Los Origenes Del Constitucionalismo Moderno en Inglaterra

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LOS ORIGENES DEL CONSTITUCIONALISMO MODERNO EN INGLATERRA

CAPITULO I. LOS ANTECEDENTES: EVOLUCION DE LA CONSTITUCION


MEDIEVAL INGLESA
Los acontecimientos que se produjeron en el siglo XVII fueron determinantes en el
surgimiento del constitucionalismo moderno, sin dejar de lado las guerras de
religión. Con la llegada de los normandos comienza una etapa caracterizada por la
superación del aislacionismo impuesto por la cultura originaria anglosajona y por
el afianzamiento de las instituciones políticas medievales.
Inglaterra desarrollo su propio sistema de derecho conocido como common law,
con el que se consolido y definió el carácter de las estructuras constitucionales de
este país.
IMPLICACIONES POLITICO-JURIDICAS DE LA CONQUISTA NORMANDA
En 1066, el duque de Normandía, derroto en la batalla de Hastings a los
anglosajones y accedió al trono de Inglaterra como Guillermo I.
El nuevo rey logro una amplia concentración de poderes, en detrimento de los
señores feudales. Guillermo afianzo su autoridad enfrentando y eliminando
numerosas conspiraciones y expandió su dominio por toda la isla británica, esto
condujo al sometimiento de la jerarquía feudal.
EL SURGIMIENTO DEL COMMON LAW Y DE LOS JURADOS DE CONCIENCIA
De la dinastía de los Plantagenet se destaca la Coronation Charter de 1100, uno
de los primeros documentos en donde se establecen las libertades inglesas y la
reorganización de la Curia Regis.
En el common law se destacan las reformas que implican disputar a los señores y
barones la facultad de impartir justicia en sus respectivos territorios y reforzar las
competencias de los tribunales reales; se buscó unificar la administración de
justicia en todo en el reino.
La Curia Regis se dividió en comisiones, algunas de las cuales, cumplían
principalmente funciones jurisdiccionales.
El common law (derecho común) recibe esta denominación por su pretensión de
extenderse a todo el reino imponiéndose sobre los usos provinciales aplicados por
los tribunales locales y numerosas jurisdicciones particulares.
En Inglaterra (los procesos se definen con base en los precedentes judiciales) los
juristas le dieron a las cuestiones de procedimiento un lugar primordial, los de
Europa eran determinados por el derecho sustantivo.
En la edad media el derecho no se creaba, sino que debía descubrirse y la forma
para hacerlo era mediante el testimonio de personas notables, que podían dar fe
de la existencia del orden normativo que regía en la sociedad.
El derecho al jurado constituye una de las creaciones más importantes del
constitucionalismo anglosajón.
LA CARTA MAGNA
A consecuencia de una crisis del rey Juan con los nobles fue el otorgamiento de la
Carta Magna en 1215.
PROCESO DE OTORGAMIENTO
Contribuyeron a la crisis dos factores adicionales: la ineptitud e indecisión del rey
en el campo de las relaciones internacionales, en especial con los reyes de
Francia, por otro lado, en el ámbito interno la oposición radical de los barones a
las medidas tributarias tomadas por la Corona, necesarias para poder encarar el
conflicto contra los franceses.
El 05 de enero de 1215 en Stamford los barones retiraron formalmente su lealtad
al rey, el 17 de mayo Londres fue ocupada por los mismos.
LOS PRINCIPALES CONTENIDOS
Carta Marga: “sea cual sea la interpretación que demos a las intenciones de los
barones en la redacción de la Carta Magna, lo importante no es tanto esas
intenciones como la de vida autónoma del documento, la importancia que ha ido
adquiriendo a lo largo de los siglos”.
La Carta Marga formulo garantías a favor de las personas que eran objeto de
procesos judiciales “ningún hombre libre será aprehendido ni encarcelado ni
despojado de sus bienes, sino previo el juicio en legar forma efectuado por sus
pares y conforme a la ley del país. En este texto se originan las instituciones
procesales fundamentales para el constitucionalismo moderno, como son las
figuras de los jurados de conciencia y del hábeas corpus, y el principio del debido
proceso.
Contenido:
-Reconocimiento de los derechos y libertades de la iglesia y de las inmunidades
de los clérigos.
-Reglas de derecho de familia, especialmente respecto a la tutela y a las
sucesiones.
-Reglas generales sobre deudas y obligaciones, prestamos de judíos, situación
económica de las viudas.
-Elementos generales de derecho tributario y garantías contra impuestos
indebidos.
-Libertades, inmunidades y facultades respecto a diversos aspectos, varios
relacionados con la utilización de los bosques, la prohibición de los aparejos de
pesca y otros detalles de la vida de la época.
-Reglas y usos sobre el comercio, las pesas y las medidas.
-Reglas de derecho procesal y garantías relacionadas con la administración de
justicia.
El DESTINO POSTERIOS DE LA CARTA MARGA Y LA FORMACION DEL
PARLAMENTO
En un contexto de debates y enfrentamientos por la vigencia de la Carta Magna se
produjo un lento pero trascendental proceso político institucional que abrió el
camino hacia el surgimiento del parlamento.
Se produjo una seria de transformaciones que condujeron a la aparición del
Parlamento ingles con su peculiar estructura bicameral. Se configuraron dos
cámaras, la de los lores (Lords) y, la de los Comunes (Commons). Uno de los
pasos más destacables de esta evolución fue dado en 12295, cuando bajo el
reinado de Eduardo I se reunió el “Parlamento modelo”, así denominado por el
hecho de estar claramente dividido en dos cámaras y porque significó un avance
fundamental en la regularización del sistema parlamentario inglés.
Se consolidaron dos principios de la tributación: el consentimiento parlamentario
que debe llevar toda contribución o impuesto y la facultad del Parlamento de
imponer todo tipo de tributaciones para afrontar las necesidades más apremiantes
del reino.
IDENTIDAD NACIONAL Y CAMBIOS POLITICO-SOCIALES DURANTE LOS
SIGLOS XIV Y XV
Los siglos XIV y XV estuvieron marcados por la guerra de los 100 años (Inglaterra
vs Francia). La guerra finalizo en definitivamente tan solo en 1453, Inglaterra
perdió. Esta derrota tuvo dos consecuencias significativas para su historia política:
hizo consiente al monarca de las grandes dificultades que suponía la realización
de expediciones militares en el continente, en segundo término, la guerra también
evidencio que la posición geográfica de Inglaterra le brindaba una sólida
protección contra eventuales ataques o invasiones.
La derrota de Inglaterra hizo que el rey Enrique VI perdiera su influencia sobre los
barones. Por eso, el fin de la guerra de los Cien Años estuvo acompañado por el
comienzo de una guerra civil en territorio inglés, conocida como “la guerra de las
Dos Rosas”. La guerra tuvo como resultado un profundo debilitamiento económico
y político de la nobleza, lo cual llevo al ascenso social y político de la burguesía
comercial, y la instauración, en el año 1485 de una dinastía nueva, la de los Tudor
que se inició con el reinado de Enrique VII. Esto permitió que la Cámara de los
Comunes tuviera mayor peso en el Parlamento y en toda la estructura de poderes
de Inglaterra. Por lo tanto. Se dio la configuración definitiva de la constitución
interna del Parlamento y el establecimiento de sus funciones y principales formas
de procedimiento.
LA ERA DE LOS TUDOR
Se distinguió por su capacidad para concentrar poderes, aunque respetando la
potestad del Parlamento.
Se trata de un periodo en el que el Parlamento consolido su carácter de órgano
fundamental del poder público, siempre ubicado al lado del rey, lo cual se expresa
en la formula King in Parliament.
Del reinado de Enrique VIII se destaca la ruptura de Inglaterra con la Iglesia
católica que tuvo trascendentales repercusiones en el desarrollo político, social y
cultural de este país. Entre ellas está la sustitución de la autoridad del papa por la
del rey de Inglaterra logrando mayor concentración de poder.
El Parlamento se convirtió en el componente central de la estructura del poder
político en Inglaterra, asumiendo funciones de tipo legislativo y abandonando
gradualmente su carácter de órgano declarativo del derecho, como se le considero
durante la Edad Media.
La monarquía de los Tudor “carecía de un sólido aparato militar. La construcción
de un ejército fuerte era una condición indispensable para la supervivencia de las
monarquías renacentistas del continente. El Estado de tudor quedo al margen de
este imperativo.
Dos características centrales del gobierno inglés durante el siglo XVI: el
fortalecimiento político de la monarquía y, al mismo tiempo, la estabilización
institucional del Parlamento, todo bajo las previsiones de la tradicional
constitución mixta medieval y su fórmula fundamental, la de King in Parliament. La
segunda característica es la supremacía que alcanzo la monarquía a lo largo de
esta dinastía.
Al finalizar la dinastía Tudor, se desencadena una Guerra Civil en 1642 y da lugar
luego a la llamada Revolución glorioso en 1688, que fue la primera experiencia del
constitucionalismo liberal en Europa.
La constitución medieval de la constitución es puesta a prueba, algo de ella
sobrevivirá y lo hará bajo un nuevo modelo, el del constitucionalismo moderno.
CAPITULO 2. CONSTITUCION Y REVOLUCION DURANTE EL SIGLO XVII
A lo largo del siglo XVI la constitución medieval de Inglaterra tuvo que hacer frente
tanto al “absolutismo” como a las pretensiones de expansión institucional del
parlamento. El debate sobre estas cuestiones siglo XVII dio lugar al final de este
periodo a una “victoria del gobierno parlamentario sobre la monarquía absoluta”.
Hubo intentos de recuperar el modelo tradicional del modelo medieval, el de
ancient constitution. Se propuso la formalización en documentos escritos, que los
garanticen contra un poder que siempre quiere desbordarlos y que definan
claramente sus alcances y límites. Esta propuesta alude a las condiciones de
ejercicio de la autoridad que de hecho existe en una sociedad. Dicha justificación
consistió en la aprobación del ejercicio del poder por parte de los miembros de la
comunidad política, lo que implico también el diseño de estructuras de
representación que permitieran no solo la aprobación, sino además algún grado de
participación en el proceso político.
El primero es de la supremacía de derecho, en concreto el de la supremacía de
constitución; en el constitucionalismo liberal este derecho supremo no pretende
sustentarse en la tradición sino en la voluntad de los miembros de la comunidad
política: la constitución se concibe como la realización practica del pacto social. El
segundo mecanismo consiste en la recuperación parcial del ideal medieval de la
constitución mixta y equilibrada, y consiste en el establecimiento de controles de
diversas instancias de poder diferenciadas entre sí. El tercer mecanismo de
control es el establecimiento de ciertos derechos y libertades. Lo que es
interesante en el debate constitucional ingles durante estos años es que se
articuló una fundamentación histórica con una fundamentación racionalista de
estos derechos y libertades.
Para comprender el sentido y alcance de las doctrinas constitucionales del siglo
XVII en Inglaterra conviene examinarlas en el contexto en que se originaron y
desarrollaron.
ENTRE EL CONFLICTO CONSTITUCIONAL Y LA GUERRA CIVIL (1603-1649)
Desde principios del siglo XVII en Inglaterra se acentuó el enfrentamiento entre los
partidarios de la monarquía absolutista de derecho divino y los partidarios de
mantener los equilibrios de la ancient constitutio, la tradicional constitución
medieval inglesa.
EL INICIO DE LAS PRESENTACIONES ABSOLUTISTAS DE LOS ESTUARDO
BAJO JACOBO I
Isabel I murió sin dejar descendencia y fue sucedida por el rey de Escocia, quien
desde 1603 será también Jacobo I de Inglaterra. Con él se inicia la turbulenta era
de los Estuardo. El reino de Jacobo I se caracterizo por sus conflictos con el
parlamento.
Jacobo I creyó que podía gobernar desconociendo el parlamento inglés, tal como
lo había hecho en su país natal. Las criticas del parlamento se refirieron también al
uso de la prerrogativa monárquica en detrimento de los equilibrios entre la corona
y el parlamento previstos en la tradición constitucional inglesa.
El punto mas critico del enfrentamiento se alcanzó cuando Inglaterra entro a la
guerra de los 30 años, situación que obligo al rey a convocar el parlamento en
enero de 1621. Calmados los anónimos y liberados los diputados arrestados, el
rey convoco nuevamente el parlamento en febrero de 1624, que acogió buena
parte de las propuestas que le fueron presentadas. Jacobo I murió poco después,
el 27 de marzo de 1625.
LA AGUDIZACION DEL CONFLICTO DURANTE EL REINADO DE CARLOS I
El enfrentamiento entre la corona y los comunes se radicalizo con la llegada al
trono de Carlos I (1625-1649), quien estaba aun mas convencido que su antecesor
del origen divino de su poder (Belloc, 1942).
Calos I no pudo soporta las que él consideraba indebidas intromisiones del
parlamento y no lo convoco durante 11 años. Sin embargo la rebelión que se
desencadeno en Escocia lo obligo a hacerlo en 1640 con el fin de obtener los
recursos necesarios para enfrentarla. Para poder hacer frente a la rebelión de
Escocia se propuso al rey recuperar la antigua figura del Consejo Común del
Reino, bajo la nueva denominación de “Gran Consejo”.
Con todo y ultimo parlamento convocado por este rey, conocido como el
“Parlamento Largo”, pues no se disolverá oficialmente sino hasta 1660, se
caracterizó por estar animado por un nuevo espíritu de hostilidad frente a la corte y
el gobierno y por servir de marco a los enfrentamientos políticos y militares de la
guerra civil.
Con la aprobación de la gran Amonestación el 1° de diciembre de 1641, se inicio
la primera fase del conflicto político-constitucional antes del inicio de la guerra civil.
La situación se hizo insostenible para Carlos I y ante los peligros que implicaba su
permanencia en la capital, decidió abandonarla el 10 de enero de 1642.
Hubo cuatro factores que desempañaron un papel central en el inicio de la guerra
y en la conmoción institucional que supuso: 1) La ausencia de un ejército
permanente y de una administración local asalariada sobre la cual pudiera
apoyarse la corona; 2) el deterioro de la fracción de la aristocracia que constituía
el respaldo tradicional de la monarquía y la expansión de las clases medias que
aspiraban aumentar su influencia política; 3) la difusión del puritanismo,
particularmente en algunos medios intelectuales, que contribuyo al deseo de
realizar cambios en la iglesia y en el estado, y 4) e l debilitamiento de la confianza
y el respeto acordados a los servidores del Estado y al propio rey.
LA GUERRA CIVIL
Los primeros resultados de los combates fueron más favorables a Carlos I, gracias
a la ayuda enviada desde Francia y a la división del Parlamento entre radicales y
moderados, esto es como entre “cabezas redondas” y “caballeros
constitucionales”. Viéndose derrotado, Carlos I huyó Escocia en donde fue
capturado, para luego ser entregado al Parlamento inglés en enero de 1647. Se
desencadenó así una contienda en la que los soldados del Ejército, aliados
temporalmente con los altos mandos, se enfrentaron a los elementos moderados
(presbiterianos y conservadores) del Parlamento.
la derrota militar de las fuerzas realistas permitió que se procediera a la “purga”
En la cámara de los comunes de los elementos “indeseables”, es decir, de los
presbiterianos moderados, que, aunque querían limitar la prerrogativa regia, no
tenían la menor intención de suprimir la monarquía. El 6 de enero de 1649 se
proclamó solemnemente que “el pueblo es, después de Dios, el origen de todo
poder justo” y qué “los comunes de Inglaterra reunidos en el Parlamento, al ser
elegidos por el pueblo y al ser representantes del pueblo, tienen el poder Supremo
de esta nación”.
EL INTERVALO DE LA REPÚBLICA Y EL PROTECTORADO
En efecto, los años que transcurrieron entre la ejecución de Carlos I (1649) y la
restauración de Carlos II (1660) se destacan no solo por la desaparición de la
figura monárquica sino además por el reforzamiento y algunas instituciones de
Gobierno inglés, en particular la burocracia central y las Fuerzas Armadas.
EL GOBIERNO BAJO EL RUMP PARLIAMENT
La proclamación de la soberanía del pueblo representado en la cámara de los
comunes y la ejecución del Rey dieron lugar a la desaparición de las bases
históricas de la Constitución mixta. La culminación de todo este proceso fue la ley
del 19 de mayo en la que se daba su denominación oficial al nuevo régimen:
Inglaterra seria de ahora en adelante una República y un estado libre.
En este marco institucional, donde los generales del ejército se apropiaron de las
funciones ejecutiva y judicial (a través del Consejo de Estado) y también la función
legislativa (a través del rumpt parliament), el nuevo régimen llevó a cabo una
política con un carácter dictatorial más cercano al absolutismo que a cualquier otra
tendencia.
En este orden de ideas, el golpe militar de 1653 es ante todo la confirmación del
dominio de los militares, aunque también se explica por el descrédito cada vez
mayor del rump parliament, debido a que busco aplazar continuamente su propia
disolución, pues se consideraba así mismo como el único representante legítimo
de la nación inglesa.
EL PROTECTORADO
Luego del golpe de Estado que quiso dar algún matiz de legalidad a todo lo que
había acontecido. Se disolvió el antiguo Consejo de Estado para convocar uno
nuevo que, presidio por Cromwell, estuvo conformado por 13 personas, 9 de las
cuales eran militares, y que, a su turno, convocó una asamblea de 140 miembros
destinada a reemplazar al rump parliament.
El 12 de diciembre de 1653 la misma asamblea aprobó una resolución en la cual
se lee que “la reunión de este Parlamento ha sido demasiado larga, y ahora qué
está constituido, no lo ha sido para el bien de la república, y por lo tanto es preciso
restituir a Lord general Cromwell los poderes que habían sido recibidos de él.
Al final, puesto que el Parlamento no pudo elaborar una Constitución republicana
para el país, los oficiales y Cromwell optaron por asumir ellos mismos esa tarea,
abriendo las puertas a la primera y única Constitución escrita de Inglaterra, el
“instrumento de Gobierno” de 1653, cuya vigencia fue eminentemente formal dado
el carácter dictatorial del régimen.
LA MUERTE DE CROMWEELL Y EL AANCE HACIA LA RESTAURACION
Debido a las sucesivas disoluciones del Parlamento, Inglaterra quedo sometida al
gobierno personal de Cromwell, asistido por once comandantes generales, que
condujo al país a un centralismo como nunca había existido. En estas
circunstancias, como si la decadencia del régimen hubiera afectado su propia
vitalidad, sobrevino la muerte del protector el 3 de septiembre de 1658.
Se produjo entonces un cambio de mayorías a favor de los presbiterianos, quienes
se oponían al dominio de los militares y defendían el regreso de la monarquía. En
este punto conviene señalar los más importantes resultados políticos y
constitucionales de todo el periodo revolucionario que se extendió de 1649 a 1660.
La primera consecuencia de los sucesos de estos años es que si bien la causa de
la monarquía triunfo con la restauración, la propuesta del del absolutismo
monárquico de derecho divino no pudo superar los ataques de los que fue objeto.
En segundo lugar, la cámara de los comunes logro edificar una influencia
permanente y predominante en el gobierno de la nación. En tercer lugar, en
Inglaterra se aseguro un total y definitivo rechazo del catolicismo, si bien de la
posición de la iglesia nacional después de la restauración no será la misma.
LA REVOLUCION GLORIOSA EN FORMACION DEL CONSTITUCIONALISMO
MODERNO
Esa “sensatez” de la revolución gloriosa será determinada en un reconocimiento
como uno de los momentos claves en el surgimiento del constitucionalismo
moderno, no solo para Inglaterra sino en el resto del mundo jurídico-político
occidental.
Ahora bien, mientras la guerra civil desencadeno en los “cabezas redondas”
puritanos una exacerbación de la pasión religiosa contra el anglicanismo oficial,
que se unió con el militarismo, unión que derribo todos los limites constitucionales
y que impuso una ruptura de la tradición institucional para establecer la república,
la revolución gloriosa, por su parte, no supuso una división del protestantismo
inglés, sino más bien su consolidación contra la minoría católica de la corte.
EL ACUERDO DE LA RESTAURACION BAJO CARLOS II
Durante el periodo revolucionario de finales del siglo XVII comenzó la construcción
progresiva de la supremacía del parlamento -mas concretamente de la cámara de
los comunes- en el sistema político inglés, supremacía que se consolidara
definitivamente a mediados del siglo XVIII. El origen de este proceso se halla en la
invitación que el parlamento le hizo a un rey Estuardo para que reasumiera el
trono después de varios años de exilio.
El fin del protectorado puso a la clase dirigente inglesa, y en general a toda la
sociedad, frente a un difícil dilema. Los logros del parlamento Largo debían ser
igualmente garantizados, porque erran considerados el mejor respaldo
institucional de las tradicionales libertades inglesas.
LIBERTAD Y PERSECUCION EN LAS LEYES DE LA RESTAURACION
Después de la restauración se promulgaron varias leyes que tuvieron profundas
repercusiones en la política de la época y que se ubican en lugar especial de la
evolución del constitucionalismo inglés. Ahora bien, la ley de habeas corpus no
introdujo un principio nuevo ni concedió un nuevo derecho, puesto que para esa
época el derecho a la libertad personal ya tenía una larga tradición en que
sustentarse.
En contraste con esta ley se aprobaron varias otras que menoscabaron los
moderados avances logrados en materia de tolerancia religiosa y que estaban
dirigidas especialmente a dirigir a los católicos y a los miembros de las tendencias
“no-conformistas” del protestantismo en Inglaterra, esto es, las diversas iglesias y
sectas que no aceptaban la unificación religiosa bajo la iglesia oficial anglicana. Su
aprobación fue el producto de la reacción contra la declaración de indulgencia que
en 1672 había sido expedida por el rey y que atenuaba los efectos de las leyes
contra los protestantes residentes, aunque en el fondo realmente buscaba el
restablecimiento de la religión católica.
El tratado secreto de Dover puede ser considerado el primer acto de un drama que
culmino con la revolución.
LA “CRISIS DE LA EXCLUSION” Y EL SURGIMIENTO DE LOS PARTIDOS
WHIG Y TORY
Durante el periodo de “parlamento caballero” Carlos II pudo ejercer tan
ampliamente el poder que rayo en el despotismo. En este mismo tiempo, la
oposición se encontraba en una difícil situación, pues sus excesos en las críticas a
la monarquía y en la denuncia de una conspiración papista generaron el rechazo
generalizado de una cauta y temerosa opinión pública, que aún no olvidaba los
desbordamientos de los “cabezas redondas” durante la guerra civil. En este punto
es necesario resaltar que en 1679 durante la intensa agitación política causada
alrededor del Exclusion Bill se empezaron a utilizar los nombres de Whig y Tory
para designar a los dos grandes partidos parlamentarios de la época, cuyo origen
se puede se puede rastrear desde los años de la división del partido.
A pesar de que los partidos estaban de acuerdo en mantener la estructura
gubernamental tradicional y en conservar así la constitution y sus instituciones
fundamentales, había una diferencia política irreconciliable y profunda que los
separaba; mientras que los tories exaltaban la corona y consideraban que el bien
público solo podía ser asegurado mediante el fortalecimiento de la prerrogativa
real.
LA RADICALIZACION DEL CONFLICTO EN LOS ULTIMOS AÑOS DEL
REINADO DE CARLOS II
Desde 1679 la nueva mayoría whig en el parlamento se rehusó a continuar con el
apoyo que tories habían dado a Carlos II y su hermano. Es más, sus principales
lideres no solo impulsaron el Exclusion Bill, sino que plantearon también la
posibilidad de que uno de ellos, James Scott, duque de Monmouth (1649-1685),
hijo extramatrimonial de rey, ocupara el trono.
Después de la disolución del parlamento el conflicto jurídico-constitucional tendera
a desbordarse y a tomar un sentido político-revolucionario. Fue así como los whigs
acudieron a las vías de hecho, sin lograr su cometido, pues la conspiración de Rye
House de junio de 1683, en la que se pretendía asesinar a Carlos II y a su
hermano, fue devalada. Además, la conspiración, al evocar los sucesos de la
guerra civil, fue objeto de un generalizado rechazo, de manera que el ascenso de
Jacobo II al trono no enfrento ningún obstáculo.
DE LA CRISIS A LA REVOLUCION
En 1685 el rey no exteriorizo su doble propósito de imponer una monarquía
absoluta y de restaurar el catolicismo, porque su estrategia era lograrlo de manera
paulatina, contando hasta donde fuera posible con el apoyo de la iglesia oficial y
de los tories.
ENTUCIASMO, DESENCANTO Y RESISTENCIA BAJO JACOBO II
Los primeros meses del reinado de Jacobo II, caracterizados por un inusitado
entusiasmo ante la persona del nuevo rey, le hicieron suponer que sus proyectos
se materializarían sin mayores demoras. No obstante, los excesos de la
representación contra los opositores hicieron que el malestar que ya existía en
cierto sector de la opinión frente a la política eclesiástica y el autoritarismo regio se
ampliara cada vez más.
El temor al desplome de la iglesia nacional anglicana y al establecimiento de un
ejercito permanente, proyectos que al finalizar 1685 se habían hecho explícitos,
explican en lo principal el rompimiento que se produjo en esos días entre el
parlamento de mayoría de tory y la corona.
El último rey estuardo considero entonces que era necesario superar el control
parlamentario basado en la constitución inglesa tradicional que, a su juicio, no era
sino uno de los absurdos escollos medievales que se oponían al ejercicio eficaz
del gobierno exigido por la situación interna y por el contexto europeo.
El abismo que ya existía entre Jacobo II y los tories se profundizo todavía más
cuando aquel procedió a depurar las corporaciones municipales y las cortes de
condado para poner allí a varios católicos y a algunos puritanos que habían cedido
a las tentaciones de la declaración de indulgencia. Con ello buscaba excluir a sus
antiguos aliados anglicanos, con los cuales ya no podía contar. El poder local de
los condados, e incluso en algunas ciudades, logro resistir la arremetida del
absolutismo centralista, lo cual provoco una nada desdeñable autonomía política
de los municipios y los condados frente al gobierno central de Londres hasta bien
entrado el siglo XVIII.
En una primera reacción, la gran mayoría del clero se negó a obedecer la orden.
Al mismo tiempo, el arzobispo de Canterbury, y otros seis prelados consideraron
que esta era contraria a derecho y le solicitaron al rey que no se obligara al clero a
leerlo. La petición fue acusada de ser un libelo sedicioso y los siete obispos fueron
enviados a prisión y llevados a juicio ante el tribunal del King´s Bench.
LA SEGUNDA REVOLUCION DEL SIGLO XVII Y EL BILL OF RIGHTS
La decisión de invitar a Guillermo de Orange fue el resultado de una serie de
conferencias en las que se planteó, inicialmente, que las medidas tomadas por el
rey y sus asesores debían ser enfrentadas a través de una “resistencia
constitucional”.
Al responder a la invitación mediante su declaración del 30 de septiembre de
1688, Guillermo manifestó la idea que sirvió de eje articulador de los disimiles
intereses que se enfrentaban a Jacobo II: “el mejor y definitivo remedio para todos
los males es la convocatoria de un parlamento, para asegurar a la nación contra
las odiosas prácticas de los malos consejeros.
No obstante, el mismo Jacobo II se encargo de disipar la posibilidad de una guerra
al intentar huir a Francia el 12 de diciembre, país al que ya había enviado a su
mujer y su hijo recién nacido. Su plan consistía en lograr la expulsión de Guillermo
gracias a la anarquía que se desencadenaría con su huida, para después regresar
victorioso al mando de un ejército francés.
La ausencia del rey plantaba el inminente riesgo que se desatara la anarquía
generalizada y comenzara una nueva guerra civil. Además, en Escocia ya se
había desencadenado el conflicto interno, e Irlanda y Francia estaban listas para
convertirse en los bastiones del partido Jacobita.
En la opinión publica y en la cámara de los comunes se conformaron distintos
grupos y posiciones alrededor de las decisiones fundamentales que debían
tomarse en el parlamento. Los dos grupos más reducidos y que, por ende, tenían
poca capacidad de eran, por un lado, el que apoyaba a Jacobo II y pretendía su
retorno incondicional y, al otro extremo, el de los ultrarrepublicanos que querían
abolir la monarquía y constituir un nuevo Commonwealth.
Mientras tanto Guillermo de Orange, que había evitado intervenir directamente en
los debates parlamentarios, envió algunas notas a varios líderes políticos en las
que señalo, implícita pero claramente, que no iba a aceptar ni el cargo de regente,
ni el de rey consorte, esto es, que no aceptaría que solamente su esposa fuera
coronada.
De esta manera se produjo la revolución gloriosa, uno de los eventos centrales en
el surgimiento del constitucionalismo moderno. No obstante, faltaba el arreglo
final, que tuvo lugar en la segunda sesión del parlamento convención a través de
algunas modificaciones a la declaration of rigths. Para algunos algunos autores
este documento mantiene la tradición de reconocimiento de libertades que se
inicio con la carta magna de 1215 y continuo con la petición de derechos de 1628
y el habeas corpus.
El Bill of rigths se destaca desde un punto de vista constitucional por confirmar el
principio de la supremacía del derecho sobre la voluntad de los detentadores del
poder. Este propósito se hace evidente en la enumeración de los “antiguos
derechos y libertades” de los súbditos ingleses, que comienzan disponiendo que
“la pretendida potestad de suspender las leyes, o su ejecución, por autoridad real
sin el consentimiento del parlamento es ilegal.
EL ARREGLO CONSTITUCIONAL DE LA REVOLUCION GLORIOSA
Fue un complejo interno de articulación de dos elementos que se encontraban en
tensión a finales del siglo XVII en Inglaterra: el pasado medieval y las ideas
surgidas del debate político-doctrinal de aquello agitados años. El Bill of rights
constituye una especie de síntesis de orden político-constitucional que se
estableció con la revolución y es, al mismo tiempo, el origen de la estructura
constitucional que se instaurara a partir de ese momento. El restablecimiento de
los equilibrios que pretendían las leyes aprobadas tras la revolución no beneficio
exclusivamente al parlamento, sino también a los jueces incluso a un ejecutivo que
ya no se restringe a “la corona” y se extiende para constituir “el gobierno”.
De otra parte, la ley busco preservar la posición tradicional de los jueces y
tribunales en el equilibrio institucional y que no estuvieran sometidos al rey p a
cualquier autoridad. Durante la época de los Estuardo los jueces fueron objeto de
frecuentes presiones para que interpretaran el derecho según las instrucciones
impuestas desde el trono. Después de la revolución gloriosa, la supremacía del
derecho, concretamente del common law, ha sabido mantenerse a pesar del gran
peso que el parlamentado y su ley han ido adquiriendo.
La ley de establecimiento también contenía algunas previsiones acerca de la
organización del aparato gubernamental. Una de ellas excluía de la cámara de los
comunes a cualquier persona que desempeñara un cargo o puesto lucrativo bajo
la autoridad del rey, o quien recibiera una pensión de la corona. De esta manera
se fue consolidando el principio de que el gobierno, esto es, el ejercicio del poder
político debía estar regido por el derecho, pero por un derecho que se reduce a la
ley del parlamento, sino por uno que se erige a partir de la vigencia de una ley
fundamental a la cual debe circunscribirse la autoridad publica en todos sus
niveles.
Después de 1765, estas diversas formas de concebir el sentido de la constitución
inglesa se enfrentaron en un debate que esta en el origen de la guerra de
independencia y que explica algunos de los elementos principales del
constitucionalismo estadounidense.
CAPITULO 3. EL DEBATE POLITICO-CONSTITUCIONAL
La riqueza del debate político-constitucional que en Inglaterra se desarrollo a lo
largo del siglo XVII se hace evidente en las diversas y disimiles concepciones
sobre el derecho y el poder que se enfrentaron, razón por la cual durante dicho
periodo este país “sirvió de laboratorio constitucional de la humanidad”. Este
debate hunde sus raíces en la forma como se concibieron en el siglo XVI los
principios fundamentales de la constitución mixta medieval inglesa, en especial el
de King in Parlamient, de manera que lo que se supo en duda de la controversia
fue el papel de esa constitución como mecanismo jurídico de control político.
EL PODER ILIMITADO; LAS DOCTRINAS DE LA SOBERANIA
Se requería de cambios esenciales en ese marco que permitieran superar la crisis
y, por ende, restablecer los fundamentos de la autoridad, su permanencia y
estabilidad y su capacidad de control y de cohesión social. Para lograr este
objetivo se creía que la vía mas expedita era reforzar la legitimidad y las
competencias de los detentadores del poder hasta el punto de superar las
restricciones que les imponían la tradición constitucional que por tanto tiempo se
había ido desarrollando en Inglaterra.
Precisamente el análisis y estructuración de este concepto, el de soberanía, fue
uno de los aportes más importantes del sistema de filosofía política de Thomas
Hobbes, sin el cual no es posible comprender la configuración teórica del
constitucionalismo moderno.
EL ABSOLUTISMO MONARQUICO DE DERECHO DIVINO
El absolutismo monárquico era una doctrina extraña a la tradición política inglesa
que se oponía a todo afán de concentrar en una sola instancia -la corona, la
aristocracia, la representación territorial o el estamento judicial- el fundamento y el
ejercicio del poder político. Conviene destacar la manera como se entendía la
existencia del derecho: Durante la edad media se consideraba que este no era el
producto de la voluntad humana, sino la manifestación normativa del orden natural
de las cosas.
Por lo tanto, si se compara la monarquía inglesa con las monarquías absolutistas
del resto de Europa, puede constatarse que en Inglaterra no falto ninguno de los
elementos que identificaron al absolutismo del continente, pero el nivel de
expansión de cada uno de ellos alcanzó fue peculiar y diferencial. En general, para
la teoría política y jurídica del absolutismo fue fundamental el redescubrimiento del
derecho romano, que se presentaba como un sistema jurídico pleno de conceptos,
organizado y claro.
El paradigma de esta tesis lo halla Filmer en el poder patriarcal que en el origen de
los tiempos fue otorgado directamente por Dios a Adán y que fue transmitido a sus
herederos, entre los que se cuentan los monarcas de todo el mundo. Las
concepciones de Filmer tomaban una parte de su fuerza persuasiva de las
referencias hechas al legalismo y al tradicionalismo inglés, como también de las
formas mas puras del prejuicio social.
Por ende, para esta visión entre los derechos naturales de un padre y la
prerrogativa de un rey no existe otra diferencia que la amplitud y la extensión,
dado que ambos gobiernan según su propia voluntad y no según las leyes y las
aspiraciones de los hijos o de los súbditos.
DE LAS SUPREMACÍA A LA SOBERANIA DEL PARLAMENTO
Hasta 1642 buena parte de los miembros del parlamento habían defendido
insistentemente la tesis de los equilibrios propios de la constitución medieval. Sin
embargo, a partir de entonces los parlamentos intentaron interferir en el ámbito
tradicional de las funciones del rey.
Por este motivo, los comunes deciden dejar en claro sus funciones y privilegios,
entre los cuales la resolución menciona los siguientes: “que nuestros privilegios y
libertades son un derecho de nacimiento, así como nuestras tierras y posesiones;
que no hay corte mas alta en este reino, tanto por dignidad como por autoridad,
que este alto tribunal del parlamento, el cual, con el real asentimiento de su
majestad, provee leyes a las cortes, pero de ellas no recibe ni leyes ni órdenes”.
Ahora bien, “la petición de derechos, como la Magna Carta, era el comienzo y no
el fin de una lucha por los principios que enunciaba”. Los hechos confirman esta
situación: una vez aprobada por los comunes y los lores, la petición fue
presentada para el correspondiente asentimiento real.
Hasta 1641 todos los actos que el parlamento expidió en el marco del conflicto
constitucional tuvieron un mismo propósito: preservar los equilibrios y las
combinaciones establecidas en la ancient constitution.
Esta “inversión de las posiciones sobre el gobierno mixto”, en la que los
defensores del rey lo acogen y los del parlamento lo ponen en duda, se explica por
el hecho de que durante los dos primeros años de su existencia el parlamento
largo expuso dos teorías contradictorias de la constitución inglesa. Por
consiguiente, para los últimos meses de 1641 y durante los años de la guerra civil,
era difícil para el parlamento continuar proclamando el gobierno mixto, porque por
aquella época sus intromisiones sobre la prerrogativa habían roto el equilibrio a tal
punto que el propio parlamento estaba actuando como soberano y no como parte
del gobierno mixto.
LA SOBERANIA ABSOLUTA: EL PENSAMIENTO POLITICO-JURIDICO DE
HOBBES
Los acontecimientos de la guerra civil y la republica fueron el marco en el cual se
desarrolló el pensamiento político-jurídico de uno de los autores fundamentales del
siglo XVII ingles y de la teoría moderna del poder, Thomas Hobbes.
En suma, tanto del contexto histórico en el que escribe como de su concepción de
la naturaleza humana es posible deducir que para Hobbes el estado de naturaleza
no es un estado imaginario, sino una amenaza siempre presente, que se esconde
bajo la superficie de la vida política civilizada.
Esto se confirma en la manera como Hobbes concreta la ley de naturaleza en una
ley primera y fundamental, “buscar la paz y seguirla”, de la cual se deriva la
segunda ley de naturaleza, “que uno acceda, si los demás consienten también, y
mientras se considere necesario para la paz y defensa de si mismo, a renunciar
este derecho a todas las cosas y a satisfacerse con la misma libertad”.
La estructura básica del pacto social consiste entonces en que unos seres iguales
se reúnen y acuerdan expresamente entre ellos ceder sus derechos y poderes a
un tercero que, sea quien fuere, un hombre o una asamblea dice Hobbes, no es
una de las partes contractuales.
Si hay algo que impresiona de la filosofía política de Hobbes es que, a partir de
una visión racionalista, individualista y contractualista de la instauración del
estado, elabora una teoría de la soberanía estatal absoluta.
EL VALOR DEL PASADO: LA DEFENSA DE LA ANCIENT CONSTITUTION
Antes de que se profundizara la pugna entre la prerrogativa regia y los privilegios
parlamentarios apareció otra forma de oposición a las pretensiones absolutistas de
los Estuardo. Tal vez la mas conocida sentencia de Coke es la del caso Bonham
de 1610, en que se plantea el conflicto entre la legislación ordinaria y una “ley
superior”. El caso no tuvo importantes repercusiones políticas ni jurídicas en los
años que inmediatamente le siguieron, pero iba a ejercer gran influencia después
de siglo y medio en estados Unidos, cuando fue utilizada a favor de la revisión
judicial de la constitucionalidad de las leyes.
No era difícil hallar estas palabras al origen de lo que en el futuro será el control
judicial de la constitucionalidad de las leyes: aquí se afirma que existe un derecho
superior a la ley del parlamentado y que se aplicará de preferencia en caso de
conflicto normativo entre los dos.
LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA DE LOS NIVELADORES
En 1644 el conflicto político-constitucional en Inglaterra comenzó a experimentar
un cambio importante. Como lo indica John W. Allen, a partir de este año el debate
no era tanto entre promonárquicos y proparlamentarios sino entre diferentes
facciones de estos últimos en torno a la gran controversia religiosa, al tiempo que
“el desencadenamiento de la guerra planteo otra cuestión diferente y aun más
radical.
Allí se discutió el Agreement of the people (acuerdo del pueblo), documento que
fue redactado por el más destacado líder de los niveladores, John Lilburne, y que
contiene el programa revolucionario de este movimiento. La discusión llego a su
punto más álgido cuando los voceros de los niveladores, encabezados por
Thomas Rainsborough, y en general Henry Ireton se enfrentaron sobre cuestiones
como la abolición de la monarquía y el sufragio universal.
Con todo, el comienzo de la segunda etapa de la guerra civil permitió reconstruir
temporalmente la alianza entre los generales, los parlamentarios antirrealistas y
los niveladores, para enfrentar de nuevo a la arremetida de su enemigo común.
Esta forma de concebir el carácter representativo del parlamento supone que el
consentimiento que los individuos habían dado al constituirse la sociedad política
se complementa con una permanente aceptación de la ley, ya que es promulgada
por sus representantes de dicha corporación.
Finalmente, hay un aspecto del proyecto constitucional de los niveladores que
valer la pena destacar ya que anuncia una de las características del
constitucionalismo moderno. Se trata de aquella soberanía que se negaba por
igual al parlamento y al rey y que se ponía en cabeza del pueblo, y que ahora se
pretende garantizar mediante el establecimiento de un derecho superior plasmado
en un documento escrito.
De todas formas, dicho proyecto, materializado en el Agreement, es en algunos
aspectos la innovación constitucional mas destacable de la revolución puritana.
EL SURGIMIENTO DEL CONSTITUCIONALISMO LIBERAL
A pesar de que se ha considerado a Locke como el “padre del constitucionalismo
liberal”, la influencia de este autor, aunque central, ha oscurecido la de otros
teóricos que también participaron en el debate constitucional del siglo XVII en
Inglaterra y cuyas ideas no pueden dejarse de lado en el análisis de los orígenes
doctrinales del constitucionalismo moderno.
LAS DOCTRINAS REPUBLICANAS
Al lado de las consecuencias políticas y constitucionales del interregno de la
republica y el protectorado conviene tener presente un conjunto de doctrinas
republicanas o antirrealistas que, sin embargo, no defendieron una concepción
democrática de la política sino mas bien una de carácter aristocrático.
Ahora bien, para este autor que el pueblo sea soberano no implica que la
autoridad no tenga limites jurídicos. Por el contrario -y aquí esta la base del
constitucionalismo- rechaza la soberanía ilimitada cuando distingue dos tipos de
gobierno: el gobierno de iure “prudencia antigua” que es el “arte por el que una
sociedad civil de hombres se instituye y preserva sobre lo recto o el interés común,
y el gobierno de facto o “prudencia moderna”, que es el “arte por el cual algún
hombre o algunos hombres, someten una ciudad o nación , y la gobiernan de
acuerdo con sus intereses particulares, lo cual, porque las leyes están hechas de
acuerdo con el interés de un hombreo de unas pocas familias, puede decirse que
es el imperio de los hombres y no de las leyes”.
Con todo, lo que se destaca es la manera como concibe los derechos individuales,
puesto que articuló su fundamentación historicista, según el modelo de Coke y los
juristas del common law, con una fundamentación iusnaturalista y racionalista. En
ultimas, si todos los mecanismos jurídicos no son suficientes para contener al
gobierno y este insiste en desconocer el derecho y hacerse tiránico, no queda mas
recurso que el derecho de resistencia y su derrocamiento.
EL LIBERALISMO DE LOCKE
En el contexto del conflicto por el ascenso y la permanencia en el trono de Jacobo
II, la teoría del absolutismo monárquico de dere4cho divino expuesta en El
patriarca de Filmer dio lugar a numerosas y vehementes respuestas.
Se ha llegado a afirmar que el libro de Locke fue escrito con el propósito de
justificar la Revolución gloriosa que acaba de producirse justo antes de su
publicación a finales de 1689. En el primero de los dos tratados sobre el gobierno,
Locke pretende derribar las tesis de Filmer desde el mismo terreno en el que este
las planteaba, esto es, el de la biblia.
La innovación consiste entonces en que este autor pone la cabeza de la
comunidad, que se expresa a través de la regla de la mayoría, la potestad de
determinar si el poder legislativo, manifestación suprema del ejercicio de la
autoridad política, ha actuado en contra de esa misión que se le ha encomendado.
De acuerdo con Locke (2000) la sociedad política se ha constituido a través de un
acuerdo o contrato, en el cual cada uno pone en manos de la comunidad el poder
que detentaba en el estado de naturaleza para juzgar y sancionar las violencias al
derecho natural. Es posible ver aquí que para Locke el consentimiento es un
fundamento indispensable de la autoridad, su condición lógica.
Este es precisamente uno de los aportes mas importantes de Locke al desarrollo
de una de las ideas básicas del constitucionalismo liberal: la de la existencia de
unos derechos inalienables, de titularidad individual o subjetiva, y oponibles a toda
autoridad política.
Con todo, la armonía entre los dos fundamentos de la autoridad política -el
consentimiento de los gobernados y el comportamiento conforme a ley natural de
los gobernantes- va a ser difícil de mantener por Locke cuando proponga otra de
sus tesis centrales, la del derecho de resistencia. Como de esta forma los
gobernantes pasan a ser simples personas privadas, al haber usado injustamente
la fuerza que se les había otorgado es totalmente legitimo resistírseles, tal como
sucedía en el estado de naturaleza, en el que el uso de la fuerza era reconocido
contra todo aquel que intentase afectar los derechos de otro.
Sea esto como fuere, precisamente estamos ante el intento de Locke de articular y
sintetizar las diversas tradiciones del pasado con una teoría contractualista en la
que se destaca el derecho de resistencia ante un Gobierno que incumple su
misión. De todas formas, en pensamiento de Locke es un punto de referencia
ineludible del constitucionalismo inglés, que logro extenderse a Europa continental
y a Norteamérica.
CAPITULO 4. LA “REVOLUCION INVISIBLE” Y LA CONSOLIDACION DEL
PARLAMENTARISMO DURANTE EL SIGLO XVIII

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