La Llorona
La Llorona
La Llorona
“Una mujer, envuelta en un flotante vestido blanco y con el rostro cubierto con
velo cruzaba con lentitud por varias calles y plazas de la ciudad iluminada por
la luna. Levantaba los brazos con angustia y lanzaba un grito desesperado.
Ese tristísimo ¡ay! se levantaba en el silencio de la noche, y luego desaparecía
entre ecos lejanos y, al final, terminaba con el grito más doliente en la Plaza
Mayor. Allí se arrodillaba esa mujer misteriosa. Se inclinaba como besando el
suelo y lloraba con un grito largo y penetrante. Después se iba ya en silencio,
lentamente, hasta que llegaba al lago, y en sus orillas se perdía. Se deshacía
en el aire como la niebla, o se sumergía en las aguas”.
Otra de las teorías sobre el origen de La Llorona cuenta que una mujer indígena
se enamora de un español con el que tiene tres hijos, pero él nunca le propone
matrimonio y la abandona para casarse con una española. La pobre mujer al
enterarse de la traición, presa del dolor ahoga a sus hijos en el río. Luego, al
darse cuenta de lo que había hecho, se suicida. Desde entonces, su fantasma
vaga por las riveras de los ríos diciendo “¡Ay, mis hijos!”.