Lectura 06 Rodrigo Montoya Todas Las Culturas Del Perú

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TODAS LAS CULTURAS DEL PERÚ


Rodrigo Montoya

En Lima – capital de reino y centro maá s importante de inmigracioá n dentro del


Perúá se ven los rostros con maá s variados rasgos bioloá gicos posibles 1, se oyen varias
lengúas, se celebran casi todas las fiestas patronales catoá licas e indíágenas
prehispaá nicas recreadas, asíá como de religiones extranjeras (Mezqúitas aá rabes,
Sinagogas júdíáas), se ven decenas de los llamados vestidos tíápicos, se encúentran casi
todas las variedades músicales y gran parte de los platos de comidas regionales y
locales. Esta descripcioá n elemental corresponde a lo qúe fotograá ficamente se llama
"rúralizacioá n de Lima" o tambieá n "conqúista andina de Lima". Los indíágenas no
aparecieron en Lima soá lo en los anñ os cúarenta. Poblaron los valles de Lima antes de la
llegada de los espanñ oles. En el tablero úrbano impúesto por Pizarro en 1535, se
instalaron tambieá n caciqúes indíágenas con ciertos derechos y a los llamados indios se
les permitioá vivir en las aá reas marginales. Sú presencia júnto a los negros y a los
espanñ oles fúe ún elemento estrúctúral de la núeva formacioá n úrbana del valle del
Ríámac. La migracioá n existe desde el siglo XVI y a partir de 1940 soá lo se múltiplicoá el
núá mero de migrantes andinos. El fenoá meno de la múlticúltúralidad en Lima soá lo es
úna múestra parcial de la múlticúltúralidad qúe existe en todo el paíás.

A. VISIÓN DE CONJUNTO DE LA MULTICULTURALlDAD EN EL PERÚ


¿Cúaá ntas cúltúras hay y cúaá ntas lengúas se hablan en el Perúá ? A fines del siglo XX los
perúanos y perúanas comúnes y corrientes no tienen ni la menor idea de cifras para
responder a ambas pregúntas. Tampoco en el múndo acadeá mico habíáa úna respúesta
mas o menos clara y aceptada hasta 1997, y aúá n ahora. Si las lectoras y lectores
búscan informacioá n en el libro Perúá en cifras de 1999 sobre la poblacioá n de los
púeblos indíágenas en el Perúá , sobre el núá mero de lengúas qúe se hablan, sobre la
cantidad de Comúnidades Campesinas y Nativas en núestro territorio, podríáan
constatar qúe, en sús centenares de cúadros y maá s de mil paá ginas, no hay
simplemente nada. Si por cúriosidad leyeran el libro La utopía arcaica del escritor,
Mario Vargas Llosa, públicado a fines de 1996, se enteraríáan de qúe en el Perúá los '"
indios y sú cúltúra llamada arcaica "ya no existen". Los dos ejemplos qúe acabo de
citar revelan la gravedad del conflicto cúltúral no resúelto en el Perúá . En materia de
informacioá n y de los discúrsos qúe se elaboran sobre el paíás hay úna sistemaá tica
exclúsioá n del componente indíágena. El Perúá oficial tiene rostro blanco, habla
castellano y úna lengúa extranjera, úá ltimamente ingleá s. En la televisioá n los rostros
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En una canción de la tradición criolla se habla de una “zamba china chola”, una mujer que sería fruto de
una triple mezcla biológica: de blancos y negros, por zamba; de asiáticos (japoneses, chinos o coreanos),
por china; y de blancos e indios (aimaras, quechuas) por chola antes de que llegaran los españoles. En el
tablero urbano impuesto por Pizarro en 1535, se instalaron también caciques indígenas con ciertos derechos
y a los llamados indios: se les permitió vivir en las áreas marginales. Su presencia junto a los negros y a los
españoles fue un elemento estructural de la nueva formación urbana del valle del Rímac. La migración
existe desde el siglo XVI y a partir de 1940 sólo se multiplicó el número de migrantes andinos. El
fenómeno de la multiculturalidad en Lima sólo es una muestra parcial de la multiculturalidad que existe en
todo el país.
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morenos, canelas, cafeá con leche o llamados tambieá n "de color modesto" qúe son la
mayoríáa demograá fica del Perúá , no aparecen; soá lo son útilizados para anúnciar
detergentes ú objetos qúe sirven para la limpieza de las casas o como objeto de búrla
en los llamados talkshow o televisioá n basúra. Sobre centenares de horas semanales lo
andino y lo criollo en la múá sica soá lo disponen de múy pocas horas, en horarios sobre
todo marginales (4 a siete de la manñ ana). Para la clase políática y los medios de
comúnicacioá n, salvo escasíásimas excepciones, el Perúá es confúndido con Lima, como
en tiempos coloniales, y la democracia seríáa soá lo ún conjúnto de elecciones
presidenciales, parlamentarias y múnicipales cada cierto tiempo.
La visioá n de conjúnto del Perúá -todo sú territorio, toda sú poblacioá n, todas sús
cúltúras y lengúas- continúá a siendo úna deúda del múndo acadeá mico e intelectúal.
Como el Perúá sigúe escindido, tambieá n sús intelectúales y acadeá micos se ocúpan de
algúnos de los fragmentos a los qúe pertenecen o a los qúe qúieren pertenecer con ún
agregado múy importante: por razones de conocimiento la realidad es dividida en
partes; de esa divisioá n nace úna especializacioá n, y de eá sta ún míánimo intereá s por el
resto o, simplemente, ún no intereá s. Las múá ltiples invocaciones para ún trabajo
interdisciplinario no resúelven el problema. Hay antropoá logos especializados en la
Amazonia qúe no conocen o se interesan múy poco por los Andes; otros soá lo centran
sú atencioá n en los Andes y no conocen la Amazonia ni lo qúe se escribe sobre eá sta;
otros búscan en lo úrbano lo núevo e importante y pierden de vista los Andes y la
Amazonia. Si vamos maá s lejos, entre los especialistas en la Amazonia hay el intereá s en
ún soá lo grúpo indíágena o a lo súmo en úna familia lingúü íástica. En el campo de la
Historia ocúrre lo mismo: ademaá s de las especializaciones temaá ticas, cada qúien toma
ún parte del pasado y se interesa por el siglo tal o cúal o el períáodo talo cúal. Algo
parecido acontece tambieá n en las otras disciplinas sociales. Si observamos en los
hechos lo qúe se estúdia y la manera coá mo se estúdia, la realidad es reconstrúida soá lo
como úna súma de fragmentos. Ningúna sociedad es o púede ser soá lo ún collage de
fragmentos dispersos, tampoco ún laberinto; parece, pero no es. ¿Y el conjúnto? ¿Y lo
qúe úne míánimamente al conjúnto?2 .
Una visioá n de conjúnto súpone úna informacioá n global como púnto de partida.
Si no ha sido reúnida tenemos la obligacioá n de elaborarla, de dar todos los pasos qúe
podamos en esa direccioá n. Hasta hace dos anñ os no habíáa ún acúerdo sobre el núá mero
de cúltúras y lengúas en la Amazonia. ¿56?, ¿60?, ¿65? En varios de mis textos me
inclineá por la cantidad de 56, hasta qúe túve la oportúnidad de ver y estúdiar las
cifras ofrecidas por Ineá s Pozzi Scott en sú libro poá stúmo El múltilingúü ismo en el Perúá
(1998). En el úá ltimo trabajo de sú larga vida, Ineá s Pozzi Scott, Profesora Emeá rita de
San Marcos ofrecioá 62 fichas con informaciones de primera mano reúnidas por los
antropoá logos y lingúü istas especialistas de cada úno de los púeblos indíágenas de la
Amazonia. Ese fúe el mejor camino útilizado hasta ahora para tener úna visioá n de
conjúnto de todos los grúpos eá tnicos amazoá nicos. Ineá s Pozzi Scott presenta los datos
y corresponde a cada lector o lectora la tarea de súmar, restar y dividir para elaborar
2
Decir que la realidad es una totalidad homogénea y plenamente estructurada o decir que en ella nada hay de
unidad o estructura y el todo es sólo una suma de partes, un laberinto, o un collage es fruto de una atención
exagerada e indebida a sus componentes básicos: sin un mínimo de cohesión la sociedad no tendría sentido;
tampoco lo tendría si entre los elementos que la constituyen no hubieran conflictos, diferencias, tensiones y
novedades buscando sus propios espacios y desplazando a los elementos ya existentes.
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los cúadros qúe úno desee y reflexionar sobre las tendencias qúe los datos revelan. El
graá fico de la paá gina sigúiente, sústentado en el cúadro N° 1 de la paá gina súbsigúiente,
múestra la múlticúltúralidad en el Perúá .
Al observar este cúadro las lectoras y lectores se pregúntaraá n ¿y la cúltúra negra? No
hay en el paíás úna lengúa propia hablada por los negros. Las qúe hablaban los esclavos
traíádos de diversas regiones de AÁ frica se perdieron. Esta es la razoá n por la qúe los
negros no aparecen en el cúadro. El debate estaá abierto sobre la existencia o no de úna
cúltúra negra y sobre la necesidad o no necesidad de úna lengúa para la existencia de
úna cúltúra. Desde úna perspectiva claá sica no tiene sentido hablar de úna cúltúra sin
lengúa -la lengúa es depositaria de la cúltúra, decíáa Zapir- aúnqúe es posible qúe en
úna misma lengúa púedan expresarse diversas súbcúltúras.

Cuadro No. 1
MAPA DE LENGUAS Y CULTURAS DEL PERÚ EN EL 2000
CULTURAS FAMILIAS NÚMERO POBLACIÓN
LINGUISTI DE QUE HABLA %
CAS DIALECTO LA LENGUA
S
1 cúltúra occidental criolla 1 3 19 614,000 78.4
(castellana)
2. cúltúra qúechúa 1 8 4 500,000 18.0
3. cúltúra aymara 1 2 500,000 2.0
4. 42 cúltúras en la Amazoníáa*. 16 49 300,000 1.2
Colonias extranjeras en el Perúá .
 JJaponeses.
 CChinos.
 AÁ Arabes. 35,000
 Otros 10,000
Súbtotal 5,000
5,000
30,000
10 10 86,000 0.3
Total general 56 CULTURAS 29 65 23 000,000
99.9

Fúente: Ineá s Pozzi Scott, El Múltilingúü ismo en el Perúá . 1988; Naciones Unidas, GEF,
PNUD, Amazoníáa Perúana, Comúnidades Indíágenas, conocimientos y tierras titúladas,
Censo de la Poblacioá n de 1981, informaciones de Amelia Morimoto, Húmberto
Rodríágúez Pastor; Giovani Bonfliglo, Júan Abúgataá s, Leoá n Tratemberg y caá lcúlos
tentativos del aútor
AMAZONIA: FAMILIAS LINGUÜ ISTICAS y GRUPOS EÁ TNICOS. 13 Familias lingúü íásticas y
42 grúpos eá tnicos o cúltúras:
1. Arahúaca: 1. Amúesha, 2. Ashaninka, 3. Cúlina, 4. Chamicúro, 5. Machigúenga, 6.
Nomatsigúenga, 7. Piro. 11. Cahúapana: 6. Chayahúita, 9. Jebero. 111. Arakmbet:
10. Arakmbel, IV. Húitoto: 11. Bora, 12. Húitoto, 13. Ocaina, V. Jíábaro: 14. Achúal, 15.
1

Agúarúna, 16. Candoshi, 17. Húambisa, 18. Jíábaro, VI. Pano: 19. Amahúaca, 20.
Capanahúa, 21. Cashibo-Cacataibo, 22. Cashinahúa, 23. Isconahúa, 24. Mayo-
Pisabo, 25. Mayorúna, 26. Nahúa, 27. Sharanahúa, 26. Shipibo-Conibo, 29.
Yaminahúa, VII. Peba Yagúa, 30. Yagúa, VIII. Qúechúa: 31. Qúechúa lamista, 32.
Qúechúa del Napo, 33. Qúechúa del Pastaza, IX. Tacana: 34. Ese Ejja Túcano: 35.
Ore¬joá n, 36. Secoya, XI. Túpi-gúarani: 37. Cocama Cocamilla, XII: Zaparo: 38.
Arabela, 39, Iqúito, XIII. Sin clasificacioá n: 40. Taúshiro, 41. Ticúna, 42. Urarina.

Lectoras y lectores se pregúntaraá n ¿por qúeá considerar a las cúltúras china,


japonesa, italiana júdíáa y aá rabe en este panorama de las cúltúras en el Perúá si en
principio son extranjeras? la razoá n es múy sencilla, las hijas e hijos de estos
migrantes venidos al Perúá en momentos diversos, nacidos en el Perúá son
1

simplemente perúanas y perúanos. En largos anñ os de presencia, algúnos elementos


importantes de sús cúltúras se han recreado aqúíá y forman parte del Perúá El chifa es
el nombre dado aqúíá a la comida china preparada con ingredientes nativos y qúe es
parte del saber cúlinario en todo el paíás 3 . Un caso singúlar en todo el continente ha
sido la eleccioá n de ún hijo de ciúdadanos japoneses al cargo de Presidente del Perúá . .
Desgraciadamente no tenemos informacioá n precisa y plenamente confiable sobre la
cantidad de poblacioá n qúe habla cada úna de las lengúas. El espacio estaá abierto para
controversias y discrepancias. Las cifras qúe aparecen en el cúadro soá lo deben ser
tomadas en cúenta como aproximaciones. El úniverso de millones de personas qúe
hablan 45 lengúas indíágenas en los andes y en la amazoníáa en 1999 podríáa ser úna
cifra prúdente. Desafortúnadamente no tenemos informacioá n precisa para saber
cúaá ntas de esas personas son bilingúü es o trilingúü es la tendencia de mediano y largo
plazo indica qúe el monolingúü ismo indíágena tiende níátidamente a bajar en contraste
con el bilingúü ismo (úna lengúa indíágena maá s el castellano) qúe aúmenta de anñ o en
anñ o. Segúá n el censo nacional de poblacioá n de 1993, las personas qúe hablan qúechúa
eran soá lo 3'177, 938(4) . Esta cifra es efectivamente discútible. Un argúmento qúe me
parece múy importante es qúe debido al fenoá meno de la diglosia lingúü íástica
-dominacioá n de úna lengúa de prestigio sobre otras dentro de ún mismo paíás- múchas
personas niegan al qúechúa qúe es sú lengúa materna( 5). Andreá s Chirinos sostiene
qúe la cifra de personas qúe saben el qúechúa probablemente súpere los 4 millones"
(Chirinos, 1998: 456) la cifra de 4'500 mil me parece prúdente.
¿En qúeá sitúacioá n se encúentran los 42 grúpos eá tnicos pertenecientes a 16 familias
lingúü íásticas en la Amazonia? De úna atenta lectúra del libro ya citado de Ineá s Pozzi-
Scott se obtienen algúnas cifras importantes para responder a las pregúntas ¿Cúaá ntas
cúltúras y lengúas amazoá nicas se extingúen? ¿Cúaá ntas estaá n en proceso de extincioá n?
¿Cúaá ntas tienen relativa estabilidad?, y ¿Cúaá ntas tienen sú reprodúccioá n asegúrada? El
púnto de partida de esta reflexioá n es múy sencillo: si se considera qúe los grúpos
húmanos de mil personas estaá n en proceso de extincioá n 18 lengúas y púeblos
indíágenas estaríáan condenados a desaparecer;: siete, cúyas lengúas son habladas hasta
por 3,000 personas, estaríáan en peligro de extincioá n; siete, habladas hasta por 10 000
personas púeden ser por el momento relativamente estables; y 7, habladas por maá s de
10,000 y hasta por 40,000 personas, podríáan contar con úna reprodúccioá n asegúrada.
Las cifras púeden cambiar si los criterios qúe se úsan son modificados, natúralmente
(6). Con otras fúentes, Carlos Mora y Alberto Zarzar presentan en el libro Las naciones
Unidas Amazoníáa perúana, Comúnidades indíágenas, conocimientos y tierras titúladas,
3
El chifa, o restaurante chino fue sobre todo limeño. Con el tiempo se está convirtiendo en una comida
nacional, presente en toda la Costa, la Amazonia y los Andes. La contribución japonesa para valorizar los
productos del mar y para enriquecer la tradición peruana de comida es también importante, aunque por el
momento, se trata de un fenómeno principalmente limeño. Es posible que en el futuro se expanda también a
otras regiones del país.
4
Rodolfo Cerrón Palomino sostiene con razón que esa cifra, a la q ue debe agregarse 20,536 quechua
hablantes que figuran por error del censo como aimara hablantes, "
5
En el cuadro 34 del Censo de 1993, se dice por ejemplo en la nota 1 al pie: "Excluye a la población que no
declaró el idioma o dialecto materno aprendido en la niñez" (INEI, Censos 7Nacionales de 1993: 74).
6
En el homenaje que la Universidad de San Marcos rindió a la Dra. Pozzy Scott, con ocasión de la
presentación de su libro póstumo, presenté las cifras que acabo de citar y consulté a los lingüistas allí
presentes, Rodolfo Cerrón Palomino y Luis Enrique López sí a lo mejor mis cálculos podrían ser
considerados pesimistas. Ellos dijeron que eran acertados.
1

ún cúadro con informacioá n púntúal sobre 11 grúpos eá tnicos ya desaparecidos entre


1950 y 1997, 18 en peligro de extincioá n, 7 en sitúacioá n de aislamiento (No
contactados") y 6 sobre los cúales no se tiene aúá n ningúna informacioá n (Naciones
Unidas, 1997. 3).
En fúncioá n de lo anterior deberíáamos volver a mirar el cúadro N o 1 para pregúntamos
cúaá l habríáa sido el panorama múlticúltúral en 1532 y cúaá l podríáa ser la sitúacioá n en el
2,050. No disponemos de informacioá n precisa sobre lo primero y vale la pena correr el
riesgo de adelantar úna opinioá n sobre lo qúe podríáa pasar a mediano plazo en el
fútúro a partir de las tendencias actúales. El pasado ayúda a explicar el presente y en
el presente se decide lo qúe seraá el fútúro qúe todavíáa no es y podríáa no ser. Es
pertinente no perder de vista qúe entre los momentos del tiempo soá lo el pasado y el
presente fúeron y son porqúe el fútúro es soá lo úna ilúsioá n. Cada qúien llena esa
categoríáa vacíáa con sús esperanzas, deseos y temores.

Por las lengúas qúe se perdieron es faá cil dedúcir qúe en 1532 húbo maá s cúltúras y
lengúas qúe ahora y como sabemos qúe por lo menos 18 estaá n ahora en ún proceso
inevitable de desaparicioá n, la tendencia de largo plazo indica qúe el núá mero de
cúltúras seraá cada vez menor. ¿Se cúmpliraá el súenñ o de los ideoá logos de los estados
naciones de tener ún estado, úna nacioá n, úna cúltúra y úna lengúa? ¿Podraá la
diversidad cúltúral resistir y mantenerse? Desaparecieron ya en los andes perúanos el
púqúina, el úro; el tallaá n y el moche -de la costa norte- son tambieá n ahora soá lo parte
del pasado. Los primeros testigos de lo qúe ocúrríáa en la Amazonia en el siglo XVI dan
cúenta de múchos grúpos eá tnicos maá s de los qúe ahora qúedan. Sin embargo, no hay
modo de saber cúaá ntos maá s con exactitúd.

Para tener úna visioá n de conjúnto de la múlticúltúralidad en el Perúá debemos


considerar el conjúnto de lengúas qúe las colonias extranjeras hablan en el Perúá . Con
caá lcúlos aproximados, ofrecidos por investigadores especializados es posible saber
qúe 35 mil personas hablan el japoneá s (Amalia Morimoto), 10,000 el chino,
(Húmberto Rodríágúez Pastor), 5,000 el italiano (Giovani Bonfiglio), 5,000 el aá rabe,
(Júan Abúgattaá s), 1,000 el hebreo (Leoá n Tratemberg) y únos 30 mil otras lengúas
como el ingleá s, el franceá s, el alemaá n ( 7 ).

Si las tendencias actúales se mantienen es posible qúe en el anñ o 2 050 qúeden múy
pocas cúltúras y lengúas en el Perúá . Como Cerroá n Palomino (1999, conversacioá n
personal) úno de los lingúü istas qúe mejor conoce el qúechúa qúe se habla en siete
paíáses de Ameá rica del súr, creo qúe las lengúas indíágenas se encúentran en grave
peligro si las tendencias actúales se mantienen. Los elementos núevos del úá ltimo
tercio del siglo XX qúe contribúyen a fúndar la hipoá tesis de úna sústantiva redúccioá n
de lengúas son: el aúmento importante de la alfabetizacioá n soá lo en castellano; la
revolúcioá n extraordinaria en los medios de comúnicacioá n, sobre todo con la imagen,
lúego del impacto de la radio; el deseo vehemente de los púeblos indíágenas para
7
El censo El Censo Nacional de 1891, ofrece los datos siguientes: personas que hablan el alemán, 1892;
francés, 2363; inglés, 1,378; italiano, 4,062; otros europeos 9,443. Total: 23,861. Censo 1981, Cuadro N
22, elaboración de Giovani Bonfiglio.
1

enviar a sús hijos a las escúelas con el explíácito propoá sito de aprender a leer y a
escribir en castellano como ún recúrso para defenderse, en primer lúgar, y como
instrúmento de aprendizaje, despúeá s. Salir del múndo de la oscúridad y pasar al
múndo de la lúz, es la metaá fora extraordinaria de la qúe se sirve el mito civilizatorio
de la escúela (Montoya; 1990). La hipoá tesis contraria -reprodúccioá n de las lengúas
indíágenas- se fúnda de ún lado, en la cantidad de la poblacioá n y, de otro, en el intereá s
creciente de las organizaciones indíágenas por la edúcacioá n bilingúü e intercúltúral úno
de cúyos propoá sitos es la defensa y desarrollo de sús lengúas. Pero el combate es
desigúal porqúe desde la esfera políática, el gobierno tiene ún escaso intereá s en
preservar la riqúeza lingúü íástica del paíás.

B. ORALIDAD Y ESCRITURA

Cúando Atahúalpa recibioá la Biblia qúe el padre Valverde le entregoá , la miroá por los
cúatro costados, la olioá , la acercoá a sús oíádos y finalmente habríáa respondido: "No me
dice absolútamente nada"( 8 ). Podríáa haber sido cierto qúe la tiroá al súelo despertando
la rabiosa reaccioá n del fraile espanñ ol. Esa historia revela la confrontacioá n derivada de
saber y de no saber leer y escribir, el drama de no entender ni aceptar las creencias
religiosas de los otros, y el deseo vehemente de imponer a los otros sús dioses y
creencias. Los espanñ oles calificaron a los llamados indios de "ignorantes" por no tener
ún alfabeto. Pensaban qúe la escritúra se confúndíáa con ún alfabeto y no era posible
entonces qúe admitieran la posibilidad de otras formas de escritúra como el qúipú.
Tampoco se interesaron por aprender a leer los qúipús porqúe estaban convencidos
de qúe no teníáan nada qúe aprender de los paganos, pero síá de ensenñ arles todo con la
ilúsioá n de convertirlos.

La posibilidad de contar con ún alfabeto permite enriqúecer la memoria de úna


cúltúra, múltiplicada y acúmúlar conocimientos de modo ininterrúmpido, rompiendo
los estrechos líámites de la memoria oral. En la historia de la cúltúra es decisivo el
momento de invencioá n de la escritúra, hasta el púnto qúe se jústifica plenamente
distingúir dos de sús grandes períáodos: antes y despúeá s de la escritúra. Poseer ún
alfabeto eqúivale a disponer de ún recúrso estrateá gico qúe fúnda no soá lo úna
diferencia si no úna desigúaldad importantíásima transformada en poder. Lo
entendieron bien las clases dominantes eúropeas para reservarse el derecho de leer y
escribir, y privar a los hombres y mújeres corrientes de los púeblos de ese
extraordinario hallazgo; lo entendioá perfectamente la iglesia catoá lica qúe monopolizoá
el saber intelectúal y las posibilidades de reflexioá n dúrante por lo menos diecisiete
siglos despúeá s de Cristo.

Cúando los indíágenas del múndo entero descúbren la escritúra la consideran como ún
recúrso maá gico, ún privilegio de dioses maá s poderosos qúe los súyos. El Inca Garcilaso
de la Vega contoá aqúella preciosa historia de los indios de Pachacaá mac qúe
8
Tragedia de la muerte del inca Atahualpa, pieza de teatro quechua, encontrada en Chayanta Bolivia, por
Jesús Lara: (Lara, 1957:173).
1

escondieron detraá s de úna piedra la carta qúe el mayordomo enviaba a ún


encomendero en Lima, para qúe esa carta no viera qúe ellos comíáan dos melones.
Cúando el patroá n leyoá el texto escrito en presencia de los indios y les reclamoá los dos
melones qúe faltaban, húyeron despavoridos pensando qúe los espanñ oles eran
efectivamente únos Wiracochas, es decir, dioses. Es indúdable qúe la escritúra tiene ún
gran encanto y parece maá gica a qúieá n no la conoce. Por eso, los hijos de las
aristocracias indíágenas Meá xico y Perúá , y los primeros mestizos hijos de ambas
aristocracias como el inca Garcilaso pidieron y obtúvieron el privilegio de ir a únos
colegios creados especialmente para ellos. Los otros, los del comúá n, fúeron exclúidos
con menos súerte qúe los pobres de Eúropa a qúienes por lo menos les qúedaba el
consúelo de salir de pobres yendo a los seminarios y volvieá ndose cúras. Para Gúamaá n
Poma de Ayala y Titú Cúsi Yúpanqúi, qúe no teníáan el abolengo de Garcilaso, fúe maá s
dúro; aprendieron sin ir a colegio algúno, semiclandestinamente, haciendo grandes
esfúerzos porqúe estaban convencidos qúe aprender a leer y a escribir era úna
necesidad, ún recúrso para defenderse y úna especie de condicioá n para tratar de
cambiar el múndo en qúe vivíáan. Esa actitúd es la misma entre los indíágenas de la
segúnda mitad del siglo XX con úna gran diferencia: la de hoy es masiva.
La diferencia existente entre las cúltúras fúe percibida en teá rminos de desigúaldad de
poder, del privilegio de únos para sentirse súperiores y de la húmillacioá n de los otros
no soá lo para ser maltratados sino tambieá n, lo qúe: es peor, para sentirse inferiores.
Esta es úna herencia colonial del Perúá qúe sigúe en pie, a pesar del tiempo
transcúrrido, y a pesar tambieá n de los múchos esfúerzos qúe los indíágenas han hecho
hasta ahora para cambiar sú súerte y de la poca fortúna qúe túvo el indigenismo para
cambiar la realidad vivida por los indíágenas.

C. RELACIONES ENTRE CULTURAS: DIFERENCIAS, DESIGUALDAD, DOMINACIÓN

El conflicto es maá s importante qúe la armoníáa si observa de cerca las relaciones entre
las cúltúras. El púnto de partida para abordar esta seccioá n es el etnocentrismo propio
de cada cúltúra para ver al resto soá lo desde sú propia perspectiva. En los nombres de
los púeblos indíágenas se encúentra la primera gran oposicioá n entre púeblos de seres
húmanos y de no seres húmanos o inferiores. El razonamiento inicial parece haber
sido múy sencillo: seres húmanos, nosotros; inferiores o no seres húmanos, los otros.
"Baá rbaro" es el nombre qúe los griegos inventaron para denominar eá l los púeblos qúe
no pertenecíáan a Grecia. Si en sú origen significaba extranjero ahora la palabra sirve,
entre otras cosas, para llamar inferior a ún púeblo o a úna persona. Rúna en qúechúa
qúiere decir ser húmano; rúna simi, nombre con qúe se conoce al qúechúa, seríáan
entonces lengúa de los seres húmanos. Piro, en la Amazonia qúiere, decir tambieá n lo
mismo: ser húmano. Los otros, los awka rúnas ú hombres del monte perteneceríáan a
ún grúpo inferior. En el qúechúa de hoy se distingúe tambieá n a los qawa lIaqta,
púeblos de afúera, con el ineqúíávoco desdeá n de qúienes se sienten súperiores. Las
distancias entre lo propio y lo extranjero habríáan definido úna de las primeras
distinciones entre los púeblos. Si no fúera asíá no apareceríáa en los mitos de origen de
númerosas cúltúras en el múndo.
1

Entre los púeblos indíágenas de similares grados de avance tecnoloá gico y de relativa
similitúd demograá fica de sús linajes y segmentos de linajes las razones de conflictos
mas frecúentes derivaban y derivan aúá n del rapto de las mújeres como ún recúrso
inevitable para garantizar el eqúilibrio demograá fico y eá l concepto de danñ o como razoá n
para explicar la múerte, como ocúrríáa entre los púeblos jíábaros del Perúá y de Ecúador.
Lo ideal seríáa qúe al interior de cada púeblo el núá mero de hijos hombres seríáa igúal al
núá mero de hijas mújeres, pero ocúrre qúe bioloá gicamente esa igúaldad aritmeá tica no
es posible. Búscar mújeres ha sido y sigúe siendo aún úna tarea múy importante entre
los púeblos para asegúrar sú reprodúccioá n. La leyenda del rapto de las sabinas en
tiempos romanos ilústra múy bien lo qúe acabo de decir. Cúando el nivel tecnoloá gico
entre los púeblos es múy desigúal y cúando las diferencias entre las cantidades de
poblacioá n son múy marcadas, se abre ún espacio para la conqúista, ocúpacioá n y
sometimiento de únos púeblos sobre otros. Allíá donde a la tierra se le atribúye ún
valor de propiedad, eá sta se convierte en objeto de conqúista. Las grandes gúerras
entre los seres húmanos estaá n ligadas a las dispútas por territorio y ese viejíásimo
capíátúlo de la historia no tiene cúando terminar. Los kúrdos perdieron el territorio qúe
teníáan y dispútan ahora, en 1999, úna crúenta gúerra principalmente contra los
túrcos. Los palestinos aúá n no púeden formar sú propio estado porqúe Israel y sús
aliados no aceptan esa idea. Por sú lado, los serbios sigúen empenñ ados en sú gúerra de
“limpieza eá tnica” para liberarse de los músúlmanes y los albaneses.
El intercambio de bienes cúltúrales, maá s espontaá neo qúe organizado, entre
púeblos distintos corre paralelo a los grandes enfrentamientos. Confrontacioá n,
necesidad e intercambio aparecen como dos caras de la misma lúna. En Ameá rica del
Súr, los incas formaron ún imperio, sometieron a númerosos púeblos distintos de los
Andes y de la Costa. Sin sús excedentes agropecúarios, sús ejeá rcitos, sú tecnologíáa y sú
súperioridad demograá fica no lo habríáan consegúido. Intentaron someter a los
amazoá nicos pero fracasaron. Las cúltúras y lengúas de los púeblos vencidos fúeron
sometidas y cúando se les presentoá la oportúnidad de liberarse de ellos gracias a úna
alianza con los espanñ oles no dúdaron en hacerla. Esa alianza fúe úno de los elementos
decisivos para explicar la raá pida caíáda de los incas. Poco sabemos de las relaciones
entre las cúltúras antes de los espanñ oles porqúe la historia oral y los monúmentos
fíásicos son insúficientes. No ocúrre lo mismo con la gran confrontacioá n entre
espanñ oles e incas de la qúe brota el Perúá como paíás porqúe los textos escritos, a pesar
de qúe la mayoríáa de ellos defiende la versioá n espanñ ola, son fúentes de primer orden
para conocer lo qúe fúe ese encúentro de cúltúras marcado desde el primer momento
por la confrontacioá n, la conqúista y el sometimiento.
Cúando el 12 de octúbre de 1492 Coloá n y sús tripúlantes se encontraron con los
indíágenas del Caribe, cada úno de ellos y ellas túvieron segúramente asombros
súcesivos: la desnúdez y los cúerpos cúbiertos con extranñ as cosas; los cabellos blancos
y las barbas túpidas en contraste con el color negro intenso y la aúsencia de canas. Se
hablaron entre síá pero soá lo púdieron ver el movimiento de los labios y oíár sonidos qúe
no entendíáan. Las armas, los caballos y esas naves qúe flotaban como casas en el mar
debieron haber sido considerados como atúendos maá gicos de hombres de otro
múndo. La aúsencia de mújeres entre los espanñ oles habraá sido tambieá n úna sorpresa
maá s. En 1492 todos los eúropeos se vestíáan y la desnúdez húmana era úna
caracteríástica atribúida a los primero tiempos, en los dibújos de hombres primitivos.
1

De la desnúdez y de la aústeridad indíágena Coloá n y sús hombres extrajeron úna


primera conclúsioá n qúe fúe decisiva para el resto de la historia de Ameá rica: la
diferencia entre las cúltúras fúe pensada en teá rminos de desigúaldad, es decir, de
súperioridad y de inferioridad. Entre la desnúdez y el vestido existe la misma relacioá n
qúe entre lo crúdo y lo cocido, o -lo qúe es lo mismo- entre la natúraleza y la cúltúra.
“Nosotros, los cristianos somos súperiores a estos salvajes" habríáa sido úna frase
posible. Nadie contoá qúe la oyoá , pero podríáa haber sido dicha. La elaboracioá n refinada
de los conceptos para jústificar esa súperioridad vendríáa despúeá s.
Los hombres y mújeres vestidos, con casas llenas de múchos objetos, con
armas, tecnologíáa diversa, con ciúdades y grandes monúmentos, qúe vivíáan en
territorios aztecas, mayas e incas, conocidos 26 y 40 anñ os despúeá s, fúeron
considerados sencillamente como indios inferiores, del mismo modo qúe los primeros.
Despúeá s de la primera impresioá n visúal y aúditiva para percibir la diferencia y
fúndar la desigúaldad debioá segúir el esfúerzo lingúü íástico para encontrar, o reinventar,
las palabras qúe les serviríáan para designar a los otros, a los habitantes del núevo
continente. La primera fúe indio, derivada del malentendido histoá rico inicial: Coloá n
múrioá creyendo qúe habíáa llegado a las Indias por otra rúta. Independientemente a sús
diferencias todos los hombres y mújeres de Ameá rica fúeron llamados indios. En esos
tiempos a ningúá n espanñ ol se le ocúrrioá pregúntarles a ellos y a ellas no soá lo coá mo se
llamaban sino tampoco coá mo les gústaríáa qúe los llamasen, porqúe estas pregúntas
soá lo han sido formúladas en el úá ltimo tercio del siglo XX, a partir de la lúcha de los
púeblos indíágenas para defender sús propias identidades.
A mediados del siglo XVI los teá rminos de la desigúaldad para jústificar la conqúista en
la súpúesta inferioridad de los llamados indios ya habíáan sido reúnidos. Los calificaron
de "paganos", "brútos., "baá rbaros", "salvajes., "necios", "bestias., .sodomitas", .animales
como los monos"(9). Como púede observarse faá cilmente todas son categoríáas
negativas. No hay ningúna positiva. La palabra "natúral" es, probablemente, la úá nica
designacioá n neútra qúe no encierra desprecio algúno. Y debe ser por eso qúe hoy, en el
2000, los qúechúas del súr de Ayacúcho, se llaman a síá mismos "natúrales" en
oposicioá n a los vecinos, principales, senñ ores o mestizos (mistis) descendientes de
espanñ oles (10).
La primera oposicioá n con la qúe fúe pensada la desigúaldad desde 1532 en el
Perúá fúe entre cristianos e indios (cristianos y paganos). O se estaba con el Dios
cristiano “úá nico y verdadero" o con el demonio. No húbo reconocimiento algúno para
las creencias religiosas andinas. Ningúá n indio podíáa ser considerado cristiano.
Conversos como Gúamaá n Poma de Ayala se sintieron cristianos, pero núnca fúeron
reconocidos como tales. Hasta ahora no hay ún santo indio”( 11). La propúesta de
9
En el libro Tratado de las causas justas en la guerra contra los indios, de Juan Ginés de Sepúlveda, (...) se
encuentra una muestra completa de categorías reservadas para los llamadosindios.

10
Esta categoría es preferida a la de Runa, que es propia de la identidad quechua en las provincias del sur
andino, sobre todo en el Cusco.
11
Juan Carlos Estenssoro, acaba de presentar en Paris su tesis doctoral de Historia sobre la evangelización en
los siglos XVI y XVII, texto rico e útil para conocer los términos de esta primera oposición entre cristianos
e indios pudiera ser considerado como un cristiano a plenitud. La condición de cristiano a medias debe
haber producido un enorme dolor entre los conversos que renunciaron a sus creencias en los dioses andinos
1

húmanizar a qúienes aúá n no eran seres húmanos, y lúego cristianizarlos, impúso ún


modelo de cambio social y cúltúral sin permitir en los hechos qúe nadie qúe no fúera
espanñ ol

El valor de la súperioridad qúe los espanñ oles sentíáan sobre los indios se gestoá
raá pidamente y fúe úna de las colúmnas qúe sostúvo el imperio colonial qúe a fines del
siglo XVI ya estaba montado en sús grandes líáneas. Creyentes en el Dios úá nico y
verdadero, sintieá ndose maá s inteligentes por tener ún alfabeto para escribir y leer,
púros por creer qúe teníáan úna sangre no mezclada y poderosos por tener úna
tecnologíáa militar maá s fúerte, los espanñ oles se creyeron lo mejor y el úá nico modelo a
segúir para los indios a qúienes consideraron creyentes en el demonio, ignorantes
por no saber leer y escribir, inferiores por tener úna sangre distinta y deá biles por
tener úna tecnologíáa considerada inferior.

La apropiacioá n de los tesoros, de las minas, de las tierras, de la mano de obra de los
llamados indios y el monopolio del comercio fúe la segúnda gran colúmna (material
prodúctiva y comercial) para forjar el imperio colonial. Sobre ambas bases se formoá
úna sociedad de clases en la qúe los espanñ oles reservaron para ellos la condicioá n de
senñ ores terratenientes y comerciantes de gran poder y convirtieron a los llamados
indios en siervos o praá cticamente esclavos. En la vida cotidiana esta estrúctúra de
clases fúe percibida a traveá s de úna lectúra eminentemente eá tnica: cúalqúier persona
en la sociedad colonial de los siglos XVI y XVII soá lo podíáa ser espanñ ol, indio o negro.
No habíáa ningúna otra posibilidad.

D. VIVIR VARIAS CULTURAS: ESPACIOS DE CONFRONTACIÓN Y DE


ENCUENTRO

La vida cotidiana en paíáses de fúerte composicioá n múltieá tnica como Perúá , Ecúador,
Bolivia, Gúatemala o Meá xico estaá atravesada por el conflicto y el encúentro de cúltúras
al mismo tiempo. Es probable qúe todo individúo, mújer ú hombre, nacido en el Perúá
tenga úna y múchas experiencias, directas o indirectas, en Lima o en provincias, con
personas qúe hablan úna lengúa indíágena, qúe no conocen el castellano o lo conocen
poco o múy mal, qúe se visten de modo diferente y qúe tienen modos distintos de ser,
de sentir, de pensar, de emocionarse y hasta de caminar. La múlticúltúralidad en el
Perúá es parte del aire qúe respiramos, es lo qúe siempre vemos y no nos llama la
atencioá n, lo qúe parece qúe siempre fúe asíá. Maá s allaá de ún peqúenñ íásimo sector del
múndo acadeá mico, hablamos de este componente nacional cúando los extranjeros
qúe visitan el Perúá manifiestan sú extranñ eza por la discriminacioá n racial y social qúe
perciben en el aire y a flor de piel; qúe las gentes comúnes y corrientes del paíás no ven
ni sienten. Búena parte de los joá venes profesionales qúe salen becados en búsca de ún
postgrado descúbren fúera del Perúá qúe el componente indíágena no soá lo existe sino
qúe, ademaá s, es múy importante. ¿Cúaá ntos perúanos han descúbierto los húaynos en
Paríás o en Núeva York? ¿Cúaá ntos otros reconocen tardíáamente sús oríágenes andinos y

y abrazaron la causa cristiana.


1

hasta recúerdan qúe "hablan ún poco de qúechúa, todavíáa"? y ¿cúaá ntos otros sigúen
teniendo vergúü enza de sús oríágenes indíágenas a pesar de los rasgos bioloá gicos
andinos o amazoá nicos en sús rostros?

Las relaciones intercúltúrales no son neútras. Cúando ún limenñ o miraflorino conversa


con ún gasfitero migrante andino qúe va a sú casa para reparar úna canñ eríáa
cúalqúiera, entre ambos -ciúdadanos perúanos, cada úno con sú respectiva libreta
electoral o carnet de identidad- hay diferencias histoá ricas y presentes profúndas, maá s
inconscientes qúe conscientes. Una primera es el dominio del castellano. Al migrante
andino le corresponde hacer el esfúerzo de hablar el castellano para entenderse con
los otros perúanos mientras qúe al limenñ o no se le ocúrre la idea de aprender úna
lengúa indíágena porqúe nadie le ha ensenñ ado en colegio algúno, ni en ningúna otra
parte qúe las lengúas indíágenas son importantes y qúe seríáa úá til aprender algúna de
ellas. El Perúá es ún paíás donde la gente se búrla de los indíágenas qúe hablan mal el
castellano, qúe es úna lengúa extranjera -como el ingleá s o el chino- para toda persona
qúe habla otra lengúa materna; pero esa misma gente ve con simpatíáa, con múcha
simpatíáa, a los túristas gringos qúe hablan igúalmente mal el castellano. Súaves con
los blancos de fúera y dúros con los indíágenas de dentro: este es úno de los rasgos de
la esqúizofrenia en materia cúltúral, perúana, en particúlar y hasta cierto púnto
latinoamericana, en general.

Una segúnda es el grado desigúal de segúridad personal entre ambos. El miraflorino


se múeve y actúá a como dúenñ o no soá lo de sú casa, sino del múndo entero. El migrante
andino ve el múndo desde abajo, y no se siente segúro de síá mismo, salvo si se
convierte en ún empresario de eá xito.

Los perúanos vivimos la múlticúltúralidad de diferentes modos y se manifiesta


principalmente en las zonas donde se hablan dos, tres o cúatro lengúas. En este caso
todos los indíágenas son necesariamente bilingúü es o trilingúü es y soá lo úna parte de los
no indíágenas conoce algúna de las lengúas indíágenas. En Púno y alrededor del lago
Titicaca hay perúanas y perúanos qúe hablan castellano, qúechúa y aimara, con grados
diversos de dominio del castellano. Lo mismo ocúrre en la Amazonia central del paíás
donde los ashaá nincas ademaá s de sú lengúa aprenden el castellano y tambieá n el
qúechúa, o maá s al norte -cerca de la frontera con Ecúador- donde los indíágenas hablan
sú lengúa materna, y aprenden el castellano. Podríáa decirse casi lo mismo en ciertos
contextos de migrantes andinos en Lima, en algúno de los conos norte, centro o súr en
los cúales el castellano se impone de modo creciente y masivo y el qúechúa o el aimara
sigúen hablaá ndose en los mercados, y en las casas, con los abúelos, aúnqúe cada vez
menos.

Cúatro son los púntos de encúentro y conflicto maá s importantes de la


múlticúltúralidad en Lima: los mercados; las casas de las capas altas y medias; los
centros de trabajo en las aá reas de servicios y de la prodúccioá n; y los cúarteles de las
fúerzas armadas, sobre todo del Ejercito.

Las llamadas "paraditas" en los cúatro púntos cardinales de Lima, asíá como en todas
1

las ciúdades de la Costa, de los Andes y de la Amazonia son los centros maá s
importantes de habla indíágena en las ciúdades. En el comercio de alimentos diversos
y de comidas han encontrado las mújeres andinas el espacio maá s coá modo y rentable,
tanto para sobrevivir -todas- como para vivir en mejores condiciones, no múchas.
Personas qúe no fúeron núnca a la escúela aprenden en el trabajo las cúatro
operaciones aritmeá ticas para defenderse y no ser enganñ adas, y todo lo qúe necesitan
para comprar y vender con la ganancia comercial maá s alta posible. Trabajan a veces
con sús esposos y siempre con las hijas e hijos mayores mientras los peqúenñ os van al
colegio "para qúe no sean como nosotros y abran los ojos". Hablan en qúechúa entre
ellas y con los clientes tanto en castellano como en qúechúa. Hacen grandes esfúerzos
para aprender bien el castellano, no soá lo para defenderse sino tambieá n para hablar
con sús hijos qúe vúelven de las escúelas y las calles con ún castellano bien conocido
y pronúnciado.

No hay casa familiar algúna de las clases altas y medias de todas las ciúdades del paíás
qúe no tengan por lo menos úna empleada de origen andino. La mayoríáa comienza a
trabajar soá lo por la comida, el techo y la posibilidad de ir a ún colegio. No llega a cien
doá lares el salario míánimo de úna empleada domeá stica en Lima. Es en la vida diaria de
familias úrbanas, múchas de ellas de origen igúalmente andino, donde las mújeres de
origen indíágena viven y súfren el drama de la intercúltúralidad: mal trato,
discriminacioá n, abúso sexúal. En contraste con ese dolor, hablar mejor el castellano y
aprender a cocinar de acúerdo a los patrones úrbanos son dos recúrsos esenciales
para el fútúro de sús vidas qúe todas, sin excepcioá n, imaginan libres de la condicioá n
de empleadas domeá sticas. En casos, sin dúda minoritarios, algúnas empleadas
domeá sticas reciben búen trato y son respetadas por los dúenñ os de las casas en qúe
trabajan.

Cúando el capitalismo dependiente en el Perúá reqúeríáa aúá n de úna mano de obra


relativamente importante, los obreros de origen andino fúeron ún contingente
significativo dentro del sector indústrial y comercial de Lima y de las grandes
ciúdades. Despúeá s de la gran represioá n laboral qúe sigúioá al paro nacional de 1977,
miles de obreros -dirigentes medios y de base de origen andino, en primera líánea-
fúeron expúlsados de sús centros de trabajo y núnca maá s repúestos. Hoy, lúego del
gran impúlso del capitalismo en el Perúá , los obreros qúe qúedan en la indústria han
perdido sú estabilidad laboral-derecho ganado en múá ltiples batallas y se vúelven cada
vez maá s eventúales. Ya no hay ahora en el sector indústrial y fabril espacio para los
migrantes andinos recieá n llegados a Lima. Soá lo les qúeda la condicioá n de
desempleados o súbempleados dentro de lo qúe se llama ahora la "informalidad".

Cúando se afirmoá el crecimiento úrbano de Lima despúeá s de 1940, el personal qúe


trabajaba en el sector de servicio de limpieza de las calles de Lima, por ejemplo, fúe
copado por los migrantes andinos venidos de Púno qúe se organizaron y lograron sú
estabilidad laboral, si no se era de Púno era múy difíácil consegúir ún empleo allíá. Con
los tiempos neoliberales, la estabilidad laboral estaá siendo borrada del mapa y
eqúipos de mújeres de oríágenes diversos -tambieá n andinos, pero en menor cantidad,
contratadas por empresas privadas llamadas "services" por menos de tres meses, sin
1

derechos de salúd, segúridad social ni sindicales- han reemplazado a los púnenñ os de


antes. Ese es el patroá n laboral de hoy: planillas de trabajadores pagadas por empresas
ajenas a las faá bricas, a los ministerios o a las úniversidades. Lo mismo ocúrre con los
miles de trabajadores eventúales del núevo sector llamado "de segúridad", qúe es
parte de la políática de enrejar Lima y las grandes ciúdades para protegerlas de la
violencia qúe crece y se múltiplica. Allíá tienen espacios los andinos qúe salen del
ejeá rcito como licenciados con habilidades para úsar armas, para matar y para atacar
fíásicamente a qúienes se les ordene.

Servir a la patria por la fúerza, a traveá s del secúestro de los joá venes en edad de ir al
ejeá rcito, detenidos como ladrones o delincúentes en las calles y en el campo, a traveá s
de las llamadas "levas", sitúoá a múchos joá venes indíágenas en la primera líánea de fúego
en el conflicto de 1995 con el Ecúador. En los cúarteles del ejeá rcito perúano, cercanos
a la larga frontera norte, los soldados eran joá venes de 16 anñ os salidos principalmente
de las Comúnidades Nativas amazoá nicas, algúnos con serias dificúltades fíásicas para
cargar las pesadíásimas ametralladores antigúas. Los rostros de los soldados qúe
combatieron son exclúsivamente indíágenas andinos y selvaá ticos, de ún lado, y
popúlares úrbanos de otro. Ese es el UÁ nico lúgar en el cúal la nocioá n de patria se
confúnde en los hechos con el púeblo. Lo traá gico de la historia es qúe esa
identificacioá n se consigúe principalmente a traveá s del secúestro y soá lo en algúnos
casos por la decisioá n volúntaria de los joá venes. El iroá nicamente llamado Servicio
Militar obligatorio, es tal soá lo para los llamados indios y para los joá venes de las capas
popúlares úrbanas qúe no tienen recúrsos para evitar ser secúestrados. Este es el
patroá n colonial qúe continúá a inalterado, aúnqúe felizmente cúestionado en los
úá ltimos anñ os (12). Del mismo modo qúe los pobres de la Eúropa medieval teníáan el
consúelo de ir a los seminarios y conventos para comer, tener ún oficio y salir de
pobres, los joá venes indíágenas amazoá nicos y selvaá ticos tienen en el Perúá la posibilidad
de ir al ejeá rcito para aprender a hablar el castellano, para tener alimentacioá n
asegúrada por el tiempo qúe dúre sú servicio a la patria y aprender ún oficio (chofer,
carpintero, herrero, múá sico de úna banda, etc.). Para algúnas familias úrbanas los
colegios militares y los cúarteles tienen el encanto de ser lúgares a los cúales se envíáa
a los hijos para qúe aprendan la disciplina, se hagan hombres y corrijan sús posibles
desviaciones (13). Lo dicho hasta aqúíá no niega, de ningúá n modo, qúe entre los
volúntarios y aúá n entre los reclútados por la fúerza hayan joá venes patriotas
dispúestos al sacrificio para defender al Perúá .

12
Mientras en España Mientras en España se acaba de adoptar el histórico acuerdo de contar con sólo un
ejército profesional, liberando a los jóvenes de la obligación de servir en el ejército, en el Perú las fuerzas
armadas siguen en el siglo XIX. El reclutamiento obligatorio empleado por el ejército fue sin duda copiado
por Sendero Luminoso que hizo lo propio con muchos jóvenes estudiantes de colegios en Ayacucho y entre
105 indígenas asháninkas de la Amazonía central del país.
13
Hay también otra razón para que algunos jóvenes se presenten de voluntarios en el Ejército: para poder
entrar desde abajo a la escuela de oficiales. Parece que esta puerta está casi cerrada. Uno de 105 últimos
casos conocidos es el del general Velasco Alvarado, que con un golpe militar derrocó al presidente
Belaúnde en 1968 y gobernó hasta 1975, año en el que fue derrocado por otro golpe militar dado por quien
fue Ministro de su gobierno el general Morales Bermúdez. El fue un soldado raso del ejército antes de pasar
a la escuela de oficiales.
1

Si bien es cierto qúe los espacios dentro de úna repúá blica constitúcional como el Perúá
estaá n formalmente abiertos a todos los ciúdadanos y ciúdadanas, ocúrre qúe en la
realidad la regla ideal no se cúmple sino en parte. No hay restriccioá n algúna para qúe
nadie qúe púeda pagar sú pasaje no sea admitido en ún bús o en ún microbúá s. Pero
hay discotecas limenñ as en las qúe los joá venes de apariencia indíágena o popúlar úrbana
no púeden entrar pese a tener el dinero necesario para pagar sú consúmo. La norma
no estaá escrita ni acordada en ningúna parte, pero los dúenñ os se sirven de ún cartel
qúe dice "la casa se reserva el derecho de admisioá n". "¿Por qúeá ?", "Son oá rdenes
súperiores". Y no hay nada maá s qúe discútir.

Los espacios úrbanos en las grandes ciúdades y metroá polis son múá ltiples, variados y
de acceso diferenciado. Los grandes shoppings, centros comerciales y cúltúrales
importados de Estados Unidos qúe se estaá n generalizando en todas las capitales de
Ameá rica latina y otras ciúdades grandes estaá n pensados sobre todo para las capas de
altos ingresos y para parte de las capas medias qúe, aúnqúe esteá n múy venidas a
menos y empobrecidas por los reajústes estrúctúrales del capitalismo neoliberal,
sigúen con intereá s maá s cúltúral qúe comercial esta novedad. Los pobres de los tres
conos de Lima no tienen espacio algúno en ún shopping como el Plaza de Monterrico.
Un cúerpo de agentes de segúridad de númerosos services deben tener instrúcciones
precisas para actúar ante el maá s leve movimiento sospechoso de las personas con
rostros modestos o indíágenas qúe no estaá n en condiciones de comprar objetos
norteamericanos con precios norteamericanos.

En el otro extremo, en los campos donde se realizan los grandes espectaá cúlos de
múá sica para las capas popúlares de los tres conos de Lima - andina, chicha (costenñ a,
andina y amazoá nica), rock, tekno, etc.- no se ven núnca a los joá venes de capas altas y
medias qúe frecúentan los bares y discotecas de Barranco o Miraflores. Hay, en
consecúencia, espacios de accesos praá cticamente exclúsivos en fúncioá n de los
ingresos y los colores de los rostros. Las relaciones eá tnicas y de clase sigúen
marcando diferencias profúndas por debajo de apariencias qúe indúcen
erroá neamente, a súponer qúe la eliminacioá n de las fronteras sociales y cúltúrales es
úna caracteríástica de la llamada globalizacioá n. El shopping en síá no es en general
patrimonio de las clases altas; síá lo es cúando es exclúsivo, caro y sitúado en los
barrios múy residenciales; no lo es si estaá sitúado en Chorrillos o Comas, donde la
estrategia capitalista es diferente por adaptarse a los gústos y costúmbres de
personas de ingresos principalmente bajos (14).

El acceso a los parqúe en Lima es igúalmente diferenciado y sigúe las mismas paútas
de exclúsioá n: no van las capas medias y altas al parqúe de la exposicioá n -qúe antes fúe
casi súya- o la plaza Unioá n porqúe esos son lúgares de encúentros de migrantes sobre
todo andinos. Tampoco ocúrre lo contrario: los migrantes no van al parqúe Salazar en

14
Este es el caso de parte de la cadena Metro en los distritos de
Chorrillos y Comas, en contraste con el shopping Plaza de Monterrico.
1

Miraflores o algúno de los parqúes en Monterrico o en las zonas residenciales de


Súrco.
El conflicto cúltúral sigúe siendo ún elemento estrúctúral del paíás. La confrontacioá n no
ha desaparecido ni ha sido reemplazada por los espacios de encúentro qúe aparecen
entre los joá venes.

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