso me hizo rendirme a ella, no tenía fuerzas para alejarme de ella, era mi guía, era
mi bálsamo.

El primer contacto con la realidad no fue tan malo. Me encontraba como un niño,
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intentando captar cada detalle pero…mis ojos, se habían vuelto lentos para captar
cada cosa que pasaba a mi alrededor, lo que me hacía sentirme más vulnerable.

Jacob arrastraba mi silla, mientras Bella iba a mi altura. Mantenían


conversaciones banales para hacerme sentir cómodo, ya que era un sonido conocido
para mi. Yo me limitaba a escucharlos, pues no podía articular ningún sonido
coherente.

Finalmente llegamos a la playa, la cual me pareció más increíble que nunca, con
toda su majestuosidad. El aire puro mezclado con el salitre me limpiaba mi interior,
eliminando sustancias tóxicas acumuladas a lo largo de este perpetuo año.

En poco tiempo llegamos a una heladería con una terraza al aire libre, que estaba
justo a pie de la arena de la playa.

Bella se adelantó para buscar alguna entrada para minusválidos, haciéndole


efusivas señas a Jacob en cuanto la encontró.

- ¿Cómo fue?- me preguntó cuando nos establecimos en una mesa.

- No muy mal la verdad- le sonreí para tranquilizarla, sabía perfectamente que


Bella lo había pasado tan mal como yo.

- Verás como después de un buen helado de chocolate piensas otra cosa- me


sonrió como solo ella sabía hacerlo

Bella no exageraba en cuanto al chocolate prealineé, era algo exquisito. Ella se


tomó un gran cucurucho pero yo preferí la tarrina, para evitar que por mi lentitud,
el helado se derritiese y me manchase de chocolate.

Nunca había sentido tanto placer al tomar un helado, y no solo porque en mi vida
pasada apenas tenía en cuenta estos pequeños detalles que daban la felicidad, sino
porque la compañía era inmejorable.

Bella se desvivía por hacerme feliz, me trataba como lo hacía con Jacob, sin pena
ni compasión, y eso era muy gratificante para mí.

Jacob, vio a una chica que lo saludaba en la distancia y se acercó hasta ella,
quedándonos Bella y yo solos.

- Bella…gracias- dije sin más, ella se sorprendió.

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- ¿Gracias? ¿Por qué?- me sonrió

- Tú sabes bien porqué. Esto no está en tus obligaciones como fisioterapeuta.

- Edward…no lo hago como tal. Lo hago porque lo siento, porque quiero.

Al momento una canción comenzó a sonar. Una canción que había escuchado
muchas veces en mi vida pero que hasta ese mismo instante no me había parado a
escuchar con detenimiento.

(El video de la canción esta en mi perfil)

Oh, La vida es más grande

Es más grande que tú

Pero tú no eres yo

Las extensiones que recorreré

La distancia en tus ojos

Oh no, He dicho mucho

Ahí estoy en la esquina

Ahí estoy en el centro de las miradas

Deshaciéndome de mis creencias

Tratando de mantenerte conmigo

Y no sé si pueda hacerlo

Oh no, He dicho mucho

No he dicho suficiente

Pensé que te escuché riéndote

Pensé que te escuché cantar

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Pienso que pensé que te ví intentándolo

Cada susurro

En cada momento que estoy despierto, Estoy

Escogiendo mis confesiones

Tratando de ponerte el ojo encima

Como un idiota que no ve ni siente el dolor, Oh

Oh no, He dicho mucho

Considera esto

Considera esto

La clave del siglo

Considera esto

El tropiezo, que traje conmigo

A mis rodillas, falló

Qué pasaría si todas estas fantasías

Vinieran, golpeándome por todos lados

Ahora si he dicho, mucho

Pensé que te escuché riéndote

Pensé que te escuché cantar

Pienso que pensé que te ví intentándolo

Pero eso fue simplemente un sueño

Pero eso fue simplemente un sueño

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Ahí estoy en la esquina

Ahí estoy en el centro de las miradas

Deshaciéndome de mis creencias

Tratando de mantenerte conmigo

Y no sé si pueda hacerlo

Oh no, He dicho mucho

No he dicho suficiente

Pensé que te escuché riéndote

Pensé que te escuché cantar

Pienso que pensé que te ví intentándolo

Pero eso fue simplemente un sueño

Intenta, Llora, ¿Por qué?, Intenta

Pero eso fue simplemente un sueño

Simplemente un sueño, simplemente un sueño... sueño

¿Era un sueño todo esto? ¿Era verdad que Bella no era real, que solo era un
espejismo? En ese momento tuve la necesidad de tocarla, por lo que tomé sus
manos, acercándolas hasta a mí. Sin poderlo remediar una lágrima salió de mis ojos
al comprobar que era ella, que era real, obviando que no estaba solo.

Bella al verme se asustó, pero sin decir más, me abrazó.

BELLA

¿Podía estar más nerviosa yo que Edward? Posiblemente no.

Al entrar en el ascensor, Edward cerró fuertemente sus ojos a causa de la


impresión. Mi mano viajó hasta la suya, tomándola, indicándole que yo estaba allí.

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El camino hasta la heladería fue algo extraño. Jacob y yo intentábamos mantener
una conversación más o menos fluida para calmar a Edward. Sabía lo reconfortante
que era una voz en momentos de angustia.

Edward lo miraba todo como si fuera la primera vez que lo veía, y no era mentira.
Él veía el mundo de diferente manera, su forma de mirar había cambiado después de
aquel accidente

Cuando llegamos a la heladería, me adelanté para señalar la entrada para


minusválidos a Jacob, pareciendo que la buscaba.

Me había asegurado cuando me fui de casa de Edward en la tarde, que todo fuese
perfecto. No quería que nadie tuviese que ayudarnos a subir la silla de ruedas de
Edward a ningún sitio, eso solo haría incomodarlo.

Al parecer el helado de chocolate prealineé, había sido todo un éxito. Edward a


diferencia de Jacob y yo, se había pedido una tarrina. Sabía que su mayor temor era
no le diese tiempo de comer el helado antes de se le derritiese.

Una chica morena, muy guapa, saludó a Jake en la distancia. Éste se disculpó y
fue hasta ella para saludarla.

Al momento Edward me habló.

- Bella…gracias- me dijo.

- ¿Gracias? ¿Por qué?- le sonreí, no podía darme las gracias por estar a su lado,
era mi mayor deseo.

- Tú sabes bien porqué. Esto no está en tus obligaciones como fisioterapeuta.

- Edward…no lo hago como tal. Lo hago porque lo siento, porque quiero- Porque
te quiero

Ambos nos quedamos callados, cuando empezó a sonar una canción con un
volumen más alto que la anterior. Al parecer al camarero le gustaba. Al momento la
reconocí, REM "Losing my religion".

Todo el mundo se evaporó en ese momento, haciendo que mis oídos solo
escuchasen esa canción y los sentimientos que transmitían, haciéndome casi cerrar
los ojos

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Cuando acabó, noté como Edward tomaba mis manos acercándolas a su pecho. Al
levantar mi mirada, hasta sus ojos, vi como una lágrima salía de los suyos,
rompiendo mi interior. Sin pensarlo dos veces lo abracé.

Los brazos de Edward me envolvieron, acercándome un poco más a él, quedando


mi silla frente a la suya.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

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Capitulo 18

Aquí os dejo el 2º capi del día, tal y como prometí. Disfrutadddddd

CAPITULO 18

- Vámonos de aquí- le dije en un susurro, él solo asintió.

Le hice gestos a Jacob que salía para afuera con Edward señalándole las zonas de
las tumbonas y él me asintió de una manera casi imperceptible, al ver la cara de
Edward.

Sin dificultad empujé la silla de Edward hasta la salida. Una vez allí me encaminé
hasta las hamacas, que aunque estaban en la arena, había un caminito de losas
blancas que te llevaban a cada una de ellas.

Edward no preguntó a donde nos dirigíamos ya que era obvio. Me fui a la más
alejada de la heladería para tener más intimidad. Una vez allí aproximé una de las
hamacas hasta quedar pegada al caminito. Le bajé a Edward el apoyabrazos de su
silla y le señalé la hamaca. Quería hacerlo olvidar y que mejor manera quitándolo de
esa silla.

- Bella…no es buena idea…después…

- Jacob vendrá dentro de un rato, lo he avisado.

Con mi ayuda, se sentó en la hamaca, después aparté la silla de su lado,


colocándola tras él para que no pudiera verla.

Desde donde estábamos podíamos ver el romper de las olas y escuchar el sonido
de estas, algo bastante relajante.

Cuando me fui a sentar en la otra tumbona, junto a su lado, Edward tiró de mí,
sentándome en sus piernas.

Me quedé sorprendida, no me lo esperaba. Al momento, tomó mis mejillas con sus


manos y me acercó hasta su boca.

Mi reacción no fue la esperada por él ya que apenas me moví y no fue porque yo


no quisiera, no, era porque no creía que fuera real el momento.

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Lentamente se apartó para mirarme a los ojos, de los cuales se escapaba una
lágrima de felicidad.

- Bella…no llores…perdóname…yo- me había malinterpretado, ahora era feliz.

- No Edward, no pares, bésame, necesito que me beses- al decirle eso Edward me


atrajo de nuevo a sus labios para fundirnos en un nuevo beso.

Esta vez no me quedé paralizada y le correspondí como tanto deseaba. Sus labios
me daban tiernas caricias, como si de un caramelo me tratase y eso lo hacía más
exquisito. Al momento sentí su lengua y me deshice. La mía no tardó en acariciarla,
mezclando nuestras salivas creando una sola.

Poco a poco me fui volteando hasta quedar sentada casi a horcajadas encima de
él. A nuestros besos se unieron las caricias.

Mis manos subieron hasta su cuello, regalándole tiernas caricias, él me agarró de


la cintura, subiendo de vez en cuando sus manos por mi espalda, estremeciéndome
en cada subida.

Finalmente nos fundimos en un intenso abrazo, uno…cargado de emoción.

- Bella…no sé si esto que estoy haciendo está bien. Sé que soy un egoísta pero…no
quiero perderte. Te necesito- me susurró al oído.

- Edward…no iré a ningún sitio sin ti, y si, estás haciendo bien, me estás haciendo
feliz, feliz por permitirme estar a tu lado- le musité yo.

Edward se tumbó en la hamaca, quedando mi cuerpo entre sus piernas. Mi cabeza


reposaba en su pecho, sintiendo a su corazón latente y lleno de vida. Edward me
acariciaba el pelo, perdiendo sus dedos en él

Casi nos habíamos olvidado del mundo cuando apareció Jake.

- Ho..hola- dijo tímidamente sin entender lo ocurrido.

- Hola Jake- me incorporé, Edward me sonrió.

- Edward… ¿te sientes bien? Me preocupé al veros salir de la heladería.

- Estoy mejor que bien- volvió a sonreír Edward

- 105 -
- Me alegro entonces- Jacob me miró sin comprender pero sin querer preguntar,
cosa que le agradecí

Tras eso, ayudamos a Edward a subirse de nuevo a la silla de ruedas. Era hora de
volver a casa, Carlisle nos dijo que se dirigiría allí sobre esta hora, para asegurarse
que todo había salido bien.

Fuimos paseando por el paseo marítimo, tomados de la mano Edward y yo, con
cara de extrema alegría, mientras Jacob empujaba la silla sin comprender aún. Ese
momento no era de explicaciones, solo era de disfrute. Ya tendríamos tiempo de
revelarle lo ocurrido.

Un poco antes de de tomar la calle para la casa de Edward, escuché un corto


sonido de una sirena justo a nuestro lado, al mirar sonreí. No podía ser otra persona
que mi hermano Emmett, el cual ya bajaba de su coche patrulla.

- ¿Señorita Swan está siendo buena?- dijo acercándose a nosotros mirando mi


mano cogida a la de Edward. Pude ver como Edward y Jacob se encogían al ver
como un policía 4x4 se acercaba, a lo que no pude evitar seguirle la broma.

- No agente, olvidé llamar a mi hermano- sonreí apartándome de Edward y Jacob


al saber las intensiones de mi hermano. (Sus manos estaban preparadas para
hacerme cosquillas, cosa que odiaba)

- Pues…déjeme decirle que eso tiene pena de cárcel- al decirme eso me atrapó
entre sus brazos abrazándome mientras me hacía cosquillas.

- Emm para, para- reía, al momento me di cuenta que Edward y Jacob nos miraban
asustados- ¿Quieres que piensen que no eres un policía serio?- esas eran las
palabras mágicas

- Hola soy Emmett Swan- le tendió la mano a Jacob y Edward. Este último sonrió
al escuchar el apellido- soy el hermano de esta delincuente- me volvió a abrazar
mientras todos sonreían.

- Emm, ellos son Jacob y Edward. Chicos este es mi hermano Emmett.

- Bueno… aún te estamos esperando ¿lo sabes? Bella… ¿Dónde te metes


últimamente que no tienes tiempo para tu pobre hermano?- puso cara de pena y no
pude evitar sonreír mirando a Edward, respondiéndome él a su vez al saber que
había estado con él.

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- Ocupada, pero…te prometo que cenaré con vosotros el fin de semana- volví a
mirar a Edward, quería que él me acompañase.

- ¡Emmett!- le llamó el compañero de trabajo- tenemos un aviso.

- Bueno princesa- dijo dándome un beso en la cabeza- llámame. Te quiero.

- Y yo a ti. Te llamo- eso último se lo medio grité.

Cuando fuimos a emprender la marcha, tomé de nuevo la mano de Edward. En mi


cara había tatuada una sonrisa.

Cuando llegamos a casa de Edward, Carlisle y Esme nos esperaban impacientes.


Al ver nuestras caras suspiraron de alivio.

- ¿Cómo te fue hijo?- le preguntó cuidadosamente Esme.

- Muy bien, realmente Bella tenía razón, el chocolate prealineé es milagroso-


ambos sabíamos que no había sido el chocolate el milagro, había sido ese beso.

Edward le contó como se había sentido a sus padres, los cuales no podían borrar
la sonrisa de su cara.

Esme aprovechó que padre e hijo hablaban interesadamente para apartarme a un


lado.

- Bella…nunca te podré agradecer lo que estás haciendo por mi hijo- sus ojos
estaban vidriosos- el día que te conocí supe que eras la persona indicada pero…me
quedé corta. Has sido un milagro, el milagro que me ha devuelto a mi hijo-
finalmente me abrazó y yo le correspondí- No sé como te pagaremos todo esto.

- Esme…no hay nada que pagar. Yo…soy la primera interesada en que Edward se
recupere- Sentía la necesidad de decirle a Esme mis sentimientos pero…temía su
reacción- yo…yo…- tomé una gran bocanada de aire- Esme, yo estoy enamorada de
él.

La reacción de Esme fue instantánea. Las lágrimas ya no era posible ser retenidas
en sus ojos por más tiempo y me abrazó

- Bella…no sabes lo feliz que me hace saber eso. Sé que… Edward…siente lo


mismo por ti, Alice me lo contó- Edward me había correspondido esta tarde
pero…no sabía el alcance de sus sentimientos, esta declaración de Esme me
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emocionó haciéndome llorar a mi también.

Ambas permanecíamos abrazadas, llorando de emoción, cuando Carlisle nos vio,


quedándose sorprendido.

- Eee…bueno…yo solo venía para preguntarle a Bella si quería quedarse a cenar


con nosotros- preguntó Carlisle tímidamente mientras Esme y yo nos
recomponíamos.

- Claro que si se quedará- respondió Esme por mí- Hay muchas cosas que celebrar

La cena fue muy agradable, amenizada por conversaciones interesantes. Edward y


yo, la pasamos regalándonos intensas miradas y sonrisas. Miradas que me
abrasaban y sonrisas que me derretían.

Cuando Carlisle y Esme empezaron a despedirse, creí que era el momento de mi


marcha. Eran las doce de la noche y mañana tendría un día duro por delante, en mi
tarea de búsqueda de empleo.

Cuando fui a coger mi bolso Edward me llamó.

- Bella… ¿recuerdas que me debes algo? Ya sabes el trueque, yo salía a tomar el


helado y tu…- sin poder evitarlo sonreí.

- Si pero…tú no pediste nada, dijiste que lo pensarías- le susurré

- Ya sé lo que quiero, quiero que te quedes conmigo esta noche, que no te vayas-
al oír eso un estremecimiento se apoderó de mi.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

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Capitulo 19

Habeis dormido biennnnn? Os dejo el 1º capi del dia.

CAPITULO 19

¿Realmente quería estar a mi lado? Yo me moría por ello pero…

- De verdad quieres que…- le dije incrédula.

- Claro que si, te lo dije esta tarde, no quiero que te alejes de mi- ¿Quién era este
Edward? ¿Dónde estaba el Edward inseguro?

- Pero… ¿Dónde…?- me daba vergüenza acabar la pregunta.

- A mi lado. Sé que mi cama es…bueno…pequeña pero…quiero tenerte cerca de


mi- La verdad que eso era lo que menos me importaba. Quería estar a su lado y si
hacía falta, me tumbaría en el suelo.

Cuando se fueron Esme y Carlisle, Edward fue con Jacob para la habitación para
que este le ayudase a ponerse el pijama. Supuse que Edward iba a aprovechar ese
momento para decirle a Jacob que yo pasaría la noche ahí. ¿Lo haría?

Cuando regresé a la habitación, después de darle las buenas noches a Jacob,


Edward estaba en su cama. ¿Por qué me faltaba la respiración en esos momentos?
Eran nervios.

- Bella…ahí tienes una camiseta amplia para que te cambies si quieres- miré para
el sillón y la vi.

Sin decir nada me acerqué hasta el sillón y la tomé.

Entré en el baño y me cambié, colocándome esa camiseta, la cual por suerte me


quedaba por casi las rodillas.

Olía a él y eso me estremecía de una manera increíble.

Cuando salí del baño, solo había una luz tenue, en la mesita de al lado de la cama
de Edward.

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- Hola…- fue lo único que pude decirle al acercarme a él. Edward alzó sus manos
para ofrecérmelas

- Hola…estás… preciosa- dijo mirando mi atuendo, por lo que no pude evitar


sonrojarme

Me acerqué hasta su cama, sentándome en el borde de ésta. Edward tiró de mí,


para recostarme a su lado, quedando nuestras caras a pocos centímetros.

- Bella…luché para que esto no pasara. No quería condenarte a…- se justificaba.

- Edward…ahora soy feliz. ¿Piensas que apartándome de tu lado voy a ser feliz?

- No lo sé pero…al menos, podría quitarte sufrimiento.

- No sufro estando a tu lado, al revés. Edward…nunca me…había enamorado-


debía ser clara con mis sentimientos, después de saber lo que me había contado
Esme

- Bella ¿de verdad estás enamorada de mí?- yo solo asentí y Edward suspiró
aliviado- yo lo estoy desde el primer día que te vi, desde tu monologo sobre meter
mano- comenzó a reír.

- Entonces…me escuchabas ¿eh?- sonreí- Siempre lo supe por eso no tiré la toalla.

- Claro que si y luchaba por no mirarte. Eso sería mi rendición, como después pasó
con "El vaca corre por el bosco"- imitó mi español y mis risas eran aún más audibles

- Siempre lo supe- sonreí con suficiencia- Por eso seguí viniendo. Por cierto…- me
ruboricé y Edward me miró curioso- No hay clases de español, es decir que…no hay
exámenes, estaba aprendiendo español pues sabía que te gustaban los idiomas-
Edward se sorprendió

- Es decir que todo ha sido una treta para embaucarme ¿no?- me acunó más en sus
brazos- Como supiste tanto…

- He estado en casa de tus padres. Cené con tu familia días antes de conocerte-
Edward rió amargamente- ellos me ayudaron a conocerte, me advirtieron de
que…no querrías ni verme, que harías lo posible por deshacerte de mi.

- Pues se confundieron. Desde que viniste a mi casa por primera vez…nunca quise
que te fueras- me pegó más a su cuerpo- has sido…mi salvación- y él había sido la
- 110 -
mía.

Sin pensarlo, me acerqué hasta su boca y le besé.

Pasamos toda la noche entre dulces besos y caricias, ningunas sexuales. Ni


Edward ni yo estábamos preparados para nada de eso, antes…debíamos amarnos
pero sentimentalmente.

No supe que hora era ni donde estaba, cuando unos besos me despertaron.

- Buenos días mi niña- me susurró Edward al oído- son las 8 de la mañana, sé que
tienes que ir a trabajar- a trabajar, me dije a mi misma con pena.

- Hola…- le dije abriendo lentamente los ojos- ¿Cómo has dormido?- le dije al ver
sombras grises bajo sus ojos.

- No lo he hecho- me tensé- porque no he querido- aclaró- He preferido mirarte


para ver como dormías, eres preciosa- dijo depositando un beso en mi cuello

Le abracé, pegando nuestros cuerpos hasta ser uno, mientras cerraba de nuevo
mis ojos, apoderándome de todo el aroma que desprendía su cuerpo.

Un murmullo en el exterior de la habitación, hizo que Edward y yo miráramos a la


puerta, sin separarnos, la cual se abrió en ese momento.

- Edward te he traído bo..llos de chocolate- eso último lo dijo solo para ella (Alice)-
Perdón- dijo volteándose.

Jacob también estaba en la puerta y que quedó perplejo al vernos metidos juntos
en la cama abrazados, por suerte tapados hasta la cintura.

- Alice…te importaría…- le dijo Edward, haciendo señas para que cerrara la


puerta, riendo.

- Si…perdonad- cerró la puerta riéndose.

Mi cara no estaba ruborizada, estaba peor aún. Edward comenzó a reírse, a lo que
yo respondí escondiendo mi cara en su pecho.

- Bella…no te preocupes no ha pasado nada- intentó quitarle dureza Edward.

- Edward…estamos metidos en la cama juntos, abrazados…


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- ¿Y que malo hay en eso? Bella…te quiero- me quería, me quería- y no me importa
que los demás lo sepan.

- Pero…estarás conmigo que no es la mejor manera ¿no?- volvió a reír cuando


miró hacia la puerta.

- No lo es pero…ella se lo ha buscado por abrir una puerta sin llamar.

Después de eso, me levanté rápidamente de la cama para ir a vestirme. No iba a


ser capaz de salir de esa habitación y mirar a Alice y a Jake a la cara.

Vale, decidido con la excusa de irme a "trabajar", o lo que para mi viene a ser ir a
buscar trabajo, me marcharía rápidamente.

Cuando salí de la habitación, Edward estaba ya sentado en su silla de ruedas.

- ¿Por qué no me has esperado?- le pregunté

- Porque puedo hacerlo por mi mismo- eso era verdad, la cama de Edward bajaba
casi hasta quedar a la misma altura que su silla y luego solo tenía que arrastrarse un
poco.

- Es verdad- le sonreí.

- ¿Vamos a desayunar? – rió señalando la puerta, sabía que me daba vergüenza


salir.

- No voy a poder quedarme tengo que ir a…trabajar- me daba pena mentirle pero
era lo mejor.

- Bella…no te van a juzgar. Alice lleva agobiándome varias semanas para que
ocurriese esto- lo miré sorprendida, ¿Alice?- a mi hermana no se le escapa una Bella.

Un poco más tranquila salimos de la habitación.

En el salón nos esperaban Alice, con una inmensa cara de felicidad, y Jacob un
poco confundido.

- Buenos días- nos abrazó Alice a Edward y a mi- he traído el desayuno- pegó unos
pequeños saltitos

- Hermanita…veo que…has traído bollos- se sorprendió Edward


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- Si, era como recompensa a tu salida de ayer pero…veo que hay más cosas que
celebrar- al decir eso me volví a ruborizar.

- Bueno…yo…me tengo que ir a trabajar- dije, me estaba muriendo de vergüenza

- De eso nada…tu desayunas con nosotros- Alice empezó a tirar de mi hasta


sentarme en una silla al lado de Edward, este solo reía al ver que su hermana hacía
lo que quería conmigo.

- Alice…relájate, mi sobrino va a salir estresado- rió Edward tocando la barriguita


de Alice, que ya se veía un poco abultada, al estar de 4 meses.

- Sobrina- le aclaró, y Edward abrió sus ojos al máximo por la sorpresa- Chloé para
ser exactos.

- Alice…eso es una buena noticia- Edward estaba muy animado y eso me llenaba
de dicha, nunca lo había visto tan expresivo

- Si, felicidades Alice, es un nombre precioso- le dije.

En ese momento apareció Jacob con café y una jarra de zumo. La cara de
confusión de Jake desapareció, volviendo a tener su sonrisa de siempre.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

- 113 -
Capitulo 20

Os dejo un nuevo capitulo. Espero que disfruteis.

Hasta

CAPITULO 20

Tras el desayuno, me despedí de Edward con un pequeño beso para irme a casa.

Debía cambiarme de ropa y comenzar mi búsqueda seria de trabajo. No podía


permitirme estar muchos días sin trabajar.

Compré varios periódicos de trabajo de camino a casa.

Una vez allí me puse unos vaqueros y una camisa azul. Tomé los periódicos y
comencé a señalar las ofertas más interesantes de trabajo, aunque ninguna era de
mi rama.

Una era de recepcionista, varias de administrativas, telefonista…

Con mi carpeta de Curriculums me eché a la calle. Iría personalmente a esas


empresas para presentarme. Era la manera más rápida de obtener respuestas.

Media mañana había transcurrido y no había tenido éxito. De los trabajos que
había seleccionado, ninguno tenía experiencia previa, por lo que me descartaron
rápidamente, diciendo que guardarían mi curriculum por si salía algún puesto
acorde con mi experiencia pero…yo sabía que era imposible. ¿Cómo iba a salir un
puesto de fisioterapeuta en una empresa de construcción? ¿Acaso se le podían hacer
rehabilitación a los ladrillos?

Me paré en una cafetería para tomar algo para reponer energías. Volví a repasar
las ofertas de empleo de los periódicos, bajando aún más el listón.

Fui hasta un supermercado "The American Stores" ya que solicitaban


reponedores, un trabajo que no era complicado para mí, aunque no tenía
experiencia.

Me hicieron una entrevista rápida, ya que apenas solicitaban experiencia para


ocupar el puesto.

- 114 -
- Está bien Isabella- me dijo el encargado- Ahora mismo solo hay libre el turno de
madrugada + mañana- sin poderlo evitar cerré los ojos.

- ¿Qué horario tiene?- pregunté

- De 4 de la madrugada a 12 del mediodía. De 4 de la madrugada hasta las 10, que


es horario de apertura al público, te encargarías de reponer los productos de la
tienda. Una vez que se abra al público tu trabajo estaría en el almacén. Descansarías
los domingos.

No tenía otra salida, era eso o nada, y… mi situación no me permitía estar sin
trabajar. El sueldo era mucho menor que en la clínica, pero al menos…me daba para
sufragar gastos. Lo aceptaría hasta que encontrara algo mejor pero…teniendo en
cuenta que la crisis afectaba a todos por igual, me podía dar con un canto en los
dientes de tener al menos esto.

El encargado me hizo pasar al despacho del departamento de recursos humanos,


para elaborar mi contrato. Por suerte, traía toda la documentación necesaria
conmigo.

Antes de irme me pasé a despedirme del encargado, el cual me recordó que mi


jornada laboral comenzaba esta misma noche.

Se aproximaba la hora de almorzar, pero antes de ir a casa, decidí pasarme por el


gimnasio donde trabajaba Seth. Quería solucionar todo para empezar la
rehabilitación de Edward.

- Ey Bells que sorpresa- me abrazó, Seth era como Emmett para mí.

- Seth, ¿Se puede saber que haces que cada día estás más guapo?- le sonreí

- Eso es que me miras con buenos ojos. Bueno… ¿y a que debo esta grata visita?

- Quería saber si aún podía usar tu invitación a usar el gimnasio

- Claro que sí. Sabes que soy el encargado de que todo esto funcione por tanto…no
hay ningún problema, puedes venir cuando quieras.

- Seth…no es para mi- mi amigo se sorprendió y me miró interrogante- es para


un… amigo especial- aún no sabía que éramos Edward y yo- estoy llevando su
rehabilitación, ya que tuvo un accidente de tráfico. He hecho todo lo que podía
hacer en su casa pero…ahora necesito una piscina para que fortalezca sus músculos.
- 115 -
- Claro Bella, no hay ningún problema, sabes que puedes usar lo que necesites de
aquí.

- Gracias Seth- lo abracé- para mi es importante.

- No me contó Emmett nada de que salías con alguien, siempre se está quejando
de "tu soledad"- dijo soledad pero se refería a relaciones con chicos. Después rió.

- Es algo…que ha ocurrido hace poco, aún no lo sabe- le sonreí.

- Tranquila, no lo sabrá por mí- Adoraba a Seth, era el hombre perfecto de no


quererlo como a un hermano.

Fui hasta casa y me preparé algo rápido de comer. Estaba deseando regresar al
lado de Edward.

EDWARD

Ver a Bella dormir era lo más gratificante del mundo. Era preciosa, realmente
preciosa. Estaba tan concentrado velando por sus sueños que las horas pasaron
como minutos. Ya hacía al menos una hora que había amanecido y supuse que
tendría que marcharse a trabajar.

La desperté con dulces besos alrededor de sus mejillas. Estaba aún más preciosa
cuando despertaba.

Tras varias caricias, escuchamos un murmullo que provenía del otro lado de la
puerta. Me pareció la voz de Alice pero no estaba muy seguro, cuando la puerta se
abrió, confirmándome mis sospechas. Mi hiperactiva hermana había abierto la
puerta sin llamar, encontrándonos a Bella y a mi, metidos en la cama abrazados.

- Edward te he traído bo…llos de chocolate- eso último lo dijo solo para ella-
Perdón- dijo volteándose.

Lo peor de todo es que no estaba sola, Jacob se encontraba detrás de ella,


mirándonos a Bella y a mí, como si hubiésemos cometido un delito. Vale que la
noche anterior, no le había advertido que Bella se quedaría conmigo en la noche,
pero…tampoco tenía por que justificarme de mis actos. Era mi casa.

Pude notar la incomodidad de Bella, por lo que finalmente me dirigí a mi


imprudente hermana.

- 116 -
- Alice…te importaría…- le dije haciendo señas que cerrase la puerta sin poder
parar de reír al ver lo ridículo de la situación.

- Si…perdonad- cerró la puerta riéndose.

Bella escondió su cara en mi pecho y pude notar el calor de sus mejillas. Sin poder
evitarlo comencé a reír.

- Bella…no te preocupes no ha pasado nada- intenté tranquilizarla

- Edward…estamos metidos en la cama juntos, abrazados…

- ¿Y que malo hay en eso? Bella…te quiero- por fin podía decirle mis sentimientos-
y no me importa que los demás lo sepan.

- Pero…estarás conmigo que no es la mejor manera ¿no?- recordé la situación y


volví a reír.

- No lo es pero…ella se lo ha buscado por abrir una puerta sin llamar.

Bella se levantó de la cama para ir a vestirse al baño, por lo que yo aproveché


para deslizarme de la cama hasta mi silla de ruedas. Había ganado fuerza en mis
brazos y ahora podía hacerlo solo.

Cuando Bella salió se sorprendió.

- ¿Por qué no me has esperado?- me preguntó

- Porque puedo hacerlo por mi mismo- debía empezar a ser más independiente

- Es verdad- sonrió

- ¿Vamos a desayunar? – reí al saber que se moría de vergüenza.

- No voy a poder quedarme tengo que ir a…trabajar- sabía que me estaba dando
largas.

- Bella…no te van a juzgar. Alice lleva agobiándome varias semanas para que
ocurriese esto- Bella estaba sorprendida- a mi hermana no se le escapa una Bella.

Al salir de la habitación vimos a Alice y Jacob esperándonos en el salón. Mi


hermana estaba inmensamente feliz y Jacob estaba confundido e incluso un poco
- 117 -
molesto pero…realmente no me importaba. Bella no era nada suyo por lo que no
tenía que darle explicaciones.

Alice no podía disimular su felicidad por lo que ha había visto, haciendo a Bella
más de una vez ruborizarse. Bella intentó zafarse del desayuno, pero mi insistente
hermana no se lo permitió, lo que me alegró. Finalmente decidí intervenir. Mi
hermana era demasiado peligrosa cuando estaba feliz.

- Alice…relájate, mi sobrino va a salir estresado- le dije acariciando su graciosa


tripa.

- Sobrina- me aclaró y me sorprendí. Era una niña- Chloé para ser exactos.

- Alice…eso es una buena noticia- estaba muy emocionado.

- Si, felicidades Alice, es un nombre precioso- participó Bella lo que me llenó de


dicha.

Jacob volvió a la mesa, trayendo café y zumo para los cuatro, volviendo a
comportarse como siempre, cosa que me alegraba. Jacob era un buen chico y le
debía mucho, pero sin hacía falta le pondría los puntos sobre las ies, no quería que
hiciera sentir mal a Bella.

Para mi desgracia, Bella no tardó en marcharse, pero…sabía que tenía


obligaciones que cumplir.

Aproveché la mañana para hacer varias cosas pendientes, entre ellas darme una
ducha y llamar a mi padre, quería hacer unos cambios en casa. Por suerte mi padre
tenía la mañana libre y vino a verme.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

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Capitulo 21

Qué talllllllllll?

CAPITULO 21

- Hijo…te veo…de muy buen humor- me dijo sorprendido al verme moverme con
mi silla por la terraza.

- Lo estoy papá. Me siento…muy bien- sonreí

- Bueno y creo que la medicina que te hizo estar así se llama Bella ¿verdad?- mi
padre me conocía demasiado bien

- Si, es ella. Siempre ha sido ella- le admití. Era tonto esconder un sentimiento tan
bonito.

- Edward…no sabes lo que me alegra escucharte así. Me alegro que por fin hayas
tomado las riendas de tu vida, que no te hayas rendido.

- Lo he pasado muy mal, y solo ella ha sido capaz de sacarme de ahí, aunque tengo
que decir que tengo mucho miedo- mi padre me miró sorprendido.

- ¿Miedo? ¿A que Edward?

- A ser un estorbo, a hacerla infeliz a ser una carga para ella.

- Edward…no pienses eso. Cuando hay amor no hay cargas, ella siempre ha estado
a tu lado desinteresadamente, ahora con más motivos.

- Papá, necesito varias cosas- mi padre esperó- Mi teléfono móvil personal, sé que
lo guardas- mi padre sonrió asintiendo- quiero…una cama mayor articulada- aunque
la noche anterior habíamos dormido bien, sabía que esa cama era un poco pequeña,
mi padre no hizo ninguna pregunta- y por último, una silla de ruedas eléctrica, lo
más discreta y pequeña posible. No quiero que si salgo con Bella a la calle, ella me
tenga que empujar.

- No sé como le voy a pagar a Bella el cambio que has dado. Edward…cuida de esa
chica, es…es….

- 119 -
- Es ideal, perfecta, increíble…. ¿Quieres más?- le sonreí a mi padre y el negó.

Antes de marcharse Kate de casa, dejó el almuerzo hecho. Le pedí que hiciese
para tres personas, por si a Bella le daba tiempo de venir a comer con nosotros, cosa
que no ocurrió. Supuse que tuvo un día atareado.

Antes de levantarse de la mesa, Jacob se aproximó a mi lado, sabía que había


querido hacerme preguntas toda la mañana pero…no se había atrevido.

- Edward…no se si puedo hacerte esta pregunta pero…necesito saberlo- me dijo


apenado, yo asentí para que me la hiciera. Era lo mejor para los dos, así evitábamos
errores- ¿Bella y tú….estáis juntos?

- No lo se aún. No hemos hablado de eso.- sonaría genial decir mi novia- solo te


puedo decir que estoy enamorado de ella desde que la vi, y se que ella siente lo
mismo por mi. Anoche me lo confesó.

- Bueno…me alegro mucho por ti. Sé que Bella es…una chica…especial- se notaba
dolor en sus palabras- y bueno…realmente te ha hecho mucho bien.

- Jacob… ¿Qué sientes por ella?- ahora me tocaba preguntar a mi, necesitaba
saberlo

- ¿Para qué Edward? Eso no cambia nada- se levantó de la silla

- No lo cambia pero…necesito saberlo. No quiero hacerte daño

- Solo te diré que siento algo que sé que puedo olvidar en estos momentos. Si
hubiese pasado más…quizás me habría dañado- eso me alivió.

- No quiero hacerte daño, Jake. Te aprecio mucho, has estado conmigo todo este
tiempo ayudándome…

- No sufras por mi Edward, sé que…Bella te ayudará a retomar tu vida.


Solo…cuídala, si no lo haces…estaré ahí para robártela- bromeó.

- Tranquilo que no hará falta- no la dejaría escapar.

Después de la conversación con Jake, me sentía mucho mejor. Todo había quedado
claro entre nosotros y eso lo hacía todo más cómodo.

Bella llegó, un rato después de la conversación con Jake.


- 120 -
- Hola guapo, ¿Cómo estás?- me dijo dándome un pequeño beso.

- Ahora…bien. Te extrañé- tomé sus manos y las besé. Me pareció extraño no


notar olor de aceites aromáticos en sus manos, como otras veces cuando venía de
trabajar- ¿Has tenido un día duro?

- Mucho, pero…ahora quiero olvidar eso, estamos juntos- noté una pequeña pena
en sus ojos pero…no quise preguntar

Pasamos la tarde tumbados en la hamaca de la terraza, conociéndonos. Jacob


había aprovechado para ir a la biblioteca.

- Edward… ¿No te gustaría volver a trabajar?- me preguntó Bella

- Si…pero…no estoy preparado para acudir al trabajo- le sonreí.

- Y… ¿Por qué no traes el trabajo a casa?

- Porque en casa no se pueden celebrar juicios- comencé a reír- ¿Crees que el


magistrado aceptaría celebrar el juicio en el salón?

- Eres muy gracioso Sr. Cullen- empezó a hacerme cosquillas algo que no podía
soportar.

- Bella…Bella….para…- le decía entre risas

Estábamos tan metido en nuestra pequeña guerra que no nos dimos cuenta que
mis padres habían llegado.

- Oigo música celestial- dijo mi madre riendo, lo que hizo que Bella parara de
golpe.

- Hola mamá- le sonreí.

- Bueno…creo que a partir de ahora…avisaremos antes de venir- al decir eso Bella


se ruborizó.- No queremos interrumpir

- No lo hacéis- aclaró Bella rápidamente- solo estaba castigando a Edward…está


muy chistoso- al mirarme me sacó la lengua como una niña pequeña, y no pude
evitar reírme como nunca y abrazarla, bajo la atenta mirada de felicidad de mis
padres.

- 121 -
Era muy evidente que era muy feliz teniendo a Bella a mi lado. Mis padres podían
apreciar ese bienestar en mi, haciéndolos felices a ellos.

Mis padres se sentaron con nosotros en la terraza para charlar. Bella intentó
incorporarse para sentarse en una silla pero no la dejé. La mantuve presa de mis
brazos en la hamaca.

- Por cierto Edward…aquí tienes tu teléfono, tal como me has pedido. En cuanto al
resto…en dos días estará aquí- Bella me miró sorprendida.

- Gracias. Bueno…Bella…quiere llevarme a…la piscina y lo necesitaré- Aproveché


para informarles, mis padres se quedaron más alucinados aún.

- Edward…eso es una buena noticia- dijo mi madre.

Cuando se marcharon mis padres, le conté a Bella los encargos que le había
hecho.

Ya se acercaba la hora de cenar, y no quería que Bella se marchara.

BELLA

Habíamos pasado una tarde increíble juntos, y después con Carlisle y Esme.
Nunca me cansaría de decir que esa familia era muy especial.

Cuando se acercó la hora de cenar, pude notar a Edward un poco más nervioso.

- Bella…no te vayas, quédate a cenar- me dijo.

- Vale…me quedaré- no tenía problemas por ello, nadie me esperaba en casa.

- Y a dormir- me susurró Edward al oído. Era lo que más quería en la vida pero…a
las 5 A.M. tenía que estar en el nuevo trabajo y…como justificaría levantarme a las 4
A.M.

- No puedo Edward…hoy no puedo- me miró con pena pero no preguntó más

Cenamos, con la compañía de Jacob, el cual se volvía a comportar de forma


natural. Podía notar que Edward y él habían hablado sobre nosotros.

Edward, consiguió retenerme hasta más tarde de lo debido, lo cual sabía que me
arrepentiría cuando tuviese que levantarme.
- 122 -
Cuando me acosté eran las 00.30, por lo que apenas dormiría tres horas y media.

Efectivamente, cuando sonó el despertador me puse a llorar. Necesitaba dormir


más, era demasiado temprano. Mis ojos no me respondían. Puse a hacer el café
mientras me daba una ducha de agua helada. Sabía que esa era la única forma de
despertarme y de que forma más desagradable. Después me coloqué mi uniforme de
colorines y me fui a trabajar. Si el uniforme de pantera rosa era feo…este era peor.

Llegué al trabajo cinco minutos antes. A esa hora había otro encargado, el cual me
enseñó el trabajo que tenía que hacer.

Me habían asignado cinco pasillos, con estanterías a ambos lados, de los cuales
me tenía que encargar de su limpieza, el control de caducidad de los productos,
inventario y reposición. Visto así no parece tanto, si no se tratase de zona de
droguería/perfumería, donde los botecitos eran minúsculos, zona de congelados,
donde casi me tenía que meter dentro del congelador para limpiarlo y reponerlo,
zona de refrigeración, donde los expositores tenía millones de yogures de todas
clases, etc. Aquello era el infierno, pero…aquel infierno me daría para pagar mis
gastos.

A las 10 de la mañana estaba destrozada. Me dolía cada músculo de mi cuerpo de


coger peso y de las malas posturas.

Mis compañeros me dijeron que teníamos 15 minutos de descanso para


desayunar, los cuales aproveché para descansar. Estaba tan cansada que era
incapaz de alimentarme.

Me fui para el almacén y me senté sobre unas cajas, recostando mi cabeza sobre
otra.

Para mí apenas pasó dos segundos cuando alguien me llamó.

- Isabella…despierta, te has quedado dormida y el encargado ha preguntado por


ti- me avisó un compañero- Tranquila solo ha pasado media hora.

Me levanté rápidamente muerta de vergüenza, agradeciendo a mi compañero su


discreción. Por suerte el encargado solo quería darme la bienvenida.

Si el trabajo en el supermercado era duro en el almacén…era mucho peor. Tenía


que verificar que los artículos que reponía todas las mañanas, hubiesen llegado.
Parecía fácil si todo estuviese organizado, aquello era un caos, o mejor dicho era
"tonto el último". A medida que los proveedores iban trayendo la mercancía, la iban
- 123 -
colocando en cualquier sitio, sin orden, sin nada.

Cuando me subí al coche para irme para casa, lloré. Estaba destrozada, reventada
y lo peor de todo derrotada anímicamente.

Fui a casa para cambiarme de ropa y darme una ducha. No podía ir a casa de
Edward oliendo a congelados, perfumes, polvo, etc.

Me hice un sándwich y me lo comí por el camino

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

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Capitulo 22

Ay muchos mensajes que me encantarían responder pero… creo que no


estais logados, por tanto no puedo responder a vuestras preguntas

Mañana se presenta un día complicado por lo que solo podré actualizar


por la noche, lo siento.

Os dejo el siguiente capi

CAPITULO 22

EDWARD

Estuve tentado a lo largo de la mañana en llamar a Bella. La echaba de menos


pero…no quería agobiarla, podía estar en medio de una sesión de masajes y no
quería molestarla.

Quizás tenía razón, debía volver a trabajar pero…en algo que no me supusiese
salir de casa, no me sentía preparado para salir solo y menos para montar en coche.
Podía llevar trámites meramente administrativos, hoy día Internet era una
herramienta increíble, y podía hacer casi cualquier trámite por ahí.

Jacob y yo almorzamos, charlando animadamente. Al parecer, estaba interesado


en Leah, la chica que nos encontramos en la heladería, cosa que a mi me alegraba
pues así no tendría que estar preocupado por Bella. Aunque confiaba en los dos, era
imposible contener unos celillos que golpeaban en mi corazón.

Cuando llegó Bella me impactó un poco. Ella se intentó mostrar igual que siempre
pero…la vi muy cansada. Tenía mala cara y pude ver en sus brazos arañazos.

- Bella… ¿Dónde has estado trabajando hoy?- ella se puso nerviosa.

- En la clínica- respondió escuetamente

- Y… ¿Esos arañazos?- le señalé los brazos.

- Me lo he hecho con las cajas. La chica que se encarga de reponer los aceites y
demás está enferma y…bueno, lo he hecho yo. No estoy acostumbrada a las cajas y
me he arañado- sonrió. Parecía lógico lo que decía pero su nerviosismo no me gustó.

- 125 -
- Pareces cansada- la abracé

- Lo estoy, ha sido un día duro- volvía a no oler a aceites.

- Ven…vayamos a la cama, vamos a descansar.

- No Edward…tenemos que seguir con tu…- la silencié con un beso

- Después. Ahora vamos a descansar.

Nos metimos en mi cama abrazados. Estábamos hablando de cómo nos había ido
el día cuando noté que su respiración se relajaba. Se había quedado dormida. La
pegué más a mi cuerpo y me dormí con ella.

Pasó una hora y me desperté pero…Bella estaba totalmente dormida. Parecía


como si no hubiese pegado ojo en toda la noche.

Estaba en mala postura y apenas podía moverme. En ese momento me alegré de


haberle pedido a mi padre que comprase una cama mayor, estaba seguro que la
necesitábamos.

Tomé mi móvil de mi mesita y le puse un mensaje a Jacob, que estaba en el salón,


necesitaba ayuda para moverme ya que mi silla estaba justo al lado donde estaba
Bella, y no quería despertarla.

Jake, necesito tu ayuda para moverme. Bella está dormida por favor ven a mi
habitación. Entra sin llamar

Al momento Jacob estuvo allí para ayudarme. Me tomó en sus brazos y me sentó
en el sofá de mi habitación, no quería apartarme de al lado de Bella. Me dio varios
libros para entretenerme mientras.

Una vez en el sofá, vi como Bella se acomodaba inconscientemente en mi cama y


no pude evitar sonreír.

Pasaron cuatro horas más y Bella seguía durmiendo. Esto ya no era normal…Bella
no debió dormir la noche anterior. Finalmente despertó.

- Hola Bella Durmiente- le dije con una sonrisa sin poder acercarme a ella, cosa
que maldije.

- Edward… ¿Cuánto tiempo he…dormido?- me preguntó desconcertada.


- 126 -
- Cinco horas- le sonreí

- ¿Por qué…por qué me has dejado dormir tanto?- se levantó de un salto de mi


cama.

- Porque lo necesitabas. Estabas muy cansada- ahora estaba a mi lado por lo que
tiré de ella y la senté en mis piernas

- Edward…hoy no hemos avanzado nada. Llevamos varios días sin hacer nada.

- ¿Qué no hemos hecho nada?- la besé- Entonces ¿esto que es?- la volví a besar

- Sabes que no es eso a lo que me refiero.

No pude evitar que Bella no volviese a trabajar, era demasiado terca como para
acceder, aunque por suerte, la sesión de hoy era más corta.

Pronto llegó la hora de cenar, y Bella se volvió a quedar con nosotros.

Al pedirle de nuevo que se quedase a dormir me dijo que no podía, poniendo


excusas sin sentido. ¿Quizás no quería dormir a mi lado?

Pasó una semana, y Bella parecía estar menos cansada físicamente pero su cuerpo
no decía lo mismo. Era como si hubiese pasado un momento de adaptación.
Conseguí que se quedara a dormir en casa la noche del sábado al domingo, pasando
ese día todo el rato a mi lado. Por suerte para ese día ya teníamos una cama mayor,
adaptada a mis necesidades.

Mi nueva silla eléctrica, tardó un poco más en llegar, haciéndolo hace poco menos
de dos días, por lo que tuvimos que posponer la cena con el hermano de Bella, me
había negado a que Bella tuviese que empujar mi silla.

Habíamos dado paseos cortos por alrededor de mi casa, para que me fuera
acostumbrando a salir, además así fortalecía mis brazos. La mayoría de los días los
dábamos solos, por lo que teníamos más intimidad, era un rollo tener que ir con
carabina, por muy buena persona que fuera Jacob.

Bella había preparado todo para que esa tarde fuéramos a la piscina, lo que me
tenía bastante preocupado. Por ser el primer día Jacob nos acompañaría.

Bella me contó que en el gimnasio a donde íbamos a hacer la rehabilitación,


trabajaba un amigo de su familia, Seth, el cual ya estaba avisado de nuestra visita.
- 127 -
Me daba mucha vergüenza hacer uso de unas instalaciones sin pagarla pero Bella
estaba muy convencida de que no era necesario.

Bella no exageró al decir que estaba cerca de casa el gimnasio, apenas estaba a
un kilómetro.

Me esperaba algo más pequeño pero…no lo era. Era un edificio completo, de al


menos seis pisos con paredes de cristales.

Entramos a recepción y Bella se identificó.

- Hola soy Bella Swan, podría hablar con Seth…

- Si, él me avisó que vendríais. Un segundo por favor.

Al momento apareció un tipo, fuerte como un armario que no dudó en abrazar y


tomar en peso a Bella. Supe que eran muy amigos pero…no podía evitar sentir celos
de que la abrazara así.

- Seth, mira él es Edward y él Jacob- me molestó que me presentase como a Jacob,


yo no era como él, era su novio, aunque no hubiésemos aclarado nada antes, no
hacía falta.

- Hola soy Edward Cullen su novio- le aclaré, Bella me miró sonriendo. ¿Qué me
pasaba? Parecía un perro marcando territorio pero…me sentía mejor así

- Encantado chicos, bueno…pues…seguidme os enseñaré las instalaciones- dijo


echando su brazo por encima del de Bella.

Bella le dijo que no era necesario que nos lo mostrase todo ya que sobre todo,
usaríamos la piscina climatizada y el jacuzzi, aunque a Jacob si le interesó conocer
más, pero Bella lo frenó.

- Jake…te voy a necesitar un segundo, después puedes irte- él asintió.

Mis nervios eran aún mayores, no creía estar preparado para todo esto, es más me
superaba la situación y Bella lo captó.

- Tranquilo Edward…hoy solo será toma de contacto ¿vale?- yo asentí asustado.

Entramos en una sala, con muchas taquillas y una camilla en el centro. Bella se
acercó hasta esta y rápidamente colocó una enorme sábana que la cubría.
- 128 -
- Vale…lo primero que haremos es un poco de relax, te vendrá bien- se acercó a mi
oído para que yo solo pudiera oír lo siguiente- estás un poco tenso y…quiero
relajarte- eso me hizo estremecer

La camilla estaba demasiado alta por lo que no podía deslizarme solo. Jacob me
tomó en sus brazos y me sentó en la camilla.

- Gracias Jake, ahora ve a ver el gimnasio te gustará- lo echó sutilmente Bella

Jacob captó la indirecta con una sonrisa y se marchó feliz.

- Bella…lo necesitaremos después para….- ella no me dejó terminar, se colocó


entre mis piernas y comenzó a besarme

- Psss..., no te preocupes por nada, relájate.- me susurró en mis labios.

Las manos de Bella se fueron hasta mi camiseta, despegándola poco a poco de mi


cuerpo hasta sacarla por mi cabeza. Si pensaba que así me iba a relajar estaba
confundida, estaba poniéndome aún más nervioso pero…era otro nervio, era más
¿sexual? No…eso era imposible, yo… ¿o si?

Lentamente me ayudó a tumbarme en la camilla, quedando boca arriba.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

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Capitulo 23

El día fue mas que complicado, estoy destrozadisima.

Espero que disfruteis.

CAPITULO 23

Tomó la cintura de mi chándal, asegurando que solo cogía eso y comenzó a


bajarme el pantalón.

En ese momento tuve que concentrarme y pensar en monjitas para no dar el


espectáculo. Había notado como mi pequeño Eddie estaba a punto de resurgir de su
intenso sueño de más de un año, para mostrarse.

Esto confirmaba que aunque mis vértebras lumbares estaban afectadas, mi


querido amiguito funcionaba, cosa que nunca creí que fuera posible y de lo que me
alegraba enormemente. En todo este año…no había tenido ningún síntoma de
funcionamiento pero tampoco me importó. Desde que Bella se quedó en casa a
dormir, ese había sido uno de mis mayores temores.

Por suerte Bella no tardó mucho en deshacerse de mis pantalones, dejándome con
un bañador tipo boxers, moviéndose de nuevo alrededor de la camilla para situarse
detrás de mi cabeza.

- Quiero que cierres los ojos, relajes tu respiración y pienses en algo que te guste-
hice lo que me pidió sin decir más, y por supuesto pensaría en ella.

Antes de empezar a hacer nada, Bella se acercó hasta mi boca y me besó.

Al momento colocó sus manos sobre mi cabello, acariciándolo lentamente. Hice


una pequeña trampa y abrí los ojos, viendo que los de ellas estaban totalmente
cerrados. Estaba sincronizando su respiración con la mía, por lo que rápidamente
volví a cerrar los ojos para relajar mi respiración.

Tras cinco minutos, pude notar como su respiración y la mía estaban acompasadas
y ella empezó a mover las yemas de sus dedos por mi frente, bajando posteriormente
por mis mejillas hasta llegar a mi mentón. Repitió esos movimientos varias veces,
transportándome a mis pensamientos, despegando mi alma de mi cuerpo.

- 130 -
Poco a poco fue bajando por mis brazos, dejando una marca de fuego imaginaria
en ellos. Después hizo lo mismo con mis piernas, mi torso, hasta llegar de nuevo a
mi cara.

Había perdido la noción del tiempo, realmente Bella había conseguido hacer
desaparecer mis nervios y traerme calma.

- Edward…ve abriendo lentamente los ojos, pero sigue respirando igual- me costó
volver a mi, estaba muy relajado.

Finalmente lo conseguí, viendo al ser más maravilloso del mundo, mi novia, mi


Bella.

- ¿Cómo te sientes?- me susurró

- Te quiero, princesa- ella me sonrió- Gracias.

- ¿Qué es eso de gracias? Quiero mi recompensa- señaló su boca, la cual no tardé


en besar.

- ¿Cómo puedes ser tan perfecta? Bella…me tienes loco- le susurré al oído y la
noté que se estremecía en mis brazos.- Por cierto…dime que…no le haces lo mismo
que me has hecho a mi a ningún paciente- recordé mi casi erección, ella sonrió.

- Si lo hago Edward pero…diferente, tú eres mi… novio, ellos son pacientes- al


decirme eso me quedé más tranquilo. La palabra "novio" en su boca sonaba
deliciosamente bien.

Unos golpecitos en la puerta, nos devolvió a la realidad. Bella corrió a abrir.

- ¿Estáis listos?- preguntó Seth.

¿Listo? No mucho, la verdad. Al momento me giré para mirar a Bella y la vi


quitándose su camiseta, y no pude evitar mirarla con expectación. Ansiaba a su
cuerpo, tanto como a ella y eso…no ayudaba mucho a controlar a mi mini Eddie.
Después se quitó sus pantalones, mostrándome sus preciosas piernas. El bañador le
sentaba genial

- Ahora si estoy lista- dijo Bella mirándome un poco ruborizada.

Seth vino hasta mí y me cargó en sus brazos sin dificultad. Salimos de esa
habitación y entramos en un lugar donde el ambiente era cálido. Al momento vi un
- 131 -
jacuzzi.

- Edward…hoy no entraremos en la piscina, vamos a darnos un baño aquí- al


decirme eso me relajé. Tenía la seguridad que no me ahogaría en el jacuzzi-
Seth…me voy a meter yo primera- este asintió.

Bella se fue rápidamente a una de las duchas que estaban al lado y se metió
debajo. No podía evitar mirarla, se veía muy deseable mientras el agua recorría su
cuerpo. ¿Qué me pasaba? Mis hormonas y deseos había estado dormido más de un
año y hoy… ¿iban a hacer todos su acto de presencia?

Al momento cerró la ducha y se metió en las aguas tranquilas del jacuzzi.

- Ahh…que contraste- dijo Bella al sentir el agua caliente- Está bien…por favor
sitúalo aquí- señaló el borde. Por suerte ese jacuzzi no estaba a ras de suelo, era
elevado.

Seth me sentó en el borde, haciéndome meter las piernas. Podía sentir el agua
caliente en ellas.

- Ahora, envuelve tus brazos por debajo de sus axilas, como si lo abrazases por
detrás y lo dejas caer lentamente sobre este asiento, yo ya lo sujeto- Seth lo hizo tal
y como le pidió Bella- Genial…ya lo tengo yo.

Bella sitúo sus rodillas encima de mis muslos para evitar que me escurriera.
Después Seth se marchó. El lugar donde estaba sentado, tenía unas agarraderas en
el interior del asiento, supongo que era un jacuzzi especial para personas como yo.

- ¿Estás preparado para las burbujas?- estaba más preparado para ella.

- Bella…me gustaría estar un rato contigo, tranquilo, ¿es posible?- finalmente esto
de venir aquí no era tan malo. Nunca pensé que iba a estar metido con Bella en un
jacuzzi a 38ºC

- Pues claro que podemos esperar- dijo sentándose en mis piernas.

Solté mis manos de las agarraderas para tomarla por la cintura y noté como mi
cuerpo se deslizaba por el asiento, por lo que rápidamente volví a agarrarme. Bella
comenzó a reírse al ver mi cara de pánico.

Entonces Bella se levantó de encima de mí para luego volver a sentarse pero a


horcajadas, enlazando sus piernas por mi cintura, haciéndome perder el poco
- 132 -
control que me quedaba, sujetándose en las agarraderas del borde del jacuzzi.

- Puedes soltarte- me susurró, pegando su pecho a mi torso.

Lentamente solté mis manos, asegurándome que mi cuerpo no se movía del


asiento, y así fue, por lo que llevé mis manos hasta la cintura de Bella, atrayéndola a
mí, provocando una pequeña fricción en mi sexo, que me hizo jadear.

A Bella no le pasó por alto mi jadeo, con lo que empezó a besarme. Nuestros
labios se unieron volviéndome loco.

Al momento pude sentir como la lengua de Bella se introducía en mi boca con


fervor. Mis manos le regalaba pasionales caricias por su espalda, bajando hasta sus
glúteos, arrastrándola más a mi, para después dejarla caer para volverla arrastrar,
ronzando nuestros sexos en cada movimiento. Podía notar como mi mini Eddie no
era ya tan mini, quedando oprimido en el bañador.

Ahora los jadeos no provenían de mi boca, ahora era ella las que me los regalaba,
provocando que mi excitación fuera aún mayor si cabe.

Ya no tenía por que controlar mi erección, es más me alegraba que estuviera ahí,
pues así eliminaba todos mis temores de estar incapacitado en eso también.

Bajé mi boca hasta el cuello de Bella, deslizando mi lengua por él. Ahora yo no era
el que movía a Bella hacia mí, ahora era ella la que hacía esos movimientos que me
volvían loco y hacía que mi boca soltase sonoros gemidos.

Subí mis manos por su cintura hasta llegar al lateral de su pecho, deslizándolas
después hasta quedar encima de ellos, masajeándolos con delicadeza, a lo que Bella
respondió soltando sus manos de las agarraderas para hacer que mis manos los
tocasen de una forma más efusiva, cerrando sus ojos quedando ciega de placer.

Hasta ahí todo fue bien, sin contar que al soltarse Bella, mi cuerpo se resbalaría
sin que nos diéramos cuenta, a causa de la excitación, hasta quedar medio
sumergido.

Al sentir el agua casi en mi boca, me asusté entrando un poco en estado de


pánico, soltado el pecho de Bella y buscando las agarraderas, las cuales ya no
estaban en los laterales de mis piernas.

Bella, al notar como la soltaba rápidamente se asustó abriendo los ojos y


encontrándome medio sumergido.
- 133 -
- Edward….dios mío… ¿Estás bien?- me dijo muy nerviosa tirando de mi cuerpo.

- Tranquila, no ha sido nada- Bella temblaba- estoy bien, tranquila

- Siento haberme soltado…yo…- ella estaba más nerviosa que yo

- Bella…- le dije tomando su cara en mis manos- cariño, estoy bien, tranquila.

Ella me abrazó fuertemente, mientras yo la besaba en el cuello para tranquilizarla,


no podía soltarme.

- Edward si quieres puedo avisar a Seth para que nos ayude a….- no la dejé
terminar. Aunque había pasado un mal rato, lo ocurrido anteriormente bien lo había
merecido.

- De eso nada, quiero disfrutar de esto contigo. Bella estoy bien- le sonreí
intentando disimular mi nerviosismo.

Antes de activar las burbujas, me colocó una especie de arnés que me sujetaba el
cuerpo al asiento. Era un poco incomodo pero era una medida de precaución, ya que
las burbujas harían mover más mi cuerpo.

Cuando Bella se aseguró que todo estaba bajo control se relajó en su asiento,
tomándome la mano. En ese momento, me vine abajo. La había hecho pasar un mal
trago y todo por ser un….., preferí no pensar el calificativo que me merecía

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

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Capitulo 24

Un nuevo día y… actu nueva. Disfrutadddddddd

CAPITULO 24

Por suerte Bella estaba con los ojos cerrados y no pudo distinguir como unas
lágrimas rodaban por mis mejillas. Esto era lo que yo más temía, hacer sufrir a mis
seres queridos, hacer sufrir a Bella.

A los veinte minutos, Bella se levantó para apagarlo.

- Edward…debemos salir. Llevamos bastante tiempo en agua caliente y...no es


bueno

- Te sigo- bromeé, Bella me sonrió.

Ella salió y tomó su móvil, que había dejado junto a una silla al lado de la ducha.
Al momento a apareció Seth.

- Hola chicos… ¿Qué tal fue?- Bella se volvió a meter en el agua para soltar mi
arnés.

- Fenomenal- me apresuré a decir para evitar que Bella dijese nada- He estado en
el cielo- le sonreí a ella, la cual me devolvió esa sonrisa.

Seth volvió a cogerme en brazos y me llevó de nuevo a la sala donde estaba la


camilla, Jacob no tardó en llegar, estaba maravillado con las instalaciones del
gimnasio.

Mientras Bella se cambiaba de ropa en un vestuario, Jacob me ayudó a hacer lo


mismo. Después nos fuimos a casa.

Pude escuchar a Bella despedirse de Seth, diciéndole que al día siguiente


volveríamos.

Una vez en casa, cenamos junto a Jacob y después nos fuimos a mi habitación para
tener intimidad.

BELLA

- 135 -
El momento Jacuzzi con Edward fue…el paraíso. Nunca había tenido tanto deseo
por alguien en mi vida.

Mi vida amorosa había sido un completo desastre por no decir inexistente. A lo


largo de mi vida, tuve muchas oportunidades de decirle adiós a mi virginidad
pero…no era como yo quería. El día que la perdiera, sería con alguien especial, algo
inolvidable.

Ni mucho menos era de las personas que pensaba llegar virgen al matrimonio,
pero…tampoco iba a regalarle mi inocencia a cualquier hombre.

En el jacuzzi, tuve necesidad de perderla, necesidad de regalársela a Edward.


Cuando sentí sus manos en mis glúteos, moviéndome sobre su sexo, me enloquecí.
Mi sangre pasó de ser cálida a ardiente, de ser líquida a espesa y todo eso era
producido por él.

Pronto sentí como su miembro respondía a los estímulos que le brindaba mi sexo
húmedo. Si antes era Edward era el que jadeaba, ahora era yo la que gemía con su
contacto, moviéndome sobre él.

Cuando Edward atrapó mis pechos en sus manos dulcemente, me olvidé de todo,
cerrando mis ojos, soltando mis manos de las agarraderas y presionando sus manos
más fuerte sobre mi pecho, provocándome más deseo.

Al momento noté como Edward me soltaba bruscamente, haciendo movimientos


bruscos debajo de mi, por lo que abrí mis ojos y quise morirme.

Edward estaba cubierto de agua hasta casi su nariz. Rápidamente tiré de él con
angustia. Me había dejado llevar y no me había dado cuenta de que estuve a punto
de ahogarlo.

- Edward….dios mío… ¿Estás bien?- estaba muy nerviosa

- Tranquila, no ha sido nada- mi cuerpo temblaba- estoy bien, tranquila

- Siento haberme soltado…yo…- quería llorar pero no quería hacerlo sentir mal
por lo que aguanté como pude.

- Bella…- tomó mis mejillas en sus manos- cariño, estoy bien, tranquila.

Rápidamente lo abracé fuertemente para que no viera mis lágrimas, que casi ya
caían por mis mejillas.
- 136 -
Quise terminar el día en el agua por hoy, pero Edward…no lo permitió. Sabía que
estaba tan asustado como yo, pero…no quería hacerme sentir mal.

Antes de poner a funcionar el jacuzzi, le coloqué un arnés protector. Fui


imprudente, debía habérselo colocado en cuanto lo metí en el agua pero…sabía que
era muy incomodo y por supuesto tampoco pensé que iba a ocurrir eso.

Me aseguré varias veces que estaba bien sujeto, antes de accionar el botón de
funcionamiento del jacuzzi. Hasta que no me aseguré que todo estaba correcto, no
me relajé en mi asiento, tomando a Edward por la mano.

A lo largo de esos veinte minutos, no pude relajarme, a pesar que las burbujas
intentaban hacerlo. Sentía que le había fallado, no había cuidado de él como debería
haber hecho.

De camino a casa, estudié a Edward detenidamente para ver su estado de ánimo


por lo ocurrido pero… no vi nada extraño. Había acordado con Seth ir al día
siguiente, pero hablaría con Edward, por si quería esperar un poco más, era más
que entendible.

Una vez en su casa cenamos, y después nos fuimos a su habitación, como


acostumbrábamos cuando queríamos tener intimidad.

- Bella…me gustaría proponerte algo- me dijo Edward nervioso.

- Tranquilo…no hace falta que mañana vayamos a la piscina, puedo llamar a….- me
interrumpió.

- Bella…no es eso- sonrió- mañana iremos a la piscina de nuevo

- Pensé que…después de…- no podía acabar las frases.

- Cariño…no pasó nada- tiró de mis manos para sentarme en sus piernas como
solía hacer.- Al revés…créeme que ha sido lo mejor del mundo. Quería proponerte
que…-suspiró- vinieras a vivir conmigo- al oír eso jadeé.

Me moría de ganas de vivir con Edward…pero…tenía miedo a que todo fuera


demasiado rápido. Apenas nos conocíamos de hacia pocos meses y…aunque
quisiéramos no era una situación normal. Edward había estado mucho tiempo sin
vivir, inmóvil y…podía ocurrir que yo solo hubiese sido un salvavidas al que se había
aferrado para no ahogarse. Era humano, y podía confundir sus sentimientos. A parte
estaba Jacob. El yo entrar en esa casa lo podía incomodar y Edward lo necesitaba
- 137 -
mucho aún. Necesitaba hacer las cosas con calma a parte de encontrar un trabajo
nuevo. ¿Cómo iba a poder esconder mi horario si vivía con él? Estaba claro que no
iba a permitir que me mantuviese.

- Edward…yo…- no quería hacerlo sentir mal.

- Lo siento- agachó sus ojos apenado- quizás me he…precipitado.

- Edward…te quiero, nunca he querido a nadie como a ti- le quise aclarar- pero…
debemos ir un poco más despacio para no equivocarnos. Tú has salido de un
estado…difícil, me da miedo que yo solo sea…- no me dejó terminar.

- Bella… ¿dudas de mi amor por ti?- ahora estaba molesto.

- No…dudo de la situación. Después de situaciones traumáticas…se tiende a…

- Bella…deja de aplicar tu psicología conmigo. Ahora no funciona- gritó Edward. Al


oír eso me levanté de encima de sus piernas.

- Edward…por favor no te enfades. Quiero venirme a vivir contigo pero…necesito


tiempo, todo es demasiado nuevo para mí- intenté razonar.

- Entonces…no me pongas a mi como excusa- Edward se alteraba por momentos-


dime que no estás segura de querer cargar con un inútil, dime…-no le iba a permitir
más.

- ¡Para!- le grité- ¿A que viene eso? Nunca dije eso, es más te he dicho que si
quiero hacerlo pero no ahora- Edward me miró sorprendido, ahora era yo la que
estaba furiosa- Las cosas no son tan fáciles. Apenas nos estamos conociendo, tu
vives con un chico al cual le puede incomodar que yo viva aquí, yo tengo un
apartamento el cual tendría que dejar y… ¿Y si pasa algo entre nosotros? ¿Y si te
arrepientes que viva contigo? Me quedaría en la calle, tendría que volver a vivir con
mi hermano y su novia….- ahora casi sollozaba. Me había dolido la respuesta de
Edward.

- Bella…por favor…- me sentía mal.

- Disculpa, será mejor que me vaya, estoy cansada y mañana tengo que trabajar-
Tomé mis cosas sin esperar que él pudiera decir nada y me fui.

Tenía miedo si, pero…era algo humano. Nunca me había arrepentido de nada de
lo que había hecho en mi vida, y no quería hacerlo ahora.
- 138 -
De camino a casa en mi coche, escuché mi móvil sonar pero no iba a responder, y
menos conduciendo. Puse la radio a un volumen alto para no escuchar el maldito
teléfono.

Para mi "buena" suerte…volvió a sonar la canción de la heladería, REM " Losing


my religion" ¿Qué significaba eso? Las lágrimas huyeron de mis ojos.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

- 139 -
Capitulo 25

En esta actu capi mucho mas largo. Disfrutad….

CAPITULO 25

Al llegar a casa, saqué mi teléfono y vi seis llamadas perdidas, todas de Edward y


un mensaje de texto.

Perdóname Princesa. Tienes mucha razón en todo, me he precipitado. En cuanto


a quererte…tienes razón no te quiero, TE AMO

Eso no me ayudaba a sentirme mejor. Amaba a Edward con todo mi alma, sabía
que él había vuelto a descubrir la vida y estaba muy feliz pero…en esta vida, para
avanzar, hay que dar pasos pequeños, si vas corriendo todo el tiempo llega un
momento en que te cansas y te vienes abajo.

Escribí al menos cinco mensajes en mi móvil pero…ninguno lo envié. Me sentía


mal y necesitaba tiempo. Finalmente solo le puse cuatro palabras.

Yo también TE AMO

Al día siguiente, volví a realizar la que se convirtió en mi rutina. Fui a trabajar y


después fui a casa de Edward, él me esperaba angustiado.

- Hola…- susurré.

- Lo siento cariño, lo siento de verdad ayer me comporté como…- lo silencié con


un beso.

- Ayer no pasó nada ¿Vale?- me senté en sus piernas

- Bella…te esperaré, sabes que las puertas de mi casa están abiertas para ti.

- Lo sé. Dejemos que acabe el año académico de Jacob, solo faltan seis meses y
luego…volveremos a hablar del tema

- Me parece bien. Dios…lo siento tanto, no sé como fui capaz de…

- Edward por favor olvidémoslo- él asintió.

- 140 -
Tras una breve pausa, retomó la conversación.

- Quiero contarte algo…- esta vez sonrió- voy a…volver a trabajar- mi sonrisa fue
enorme- no he conseguido que el magistrado celebre los juicios en el salón de casa-
dijo burlón- pero…he hablado con mi padre y voy a gestionar trámites
administrativos, contratos, documentación…etc, en casa.

- Edward…eso es increíble. Estoy muy feliz…me parece…genial- lo abracé

A eso me refería con darnos tiempo. Edward acababa de salir de su cascarón,


como aquel que dice, y debía dar pasos pequeños para evitar caerse. Habíamos
conseguido recuperar parte de su movilidad, que saliera a la calle, ahora que
volviese a retomar su trabajo…y aún le quedaban muchas cosas por volver a hacer.

La tarde en la piscina fue genial. Esta vez no nos acompañó Jake pues…Edward se
sentía seguro con Seth y conmigo.

Como la vez anterior en el jacuzzi, Seth sentó a Edward en el borde, pero esta vez
de la piscina, mientras yo me daba una ducha ligera.

Dado a que esta vez iba a tener que hacer más esfuerzo, nadé un par de largos en
la piscina, antes de recoger a Edward.

Después cogí un flotador spaghetti y se lo puse alrededor de su cintura.

- ¿Me das tus manos?- animé a Edward a dejarse caer en el agua.

- ¿Flotaré con esto?- me preguntó angustiado

- Si, a parte, yo estaré aquí, no te voy a soltar- Al decirle eso se dejó caer al agua

Hicimos varios ejercicios de fuerza y el resto de la tarde la pasamos abrazados en


el agua, entre besos y caricias que cada vez fueron más pasionales

- Edward… ¿Quieres ahogarme? – le dije nerviosa. Mi temperatura corporal subía


de una forma alarmante.

- No te dejaré ahogarte, a no se que sea en mis brazos- Al decir eso volvimos a


besarnos.

Nuestra pasión crecía por momentos, y no era el mejor sitio para ello. Ya había
cometido una vez el error de dejarme llevar y esta vez…no iba a volver a ocurrir.
- 141 -
- Edward….no quiero que pase lo de ayer….- le dije medio jadeando.

- Me muero por ti, Bella- decía perdiendo su boca por mi cuello.

- Y yo por ti pero…no es el mejor momento. El sábado- dije sin pensar.

- Pero…el sábado vamos a salir con tu hermano- me recordó

- Si pero…iremos a cenar, luego…estaremos toda la noche juntos. Jacob libra,


¿recuerdas?

- Diosss me muero por que llegue el sábado- yo me puse nerviosa y Edward lo


notó- Bella, cariño ¿te he incomodado?

- No, es…- ¿Cómo le decía que era mas virgen que la mismísima Virgen María?- no
sé como decírtelo- me ruboricé

- Puedes decirme lo que sea, eres mi novia.

- Edward yo nunca he….- no hizo falta decirle más, Edward no pudo evitar
sorprenderse y no era para menos. Tenía 25 años y eso no era muy corriente.

- No te preocupes…no haremos nada si no quieres…- sabía que lo decía de


corazón.

- Edward…el caso es que si quiero solo…que tengo miedo- me sinceré

- No lo tengas, en la vida te haría daño. A parte…bueno…mi estado no es…

- Sabes…que eso no te afecta, solo sería en movimientos pero…yo te ayudaría- los


colores volvieron a mi cara.

- Me muero porque llegue el sábado entonces- dijo riendo con cara perversa.

Los días pasaron y ya era viernes. Y tenía un gran problema, no tenía nada
decente para ponerme, necesitaba a Rosalie.

Cuando salí de trabajar, decidí llamar a Rose para quedar para comer. Ella tenía
un gusto increíble para la ropa, seguro que me ayudaría, a parte…quería contarle
muchas cosas.

- Bella… ¿Cómo que no estás trabajando? Tú sales de trabajar en la clínica más


- 142 -
tarde- no pensé en ese detalle y me dejó fuera de juego- Bella…que ha pasado.

- Rose…por favor esto que te voy a contar no puede salir de aquí- ella asintió,
necesitaba contárselo a alguien- me despidieron al no dejar de tratar a Edward.
Hubo problemas entre Carlisle y el Sr. Cam.

- ¿Quée? ¿Me quieres decir que ese sin vergüenza te amenazó?

- Si. Como no accedí a sus chantajes…me despidió y…- me callé

- Y que Bella, cuéntamelo- ahora gritaba.

- Me ha vetado en todas las clínicas de Florida. Ha conseguido que no me den


trabajo en ninguna de ellas, lo subestimé, nunca creí que tuviera tantos contactos-
mi amiga se levantó de golpe de su silla apretando los puños.

- Ese hijo de puta, lo va a pagar. Debemos contárselo a tu hermano, él puede


ayudarnos- Rosalie se estaba poniendo demasiado nerviosa y no quería meter a
nadie en este asunto.

- No Rose…prometiste no contar nada. Sabes muy bien que Emmett no puede


hacer nada, a parte de meterse en líos si lo intimida. El "besugo acelga" (Sr. Cam)
no se anda con rodeos y lo meterá en líos- Rose relajó el rostro y se volvió a sentar.

- Y que hay del padre de Edward…es abogado, él debe saber que hacer.

- No le he dicho nada a Edward…eso le haría sentirse culpable y créeme…no es


buen momento. Ha avanzado mucho. A parte eso supondría tener que aceptar su
dinero por tratarlo y…no estoy dispuesta a ello.

- Te entiendo Bella pero…- mi amiga siempre aceptaba mis decisiones sin


juzgarlas, aunque no le gustaran y eso me encantaba, no me gustaba que me
intentaran hacer cambiar de opinión- necesitarás un trabajo, dinero…Bella yo te
ayudaré.

- Rose…tengo trabajo- sonreí amargamente- no es…el ideal pero…puedo pagar el


alquiler y algunas cosas.

- No me gusta nada como ha sonado eso- respondió Rose.

- Trabajo como reponedora en un supermercado- Rose abrió la boca de asombro-


Entro a trabajar a las 5 A.M. y salgo a las 12 P.M.
- 143 -
- Bella….eso…no…- se había quedado sin palabras.

- Rose…no hay otra cosa. No tengo experiencia más que en lo mío, a parte la
crisis…ha acabado con muchos puestos de trabajos, y por supuesto los mejores se lo
llevan los más preparados- sonreí amargamente

- Bella… ¿Por qué no me avistaste? Lo has debido pasar…muy mal. Vuelve a casa
con nosotros…no te hará falta ese trabajo, y podrás buscar algo mejor.

- No Rose, no puedo ni quiero hacer eso. Tengo 25 años, no puedo estar viviendo
toda mi vida de vosotros, a parte…bueno, necesitáis intimidad- sonreí al recordar las
fiestas sexuales entre Emmett y Rose.

- Bella…te prometo que seremos más discretos, pero…

- No Rose. Edward me ha pedido que vaya a vivir con él pero…es pronto aún. A
parte él no sabe nada de mi trabajo. Necesito encontrar otra cosa antes.

- ¿Te lo ha pedido?- empezó a palmear Rose de entusiasmo- me muero por


conocerlo mañana.

- Es…encantador, es…lo mejor. No te lo puedo describir con palabras- le sonreí-


Rose…necesito comprar un vestido y…algo de ropa interior.

- Dios mío Bella….pues si que es especial. Ha conseguido en poco tiempo todo lo


que yo no conseguí en años.

- Rose…te dije que el amor no se buscaba, llegaba solo- le sonreí.

Después de almorzar nos fuimos de tiendas para comprar todo lo necesario para
el sábado.

Al primer lugar que fuimos fue a una tienda especializada en ropa interior.

Rose se volvió loca, quería comprar ropa que ni yo misma conocía que existía.
Mini braguitas y mini sujetadores pero…me sentiría incomoda con eso. Necesitaba
algo… tipo Bella, algo de mi estilo. Yo tampoco usaba bragas de cuello vuelto, usaba
culotes.

Tras muchas vueltas encontramos lo que buscaba, era perfecto para mi. (ropa
interior en mi perfil)

- 144 -
Cuando salimos de la tienda, Rose se apresuró a llevarme a la tienda de ropa,
donde ella siempre compraba. Al momento escuché como alguien me llamaba.

- Bella, Bella- era Alice

- Alice… ¿Cómo estáis?- me referí a ella y a Clhoé

- Cansadas, pero…felices- me sonrió

- Alice ella es Rosalie, mi cuñada, Rose ella es la hermana de Edward…

- Su cuñada- me apresuró a decir Alice abrazando a Rose. Eso sonó genial.

- Pues…entonces…estamos entre cuñadas- rió Rose

- ¿Estáis de compras?- preguntó Alice sonriendo

- Si…Bella quería comprarse algo para la cena con tu hermano el sábado- Alice
abrió los ojos enormemente.- Vamos a ir a cenar los cuatro a un restaurante- aclaró
Rose.

- Eso es magnifico, Edward…va a salir de nuevo, y…a un restaurante- Alice estaba


más que ilusionada.

- Supongo que tienes pareja- dijo Rose señalando la barriguita de Alice- ¿Queréis
venir?- Alice ya no era ella, se había puesto casi a saltar de la emoción.

- Será genial…a Jasper le encantará…será…increíble. ¿Bella a ti te parece bien?-


Por fin se acordaron de mi.

- Si por supuesto Alice…sé que a Edward le hará mucha ilusión- era verdad.

- Pues entonces perfecto. ¿Os puedo acompañar ahora?

- Claro que si- dijo Rose enlazando su brazo con el de Alice- Vamos.

Me hicieron recorrer el centro comercial de cabo a rabo, no podía haber dos


personas mas iguales que ellas. En pocos minutos parecían amigas de toda la vida.

En ese momento entendí que era mejor avisar a Edward de que me retrasaría,
para no preocuparlo.

- 145 -
Me metí en un probador y no dejaban de traerme vestidos. Estaba totalmente
mareada. Para la próxima vez tenía que tener en cuenta no traer de compras a Alice
y a Rose juntas, era horrible.

Tras cientos de vestidos, finalmente encontré el que me gustaba. Era sencillo y


cómodo. (Vestido en mi perfil)

Se había hecho bastante tarde, y ya no nos daría tiempo de ir a la piscina


pero…bueno, a Edward le vendría bien un descanso.

- Bella…he pensado que…no quiero que le cuentes a Edward que mañana vamos a
ir Jasper y yo, quiero darle una sorpresa- sonrió.

- Me parece genial, seguro que se alegrará.

- Bueno chicas…yo me tengo que marchar, empieza mi turno de tarde en el


trabajo- sonrió Rosalie

- Bueno…entonces…mañana nos vemos en el restaurante- Alice nos besó a Rose y


a mí

Cada una se fue para un lado y yo huí hasta mi coche. Ahora no estaba cansada
estaba destrozada.

Cuando llegué con Edward, mi cara era un poema. A mi cansancio del trabajo
tenía que sumarle una horrible tarde de compras.

- Cariño…te ves muy cansada- me sentó en sus piernas.

- Lo estoy, las compras han sido…horribles- empezó a reír.

- Conociendo a Alice…no me extraña- rió.

- Ha sido castigo doble, Rose…es su clon- dije masajeando mi cuello.

- Ven, date un baño caliente, después…te daré un masaje relajante- lo miré


sorprendida.

- Hemos cambiado los papeles…ahora ¿eres tú el sobador?

- Te equivocas, soy TU sobador. Toma esta camiseta, ponte cómoda.

- 146 -
- Edward…no voy a pasearme así por aquí está Jake.

- Esta noche cenaremos aquí, Jake está de exámenes por tanto no le importará-
eso me relajó.

Entre risas me metí en el baño de Edward. La verdad que me vendría genial esa
ducha con agua caliente. Estaba destrozada.

Al salir, Edward me esperaba tumbado en la cama, leyendo uno de sus libros de


derecho civil. Me acerqué lentamente hasta la cama y me recosté a su lado. Sin
darme cuenta me reuní con Morfeo en un sueño profundo.

Unas caricias dulces, me hicieron volver al mundo.

- Hola cariño, he traído la cena- al abrir los ojos vi una mesa camarera, llena de
comida

- Edward…me dormí- me sentía fatal, para un rato que pasaba con él, me la
pasaba durmiendo.

- No te preocupes cariño, estabas muy cansada- me justificó- Aunque…me da


miedo, creo que deberías ir al médico, quizás debas hacerte unas analíticas. Estás
demasiado cansada, quizás estás a falta de…- no lo dejé terminar.

- No hace falta, últimamente trabajo más, y como sabes…me han ampliado


horario, trabajando también los sábados por la mañana…- tenía que excusar trabajar
los sábados

- Bella…no tienes por qué trabajar tanto. Yo te puedo pagar tu trabajo de la


tarde…

- Edward…de eso nada. Para mi no es un trabajo. Eres mi novio

- Pero…te ayudaría trabajar menos y así puedes pasar más tiempo conmigo.
Bella… sabes que por suerte, no tengo problemas económicos…

- Edward por favor me incomoda eso. Es tuyo y yo quiero lo mío, lo que me gano
con mi trabajo- Por suerte no insistió

Acercó el carrito hasta ponerlo cerca del sillón donde yo me sentaría y cenamos
sin hablar más del tema.

- 147 -
Por fin era sábado a las 12 P.M., mi trabajo en el súper había acabado. Tendría un
día y medio entero para dedicárselo a Edward. Le había prometido que no me
separaría de él en todo el rato.

Corrí a casa para cambiarme y recoger mis cosas para pasar el fin de semana en
la de Edward.

Cuando llegué a su casa estaba solo. Últimamente se desenvolvía mejor y no había


riesgo de que se quedase solo unas horas. Me sorprendió ver que estaba todo
preparado para comer.

- Hola cariño- me besó- ¿Tienes hambre?

- Siii, mucha. ¿Has hecho de comer?- le sonreí.

- Si pudiera lo haría pero…ya sabes que la encimera está demasiado alta para mí.
He hecho una pequeña trampa, he pedido comida casera a domicilio.

- Mmm…Huele genial- Había pedido toda mi comida preferida.

- Te dije que te cuidaría, ¿acaso lo dudabas?- me encantaba cuando se ponía así.

Almorzamos y luego nos fuimos a descansar un rato, que para mi fue más tiempo.
Esta noche…iba a ser importante para mí y no quería ir durmiéndome por los
rincones.

Cuando me desperté Edward ya se había dado una ducha y estaba con el albornoz
puesto.

- Edward… ¿Por qué no me esperaste para ayudarte?

- Bella…cariño no me hagas más inútil de lo que soy- me sonrió- El baño está


adaptado para que pueda desenvolverme solo- me sentí mal por habérselo dicho,
tenía razón pero me daba miedo a que resbalase.

- Lo siento…no quise molestarte- me ruboricé. Me estaba comportando como los


típicos familiares de personas minusválidas, que por facilitarle la vida los convertían
en verdaderos inútiles.

- Tranquila. Ve a la ducha, debes arreglarte. ¿Necesitas que te ayude?

- Quizás esta noche- le sonreí perversamente.


- 148 -
- ¿Quizás? ¿Qué es eso de quizás?

- Quizás…según como te portes- le dije antes de meterme en el baño.

- Soy bueno, de verdad soy bueno- empezó a gritar Edward desde fuera riendo.

- Demuéstralo- le grité para que me oyese entre risas.

EDWARD

Por fin Bella estaba en casa. Estaba empezando a odiar ese dichoso trabajo. Cada
día le quitaba más tiempo y a parte de llegar destrozada, por mucho que intentara
disimularlo.

Era la primera vez que íbamos a estar completamente solos hasta el domingo por
la noche. Le había dado el sábado y el domingo libre a Jake para aprovechar y tener
intimidad.

Pedí el almuerzo con tiempo para que cuando llegase Bella a casa, todo estuviese
listo para que se sentase a comer. Quería mimarla tanto como ella me mimaba a mí.

Después de almorzar descansamos un ratillo yo y ella un ratazo, pero no me


importó. Quería que estuviera bien despierta esta noche, aunque me moría de
miedo.

No era novato en el sexo, pero…nunca había tenido relaciones en mi estado.

Aproveché que estaba dormida para darme una ducha. El baño estaba preparado
para que lo pudiese hacer solo, a parte había recuperado la movilidad de mis brazos
casi en su totalidad.

Al despertarse Bella y verme en albornoz, se incomodó por no haberme ayudado


pero…necesitaba hacer las cosas por mi mismo, necesitaba sentirme más
independiente.

Mientras Bella se metía en el baño para arreglarse, comencé a vestirme en la


habitación. Había aprendido muchas técnicas para vestirme solo. Preparé la ropa
que me iba a poner en la cama. Me pasé de la silla a la cama y me senté. Metí mis
piernas por los pantalones hasta las rodillas y después me tumbé para subírmelos.
Después volví a sentarme en mi silla y me coloqué la camisa. Me llevaba un poco
más que a una persona con movilidad total pero…al menos lo hacía solo. (traje en mi
perfil)
- 149 -
Cuando Bella salió del baño…no pude evitar jadear. Estaba preciosa con ese
vestido blanco. Me sentí el hombre más afortunado de tener a esa mujer a mi lado.
Ella era preciosa físicamente pero si le añadía lo guapa que era también por
dentro…la hacía irresistible.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

- 150 -
Capitulo 26

En esta actu capi mucho mas largo. Disfrutad….

Nota: Siento comunicaros que hasta el domingo por la noche o lunes por
la mañana no habrá una nueva actu. Me voy de fin de semana con mis niños
a la playa, necesito relax, jajajajaj y allí no tendré Internet.

Nos vemos a la vueltaaaaa

CAPITULO 26

- Dios…Bella…te has propuesto que me de un infarto hoy ¿no? Estás preciosa- Ella
se ruborizó y se acercó a mi.

- Tu también estás muy guapo- me susurró al oído casi haciéndome perder el


sentido.

- ¿Te he dicho cuanto te quiero?

- No tanto como me gustaría- me contestó.

- Te quiero…te amo…"te quiero"- esto último se lo dije en español esperando que


me entendiera.

- "Te quiero"- me respondió en español

- Te he estado mirando y…veo que te falta algo- le dije intentando aguantar la risa.

- ¿Si?- comenzó a mirarse- Creo que está todo, no entra nada más dentro del
vestido- me acerqué hasta mi cómoda y saqué una cajita. (N/A: guiño a una de mis
pelis preferidas Pretty Woman)

- Es para ti- se la cedí- Es algo que todas las mujeres de mi familia tienen. Mi
padre me lo entregó cuando era un niño para que se lo entregara a mi futura
esposa. Hoy día sé que serás tú.

Bella se quedó un poco sorprendida. Mantuvo la cajita en su mano sin atreverse a


abrirla. Finalmente tuve que ayudarle un poco. Tomé la cajita y la abrí para
mostrarle su contenido. (está en mi perfil)

- 151 -
- Bella… ¿te gusta?- pude ver sus ojos vidriosos

- Es…precioso Edward- por primera vez lo tomó en sus manos

- Es el símbolo Cullen, es la insignia de mi familia. Ahora también es de la tuya- se


lo quité de las manos para ponerlo en su cuello.

En ese momento, las lágrimas de Bella no se contuvieron más en sus ojos.

- Bella…no llores por favor- el nudo de mi garganta cada vez era mayor, no
buscaba esa reacción en ella.

- Es que…bueno…me ha parecido muy…especial- se limpió las lágrimas

- Bella…tú eres especial cariño. Te quiero, te quiero más que a mi vida.

Tras recuperarnos de nuestra emoción, nos encaminamos a nuestra cita con


Emmett y Rosalie.

A Emmett lo conocía de vista, de la primera vez que salimos. Bella lo adoraba. Me


había contado muchas cosas de él. De cómo cuidaba de ella, y cuanto se querían.

De Rosalie, solo conocía que era la mejor amiga de Bella y que era como su
hermana. Siempre estaba ahí para cuando la necesitaba.

El restaurante, no estaba muy lejos de casa. Una vez más mi novia, había
adaptado la situación para no hacerla incomoda, dado a que aún no había
conseguido reunir fuerzas para montarme en un coche.

El restaurante que habían elegido era muy original. Tenía una zona al aire libre
delimitada para dar intimidad y separar a los comensales. El camarero nos
acompañó para enseñarnos nuestra mesa y cuando llegamos me sorprendí. Allí
estaban Emmett y la que supuse que era Rosalie, pero también estaba mi hermana y
Jasper.

- Mi hermana….- susurré.

- Era una sorpresa, Alice…prefirió que no te lo dijera- me sonrió

Mi hermana no me dejó llegar a la mesa cuando corrió hacia mí.

- Edward…estoy muy feliz…me alegra verte fuera de esas paredes claustrofóbicas


- 152 -
- Alice…mi casa no es claustrofóbica- le sonreí

- Pues a mi me lo ha parecido, después de estar más de un año tumbado en esa


cama…- me estremecí al recordarlo

En ese momento llegamos a la mesa, donde nos esperaban todos. Jasper me


acercó para abrazarme. Emmett hizo lo mismo con Bella.

- Hola peque estás…preciosa- besó Emmett a su hermana, después se dirigió a mí-


Hola Edward- me saludó ofreciéndome su mano- me alegra de verte.

- Lo mismo digo, y sobre todo…verte vestido de paisano. De policía intimidas


mucho- sonreí y Emmett comenzó a reír a carcajadas.

- Si, me lo dicen mucho. Para mi profesión es bueno ¿eh?

- Edward…ella es Rosalie- me presentó Bella. Era tal y como me la había descrito.

- Encantada Edward- me besó en la mejilla- me moría por conocer quién ha hecho


el milagro de enamorar a mi hermanita- sonrió Rose.

Finalmente nos sentamos en la mesa y comenzamos a charlar. Me sentía


realmente cómodo. Parecíamos seis personas que nos conocíamos de toda la vida.

Tal y como me había comentado Bella, Emmett era un tipo genial. Se veía que
quería a su hermana por encima de todas las cosas.

Rosalie también era muy buena chica. Se la veía muy enamorada de Emmett.

Ambos eran personas sencillas y sinceras, como Bella. En ningún momento me


hicieron sentir incomodo.

Lo pasamos genial, entre risas, brindis y bromas. Ahora me había dado cuenta que
mi familia se había agrandado. Ahora también estaban Emmett y Rose.

Bella y yo, estuvimos todo el rato haciéndonos caricias furtivas por debajo de la
mesa. Nuestras manos unas veces se entrelazaban y las mías otras veces se perdían
por sus piernas, haciendo tensar a Bella y sonreír para evitar que nadie se
percatase. Sabía que estaba siendo cruel pero…cuanto menos quedaba para estar
juntos…más la ansiaba.

¿Y si no se sentía preparada? ¿Y si finalmente…no pasaba nada? Prefería no


- 153 -
pensarlo, eso de darme placer solo…no era muy divertido pero como caso
extremo…me serviría. Estaba seguro que de hoy no pasaba.

No había tenido necesidad de desahogarme en todo este tiempo pero…desde el


jacuzzi… buag me volvía loco por días.

BELLA

La noche estaba siendo increíble. Había sido una gran idea añadir a la cena a
Jasper y Alice. Parecían que todos se conocían de toda la vida.

Mi hermano bromeaba con Jasper y Edward, mientras Alice, Rose y yo


hablábamos de otras cosas.

Las manos de Edward y mías estuvieron entrelazadas por debajo de la mesa todo
el rato. A veces, él se soltaba de nuestro agarre para darme tiernas caricias en mi
pierna, deslizando sus dedos por debajo de mi vestido y acariciando mi muslo. En
más de una ocasión, ahogué un jadeo en la servilleta, que posteriormente disimulaba
con una tos. Edward me regalaba sonrisas traviesas, que hacía que mi temperatura
corporal ascendiera unos grados.

- Bella…- me sacó Alice de mi "calentón interno"- Veo que…llevas el símbolo


Cullen- señaló mi cuello.

- Si…Edward me lo regaló antes de salir, es…precioso- dije acariciándolo.

- Yo llevo otro mira- Alice llevaba un vestido con cuello de cisne, por lo que no se
veía su collar, se lo retiró un poco y me lo mostró. Era idéntico al mío- No sabes el
gusto que me da que lo lleves tú- me tomó la mano- Sabes…Edward nunca se lo
quiso entregar a ninguna chica, es un acto que significa mucho para nosotros.
Jasper también tiene su símbolo Cullen mira- tomó la muñeca de Jasper y le apartó
la camisa. Llevaba una pulsera con el mismo escudo (Está en mi perfil)

- Y…Edward no…- no se la había visto nunca.

- La perdió en el accidente. Creímos que se la tuvieron que cortar para tratarlo.


Mi padre…le está haciendo otra pero…psss no sabe nada- me sonrió.

Cuando Edward llevara su pulsera sería... como si selláramos algo. Ambos con el
mismo emblema, ambos…marcados para siempre.

Edward se excusó para ir al baño. Tanto Jasper como Emmett se ofrecieron a


- 154 -
acompañarlo, a lo que Edward comenzó a reír.

- Chicos… ¿queréis parecer mujeres acudiendo de dos en dos al baño?- Edward se


ganó la fiera mirada de Rosalie, Alice e incluso la mía- Tranquilos, puedo solo. Hay
baño de minusválidos.

Rose aprovechó ese instante para darme su opinión.

- Bells, diosssssss ¿donde lo guardabas? Es un encanto y es…guapísimo- sonrió

- Lo sé. Ahora que lo tengo a mi lado…no sé que haría sin él

- Bella…olvídate de ese maldito trabajo y vete a vivir con él. Sé que está bien
posicionado y no pasareis…- la corté

- Rose… ¿eres tú? ¿Desde cuando te gusta que un hombre te mantenga?- mi amiga
se ruborizó

- No me gusta pero…se puede hacer una excepción.

- No Rose, no hace falta hacer excepción de nada. Edward está ahí, no se va a


marchar. Lo quiero con locura y por eso…no quiero precipitarme. A
parte…bueno…está Jake- no podía ser egoísta- Él vive con Edward y está
estudiando, no le podemos decir en mitad de semestre que se largue y se busque la
vida. Ambos son dependientes el uno del otro, hasta final de curso luego…veremos
como se resuelve todo- la tranquilicé.

- Tiene razón Bells, creo que me dejo llevar por mis hormonas revolucionadas.

Edward volvió pasados diez minutos. Había tardado pero…no iba a preguntarle.
Debía darle un poco de intimidad.

Cuando llegó la hora de irnos, se había hecho bastante tarde, apenas quedaban
dos mesas ocupadas en el restaurante, y lo peor es que habíamos sido de los
primeros en llegar.

- Por favor, nos trae la cuenta- solicitó mi hermano al camarero.

- La cuenta está pagada por el Sr. Cullen- señaló a Edward

- Edd- genial mi hermano ya había simplificado su nombre al máximo, era experto


en ello, de ahí venía Bells, Rose y Emm- no es justo. Debías haber esperado.
- 155 -
- Para mi es un gusto hacerlo. Llevo sin salir a cenar más de un año y por primera
vez lo hago con mi familia- tomó mi mano- que menos que celebrarlo.

Ninguno puso más problema, entendieron a Edward y sus motivos.

- Bueno chicos- empezó mi hermano- Jazz me alegra haberte conocido- volvió a


hacerlo, ahora Jasper era su victima.

- Emmett por favor, deja de llamar a la gente por diminutivos, a todo el mundo no
le gusta eso- le dije y todos rieron. No pude evitar sonrojarme.

- Tranquila "Bells"- Jasper hizo énfasis en Bells- no me importa, es gracioso.

- Bells, eres demasiado quisquillosa- me regañó mi hermano sonriendo- Ni a Rose,


ni a Edd, ni a Jazz, ni a….- miró a Alice al ver que no le había acortado el nombre,
cerró sus ojos chasqueando sus dedos hasta que encontró el nombre- ni a Ali, le
importa- ahí si fue imposible contener la risa. Lo había conseguido.

- Pues tendrás que pensar uno para acortar de el mi pequeña lagartija- dijo Alice
acariciando su tripita- aunque…lo veo difícil.

- Para mi no hay nada difícil Ali, a ver… ¿Cómo se llamará la princesa?- la miró
con suficiencia, y no pude evitar reírme. Mi hermano no sabía lo que hacía.

- Clhoé- dijo con una gran sonrisa, y todos reímos. Mi hermano palideció.

- Dame tiempo…un genio necesita…tiempo, y en este caso…un milagro- esto


último lo susurró. Rose y yo nos miramos y no pudimos aguantar las lágrimas de la
risa.

Finalmente nos despedimos de todos. Cada uno se fue hasta su coche, mientras
Edward y yo íbamos paseando, agarrados de la mano

La noche había sido todo un éxito. Había visto a Edward reír toda la noche, lo
había visto feliz, y eso…alimentaba mi alma.

Ahora…los nervios se apoderaban de mí. Sabía que esta era la noche que
habíamos elegido para dar un paso más en nuestra relación pero…tenía miedo.

El amor era algo precioso, y hacerlo debía ser algo inexplicable pero…no podía
evitar sentir nervios

- 156 -
- ¿Lo has pasado bien?- Edward rompió el silencio.

- Más que bien. Ha sido…perfecto

- Tu hermano y Rose son increíbles. Nunca pensé que aquel policía imponente
podía ser tan chistoso y agradable- añadió.

- Es un niño grande. Sabes…le debo mucho, tanto a él como a Rose.

- Bella… ¿Por qué vinisteis aquí? ¿Y tus padres?- Hacía mucho que no hablaba de
ese tema, Emmett y yo nunca lo hacíamos. Aunque mi hermano intentaba parecer
que no le importaba, sabía perfectamente que no era así.

- Vinimos a buscar un futuro mejor que el que nos podía brindar Forks- tomé aire
y comencé a relatarle mi historia- Cuando Emmett se vino a estudiar a Florida, mis
padres pensaron que era una locura. Mi padre quería que mi hermano, siguiera sus
pasos allí en Forks pero…Emmett no quería verse como él. El que asienta allí sus
raíces…no escapa. Mi padre nunca lo entendió- hice una breve pausa- Emmett y
Rose ya eran novios en Forks y no querían separarse por lo que se vivieron juntos
para acá. La vocación de Emmett estaba clara, y aquí en Florida estaba una de las
mejores academias de policía del país. Cuando acabé el instituto, dos años más
tarde…me entró el mismo miedo que a Emmett, me daba pánico quedarme atrapada
en aquel pequeño pueblo. Quería ir a la universidad, siempre quise estudiar
fisioterapia y en Forks no podía. Tenía millones de sueños por cumplir y por
supuesto…echaba mucho de menos a mi hermano. Mi padre nunca lo entendió.
Decía que sus hijos lo habían abandonado- sonreí tristemente- Es un hombre
autoritario y mi madre…no puede hacer nada en contra de eso. Lo quiere tal y como
es. Ella dice que nosotros haremos nuestra vida, y…no se quiere quedar sola.

- Bella y… ¿no has vuelto a ver a tus padres?

- Yo si, hace… cinco años. Cuando me vine con Emmett y Rose, me concedieron
una beca. Era mi única forma de estudiar ya que no tenía ninguna ayuda económica
por parte de mis padres. Viví con Emmett y Rose muchos años, hasta que acabé mi
carrera y conseguí un trabajo. Vivo sola desde hace un año- le aclaré- Después de
marcharme, volví a verlos dos Navidades seguidas pero…me cansé. Mi padre seguía
enfadado por el supuesto abandono y hacía que mi estancia allí no fuera del todo
agradable. Emmett no volvió.

- Lo siento- Edward me apretó la mano.

- Tranquilo, ya lo superé. Con mi madre, hablo de vez en cuando por teléfono, pero
- 157 -
Emmett no la perdona. La cree tan responsable como a mi padre, ya que ella…nunca
ha hecho por venir a vernos. Vive por y para mi padre.

- Pero…es vuestra madre.

- Si Edward pero…nosotros somos sus hijos- ¿una madre podía olvidar así a sus
hijos?

Cuando nos dimos cuenta…habíamos llegado a casa de Edward.

Gracias a la conversación, había logrado olvidar mis nervios, los cuales…volvieron


a surgir, aunque ahora…después de recordarlo todo…me sentía más preparada.

Era increíble, como…una vez llegado al portal de acceso al edificio de Edward,


ambos nos habíamos quedado en silencio.

Supuse que para Edward no era algo fácil tampoco. Sabía que había tenido
relaciones sexuales antes pero…fue antes, con otra movilidad.

Subimos al ascensor en silencio, dejando que solo nuestras miradas hablasen. Una
vez llegado al ático bajamos, aún agarrados de la mano. Ambos podíamos notar el
nerviosismo del otro, por lo que Edward tomó mi mano fuertemente y me susurró.

- No pasará nada que tu no quieras que pase

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

- 158 -
Capitulo 27

Holaaaaaaa ya estoy de vuelta. Espero que no se os haya hecho largo,


jejejeje aquí viene la compensación.

Advertir que este capitulo tiene escenas de sexo, por si hay alguien que no
quiera leerlo, queda advertido.

Disfrutaddddd…..

N/A: hay una parte contada por un narrador para evitar los PV Bella y PV
Edward, después viene el PV Bella pero continuando la historia.

CAPITULO 27

NARRADOR

Tras cerrar la puerta, cosa que le costó debido al manojo de nervios en que su
cuerpo se había convertido, Edward giró su silla y clavó sus penetrantes ojos en ella.
Bella, pensó que el rubor no podría subir de intensidad, pero era evidente que él,
sabía como nadie como ir subiendo la gamma de los cárdenos en sus mejillas.

Le sonrió dulcemente, quizá tratando de calmarla, y tendiéndole su mano la invitó


a acercarse.

-Ven aquí preciosa- Llamó él con la voz ligeramente ronca

Ella, se acercó a él titubeante, presa de unos nervios que su cuerpo era incapaz de
controlar. Al instante en que su mano se posó en la de él, supo que nada iría mal.

Edward tiró de ella hasta hacerla sentar encima de sus piernas. Delicadamente,
giró el rostro de su preciosa novia, y contemplándolo con absoluta devoción, acercó
sus labios a los de ella, envolviendo éstos, con una serie de besos tiernos, delicados,
pero con una destreza que conseguía llenar de calor el cuerpo de Bella.

Lentamente, el descendió la cadena de besos a su cuello. Edward acarició la


espalda de su novia, al mismo tiempo que tarareaba una canción desde dentro, sin
separar sus labios. Eso, conseguía relajar a Bella.

-No quiero que estés nerviosa princesa- Susurró en su oído, mientras su mano

- 159 -
ascendía y descendía por su espalda, dibujando sensuales culebrillas.

-Entonces, trata de relajarme- Respondió seductora en su cuello

Edward empujó la silla hacia la habitación. Bella que por unos instantes había
conseguido relajar un poco su cuerpo, se tensó mientras veía acercarse la puerta del
dormitorio.

-Shss… Tranquila mi vida… Tranquila. Todo irá bien- Prometió entre susurros.

Entraron en la estancia, dónde una magnifica cama presidía ésta. Bella se


incorporó y confundida, sin saber que hacer, quedó expectante sin atreverse a mirar
a Edward. Él, se acercó a la cama, y con una más que notoria destreza, se sentó
sobre ésta, empujando ligeramente la silla.

Miró a Bella que seguía parada en el centro del dormitorio, y una sonrisa de amor
y compresión llenaron su rostro.

-Ven conmigo- Le dijo señalando un lado de la cama

Ella se acercó sin vacilar. Deseaba a ese hombre con tanta intensidad, que a veces
pensaba que era lujuria, pero ésta, iba a ser su primera vez, y el desconocimiento
del terreno, hacía que esa lujuria permaneciese oculta, a la espera de que el amor
de su vida abriese esa puerta y todos sus miedos saliesen huyendo, permitiéndola
amarlo sin medida, con destreza, sin inseguridades ni dudas.

Edward la abrazó por la cintura pegándola más a él. Sabía que ésta noche tomaría
las riendas, el control y no le importaba. Al contrario. Una criatura tan bonita le iba
a dar el mejor de los regalos, y se lo iba a dar a él. Y por primera vez en mucho
tiempo, se sentía merecedor de un regalo tan valioso. La quería con locura, y se lo
iba a demostrar con creces.

Dándole repetidos besos por el cuello, le susurró en el oído…

-Ponte de pie princesa, quiero hacer algo- La pidió con voz ronca.

Ella obedeció, quedándose parada frente a él. Veía el deseo en los ojos de su
novio, y eso hizo que sus pulmones necesitasen respirar más rápido. Las manos de
él, le giraron la cintura hasta dar con la cremallera de su vestido y comenzó a
bajarla lentamente. Bella cerró sus ojos, cuando sintió la tela descender por su
cuerpo hasta el suelo. Se atrevió a mirarlo, cuando las manos de él ascendían por
sus muslos hasta sus caderas, no pararon hasta subir por sus costados y
- 160 -
posicionarse a la altura de sus senos, sin a penas tocarlos, comenzó a musitar
bajito…

-Eres tan bonita Bella. Tan hermosa… Tan absolutamente encantadora- Estaba
embriagado de deseo, pero a la vez de verdadera admiración.

-Tú me haces bonita Edward- Dijo ella tomándolo por las manos y llevándolas a
sus senos presa de la urgencia de sentirlo sobre su piel.

Edward aprisionó suavemente sus pechos sobre la fina tela del sujetador,
acariciando la turgencia de unos pezones erectos para él, y un jadeo surgió de lo
más hondo de su ser. Bella comenzó a desabrochar la prenda, y Edward retiró sus
manos una fracción de segundo antes de posarlas de nuevo sobre la sedosa piel de
sus montañas. Los miraba extasiado, sus pulgares comenzaron a rodear sus
pezones, y pasando una mano por su espalda, la acercó a él y comenzó a lamerlos
despacio, abarcando con sus húmedas caricias el contorno rosado, para después
introducir uno de ellos en su húmeda y desesperada boca.

Bella tuvo que agarrarse a sus hombros, el equilibrio era precario, no sólo por las
sensaciones tan calientes y placenteras a las que le llevaba su novio, sino a los
tacones que aún llevaba puestos. Se descalzó sin apenas moverse, y atrajo la cabeza
de Edward con fuerza a su pecho.

Sus gemidos iban subiendo de intensidad, a medida que Edward incrementaba sus
lamidas, cuando sus dientes apresaban el pezón, jadeó su nombre…

-Edward… OH Edward…- Gimió…

-Sabes tan bien…- Susurró con una voz tan sensual que ella lo separó
bruscamente de sus pechos, para cazar su boca y besarlo con desesperación.

Sus lenguas danzaban lujuriosas mientras él apretaba sus nalgas bajando sus
braguitas. Bella lo ayudó separándose lo suficiente para facilitarle la tarea, y
descubrió maravillada, que ningún miedo tenía, lo había sustituido por deseo puro y
duro, por ganas de más, por ganas de Edward, de su piel, de su miembro, de sentirlo
dentro de ella…

Cuando estuvo desnuda completamente, Edward la retiró y mirando su desnudez,


sintió su miembro apretar dolorosamente en sus pantalones. Bella se sonrojó
ligeramente cuando notó su abultada erección, iba a besarlo de nuevo, pero él se lo
impidió.

- 161 -
-Desnúdame Bella. Quiero que lo hagas tú- Pidió acariciándole el rostro y
mirándola fijamente a los ojos.

Bella no dijo nada, se limitó a sonreírle con dulzura y comenzó a desabrocharle la


camisa.

Cuando terminó con el último botón y la retiró hacia atrás, sus manos y después
sus labios, acariciaron el torso de Edward, provocando suaves gemidos en él. Retiró
su camisa tirándola al suelo, y recostó a Edward en la cama bajando lentamente sus
manos hacia su cintura. Desabrochó su cinturón rozando su miembro duro, él jadeó
arqueándose ligeramente. Ella, se sonrojó pero estaba decidida, así que lentamente
bajó sus pantalones mientras él se incorporaba levemente. Los boxers de Edward,
revelaban una realidad caliente y dura, y Bella comenzó a dudar y a odiar su
inexperiencia.

-Sé tú princesa, no te preocupes- Ronroneó su novio brindándole una preciosa


sonrisa.

Ella le devolvió a su vez una risita nerviosa, y lentamente comenzó a bajarle su


ropa interior, temerosa de mirarlo. Cuando los boxers desaparecieron y se atrevió a
mirarlo, sus ojos se abrieron como platos llevándose inconscientemente sus manos a
la cara.

-¿Qué ocurre cariño?- Preguntó el preocupado

-Es… es… d…demasiado grande- Tartamudeó sonrojándose violentamente

El sonrió satisfecho sin poder evitarlo, y se incorporó para atraerla y abrazarla.

-Princesa, todo va a ir bien. Te lo prometo. Si no estás segura…- Sugirió él,


temeroso del rechazo de Bella.

-No. Digo si. Quiero decir, te creo… o algo- Y el rubor no tardó en subir de
tonalidad, consiguiendo que Edward carcajease.

-Eres tan perfecta mi vida. Te quiero y te deseo con toda mi alma- Juró el con
pasión.

Ella hundió su cara en su cuello y después de besarlo, suspiró y puso sus manos
en su pecho, invitándolo a tumbarse en la cama tendiéndose a su lado.

Edward la besó sin dejar de acariciarla. Las manos de ambos, recorrían sus
- 162 -
cuerpos en un itinerario perfecto, deteniéndose en algunos parajes
placenteramente, dejándose llevar por las sensaciones, disfrutando de sus pieles.
Bella acarició su miembro con timidez, y él jadeó en su boca. Bajó su mano hasta
ponerla sobre la de ella, y comenzó a moverla, frotándola con movimientos rápidos.
Bella la retiró, y comenzó a masturbarlo por instinto, mojándola con la humedad de
la excitación de su novio.

Él, se echó sobre la cama y se dejó llevar, gimiendo, jadeando y una de sus manos
bajó hasta la entrepierna de su novia que a esas alturas estaba húmeda y caliente.
Separó las piernas de Bella y comenzó a pasar los dedos por su sexo. Al sentirlo, el
jadeo de Bella envolvió la habitación, desconcentrándola por momentos de su tarea,
por lo que Edward tuvo que tomar de nuevo la mano de ella y seguir con la fricción.

Ambos se colocaron de costado frente a frente, y él pasó una pierna de su novia


por su cadera, permitiendo caricias más profundas en ésta. Poco a poco comenzó a
introducir un dedo en su húmedo interior y Bella mordía el cuello de su novio, presa
del deseo y el placer. Bombeó hasta que probó con un segundo dedo, que entró con
facilidad. Bella contoneaba las caderas, a la vez que incrementaba la velocidad de su
mano en el miembro de Edward. Lo sentía duro, caliente, hinchado, mojado. Su
mano resbalaba con facilidad y él comenzó a empujar con intensidad sus dedos,
penetrándola entre jadeos que ambos contenían con besos profundos.

Edward sacó sus dedos, y tomó un condón de su mesita, Bella lo observaba


mientras besaba su pecho. Cuando terminó de ponérselo, la tomó hasta subirla
encima de él. Sus sexos se rozaban, notaba el miembro de Edward en su entrada,
acariciándola. Él la miraba fijamente, sonriéndola para tranquilizarla y tomándola
por las caderas empujó lentamente su miembro en su interior, mientras ella cerraba
los ojos notando como llegaba a su tope, sintió una molestia y una mueca cruzó su
cara. Edward la paró.

-Tranquila, todo está bien princesa. Si te hago daño, dímelo-

-De acuerdo- respondió ella besándolo. - Sigue- Ordenó ella

Edward comenzó a empujar, sintiendo que rompía su tope y Bella jadeó de dolor.
Él volvió a parar mientras ella se echaba sobre su pecho.

-N..No pares Edward… No pares- Rogó mientras se incorporaba de nuevo.

-Muévete cariño- Pidió él dulcemente

Bella comenzó a contonear sus caderas, mientras embestía lentamente a Edward


- 163 -
haciendo cambiar el dolor por un placer indescriptible. Paró sus embestidas
haciéndose notar su interior, y cerró sus ojos abandonándose a las sensaciones. Ella
comenzó a cabalgarlo, posando sus manos en el pecho de su novio, incrementando el
ritmo haciendo que sus pechos botasen. Él no dudo en cogerlos con sus manos y
apretarlos y retorcerlos con devoción, ella se inclinó hacia él poniéndolos a la altura
de su boca mientras lo cabalgaba.

Edward clavó sus pies en el colchón para tomar impulso en sus estocadas,
haciendo que sus cuerpos chocasen, llenando la habitación de jadeos y de sonidos
excitantes. Bella comenzó a arquearse cuando notó que su interior se llenaba de un
placer que le restaba aire a sus pulmones. Edward apretaba sus labios sin quitar su
miraba de ella, preso de la excitación que la imagen de su novia le estaba dando.
Notaba que llegaba al orgasmo e incrementó sus embestidas. Bella dejaba caer su
cuerpo con fuerza contra él, notando el miembro de Edward llenar todo su interior.
El sudor resbalaba por los cuerpos de ambos, haciendo difícil el agarre…

-No puedo más cariño… voy a… voy…a… Bella…- Jadeó él…

-Yo tampoco Edward… me viene… OH diosss… me viene- Dijo entre jadeos

Tocaron el cielo con sus manos. Por primera vez en muchos años, Edward estuvo
conforme con su realidad. Estaba exhausto, pero tremendamente feliz con su novia
entre sus brazos, agotada y jadeante. El mundo seguiría su curso ahí fuera, pero
para él, su Universo hizo una parada indefinida.

Bella sonreía feliz en el pecho de su novio. No quiso moverse. Tenía todo su


cuerpo amarrado a él. Su existencia se completó cuando conoció a Edward, y ahora
acababa de confirmar que nada más necesitaba que ese hombre que seguía dentro
de ella. Lucharía por devolverle la libertad a sus piernas, lucharía porque la
felicidad de ambos, fuese completa.

BELLA

Comprobado, Edward Cullen era perfecto.

Me había regalado la mejor noche de mi vida. Amor, pasión, dulzura, y sobre


todo… más amor.

Dormimos abrazados, desnudos, piel con piel, siendo el sueño más placentero de
mi vida.

Estaba acostumbrada a despertarme pronto, debido a la hora tan desagradable de


- 164 -
ir a trabajar, por lo que a las 9 de la mañana me desperté.

Edward dormía placidamente y no quise molestarlo.

Me levanté con sumo cuidado para ir a hacer el desayuno. Me acerqué a la maleta


que había traído de casa para ponerme algo. No era plan de ir desnuda por la casa.
Busqué el camisón que me había comprado pero…no aparecía.

- Mierda- murmuré para mí. Me lo había dejado encima de mi cama con las prisas.

Me daba cosa, abrir el armario de Edward para buscar una camiseta, por lo que
me coloqué la camisa que llevó la noche anterior, estremeciéndome al olerla.

Su aroma estaba muy marcado, y no podía evitar recordar la noche que me había
hecho pasar. Tenía necesidad de más, quería volver a ser suya, Bella, tómatelo con
calma

Salí de la habitación y fui a la cocina para hacer el desayuno. Hice tostadas, café,
zumo y me fui con la bandeja de nuevo a la habitación.

Edward no solía dormir mucho.

Efectivamente no me equivoqué, cuando entré en la habitación, Edward estaba


despertando.

- Buenos días cariño- le besé

- ¿Qué haces levantada? Hoy es tu día libre- bostezó

- Quiero cuidarte, quiero mimarte, quiero…consentirte- a medida que le iba


diciendo esas cosas los ojos de Edward se fueron abriendo más y más.

- El desayuno puede esperar ¿no?- miré la bandeja y sonreí.

- Yo creo que si- le dije sin pensarlo dos veces colocando la bandeja sobre la
mesita.

Al decir eso me tiré encima de él. Lo necesitaba. Él era el culpable de haber


descubierto la caja de Pandora. Ahora necesitaba recuperar el tiempo perdido.

Me senté sobre sus piernas a horcajadas mientras lo besaba pasionalmente. Las


manos de Edward comenzaron a desabrochar su ropa en mi cuerpo.
- 165 -
- Dios mío Bella, me vuelves loco cuando te pones mi ropa- susurró en mi boca.

Lo volvía loco…eso era lo mejor que me podía decir ahora. En la noche anterior
me sentía muy insegura. No sabía como moverme, que hacer pero hoy…ya no había
pudores, inventaría y sobre todo lo haría disfrutar.

Una vez que me quitó su camisa, me quedé solo con mis culotes ya que no me
había puesto el sujetador.

Edward, me agarró por la espalda y tiró de mí, hasta acercar mi pecho hasta su
boca, haciéndome gemir al notar su lengua húmeda jugando con mis pezones
erectos.

Con mis piernas fui deslizando las sábanas que cubrían el cuerpo desnudo de
Edward, pudiendo ver de nuevo su sexo excitado.

Se senté encima de él y comencé a moverme. Edward comenzó a gemir


sonoramente, pareciéndome música celestial.

Aún no habíamos hecho nada y estaba completamente húmeda. Edward era mi


perdición y de eso no me quedaba dudas.

Edward metió sus manos por mis culotes, deshaciéndose de él al momento,


acariciando mi núcleo del placer. Estaba de rodillas clavada en la cama, con cada
pierna a cada lado de su torso.

La mano de Edward jugaba con mi sexo, introduciendo dos dedos en mi interior,


transportándome al mejor de los cielos, sin poder evitarlo me movía en sus dedos,
consiguiendo un mayor placer.

- Dios Bella…no sabes lo que me gusta verte así- la voz de Edward sonaba ronca
de placer.

Edward paró el movimiento de su mano y tiró de mí acercando mi sexo hacia su


boca. En ese momento creí morir. La lengua de Edward se deslizaba por cada
pliegue de mi intimidad, incrementando mi placer, introduciendo de nuevo sus
dedos en mi interior. Ya no podía aguantar más, lo sabía, el calor de mi cuerpo era
insoportable.

- Edward…no aguanto…no…

- No lo hagas cariño, quiero escucharte llamarme, llámame de placer- al decirme


- 166 -
eso lo obedecí.

- Edward, Edward, E-d-w-a-r-d- lo último fue un susurro

Cuando miré a Edward tenía una enorme sonrisa en su cara. Pero…aún el juego
no había acabado.

Me volví a sentar encima de su sexo y comencé a besar sus labios. Poco a poco fui
deslizando mi lengua por su cuello alternándola con pequeños mordiscos. Bajé hasta
su torso, deslizando mi lengua por él. Podía notar como se estremecía. Finalmente
llegué hasta su sexo.

En ese momento no sabía que hacer. No tenía experiencia en el sexo y menos en


el oral. Cerré los ojos me de dejé llevar por mis instintos. Pasé mi lengua por la
punta de su miembro erguido y pude notar como se estremecía.

Poco a poco la deslicé por toda su largura, dándole suaves lamidas, como si se
tratase del más dulce caramelo.

Finalmente tomé su sexo en mi mano y comencé a acariciarlo mientras lo


introducía en mi boca, succionando a su paso. En ese momento Edward comenzó a
gemir.

- Bella…ahh…lo estás haciendo muy bien- me animó, él se había dado cuenta de


mi duda inicial y con esto me alentaba a seguir.

Ahora mis movimientos eran más seguros, dado a que Edward no paraba de
gemir. Esto me provocaba un placer distinto al que me daba él, disfrutaba al verlo
así, retorcerse de placer que yo le provocaba.

- Bella…para…para- me dijo con la voz entrecortada- Ven conmigo no puedo


aguantar más, necesito estar dentro de ti.

Al decirme eso subí hasta colocarme de nuevo entre sus piernas, sin pensarlo me
penetró, ahogando un gemido en nuestras bocas.

Las manos de Edward se trasladaron a mis glúteos para ayudarme a moverme.


Las embestidas al principio fueron suaves, haciéndose más duras a medida que
nuestro placer crecía.

- No te pares ahora Bella, muévete, muévete- comenzó Edward a pedirme.

- 167 -
Ya casi no podía moverme, empezaba a notar como mi interior se contraía,
explotando la culminación en mi interior. Al momento noté el culmen de Edward,
haciéndolo casi gritar mi nombre.

Sin poder aguantar más caí encima de Edward agotada, empapada de sudor.

- Bella, cariño… ¿Estás bien?- me preguntó tras estar cinco minutos inmóvil
encima de él.

- Mejor que nunca. ¿Y tú?- le pregunté mirándole a los ojos

- Igual que tú- me sonrió para besarme poco después.- Te quiero

- Y yo a ti.

Pasaron al menos, cinco minutos más hasta que mi cuerpo volvió a pertenecerme
y acatar mis órdenes.

- ¿Quieres desayunar?- el café debía estar helado y las tostadas más de lo mismo

- Por supuesto, pero…contigo a mi lado- me señaló la cama.

Volví a preparar el desayuno y nos lo tomamos tumbados en la cama. Ese día lo


pasamos así, desnudos, queriéndonos, amándonos, recuperando todo el tiempo
perdido.

Pasó un mes más, y la movilidad de Edward era casi total, excepto poder caminar
o girar su cintura. Eso solo tenía una solución y era la operación.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

- 168 -
Capitulo 28

Holaaaaa buenos diassssssss aquí en España. Me alegro que os gustase el


capi de ayer. Os dejo uno nuevo.

CAPITULO 28

Ese mes lo aprovechamos para pulir el miedo de Edward a montar en coche. Era
necesario que lo perdiera, pues…no todo estaba cerca de su casa.

El primer día estuvimos sentados en el interior de mi coche, sin conducirlo, al


menos una hora. Los avances tenían que ser de forma gradual.

Sabía que mi coche, no parecía de todo seguro, por lo que las siguientes veces, le
pedí a Emmett que me prestase su coche que era mucho más confortable.

Poco a poco fue como conseguimos que Edward superase sus miedos, y volviese a
montar en coche.

Edward había destrozado su coche en el accidente por tanto carecía de uno. Esa
tarde me sorprendió.

- Bella…voy a comprar un coche- dijo muy seguro de sí mismo.

- Me parece genial, hoy día venden coches preparados para ti- intentaba no decir
"minusválidos" eso le hacía sentir mal.

- No Bella…lo voy a comprar para ti. Yo…no me siento preparado para conducir-
suspiró- No puedes estar pidiéndole a tu hermano su coche cada vez que queramos
ir a algún sitio. A parte…bueno…no me gusta el coche que llevas.

- Edward…es mi coche…- no me dejó seguir.

- Bella… ¿sabes que lo que a mi me salvó la vida fue mi coche? Tu coche es


una…chatar…lata- evitó decir chatarra- si ocurriese algo…- cerró sus ojos
angustiado- si te ocurriese algo en ese coche…no lo contarías- en ese caso tenía
razón.- Bella… ¿que hay de malo que compre un coche para que tú me lleves?

- Visto así no hay nada malo, solo que bueno…sabes que…

- 169 -
- Bella, olvida el dinero. Necesito un coche adaptado a mis necesidades y…yo no
puedo conducir.

- Está bien Edward- me estaba comportando egoístamente.

- Gracias.

Días después, Carlisle nos acompañó a comprar el coche. Edward, había estado
mirando los modelos que le gustaba por Internet, por lo que fuimos directamente a
por el que le gustaba. Eso era algo que me gustaba mucho de Edward, era una
persona decidida y sabía perfectamente lo que quería en cada momento.

El coche que había elegido era realmente precioso ( está en mi perfil) . Había
solicitado unos cambios para adaptarlo a él, entre ellos que el asiento del copiloto
fuera un "asiento grúa" para no necesitar ayuda para subirse.

El tiempo pasaba, y Edward hacía casi una vida normal. Ya se desplazaba a su


oficina para trabajar, aunque no asistía a juicios.

Aunque él nos hacía creer que era totalmente feliz, yo sabía que no era así. Sabía
que odiaba su condición de minusválido, odiaba tener que estar sentado en una silla
y sentirse limitado.

Más de una vez intenté animarlo para que diese el paso definitivo. Era consciente
del riesgo que corría pero la tasa de éxito era mucho mayor

Por otra parte estaba la rehabilitación. Era bastante dura, ya que debía estar
tumbado boca arriba, sin hacer movimientos por un tiempo y después tendríamos
que volver a empezar, pero esta vez ya no era de cero. No perdería la movilidad de
sus brazos ni de sus piernas, pero…Edward se negaba.

Finalmente opté por no volver a hablar con él del tema, ya que siempre
acabábamos peleando y no era justo.

Se lo decía por él, yo lo amaba tal y como era. Quería ayudarlo a luchar por
sentirse feliz consigo mismo pero solo conseguía que me soltase una de sus
adorables frases como ¿te arrepientes de ser la novia de un "inútil?"

Esta noche de sábado, Carlisle había organizado una fiesta para celebrar el 25
aniversario del bufete de abogado del que era dueño. Había invitados todos los
empleados con sus familias, más a algunos miembros de otros bufetes importantes
de Florida. Mi hermano y Rosalie también estaban invitados.
- 170 -
Edward no quería ir. Rehuía de cualquier evento multitudinario y yo sabía que se
debía a estar en la silla de ruedas. Por suerte conseguimos entre Alice y yo
convencerlo. Carlisle se merecía ese esfuerzo por parte de su hijo. Él había sufrido
tanto como Edward y ahora…él debía corresponderle.

- Edward…Por favor cambia la cara- le dije antes de meterme a darme una ducha.

- Cuando regresemos a casa- cuando se ponía así era peor que un niño pequeño

Sin decirle más saqué del armario de Edward, el vestido de Alice había diseñado
para esta ocasión. Por suerte, había conseguido hacerla entrar en razón y que el
traje tuviera más tela. (está en mi perfil)

Edward iba guapísimo (está en mi perfil) a pesar de llevar cara de enfado.

Cuando llegamos, casi todos los invitados ya habían llegado. Cuando entramos,
fue inevitable que todos nos mirasen.

EDWARD

Nadie de mi familia, o eso creía yo, se estaba dando cuenta, de todos los esfuerzos
que estaba haciendo por recobrar la normalidad.

Para mi no era nada fácil, vivir en una silla de ruedas, limitado, dependiente.

Intentaba actuar con independencia pero siempre…había algo que me ponía un


tope.

Lo que más me preocupaba era Bella. Ella hacía todo lo posible por hacerme feliz,
nunca ponía inconvenientes para nada. Muchas veces, me animaba a dar el
siguiente paso, y yo la seguía gustoso, pero…hoy día no hay más pasos que dar.

Bella me había ayudado a volver a trabajar, a volver a montar en coche, a recobrar


mi vida, en la cual ella era el centro de mi universo.

Muchas veces era muy injusto con ella, ¡dioss! Pero no podía evitarlo. La rabia de
impotencia me comía por dentro, ella lo merecía todo y yo no podía dárselo.

Había llegado el día de la temida fiesta de celebración del 25º aniversario de la


fundación de Cullen´s Law, el bufete de mi padre.

Odiaba todo estos tipos de eventos sociales, en el cual sabía perfectamente que
- 171 -
sería estudiado a fondo. Todos conocían mi tragedia personal.

Intenté negarme, pero…sabía que era inútil. Mi padre quería estar acompañado
por su familia en ese día tan especial para él.

Cuando nos estábamos vistiendo, no podía disimular mi enfado o tal vez mi miedo.
Sabía que me comportaba como un niño pequeño pero… prefería camuflarme dentro
de ese niño asustado que había en mi interior, antes de sacar la bestia que me
corroía día a día, que me inutilizaba, que no me dejaba ser feliz.

Bella estaba preciosa con su vestido rojo vino. Ella no estaba más tranquila que
yo. Sabía perfectamente que no le gustaban las reuniones sociales pero...sabía que
debía estar ahí. Una vez más Bella se volvía a sacrificar por mí.

De camino a la fiesta, inventé millones de excusas para volvernos, pero finalmente


callé. Sabía que mi padre no me perdonaría si lo abandonaba un día como hoy.

Una vez allí, tal como sabía, cuando entramos por la puerta del jardín donde se
celebraba el evento, todas las cabezas se volvieron para mirarnos. Bella tomó mi
mano para infundirme valor.

- Hola chicos- corrió mi abultada hermana hasta nosotros- Creí que os habíais
fugado.

- Ojala pudiera- susurré, Bella carraspeó haciéndome señas con los ojos para que
guardase mis comentarios

- Alice…solo hace una semana que no nos vemos y wow, tu tripa ha vuelto a
crecer- sonrió Bella.

- Nuestra pequeña Clhoé es una comilona- dijo Jasper acariciando su tripita.

- Ya nos queda poquito, quizás días- sonrió mi hermana.

- Vayamos para los asientos, Alice tiene las piernas muy hinchadas- dijo Jasper.

Todos fuimos para la zona de los asientos, y rápidamente fueron acercándose


viejos amigos de mis padres para saludarme.

- Edward chico, nos alegra verte de nuevo aquí- comentó Bill

- Gracias Bill- solo podía decir eso.


- 172 -
Esos tipos de conversaciones se sucedieron toda la noche, con los diferentes
invitados hasta que finalmente una me sorprendió.

- Cariño…voy a buscar algo de beber ¿quieres algo?- me dijo Bella.

- Algo sin gas por favor- antes de irse me besó.

Jasper fue a acompañar a Alice al baño, mientras Rosalie y Emmett hablaban con
unos amigos que habían encontrado casualmente en la fiesta, cuando alguien
conocido me habló.

- Hola Eddie- solo había una persona que me había llamado así, y hacía cerca de
dos años que no la veía.

- ¿Claudia?- me volteé con mi silla para ver si había acertado. Ella era la hija de
uno de los trabajadores de confianza de mi padre y mi ex novia.

- Veo que no me has olvidado- me sonrió. No la había vuelto a ver desde días
después de mi accidente.

- Bueno…por norma general no suelo olvidar a la gente- le sonreí, luego ella me


dio dos besos.

- Me alegro verte recuperado- miré para donde estaba Bella y la vi hablando con el
hijo de Robert Clean, el odioso Matt Clean, poniéndome muy nervioso.

- Gracias- fui a accionar el mando para que mi silla se moviese, no me gustaba


nada que Bella hablase con ese baboso, cuando Claudia prosiguió.

- Edward…siento todo lo que ocurrió. Yo…sé que nunca tuve que haberme alejado
de ti- la miré sorprendido, ¿a que venía eso ahora?- pero…tuve miedo.

- Claudia, tranquila, no te guardo rencor. Es normal por todo lo que te ocurrió- le


resté importancia para intentar cortar la conversación, necesitaba ir a donde estaba
Bella.

- Eddie…no me entiendes- apenas le estaba prestando atención, me preocupaba la


proximidad que estaba tomando el baboso con respecto a mi novia- A mi me
gustaría….que volviésemos a vernos- Sin escuchar lo que dijo le respondí.

- Vale tranquila no pasa nada- quería deshacerme de ella

- 173 -
- Eddie…me alegro que todo se haya resuelto entre nosotros, creí que…bueno me
guardabas algún rencor. Mi padre se pondrá muy contento…- la interrumpí antes de
accionar la palanca de movimiento, estaba viendo a Bella incomoda por culpa de
Matt y no se lo iba a permitir.

- Discúlpame Claudia, ahora vuelvo- la dejé allí plantada.

El terreno no era liso, pero por suerte mi silla era casi todo terreno. Accioné la
palanca para que la silla avanzase lo más rápido posible.

- Yo te pago lo que me pidas- pude escuchar al baboso

- Lo siento pero no, discúlpame mi novio me espera- le dijo Bella

- Quizás yo te pueda dar más que un inútil sentado en una silla de ruedas- al
escuchar eso mi mano se soltó de la palanca.

- No le llegas ni a la suela del zapato imbécil- le dijo Bella volteándose. Cuando me


vio allí su cara cambio de roja de rabia a blanca de angustia- Cariño, ya iba para
allá.

- Quería saber si estabas bien- miré a Matt a la cara con rabia, mientras él me
sonreía

- Si tranquilo, mejor vamos con Alice y Jasper- ambos nos volteamos, Bella
estudiaba mi cara para ver que había escuchado. Intenté hacerme el tonto para no
hacerla sufrir.

- Bella…aléjate del imbécil ese. No es más que un baboso- le dije sin mostrar todo
el dolor que tenía en mi interior. Sabía que era un inútil pero no me gustaba que
nadie se lo recordase a mi novia.

- Tranquilo, no lo dejaré que se acerque- me sonrió amargamente.

Cuando regresamos Alice y Jasper ya estaban sentados de nuevo. Por suerte


Claudia ya no estaba allí.

Intenté olvidar todo lo ocurrido minutos antes, estaba deseando que todo acabase
y volviésemos a nuestra tranquilidad diaria.

Al momento otra voz me inquietó.

- 174 -
- Hombre Edward…- bien, ahora era el padre de Claudia con Claudia- Me ha dicho
mi hija que…habéis solucionado las cosas- ¿decirle que no estaba molesto con ella
era solucionar algo? Ojala todos mis problemas se solucionasen igual. Alice me
miraba intrigada y confusa.

- Si, bueno….no ha pasado nada ¿no?- al decir eso, Claudia corrió hacia mí, se
sentó en mis piernas y me besó. Me tomó desprevenido y me costó unos segundos
reaccionar. Para cuando lo hice todos nos miraban.

- Claudia…- miré para Bella angustiado y ella se alejaba rápidamente de nosotros-


¡Bella!- la llamé pero ella no se detuvo y no la iba a alcanzar aunque fuese al
máximo- Jasper por favor detenla, esto no es lo que parece- Alice me miraba con ojos
asesinos

Era un inútil, lo era y debía asumirlo. Era incapaz de partirme la cara con un tío
cuando molestaba a mi novia, era incapaz de correr tras ella para detenerla cuando
había un error, era incapaz de hacerle el amor sin que ella tuviera que trabajar por
los dos, era un ser inservible.

- Claudia, no se que has entendido, pero…te has equivocado. Te he dicho que no


te guardo ningún rencor, pero… he rehecho mi vida. Amo a Bella y no hay sitio para
nadie más- Al decirle eso, Claudia me cruzó la cara.

- Lo has hecho para ridiculizarme- me gritó, yo no esperé a más, accioné la


palanca de mi silla y fui a buscar a Bella que era la que realmente me interesaba.
¿Qué más me daba lo que pensara Claudia? Si no me quiso antes…ahora tampoco
me podía querer, siempre fui la misma persona.

Tuve que salir a la zona del parking para encontrar a Bella abrazada a Jasper
llorando. Me sentí miserable por hacer sufrir al ser más perfecto del mundo, aquel
que luchaba por mi felicidad día a día.

- Bella…escúchalo por favor. Creo que ha habido un tremendo error- le dijo Jasper
sin saber de lo que hablaba. Sabía que confiaba en mí pues sino, no habría ido a
detener a Bella.

- Gracias Jazz- le dije casi en un susurro. Cuando Bella escuchó mi voz me dio la
espalda. Jasper se fue para darnos privacidad- Bella…por favor…necesito que me
escuches.

- Edward muchas veces una acción vale más que mil palabras. Creo que ha estado
claro ¿no?- dijo sorbiendo su nariz.
- 175 -
- No Bella, lo que has visto no es real. Ella se ha confundido ha malinterpretado
nuestra conversación- sonaba raro pero…era la verdad.

- Edward, ¿realmente crees que soy tonta? Por favor ¿como crees que alguien
puede… malinterpretar- dijo sin creer esa palabra- algo así?

- Bella…ella es Claudia mi ex novia. Ella…- no me dejó terminar

- Entonces con mucho más motivos. Edward…tranquilo…no me interpondré entre


vosotros, yo….- esta vez no la iba a dejar terminar yo, estaba diciendo locuras.

- Bella cariño…yo te quiero a ti- Moví mi silla rápidamente para tirar de Bella para
hacerla caer encima de mi, y no soltarla- te amo Bella…solo te amo a ti, Claudia se
ha confundido- sin darme cuenta estaba sollozando- Por favor…créeme.- Bella no
dijo nada solo me abrazó

Había pasado miedo, mucho miedo. Me había vuelto a sentir indefenso y me


estaba volviendo loco.

- Bella…ella me pidió perdón por abandonarme y yo solo la perdoné. Ella se debió


creer otra cosa. Te lo prometo, no ha sido más- le dije al oído.

- Siento haber dudado de ti pero…bueno…no es fácil cuando ves a otra mujer


encima de tu novio besándolo- se volvió a sorber la nariz.

- Te quiero mi vida, si no es contigo no es con nadie, nunca lo olvides.

- Yo también te quiero Edward. Por favor…no más errores así.

Quise recoger nuestras cosas y marcharnos pero…debíamos esperar al discurso


de mi padre para hacerlo.

Cuando nos tranquilizamos, Bella y yo volvimos a la fiesta. Mi familia estaba


preocupada.

BELLA

Alice estaba preciosa. Su tripa cada día era mayor y se la veía muy feliz.
Aproveché que Edward estaba acompañado por Alice y Jasper para ir a por algo de
beber.

- Cariño…voy a buscar algo de beber ¿quieres algo?- le pregunté a Edward


- 176 -
- Algo sin gas por favor- antes de irme lo besé para relajarlo, lo veía muy tenso.

Me acerqué hasta la barra de bebidas más cercana para pedir, por suerte no había
mucha gente.

- Por favor una copa de vino y…algo sin gas- le pedí al camarero.

- Un momento por favor, mi compañero fue a por hielo- me contestó poniéndome


mi copa de vino.

- Hola…- me dijo una voz desconocida- creo…que no nos conocemos, nunca


olvidaría a alguien como tú.

- Pues no nos conocemos- quise mandarlo a tomar aire pero…debía mantener la


compostura- Soy Isabella Swan.

- Encantado Isabella- me besó en la mejilla sin esperármelo- Soy Matt Clean Y…


¿qué hace una belleza como tu, sola en un sitio como este?

- He venido para pedir alguna bebida para mi NOVIO y para mi- le sonreí, él se
inquietó y no pude evitar que mi sonrisa fuera aún mayor.

- Pues…mucho no te quiere cuando te deja venir sola. Si fuera él no me despegaría


de ti en toda la noche- dijo acercándose de una manera peligrosa. Estuve a punto de
marcharme pero…no quería llegar sin las bebidas, Edward se preocuparía. Miré
hasta él y lo vi hablando con una chica bastante guapa. Sin poderlo evitar me puse
nerviosa.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

- 177 -
Capitulo 29

De nuevo aquí, no habrá quejas no?

Mañana no habrá actu hasta la noche, tengo pediatra con mis mellis.

Al parecer hoy estoy más que inspiradas y en mis dos fic hay lemmon, así
que vuelvo a la advertencia. Este capi tiene Rated M por tanto si eres
sensible no lo leas.

Para cualquier reclamación dejar review.

Hasta mañana y que soñeis con… Edward.

CAPITULO 29

- Según me dijo Carlisle, habían fumigado para las moscas esta mañana, pero creo
que tú sobreviviste a ello ¿no?- No iba a tener ninguna consideración con nadie que
no la tuviese conmigo, le había dicho que tenía pareja y aún así no perdía el tiempo.

- Te equivocas de animal, yo soy más salvaje que eso, prefiero ser un…

- No me lo digas, ¿una lapa?- ¿estaban fabricando el hielo? Me estaba


desesperando

- Si tú quieres si. Me encantaría beber tu sangre- se relamió sus labios y me dio


una arcada que no disimulé

- Disculpa creo que te estás equivocando conmigo- no me iba a andar con rodeos,
la situación era ya bastante incomoda- soy la novia de Edward Cullen y no creo que
al anfitrión de esta fiesta le guste como te estás comportando, con un miembro de su
familia.

- No me lo puedo creer, ¿tu eres la fisioterapeuta milagrosa?- al parecer era más


conocida de lo que esperaba.

- Soy fisioterapeuta pero no milagrosa- me volví de nuevo al camarero- Disculpe,


¿tarda mucho con el hielo?- El camarero me enseñó una bolsa.

- Pues yo tengo unas contracturas por aquí- el muy imbécil señaló su torso- ¿no te

- 178 -
gustaría quitármelas?

- No gracias- tomé el vaso de Edward y esperé a que llenaran mi copa de nuevo.

- Yo te pago lo que me pidas- Este tipo se creía que era una prostituta

- Lo siento pero no, discúlpame mi novio me espera- dije mientras tomaba mi copa
de nuevo llena.

- Quizás yo te pueda dar más que un inútil sentado en una silla de ruedas-
finalmente había acabado con mi paciencia. Quise partirle la cara pero…me contuve
por Carlisle.

- No le llegas ni a la suela del zapato imbécil- Cuando me volteé para marcharme,


vi a Edward muy próximo a nosotros, mirándonos con angustia. Me puse muy
nerviosa, esperaba que no hubiese escuchado nada- Cariño, ya iba para allá.

- Quería saber si estabas bien- miró a Matt con odio, al parecer se conocían.

- Si tranquilo, mejor vamos con Alice y Jasper- Nos fuimos alejando mientras
estudiaba para ver si Edward había escuchado algo. Supe que no al verlo tranquilo,
si se hubiese enterado la hubiese liado.

- Bella…aléjate del imbécil ese. No es más que un baboso- era más que eso.

- Tranquilo, no lo dejaré que se acerque- la próxima vez lo mataba.

Volvimos con Alice y Jasper. Alice tenía una bandeja de canapés en sus piernas, y
no pude evitar reírme. Finalmente Jasper iba a tener razón que nuestra Clhoé era
una comilona.

Edward se tensó cuando escuchó la voz de un hombre que se acercó a nosotros

- Hombre Edward…- iba con la misma chica con la que Edward había hablado
antes- Me ha dicho mi hija que…habéis solucionado las cosas- No entendí nada.

- Si, bueno….no ha pasado nada ¿no?- al decir eso, la chica corrió hasta Edward,
sentándose en sus piernas para después besarlo. En ese momento quise morirme.

- Claudia…- solo escuché eso antes de marcharme apresuradamente para evitar


que nadie viese mis lágrimas.

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Siempre tuve en cuenta, que esta posibilidad podía existir, que Edward en cuanto
volviese a rodearse de su entorno y volviese a sus labores cotidianas, se diese
cuenta que yo no era lo que necesitaba pero…pensé que ya habíamos superado ese
punto.

Al parecer estaba confundida.

Algo habían hablado esa chica y él cuando estuve soportando al hombre lapa. Algo
que había destrozado mi vida y mi futuro.

Cuando llegué a la zona de los aparcamientos, me di cuenta que me había venido


sin mi bolso. Al momento escuché a Jasper.

- Bella! Bella!- me gritó.

- Jasper por favor necesito estar sola, quiero irme de aquí- él no tenía por qué
tragarse todo mi dolor.

- Por favor espérate, todo ha debido ser un error- sin pensarlo lo abrace y lloré.

Me sentía a morir y necesitaba desahogarme

- Bella…escúchalo por favor. Creo que ha habido un tremendo error- me repitió


Jasper.

Al momento la voz de Edward sonó de fondo.

- Gracias Jazz- escuché y me volteé para evitar que me viera llorar. Jasper se
separó de mi para marcharse- Bella…por favor…necesito que me escuches.

- Edward muchas veces una acción vale más que mil palabras. Creo que ha estado
claro ¿no?- sorbí mi nariz angustiada. No hacia falta que me explicase. Lo amaba si,
y por ello le dejaría ser feliz. Todos nos merecíamos ser felices aunque yo no tuviera
esa suerte.

- No Bella, lo que has visto no es real. Ella se ha confundido ha malinterpretado


nuestra conversación- eso ya no me gustaba. Una cosa es que se hubiese dado
cuenta de sus sentimientos hacia otra persona y otra era que me los negase.

- Edward, ¿realmente crees que soy tonta? Por favor ¿como crees que alguien
puede… malinterpretar- ¿malinterpretar?- algo así?

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- Bella…ella es Claudia mi ex novia. Ella…- todo estaba claro ya, yo solo había
servido para sanar sus heridas, él realmente estaba enamorado de ella.

- Entonces con mucho más motivos. Edward…tranquilo…no me interpondré entre


vosotros, yo….- no me dejó terminar.

- Bella cariño…yo te quiero a ti- Edward se movió rápidamente, tiró de mi brazo


para hacerme caer encima de él- te amo Bella…solo te amo a ti, Claudia se ha
confundido- Edward estaba sollozando y mi corazón moría al verlo así- Por
favor…créeme.- no puede evitar abrazarlo, lo amaba con toda mi alma.- Bella…ella
me pidió perdón por abandonarme y yo solo la perdoné. Ella se debió creer otra
cosa. Te lo prometo, no ha sido más- me susurró.

- Siento haber dudado de ti pero…bueno…no es fácil cuando ves a otra mujer


encima de tu novio besándolo- tenía que confiar en él, Edward nunca me dio motivos
para dudar, había venido a por mí.

- Te quiero mi vida, si no es contigo no es con nadie, nunca lo olvides.

- Yo también te quiero Edward. Por favor….no más errores así.

Permanecimos allí un rato más. Ambos aún estábamos demasiado afectados por lo
ocurrido. No hizo falta palabras, nuestras miradas y nuestras bocas enlazadas
hablaban por si solas.

Trascurrido un rato, volvimos a la fiesta. Estaba deseando marcharme de allí


pero…debíamos esperar.

Toda la familia, incluida Esme y Carlisle estaban esperando a que volviéramos.

- Bella… ¿Estás bien?- mi hermano estaba muy nervioso

- Si…no ha sido nada- le sonreí para evitar que siguiera preguntando.

A pesar que todo había pasado y que intentábamos aparentar normalidad, me


sentía fatal. Había sentido en mi propia piel el miedo de perder a Edward y… no
había sido nada agradable.

Por suerte el discurso de Carlisle no tardó.

Agradeció a todos sus empleados por haberlos ayudado a creer en sus sueños y a
su familia por estar con él en todo momento. Recordó todos los momentos vividos en
- 181 -
esos 25 años, incluyendo el accidente de Edward, muy por encima. Sabía que
Edward no estaba preparado aún para eso, y sobre todo porque Sam, su compañero
de trabajo, murió en ese accidente.

Todos alzamos las copas y brindamos por volver a recordar todo esto dentro de 25
años.

EDWARD

Antes de irnos, mi padre se acercó a nosotros. Traía algo en sus manos.

- Hijo…quiero darte las gracias por haber venido, sé que para ti no ha sido fácil- ni
que lo digas, casi pierdo a mi novia, pensé para mí.

- Papá, no tienes que agradecer nada. Tú has estado a mi lado siempre, sin
importarte nada, incluso echándote de mi lado, nunca me has abandonado- mi padre
había soportado mis llantos, mis frustraciones, mis ganas de morir, todo.

- Mis cuatro hijos- señaló a Bella y Jasper como sus hijos- junto a tu madre…sois lo
más importante para mí. Todo lo demás sobra si estáis vosotros. Por eso
quiero…devolverte algo que te pertenece- me entregó una cajita

- ¿Algo que me pertenece?- tomé la cajita y la abrí. No pude evitar jadear cuando
vi que se trataba de mi pulsera Cullen, la cual perdí en el accidente. No pude
impedir que una lágrima se escapara de mis ojos- Papá es…

- Es tuya hijo y sé que sentiste su pérdida. He querido esperar a entregártela hoy


pues…eso es símbolo que todo esto- se refería al bufete- será tuyo algún día. A
parte, vi que ya le habías entregado a Bella el collar, cosa que me alegra muchísimo.

- Papá gracias. No sabes…no sabes lo feliz que me hace tener esto. Significa
mucho para mi, es un orgullo ser un Cullen.- Ambos nos abrazamos emocionados.

Nos despedimos de todos, y no pude evitar sentir un gran alivio. Por fin acababa
la dichosa noche, una noche que me podía haber costado la pérdida del ser más
maravilloso del mundo.

Bella conducía en silencio. Me sentía mal pues sabía todo lo que había sufrido en
esa noche, empezando por el maldito Matt Clean y acabando por Claudia.

- Bella…Siento todo lo que ha pasado esta noche- rompí el hielo, ella me miró con
una mirada cálida.
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- Yo también, siento que…bueno la fiesta se empañara por…

- Cariño, la fiesta no se empañó, por suerte todo se solucionó. Te quiero mucho


Bella y quiero que sepas que nadie me importa tanto como tú- Tomé aire- el día del
accidente volví a nacer y todo lo anterior no significa nada para mí. No soy la misma
persona, no soy el mismo Edward Cullen.

No pude evitar colocar mi mano en la pierna de Bella, subiendo desde su rodilla


hasta su muslo, notando como ella se estremecía con un simple roce mío. Me amaba
y ella se encargaba de recordármelo día tras días.

Subí un poco más hasta acariciar su pecho por encima de su vestido, haciendo que
mi masculinidad creciese por momentos.

- Edward…sabes que no es seguro que me hagas esas cosas mientras conduzco-


me dijo divertida. Supe que ella deseaba tanto como yo olvidar esa noche.

- Es que te ves…tremendamente sexy conduciendo. No tengo culpa que me


vuelvas loco- al decirle eso, Bella mordió su labio inferior, haciéndome perder aún
más los papeles- Bella eso no me ayuda…-sonreí relamiéndome

- ¿Y esto te ayuda?- subió la falda de su vestido mostrándome sus piernas, mi


miembro se endurecía por momentos.

- Creo que no- tragué hondo mientras miraba sus piernas jugar con los pedales del
acelerador/freno/embrague.

- Quizás esto si- tiró de un recogido de su cabello haciendo caer su pelo sobre sus
hombros.

- Bella…-jadeé- para, quiero que pares, quiero que me hagas el amor ahora, no
aguanto más.

Bella aceleró al máximo el coche para recorrer la última calle que desembocaba
en el garaje de mi apartamento. Accionó el mando para que la puerta se abriera y
volvió a acelerar para dirigirse a nuestra plaza de parking.

Una vez allí desabrochó su cinturón y el mío con urgencia para sentarse sobre mí
a horcajadas, haciéndome jadear de nuevo.

- ¿Y así? ¿Ayuda?- se movió rozando mi endurecido miembro con su húmedo sexo.

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- Diosss…- solo pude decir eso, apenas me había rozado y el placer estaba siendo
era máximo.

- Veo que voy por buen camino- empezó a desabrochar mi camisa mientras me
besaba con lascivia.

- Sabes que nos puede ver alguien ¿no?- ¿Qué me importaba a mi en este
momento quien nos viera? Tenía deseo de ella y no podía esperar más.

- Si quieres…podemos esperar a llegar a casa pero…- comenzó a desabrochar su


vestido, haciendo que la parte delantera cayera para mostrarme su sujetador.

- Nooo, no quiero, no puedo esperar- aparté sus manos de la cremallera del


vestido para terminar de bajarla yo, quitándole posteriormente el sujetador.

Bella se alzó para quitarse el vestido, quedando solo con sus mini braguitas
encima de mí. Yo aproveché para tomar el mando de mi asiento y desplazarlo un
poco para atrás, para dejar más sitio. Por suerte me había comprado un coche
grande.

Bella se volvió a sentar sobre mí, deshaciéndose de mi camisa, mientras mis


manos acariciaban sus pechos ardientes.

Con mis pulgares, tracé círculos sobre sus pezones rosados, estimulándolos al
máximo.

Bella gemía, echando su cabeza para atrás, dejándome espacio libre para atrapar
su pecho entre mis labios y succionarlo, mientras ella apretaba nuestros sexos,
friccionándolo en cada movimiento.

La tomé por sus glúteos para ayudarla en el aquel movimiento que me estaba
volviendo loco, mientras lamia su cuello, llevándome a su paso gotitas de sudor que
se estaban formando sobre ella.

Bella, bajó sus manos para desabrochar mi cinturón y posteriormente mi pantalón.


Mi miembro luchaba por salir de su cautiverio, Bella lo notó y soltó una sonrisita
perversa.

Se levantó de encima de mí quedándose en cuclillas delante de mi asiento para


ayudarme a quitarme el pantalón, llevándose con él mis boxers.

Pensé que iba a volver a sentarse encima de mí pero me sorprendió. Se puso de


- 184 -
rodillas delante de mi asiento, para atrapar mi sexo entre sus manos, dándome
pasionales caricias en mi pene ansioso de ella. Tomó el mando de mi sillón,
deslizándolo para tumbarme un poco y al momento introdujo mi dureza en su boca.

Mi corazón trastabilló al sentir su húmeda lengua por mi largura, haciéndome


gemir sonoramente, llevándome las manos a mi cabeza de puro placer.

- Ohh Bella, esto si que ayuda- dije entre gemidos

Bella aumentó el ritmo de sus lamidas, intercalándolas con succiones que me


volvían loco.

Esto era una locura, estábamos en mi plaza de parking de mi edificio, cualquiera


podía venir para dejar su coche y pillarnos, haciéndolo más morboso aún.

Bella estaba llegando a un punto que me estaba haciendo enloquecer, por lo que
la detuve.

- Bella…quiero probarte, quiero tenerte en mi boca- quería darle el placer que ella
me regalaba.

- Edward…es imposible, apenas hay espacio y…- no dijo más, pero sabía que era lo
que quería decir: Yo no me podía mover para situarme en la misma postura que
había estado ella.- Tranquilo cariño, eso lo podemos hacer más tarde ahora…te
necesito dentro de mí

Al decir eso, se volvió a sentar encima de mí a horcajadas, tomando mi sexo e


introduciéndolo en su interior sin compasión, haciéndola gritar de placer. Eso me
hizo ambientarme de nuevo, olvidando que una vez más mis limitaciones aparecían.

Bella comenzó a moverse de una manera prohibida, intercalaba los movimientos


propios con círculos en su interior, haciéndome jadear sonoramente. Mis manos
volvieron a sus glúteos para ayudarla en los movimientos.

Su cavidad cada segundo estaba más y más húmeda, haciendo que mi miembro se
deslizase en su interior sin dificultad, llegando a límites insospechados

Nuestros besos eran de furia, de urgencia, de necesidad, entrelazando nuestras


leguas. La lujuria se había apoderado de nuestros cuerpos.

Bella se agarró al respaldar de mi asiento, para hacer más fuerza y así acelerar los
movimientos. En ese momento mi teléfono móvil sonó.
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- Olvídate de él mi niña, olvídate de él- no quería que parase ahora

- Edward…no me dejes nunca- me susurraba jadeante mostrándome que su


orgasmo estaba cerca.

- No estoy tan loco como para perderte ahh. Me vuelves loco, te amo cariño ahh. Y
ahora…no pares por dios, no pares- mi culmen estaba muy cerca

Bella comenzó a gritar mi nombre mientras se movía de una manera frenética,


haciéndome llegar al mejor orgasmo de mi vida.

Ambos estábamos extasiados, Bella a causa de los movimientos y del placer y yo a


causa del mejor placer que me habían dado en mi vida.

Cuando me recuperé vi que todos los cristales del coche estaban empañados por
lo que si alguien hubiese entrado en el parking no nos habría visto. En ese momento
recordé la llamada.

- Bella…- ella yacía encima de mi pecho recuperando el aliento- Por favor podrías
darme mi teléfono. No es normal que llamen a esta hora, debe haber ocurrido algo.

Bella se movió lentamente para recuperar mi chaqueta, para tomar mi móvil.

- Gracias cariño- nos besamos. Miré la pantalla para ver quien había llamado- Es
mi madre- dije sorprendido. Bella me miró preocupada.

- Edward…llámala. Alice…- susurró.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

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Capitulo 30

Ya estoy aquiiiiiiiiii, después de un día largo y duro. No me mateisssssss.

Disfrutaddddddd

CAPITULO 30

Rápidamente presioné el botón de llamada y mi madre respondió.

- Edward…por fin te encuentro. Estamos en el hospital- tragué hondo- Es Alice.

- ¿Está de parto? – quería que me afirmara y que me dijera que todo iba bien.

- Al principio pensamos que era una indigestión de canapés pero…creo que si está
de parto, aunque no ha roto aguas.

- Es demasiado bruta, debió comerse al menos tres bandejas- sonreí- Tranquila


vamos para allá, estamos aún en el coche- miré a Bella sonriendo y ella se ruborizó.

- Hijo…habéis tardado mucho en llegar ¿no? Os fuisteis antes que Alice se


encontrase mal- no le iba a decir a mi madre lo que habíamos estado haciendo por lo
que inventé una excusa.

- Se volvió a estropear la puerta de acceso al garaje. Por suerte Bella consiguió


abrirla. Mamá nos vemos ahora en el hospital. Te quiero.

Sonreí al ver a Bella ruborizada, vistiéndose.

- Ven aquí pequeña- tiré de ella para sentarla en mis piernas- Te amo con locura.

- Yo también te amo a ti Edward- la besé- Edward…debemos darnos prisa, le has


dicho a tu madre que íbamos para allá, no podremos volver a dar la misma excusa
por el retraso.

Bella me ayudó a vestirme para ir al hospital. Posteriormente se colocó su vestido


y recogió su pelo como pudo, dándole un aire casual.

Le conté a Bella mi conversación con mi madre y comenzó a reírse.

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- Edward…Alice se ha comido todos los canapés de la fiesta. Cuando los
camareros le ofrecían uno, ella le tomaba la bandeja entera- Bella volvía a sonreír y
eso para mi era felicidad.

Cuando llegamos al hospital, aparcamos en la zona de minusválidos de la puerta


de acceso al centro. Mi padre ya nos esperaba allí para ayudar a Bella a sacar mi
silla.

Rápidamente nos dirigimos a la sala de espera, donde estaba mi madre con


Emmett y Rosalie. Al momento apareció Jasper

- Jasper… ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no estás con mi hija? – le preguntó mi madre
nerviosa.

- Me han pedido que espere aquí un momento. Alice está de parto pero…aún no ha
roto aguas. Le tienen que poner un enema para…- sin poder evitarlo sonreí- Se
comió todos los canapés de la fiesta- ahí no pudimos aguantar y todos reímos
incluido Jasper.

- Decía que tenía un hambre especial- comentó Rose

- ¿Avisaste a tus padres?- le preguntó mi madre. Los padres de Jasper vivían en


Europa

- Si pero…bueno…tardaran en llegar varios días. Es un viaje largo.

A los cinco minutos llamaron a Jasper que corrió hasta la enfermera.

Emmett y Rose, fueron a comprar varios cafés. La noche pintaba ser larga en
aquella sala de espera.

Mis padres estaban sentados y abrazados, Rose y Emmett estaban igual, pero
yo…tenía que estar sentado en esa maldita silla, mientras Bella estaba sentada en
esos asientos incómodos, sin poderla abrazar.

- Bella…ven- tiré de ella y la senté en mis piernas.

- Edward…mejor me siento en…- señaló el asiento donde segundos antes estuvo


sentada.

- Prefiero que estés aquí, si no te importa- ella negó y se quedó conmigo

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Durante todo el rato que estuvimos esperando, estuve enumerando todas mis
limitaciones. Cada día que pasaba encontraba una nueva y todas ellas me alejaban
de Bella. Debía hacer algo para solucionar esto, cada día se me hacía más
insostenible.

Tras ocho horas de espera, Jasper salió con los ojos vidriosos. En sus brazos traía
a la pequeña Clhoé. (está en mi perfil) Todos salimos corriendo hasta él.

Mi madre lloraba, mi padre estaba muy emocionado, ambos abrazándose.

- Es una pequeña duendecilla- dije al ver sus ojos tan abiertos, igual que Alice
solía hacer.

- Al parecer es igual de curiosilla que su madre- dijo Jasper besando la cabecita de


su hija.

Al momento, Jasper se marchó con la pequeña para volver con mi hermana.

Todos excepto mi madre y Jasper nos marchamos. Alice estaba muy cansada y
necesitaba descansar.

Nosotros no estábamos menos cansados, nos habíamos pasado toda la noche en el


hospital.

Cuando llegamos a casa, Bella preparó el desayuno, mientras yo llamaba a una


floristería para que le mandaran un gran ramo de flores a Alice. Después nos fuimos
a la cama para descansar y cuando despertáramos volver al hospital.

No sé cuanto tiempo pasó y un ruido en el salón me despertó. Al principio creí que


era Bella, pero al abrir mis ojos vi que estaba aún en la cama dormida.

Me levanté con cuidado de no despertarla y me senté en la silla. Tomé mi albornoz


y me lo puse.

Salí con cuidado al salón y escuché trastear en la cocina. Al dirigirme allí vi que
era Jake. Claro, era domingo y volvía a casa de sus días libres. Bella esta noche
volvía a ir a su casa a dormir pues tenía que trabajar.

- Ey Jake que susto me has dado- resoplé.

- Edward…no sabía que estabais aquí, no escuché ruido y pensé que estabais
paseando
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- Alice se puso de parto anoche y…nos hemos pasado toda la noche en el hospital

- Y… ¿Cómo están las chicas?- noté a Jake triste.

- Perfectas, mi sobrina es preciosa- hice una pausa- Jake… ¿Qué te pasa? ¿Todo va
bien?

- Si, solo que…bueno…mi relación con Leah se ha roto- suspiré.

- Lo siento yo…bueno…- No sabía que decirle, sabía que a Jacob le gustaba


bastante esa chica.

En ese momento salió Bella de la habitación con mi camisa puesta casi sin
abrochar, por lo que se veía sus mini braguitas. No se había dado cuenta de la
presencia de Jacob, el cual al verla abrió los ojos como platos.

- Ejem…Bella…- llamé su atención para prevenirla que no estábamos solos. Bella


alzó su mirada para verme y se ruborizó al ver que no estaba solo.

- Disculpa…- apretó la camisa a su cuerpo y se marchó rápidamente a la


habitación.

- Edward…no sabía que…bueno…mejor me marcho- Jake dejó lo que hacía y se


dispuso a irse.

- Jake…no te vayas. Es tu casa- le sonreí- Nosotros nos vamos a vestir y nos vamos
a ir al hospital son las…- miré el reloj y me quedé alucinado, habíamos dormido ocho
horas- son las 17.20.

Bella y yo volvimos al hospital para ver a Alice y a Clhoé. Alice estaba


alimentándola y era una estampa preciosa. Mi hermana estaba súper feliz, al igual
que Jasper.

En ese momento nos imaginé a Bella y a mí en esa misma estampa y mis temores
crecieron. ¿Qué haría yo para ayudarla? ¿Tendría que cuidarme ella a mí después de
dar a luz? Jasper era autosuficiente y podía ayudar a Alice en todo pero yo…no
podría hacer eso, ni siquiera podría llegar a la cunita donde estaba Clhoé acostadita.

Pasó un mes más y mis temores seguían creciendo. Intenté por mi cuenta pedir
información sobre mi intervención, tiempo de recuperación, requisitos, etc, y no era
nada halagüeño. En si la intervención tenia un 80 % de éxito pero…eso no era lo que
me preocupaba. Me inquietaba el tiempo que iba a tener que pasar en el hospital
- 190 -
boca abajo, después en casa y después la rehabilitación.

Volvería a tener a mi familia de nuevo castigada a mi lado, ya que apenas podría


hacer nada. ¿Estaba preparado para pasar por eso? ¿Y si no quedaba bien, iba a
castigar a mi familia a hacerse cargo de mí?

Era domingo y Bella insistió en ir a la playa. Decía que el sol beneficiaba a mis
huesos por lo que fuimos a las 17:00 para evitar que sol me quemase.

Ella había insistido varias veces en alquilar un carrito de minusválidos para el


mar, para poder meterme con ella en el agua, pero no acepté.

A esa hora estar en la playa era un gustazo. Ya casi toda la gente se había ido, y
solo quedaban algunos rezagados por lo que la tranquilidad era extrema. Mi
tumbona estaba a cinco metros del mar.

Bella se sentía acalorada, por lo que decidió ir a darse un baño. Estaba preciosa
con su bikini azul (está en mi perfil) que le había regalado hacía dos días.

Me encantaba verla meterse en el mar y ver como el agua envolvía su cuerpo.


Muchas veces soñaba con acompañarla, con ser yo quién acariciara su cuerpo en
vez de las olas del mar.

Bella me saludaba dentro del agua sonriente y yo le respondía con la misma


sonrisa.

Al momento vi como salía del agua, y su cara era pálida, por lo que me asusté.
Cuando la vi que se dirigía hacia mi, se desmayó y el mundo se cayó a mis pies.

- Bella! Bella!- no se movía. Miré para todos lados pero las personas que habían en
la playa estaban demasiado lejos de nosotros como para escucharme.

Sin pensármelo dos veces, me tiré de la hamaca para intentar ir reptando hasta
ella.

- Bella! Bella!.- le gritaba a cada segundo.- Aaaaaagggggggg- gritaba de pura


frustración por ir tan lento. Cada vez me costaba más moverme.- Ayudaaa!- gritaba
por si alguien me oía. No iba a ser capaz de llegar por mis propios medios, mi
espalda me lo impedía.

Por suerte, un hombre escuchó mis gritos y corrió hasta mí.

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- ¿Estás bien?- me preguntó angustiado, sin darse cuenta que era Bella quien
necesitaba ayuda, yo daba igual.

- Por favor, ella…mi novia, está en el suelo, ayúdela- le señale a Bella y salió a
correr.

Tomó a Bella en sus brazos y corrió con ella hasta una de las tumbonas, de al lado
donde estaba yo hacia minutos. Le hizo señal a la torre del socorrista, éste lo vio al
momento y vino para ayudarlos. Yo yacía en el suelo sin poder moverme, con
lágrimas de impotencia recorriendo mis mejillas.

- Señorita…- le dijo colocando en su frente gasas empapadas de agua, cogiendo su


tensiómetro para tomar su tensión arterial.

- Edw…Edward- fue lo primero que dijo Bella. El hombre que la había puesto en la
tumbona vino para ayudarme a moverme pero él solo no podía conmigo por lo que
tuvo que ayudarlo el socorrista a colocarme en una tumbona, sintiéndome aún peor.

- Tranquila, ha tenido una bajada de tensión. Quédese tumbada voy a traerle algo
con azúcar- el socorrista fue a comprar algo para que tomase Bella, ya que vio mi
estado de inutilidad.

- Edward- a ella solo le preocupaba yo

- Tranquila Bella estoy aquí- estaba lleno de tierra.

Alargué mi mano para coger la suya, tragándome las lagrimas y el nudo de mi


garganta para que ella no lo viera. Tomé mi teléfono del bolso de playa de Bella y
llamé a Jake. Necesitaba su ayuda.

- Dime Edward

- Jake…te necesito. Bella no se encuentra bien y estamos en la playa.

- ¿Está bien? ¿Le ha pasado algo? – a pesar de que Jake quería a Leah, sabía que
aún estaba enamorado de Bella.

- Se ha desmayado. Está aquí un chico de la Cruz roja pero…te necesito para que
nos ayudes a volver a casa incluso para ir al hospital- no me quedaba tranquilo.

- Edward…no necesito ir al hospital- dijo Bella con los ojos cerrados y con la gasa
empapada aún en su frente.
- 192 -
- ¿En que playa estáis?- me preguntó escuchándole coger sus llaves.

- En la playa de la heladería- Por suerte tenía un punto de referencia que darle.

- Ok, voy para allá.

Al momento llegó el socorrista con una coca cola para Bella.

- Tranquila- la ayudó a incorporarse- ha debido ser el calor, en cuanto te tomes


esto estarás mejor- le dijo dulcemente el socorrista.

- Gracias…estoy mucho mejor. Déjame que te pague…- Bella iba a coger su


cartera.

- No, por favor. No hace falta que me pagues nada, ha sido un placer- bien…ahora
también el chico ligando con mi chica.

Jacob no tardó en aparecer corriendo.

- ¿Estáis bien?- miró primero a Bella y luego a mi.

- Si tranquilo Jacob ha sido solo una bajada de tensión- le dijo Bella.

- Bueno…ya no estás sola, me puedo marchar- si ese tipo no hubiese ayudado a


Bella le habría partido la cara, si pudiese claro, ¿yo que era un espíritu?- Si
necesitas algo estoy ahí- le señaló la caseta de los socorristas.

- Gracias, estoy bien- volvió a repetir Bella, que había sido consciente el
comentario de mal gusto del tipo.

- Edward…estás lleno de arena- me dijo Jacob mirándome de arriba abajo-


y…sangre- no me había dado cuenta que del roce angustiado con la arena, me había
hecho sangre en los brazos.

- Me tiré al suelo cuando vi que Bella se había desmayado, para ver si podía llegar
a ella pero…fue inútil- respiré hondo. Jacob puso su mano en mi hombro como para
darme fuerza, cosa que ahora no conseguiría nadie. Estaba hecho polvo.

Jacob nos ayudó a llegar a casa. Aunque Bella decía que ya estaba recuperada,
Jacob la llevó agarrada de la cintura.

Apenas hablamos en todo el camino, lo que iba a ser una tarde agradable se había
- 193 -
convertido en una verdadera pesadilla.

Cuando llegamos a casa, Jacob nos dejó solos.

- Bella…quiero que vayas al médico- le dije seriamente.

- Edward, estoy bien solo ha sido una bajada de tensión, no has escuchado al
chico…- la interrumpí.

- Bella, me importa una mierda lo que haya dicho ese tipo- recordarme a ese tipo
no era lo mejor que pudo hacer- ese tipo no era ni médico ni nada.

- Estoy cansada eso es todo. Entre el trabajo y demás…

- Y estar a mi cargo ¿verdad?- dije con un hilo de voz.

Sabía que Bella estaba destrozada. Los días entre semanas apenas estábamos
juntos, pues por la tarde íbamos a la piscina por mi rehabilitación. Cuando
llegábamos a casa estaba destrozada apenas cenaba y se quedaba dormida, yéndose
a mitad de la noche a su casa. La mitad del sábado y el domingo, aprovechábamos
para hacer lo que no hacíamos los días entre semanas, entre ello el sexo, donde ella
volvía a trabajar doble.

- Edward…no. No vuelvas con eso de nuevo por favor- me gritó enfadada- sabes
bien que no tengo que estar a tu cargo.

Era la primera vez que callé y no peleé. Lo tenía claro, sabía lo que debía hacer si
quería estar con ella, pero lo haría a mi manera.

Ufffffff creo que Edward está entrando en razón pero… que medidas
tomará?

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

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Capitulo 31

Buenos días a tods, aquí traigo el nuevo capi.

Millones de gracias por todos los reviews, alertas y favoritos.

Este capi lo quiero dedicar, de parte de nuestra amiga Luigy a Ángela, una
chica que está en las misma circunstancia que nuestro Edward pero que lo
suyo no tiene operación. Si algun día lees esto Angela, este capi va para ti
con todo mi cariño.

CAPITULO 31

Le pedí a Jacob que llevase a Bella a casa en el coche, para que no tuviera que
conducir y que luego se volviese en taxi. Ella no puso resistencia a ello.

Aproveché que estaba solo en casa, y tomé los documentos que había recopilado
sobre la operación. Al ser clínicas privadas, podía llamar cualquier día de la semana
por lo que aproveché ese momento.

- Buenas tardes…Por favor ¿el Doctor Rivers?- le pregunté a la recepcionista.

- ¿Quién le llama por favor?

- Soy Edward Cullen, hablé con él hace unos días- le aclaré

Me puso la música de espera y al momento respondió el doctor.

- Hola Edward… ¿Qué tal?

- Bien. Me lo pensé y mi respuesta es si- le dije sin pensármelo.

- Estupendo. Finalmente es con tu familia o solo- preguntó con miedo.

- Solo, voy solo- susurré con decisión.

- Pero…Edward…sabes que esto es muy duro y largo en el tiempo, necesitarás a…

- A nadie doctor, no voy a involucrar a nadie, ya se lo dije.

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- Está bien… ¿Has decidido cuando…-

- Lo antes posible, usted me dirá- las lágrimas caían por mis ojos como cascadas.

- Tengo a una enfermera que está en estos momentos en Florida, regresa mañana
a Virginia, ¿es muy precipitado?- Tragué hondo.

- No, no lo es, es mejor así. No tengo que preparar apenas nada, no necesitaré
mucho.

- Bien, pues entonces mañana en la mañana te llamará Irina. Te sacaré un pasaje


junto al suyo. El vuelo sale a las 12 p.m. por tanto te llamará mucho antes.

- Tranquilo estaré preparado- podía notar mi voz entrecortada.

- Edward…todo saldrá bien, estás en buenas manos.

- Lo sé gracias. Mañana nos vemos.

Cuando colgué no pude evitar llorar como nunca antes había hecho. Este paso era
muy doloroso para mí pero…era necesario.

No podía condenar a Bella a esto. Lo ocurrido hoy había sido el paso decisivo para
lanzarme.

Me iba a operar, como tantas veces me habían pedido mis padres y ella
pero…lejos de todos. No los iba a hacer sufrir, no podía verlos sufrir, si ellos estaban
a mi lado, mi recuperación iba a ser más lenta. Me vendría abajo muchas veces.

El doctor Rivers se había citado conmigo personalmente en Florida una semana


atrás. Me había explicado la intervención, tal y como lo habían hecho el resto de
médicos que me habían tratado. La intervención se hacia en un hospital de Virginia
y luego a las dos semanas, me trasladarían a un centro especializado de
rehabilitación. Allí pasaría gran parte del tiempo, que podía llegar a ser uno o dos
años, según la lesión.

La decisión estaba tomada y ya no había marcha atrás.

Necesitaba despedirme de mi familia, pero sin que supieran que era una
despedida. Mandaría un mail tanto a Jacob como a mi padre, aunque no explicaría el
motivo de mi marcha, no quería que me buscaran.

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Tomé el teléfono y llamé a mi hermana.

- Hola tito Edward- respondió.

- Hola hermanita ¿Cómo están mis princesas?- mi tono de voz era apagado.

- Luchando- rió- acabamos de bañar a Clhoé y no quiere salir del agua- mi


hermana suspiró- Edward… ¿Estás bien? ¿Pasa algo con Bella?- preguntó
angustiada.

- No. Solo…estoy cansado, hemos tenido un día duro. Hemos ido a la playa-
intenté mejorar mi tono de voz.

- Perfecto Edward. Me alegro que sigas con tu vida.

- Gracias. Bueno…solo quería daros las buenas noches. Dale muchos besitos a mi
princesa Clhoe, y otros tantos para ti. Te quiero Alice.

- Y yo a ti Edward…- me dijo sorprendida.

Colgué y me enjugué unas lágrimas furtivas. Iba a echar mucho de menos a mi


hermana. Ella siempre había sido mucho más que eso, había sido mi consejera y mi
mejor amiga.

A la siguiente persona que llamé fue a mi madre.

- Hola cariño- me respondió.

- Hola mamá. ¿Cómo estáis?

- Bien cielo, descansando, y ¿vosotros?- mi madre también me notó raro.

- Bien, Bella ya se marchó a su casa para descansar. Hemos estado en la playa.

- Que alegría hijo, tu padre se alegrará de eso.

- Por cierto mamá, dile a papa que…mañana no podré ir a trabajar. Tengo unas
cosas que solucionar

- ¿Pasa algo Edward? Te noto raro.

- No mamá, no es nada importante, tranquila.


- 197 -
- Bueno…si tú lo dices…

- Mamá te dejo, te quiero mucho y díselo también a papá.

- Nosotros también te queremos cariño.

Respiré hondo. Ahora me quedaba la llamada más difícil, Bella.

Tomé el teléfono en mis manos y estas temblaban. No estaba preparado para


hablar con ella, no podía despedirme de ella, aún no.

Me metí en la ducha para intentar relajarme. Estuve al menos treinta minutos,


sentado debajo del chorro de agua caliente. Finalmente Jacob se alarmó

- Edward… ¿estás bien?- preguntó Jake al otro lado de la puerta.

- Si…me estoy dando un baño salgo en un momento

Cuando estuve preparado, salí al salón y Jake ya había hecho la cena.

- Lasaña ¿Te apetece?- me preguntó.

- Si, claro- Tomé aire- Jake… ¿Cómo has dejado a Bella?

- Bien, volvía a estar bien. De todas maneras…he conseguido que vaya a hacerse
un chequeo mañana. Me lo ha prometido- le sonreí

- Gracias. Al parecer…tú consigues más que yo- bromeé.

- No Edward, simplemente que…recapacitó.

- Jake… cuando yo no esté…quiero decir, que si en alguna oportunidad yo no


estoy… Cuidarás de ella ¿verdad?- Jake me miró sin entender.

- Pues claro Edward. Ella también es mi amiga.

- Gracias, me alegra escucharte decir eso. Y tú también te cuidarás ¿verdad?

- Edward… ¿Qué te coñ* te pasa? Estás más raro que un piojo verde

- No me pasa nada solo que…bueno pasé una mala tarde, me asusté.

- 198 -
Por suerte la conversación con Jacob no fue a más. Estuve tentado de contarle la
verdad pero…sabía que lo presionarían y terminaría contándolo todo. Como bien me
dijo mi padre un día Lo que no quieres que sepa otros, nunca lo cuentes era la
manera que me decía mi padre que no me fiara de nadie.

Me fui a la cama y decidí llamar a Bella, antes que se hiciera más tarde y se fuera
a dormir.

- Hola cariño- me respondió con voz soñolienta.

- ¿Cómo estás preciosa?- iba a echar de menos esta voz.

- Bien…Edward…siento todo lo que ha pasado hoy. Sé que te has asustado


mucho…- no quería desaprovechar mis últimos minutos de hablar con ella, para que
se excusase de algo que no tenía culpa.

- Ey cariño, tranquila. Te quiero, lo sabes ¿verdad?

- Como yo a ti- me respondió.

- Si. Recuerdas que si no eres tú no es nadie ¿Verdad?- las lágrimas caían por mis
mejillas a borbotones. Yo siempre cumpliría esto.

- Igual que yo cariño.

- Sabes, he sido muy feliz a tu lado todo este tiempo. Me has enseñado tanto…

- Edward cariño… ¿Qué pasa? Me asustas cuando hablas así.

- No pasa nada solo…he estado recordando cuando nos conocimos, nuestro primer
beso, todo lo que hemos vivido estos meses.

- Para mi han sido los mejores de mi vida- me dijo sin pensarlo.

- Para mí también. Nunca había sido tan feliz a pesar de…mi discapacidad- era la
primera vez que pronunciaba esa palabra. Supongo que porque el día de hoy me
demostró con hechos que lo era.

- Te amo Edward- me dijo

- Y yo a ti princesa, nunca lo olvides. Te dejo para que descanses. Piensa siempre


en mí como yo lo hago contigo. Estaré en cada lugar que tu estés- dicho eso colgué.
- 199 -
Me quedé al menos una hora, con el teléfono pegado a mi pecho, llorando. Me
había despedido del ser más maravilloso del mundo y…no estaba del todo seguro
que me esperase cuando estuviese recuperado.

No podía pedirle que me esperara, pero…lo deseaba con todas mis fuerzas.

Cuando recuperé las fuerzas, preparé una pequeña maleta con algunas cosas que
me llevaría, y preparé la bolsa de todas las pruebas, radiografías, Tacs, escáneres,
etc.

Después me metí en la cama y tomé mi portátil, para redactar dos mails, uno para
Jacob y otro para mi padre.

Empecé por el de Jacob. Tenía claro todo lo que quería que supiera y el favor que
necesitaba de él. No le iba a pedir más.

El de mi padre…me llevaría más tiempo. No sabía como enfocarlo, por lo que


decidí abrirle mi corazón.

Programé mi correo electrónico para que enviara los dos mail a la misma hora, a
las 13.30 del día siguiente, así evitaría que lo leyeran antes de montarme en el
avión.

Todo estaba preparado, ahora…solo quería que el tiempo pasara deprisa, muy
deprisa.

BELLA

Tras la llamada de Edward me quedé muy preocupada. Lo había notado


melancólico y algo triste. Supuse que sería por lo que había pasado hoy, que no era
poco.

Para él debía haber sido terrible, verme en el suelo y no poder llegar hasta mí.
Solo de pensarlo…me sentía culpable

Le había prometido a Jacob que iría a hacer un estudio al día siguiente y lo haría.
Llevaba varios días con malestar general y podía ser alguna carencia de vitaminas o
por el estilo.

Mi día siguiente fue como otro cualquiera. Las primeras ocho horas era de trabajo
extremo.

- 200 -
Cuando salí de trabajar me fui directa al laboratorio, ya que no había tomado ni
comido nada en todo el día, hacia varios días apenas comía, por tanto podía hacerme
mis análisis.

El resultado me lo daban en treinta minutos, por lo que esperé antes de ir a casa


de Edward, para así mostrárselos y que se quedara más tranquilo, de que todo
estaba bien.

Aproveché esos treinta minutos para ir a almorzar en un bar cercano. Me tomé


una ensalada y un zumo natural.

Pasó más de treinta minutos, cuando regresé a la clínica. Al preguntar por ellos
me hicieron pasar a la consulta, lo cual…no pintaba demasiado bien.

- Isabella, tenemos tus resultados- me dijo un doctor bastante joven

- ¿Y…? por favor dígame lo que tengo- me angustié

- Tranquila, solo tienes el hierro un poco bajo, nada preocupante y…- ahora venía
lo malo- enhorabuena, vas a ser mamá- al decirme eso me mareé

- No puede ser- el doctor tenía mis resultados en la mano por lo que tiré de ellos
para mirar que el nombre de la paciente fuera el mío. Lo miré y exactamente una
beta de 150- Dios mío….Edward…- ¿Qué pensaría Edward de todo esto?

- Tranquila un embarazo es una cosa muy normal. Estás sana y todo saldrá bien.
Debes buscar un obstetra que te atienda. Él te guiará para llevar un embarazo sano.
Por cierto estás de alrededor de 6 semanas.

Salí de la consulta con los resultados aún en la mano. Mis piernas temblaban de la
impresión. Los miraba y los remiraba por si cambiaban, como si tuviera una prueba
del embarazo en la mano que quieres que salga la pantallita blanco nuclear y sale la
rayita roja.

Todo era posible, más de una vez habíamos sido imprudentes y…ahora teníamos lo
que nos habíamos buscado.

No es que no quisiese estar embarazada, para mi era…algo muy especial pues


tenía una parte de Edward en mi interior, una semilla de nuestro amor, pero…esto
cambiaba mucho mi vida de nuevo.

No podía llevar el ritmo frenético que llevaba, la mala alimentación, y…lo peor el
- 201 -
dichoso trabajo. Estaba todo el día cargando cajas, agachada, etc.

Me fui para nuestro coche y conduje directa a casa de Edward, me moría de ganas
de decirle que íbamos a ser padres.

Por suerte, me había cambiado de ropa antes de salir del trabajo, para no ir a la
clínica con el arco iris por uniforme.

Cuando entré en el garaje me entró pánico. ¿Y si Edward no quería a este hijo?


Sin poder evitarlo me llevé la mano a la tripa, este embarazo no estaba programado
pero… era mi hijo. En quince minutos lo quería como si llevara toda la vida ahí
conmigo.

A medida que me dirigía al ascensor me fui animando. Me acordé de Jasper y


Alice, con la pequeña Clhoé, y me imaginaba así con Edward. Nos amábamos, y eso
era lo importante.

Iba dispuesta a contarle todo, a contarle que había perdido mi trabajo en la


clínica, que tenía un nuevo trabajo que era agotador y sobre todo… a contarle que
íbamos a ser papás.

Tomé mis llaves y entré en casa de Edward. Todo estaba silencioso por lo que
pensé que Edward quizás aún no había llegado de trabajar.

- ¿Hola?- dejé las llaves en la mesita de entrada. Nadie contestó.

Al ver el silencio sepulcral, decidí irme a la habitación de Edward y darme un


baño, pero cuando pasé por el salón me encontré a Jake sentado en una silla, con un
papel en la mano y la mirada perdida.

- Jake, ¿Estás bien? Me has asustado- le dije dándole un besito en la cabeza. Él no


respondió- Jake… ¿qué pasa?- sin soltar la nota me levantó y me abrazó.

- Lo siento- fue lo único que dijo y eso no me gustó.

- Jake ¿Qué pasa? ¿Dónde está Edward?- sin pensarlo me solté de sus brazos y
corrí hasta su habitación, allí no había nadie.

Encima de la cama estaba su teléfono móvil y su portátil. Corrí hasta el baño para
ver si estaba allí, Edward nunca salía sin su móvil a la calle y si estaba trabajando,
tampoco dejaba su portátil. En el baño tampoco había nadie.

- 202 -
Salí corriendo de la habitación para ir de nuevo al salón. Tenía que hacer
reaccionar a Jacob, él tenía que saber algo más.

- Jacob por favor dime de una vez que pasa- le grité.

- Bella…Edward…se ha ido- vale, se había ido pero ¿a donde? ¿A casa de Alice? ¿A


casa de su madre?

- ¿Con quién con Alice o con su madre?- pregunté

- Bella…no lo entiendes, se ha ido solo a no sé donde- me entregó la carta.

La tomé en mis manos temblorosas y me dispuse a leer o al menos a intentarlo.

Hola hermano.

Ante todo agradecerte todo este tiempo que has estado a mi lado. Has sido mis
pies y mis manos, mi compañía en momentos oscuros. Gracias.

Te debo mucho pero…sé que nunca te lo podré pagar pues, ni con todo el dinero
del mundo, podría saldar mi deuda.

Me tengo que marchar para encontrarme, para…dejar viejas sombras atrás.


Siento no haberte comunicado nada. Mi familia y Bella tampoco sabe nada.

No quiero que me busquen, necesito…tiempo, solo eso para volver de nuevo y ser
Edward Cullen.

Te mando este mail para decirte, que no tienes que irte de esta casa. Es tuya.
Aprovéchala para vivir y acabar tu carrera, a cambio…solo te pediré un favor. Cuida
de Bella.

Muchas gracias por todo y espero que nos veamos pronto.

Edward Cullen

Esto debía ser una broma. No podía ser cierto que Edward se hubiese marchado.
¿Qué significaba que se tenía que marchar para encontrarse, para dejar viejas
sombras atrás? ¿Era yo una de esas sombras? ¿Dónde había ido? No podía ir a
ningún sitio solo, alguien le había acompañado.

Sin querer estaba sollozando, con la carta apretada en mi puño. Me había


- 203 -
abandonado, me había dejado.

- No puede ser, no puede ser- decía una y otra vez- no se ha podido ir así, sin más,
sin dar una explicación

- Lo siento Bella, yo…no sabía nada. Ayer lo noté extraño pero…no sabía nada- al
decirme eso, recordé la conversación de la noche anterior. Yo también lo había
notado raro.

Corrí hasta mi bolso y saqué mi móvil, Carlisle o Esme sabrían algo de Edward.

Se aceptan que me tireis huevos, tomates, etc….

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

- 204 -
Capitulo 32

Menos mal que actualizo pronto sino me tengo que ir del pais por las
amenazas, jajajajaja.

El capi de la noche. Disfrutad y… hasta mañanaaaaaaa

CAPITULO 32

- Bella... ¿donde estás?- me preguntó Esme angustiada.

- Esme dime por favor que Edward está contigo o con Carlisle, dímelo- entonces la
escuché sollozar.

- No Bella…Carlisle ha recibido un mail hace poco y…-no pudo terminar la frase

- Esme por favor, dime que os dice donde se ha ido

- No Bella- por instinto me acaricié la tripa- Bella…estamos llegando al


apartamento de Edward, esperamos por favor.

Dejé el teléfono sobre la mesa, y me senté junto a Jacob. No pude soportar más la
presión y me puse a llorar.

- Bella…por favor no llores. Edward estará bien, verás como en dos días vuelve-
me consolaba mientras me abrazaba.

- Jake ¿por qué me hace esto, por que se comporta así conmigo? No merezco
siquiera un motivo, una llamada lo que sea- Jacob no contestó, él tampoco tenía la
respuesta para mis preguntas.

Al momento llegaron Carlisle y Esme, la cual me abrazó corriendo.

- Esto es una locura- decía Esme igual de desconsolada que yo.

- Carlisle por favor…déjame leer la nota que te ha dejado, necesito saber más- él
me la tendió y yo le entregué la de Jacob.

Hola papá.

- 205 -
Escribir este mail es…muy difícil para mí. No sé por donde empezar ni que decir.

Sabes… he estado recapitulando toda mi vida y…bueno, necesito mejorar muchas


cosas.

Necesito tiempo, solo tiempo para mí. Por favor no me malinterpretéis, os quiero
con locura a todos pero…hay cosas en la vida que solo lo puede hacer uno solo. Ese
es mi momento actual, necesito estar solo. Demasiados acontecimientos en poco
tiempo, ¿no crees?

No llamaré, no escribiré, pero deciros que en mi silencio os amaré. Cuida de todos


y por favor cuida de Bella, es mi vida.

Os quiero mucho y… espero que nos veamos pronto.

Edward Cullen

En la carta de Carlisle, tampoco detallaba mucho más que en la de Jacob. Volvía a


repetir su necesidad de estar solo, pero en este caso añadía que había habido
demasiados acontecimientos en poco tiempo.

Sin pensarlo, corrí hasta la habitación de Edward y encendí su portátil. Tenía que
ver mi correo electrónico, quizás me había enviado un mail a mi también. Quizás ahí
había un motivo, algo, necesitaba algo.

Al entrar en la bandeja de entrada vi que estaba vacía. Le di a enviar y recibir y


nada. Para mi no había nada. Eso era lo que yo significaba para él, nada.

Me arrodillé en la cama y di rienda suelta a mi llanto. Me había abandonado,


definitivamente me había dejado. Yo no le importaba nada, mi hijo…no le importaba
nada.

- Bella…debemos confiar que volverá- Carlisle me tomó por los brazos para
ayudarme a levantarme del suelo y después me abrazó.

- Carlisle…no va a volver o por lo menos en mucho tiempo. Tú tan bien como yo


conocemos a Edward. Él no hace nada a lo loco.

- Pero…mi hijo no puede haberse ido solo, él…necesita a alguien y más cuando no
está en casa.

- Eso podemos saberlo- me acordé de Dan el portero- El portero tuvo que verlo
- 206 -
salir.

Al decirle eso, corrimos hacia el ascensor. Esme y Jacob nos siguieron sin saber a
donde íbamos. Dan estaba en su sala de control.

- Dan…- dije angustiada. Él se levantó rápidamente al ver mi estado- ¿Has visto


salir a Edward esta mañana?

- Si, ¿Pasa algo?-

- No, bueno si, pero…solo necesito saber algo más. ¿Iba solo?- no sabía que era
mejor saber si iba solo o acompañado.

- No, iba con una chica rubia- sin poderlo evitar tragué hondo, Carlisle me miró
angustiado- La chica vino a buscarlo quince minutos antes y después se marcharon
juntos.

- Gracias Dan, eso era todo- dije con un hilo de voz, antes de dirigirme al ascensor.

Me había dejado, se había marchado con otra mujer que suponía que era Claudia.
Ella era rubia. Al parecer…no tenía sus sentimientos tan claro como me explicó ese
día.

- Bella…no sé que le ha pasado a mi hijo, él…- Carlisle pretendía disculparlo, pero


él tan bien como yo, sabía que no tenía disculpa alguna. Se hubiese ido solo o
acompañado, su actitud no había sido la correcta.

Yo me merecía más que eso, al menos una llamada diciéndome que necesitaba
irse, que ya no me quería, o simplemente un "no me vuelvas a llamar". Algo, no este
silencio que me mataba, que se apoderaba de mí poco a poco.

Edward me había destrozado, de eso no cabía duda. Ahora…ya no me quedaba


nada. Me había consumido la vida y me había dejado un hijo suyo en mis entrañas,
un hijo que siempre me recordaría a él.

Sin más que decir, me acerqué hasta la mesa, para recoger mi bolso. Saqué de él
las llaves del coche, fui hasta la mesa de la entrada para coger las del apartamento
de Edward y se las entregué a Carlisle.

- Bella… ¿Qué haces?- intentó devolverme las llaves.

- Es el coche de Edward, al parecer…ya no lo necesita- Carlisle se quedó con la


- 207 -
boca abierta.

- No Bella este coche es tuyo, mi hijo lo compró para ti.

- Lo siento Carlisle…no es mío- A continuación me quité el collar con la insignia de


los Cullen y se lo entregué. Esme lloraba cada vez con más fuerza.

- Bella…por favor creo que…nos estamos apresurando en sacar conclusiones.


Deberíamos darle unos días. Quizás vuelva…- No iba a vivir así, no iba a vivir
esperándolo toda la vida. Él había hecho su elección y no era estar a mi lado. Lo
había dejado claro en la carta, no quería que lo buscáramos.

- Lo siento…necesito salir de aquí. Le pediré a Emmett que venga a por mis cosas-
Al decir eso, salí corriendo de allí.

Esa casa me quemaba, mi corazón sangraba y yo…yo…me moría en vida.

Tomé mi teléfono y llamé a Emmett. Lo necesitaba, no era capaz de dar dos pasos
sin caerme.

- Emmett, te necesito- le dije con un susurro.

- Bella! ¿Qué ocurre? ¿Estás bien?- estaba asustado

- No estoy bien Emmett, ven a por mí por favor- sollocé.

- Tranquila princesa, dime donde estás, estoy de ruta con el coche.

- Estoy en el portal de casa de Edward- sin decir más me dejé caer de rodillas y
lloré

A los dos minutos escuché una sirena. Emmett me encontró arrodillada en el suelo
llorando. Se acercó a mí rápidamente, y me tomó en brazos para subirme al coche
patrulla, sentándose conmigo atrás, mientras su compañero conducía.

- Bella ¿Qué ha pasado? ¿Dónde está Edward?- yo apenas era capaz de responder
algo coherente.

- Me ha dejado, me ha abandonado- repetía una y otra vez.

A partir de ahí todo era un murmullo en mi alrededor. No sabía donde estaba,


quién estaba a mi lado. Podía escuchar a Emmett hablar cerca de mi, algunas veces
- 208 -
con un susurro y otras a voces, lo que hacía que me encogiera para taparme los
oídos.

Apenas comí, apenas viví.

A la semana de mi ensimismamiento, Rosalie me devolvió a la vida.

- Bella, ya está bien- me gritó.

- Rosalie por favor, déjala. Así no vas a arreglar nada- le gritó mi hermano

- ¿Qué no? ¿Se cree que va a vivir así toda la vida? Dios mío Emmett está
embarazada, ¿quieres que tu hijo muera Bella?- al decirme eso comencé a llorar.

- No, no quiero- susurré volviendo en mi. Mi hijo… me había olvidado de él

- Pues entonces…vuelve a la vida, si tú no tienes vida, tu hijo tampoco.

- ¿Como…?- no me hizo falta preguntar más, Rose tenía mis analíticas en la mano

- Bella…mi niña…no te va a faltar de nada. Estamos aquí, nos tienes a nosotros- un


terrible miedo se apoderó de mí.

- No digáis nada, no quiero que nadie lo sepa.

- Bella…Carlisle y Esme deberían saberlo son…su familia. Ellos también están


destrozados por la marcha de…- Emmett no llegó a decir su nombre al verme
encogerme.

- No, no. No quiero. Sé que ellos no tienen culpa de nada pero…no quiero- debía
olvidarme de Edward, quería olvidarlo, pero si seguía en contacto con su familia…no
podría borrarlo de mi vida.

- Ellos han llamado todos los días varias veces, están muy preocupados por tu
estado. Jake también llamó- aclaró Rose.

- Por favor, necesito olvidarlos, hacer como si no existieran. Si no…nunca lo


olvidaré.

Ni Rosalie ni Emmett volvieron a decir más sobre el tema. Entendieron mis


razones aunque no las compartían.

- 209 -
Las primeras semanas sin "Él", que sería como lo llamaría a partir de ahora,
habían sido un verdadero infierno. Todo me recordaba a él. Vivía con la esperanza
de que volviera a por mí, que me dijera que había sido un error y que había
necesitado tiempo, pero Él nunca vino.

Mi embarazo se convirtió en uno de alto riesgo, debido a mi debilidad emocional.


Perdí mi trabajo ya que desaparecí durante más de una semana, por lo que tuve que
dejar mi apartamento y volver a casa de Rose y Emmett, los cuales me acogieron
gustosos.

Ellos…eran mis verdaderos tesoros.

Me cuidaban como nunca nadie me había cuidado. Tanto Emmett como Rose, me
acompañaban a todas las citas médicas y me animaban con el embarazo, al cual me
aferré con uñas y dientes. Ese bebé me salvaría de dejarme morir, por él debía salir
adelante.

Los Cullen al principio me llamaban todos los días, pero… nunca les respondí.
Sabía que llamaban a Emmett y a Rose, que si le contestaban, para saber de mi
estado y ellos se limitaban a contarles mi estado anímico excluyendo todo lo de mi
bebé, tal y como yo les había pedido.

Cada día, iba a buscar trabajo, pero…al saber que estaba embarazada no
interesaba, nadie me quería contratar, por lo que me ocupé de los temas de la casa
para hacerles la vida más fácil tanto a Rose como a Emmett.

Pasaron cuatro meses de mi embarazo y me tocaba consulta. Hoy sabría el sexo de


mi bebe.

Emmett como a cada consulta, llevaba su cámara de video, para según él,
inmortalizar el momento. Todos pensaban que mi hermano era mi pareja, ya que él
se comportaba como el autentico padre mi bebé. Se emocionaba, reía y…lloraba
conmigo.

- A ver Bella…- comenzó el ginecólogo mientras me hacía la eco- el bebé está


perfecto. Y…bueno…hoy se ve el sexo- rió. Emmett acercó su cara al monitor.

- Pues…yo no veo nada, ¿podría darnos una pista?- sonrió mi hermano.

- Claro, es…un chico. Enhorabuena vais a tener un hijo- no pude evitar


emocionarme.

- 210 -
(la ecografía está en mi perfil)

- Bells, un chico, ya no voy a ser yo solo el único hombre en casa- mi hermano


saltaba emocionado

- Si, Emm, voy a tener un niño. Mi hijo- me acaricié la tripa manchándome de gel
toda la mano pero…me daba igual.

A este niño, no le iba a faltar de nada. Yo me ocuparía de ello. Lucharía por darle
todo lo que su padre nos negó, amor.

El tiempo pasaba y ya estaba de siete meses de gestación. Mis clases de


preparación para el parto natural empezaron y Emmett me acompañó a cada una de
ellas, como un padre más. Era divertido verlo ayudarme con las respiraciones o
verlo sujetar mi pelota de dilatación .Emmett me prometió que entraría conmigo al
parto, ya que Rose se mareaba con la sangre, y eso me reconfortaba. No quería
estar sola.

EDWARD

Irina vino a buscarme a la hora acordada. Me ayudó a bajar mis cosas hasta el taxi
que nos llevaría al aeropuerto.

Estaba bastante nervioso por mi traslado hasta Virginia, ya que era más
complicado para un minusválido viajar en avión, y yo desconocía el procedimiento.

Los minusválidos embarcamos los primeros y desembarcamos los últimos. Había


una persona encargada de trasportarme desde la puerta de embarque hasta mi sitio
en el avión, encargándose posteriormente de llevar mi silla hasta la bodega.

Una vez delante de las escalerillas para subir al avión, debía cambiarme y
sentarme en una adaptada, para que la tripulación pudiera subirme. Después para
bajar el mismo procedimiento, pero esta vez…era el último.

Irina estuvo en todo momento a mi lado, por lo que me sentí más protegido.

Cuando llegamos a Virginia, un vehículo especial de la clínica de rehabilitación,


nos esperaba allí. Irina, me comentó en el viaje, que estaría al menos un mes,
haciéndome pruebas para el pre anestésico, movilidad etc.

El Doctor Rivers nos esperaba allí.

- 211 -
- Edward…me alegra de volver a verte. Bueno…supongo que Irina te habrá puesto
al día. Todo irá bien- siempre me decía lo mismo pero…a mi eso no me consolaba.
Estaba muy asustado y echaba de menos a mi familia y a mi mujer.

- Doctor Rivers, quiero recordarle el cambio de mis datos de ingreso. No quiero


que aparezca mi nombre ni mi apellido en ningún sitio. Recuerde que dijimos que
usaríamos mi segundo nombre Anthony y el apellido de soltera de mi madre, Masen-
sabía que mi padre haría lo imposible por encontrarme y... debía evitarlo.

- Tranquilo Edward, ya estás inscrito como Anthony Masen. Te prometí intimidad


y lo voy a cumplir.

Tal y como me advirtieron, pasó un mes entre pruebas, analíticas, radiografías,


electros, etc. Por suerte todos los resultados salieron perfectos y pudimos
programar la operación para dos días después.

En esos dos días me administraron varios calmantes, dado mi estado de nervios.


Todos insistían en avisar a mi familia, pero yo me negué una y otra vez.

Por fin llegó el día de la operación. De ese día solo recuerdo cerrar los ojos,
mientras me administraban la anestesia, y pensar en Bella. Ella era la primera
imagen que recordaba todas las mañanas y la última de la noche.

La siguiente vez que abrí los ojos estaba boca abajo y con un dolor horrible en mi
columna. Estaba en una sala de recuperación y veía a las enfermeras ir de un lado a
otro.

Necesitaba llamarlas, decirles que me moría de dolor, pero…mi voz apenas salía
de mi cuerpo.

- Sr. Masen… ¿Está bien?- me dijo una enfermera al verme llorar.

- Me…me duele- logré decir.

- Tranquilo, voy a hablar con su médico y le subiremos la dosis de analgésicos.

Pasé el peor mes de mi vida. El dolor era insoportable. Apenas podía dormir, ni
comer.

- Edward…es normal el dolor. Poco a poco irá remitiendo. Te hemos implantado


una fijación en las vértebras y…tu cuerpo tiene que adaptarse a ello.

- 212 -
El tiempo siguió pasando y aunque el dolor de mi espalda iba disminuyendo, el
dolor de mi corazón aumentaba por días. No podía vivir sin Bella, la necesitaba a mi
lado.

Estuve tentado más de una vez en llamarla, aunque solo fuera para escuchar su
voz pero…sabía que si la escuchaba, sería mi perdición.

Tras dos meses de la operación (tres meses de estancia) y mi recuperación no iba


del todo bien. Apenas podía estar sentado en mi cama, cada movimiento en mi
espalda era un autentico calvario.

El doctor Rivers me volvió a hacer pruebas y efectivamente la fijación no había


soldado bien las vértebras, por lo que tuvieron que programar otra intervención,
esta vez de urgencia.

mmmm…. Pobre Eddie.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

- 213 -
Capitulo 33

Me alegro provocar sentimientos en vosotrs, eso significa que soy capaz de


transmitir con mi escritura. Espero no defraudar a nadie con la historia.

Disfrutad…

CAPITULO 33

BELLA

Los días pasaban, y mi bebé crecía.

La decisión del nombre fue una guerra campal. Emmett quería que le pusiera su
nombre pero, tanto Rosalie como yo nos negamos rotundamente. Emmett era un
nombre prehistórico y queríamos algo más jovial. Tras una votación finalmente salió
vencedor Daniel.

Esa tarde, me había citado con Rose en el centro comercial, para finalmente
comprar la cunita del bebé. Rose y Emmett querían regalármela por ser los padrinos
de Daniel.

Me había negado millones de veces, ya que habían hecho demasiado por mí como
para que también comprasen las cosas para el bebé, pero… no hubo nada que hacer.

Estando ya en el centro comercial, Rosalie me mandó un mensaje para avisarme


que se retrasaría. Le había surgido un contratiempo en el trabajo, por lo que me dijo
que me fuera para el restaurante, que ella me alcanzaría allí un poco más tarde.

Antes de ir para el restaurante, me acerqué a una tienda de ropa de bebé, a la


cual había querido ir antes, pero como siempre iba acompañada de Rose o Emmett,
pues… no quería mostrar interés para evitar que ellos compraran la ropita, nunca
me dejaban gastar mis ahorros.

Una vez allí una voz muy conocida me llamó a la distancia, era… Alice.

- ¿Bella?- el miedo se apoderó de mí. No quería voltearme, quería salir corriendo.


Intenté alejarme discretamente pero…fue imposible, me volvió a llamar- ¡Bella!

Esta vez, el tono de voz no fue una pregunta sino una afirmación. Mi huida era

- 214 -
imposible, por lo que tomé una gran bocanada de aire y me volteé.

La cara de Alice fue un poema. No había ganado mucho peso con el embarazo y
según Emmett, de espalda, no parecía estar embarazada, pero al darme la vuelta…
una gran tripita sobresalía de mi cuerpo.

- Dios mío Bella….- dijo Alice sorprendida.

- Hola Alice – mi voz no era más que un susurro.

- Bella…estás…estás…embarazada- siempre supe que había una posibilidad que


esto pasase pero confié demasiado en mi suerte. Había trazado varios planes por si
esto ocurría, como asegurar que este hijo no era de ÉL pero…por las fechas…era
imposible.

- Bueno es… imposible disimularlo ¿no?- Alice me abrazó llorando. A ella no le


hacía falta preguntar, sabía perfectamente que ese bebé era de ÉL

- Bella por dios ¿por qué no nos avisaste? ¿Por qué ni Rose ni Emmett nos dijeron
nada cada vez que llamábamos?

- Porque…es algo mío. Es mi hijo- ellos no tenían culpa de nada pero… para mi era
imposible desvincularlos de ÉL. Eran su familia.

- Bella pero…este bebé es de Edward- al escuchar ese nombre me contraje,


cerrando mis ojos a su vez- Perdón Bella, perdóname- el dolor que mostraba mi
corazón, era aún demasiado patente en mi cara.

- Alice…este niño no es de él, es mío. Él perdió cualquier derecho como padre el


día que desapareció de esa manera. Sin un motivo, sin una llamada sin nada.

- Pero…por favor, no nos castigues por sus errores. Bella…nosotros te queremos.


Mi madre…no solo ha perdido a su hijo, te ha perdido también a ti, a su hija. No le
quites el derecho de ser abuela, ese bebé es un Cullen.

- No Alice, este niño va a ser un Swan- tragué con urgencia el aire que me
reclamaban mis pulmones- Lo siento, discúlpame- Viejas heridas comenzaron a
sangrar, por lo que decidí salir de allí. Podía entender a Alice pero…yo no estaba
preparada para eso, había sufrido mucho y mis heridas aún no habían cicatrizado.

Me apresuré a meterme en el restaurante donde me había citado con Rose, con la


esperanza de que Alice no me hubiese seguido. Este tema me sobrepasaba.
- 215 -
El camarero me vio bastante nerviosa y me preguntó si me encontraba bien.
Asentí y le pedí una tila doble mientras esperaba a Rose.

Cuando llegó, no pude disimular mis nervios y mis lágrimas rebosaron. Le conté
todo lo sucedido y no se sorprendió.

Ella más que nadie me advirtió que eso iba a pasar, que tarde o temprano se
acabarían enterando.

ALICE

No me podía creer lo que acababa de ver. Bella estaba embarazada y lo peor de


todo es que…no nos había dicho nada.

¿Qué demonios le pasaba por la cabeza a los dos? ¿Por qué tanto Edward como
Bella se encargaban de castigarnos de esta manera?

Había podido notar el gran dolor que asolaba el corazón de Bella. Había debido
ser desgarrador todos estos meses de soledad, abandonada y embarazada. Sabía
que el apellido Cullen, no le traía buenos recuerdos pero… ese bebé era parte de
nosotros y eso no podía dejarlo pasar.

Dejé todo lo que llevaba en las manos, para comprar para mi pequeña, y corrí
hasta mi coche. Debía hablar con mis padres en persona y contarles todo lo que
había visto.

Durante el trayecto, me puse en el pellejo de Bella y pensé como de diferente


habría sido mi vida, si Jasper me hubiese abandonado, si hubiese sabido que estaba
embarazada después de su marcha, y no pude evitar que mis lágrimas afloraran.

Mi padre, había usado todas sus influencias para intentar encontrar a mi hermano
en el país, incluso en el extranjero. Probó en hospitales, en universidades, incluso
contrató a un detective pero…fue inútil. A Edward parecía que se lo había tragado la
tierra.

Al llegar a casa de mis padres, tuve suerte de encontrarlos a los dos reunidos allí.
Mi padre había ido a comer con mi madre a casa.

Desde la marcha de Edward…mi madre no había vuelto a ser la misma.

- Alice cariño…que alegría verte- me besó mi madre- ¿Y mi nieta?

- 216 -
- Está con Jazz en casa. Yo…

- Alice… ¿pasa algo? No tienes buen aspecto- me preguntó mi padre.

- Me he encontrado con Bella- Ambos me miraron con alegría- Está…está…


embarazada, o mejor dicho muy embarazada- al decir eso mis padres jadearon.

- ¿Qué está embarazada? Alice…no me digas que…- mi madre sabía tan bien como
yo que ese bebé era de Edward.

- Si. Ella está… demasiado dolida. Me quedé impactada. Tiene grandes ojeras…y…

- ¿Por qué no nos ha dicho nada? ¿Por qué lo ha ocultado?- sollozaba mi madre.

- Mamá, Edward…le ha hecho demasiado daño. Creo que vamos a tener que
llamar a Emmett para hablar con él. Bella…no puede oír hablar de Edward- recordé
cuando lo nombré y vi su cuerpo contraerse de dolor- cuando lo nombré…tembló.

- Pobre Bella, ha sido… inhumano- suspiró mi padre- Tu hermano…ha causado


demasiado dolor a mucha gente que lo quería. Espero que donde esté sea feliz
pues…entre nosotros…ya no tiene lugar- escuchar a mi padre hablar así era
impactante. Él que siempre había apoyado a Edward, había luchado con él
pero…esta vez había ido demasiado lejos.

- Debemos hablar con Emmett, él nos tiene que contar todo- dijo mi madre-
Debemos apoyar a Bella, ella no está sola. No quiero perder a otro miembro de mi
familia

Llamé a Emmett y nos citamos con él esa misma tarde. Él era el único que no
podía aclarar la situación de Bella en estos momentos. Ella estaba, demasiado
afectada para eso.

Volví a casa para contarle a Jasper todo lo sucedido y estar un rato con mi
pequeña. A la tarde volvería a casa de mis padres para reunirnos con Emmett.

No paré de dar vueltas a todo lo ocurrido. Iba a ser tía, y mi hermano iba a ser
padre. Si Edward hubiese sabido de su paternidad, ¿se habría marchado? Yo estaba
segura de que no. Algo importante le tenía que haber ocurrido a mi hermano, para
hacer lo que hizo pero… ¿Qué? ¿Por qué no confió en ninguno de nosotros? Todos
barajaban la hipótesis de que Edward había encontrado a alguien, por lo de que lo
vieron marcharse con esa chica rubia pero…yo sabía que algo ahí no cuadraba.
Edward siempre había estado muy enamorado de Bella como para irse con otra.
- 217 -
Por fin llegó la hora, y Emmett fue puntual. Nos reunimos, mis padres, Emmett y
yo en el salón de casa.

- Bueno…supongo que después de lo que sabéis tenéis bastantes preguntas que


hacer ¿no?- En Emmett no había ninguna pizca del humor que lo caracterizaba.

- ¿Por qué no dijisteis nada del embarazo de Bella?- preguntó mi madre


directamente.

- Esme…todo ha sido demasiado complicado. Tengo que admitir que nunca estuve
de acuerdo en que se os ocultara esto pero…mi hermana…lo ha pasado y lo pasa
muy mal. No la habéis visto llorar noche tras noche. Ella ya no es la Bella que
vosotros conocisteis, ella sigue viviendo por Daniel, solo por él.

- ¿Daniel?- preguntó mi padre.

- Si, va a tener un chico, el cual se va a llamar Daniel. Ella…ha pasado demasiado


desde que conoció a Edward y…con la marcha de él…todo se agravó.

- Emmett por favor se claro, necesitamos saber todo- acortó mi padre

Emmett relató todo lo ocurrido desde que Bella comenzó a tratar a Edward. Como
dejó su vida al lado para dedicarse en cuerpo y alma a Edward. Como la despidieron
del trabajo por no dejar de tratarlo. Como tuvo que aceptar un trabajo mal
remunerado y muy sacrificado para poder pagar su alquiler, y como el miserable de
su ex jefe, había conseguido vetarla en cualquier clínica fisioterapéutica de Florida.

Todos nos quedamos sorprendidos ante tamaña información. Ninguno estábamos


al tanto de todos los sacrificios y el amor incondicional que Bella tenía hacia mi
hermano.

Nos contó como el día de la macha de Edward, Bella iba a decirle que estaba
embarazada. Como se dejó morir hasta que Rosalie le abrió los ojos diciéndole que
su hijo iba a morir si seguía así. Como día a día se había intentado recuperar y como
les había prohibido tanto a Rosalie como a él que nos comentasen nada de su estado.

Rehuía del apellido Cullen, por quien representábamos.

Nos contó que tuvo que marcharse de su apartamento, por no tener dinero para
pagarlo y que ahora vivía con Emmett y Rosalie. De todas formas, Emmett nos
aclaró que aunque Bella hubiese podido pagar su apartamento, él se la habría
llevado a su casa, por el estado emocional de en que se encontraba.
- 218 -
- Pero…ese niño es un Cullen, debe llamarse Daniel Cullen- decía mi padre.

- Carlisle te entiendo pero…Bella no va a aceptar. Esta demasiado dolida y…si te


soy sincero, yo la voy a apoyar para que sea Daniel Swan. No la voy a hacer sufrir y
sé que si ese niño se llama Daniel Cullen, estaría marcada para toda su vida. No está
preparada aún para eso.

- Está bien…esperaremos a que esté preparada. El apellido es lo de menos, eso se


puede cambiar en un futuro- agregó mi padre.

- ¿Crees que nos permitirá acercarnos a ella?- le preguntó mi madre

- No lo sé Esme. Si es así, debe ser gradual. Aunque ella intenta simular que está
bien…cada noche, la oigo llorar en su habitación. Tengo miedo por ella y por el
bebé- todos nos contrajimos ante eso.

- Emmett quiero que seas consciente que no voy a dejar estar lo del George Cam,
el antiguo jefe de Bella. Voy a recabar información y voy a denunciarlo. Ese tipo no
volverá a abrir ninguna clínica más en toda su vida- resopló- supe que iba a tomar
represalias sobre Bella, pero la creí cuando me dijo que conservaba su trabajo.

- Y eso… ¿supondrá algo para mi hermana? Es decir…mi hermana… ¿tendrá que ir


a juicio?- Emmett seguía muy preocupado por ella.

- Si, pero…aún queda mucho para eso. Ahora me voy a encargar de buscar
testigos, sé que…puedo conseguirlos.

- Yo quiero destrozar al miserable ese pero…no quiero que Bella se entere hasta
que no nazca Daniel. Quiero que estos meses lo pase tranquila.

- Tranquilo, la justicia por desgracia es lenta. ¿De cuanto tiempo está Bella?

- De siete meses y medio.

- Voy a ser abuela de nuevo Alice…y esta vez es un chico- mi madre tenía un brillo
de esperanza en sus ojos.

Después de esa reunión, sacamos algo en claro y era que Bella nos necesitaba
pero…a su vez precisaba tiempo para tenernos a su lado.

Emmett se comprometió con nosotros en mantenernos informado de todo e


intentar allanarnos el terreno.
- 219 -
BELLA

Los días pasaron y por suerte no tuve noticias de Alice, Esme o Carlisle. Me
extrañaba bastante. Eso me daba cierta tranquilidad aunque también…me
preocupaba un poco.

Mi hermano aprovechó un día en la cena para hablar conmigo.

- Bella… ¿No crees que deberías hablar con Alice? Después de lo que me
contaste… debió haberse quedado muy impactada- dijo casual

- Lo sé pero…no estoy preparada para enfrentarme a los…a ellos- ni siquiera


estaba preparada para decir ese apellido.

- No tienes porqué enfrentarte a todos al a vez. Puedes quedar con Alice para
tomar un café. Seguro que te gustará ver a Clhoé, debe estar preciosa.

- No se si…

- Bella, tómate tu tiempo, no hay prisas- finalmente intervino Rosalie- Pero


recuerda, no castigues a las personas por errores que no son suyos

Después de la cena, me volví a mi habitación para recostarme. Intenté seguir con


mi lectura, pero…no me podía concentrar. Las palabras de Rose, resonaban en mi
cabeza. "no castigues a las personas por errores que no son suyos".

Tanto Alice, como Esme, como Carlisle, se habían comportado siempre muy bien
conmigo. Me hicieron sentir como una más de la familia.

¿Qué hubiese pasado si la persona que se hubiese marchado hubiese sido


Emmett?

A Rosalie la habría destrozado, pero…a mi también.

Ellos no tenían ninguna culpa, y yo…los estaba castigando.

Suspiré y contuve mis lágrimas. Todo era demasiado complicado y duro para mí.

Pasó dos días más y finalmente, me decidí en llamar a Alice.

- Bella… ¿estás bien?- me respondió rápidamente

- 220 -
- Hola…Alice- susurré- Si estoy bien solo que…quería preguntarte si te gustaría
tomar algo esta tarde.

Alice se quedó alucinada pero no tardó en aceptar. La había echado mucho de


menos y no me di cuenta hasta ese momento en que volví a hablar con ella.

Quedamos en encontrarnos de nuevo en el centro comercial. Tomé el autobús


urbano, ya que mi casa quedaba a varios kilómetros de allí. Tanto Emmett como
Rose trabajaban esa tarde, por lo que les dejé una nota diciéndoles que había salido
con Alice para que no se preocuparan.

Cuando llegué, Alice ya me estaba esperando con su princesa en el carrito. Estaba


preciosa y se parecía mucho a ella.

- Bella…- me abrazó emocionada- me alegro de verte- me susurró.

- Alice…lo siento- fue lo primero que dije.

- Bella, tranquila. Todos te queremos mucho y estamos contigo- Alice siempre


sabía decir las palabras oportunas en el momento oportuno- ¿Has visto mi princesa?
Clhoé mira la tita Bella- me coloqué de rodillas a ella y la besé en la cabecita.

- Clhoé, estás preciosa- aguanté para que las lágrimas no salieran, no quería hacer
de un reencuentro un paño de lágrimas

- Vamos a tomar algo Bella, tienes que contarme muchas cosas.

Fuimos para la cafetería y allí pasamos toda la tarde.

Alice me contó muchas cosas sobre ellos y sobre Clhoé. Yo le conté cosas sobre
Daniel, lo que sentía cuando me daba pataditas y demás.

En ningún momento hablamos sobre ÉL, ni nada de lo ocurrido meses atrás.

Se lo agradecía en el alma pues…no me sentía preparada para hablar de ello.


Prefería sufrirlo en silencio o necesitaba hacerlo así. Aunque los meses habían
pasado, su recuerdo estaba demasiado fresco en mi memoria.

Recordaba su olor, su voz, su sabor…todo. Lo anhelaba día a día, hora a hora,


aunque mi mente quisiera odiarlo.

- Bella…- me sacó Alice de mis pensamientos. No me había dado cuenta que me


- 221 -
había quedado callada con la vista perdida en la nada- Si no quieres no pasa nada
pero…¿te gustaría venir a cenar a casa de mis padres?- sin poder evitarlo me puse
muy nerviosa

- Alice yo…- no sabía que decirle. Me daba miedo volver a encontrarme a Carlisle
y Esme. No nos veíamos desde aquel fatídico día- No traje coche- era una excusa
tonta pero fue la primera que pensé.

- Si es por eso no te preocupes. Yo si traigo coche. Después te puedo llevar a tu


casa si quieres- no tenía otra salida y veía a Alice muy ilusionada. Se lo debía.

- Está bien pero…déjame avisar a Emmett y Rose para no asustarlos. Vivo con
ellos- no sabía por qué pero…me dio la impresión que Alice sabía muchas cosas de
mi, que yo no le había contado.

De camino a casa de los Cullen, me puse muy nerviosa. No sabía que iba a
decirles, ni tampoco que harían ellos cuando me viesen embarazada.

- Bella…no tienes de que preocuparte. Mis padres lo saben y…están deseando


verte- sabía que estaba preocupado por eso.

- Sé que les debo una disculpa por…

- No Bella, no les debes nada. Ellos te quieren, eres su hija ¿recuerdas? Y ahora
además vas a ser la madre de su nieto.

Cuando llegamos a la casa, Carlisle y Esme nos esperaban en las escaleras de


acceso. Se les veían nerviosos, y yo no estaba menos.

Cuando Alice estacionó, ambos corrieron hacia mí.

- Bella, hija, me alegro de verte- lloró Esme. Abrazándome y acariciándome la


tripita.

- Esme yo…- yo también lloraba con ella.

- No Bella, no digas nada, no tienes que decir nada. Estamos muy felices por
tenerte aquí y eso es lo que vale.

Cenamos como si los meses anteriores no hubiesen existido, con una gran
ausencia, ÉL.

- 222 -
Pasó un mes más y mi trato con los Cullen volvió a ser como siempre.

Esme y Carlisle no paraban de comprarme cosas para Daniel y para mí. No había
un detalle que me faltase.

Esme me acompañaba a todas mis visitas con el ginecólogo, cosa que a Emmett le
incomodaba pues le quitaba poder acapararme para él solo. Era muy gracioso verlos
pelear por mirar la pantalla del ecógrafo, no dejándome a veces ni ver a mí. Emmett
en vez de parecer un policía, era más como un turista japonés, todo el día con su
cámara, según él para dejarlo para la posteridad.

Había veces que pasaba fines de semanas en casa de los Cullen, para darles
intimidad a Rosalie y Emmett. Me habían preparado una habitación para mí y para
Daniel. Incluso habían comprado una cunita para él, cosa que vi excesiva, pues
podía llevar una cuna de viaje cada vez que iba a su casa pero…no lo consintieron.

Esa tarde, estábamos ultimando los preparativos de la ropita que me habían


comprado Alice y Esme, en la casa de los Cullen. Esme se había ofrecido para
lavarme toda la ropa de Daniel a mano para tenerla lista para su nacimiento.

Ese día estaba muy molesta. Tenía ligeros pinchazos y finalmente sucedió lo
inevitable, rompí aguas.

MMmm… en la noche más y… mejor?

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

- 223 -
Capitulo 34

Casi tengo que huir de España… ajajajaja Os dejo nuevo capi. Se podría
llamar algo asi como "EL RETORNO"

Disfrutad…

CAPITULO 34

Todos se pusieron muy nerviosos ante aquello, yo me había estado preparando


durante meses para lo que venía a continuación, por tanto…controlé mis nervios.
Quería un parto natural, sin tener que estar en una cama a la espera de dilatar.

Alice y Esme me ayudaron a darme un baño antes de ir a la clínica, mientras


Carlisle avisó a Emmett y Rosalie, que no tardaron en llegar.

Después, nos fuimos todos hacia el hospital. Una vez allí mis contracciones eran
cada vez mayores. Mi niño quería venir al mundo y yo lo iba a ayudar.

Tal y como habíamos acordado, Emmett estuvo conmigo en la sala de dilatación.


Trajo con él su inseparable cámara de video, pero le amenacé que si la usaba, se la
tragaría. Era un momento muy bonito si, pero también era muy doloroso.

Fueron las diez horas más interminables de mi vida, paseaba por la habitación, me
daba baños calientes, pero nada me quitaba aquel increíble dolor. Estuve a punto de
rendirme y pedir la epidural, pero finalmente el ginecólogo me dijo que estaba
preparada para que mi hijo naciera y aguanté.

Emmett se colocó tras de mí, ayudándome en cada pujo. Se dejaba la vida tanto
como yo en ello. Finalmente tras 15 largos minutos, Daniel vino a la vida, llorando a
pleno pulmón.

En cuanto lo sacaron de mi interior, lo colocaron sobre mi pecho para que pudiera


verlo, no pude evitar llorar. Mi bebé estaba moradito y cubierto de una grasita,
pero…era precioso. Mi primera reacción fue nombrarlo.

- Edward…- y las lágrimas cayeron por mis mejillas.

- Bella es precioso, Daniel es precioso míralo- me decía Emmett para hacerme


olvidar lo que acababa de decir.

- 224 -
Mi niño era clavado a él. Con el pelo cobrizo, blanquito y con grandes ojos
verdosos. Parecía como si el destino no quisiese que lo olvidase, y había puesto la
cara de Edward en la de mi hijo.

Cuando Emmett salió con Daniel en brazos para enseñárselo a la familia, no pude
reprimir más el llanto y me dejé llevar.

Las enfermeras pensaban que era porque mi supuesto "marido", es decir Emmett,
se había llevado a mi hijo, y me repetían una y otra vez que ahora me lo traía de
vuelta, pero… yo lloraba de dolor. De dolor en mi corazón por estar sola en esto, por
no tener al padre de mi hijo en estos momentos tan felices.

Ese día fue el último que me permitir llorar por él. Mi hijo estaba en el mundo y
ahora…iba a luchar por ese trocito de mí. Siempre había estado sola y había
sobrevivido, por tanto ahora no iba a ser menos.

Los primeros días de vida de mi hijo, lo pasé en casa de los Cullen. Mi hermano,
no quería que estuviera fuera de casa, pero lo que decía Esme era cierto. Ellos
tenían sus obligaciones y se tenían que ir a trabajar, por tanto yo me quedaría gran
parte del día sola, y… necesitaba ayuda.

Todos coincidían que Daniel era igual que Edward pero ninguno me lo dijeron
directamente. Había escuchado a Esme hablar con Daniel, diciéndole que se parecía
a su papá cuando era bebé y millones de cosas más.

Eso era algo que no había decidido aún. Mi hijo sabría que tenía un papá pero…no
quería hacerle daño. Le contaría una verdad camuflada hasta que fuera lo suficiente
mayor para entender.

Por supuesto, tal y como había decidido en su día, mi hijo fue inscrito en el
registro como Daniel Swan, por lo que en el casillero del padre aparecía como
desconocido. Sabía que tanto Esme como Carlisle sufrían con eso pero…nunca
objetaron nada, cosa que le agradecí una vez más. Los quería más que a mis propios
padres, siempre estaban ahí y sobre todo respetaban mis decisiones.

Los meses iban pasando y mi niño cada día estaba más bonito. Era precioso y muy
bueno.

A los pocos meses de haber nacido Daniel, me llegó una citación para el juzgado
por una denuncia que había puesto mi abogado, es decir Carlisle, a mi antiguo jefe,
el Sr. Acelga.

- 225 -
Yo no sabía nada de eso, por lo que Carlisle me contó, que en su día Emmett le
había contado todo lo que había pasado con este Sr. Como me echó del trabajo,
como me hizo la vida imposible para no poder volver a trabajar en ninguna clínica
más.

Como era de esperar ganamos el juicio, condenando al Sr. Acelga a pagarme una
indemnización bastante cuantiosa por los daños ocasionados, Carlisle alegó hasta
daños morales y psicológicos.

Carlisle me animó a abrir mi propia clínica de fisioterapia. Me dijo que yo misma


podría conseguir más que trabajando para alguien, y así hice.

Empecé montando un pequeño local para ver como respondía los clientes. Me
daba miedo embarcarme en algo mayor. La indemnización podría cubrir los gastos
de algo mejor pero…quería estar respaldada.

Esme, me hizo propaganda gratuita por todas sus amigas, y estas hicieron lo
mismo con las suyas, es decir que la voz se corrió de una manera increíble, sobre
todo cuando supieron que yo había sido la persona que había tratado a Edward.

Me faltaban horas para atender a todo el mundo por lo que finalmente me lancé y
creé una clínica en condiciones. Tuve que contratar a personal, entre ellos a
antiguos compañeros de la clínica, que morían de ganas de perder de vista al Sr.
Acelga.

Esme, como buena decoradora, se encargó de ambientar el lugar. No solo era una
clínica fisioterapeuta, también era un gimnasio con piscina, usada sobre todo para
las rehabilitaciones y un centro de actividades como Pilates, body fittness, etc. Lo
que empezó como un pequeño proyecto se fue de las manos.

Sala de masajes (está en mi perfil)

Tuve que contratar a gente de confianza para controlar todos los lugares, como
por ejemplo a Rosalie, que era la responsable de la administración, recepción y
atención al cliente, Seth era el responsable del gimnasio, Ángela, la coordinadora de
fisioterapia interna, yo llevaba externa y rehabilitación.

Tuvimos que contratar a un amigo de Seth, Andrea para que se encargase de las
actividades que se organizaban como Pilates, Body Fittness, etc.

Andrea era un chico italiano, pero llevaba mucho tiempo viviendo en Florida. (está
en mi perfil). Era una gran ayuda y aunque fuera responsable de las actividades,
- 226 -
también echaba una mano en otros departamentos.

Daniel ya tenía un año y medio y estaba precioso. Era un niño muy travieso pero
muy risueño. Todos estábamos locos con él, sobre todo su tío Emmett, al que por
una extraña razón, había empezado a llamarlo papá y éste se derretía por ello.

Aunque Emmett actuaba como tal no quería que Daniel se confundiera. Quería
hacerlo entender que Emmett era su tío, por lo que aproveché para hablar con él,
cuando lo llevaba en coche a casa de Esme, ya que pasaría la tarde con ellos.

- Cariño, tío Emmett no es tu papá, él es tu tío- le aclaré

- ¿Y papá?- cuando me preguntó eso, supe que había sido peor el remedio que la
enfermedad

- Papá…papá…está….en…el cole- no sabía que decirle era demasiado pequeño.

- ¿En el cole de Nani (Dani)?- Daniel iba a la guardería.

- No, está en otro cole.

Por suerte, era demasiado pequeño para entender nada. Sabía que él veía a sus
amiguitos con sus padres, y claro…para él su figura paterna era Emmett.

Cuando llegamos a casa de los Cullen, Esme y Carlisle nos esperaban como de
costumbre en las escaleritas de acceso.

- ¿Dónde está el niño más mayor del mundo?- le gritó Carlisle, Dani al verlo se
volvió loco.

- El "elo" (abuelo), el "elo"- gritaba y saltaba en su asiento.

- Espera Dani, deja de saltar que te pareces a tu tía Alice- le dije para soltarlo de
su asiento. Carlisle y Esme reían.

- Hija, déjalo, es normal que esté contento de ver a sus abuelos- me dijo Carlisle.

Tanto él como Esme, me trataban como a una hija, incluso cuando me presentaba
a alguien lo hacía como tal. Nunca pude tener queja de ellos, al revés, muchas veces
se pasaban. En estos años, me habían dado, todo lo que mis padres me negaron en
su día.

- 227 -
Me despedí de ellos para irme a mis quehaceres. Tenía varias sesiones
programadas fuera de la clínica, por lo que ya iba hasta con el uniforme puesto para
evitar perder el tiempo en cambiarme.

Daniel estaba tan contento con sus abuelos, que no me echaba de menos y yo me
iba tranquila, ya que confiaba en ellos tanto como en mi misma.

EDWARD

El tiempo pasaba muy lentamente. Por suerte la segunda intervención salió


correctamente.

Había pasado casi cinco meses, desde mi ingreso, cuando pude volver a la clínica
de rehabilitación.

El paso del tiempo hacía mella en mi corazón y con él crecía la angustia. Cada
hora y cada minuto, me preguntaba, donde estaba mi princesa, con quién estaba y
sobre todo… ¿Qué pensaría de mí?

Había sido un cobarde al no dejarle una carta a ella también, como había hecho
con Jake o con mi padre pero… ¿Qué le ponía? Era todo demasiado difícil.

Todos mis días transcurrían iguales. Por las mañanas me llevaban a la zona de
rehabilitación para volver a ejercitar brazos y piernas, aún era pronto para intentar
volver a caminar.

Por las tardes, las pasaba leyendo para intentar evadirme de todo, para intentar
borrar esta lentitud que me comía por dentro. Me dediqué a estudiar para ampliar
mis especialidades en derecho, eso me vendría bien para un futuro.

Tras casi dos largos años de internamiento y mucho sacrificio, podía decir que me
sentía libre. Lo había conseguido, había conseguido volver a caminar, aunque aún
no podía correr. Las únicas secuelas que me había quedado era un pequeño cojeo y
el no poder girar mi cintura, tal y como me avisó en su día Bella, pero… ¿qué era eso
para una persona que lo había perdido todo?

No podía tener ninguna queja sobre el personal que estuvo día a día, hora a hora
aguantando mis renuncias, que habían sido varias, soportando mis llantos y gritos
de dolor.

Por fin había llegado el momento de recobrar mi vida, de volver a casa y unos
nervios se apoderaron de mi cuerpo.
- 228 -
No sabía que me iba a encontrar y estaba aterrorizado.

Mi vuelo hasta Florida salía a mediodía. Era un gusto increíble, poder montar en
avión, sin tener que depender de nadie, ser como una persona normal. Aún no me
había acostumbrado a ser libre de nuevo, había pasado demasiados años atado a esa
maldita silla.

Cuando llegué a Florida, lo primero que hice fue ir a mi casa. La había echado de
menos y necesitaba ropa adecuada. En la clínica casi todo el rato usé pijamas y
chándal, había perdido bastante peso por lo que tenía que buscar ropa más
adecuada.

Cuando entré en casa, tuve la esperanza de encontrar a Bella o a Jake,


pero…ninguno de los dos estaban. Podía notar que llevaba mucho tiempo cerrada.
Todo estaba igual que el día que me fui.

Fui hasta mi habitación y me encontré con mi teléfono móvil y mi portátil en el


mismo lugar que lo dejé.

Me di una ducha rápida y me coloqué unos vaqueros cómodos y una camisa de


cuadros. Había perdido bastante peso, había cortado mi pelo varias veces dejándolo
inusualmente corto e incluso me había dejado barba (está en mi perfil) La angustia
vivida aquellos años, habían hecho mella en mi, y ahora…debía recuperar al
verdadero Edward, Anthony Masen, se quedó en Virginia, ahora volvía a ser Edward
Cullen.

Quise tomar mi teléfono y llamar a Bella. Era a la primera persona que quería ver
pero…no podía hacerlo así. Debía conocer algo más de lo que había ocurrido
durante mi ausencia, y quien mejor para ello que mis padres. Ellos eran
incondicionales.

Antes de salir, vi las llaves de nuestro coche en la mesa del salón. Me sorprendí
bastante ya que era el coche de Bella. Supuse que serían las llaves de repuesto, pero
aún así las tomé, para asegurarme que el coche no estaba en el parking.

Cuando llegué allí me sorprendí. El coche estaba allí y a juzgar por las pintas y la
suciedad que tenía, el coche llevaba bastante tiempo sin moverse. ¿Por qué Bella
había dejado el coche allí?

Cuando entré en él, su aroma aún estaba impregnado en cada lugar del vehículo y
era…mejor de lo que recordaba.

- 229 -
No estaba muy seguro de poder conducir. Desde el accidente…no había sido
capaz de hacerlo pero…debía superarlo. Teniendo el coche allí no iba a coger un taxi
para ir a casas de mis padres.

Sin pensarlo, metí la llave en el contacto y la giré.

El coche no arrancó a la primera, por lo que supe que llevaba inmovilizado mucho
tiempo, me podía arriesgar a decir que desde mi partida, y eso no era buena señal

Conocía a Bella y…sabía perfectamente que no había querido usar el coche si yo


no estaba. El día que lo compramos lo aceptó para poder trasportarme.

Finalmente puse en marcha el coche y me dirigí a casa de mis padres. Por suerte
conservaba las llaves de la casa y el mando de acceso de la cancela del exterior, así
la sorpresa sería mucho mayor.

Una vez allí, presioné el botón para abrir la cancela. Todo parecía igual que
siempre y eso era un consuelo.

Aparqué donde siempre solía hacer y me dispuse entrar a la casa.

Recordé que llevaba muchos años sin pisar esta casa, exactamente desde antes
del accidente. Supongo que fue por todos los obstáculos que había, entre ellos, la
escalera de acceso a la casa.

Al tomar la maneta de la puerta para girarla y entrar, escuché la risa de un niño o


niña, por lo que supuse que era mi sobrina Clhoé, esa niña que dejé siendo apenas
un bebé.

Tomé aire y no esperé más, giré el pomo y…vi a mis padres, tirados en el suelo,
jugando con aviones de plástico y… ¿con un niño?

Ellos escucharon la puerta abrirse y se incorporaron, cuando me vieron y que


además estaba sobre mis piernas, se quedaron estupefactos

- Ed…Edward- dijo mi madre sin voz, mirándome de arriba abajo.

- Mamá…- dije mirándola directamente a los ojos. Podía ver la pena en ellos.

- "Ela" (abuela) el vión (avión), "Ela" el "vión"- le decía ese niño tirando de su
mano.

- 230 -
El niño, se veía muy pequeño y no entendía que le decía. Mi padre permanecía
tirado en el suelo sin mirarme. Tenía el ceño fruncido y un gran dolor en su cara.

Realmente este no era el recibimiento que me esperaba, pero…era lo justo. Había


desaparecido cerca de dos años y…mis padres habían sufrido. Ahora solo me
quedaba que me dejasen explicarles y que me comprendieran.

- Dani, ven cariño, vamos a jugar a otro lugar, el ambiente está cargado aquí- al
decir eso mi padre, cogió al niño en sus brazos y se fue a otro lugar. Ni siquiera me
miró al marcharse.

Con esto sabía…que habían pasado demasiadas cosas mientras yo estuve fuera.
¿Quién era ese niño? A Alice no le había dado tiempo de tener otro hijo.

- Mama yo…- me acerqué lentamente a ella al ver que sus lágrimas se derramaban
por sus mejillas.

- ¿Quién eres?- me preguntó y yo retrocedí sin entender antes de tocarla- Mi hijo


desapareció hace dos años y…no sabemos nada de él- ¿Como podía decirme eso?

- Mamá debéis escucharme. No me he ido de fiesta, me he ido para estar ahora


así- le dije señalando mis piernas

- ¿Y que derecho tienes ahora de volver, cuando nos echaste de tu vida?- esta no
era mi madre.

- No os eché, os quité sufrimiento. No podía condenaros a vivir sirviéndome, no


sabía si esto iba a salir bien y…

- Éramos tu familia- ¿éramos? – queríamos estar a tu lado pero…no nos dejaste,


entonces… ¿ahora que pretendes?

- Mamá por favor no seas así de dura conmigo. Lo he pasado demasiado mal
durante todo este tiempo- casi sollocé al escucharla hablar con esa dureza.

- ¿Dura? ¿Acaso tú sabes lo que es ser dura? Te hemos buscado por cielo y tierra.
Tu padre se ha dejado media vida en estos dos años. Te ha buscado en el país y en el
extranjero. ¿Después de eso sigues pensando que soy dura?

- Estuve en Virgina, en una clínica de rehabilitación- le dije con poca voz- Me


operaron una primera vez pero…no fue bien. Me tuvieron que intervenir de nuevo
con carácter de urgencia- el rostro de mi madre se ablandó por primera vez, por lo
- 231 -
que proseguí- Sé que no lo he hecho bien, ahora lo veo de otra manera, pero en ese
momento…Dios! Tienes que entenderme- estaba desesperado.

Al momento escuchamos un coche estacionar en la puerta de casa. Miré a mi


madre y el terror de apoderó de su cara. ¿Qué le pasaba? Quise correr a su lado
para calmarla pero… no me dio tiempo cuando la puerta se abrió.

¿Quién será? Hasta mañanaaaaaaaaaaaaaaaaaaa (no seais muy durs


conmigo que o quiero mucho eh?¿?¿)

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

- 232 -
Capitulo 35

Primer capi del día, buenos díasssss MUNDO.

Disfrutad

CAPITULO 35

- ¿Dónde está mi….?- al verme se calló, y de sus manos cayó su bolso y un coche
de juguete.

Era Bella, era mi Bella a la que tanto había añorado, pero…no era la misma.

Repitió el mismo gesto que mis padres cuando me vieron por primera vez. Me
miró las piernas y después se dirigió apresuradamente hacia otro lugar de la casa,
por la dirección que tomó supuse que era para las habitaciones, cruzando el salón
sin ni siquiera mirarme.

- Bella! Bella por favor- le dije dirigiéndome a ella pero mi madre me detuvo.

- No Edward…este no es el momento. Ella ha sufrido demasiado- al decirme eso


me contraje.

Dios mío que era todo esto. Era una autentica pesadilla. No entendía nada. Mis
padres en el salón con ese niño, mi padre marchándose con él a otro lugar pues…yo
lo molestaba. Mi madre con una dureza extrema y por último ella, el gran amor de
mi vida, entrando en casa de mis padres como si lo hubiese hecho toda su vida y
después huía de mi.

- Será mejor que te marches, hoy…no es un buen día para hablar- y ahora mi
madre me echaba- Debiste avisar- eso ya me remató

Sin decir más, tomé las llaves de esa casa y las dejé encima de la mesita de cristal.
Ahora ya sabía que no era bien recibido allí. Para recuperar mi libertad sacrifiqué mi
vida, y ahora era consciente de ello. ¿Para que quería ahora ser libre si estaba
condenado a morir en vida?

Sin decir más, salí lo más rápido que mi espalda y mis piernas me permitían. Me
monté en el coche y aceleré

- 233 -
BELLA

Estaba deseando volver a ver a mi pequeño piratilla. Intentaba tener las tardes
libres para estar a su lado, pero muchas veces era imposible. Por otro lado también
entendía que Esme y Carlisle querían pasar tiempo con su nieto.

Esme me dio una llave de la casa, en su día, para no tener que estar llamando
cada vez que fuese, por lo que cuando me acerqué a la cancela, de lejos accioné el
botón para abrirla.

Al entrar vi un coche a lo lejos aparcado pero…no me detuve a mirar. Tomé el


cochecito de juguete que le había comprado a Dani, en una tienda que había
encontrado cuando salí de una visita, y corrí para la casa.

Esperaba encontrar de todo menos lo que encontré, al entrar al salón vi a Edward


de pie, con un aspecto bastante raro. Tenía barba, se le veía mucho más delgado y
su pelo era extremadamente corto y…estaba de pie ¿Qué significaba esto?

Un terror recorrió mi cuerpo. No estaba preparada para nada de esto. Estaba


intentando rehacer mi vida y ahora que lo estaba consiguiendo aparece. Sabía que
nunca en la vida lo iba a olvidar, mi corazón era suyo pero…ahora que me estaba
recuperando…no podía permitir que volviera a sangrar.

Mi hijo fue lo primero que pensé. ¿Lo había visto? Sin pensarlo dos veces, me fui a
paso ligero a mi habitación. Esperaba que Carlisle estuviera allí con él, necesitaba
abrazarlo, asegurarme que estaba conmigo.

Cuando me alejaba, lo escuché llamarme, y mis piernas casi flaquearon. ¿Cuántos


meses había querido escuchar su voz llamarme? ¿Cuántas horas había pasado
pegada a mi teléfono esperando su llamada? Muchas y nunca llegó por tanto…ya era
tarde. Había rehecho mi vida junto a mi hijo y no había cabida para más nadie.

Llegué a mi habitación y mi niño no estaba allí. ¿Dios mío donde estaba? Quise
salir de nuevo para buscarlo en otro lugar pero no pude. La fuerza que me había
acompañado todo este tiempo desde que nació Dani, había desaparecido, y las
lágrimas comenzaron a salir de mis ojos. No llores me decía a mi misma pero…no
me podía controlar.

A los diez minutos, Esme apareció en mi habitación abrazándome, llorando como


yo lo hacía.

- Lo siento hija, lo siento- me decía.


- 234 -
- ¿Por qué ahora Esme? ¿Por qué aparece ahora?- no quería que me respondiera,
no quería saber nada de él. Esa había sido mi perdición cuando lo conocí, saber
demasiado de él, ahora no volvería a caer en ese error.

Pasado un rato, volvimos al salón, donde se encontraba de nuevo Carlisle con mi


hijo, jugando con él como si nada hubiese ocurrido, cosa que le agradecí. Él debía
estar fuera de todo eso, era un niño y era mi hijo.

- Bella…no quiero que temas nada, él no volverá a aparecer por aquí- me dijo
Carlisle con dolor.

- No Carlisle no quiero eso. Es tu hijo y debes apoyarlo- era lo justo

- No Bella, mi hijo murió hace dos años- Esme se contrajo al escuchar el


comentario de Carlisle, estaba siendo demasiado duro y era su hijo

- Carlisle es tu hijo, no puedes decir eso. Los padres deben estar ahí, debes
escucharlo, no cometas los mismos errores que mis padres- pasé mi mano por su
hombro.

- ¿Eso significa que tú lo escucharás?- sabía que Carlisle no se le escapaba una,


era abogado y sabía defenderse.

- No, yo no lo haré, pero… es diferente. Si fuera mi hijo…si lo haría- cogí a Dani en


brazos y lo besé. Estaba muy cansado y se estaba quedando dormido- Ahora…me
tengo que marchar, mi niño quiere descansar.

- ¿Cuando nos lo volverás a traer?- preguntó Esme angustiada, sabiendo que las
cosas podían cambiar a partir de ahora, y…no se equivocaba.

- Esme…necesito tiempo, ahora…

- Si haces eso, Edward no volverá a poner un pie en esta casa- me advirtió


Carlisle- Esta casa es de mi nieto y si él no viene…Edward tampoco

- Carlisle por favor entiéndeme. No os digo que no vayáis a ver a Daniel, solo
que…bueno ahora Edward está aquí y…- no quería decirlo pero…me vi obligada-
Tengo miedo.

- ¿Miedo?- preguntó Esme

- Si, a que sepa que es mi hijo, a que sepa que es su hijo. Sé que Edward está
- 235 -
especializado en derecho familiar y no le costaría trabajo quitarme a mi hijo

- Bella…él no haría eso, pero…si lo hiciese, yo iría contra él. Soy más viejo y puedo
destruirlo con mover solo una ficha- la dureza de Carlisle crecía por momentos.

- Carlisle por favor, no hables así. Es Edward, tu hijo- Le volví a recordar- Si no lo


haces por él, hazlo por ti. Te mereces recuperarlo, has luchado mucho por él.

- Bella…Edward ha dejado aquí sus llaves. No podrá entrar a menos que le


abramos. Por favor, permite que sigamos teniendo a Dani en casa, si él viene…nos lo
llevaremos a otro lugar donde no pueda verlo- eso no me pareció mala idea, y…no
quería hacer sufrir a Esme y Carlisle.

- De acuerdo- al decirles eso se relajaron- Por ahora será así.

Nos despedimos y monté a Dani en el coche, el cual no tardó mucho en dormirse.

Él, que preguntaba tanto por su papá y no sabía que hoy había estado delante de
él. Las lágrimas volvieron a desbordarse en mis ojos.

- ¿Por qué Edward? ¿Por qué apareces ahora y no cuando tanto te necesité?-
susurraba mientras conducía.

Rápidamente llegamos a casa. Hacía seis meses, Dani y yo nos habíamos mudado
a un apartamento, solos. Necesitaba volver a independizarme. Emmett y Rose, se
habían mudado con nosotros al apartamento contiguo, para estar cerca nuestra.

Después de acostar a Dani, me di un baño. Necesitaba relajarme y pensar. No


podía cambiar mi vida, era feliz ahora y mi niño también lo era. No podía alejarme
de mis seres queridos, no iba a huir, esta era mi vida e iba a defenderla si pretendía
fastidiarla.

A la mañana siguiente, Emmett y Rose, vieron a casa a desayunar y aproveché la


ocasión para contarles lo ocurrido.

Al principio Emmett jugaba con Dani, pero al saber la noticia, lo tomó en brazos y
se sentó en la mesa.

- Bella…pero… ¿sabes a que ha venido?- preguntó Rose.

- No, pero…tampoco me interesa. No quiero que se acerque a mí o a mi hijo-


contesté
- 236 -
- Supongo que para Carlisle debió ser muy duro- comentó Emmett

- Él está muy dolido pero…yo no quiero que lo trate así. Es su hijo Emmett, soy
solo soy la madre de su nieto- aclaré

- Si Bells pero…él te considera su hija.- aportó Emmett

- Pero no lo soy, Emmett. Carlisle no puede darle la espalda a su hijo, sin ni


siquiera escucharlo. Así actuó tu padre ¿recuerdas?- Mi hermano se contrajo y
afirmó con la cabeza.

- Y…bueno… ¿Qué piensas hacer ahora?- podía ver miedo en los ojos de Rose

- Seguir con mi vida pero…mantenerlo alejado de mi. No lo quiero cerca de mí o


de mi hijo y sobre todo de él. Edward no sabrá que tiene un hijo- estaba segura de
ello

Rose y yo nos fuimos a trabajar, Emmett se encargó de llevar a Dani a la


guardería.

EDWARD

Volví a mi apartamento y me desmoroné. Mi familia, mi vida y sobre todo


ella…habían desaparecido.

- Nooo, noooo- grité en un ataque de furia rompiendo todo lo que encontraba a mi


paso

Los recuerdos de mis días con Bella, se iban sucediendo en mi mente, nuestro
primer beso, su sabor, su sonrisa, ella, dioss! Me iba a enloquecer. La necesitaba
como respirar y…no podía darme por vencido.

Quizás todo…había sido muy precipitado hoy, le tenía que dar tiempo, el cual me
sobraba si no estaba a su lado.

No dormí en toda la noche, pero cuando amaneció mi cuerpo cedió


abandonándome en un profundo y aterrador sueño.

Cuando desperté era las 17.14 p.m. Había pasado todo el día durmiendo y apenas
había comido nada desde hacía dos días.

Me levanté con dolor en todo el cuerpo y fui hasta la cocina. Allí no había nada
- 237 -
para comer.

Me adecenté como pude y decidí ir al centro comercial a comer algo. Debía


comprarme algo de ropa también, lo que tenía me estaba bastante grande.

Comí en un restaurante, al cual solía ir antes del accidente. Todo estaba bastante
cambiado.

Cuando salí en dirección a una tienda de ropa, un niño que corría en mi dirección,
se chocó conmigo cayendo al suelo de espaldas.

- Dani, Dani- escuché a un hombre llamarlo por la multitud. Supuse que era el
padre por lo que lo tomé del suelo mientras llegaba.

- ¿Estás bien Dani?- le pregunté alzándolo en mis brazos, el niño estaba asustado.
Volví a escuchar al padre, esta vez a mi espalda por lo que me giré para
entregárselo y quise morirme, era Emmett.

- Papá- le gritó el niño tirándose a sus brazos, Emmett lo tomó sin decir nada, su
cara estaba contraída.

- Emmett…me alegro de verte- le ofrecí mi mano y él automáticamente pego al


niño a su pecho, por lo que volví a recoger mi mano. Estaba claro que no me la iba a
dar- Bueno…veo que tienes un hijo- volví a mirarlo y…recordé al niño del día
anterior. ¿Era el mismo? No tuve apenas tiempo para fijarme bien en él.

- Si, es mi hijo- respondió secamente.

- Es muy guapo- no se parecía en nada a él, Emmett era moreno y con los ojos
oscuros y el niño era blanquito y con los ojos verdes.

- Bueno…tenemos que irnos- el niño jugaba encima de Emmett, se veía muy feliz.
Siempre supe que Emmett iba a ser un gran padre.

- Si claro…bueno…me alegro de verte, aunque supongo que tú no sientas lo mismo


por mi- me sinceré- Adiós Dani, ¿me das la mano?- el niño me miró y me la dio.
Después me dijo adiós con su manita y un gesto bastante familiar se formó en su
cara.

Emmett se alejó presuroso, regañando al niño por alejarse de él. Ese niño…tenía
algo especial. Sabía que Rosalie era rubia con ojos claros pero tampoco se parecía
en nada a ella. Sus rasgos eran muy familiares.
- 238 -
Finalmente me estaba volviendo loco. Me había pasado tantas cosas en el último
día, que ahora me dedicaba a estudiar cada cosa que ocurría a mi alrededor, me
estaba volviendo psicótico.

Compre alguna ropa, sin siquiera probármelas. No estaba de ánimos para nada de
eso. Me sentía como un alienígena en un planeta extraño.

Llegué a casa y tomé mi teléfono. Necesitaba hablar con alguien, pero… ¿con
quién? Con mis padres no podía contar, por lo menos por ahora, con Alice…me daba
un miedo atroz, ella ya sabría de mi vuelta y…no me había llamado, por lo que
supuse que estaba enfadada. Finalmente recordé a Jasper. No quería causarle
problemas pero…necesitaba hablar con él.

Lo llamé y al menos me respondió. Se le veía bastante serio y muchas veces


susurraba al teléfono, por lo que supuse que mi hermana estaba allí.

- Jasper… ¿podríamos vernos mañana?- era incomodo tener una conversación así
por teléfono.

- Mañana…espera- supe que estaba pensando- está bien, ven a casa, Clhoé está
enferma y no va a la guardería, me tengo que quedar en casa, Alice…tiene cosas que
hacer.

- Estupendo, allí estaré. Gracias Jazz.- No pude evitar recordar la cena donde
Emmett nos acortó a todos el nombre y sonreí.

Intenté descansar lo más posible esa noche, pero…estaba muy nervioso. Esperaba
que Jasper, pudiera contarme todo lo ocurrido en mi ausencia, él…siempre estaba
ahí, era mi amigo incondicional.

A la mañana siguiente, me vestí y salí de nuevo con "nuestro" coche a casa de mi


hermana y Jasper.

Por suerte…pude acostumbrarme a conducir de nuevo sin ninguna dificultad.


Supongo que cuando lo pasas tan mal, como lo había pasado en estos últimos
años…te hace plantearte las cosas de otra manera.

Cuando llegué a su casa, Alice ya no estaba. Sabía que Jasper me había citado a
una hora, en la cual Alice ya se habría marchado.

- Jasper…- lo abracé y él me correspondió.

- 239 -
- Edward…cuando supe que…bueno- señaló mis piernas- no me lo podía creer. Me
alegro que vuelvas a tener movilidad- sabía que lo decía de corazón.

- Si pero…de nada me sirve. Sé que…bueno…no me he comportado bien


marchándome así pero, no podía arrastrar a nadie a mi lado. Ha sido horrible
hermano, lo he pasado muy mal.

- Edward…lo sé, ha debido ser horrible pero…no solo tú lo has pasado mal. Tu
familia…estaba destrozada, Bella…- no prosiguió.

- ¿Como fue para Bella? Es decir sé que tuvo que ser duro pero…- necesitaba
saber más de ella. Si había rehecho su vida o lo que fuera.

- Fue devastador. Desapareció del planeta, fue como si se la hubiese tragado la


tierra- respondió Jasper sin querer dar muchos datos.

- Pero…volvió- yo mismo la había visto

- Pero no porque ella quisiese, Alice…la encontró…- al momento escuchamos a


Clhoé llorar. Jasper se levantó dejando la frase inacabada.

Al momento vino con una preciosa niña en sus brazos. Era la viva imagen de mi
hermana, su pelo era cortito negro y tenía unos enormes ojos verdes. Al verme se
asustó y escondió su cara en el cuello de Jasper.

- Hola Clhoé, soy…tu tío Edward- le acaricié la manita, pero la niña no se despegó
del cuello de mi cuñado.

- Mira Clhoé, él es el tito Edward, ¿recuerdas que mamá te ha hablado de él?- un


enorme nudo se alojó en mi cuello. ¿Mi hermana le había hablado de mí?

La niña poco a poco fue despegando su carita del cuello de Jasper y comenzó a
mirarme de forma curiosa. No cabía duda que era hija de mi hermana, hacía sus
mismos gestos cuando estudiaba algo o a alguien.

- Discúlpala está malita. Ella es muy cariñosa, sino…pregúntale a tus padres que
se mueren por sus nietos- algo de esa frase no me cuadró "que se mueren por sus
nietos" plural, y solo había un nieto, en este caso una nieta.

- ¿Sus nietos?- le pregunté, Jasper se removió nerviosamente en el sillón

- Bueno…cuando los tenga, ahora se muere por la princesa ¿verdad?- no me gustó


- 240 -
la forma de contestar, había algo más, pero no indagué, necesitaba saber más de
Bella.

- Y…bueno… ¿Cómo le ha ido a Bella?- intenté no parecer angustiado.

Al momento escuchamos un repliqueo de llaves en la puerta, y a Alice gritar.

- Jazz cariño se suspendió la reunión, si quieres puedes marcha…r…t…e- eso


último lo dijo entrecortado al verme sentado en el sillón de su casa- E…Ed..ward

- Alice…- finalmente me acerqué rápidamente a ella, antes que pudiera


rechazarme y la abracé. Ella se dejó llevar y me abrazó también.

No sé cuanto tiempo pasó pero…ese abrazo que me dio mi hermana…fue lo más


agradable que me había pasado en estos últimos 2 años. Sabía que estaba llorando,
notaba como mi camisa se iba humedeciendo al contacto con la mejilla de mi
hermana.

Nos separamos lentamente, y ella bajó su mirada al suelo. Finalmente habló.

- Jasper, tápale los ojos a Clhoé- ninguno entendimos pero Jasper, acató la orden
de su mujer, al momento un sonoro bofetón estalló en mi mejilla. Era imposible que
una persona tan pequeña, pudiera dar tremendo golpe. Instintivamente me llevé la
mano a mi pómulo para intentar aliviar el dolor.- Eres un maldito cerdo, ¿Lo sabes
verdad?

- Gracias Alice por recordármelo una vez más y hacérmelo sentir- seguía
acariciando mi mejilla.

- ¿Qué esperabas? Te desapareces por más de dos años y ahora… ¿quieres fiesta
de bienvenida?- sabía que no iba a ser fácil, el abrazo inicial no había sido más que
un espejismo.

- No Alice no esperaba eso, pero…tampoco esperaba el vacío que me habéis


hecho- esas palabras salieron de mi corazón.

- El mismo vacío que TÚ nos has hecho en este tiempo. ¿Qué pensabas?
Edward…no te reconozco.

- Alice…pensaba no haceros sufrir, pensaba en recuperarme cuanto antes para


volver a vuestro lado, pensaba…en vosotros, solo en vosotros y en ella- mi hermana
se contrajo.
- 241 -
- Pues…déjame decirte que no quiero que vuelvas a pensar en nosotros así- eso no
sonó muy bien, ¿me iba a echar de su casa como hizo mi madre ayer?

Hay tres opciones, tomates, huevos o review, jajaja elegid

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

- 242 -
Capitulo 36

Segundo capi del día.

Disfrutad

CAPITULO 36

- Alice…- intenté interrumpirla

- No Edward…ahora me vas a escuchar a mí. Has sido un completo….- miró a


Clhoé- cavernícola – había medido sus palabras por la niña, lo sabía. Jasper se
levantó y se marchó con su hija sabiendo, que pronto podría estallar la guerra
tercera guerra mundial- te has comportado de la peor forma que podías. ¿Creías que
manteniéndonos fuera de esto…ibas a hacernos sufrir menos? – no me dio tiempo a
responder, ella misma se auto respondía- te equivocas Edward Cullen, al revés. Nos
has causado un daño horrible, y puede que en muchos de nosotros sea irreparable

- Alice por favor…no puedes decirme eso…yo…- mis lágrimas no tardaron en salir,
si Alice no me perdonaba, que era la más afín a mi, que era mi media mitad por ser
mi melliza…sabía que con los demás no tenía nada que hacer. Ella se acercó de
nuevo a mi lado resoplando y me abrazó.

- Edward…yo si te podré perdonar porque…eres mi hermano. Mi dolor ha sido


grande pero no como el de papá o mamá. Para ellos ha sido monstruosa tu
desaparición. Yo… tenía a mi hija y a mi marido, para seguir el día a día pero ellos…

- Lo sé Alice, lo sé, pero créeme para mi no ha sido fácil.

Seguimos hablando por un rato más sobre lo ocurrido, sin mencionar en ningún
momento a Bella y eso me angustiaba. ¿Por qué Alice no se refería a ella? Le conté
cosas sobre mis operaciones y mi rehabilitación, y vi como se estremecía.
Finalmente no pude reprimir mi pregunta, era ahora o nunca.

- Alice… ¿Y Bella?- ella volteó la mirada, como queriendo huir de mi- Necesito
saber de ella- sonaba desesperado si pero… ¿acaso no lo estaba?

- Edward…lo siento pero no te puedo hablar de ella- no lo entendí

- ¿Por qué Alice?

- 243 -
- Es su decisión y yo le apoyo- ¿ella le había dicho a mi familia que no me contara
nada?

- Pero… ¿Por qué?- No entendía nada.

- Ella lo ha pasado muy mal. Ha sido… muy duro para ella y ahora…

- ¿Ahora que Alice?

- Ahora…ha rehecho su vida. Tiene una vida totalmente diferente a cuando la


conociste.

- ¿Hay alguien en su vida?- pregunté con angustia

- Si, pero no como tú piensas. Lo siento Edward…no te puedo decir más.

Pasé toda la mañana con ellos. No volvimos a hablar más de lo ocurrido, solo de
nosotros tres y de la pequeña Clhoé.

Alice me contó que Jacob no vivió más de un mes en mi casa y que se había tenido
que marchar. Al parecer su padre había enfermado y su madre lo necesitaba.

Cuando salí de aquella casa, me fui con un sabor agridulce. Dulce pues…sabía que
podía contar con mi hermana, pero de una forma limitada, es decir no interviniendo
por mí con nadie. Decía que yo mismo tenía que reparar el daño que había
ocasionado, y era justo.

Agrio pues…volvía de nuevo a casa sin noticias de Bella, o al menos sin noticias
concretas. Solo supe que ella desapareció por un tiempo cuando yo me marché, que
Alice la encontró y que había rehecho su vida, pero… ¿Con quién? Alice me dijo que
no era como yo pensaba, es decir como pareja pero…si no era así… ¿Cómo podía
rehacer su vida una persona? Iba a descubrirlo como fuera.

Aún era temprano por lo que me fui hasta, el que en esos días era, su trabajo.
Quizás la encontraba allí trabajando.

El día que estuve en casa de mis padres, ella volvía con un uniforme de trabajo.
No era el que ella llamaba "pantera rosa", era mucho más elegante pero…podía ser
que le hubiesen cambiado el uniforme.

Cuando llegué, una chica pelirroja bastante llamativa me atendió.

- 244 -
- Buenos días, ¿en que puedo ayudarle?- el lugar parecía viejo y un poco
abandonado, realmente me esperaba otra cosa del lugar donde trabajaba Bella.

- Venía…buscando a una persona- ella me miró sorprendida.

- Solo trabajamos tres aquí por tanto…no será difícil- ¿Tres? Definitivamente me
había confundido de lugar.

- Busco a Isabella Swan- al decir su nombre se encogió y me miró con odio.

- ¿Por qué la buscas aquí? ¿Acaso te manda ella para incordiar?- la dulzura había
desaparecido de su rostro, ahora había rabia.

- Pensé que…trabajaba aquí- algo malo había ocurrido aquí en mi ausencia.

- Pues…te equivocas, ella hace más de tres años que no trabaja aquí- eso era
imposible, hace tres años ella y yo estábamos juntos- al parecer…hacerse novia de
un abogado inútil, le sirvió para lanzarse a la fama- esa tía no sabía que el abogado
inútil de esos tiempos era yo. Cada vez era más confuso

- ¿A la fama? Creo que no entiendo nada- ella me miró aún más furiosa.

- Ella arruinó el negocio de mi padre y se lo ha montado por su cuenta- supe que


mi padre…tenía que ver con algo de todo esto, era su sello de identidad.

- ¿Sabrías decirme donde…?- no me dejó terminar.

- No le voy a hacer publicidad- esta chica no me iba a ayudar a encontrarla- La


odio demasiado como para mandarle un regalo como tú

- Soy de Hacienda Pública y vengo a requerirla judicialmente- era de la única


manera que lo iba a conseguir, al ver que dudaba proseguí- ¿necesita que le enseñe
la documentación?

- Es decir que ¿viene para…meterla en líos?- esta vez sonrió, yo solo asentí. Tomó
papel y bolígrafo, y me escribió una dirección- Esta es la dirección de donde está

- Gracias…ha contribuido a un bien…- no me dejó terminar.

- Espero que se le caiga el pelo y… mándele recuerdos de mi parte- sonrió-.


Cuando termine con ella quizás podamos tomar algo tu y yo para celebrarlo- Esta tía
no tenía escrúpulos, supe que era la hija del explotador, se le veía a leguas.
- 245 -
Yo tenía lo que necesitaba por tanto no me paré para ser amable con ella. Me fui
de allí rápidamente.

Cuando llegué a mi coche miré el papel que me había dado. Había apuntado una
dirección, y al final de la nota me puso su nombre: Victoria y su número de teléfono

Conocía perfectamente la dirección que me había facilitado. Estaba justo en frente


de la playa, y de la heladería donde nos besamos por primera vez. ¿Seria buena
señal? ¿Para ella seguiría pareciéndole ese lugar tan especial como a mí?

Decidí ir en la tarde. Se aproximaba la hora de comer y supuse que ella ya no


estaría allí. No quería que sospechara de mi visita.

Volví a almorzar fuera de casa, no me apetecía nada hacerlo solo y menos en esa
casa que tantos recuerdos me brindaba.

Finalmente a las 17.00 me encaminé hacia la dirección que me había dado


Victoria.

No sabía que iba a decirle, ni si me escucharía pero al menos…lo intentaría.

BELLA

Como cada mañana fui a trabajar a la clínica. Cuando llegué había una actividad
frenética. Todos estaban ocupados con sus cosas.

Hoy por suerte no tenía que salir a ninguna visita, por lo que mi trabajo era allí.

No podía evitar estar preocupada por la vuelta de Edward. Aunque había logrado
domesticar a mi corazón, no podía evitar estremecerme pensando en él. Lo amaba
si, pero…eso no significaba nada.

- Ciao E dolce Bella (hola mi dulce Bella)- me saludó Andrea en italiano

- Hola Andrea, hay mucho trabajo ¿verdad?- le dije apática

- Bella….sé que te pasa algo, si necesitas ayuda hablarás conmigo ¿verdad?-


Andrea había sido uno de mis apoyos durante todo este tiempo, incluso quiso que
entre nosotros existiera algo más pero…no estaba preparada para nada de eso. En
mi vida solo había un hombre y ese era mi hijo.

- Si, tranquilo no es nada. ¿Vamos a trabajar?


- 246 -
Hoy teníamos la tarde a tope, pero yo me tenía que marchar a las 17.00 para
recoger a Daniel en la guardería. Emmett trabajaba de tarde por tanto no podía ir a
recogerlo, por suerte solo estaba a dos calles de la clínica.

No quería tener a mi hijo lejos de mí y como la mayor parte del tiempo en el que
Dani estaba en el cole yo estaba en el trabajo pues…lo decidí así.

- Rose…me voy a recoger a Dani- dije mientras salía, sin escuchar la respuesta de
ella.

Me encaminé rápidamente a por mi pequeño terremoto. Cuando llegué a su cole,


ya estaba preparado para salir. Con su mochila colgada.

- Mamiiiiiiiii- me gritaba cada vez que me veía y eso para mi era lo mejor del
mundo.

De camino a la clínica, lo llevaba en mis brazos y fui preguntándole las cosas que
había hecho en el cole pero…era demasiado pequeño para saber decirme. Hablaba
mucho pero…entendible decía pocas palabras.

A Dani le gustaba estar en la clínica, pues todos se deshacían en mimos hacia él.
Era el rey entre los mayores y era inevitable. Seth lo había enseñado a defenderse
en el agua, entre ello a flotar y a bucear, cosa que me tranquilizaba.

Cuando entramos en la clínica, lo hice entre risas con mi hijo el cual intentaba
darme besos y lo que hacía era babearme

- Dani, no chupes a mamá, los besitos no se dan así- le regañaba entre risas.

- Bella…- me detuvo Kate cuando me dirigía al interior- Este chico te espera- me


señaló a alguien que estaba sentado justo detrás de mí.

No esperaba a nadie, pero un escalofrío me recorrió el cuerpo. Al girarme


confirmé mis sospechas. Era Edward y me miraba con pánico.

- Mierda- susurré para mí pero supe que él me había leído los labios- Kate…por
favor ¿Te puedes llevar a Daniel con…Seth o Rosalie?- ¿Donde estaba Rose?, si ella
lo hubiese visto esperarme me habría avisado y yo no habría ido para allá.

Kate cogió a mi hijo en brazos y se lo llevó.

- Arios (adiós) Mami- me dijo Dani, y mi mundo se vino encima, Edward había
- 247 -
podido escuchar una vez más que tenía un hijo.

- ¿Qué haces aquí? ¿Qué quieres?- le pregunté duramente.

- Bella…ese niño…ese niño…- Edward tenía la cara blanca.

- Es mi hijo- lo interrumpí. Él lo había escuchado, era tonto negarlo. Aún así cerró
sus ojos de la impresión- Por favor vete

- No, tenemos que hablar, necesito saber, ese niño es….mío ¿verdad?- dijo
atropelladamente y yo me angustié.

- No. No es tuyo- le mentí.

- Bella…no me mientas, ese niño es…un calco a mí- me gritó

- Me da igual que se parezca a ti, no tienes ningún derecho sobre él, lárgate- le
volví a gritar por suerte estábamos solos.

- No me voy a ir, ahora no me voy a ir

Por suerte salió Rosalie, que al vernos jadeó. Mis ojos estaban acuosos pero me
contuve. Edward Cullen no me iba a ver llorar.

- Estás en una propiedad privada, si no te vas llamaré a la policía- mis palabras


salían de mi boca sin control y con extrema dureza.

- Me da igual que llames a la policía o a quién quieras. Quiero que me digas la


verdad, no me iré de aquí sin saber.

- Por favor chicos…este no es lugar- dijo Rosalie cuando vio que varias clientas
entraban en la clínica.

Sabía que Edward no se iba a ir, y también sabía que no iba a llamar a la policía,
por lo que me dirigí a una de las oficinas que estaban en el interior, y le hice gestos
para que me siguiera.

Edward caminaba de nuevo, era raro verlo así. Podía apreciar una leve cojera pero
no era percibible a primera vista. Cuando llegamos abrí la puerta para que entrara.

- Tienes cinco minutos- volví a usar un tono brusco.

- 248 -
- Quiero que me digas que ese niño es mi hijo

- No. Nunca te lo diré.

- Sé que es mi hijo. Tiene más o menos la edad de cuando me fui, se parece a mí


y…

- Que pueda llevar tus genes no significa que sea tu hijo, tú nos abandonaste
ahora no tienes ningún derecho.

EDWARD

Cuando llegué a la clínica me sorprendí. Era increíble y sobre todo muy moderno.
(está en mi perfil).

Me dirigí a la chica que estaba en la recepción.

- Buenas tardes, ¿podría hablar con Isabella Swan?- le pregunté

- ¿Tenía cita con ella?

- No, soy…un amigo- quise decirle que era su novio pero…sabía que Bella ya no
me consideraba como tal.

- Pues…si la quiere esperar ahí- me señaló unos sillones- Ha salido un momento


pero…regresa en minutos

Me dirigí hasta los sillones y me senté. A los diez minutos, la puerta se volvió a
abrir y vi la imagen más bonita que había visto mis ojos en mis días de vida. Era
Bella sonriendo, con aquel niño que estaba con Emmett en el centro comercial.

- Dani, no chupes a mamá, los besitos no se dan así- ¿mamá? No podía ser, ese
niño no podía ser hijo de Bella pues….

- Bella…- la alertó la chica- Este chico te espera.

Miré al niño con detenimiento y…dios mío no podía ser. ¿Cómo no me había dado
cuenta antes? Ese niño se parecía a mi cuando pequeño…un terror se apoderó de
mí. ¿Qué había hecho?

- Mierda- aunque el sonido no era audible, sus labios si eran leíbles- Kate…por
favor ¿Te puedes llevar a Daniel con…Seth o Rosalie?- Daniel, se llamaba Daniel
- 249 -
La chica lo tomó en bazos y el niño seguía sonriendo.

- Arios (adiós) Mami- le dijo el niño sacudiendo su manita.

- ¿Qué haces aquí? ¿Qué quieres?- me dijo cuando ya se habían marchado

- Bella…ese niño…ese niño…- ¿era mío?¿por qué no me había dicho nadie nada?

- Es mi hijo- eso no me aclaraba nada- Por favor vete

- No, tenemos que hablar, necesito saber, ese niño es….mío ¿verdad?- necesitaba
saberlo, todo estaba siendo demasiado doloroso.

- No. No es tuyo- nunca se le había dado bien mentir, lo veía en sus ojos.

- Bella…no me mientas, ese niño es…un calco a mí- mi voz se alzó demasiado
producto de los nervios.

- Me da igual que se parezca a ti, no tienes ningún derecho sobre él, lárgate- me
gritó

- No me voy a ir, ahora no me voy a ir- hasta que no supiese todo, no me iba a ir.

En ese momento salió Rosalie, jadeando al vernos uno frente al otro.

- Estás en una propiedad privada, si no te vas llamaré a la policía- eso no me iba a


acobardar, si hacía falta saldría arrastrado por la policía pero antes…sabría la
verdad.

- Me da igual que llames a la policía o a quién quieras. Quiero que me digas la


verdad

- Por favor chicos…este no es lugar- dijo Rosalie al entrar varias señoras.

Bella se quedó pensativa y al ver que no me iba a ir me hizo gestos para que la
siguiera. ¿Dónde estaba mi Bella? No había rastro de ella, de su dulzura, de su
alegría.

Cuando entramos en una oficina se giró para enfrentarme.

- Tienes cinco minutos.

- 250 -
- Quiero que me digas que ese niño es mi hijo- quería escucharlo de ella, aunque
yo estaba casi seguro. Había atado cabos. Ese era el mismo niño que estaba en casa
de mis padres cuando fui por primera vez. ¿Por qué Alice no me dijo nada?

- No. Nunca te lo diré

- Sé que es mi hijo. Tiene más o menos la edad de cuando me fui, se parece a mí


y…

- Que pueda llevar tus genes no significa que sea tu hijo, tú nos abandonaste
ahora no tienes ningún derecho- eso me mató, Bella me lo había confirmado.

Yo nunca los abandoné y si hubiese sabido que estaba embarazada no me habría


ido. "La playa en ese momento recordé el día del desmayo de Bella. Dios mío estaba
embarazada ahí.

- Bella por favor…no te abandoné. Quería operarme pero…no podía condenarte a


ello, me fui para eso…

- Edward…me da igual para lo que te fueras, ya no me importa. No quiero saber


nada, no quiero que me cuentes nada, por favor olvídame.-

- No me pidas eso pues…no puedo hacerlo- susurré- Bella yo…te…- no me dejó


terminar

- Cállate Edward, no digas esa palabra. Tú no sabes lo que es eso. Eres un maldito
egoísta que no ve más allá de sí. Siempre lo has sido.

- Bella por favor…necesito verlo, quiero ver a mi hijo.

- ¡No es tu hijo!- me gritó angustiada- Mi hijo se llama Daniel Swan, no es un


Cullen, ¿me oyes? No lo es.

- Bella…- me acerqué a ella y la tomé por los brazos, pero no me dejó acercarme
más

- Edward…por favor, te lo pido por favor, olvídanos. Tu oportunidad pasó. Déjanos


ser feliz, demasiado daño nos hiciste en su día- dijo entre sollozos

Si ayer creía que era una pesadilla, hoy todo era mucho peor. Tenía un hijo, al
cual abandoné sin saber. Bella me odiaba y lo peor de todo es que me negaba a mi
hijo.
- 251 -
No esperó más y abrió la puerta de la oficina para invitarme a salir. Lo hice
lentamente pero al escuchar la risa de un niño, me detuve a mirar.

Ahí estaba ese trocito de mí, riendo en brazos de otro hombre. Al verme, Bella
salió corriendo y se lo quitó de las manos para marcharse con él hacia otro lugar. El
hombre la miró asustado y corrió tras de ella.

Duro no? Es lo que tiene hacer las cosas mal.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

- 252 -
Capitulo 37

Buenos días aunque lluviosos, os dejo el primer capi del día.

Disfrutad

CAPITULO 37

No podía correr, pero algo parecido hice para salir de allí. Me iba a ahogar, una
angustia de apoderaba de mi cuerpo. ¿Qué había hecho? Había perdido al ser que
más quería en mi vida, y la había dejado embarazada.

Dios mío, debía haber sido extremadamente duro para ella.

Me maldije una y otra vez, había destrozado mi vida, por querer ofrecerle otra
mejor.

No me iba a dejar acercarme a mi hijo, lo había visto en sus ojos y eso me


aterrorizaba.

Yo quería a ese niño, yo amaba a ese niño sin conocerlo. Era parte de mí, era fruto
de nuestro amor.

No supe como llegué a mi casa, solo me fui a mi habitación y me dejé morir en la


cama. ¿Qué sentido tenía ahora vivir? No quería vivir así pero también era cobarde
para quitarme la vida. Me dejaría morir, me quería y necesitaba morir.

BELLA

Cuando Edward salió de la oficina, se quedó parado mirando a mi hijo. No quería


que se acercase a él pero…no iba a castigarlo enseñándoselo. No me consideraba
tan cruel como para hacer eso.

Mi niño estaba con Andrea jugando, por lo que corrí hasta ellos y lo tomé de sus
brazos para llevármelo a otro lugar, fuera de su vista.

No me di cuenta que estaba llorando, hasta que noté que mi niño me limpiaba las
lagrimas con sus manitas.

Al momento, Andrea llegó hasta nosotros, abrazándome sin entender.

- 253 -
- ¿Quieres que te lleve a casa?- me preguntó, yo solo asentí- Espérame aquí que
voy a ir a por nuestras cosas ¿vale?

Cuando me quise dar cuenta, estaba en casa.

Andrea se había quedado para cuidar de Dani, estaba demasiado nerviosa para
poder cuidar de mi hijo en condiciones.

¿Qué pasaría ahora? ¿Intentaría Edward quitarme a mi hijo? Él era abogado y


estaba especializado en custodias y temas familiares, ¿Sería capaz de llegar a tanto?

No iba a pensar en eso, no podía pensar en eso o me volvería loca. Estaría


pendiente, al menor indicio, desaparecería con mi hijo y nadie se enteraría de mi
destino. Me daba igual que me acusaran de secuestro, era mi hijo y nadie me iba a
separar de él

En cuanto acabó su jornada, Rosalie vino a buscarme a casa, despidiendo así a


Andrea. Ella sabía perfectamente lo que había pasado.

- Lo siento Bella yo…fui a tomarme un café y fue cuando llegó él- sabía que Rose
se sentía culpable.

- Tranquila…esto iba a pasar. Fue igual que cuando intenté esconder mi embarazo
a los Cullen, tarde o temprano me verían- dije con un soplo de voz.

- Y…bueno… ¿Qué ha pasado?

- Edward sabe que Dani es su hijo. No es tonto. En cuanto lo vio llamarme


mamá…hizo su propio esquema.

- ¿Y que va a pasar ahora Bells?

- Nada. Le he prohibido que se acerque a nosotros- le dije no muy convencida,


sabía que Edward no se iba a dar por vencido.

- Y tú crees que…- mi amiga lo sabía tan bien como yo.

- Lo tendrá que hacer. No le voy a permitir que involucre a mi hijo en esto. Él no


va a sufrir por los errores de Edward.

- Bella ¿has pensado que quiera reclamar a Dani como su hijo?- al parecer la idea
no era tan remota como yo había pensado, Rosalie había pensado en lo mismo.
- 254 -
- Si lo hace me marcharé con mi hijo. Nadie nos encontrará

- Bella…eso es una locura, no te puedes ir, no puedes dejar tu vida, tu familia…

- Rose…mi hijo es lo más importante. Si no lo tengo a él no tengo nada- al decir


eso me levanté del sofá y me fui a bañar a Dani. Era la hora de su baño y su cena.

Emmett se reunió con nosotras una vez que hubo acabado su turno en el trabajo.
Rose le contó todo lo ocurrido, mientras yo le contaba su cuento de antes de dormir
a mi niño. Hoy no era capaz de inventar nada, por lo que tomé uno de los millones
de cuentos que le había regalado tanto Carlisle como Esme y se lo leí.

Veía a mi niño tan pequeño, tan ajeno a todo, que me angustiaba pensar que
sufriese una mínima parte de lo que sufría yo.

Era su padre si, pero… ¿Por cuanto tiempo? ¿Y si decidía marcharse de nuevo? Mi
hijo no soportaría su abandono.

Cuando volví al salón, donde estaban Emmett y Rosalie, ambos estaban callados.

- Bella…-finalmente Emmett rompió el silencio- Debes hablar con Esme y Carlisle.


Ellos deben saber todo. Carlisle te prometió ayudarte en caso de que Edward…

- Emmett es su padre, ¿crees que yo puedo pedirle algo así?

- Si, por el bien de su nieto. Si no estás tú, ese niño se muere- me contraje ante
eso

- Está bien les informaré pero…no le pediré nada, por lo menos ahora. No sé como
va a actuar Edward

Apenas dormí en la noche, las pesadillas habían vuelto a ser mis compañeras de
cama. No sé cuantas veces me desperté gritando en la noche. Por suerte Dani tenía
el sueño pesado y no se despertaba.

Lo tenía decidido, iría a la guardería a dejar a mi niño y después iría a hablar con
Esme y Carlisle a su casa, por lo que los avisé para que estuvieran preparados.

Cuando llegué, ambos me esperaban impacientes. Sabían que algo había ocurrido.

Les conté todo y pude ver la pena en sus rostros. Para ellos debía ser muy difícil,
ya que se trataba de su hijo y de su nieto.
- 255 -
No le conté de mis intenciones, si Edward intentaba meter mano judicialmente,
eso era una baza que guardaría debajo de mi manga. Confiaba plenamente en
Carlisle y Esme pero… no podía olvidar que ante todo Edward era su hijo.

Cuando Bella nos contó lo ocurrido el día anterior, no pude evitar sufrir por mi
hijo. Debía haber sido muy duro, enterarse así que tenía un hijo, y que se había
perdido casi dos años de su vida.

No excusaba a Edward, ni tan siquiera lo había perdonado pero…yo era


conocedora de todos sus temores y angustias por sentirse un estorbo. De siempre
había sido muy independiente y el haber estado encamado durante tanto
tiempo…supuso un deterioro mental fulminante.

Carlisle no estaba mucho mejor que yo. Él era al que más le afectó la marcha de
Edward y le costaba más perdonar. Había pasado demasiadas noches en vela,
intentando conocer su paradero, y eso no se olvidaba de un día para otro.

Cuando Bella y Carlisle se fueron para sus trabajos, aproveché para llamar a
Edward. Mi hijo estaría destruido y…necesitaba saber que estaba bien.

Lo llamé a su teléfono y…no respondió nadie. Insistí varias veces en la mañana y


no tuve éxito, por lo que decidí acercarme a su casa. No iba a perder nada pero iba a
ganar tranquilad

Cuando llegué al apartamento llamé al timbre. Llevaba mis llaves pero…no quería
hacer uso de ella hasta que no fuera totalmente necesario. Nadie me abrió.

Volví a insistir y finalmente recurrí a ellas.

Cuando entré todo estaba oscuro. Las persianas estaban bajadas, y había un gran
olor a polvo. Me adentré lentamente y cuando llegué al salón encendí las luces y me
sorprendí.

Todo estaba desordenado y tirado por el suelo. Había muchas cosas rotas, entre
ellos adornos, cristales y demás.

- Edward…- lo llamé, no me gustaba nada el estado del piso, sabía que Jacob no lo
había dejado así- Edward…- volví a repetir pero nadie contestó.

Finalmente me dirigí hasta la habitación y allí lo encontré. Estaba sentado en el

- 256 -
suelo, en un rincón, con su cabeza entre sus piernas flexionadas. A su alrededor
había varias botellas de alcohol vacías.

Sin pensarlo, corrí hasta él.

- Edward hijo- lo zarandeé, él entreabrió los ojos- Edward…

- Mamá…- sollozó y se me rompió el alma. Rápidamente lo abracé.

- Estoy aquí Edward, levántate de aquí vamos a la cama- con dificultad lo ayudé a
levantarse.

Estaba muy preocupada por él. No sabía que hacer ni a quién llamar, pero
necesitaba ayuda. Pensé en Carlisle pero…él necesitaba tiempo, igual que Bella para
perdonarlo. Mi amor era incondicional, era su madre.

Tomé mi teléfono y llamé a Alice, que por suerte estaba libre y le avisé. Me dijo
que vendría para el apartamento.

Me tumbé con mi hijo en su cama, abrazándolo. Apenas hablaba, solo sollozaba.


Estaba destruido.

Alice no tardó mucho en llegar, la cual se sorprendió igual que yo, de ver el estado
del apartamento. Ahora sabía que Edward había sido el que lo había destrozado
todo.

Dejé a Edward tumbado en la cama, y salí fuera de la habitación para hablar con
Alice.

Le conté todo lo relatado por Bella y se estremeció.

- Mamá…no podemos hacer nada ahí- me dijo Alice apenada.

- Lo sé Alice pero…es mi hijo. No lo puedo abandonar. No lo hizo bien pero…


mirándolo fríamente, lo hizo así para no hacernos sufrir. Lo ha debido pasar fatal y
ahora vuelve y se encuentra esto. Un hijo del cual se ha perdido su nacimiento y su
primer año de vida.

- Y… ¿Qué piensas hacer? ¿Hablarás con Bella?

- No. Entiendo su postura, yo haría exactamente igual. Ella está muy afectada y sé
que tiene miedo de Edward
- 257 -
- ¿Miedo?- Alice no lo veía.

- Si, miedo a que la alejen de su hijo.

- Entonces mamá ¿qué vamos a hacer?

- Darle nuestro apoyo, estar junto a él, no hay más que podamos hacer.

- ¿Y Daniel?

- No lo sé Alice. Estoy entre la espada y la pared. Si ayudo a Edward, traiciono a


Bella. Lo mismo pasa al revés- suspiré.

Alice y yo recogimos como pudimos el apartamento de Edward, después ella se


marchó para su casa. Era la hora de comer y tenía que recoger a su hija de la
guardería.

Avisé a Carlisle que me había surgido algo y que no comería en casa, para no
asustarlo. Con lo que había en la cocina de Edward hice algo de comer y después fui
a su habitación. Estaba completamente dormido pero…debía despertarlo, no sabía
cuanto tiempo llevaba sin alimentarse.

- Edward…Edward….- le acaricié el pelo.

- Bella…Bella…- me había confundido

- No cariño, soy mamá- lo besé en la mejilla- despierta vamos a comer algo.

- No puedo comer- comenzó a llorar- no quiero vivir mamá

- Por favor Edward…no me hagas sufrir así. Las cosas no se solucionan así, eres
un hombre y debes afrontar los problemas de otra manera.

- Mamá, no puedo más, no puedo con más problemas, mi vida es un infierno.

- No estás solo Edward…podemos…- rectifiqué- puedo ayudarte pero…no quiero


verte así

- Mamá tengo un hijo, tengo un hijo que no sabe que existo y que llama papá a
otro hombre- sollozó- Bella me odia, nunca la había visto mirarme así. Mi padre…no
quiere ni verme.

- 258 -
- Edward…necesitan tiempo. Han sufrido mucho en estos años. Ha sido horrible y
no solo para ti- tomé aire- por favor, cámbiate de ropa y sal a comer conmigo al
salón.

Edward se levantó de la cama sin muchas fuerzas y se quitó la camisa. Al hacerlo,


pude ver en su espalda, a la altura de los lumbares, dos grandes cicatrices rojas. Sin
poderlo evitar cerré los ojos. No quería ver eso, no podía verlo

Conseguí que Edward se alimentara algo, aunque apenas levantó su cabeza del
plato. Tenía la mirada perdida, y sabía que todo ello era a causa del enorme
sufrimiento que tenía.

Lo que estaba a punto de hacer no era correcto pero…debía darle un aliciente


para vivir a mi hijo.

- Edward…Bella me deja los jueves a Dani en casa por la tarde- Edward levantó la
cabeza rápidamente para escucharme- pues…tiene visitas domiciliarias. Tu padre
este jueves…estará fuera de la ciudad, ¿te gustaría venir a casa?

EDWARD

Finalmente salí con mi madre a comer al salón. No tenía hambre pero…debía


hacerlo por ella. Me había perdonado, estaba conmigo.

Apenas hablamos en la comida, hasta que me propuso algo.

- Edward…Bella me deja los jueves a Dani en casa por la tarde- Al escuchar el


nombre de Bella y Dani, subí rápidamente mi cabeza- pues…tiene visitas
domiciliarias. Tu padre este jueves…estará fuera de la ciudad, ¿te gustaría venir a
casa?

- ¿De…verdad? ¿Puedo ir?- Como me preguntaba eso, pues claro que quería ir, me
moría por tener a ese niño entre mis abrazos, verlo de cerca.

- Si, puedes venir pero…nadie se puede enterar. Si Bella se entera…me mata o lo


que es peor, no me deja quedarme con él- sabía a lo que se arriesgaba mi madre, y
le estaría eternamente agradecido.

- Tranquila mamá, nadie sabrá que he estado allí. Cuando Bella venga a buscarlo,
me iré a otro lugar para que no me vea- quería llorar de emoción, mañana…podría
ver a mi hijo

- 259 -
- Bella lo trae a las 16.00 y se lo lleva a casa a las 20.00, más o menos. Yo te
llamaré cuando Dani esté en casa, no vengas antes por favor, quiero evitar que os
encontréis.

Mi madre me había regalado una esperanza de vida, ver a mi hijo. Quería saberlo
todo de él, saber sus gustos, sus manías, su carácter, todo.

Al día siguiente, me levanté temprano y me fui al centro comercial. Entré en una


gran tienda de juguetes y me informé sobre los gustos de los niños de su edad.

Compré juegos, muñecos, coches, una bicicleta y un peluche para dormir. A mi


cuando pequeño me gustaba dormir con un pato de peluche y supuse que a él
también le gustaría. Busqué entre las estanterías y vi el ideal (está en mi perfil)

Recordé, el día que lo vi por primera vez en casa de mis padres, y estaba jugando
con aviones y decidí hacer un invento.

De siempre me había gustado hacerme mis propios juguetes y quizás mi hijo- ¡dios
mío! mi hijo…sonaba extraño- quizás a él, también le gustaría.

Compré cartón, y varios accesorios más y me fui para casa. Hasta las 16.00 horas
tenía tiempo para plantear mi invento.

Pasé toda la mañana entre muñecos y cartones, pero me sentía en el cielo.

A las 15:30 terminé mi avión de cartón, (está en mi perfil) pero lo dejé sin montar
para poder transportarlo.

Tomé todas las compras y me fui para el coche.

Me puse a dar vueltas por la ciudad, esperando ansiosamente la llamada de mi


madre para poder ir a su casa. Finalmente esa llamada llegó a las 16:15.

- Edward…puedes venir- me dijo temerosa- Por favor mete el coche en el garaje


interior, no quiero que nadie vea tu coche.

Conduje lo más rápido que pude hasta allí. Mi corazón martilleaba frenético.
Cuando llegué a la cancela exterior llamé, ya que mis llaves se las devolví a mis
padres, rápidamente las puertas se abrieron.

Dejé mi coche en el garaje interior y cerré la puerta. Tomé todas las compras y me
encaminé hasta la casa.
- 260 -
Antes de entrar tomé aire, estaba muy nervioso.

Si, lo sé, soy mala por dejarlo ahí pero… qué sería de la vida sin suspense?

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

- 261 -
Capitulo 38

Acabando un sábado en familia, ahora toca descansar y capi nuevo.

A pesar de que me habeis llamado de todo… ;), soy buena y sigo aquí eh?

Disfrutad

CAPITULO 38

Al entrar en el salón, lo vi. Era precioso, era…mi hijo. Solté todas las cosas de
golpe y me acerqué con lentitud hasta él. No quería asustarlo.

Mi hijo estaba jugando con unos juguetes que tenía encima del sofá. Me miraba
pero al momento volvía a mirar a sus juguetes.

- Hola Daniel- me coloqué detrás de él de rodillas, pero…no me mostraba mucho


interés. No me ofendí pues…realmente no me conocía.

- Dani, mira…ha venido a jugar contigo- le dijo mi madre y el niño se volvió hacia
mí- ¿quieres darle un abrazo?- le animó mi madre.

Pensé que se iba a negar, no era más que un extraño para él,
pero…misteriosamente se volteó y me abrazó. Mis piernas temblaron al notar su
pequeño cuerpecito pegado a mi, era…tan increíble este sentimiento. Era mi hijo,
era mi vida.

Le besé en la cabeza, pudiendo aspirar su aroma, que era el mismo que el de


Bella, pero camuflado con una colonia de bebé. Su piel era suave y blanquita, y era
todo ternura.

Apenas podía hablar de la emoción pero…respiré hondo.

- Dani… ¿Quieres ver las cosas que he traído para jugar juntos?- él asintió con
ilusión.

Lo tomé en mis brazos y lo alcé. Era increíble poder tener a mi hijo entre mis
brazos, aunque él no supiera que era su padre.

Me encaminé con él hacia donde había dejado las bolsas y me senté en el suelo,

- 262 -
colocándolo entre mis piernas.

Saqué cada cosa que había comprado y Dani, gritaba de alegría con cada una de
ellas., había acertado en sus gustos.

Era imposible tener el vello más de punta que yo. Cada sonrisa, cada grito de
júbilo era una punzada en mi maltratado corazón.

- "Ela, ela" (Abuela, abuela) un vión (avión)- le dijo mostrándoselo a mi madre que
estaba emocionada.

- ¿Te gustan los aviones Dani?- le pregunté, él asintió- Pues…mira lo que he traído,
¿te gustaría montarte en un avión?

Tomé las piezas de cartón, y me puse a montarlas. Mi hijo me miraba curioso sin
tocar nada, estaba alucinado. Cuando lo coloqué todo, lo subí en el interior y le
enseñé como cogerlo para poder caminar con él. Mi hijo comenzó a reír nervioso, al
ver el invento.

Le quedaba un poco grande, al ser pequeñito, pero yo le ayudaba a moverse.

En mi vida había sido tan feliz. Ver a mi hijo feliz a mi lado…era lo mejor del
mundo.

Mi madre, se fue a hacer sus cosas dejándonos solos, al ver que Daniel y yo nos
habíamos hecho amigos. Era un niño muy cariñoso y muy risueño, aunque debía
tener mucho cuidado con él, pues ideaba cosas bastantes peligrosas.

A las 18.00, mi madre vino con su merienda, un biberón con zumo de naranja
natural y un pequeño sándwich.

- Dani, vamos a cambiar el pañal- le dijo mi madre, no me había dado cuenta que
mi hijo aún llevaba pañales.

- No "Ela" (abuela) no- le dijo mi hijo y no pude evitar reír.

- ¿Cómo que no? Ven aquí- le dijo mi madre sonriendo y mi hijo salió a correr por
el salón gritando.- está en la fase en la que odia que le cambien el pañal- me advirtió
mi madre.

- Ven Dani, vamos a cambiar el pañal para seguir jugando, sino…no podemos
jugar- mi hijo seguía corriendo por el salón, y yo no podía parar de reír.
- 263 -
Finalmente, me acerqué hasta él, atrapándolo en una de sus carreras y lo tomé en
mis brazos haciéndole cosquillas. Mi hijo reía, al parecer soportaba las cosquillas
tan poco como yo, y después se lo ofrecí a mi madre para el cambio de pañal.

- ¿No te gustaría hacerlo a ti?- me ofreció y mis ojos se volvieron a ensanchar.

- Claro que quiero, pero…no se como hacerlo- sonreí

- Es muy fácil, yo te ayudaré.

Mi madre, me ayudó a cambiarle el pañal a Dani, costándome horrores y no


porque fuera difícil, que no lo era, sino porque no se estaba quieto.

Después lo ayudé a tomar su merienda.

Las horas pasaban como minutos y los minutos como segundos. No quería que
acabara esta tarde tan mágica.

A las 19.30, Daniel estaba muy cansado y se estaba quedando dormido, por lo que
lo tomé en mis brazos y lo acuné, susurrándole una canción.

El salón estaba todo lleno de juguetes, excepto el pato, que lo tenía mi hijo
cercado en sus brazos. Era exactamente igual que yo de pequeño.

Aproveché para estudiar cada parte de su cuerpo. Sus manitas, su pelo, su carita.
Era verdad que tenía mucho parecido a mí pero…los gestos eran de Bella

Cuando menos lo esperé mi madre vino corriendo.

- Edward, vete, vete, Bella está entrando por la cancela- mi madre estaba muy
nerviosa.

Antes de soltar a mi hijo en el sofá lo besé en la cabeza y le susurré siempre


estaré contigo mi niño y me apresuré a salir del salón, encerrándome en un trastero
que había al lado. No podía correr y no me iba a dar tiempo llegar más lejos

Al momento escuche a mi hijo llamarme.

- Nene, nene, men (ven del verbo venir)- eso no era buena idea, Bella se iba a dar
cuenta

- Mira Dani el avión- empezó a distraerlo mi madre para que no me llamase.


- 264 -
Escuché unos pasos aproximarse a la puerta principal y posteriormente abrir la
misma.

- Hola cariño- le gritó Bella- ¿cómo está el hombre más importante de mi vida?- no
pude evitar sonreír- ¡Dios mío! ¿Qué es todo esto?

- Pues…hice algunas compras esta mañana…y…bueno- se excusó mi madre por


todos los juguetes que había comprado.

- Esme…te voy a reñir. No podemos comprarle tantas cosas a este piratilla, lo


vamos a consentir- comenzó a besarlo- ¿Quieres a mamá?

- Cucho (mucho)- le dijo mi hijo riendo, dios mío, no podía babear más ante estas
cosas.

- Y yo a ti mi príncipe azul. ¿Nos vamos a casita?

- ¿con papi?- dios mío… ¿Bella tenía a alguien en su vida?

- Cariño no es papi es el tito Emmett- suspiré- ¿Dónde está papi?- eso me dejó
descolocado, ¿Bella le había hablado de mi?

- En el cole- le respondió Daniel, y en ese momento lo comprendí todo

Bella no le había hablado de mi a mi hijo, pero tampoco había dejado que llamase
papá a nadie más, aunque Daniel llamase, papi a Emmett.

Era inevitable estar cada día, más enamorado de ella, era tan especial…y sobre
todo era una buena madre.

Bella quiso recoger todos los juguetes desperdigados por el salón, pero mi madre
no la dejó, alegándole que se iba a hacer tarde para Dani.

Esperé a que se marchara y después salí.

Todos los juguetes estaban por el suelo, menos el pato de peluche, que supuse se
lo había llevado.

Mi madre recogía en silencio cada muñeco, con un brillo de preocupación en los


ojos. Fui hasta donde estaba ella y le ayudé a recoger cada cosa.

- Mamá… ¿estás bien?


- 265 -
- Si…solo que…me siento mal- eso me preocupó.

- ¿Qué te ocurre? ¿Te duele algo?- tiré de su mano para sentarnos nuevamente en
el sofá.

- No es eso, solo que…siento que estoy traicionando a Bella- mi madre agachó su


mirada.

- Mamá…ahora no somos ni Bella ni yo, ahora es Daniel. Él tiene derecho a


conocer y tener un padre, y…ninguno de nosotros podemos quitarle ese derecho- le
expliqué- lo que haya ocurrido entre Bella y yo, debe quedar ahí, no le puede afectar
a nuestro hijo.

Mi madre no dijo nada más, sabía tan bien como yo…que no era una locura.

Por ahora, me limitaría a ver a mi hijo en las sombras pero…con el tiempo,


volvería a retomar la conversación con Bella. Entendía que ahora mismo estaba
dolida y que le debía tiempo, pero…no me podía negar ejercer como padre, ambos
teníamos ese derecho.

Mi madre me contó muchas cosas sobre mi hijo. Su comida preferida eran las
patatas fritas, muy normal en un niño de su edad, su sabor de helado era el
chocolate, igual que el de Bella, estaba acostumbrado a dormir con un pañuelo o
similar en su cara, según mi madre yo hacía igual de pequeño. Iba a la guardería
bilingüe (inglés/español) cosa que me gustó muchísimo.

Ya casi me iba, cuando mi padre entró por la puerta, sorprendiéndose de verme de


nuevo allí.

- Hola- le dije intentando que no volviese a huir

- Hola- susurró casi inaudible

- Bueno…yo voy a ir a la cocina un momento para ver como va la cena. Edward…-


suspiró- ¿Te quieres quedar a cenar?- mi madre estaba haciendo un gran esfuerzo
por normalizar la situación.

- Si, claro, si no es molestia- miré a mi padre el cual no dijo nada.

- Voy…voy…a cambiarme- dijo en un susurro mi padre y se fue. Se veía bastante


molesto, y sabía que era por mi presencia allí.

- 266 -
Me quedé mirando las fotografías que estaban por la casa, en gran parte de ellas,
los protagonistas eran Clhoé y Daniel, abrazados, jugando, riendo.

Fui hasta una mesita auxiliar y vi una foto en la que estaban Bella y mi hijo.

Daniel eran muy pequeño, quizás seis o siete meses. Bella lo tenía alzado frente a
ella sonriéndole con una dulzura extrema y mi hijo le sonreía a su madre.

La tomé y me la acerqué al pecho. ¿Cómo de diferente había sido si no me hubiese


marchado? Había podido disfrutar cada minuto con mi familia, con mi hijo y con ella.

La voz de mi madre me sobresaltó.

- Esa fotografía es del bautizo de Daniel. Emmett y Rosalie son los padrinos- sin
poderlo evitar cerré mis ojos con fuerza. Tomé aire y pregunté

- ¿Cuándo supo que estaba embarazada?- no podía parar de darle vueltas.

- El mismo día que tu te fuiste, iba a tu casa para decírtelo.- Dios! Todo había ido
de mal en peor. Se había sentido abandonada y sola, sola con mi hijo en su vientre.

- Yo…no sabía que…- si lo hubiese sabido no me habría ido.

- Lo sé. ¿Quieres quedártela?- señaló la foto

- ¿Puedo?- ella asintió

La cena fue…silenciosa. Mi padre se limitó a comer, mientras mi madre nos


sacaba conversaciones a ambos.

Sabía que tenía que dar el primer paso, pero…no sabía como hacerlo. Mi padre
estaba tenso y su barrera era infranqueable.

Finalmente me tiré a la piscina.

- Papá….me preguntaba si…podía volver a…trabajar en el bufete- no podía entrar


a matar, debía ir allanando el terreno, y que mejor manera que volviendo a trabajar
juntos. Eso nos haría compartir muchos momentos del día. Mi madre lo miró
regañándolo con la mirada, al pasar más de tres minutos sin responder.

- Si- respondió escuetamente sin mirarme.

- 267 -
- Gracias, quiero…bueno, intentar volver a la normalidad- sabía que era la única
forma de tener un acercamiento con él, mediante el trabajo.

Esa fueron las únicas palabras que crucé con él en toda la noche, pero al
menos…había sido algo.

Antes de marcharme, mi madre me devolvió las llaves de su casa, recordándome


que avisase antes de ir. A mi no me molestó, al revés, lo entendí.

BELLA

Pasó al menos una semana desde el encontronazo con Edward, y por suerte no
tuve que volver a verlo.

Me sentía mal pues…una parte de mi si quería verlo, era la parte masoquista y…


la más difícil de controlar.

Hay que tener en cuenta que Edward…no era un ser cualquiera, para mi había
sido la persona más importante de mi vida, hasta que nació Daniel.

En estos dos años había envejecido un poco, supongo que yo también. Su pelo no
era el mismo que el que a mi me gustaba tirar en esos momentos de pasión, la
expresión de sus ojos era sombría y…ahora…caminaba. Era extraño verlo así,
siempre lo había visto o en la cama o en su silla pero…nunca en pie.

Al parecer la chica con la que se fue, es decir Claudia, tenía más fuerza sobre él
que yo, y por eso accedió a operarse.

Sea por lo que fuere me alegraba por él. Sabía lo que odiaba ser dependiente y lo
había visto muchas veces llorar por ello.

Que hubiese elegido otro camino, diferente al mío, no significaba que no me


alegrara de su recuperación.

Era jueves y por la tarde volvía a tener visita domiciliaria. Estos días, recogía a
Daniel antes del colegio, para darle de almorzar, para después llevarlo a casa de
Esme y Carlisle. Necesitaba ganar tiempo de estar con mi hijo.

Antes de pasar por la guardería de Daniel, mi teléfono móvil sonó, era mi madre,
cosa que me sorprendió. Hacía bastante que no me llamaba.

- Hola mamá, al parecer te has acordado que tienes una hija- le dije con sarcasmo.
- 268 -
- Bella…- su repentino silencio no me sonó demasiado bien- Tu padre…

- ¿Ha decidido volver a hablarnos?- probé suerte.

- Tu padre ha sufrido un infarto- eso me dejó fría, tuve que sentarme para
recuperarme.

- ¿Qué?- ante todo era mi padre, por mis venas corría parte de él.

- Él, él…- comenzó a llorar mi madre- él no se encontraba bien últimamente, decía


que se encontraba cansado, pero…no se dejó tratar. Bella…no me han dado muchas
esperanzas, creo que va a morir- el llanto de mi madre era cada vez mayor.

- Mamá tranquila…tranquila, voy a…hablar con Emmett, vamos a ir para allá-


sabía que Emmett no accedería fácilmente pero…mi padre estaba a punto de morir,
era la última posibilidad.

- Bella…sé que…- la interrumpí.

- Mamá te llamo en cuanto pueda, tranquila

Colgué y rápidamente hablé con Emmett. Sé que cuando le conté lo de mi padre,


le afectó, aunque quiso aparentar normalidad.

Emmett tenía un corazón de chocolate, que se derretía con solo tocarlo, y aunque
estaba muy dolido con él…sabía que lo quería.

Finalmente accedió a viajar conmigo a Forks. Ahora solo tenía otro problema y era
Dani. No me podía llevar a mi niño, para hacer un viaje tan largo para unos días
y…tampoco iba a ser un ambiente para él.

Rose también nos iba a acompañar, para visitar a su familia de camino y para
estar con Emmett y conmigo. Por tanto pensé en Esme.

Ella era una madre para mí, y sabía que iba a cuidar de mi hijo tan bien como yo.

Nunca me había separado de Daniel más de unas horas, pero…sabía que si no


hacía esto, me arrepentiría toda la vida.

Cogí mi teléfono para hablarle.

- Esme, soy Bella- fue lo primero que le dije.


- 269 -
- Hola cariño… ¿Ha pasado algo?- al momento la noté nerviosa.

- Si, pero…tranquila, no es Daniel. Me ha llamado mi madre y…bueno…mi padre


está gravemente enfermo- suspiré- y…debo irme a Forks por unos días y…no me
puedo llevar a Daniel. No será un ambiente para él.

- Bella…yo me quedo con él. Sabes que puedes contar conmigo

- Gracias Esme…para mi no es fácil, no me quiero separar de mi hijo.

- Bella…sabes que Daniel estará bien con nosotros.

- Lo sé. Voy a ir a por él a la guardería y a casa para recoger sus cosas. Te lo llevo
en un rato- tuve que tragar hondo, para mi…no era nada fácil

- Os espero cariño.

- Esme…- la llamé antes de colgar- Gracias.

No sé que haría sin esa mujer. Esa mujer que sin ser mi madre se comportaba
como tal, era mi apoyo incondicional.

Recogí a Dani del cole y rápidamente me fui para casa para hacer tanto su maleta
como la mía. Yo apenas llevaría nada, solo varias mudas de ropa interior y ropa de
diario.

La maleta de Dani era un caso aparte. Aunque Esme tenía ropa de él allí y
demás…no quería que le faltara de nada

Emmett ya estaba en su casa, junto a Rosalie haciendo la maleta.

- Emm, voy a ir a llevar a Dani a casa de Esme y Carlisle, por favor ¿me puedes
recoger allí?, quiero dejarle mi coche, ahí esta la sillita de Dani y…será mas cómodo
para ella, su coche es de tres puertas.

- Claro Bella. Terminamos de hacer la maleta y salimos a buscarte.

De camino a casa de Esme, intenté explicarle a mi hijo que su mamá tenía que
marcharse por unos días a otro lugar, pero…él realmente no era consciente de nada,
y por un lado me alegraba.

Me preocupaba como iba a pasar las noches sin mí. Nunca nos habíamos separado
- 270 -
ni una noche.

Qué pasará ahora? Edward… aprovechará el momento? Mañana más y


mejor.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

- 271 -
Capitulo 39

Buenos díasssss, os dejo nuevo capi.

Disfrutad

CAPITULO 39

Al llegar a casa de Esme, ella ya nos esperaba fuera.

Me ayudó a entrar todas las cosas de Daniel, y me animó.

- Bella…será poco tiempo. Tranquila, tu hijo está en buenas manos.

- Lo sé pero…no puedo evitarlo. Dani es parte de mí, y es difícil alejarme de él.

Finalmente, Emmett llegó al poco tiempo. Tuve que respirar hondo varias veces
para no echarme a llorar. No quería parecer una madre desesperada pero…era
inevitable, lo era.

- Dani, ¿le das un besito a mami?- mi hijo se acercó y me babeó la cara, como él
solía hacer- ¿Te portarás bien? Y…no me olvidarás ¿verdad?- sabía que no me
entendía pero…necesitaba decirlo- Te quiero mucho mi vida.

- "Que quero cucho mami" (te quiero mucho mami)- era la primera vez que mi hijo
me decía que me quería y no pude reprimir las lágrimas.

Emmett y Rosalie, también se despidieron de él, dándole millones de besos.


Cuando salimos de esa casa, medio corazón, se quedó allí con ellos.

EDWARD

Al día siguiente de la cena con mis padres, fui hasta mi antiguo trabajo. Debía
ponerme al día con todo, y por supuesto, comenzar mi plan para volver a ganarme la
confianza de mi padre.

En cuanto entré en las oficinas, todos se quedaron sorprendidos al verme. Era


normal, había estado desaparecido varios años, y a ello había que añadirle que
volvía a caminar.

- 272 -
Mi padre era un hombre muy reservado y no había hablado nada sobre mi vuelta.

Lo primero que hice fue ir al despacho de mi padre para decirle que estaba allí y
ponerme a sus órdenes. Toqué en su puerta y esperé a que me diera paso.

- Buenos días- le dije desde la puerta, esperando a que me invitase entrar.

- Bue…buenos días- lo vi sorprendido, quizás no se esperaba que iba a volver al


trabajo tan pronto.

- ¿Puedo pasar?- al ver que no me ofrecía a entrar tuve que preguntarle.

- Si- solo respondió eso.

- Bueno…vengo a… ponerme a tus ordenes- todo era demasiado incómodo,


parecíamos dos desconocidos.

- Sabes que nunca has necesitado órdenes. Dirígete a tu antiguo despacho, allí te
darán ordenes.- al decir eso perdió su mirada entre los papeles.

- Papá…por favor…esto es demasiado incómodo- me tenía que dejar de teatro,


sabía que con mi padre no funcionaría.

- Si, pero…yo no lo decidí así- vale…fue directo a la yugular.

- Papá…lo siento, lo siento todo. No sé como hacer para que me perdones- Tomé
aire, lo iba a necesitar- Creí hacer lo correcto, demasiado habíais sufrido y…no
quise… o no podía haceros sufrir de nuevo.

- ¿Tú te puedes hacer una idea de lo que nos has hecho sufrir de esta manera? Tu
madre estaba destrozada, yo también lo estaba, por no contar como se sentía…- al
ver lo que iba a decir calló

- Bella, ¿Verdad? Yo…yo no sabía nada, dios mío…es mi hijo, sangre de mi sangre,
¿Crees que me hubiese marchado si lo hubiese sabido? Sé que no he actuado bien y
créeme si te digo…que lo estoy pagando- suspiré- He perdido a la mujer de mi vida,
he dañado a mi familia y….tengo un hijo que no sabe que soy su padre. ¿Hay alguna
otra condena que deba agregar para pagar por mis errores?

- No soy juez- esta vez su tono de voz era menos duro

- Pues…no te comportes como tal y me condenes a vivir así para toda la vida. No
- 273 -
quiero que seas mi abogado frente a ella, pero…al menos…no me pongas la soga al
cuello para llevarme ante la horca- mi padre no dijo nada- Bueno…supongo
que…debo trabajar. Gracias por escucharme.

Salí de su despacho angustiado. Tenía una presión en el pecho que no me dejaba


respirar. Sabía que era justo, que tenía que pagar por todo el daño que había hecho
pero…me superaba.

Necesitaba intimidad, mis lágrimas estaban a punto de salir, y ese no era un buen
sitio.

Me dirigí al que se suponía que había sido mi despacho siempre tal y como me
había dicho mi padre, pero una vez allí supe que ya no me pertenecía. En la puerta
ya no estaba el letrero Edward Cullen, abogado de familia ahora estaba Mike
Newton, abogado de familia.

Todos se quedaron mirándome, cuando me detuve en la puerta de mi antiguo


despacho.

Antes de voltearme, tomé aire. Sabía que todos estaban pendiente y efectivamente
fue así.

Apreté fuertemente el maletín en mis manos, y me dirigí hasta el baño más


cercano. Me encerré en una de las cabinas y di rienda suelta a mi angustia. ¿Iba a
ser capaz de soportar toda esta presión? Ni yo mismo lo sabía.

Cuando me recuperé, volví a salir y me dirigí al despacho del tal Mike Newton, el
cual supuse que era mi nuevo jefe.

Me presenté y me puse a sus órdenes. Según me contó, sabía que me incorporaría


pero…no contaba que fuera tan pronto.

Me llevó a la que sería mi nueva mesa de trabajo, que estaba junto a los archivos.
Cuando me detalló mi trabajo, no pude evitar jadear. Iba a ser el encargado de
archivar causas o expedientes -Wow, trabajo interesante. Mi jornada laboral solo era
de 4 horas, ya que…no se precisaba de más.

Entendía que mi padre pudiera estar molesto conmigo, que incluso me guardase
rencor por todo pero…no estaba siendo justo.

Si no necesitaba personal, me lo podría haber dicho y me hubiese buscado trabajo


en otro lugar. Me sentía capacitado para ello.
- 274 -
Si había pensado que lo peor había llegado…estaba confundido. Cuando fui hasta
el departamento de recursos humanos, para firmar mi contrato, vi que estaba
perdiendo el tiempo.

- Marie, disculpa…en mi contrato, la categoría laboral que me habéis puesto es de


auxiliar administrativo…y…soy licenciado en derecho ¿Hay algún error aquí?- sabía
que no había sido un fallo.

- Lo siento Edward, es el puesto vacante. Según me dijo tu padre…esa es la


categoría que te debía de poner- respiré hondo antes de decir nada.

Podía entender que mi padre me negase la palabra, que no quisiera verme pero…a
esto no estaba dispuesto a llegar. No iba a dejarme pisotear así.

No me importaba no tener el mismo cargo que antes, pues…entendía que estaba


cubierto, no me importaba sentarme en el peor lugar de toda la oficina pero…lo que
no iba a permitir es que ridiculizase delante de todos.

- Tranquila Marie, sé que es tu trabajo. Necesito que me hagas un favor- comencé


a romper el contrato bajo su atenta mirada- Dile al Sr. Cullen que…no quiero
limosnas.

Tomé los trozos del contrato y lo apilé en una montañita. Puse un Post-it encima
de ella y escribí "Gracias por nada".

- Y…por favor, entrégale esto de mi parte. Hasta luego- tomé mi cartera y me fui
de allí

Si pensaba que necesitaba de su limosna para vivir, estaba muy equivocado. Iba a
demostrarle que era un autentico Cullen y sobre todo que…todos éramos humanos y
podíamos equivocarnos.

Me fui hasta mi banco de confianza y hablé con el director. Le solicité que


denegara cualquier ingreso que proviniese de "Cullen´s Law" que era el bufete de
mi padre. Mensualmente tanto Alice como yo, recibíamos unos ingresos de allí, ya
que mi padre tenía registrada la empresa a nombre de los tres. El director se
sorprendió, pero…no preguntó.

Una vez fuera, me fui a una cafetería para comenzar a crear mi curriculum Vitae.
Mi búsqueda de trabajo comenzaría hoy

Como bien sabía, en dos días, había conseguido un nuevo trabajo en una
- 275 -
prestigiosa cadena de asesorías. Mi jornada era intensiva por la mañana, por lo que
tendría las tardes libres.

Solo vivía para que fuera jueves, y así poder ir a casa de mi madre para ver a mi
hijo.

Era jueves por la tarde. Salí de trabajar y comí algo rápidamente en un bar de al
lado.

Después me fui a casa para cambiarme y esperar la llamada de mi madre para ir a


ver a mi hijo. Había sido la semana más larga de mi vida.

A las 15.30, mi teléfono sonó. Me dio un vuelco el corazón al ver el identificador


de llamada. Era mi madre, y hoy…llamaba antes de tiempo.

- Mamá ¿pasa algo?- mi mente me mostró en tan solo unos segundos, todas las
cosas malas que podían haber ocurrido.

- Tranquilo hijo, solo avisarte que tengo a Daniel aquí. Cuando vengas te cuento.

Rápidamente, me terminé de cambiar y colocarme ropa cómoda y me fui hasta


allí.

Hice uso de mis llaves.

Cuando me acerqué fui a aparcar mi coche al garaje interior, vi que un vehículo


me obstruía el paso. No conocía ese coche.

Lo estacioné justo detrás. Cuando me bajé, me acerqué al coche y vi una sillita de


niño en el asiento trasero. ¿Sería Alice? No me quise arriesgar y llamé a mi madre
por teléfono.

- Mamá, estoy fuera pero…he visto un coche desconocido y…no he querido entrar.

- Es el coche de Bella- me dijo naturalmente y me quedé sin habla- Tranquilo…ella


no está, entra y te cuento.

Hice lo que me mandó y…allí estaba mi niño jugando.

- Hola Dani- dije para llamar su atención, él me miró y me sonrió, viniendo


corriendo hasta mí. No me había olvidado, mi niño no me había olvidado. Eso me
llenó de orgullo.
- 276 -
- "Ela" (Abuela) el nene, "ela" el nene- me conocía por el "nene" y aunque me
alegraba que me conociera, me entristecía que me llamara así pero…no podía
arriesgarme a que me llamara por mi nombre, aunque podía acostumbrarlo a
llamarme papá.

Lo tomé en mis brazos y lo besé abrazándolo.

- Te eche de menos mi niño- la angustia que me había acompañado todos estos


días desapareció.

No entendía como era posible, que una personita tan pequeña, fuese capaz de
causar esta sensación de bienestar en mí. Me acerqué hasta mi madre y la besé.

- Mamá… ¿Dónde está Bella? ¿Por qué está su coche ahí?

- Se ha tenido que marchar a Forks- me sorprendí- su madre la ha llamado


diciendo que su padre…está muy enfermo. Según creen…no tiene mucho tiempo de
vida y…ha tenido que marcharse de urgencia para allá, junto a Emmett y Rosalie

- Pero…ella…no tenía contacto con…- hasta donde yo sabía, no existía contacto


con él y menos Emmett.

- No lo había pero…su madre la llamó. No quería dejar a Dani aquí pero…es un


viaje muy largo para Daniel, a parte no quería mezclarlo en ese ambiente- Bella
siempre era muy responsable. Miraba por su gente antes que por ella.

- Entonces… ¿mi hijo estará aquí varios días?- mi madre asintió y yo no pude
evitar que mis ojos se abrieran de emoción. Pasaría más tiempo con mi hijo.

- Pero Edward…tu padre…no está conforme con esto- eso me molestó.

- No me importa, él no tiene que dar su autorización para que yo vea a mi hijo.

- Edward… ¿Qué está pasando entre vosotros? En vez de mejorar la cosa va a peor

- Pregúntale a él, quizás te pueda contar- dije con rabia.

Le conté a mi madre el día que volví a la oficina, la bienvenida que me dio y


posteriormente el puesto que me ofreció a través de sus trabajadores. Le conté a
continuación que había conseguido un nuevo trabajo, bien remunerado y que me
valoraban como trabajador, sin importarle si en mi vida personal cometía errores.

- 277 -
Mi madre estaba bastante afectada por todo.

- Mamá, hace un buen día, ¿Te importa que saque a Daniel al jardín?- me sentía un
poco mal teniendo que pedir permiso para sacar al exterior a mi hijo pero…teniendo
en cuenta que mi madre era la responsable, ante los ojos de Bella…debía hacerlo.

Mi hijo y yo nos fuimos al jardín a jugar con una pelota, que le había comprado la
semana anterior. Lo veía reír y correr y eso me hacía muy feliz.

Le hice un columpio, con unas cuerdas y un tablero que había en el garaje y lo


paseé.

Aproveché antes de llevarlo a merendar, para hablar con él.

- Dani, ¿sabes quién soy?- le pregunté sin saber si me entendía.

- El nene- respondió.

- Bueno…a parte de ser un nene, yo soy…soy…tu papá- no pude evitar el nudo en


mi garganta.

- ¿Papá?- me miró curioso

- Si. ¿Tú quieres que sea tu papá?

- Valeeeeeee- gritó como si se tratara de un juego, y no pude evitar reír,


tomándolo en brazos y alzándolo

Volvimos a la casa y le dimos de merendar.

A las 19:15, sonó el teléfono de mi madre. Era Bella.

- Hola hija ¿Qué tal fue el viaje?- le preguntó mi madre. Tras su respuesta
prosiguió- Dani está muy bien, está jugando con sus cosas ya sabes- me miró mi
madre con ojos de culpa- Tranquila, todo está bien Bella, tu hijo está seguro
conmigo.- volvió a escucharla y al momento prosiguió- Si, espera. Dani mira es
mamá ¿Quieres hablar con ella?

Daniel corrió hasta ella y mi madre le puso el teléfono en la oreja, indicándole a


Bella y que ya podía hablar.

- Zi (si) con la "ela" (abuela) y con papá- al decirle eso mi madre y yo nos
- 278 -
contrajimos. Un calor enorme sacudió mi corazón. Era la primera vez que mi hijo me
llamaba papá.

Al momento, Dani se alejó, dejando el teléfono libre y mi madre volvió a retomar la


conversación con Bella.

- Es Carlisle el que está con nosotros- sonrió mi madre nerviosamente- Bueno, hija
tranquila. Llama cuantas veces necesites. Cuidaros Bella.

Cuando colgó me miró con ojos incriminatorios.

- Edward… ¿Por qué Dani te ha llamado papá?- sin poder evitarlo sonreí

- Es mi hijo mamá ¿Cómo quieres que me llame?- sabía que no se iba a conformar
con eso.

- Edward…eso ha sido imprudente. Teniendo en cuenta que Bella no sabe nada…

- Mamá, me llamaba "nene", ¿Qué quería que hiciera?- no terminamos de hablar


cuando la puerta se abrió. Era mi padre.

- "Elo, elo"- gritó mi hijo saliendo corriendo hacia él.

- No me puedo creer que esté aquí el rey de la casa- mi padre lo tomó en sus
brazos y lo alzó, haciendo reír a Dani. Él no se había percatado de que yo estaba allí-
Esme, como que…- al verme toda la alegría de su cara se evaporó.

- Carlisle…Bella se ha tenido que marchar a….- no la dejó terminar.

- ¿Qué hace él aquí? Ya te dije que no me gustaba esto.

- Es mi hijo- dije poniéndome en pié. No iba a dejar que mi madre peleará por mí,
sabía defenderme bien.

- Perdiste todos tus derechos el día que te fuiste- finalmente mi padre lo había
conseguido, había acabado con mi paciencia.

- Te equivocas, no sabía nada de esto, ya te lo dije- nuestro tono de voz cada vez
era más duro.

- Ven Dani, vamos a ir a darte un baño ¿vale?- mi madre se acercó a donde estaba
mi hijo y se lo llevó al verlo asustado por nuestro tono de voz.
- 279 -
- Pero… ¿No te das cuenta?- no esperé a que continuara.

- No, el que no se da cuenta aquí eres tú. Ese niño es mi hijo y ni tú ni nadie me va
a separar de él. Perdí todo mi derecho sobre Bella, lo acepto o incluso puedo aceptar
que me aborrezcas, pero…no me voy a olvidar de mi hijo, ¿entiendes? Esta es la
manera que tengo de verlo sin dañar a Bella. Hazte a la idea de verme cuando él
esté aquí.

Tras decir eso me marché a buscar a mi hijo al baño. No me iba a quedar


discutiendo con mi padre cosas sin sentido, pudiendo disfrutar de cada segundo que
me regalaba mi hijo.

Subí a la zona de las habitaciones. No sabía exactamente en cual de ellas se


encontraba. No me hizo falta buscar mucho, ya que las risas de mi hijo se
escuchaban por todo el pasillo. Venía de una de las antiguas habitaciones de
invitado.

Llamé a la puerta pero no respondió nadie, por lo que entré con cuidado.

La habitación era preciosa. Había una gran cama y justo al lado había una cunita.
Todo estaba adornado con ambiente infantil. Fui hasta el baño interior y allí estaba
mi hijo riendo y jugando con su abuela.

- Papiiiiiii- gritó Dani al verme, y eso me hizo olvidar los tensos momentos vividos.

- Hola cariño, ¿te estás bañando?- mi madre me miró con mirada de angustia-
mamá te importaría que yo…- Ella se retiró dejándome que yo siguiera con el baño
de mi hijo.

Estuvimos un rato jugando con sus juguetes en el agua, después le sequé y le puse
su pijamita.

Bueno… que me decís? Carlisle es demasiado duro ¿verdad? Supongo que


está intentando expulsar todo el veneno que ha acumulado durante 3 años.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

- 280 -
Capitulo 40

Buenas y temerosas noches de Halloween. ¿Qué tal esos preparativos para


la noche de las brujas? Yo el único terror que viviré esta noche será cuando
mis mellis lloren esta noche a las 3 de la madrugada para comer,
jajajajajajajajaj.

Disfrutad

CAPITULO 40

Le di la cena, que había preparado mi madre para él y me dispuse a llevarlo para


la camita.

- Edward…Bella, le cuenta un cuento todas las noches antes de dormir- mi madre


sabía que no me iba a ir, iba a arañar cada minuto y casa segundo que pudiera estar
con él- Antes de irte, por favor avísame, para ir a dormir con Daniel.

- No me voy a ir mamá- le avisé- Voy a quedarme toda la noche con mi hijo

- Pero…mañana tienes que trabajar, es viernes.

- Lo sé. Me iré con el tiempo justo de cambiarme en casa y volver al trabajo.


Mamá espero que no te moleste- ella negó sonriendo con tristeza.

- No hijo, te entiendo. Al menos…cenarás con nosotros ¿no?- no iba a exponerme a


mi padre de nuevo.

- No mamá, no voy a molestar, solo quiero estar con mi hijo. Si pudiera llevármelo
a mi casa…lo haría pero…no es justo para ti.

- Edward…no es molestia. Debes alimentarte

- Gracias mamá. Mañana desayunaré fuerte tranquila.

Tomé a Daniel en brazos y lo subí hasta su habitación. Él iba con su cabecita,


apoyada en mi hombro, tenía bastante sueño.

Me tumbé con él en la cama, y lo apegué a mi pecho y comencé a contarle un


cuento que siempre me contaba mi madre. Mi niño, tal y como me había contado mi

- 281 -
madre, cogió su sabanita y se la puso en la cara, al poco tiempo se quedó dormido.

-¿Cómo puedes ser tan perfecto?- susurré para evitar despertarlo- Eres un
angelito caído del cielo, ¿lo sabías? No sé que sería de mí si no estuvieras en este
mundo, no sé como he podido vivir tanto tiempo sin ti. Cuando conocí a tu mamá,
me mostró otro mundo diferente al que yo conocía. Me enseñó lo que era querer de
verdad con todo el corazón, me enseñó a superarme cada día, a no conformarme con
lo que me estaba tocando vivir y…por eso decidí dar el gran paso- necesitaba
explicarle aunque no me escuchara- Me fui para eliminar las barreras que me
limitaban en la vida, los obstáculos que me impedían hacer feliz a tu mamá al cien
por cien. No podía condenar a nadie a sufrir conmigo todo lo que sufrí, eso solo me
haría flaquear. Pero…me equivoqué. Por no hacerlos sufrir, los hice desdichados.
Los entiendo a todos, entiendo que tu mamá no me quiera volver a ver, nunca me
perdonaré no haber estado con ella durante su embarazo, o en el parto- suspiré-
Dios bien sabe, que ese es mi mayor castigo. Por otro lado siento…que he
decepcionado a tu abuelo. Sé que nunca me va a perdonar esto- sin poder evitarlo,
las lágrimas comenzaron a caer

CARLISLE

Todo esto me estaba superando. Bien sabe todo el mundo, lo que luché para
recuperar a mi hijo pero…había pasado tantas cosas y habíamos sufrido tanto, que
ahora no me veía capaz de perdonarlo.

Desde el accidente, habíamos peleado por sacar a Edward a delante, no dejar que
se hundiese y cuando aparece Bella en su vida, y todos volvemos a ser feliz…Edward
decide marcharse, sin importarle ninguno de nosotros, sin una explicación y dejando
a un hijo por el camino.

Vale que él no sabía nada del embarazo de Bella, pero…si hubiese hecho las cosas
de otra manera, habríamos tenido forma de avisarlo, de evitar todo el dolor que
habíamos sufrido.

Sé que él ha intentado varios acercamientos hacia mí pero…no me sentía


preparado. Igual que no puedes elegir de quién o cuando te enamoras, no puedes
elegir cuando perdonas. Hay que darle tiempo al tiempo para hacer que cicatricen
las heridas.

Cuando Esme me dijo que estaba permitiendo a Edward que viese a Daniel, no
estuve de acuerdo con ella. Nunca habíamos tenido diferencias, pero en este caso,
Esme se estaba dejando llevar por sus sentimientos de madre.

- 282 -
Sentía como si le estuviéramos fallando a Bella. Ella confiaba en nosotros.

Cuando Edward volvió al bufete para trabajar, me agobié. Nuestra conversación


me había dejado tocado. Sabía que mi hijo estaba sufriendo pero…no podía
ayudarlo, mi corazón no me dejaba.

Sabía que si trabajaba allí, nuestros roces serían mayores, y necesitaba tiempo.

Sé que no obré bien, le estaba fallando a mi hijo pero me lo debía, me debía


tiempo.

No quería que nadie viese diferencias entre nosotros, quería separar mi vida
privada de la laboral y con Edward allí iba a ser muy difícil.

Como bien supe, Edward no aceptó sus nuevas condiciones de trabajo y se


marchó. Sabía que no iba a tener dificultad para encontrar trabajo, era un abogado
magnifico.

Pasaron varios días. Cuando volví a casa, me llevé la sorpresa de que mi nieto aún
estaba allí. Mi sorpresa se vio oscurecida al ver que Edward también estaba allí. Se
había convertido en un pack indivisible, y eso me molestaba.

Tuvimos unas palabras pero lo último que me dijo Edward me dejó marcado.

- No, el que no se da cuenta aquí eres tú. Ese niño es mi hijo y ni tú ni nadie me va
a separar de él. Perdí todo mi derecho sobre Bella, lo acepto o incluso puedo aceptar
que me aborrezcas, pero…no me voy a olvidar de mi hijo, ¿entiendes? Esta es la
manera que tengo de verlo sin dañar a Bella. Hazte a la idea de verme cuando él
esté aquí

Al decir eso se marchó a buscar a Daniel.

Estaba siendo demasiado duro con él, ¿Qué me pasaba? ¿Estaba descargando toda
mi frustración en él?

Me fui a mi habitación para darme una ducha. Cuando bajé para cenar, Esme
estaba sentada en el salón, con el intercomunicador de Daniel en sus manos, con sus
ojos vidriosos.

Al verme me habló.

- Le está contando el cuento que yo le contaba de niño- por el intercomunicador se


- 283 -
escuchaba la voz de Edward.

- Por suerte no le ha dado por estar más años fuera y le da tiempo de contarle
cuentos- dije con sarcasmo.

- Carlisle, ¿Qué te está pasando? No te reconozco- no pude hacer más que


quedarme callado- ¿Es que no te das cuenta que es Edward? Estás actuando como si
fuera un extraño. Es tu hijo, por el amor de dios, deja de castigarlo así.

- Esme, yo…yo…estoy dolido. No puedo evitarlo, no puede aparecer como si no


hubiese pasado dos años.

- Cariño, Edward está pagando sus errores muy caro. Ha perdido a Bella y…ha
perdido casi dos años de la vida de su hijo. ¿Vamos a castigarlo ahora también
nosotros?

Tras eso escuchamos a Edward hablar a Daniel, y ambos nos quedamos callados al
escuchar su voz cargada de emoción.

-¿Cómo puedes ser tan perfecto?- le decía entre susurros- Eres un angelito caído
del cielo, ¿lo sabías? No sé que sería de mí si no estuvieras en este mundo, no sé
como he podido vivir tanto tiempo sin ti. Cuando conocí a tu mamá, me mostró otro
mundo diferente al que yo conocía. Me enseñó lo que era querer de verdad con todo
el corazón, me enseñó a superarme cada día, a no conformarme con lo que me
estaba tocando vivir y…por eso decidí dar el gran paso. Me fui para eliminar las
barreras que me limitaban en la vida, los obstáculos que me impedían hacer feliz a
tu mamá al cien por cien. No podía condenar a nadie a soportar conmigo todo lo que
sufrí, eso solo me haría flaquear. Pero…me equivoqué. Por no hacerlos sufrir, los
hice desdichados. Los entiendo a todos, entiendo que tu mamá no me quiera volver a
ver, nunca me perdonaré no haber estado con ella durante su embarazo, o en el
parto. Dios bien sabe, que ese es mi mayor castigo. Por otro lado siento…que he
decepcionado a tu abuelo. Se que nunca me va a perdonar esto- su voz se quebró y
supimos que estaba llorando.

Esme y yo nos miramos con lágrimas en los ojos y en ese momento lo entendí
todo. Mi hijo necesitaba mi apoyo.

- Carlisle…soluciona esto por favor. Deja que pase los días que esté fuera Bella, a
gusto con su hijo. Cuando Daniel está a su lado…Edward es otra persona- Yo solo
asentí, después de lo que había escuchado…no podía negarme.

BELLA
- 284 -
Cuando llegamos al aeropuerto de Seattle aproveché para llamar a Esme.
Necesitaba saber como estaba mi hijo, mientras Emmett fue a alquilar un coche.

Ella como siempre me tranquilizó mucho, y después pude escuchar la voz de mi


niño.

Cuando le pregunté con quién estaba y me dijo que con su abuela y su papá, por lo
que me asusté. Por un momento se me ocurrió la idea de que Edward podía estar
allí, pero… ¿Cómo sabía Dani que era su padre?

Cuando Esme se puso de nuevo al teléfono me aclaró que se trataba de Carlisle, el


que estaba allí y me tranquilicé. Mi pobre hijo estaba liado con el parentesco.

De camino a Forks, no pude parar de pensar en todo. Hacía mucho tiempo que no
volvía a casa. Había tenido que pasar esto para volver a reunirnos. Era muy triste.

Emmett iba muy nervioso, lo notaba en su forma de conducir, sabía que para él,
todo esto era muy difícil.

Cuando llegamos a Forks ya era noche cerrada. Dejamos a Rose en casa de sus
padres, y posteriormente Emmett y yo nos dirigimos al hospital que me había
indicado mi madre. Preguntamos en información y nos indicaron el número de la
habitación.

Antes de entrar a la habitación, Emmett y yo tragamos una gran bocanada de aire.

Cuando lo hicimos, vimos a mi madre sentada en un sillón, al lado de la cabecera


de mi padre, agarrada de su mano. Podíamos ver el sufrimiento en su cara.

Al vernos, corrió hasta nosotros llorando.

Nos contó la última visita del médico y…nada había mejorado. Mi padre estaba en
sus últimos días de vida. Su corazón se estaba apagando y no había nada posible por
hacer

Las horas pasaban lentas en aquel hospital. Estaba muerta de cansancio pero…en
ese sillón no podía dormir. Toda la noche, me limité a pensar en mi duendecillo.

Era…lo mejor que me había pasado en la vida, tan dulce, tan cariñoso. Cada día
que pasaba se parecía más a su padre, era inevitable. Tenía toda su perfección.

Pasaron dos días más, y habíamos decidido alternarnos las noches en el hospital.
- 285 -
Debíamos descansar ya que no sabíamos cuando iba a durar todo esto.

La mañana del domingo, mi padre abrió los ojos. Estaba muy débil pero al
menos…estaba consciente.

- ¿Bella? ¿Emmett?- se sorprendió al vernos, ambos nos acercamos a él.

- Hola papá- le saludé.

- Lo siento, siento mucho todo lo que ocurrió.

- Tranquilo, estamos aquí, eso es lo que importa- aportó Emmett

Apenas podría hablar, su sangre apenas llegaba hasta su cerebro, su corazón se


estaba rindiendo.

No pasó más de dos horas, cuando empezó a delirar. Nos llamaba a Emmett, a mi
madre y a mí. Incluso llamó a mi hijo. Las voces de mi padre, se grababan en mi
mente por lo que tuve que salir de allí. No podía soportarlo, no podía ver como mi
padre moría.

Una hora más tarde todo acabó, mi padre falleció, su corazón se paró.

Mi madre estaba rota de dolor, Emmett y yo no estábamos menos. Es verdad que


nos habíamos alejado, que apenas nos habíamos visto pero…era mi padre.

Sin poder evitarlo pensé en Edward. ¿Era justo para Daniel que lo separase de él?
No lo sabía pero…quería evitarle sufrimiento.

Tenía claro que yo no podía perdonarlo, pero…mi hijo necesitaba a su padre. Todo
era demasiado complicado para un niño tan pequeño.

Tuvimos que esperar 24 horas para oficiar el funeral. Por suerte, los amigos de mi
padre se encargaron de todo.

Emmett fue al aeropuerto para reservar los billetes de vuelta para el día siguiente.
Llevaba cerca de cuatro días sin ver a mi hijo, y necesitaba volver.

Le ofrecí a mi madre que se viniera con nosotros a Florida. Así conocería a Daniel
y no estaría sola pero…se negó.

Esto me demostró una vez más que mi padre, no había sido el único culpable de
- 286 -
nuestra distancia, ella había sido cómplice, y ahora… iba a ser la responsable.

Quería vivir en el recuerdo y yo no se lo iba a impedir. Aunque mi padre faltase,


nada cambiaría

Mi madre ahora, era una extraña para mí. Ahora tenía una nueva madre y esa era
Esme.

Ella y Carlisle me habían dado todo lo que mis padres me negaron al marcharme
de Forks

Finalmente, a primera hora del martes, tomamos nuestro avión para Florida.

EDWARD

Había pasado toda la noche con mi hijo en la cama. Antes de irme, lo coloqué en
su cunita para evitar que se cayera.

Le dejé una nota a mi madre en la cama, para avisarla que regresaría después del
trabajo.

Me marché rápidamente a mi apartamento. Tenía que darme una ducha y hacer


una pequeña maleta para pasar el fin de semana con mi hijo.

Las horas en el trabajo pasaron demasiado lentas. Tenía varios casos delicados de
tratar pero…no podía concentrarme. Ese pequeño diablillo, ocupaba el cien por cien
de mi mente.

Por fin llegó la hora, y me paré en la cafetería para comprar un bocadillo para
comerlo de camino a casa de mis padres. No tenía tiempo que perder.

Cuando llegué eran las 15:40. Mi madre estaba sentada en el salón leyendo un
libro y mi hijo estaba tumbado en el sofá, durmiendo su siesta.

Aproveché para subir a la que era su habitación para dejar mis cosas y
cambiarme. Aún llevaba mi traje de trabajo.

Pasé toda la tarde con mi hijo jugando. Cada vez que me llamaba papá, no podía
evitar que mi corazón se contrajese de emoción.

- 287 -
Tras varias horas de juego procedí a bañarlo, a darle de cenar y a irme a la cama
con él.

El sábado por la mañana, Daniel se despertó bastante temprano, por lo que lo


vestí y lo bajé para darle el desayuno.

Mi madre aún estaba en la cama y no quería molestarla.

- Dios! Dani…. ¿Tú que desayunas?- me asusté y mi hijo empezó a reírse- ¿Te vas a
reír de tu padre?- lo cogí en brazos para hacerle cosquillas.

- Buenos días- dijo mi padre al entrar en la cocina- Hola Dani, ¿le das un besito al
abuelo?- se acercó a nosotros ya que Dani estaba en mis brazos.

- Papá, el "elo"- cuando mi hijo me llamó papá, mi padre se quedó asombrado.

- Bueno… ¿habéis desayunado?- esa pregunta de mi padre me dejó sorprendido.

- Est…estaba en ello. No se que desayuna MI HIJO- recalqué mi hijo

- Biberón de cereales- se acercó hasta la encimera y me ofreció el biberón- 210 cl


leche, cuando esté caliente, sin llegar a hervir, se le añaden 7 cacitos de cereales en
polvo- me señaló la lata- y después se agita bien para evitar los grumos.

- Wow, veo que…estás informado- no pude evitar sorprenderme.

- Tu madre me obligó a ello por si algún día ella no podía hacerlo ella.

- Genial…- miré para todos lados buscando algo para calentar la leche. Tenía a
Dani en brazos y todo era mucho más difícil.

- ¿Quieres que coja a Dani para que te sea más fácil?- ¿qué le pasaba a mi padre?
¿Desde cuando le había vuelto a preocupar? Finalmente acepté.

Preparé el biberón de Dani, dos veces. La primera cuando tenía listo todo y fui a
agitarlo, no me di cuenta que no estaba bien cerrado y todo el contenido voló,
literalmente. Mi padre y mi hijo se burlaron de mí, riéndose a carcajadas por lo que
había organizado con un simple biberón.

Procedí la segunda vez a repetir la acción pero esta vez, me aseguré que estaba
bien cerrado.

- 288 -
Mientras yo le daba el biberón a Dani, mi padre preparó nuestro desayuno. No
podía negar que me emocionaba la situación, pero…no me quería ilusionar. Quizás
mi padre hacía eso porque mi madre se lo había pedido.

Cuando fui a recoger los platos, mi padre volvió a hablarme.

- Me han regalado dos entradas para ver a los Panthers, para esta tarde…
¿quieres venir con Daniel y conmigo a verlos?- Tenía que decir que eso me había
dejado fuera de juego. Los Panthers eran mi equipo favorito de baloncesto y había
mucho que no iba con mi padre.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

- 289 -
Capitulo 41

¿Qué tal se portaron las brujas y las calabazas? Espero que sin muchos
sustos

Os dejo el siguiente capi. Tomen asiento y… relajaos, lo necesitareis

Disfrutad

CAPITULO 41

- ¿A ver los Panthers?- una emoción se apoderó de mí- ¿Y quieres que yo vaya?- lo
miré con precaución.

- Si, eso he dicho- mi padre escondía una pequeña sonrisa

Llegó la hora de ir al partido. Estaba muy emocionado, era la primera vez que iba
con mi padre y mi hijo al baloncesto. Era muy pequeño para entender pero al
menos…vería el ambiente.

Tuvimos que coger el coche de Bella, ya que llevaba la sillita de Dani.

Cuando entré en él, no pude evitar estremecerme. Tenía su olor, tenía su esencia.

Yo conduje y mi padre se sentó en el asiento trasero con mi hijo para evitar que
fuera solo.

Lo pasamos genial en el partido. Le compramos a Daniel una bufanda y una


camiseta de nuestro equipo. Mi hijo aplaudía cada vez que mi padre y yo lo
hacíamos, era perfecto.

Al salir del partido, compramos las típicas hamburguesas que vendían en las
canchas de baloncesto y a mi hijo le sacamos su sándwich que habíamos traído de
casa. Él era demasiado pequeño para comer esas cosas.

De camino a casa, Daniel se quedó dormido. Esta vez yo me senté en el asiento


trasero con él, mientras mi padre conducía de vuelta.

- Papá…quería darte las gracias por….- debía agradecérselo. Necesitaba pasar un


día como el que había pasado.

- 290 -
- No me las des. Yo…bueno…creo que… fui demasiado duro contigo.

- Me gustaría… olvidar todo esto. Necesito olvidar la pesadilla de estos dos años.

Cuando llegamos a casa, subí con Daniel a nuestra habitación y lo acosté en la


cama. Me di una ducha rápida y me metí en la cama con él. Era temprano pero…no
quería separarme de su lado.

Al día siguiente, Daniel volvió a despertarse pronto. Esta vez…le preparé el


desayuno sin ayudas.

Mi madre, había organizado una comida familiar con Alice, Jasper y Clhoé. Estaba
muy emocionado, por primera vez después de mucho tiempo, íbamos a volver a
reunirnos, aunque…faltaba una persona muy importante para mí, Bella.

Mi hijo y Clhoé, se pasaron toda la mañana jugando. Era increíble escucharlos reír
y ver lo bien que se entendían.

A media mañana el teléfono de mi madre sonó, volvía a ser Bella.

- Hola cariño ¿Cómo va todo?- todos estábamos pendiente de la conversación- Lo


siento mucho Bella, ¿Cómo estás?- volvió a esperar- ¿Cuándo regresáis?- esperó su
respuestas- Está bien hija, si necesitas algo llámame

Cuando colgó, todos nos quedamos a la espera de que mi madre contase algo,
finalmente lo hizo.

- Ha fallecido el padre de Bella- sin poder evitarlo me contraje.

- ¿Cómo está ella?- fue lo primero que pensé. Hubiese dado media vida por estar a
su lado en estos momentos. Quería abrazarla y consolarla.

- Imagínate. Es triste y como es normal está afectada. Han preparado todo para
que mañana sea el funeral, Emmett ha comprado los billetes de avión para regresar
el martes.

- El martes- solo me quedaba un día y medio para disfrutar a mi hijo al cien por
cien sin restricciones.

- Lo siento Edward- mi madre sabía el por qué de mi tristeza.

Los días hasta el martes volaron.


- 291 -
Al levantarme para ir a trabajar supe que me tenía que despedir de mi hijo. Bella
regresaba hoy y…no podía arriesgarme a que me viese en casa.

- Te voy a echar de menos- le dije mientras lo besaba- piensa en mi.

BELLA

Por fin estábamos de vuelta en Florida. Tanto Emmett, como Rosalie, como yo,
suspiramos aliviados de volver a la normalidad.

Emmett me llevó directamente a casa de Esme para recoger a mi hijo. Estábamos


locos por verlo.

Cuando llegamos, corrí hasta la puerta principal y allí estaba él. Era increíble
como en tan solo cuatro días, había cambiado.

- Ay mi niñoooo- corrí a cogerlo en mis brazos- hola cariño, no me habrás olvidado


¿no?- no se por qué tenía esa preocupación.

- Mamiiii- me abrazó.

- Que guapo estás, que bien te han cuidado ¿verdad?

- Papá- cuando dijo eso, me volví para ver si había entrado ya Emmett y Rosalie a
la casa y por eso Dani lo había llamado.

- Papá no Dani, es el abuelo- sonrió Esme nerviosa- Ahora llama a Carlisle papá.

- No me extraña- sonreí

Pasé todo el día con mi hijo, jugando con él y dándole millones de besos. Se llevó
todo el día llamando a "papá" y no sabía que hacer. No era normal que mi hijo
echase tanto de menos a Carlisle. Podía entender que había pasado varios días con
él y que habían jugado juntos pero…era bastante extraño.

Lo que restó de semana, no trabajé ningún día por la tarde para estar con Dani.

El viernes, vino Rose a casa bastante preocupada.

- Bella…hay algo que…debes saber- eso no pintaba bien por la expresión de su


cara.

- 292 -
- Rose… ¿qué pasa?

- Es Edward- sin poder evitarlo me contraje. ¿Le había pasado algo?- Bueno…él
está de voluntario en la fundación de ayuda a minusválidos "mUeVeTe"

- Esa es la organización que viene a realizar la rehabilitación a la clínica ¿no?- eso


no me gustaba nada.

- Si. Hoy ha venido por primera vez. Él no sabía nada de que hacían ahí la
rehabilitación, estaba muy sorprendido.

- Si claro Rose, ¿Cómo le crees? Genial, ahora solo me queda tener que verlo allí-
bufé

- Bella… ¿Puedo preguntarte algo?- asentí, aunque sabía por donde iban los tiros-
¿Qué sientes por él?

- Nada- solté rápidamente

- Bella…a mi no me engañas, estás nerviosa.

- No Rose, por favor, es solo que me ha descolocado lo que me has contado- no era
eso, mi corazón aún latía para él y…el tenerlo tan cerca me ponía nerviosa.

- Vale, si tú lo dices…haré como la que te creo- me sonrió

El sábado por la mañana, fuimos a casa de Carlisle y Esme para almorzar con
ellos. No veían a Daniel desde el martes

Cuando entramos en la casa, Daniel comenzó de nuevo a llamar "papá" mirando a


todos lados.

- Papaaaaaaaaaaaaaaá, papaaaaaaaaaaaaaá- ahora si que no entendía nada,


Carlisle estaba con nosotros y no lo había llamado papá. ¿A quién buscaba?

Al almuerzo, se unieron Alice, Jasper y Clhoé, y me dio mucha alegría. Con todo lo
que había ocurrido las últimas semanas, apenas los había visto.

El lunes, volví al trabajo como un día cualquiera. Había abandonado a mis


pacientes y…debía retomarlos. En la mañana, hacía alguna visita que otra
programada y por las tardes de 16:30 a 18.00, daba la rehabilitación a grupos
reducidos. Algunos días eran en la piscina y otro en el gimnasio.
- 293 -
Hoy tocaba en la piscina, y lo peor de todo, Edward venía con ellos.

- Hola Bella- me saludó Izan, responsable de la organización- Me alegro que estés


de vuelta.- yo miraba de un lado para otro para ver si veía a Edward.

- Gracias, yo me alegro de volver a la normalidad- le sonreí y en ese momento


apareció él. Iba con un chico un poco más joven que él, empujando su silla.

- Mira aprovecho para presentarte a….- Izan le hizo gestos a Edward para que se
acercara. Debía controlarme, no podía afectar a mi trabajo.

- Lo conozco- le sonreí a Izan.

- Pues entonces genial, así todo queda en familia- la broma era acertada pero para
mi molesta.

- Hola Bella- me saludó Edward con esa sonrisa tan sexy, yo simplemente le hice
un gesto con la cabeza y me marché para empezar con los ejercicios de
rehabilitación. No entendía que me pasaba y por qué me temblaban las piernas
cuando lo veía.

EDWARD

Necesitaba ocupar mi tiempo. Tenía demasiado libre y eso me hacía angustiarme.

Había llenado toda mi casa de fotos que le había hecho a Dani en el fin de semana
y me pasaba las horas mirándolas. Si seguía así, acabaría volviéndome loco.

Durante mi recuperación en la clínica, me prometí a mi mismo, que si todo salía


bien, iba a apuntarme en una asociación para discapacitados, para ayudarlos a
superar esa maldita lacra.

Busqué varias por Internet, y finalmente me decidí por "mUeVeTe". Era una
asociación que estaba formada de miembros con minusvalías físicas, sobre todo
parálisis de algún miembro de su cuerpo.

Rellené un formulario y me aceptaron al instante, dado a mi experiencia y mi


recuperación.

Por supuesto, escogí el horario de tarde para colaborar, ya que mi trabajo era por
la mañana. Podía escoger los días que iba a asistir y escogí todos menos los jueves
por la tarde, que era el día que veía a mi hijo
- 294 -
Cuando me dijeron donde se realizaba la rehabilitación no pude creérmelo. Era la
clínica de Bella. Si lo hubiese hecho queriendo, no habría salido, de eso estaba
seguro.

El viernes era mi primer día de colaboración y la verdad que estaba bastante


nervioso. El hecho de volver a verla…me emocionaba.

Cuando llegamos a la clínica, Rosalie se quedó sorprendida.

- Edward… ¿Qué haces aquí?

- Soy voluntario en "mUeVeTe", hoy es mi primer día. Yo…no sabía nada de esto-
le aclaré.

Según me explicó Izan, Bella no había dado la rehabilitación en toda la semana


por asuntos personales. Supuse que había querido estar con nuestro hijo, después
de su viaje.

- Es una chica increíble, seguro que te caerá bien- me dijo Izan. Él no sabía hasta
que punto era increíble, tanto como para estar locamente enamorado de ella.-
Además es…buff guapísima, tiene un cuerpo…- tuve que cortarlo.

- Está bien Izan, no hace falta más detalles- estaba celoso y no podía evitarlo

Al parecer la rehabilitación la daban ella y un chico. El chico comentaba los


ejercicios para hacer desde fuera de la piscina, y ella estaba con los pacientes en el
interior, ayudándolos a realizarlos.

Me moría de ganas que llegase el lunes, me moría por verla.

Mi madre me dijo que el sábado iban a comer todos a casa pero…yo no podía ir.
Bella iba a estar presente. Me moría por presentarme allí, pero…destaparía la caja
de Pandora, teniendo en cuenta que mi hijo correría hasta mí y me llamaría papá.

Por fin llegó el lunes. Después del trabajo, corrí a mi apartamento para comer algo
y cambiarme de ropa. ¿Vería hoy a Bella?

Me dirigí hacia la asociación y ayudé a los voluntarios a acomodar a todos en el


autobús especial para discapacitados.

Cuando llegamos a la clínica, noté como me faltaba el aire, mi corazón se


aceleraba y todo era por ella.
- 295 -
Ayudé a todos a bajar y cuando entramos vi a Bella hablando con Izan, y este
llamándome para que me acercara hasta ellos.

- Mira aprovecho para presentarte a….- Bella no le dejó acabar

- Lo conozco- le sonrió a Izan sin siquiera mirarme, seguía siendo fría conmigo.

- Pues entonces genial, así todo queda en familia- él no sabía lo en familia que
quedaba.

- Hola Bella- le saludé. Ella solo hizo un gesto con su cabeza y se marchó.

Sabía que le incomodaba la situación, la conocía demasiado bien, y estaba


nerviosa.

Se acercó al chico, que en su día cogió a mi hijo en sus brazos y comenzaron a


bromear. Él la abrazaba y…un fuego se encendía en mi interior. ¿De que iba el tipo
ese?

Nos metimos en el agua los voluntarios para ayudar al resto. Al momento apareció
Bella en bikini (está en mi perfil) y no pude más que jadear. Comencé a recordar los
encuentros en el jacuzzi y en la piscina, y mi sangre huía de mi cuerpo para
refugiarse en solo un lugar de este, mi pequeño Eddie. Por suerte, estaba en el
agua, la cual tapaba a mi pequeño amigo, el cual… de pequeño ya tenía poco.

- Tranquilo- me dijo Paúl, el chico del cual estaba encargado- a mí también me


pasó lo mismo la primera vez que la vi- él me lo dijo para consolarme pero…hacía
justo lo contrario.

Empezó la rehabilitación y Bella fue paciente por paciente ayudándolos. Cuando


llegó hasta nosotros me ignoró completamente, ayudando y riendo con Paúl, el cual,
dificultaba sus movimientos adrede para que Bella se quedase más tiempo a su lado.

Si hubiese podido, lo habría ahogado.

Así llegamos hasta el viernes. El día anterior había estado con mi hijo unas horas y
volvía a tener fuerza suficiente para seguir mi lucha.

Ese viernes volvimos a la clínica para la rehabilitación.

Bella seguía actuando como siempre, ignorándome. No había el menor cambio en


ella hacia mí.
- 296 -
Intenté varios acercamientos pero…fueron inútiles.

Cuando salimos del agua, pude escuchar las risas de un niño. Esa risa, la podría
identificar entre millones pues era la de mi hijo.

Me volví ilusionado y lo vi que estaba besando a Bella, alguien lo había traído


hasta la clínica.

Quise correr hasta él pero me contuve. Justo cuando terminé de recoger las cosas
de Paúl y nos íbamos a ir, escuché a mi hijo llamarme. Me había visto y venía
corriendo hasta mí. En ese momento no pensé en nada y sonreí.

- Papaaaaa, papaaaaaaaá- gritaba corriendo hacia mí, Bella se tuvo que agarrar a
una chica que estaba a su lado para evitar caer de la impresión.

Solté las cosas que llevaba cargada para cogerlo en mis brazos cuando mi hijo se
desplomó en el suelo. Me quedé petrificado pero al momento salí a correr hacia él.

- Daniel, Daniel- le grité mientras corría hasta él. Cuando llegué lo cogí en brazos
llamándolo. Bella al momento estuvo a mi lado.

- Dani, Dani- lloraba- ¿Qué le has hecho?- me gritó

- Bella…no le toqué, se cayó antes- sollocé- Vámonos, tenemos que llevarlo al


hospital- con mi hijo en brazos salí corriendo con Bella a mi lado- No traigo coche,
he venido con ellos.

- Tranquilo yo os llevo- apareció el tipo que ayudaba a Bella en la rehabilitación.

Nos sentamos en el asiento trasero del coche. Bella aún iba en bañador.

Intentamos estimular a mi hijo para que despertara pero no lo hacía, estaba muy
pálido. No sabía que hacer. Bella lloraba a mi lado.

Cuando llegamos al hospital, Andrea comenzó a tocar el claxon del coche para
alertar de la emergencia. Me bajé rápidamente del coche y corrí como pude con mi
hijo, mientras el personal sanitario salía con una camilla.

Corrimos al lado de la camilla, pero finalmente nos detuvieron. Ya no podíamos


acompañarlo más.

Por primera vez, Bella se abrazó a mí llorando y yo hice lo mismo con ella.
- 297 -
BELLA

Cuando me dirigía a los vestuarios para cambiarme, vi que Leah tenía a mi hijo.

- Bella, tu hermano ha recogido a Daniel pero…lo han llamado de una urgencia y


se ha tenido que marchar- No me gustaba nada que mi hijo estuviera allí, cuando
Edward también estaba.

Le di millones de besos antes de llevármelo de allí y cuando fui a hacerlo, mi hijo


se volteó y miró a Edward con una sonrisa.

- Papaaaaa, papaaaaaaaá- cuando vi a mi hijo correr hacia él y llamarlo papá, me


tuve que agarrar a Leah de la impresión. ¿Qué significaba eso? ¿Cómo sabía mi hijo
que Edward era su padre?

No me dio tiempo de sobreponerme cuando vi caer a mi hijo al suelo, como si


fuera una pluma. Su cuerpecito se desplomó en el acto, perdiendo toda su fuerza.

No podía reaccionar, el miedo me paralizó, hasta que escuché a Edward gritar


llamándolo.

- Daniel, Daniel- en ese momento salí a correr hasta ellos.

- Dani, Dani- mi llanto apenas me dejaba hablar- ¿Qué le has hecho?- le grité

- Bella…no le toqué, se cayó antes- sollozó- Vámonos, tenemos que llevarlo al


hospital-con mi hijo en sus brazos comenzó a correr- No traigo coche, he venido con
ellos.

- Tranquilo yo os llevo- nos dijo Andrea.

Estaba en shock, no sabía que hacer. Me limitaba a seguir los movimientos de


Edward. Mi niño estaba inconsciente, si le pasaba algo…yo no viviría para verlo.

Edward y yo íbamos en el asiento trasero con Daniel. En ningún momento intenté


coger a mi hijo en mis bazos pues…sabía que no me respondían.

Edward comenzó a estimularlo, quitándole un zapato para hacerle cosquillas en la


planta del pie pero…nada, no reaccionaba.

Mi llanto cada vez era mayor, al saber que eso no era buena señal.

- 298 -
Cuando nos acercábamos al hospital, Andrea comenzó a tocar el claxon para
alertar a los servicios de sanitarios. Edward salió casi de un salto con Dani en sus
brazos y comenzó a correr como podía, depositándolo en una camilla.

Ninguno de los dos nos separábamos de mi hijo pero finalmente nos denegaron el
paso.

Un dolor inmenso, se formó en mi corazón. Sin poder evitarlo Edward y yo nos


fundimos en un abrazo llorando.

Uffffffff sé que soy mala… ayssss pero es la historia. Huevos, tomates o


misiles?

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

- 299 -
Capitulo 42

Que tal el día? Espero que hayais disfrutado de las fiestas.

Nota: mañana en la mañana no estaré en casa asi que no puedo actualizar


hasta la noche.

Disfrutad

CAPITULO 42

- Bella, Bella- vino Andrea hasta nosotros y me solté de Edward para abrazarlo a
él- tranquila, Daniel estará bien, es un niño sano- mientras se quitaba su camiseta
me decía- toma, vas en bañador, cúbrete.

- Mi niño, mi niño- solo podía decir eso.

- Tranquila, verás como todo se soluciona- tras unos segundos Andrea prosiguió-
¿necesitas algo?

- Si, necesito que vayas a la clínica por mis cosas. Allí tengo la tarjeta sanitaria de
Daniel. Trae mi bolso.

- ¿Estarás bien?- preguntó mirando a Edward que estaba en shock. Yo solo asentí.

Al momento salió un celador y se dirigió a nosotros.

- Sois los padres del niño….

- Si- ambos respondimos

- Deben pasar a recepción para rellenar los datos del ingreso. Deben rellenar los
datos del niño, alergias, enfermedades, etc.

- Pero… ¿se sabe algo?- Edward fue más valiente que yo, yo no podía casi ni
preguntar.

- Están estudiándolo, tranquilos- Al decir eso se marchó.

- Bella…vamos al mostrador, te ayudaré a rellenar el ingreso- Edward me agarró

- 300 -
de la cintura y me condujo hasta allí. Podía notar su mano temblorosa en mi cintura.

Edward rellenó el ingreso, casi sin preguntarme. Al parecer conocía a mi hijo


mejor de lo que yo pensaba.

Sacó su teléfono y llamó a Carlisle y Esme. Apenas les dijo nada solo que vinieran
al hospital.

- Por qué mi hijo te conocía- afirmé más que pregunté

- He estado viéndolo- sin poder evitar cerré los ojos con fuerza.

Ahora entendía por qué mi hijo lo llamaba a todas horas, incluso en sueños. No
quise preguntar quién habían sido sus cómplices pues lo sabía. Esme había
sucumbido a su hijo y no la culpaba. Para ella debía ser demasiado difícil prohibir a
Edward ver a mi hijo, aún así, me sentía mal.

- Bella…por favor no te enfades con mi madre. Ella nunca ha querido pero…

- No puedo enfadarme con ella, le debo demasiado- susurré y era la verdad.

EDWARD

Tarde o temprano se sabría que veía a mi hijo pero…nunca pensé que fuera así.

Cuando rellené el formulario de ingreso con el nombre de Daniel Swan, me


estremecí. Era Daniel Cullen, pero…no era momento.

A los diez minutos llegaron mis padres, asustados, y minutos después lo hicieron
Emmett y Rosalie

Era desesperante la espera, llevaban mucho tiempo con mi hijo ahí dentro.
Cuando menos lo esperamos un doctor salió llamándonos.

- ¿Los padres de Daniel Swan?- Bella y yo corrimos hasta él

- Somos nosotros- le dije- ¿como está nuestro hijo?- el doctor no tenía muy buena
cara

- Está consciente- suspiró- Su hijo tiene…- Bella no soportó más

- Dígame que tiene- sollozó


- 301 -
- Su hijo tiene leucemia- al decir eso Bella se agarró a mi llorando y toda la familia
corrió a nosotros

- No, no puede ser, él estaba sano, ayer estuve con él- le dije incrédulo

- Es muy pequeño y en esa edad…la enfermedad se presenta así- explicó- es…


fugaz

- Y que se puede hacer, dígame que hay que hacer para que mi hijo se recupere- le
dije medio sollozando, estaba intentando aguantar la presión pero…no podía. La
familia nos abrazaba tanto a Bella como a mí.

- No queda más remedio que hacer un transplante de médula ósea. Debemos


buscar un donante.

- Yo soy su donante- dijo Bella- coja de mi lo que necesite pero salve a mi hijo-
Bella tenía sujeto al médico por la solapa con angustia.

- Señora, hay que hacer un estudio de compatibilidades, no todo el mundo es apto-


Bella le soltó- ¿Daniel tiene hermanos?- Bella y yo nos miramos asustados.

- No- respondí

- El mejor donante es un hermano pero…bueno…podemos empezar a hacer el


estudio a vosotros que sois los padres. En el caso que no seáis aptos ninguno
procederemos a la familia, como último caso, tendremos que buscar a un donante
anónimo.

- Cuente con ello- respondió mi padre

El doctor nos llevó a Bella y a mí, a un área de estudio del hospital. Bella seguía
abrazada a mi y yo a ella. Nos sacaron una muestra de sangre, después nos guiaron
de nuevo a la sala de espera.

A la media hora salió el doctor de nuevo con los resultados.

- Lo siento Isabella, no eres compatible con tu hijo- Bella escondió su cara en mi


pecho, ahogando un llanto aterrador- Pero tú Edward…lo eres, eres apto.

- ¿A donde tengo que ir?- le dije

- Solo hay un problema. Según lo que ha rellenado en su historial, estás operado


- 302 -
de las vértebras lumbares que es de donde se extrae la médula ósea, y…no podemos
tocarle ahí, podríamos provocarle daños irreversibles.- eso era lo que menos me
importaba ahora.

- No me importa, haga lo que tenga que hacer. Si hace falta, quíteme la prótesis.

- No hará falta. Podemos extraerle médula ósea de la región cervical. Es más


delicada pero…más efectiva. Otra opción es extraerla de la caja torácica

- De dónde sea, no me importa.

- Está bien. Debemos explicarle el procedimiento antes de empezar y hacerle


algunas pruebas a usted. Es una operación por tanto requerirá internamiento,
teniendo en cuenta que vamos a realizar la extracción de un lugar menos
corriente…el internamiento será de más días.- Asentí. Eso no me importaba, solo
quería que mi hijo se recuperara.

El doctor nos explicó todo lo que correspondía a mí. Como me extraerían la


médula ósea para transfundírsela a mi hijo.

Por suerte la leucemia de mi hijo era curable casi en el 70 % de los casos. Solo
debíamos esperar que no hubiese rechazo.

Según nos comentó el doctor, dos días antes de hacerle el transplante, debían
darle una sesión de quimioterapia, que lo debilitaría al máximo. Eso eliminaría todas
células sanguíneas inmaduras o células leucémicas, para que el organismo estuviera
preparado para recibir el transplante y evitar un rechazo.

Nos indicó que era posible que mi hijo necesitase una pequeña transfusión
sanguínea, por lo que me ofrecí voluntario de nuevo, ya que teníamos el mismo
grupo sanguíneo.

- ¿Puedo ver a mi hijo?- dijo Bella abatida.

- Su hijo está en aislamiento. Está muy débil y hay que evitar algún contagio-
explicó

- Pero…no voy a dejar a mi hijo solo. Dígame que tengo que hacer y lo haré
pero…tengo que estar con él.

- Está bien, su hijo es muy pequeño. Deberá ponerse ropa esterilizada y usar
mascarilla.
- 303 -
- Lo que sea- respondió

Bella fue a cambiarse de ropa, para ir junto a Daniel.

Yo por otro lado, me fui hasta la sala de extracción de sangre, para ir acumulando
para mi hijo. Mi padre me acompañó, mi madre se quedó con Emmett y Rosalie,
para esperar a Alice.

- Edward… ¿Cómo estás?- me preguntó.

- Destrozado. Esto es una pesadilla- sollocé.

- Edward…tienes que ser fuerte. Tanto Bella como Dani te necesitan.

- Lo sé papá pero…esto supera a todo lo que he sufrido. Me siento impotente, es


mi hijo. Quiero que esté bien, y si pudiera…me cambiaría por él.

- Todos nos cambiaríamos por él. Tú estas haciendo todo lo que puedes, así que
tranquilo. Daniel se va a recuperar.

Me sacaron dos bolsas de sangre. Salí con mi padre para tomar algo para evitar
marearme. Mi hermana ya estaba allí.

- Edward… ¿Cómo estás?- me abrazó Alice.

- Prefiero no contestar Alice, voy a ir a tomar algo, estoy algo mareado- no podía
explicar ese sentimiento. Era desgarrador.

Me tomé un zumo de naranja natural con bastante azúcar pero no comí nada. Era
imposible intentar que ningún alimento pasase por el nudo de mi garganta.

Necesitaba ver a mi hijo, aunque fuese en la distancia, por lo que detuve a una
enfermera y le expliqué el caso. Ella me solicitó que esperara para informarse. Al
momento volvió

- Señor Cullen, acompáñeme.

La seguí por unos pasillos, y finalmente llegamos a una puerta.

- Póngase esta bata de papel y esta mascarilla- me las dio y me la puse al


momento- Recuerde, nada de quitársela. Los médicos han permitido su estancia aquí
debido a que usted será el donante.
- 304 -
Después me ofreció entrar. Cuando lo hice, vi a mi hijo tumbado en la cama con
Bella a su lado, con su cabeza apoyada en la almohada.

- Hola- susurré- ¿Cómo está?- me acerqué lentamente hacia ellos.

- Bien, dentro de lo que cabe. Hace un rato, hablé con él. Se acaba de quedar
dormido- Bella estaba destrozada. Sus ojos estaban hinchados de llorar.

Me senté a su lado y la abracé.

Necesitaba mostrarle que estaba a su lado, que lucharíamos juntos por nuestro
hijo y que no la volvería abandonar.

- Gracias.- me decía con sus ojos llenos de lágrimas- gracias por hacer todo esto.

- Bella…es mi hijo. No me des las gracias por cuidar de él. Lo amo más que a mi
vida- a ti también te amo más que a mi vida, esto último lo dije para mí, no era el
momento

No dijimos más, no hacía falta más palabras para explicar como nos sentíamos.

A media noche, nuestro hijo se despertó llamando a su madre y… ¿a mi? Si,


también me llamaba a mí.

- Hola campeón- al verme sonrió- que suerte tienes eh? Esta mami y papi contigo-
le dije besándole la cabecita por encima de la mascarilla- Te vas a poner bien y
vamos a jugar con los aviones ¿Quieres?

BELLA

Cuando entré en la habitación de mi hijo, y lo vi allí, tumbadito en esa


cama…quise morirme. ¿Qué más me tenía que ocurrir en la vida? Por supuesto esto
era lo peor.

Me senté a su ladito y comencé a besarlo. Le repetía una y otra vez que mami
estaría con él y que no me alejaría.

Tras un rato grande, Edward llegó a la habitación. Se veía bastante pálido y


supuse que había sido a causa de la sangre que le habían extraído.

Edward…se estaba comportando como un autentico padre. Se había ofrecido igual


que yo a dar todo lo máximo de él para que Daniel se recuperase y…nunca tendría
- 305 -
suficiente vida para pagarle eso.

Sin decir más, se sentó a mi lado y me abrazó

- Gracias.- intentaba aguantar mis lágrimas pero no podía- gracias por hacer todo
esto.

- Bella…es mi hijo. No me des las gracias por cuidar de él. Lo amo más que a mi
vida- él no era consciente de lo que significaba para mi eso. Para mí era horrible no
ser compatible con mi hijo, no poder donarle hasta mi última gota de sangre, por
suerte…Edward estaba allí

Estábamos medio adormilados, cuando Daniel comenzó a llamarnos a los dos. Por
primera vez no me molestó que llamara a su padre. Él se merecía tanto como yo
estar aquí. Edward se acercó a él y comenzó a hablarle.

- Hola campeón- Daniel le sonrió al reconocerlo, era muy tierno- que suerte tienes
eh? Está mami y papi contigo- lo besó con la mascarilla- Te vas a poner bien y vamos
a jugar con los aviones ¿Quieres?

Daniel comenzó a hacer el avión con su mano lentamente, y Edward le ayudó con
la suya. Ambos comenzaron a jugar juntos y no pude evitar emocionarme.

Nunca los había visto juntos, y al parecer…habían congeniado a la perfección.

Si hubiese sabido de su relación a escondida hacía unos días, me habría molestado


pero hoy día…sabía que era lo mejor que había podido pasar. Sabía que con el
tiempo, habría permitido a Edward ver a nuestro hijo pero…estaba demasiado dolida
con él, y hubiese necesitado bastante más tiempo.

Mi hijo no tenía que pagar por los errores que cometieran sus padres, y tenía
derecho a tener a sus padres junto a él.

Una vez más, Esme había hecho lo más acertado.

A la mañana siguiente, vino el médico para hablar con nosotros. Era el día
indicado para empezar con la quimioterapia, ya que, aunque Daniel estaba
controlado…estaba débil y no podíamos esperar mucho.

Tuvimos que firmar muchos documentos, dando nuestro consentimiento para


tratar a Daniel. Después se lo llevaron a otro lugar. Edward y yo nos quedamos en la
habitación para esperar.
- 306 -
- Todo va a salir bien, tranquila- me decía Edward abrazándome. Quería creerlo
pero… estaba muy nerviosa- Bella…no estás sola, nunca más estarás sola con
Daniel, yo estoy aquí.

Tras más de cuatro horas, trajeron a Daniel de nuevo. Venía con suero inyectado y
muy pálido. Nos explicaron todos los efectos secundarios de la quimioterapia, como
vómitos, etc.

Apenas comimos ese día. Ni Edward ni yo, queríamos separarnos de Daniel.

El día fue horrible. Daniel lo pasó vomitando o dormido y eso me preocupaba.


Apenas había actividad en ese pequeño cuerpo, que días anteriores había sido un
torbellino.

Cuando llegó la tarde, el doctor que asistía a mi hijo vino a comentarnos los
siguientes pasos.

- Bueno…Daniel, no ha respondido demasiado mal a la quimioterapia. Su debilidad


es normal, es demasiado pequeño para un tratamiento tan agresivo. El día de
mañana, procederemos a repetirle los estudios Edward, y pasado mañana será la
intervención para extraerle médula ósea. He estado estudiando su caso con otros
compañeros y la extracción se realizará en la zona cervical- señaló la zona exacta en
la espalda de Edward- si encontrásemos alguna dificultad lo intentaríamos de la caja
torácica. Tendremos que administrarle anestesia general, dado a que no sabemos
exactamente la zona en la que trabajaremos. Mañana quedará ingresado para
prepararlo para la operación.

- ¿Habría posibilidad que el ingreso fuera en la misma habitación que mi hijo? No


quiero separarme de él.

- No habrá ningún problema dado a que este edificio es el área pediátrica y no hay
habitaciones para adultos. Además así podrá cuidarlo su mujer- su mujer, me repetí
interiormente. Un nerviosismo se apoderó de mí y Edward fue consciente de ello,
aunque ninguno de los dos desmintió el parentesco.- le recomiendo que se vaya a
descansar esta noche a su casa- le dijo a Edward- y que mañana, sea su mujer la que
se vaya. Pueden venir días difíciles y deben estar fuertes. Mañana les comentaré
más.

Dicho eso el doctor se fue. Ambos nos miramos sin saber que decir. Tras unos
minutos, rompí el silencio.

- Edward…es mejor que te vayas a tu casa a descansar. Ya has escuchado al


- 307 -
médico, debes estar descansado.

- Lo haré solo si tu mañana haces lo mismo- acortó la distancia que nos separaba
para mirarme más de cerca.

- No te puedo prometer nada. Si mi hijo me necesita, me quedaré aquí.

- Bella…yo…- no estaba preparada para lo que iba a decir- lo siento. Siento todo el
dolor que te he provocado. Te amo Bella…nunca lo he dejado de hacer. Cada día,
cada hora, cada minuto…ese sentimiento crecía dentro de mí.

- Edward…este no es el momento. Lo siento. Ahora mismo estamos aquí en


función de los padres de Daniel. No importamos ni tu ni yo, no quiero hablar de eso.-
Edward asintió mudamente.

- Perdona, lo sé pero…tenía necesidad de decírtelo. Se que esto no cambia nada…-


no iba a seguir hablando del tema.

- No Edward no cambia nada. Solo quiero que mi hijo se recupere y después,


hablaremos de cómo seguir con su educación. Sé que mi hijo te necesita y…a parte,
es justo para ti que puedas ejercer como tal. No me negaré a ello pero…no me pidas
más. Lo que ocurrió hace cerca de tres años, se evaporó- Edward cerró sus ojos con
dolor por lo que me aparté de él para acercarme a Daniel.

- Está bien. Me voy a marchar para…recoger algunas cosas. Volveré mañana- se


acercó a Daniel y lo besó, después se marchó sin decir más

Capi duro pero esclarecedor,

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

- 308 -
Capitulo 43

Hola a tods, qué tal vais? Yo sigo viva de milagro… tengo a una panda de
lectores que quieren acabar con mi vida, uffff.

Os dejo el siguiente capi.

Disfrutad

CAPITULO 43

Lo amaba, lo quería con locura pero eso no era suficiente. Había sufrido mucho en
estos dos años. Mi corazón no estaba preparado para perdonar y sobre todo para
olvidar.

No podía pretender entrar y salir de mi vida como si nada. A parte…se había ido
con otra, ¿como podía decirme que me amaba?

A lo largo de estos años, fui incapaz de estar con ningún otro hombre. Lo amaba
con todo mi corazón y nadie podría suplirlo.

Apenas dormí en la noche. Daniel sollozaba a causa del malestar en su cuerpito.

Ahora solo me importaba él, quería que se recuperase e iba a luchar con uñas y
dientes para que eso ocurriese.

El cansancio me venció cuando ya había amanecido. No sé cuanto pasó, hasta que


sentí como unos brazos me levantaban y me depositaban en una cama. No tenía
fuerzas para despertarme.

EDWARD

Tras la charla con el doctor, se hizo entre nosotros un silencio incomodo. Poco
después Bella lo eliminó.

- Edward…es mejor que te vayas a tu casa a descansar. Ya has escuchado al


médico, debes estar descansado.

- Lo haré solo si tu mañana haces lo mismo- acorté la distancia que nos separaba.

- 309 -
- No te puedo prometer nada. Si mi hijo me necesita, me quedaré aquí.

- Bella…yo…- necesitaba mostrarle mis sentimientos- lo siento. Siento todo el


dolor que te he provocado. Te amo Bella…nunca lo he dejado de hacer. Cada día,
cada hora, cada minuto…ese sentimiento crecía dentro de mí.

- Edward…este no es el momento. Lo siento. Ahora mismo estamos aquí en


función de los padres de Daniel. No importamos ni tu ni yo, no quiero hablar de eso.-
No tuve que preguntarle nada a Bella, no era el mejor momento pero…me moría por
saber que es lo que ella sentía, si quedaba algo de nosotros.

- Perdona, lo sé pero…tenía necesidad de decírtelo. Se que esto no cambia nada…-


no pude terminar de explicarme.

- No Edward no cambia nada. Solo quiero que mi hijo se recupere y después,


hablaremos de cómo seguir con su educación. Sé que mi hijo te necesita y…a parte,
es justo para ti que puedas ejercer como tal. No me negaré a ello pero…no me pidas
más. Lo que ocurrió hace cerca de tres años, se evaporó- eso era lo que más temía
que me dijese. Ya no me amaba, me había olvidado. Bella se separó de mi lado y se
fue hasta donde estaba nuestro hijo.

- Está bien. Me voy a marchar para…recoger algunas cosas. Volveré mañana- Me


acerqué a mi hijo para besarlo, después me fui.

¿Qué esperaba que después de lo que la había hecho sufrir me recibiese con los
brazos abiertos? Aunque yo nunca había planeado hacerle daño, lo había ocasionado
y ahora tenía que pagar las consecuencias de mis actos.

Cuando llegué a casa llamé a mis padres para contarle las novedades. Ellos se
habían marchado del hospital, dado a que solo podíamos estar en la habitación Bella
y yo, al estar en aislamiento. A parte le pedí a mi padre que avisara en mi trabajo de
lo ocurrido ya que hoy era domingo y yo mañana no podría avisar.

Después me di un baño y comí algo rápido. No podía quitar de mi mente a mi hijo,


ni a Bella.

Me acosté pero solo tuve pesadillas. Cuando amaneció me di por vencido y me


levanté. Recogí varias cosas que podría necesitar en el hospital y me marché de
nuevo para allá.

Cuando llegué a la habitación, encontré a Bella dormida, encogida en el sillón, con


su cabeza apoyada en la cama de nuestro hijo.
- 310 -
Ya habían colocado la que sería mi cama justo al lado de la suya, por lo que no
dudé ni un momento. Me acerqué hasta ella y la tomé en mis brazos para tumbarla
en la cama.

Cuando la tuve en mis brazos, la apegué a mi cuerpo, aspirando todo su olor.

La tumbé en la cama con cuidado para evitar que se despertara y sin poder
evitarlo, me acerqué a sus labios. La besé con un suave roce para evitar despertarla.

Daniel seguía durmiendo, y ya apenas tenía fiebre, eso era un consuelo.

Las enfermeras, entraban y salían de la habitación revisando a Daniel y


haciéndome diversas pruebas, entre ellas extrayéndome sangre para estudios y
administrándome medicación.

A las dos horas, Daniel se despertó, aunque apenas podía abrir sus ojitos

- Hola mi niño- lo acaricié y él comenzó a ofrecerme sus brazos para que lo


cargara.

Con sumo cuidado de no mover la vía que tenía puesta en su mano, para la
administración del suero, lo tomé en brazos y me senté con él en el sillón
acunándolo.

Su cuerpo se amoldaba perfectamente al mío.

Comencé a cantarle bajito, mientras le acariciaba su pelo cobrizo y eso lo


tranquilizó.

Una hora después, Bella se despertó sobresaltada.

- Dani, Dani- lo llamó

- Tranquila, está aquí conmigo- al verlo tranquilo en mis brazos se relajó


levantándose de la cama.

La convencí a que saliese a comer algo. Llevaba muchas horas sin comer nada y
eso no era bueno para ella. Su aspecto era cansado y ojeroso y eso me preocupaba.

El día transcurrió con normalidad.

Ya todo estaba preparado para mi intervención, y me moría de ganas de que todo


- 311 -
pasase y que mi hijo se recuperase. La hora exacta para ello era las 8.00 a.m.

Conseguí que Bella se fuera a descansar a su casa. Dani estaba tranquilo y yo era
capaz de cuidarlo solo.

Le pedí a Bella que llamase a mis padres para informarle de todo. Ellos estaban
muy preocupados al no poder venir a visitar a Dani.

Junté la cama de mi hijo y la mía, y lo acerqué hasta mi pecho y así nos quedamos
dormidos.

Se despertó varias veces en la noche, sollozando pero yo empezaba a cantarle al


oído y pronto se tranquilizaba.

BELLA

Cuando llegué a casa, llamé a Carlisle y Esme. Desde que había ocurrido todo
esto, no hablaba con ellos.

Les conté como iba todo y les avisé que la extracción de la medula ósea de
Edward sería al día siguiente.

Tras eso me di una ducha y me acerqué a casa de Rose y Emmett para cenar con
ellos. Estaban muy preocupados por Daniel

- Bella y… ¿Cómo llevas lo de Edward?- me preguntó mi hermano, dando varios


rodeos antes de formular la pregunta.

- Bien…se está portando como un autentico padre con mi hijo. Siempre le estaré
agradecida por ello- era la verdad. Que lo nuestro no pudiera ser no significaba que
no supiera apreciar la preocupación y la dedicación con mi hijo.

- Es su padre Bella, es lo menos que puede hacer.

- Supongo que es por eso- susurré

La conversación con Edward de esta misma noche, me angustió. Sabía que


Edward me amaba, el mismo me lo había confirmado esa noche y eso me dolía. ¿Si
me quería por que me abandonó? No podía volver a caer ahí, mis miedos me lo
impedían.

Una vez pasado todo lo de Daniel, debíamos volver a la normalidad, aunque


- 312 -
compartiría la custodia de mi hijo.

Por suerte esa noche descansé. Sabía que Edward cuidaría muy bien de mi hijo y
eso me tranquilizaba.

A la mañana siguiente, me levanté muy temprano para estar pronto en el hospital.


Me indicaron que podía entrar sin mascarilla y eso me alivió. Era demasiado
molesta, aunque si me tuve que colocar la bata de papel verde.

Cuando llegué, vi la estampa más bonita que podía ver. Edward había unido las
dos camas y tenía abrazado a mi hijo en sus brazos. Ambos estaban dormidos.

Miré el reloj y se hacía tarde. Tenía que despertar a Edward para que estuviera
preparado.

Al acercarme a él, tuve la tentación de besarlo, pero por suerte mi cordura ganó a
mi corazón. Me estaba volviendo loca.

- Edward…Edward…- Le acaricié el hombro mientras le susurraba para no


asustarlo- Hola…- le sonreí- son las 7.30, pronto vendrán a por ti.

- Si, no recordé poner el despertador- dijo intentando abrir esos dos luceros que
tenía por ojos.

- Tranquilo. ¿Cómo ha pasado la noche Dani?- le pregunté por mi hijo para evitar
que mis piernas temblaran al mirarlo.

- Bien, apenas se ha despertado. Ha pasado buena noche.

Edward se levantó y se preparó para cuando vinieran a buscarlo para llevarlo a


quirófano. Podía notarlo nervioso y no era para menos.

Cuando llegó el celador a buscarlo, lo abracé.

- Todo va a salir bien.- me apretó en su pecho- Yo me encargaré de que Dani se


cure.

- Gracias Edward.

- Nada de gracias ¿recuerdas?- me besó en la mejilla

Pasó una hora y media hasta que Edward volvió en su cama, recostado boca abajo
- 313 -
y con un vendaje en la zona cervical.

Me apresuré para acercarme a él. Aún estaba con efectos de la anestesia, aunque
estaba medio despierto.

- Hola… ¿Cómo te encuentras?- le acaricié su pelo cobrizo.

- Bien…han conseguido sacar la medula ósea de la región cervical- sonrió


satisfecho y no pude evitar emocionarme- Ahora vendrán a ponérsela a Dani, me lo
han prometido- Edward hablaba como un niño pero…era a causa de la anestesia.

- Descansa un rato para que se te pase la borrachera- reí y él hizo lo mismo.

Tal y como dijo Edward a las dos horas, vinieron a hacerle a Dani el transplante.
Era una bolsa blanca y se lo transfundirían igual que la sangre.

- Isabella…- comenzó a explicarme el médico- Hemos tenido suerte. Su marido- me


estaba acostumbrando a que lo llamara así- es totalmente compatible a Daniel.
Vamos a proceder a hacer la transferencia de la médula ósea, y posteriormente
vamos a hacerle una transfusión de sangre para que el riesgo de rechazo sea menor.

- Si todo sale bien…- no podía cantar victoria- en cuanto tiempo…- el doctor supo
lo que quería preguntar.

- En una semana podrá irse a casa, será tiempo suficiente para asegurar que no
hay ningún rechazo o anomalía, aunque su recuperación será apreciable más o
menos en quince días. En ese tiempo, Daniel podrá hacer una vida "normal", aunque
tendrá que venir a revisión.- Suspiré- Tranquila, todo va a salir bien, lo hemos
atendido a tiempo y tenemos un buen donante- sin poder evitarlo miré a Edward con
dulzura.

Tal y como dijo el doctor al momento, desconectaron el suero del brazo de mi hijo
y conectaron la bolsa blanquecina. Mi hijo seguía dormido y no sabía si era por
sueño o por debilidad.

- Bella…Bella…- Me levanté rápidamente del sillón al escuchar a Edward y me


acerqué a él.

Pensaba que necesitaba algo pero cuando llegué a él, vi que estaba dormido. No
pude evitar contraerme al ver como una lágrima caía por su mejilla. Sin pensarlo me
acerqué a él y le susurré al oído.

- 314 -
- Estoy aquí cariño, descansa- al decirle eso, esbozó una pequeña sonrisa
volviéndose a quedar tranquilo.

¿Qué estoy haciendo? ¿Cariño? me increpaba mi mente. Me había dejado llevar


por mi corazón, pero… ¿Cuánto tiempo podría controlarlo?

Una hora después despertó Edward.

- ¿Qué tal estás?- me acerqué a él para ver si necesitaba algo.

- ¿Cómo está Dani?- fue lo primero que me preguntó.

- Está bien, ya le están haciendo el transplante. Por ahora…no ha habido


complicación alguna- Edward suspiró de alivio y tras un silencio prosiguió.

- Necesito voltearme, no puedo estar tanto tiempo boca abajo, mi prótesis…

- ¿Quieres que te ayude?- no iba a ser la primera vez que lo ayudaba a moverse en
una cama.

- Si no te importa, por favor- me sonrió.

- A ver, te voy a ayudar a colocarte de lado. No creo que sea adecuado que te
pongas boca arriba, dado que de donde te ha extraído el "jugo milagroso" es en la
zona cervical- Edward sonrió.

- ¿Jugo milagroso? Sabes que yo no tengo de eso. Te aseguro que si fuera


cierto…lo usaría para muchas cosas- intenté mostrar que no había captado su
indirecta.

- Para mi siempre será milagroso, va a hacer que mi hijo se cure.- le sonreí.

- ¿Tu hijo?- imitó un falso enfado

- Bueno…creo que me tendré que acostumbrar a decir nuestro hijo.

- Así suena mejor.

Destapé a Edward para poder ayudarlo a moverse mejor. Al hacerlo, vi que estaba
desnudo de cintura para arriba, mostrándome dos enormes cicatrices que asomaban
por encima de su pantalón.

- 315 -
Me coloqué en medio de la cama de Daniel y la suya. Coloqué un brazo de Edward
en mi hombro para servirle de apoyo.

- No puedo girar mi cintura- me recordó

- Tranquilo, lo sé. Agárrate a mí para ayudarme a girarte. 1,2 y 3- a la de tres


ambos hicimos el esfuerzo y conseguí colocar a Edward de lado.

Al apoyarse en mi, irremediablemente me atrajo hacia él, quedando nuestras


caras a pocos centímetros.

Podía notar su aliento en mi cara y eso era mi perdición. Había soñado muchas
veces con ese aroma, y me había dado cuenta que no le había hecho justicia a lo
delicioso que era realmente.

Por una causa desconocida, nuestras bocas, fueron acortando los centímetros que
la separaban, hasta rozarse ligeramente. Mis ojos se cerraron a causa de la
embriaguez que me provocaba.

- Mami…- al escuchar a mi hijo sollozar me separé rápidamente de él.

- Hola cariño… ¿Cómo está mi príncipe?- mi hijo apenas podía abrir sus ojitos.

Miré la bolsita de la transfusión y estaba casi acabando, por lo que presioné el


botón para llamar a la enfermera.

Al momento llegó y le expliqué. Me dijo que lo tenían controlado y que iban a


proceder a la transfusión de sangre para terminar el proceso.

- ¿Cómo te sientes Edward? Como ves…he cumplido lo que te prometí, te devolví


sano y salvo- ¿la enfermera estaba ligando con Edward? Una rabia inmensa se
apoderó de mí.

- Lo que me preocupaba no era volver a mi, me preocupaba que mi hijo no


recibiera su "jugo milagroso"- al decir eso me miró y me guiñó un ojo, con lo que no
pude evitar sonreír como una quinceañera.

Pude ver como la cara de la enfermera se entristeció, cuando vio que Edward me
había guiñado un ojo. Salió de la habitación para volver posteriormente con la bolsa
de sangre.

- Bueno…ahora en vez de ser el jugo milagroso es el jugo revitalizante- miré a


- 316 -
Edward el cual comenzó a reírse sonoramente.

- Al parecer soy una mina de jugos. En mi no encontraran oro pero jugos….

Por suerte ese día pasó. Tanto mi hijo como Edward no tuvieron complicaciones
algunas y la noche fue tranquila.

A la mañana siguiente, el médico vino a revisar tanto a mi hijo como a Edward.

Este último ya estaba levantado de la cama y vestido con su ropa. Solo tenía una
pequeña molestia cervical, a causa de las punciones para extraer las células
milagrosas.

Había pasado 24 horas del transplante y no había ningún síntoma de rechazo, y


eso era muy buena señal.

A mi hijo le habían vuelto el color a sus mejillas a raíz de la transfusión de sangre.

Un rato después vino un celador.

- Vamos a pasarlo a una habitación normal, ya no hace falta que esté en


aislamiento- eso me tranquilizó enormemente. Mi hijo se estaba recuperando.

Edward y yo fuimos muy pegados a su cama, en el traslado. Ambos tardaríamos en


olvidar este susto y no nos queríamos separar de nuestro hijo, ni siquiera un metro.

Avisamos a la familia de los cambios y no tardaron en decirnos que pasarían a ver


a Daniel. Se morían por ello y no queríamos quitarle la ilusión.

Los primeros en llegar fueron Esme y Carlisle, que traían millones de juguetes
para Daniel.

Poco después lo hicieron Emmett y Rosalie, lo cuales trajeron al menos diez


globos de todas las formas posibles. Emmett sabía que a Dani le gustaban los globos
y como siempre exageraba.

- ¿Por que no aprovecháis y vais a comer?- nos dijo Esme

- Si, creo que es buena idea- dijo Edward- ¿quieres acompañarme o…prefieres ir
por tu lado?- por un momento dudé, pero…no iba a hacerle el feo.

- No, está bien, iré contigo


- 317 -
Antes de irme besé a mi hijo. Edward hizo exactamente lo mismo pero
susurrándole algo al oído.

Cuando salimos de la habitación no soporté la curiosidad.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

- 318 -
Capitulo 44

¿Cómo amanecéis? Yo destrozada, mis niños han pasado mala noche,


uffffff.

Por cierto… tan mala persona me veis como para cargarme a un bebé?
Aysss sería incapaz de ello, es más lo he curado rápido eh?

Os dejo el siguiente capi.

Disfrutad

CAPITULO 44

- ¿Que le has susurrado?- intenté parecer desinteresada pero no coló, Edward


comenzó a sonreír.

- Cosas de hombres- sonrió

- Mi hijo no es un hombre, es un niño- me burlé

- ¿Tu hijo?- la costumbre me traicionaba.

- Nuestro hiiiiijo- dije con resignación- ahora… ¿vas a decirme?

- Eres muy curiosa, reconócelo.

- No lo soy- dije con indiferencia.

- Pues entonces, no hace falta que te diga nada- sonrió

- Está bien, no lo hagas- no podía aguantar la curiosidad y Edward jugaba conmigo


y eso me daba rabia

De camino al bar, me sentí rara. Era la primera vez que caminaba al lado de
Edward. Era algo natural pero…yo nunca había podido disfrutar de ello. El tiempo
que estuvimos juntos, siempre iba en silla de ruedas.

Entramos en el buffet, del hospital y tomamos las bandejas para coger los
alimentos. Apenas cogí unas frutas y un zumo.

- 319 -
- Bella… ¿solo vas a comer eso?- decía mientras deslizábamos nuestras bandejas.

- Si, hasta que Dani no esté en casa…se que no me podré alimentar bien- le sonreí.

- Con eso no vas a conseguir más que enfermar- al decir eso, empezó a colocar
alimentos en mi bandeja

- Edward…nooo- comencé a reír por toda la comida que había colocado, la cual no
podía devolver.

- Tengo que cumplir la promesa que le hice a Dani, ya sabes nuestro secreto- sabía
que intentaba picarme y lo conseguía.

- ¿Me lo vas a contar?

- Noooo, ¿Cómo crees? Es un secreto si te lo digo…no lo sería- sonreía.

- Dani no tiene secretos conmigo, te ordeno que me lo cuentes- le puse un plátano


en el cuello a modo de cuchillo. Una señora mayor era la cajera y se quedó
mirándome.

- Discúlpela… es joven- le dijo a la cajera guiñándole un ojo, la cual se deshizo en


una sonrisa

Edward no me dejó pagar mi parte de la comida.

Después de pagar me llevó empujándome con su bandeja en mi espalda, riendo.

Almorzamos entre bromas y pareció como si no hubiese pasado nada, como si


Edward nunca se hubiera marchado, como si estuviera en su silla de ruedas.

Sin darme cuenta, me quedé mirándolo fijamente. Me gustaba ver como sonreía,
como hablaba, como gesticulaba.

Cuando me tomó las manos entre las suyas me sacó de mi ensoñación.

- Bella ¿Estás bien?

- Si, disculpa- intenté disimular- creo que…deberíamos volver con Dani

Cuando íbamos de regreso a la habitación, no pude evitar detenerlo.

- 320 -
- No me has dicho el secreto…- Edward se acercó a mi oído, pegándome a la pared
y colocando cada mano a cada lado de mi cabeza.

- ¿Qué me das a cambio si te lo cuento?- eso era una trampa y…me arrepentiría.

- No es justo- protesté

- Entonces…no hay secreto- sonrió maliciosamente.

- Está bien….pero…nada excesivo. ¿Qué quieres?- estaba cayendo en su juego.

- Quiero un día con mi hijo y contigo en un parque, quiero pasar un día entero con
vosotros- bueno…podía haber sido peor. Eso no me comprometía a nada.

- Está bien, cuando esto pase, iremos al parque. Ahora…cumple el trato.

- Lo has prometido- me señaló con un dedo advirtiéndome- . Antes de irme, le


prometí a Daniel que cuidaría de ti- al decirme eso, tragué hondo. Había jugado con
fuego y me había quemado. Ese hombre me volvía loca y yo lo sabía.

No pude decir nada. Me quedé muda y Edward lo sabía, por ello sonrió.

- ¿Vamos?- me señaló el camino sonriendo, al ver que me había quedado


descolocada. Solo pude asentir.

Cuando llegamos a la habitación, Daniel estaba despierto, jugando con los


juguetes que le había traído sus abuelos y con todos los globos que habían traído
Emmett y Rosalie, atados a su cama. Apenas se le veía entre tantas cosas

- ¿Estáis seguro que mi hijo no volará con tanto globo atado a la cama?- le
pregunté riendo a Emmett y Rose.

- Tranquila, si es así, no lo dejaremos ir muy lejos- Sonrió Emmett.

- Papá mira- al decir "papá" tanto Emmett como Edward miraron a Daniel. Por
suerte mi hermano, reaccionó apartándose de la cama, para dejar a Edward en su
lugar.

Daniel era muy pequeño y aún no sabía los parentescos. Cuando se acostumbrara
a llamar a Edward papá, Emmett sería tío Emmett.

Pasó una semana, y Daniel estaba muy recuperado. Volvía a ser el niño activo de
- 321 -
siempre.

Edward tuvo que volver al trabajo por lo que yo me quedaba con Dani por las
mañanas. Por las tardes venía Edward para que yo pudiera ir a cambiarme y
descansar un rato, y por las noches…pues hacíamos según veíamos. Había veces que
me quedaba yo, otras él y otras los dos. Nos organizábamos bien, y lo mejor era que
ninguno de los dos nos decíamos que teníamos que hacer.

A parte, Daniel tenía miles de visitas diarias, entre ellas Andrea, que pasaba a
verlo todas las mañanas, cuando yo estaba allí.

Ni Edward ni él parecían tragarse demasiado, cosa incomprensible ya que no se


conocían de nada. Supuse que eran sus hormonas, la que les hacían comportarse
como machos en celo.

EDWARD

Mi hijo por fin estaba casi recuperado y pronto nos lo llevaríamos a casa, o mejor
dicho a casa de Bella.

Había intentado varios acercamientos a ella a lo largo de la semana, pero…no


habían dado sus frutos. Notaba como su cuerpo se tensaba y se estremecía con mi
cercanía y eso me hacía sentir bien, ya que me demostraba que yo, no pasaba tan
desapercibido para ella.

Por fin le daban el alta a mi hijo hoy, avisé en el trabajo que saldría antes. Quería
estar en ese momento.

Según me comentaron, el alta se daba a partir de las 12 p.m., por lo que procuré
estar allí a partir de esa hora.

Bella no sabía nada de que iría. Cuando llegué, me encontré al odioso allí, Andrea.

- Bella… ¿cuando vuelves al trabajo? No sabes lo que te echo de menos- escuché


desde la puerta, por lo que no esperé la respuesta de ella y entré.

- Buenas tardes- saludé, antes de dirigirme a mi hijo- Hola campeón, ¿preparado


para irte a casa?- mi hijo cada vez que me veía saltaba a mis brazos.

- No sabía que vendrías- me dijo Bella.

- Bueno…hoy es el día que mi hijo sale a la calle después de casi dos semanas. No
- 322 -
me lo iba a perder- Miré a Andrea, que había perdido todo su intento de "sonrisa
profident" (N/A profident es una marca de dentrífico), por lo que sonreí satisfecho.
No le iba a dejar el camino libre, eso lo tenía claro.

Seguí jugando con mi hijo mientras venía el doctor, aunque no podía evitar estar
pendiente de la conversación de ambos.

A las 13 horas, vino el almuerzo, el cual me encargué de dar a mi hijo. Estaba


deseando que se marchara, me incomodaba verlo entre "mi mujer" y mi hijo, era
como una mosca cojonera. Cuando Bella vino a interesarse por como comía Daniel,
captó la indirecta que sobraba y se marchó.

Un rato después, vino el médico, para darnos la documentación del alta médica
provisional. Digo provisional, ya que cuando una persona sufre una enfermedad así,
no se le da el alta hasta que no pasan años, para llevar un control exhaustivo, y
verificar que no se ha reproducido la enfermedad

Ya cuando nos íbamos, surgió el dilema. No quería separarme de mi hijo, aún no, y
no sabía como pedírselo a Bella.

Mientras los acompañaba al coche, intenté buscar alguna excusa convincente pero
ninguna era buena, por lo que finalmente me dejé de excusas y le dije la verdad.

- Bueno…- comenzó Bella

- Estáis a salvo- sonreí nerviosamente- Bella…se que…bueno…- realmente parecía


tonto- No se como pedirte esto.

- Supongo que quieres estar con Dani esta tarde ¿verdad?- suspiré y asentí- No
hay problemas, pero…te pediría que fuera en mi casa. Quiero que pase unos días
antes que Dani vuelva a salir- suspiró- Necesito asegurarme que todo va bien antes
que se aleje de mi- la entendía y no tenía ningún problema

- Claro, no hay problemas, si para ti no lo es que vaya a tu casa- nunca había ido a
casa de Bella, aunque recordaba por donde estaba según las indicaciones que me
dio en el pasado.

- No lo es. Te voy a apuntar mi dirección…- no la dejé terminar

- La recuerdo Bella, me la dijiste en su día- ella negó con la cabeza y no entendí.

- No vivo en el mismo sitio. Cuando…- suspiró- cuando me quedé embarazada me


- 323 -
fui a vivir con Emmett y Rose, y solo hace siete meses que me he vuelto a
independizar.

- Lo siento- sabía lo que significaba para ella su casa. Siempre había querido vivir
al lado del mar.

- No lo hagas, no podría vivir hoy día allí con Daniel. Él necesita espacio y allí no
lo había- sabía que Bella le estaba intentando restar importancia pero…sus ojos la
delataban. Había dolor, demasiado dolor y eso…me hacía sentir culpable.

Me dio su dirección antes de subirse al coche. Le comenté que antes pasaría por
casa para quitarme el traje del trabajo y ponerme algo cómodo.

Hice todo lo más rápido posible, me moría por estar con mi hijo y por supuesto
con Bella. Ver donde vivían, conocer más de ellos.

Cuando llegué a la dirección me sorprendí. Nunca había estado en ese lugar


pero…era precioso. Era una zona residencial, en primera línea de la costa. Su
urbanización era privada con grandes jardines, parque infantil y piscina.

Bella había pensado en Daniel mucho al irse a vivir allí, era ideal para él.

Me encaminé hacia su edificio y vi que su apartamento era el ático. Estaba muy


nervioso, me sentía igual que si fuera la primera cita de mi vida.

Toqué el timbre y al momento me abrió. Ella también se había cambiado y llevaba


ropa cómoda. Me sonrió y me ofreció entrar.

Mi hijo estaba en el salón, rodeado de juguetes de todas clases y de los globos que
le habían comprado Emmett y Rosalie.

Al verme corrió hacia mí y esa la mayor alegría que me podía dar, y no solo
porque se alegrara de verme, sino porque era síntoma de que estaba mejor, que se
estaba recuperando.

Bella se sentó en el sofá donde tenía millones de papeles. Al hacerlo se colocó


unas gafas preciosas que la hacía verse muy sexy. Sabía que hace dos años no las
usaba por tanto acababa de conocer algo nuevo en ella.

Estuve jugando con mi hijo, sin perderla de vista.

Supuse que estaba trabajando pues estaba con su agenda y concertando varias
- 324 -
visitas para las próximas semanas.

- Edward… ¿podría pedirte algo?- le daría todo lo que fuera.

- Si claro, pide- le sonreí.

- Tengo que salir un momento a la clínica. Hay unos documentos que necesito
recoger…- no la dejé terminar

- Tranquila, me quedo con Dani. Puedo cuidarlo.

- Gracias. Antes de irme, me gustaría enseñarte el resto de la casa…por si


necesitas algo.- comenzó a caminar y yo la seguí- Esta es la cocina, y este es el
rincón de Dani- sonreí al ver los alimentos, biberones, etc- Esta es la habitación de
Daniel- era preciosa, tenia las paredes llenos de vinilos con muñecos Disney y era
bastante grande- este es el baño de Daniel- olía a mi hijo a pesar de que llevaba
varias semanas fuera- esta es mi habitación- señaló la puerta pero no la abrió, eso
me dolió. Sabía que era su intimidad pero me dolía que no quisiera compartirla
conmigo, aunque la entendía- el salón lo conoces y por último esta es la terraza- era
grañidísima, había un tobogán y un columpio para mi hijo de su altura- No dejo
nunca a Daniel solo aquí pues…aunque el mirador está alto para él…Daniel es
bastante astuto y puede conseguir la manera de asomarse y caer.

- Tranquila, no me voy a separar de él- quería que confiara en mi.

- No voy a tardar mucho, es solo un momento pero…te dejo mi numero de teléfono


por si necesitas algo- me lo apuntó en un papel- y…decirte que en el apartamento de
al lado viven Emmett y Rose. Rose está trabajando pero Emmett creo que está ahí.

- Tranquila, puedes tardar el tiempo que necesites, no tengo nada que hacer- le
sonreí

Recogió sus documentos, tomó su bolso y besó a Dani antes de irte.

- Cariño vuelvo en un ratito. Te quiero mucho ¿eh?- mi hijo la abrazó- pórtate bien
con papi- eso me ablandó el corazón- Hasta luego- se despidió.

Era una mujer extraordinaria, por eso me enamoré de ella el primer día que la vi
en mi casa. Con su dulzura, delicadeza y comprensión, había sido capaz de sacarme
de aquel pozo sin fondo.

Parecían que había pasado décadas desde ese momento, y solo había pasado tres
- 325 -
años, pero…habían ocurrido tantas cosas que…lo hacía lejano.

Daniel y yo la pasamos jugando todo el rato. Era divertido verlo reír y hablar en su
lenguaje, muchas veces no entendible para mí.

- Papá "Kiki"- me dijo mi hijo dejándome a cuadros.

- ¿Kiki?- ¿que significaba kiki?

- Papá "Kiki"- me señaló el DVD.

- ¿Quieres ver la tele?- tenía que ir por ahí ya que me señalaba el DVD

- Si, "Kiki mou"- No lo entendía pero debía probar suerte, quizás lo que quería ver
estaba metido en el DVD.

Encendí la televisión y Daniel automáticamente se sentó en el sofá justo en frente,


por lo que ya tenía la seguridad que quería ver algo de la televisión, y más
exactamente del DVD. Tomé el mando y le dí al play. Cuando salió la imagen los
mandos cayeron al suelo de mis manos.

- A ver Bella, estás preciosa- le decía Emmett a Bella muy embarazada.

- No Emmett estoy gorda- sonreía ella.

- Estás preciosa y lo sabes. Saluda a Daniel, él te verá en un futuro- al decirle eso,


Bella se emocionó y Emmett corrió hasta ella con la cámara encendida.

- Tranquila Bells, no estarás sola, sabes que nosotros estamos contigo- al decir eso
se cortó la grabación y comenzó la siguiente en el hospital. Las lágrimas corrían por
mis mejillas

- Emmett deja de grabar, ¿Te quieres comer la cámara?- Bella estaba paseando
por la habitación, sujetando su enorme barriga. Sonreí al verla así.

- Hermanita, querías tener un álbum completo para tu hijo- sonreía Emmett tras la
cámara.

- Emmett, te la vas a tragar. Te escogí a ti para que estuvieras conmigo en este


momento para tranquilizarme pero…- en ese momento le vino una contracción y no
pudo hablar, Emmett corrió hacia ella de nuevo con la cámara encendida.

- 326 -
- Tranquila, la apagaré hasta que nazca- efectivamente la apagó.

El siguiente video era de Daniel recién nacido aún en paritorios. Lo estaban


limpiando.

(El video está en mi perfil)

¿Como le iba a poder agradecer a Bella y Emmett que grabaran estas imágenes?
Por supuesto que nada era comparable a vivirlas pero… menos era nada.

- Papi…- me abrazó mi hijo al verme llorar- Es "Nani" (Dani)

- Si cariño es Dani, y es precioso- le di a Stop, para evitar seguir emocionándome y


que mi hijo se preocupara.

- Papi y ¿Kiki?- en ese momento se escucharon las llaves y abrir una puerta, era
Bella acompañada del hombre lapa.

- Hola mi niño, ¿me has echado de menos?- lo abrazó- ha sido bueno ¿verdad?- me
preguntó

- Más que eso- sonreí amargamente al ver a Andrea- solo que…me pidió ver algo
en la tele pero…no entendí que es Kiki- Bella rió.

- Es Mickey Mouse. Son sus dibujos preferidos- dijo entre risas.

- Genial- me ruboricé- nunca pensé que Kiki fuera Mickey.

- Tranquilo, es normal- cuando miré a mi hijo, lo vi en brazos de Andrea, y un


ardor subió por mi garganta. No me gustaba que a cogiera en brazos a mi hijo.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

- 327 -
Capitulo 45

Poco a poco esto mejora… al fic no le queda mucho, os iré avisando.

Os dejo el siguiente capi.

Disfrutad

CAPITULO 45

- Bueno…es la hora del baño- dijo Bella.

- Si quieres…puedo hacerlo yo, ya lo he hecho otras veces- Bella abrió sus ojos
sorprendida- he pasado varios día con él cuando…

- Está bien, ve al baño y te llevo su ropita- tomé a mi hijo de los brazos de Andrea,
clavándole la mirada, la cual me devolvió.

Mientras bañaba a Daniel, podía escuchar a Andrea reír y sabía que lo hacía de tal
forma que lo pudiera escuchar. Estaba jugando sucio, pero aún así no entraría en
sus juegos. Eso solo me alejaría de ella.

Tras el baño, salí con Dani en mis brazos, el cual estaba acurrucado sobre mí a
causa del sueño. Bella ya le había hecho la cena, una crema de verduras.

- ¿Quieres…dársela?- me ofreció y yo lo acepté gustoso. Iba a demostrarle a Bella


que estaba capacitado de cuidar de mi hijo y de ella, si se dejaba.

- Bueno…- dijo Andrea- creo que es hora de que me marche- por fin, aleluya, grité
en mi interior- Bella…nos vemos mañana en la tarde, piensa en mi proposición- eso
no sonaba nada bien, Bella se puso muy nerviosa, y asintió- Nos vemos mañana-la
besó en la mejilla y después vino hasta Daniel- Adiós Dani- y lo besó en la cabecita.

Cuando lo hizo casi lo golpeo.

Terminé de darle la cena a Dani, y sin decir nada, me fui con él hasta su
habitación. Estaba casi dormido. Me senté con él en mis brazos en una butaca
mecedora y me balanceé, susurrándole una canción.

Cuando estuve seguro que estaba dormido lo dejé en su cunita.

- 328 -
Eran las 20.30 de la tarde, ya había anochecido.

- Edward…- me llamó Bella al verme salir de la habitación- Gracias

- No me tienes que dar las gracias, es mi hijo- le dije secamente sin saber el
motivo.

Realmente si lo sabía. Estaba dolido por el lugar que estaba intentando ocupar
Andrea en la vida de Bella y Dani, no quería que fuera más que un compañero de
trabajo. Los amaba demasiado a los dos y…no lo podría soportar.

- Aún así- prosiguió- Has hecho demasiado por él estos días y tengo la necesidad
de agradecértelo- no pude evitar derretirme. Bella era capaz de fundir hasta el
metal más duro con unas simples palabras.

- Es lo menos que puedo hacer. Por culpa de mi…terquedad, os hice mucho daño
y…- no podía seguir hablando, un nudo estaba en mi garganta.

- Edward…es mejor que olvidemos eso.- me dijo

- ¿Tú puedes hacerlo?- de esa respuesta dependían muchas cosas.

- No- respondió sinceramente- pero…lo intento

- Bella…hoy…cuando estuve intentando descifrar que era "kiki" puse el DVD y vi


videos- Bella se contrajo, ella sabía que había ahí- No fue mi intención pero…me
alegro de haberlos visto.

- Emmett…ha grabado todo…desde que…- calló

- ¿Podría verlo? Sé que me merezco tu negativa, fui un tonto y me lo perdí


pero…necesito recuperar el tiempo que estuve impedido. Bella…no me fui de fiestas,
me fui para poder caminar- le aclaré

- Da igual el motivo, lo que importa fue el resultado. Te fuiste- dijo duramente.

- Si lo hice pero…no quería involucraros en un sufrimiento que no era vuestro. Esa


operación fue…horrible. Si hubieseis estado a mi lado…

- Tú no podías decidir eso. ¿Pensaste en nosotros, en lo que supondría eso?

- No, pensé que os quitaba más dolor marchándome y haciéndolo solo.


- 329 -
- Solo- rió Bella y no entendí por qué.

- Si…fui solo- Bella fue hasta un clasificador de CDs y sacó unos cuantos.

- Toma, yo si puedo serte sincera, no me importa que veas mi dolor y mi alegría-


no la entendía, yo estaba siendo sincero con ella- por favor cópialos y me los
devuelves. Para mi significan mucho- su voz apenas era un susurro.

- Bella…puedo… ¿puedo preguntarte algo?- tenía que saber que había entre ella y
Andrea.

- Puedes preguntar lo que sea, igual que yo puedo decidir lo que respondo- la
frialdad volvía a ella.

- ¿Qué significa Andrea para ti?- Bella se volteó dándome la espalda cuando le
pregunté eso.

- ¿Por qué quieres saber Edward?

- Porque te amo, porque no quiero perderte.

- Lo siento…eso pasó- tenía las lágrimas saltadas- han pasado muchas cosas en
todo este tiempo.

- Bella…yo puedo intentar….- ella no me dejó acabar.

- Andrea me ha pedido que salgamos, me ha esperado todo este tiempo, me ha


consolado y ha estado a mi lado sin importar nada. Para mi significa mucho- mi
corazón moría, pero no lo haría sin luchar, lucharía por ella.

- Pero no lo amas- le dije.

- ¿Y qué? Una vez amé y casi muero, prefiero no hacerlo- me acerqué a ella
lentamente.

- ¿Me amas?- estaba de espaldas a mi por lo que la volteé- Bella…dime que no me


amas y te dejaré- ella no respondió.

- No es suficiente- me amaba, su silencio me lo había confirmado.

- Déjame sanarte, déjame hacer que vuelvas a confiar en mí- al decirle eso, la
tomé de la cintura y la pegué a mí, recortando la distancia que nos separaba.
- 330 -
La besé. La besé como nunca antes había besado, con necesidad y amor a rebosar.
Ella pasó por tres fases, primero sorpresa, segundo me correspondió y tercero se
apartó.

- No Edward, no vuelvas a hacerlo- Bella sollozaba- no puedo, ¿no me entiendes?

- Perdóname Bella, siento…

- No me importa que veas a Dani las veces que quiera y el tiempo que quieras
pero…por favor…no vuelvas a hacerlo.- seguía sollozando- si lo haces…tendremos
que hacerlo de diferente forma- no podía permitir que mis torpezas afectase a mi
relación con mi hijo

- Está bien, discúlpame. No haré nada que te incomode.

- Gracias- dijo sorbiendo su nariz. Me mataba verla así.

Recogí mis cosas en silencio, angustiado por todo lo ocurrido y desesperanzado.


Seguiría luchando pero…más despacio. Debía dejar a Bella darse cuenta que su
relación con Andrea no iba a llegar a ningún sitio, necesitaba darse cuenta por si
misma.

Yo la esperaría. La esperaría sin poner trabas, comportándome como el padre de


su hijo y si ella quería como su amigo.

Al menos tenía el consuelo de que me amaba, que no me había olvidado. Debía


sanar su dolor, curar sus heridas.

- Edward… ¿puedo pedirte algo?- en su cara había resto de dolor

- Siempre- dije con rotundidad.

- Necesito volver a mi trabajo, aunque sea por las tardes. Sé que tienes las tardes
libres y…me preguntaba si…

- Claro que si Bella. Por las tardes cuidaré a Daniel

- Gracias, sé que Esme se quedaría gustosa con él pero…no quiero molestarla.

- Sabes que no es molestia para ella pero…prefiero quedarme yo. Soy su padre
y…debemos compartir responsabilidades- agregué- Por otro lado…quiero ayudarte
en el tema económico…
- 331 -
- No Edward no hace falta, puedo mantener a Daniel.

- Bella por favor, quiero que aceptes, si no lo haces, le abriré una cuenta bancaria
a Daniel y haré ahí los ingresos- estaba decidido.

- Me parece bien lo de la cuenta bancaria- era demasiado orgullosa para aceptar


mi dinero.

- Lo tramitaré. Ahora…me gustaría pedirte algo- ella asintió- Quiero que Daniel
lleve mi apellido- Bella jadeó, sabía que no se lo esperaba.

- Pero…eso…requiere un procedimiento judicial y…

- Bella…soy abogado ¿recuerdas? Puedo gestionarlo sin ningún problema. No hace


falta llegar a juicio si la madre, en este caso tú estás de acuerdo. Por supuesto si no
lo estás, no seguiré adelante.- le aclaré, no iba a hacer nada que la dañase, aunque
eso me doliese a mí

- Está bien, es justo- suspiré- puedes empezar a tramitarlo

- Gracias. Te pasaré la documentación para que la ojees- me dirigí hacia la puerta-


Entonces…mañana ¿a que hora quieres que venga?

- Cuando te venga bien, no quiero…

- Salgo de trabajar a las 15:00, puedo comer algo en el camino, traer la ropa y
cambiarme aquí, si no te importa.

- Claro que no. Te espero entonces a partir de las 15.30- Bella dudó pero
finalmente continuó hablando- En cuanto a la comida…tengo que hacer para Daniel
y para mí, no me importa hacer más para que comas tú también.

- No quiero molestarte, puedo comer cualquier cosa.

- No me molesta. Esta semana lo haremos así, la semana que viene, como Daniel
podrá salir pues lo planteamos.

- Bien. Entonces…hasta mañana.

Hoy había aprendido algo nuevo de Bella y era que para avanzar, debía dar
pequeños pasitos. El miedo había podido conmigo, el terror a que saliese con
Andrea.
- 332 -
Debía aceptarlo y debía apoyarla, era la mejor manera de ganarme su confianza y
demostrarle que mi amor por ella era puro.

BELLA

Me sentía segura, dejando a Daniel con Edward en casa. Sabía que cuidaría de él
perfectamente.

Tenía mi trabajo abandonado. Llevaba más de dos semanas sin ni siquiera pensar
en él.

Cuando llegué, todos mis compañeros se alegraron y me preguntaron por Dani.


Les resumí lo máximo posible para no demorarme en regresar.

Fui hasta mi oficina para recoger algunos expedientes que necesitaría para
trabajar en casa hasta que Dani pudiera ir de nuevo al cole.

Cuando iba a salir de mi oficina alguien llamó. Abrí y era Andrea.

- ¿No me ibas a saludar?- simuló estar enfadado.

- Aún no me he ido- sonreí

- Pero…lo ibas a hacer, admítelo.

- Si- sonreí tímidamente- no quiero dejar mucho tiempo solo a Daniel.

- Aja, pues…te perdono solo por eso ¿eh? Pero…me vas a tener que dejar que te
acompañe a casa para verlo yo también- no me podía negar pero…me sentía
incomoda entre Edward y Andrea. Sabía que no se caían bien.

- Como quieras, pero…en cuanto llegue lo bañaré y le daré la cena, no estarás


mucho tiempo con él- debía darle una excusa, por lo que usé mi técnica de madre
controladora.

- Pues entonces…después me quedo con su madre- se acercó a mi peligrosamente


y yo reí de puro nervio.- Bella…tu sabes lo que siento por ti ¿no?- Bien…no estaba
preparada para eso. Solo había ido a recoger unos documentos, solo eso.

- Si- susurré

- Entonces… ¿Cuándo me vas a dar una oportunidad?- Andrea me sonreía


- 333 -
- Yo…no...no estoy preparada para eso- y menos después de la aparición de
Edward, por supuesto eso era para mí

- Bella… ¿has pensado que quizás nunca estarás preparada si no das el primer
paso? ¿Es por él?- sin poder evitarlo tragué hondo. No estaba preparada para
decirle mis sentimientos a nadie- Bella…soy tu amigo

- Si lo sé Andrea pero…no…no puedo hablar de eso, no estoy preparada.

- Tranquila, no tienes que hacerlo. Solo quiero que sepas que estoy enamorado de
ti, y que me gustaría que me dieses una oportunidad, solo eso. Podemos empezar
lentamente, no tenemos prisas pero…te debes probar a ti misma. No puedes vivir en
el recuerdo Bella- eso lo sabía pero…no podía olvidar a Edward y ahora menos que
había vuelto a mi vida. Aunque yo no quería, mi corazón le abría las puertas.

- Lo sé pero…- sin querer estaba llorando

- No Bella por favor no llores, no quiero eso. Quiero que seas feliz, con él o
conmigo, pero…que seas feliz.

- No quiero hacerte infeliz Andrea, no lo mereces. No te voy a poder dar todo lo


que mereces.

- Bella…deja que eso lo decida yo. Si te lo he propuesto es porque lo he estudiado


todo. Sé hasta donde soy capaz de soportar. Piénsalo, ¿lo harás?- simplemente
asentí.

Salimos de la clínica y cada uno se fue en su coche.

El camino a casa fue horrible, mi corazón y mi mente estaban enzarzados en una


batalla campal. Mi corazón luchaba por Edward y mi mente por Andrea. Y eso no era
bueno. Cuando compartías tu vida con alguien, debías hacerlo con corazón y con la
mente, pero no enfrentados. Eso era lo que me hacía no poder tener una relación ni
con Andrea ni con Edward.

Mi mente me decía que Andrea era el hombre ideal, ya que me amaba, y siempre
había estado a mi lado pero…mi corazón me gritaba Edward. Lo amaba con toda mi
alma pero mi mente no le perdonaba.

Cuando llegué a casa estacioné mi coche en el garaje y salí a buscar a Andrea, que
ya me esperaba en la entrada, con su encantadora sonrisa.

- 334 -
Cuando entramos a mi apartamento, mi corazón volvió a encogerse. Allí estaban
mis dos grandes amores, juntos.

Me reí cuando Edward me explicó que no entendía lo que quería decir mi hijo con
"Kiki mou" y era normal. El lenguaje de un niño era difícil y solo si pasabas las 24
horas del día con él, tenías posibilidad de entenderlo. A veces a mi me costaba
entender algunas cosas.

Cuando Edward vio que Andrea tenía a Daniel en sus brazos, se contrajo. Las
miradas de ambos se cruzaron y no esperé más tiempo para interrumpir.

Necesitaba que se fueran, necesitaba paz en mi interior y con ellos allí era
imposible. Era un espacio demasiado pequeño para tenerlos juntos.

Anuncié el baño de Daniel, pero ninguno se dio por aludido. Edward se ofreció a
bañarlo, cosa que me sorprendió, aclarándome que lo había hecho otras veces,
supuse que durante mi ausencia por mi viaje a Forks.

Edward se marchó con Daniel, y le facilité el pijamita. Mientras yo salí para


preparar su cena. Andrea me acompañó contándome cosas graciosas que habían
ocurrido en la clínica durante mi ausencia, y no pudimos parar de reír.

Cuando Edward salió del baño con Daniel, mi hijo iba acurrucado en sus brazos.
Sabía que tenía sueño. Vi a Edward tan contento de tener a Daniel en sus brazos que
le ofrecí que le diese la cena. Él rápidamente aceptó.

- Bueno…- dijo Andrea- creo que es hora de que me marche. Bella…nos vemos
mañana en la tarde, piensa en mi proposición- me contraje involuntariamente. - Nos
vemos mañana- me besó en la mejilla antes de ir a despedirse de mi hijo- Adiós Dani.

Cuando se marchó Andrea, Edward y yo nos quedamos en silencio.

Una vez acabada la cena de Dani, Edward se fue a su habitación sin decir nada
para acostarlo.

El interfono estaba en el salón y se activaba cuando captaba un sonido, por lo que


pude escuchar a Edward tatarear una canción mientras se balanceaba en la
mecedora.

Siempre supe que Edward podía ser un buen padre pero…me quedé corta. Era
mucho mejor de lo que esperaba.

- 335 -
Cuando salió de la habitación, no pude reprimir las ganas de agradecerle todo lo
que hacía por mi hijo.

Desde que Edward había llegado a su vida, mi hijo no llamaba a su papá con
angustia. Ahora comprendía que mi hijo había tenido angustia por no tenerlo a su
lado.

En la respuesta de Edward noté una ligera molestia, y supuse que era por Andrea.

- Aún así- insistí- Has hecho demasiado por él estos días y tengo la necesidad de
agradecértelo.

- Es lo menos que puedo hacer. Por culpa de mi…terquedad os hice mucho daño
y…- lo vi que se emocionaba ante sus palabras y…no quería eso.

- Edward…es mejor que olvidemos eso.- susurré

- ¿Tú puedes hacerlo?- claro que no podía, pero…era lo mejor.

- No, pero…lo intento- dije con sinceridad

- Bella…hoy…cuando estuve intentando descifrar que era "kiki" puse el DVD y vi


videos- recordé que el CD que estaba en el DVD era el del nacimiento de Daniel.

Días atrás, cuando volví a casa angustiada por la enfermedad de mi hijo, tuve la
necesidad de verlo. Quería demostrarme que iba a ser capaz de superar esta
enfermedad de mi hijo, como había sido capaz de vivir el embarazo y traerlo al
mundo sola. Esas imágenes me ayudaban a superar momentos duros.

- No fue mi intención pero…me alegro de haberlo visto- prosiguió

- Emmett…ha grabado todo…desde que…- tú me abandonaste, que era lo mismo a


que cuando supe que estaba embarazada.

- ¿Podría verlo? Sé que me merezco tu negativa, fui un tonto y me lo perdí pero…


necesito recuperar el tiempo que estuve impedido. Bella…no me fui de fiestas, me
fui para poder caminar.

- Da igual el motivo, lo que importa fue el resultado. Te fuiste- no quería sacar el


dolor que llevaba dentro pero…no tenía otro remedio

- Si lo hice pero…no quería involucraros en un sufrimiento que no era vuestro. Esa


- 336 -
operación fue…horrible. Si hubieseis estado a mi lado…

- Tú no podías decidir eso. ¿Pensaste en nosotros, en lo que supondría eso?

- No, pensé que os quitaba más dolor marchándome y haciéndolo solo.

- Solo- ¿por qué me mentía? Sabía que se había ido con una chica, a la cual, quizás
había abandonado también y la habría dejado con otro hijo.

- Si…fui solo- no iba a escuchar más mentiras, fui hasta el clasificador de CDs y
saqué en los cuales salía Daniel. No iba a pasarle Navidades ni nada por el estilo,
eso era cosa de mi hijo y mía.

- Toma, yo si puedo serte sincera, no me importa que veas mi dolor y mi alegría.


Por favor cópialos y me los devuelves. Para mi significan mucho- ahí estaba la
verdad de estos casi tres años de soledad

- Bella…puedo… ¿puedo preguntarte algo?- Andrea, iba a preguntar sobre él, sus
verdes ojos lo delataban

- Puedes preguntar lo que sea, igual que yo puedo decidir lo que respondo- le
advertí

- ¿Qué significa Andrea para ti?- le dí la espalda para esconder mi inseguridad

- ¿Por qué quieres saber Edward?

- Porque te amo, porque no quiero perderte.

- Lo siento…eso pasó- mis lágrimas no aguantaron, no quería caer ante él,


necesitaba ser fuerte- ha pasado muchas cosas en todo este tiempo.

- Bella…yo puedo intentar….- no podía seguir escuchándolo, eso me hacía


flaquear, por lo que decidí contarle la proposición de Andrea

- Andrea me ha pedido que salgamos, me ha esperado todo este tiempo, me ha


consolado y ha estado a mi lado sin importar nada. Para mi significa mucho- con
esto no le estaba diciendo que lo iba a aceptar, pero…tampoco se lo negaba, solo yo
sabía que mi relación con Andrea era imposible.

- Pero no lo amas- claro que no lo amaba, lo amaba a él.

- 337 -
- ¿Y que? Una vez amé y casi muero, prefiero no hacerlo- Edward se acercó a mi.

- ¿Me amas?- me volteó para encararme- Bella…dime que no me amas y te dejaré-


no podía decírselo, si lo amaba con todo mi ser pero…no había podido perdonarle.

- No es suficiente- solo pude decir eso.

- Déjame sanarte, déjame hacer que vuelvas a confiar en mí-

Todo fue demasiado rápido, Edward se acercó a mí y me besó. No me lo esperaba


pero sin darme cuenta comencé a corresponderle. Ansiaba su boca, su sabor, lo
ansiaba a él. Ese beso me hacía recordar cada momento vivido con él, cada noche
que estuve en sus brazos, todo.

Edward me besaba con una mezcla de intensidad y de ansia y yo le devolvía el


beso igual. Estuve a punto de abrazarlo, de decirle que no se alejara de mí pero mi
mente reaccionó antes de arrepentirme y me aparté jadeante.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

- 338 -
Capitulo 46

Que tal estais?

Os dejo el siguiente capi.

Disfrutad

CAPITULO 46

- No Edward, no vuelvas a hacerlo- sollozaba- no puedo, ¿no me entiendes?

- Perdóname Bella, siento…- no iba a darle tiempo a que se explicase.

- No me importa que veas a Dani las veces y el tiempo que quieras pero…por
favor…no vuelvas a hacerlo.- si lo volvía hacer, no iba a tener fuerzas para parar y
nos haríamos daño mutuamente. No estaba preparada- si lo haces…tendremos que
hacerlo de diferente forma.

- Está bien, discúlpame. No haré nada que te incomode.

- Gracias.

Recogió sus cosas en silencio. Me sentía mal, no debí haberle correspondido, no


quería dañarlo. Lo amaba demasiado para dañarlo.

Supe que no era el mejor momento pero…necesitaba saber si podía contar con él
para cuidar a Dani. Tenía mi trabajo abandonado y debía retomarlo poco a poco. Era
la mejor forma de llegar a la normalidad.

Le pedí a Edward si podía ayudarme a cuidar a Daniel por las tardes. Sabía que
tenía las tenía libres y por otro lado, sabía que se moría de ganas de pasar tiempo
con su hijo.

Edward no puso ningún problema, al contrario, se mostró interesado e ilusionado,


y eso me gustó. Sabía que podía contar con él, como padre, para la educación de
nuestro hijo.

Cuando me ofreció pasarme la manutención de Daniel me negué. Mi hijo no


necesitaba de su dinero para vivir, yo podía mantenerlo sola, solo le pedía amor para

- 339 -
mi hijo.

Él como era de esperar se negó, y me amenazó con abrirle una cuenta bancaria
con esos ingresos, cosa que no me pareció del todo mal. Podría guardar ese dinero
para su uso cuando fuera mayor.

Lo que me dejó fuera de juego fue cuando me solicitó que Daniel llevase el
apellido Cullen. Sabía que tenía el derecho de que su hijo llevase su apellido
pero…realmente no me esperaba que el cambio se fuera a producir tan pronto.

Tenía mucho miedo al proceso, había escuchado que era un procedimiento


judicial, por el que tenían que pasar por pruebas de ADN, etc. Edward me
tranquilizó en ese sentido y me dijo que cuando la madre estaba de acuerdo, nada
de eso era necesario, ya que solo se cambiaría el registro. Se mostró comprensivo y
no me obligó a nada, por lo que accedí a proceder al cambio. Sabía que tarde o
temprano pasaría, a parte que… Edward se lo merecía.

Posteriormente acordamos a la hora que vendría al día siguiente para cuidar a


Dani y finalmente nos despedimos.

Sin esperarlo, habíamos aclarado varios puntos, unos mas dolorosos que otros
pero…precisos y necesarios.

Antes de irme a la cama, fui a la habitación de Daniel para revisar que estuviera
bien. En ella aún estaba el aroma de Edward.

¿Qué iba a hacer? Era joven y…tenía que rehacer mi vida, pero…estaba
totalmente enamorada de Edward.

Sabía que a Edward le pertenecía mi corazón pero…no me sentía preparada para


hacer borrón y cuenta nueva. Estos casi tres años habían pesado mucho, había
sufrido mucho. Sabía que si retomaba mi relación con él iba a ser un infierno. Le
echaría en cara su abandono y por supuesto, no confiaría en él. Viviría con el miedo
a que nos volviese a abandonar.

Por otro lado Andrea…siempre había estado ahí. Me había apoyado


incondicionalmente, me había levantado cuando me caía, era uno de mis mejores
amigos. Él sabía que aún amaba a Edward pero…luchaba por mí. Sabía que si
aceptaba a Andrea sería injusta con él. Él se merecía alguien que lo amara
completamente, que lo hiciera feliz.

Necesitaba tiempo, esa era mi conclusión. No quería tomar una decisión


- 340 -
precipitada, necesitaba olvidarme de todo y seguir con mi vida como hasta antes de
que apareciese Edward.

Pasaron varios días, y por suerte ni uno ni otro me volvieron a sacar el tema.

A Andrea le había dicho que necesitaba tiempo, y él lo aceptó. Por otro lado
Edward, siguió ejerciendo de padre haciendo a mi hijo muy feliz.

Por fin era viernes. Necesitaba descansar.

Llevaba varios días que no me encontraba bien. Una quemazón desgarraba mi


garganta, me sentía cansada.

EDWARD

Cuando llegué a casa, lo primero que hice fue ver los videos que me había
prestado Bella. En el estaba su nacimiento, sus primeros días de vida, su primer
cumpleaños, etc.

Lloré como nunca antes había llorado. Me desgarraba el corazón ver a Bella triste
y por otro lado, ver a mi hijo sin mi protección. Toda mi vida me arrepentiría de
aquel maldito día, en el que decidí marcharme.

Nunca pensé que diría esto pero… preferiría mil veces más estar sentado en mi
silla de ruedas pero no haberme perdido esos años de mi hijo y tener a Bella a mi
lado, que poder caminar.

Pasaron los días y era viernes. Tenía que decir que estaba exhausto. Me pasaba
todo el día fuera de casa, por la mañana trabajando y por las tardes con mi hijo en
casa de Bella.

No había hablado con Bella sobre el fin de semana pero…quería llevarlo el sábado
a casa de mis padres para pasar el día con ellos.

Cuando llegó Bella de trabajar, no tenía buen aspecto.

- Bella… ¿te encuentras bien?- estaba bastante pálida

- No mucho- sonrió con desgana- me siento muy cansada y…- tocó su garganta- me
cuesta respirar

- Puedo…- antes de tocarla le pedí permiso. Sabía que tenía fiebre, en su frente
- 341 -
había unas gotitas de sudor frío, ella asintió- Bella…tienes mucha fiebre. Deberías
descansar

- Este fin de semana lo haré- la vi tiritar.

- Ven túmbate aquí- le señalé el sofá- ¿dónde…tienes una manta…?

Me dio las indicaciones y volví con ella para echársela encima.

- Tranquila, voy a bañar a Daniel y le daré su cena, descansa.

Bañé a Daniel, que por suerte ese día estaba menos revoltoso. Cuando terminé,
miré en el calendario que Bella tenía en la cocina, para ver que le tocaba de cenar, y
no era nada difícil. Era una tortilla francesa con queso fundido, varias lonchitas de
pavo y un yogurt.

Le di la cena en su habitación para evitar despertar a Bella, ya que se había


quedado dormida en el sofá. Después le conté un cuento, quedándose dormido al
poco tiempo.

Salí al salón y fui directamente hacia Bella. La toqué y estaba ardiendo. Tomé mi
móvil y llamé al servicio médico a domicilio. No podía llevar a Bella al hospital y
dejar a mi hijo solo.

Esa misma mañana, Rosalie y Emmett se habían ido a pasar el fin de semana
fuera, por tanto no podía contar con ellos.

El médico no tardó mucho tiempo en llegar. Desperté a Bella para que la pudiera
reconocer y en cuanto lo hizo, se volvió a quedar dormida a causa de la fiebre.

- Sr. Cullen…su esposa- más quisiera yo que fuera mi mujer, pensé para mis
adentros- tiene principio de neumonía. Tiene una fiebre muy elevada, sonido en su
pecho al respirar, etc. Sobre todo hay que controlar la fiebre para evitar que
convulsione. Le voy a recetar antibióticos, antitérmicos que sirven de analgésicos.
Debe hacer reposo absoluto y tomar mucho líquido para evitar la deshidratación. En
caso de que tenga subidas altas de temperatura y vea que no baja con el
antitérmico, deberá darle un baño tibio, nunca frío, para evitar un cambio drástico
de temperatura. No puede estar muy abrigada para que no le suba la fiebre.

- Otra consulta que quiero hacerle. Tenemos un hijo que…bueno…hace pocos días
le hicieron un transplante de médula por…- me costaba horrores decir la maldita
enfermedad- leucemia. Solo lleva una semana en casa… ¿cree que le puede afectar?
- 342 -
- ¿Tiene opción de que esté en otro lugar?

- Si, a casa de mis padres- no podía llevarlo a mi casa y dejar a Bella sola

- Pues entonces veo bien que lo hagan. Su hijo aún puede estar débil y…es mejor
no exponerlo.

- Gracias doctor.

Le tendí un talón por el valor de su visita y se marchó.

Tomé de nuevo mi teléfono y llamé a mis padres.

- Hola hijo ¿pasa algo?- respondió mi madre.

- Mamá…estoy en casa de Bella. Está enferma…- mi madre se asustó y no me dejó


aclararle.

- Que tiene Edward no me asustes- no era para menos que se asustase, después de
los últimos acontecimientos…

- Tranquila mamá es principio de neumonía. Tiene bastante fiebre y se acaba de


marchar el médico. Necesito que vengáis a recoger a Daniel. Le he preguntado al
doctor, explicándole su estado y me ha recomendado que lo lleve a otro lugar. Yo me
voy a quedar con ella, no la voy a dejar sola.

- Vamos para allá en unos instantes.

Al colgar, escuché como otro teléfono sonaba y no era el mío. El sonido provenía
del bolso de Bella, por lo que lo abrí y miré quien llamaba. No podía ser otro que
Andrea. Le colgué y desconecté el teléfono. Demasiado virus tenía ya Bella para que
ahora viniera él.

Mis padres no tardaron en llegar.

- ¿Como sigue Bella?- preguntó mi padre.

- No muy bien. Necesito salir a comprar los medicamentos, ¿os podéis quedar
vosotros mientras? Quiero pasar por casa para recoger alguna ropa- no sabía cuanto
tiempo iba a estar allí.

- Claro que si hijo, mientras yo recogeré algunas cosas para Daniel- me dijo mi
- 343 -
madre.

Rápidamente, tomé las llaves de Bella de su casa y bajé a mi coche y fui a la


farmacia de guardia más cercana. Compré toda la medicación, más algunas cosas
extras como agua de mar, que venía bien para la descongestión y era natural. Pasé
por casa y metí todo lo necesario en una mochila

Cuando regresé, mi madre lo tenía todo listo, excepto Daniel que seguía dormido.

- Llevaros el coche de Bella que tiene la sillita- le dije a mis padres, buscando las
llaves en el bolso de ella

- Llámanos mañana para decirnos como ha amanecido. Por otro lado…tranquilo,


cuidaremos de Dani ya lo sabes.

- Si, por ese aspecto me quedo tranquilo.

Tomé a Dani en brazos de su cunita y lo lié en una manta, para que no se enfriara,
lo besé y se lo entregué a mi padre, el cual lo tomó con cuidado en sus brazos para
evitar que despertara.

Una vez que se fueron, tomé a Bella en brazos y la llevé a su habitación. Era la
primera vez que entraba en ella. (está en mi perfil) Sin haberla visto nunca, supe
que sería así, tenía su seña de identidad. Era sencilla y práctica.

La deposité con suavidad en la cama, notando que su temperatura había


aumentado aún más.

Sin pensarlo, fui a su baño y llené la bañera con agua tibia. Sabía que aunque le
diese el antitérmico en este instante, pasarían horas hasta que le hiciese efecto y la
fiebre bajase algo, por lo que no me iba a arriesgar a que convulsionara.

Cuando tuve listo el baño, me fui hasta ella y comencé a quitarle la ropa, aunque
no se la iba a quitar toda para no molestarla. La dejé en ropa interior. Me quité mi
camisa para evitar mojarme al introducirla en el agua. La tomé con cuidado y fui
hasta el baño sumergiéndola lentamente en el agua. Bella entreabrió sus ojos al
contacto con el agua y se estremeció.

- Tranquila…verás como esto baja la fiebre- ella no dijo nada solo sonrió
tímidamente.

Empapé una pequeña toalla en el agua, y la pasé por su cara para eliminar resto
- 344 -
de sudor de la fiebre. Poco a poco iba notando como su temperatura corporal
disminuía.

- ¿Y…Dani?- preguntó

- Tranquila, está con mis padres. Los llamé para que se lo llevaran a su casa,
este…no es el mejor lugar para él- la tranquilicé

- ¿Y tú? Quizás tengas a alguien que te espera- no entendí esa pregunta,


realmente Bella deliraba a causa de la fiebre.

- Bella…sabes que no me espera nadie- le sonreí

- Puedo… ¿puedo preguntarte algo?- preguntó con los ojos cerrados

- Siempre puedes hacerlo- le respondí

- ¿Quién era la chica que se fue contigo cuando desapareciste?- ¿chica?

- Bella…estuve solo, nadie estuvo conmigo- no sabía por qué creía que había
estado con alguien.

- Edward…puedes decírmelo, ya todo pasó- sus ojos ahora estaban abiertos, la


fiebre había bajado bastante.

- Bella…no hay nada que decir ¿Qué tengo que hacer para que me creas?- no
entendía- De dónde…- suspiré- ¿de dónde sacas que me fui con alguien?

- De Dan. Cuando te marchaste…le preguntamos si habías salido con alguien. Él


nos indicó- ahora lo entendía todo, a parte de mi marcha, debía sumarle que Bella
pensaba que me había marchado con otra.

- Bella…en mi vida solo has estado tú. Esa mujer…esa mujer era Irina, la
enfermera de la clínica que debía acompañarme- No podía creerme que Bella
hubiese pensado que me había ido con otra- Recuerda que era una persona con
movilidad reducida y…no podía viajar solo. Tuve que tomar un avión hasta Virgina y
hacerlo solo…no era lo más recomendable. La clínica aprovechó que Irina estaba
aquí, por eso fue todo tan precipitado.

BELLA

No sé por qué se lo pregunté, quizás…mi corazón se había aprovechado de mi


- 345 -
estado de semiinconsciencia. Las palabras fluían por mi garganta sin poder
retenerlas.

- ¿Quién era la chica que se fue contigo cuando desapareciste?- evité nombrar a
Claudia.

- Bella…estuve solo, nadie estuvo conmigo- ¿por qué lo negaba?

- Edward…puedes decírmelo, ya todo pasó- abrí mis ojos y lo miré, Edward tenía
la mirada sincera, no había atisbo de mentira en ellos.

- Bella…no hay nada que decir ¿Qué tengo que hacer para que me creas? De
dónde…- suspiró- ¿de dónde sacas que me fui con alguien?

- De Dan. Cuando te marchaste…le preguntamos si habías salido con alguien. Él


nos indicó- tras eso no podría negarme que se fue solo

- Bella…en mi vida solo has estado tú. Esa mujer…esa mujer era Irina, la
enfermera de la clínica que debía acompañarte- Edward parecía angustiado-
Recuerda que era una persona con movilidad reducida y…no podía viajar solo. Tuve
que tomar un avión hasta Virgina y hacerlo solo…no era lo más recomendable. La
clínica aprovechó que Irina estaba aquí, por eso fue todo tan precipitado.

En ese momento me sentí mal. Durante estos casi tres años, había pensado que
Edward me había abandonado para irse con otra mujer. Eso no lo disculpaba
pues…realmente no importaba con quién se hubiese ido, sino la forma en que lo hizo

- Bella…. ¿qué piensas? Háblame por favor- no me había dado cuenta que me
había sumido en mis pensamientos.

- Tengo frío- esquivé su pregunta, ahora…no me sentía preparada para hablar de


ello.

Lo miré a los ojos y vi decepción en ellos.

Durante todo este tiempo había aprendido a contener mis emociones, a no


expresar mis sentimientos. Gracias a eso los míos, habían sufrido menos, aunque mi
dolor fuera mayor.

- Te ayudaré a levantarte- Pasó sus brazos por debajo de mis axilas y tiró de mi
hasta ponerme en pie en la bañera. Después tomó una gran toalla que tenía en el
baño y me envolvió en ella- ¿Quieres…necesitas que te traiga algo para cambiarte?
- 346 -
- No gracias, puedo coger mi ropa- hasta ese momento no me di cuenta que
Edward me había metido en ropa interior en la bañera. Había respetado mi derecho
a la intimidad, aún habiéndome visto desnuda años atrás.

- Está bien, iré a prepararte algo caliente para que tomes la medicación- solo
asentí

Fui con cuidado hasta mi habitación para coger mi ropa. Mis piernas estaban
temblorosas y tenía una gran opresión en mi pecho que dificultaba mi respiración.

Para mí había sido un gran esfuerzo vestirme y estaba sentada en mi cama


extasiada, cuando apareció Edward.

- ¿Estás bien?- susurró

- Si, solo…estoy cansada- lo miré y vi dolor en su gesto. No podía verlo así, eso me
dañaba.

- Te he traído un caldo caliente, será mejor que te lo tomes- me ayudó a meterme


en la cama y después colocó la bandeja sobre mis piernas.

Con mucha dificultad me terminé la sopa y me tomé la medicación que me había


recetado el médico, el cual apenas recordaba.

Edward se había encargado de mi, había vuelto a estar a mi lado en un momento


de necesitad, y eso me estaba haciendo dependiente de él.

- Edward…- él me miró esperando a que prosiguiera- no…no te vayas- esto último


lo dijo mi corazón

- No me voy a ir Bella- sus ojos reflejaron esta vez alivio- me voy a quedar hasta
que tu me digas- Quise decirle que se quedara para siempre pero…mi mente y mi
corazón aún no habían llegado a un acuerdo.

- Gracias.

Me tumbé en la cama y Edward me tapó con las mantas, sentándose a mi lado en


la cama. Mis ojos me pesaban toneladas por lo que los cerré.

Al momento sentí un ruido en el salón de casa. Era una risa ensordecedora de


mujer. Me levanté de la cama asustada, realmente…no reconocía donde me
encontraba. Mi casa ya no era ese lugar tan acogedor, ahora era frío.
- 347 -
Fui al salón para averiguar que ocurría, y allí los vi a los dos, a Edward y a esa
mujer besándose en el sillón donde mi hijo solía poner sus juguetes.

Hasta que estuve a un metro de ellos, no se percataron de mi presencia. Edward


al verme me dijo que no era lo que yo pensaba, que era una enfermera de
rehabilitación y ella reía.

Al momento noté sobre mi cara algo mojado y a Edward llamarme.

- Bella…Bella…despierta- abrí rápidamente los ojos y miré a mi alrededor-


Tranquila…tienes mucha fiebre y estabas delirando y gritando- en ese momento no
pude reprimir mis lágrimas- No llores cariño todo está bien- sin pensármelo lo
abracé

Puede haber un Edward así? Si lo hay mandádmelo a mi casaaaaaaa

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

- 348 -
Capitulo 47

La cosa se acaba chics, queda solo 2 capis más y el epilogo, ohhhhhhh.


Tranquils que tengo más historias, jajaajajja.

Os dejo el siguiente capi.

Disfrutad

CAPITULO 47

EDWARD

En cuanto Bella se quedó dormida, aproveché para ir a comer algo. Desde el


almuerzo no tomaba nada y ya era pasada la medianoche.

Tomé un sándwich y una fruta y fui al baño de la habitación de Bella, necesitaba


darme una ducha.

No paré de pensar en nuestra no conversación, pues no podía catalogarla como


tal. A pesar de que le aclaré que no me había ido con ninguna mujer…Bella no dijo
nada y yo tampoco quise meter el dedo en esa herida. Ahora sabía la verdad y
esperaba que pensara en ello.

Una vez listo, revisé a Bella y seguía dormida tranquilamente. Me fui para el salón
para descansar en el sofá pues sabía que apenas dormiría en la noche.

Veía pasar los minutos en el reloj del DVD del salón y cada quince, iba a la
habitación de Bella para asegurarme que la fiebre no había subido.

Me estaba quedando traspuesto, cuando escuché a Bella gritar a las 4 a.m. Salí
corriendo a su habitación. Estaba empapada de sudor y su temperatura había
subido.

- Edward…no Edward- gritaba en sueños, yo era el causante de sus pesadillas. Su


voz era dolorosa. Tomé la toalla que empapé cuando le di el baño y la volví a mojar
para colocarla en su frente.

- Bella…Bella…despierta- al decirle eso, abrió sus ojos rápidamente mirándome


con angustia- Tranquila…tienes mucha fiebre y estabas delirando y gritando- al

- 349 -
decirle eso comenzó a llorar- No llores cariño todo está bien- me volvió a mirar y me
abrazó.

- No te vayas, quédate aquí, no te vayas por favor- su cuerpo temblaba y no sabía


si era a causa de la fiebre o por el madito sueño.

- No me voy a ir Bella, estoy aquí- Me metí en la cama con ella y la atraje a mi.
Tomé la toalla y la volteé para colocarla de nuevo en su frente, quedándose dormida
abrazada a mí.

Al ver que estaba tranquila, mi cuerpo se fue relajando hasta quedar dormido con
ella.

Un movimiento a mi lado de despertó. Abrí los ojos y estaba en la cama abrazado


a Bella. Volví a cerrar los ojos esperando que lo que acababa de ver no fuera una
alucinación.

Abrí lentamente mis ojos de nuevo y se volvía a repetir la misma escena pero esta
vez Bella me miraba con la misma sorpresa que yo a ella.

- Buenos días, ¿Cómo te sientes hoy?- le pregunté soltándola muy a mi pesar.

- Estoy algo mejor. Al menos…he dormido bien- me dijo, y lo que no sabía es que
yo era la primera vez en tres años que podía descansar.

- ¿Te apetece desayunar algo? Debes tomar la medicación de la mañana- ahora


más que un abogado parecía un médico.

- No quiero abusar de ti, yo puedo…- hizo el amago de levantarse pero se dejó


caer de nuevo en la cama abrazando su pecho y tosiendo.

- Te dejo que abuses de mi- le sonreí- Ya te pediré algo a cambio aunque…aún me


debes un día en el parque con mi hijo.

- Entonces…tu no haces nada desinteresadamente ¿no?- siguió mi broma

- Nop, voy a preparar el desayuno y pensaré que pedir a cambio.

¿Podía estar pasando esto? Algo había mejorado entre nosotros en solo unas
horas.

Bella anoche me pidió que no me fuera y posteriormente tras su pesadilla me pidió


- 350 -
que me quedara con ella en la cama.

Sabía que no debía hacerme ilusiones pero…era imposible, la amaba y aunque


fuéramos a pasos lentos, mientras que avanzáramos aunque fuera milímetros, me
daba por satisfecho

Le preparé un vaso de leche caliente y le llevé unas galletas. Apenas tenía apetito
pero necesitaba comer algo para tomar la medicación.

Mientras desayunaba Bella, tomé mi teléfono para ver como estaba mi hijo y me
senté a su lado en la cama.

- Hola cariño, ¿Cómo está Bella?- respondió mi madre.

- Está algo mejor- dije mirándola- aunque…necesita reposo- le advertí a Bella


aunque se lo decía a mi madre.- ¿Y mi hijo?

- Está con su abuelo en el jardín, corriendo de un lado para otro- se escuchaba a


mi hijo gritar y reír.

- Al parecer está totalmente recuperado- dije sonriendo a Bella- lo escucho gritar y


reír.

- Ya sabes como pierde pie el abuelo con él.

- Gracias mamá, os llamo en la tarde para que me contéis ¿vale?

- Dale besitos a Bella de mi parte.

- Se los daré si me deja- Bella me sacó la lengua al saber a que me refería.

Tras eso colgué y no pude evitar mirar el teléfono con una sonrisa.

- ¿Te gusta tanto tu teléfono para sonreírle?- me dijo Bella.

- Al parecer estás mucho mejor ¿no? – le sonreí- Daniel estaba corriendo por el
patio con el abuelo.

- Lo echo de menos- susurró.

- Y yo pero…es lo mejor para él ¿No crees?- ella asintió

- 351 -
Tras el desayuno Bella durmió un rato, mientras preparé algo ligero para el
almuerzo. No era muy diestro en la cocina pero sabía defenderme.

A media mañana, se despertó Bella y le llevé un zumo de naranja natural.

- Edward…me vas a consentir demasiado y después…- no terminó la frase.

- Si tu quisieras haría esto todos los días de mi vida- me acerqué un poco hacia
ella- Si tu quisieras cuidaría de ti como tu cuidaste de mi,- volví a acercarme más- si
tu me aceptaras…te daría mi vida- quedamos a escasos centímetros que finalmente
recortó Bella.

Supe que actuó por impulso, que no se pensó lo que hizo pero…no me importaba.
Aproveché esa oportunidad que me daba para entregarle parte de mí.

Podía notar el calor de la fiebre en sus labios por lo que procedí a mojarlos con mi
lengua y la sentí estremecer. Me acerqué más a ella para acogerla en mis brazos.

Nuestras lenguas se acariciaron dulcemente, recordando viejos momentos.

El beso fue dulce, tierno y dado por los dos. Ninguno puso más que el otro y eso
era un alivio para mí. Poco a poco me fui alejando para ver la reacción de Bella, la
cual mantenía aún los ojos cerrados.

- Bella…- necesitaba que dijera algo, su silencio me mataba más que sus palabras.

- Yo…no sé…qué decir- me miró con miedo.

- Con eso me vale. Si no sabes que decir…no digas nada, solo deja que tu corazón
hable, él nunca se equivoca

- Pero…no se si estoy preparada para hacer lo que siente mi corazón, mi


mente…no está recuperada

- ¿Y si dejas que "tu médico" particular te ayude a curarla?- le sonreí y ella me


devolvió la sonrisa, aunque…no estaba muy convencida- Bella…no pensemos.
Dejemos que las cosas salgan solas.

- No puedo hacer eso, Edward…tenemos un hijo…

- Bella…Daniel va a estar fuera varios días. Hagamos la prueba estos dos días
hasta que te recuperes- Ella no respondió y no volvimos a hablar de ello en ese
- 352 -
momento.

Cuando se acercó la hora de almorzar, le llevé la comida a Bella a la cama.

- Mmm. Huele bien- sonrió- No sabia que cocinabas…

- No lo hago- sonreí- te estoy usando de conejillo de indias

La tarde pasó más rápida de lo que yo quería. Estuvimos charlando de varios


temas. Me contó como perdió su trabajo en la clínica cuando estábamos juntos y
donde trabajó por unos meses.

Me dolió en el alma no haberme enterado. Nunca la habría dejado trabajar en esas


condiciones. Ahora entendía que su cansancio no se debía solo a mí.

- Sabes…creo que cometimos muchos errores en nuestra relación- comencé-


aunque… he de decir que los míos fueron…mucho mayores y…quiero pedirte
perdón. No sabes como me sentía Bella. Veía como día a día te faltaba vida, y
pensaba que yo la consumía. El día de la playa…no pude soportarlo más y fue
cuando decidí marcharme.

BELLA

Esa conversación que estábamos teniendo Edward y yo, me mostró muchas cosas
que no conocía, o…que no había querido ver.

Aunque Edward se marchó sin dar una explicación, yo con mi falta de verdad,
había contribuido a arrastrarlo a eso. En parte, había ayudado a Edward a tomar esa
decisión.

Edward había pensado que estar a su lado me agotaba y no sabía que era lo que
me daba la luz para vivir. El irse de mi lado me sumergió en una oscuridad
aplastante, una que casi me mata.

Ahora la vida me daba otra oportunidad, ¿podría aprovecharla o…la dejaría correr
a causa de mi inseguridad?

- Quizás faltó comunicación…- agregué- no debí haberme callado lo de mi nuevo


trabajo. Sabía que me pasaría factura. El horario era incompatible…

- Ahora entiendo por qué no te querías quedar en casa conmigo- sonrió de esa
manera que me hacía perder la cabeza. Surgió un pequeño silencio durante unos
- 353 -
minutos- Bella… ¿cómo fue el…parto?, ¿qué sentiste cuando viste a Daniel por
primera vez?- tragué hondo, ¿cómo explicar un sentimiento?

- Es casi imposible explicarlo con palabras, fue indescriptible a parte de doloroso


claro- sonreí- Ver como una parte de mi venía al mundo, verlo mirarme con esos
ojitos…- solo de pensarlo me emocionaba.

- Sabes…nunca podré perdonarme haberme perdido todo eso. Haberme perdido


estar a tu lado cuando supiste que íbamos a ser padres, la primera ecografía, el
nacimiento…

- Para mi todo eso fue duro- susurré- no disfruté hasta que no nació Daniel,
antes…- callé al ver como unas lágrimas recorrían las mejillas de Edward

- Perdóname Bella, no me merezco nada. No merezco ni siquiera que me hables, ni


que Daniel me llame papá, ni…- no pude evitarlo y lo silencié con un beso.

No había pensado hacerlo pero…me dejé llevar. No servía para castigar a nadie y
menos cuando eso significaba que me castigaría a mi misma. Lo amaba, y eso no
cambiaría nunca.

Edward me correspondió pero esta vez su beso era desesperado. Aún besándome,
sentía como sus lágrimas seguían rodando por sus mejillas.

La noche llegó. El día había pasado muy rápido para mi gusto

Con ayuda de Edward fui al baño para darme una ducha. Mientras él encargó que
trajesen comida china para cenar.

Cenamos en la cama, aunque yo apenas probé bocado. Me encontraba mucho


mejor pero…no tenía hambre.

- Bueno…es mejor que descanses- me dijo Edward retirando la bandeja

- Si…lo necesito.

- ¿Quieres…quieres que me quede?- solo asentí. Necesitaba tenerlo cerca pero no


me atrevía a pedírselo.

Edward dejó las bandejas en la cocina y volvió a la habitación. Se quitó la


camiseta del pijama y se metió con tan solo los pantalones en mi cama.

- 354 -
Me coloqué de lado y él me atrajo hasta quedar mi espalda apoyada en su pecho,
mientras sus brazos rodeaban mi cuerpo.

La noche pasó y por suerte no volví a tener las pesadillas de la noche anterior. Era
reconfortante volver a compartir mi cama con Edward, aunque fuera temporal, eso
me hacía sentirme querida, protegida, plena.

No supe que hora era hasta que escuchamos, como sonaba insistentemente el
timbre de casa. Edward se levantó de un salto asustado.

- Edward por favor abre, puede ser que haya pasado algo- lo primero que se me
vino a la cabeza era Daniel.

Edward corrió hasta la puerta de la casa y al momento escuché un murmullo y un


golpe. Como pude me levanté asustada y me dirigí al salón, cuando llegué no me
esperé lo que vi.

EDWARD

Bella me volvió a regalar una noche de descanso pleno, permitiéndome dormir a


su lado. Pasamos la noche abrazados, como siempre dormíamos en mi apartamento.

No supe que hora era ni donde estaba, cuando escuché sonar un timbre
insistentemente. De sobresalto me levanté de un vote de la cama.

- Edward por favor abre, puede ser que haya pasado algo- lo primero que se me
vino a la cabeza era Daniel, pero…era imposible. Mis padres me habrían llamado al
teléfono.

Fui hasta el salón en pijama y abrí la puerta. Esperaba a todo tipo de bicho
viviente pero no a él.

- Sabías que estabas por medio- me dijo empujándome para entrar.

- Bueno días a ti también Andrea- respondí con una sonrisa, sin mediar palabra me
pegó con todas sus fuerzas tirándome al suelo del impacto.

Me dejó fuera de juego, me había dado un golpe en la nariz y me había dejado


descolocado y con las lágrimas saltadas. Solo pude llevarme las manos a ella para
intentar aliviar el dolor y por supuesto sangraba.

Al momento escuché la voz de Bella.


- 355 -
- Andrea… ¿qué….- calló al verme en el suelo- ¡Edward! ¿Estás bien?- apenas
podía contestarle pues…no había recuperado la voz.

- Tranquila…estoy bien- me levanté del suelo

- ¿Quieres que te acompañe?- negué con la cabeza y me fui al baño de Daniel.

No quería irme, tenía ganas de partirle las piernas a ese imbécil pero…sabía que
me compararía como él.

Era inevitable escuchar la conversación desde el baño, estaba demasiado cerca


del salón.

- Bella…me tenías preocupado…

- ¿Qué te pasa Andrea? ¿A qué viene esto?- le gritó

- Llevo todo el fin de semana llamándote. Al principio tu móvil daba la llamada


pero al momento salía como no operativo. No he podido aguantar más pensé que…
había pasado algo y…cuando ha abierto…

- He estado enferma- su respiración se hacía pesada- Han tenido que llevarse a


Daniel para evitar que se enfermara. Emmett y Rose están fuera de viaje y
Edward…me ha ayudado- me molestaba que le estuviera dando explicaciones

- Lo siento…perdí los nervios pensé…

- ¿Y si es cierto que pasa? Andrea somos amigos, en ningún momento…

- Bella… yo te amo- le soltó

- Andrea ya hablamos de ello. Nunca esperé que fueras capaz de hacer algo así.

- Bella…perdóname.

- Andrea vete por favor- su voz se escuchaba temblorosa- necesito estar sola.

- Sabes que si me voy…no volveré- finalmente era imbécil no sabía que así la
perdería.

- Si así lo decides así será- Tras eso se escuchó un portazo.

- 356 -
Quise salir al salón y abrazarla pero…debía a darle tiempo. Siempre el maldito
tiempo.

Al cabo de unos minutos apareció ella en el baño.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

- 357 -
Capitulo 48

Comienza la cuenta atrás. Os dejo el siguiente capi. Voy rapidisimo pues


tengo que salir, me he levantado antes para no dejaros sin capi eh?

Nota: Este capi tiene Rated M, no digo más.

Disfrutad

CAPITULO 48

Entró despacio, recostando su cabeza sobre la pared esperando un gesto por mi


parte.

- Estoy bien tranquila- dije cerrando el grifo al ver que la hemorragia se había
cortado.

El golpe no había sido tan certero para él como esperaba. No me había roto la
nariz pero si me la había dejado dolorida para varios días.

- Edward…lo siento. Andrea no es así, no sé que le ha pasado- lo intentó disculpar

- Bella…nunca te disculpes por actos que tú no has cometido. Si le ha pasado algo


o no, eso no es problema mío. No le dije nada para que reaccionase así.

- Está nervioso- susurró.

- Eso no es motivo, no puede ir pegándole a nadie por la calle por tus nervios- le
sonreí para quitarle hierro al asunto- voy a tener que llamar a mi abogado- Bella
sonrió ante eso.

Lentamente fue acercándose a mí. Tomó las toallitas de Daniel y comenzó a


limpiarme restos de sangre que tenía, primero en mi cara y luego en mi torso
desnudo.

Lo hacía con tanta delicadeza que más bien eran caricias, lo que me hacía cerrar
los ojos, era agradablemente insoportable.

Al momento pude notar como ya no había toallita en su mano, y ahora eran ellas
las que se paseaban por mi torso. Lentamente abrí los ojos, intentando no mostrar

- 358 -
sorpresa al mirarla. Sus ojos eran muy expresivos y ellos me dirían lo que estaba
sintiendo.

No me dio tiempo de verificarlos ya que Bella se acercó peligrosamente hacia mi


boca, perfilando con su lengua, el borde de mis labios.

Mis manos se movieron solas, dirigiéndose hasta su cintura para atraerla más a mi
cuerpo. Ella no puso impedimento hacia eso enlazando sus manos alrededor de mi
cuello, lo que me hizo tirar de ella y subirla a horcajadas a mi cintura.

Si no llega a ser por el dolor de nariz, pensaría que estaba soñando.

- Bella…- sabía que si seguíamos no iba a poder parar. La deseaba demasiado.

- Edward…te amo- susurró en mi boca- necesito que me hagas el amor- al oír eso
tuve que apoyarme en la pared para que no cayésemos al suelo.

Mis piernas temblaban como si me tratase de un quinceañero al que le dan su


primer beso. Bella se estaba dejando llevar y eso me volvía loco.

Salí con Bella en mi cintura, dirección a su habitación. Estábamos en el baño de


mi hijo y eso…me coartaba un poco.

La coloqué en la cama lentamente y antes de proceder a hacer nada me aseguré.

- Bella… ¿estás segura?- era imbécil si, lo sabía, pero amaba a esa mujer más que
a mi vida y no quería hacer nada de lo que tuviese que arrepentirme.

Bella me miró sonriéndome, mitad pícara mitad agradecida y me respondió.

- ¿Tienes miedo Cullen?- me intentaba picar.

- Si- al decirle eso su sonrisa desapareció por lo que proseguí- Tengo miedo a que
esto sea un sueño, tengo miedo a despertar. Tengo pánico a que no sea esto lo que
quieres…- no me dejó seguir, silenciando mis labios con los suyos.

Eso había sido su autorización para seguir por lo que no me lo pensé. Deslicé mis
manos por el contorno de su figura. Necesitaba recordar cada rincón de su
anatomía. Ella perdía sus manos por mis cabellos sabiendo que eso me volvía loco.

Hasta este momento, no empecé a disfrutar de mi libertad, y no solo por estar


junto a Bella sino porque podía amarla y darle todo lo que necesitaba, sin tener que
- 359 -
facilitármelo ella. Podía moverme y ya no tenía limitaciones.

Abandoné sus labios para deslizarme por su cuello, regalándole millones de besos
por milímetro que recorría. Subí hasta su oído, pasando mi lengua por él haciéndola
estremecer.

- Te amo- le susurré antes de bajar de nuevo a su cuello, ella emitió un ruido de


aceptación que me hizo sonreír.

Bajé mis manos hasta la parte baja de su camiseta para quitársela, dejándola con
un sujetador de camiseta para dormir, el cual…no dejaba mucho para imaginar al
ser casi transparente.

Con mis manos acaricié cada punto de su torso mientras mi lengua, iba activando
cada poro de su piel. Le quité el sujetador, perdiendo mi boca por su pecho.

Bella jadeaba y podía notar como su respiración se había acelerado.

Delineé con mi lengua el contorno de su pecho, deteniéndome en sus pezones


erguidos de placer. Cada punto de Bella sabía genial pero sobre todo…sus pechos.

Ella apretaba mi cabeza contra ellos con rudeza, estaba demasiado excitada y eso
me encantaba.

Lentamente fui perdiendo mis manos por el interior de sus pantalones del pijama,
bajándolos, acariciando sus preciosas piernas, quedando solo en culotes.

Me apartó tumbándome en la cama, subiendo hasta mi oído.

- Te deseo mucho pero si sigues así, me volverás loca. Ahora sufrirás tu- dicho eso
se sentó sobre mi a horcajadas y comenzó a besar mi cuello.

Su lengua me volvía loco. Se movía por mi cuello haciéndome estremecer. Su boca


bajó por mi torso, dejando un hilo de humedad por donde pasaba. Sus manos
llegaron a la cintura de mi pantalón tirando rápidamente de él, llevándose a su vez
mis boxers, dejándome totalmente desnudo.

Cuando fui a detenerla para proseguir yo en mi labor de regalarle placer me


detuvo.

- Aún no he acabado- dicho eso bajó su boca hasta mi pequeño amigo Eddie, el
cual ya no era tan pequeño.
- 360 -
Primero lo recorrió con su lengua acompañándose con su mano, para después
introducirlo en su boca, haciéndome perder el norte y haciéndome gemir como loco.

Llevaba mucho tiempo sin experimentar esa sensación, muchos años añorando a
Bella en todos los sentidos y ahora me sentía pleno.

Mi aguante estaba bajo mínimos. Desde su primera caricia me tuve que contener
por lo que la detuve antes de tiempo.

- Bella, para, si sigues así no podré aguantar- tiré de ella y la tumbé en la cama.
Ella me miró sonriente.

Decidido me fui a quitarle los culotes mientras la besaba con locura. La lujuria se
había desatado en mí y se la iba a brindar a ella.

Mientras la besaba, mi mano le daba tiernas caricias en su centro, haciéndola


estremecer y gemir en mi boca.

- Me vuelves loco Bella.-

Recorrí su cuerpo con mi lengua hasta llegar a su sexo húmedo, regalándole el


placer que minutos antes me había brindado ella a mí.

- Edward…te quiero dentro de mí ahora- dijo con su voz entrecortada. En ese


momento me di cuenta que no tenía ningún condón para ponerme.

- Bella…no tengo…no tengo condones- quería protegernos pero no quería morir de


un calentón, por lo que rogué para que ella tuviera.

- Da igual Edward, desde que nació Daniel uso la píldora para regular mis
hormonas- eso me volvió loco.

Sin pensarlo me coloqué en su entrada para ir adentrándome en ella con cuidado.


Aunque estaba muy lubricada y sabía que no le haría daño, quería hacerlo todo con
dulzura hasta que ella pidiera lo contrario.

-Mi amiga Natalia me dijo que la virginidad crecía, ¿será verdad?- cuando me
preguntó eso supe que era porque Bella no había tenido sexo desde nuestra última
vez.

- Puede ser que sea así, por lo que…vuelvo a ser virgen- quise que supiera que yo
tampoco había tenido sexo con nadie.
- 361 -
Tras eso, comencé a embestirla intensificando el ritmo según nuestro cuerpo
pedía.

Era el hombre más feliz del mundo. Tenía a la mujer que amaba y la más
maravillosa del mundo en mis brazos sellando nuestro amor, ¿había algo mejor que
eso en este instante?

- Edward más rápido, ahh más…- al decirme eso intensifiqué al máximo mis
movimientos sabiendo que el final estaba por acabar. A ese ritmo, no lograría
contenerme mucho más.

Por suerte…Bella no tardó en llegar al clímax por lo que me dejé ir


abandonándome al placer, haciéndome gritar como un loco.

Ambos quedamos abrazados, sin decir nada y disfrutando del momento.

BELLA

Lo había conseguido, finalmente había conseguido dejarme llevar por mi corazón,


mi mente había perdido la batalla.

Había sido increíble, y no solo por el placer que fue mucho, sino por todas las
emociones que compartimos, todo lo que nos regalamos.

¿Qué pasará ahora? Habíamos dado un paso muy importante.

- Bella… ¿En que piensas?- Edward me sacó de mis pensamientos

- Estoy…asustada- me sinceré.

- ¿Por qué? Bella…nos amamos, no hay nada más puro que eso.- lo sabía pero… ¿y
si no era suficiente para que esto funcionase?

- Lo sé Edward pero…no deja de darme miedo. No tenía pensado que nada de esto
ocurriese…

- Bella…no puedes organizar cada punto de tu vida. Tienes que dejar que las cosas
fluyan solas.

- Me preocupa Dani, es…demasiado pequeño.- apunté.

- Cásate conmigo Bella- Edward se estaba volviendo loco. Al ver mi cara de


- 362 -
preocupación prosiguió- Bella nos amamos, tenemos un hijo…

- Edward…no todo es tan fácil como piensas. Que tengamos un hijo nos hace ir
con más cautela. A parte…tenemos familia a la cual le tendremos que explicar todo-
sabía que los Cullen estarían contentos pero Emmett…sería otro caso. Él me había
visto llorar demasiado.

- ¿Es por Emmett?

- En parte si. Emmett me ha visto sufrir demasiado.

- Yo hablaré con él. Le explicaré.

- Dejemos pasar un poco el tiempo, solo eso Edward.

Todo quedó ahí. Me angustiaba un poco todo eso. Antes de hablar con nadie nos
tendríamos que aclarar nosotros mismos. No quería volver a dar ningún paso en
falso.

Por suerte, ya me encontraba mucho mejor. Apenas tenía fiebre aunque estaba
débil.

Edward, decidió ir a por Dani para que estuviera con nosotros, dado mi mejoría.

Cuando Edward se fue aproveché para darme un baño. Quería estar presentable
para cuando llegaran…mis dos chicos. Ahora…debía acostumbrarme a eso, aunque
sabía que no me costaría ningún trabajo.

EDWARD

De camino a casa de mis padres…llevaba el corazón acelerado. ¿Era verdad todo


lo que me había pasado?

Intenté mostrarme normal cuando llegue a casa de mis padres pero…la felicidad
me delataba.

- Papiiiiiiiiiiii- corrió Daniel hacia mí.

- Hola campeón, ¿has estado con los abuelos?- él asintió mirando hacia mis
padres.

- Y vosotros… ¿qué tal?- preguntó mi madre con recelo.


- 363 -
- Bella está mejor- no podía mirarla a los ojos o me delataría.

- Nos alegramos. Por cierto… ¿Qué te pasó en la nariz?- preguntó mi padre.


Aunque el dolor persistía, mi anestésico milagroso, es decir Bella, había conseguido
que me olvidase del dolor por un rato, pero el moratón…no se había ido.

- Me di un golpe con…un mueble- fue lo primero que se me ocurrió, ellos no


volvieron a preguntar aunque sabía que no habían quedado conformes- ¿Nos vamos
a casa a ver a mamá?

- Siiiiiiiiiiiiiii- gritó mi hijo enérgicamente.

Recogí las cosas de Daniel y me despedí de mis padres. Dejé mi coche allí ya que
la sillita estaba en el de Bella.

Cuando llegamos a casa, Bella nos esperaba en el salón, tumbada en el sofá.

- ¿He visto a un príncipe por ahí?- preguntó Bella a mi hijo, el cual salió corriendo
al verla.

- Mamáaaaaaa- la abrazó

El resto de la tarde la pasamos los tres juntos. Éramos una pequeña gran familia.
Ahora tenía todo lo que quería, a mi hijo y a mi mujer a mi lado.

Los días pasaron y Bella se fue recuperando. Los primeros días me encargue de
llevar y recoger a Dani del cole. Bella tuvo que llamar para informar que era su
padre para que no me pusieran problemas.

Pasaba casi todo el rato con ellos en casa, y aunque intentábamos que Emmett y
Rose no se diesen cuenta…no eran tontos. La primera en darse cuenta fue ella que
bombardeó a preguntas a Bella.

- Bella…creo que deberíamos hablar con Emmett. Tarde o temprano se dará


cuenta y…

- Lo sé pero…no encuentro el momento.

Un día cuando llegaba con Daniel del colegio, coincidí con Emmett y Rosalie en el
edificio. Aproveché que ésta se llevó a Daniel para hablar con Emmett.

- Emmett…quiero hablar contigo- dije directamente. Había pensado preguntarle


- 364 -
millones de cosas para allanar el terreno pero…sabía que a Emmett le gustaban las
cosas de frente.

- No soy imbécil Edward lo sé- eso me dejó desconcertado a parte de que en su


voz no había ni una pizca de humor.

- ¿Qué sabes?

- Sé que estáis juntos. Vuestra cara de tontos os delata, a parte de que cuando no
estás trabajando estás con mi hermana y Daniel, que duermes allí, bla, bla, bla.

- Y… ¿Qué piensas?- al menos me había ahorrado la palabrería, ahora faltaba lo


peor.

- ¿Importa?- me miró incrédulo

- Pues claro, para Bella eres muy importante. Ella…teme decírtelo por miedo al
rechazo.

- Pues te voy a ser sincero. Si me importa, es más me jode. Me jode que dejaras
tirada a mi hermana, que te fueras sin dar una puta explicación.

- Emmett te entiendo pero…he pagado duro por mi error. No lo hice bien.

- No, no lo hiciste. Mi hermana estaba muerta en vida, si no llega a ser por su


milagro, es decir por Daniel, se muere. La escuchaba gritar por las noches
llamándote desconsolada y yo…no podía hacer nada- suspiró con dolor en su mirada-
te busqué. Usé todos los medios que mi trabajo me proporcionaba para encontrarte
y...tuviste suerte no lo hice. Si lo hubiese hecho…hoy no estarías aquí.

- Eso me dice que…-no me dejó acabar.

- No te dice nada Cullen. Quiero a mi hermana y…no la haría sufrir. Si ella ha


decidido esto, no me opondré, para ella será perfecto pero…si te veo hacer alguna
tontería, no habrá piedra donde esconderte. Tendrás que ganarte mi confianza y…no
te será fácil- realmente cuando Emmett se ponía así, daba miedo.

- Lo haré- le dije convencido.

Los días pasaron y nuestra relación cada vez era mejor. No cabía duda que nos
amábamos y nuestro hijo estaba muy feliz por tenernos juntos.

- 365 -
Le había pedido irnos a vivir a mi casa pero…Bella no quería volver allí. Decía que
había muchos recuerdos y que necesitaba pasar hoja.

Mi familia aún no sabía nada, por lo que aprovechamos un almuerzo familiar que
organizó mi madre para comunicarlo.

Invitamos a Emmett y Rosalie, la cual nos había dicho hacía pocos días que iban a
ser papás, por lo que la celebración iba a ser doble.

- Bueno…- comencé a hablar- Os hemos reunido para…contaros algo- miré a Bella.

- Noooo, es decir siiiiiiiiiiiiii, dios mío Jazz siiiiiiiiiiiiiiiiiii- gritó Alice. Era mi melliza
y me conocía mejor que nadie- Lo sabía. Jazz te lo dije hace varios días.

- Alice… ¿puedo?- le sonreí y ella asintió- Bueno, queríamos aprovechar para


contaros que…Bella y yo…vamos a casarnos- al decir eso todos nos miraron
sorprendidos y no pude evitar reírme

Todos se hacían una idea que habíamos vuelto pero ninguno de ellos había
pensado que nos íbamos a casar.

Me encantan los capis asíiiiiiii, jeejejej.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

- 366 -
Capitulo 49

Esto se acaba amigs, es una penita verdad? Pero… más vale una retirada a
tiempo que estropear el fic. Este es el ultimo capitulo, mañana vendrá el
epilogo pero lo publicaré por la noche, para así empezar a publicar mi nueva
historia el domingo por la mañana.

Mañana os diré el nombre y… algo más.

Aviso: Este capi tiene Rated M, así que si lees es bajo tu responsabilidad.

Disfrutad

CAPITULO 49

- Dios mío Jazz, esto…esto no era lo que yo esperaba…- Había conseguido


sorprender a Alice una vez en mi vida.

- Es una gran noticia hijos- mi madre se levantó corriendo para abrazarnos a Bella
y a mi, sabía que para ella era un sueño.

- Si…es…una gran noticia- agregó mi padre que también nos abrazó.

Nos preguntaron los detalles y cuando le dijimos la fecha, a Alice casi le da un


infarto. Solo faltaba un mes para el enlace.

- No me va a dar tiempo de nada- repetía una y otra vez- Bella…quiero hacer tu


vestido pero con solo un mes…

- Alice…no quiero nada a lo grande. Vamos a hacer una boda discreta, para los
amigos y familia, nada de eventos multitudinarios.

- Pero…Bella…hay mucha gente que…

- Alice no hay peros- la detuve- Es nuestra decisión. Solo queremos a la gente que
ha estado con nosotros, nada de compromisos

A regañadientes aceptó.

En la merienda mi padre aprovechó para hablar conmigo.

- 367 -
- Edward…quiero pedirte algo- al decir eso, todos nos miraron sin saber.

- Claro papá dime.

- Quiero que vuelvas al bufete, o mejor dicho…quiero que ocupes mi cargo- eso me
dejó fuera de juego.

- ¿Qué?- no me lo esperaba.

- Quiero que te hagas cargo del bufete, quiero…descansar y sé que contigo…va a


ir todo bien.

- Pero…papá eres muy joven

- Lo sé pero…quiero vivir de otra forma. Tengo lo que quiero para vivir y ahora
quiero disfrutarlo. Disfrutar de mis nietos, de mis hijos, de mi mujer…

- Pero…yo…no se si soy capaz de…

- Si lo eres Edward, confío en ti. Sin darte cuenta siempre has llevado las riendas.

Pasaron varios días y comenté en mi trabajo mi marcha. Mi jefe me ofreció


muchas mejoras pero…él sabía que nada de eso me haría cambiar de opinión. Le
ofrecí colaborar juntos y aceptó, por lo que mantuvimos el contacto.

BELLA

Solo faltaban dos días para la boda y estaba que me iba a dar un infarto. Hicimos
la lista de invitado millones de veces y siempre sobraba gente.

A Edward y a mi nos hubiese gustado casarnos solos, es decir mi hijo, sus padres,
la familia de Alice y la de Emmett pero…sabíamos que era muy difícil.

Teníamos amigos y gente de confianza, que habían estado junto a nosotros y…no
podíamos olvidarlos.

El día antes de la boda, Edward me secuestró bajo las quejas de Alice. Queríamos
pasar nuestra último día de solteros juntos.

Me llevó a muchos sitios preciosos. Almorzamos en la playa. Fuimos a tomar un


helado a nuestra heladería, etc.

- 368 -
Cuando creí que nos volvíamos a casa, Edward cambió de ruta.

- Cariño…te has confundido- le dije inocentemente

- No lo he hecho. Quiero…que te acostumbres a este camino- lo miré con


curiosidad

Se detuvo para colocarme un pañuelo en los ojos y luego prosiguió su camino.

Le hice millones de preguntas pero no me respondió a ninguna de ellas.

Finalmente se detuvo y me ayudó a bajar. Caminamos unos metros y luego se


detuvo para quitarme los zapatos.

- ¿Qué sientes?- sentía arena en mis pies.

- Arena. Creo que es ¿arena de playa?- pregunté más que afirmé

- Pero…no de una playa cualquiera. Sigamos.

Seguimos caminando unos metros y entramos en un lugar con césped o algo


parecido. Estaba totalmente perdida, no sabía donde me encontraba.

- ¿Que sientes ahora?- me susurró al oído.

- Hierba o césped- respondí

- Pero…no es uno cualquiera- era la segunda vez que me decía eso.

- Edward… odio las sorpresas, por favor- le dije angustiada.

- Tranquila falta poco. Ponte aquí y…- al decir eso destapó mis ojos y quedé
maravillada- Bienvenida a tu casa.

Eso no podía ser cierto, esta casa no podía ser mía. (está en mi perfil). Era
increíble. En la playa, rodeada de vegetación, amplia…

- Edward…esto….- le decía mirando a todos lados. No faltaba ningún detalle,


estaba completamente decorada.

- Es tuya mi vida, es de los tres.

- 369 -
Pasamos el resto del día disfrutando de nuestra nueva casa. Solo podía pensar en
mi hijo, y verlo corretear de un lado para otro.

Había muchas cosas que modificar para cerciorar su seguridad pero…tendríamos


tiempo para ello.

Edward me contó que había conseguido que Alice me dejara libre, con la
condición que esa noche la pasase en la casa Cullen, por lo que me dejó allí y se
llevó a Daniel con él.

Cuando llegué estaban Rosalie, Esme y Alice esperándome.

- Ya era hora Bella- me recibió Alice con los brazos en jarra.

- Alice…deja de presionar- le regañó Esme- Bella…te llevó Edward a…

- Si Esme es…preciosa. Gracias por encargarte de la decoración, me dijo Edward


que…has trabajado mucho.

- Para mi ha sido un placer. Es la casa de mis hijos- Esme nunca hizo distinciones
entre Edward y yo- y mis nietos.

- ¿Nietos?- preguntó Alice mirándome la tripa.

- Alice…hablo de un futuro- aclaró Esme y eso me hizo reír

Entre Alice y Rose, empezaron con sus tratamientos de belleza. Gracias a la


depilación láser de hace un año…no tenía que preocuparme por ello.

Tras todas las locuras, me fui a mi habitación en la casa Cullen para descansar.
Antes meterme en la cama, llamé a Edward.

- Hola preciosa- respondió susurrante

- Hola…- aún me parecía un sueño tener a Edward a mi lado- ¿Cómo estáis?

- Te echamos de menos. Tengo al pirata en nuestra cama, esta noche…no dormiré


solo.

- Edward…lo malcrías, si haces eso luego…

- Tranquila, hicimos un trato- sin poder evitarlo reí.


- 370 -
- ¿Y estás seguro que te entendió?- Edward hablaba como si Daniel fuera un
adulto.

- Pues claro que si, mi hijo y yo tenemos grandes conversaciones a parte de hablar
de "Kiki mou"- seguí riendo.

- Te extraño- no nos habíamos separado desde nuestro reencuentro y ahora…me


sentía desubicada.

- Y yo a ti mi vida pero a partir de mañana….no nos volveremos a separar.

Apenas pude dormir en la noche. Añoraba a Edward y a mi hijo demasiado.


Finalmente lo conseguí casi amaneciendo.

Alice no me dejó dormir mucho, y cuando vio mi cara casi se desmaya. Todo el
mundo estaba frenético, nervioso. La boda se celebraba en la casa de Esme y
Carlisle y desde temprano estaban trabajando todo el mundo para prepararlo todo.

- Voy a bajar para….- quería ayudar a Esme con los preparativos, me daba pena
que lo hiciera todo ella.

- No Bella…es tu día y tienes que estar perfecta. Solo faltan tres horas para tu
boda y…debes estar lista.

Recogieron mi pelo en un moño alto para alargar mi cuello, según Rose y Alice mi
vestido lo requería. Era increíble pero…no me habían dejado ver mi vestido.

Alice lo había diseñado para mí y quería darme una sorpresa.

El tiempo pasó demasiado deprisa y solo faltaban quince minutos para que
comenzara todo. Podía escuchar como la gente había llegado y por el
murmullo…había mucha.

- Bella…debes ponerte le traje ya- Alice ya estaba vestida, con un precioso vestido
azul eléctrico de encaje que llegaba por debajo de sus rodillas. Fue hasta el armario
y sacó el vestido que estaba envuelto en un protector.

Había fantaseado mucho en como sería mi vestido pero…cuando lo vi, supe que no
me había acercado ni siquiera un poco a la maravilla que tenía delante. (esta en mi
perfil)

- Alice….es…precioso- intenté contener las lágrimas que intentaban escapar de


- 371 -
mis ojos

- No mereces otra cosa hermanita- me abrazó- Llevo ansiando este día desde que
te conocí.

- Gracias…- si seguíamos así no tendría fuerza para salir.

Alice y Rose me ayudaron a ponerme el vestido. Esme ya estaba con Edward en


otro lugar de la casa. Ella era la madrina.

Al momento, escuchamos llamar a la puerta.

- Si no eres Emmett vete- gritó Alice

- ¿Y si soy Emmett?- rió asomando la cabeza por la puerta.

En cuanto terminaron de acomodar mi vestido, Alice y Rosalie se marcharon para


ir a prepararse. Todos esperaban abajo.

- Bella…estás preciosa- me abrazó mi hermano.

- Dios mío Emmett, esto…es un sueño- le susurré.

- No lo es Bella es realidad. Te mereces esto y mucho más.

- Gracias. Gracias por estar siempre a mi lado, por quererme tanto como yo a ti.

- Bella…Rose, mi futuro hijo, Daniel y tú sois mi vida, sois mi familia- la emoción


estalló en mis ojos. Era imposible intentar retener más mis lágrimas. Emmett no
estaba mejor que yo- Bells…como venga Ali y Rose me van a matar, deja de llorar
que Edd nos espera- Sabia que haciendo eso me haría reír.

- Muy tú, Emmett- le dije agarrando el brazo que me ofrecía.

- Pues no sabes lo mejor, tengo el de Clhoé y el de Dani- reí.

- Dani ya está reducido Emmett, pero… sorpréndeme.

- No lo suficiente Bells, sigue siendo largo. Son Clho y Dan- esta vez las lagrimas
salían por mis ojos a causa de las risas.

- Emmett Swan, te voy a matar- gritaba Alice desde el principio de la escalera al


- 372 -
verme llorar de risa.

Cuando terminamos de bajar las escaleras me recompuse, los invitados pensarían


que estaba loca.

Alice colocó mi vestido bien antes de salir de la casa.

Cuando salí y fui a bajar las escaleras de acceso a la casa, había una gran
alfombra beige llena de pétalos de rosas rojas, que nos conducía a donde me
esperaba Edward para sellar eternamente nuestro amor.

Tras dar la esquina de la casa, vi a todos los invitados en pie esperándome y una
música muy especial para mi comenzó a sonar, era mi cantante preferido Robert
Pattison.

(está en mi perfil)

Emmett y yo fuimos deslizándonos lentamente hasta donde estaban mis dos


amores, Edward y mi hijo. Estaban los dos guapísimos, iban vestidos iguales, lo que
me hizo sonreír.

Cuando nuestra mirada se encontró, el miedo desapareció de mi corazón. Estaba


allí y esta vez no se iría.

Una vez allí, Emmett abrazó a Edward y después le ofreció mi mano. Me guió
hasta donde estaba el sacerdote, sin dejar de mirarme.

- Estás más que preciosa cariño- me susurró

Cuando iba a empezar la ceremonia, Edward colocó a Dani entre nosotros y ambos
lo tomamos de la mano. Esta unión no solo era de Edward y mía, en ella también
entraba Daniel.

Por suerte el sacerdote, no hizo una ceremonia tediosa, la hizo muy amena y pasó
muy rápido.

- Llegados a este punto…Edward, ¿Quieres como esposa a Isabella, para amarla y


respetarla todos los días de tu vida?

- Es lo que más deseo en mi vida- al decir eso puso el anillo en mi dedo.

- Y tu Isabella ¿Quieres a Edward como esposo para amarlo y respetarlo todos los
- 373 -
días de tu vida?

- Para toda la eternidad.

- Sin más que decir, yo os declaro…marido y mujer. Enhorabuena- El sacerdote no


había terminado de decir la última palabra, cuando Edward tomó a Dani en sus
brazos y me besó.

Todo el mundo comenzó a aplaudir, incluido nuestro hijo en sus brazos.

Todos corrieron a felicitarnos emocionados.

La fiesta fue increíble. Estaban toda la gente a la que quería, excepto mi madre
por supuesto. Había llegado a un punto que ya no me dolía su ausencia. La había
necesitado muchas veces a lo largo de todos estos años y nunca estuvo por
tanto…hoy no iba a ser menos.

- ¿Cuándo nos vamos?- me susurraba Edward al oído, cada vez que conseguía
escaparse de Emmett y Jasper.

- Cariño… ¿ya te quieres ir a casa?- sonreí.

- No iremos a casa, esta noche no.

- Pero… ¿y Daniel?

- Se quedan con los abuelos- sonrió pícaramente

Edward y yo habíamos decidido dejar la luna de miel para más adelante. Para
nosotros lo importante era estar juntos los tres por tanto…no había prisas.

A las 18.00, todo el mundo seguía bailando y bebiendo como locos. Emmett…había
celebrado demasiado bien mi boda al igual que Jasper. Al parecer ambos…se lo
pasaban muy bien juntos.

Daniel, lo estaba pasando genial con Clhoé y varios niños que vinieron a la boda.

- Vámonos Bella, todo está arreglado, he avisado a mi madre.

- Pero…vamos a despedirnos de…- Edward me besó

- Adiós- dijo a modo de despedida y en un tono que solo lo pudiese oír yo, me tomó
- 374 -
en brazos y me echó a su hombro.

Durante todo el camino no me dejó de acariciar. Sus manos pasaban por mis
piernas de una manera bastante peligrosa.

- Edward…espérate a que lleguemos a donde sea si no quieres repetir lo del coche


de la otra vez.

- Sabes bien que no me importaría pero…es nuestra noche de bodas, y quiero que
sea más especial.

Llegamos a un hotel precioso. Edward fue a recoger la tarjeta para ir a nuestra


habitación.

En cuanto llegamos a la habitación parecimos como si tuviésemos telepatía, nos


volvimos rápidamente y comenzamos a besarnos frenéticamente.

- No sabes cuando te deseo señora Cullen- escuchar mi nuevo apellido hizo erizar
mis vellos.

- Tanto como yo a ti señor Cullen.

Me subió a su cintura a horcajadas, perdiendo sus manos por el interior de mi


vestido. Mientras yo iba desabrochándole su camisa a la vez que mi lengua recorría
su cuello.

Se sentó en la cama conmigo aún en su cintura, y comenzó a buscar la cremallera


de mi vestido, la cual no tardó en encontrar.

Me quedé en ropa interior. Cuando Edward cuando me vio, jadeó sonoramente.

- Menos mal que no te vas a quedar mucho tiempo así si no…me muero de
infarto-sus ojos desprendían calor.

Se quitó su chaqueta y su camisa a la vez, dejando su pecho desnudo. Comenzó a


desabrocharse el pantalón y lo detuve.

- Edward…se supone que yo te tengo que desnudar. Deja de hacer mi trabajo-


Edward me miró con ojos llenos de lujuria contenida.

Me acerqué lentamente a él y desabroché su pantalón. No pude evitar reírme


cuando vi el gran bulto que sobresalía de sus boxers.
- 375 -
Edward se puso de rodillas ante mí, y comenzó a morder mi liguero para soltarlo
de mis medias. Cuando lo consiguió, mordió el filo de éstas y comenzó a bajarla
dejando mi pierna desnuda. Repitió la misma acción con la otra media.

Después subió y comenzó a desabrochar mi corsé, dejando mis pechos al aire.

Edward los masajeaba con locura, llevándolos a su boca y recorriéndolos con su


lengua.

Me estaba volviendo loca, mis bragas cada vez estaban más húmedas.

Mientras devoraba mis pechos, su mano se perdió por el interior de mis braguitas,
acariciando mi centro con suavidad.

- ¿Te gusta lo que hago?- me susurró al oído.

- ¿Tú que crees?- jadeé.

- Creo que sí, estás…empapada. Prepárate a disfrutar cariño.

Dicho eso se deshizo de mis bragas y me tomó en brazos tumbándome en la cama,


quedando mis piernas fuera de ella.

Edward se arrodilló en el suelo, delante de mi sexo, y comenzó a acariciarlo con


su lengua, haciéndome gemir de locura.

- Edward…Edward…- solo podía decir su nombre

- Llámame cariño, quiero grites mi nombre.

Definitivamente así lo hice. Sus caricias, tanto con su lengua como con sus dedos,
me llevaron a la locura extrema, gritando como nunca.

Edward sonreía al ver como había disfrutado. No le di tiempo a más, cuando me


abalancé sobre él cayendo al suelo.

Frenéticamente comencé a lamer cada parte de su cuerpo, deteniéndome en sus


orejas, en sus pezones, en los dedos de sus manos, hasta bajar hasta sus boxers.
Lamí su sexo por encima de ellos, haciéndolo jadear de gozo.

Se los quité dejando aquella maravilla ante mis ojos. Sabía que no era posible pero
cada vez…me parecía de mayor tamaño.
- 376 -
Me relamí como una niña ante un dulce, Edward rió ante mi gesto y fui directa a
devorarlo.

Paseé mi lengua por él, introduciéndolo en mi boca dando pequeñas succiones que
hacia a Edward gritar. En cada succión podía notar parte de su esencia, sabía que
eso lo ponía al límite.

Antes de seguir me levanté del suelo y me dirigí a la cama y tomé una de las
almohadas y le quité la funda, la cual usé para anudar las manos de Edward.

- Bella…si haces eso no podré tocarte- su voz cada vez era más ronca.

- No necesitas hacerlo, te voy a regalar mucho placer y quiero que lo disfrutes.

Até sus manos juntas a la pata de la mesa, así me aseguraba que no se bajaran de
su cabeza. Él no dijo nada.

Volví a bajar hacia su sexo y comencé a estimularlo pero esta vez no había ni una
pizca de delicadeza. Igual que me había hecho gritar su nombre, él gritaría ahora el
mío

Cada vez introducía su miembro más en mi boca, las succiones eran mucho
mayores.

Edward gritaba, gritaba mi nombre como nunca lo había oído y eso me enloquecía
y me hacía seguir haciendo mi trabajo.

- Bella…ahhhh…si sigues…si lo haces, no voy a poder parar

- No lo hagas, no pares- eso lo enloqueció finalmente.

Edward comenzó a mover sus caderas embistiendo mi boca a gran velocidad


gritando, su miembro se endureció como nunca lo que indicaba que su final estaba
cerca y así fue.

Nunca había visto a Edward tan enloquecido y ahora…tan exhausto. Mientras se


recuperaba me fui a limpiarme los restos de él en mi cara.

Cuando volví a la habitación, aún estaba tirando en el suelo con los ojos cerrados.

- Edward… ¿estás bien?- me asusté y corrí a desatar sus manos.

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- Me la vas a pagar- me engañó haciéndome creer que le pasaba algo para
capturarme sin trabajo. Comenzó a reír y me cogió por la cintura alzándome a la
cama.- esto no ha acabado señora Cullen.

Sin piedad, colocó su miembro en mi entrada y me embistió entrando de una vez


en mi interior, haciéndome gemir de placer. No sabía como había conseguido
recuperarse tan rápido pero…tampoco me importaba.

Edward comenzó a embestirme como loco, colocándome de mil posturas a cual


más placenteras. Era una máquina del placer, eso lo tenía claro.

No hizo falta muchas embestidas para trasportarnos al mejor de los paraísos


soñados.

Ambos caímos en la cama exhaustos.

Esa noche dormimos como nunca. Abrazados, amándonos…

Cuando abrí los ojos a la mañana siguiente, Edward me miraba sonriendo.

- Buenos días cariño- me besó.

- Buenos días- le sonreí.

- ¿Lista para empezar tu vida como mi esposa? Te regalo mi vida, dejo MI VIDA
EN TUS MANOS.

No sabéis la pena que me da que se acabeeeee. Al menos espero haberos


dejado buen sabor de boca. Mañana el epilogo.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

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EPILOGO

Bueno… ahora si que sí que esto se acabó. Muchísimas gracias a tods por
leerme, miles de gracias a aquells que me añadieron a sus alertas, favoritos
y millones de gracias a los que además me regalaron un poquito de su
tiempo y me pusieron su opinión/quejas/ bromas sobre los capis. Para mi no
hay mayor pago que el que me habéis dado, en mi primer fic he superado los
1200 reviews

El siguiente fic que voy a publicar se llama "En busca de mi corazón",


espero que os guste.

Os dejo el epilogo aunque es muy cortito.

Disfrutad

EPÍLOGO

Los años pasaron como días. Como bien dicen, el tiempo lo cura todo, y de la
herida que tuve en mi corazón no quedaba ni cicatriz.

Edward me hacía feliz día a día. Siempre estaba a mi lado para todo.

La casa que compró Edward para tres, finalmente fue para seis.

La noche de bodas concebimos a nuestra pequeña Carlie, una niña con pelo
castaño y ojos chocolate preciosa. Tres años más tarde llegó Marie, que era igualita
a Daniel aunque más traviesa aún. Y por un descuido, a los dos años vino nuestra
pequeña Alice, que era una mezcla exótica de Edward y mío.

Daniel se iba haciendo mayor y asumió perfectamente su rol de hermano mayor.


Era un pequeño Edward. Cuidaba de sus hermanas como si fueran verdaderas
princesas.

Edward se hizo cargo del bufete de Carlisle, y fue todo un éxito. Se había asociado
con su antiguo jefe por lo que su capacidad para resolver casos era cada día mayor,
y la reputación el en mundo de la abogacía era increíble.

Yo seguía con mi clínica, aunque solo trabajaba por las mañana, al igual que
Edward. Habíamos decidido que queríamos pasar el mayor tiempo posible con

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nuestra numerosa familia. Ambos teníamos personal de confianza por
tanto…podíamos dedicarnos a nosotros.

Por otro lado Alice y Jasper, no tardaron en ampliar su familia pero…de una
manera más bruta, de dos en dos. Casi a la misma vez que yo cuando quedé
embarazada de Carlie, Alice se quedó embarazada del pequeño Jasper y el pequeño
Edward. Dos años después amplió su familia por partida doble de nuevo, viniendo al
mundo Iria y Leah.

Rosalie y Emmett tuvieron un niño, Marcos. Tres años después nació el pequeño
Emmett.

Carlisle y Esme se dedicaron a sus nietos. En poco más de cinco año, la familia
había crecido de 10 miembros, contando con Rosalie y Emmett, a 19.

Las reuniones familiares eran guarderías.

La felicidad por suerte, siempre nos acompañó.

Edward y yo vimos a nuestros hijos crecer felices, y eso era el mejor regalo que
nos podía dar la vida. La vida nos dio otra oportunidad y la supimos aprovechar.

- Bella… ¿qué guardas en tus manos?- miré mis manos sin entender. No tenía nada
en ellas.

- Edward…no tengo nada en ellas- le respondí mostrándoselas.

- No Bella, si guardas algo. Mi vida…está en tus manos.

No cobro nada, solo os invito a soñar... me compensas con un review?

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Aviso

Hola a todas-os. Creíais que me había olvidado de fanfiction? Noo, es imposible.


En este tiempo que he estado ausente, he estado leyendo a las increíbles autoras
que tenemos en este foro. Por mis deberes como madre, apenas he podido escribir,
pero os traigo noticias frescas. Aunque me ha costado y ahora solo estoy repasando,
tengo un nuevo fic que se llama "Secuestrada por los Vulturis". Lo empecé hace
varios años y bueno, prácticamente he tenido que reescribirlo, aunque lo más
importante ya lo tenía.

Os preguntareis que significa esta nota, pues es para avisaros que en poco tiempo,
no sé deciros en cuanto exactamente, empezaré a publicar. Ya sabéis que no me
gusta hacerlo hasta no tener acabado todo el trabajo, pues mi vida es muy
complicada y hay veces que no tengo tiempo ni para mirarme al espejo. Como soy
fiel a mis principios, y critico mucho a las personas que empiezan un proyecto y se
llevan años para acabarlos, pues prefiero acabarlo y después publicar.

No me enrollo más, solo aviso pues varias de vosotras me habéis mandado


privados para preguntarme por mi "huida", pero aquí estoy de nuevo, si me lo
permitís claro está.

Aprovecho rápidamente para agradecer a las personas que aún leen mis historias
y se toman su tiempo para regalarme un review, no sabéis como anima eso a seguir
en la lucha, lástima que la mayoría de los lectores pasen de largo y solo añadan a
favorito, pero como el regalar es libre, pues aún así les agradezco por leerme.

Me alegro estar de nuevo por aquí, os echaba de menos. Millones de besos.

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