Reflexión Sobre Susan Sontag

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Martha Gabriela Mendoza Camacho.

Reflexión sobre el texto “En contra de la interpretación” de Susan Sontag


Después de leer el texto “En contra de la interpretación” de Susan Sontag, una sola cosa
resonó en mi cabeza por varios días: “En lugar de una hermenéutica, necesitamos una erótica
del arte” (Sontag 27). Estuve pensando en lo que es la hermenéutica y su origen filológico
que puedo resumir con la expresión “llegar al meollo del asunto”. En la lingüística , uno de los
niveles más complicados para el análisis es el significado. Las palabras se transforman con el
paso del tiempo, sin embargo, algunas conservan su significado pero otras lo transforman. Al
salirse de los lindes del lenguaje escrito y articulado, los estudios hermenéuticos encuentran
nuevas formas de explicar el mundo y comprender la historia de la humanidad a partir de la
suma de conocimientos sobre el mismo.

La hermenéutica viró su objeto de estudio, ampliando su espectro a otras formas de


comunicación humana, como las artes, para comprender la realidad o el comportamiento
dentro de una determinada sociedad.

El conocimiento humano es la suma de saberes y experiencias. Conocer cada uno de


los aspectos que conforman a la humanidad, nos permite ser cada vez más específicos. De
esta manera, en la filología, conocer la evolución de la morfología léxica, contribuye a
conocer con mayor profundidad la evolución de la lengua en general.

La hermenéutica como método epistemológico ayuda a comprender el mundo en el que


vivimos, aunque, a veces, es mejor “cerrar el agujero” cuando se trata de abarcar todos los
aspectos de un fenómeno social. Al tratar de interpretar el arte, cuyo carácter permite
analizarla como un sistema de signos, el conocimiento del “crítico” se vuelve ampliamente
subjetivo, mostrando sólo un aspecto de la realidad, la suya misma. En este sentido, la
interpretación en el arte se ha quedado estancada en un nivel interpretativo con pocos (a
veces, nulos) y rebuscados referentes teóricos. Comprendo la postura de Sontag y la
comparto. Aunque también creo que la interpretación es parte de la comunicación humana,
por lo tanto, somos libres y, al mismo tiempo, estamos limitados a generar una interpretación
desde nuestra propia “visión del mundo” o Weltanschauung. Por esa misma razón, la
hermenéutica no es la mejor vía de análisis del arte. El arte es un sistema, hay que descifrar
cómo funciona, de acuerdo a un análisis anacrónico y sincrónico.

Proponer una “erótica del arte” me parece un poco confuso. Platicando en clase, una de
mis compañeras compartió su interpretación de dicha propuesta viendo el arte como algo
empírico que necesita sentirse, más que pensarse (o así es como yo interpreté sus
enunciados que no recuerdo exactamente). Pero viéndolo de esa manera, me parece
congruente y comparto ese punto de vista. El arte es un sistema cuya función es producir
sensaciones en quien participa de él. Su sistema de signos abarcan varios tipos de lenguajes
humanos: auditivos, kinésicos, proxémicos, visuales, térmicos, getuales, etc. Sin embargo, a
pesar de que pueda entender de esta manera la expresión “erótica del arte” también surge en
mí otra interpretación:

El adjetivo “erótica(o)” es uno de los conceptos que provienen del griego en nuestras
lengua; hace referencia al dios del amor “Eros” que según Hesíodo es “el más hermoso entre
los Dioses Inmortales, que rompe las fuerzas, y que de todos los Dioses y de todos los
hombres domeña la inteligencia y la sabiduría en sus pechos” (Hesíodo, 3). Se le considera el
Dios de la sexualidad y la fertilidad. Si Susan Sontag propone una erótica del arte, eso
significa que ¿para entender el arte debemos apasionarnos por él y amarlo? Creo que aquel
que investiga, crea y consume arte, ya está enamorado de él.

Para concluir, me parece interesante que en un ensayo sobre la interpretación se


generen esos sentimientos en mí. La negación de un método que surge de la experiencia me
causa un conflicto. Me gustaría saber más sobre la idea de Sontag, me gustaría dejarme
convencer que para comprender el mundo sólo necesitamos de nuestro cuerpo, de nuestros
impulsos primitivos y carnales. Y me gustaría temer, como Gadamer, sobre el mundo
tecnificado que se aparta cada vez más de la experiencia. Siento que me encuentro en medio
de una tierra que se abre, y tengo un pie a cada lado.

Referencias

Hesíodo. La teogonía. Luarna ediciones. WEB http://www.ataun.net/BIBLIOTECAGRATUITA/


Clásicos%20en%20Español/Hes%C3%ADodo/Teogon%C3%ADa.pdf

Sontag, Susan. 1984. “Contra la interpretación” (1964) en Contra la interpretación. Seix


Barral. Barcelona.

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