Lorica PDF
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Lorica
Santa Cruz de
ISBN 978-958-99726-6-3 • DISTRIBUCIÓN GRATUITA
la respuesta es...
El Malecón de Lorica, balcón del
Sinú , guarda un lugar para cada
lugareño... para cada visitante.
Embrujo del Sinú
“Una tarde a orillas del Sinú
un ensueño de amor tuve yo
y en la espuma pintada de azul
reventaron mis versos de amor
Esa tarde mi amor navegó
por las aguas del bello Sinú
no te vayas amor te lo pido
porque muero en la cruz”.
L
os versos del porro de “Río Sinú”, de Miguel recursos naturales, a su proximidad al mar y a la na-
Emiro Naranjo, llegaron a mis oídos al divisar vegabilidad del río Sinú, llegando a convertirse, en el
las apacibles aguas de este regalo de la natu- siglo XVIII, en la tercera ciudad del Caribe con mayor
raleza. número de habitantes después de Cartagena y Mompox,
Así arribamos a Santa Cruz de Lorica uno y superando a Santa Marta. Desde finales del siglo XIX
de los pueblos patrimonio de Colombia, rico en recursos y mediados del XX se vuelve centro de un flujo migra-
naturales, diversidad cultural y construcciones públicas torio intenso, destacándose la llegada de comerciantes
y privadas con un estilo republicano que refleja un es- sirio-libaneses, produciendo una amalgama cultural
plendor económico de tiempos idos. única en el país.
En los ojos de sus habitantes se asoman los ancestros Nosotros pudimos comprobar las huellas de esta his-
Zenúes –extraordinarios orfebres–, que el cronista Juan toria y cultura multiétnica, así como de su biodiversidad
de Castellanos describió en toda su magnitud, al relatar en el recorrido que hicimos por el río Sinú, la Ciénaga
el deslumbramiento del conquistador español Pedro de Grande y en cada rincón de Santa Cruz de Lorica.
Heredia en 1534: Gozamos intensamente cada momento: las esquinas
y plazas, el jugo de níspero, el plato de bochachico, los
“Y en una plaza vieron la esquina, fritos, su majestad el ‘quibbe’, la elevada temperatura, la
un grande y espacioso santuario, conversación con la gente, su sonrisa y nuestro enrique-
tan capaz que tenía cumplimientos cido léxico, ahora con expresiones espontáneas como
para dar a mil hombres aposentos. “echeeee”, “cógela suave”, “ajá”. Porque si hay algo que
Ídolos veinte y cuatro vieron altos respira Lorica es jerga, léxico, palabra, lenguaje.
todos como de grandísimos gigantes, Aquí cada detalle cuenta una historia: los letreros de
de madera lavada lo intestino los establecimientos comerciales, finamente tallados
y lo de fuera de oro fino” en madera; la fibra que se entrelaza en la elaboración
del tradicional sombrero vueltiao, en el corregimiento
Ese oro que dio fama a la región y que se resumía en de Tuchín, cuna de los indios zenúes; la chicha de El
una frase: “Pobre del Perú si se descubre el Sinú”. Oro que Carito, otro corregimiento donde esta bebida y el maíz
saquearon los españoles en el periodo de la Conquista y representan lo más arraigado de su cultura; las obras
que ocasionó la extinción casi total de las comunidades primitivistas de Marcial Alegría, que narran a través del
indígenas. pincel leyendas y mitos que han traspasado fronteras;
Dos siglos después, Lorica se consolida como la cada objeto elaborado manualmente por los artesanos
despensa de la provincia de Cartagena gracias a sus de San Nicolás de Bari.
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Lorica: La historia
y la cultura están
siempre presentes en
la vida cotidiana.
Camellón de Miramar,
invita a un tranquilo paseo
tropical cada atardecer.
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les permitió controlar las inundaciones del río Sinú con y tipos de construcciones, un acelerado crecimiento de
un vasto entramado de canales. Un saber perdido para su población, gracias a la construcción del puente “20 de
siempre… Julio” que se comunicaba con poblaciones vecinas. Es-
Los humedales cubren una vasta área biodiversa tas catástrofes obligaron también a la construcción del
en flora y fauna, con especies de aves migratorias. En malecón y de las murallas con el objetivo de contener
torno a estos complejos lagunares también se desarro- las crecidas del río.
llan actividades agrícolas y la pesca. Esto nos permite Cuenta la leyenda que por este puerto también en-
comprender por qué Lorica fue y sigue siendo una gran traron las primeras partituras musicales, traídas de
despensa natural. Europa, que se mezclaron con los sonidos propios y
Lorica fue el puerto más importante de la zona hasta ancestrales, para las bandas musicales criollas que ame-
1950, con el majestuoso río Sinú como protagonista, por nizaban las fiestas de los terratenientes. Así como los
aquí bullía la actividad mercantil de la región, cuando la primeros instrumentos de viento. Existió una escuela de
ciudad todavía hacía parte del departamento de Bolívar música, dirigida por José Dolores Aranda, a comienzos
y no se había creado Córdoba; era la época en que no del siglo XX.
se habían construido las carreteras que terminaron por Cuando uno mira al horizonte desde la otra orilla
sentenciar la decadencia del río; era el paso obligado de del Sinú, observa las gradas e imagina los pescadores y
las embarcaciones desde y hasta Cartagena, espacio de visitantes alistando su viaje; ve las pequeñas embarca-
intercambio cultural, donde además aterrizaban peque- ciones en las cuales aún se pueden recorrer las calmadas
ños hidroaviones de la Scadta, la aerolínea colombo- aguas y sueña con recorrer el río en El General Córdo-
alemana que traía el correo y las encomiendas; punto de ba; contempla los vistosos atardeceres, que quisiera
referencia para el transporte hacia otras zonas del país, disfrutar de la mano del ser amado; se asombra ante la
como Chocó. majestuosidad arquitectónica del mercado público, o ve
Los pobladores más viejos rememoran los nombres los niños correr por el Malecón, uno vibra, fantasea y se
de algunas embarcaciones: el vapor Bolívar que en 1870 transporta a una Venecia del Sinú que da esperanza.
transportaba 120 toneladas; naves como La Colombia,
La Montería, La Damasco, La Sinú y La Tequendama, o Con sabrosura
El General Córdoba de dos pisos. Después de deleitarnos con esta riqueza natural, fui-
Lorica fue, sin duda, una provincia que tenía impor- mos a buscar el almuerzo, que habíamos encargado
tancia política, administrativa y comercial por la misma desde el día anterior por sugerencia de Emiliano, un se-
delegación que le hacía Cartagena, y hasta llegó a dispu- ñor mayor que todos los días y noches se sienta en una
tar, con Montería, ser la sede administrativa del naciente de las bancas, que nos aconsejó ir al mercado público,
departamento de Córdoba. donde conseguiríamos la especialidad gastronómica
Históricamente también fue azotada por inundacio- local: el sancocho de bocachico.
nes que al final determinaron el ritmo de su economía, Con William, el amigo que nos recibió en Montería
sus costumbres, el trazado de sus calles, los materiales y nos trasladó a Lorica, nos bajamos de la camione-
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ta –que en nada se parece al jeep Willys del que habla de una porción de arroz, ensalada y patacón, al mismo
Sánchez Juliao, el muy famoso WVM de su personaje El tiempo vemos que otras personas se acercan y llevan un
Flecha–, y caminamos hacia El Ranchón, como se llama paquete en hojas verdes. Preguntamos y nos dice Jenny
el mercado. Sus colores ocre y rojo, sus altos techos, sus que esa es la sarapa, plato tradicional que lleva gallina,
columnas redondas equidistantes, sus cuatro fachadas carne o cerdo, acompañados de arroz y plátano maduro,
abiertas, sus personajes, sus platos, sus puestos de arte- que se envuelve en hoja de bijao, una especie única de
sanías y los bultos de diversos granos que expelen un la región que le da un sabor especial –al otro día sería
olor particular, el río Sinú, como fondo le dan un aire nuestro menú, acompañado de una helada botella de
único, que evoca y provoca. otra insignia costeña: la Kola Román.
Nos sentamos en el puesto de Mariela, una ancia- ‘Filadelfio’, como bautizó nuestro guía y acompañan-
na que lleva más de 20 años allí, quien atiende junto a te Gustavo Díaz a mi amigo de viaje, al otro costado,
Jenny, una mujer joven que con una tímida sonrisa nos ve unos bultos de algunas especias, varias de Oriente,
acoge y nos brinda un vaso frío de guarapo de panela. y granos que por su olor y color llaman la atención. Él
¡Ah! Qué refresco para los 38 grados de temperatura. se anima y compra unos cuantos paquetes que dice le
Sin preguntar –debió ser por nuestra pinta de cachacos servirán para condimentar y para aliviar malestares. Sin
(expresión con la que nos identifican en la costa Caribe duda, desde aquí se empieza a notar la influencia árabe
a los oriundos del interior del país)–, empieza a contar- en Lorica.
nos sobre la construcción y sobre el lugar, mientras nos Influencia que confirmamos todas las tardes, en la
alista el bocachico del que tanto nos han hablado. esquina de los fritos –en el cruce entre la casa que acogió
Dice que hace pocos años lo pintaron, restauraron el al antiguo teatro Marta y la que fuese sede del bar El Tu-
techo, el piso y algunas de las escalas que dan al río; que qui- tuqui, inmortalizado en la obra de Sánchez Juliao–
fue un importante muelle por donde entraban y salían donde dos hermanas morenas nos preparan arepa’e
personas y mercancías, especialmente desde y hacia huevo, carimañolas de yuca, buñuelos de fríjol, junto a
Cartagena, cuando Lorica pertenecía al departamento los ‘quibbes’ y ‘esfihas’ árabes que acompañamos algu-
de Bolívar; que es monumento nacional. Y lo dice con nas veces de jugo de zapote o níspero en leche, o hasta
verdadero orgullo, con orgullo loriquero. de Milo. Para finalizar, un raspao de Kola Román que nos
Nos sirve nuestro sancocho de bocachico, y lo proba- llevamos al Malecón, desde donde contemplamos el río.
mos poco a poco, con cuidado por aquello de las espinas. Allí, la gente nos dice que está contenta porque el Mi-
Mientras degustamos cada bocado, que acompañamos nisterio de Comercio, Industria y Turismo va a restaurar
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este importante bien de Lorica, donde el río y el pueblo Por supuesto que la música es esencial en cualquier
se unen en un abrazo interminable…. celebración, y aquí los niños y jóvenes mantienen sus
Así como la gastronomía ha desempeñado un papel tradiciones a través de la escuela de danza con la que
preponderante en Lorica, también lo fue la industria ali- realizan presentaciones y montajes en los que el fandan-
menticia, pues además acogió fábricas de mantequilla; go, el porro y la puya sinuana, son los actores principales
se producía queso, con calidad similar a los mejores de que hacen contonear las caderas; ni hablar de las leyen-
Europa; tuvo fábricas de bebidas gaseosas, hielo y leche das de los viejos ni las parrandas que se arman en las
en polvo, que surtía la demanda que había en razón de la tarimas, organizadas e improvisadas. La fiesta va hasta
escasez que se presentaba en algunos países y hasta una que “amanecé”, gracias a la chicha de maíz.
tostadora de café, Café de León, entre otras. Nosotros probamos la de afrecho, que nos alivia la
Pero, además, la culinaria ancestral tiene fuerte pre- sed. Repetimos algunas dosis, aunque quedamos con-
sencia en el corregimiento de El Carito –que hace parte vencidos de que no lograríamos el primer lugar en el
de Lorica– con la chicha de maíz. Este lugar, de calles concurso del tomador de chicha. Solo atinamos a tomar-
empolvadas, por el cual se llega por la vía que conduce a nos la foto con la escultura en su honor que hizo el maes-
San Bernardo del Viento, celebra anualmente el Festival tro Alfredo Torres Ibáñez –monteriano él– ubicada en
de la Chicha, expresión máxima de su cultura, que se la plaza de El Carito.
celebra en diciembre. Y como si esto fuera poco, la piña, el ñame y el pláta-
Allí, Elvia Madera Conde, una mujer mayor, experta no, entre otros, también tienen su festividad. Celebracio-
en la preparación del líquido, tímidamente nos empie- nes de la vida y fertilidad de esta tierra que, sin duda, me-
za a contar sobre la elaboración de las tres clases de rece su fama de despensa alimenticia de la Costa caribe.
chicha: la de guarrú, la de afrecho y la cotorrona, que
varían según su preparación, pero a las que nos les falta En el centro histórico los edificios tienen nombres de
la “canela, clavito y pimienta de olor”. Ella y su familia personas
han sido ganadores en más de una ocasión del concurso Uno de los aspectos que más atrae de Santa Cruz
de la chicha, que durante el festival se sirve en totumas. de Lorica es su arquitectura. Estas construcciones de
Con nostalgia, Antonio Molina, otro anciano para carácter eclécticas, con influencia árabe y a semejanza
quien la festividad representa todo, añora los juegos cos- de edificaciones cartageneras, con finos elementos y
tumbristas, que según él han ido perdiendo protagonis- detalles, las hacen imponentes. Son parte de esta riqueza
mo, aunque algunos se mantienen como el de la tortuga, patrimonial en la que el centro histórico se convierte en
en el cual dos hombres miden su fuerza, uno sobre otro el lugar de encuentro de propios y extraños, pues allí es
formando la figura de la icotea, o el del “muerto esmo- donde convergen la historia, la arquitectura, los saberes.
longao”, que nos cuenta Marta Páez, gestora cultural Y en Lorica sobresalen, especialmente por los nombres
de El Carito, consiste en que una persona se tira sobre de personas como: Teresita Corrales de Martínez, Diego
el piso y se hace el muerto, mientras que otros intentan Martínez, Josefina Jattin, Afife Matuk, edificio Gonzá-
levantarlo, él se mantiene quieto a no dejarse levantar lez, entre otros, la mayoría con influencia de estilo repu-
hasta que el que logre alzarlo se convierte en el ganador. blicano y a semejanza de construcciones cartageneras.
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Nuestra primera parada fue el parque Bolívar, en bre esta, que se refleja no solo en la gastronomía sino en
el cual se erige la tradicional estatua al Libertador, a la la arquitectura, en la vida social y política, en la cultura,
que todos los días llegan flores y dedicatorias. Ha sido los apellidos y en el desarrollo de su economía.
restaurado e intervenido en varias ocasiones y es el lugar El viajero británico Robert Cunninghame Graman,
de encuentro de propios y visitantes. Lo rodean la iglesia quien estuvo en Lorica hacia 1917, relató: “Los sirios, es
de Santa Cruz de Lorica, los edificios González y la isla de común, manejan las tiendas y regatean para negociar en
Diego Martínez Camargo –uno de los más importantes su español gutural, aún más resueltamente que los co-
empresarios–. Aquí se realizaban retretas con bandas lombianos mismos… muchos de los comerciantes llegan
musicales, donde el fandango era personaje principal. de Siria y nada es más común que oír conversaciones
Por supuesto la iglesia de Santa Cruz de Lorica, en idioma árabe…” La palabra vuelve a estar presente…
remodelada en varias ocasiones, la última por el vicario Los árabes que llegaron a Santa Cruz de Lorica, y a
Lacides Bersal, un personaje que fue influyente en el una vasta zona en las costas, lo hicieron huyendo de
pueblo, que tiene su propio paseo peatonal. La cate- la persecución religiosa, de la presión política y de las
dral se caracteriza por tener cinco cuerpos verticales, crisis económicas que hicieron que se presentara una
columnas que originalmente eran cuadradas fueron re- oleada de inmigraciones.
dondeadas, altares que fueron donados por familias con Lorica, que era la tercera ciudad en importancia en la
poder adquisitivo, el reloj que fue donado por la colonia región, después de Cartagena y Mompox, se convirtió
siria y las campanas que fueron traídas desde Lisboa. en la puerta de entrada al Valle del Sinú y en el lugar
Según nos dice “Nico”, las puertas fueron restauradas y que los arropó y acogió, no sin controversias, pero que
se hicieron respetando los elementos coloniales. Tiene a la larga les permitió, tanto a ellos como a los oriundos,
tres naves, una central y larga y unas laterales un poco conformar una sociedad que resplandeció a finales del
más reducidas, con columnas y capiteles adornados con siglo XIX y principios del XX, y que sentó las bases de
elementos republicanos. una época fructífera.
“Nico” nos lleva por el antiguo Palacio Municipal o La colonia sirio-libanesa fue una de las más nume-
de las 13 columnas, que se empezó a construir a finales rosas. Aquí llegaron, según el investigador Juan Vilora
del XIX y se terminó en 1915, aproximadamente. Un de la Hoz, “en su mayoría sirios, libaneses o palestinos,
dato interesante es que quienes participaron como ayu- de religión cristiana, hombres jóvenes, que viajaban
dantes de obra fueron los presos del pueblo. solteros y sin familia. Hacia la segunda década del
Fotografiamos el Teresita Corrales, con arcos repu- siglo XX el comercio de Lorica estaba dominado por
blicanos, muy similar a las construcciones de Cartage- los sirio-libaneses. Las ventas ambulantes como punto
na; recorremos el Afife Matuk, uno de los que más nos de partida, comenzaron como comerciantes, y luego si-
impactó y del que hablaremos más adelante, paseos y guieron otras actividades como agricultura, ganadería,
plazas como el paseo Bersal y la plaza de la Cruz, don- industria y política”.
de tomamos un jugo de zapote costeño, una fruta muy Indudablemente que el espíritu comercial se mantie-
parecida al mamey; el Club Lorica, fundado en 1950; la ne en Lorica y es una de las bases de su economía. Aquí,
Casa de la Cultura, donde se encuentra el primer mural como diría Gustavo Díaz –para nosotros ‘El Flecha’– en
que hizo el maestro Ríos Sossa en el que, simbólica- su poema que nos recita con frecuencia en todas las co-
mente y a través de la técnica con arcilla, reproduce los rrerías que nos acompaña, “aquí se hace/ se da de todo
momentos históricos de Lorica. El puente del 20 de Ju- / hay de todo como en botica” y en eso tiene que ver la
lio, construido en 1910, que comunicaba al centro con el presencia de esta colonia, de los mal llamados “turcos”.
otro lado del caño Chimalito, siguiendo el ‘Camino Real’. Pero no solo el comercio tuvo un gran impulso gra-
También vale la pena llevarse de recuerdo una foto cias, entre otras cosas, al empuje y trabajo de los árabes
en el Obelisco, donde se levanta el monumento a “El asentados aquí. La industria, que se ve plasmada en el
Padre de la Patria”, como homenaje al almirante José mural del maestro loriqueño Adriano Ríos Sossa –en
Prudencio Padilla, quien derrotó a las fuerzas realistas la calle Olaya Herrera, enfrente de la que fue la casa de
para la liberación de Cartagena. Sánchez Juliao– en el que se observan detalles de la
época próspera en la que hubo fábrica de jabones, de
Lorica Saudita mantequilla, de ron, de leche en polvo, de ladrillos, de
Así llamó Sánchez Juliao a su natal ciudad, mote que bujías, de velas, al tiempo que se consolidaban negocios
describe la fuerte influencia que el pueblo árabe tuvo so- de venta de telas y almacenes.
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Hubo quienes se dedicaron a la ganadería, la agricul- la decoración con cada detalle ubicado perfectamen-
tura y a la finca raíz, a las fábricas de gaseosas, se dice te, la tina azul en el baño que también da sobre el río.
fueron ellos quienes introdujeron el sistema de almace- Verdaderamente enamora.
nes por departamentos –por ello no es raro que el origen O el reconocido edificio Jattin, anterior casa comer-
del negocio de la familia Char, que vivió en Lorica y es cial, o el Club Lorica, ubicado en una esquina de la plaza
reconocida en la costa Caribe por sus droguerías y su- de la Cruz, en el cual los inmigrantes sirio-libaneses or-
permercados, haya sido aquí. ganizaban sus reuniones sociales y que hoy está abierto
Sus aportes a la arquitectura también son numerosos. a la población; o la hermosa casa que perteneció a la
Varias de las construcciones hechas por árabes y criollos familia Char, propiedad de una dulce señora que nos re-
fueron consideradas por el Ministerio de Cultura como cibió con una tierna sonrisa, un vaso de jugo de corozo y
de interés cultural, por sus estilos republicano, mozá- la confesión de que la casa fue un regalo de matrimonio
rabe y ecléctico. de su padre. Se dice en el pueblo que es la más original,
Una de estas y la que más nos sedujo, la cual re- sus estructuras guardan detalles en sus terrazas, en los
corrimos paso a paso, rincón a rincón, fue el edificio arcos, su antejardín, columnas y patio. Un recuerdo se
Afife Matuk, a orillas del Sinú y colindante con el vuelve recurrente: los 39 grados a la sombra que sopor-
mercado público. Este se conserva intacto con de- tamos en la entrada de la casa, mientras nos autorizaban
talles de la época de su construcción, que terminó el ingreso para conocerla, temperatura que bajó ante la
hacia 1929. En su interior, se destacan los colores azul mirada encantadora de esta mujer.
claro y blanco en pequeños muros que separan cada Y por supuesto que se refleja en los apellidos que
espacio, figuras arabescas, la sala con su ventanal escuchamos cotidianamente: los Bitar, Fayad, Char, Me-
que mira a las tranquilas aguas del río, vista de la lluk, Behaine, Marún, Chadid, Char, Bechara, Jattin,
cual disfruta nuestro amigo William desde la silla de Farah, Gossaín, Saer, Rumié, Chaljub, Namur, Calume,
barbería original que decora la sala. Sus altos techos, Dager, y hasta el Manzur.
El sombrero vueltiao Patrimonio Nacional y orgullo de los colombianos.
El Manzur, nombrado por Sánchez Juliao en ‘El Fle- vueltiao, del cual tiene su taller en Tuchín, pueblo de
cha’: “Y este es Eric Manzur, un turquito ensamblao en asentamientos de los indígenas Zenúes. Medardo
Colombia, porque es hijo de un árabe que se llama Ben- nos muestra el paso a paso de su elaboración, cómo
Jálamela-Mí, pero la mamá es loriquera. Manzur, óigase identificar un sombrero original, los elementos que
bien, Eric Man-Zur, que quiere decir, ’un man del sur’, se utilizan en su fabricación, las técnicas y los saberes
porque el Líbano, por si no lo sabía, viejo Deivi, queda de ancestrales que son el insumo de cada pieza artesanal
Pasto p’abajo; y este man, para información de ustedes, de las que nos dice anteriormente era hecha en su
es un escritor”. totalidad a mano. Los sombreros de Tuchín están en
La recitamos juntos, alternado cada frase y justo en Colombia y el mundo.
el lugar donde se originó este relato: ¡Magia “made in” Por supuesto no podíamos dejar de ir a San Sebas-
Lorica! tián, a la casa de Marcial Alegría, el artista primitivista
que con su pincel ha plasmado las leyendas, mitos e
Saberes historias de Lorica y del departamento de Córdoba y
Lorica cuenta. Y cuenta a través de sus manifesta- cuyas obras se encuentran en los cinco continentes. En
ciones artesanales y artísticas. Confluyen las manos su casa, que funciona como su taller y el de su esposa
prodigiosas de artesanos que elaboran las esteras, el –experta en la fabricación de cerámica–, nos muestra
sombrero vueltiao o las cerámicas de San Sebastián, recortes de prensa nacionales e internacionales en los
con las pinceladas de Marcial Alegría y con el arte de que se destaca su trabajo artístico, al tiempo que nos
Adriano Ríos, las letras de Manuel Zapata Olivella, el permite tomar fotos de sus coloridos cuadros. Nosotros
humor y la cultura popular de Sánchez Juliao. Saberes, recibimos una réplica de “La pesadilla”, una de sus obras
muchos saberes. más representativas.
En San Nicolás de Bari, corregimiento que hace parte En honor de este pintor el Ministerio de Comercio,
de Lorica, llegamos a la casa de Lucrecia, una mujer de Industria y Turismo, en asocio con el municipio, cons-
75 años, experta en la elaboración de las esteras, fabrica- truyó la “Plaza Marcial Alegría”.
das con enea, que son utilizadas como camas o como o Ya hemos mencionado los murales del maestro Ríos
nos dice El Flecha: como “colchón de pluma de ganso de Sossa, quien escogió quedarse aquí después de que
los pobres”, pero que también son utilizadas para sope- una de sus maestras, extranjera, le narró con lujo de
sar el calor, colocándolas en el cielo raso y que se venden, detalles aspectos que él desconocía de su tierra natal.
junto a las otras artesanías, en el comercio de Lorica. Allí se dio cuenta de que necesitaba conocerse y que la
También visitamos a Medardo de Jesús Suárez, el mejor manera de hacerlo era recorriendo cada rincón de
artesano que ha recorrido el mundo con el sombrero Lorica, explorar el arte de los ceramistas tradicionales,
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investigar sobre el sombrero vueltiao, adentrarse en las “Nico” nos cuenta que cuando David era niño, se paraba
profundidades ancestrales. Todo ello le permitió cono- en la ventana a mirar los barcos y decía que eso era como
cerse y realizar un manejo especial en la plástica, con la ver una película. Ya más grandecito empezó a recorrer
cual concibe cada obra como “si fuera a escribir un libro”. zonas rurales grabando historias y alimentándose de la
‘Filadelfio’, mi amigo fotógrafo y ahora “hermano” de cultura popular del Caribe colombiano.
Gustavo Díaz, le pregunta ¿por qué la historia añora esos “La canoa era larga, filuda y se deslizaba lentamente
años de esplendor? Y Adriano, muy firme, le dice: “yo no cortando las aguas, y le servía de lastre, de manera que
busco la nostalgia, busco la reflexión, que el espíritu de andaba como encajada en el río…” dice al inicio de su fa-
esas personas que hicieron historia dejaron un legado moso cuento, ¿por qué me llevas al hospital en canoa,
que vale la pena explorar”, y una de esas maneras es papá?
interviniendo las paredes del pueblo, las cuales son su Autor de novelas, cuentos, fábulas, historias para ni-
galería. ños, guiones de televisión, testimonios escritos y na-
En “mi Calori”, pudimos deleitarnos con una amplia rraciones sonoras, de las que se habrán dado cuenta mi
producción cultural y literaria. Uno de sus hijos más favorita es ‘El Flecha’, porque lo escuché en una etapa
prolijo es Manuel Zapata Olivella, ‘el negro Manuel’, muy significativa de mi vida y porque, después de llegar
médico, antropólogo, viajero compulsivo e investigador a Lorica, y estar caminando y charlando con el personaje
consagrado de la cultura afroamericana. Fue el gran im- que lo inspiró, permanecerá en mi mente.
pulsor de la Fundación Colombiana de Investigaciones “Es la noche del sábado. Vengo del campo. Conduzco
Folclóricas. mi jeep Willys. De repente, recuerdo que tengo que escri-
Su imagen sobresale en el mural sobre el Malecón, bir hasta tarde y que se me han acabado los cigarrillos.
en la casa de la escuela taller, en los varios libros que ¿Dónde conseguirlos?... El bar El Tuqui-Tuqui, ese es el lu-
escribió, en el Premio Nacional de Literatura que lleva su gar. Allí los venden más frescos que en ningún otro lado…
nombre, y sobre todo está en el corazón de todos los lori- Oigo su voz que me llama desde una mesa: “Erda, mira
queros que se sienten orgullosos de ser paisanos del más quién entró ahí: el viejo Deivi, mi amigo…”
importante representante de la literatura afro de Colom- Varias veces volveríamos a escucharlo en el carro. Es
bia. Sus obras son un estudio riguroso sobre los negros que ‘El Flecha’ es un tipo “bacán”.
en Colombia y en el mundo, la discriminación racial, las
leyendas, mitos, rituales y la cosmovisión ancestral. ***
“Changó, el gran putas” es tal vez su máxima obra, Santa Cruz de Lorica “no me desfraudastes”, diría ‘el
y referente de la literatura. Bien lo dice Darío Henao rey de los embustes’, Gustavo Díaz, y ahora entendemos
Restrepo en el prólogo: “Lo que hace Zapata es traerlos por qué eres un pueblo patrimonio, un destino que enri-
de nuevo a escena, así aún sean extraños para muchos. quece y conmueve, pero sobre todo que cuenta.
El logro es sustancial, nada menos que la recuperación Nos despedimos con nostalgia de este pueblo que
de un gran trayecto de memoria colectiva. Rema siglos tiene todos los ingredientes para atender a los visitantes,
arriba para pasearnos por el trasteo desalmado de mi- a quienes invitamos a que vengan a conocer el embrujo
llones de negros hacia las geografías de la explotación del Sinú, en sus calles y sus cuerpos de agua. Lorica es,
y de la muerte”. sin duda, un lugar que brilla con luz propia en el mapa
turístico de Colombia.
Yo ya tengo el libro en formato digital y empecé a En la mente resuenan los acordes de “Río Sinú”, el
devorarlo… porro que se incrustó en mi corazón para siempre.
Y qué decir del “viejo Deivi” Sánchez Juliao, nacido “Y mirando sus aguas pude ver tu imagen…
en la casa 15-43 de la calle primera, frente a la muralla. a orillas del río Sinú…”
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Santa Cruz de Lorica
Palacio
Municipal
Club de
Lorica
Casa Teresita
Corrales
Parroquia
Santa Cruz Edificio Enrique
de Lorica Caraballo Mogollòn
Plaza de
Edificio Bolívar
Familia
González
Mercado
Pùblico
Casa de Afife
Matuk
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