Evaluación de Daño Moral

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Evaluación del daño moral: Procedimiento para discriminar realidad y


simulación

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Ramon Arce Francisca Fariña


University of Santiago de Compostela University of Vigo
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MAPFRE MEDICINA, 2007 · V OL .18 · S UPL . II · 00-00 ORIGINAL

Evaluación del daño moral: Procedimiento para


discriminar realidad y simulación
Evaluating psychological injury in motor vehicle accidents
(MVA): Development and validation of a protocol for
detecting simulation

Arce R. 1 , Fariña F. 2 , Novo M. 1 1


Departamento de Psicología Social, Básica y
Metodología, Universidad de Santiago de
Compostela
2
Departamento AIPSE, Universidad de Vigo

RESUMEN ABSTRACT
Dado que en la evaluación forense ha de sospecharse si- Bearing in mind that simulation must be suspected in fo-
mulación (American Psychiatric Association, 2002) y que rensic evaluations (American Psychitaric Association,
la Sala de Justicia nos demanda la evaluación del daño 2002) and that forensic experts are required by courts to
moral en accidentes de tráfico (Ley 30/1995), diseñamos assess the psychological injury in a motor vehicle accident
un estudio para contrastar el potencial de simulación de (MVA) «moral damage» according the Spanish Law (Spa-
daño moral de los sujetos tanto en una tarea de conoci- nish Law 30/1995), a study was designed to assess the
miento, la entrevista clínica forense (Arce y Fariña, 2004), feigning of moral damage using a cognition task (the fo-
como de reconocimiento, el MMPI-2, así como de los ins- rensic clinical interview of Arce and Farina, 2004), and a
trumentos de control de la simulación y de sus combina- recognition task (the MMPI-2). A total of 105 subjects lay
ciones. Para ello tomamos 105 sujetos, legos en psicopa- in psychopathology, responded to the MMPI-2 in line with
tología, que cumplimentaron el MMPI-2 bajo las the standard instructions, no pathology was observed in
instrucciones estándar descartándose patología en ningu- any of the subjects. Thereafter, subject were trained to
no de ellos. Posteriormente, fueron instruidos en la tarea feign moral damage generated by a MVA prior to being
de simulación de daño moral y, una semana después, evaluated using a clinical-forensic interview a week later,
evaluados a través de una entrevista clínica-forense y, and responding to the MMPI-2 another week later. The re-
transcurrida otra semana, en el MMPI-2. Los resultados sults show that 64,9% of the subjects were able to effecti-
mostraron que los participantes instruidos para que simu- vely feign moral damage on the MMPI-2 both in terms of
laran daño moral simularon en el MMPI-2 la huella psíqui- the indirect measures (hypochondria, depression and hys-
ca del mismo tanto en las medidas indirectas (hipocon- teria) as well as the direct ones, the posttraumatic stress
driasis, depresión e histeria) como en las directas, las disorder, PS and PK scales. In the cognition task, however,
Escalas de Trastorno de Estrés Postraumático, PS y PK, ci- only 4 subjects (3,8%) were able to feign the moral dama-
frándose la simulación efectiva en el 64,9%. En la tarea ge of a MVA. The analysis of the instruments and procedu-
de conocimiento, sólo 4 (3,8%) participantes lograron si- res for the validation of subject responses revealed that
mular la huella psíquica propia de un accidente de tráfico. neither the original validity control scales of the MMPI-2
El estudio de los instrumentos y procedimientos de control (?, L, F, K Scales), nor its combinations that have been
de la validez de las respuestas de los sujetos puso de ma- found to be effective for the detection of feigning, the

Correspondencia:
R. Arce
Departamento de Psicología Social
Facultad de Psicología
Universidad de Santiago de Compostela
15872 Santiago de Compostela. A Coruña
2
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Arce R., Fariña F., Novo M. Evaluación del daño moral: Procedimiento
para discriminar realidad y simulación

nifiesto que ni las escalas originales de control de la vali- Gough profile indexes «inverted V», or the analysis of feig-
dez del MMPI-2 (Escalas ?, L, F, K), ni las combinaciones ning strategies in the forensic clinical interview, permit the
con implicaciones para la detección de la simulación, el individual identification of all the feigners. Nevertheless,
índice de Gough y el perfil en «V invertida», ni el análisis collectively, all the control measures and procedures were
de las estrategias de simulación en la entrevista clínica-fo- effective for the detection of feigning. Therefore, a protocol
rense, permiten aisladamente identificar a todos los simu- based on a multimethod approach for the detection of
ladores. No obstante, la combinación de todas estas me- feigning of moral damage has been proposed.
didas de control sí se muestra totalmente efectiva. Como
consecuencia, se propone un protocolo basado en una
aproximación multimétodo que permite detección de la si-
mulación de daño moral.
Palabras clave: Key words:
Simulación, daño moral, accidente de tráfico, MMPI-2, Feigning, psychological injury, motor vehicle accident
trastorno de estrés postraumático. (MVA), MMPI-2, posttraumatic stress disorder (PSTD).

MAPFRE MEDICINA, 2007; 18 Supl. II: 00-00

INTRODUCCIÓN cia como en su valoración y reparación (3 4,5,6)


debido, sobre todo, a su carácter subjetivo, indivi-
La Ley 30/1995, del 8 de noviembre, Ley de Res- dual y personal (4). Este cambio se sustenta en que
ponsabilidad Civil y Seguro en la Circulación de las mentadas carencias se han subsanado. Por un
Vehículos a Motor introdujo, por primera vez en lado, se ha identificado el Trastorno de Estrés Pos-
España, la valoración del daño psíquico como uno traumático (TEP) y las medidas indirectas del mis-
de los elementos a tasación a través del concepto mo (hipocondriasis, histeria, depresión, ansiedad)
de daño moral. El daño moral se incluye dentro de (7,8,9,10) como la huella del daño psíquico al
la categoría del daño no patrimonial, que se define comprobarse sistemáticamente que este trastorno
como aquél «cuya valoración en dinero no tiene la estaba relacionado con situaciones traumáticas de
base equivalencial que caracteriza a los patrimo- muy diversa índole, tales como agresiones sexuales
niales, por afectar precisamente a elementos o inte- (11), desastres naturales (12), guerras (13), secues-
reses de difícil valoración pecuniaria» (1). Dentro tros, tortura o accidentes (14). Por otro, se han cre-
del daño no patrimonial se distingue entre el daño ado instrumentos de medida fiables y válidos (p.e.,
a la salud y el daño moral. Éste último se concreta SIRS, MMPI) que nos posibilitan una medida a la
como aquel que afecta a la víctima como conse- vez que una cuantificación objetiva (v.gr., eje V del
cuencia de haber experimentado una vivencia trau- DSM-IV-TR) del daño (15). Si bien, en todas las si-
mática que necesariamente no ha de acarrear con- tuaciones traumáticas se ha identificado el TEP co-
secuencias dolosas de carácter patrimonial o físicas mo el trastorno de referencia, los trastornos secun-
(a la salud), mermando en mayor o menor medida, darios varían de unas a otras. Así, en casos de
al desempeño de las actividades de la vida diaria - agresiones sexuales los trastornos secundarios sue-
trabajo, relaciones sociales, ocio, relaciones fami- len ceñirse a depresión, inadaptación social y dis-
liares- que pueden verse afectadas hasta el punto funciones sexuales en tanto, en el caso que nos
que el sujeto se vea en la obligación de abandonar- ocupa, los accidentes de tráfico, el Estudio Nacio-
las debido a la incapacidad que experimenta para nal (referido a USA) de Comorbilidad (16) identifi-
llevarlas a cabo con éxito (2). Si bien el legislador có los desórdenes en el estado del ánimo (depre-
previamente ya entendía que las secuelas de un ac- sión y distimia) como trastornos secundarios.
cidente de tráfico, además de las valoradas con an- Pero, en un contexto como el que nos encontra-
terioridad en relación con el daño patrimonial y fí- mos, el médico-legal, no es suficiente con diag-
sico, también eran de orden psíquico, éstas no se nosticar un trastorno o trastornos, sino que ha
habían reflejado para su estimación sobre la base de sospecharse simulación (3). Para este doble
de la dificultad en la determinación de su existen- objetivo, el diagnóstico clínico y control de la si-
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mulación, no es efectiva la evaluación clínica or- Instrumentos de medida


dinaria. De hecho, la evaluación clínica tradicio-
nal nunca ha informado de simulación (15). En la tarea de conocimiento, los sujetos fueron
Por todo ello nos planteamos llevar a cabo un es- sometidos a una «entrevista clínica forense» (16),
tudio experimental con un doble objetivo. Primero, esto es, a una entrevista de orden clínico en forma-
evaluar el potencial de simulación de daño moral to de discurso libre que se ha mostrado fiable y
que tiene un sujeto como consecuencia de haber productiva en el contexto forense (19,20). El pro-
sufrido un hipotético accidente de tráfico en una cedimiento consistió en pedir a los sujetos que re-
tarea de reconocimiento, el MMPI-2, y en una ta- lataran todo aquello que había cambiado en su vi-
rea de conocimiento, la entrevista clínica forense da (i.e., síntomas, conductas y pensamientos) en
(16). Segundo, conocer del potencial de detección relación a antes del accidente. Si no informaban de
del mismo de las escalas de validez del MMPI-2, de motu propio sobre las relaciones interpersonales,
las configuraciones de las escalas de validez del el contexto de trabajo o académicos, relaciones fa-
mismo, del análisis de las estrategias de simulación miliares y, en su caso, de pareja, procedíamos a
en la entrevista clínica-forense, de la consistencia reinstaurar esos contextos específicos de evalua-
inter-medidas y de su efecto acumulativo. ción (eje V del DSM-IV-TR). En cuanto al formato
de la entrevista, se optó por éste frente a una en-
MÉTODO trevista estructurada1 por la facilidad que supon-
dría para una manipulación de las respuestas en
Participantes instrumentos en los que los sujetos tienen que re-
conocer síntomas (tarea de reconocimiento) y no
Para la realización del estudio tomamos 105 suje- describirlos directamente, en función de lo que pa-
tos legos en Psicología, 45 varones (42,86%) y 60 decen (tarea de conocimiento), al ser incluidos los
mujeres (57,14%), todos ellos mayores de 18 años, síntomas en las preguntas. Por la misma razón,
con un rango de edades entre los 19 y 75 años y un también se descartó el recurso a checklists sufi-
promedio de 24,12 (Sx=7,07). Profesionalmente, cientemente contrastados como el SCL-90-R (21).
74 eran estudiantes, 22 eran trabajadores por cuen- La versatilidad de este instrumento recae en que,
ta ajena, 4 parados, 1 jubilado y 4 sin profesión de- en principio, los sujetos son capaces de delimitar
finida. En lo referente al nivel de estudios, 75 cursa- los síntomas, conductas y pensamientos que tienen
ban o habían cursado estudios universitarios, 12 a menos que no se muestren colaboradores (la es-
estudios medios y 18 estudios primarios. trategia básica de simulación recogida en el DSM-
IV-TR), sufran lesiones neurológicas o padezcan
Diseño una deficiencia mental (ambas contingencias se
descartan en nuestro caso).
La metodología de investigación empleada fue del Como instrumento de medida en la tarea de re-
tipo experimental y en un ambiente de simulación conocimiento utilizamos el MMPI-2 baremado
de alta fidelidad. En concreto, se planificó un dise- para España por TEA (18). Dados nuestros pro-
ño de medidas repetidas para conocer la capacidad pósitos de medida clínica del daño psíquico direc-
de simulación de los sujetos en el instrumento psi- to e indirecto asociado a un accidente de tráfico y
cométrico de referencia para la evaluación de daño de simulación, tomamos las diez escalas clínicas
psíquico en la práctica forense (17), el MMPI-2, básicas, las dos escalas adicionales de medida del
manipulando para ello las «instrucciones» dadas a TEP, y las escalas de validez. La primera de las es-
los participantes: respuesta al MMPI-2 bajo las ins- calas clínicas básicas es la hipocondría (Hs), que
trucciones estándar y respuesta al MMPI-2 bajo hace referencia al estado físico general, digestión,
instrucciones de simulación de daño moral. A su
vez, se planificó un contraste de la ejecución de los
sujetos en dos formatos de tarea distintos: tarea de (1) Se entiende aquí por entrevista estructurada toda entrevista
cuyo formato de preguntas puede servir al sujeto para que
reconocimiento en el MMPI-2 (18) y tarea de cono- confirme síntomas, esto es, serían entrevistas con formatos de
cimiento la «entrevista clínica forense» (16). pregunta sugestivas.
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apetito, vista y sensibilidad, valorando el grado de da del TEP: la Escala Pk de Keane, Malloy y Fair-
preocupación que tiene el sujeto por sus funciones bank y la Escala Ps de Schlenger y Kulka. Para el
corporales y que permite diferenciar a los neuróti- control de la validez de los protocolos recurrimos
cos hipocondríacos de otros grupos de trastornos a las cuatro escalas de validez: la escala de interro-
mentales o de los sujetos normales. La segunda, gantes, la Escala K, la Escala F y la Escala L. La
depresión (D) evalúa la apatía, pérdida de interés, puntuación interrogante, que es la suma del núme-
negación de experiencias agradables y escasa ca- ro de ítems dejados en blanco o respondidos a la
pacidad para el trabajo, consistiendo su finalidad vez como verdadero y falso, puede interpretarse
en diagnosticar cuadros depresivos. La tercera, la como un indicador de simulación por falta de coo-
histeria de conversión (Hy) fue elaborada para di- peración con la evaluación. La Escala K o factor
ferenciar histéricos de conversión de personas nor- de corrección se utiliza como escala de corrección
males. Sus ítems aluden a quejas sobre problemas para aumentar el poder discriminativo de algunas
orgánicos (musculares, gastrointestinales o cardía- escalas clínicas del cuestionario y permite valorar
cos), sensaciones de tensión, angustia o miedo. La la actitud del sujeto frente a la situación de exa-
cuarta, la desviación psicopática (Pd), mide psico- men. En concreto, una puntuación elevada es pro-
patía o personalidad asocial y los ítems se refieren pia, entre otras hipótesis, de «fingir buena ima-
a inadaptación familiar y escolar, conflictos con la gen» en tanto una puntuación baja lo es de «fingir
autoridad, negación de las convenciones sociales y hacerse el enfermo». La Escala L (Mentira) se
pobreza en el juicio de valores. La quinta, masculi- orienta a una evaluación del grado en que el suje-
nidad-feminidad (Mf), es una escala que cubre un to intenta falsificar sus respuestas, seleccionando
rango de reacciones emocionales, intereses, actitu- aquellas que lo sitúan en la posición social más fa-
des y sentimientos sobre el trabajo, relaciones so- vorable (disimulación). La Escala F (Incoherencia),
ciales y aficiones en los que generalmente varones se relaciona con contenidos insólitos y extravagan-
y mujeres difieren. La sexta, paranoia (Pa), la tes, experiencias raras, dificultad de concentra-
componen ítems que comprenden ideas delirantes, ción, temas religiosos, reacciones impulsivas o pa-
fragilidad psicológica o sensibilidad acentuada. La ranoides, trastornos somáticos o del sueño, esto
séptima, la psicastenia (Pt); es una escala que per- es, características difícilmente aceptables por per-
mite diagnosticar el trastorno obsesivo-compulsi- sonas atentas, del tal modo que puntuaciones ele-
vo, compuesta por ítems referidos a la ansiedad, vadas advierten de una posible simulación. Ade-
baja autoestima, dudas acerca de su propia capa- más de los indicadores originales de validez del
cidad, sensibilidad elevada y dificultad para tomar protocolo, tomamos, a fin de contrastar su efecti-
decisiones. La octava, la esquizofrenia (Sc), evalúa vidad y complementariedad con los originales, los
este trastorno. Los ítems se refieren a distorsiones indicadores adicionales de validez, la Escala Fb (F
o peculiaridades de la percepción, sensaciones de posterior), la Escala TRIN y la Escala VRIN. La
persecución, sentimientos de enajenación interper- Escala Fb tiene como objeto identificar un registro
sonal, relaciones familiares pobres, falta de interés en el que el sujeto ha dejado de prestar atención o
por la vida sexual, dificultad de concentración y presenta un patrón de respuestas azaroso. Las es-
escaso control de los impulsos. La novena, la hi- calas TRIN y VRIN miden la inconsistencia de las
pomanía (Ma), hace referencia a un estado manía- respuestas verdadero y respuestas variables, res-
co moderado, ya que un estado maníaco grave se- pectivamente. Por último, a partir de los resulta-
guramente haría imposible la aplicación de dos obtenidos de las escalas de validez del MMPI-
cualquier prueba al sujeto que lo padeciera. Los 2, calcularemos los índices que se han mostrado
ítems de esta escala aluden a ideas de grandeza, efectivos en la detección de la simulación de tras-
excitación, elevada actividad, relaciones familiares tornos (22): el índice F-K, y el perfil en «V inverti-
y conyugales y a algunos síntomas físicos. La déci- da». El índice F-K, también conocido como «índi-
ma, la escala de introversión social (Si), se refiere a ce de Gough», se ha observado que es un
la tendencia de los sujetos a aislarse de los demás indicador robusto de los intentos de proporcionar
y no participar en las actividades sociales. Ade- una mala imagen en tanto el perfil en «V inverti-
más, tomamos las dos escalas específicas de medi- da» advierte de la exageración de síntomas (23).
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Procedimiento La detección de las categorías respondía a dos


métodos complementarios: expresión directa del
En un primer momento, la tarea de los participan- sujeto e inferencias de los codificadores tras ana-
tes consistió en responder al cuestionario MMPI-2 lizar los protocolos. Por ejemplo, el deterioro de
(18) bajo las «instrucciones estándar» del propio memoria puede ser manifestado directamente por
MMPI-2 para un cotejo de su estado clínico. Se les el sujeto o ser inferido por el codificador tras la
comunicó que se iba a efectuar una evaluación clíni- entrevista.
ca de cada uno de ellos y que, si lo deseaban, se les A su vez, se codificaron, por los mismos eva-
haría un informe de su estado clínico. Todos ellos luadores pero en distintas tareas, 8 estrategias2 a
participaron de forma voluntaria. Los pases se pro- las que los potenciales simuladores recurren a la
dujeron individualmente. Al terminar de cumpli- hora de simular (25,15): No cooperación con la
mentar el MMPI-2, se les explicó que volveríamos a evaluación; síntomas sutiles; síntomas improba-
reevaluarlos transcurrida una semana. Para esta bles; síntomas obvios; síntomas raros; combina-
nueva medida se les instruía en lo que denomina- ción de síntomas; severidad de síntomas; y con-
mos «instrucciones de simulación». Éstas consistían sistencia de síntomas.
en solicitarles que se pusiesen en el lugar de una Tras el análisis de contenido de la entrevista de
persona que, tras haber sufrido un accidente de trá- cada sujeto, los codificadores evaluaban si, a te-
fico, simulaba las secuelas psicológicas del mismo nor de los criterios detectados, se cumplía algún
con el fin de obtener una sustanciosa indemnización trastorno y, en su caso, si dicho trastorno era
económica. Se les permitió este intervalo de tiempo constitutivo de daño moral, esto es, si se daban
para que se formaran o entrenaran en lo que esti- los criterios del TEP.
maran conveniente. Al cabo de una semana, los
participantes fueron evaluados por medio de una Entrenamiento de Codificadores
entrevista clínica forense que fue grabada en vídeo
para los subsecuentes análisis. Finalmente, en torno En este estudio participaron dos codificadores,
a una semana después, los participantes fueron eva- uno con experiencia previa en codificación de este
luados de nuevo a través del MMPI-2 bajo las ins- tipo de material y con conocimientos de evaluación
trucciones de simulación. Para dotar de mayor rea- psicopatológica (19). Los codificadores fueron ex-
lismo a este experimento y para lograr una mayor haustivamente entrenados en éste y otros sistemas
implicación de las participantes, recurrimos al ofre- de codificación. El entrenamiento consistió, tras
cimiento de una recompensa de tipo económico presentarles y ejemplificarles cada categoría de
(150 Euros) a las cuatro mejores simulaciones. análisis, en la ejecución con material del estudio
que no iban a codificar con posterioridad, utilizan-
Análisis de los protocolos do el índice de concordancia como instrumento de
cotejo de la ejecución lo que permitía, constatada
Las entrevistas en formato de discurso libre, tras inconsistencia, subsanar errores de codificación a
ser grabadas en vídeo, fueron sometidas a un aná- través de la homogeneización de criterios.
lisis de contenido sistemático. El objeto de este Las definiciones de las categorías de análisis se
análisis de contenido era detectar criterios diag- correspondían con las de los criterios diagnósti-
nósticos del daño psíquico. Las categorías de aná- cos del DSM-IV-TR. Por ello, los codificadores
lisis fueron tomadas del DSM-IV-TR (3). Así, cre- contaban en la codificación con dicho manual y
amos un sistema categorial mutuamente otro de creación propia con ejemplos de cada ca-
excluyente, fiable y válido, en lo que se ha deno-
minado sistemas de categorías metódicas (24). En
concreto, las categorías de análisis las conforma- (2) La escala de evaluación era de 7 puntos (de “no hay
evidencia de la misma” a una “alta evidencia de uso o muy alta”)
ron todos los criterios diagnósticos del DSM-IV- según el número de observaciones de la categoría concreta (de 0
TR pero centrándonos más específicamente en el a 7 ó más) y que, posteriormente, fueron recodificadas en sí v.
no). No obstante, las categorías “cooperación con la evaluación”
Trastorno por Estrés Postraumático como huella y “consistencia de síntomas” se mostraron improductivas con lo
psíquica de un accidente de tráfico. que se codificaron sistemáticamente como “no presentes”.
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tegoría como referencia para la codificación y de- 50% de las entrevistas, y se distribuyó de manera
finición de las categorías de análisis. aleatoria entre los codificadores. De este modo,
uno de ellos analizó 57 protocolos y el otro los
Análisis de la fiabilidad de las codificaciones restantes 48.
Para calcular la fiabilidad intra-jueces, los codi-
El material se dividió en dos mitades equivalen- ficadores repitieron, una semana después del fin
tes, de modo que cada uno codificó en torno al de la codificación original, 12 (en torno al 20%)

TABLA 1. Índice de concordancia de las codificaciones

VARIABLE INTRA1 INTRA2 INTER1-2 INTER2-1


Miedo intenso 1 1 ,92 ,92
Recuerdos recurrentes ,83 1 ,92 ,92
Sueños desagradables 1 1 ,83 ,92
Revivir el suceso 1 1 1 1
Malestar psicológico intenso ,83 ,83 ,92 ,83
Reactividad fisiológica 1 1 1 1
Evitación de pensamientos 1 ,92 1 1
Evitación de actividades 1 1 1 1
Amnesia 1 1 1 1
Disminución del interés 1 ,92 ,83 ,92
Distanciamiento de los demás ,92 ,83 ,83 ,92
Limitación en afectividad 1 1 ,92 1
Futuro desolador 1 1 ,92 ,92
Insomnio 1 1 1 1
Irritabilidad ,92 1 ,92 ,92
Dificultades de concentración ,92 ,92 ,83 1
Hipervigilancia 1 1 1 ,92
Respuestas exageradas sobresalto 1 1 ,83 ,92
Efectos en el trabajo 1 1 1 1
Efectos en la vida social 1 1 1 1
Efectos en el tiempo libre 1 1 1 1
Efectos en la relación de pareja 1 1 1 1
Efectos en la relación familiar 1 1 1 1
Efectos en la vida global 1 1 1 1
Combinación de síntomas 1 1 1 1
Síntomas obvios 1 1 1 1
Síntomas sutiles 1 1 1 1
Síntomas raros 1 1 1 1
Síntomas improbables 1 1 1 1
Severidad de síntomas 1 1 1 1
No cooperación con evaluación 1 1 1 1
Consistencia de síntomas 1 1 1 1
Nota: IC= Acuerdos/(acuerdos+desacuerdos). Sólo relacionamos la sintomatología propia del TEP y las estrategias de simulación por
conformar nuestro objetivo de investigación. El criterio A1 del TEP «haber experimentado una herida grave o un riesgo a la integridad
física» se asume en todos los casos ya que sería el accidente del que se simula el daño psíquico. Los restantes síntomas clínicos pueden
solicitarse a los autores por parte del lector interesado. En todo caso, no se observó sintomatología psicótica o psicopática alguna.
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para discriminar realidad y simulación

TABLA 2. Prueba T para una muestra. Valor de prueba = 70. Respuestas simuladas

VARIABLE t p M Sx
Hipocondría 6,80 ,000 80,23 15,42
Depresión 7,68 ,000 79,09 12,12
Histeria de conversión 5,47 ,000 76,75 12,66
Desviación psicopática -1,70 ,093 68,01 12,03
Masculinidad-Feminidad -18,84 ,000 52,81 9,35
Paranoia 2,81 ,006 74,61 16,84
Psicastenia 4,95 ,000 75,65 11,70
Esquizofrenia 7,42 ,000 83,10 18,09
Hipomanía -8,73 ,000 59,71 12,07
Introversión social -1,08 ,281 68,63 12,98
T.E.P/Escala PK 4,33 ,000 75,01 11,87
T.E.P/Escala PS 4,40 ,000 74,85 11,28
Nota: G.L (104).

de las entrevistas que ellos mismos habían eva- este punto en las escalas clínicas básicas de hipo-
luado. Asimismo y para obtener la fiabilidad in- condría, depresión, histeria, desviación psicopáti-
ter-jueces, cada codificador analizó el 10% de los ca, paranoia, psicastenia, esquizofrenia e intro-
protocolos que inicialmente había codificado el versión social. Estos resultados confirman que los
otro codificador. participantes instruidos para que simularan daño
Se consideran evaluaciones concordantes aque- moral presentan la huella psíquica del mismo
llas que superan el punto de corte ,80 (26), que tanto en las medidas indirectas del mismo, esto
es más restrictivo que los valores kappa3. Con- es, hipocondriasis, depresión e histeria (7,8,
trastados nuestros resultados, que pueden verse 9,10) como en las directas, las Escalas de Tras-
en la Tabla 1, para los criterios del TEP y las es- torno de Estrés Postraumático, PS y PK. No obs-
trategias de simulación, podemos sostener que las tante, los mismos resultados también advierten
evaluaciones son consistentes inter-, intra-evalua- de daños clínicos en la desviación psicopática, la
dores, en el tiempo e inter-contextos. En suma, tríada psicótica (paranoia, esquizofrenia y psicas-
los datos son fiables (27). tenia) y la introversión social, que no están rela-
cionadas con la huella psíquica producida por un
RESULTADOS accidente de tráfico (14,29,30). Finalmente, en-
contramos que los participantes, en la condición
Estudio de la simulación en las escalas del de simulación, no evidencian padecer un trastor-
MMPI-2 no de género (masculinidad-feminidad) ni hipo-
maníaco.
Para poder cumplir el primer objetivo de este
estudio, conocer el potencial de simulación de
daño moral, procedimos a comparar las respues- (3) La kappa de Cohen mide el acuerdo entre las evaluaciones
tas de la condición de simulación con el punto de de dos jueces cuando ambos están valorando el mismo objeto.
corte a partir del cual se tiene «la impresión diag- Un valor igual a 1 indica un acuerdo perfecto, en tanto 0 indica
que el acuerdo no es mejor que el que se obtendría por azar. La
nóstica» de que un sujeto es patológico, que es fórmula es: K= Po – Pc
1 - Pc
70 en puntuaciones típicas (28). Los resultados
Donde Po es el porcentaje de concordancia, y Pc es la
(véase la Tabla 2) ponen de manifiesto que los probabilidad de que los dos codificadores coincidan si las
sujetos igualan o sobrepasan significativamente puntuaciones se distribuyesen al azar.
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Estudio del cambio en la evaluación clínica en el Los efectos univariados, que pueden verse en
MMPI-2 la Tabla 3, nos indican que los participantes in-
crementan las puntuaciones en la dirección pa-
Si bien de los resultados anteriores se desprende tológica en todas las medidas clínicas en la con-
un potencial de simulación efectiva en las medidas dición de «instrucciones de simulación», en
directas e indirectas del daño psíquico relacionado contraste con la respuesta bajo «instrucciones
con un accidente de tráfico, a la vez que confunden estándar», donde encontramos normalidad clí-
éste con otra sintomatología independiente, éstos nica (Ms en torno a 50). Asimismo, el estudio
no garantizan el mismo, ya que no se ha contrasta- de casos descarta patología entre los participan-
do si los efectos ya estaban presentes previamente a tes en la condición de «instrucciones estándar».
la medida de simulación. Para poder dar respuesta En suma, los sujetos siguen como táctica general
a este interrogante, procedimos con un diseño de de simulación «reconocer como padecida toda
medidas repetidas a estudiar los efectos de las ins- la sintomatología presentada».
trucciones en la medida clínica. Los resultados in- En relación con la medida directa del TEP, en-
forman de un efecto multivariado mediado por el contramos que, en las Escalas PK y PS (ver Ta-
factor «instrucciones» (instrucciones estándar vs. bla 4), se produce un incremento significativo
instrucciones de simulación) en las escalas básicas mediado por el factor instrucciones. Sucinta-
del MMPI-2, Fmultivariada (10,95)= 42,69; p< mente, en las instrucciones estándar no se cons-
,001; etaÇ= ,818. Además, la potencia de la rela- tata un TEP (M= 49.98 y 49.61 para PK y PS,
ción es tal que el factor «instrucciones» da cuenta respectivamente), esto es, la población es sana
de prácticamente el 82% de la varianza. en lo que se refiere a este trastorno, en tanto en

TABLA 3. Contrastes univariados. Efecto de las instrucciones en las escalas básicas del MMPI-2.
Pruebas de los efectos intra-sujetos
Escalas clínicas básicas MC F p EtaÇ Mes Msi 1-B
Hipocondría 48184,58 303,58 ,000 ,74 49,93 80,23 1
Depresión 46622,10 308,43 ,000 ,75 49,28 79,09 1
Histeria 36221,73 330,26 ,000 ,76 50,49 76,75 1
Desviación psicopática 12404,74 119,75 ,000 ,53 52,64 68,01 1
Masculinidad-feminidad 376,00 8,04 ,005 ,07 50,13 52,81 ,802
Paranoia 34560,17 291,79 ,000 ,74 49,99 75,65 1
Psicastenia 32091,50 196,17 ,000 ,65 49,88 74,61 1
Esquizofrenia 59068,97 287,43 ,000 ,73 49,56 83,10 1
Hipomanía 3108,88 39,74 ,000 ,28 52,02 59,71 1
Introversión social 20562,30 158,61 ,000 ,60 48,84 68,63 1
Nota: GL ( 1,104). Mes= Media de las respuestas bajo «instrucciones estándar»; Msi= Media de las respuestas bajo «instrucciones
de simulación».

TABLA 4. Pruebas intra-sujetos para el factor efecto de las instrucciones en las escalas de medida del TEP

Escalas MC F p Eta2 Mes Msi 1-B


TEP/Escala PK 32887,54 307,76 ,000 ,747 49,98 75,01 1,000
TEP/Escala PS 33440,48 318,41 ,000 ,754 49,61 74,85 1,000
Nota: GL (1,104). Mes= Media de las respuestas bajo «instrucciones estándar»; Msi= Media de las respuestas bajo «instrucciones
de simulación».
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TABLA 5. Contrastes univariados. Efecto de las instrucciones en las escalas de control del MMPI-2.
Pruebas de los efectos intra-sujetos
Escalas de control de la validez MC F p etaÇ Mes Msi 1-B
Escala? (No Respuestas) 43,886 10,51 ,002 ,092 1,91 ,99 ,895
Escala L (Mentira) 1029,64 1,28 ,260 ,012 48,81 53,24 ,202
Escala F (Incoherencia) 53536,23 132,88 ,000 ,561 49,19 81,12 1
Escala K ( Factor Corrector) 2558,97 49,60 ,000 ,323 50,24 43,26 1
Nota: G.L. (1,104). Mes= Media de las respuestas bajo «instrucciones estándar»; Msi= Media de las respuestas bajo «instrucciones
de simulación».

la condición de simulación no sólo se observa Estudio de la potencia estadística y de clasificación


un incremento significativo de los valores de es- clínica de las escalas originales de validez
tas medidas del trastorno sino que entran den-
tro de la región patológica (T>70, ver Tabla 2). Conocido el posible potencial de uso de estas
Complementariamente, en el estudio de casos escalas de validez para la detección de la simula-
no hallamos sujeto alguno con TEP en la condi- ción de daño moral por accidente de tráfico, el
ción «instrucciones estándar». Estos datos vie- siguiente paso a dar era averiguar la potencia es-
nen a confirmar la capacidad de simulación de tadística y la direccionalidad de la sensibilidad
la huella psíquica directa de un accidente de trá- mostrada ante la simulación, a la vez que la ro-
fico con la especificación, además, de que pre- bustez en la clasificación de casos, esto es, con
viamente la población no padecía el trastorno, diseños de n=1 tal y como es propio en la prácti-
con lo que el efecto es debido totalmente a su ca forense.
capacidad de simulación. El modelo criminológico explicativo de la simu-
lación asume como estrategia básica del simula-
Estudio de la simulación en las escalas de dor la no respuesta o no cooperación en la eva-
validez del MMPI-2 luación (25,3). En el MMPI-2, ésta se mide a
través de la Escala de Interrogantes (o, lo que es
Estudio del cambio en las escalas originales de lo mismo, de no respuestas), cuyo punto de corte
validez del MMPI-2 para anular un protocolo se establece en 30 ó
más ítems sin respuesta. En nuestro caso, ningu-
Mediante un contraste multivariado encontra- no de los participantes, en la condición de res-
mos que las escalas de control de la validez de puestas bajo «instrucciones de simulación», fue
las respuestas son sensibles a la manipulación detectado por este indicador como simulador.
del factor simulación (instrucciones estándar vs. Aún es más, la tendencia observada estadística-
instrucciones de simulación), Fmultivariada mente incide en la dirección contraria: un descen-
(4,101)=35,63; p< ,001; eta2= ,577. Además de so en el número de ítems no contestados en la
la significatividad del efecto, encontramos que condición de simulación (ver Tabla 5).
dicho factor explica casi el 60% de la varianza. En la escala de validez L, que no es una medida
Los contrastes univariados (ver Tabla 5) infor- de simulación sino de disimulación, puntuaciones
man de un aumento significativo en los valores muy altas (T>70) estarían advirtiendo que el su-
de la Escala F (Incoherencia), de un descenso en jeto estaría manipulando su imagen hacia la dese-
la Escala K (Factor Corrector), de un decremen- abilidad social. Obviamente, esta estrategia es
to en la Escala ? (Escala de No Respuestas), contraria a los intereses del simulador con lo que
mientras que la escala L (Mentira) se mantiene no deberían presentar puntuaciones en esta línea.
constante. Estos resultados alertarían de una Los datos nos advierten que los simuladores no
posible funcionalidad de las escalas de validez ?, obtienen puntuaciones elevadas en esta dimen-
F y K y en este contexto forense. sión, o lo que es lo mismo, que no manipulan las
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respuestas hacia la deseabilidad social, (M= Configuraciones de las escalas de validez


53,23; Sx= 38,58), t(104)=-22,137; p<,001. No
obstante, el estudio de casos informa que 4 de los Para el estudio de la validez de los protocolos,
sujetos presentan un estilo de respuestas propio además de las escalas originales de control del
de la deseabilidad social, o sea, de acuerdo con MMPI (v. gr., «interrogantes», L, K y F), también
este indicador, estarían ocultando síntomas. se han propuesto diversas combinaciones de las
El contraste de la media observada en la Escala mismas. Éstas, en principio, constituyen índices
F (M= 81,12; Sx= 26,97), que mide característi- más robustos con los que validar o invalidar los
cas difícilmente aceptables por personas atentas, resultados obtenidos en el protocolo. Dos son las
con el punto a partir del cual se obtiene la «im- combinaciones de los índices de validez con im-
presión diagnóstica» de simulación (T>70), nos plicaciones para la detección de la simulación
advierte que estamos ante un indicador fiable de que se han mostrado efectivas (22): el índice F-K
simulación, t(104)=4,226; p<,001. Ahora bien, o índice de Gough y el perfil en «V invertida». El
el estudio de casos puso de manifiesto que sólo primero de los índices, F-K, es válido para detec-
el 59.05 % de los sujetos simuladores (62 suje- tar el intento de proporcionar una mala imagen
tos) era clasificado correctamente por esta escala (23) siendo el punto de corte establecido para in-
como simulador, lo que no lo convierte en un in- formar de un intento de simulación una diferen-
dicador de simulación mejor que el azar, cia entre F y K positiva e igual o superior a 10,
¯Ç(1)=3,44; ns. En resumen, la escala de validez en puntuaciones directas, e igual o superior a 30
F es un indicador de simulación fiable estadísti- si utilizamos puntuaciones T (15). De nuestros
camente pero no es robusto en la clasificación de datos se desprende que la puntuación media ob-
casos. tenida es mayor de 30 (M= 37,87; Sx= 32,01),
La escala K, que es muy útil a la hora de detec- t(104)=2,52; p<,05. No obstante, el estudio de
tar a sujetos que fingen tener serias dificultades casos nos muestra que el índice de Gough sólo
emocionales, previene de una potencial simula- clasificaría correctamente al 55,2% de los simu-
ción en puntuaciones bajas (T<50) y en altas ladores, lo que no le convierte en fiable,
(T>70) de disimulación. El contraste de la media ¯2(1)=1,152; ns, ya que el valor de clasificación
observada (M=43,26; Sx=8,86) con el punto de correcta es similar al azar. Por su parte, el perfil
corte a partir del cual se informa de posible si- «V invertida» (v. gr., puntuaciones en L y K por
mulación (T<50) nos indica que este estimador debajo de 50 y puntuaciones F>80) es un indica-
de la simulación es estadísticamente efectivo, dor propuesto para la detección de intentos de
t(104)=7,8; p<,001. Por su parte, el estudio de exageración de síntomas. Mediante este índice
casos mostró una clasificación correcta como si- constatamos que tan sólo 25 sujetos serían detec-
muladores del 78,1% de los sujetos, con lo que tados correctamente, es decir, un 23,81% lo que
es un indicador fiable de simulación, le convierte en un indicador sensiblemente menos
¯Ç(1)=33,15; p<,001. Ahora bien, el 22,2% de efectivo que el azar, ¯Ç(1)= 28,81; p<,001. En su-
los sujetos sobrepasaría este control de validez, ma, el perfil en «V invertida» no es un indicador
dato que se aparta del criterio de significación robusto de simulación. En consecuencia, las com-
estadística (<,05), Z(105)=8,09; p<,001. En binaciones de índices no son eficaces en la detec-
otras palabras, este índice permite un margen de ción de la simulación de daño psíquico motivado
error más allá del asumible estadísticamente. Por por un accidente de tráfico.
otro lado, el estudio de casos revela que ninguno
de los sujetos en una tarea de simulación presen- Estudio de los indicadores adicionales de validez
ta una puntuación T igual o superior a 70, esto
es, no utilizan una estrategia de fingir una buena Las escalas adicionales de validez TRIN y
imagen de sí mismos. En suma, la escala K pre- VRIN no son sensibles al factor instrucciones con
senta un potencial de detección de la simulación lo que carecen de valor para la detección de res-
alto, pero con un margen de error también con- puestas de simulación de secuelas clínicas origi-
siderable. nadas por un accidente de tráfico. Por su parte,
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TABLA 6. Efecto de las instrucciones en los indicadores adicionales de validez del MMPI-2.
Pruebas de los efectos intra-sujetos
Escalas de control de la validez MC F p etaÇ Mes Msi 1-B
TRIN 224,23 3,21 ,076 ,030 50,56 48,49 ,426
VRIN 3,73 ,045 ,832 ,000 48,98 49,25 ,055
Escala Fb (F posterior) 84160,08 238,73 ,000 ,697 48,84 88,88 1
Nota: G.L. (1,104). Mes= Media de las respuestas bajo «instrucciones estándar»; Msi= Media de las respuestas bajo «instrucciones
de simulación».

en la Escala Fb observamos un incremento signi- TABLA 7. Índices de validez y simuladores


ficativo mediado por el factor instrucciones (ver
detectados
Tabla 6). Asimismo, contrastado el valor teórico
de corte para la simulación (T=70) con la media Nº de índices Simuladores detectados
obtenida en la condición “instrucciones de simu- 0 18
lación” (M= 88,88; Sx=2,35), encontramos que 1 27
este estimador de simulación es fiable, 2 ó más 60
t(104)=8,05; p<,001. El estudio de casos sitúa a
este indicador de simulación como robusto
(71,43%), ¯2(1)=19,29; p<,001, aunque el mar-
gen de error también es significativamente eleva- ns. Así pues, el 42,86 % (n=45) de los participan-
do (valor de contraste ,05), Z(105)= 11,08; tes sobrepasarían estos controles efectivamente.
p<,001. Se abre, pues, una puerta al estudio del El análisis caso a caso de estos 45 sujetos pone de
poder discriminativo de esta escala en una tarea manifiesto que 14 no simulan el daño esperado y
como la aquí propuesta. 5 presentan un perfil en diente de sierra que lo in-
valida. En suma, 26 participantes (24,76%) son
Estudio global de la detección de la simulación simuladores perfectos en esta tarea.
a través de los indicadores originales de validez
del MMPI-2 Estudio de la simulación en una tarea de
conocimiento: la entrevista clínica-forense.
La consistencia en los resultados de la evalua-
ción es una condición necesaria para que se pueda En las declaraciones simuladas de daño psíqui-
concluir tanto judicialmente (31), en Sentencia co asociado a un accidente de tráfico (ver Tabla
del TS de 8 de febrero de 1995, RJ 808 y Senten- 8), se observa que los sujetos presentan los si-
cia del TS de 18 de noviembre, RJ 7987, como en guientes criterios propios de un TEP más allá de
la prueba psicológico-judicial (32). Asimismo, pa- lo esperado por azar (probabilidad >,05), o sea,
ra que un perfil sea invalidado, en nuestro caso constituyen sintomatología accesible: a) respues-
por simulación, se requiere que, al menos, en dos tas intensas de miedo; b) recuerdos recurrentes;
de las escalas originales de validez relevantes para c) sueños desagradables; d) conductas o senti-
la simulación (?, F y K) o de sus combinaciones mientos que aparecen como si el suceso estuviera
(F-K y Perfil en «v invertida») los sujetos presen- ocurriendo de nuevo (flashback); e) malestar psi-
ten puntuaciones invalidantes (33,28). Por ello cológico intenso cuando se expone a estímulos
procedimos a estudiar el efecto acumulativo de internos o externos que simbolizan o recuerdan
estos índices y sus configuraciones. Los resulta- algún aspecto del acontecimiento traumático; f)
dos, cuyas contingencias pueden verse en la Tabla respuestas fisiológicas; g) evitación de activida-
7, ponen de manifiesto un efecto acumulativo des, lugares o personas que provocan el recuerdo
efectivo del 57.14%, que no constituye una clasi- del trauma; h) distanciamiento de los demás; i) li-
ficación correcta mejor que el azar, ¯2(1)=2.14; mitación en afectividad; j) futuro desolador; k)
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TABLA 8. Análisis de la sintomatología accesible y la sutil

VARIABLE Proporción observada Z p


CRITERIO A
Temor intenso ,276 10,61 ,001
CRITERIO B
Recuerdos recurrentes ,286 11,08 ,001
Sueños desagradables ,295 11,5 ,001
Revivir el suceso ,638 27,61 ,001
Malestar exposición estímulos ,429 17,79 ,001
Respuestas fisiológicas ,295 11,5 ,001
CRITERIO C
Evitación de pensamientos ,057 ,032 ns
Evitación de actividades ,333 13,29 ,001
Amnesia ,0 --- ---
Disminución del interés ,533 22,67 ,001
Distanciamiento de los demás ,701 30,56 ,001
Limitación en afectividad ,438 18,21 ,001
Futuro desolador ,352 14,18 ,001
CRITERIO D
Dificultades con sueño ,438 18,22 ,001
Irritabilidad o ira ,486 20,47 ,001
Dificultades de concentración ,486 20,47 ,001
Hipervigilancia ,009 -1,92 ,05
Respuestas exageradas de sobresalto ,038 ,056 ns
CRITERIO F
Deterioro laboral ,752 32,96 ,001
Deterioro social ,695 30,28 ,001
Deterioro en la relación de pareja ,438 18,22 2,05
Deterioro en la relación familiar ,59 25,35 ,064
Malestar clínico significativo ,876 38,78 ,001
Nota: G.L.(1). El criterio A1 del TEP «haber experimentado una herida grave o un riesgo a la integridad física», se asume en todos
los casos ya que sería el accidente del que se simula el daño psíquico.

dificultades para conciliar o mantener el sueño; l) dables, episodios de flashback, malestar ante la
irritabilidad/ataques de ira; m) respuestas de alar- exposición estímulos asociados al trauma; y res-
ma exagerada; y n) un deterioro significativo puestas fisiológicas al exponerse a estímulos aso-
consecuencia del accidente de tráfico en las áreas ciados al trauma); cuatro de los Criterios C (p.
de trabajo, vida social, relación familiar, relación e.j., evitación actividades, distanciamiento de los
de pareja y malestar clínico significativo. En resu- demás, limitación en afectividad y futuro desola-
men, en términos de la evaluación diagnóstica del dor); se confirman tres de los Criterios D (i.e., di-
TEP del DSM-IV-TR, resultan accesibles a la si- ficultades para conciliar y mantener el sueño,
mulación los Criterios A (v. gr., son el accidente irritabilidad o ataques de ira, y dificultades para
en sí y haber respondido con un temor, una de- concentrarse); y el Criterio F en su totalidad (ma-
sesperanza o un terror intensos); cinco de los Cri- lestar clínico significativo y deterioro en la activi-
terios B (recuerdos recurrentes, sueños desagra- dad social, laboral, familiar y de pareja). En tér-
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minos operativos, son accesibles a la simulación sintomatología obvia, es decir, síntomas que se
los criterios A (los dos síntomas), B (más de un relacionan popularmente con la locura (34),
síntoma), C (tres o más síntomas), D (uno o más) conforma una estrategia efectiva en la detección
y F con lo que, en general, la simulación de TEP de los simuladores de accidentes de tráfico. Asi-
como secuela de un accidente de tráfico es ase- mismo, los simuladores informan de síntomas
quible. sutiles (esto es, advierten padecer problemas co-
De estos mismos datos (ver Tabla 8) también se tidianos que no son propios de la huella psíquica
desprende que hay una sintomatología sutil (p que deja un accidente de tráfico). También seña-
≤,05): evitación de pensamientos, amnesia, hiper- lan que presentan síntomas raros o, lo que es lo
vigilancia y respuestas exageradas de sobresalto. mismo, síntomas que difícilmente se observan
El estudio de casos clínicos nos advierte que 4 incluso en poblaciones psiquiátricas. Además,
(3,8%) de los participantes fueron capaces de si- observamos que los simuladores se valen de la
mular efectivamente la sintomatología vinculada combinación de síntomas que es muy poco pro-
con las secuelas psíquicas de un accidente de trá- bable que se den conjuntamente. A su vez, los
fico. En suma, la accesibilidad de la simulación resultados muestran un impacto significativo en
en la tarea de conocimiento es inferior a la signi- los protocolos de simuladores de la estrategia
ficatividad estadística (,05) y el grado de dificul- síntomas improbables; en otras palabras, relatos
tad de simulación es mayor en la tarea de conoci- de síntomas con carácter fantástico o ridículo.
miento (,038%) que en la de reconocimiento Finalmente, los simuladores confieren a los sín-
(,649), Z(105)=242,66; p<,001. tomas informados una alta severidad. Por su
parte, los simuladores acuden con una frecuen-
Estudio de las estrategias de simulación en la cia significativa (>,05) a las estrategias de simu-
entrevista clínica-forense lación «síntomas obvios», Z(105)=8,4; p<,001,
«síntomas sutiles», Z(105)=28,97; p<,001, «sín-
El primer dato reseñable es que ninguno de los tomas raros», Z(105)=2,58; p<,05, y severidad
sujetos recurre a la estrategia general descrita en de síntomas, Z(105)=7,04; p<,001, en tanto no
el modelo criminológico (3) «la no cooperación se valen de las estrategias «combinación de sín-
con la evaluación» (medida a través de la evita- tomas», Z(105)=,36; ns, y «síntomas improba-
ción de la evaluación o no respuesta) y, contra- bles, Z(105)=,99; ns, menos o igual de lo espera-
riamente a la propuesta de algunos autores (25), do por azar (≤,05). Acumulativamente, los
no fue advertida en ningún caso la falta de con- participantes utilizaron alguna de las estrategias
sistencia entre los síntomas manifestados por el habituales de simulación en el 76,2% de los pro-
sujeto en su evaluación y lo observado por el co- tocolos con lo que este indicador de simulación
dificador. Entre las categorías productivas en- es más fiable que el azar (p=,5), ¯Ç (1,
contramos (véase la Tabla 9) que la referencia a n=105)=28.81; p<.001.

TABLA 9. T para una muestra, valor de prueba 0 y probabilidad de detección de simulación

Estrategia t p M Sx pDC
Síntomas obvios 4,22 ,000 ,37 ,9 ,229
Síntomas sutiles 11,99 ,000 1,51 1,29 ,667
Síntomas raros 3,12 ,002 ,29 ,94 ,105
Combinación de síntomas 1,82 ,072 ,09 ,48 ,038
Síntomas improbables 1,64 ,105 ,1 ,6 ,029
Severidad de síntomas 4,86 ,000 ,54 1,14 ,200
Nota: G.L.(104); pDC= probabilidad de detección correcta de simulación. La estrategia consistencia de síntomas fue totalmente
improductiva.
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Estudio global de la detección de la simulación clusiones. Primera, las personas, con independencia
de sus conocimientos sobre psicopatología (esto es,
El estudio de casos pone de manifiesto que de la metasimulación no es sólo accesible a los exper-
los 4 sujetos que lograron simular un TEP en la tos sino también a los legos), son capaces de simu-
entrevista, de los que 3 fueron capaces de simular lar, en una tarea de reconocimiento, el daño psíqui-
un TEP en la medida psicométrica a la vez que co, tanto en sus medidas directas como indirectas,
los efectos secundarios (depresión). En otras pa- consecuencia de un accidente de tráfico. Segunda,
labras, 3 participantes fueron diligentes a la hora en general, los indicadores originales de validez del
de simular la huella psíquica del daño moral in- MMPI son sensibles a la simulación. Tercera, de los
ter-instrumentos de medida. Ahora bien, la con- indicadores de validez del MMPI se pueden derivar
sistencia inter-instrumentos no fue total. De he- dos estrategias a seguir en la detección de simula-
cho, en la medida psicométrica también habían ción: los criterios positivos y los negativos. Cuarta,
simulado otros daños clínicos en la tríada psicóti- son criterios positivos aquellos que nos informan de
ca e incluso desviación psicopática que no apare- que posiblemente estemos ante sujetos no simula-
cen en la entrevista. Finalmente, estos 4 sujetos dores. En nuestro caso, serían aquellos indicadores
fueron detectados como simuladores tanto por de disimulación por ser ésta contraria a la simula-
las medidas de la consistencia interna de la entre- ción. Dos son los criterios positivos disponibles: L
vista (i.e., estrategias de simulación) como del (T>70) y K (T>70). De acuerdo con nuestros datos,
instrumento psicométrico (K, F, F-K, Perfil en V los valores de la Escala L indicadores de disimula-
invertida). En concreto, no menos de 6 de estos ción no son totalmente efectivos con los simulado-
indicadores informaban de simulación. res de daño psíquico derivado de un accidente de
tráfico. Así, algunos simuladores son, de acuerdo
DISCUSIÓN con esta escala, disimuladores mientras simulan
efectivamente el daño psíquico originado por un ac-
Previamente al establecimiento de unas conclu- cidente de tráfico. Por su parte, el criterio de pun-
siones e inferencias de los resultados aquí mostra- tuaciones K>70 sí es totalmente insensible a la si-
dos es preciso llevar a cabo una reflexión sobre el mulación, dado que ningún sujeto es etiquetado
alcance y limitaciones de los mismos. Dos son las por este índice como disimulador. En consecuencia,
precisiones que merece el presente estudio al res- puntuaciones K>70 son indicadores muy robustos
pecto. Primero, la tarea que desempeñan los suje- de no simulación. Quinta, los criterios negativos
tos no es real, esto es, no sufren las consecuencias evaluados suman un total de cinco (puntuaciones
de un accidente ni van a recibir las compensacio- derivadas de las Escalas ?, F, y K, y de las configu-
nes económicas por el daño padecido. Asimismo, raciones F-K y perfil en «V invertida»). De ellos só-
tampoco son simuladores en un contexto real. Por lo dos son estadísticamente efectivos: puntuaciones
todo ello, la implicación y circunstancias psicoló- bajas (T<50) en la Escala K (78,1% de aciertos) y
gicas que rodean al caso son distintas con lo que puntuaciones elevadas (T>70) en la Escala F
las inferencias de nuestros resultados no pueden (59,05% de aciertos). Aún así, la probabilidad de
extrapolarse directamente, sino que deben tomar- no rechazos correctos (esto es, no identificar como
se con cierta cautela y deben ser contrastadas en simulador a uno que lo es) es significativa. Los tres
casos reales. Segunda, nuestros sujetos son sólo si- criterios restantes no son efectivos en la identifica-
muladores con lo que no disponemos de verdade- ción correcta del simulador. Sexta, dado el margen
ros enfermos para contrastarlos con los simulado- de error de los diversos índices y para ganar en fia-
res y acercarnos a los «falsos positivos». Tercera, bilidad a través de la medida de la consistencia in-
dado que diferentes procesos de victimación pro- ter-medidas (24), pusimos a prueba el efecto acu-
vocan secuelas clínicas diferentes, los resultados mulativo de los diversos índices. Sobre la base de la
no pueden extrapolarse a otros contextos forenses significatividad de dos de estos índices considera-
que no sean los relacionados con accidentes. mos la consistencia entre dos o más indicadores co-
Con estas matizaciones en mente, de los anterio- mo garante de fiabilidad (33,28), o como aparece
res resultados se pueden dibujar las siguientes con- reflejada en jurisprudencia, a saber, Sentencia del
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TS de 8 de febrero de 1995, RJ 808 y Sentencia del de cada 4 simuladores son detectados por haber re-
TS de 18 de noviembre, RJ 7987. Este procedi- currido a alguna de estas estrategias de simulación.
miento no garantiza una efectividad mayor que el Undécima, la consistencia inter-instrumentos en la
azar, el 57,14%. Séptima, habida cuenta este am- evaluación del daño psíquico es muy efectiva pero
plio margen de error, estudiamos otros procedi- no totalmente eficaz; de hecho, sólo 3 sujetos fue-
mientos complementarios que podrían ayudar a ron capaces de simular el daño esperado en ambos
identificar a los simuladores tales como el análisis instrumentos de medida. Duodécima, el efecto acu-
de las estrategias seguidas en la respuesta (p.e., si- mulativo de todas las medidas sí se señala como to-
mulación en forma de dientes de sierra o la capaci- talmente productivo en la detección correcta del si-
dad discriminativa) o de ineficacia en la simulación mulador. De facto, los participantes con un
(v.gr., no simulación de daño). Si bien estas nuevas potencial de simulación de daño inter-instrumentos,
estrategias permitían identificar a más sujetos, no condición sine qua non para concluir judicialmente
identifica a todos. Octava, los índices complemen- la existencia de daño psíquico, fueron detectados
tarios VRIN y TRIN son totalmente inefectivos y por, al menos 6, de los indicadores de validez de los
no productivos. Por su parte, el índice Fb es efecti- protocolos como simuladores.
vo estadísticamente y productivo en la clasificación No obstante, aún resta un problema por resol-
de simuladores pero serían necesarios nuevos estu- ver. Estas conclusiones sólo son válidas para la
dios para poder sustituir la escala original F por és- detección de la simulación con lo que cabría pre-
ta que ha sido creada con el mismo procedimiento guntarse ¿qué ocurrirá con los realmente enfer-
y objetivo. Novena, en la tarea de conocimiento la mos? ¿serán detectados como simuladores? Para
simulación del cuadro completo del trastorno de es- controlar esta contingencia, es preciso combinar
trés postraumático es poco accesible para los simu- estas medidas con el Modelo de Decisión Clínica
ladores, 3,8%, pero alguna sintomatología es ob- de Cunnien, cuyo objetivo es minimizar el núme-
via, con lo que se puede diagnosticar erróneamente ro de «falsos positivos» (auténticos enfermos cla-
daño psíquico a través de los subsíndromes, esto es, sificados como simuladores). Como conclusión
si no se observa el cuadro completo. Décima, los final resaltamos que estos resultados vienen a co-
sujetos acuden a las estrategias de simulación en la rroborar la validez del protocolo para la evalua-
entrevista «síntomas obvios», «síntomas sutiles», ción de simulación de enajenación mental (19),
«síntomas raros», y «severidad de síntomas» con en el contexto de la evaluación de daño moral, en
una frecuencia significativa y, acumulativamente, 3 casos de accidente de tráfico.

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