Trabajo de Cosmetologia y Estetica
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ROSACEA
Mal llamado acné rosácea, estamos ante una enfermedad que en ocasiones
desconcierta al médico que no es dermatólogo.
1. Diagnóstico
2. Causas
3. Tratamiento
Los pacientes tienen una forma de ser de su piel caracterizada por la tendencia a
la rubefacción y la dilatación vascular, en forma de telangiectasias (capilares), con
o sin lesiones en forma de pápulas o pústulas (granitos o bultos dolorosos). Es
más frecuente en las mujeres, y más grave en los hombres, y aparece entre los 20
y los 60 años. Afecta mucho a la zona de la nariz y los pómulos. En casos de duda
con otras enfermedades de la piel, el dermatólogo puede indicar la toma de una
muestra para biopsia.
Las pacientes relatan de forma muy característica “que no toleran ningún tipo de
crema”. Efectivamente, en la rosácea es característica la sensación de sequedad
facial que es difícil de aliviar mediante las cremas hidratantes habituales. Es lo que
llamamos “piel intolerante” o “piel con cuperosis”, muy típica de las personas con
rosácea.
En los hombres es más frecuente que la cara se vaya hinchando con el tiempo, y
que la nariz pueda aumentar de tamaño si la rosácea no se trata. Es lo que
denominamos “rinofima”, y puede ser muy antiestético y necesitar tratamientos
para reducir el tamaño nasal.
¿Cómo se trata?
El control de los factores desencadenantes es esencial para abordar la
enfermedad: evitar el sol, el calor, la sofocación, el alcohol, el chocolate, los
alimentos ricos en especias, u otros factores individualizados (pueden variar
entre unas personas y otras). Algunos de ellos, como los cambios de
temperatura, son difíciles de evitar. Algunos pacientes, conociendo su piel,
trabajan en zonas frescas o se protegen del sol con gorras o sombreros.
El metronidazol tópico, en una crema o gel, suele ser la base del
tratamiento. Se suele aplicar por la noche, y puede irritar o resecar la piel,
por lo que se combina con cremas hidratantes para la piel sensible o
cuperósica. Puede alternarse con antibióticos y otros medicamentos. En la
actualidad usamos vasoconstrictores (medicamentos que regulan la
circulación en los capilares de la cara) en forma de cremas, como la
brimonidina, que pueden ayudar a mantener la cara sin el rubor y el calor
que resulta molesto y antiestético.
Los casos más graves pueden requerir tomar tandas de antibióticos en
pastillas, o la isotretinoína (un medicamento derivado sintético de la
vitamina A que se usa para el acné) a dosis bajas.
El rinofima puede ser muy antiestético, y su tratamiento suele acometerse
con láser o cirugía, reduciendo el volumen de la nariz que ha aumentado.
Factores psicogénicos
Es posible que el estrés y otros factores psicológicos influyan sobre la
rosácea, pero no es una causa primaria.
Patogénesis vascular:
Los pacientes con rosácea tienen predisposición a enrojecer y a
ruborizarse. Se conocen muchos desencadenantes: el calor, el frío, la
radiación ultravioleta, las emociones, el alcohol, las especias o las bebidas
calientes. El enrojecimiento facial después de una bebida caliente, como
café o té, se debe al calentamiento en la faringe de la sangre que perfunde
al hipotálamo en respuesta a la corriente de calor, que a ese nivel afecta a
la vena yugular y a las arterias carótidas. En los pacientes con rosácea, la
hipertermia provoca una disminución del flujo sanguíneo de la cara al
cerebro. Esta disfunción parece deberse a una alteración en la
microcirculación de las venas angulares de la cara (Vena facialis sive
angularis), que están implicadas en el sistema de enfriamiento vascular del
cerebro. Esto puede provocar una congestión venosa y conducir al fracaso
en la termorregulación. Las venas faciales angulares irrigan las partes de la
cara que suelen verse más afectadas por la rosácea incluyendo la
conjuntiva, lo que explicaría que los ojos resulten frecuentemente dañados.
La disfunción vascular también podría ser la razón del aumento de las
migrañas entre los pacientes con rosácea. La piel afectada por la rosácea
reacciona de una forma normal ante diferentes sustancias químicas
vasoactivas como la cafeína, o ante mediadores químicos como la
epinefrina, la acetilcolina o la histamina. El péptido intestinal vasoactivo
(VIP) y su receptor, son importantes para la regulación de la circulación
sanguínea. En el rinofima se constató una concentración elevada de este
receptor, por lo que se ha sugerido que este factor podría contribuir a las
alteraciones vasculares y dérmicas de la rosácea. Y tal vez la
hiperproducción de sustancias vasoactivas originaría las alteraciones
vasculares tan características de esta enfermedad y tal vez la disminución
de la expresión del Factor de Crecimiento Endotelial (VEGF) en los
queratinocitos por el tratamiento con retinoides podría relacionarse en parte
con su efecto beneficioso en esta afección.
Genética:
Cada vez es mayor la sospecha de que existe una predisposición genética
en la rosácea. Entre el 30% y el 40% de los pacientes con rosácea tienen
un familiar con esta enfermedad. Sin embargo, no hay pruebas de un
marcador genético asociado a la rosácea como el HLA.
Seborrea:
Los estudios experimentales no han probado una asociación entre la
rosácea y la seborrea. La localización de las lesiones y la eficacia de
la isotretinoina han llevado a algunos autores a pensar que la seborrea
pueda ser un factor relacionado con la rosácea, a pesar de que la
producción de sebo no suele estar aumentada en los pacientes con
rosácea, excepto en la rosácea fulminans.
Luz Ultravioleta:
La luz ultravioleta juega un papel esencial en el desarrollo de la rosácea.
Afecta al tejido conectivo dérmico y a los vasos linfáticos y sanguíneos,
además podría contribuir a la vasodilatación pasiva. La piel aefctada por el
sol es un antecedente constante en la rosácea. El daño solar es un hallazgo
habitual en pacientes con rosácea que tienen la piel blanca.
Temperatura ambiental:
Fluctuaciones en la temperatura ambiental empeoran la enfermedad.
Especialmente las crisis de rubor (flushing) y el eritema facial se hacen más
marcados al entrar el sujeto en ambientes cerrados y calurosos,
explicándose por estar alterado el tono vasomotor de los vasos sanguíneos
faciales.
Factores endocrinos:
Se ha constatado una agudización de la rosácea durante el embarazo, la
menstruación y especialmente en el periodo climatérico. Algunos estudios
han evidenciado mejoría de la enfermedad con la toma de Anticonceptivos
orales.
Medicaciones:
Algunos fármacos como la amiodarona o los fármacos del tipo de la
nitroglicerina (p. ej. nifedipino) pueden influir sobre la rosácea por sus
efectos vasodilatadores, que induce a un aumento del enrojecimiento facial.
Los Corticoides tópicos aplicados durante un cierto tiempo en la región
facial, pueden inducir un cuadro similar a la rosácea (Rosácea esteroidea).
Factores inmunológicos:
Algunas investigaciones han evidenciado algunas alteraciones
inmunológicas, tales como títulos bajos anticuerpos antinucleares en la
sangre o depósitos de inmunoglobulinas o complemento en la unión dermo-
epidérmica. También se han detectado anticuerpos de tipo IgG frente a los
ácaros Demodex folliculorum en la piel afectada por la rosácea. La rosácea
parece ser más habitual en los pacientes inmunocomprometidos y
especialmente en los afectados por el virus VIH, tal vez por aumento de la
concentración de Demodex y/o estar alterada la respuesta inmune.
Los estudios inmunopatológicos ponen de manifiesto la presencia
significativa de linfocitos T cooperadores pudiendo pensarse que los
cambios observados correspondan aun mecanismo de reacción de
hipersensibilidad retardada tipo IV.
Alteraciones gastrointestinales:
Se supuso una asociación entre la rosácea y los síntomas
gastrointestinales como la hiperclorhidria gástrica, la didpepsia, la diarrea,
el estreñimiento y los síntomas alimentarios, pero actualmente no existe
ninguna evidencia que pruebe ninguna de estas asociaciones, pero
remitimos al lector al apartado de la rosácea en relación con la infección
gástrica por Helicobacter pylori. Que la rosácea se agrave por la toma de
alcohol o especias es probable que sea debido a que provocan cambios en
la vascularización cutánea por su efecto vasodilatador.
LAS TELANGIECTASIAS
Estos vasos miden entre 0,1 - 1mm de diámetro y representan una vénula (vena
de calibre menor de 1 mm de diámetero) capilar o arteriola dilatada.
Las telangiectasias que se originan de vénulas son de mayor diámetro que las
anteriores. Son de coloración azulada y con frecuencia protuyen en la superficie
de la piel.
En los hombres es muy poco frecuente y por lo general asociado a várices y/o
insuficiencia venosa.
Los picos de incidencia se producen entre los 7-10 años de edad. El 40% de las
niñas y el 32% de los niños tienen más de una lesión. Como la incidencia en las
personas adultas es del 15%, significaría que del 50% al 75% de las lesiones
observadas entre los jóvenes regresan o desaparecen.
- Lineales.
- Arborizadas.
- Aracniformes.
- Papulares.
Las telangiectasias lineales azules y las arborizadas se ven con más frecuencia
en las piernas, pero pueden observarse también en la cara.
Las llamadas aracniformes son las telangiectasias con una arteriola central que
las alimenta. Suelen aparecer en edad escolar y pre-escolar.
Se cree que todas las formas de telangiectasias ocurren a través de una liberación
de sustancias vasoactivas bajo la influencia de una variedad de factores, tales
como anoxia (falta de oxígeno), estrógenos, corticoesteroides (tópicos y
sistémicos), sustancias químicas irritantes de la piel, múltiples tipos de infecciones
bacterianas y virales y numerosos factores físicos (traumatismos, exposición solar,
etc). El resultado: una neogénesis vascular, tanto capilar como de vénulas.
Telangiectasias faciales
Sin embargo, estas lesiones suelen tener una clara predisposición genética.
Factores de riesgo
Prevención
Cirugía láser. Un láser envía fuertes explosiones de luz sobre las venas
haciéndolas desaparecer poco a poco. Posibles efectos secundarios: heridas en la
piel y descoloramiento.
ALTERACIONES DE QUERATINIZACIÓN
HIPERQUERATOSIS
Es una hipertrofia de la capa córnea por lo que hay un aumento del grosor de la
misma, al incrementarse el número de células córneas.
PSORIASIS
DERMATITIS SEBORREICA
MILIUM
Son pequeños quistes cutáneos de color blanco, duros, formados por queratina
densa de la epidermis; aparecen espontáneamente y aparecen sobre todo en
mejillas, párpados, de forma más o menos simétrica.
HIPERCROMÍAS
ACROMIAS
ENVEJECIMIENTO CUTÁNEO
INTRODUCCIÓN
Existen una serie de factores tanto internos como externos, que alteran el proceso
fisiológico, transformando y alterando las cadenas de ADN (ácido
desoxirribonucleico), por lo que crea desajustes en el metabolismo celular.
Factores endógenos: Nutrición y hábitos alimenticios desequilibrados. Ciertas
enfermedades como la diabetes y trastornos cardiovasculares como principales
agravantes del proceso de envejecimiento.
Factores exógenos: Agresiones ambientales (sol, viento, frío, sequedad,…).
Ambientes contaminados que dificultan la oxigenación de los tejidos. Estrés.
Bebidas alcohólicas. El tabaco (la nicotina tiene una actividad vasoconstrictora,
por lo que se produce una disminución de la oxigenación cutánea).
MANIFESTACIONES CLÍNICAS DEL ENVEJECIMIENTO:
EL ACNÉ
ACNÉ VULGARIS.
El término acné proviene del griego akme que significa punta. Esta enfermedad de
la piel está representada en su forma más frecuente, por el acné vulgar o acné
polimorfo juvenil que afecta en la adolescencia. Tiene mayor incidencia en el sexo
masculino que en el femenino. El acné es un problema muy común que afecta en
distintos grados a la mayor parte de la población adolescente. En el 20% de los
casos, el grado de acné reviste importancia clínica. Se inicia habitualmente en la
pubertad, alcanzando un pico en la incidencia y severidad entre los 17 y 20 años,
resolviéndose en el 93% de los casos alrededor de los 25 años de edad. En ese
7% restante, la enfermedad se puede prolongar hasta los 45 años. El acné es una
enfermedad de un apéndice de piel especializado -el folículo pilosebáceoque está
presente predominantemente en la cara, espalda y pecho. Esta revisión comenta
brevemente la etiología, el cuadro clínico, y la terapia del acné.
ETIOLOGIA
– Inflamación
SEBORREA
Superficial.
Profundo.
Inflamatorio.
No inflamatorio.
ACNÉ SUPERFICIAL
ACNÉ PROFUNDO
Acné tuberoso: también llamado acné indurado, está formado por lesiones
granulomatosas, profundas, de color violáceo; dolorosas, induradas y de
evolución lenta a la supuración.
Acné furunculoso: se trata de un proceso inflamatorio profundo, de evolución
aguda semejante a un furúnculo.
Acné flemonoso: este tipo de acné se caracteriza por la aparición de abscesos
profundos de gran tamaño, fluctuantes, dolorosos de color violáceo y de
evolución muy lenta.
Acné mentoniano: básicamente se localiza en el mentón, sobre todo en
mujeres, y se relaciona en la mayoría de los casos con los trastornos
menstruales.
Polimorfo juvenil.
Papuloso.
Pustuloso.
Escoriado.
Quístico.
Mentoniano.
Frontalis.
Furunculoso.
Flemonoso.
Neonatorum.
Tropical.
Conglóbata.
NECESIDADES CUTÁNEAS:
Mantenimiento de la higiene
Favorecer la renovación celular
Reducir el espesor córneo y la obstrucción folicular
Regular la seborrea
Protección frente a microorganismos
Descongestionar las áreas inflamadas
Mejorar la hidratación y emoliencia de la piel
Disimular las alteraciones y secuelas
DESHIDRATACIÓN CUTÁNEA
Es difícil mantener un nivel correcto de hidratación, puesto que son muchos los
factores que inciden en este importante proceso. La aportación de agua a nivel
cutáneo debe ser continua ya que su pérdida también es continua debida a la
sudoración, a los procesos metabólicos, a la acción de los agentes atmosféricos y
a otros muchos factores que contribuyen constantemente al empobrecimiento
hídrico de la piel.
TRASTORNOS VASCULARES
Son bastante comunes y pueden causar patologías que pueden ser graves, por lo
cual es mejor identificar el problema y encontrar soluciones en fases iniciales.
¡Prevenirlos es todavía mejor! Pero
¿Cuáles son las posibles causas? ¿Qué medidas se pueden tomar? ¿Cuáles los
remedios que pueden usarse?
hipertensión;
altos niveles hemáticos de triglicéridos y de colesterol "malo" (LDL);
bajos niveles hemáticos de colesterol "bueno" (HDL);
tabaco;
diabetes mellitus;
obesidad;
inactividad física.