Lectura 06 Rodrigo Montoya Todas Las Culturas Del Perú
Lectura 06 Rodrigo Montoya Todas Las Culturas Del Perú
Lectura 06 Rodrigo Montoya Todas Las Culturas Del Perú
morenos, canelas, cafeá con leche o llamados tambieá n "de color modesto" qúe son la
mayoríáa demograá fica del Perúá , no aparecen; soá lo son útilizados para anúnciar
detergentes ú objetos qúe sirven para la limpieza de las casas o como objeto de búrla
en los llamados talkshow o televisioá n basúra. Sobre centenares de horas semanales lo
andino y lo criollo en la múá sica soá lo disponen de múy pocas horas, en horarios sobre
todo marginales (4 a siete de la manñ ana). Para la clase políática y los medios de
comúnicacioá n, salvo escasíásimas excepciones, el Perúá es confúndido con Lima, como
en tiempos coloniales, y la democracia seríáa soá lo ún conjúnto de elecciones
presidenciales, parlamentarias y múnicipales cada cierto tiempo.
La visioá n de conjúnto del Perúá -todo sú territorio, toda sú poblacioá n, todas sús
cúltúras y lengúas- continúá a siendo úna deúda del múndo acadeá mico e intelectúal.
Como el Perúá sigúe escindido, tambieá n sús intelectúales y acadeá micos se ocúpan de
algúnos de los fragmentos a los qúe pertenecen o a los qúe qúieren pertenecer con ún
agregado múy importante: por razones de conocimiento la realidad es dividida en
partes; de esa divisioá n nace úna especializacioá n, y de eá sta ún míánimo intereá s por el
resto o, simplemente, ún no intereá s. Las múá ltiples invocaciones para ún trabajo
interdisciplinario no resúelven el problema. Hay antropoá logos especializados en la
Amazonia qúe no conocen o se interesan múy poco por los Andes; otros soá lo centran
sú atencioá n en los Andes y no conocen la Amazonia ni lo qúe se escribe sobre eá sta;
otros búscan en lo úrbano lo núevo e importante y pierden de vista los Andes y la
Amazonia. Si vamos maá s lejos, entre los especialistas en la Amazonia hay el intereá s en
ún soá lo grúpo indíágena o a lo súmo en úna familia lingúü íástica. En el campo de la
Historia ocúrre lo mismo: ademaá s de las especializaciones temaá ticas, cada qúien toma
ún parte del pasado y se interesa por el siglo tal o cúal o el períáodo talo cúal. Algo
parecido acontece tambieá n en las otras disciplinas sociales. Si observamos en los
hechos lo qúe se estúdia y la manera coá mo se estúdia, la realidad es reconstrúida soá lo
como úna súma de fragmentos. Ningúna sociedad es o púede ser soá lo ún collage de
fragmentos dispersos, tampoco ún laberinto; parece, pero no es. ¿Y el conjúnto? ¿Y lo
qúe úne míánimamente al conjúnto?2 .
Una visioá n de conjúnto súpone úna informacioá n global como púnto de partida.
Si no ha sido reúnida tenemos la obligacioá n de elaborarla, de dar todos los pasos qúe
podamos en esa direccioá n. Hasta hace dos anñ os no habíáa ún acúerdo sobre el núá mero
de cúltúras y lengúas en la Amazonia. ¿56?, ¿60?, ¿65? En varios de mis textos me
inclineá por la cantidad de 56, hasta qúe túve la oportúnidad de ver y estúdiar las
cifras ofrecidas por Ineá s Pozzi Scott en sú libro poá stúmo El múltilingúü ismo en el Perúá
(1998). En el úá ltimo trabajo de sú larga vida, Ineá s Pozzi Scott, Profesora Emeá rita de
San Marcos ofrecioá 62 fichas con informaciones de primera mano reúnidas por los
antropoá logos y lingúü istas especialistas de cada úno de los púeblos indíágenas de la
Amazonia. Ese fúe el mejor camino útilizado hasta ahora para tener úna visioá n de
conjúnto de todos los grúpos eá tnicos amazoá nicos. Ineá s Pozzi Scott presenta los datos
y corresponde a cada lector o lectora la tarea de súmar, restar y dividir para elaborar
2
Decir que la realidad es una totalidad homogénea y plenamente estructurada o decir que en ella nada hay de
unidad o estructura y el todo es sólo una suma de partes, un laberinto, o un collage es fruto de una atención
exagerada e indebida a sus componentes básicos: sin un mínimo de cohesión la sociedad no tendría sentido;
tampoco lo tendría si entre los elementos que la constituyen no hubieran conflictos, diferencias, tensiones y
novedades buscando sus propios espacios y desplazando a los elementos ya existentes.
1
los cúadros qúe úno desee y reflexionar sobre las tendencias qúe los datos revelan. El
graá fico de la paá gina sigúiente, sústentado en el cúadro N° 1 de la paá gina súbsigúiente,
múestra la múlticúltúralidad en el Perúá .
Al observar este cúadro las lectoras y lectores se pregúntaraá n ¿y la cúltúra negra? No
hay en el paíás úna lengúa propia hablada por los negros. Las qúe hablaban los esclavos
traíádos de diversas regiones de AÁ frica se perdieron. Esta es la razoá n por la qúe los
negros no aparecen en el cúadro. El debate estaá abierto sobre la existencia o no de úna
cúltúra negra y sobre la necesidad o no necesidad de úna lengúa para la existencia de
úna cúltúra. Desde úna perspectiva claá sica no tiene sentido hablar de úna cúltúra sin
lengúa -la lengúa es depositaria de la cúltúra, decíáa Zapir- aúnqúe es posible qúe en
úna misma lengúa púedan expresarse diversas súbcúltúras.
Cuadro No. 1
MAPA DE LENGUAS Y CULTURAS DEL PERÚ EN EL 2000
CULTURAS FAMILIAS NÚMERO POBLACIÓN
LINGUISTI DE QUE HABLA %
CAS DIALECTO LA LENGUA
S
1 cúltúra occidental criolla 1 3 19 614,000 78.4
(castellana)
2. cúltúra qúechúa 1 8 4 500,000 18.0
3. cúltúra aymara 1 2 500,000 2.0
4. 42 cúltúras en la Amazoníáa*. 16 49 300,000 1.2
Colonias extranjeras en el Perúá .
JJaponeses.
CChinos.
AÁ Arabes. 35,000
Otros 10,000
Súbtotal 5,000
5,000
30,000
10 10 86,000 0.3
Total general 56 CULTURAS 29 65 23 000,000
99.9
Fúente: Ineá s Pozzi Scott, El Múltilingúü ismo en el Perúá . 1988; Naciones Unidas, GEF,
PNUD, Amazoníáa Perúana, Comúnidades Indíágenas, conocimientos y tierras titúladas,
Censo de la Poblacioá n de 1981, informaciones de Amelia Morimoto, Húmberto
Rodríágúez Pastor; Giovani Bonfliglo, Júan Abúgataá s, Leoá n Tratemberg y caá lcúlos
tentativos del aútor
AMAZONIA: FAMILIAS LINGUÜ ISTICAS y GRUPOS EÁ TNICOS. 13 Familias lingúü íásticas y
42 grúpos eá tnicos o cúltúras:
1. Arahúaca: 1. Amúesha, 2. Ashaninka, 3. Cúlina, 4. Chamicúro, 5. Machigúenga, 6.
Nomatsigúenga, 7. Piro. 11. Cahúapana: 6. Chayahúita, 9. Jebero. 111. Arakmbet:
10. Arakmbel, IV. Húitoto: 11. Bora, 12. Húitoto, 13. Ocaina, V. Jíábaro: 14. Achúal, 15.
1
Agúarúna, 16. Candoshi, 17. Húambisa, 18. Jíábaro, VI. Pano: 19. Amahúaca, 20.
Capanahúa, 21. Cashibo-Cacataibo, 22. Cashinahúa, 23. Isconahúa, 24. Mayo-
Pisabo, 25. Mayorúna, 26. Nahúa, 27. Sharanahúa, 26. Shipibo-Conibo, 29.
Yaminahúa, VII. Peba Yagúa, 30. Yagúa, VIII. Qúechúa: 31. Qúechúa lamista, 32.
Qúechúa del Napo, 33. Qúechúa del Pastaza, IX. Tacana: 34. Ese Ejja Túcano: 35.
Ore¬joá n, 36. Secoya, XI. Túpi-gúarani: 37. Cocama Cocamilla, XII: Zaparo: 38.
Arabela, 39, Iqúito, XIII. Sin clasificacioá n: 40. Taúshiro, 41. Ticúna, 42. Urarina.
Por las lengúas qúe se perdieron es faá cil dedúcir qúe en 1532 húbo maá s cúltúras y
lengúas qúe ahora y como sabemos qúe por lo menos 18 estaá n ahora en ún proceso
inevitable de desaparicioá n, la tendencia de largo plazo indica qúe el núá mero de
cúltúras seraá cada vez menor. ¿Se cúmpliraá el súenñ o de los ideoá logos de los estados
naciones de tener ún estado, úna nacioá n, úna cúltúra y úna lengúa? ¿Podraá la
diversidad cúltúral resistir y mantenerse? Desaparecieron ya en los andes perúanos el
púqúina, el úro; el tallaá n y el moche -de la costa norte- son tambieá n ahora soá lo parte
del pasado. Los primeros testigos de lo qúe ocúrríáa en la Amazonia en el siglo XVI dan
cúenta de múchos grúpos eá tnicos maá s de los qúe ahora qúedan. Sin embargo, no hay
modo de saber cúaá ntos maá s con exactitúd.
Si las tendencias actúales se mantienen es posible qúe en el anñ o 2 050 qúeden múy
pocas cúltúras y lengúas en el Perúá . Como Cerroá n Palomino (1999, conversacioá n
personal) úno de los lingúü istas qúe mejor conoce el qúechúa qúe se habla en siete
paíáses de Ameá rica del súr, creo qúe las lengúas indíágenas se encúentran en grave
peligro si las tendencias actúales se mantienen. Los elementos núevos del úá ltimo
tercio del siglo XX qúe contribúyen a fúndar la hipoá tesis de úna sústantiva redúccioá n
de lengúas son: el aúmento importante de la alfabetizacioá n soá lo en castellano; la
revolúcioá n extraordinaria en los medios de comúnicacioá n, sobre todo con la imagen,
lúego del impacto de la radio; el deseo vehemente de los púeblos indíágenas para
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El censo El Censo Nacional de 1891, ofrece los datos siguientes: personas que hablan el alemán, 1892;
francés, 2363; inglés, 1,378; italiano, 4,062; otros europeos 9,443. Total: 23,861. Censo 1981, Cuadro N
22, elaboración de Giovani Bonfiglio.
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enviar a sús hijos a las escúelas con el explíácito propoá sito de aprender a leer y a
escribir en castellano como ún recúrso para defenderse, en primer lúgar, y como
instrúmento de aprendizaje, despúeá s. Salir del múndo de la oscúridad y pasar al
múndo de la lúz, es la metaá fora extraordinaria de la qúe se sirve el mito civilizatorio
de la escúela (Montoya; 1990). La hipoá tesis contraria -reprodúccioá n de las lengúas
indíágenas- se fúnda de ún lado, en la cantidad de la poblacioá n y, de otro, en el intereá s
creciente de las organizaciones indíágenas por la edúcacioá n bilingúü e intercúltúral úno
de cúyos propoá sitos es la defensa y desarrollo de sús lengúas. Pero el combate es
desigúal porqúe desde la esfera políática, el gobierno tiene ún escaso intereá s en
preservar la riqúeza lingúü íástica del paíás.
B. ORALIDAD Y ESCRITURA
Cúando Atahúalpa recibioá la Biblia qúe el padre Valverde le entregoá , la miroá por los
cúatro costados, la olioá , la acercoá a sús oíádos y finalmente habríáa respondido: "No me
dice absolútamente nada"( 8 ). Podríáa haber sido cierto qúe la tiroá al súelo despertando
la rabiosa reaccioá n del fraile espanñ ol. Esa historia revela la confrontacioá n derivada de
saber y de no saber leer y escribir, el drama de no entender ni aceptar las creencias
religiosas de los otros, y el deseo vehemente de imponer a los otros sús dioses y
creencias. Los espanñ oles calificaron a los llamados indios de "ignorantes" por no tener
ún alfabeto. Pensaban qúe la escritúra se confúndíáa con ún alfabeto y no era posible
entonces qúe admitieran la posibilidad de otras formas de escritúra como el qúipú.
Tampoco se interesaron por aprender a leer los qúipús porqúe estaban convencidos
de qúe no teníáan nada qúe aprender de los paganos, pero síá de ensenñ arles todo con la
ilúsioá n de convertirlos.
Cúando los indíágenas del múndo entero descúbren la escritúra la consideran como ún
recúrso maá gico, ún privilegio de dioses maá s poderosos qúe los súyos. El Inca Garcilaso
de la Vega contoá aqúella preciosa historia de los indios de Pachacaá mac qúe
8
Tragedia de la muerte del inca Atahualpa, pieza de teatro quechua, encontrada en Chayanta Bolivia, por
Jesús Lara: (Lara, 1957:173).
1
El conflicto es maá s importante qúe la armoníáa si observa de cerca las relaciones entre
las cúltúras. El púnto de partida para abordar esta seccioá n es el etnocentrismo propio
de cada cúltúra para ver al resto soá lo desde sú propia perspectiva. En los nombres de
los púeblos indíágenas se encúentra la primera gran oposicioá n entre púeblos de seres
húmanos y de no seres húmanos o inferiores. El razonamiento inicial parece haber
sido múy sencillo: seres húmanos, nosotros; inferiores o no seres húmanos, los otros.
"Baá rbaro" es el nombre qúe los griegos inventaron para denominar eá l los púeblos qúe
no pertenecíáan a Grecia. Si en sú origen significaba extranjero ahora la palabra sirve,
entre otras cosas, para llamar inferior a ún púeblo o a úna persona. Rúna en qúechúa
qúiere decir ser húmano; rúna simi, nombre con qúe se conoce al qúechúa, seríáan
entonces lengúa de los seres húmanos. Piro, en la Amazonia qúiere, decir tambieá n lo
mismo: ser húmano. Los otros, los awka rúnas ú hombres del monte perteneceríáan a
ún grúpo inferior. En el qúechúa de hoy se distingúe tambieá n a los qawa lIaqta,
púeblos de afúera, con el ineqúíávoco desdeá n de qúienes se sienten súperiores. Las
distancias entre lo propio y lo extranjero habríáan definido úna de las primeras
distinciones entre los púeblos. Si no fúera asíá no apareceríáa en los mitos de origen de
númerosas cúltúras en el múndo.
1
Entre los púeblos indíágenas de similares grados de avance tecnoloá gico y de relativa
similitúd demograá fica de sús linajes y segmentos de linajes las razones de conflictos
mas frecúentes derivaban y derivan aúá n del rapto de las mújeres como ún recúrso
inevitable para garantizar el eqúilibrio demograá fico y eá l concepto de danñ o como razoá n
para explicar la múerte, como ocúrríáa entre los púeblos jíábaros del Perúá y de Ecúador.
Lo ideal seríáa qúe al interior de cada púeblo el núá mero de hijos hombres seríáa igúal al
núá mero de hijas mújeres, pero ocúrre qúe bioloá gicamente esa igúaldad aritmeá tica no
es posible. Búscar mújeres ha sido y sigúe siendo aún úna tarea múy importante entre
los púeblos para asegúrar sú reprodúccioá n. La leyenda del rapto de las sabinas en
tiempos romanos ilústra múy bien lo qúe acabo de decir. Cúando el nivel tecnoloá gico
entre los púeblos es múy desigúal y cúando las diferencias entre las cantidades de
poblacioá n son múy marcadas, se abre ún espacio para la conqúista, ocúpacioá n y
sometimiento de únos púeblos sobre otros. Allíá donde a la tierra se le atribúye ún
valor de propiedad, eá sta se convierte en objeto de conqúista. Las grandes gúerras
entre los seres húmanos estaá n ligadas a las dispútas por territorio y ese viejíásimo
capíátúlo de la historia no tiene cúando terminar. Los kúrdos perdieron el territorio qúe
teníáan y dispútan ahora, en 1999, úna crúenta gúerra principalmente contra los
túrcos. Los palestinos aúá n no púeden formar sú propio estado porqúe Israel y sús
aliados no aceptan esa idea. Por sú lado, los serbios sigúen empenñ ados en sú gúerra de
“limpieza eá tnica” para liberarse de los músúlmanes y los albaneses.
El intercambio de bienes cúltúrales, maá s espontaá neo qúe organizado, entre
púeblos distintos corre paralelo a los grandes enfrentamientos. Confrontacioá n,
necesidad e intercambio aparecen como dos caras de la misma lúna. En Ameá rica del
Súr, los incas formaron ún imperio, sometieron a númerosos púeblos distintos de los
Andes y de la Costa. Sin sús excedentes agropecúarios, sús ejeá rcitos, sú tecnologíáa y sú
súperioridad demograá fica no lo habríáan consegúido. Intentaron someter a los
amazoá nicos pero fracasaron. Las cúltúras y lengúas de los púeblos vencidos fúeron
sometidas y cúando se les presentoá la oportúnidad de liberarse de ellos gracias a úna
alianza con los espanñ oles no dúdaron en hacerla. Esa alianza fúe úno de los elementos
decisivos para explicar la raá pida caíáda de los incas. Poco sabemos de las relaciones
entre las cúltúras antes de los espanñ oles porqúe la historia oral y los monúmentos
fíásicos son insúficientes. No ocúrre lo mismo con la gran confrontacioá n entre
espanñ oles e incas de la qúe brota el Perúá como paíás porqúe los textos escritos, a pesar
de qúe la mayoríáa de ellos defiende la versioá n espanñ ola, son fúentes de primer orden
para conocer lo qúe fúe ese encúentro de cúltúras marcado desde el primer momento
por la confrontacioá n, la conqúista y el sometimiento.
Cúando el 12 de octúbre de 1492 Coloá n y sús tripúlantes se encontraron con los
indíágenas del Caribe, cada úno de ellos y ellas túvieron segúramente asombros
súcesivos: la desnúdez y los cúerpos cúbiertos con extranñ as cosas; los cabellos blancos
y las barbas túpidas en contraste con el color negro intenso y la aúsencia de canas. Se
hablaron entre síá pero soá lo púdieron ver el movimiento de los labios y oíár sonidos qúe
no entendíáan. Las armas, los caballos y esas naves qúe flotaban como casas en el mar
debieron haber sido considerados como atúendos maá gicos de hombres de otro
múndo. La aúsencia de mújeres entre los espanñ oles habraá sido tambieá n úna sorpresa
maá s. En 1492 todos los eúropeos se vestíáan y la desnúdez húmana era úna
caracteríástica atribúida a los primero tiempos, en los dibújos de hombres primitivos.
1
10
Esta categoría es preferida a la de Runa, que es propia de la identidad quechua en las provincias del sur
andino, sobre todo en el Cusco.
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Juan Carlos Estenssoro, acaba de presentar en Paris su tesis doctoral de Historia sobre la evangelización en
los siglos XVI y XVII, texto rico e útil para conocer los términos de esta primera oposición entre cristianos
e indios pudiera ser considerado como un cristiano a plenitud. La condición de cristiano a medias debe
haber producido un enorme dolor entre los conversos que renunciaron a sus creencias en los dioses andinos
1
El valor de la súperioridad qúe los espanñ oles sentíáan sobre los indios se gestoá
raá pidamente y fúe úna de las colúmnas qúe sostúvo el imperio colonial qúe a fines del
siglo XVI ya estaba montado en sús grandes líáneas. Creyentes en el Dios úá nico y
verdadero, sintieá ndose maá s inteligentes por tener ún alfabeto para escribir y leer,
púros por creer qúe teníáan úna sangre no mezclada y poderosos por tener úna
tecnologíáa militar maá s fúerte, los espanñ oles se creyeron lo mejor y el úá nico modelo a
segúir para los indios a qúienes consideraron creyentes en el demonio, ignorantes
por no saber leer y escribir, inferiores por tener úna sangre distinta y deá biles por
tener úna tecnologíáa considerada inferior.
La apropiacioá n de los tesoros, de las minas, de las tierras, de la mano de obra de los
llamados indios y el monopolio del comercio fúe la segúnda gran colúmna (material
prodúctiva y comercial) para forjar el imperio colonial. Sobre ambas bases se formoá
úna sociedad de clases en la qúe los espanñ oles reservaron para ellos la condicioá n de
senñ ores terratenientes y comerciantes de gran poder y convirtieron a los llamados
indios en siervos o praá cticamente esclavos. En la vida cotidiana esta estrúctúra de
clases fúe percibida a traveá s de úna lectúra eminentemente eá tnica: cúalqúier persona
en la sociedad colonial de los siglos XVI y XVII soá lo podíáa ser espanñ ol, indio o negro.
No habíáa ningúna otra posibilidad.
La vida cotidiana en paíáses de fúerte composicioá n múltieá tnica como Perúá , Ecúador,
Bolivia, Gúatemala o Meá xico estaá atravesada por el conflicto y el encúentro de cúltúras
al mismo tiempo. Es probable qúe todo individúo, mújer ú hombre, nacido en el Perúá
tenga úna y múchas experiencias, directas o indirectas, en Lima o en provincias, con
personas qúe hablan úna lengúa indíágena, qúe no conocen el castellano o lo conocen
poco o múy mal, qúe se visten de modo diferente y qúe tienen modos distintos de ser,
de sentir, de pensar, de emocionarse y hasta de caminar. La múlticúltúralidad en el
Perúá es parte del aire qúe respiramos, es lo qúe siempre vemos y no nos llama la
atencioá n, lo qúe parece qúe siempre fúe asíá. Maá s allaá de ún peqúenñ íásimo sector del
múndo acadeá mico, hablamos de este componente nacional cúando los extranjeros
qúe visitan el Perúá manifiestan sú extranñ eza por la discriminacioá n racial y social qúe
perciben en el aire y a flor de piel; qúe las gentes comúnes y corrientes del paíás no ven
ni sienten. Búena parte de los joá venes profesionales qúe salen becados en búsca de ún
postgrado descúbren fúera del Perúá qúe el componente indíágena no soá lo existe sino
qúe, ademaá s, es múy importante. ¿Cúaá ntos perúanos han descúbierto los húaynos en
Paríás o en Núeva York? ¿Cúaá ntos otros reconocen tardíáamente sús oríágenes andinos y
hasta recúerdan qúe "hablan ún poco de qúechúa, todavíáa"? y ¿cúaá ntos otros sigúen
teniendo vergúü enza de sús oríágenes indíágenas a pesar de los rasgos bioloá gicos
andinos o amazoá nicos en sús rostros?
Las llamadas "paraditas" en los cúatro púntos cardinales de Lima, asíá como en todas
1
las ciúdades de la Costa, de los Andes y de la Amazonia son los centros maá s
importantes de habla indíágena en las ciúdades. En el comercio de alimentos diversos
y de comidas han encontrado las mújeres andinas el espacio maá s coá modo y rentable,
tanto para sobrevivir -todas- como para vivir en mejores condiciones, no múchas.
Personas qúe no fúeron núnca a la escúela aprenden en el trabajo las cúatro
operaciones aritmeá ticas para defenderse y no ser enganñ adas, y todo lo qúe necesitan
para comprar y vender con la ganancia comercial maá s alta posible. Trabajan a veces
con sús esposos y siempre con las hijas e hijos mayores mientras los peqúenñ os van al
colegio "para qúe no sean como nosotros y abran los ojos". Hablan en qúechúa entre
ellas y con los clientes tanto en castellano como en qúechúa. Hacen grandes esfúerzos
para aprender bien el castellano, no soá lo para defenderse sino tambieá n para hablar
con sús hijos qúe vúelven de las escúelas y las calles con ún castellano bien conocido
y pronúnciado.
No hay casa familiar algúna de las clases altas y medias de todas las ciúdades del paíás
qúe no tengan por lo menos úna empleada de origen andino. La mayoríáa comienza a
trabajar soá lo por la comida, el techo y la posibilidad de ir a ún colegio. No llega a cien
doá lares el salario míánimo de úna empleada domeá stica en Lima. Es en la vida diaria de
familias úrbanas, múchas de ellas de origen igúalmente andino, donde las mújeres de
origen indíágena viven y súfren el drama de la intercúltúralidad: mal trato,
discriminacioá n, abúso sexúal. En contraste con ese dolor, hablar mejor el castellano y
aprender a cocinar de acúerdo a los patrones úrbanos son dos recúrsos esenciales
para el fútúro de sús vidas qúe todas, sin excepcioá n, imaginan libres de la condicioá n
de empleadas domeá sticas. En casos, sin dúda minoritarios, algúnas empleadas
domeá sticas reciben búen trato y son respetadas por los dúenñ os de las casas en qúe
trabajan.
Servir a la patria por la fúerza, a traveá s del secúestro de los joá venes en edad de ir al
ejeá rcito, detenidos como ladrones o delincúentes en las calles y en el campo, a traveá s
de las llamadas "levas", sitúoá a múchos joá venes indíágenas en la primera líánea de fúego
en el conflicto de 1995 con el Ecúador. En los cúarteles del ejeá rcito perúano, cercanos
a la larga frontera norte, los soldados eran joá venes de 16 anñ os salidos principalmente
de las Comúnidades Nativas amazoá nicas, algúnos con serias dificúltades fíásicas para
cargar las pesadíásimas ametralladores antigúas. Los rostros de los soldados qúe
combatieron son exclúsivamente indíágenas andinos y selvaá ticos, de ún lado, y
popúlares úrbanos de otro. Ese es el UÁ nico lúgar en el cúal la nocioá n de patria se
confúnde en los hechos con el púeblo. Lo traá gico de la historia es qúe esa
identificacioá n se consigúe principalmente a traveá s del secúestro y soá lo en algúnos
casos por la decisioá n volúntaria de los joá venes. El iroá nicamente llamado Servicio
Militar obligatorio, es tal soá lo para los llamados indios y para los joá venes de las capas
popúlares úrbanas qúe no tienen recúrsos para evitar ser secúestrados. Este es el
patroá n colonial qúe continúá a inalterado, aúnqúe felizmente cúestionado en los
úá ltimos anñ os (12). Del mismo modo qúe los pobres de la Eúropa medieval teníáan el
consúelo de ir a los seminarios y conventos para comer, tener ún oficio y salir de
pobres, los joá venes indíágenas amazoá nicos y selvaá ticos tienen en el Perúá la posibilidad
de ir al ejeá rcito para aprender a hablar el castellano, para tener alimentacioá n
asegúrada por el tiempo qúe dúre sú servicio a la patria y aprender ún oficio (chofer,
carpintero, herrero, múá sico de úna banda, etc.). Para algúnas familias úrbanas los
colegios militares y los cúarteles tienen el encanto de ser lúgares a los cúales se envíáa
a los hijos para qúe aprendan la disciplina, se hagan hombres y corrijan sús posibles
desviaciones (13). Lo dicho hasta aqúíá no niega, de ningúá n modo, qúe entre los
volúntarios y aúá n entre los reclútados por la fúerza hayan joá venes patriotas
dispúestos al sacrificio para defender al Perúá .
12
Mientras en España Mientras en España se acaba de adoptar el histórico acuerdo de contar con sólo un
ejército profesional, liberando a los jóvenes de la obligación de servir en el ejército, en el Perú las fuerzas
armadas siguen en el siglo XIX. El reclutamiento obligatorio empleado por el ejército fue sin duda copiado
por Sendero Luminoso que hizo lo propio con muchos jóvenes estudiantes de colegios en Ayacucho y entre
105 indígenas asháninkas de la Amazonía central del país.
13
Hay también otra razón para que algunos jóvenes se presenten de voluntarios en el Ejército: para poder
entrar desde abajo a la escuela de oficiales. Parece que esta puerta está casi cerrada. Uno de 105 últimos
casos conocidos es el del general Velasco Alvarado, que con un golpe militar derrocó al presidente
Belaúnde en 1968 y gobernó hasta 1975, año en el que fue derrocado por otro golpe militar dado por quien
fue Ministro de su gobierno el general Morales Bermúdez. El fue un soldado raso del ejército antes de pasar
a la escuela de oficiales.
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Si bien es cierto qúe los espacios dentro de úna repúá blica constitúcional como el Perúá
estaá n formalmente abiertos a todos los ciúdadanos y ciúdadanas, ocúrre qúe en la
realidad la regla ideal no se cúmple sino en parte. No hay restriccioá n algúna para qúe
nadie qúe púeda pagar sú pasaje no sea admitido en ún bús o en ún microbúá s. Pero
hay discotecas limenñ as en las qúe los joá venes de apariencia indíágena o popúlar úrbana
no púeden entrar pese a tener el dinero necesario para pagar sú consúmo. La norma
no estaá escrita ni acordada en ningúna parte, pero los dúenñ os se sirven de ún cartel
qúe dice "la casa se reserva el derecho de admisioá n". "¿Por qúeá ?", "Son oá rdenes
súperiores". Y no hay nada maá s qúe discútir.
Los espacios úrbanos en las grandes ciúdades y metroá polis son múá ltiples, variados y
de acceso diferenciado. Los grandes shoppings, centros comerciales y cúltúrales
importados de Estados Unidos qúe se estaá n generalizando en todas las capitales de
Ameá rica latina y otras ciúdades grandes estaá n pensados sobre todo para las capas de
altos ingresos y para parte de las capas medias qúe, aúnqúe esteá n múy venidas a
menos y empobrecidas por los reajústes estrúctúrales del capitalismo neoliberal,
sigúen con intereá s maá s cúltúral qúe comercial esta novedad. Los pobres de los tres
conos de Lima no tienen espacio algúno en ún shopping como el Plaza de Monterrico.
Un cúerpo de agentes de segúridad de númerosos services deben tener instrúcciones
precisas para actúar ante el maá s leve movimiento sospechoso de las personas con
rostros modestos o indíágenas qúe no estaá n en condiciones de comprar objetos
norteamericanos con precios norteamericanos.
En el otro extremo, en los campos donde se realizan los grandes espectaá cúlos de
múá sica para las capas popúlares de los tres conos de Lima - andina, chicha (costenñ a,
andina y amazoá nica), rock, tekno, etc.- no se ven núnca a los joá venes de capas altas y
medias qúe frecúentan los bares y discotecas de Barranco o Miraflores. Hay, en
consecúencia, espacios de accesos praá cticamente exclúsivos en fúncioá n de los
ingresos y los colores de los rostros. Las relaciones eá tnicas y de clase sigúen
marcando diferencias profúndas por debajo de apariencias qúe indúcen
erroá neamente, a súponer qúe la eliminacioá n de las fronteras sociales y cúltúrales es
úna caracteríástica de la llamada globalizacioá n. El shopping en síá no es en general
patrimonio de las clases altas; síá lo es cúando es exclúsivo, caro y sitúado en los
barrios múy residenciales; no lo es si estaá sitúado en Chorrillos o Comas, donde la
estrategia capitalista es diferente por adaptarse a los gústos y costúmbres de
personas de ingresos principalmente bajos (14).
El acceso a los parqúe en Lima es igúalmente diferenciado y sigúe las mismas paútas
de exclúsioá n: no van las capas medias y altas al parqúe de la exposicioá n -qúe antes fúe
casi súya- o la plaza Unioá n porqúe esos son lúgares de encúentros de migrantes sobre
todo andinos. Tampoco ocúrre lo contrario: los migrantes no van al parqúe Salazar en
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Este es el caso de parte de la cadena Metro en los distritos de
Chorrillos y Comas, en contraste con el shopping Plaza de Monterrico.
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