Reseña de CD Juarez

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 13

CD JUAREZ CHIHUAHUA

A finales del siglo XVI el conquistador Juan de Oñate, en su búsqueda por un paso accesible
para cruzar el entonces caudaloso río Bravo.

RESEÑA Antecedentes Prehispánicos


HISTÓRICA
Se considera que el hombre en América tiene una antigüedad de 20 a
35,000 años. Su penetración la hizo a través del Estrecho de Behring,
citándose también otras corrientes migratorias de pueblos asiáticos,
por el Océano Pacífico.

Las inmigraciones del norte se formaron con pequeños grupos de


cazadores que perseguían a los grandes animales de la fauna
pleistocénica. Principian desde la fase final de la cuarta y última
glaciación del pleistoceno, llamada glaciación de Wisconsin en
América y de Wurn en Europa. Estos grupos penetraron, a lo que es
hoy territorio mexicano, alrededor de 10,000 años a. C. De 5,000 a
2,000 años a. C., la cultura de esos cazadores y recolectores
evolucionó dentro de un periodo neolítico precerámico. Con el
transcurso del tiempo se tornaron en agricultores sedentarios y
fueron fabricando utensilios de cerámica.

En conclusión, según lo asienta Paul Rivet en su libro "€ œLos


Orígenes del Hombre Americano"€ •, los datos antropológicos,
etnográficos y lingüísticos, conducen a la siguiente hipótesis: desde
un punto cualquiera de Asia Meridional, los pueblos uralenses o
protouralenses se habrían dirigido hacia el norte, sin duda por
necesidad, bajo la presión de otros pueblos, adaptándose
progresivamente a climas cada vez más rigurosos. Llegados a las
regiones árticas, se habrían esparcido hacia el este y hacia el oeste,
los unos hacia Europa, a donde habían llegado ya en la época del
Cuaternario Superior y los otros al noroeste de Asia, donde se
estableció una parte de ellos, en tanto que los otros penetraron en
América, dando origen a los esquimales.
En lo que respecta a la primera penetración humana del norte de
México, hubo dos rutas, una por el Centro de Norte América y la otra
por la costa, llegando a establecerse en las regiones áridas de
estados Unidos, o sea, en Texas, Arizona, Nuevo México y California,
lugares que contienen estos vestigios.

Las culturas prehispánicas surgieron cuando los grupos humanos se


convirtieron de nómadas en sedentarios, y el principal requisito para
que este fenómeno se realizara fue la agricultura, la que viene
aparejada en el caso de América con la aparición del maíz.

El ser humano nómada, que empezó por ser cuidadoso recolector de


los granos o productos naturales que encontraba, comenzó a cultivar
esos productos, se convirtió en semisedentario con agricultura
incipiente, convencido de que estas condiciones de vida eran mejores
que las nomádicas, y si antes tenía que hacer grandes recorridos en
busca del sustento diario, con la agricultura mejoraron sus
condiciones de vida y adoptó una situación estable. Gracias a estos
nuevos elementos que le sirvieron para su sostenimiento seguro,
toda su antigua estructura social cambió y, de ahí, surgió entonces la
invención de la cerámica, porque con este nuevo procedimiento podía
obtener con facilidad recipientes de barro y no tenía que recurrir al
lento trabajo de hacer las vasijas de piedra, que eran usadas por
todos los pueblos recolectores o semisedentarios.

Los primeros pobladores que posaron su planta en estas antiguas


latitudes, posteriormente, asiento de nuestra ciudad,
correspondieron, sin duda alguna, a la raza dolicocéfala. Que
correspondían al tipo racial de los andinos, que no sólo se advierten
en las regiones andinas de América del Sur, sino también en México y
en la parte sudoeste de los estados Unidos: su cráneo era corto, la
estatura baja, la nariz ancha en la base y la piel amarilla oscura.

El grupo lingüístico en el que se sitúan, según la clasificación de


Mendizábal - Jiménez Moreno, es el Taño - Azteca y el Na - Dené,
correspondiendo al primero "€ œun idioma tañoano desaparecido: el
piro y el resto de las lenguas de la familia yuto - azteca, dentro de la
cual se incluye la división pima - tepehuana, la cahita - tarahumara,
la cora - huichol, y la nahuatlana, uno de cuyos dialectos era el
azteca o náhuatl. Las tradiciones y los datos de la arqueología
demuestran que aún se movía hacia el sur este grupo, cuando tuvo
lugar la Conquista. Del grupo Na - dené se encuentran solamente los
idiomas apache y toboso, ya extinguidos, de la familia atapascana, la
cual Ale Hrdlicka considera como la más reciente de las inmigrantes
llegadas de Asia.

Desde una época muy antigua -más de diez mil años antes de Cristo-
el norte estuvo habitado por grupos nómadas de cazadores y
recolectores. Los grupos más antiguos, enclavados en planicies y
pastizales, eran cazadores de grandes mamíferos -mamut y bisonte-
animales que se extinguieron hacia 5,000 años a. C., sobreviviendo
en la actualidad solamente nuevas especies del bisonte.

Esta cultura de cazadores se distinguió por el uso de lanza dardos y


más tarde el arco y la flecha, así como unas puntas de piedra
características.

Por cuanto a la caza menor, se surtían de conejos, liebres, venados,


tuzas, ratones y otros roedores, así como reptiles e insectos. Tales
grupos constituyeron las llamadas culturas del Desierto o de América
árida, que sobrevivieron en ese primitivismo hasta la conquista
europea.

No pudieron cultivar la tierra y, al desconocer la agricultura, se


alimentaban con la recolección de tunas, mezquites, agaves,
garambullo y palmas, así como otros frutos, raíces y rara vez
semillas. Para ello, utilizaban palos puntiagudos y lo obtenido lo
cargaban en canastas y bolsas que ellos mismos tejían.

Estos habitantes vivían en cuevas, que, además, les servían de


refugio. Algunos depositaban en ellos a sus muertos envueltos en
mantas, acompañándolos de cosas curiosas y objetos que el difunto
podía necesitar para "€ œvivir en la otra vida"€ •.

Para calentarse y cocinar sus alimentos, producían "€ œfuego por


frotación con un taladro. Las canastas tejidas e impermeabilizadas se
empleaban como recipientes y para cocinar"€ •.

Por lo general, andaban desnudos y cuando se cubrían el cuerpo lo


hacían con pieles y telas de fibras silvestres; para proteger sus pies
del suelo espinoso, usaban sandalias.

Las pieles se trabajaban con instrumentos de piedra y hueso; "€ œlas


cuerdas se hacían a veces con malacates y husos a la usanza
mesoamericana"€ •.

La organización social era en tribus; las guerras no se llevaban al


cabo entre tribus que hablaban el mismo idioma; en toda la región el
novio llevaba un venado como presente a la casa de los padres de la
muchacha a quien pretendía; la religión se caracterizaba por la
ausencia de ídolos, ofrendas y sacrificios, con raras excepciones; el
Sol era considerado como deidad; y la sangre tenía cierta importancia
ritual. También estaba generalizada la práctica de tomar peyote y
bailar durante la noche alrededor de una fogata.

En su desarrollo artístico y comercial, los habitantes del Desierto


fabricaban fibras textiles utilizando la lechuguilla y la yuca, usaban
pegamentos y los colorantes los obtenían de otros vegetales de la
región. Del peyote obtenían productos alucinógenos para vencer la
fatiga; de algunos frutos, bebidas estimulantes.

Con semillas, huesos, caracoles y conchas marinas, lograban producir


ingeniosas obras de arte y objetos curiosos; "€ œcomerciaban con
sus vecinos mesoamericanos, de quienes obtenían papel de amate,
algodón y algunos utensilios como el malacate"€ •.

Posteriormente, tuvo nacimiento otra cultura paralela a la de los


cazadores de América Árida, la "€ œOasis América"€ •. En las áreas
áridas, donde corrían pequeños y grandes ríos o en localidades
privilegiadas, floreció la cultura denominada Oasis América, de
pueblos agrícolas. La agricultura se descubrió en el centro de México
y de ahí se expandió al norte y al sur.

Tal cultura se desarrolló al principio de nuestra era, al sudoeste de los


estados Unidos -1,800 a. C. a 0-, gracias a que la "€ œagricultura
permitió a los grupos instalarse en aldeas desarrollándose más tarde
progresivamente la cerámica y otros elementos culturales que habían
llegado originalmente de Mesoamérica"€ •.

Nuestros historiadores y antropólogos asientan que "€ œdebido a la


lejanía, la cultura de Oasis América desarrolló sus propias
características, pero durante su evolución continuó asimilando
algunos rasgos de la cultura mesoamericana que le llegaron
principalmente a través de la Sierra Madre Occidental.

Su amplia extensión ha obligado para estudiarla, dividirla en varias


subáreas culturales, de las cuales tres son las más importantes:

La Mogollón, que comprende la zona montañosa del sureste de


Arizona y sudoeste de Nuevo México.
La Anasazi, localizada en las mesetas de estos estados y las regiones
aledañas de Colorado y Utah.
La Hohokam, desarrollada en la región desértica del sur de Arizona y
norte de Sonora.

De la mezcla de estas tres subculturas nace una más homogénea. A


este nuevo tipo de cultura corresponden los famosos sitios de Casas
Grandes y Las Ventanas, en el estado de Chihuahua.

Oasis América, influenciada por la cultura Mesoamericana, creció en


tal forma que abarcó parte del norte de México. Pero más tarde los
grupos agrícolas emigraron debido a una prolongada sequía y estas
zonas fueron ocupadas por la Cultura del Desierto, en tanto Oasis
América también reducía su área de expansión, siendo allanadas las
regiones abandonadas por los cazadores de las planicies y por los
colectores, cazadores de América Árida.

Anasazi. Es la cultura más cercana y con la que está más


familiarizada la población de Juárez, que mucho compartía los
elementos culturales del Desierto. Los grupos que se asentaban en
Chihuahua y Sonora en épocas anteriores a la Conquista, estuvieron
fundamentalmente relacionados con el sur de los EUA,
considerándose como parte de la cultura norteamericana
correspondiente al área Oasis América.

Los Anasazi, conocieron la agricultura pero poco la desarrollaron,


habitando en cuevas. A estos grupos se les ha llamado Cesteros. Fue
alrededor del Siglo VIII cuando apareció su cerámica y comenzaron a
construir habitaciones y pueblos.

Las habitaciones eran subterráneas y se entraba a ellas por el techo.


"€ œLos recintos ceremoniales conocidos como Kivas tuvieron su
origen en este tipo de construcción"€ •.

Más tarde, construyeron casas de planta rectangular y a veces de


varios pisos que se disponían como "€ œpueblos"€ • o "€ œcasas
grandes"€ •. Otra forma de disposición de habitaciones fue la de
"€ œCasas Acantilados"€ •, construidas para su defensa en lugares
de difícil acceso. Unas y otras, al igual que los Kivas, muchos de los
cuales todavía existen, fueron tipos de construcción que se
propagaron en todo Oasis América hasta 1400 D.C. Solo hasta
después de 500 D.C. lograron formar aldeas.

Durante el último periodo prehispánico, "€ • en la zona del alto Río


Bravo, se produjo cerámica con motivos negros sobre fondo amarillo
y cerámica vidriada.

Eduardo Noguera, al referirse a las culturas del norte de México, nos


dice que "€ œal Poniente y todo el Norte de Chihuahua habitaron
pueblos relacionados entre sí que constituían una expansión de
culturas que florecieron en el sudoeste de los estados Unidos, los
llamados indios Pueblos, que se han distinguido por tener enormes
casas comunales de dos, tres o más pisos, constituyendo en cierto
modo el primer caso de edificios de departamentos que son tan
particulares en nuestros días en todas las grandes metrópolis"€ •.

La fecha más antigua que se ha logrado descubrir para las ruinas de


la gran región que va de Casas Grandes en Chihuahua a Casa
Grande, Arizona -afirma León Barrí (h)-, es el año 912 D.C. y una de
las últimas, el año de 1438, en que se supone que los antiguos
pueblos agricultores, que habían llegado a un alto grado de cultura,
fueron, si no arrasados, forzados a abandonar la región, debido a las
incursiones de los indios "€ œapaches y comanches"€ •.

La conquista, aunque valerosa, fue bárbara y cruel. El indígena fue


vencido, aislado o exterminado, quedando solamente el recuerdo de
su carácter indómito.

En la región existieron los indio Sumas y Mansos. Estos últimos eran


los más abundantes en la región y solicitaron posteriormente su
incorporación al cristianismo. Es debido a esta iniciativa por lo que se
funda Paso del Norte.

Los indios Mansos se afeitaban el cabello y deben su nombre a los


encuentros que tuvieron con los españoles y estos tranquilizaban a
sus perros para que no mordieran a los indígenas, diciendo "€ œsal
de ahí, manso, manso.."€ •

Los mansos no tenían casa, sino ranchos de ramas. No sembraban y


andaban desnudos. Solamente las mujeres se cubrían de la cintura
para abajo con piel de venado.

Acudían, de forma pacífica, con los españoles para que les dieran de
comer y los llevaban a sus rancherías. Eran personas dispuestas a
fornidas.

Antecedentes Coloniales

El primer europeo en llegar a este sitio que hoy es el municipio de


Juárez, fue Álvar Nuñez Cabeza de Vaca, auxiliado por el primer
africano en pisar esta tierra, el negro Estebánico, originario de
Marruecos, así como también Alonso Castillo Maldonado y Andrés
Dorantes.

Ellos habían naufragado en las costas que están frente al actual


estado norteamericano de Florida, por lo que se vieron en la
necesidad de internarse en el continente, ante un viaje de muchas
aventuras y graves peligros, por las tribus que se encontraban,
algunas amistosas, otras agresivas. Llegaron después de ocho años
hasta esta región juarense. Mucho habían sufrido porque fueron
objetos de prisión con algunos grupos indígenas y con otros
esclavizados, escapaban y caían con indios que los respetaban al ver
que podían hacer curaciones, por lo tanto, los consideraron en varias
ocasiones como mágicos o hechiceros, pasaron por aquí hasta el
estado de Sinaloa.

Muchos viajes realizaron distintos viajeros españoles desde 1581


hasta 1659, año que se sabe fue la fundación de lo que hoy es ciudad
Juárez. Muchos de ellos fueron misioneros franciscanos que
catequizaban a los indios, les impartían religión y algunas artesanías,
de acuerdo con El Consejo de Indias que establecía, en 1573, que se
debía tratar con todo respeto a los indígenas.

Varias expediciones se realizaron de sur a norte por los españoles,


cuando ya estaba establecido el virreinato en la Nueva España, desde
la que abrió la ruta para esta región, encabezada por Francisco
Sánchez Chamuscado en 1581, siguieron los viajes con Antonio de
Espejo y el fraile Bernardino Beltrán en 1582 y 1583, descubriendo el
río Pecos.

En 1590 y 1591, Gaspar Cataño de Sosa, que era gobernador del


Nuevo Reino de León, sin permiso del Virrey, decide ir al norte en
busca de las inmensas fortunas en oro y plata que los anteriores
viajeros relataron, pero lo mandaron apresar y lo llevaron a la Ciudad
de México.

El personaje más notable que viajó por esta tierra, sin duda alguna,
fue Juan de Oñate, distinguido por el gobierno virreinal, sale de Santa
Bárbara, un mineral que ya estaba siendo explotado. Oñate parte con
83 carretas cargadas de provisiones, el 17 de febrero de 1598. Lleva,
además, 7,000 cabezas de ganado, un buen número de soldados
arcabuceros con sus respectivas familias.

Juan de Oñate es auxiliado por once misioneros al mando de Fray


Rodrigo Durán.

En línea directa viajan al norte rodeando los médanos de Samalayuca


para llegar al río Bravo el 26 de abril de 1598, a la altura de Fabens,
Socorro y San Elizario, Texas. El 30 de abril de 1598, toma posesión
oficialmente de las tierras que se conocen como el Nuevo México, a
nombre del Rey Felipe II de España.

Estableció la capital de la nueva provincia de Nuevo México, en San


Juan de los Caballeros, que tiempo más tarde lo nombraban como
San Gabriel. De ahí en adelante se habría de colonizar lo que hoy es
la tierra del encanto: Nuevo México.

El 8 de diciembre de 1659, Fray García de San Francisco fundó una


misión conocida con el nombre de "€ œconversión"€ •, porque
convertían de paganos en cristianos a los naturales de la región;
entre otros había piros, mansos y jumanos; algún tiempo más tarde
propiamente se le llamó "€ œMisión de Nuestra Señora de
Guadalupe"€ •; pasando más tiempo habría de ser una localidad con
categoría de villa, fue conocida como Villa Paso del Norte, (1826)El
24 de julio de 1888, el Congreso decretó su nombre actual: Ciudad
Juárez.
Esta misión habría de tomar singular importancia merced a que fue
un sitio para descansar, dado que había suficiente agua para colmar
las necesidades de los viajeros que atravesaban las llanuras
desérticas, tanto de sur a norte como viceversa. Los peregrinos que
enfilaban rumbo al norte, especialmente a Nuevo México, llegaban y
descansaban por varios días. Si al principio era tan sólo un templo de
tierra y paja, un mesón, así como rescoldo para los animales,
después fue tomando verdadera importancia hasta conformarse como
toda una comunidad, la villa Paso del Norte. En 1660, se nombró por
acuerdo del gobierno virreinal a su primer Alcalde Mayor y Capitán de
la Villa del Paso del Norte siendo este Don Andrés López de Gracia.

Habían pasado tres años desde la fundación cuando ya estaban los


frailes construyendo el Templo de Nuestra Señora de Guadalupe, que
se terminó de construir en seis años. El libro de matrimonios inició
con el acta de la pareja de españoles: Don Francisco Maturama y
Doña Juana María Mota. La obra de construcción fue realizada bajo la
supervisión de Fray García de San Francisco, mismo que bendijera la
primera piedra, del lugar donde se congregarían mansos y españoles.
Fray García de San Francisco era un hombre muy culto, había
aprendido el lenguaje indígena de los piros.

Los apaches de Gila y Colorado empezaron a manifestarse en franco


frente de guerra contra los blancos, por lo que en 1680 obligan a los
españoles a retirarse de Santa Fe, Nuevo México. Considerando como
capital provincial a Paso del Norte, aquí duraron hasta 1693, fecha en
que con mejor y mayor armamento decidieron regresar a Santa Fe a
reorganizar aquella comunidad, aunque bajo el peligro de la
hostilidad permanente de la apachería dirigida por el indio Popé, que
había ordenado la muerte de 22 misioneros, muchos españoles y
destruidas todas las pertenencias y habitaciones de estos.

La ferocidad apache y su capacidad de adaptarse a las condiciones de


la naturaleza los hacía temibles. Robaron caballos a los españoles que
aprendieron a montar con mucha mayor habilidad, sin monturas y
con la destreza de un deportista podían correr a lomo del animal
escondidos en la panza del mismo, sin ser vistos, dos siglos pasaron
para ser dominados estos beligerantes grupos, que corrían en las
llanuras de Arizona, Texas, Nuevo México, Chihuahua y Sonora.

Las misiones y los colonos fueron protegidos con los presidios, que
eran fuertes militares con personas entrenadas para la guerra y para
hacer frente a los ataques de los indomables e indómitos indios que
el número de grandes grupos sumaba cerca de una docena, mismos
que se dividían y subdividían para el ataque o bien se unían para
hacer fuertes ataques.

Todo el siglo XVIII, fueron extendiéndose los españoles hacia el norte


fundando pueblos, así el sitio importante de la Villa Paso del Norte,
cobró una enorme importancia dada su estratégica posición
geográfica, un vergel gracias al río Bravo, era un punto en el
"€ œcamino real"€ • considerado desde la Ciudad de México hasta
Santa Fe y más allá. El comercio se multiplicó. Las luchas contra los
apaches no cesaron y se convirtieron en acciones cotidianas.

Siglo XIX

Residentes de Chihuahua venían a comerciar hasta Santa Fe y


norteamericanos como Robert Mcknight y James W. Magoffin
también, la comercialización de telas y pieles eran sus productos
preferidos. Los mencionados americanos fueron encarcelados en
1847, en la ciudad de Chihuahua, al estallar la guerra entre México y
estados Unidos. Desde luego era tal el afán del comercio, que se
estableció en 1835 una aduana en El Paso del Norte.

La derrota mexicana en San Jacinto, el 21 de abril de 1836 y la


humillante aprehensión del general Santa Anna dio por consumada la
independencia de Tejas; el país retornó a la "€ œnormalidad"€ • y
los norteamericanos no perdieron el tiempo y empezaron con
estrategias para su proyecto de expansión territorial hacia Nuevo
México.

El 9 de julio de 1842, se firmaron en la Villa de Paso del Norte los


Tratados con la Tribu Mezcalera, entre el gobernador García Conde
por parte del Departamento de Chihuahua y los apaches de la
parcialidad de los mezcaleros. Los suscribieron por parte de éstos el
general José María y los capitancillos Simón, Vueltas, Cuchinegro,
Sigalito, Pluma, Paranquito, José Largo. Santos Organo, El Chino,
Cuentas Azules, Sanapá Ronquillo, Estrellita, Salazar y Cuchillo se
obligaron a vivir asentados en los lugares señalados por el Gobierno.

El 25 de diciembre de 1846, fuerzas invasoras americanas


desprendidas de Santa Fe de Nuevo México en dirección al sur, bajo
el mando del Coronel Alejandro Doniphan, derrotaron una sección de
tropas chihuahuenses dirigida por el Comandante Antonio Ponce de
León. Éste, con 600 soldados, pretendió detener a las fuerzas
invasoras en un punto situado al norte de ciudad Juárez, llamado
Temascalitos. Al iniciarse el fuego se desordenó; pero reconcentradas
las fuerzas de Doniphan, que sumaba 846 hombres, cargaron sobre
los nuestros, que enseguida fueron derrotados. Ponce de León fue
herido al iniciarse el combate, los soldados de caballería retrocedieron
como consecuencia de un toque equivocado de corneta, la infantería
quedó comprometida y el Capitán Carbajal, que había asumido el
mando, dio la orden de retirada. Poco después se encontró con otra
sección que comandaba el Teniente Coronel Vidal y ambas
retrocedieron hasta Paso Del Norte. Según el parte del Coronel
Doniphan, los mexicanos se batieron con denuedo contra fuerzas
superiores en número y armamento. El parte de Ponce de León dice
que tuvo seis muertos y diez heridos, los invasores alrededor de
veinte bajas. Las fuerzas mexicanas evacuaron ciudad Juárez y dos
días después penetraron allí los angloamericanos.

El Coronel Alejandro Doniphan, jefe de las fuerzas invasoras


americanas que ocupaban la ciudad de Chihuahua, se presentó
personalmente el 11 de marzo de 1847 en la casa del Prefecto
Político D. José Félix Maceyra, quien se encontraba retirado de sus
funciones, manifestándole que deseaba evitar a la Capital los males
de la guerra y, asimismo dispuesto a evacuar el territorio del estado
siempre que se respetaran las propiedades de los ciudadanos de su
país, entendidos de que quedarían también aseguradas las
mercancías que habían sido introducidas bajo el amparo de la
invasión, en la inteligencia de que serían pagados al fisco los
derechos de introducción y que también deseaban asegurarse de la
neutralidad de las autoridades del estado. El Sr. Maceyra prometió
dar cuenta al gobernador que se encontraba en Hidalgo del Parral, y
asociado con el diputado Pedro Olivares, reanudó las pláticas,
presentando al jefe norteamericano las siguientes proposiciones: 1. El
ejército norteamericano desocupará el territorio del estado y su
Comandante ofrece su influjo para que no vuelva a ser invadido
durante la actual guerra con los estados Unidos; 2. El gobierno del
estado de Chihuahua respetará las propiedades de los naturales de
los estados Unidos, del mismo modo que las de los ciudadanos del
estado; 3. Las mercancías que los ciudadanos americanos
introdujeron bajo el amparo de la invasión pagarán los derechos de
importación determinados por el gobierno del estado.

Doniphan las aceptó añadiendo la siguiente cláusula: "€ œEl estado


de Chihuahua no podrá tomar las armas contra las tropas de los
estados Unidos si éstas, por el influjo que ofrece el Comandante en
Jefe no invadieren su territorio"€ •. Los señores Maceyra y Olivares
la objetaron, prometiendo transmitirlas al gobierno local que se
encontraba en la citada población. Éste aceptó las proposiciones con
excepción de la adicional añadiendo otra por las cuales el jefe invasor
debía pagar al Ayuntamiento las cantidades de maíz que habían
tomado del Posito; poner en libertad a los prisioneros cogidos en el
Sacramento y el comiso de las mercancías que se ocultaren, sin
mencionarse para nada la neutralidad del estado y nombró
comisionados para tratar con Doniphan a Maceyra, al Lic. José Eligio
Muñoz y a D. Leonardo Siqueiros, quienes se presentaron en la
ciudad de Chihuahua el 19 de marzo; el Coronel Doniphan contestó
que para tratar en definitiva necesitaba consultar a su plana mayor.
El día 23 a las cinco de la tarde el Capitán Jakcson entregó a los
Comisionados la contestación de Doniphan, manifestando que no
aceptaba ninguna proposición que no tuviera como base la
neutralidad del estado de Chihuahua durante la guerra y que desde
esa fecha declaraba al estado bajo el gobierno militar de los estados
Unidos, cuya posesión conservaría por medio de las armas.

Isleta. Este lugar y los de Elizario y Socorro, situados sobre la


margen izquierda del río Bravo del Norte, que pertenecían al estado
de Chihuahua, fueron ocupados el 7 de enero de 1849, por tropas
americanas enviadas por el gobernador del Territorio de Nuevo
México, en virtud de que, de acuerdo con el Tratado de Paz de
Guadalupe Hidalgo, debían pasar a poder de los estados Unidos de
América. Sin embargo, el estudio que ejecutó el gobierno del estado
al recibir los informes del jefe político del Cantón de Bravos, se llegó
a la conclusión de que primitivamente estuvieron situados sobre la
ribera derecha del mencionado río y una avenida posterior al año de
1834, los había dejado al otro lado al originarse una división del
mismo río en dos bravos. Como las autoridades de los tres lugares
mencionados no estuvieron conformes con pasar a depender de los
estados Unidos, reclamaron ante el jefe político de ciudad Juárez, lo
que dio por resultado que el día 13 del mismo mes, los jueces de Paz
que allí funcionaban fueran despojados de sus respectivos cargos por
medio de la fuerza armada. Asimismo, se despojó a los vecinos de
ciudad Juárez de la parte de sus ejidos que quedaban al otro lado del
Bravo del Norte.

Con el Tratado de Guadalupe - Hidalgo del 2 de febrero de 1848, se


puso fin a la guerra entre México y estados Unidos, perdiendo un
territorio enorme entre el río Pecos y río Bravo

Cuando los límites entre México y estados Unidos fueron fijados por
acuerdo al tratado de Guadalupe Hidalgo, un grupo de mexicanos no
quisieron perder la nacionalidad y fundaron el pueblo de La Mesilla,
en territorio que según la demarcación era del estado de Chihuahua,
pero los estados Unidos con el pretexto de la construcción del
ferrocarril entre Nueva York y San Diego, California, empezaron de
nuevo a presionar a México para despojarlo de esta parte de su
territorio. El gobernador de Nuevo México, William Carr Lane, ocupó
la población de doña Ana y ahí proclamó la incorporación de la
colonia chihuahuense de La Mesilla. El gobernador Angel Trías,
marcha con tropas a la frontera para hacer frente de nuevo a este
suceso que atentaba la soberanía nacional.

Las negociaciones terminan el 30 de diciembre de 1853, con el


conocido Tratado de la Mesilla, en el cual Paso del Norte perdía la
zona entre el río Bravo y Doña Ana, límite entre el estado de
Chihuahua y el de Nuevo México. Además, México concedía a estados
Unidos permiso para transitar libremente mercancías por el Istmo de
Tehuantepec. México recibiría 10 millones de pesos, 7 al firmarse el
tratado y los 3 restantes cuando se efectuara la ratificación; suceso
realizado durante el mes de junio de 1854.

Del 14 de agosto de 1865 al 10 de junio de 1866, la Villa Paso del


Norte se convierte, en forma temporal, en residencia de los
Supremos Poderes de la Nación, cuando el Presidente de la
República, Lic. Benito Juárez, huye de la capital del imperio francés.

La Isla de Córdova, que constituye una fracción de ciento cincuenta y


seis hectáreas, se encuentra situada sobre la margen izquierda del río
Bravo del Norte y pertenece a la República. Los angloamericanos le
llamaron el "€ œCorte de Córdova"€ • y se originó a fines del siglo
XIX, mediante un convenio ajustado entre los gobiernos de México y
los estados Unidos, a fin de abrir un canal, fuera de cauce, para
facilitar la salida de las aguas broncas del expresado río, bajo el
concepto de que, la apertura del canal no cambiaría la jurisdicción de
las tierras que quedaran cortadas por el nuevo cauce. Los
agricultores mexicanos que estaban encajados en la Isla de Córdova
vivían enjaulados, pues las autoridades americanas pusieron una
cerca de alambre, sin salida para el lado americano, de manera que
cuando el río estaba crecido, vivían en completa incomunicación. El
primer intento para vencer este obstáculo lo hizo el Presidente
Municipal, Carlos Villarreal, quien en 1949 construyó el puente libre,
que comunicaba a la Isla de Córdova con ciudad Juárez; pero no fue
posible facilitar el tránsito internacional durante muchos años. Vivían
allí veinticinco campesinos, a quienes el gobierno federal, por
conducto de la Secretaría del Patrimonio Nacional, indemnizó con la
suma de tres millones de pesos. En seguida se construyeron los
edificios para la Comisión Internacional de Límites y Aguas, Garita
Aduanal, Población, Sanidad, Aduana y ampliación del puente libre.
La inauguración del tránsito internacional se verificó el 29 de agosto
de 1959, a donde asistió el Senador Manuel Moreno Sánchez, en
representación del presidente de la República, el Senador Lyndon
Johnson, el embajador de estados Unidos, Robert Hill, el Embajador
de México en estados Unidos, Antonio Carrillo Flores, el Gobernador
Borunda y muchos otros funcionarios.

Siglo XX

El general Porfirio Díaz, Presidente de México, y William Taft,


Presidente de estados Unidos de Norteamérica, se entrevistaron el 16
de octubre de 1909, con una reunión primero en El Paso, Tejas y
después en ciudad Juárez.
El 25 de abril de 1913, se libró una acción de guerra en las
inmediaciones de Estación Tierra Blanca, situada al sur de ciudad
Juárez. El general José Inés Salazar, al frente de una división de
tropas huertistas, avanzaba por la vía del ferrocarril Central, con
órdenes superiores de recuperar la Plaza de ciudad Juárez, que el día
15 había caído en poder del general Villa, por medio de un audaz
golpe sorpresa. Éste salió con las fuerzas constitucionalistas a esperar
al enemigo en Tierra Blanca, la batalla fue una de las más
importantes de la Revolución Constitucionalista, en donde fueron
completamente derrotados los huertistas. La desmoralización más
completa se apoderó de éstos y cuatro días después evacuaron la
capital del estado, reconcentrándose en Ojinaga. Los Federales
perdieron más de mil hombre entre muertos, heridos y prisioneros,
así como también la mayor parte de su artillería.

También podría gustarte