Clientes 4.0
Clientes 4.0
Clientes 4.0
produce.
El cliente 4.0 quiere productos con alto valor, una relación calidad-coste
excepcional, los quiere para ya y a ser posible personalizados. Esto implica de
forma muy general que debemos ser más ágiles, más flexibles, aumentar el valor de
nuestros productos y reducir los costes globales de fabricación.
¿CÓMO LO HACEMOS?
Para que un producto pueda cumplir con los requisitos anteriores, debemos
centrarnos en la mejora continua y global de los procesos que intervienen en toda
nuestra cadena de suministro atendiendo con especial mimo a la parte de
operaciones ya que es sin lugar a dudas la más afectada por el nuevo escenario al
que denominamos Industria 4.0.
En la mejora de los procesos productivos, podemos aplicar la tecnología siguiendo los
principios del Lean Manufacturing que se basan en la mejora continua de la
productividad mediante la eliminación de desperdicios y la resolución de
problemas, involucrando a todo el personal de la empresa, especialmente al
empleado de a pie que es quien tiene mayor capacidad para detectarlos.
Lean propone que los problemas detectados por cualquier miembro de la
organización, deben sacarse a la luz para poder destinar los recursos necesarios a
eliminarlos. Una vez eliminados, los conocimientos obtenidos se usarán para seguir
mejorando el proceso.
La Industria 4.0 introduce multitud de procesos digitales que quedan por definición
fuera del alcance del Lean Manufacturing.
Habrá que redefinir el Lean o crear expertos en “Lean Digital” si queremos optimizar
todos los procesos de nuestra compañía 4.0.
Con el paso del tiempo los procesos digitales cobrarán mayor importancia porque los
activos de nuestra empresa en gran parte serán máquinas, robots y cosas y
necesitaremos dominar lo digital para mantener nuestra competitividad.
Las grandes compañías tecnológicas, se han dado cuenta de esta necesidad, de ahí
las multimillonarias inversiones que están haciendo en Machine Learning y Deep
Learning adquiriendo el Know-How de los mejores del sector.
Quizá éste sea el inicio de la Industria 5.0. Una era industrial donde las máquinas
aprendan sin intervención humana y puedan tomar decisiones para modificar los
métodos de actuación de cualquier integrante de nuestra cadena de suministro ya sea
persona, máquina o cosa.
Para estudiar los comportamientos de las personas, solemos clasificarlos o etiquetarlos para
indagar las características que comparten. Estas etiquetas las hemos establecido a partir de
la generación a la que pertenecen y aunque no hay un consenso total sobre los años que
abarcan, sí existe un rango donde localizar a cada una.
Uno de los primeros en hablar de este tema fue Karl Mannheim, sociólogo Alemán de origen
Húngaro que en 1923 con su libro “El Problema de las Generaciones”, decía que el estudio
de las generaciones involucra la relación entre los individuos y sus familias, la cultura, las
estructuras sociales y los eventos históricos.
En los grupos generacionales los individuos están vinculados a través de un contexto socio
histórico temporalmente delimitado debido a la proximidad de los años de nacimiento pero
además de la edad, deben compartir similitudes culturales y geográficas para poderse
identificar.
En América Latina fue gracias a José Ortega y Gasset con su ensayo “El tema de nuestro
tiempo” (1923) que el concepto generación tuvo gran difusión, él definía a una generación
como el conjunto de hombres que tienen casi la misma edad y que comparten un mismo
espacio y tiempo histórico.
De acuerdo al último conteo intercensal del 2015 realizado por el INEGI, las diferentes
generaciones que convergen en México quedarían de la siguiente forma:
Son una generación que surge en la post guerra (II Guerra Mundial) y que adopta su nombre
debido a los altos índices de natalidad que se dieron en todo el mundo. Son adultos que en
éste 2016 tienen entre 56 y 71 años y, considerando que la esperanza de vida en nuestro país
es cada vez mayor, representan un segmento importante para las marcas.
Son una generación que se preocupa más por su salud y alimentación lo que ha permitido que
en algunos empleos podamos encontrar gente de estos rangos de edad compartiendo
experiencias con miembros de otras generaciones.
Generación X
Son una generación que emigró de los medios análogos a los digitales con mucha rapidez.
Las herramientas tecnológicas no les son nativas pero su adaptación al cambio les permitió
apropiarse rápidamente de muchos de los medios digitales, no por nada el 47% de las
personas con una cuenta en Facebook es mayor de 35 años. Esta generación es como el
hermano sándwich entre los Baby Boomers y los Millennials.
Millennials
Muchas empresas se preguntan cómo llegar a esta generación tan cambiante, abarcando un
amplio rango de edades, que llevan a gustos y preferencias distintas. Su manera de pensar de
esta generación es muy libre en muchos aspectos familiares, sociales, culturales, etcétera.
Las empresas deben de considerar que la publicidad clásica no es el mejor medio para darse
a conocer con esta generación, ellos crecieron con el internet, más del 80% de las relaciones
que entablan los millennials es con la intervención de una pantalla móvil.
Los millennials son multitasking por lo que un solo medio no les es suficiente para obtener lo
que quieren, es por esa razón que las empresas deben de contar con más de un canal o
medio innovador con diversos lenguajes que les permita ser el foco de atracción, que lo que
comunican les sea atractivo y les cree la necesidad de experimentar.
Generación Z
Son nativos digitales, nacieron con “el chip”, no imaginan un mundo sin internet. Muchos de
ellos son hijos de la generación X. Tienen gran influencia sobre sus padres y por tanto sobre
las compras que se realizan en su hogar.
Es una generación caracterizada por las comunicaciones rápidas, con más imágenes y
menos textos, mensajes cortos y tiempo de atención máxima de ocho segundos.
Son decisores en diferentes categorías de productos, las marcas deberán venderles no solo el
producto sino la referencia de él: son consumidores, influenciadores y futuros adultos
consumidores.
Se anticipa que será una generación mucho más estudiosa y preparada para enfrentar los
retos tecnológicos que se vislumbran. Serán mucho más visuales y digitales que la generación
predecesora y mientras que se suele decir que la generación Z tendrá actitudes parecidas con
la generación X, la generación alpha será parecida a la Y sobre todo en su desinterés por las
marcas y la dificultad para llegar a ellos.
Muchas empresas se preguntan cómo llegar a las diferentes generaciones que en ocasiones
son tan cambiantes, pues abarcan un amplio rango de edades (generalmente 20 años), y que
por tanto llevan a gustos y preferencias distintas.
Entender a las generaciones, sus experiencias y expectativas así como lo que sienten y
piensan, nos ayudará a optimizar la manera en que nos comunicamos y acercamos a ellos
pero también debemos examinar la forma en la que ese grupo emplea y utiliza las formas
simbólicas de los elementos con los que interactúa, es decir, la forma en que las cosas
representan algo o lo que dicen sobre algo.
El análisis semiótico puede ayudarnos a desmenuzar e identificar los elementos a partir de los
cuales los individuos construyen y transmiten el significado de los mensajes que reciben.
En Psyma, nos apasiona interactuar y compartir las soluciones que facilitan tomar decisiones
con confianza. Platiquemos más al respecto, escríbenos directamente o da click aquí.
Fuentes:
http://www3.inegi.org.mx/sistemas/tabuladosbasicos/default.aspx?c=33725
Carmichael, Matt. Buyographics: How Demographic and Economic Changes Will Reinvent the
Way Marketers Reach Consumers.
Bloch, Marc. Apología para la historia o el oficio de historiador, Fondo de Cultura Económica,
México, 2006.
Hay quien lleva siglos mirando a las estrellas intentado descifrar nuestro futuro (“el
día que nací yo /qué planeta reinaría”, decía la copla), cuando, en el fondo, a quien
tenemos que hacer caso es a las agencias de publicidad estadounidenses,
especialistas en crear generaciones. Armados de un batallón de especialistas
contratados para tal menester, con la ayuda inefable del periodista ávido de lo
último, con la palmadita en el culete de la matrona ya te tatúan también tu etiqueta
generacional.
Ahora, lo que se lleva son la generación millennial (los milénicos), nacidos entre
1984 y 2004 pero hasta ellos tienen los días contados. En los medios ya se empieza a
hablar de la iGeneración o Generación Z, los que nacieron con el nuevo siglo.
Básicamente, son nativos digitales y nacieron, en vez de con un pan, con un iAlgo
debajo del brazo (iPod, iPad, diez iPhones). ¿De qué dependerá cuál de las letras que
les han adjudicado triunfe? Difícil de saber. El planeta está lleno de licenciados en
sociología en una lucha de barro sin cuartel por hacerse famosos por patentar una
etiqueta. Es una carrera desbocada por adjetivar a los adolescentes, especialmente,
cuanto más jóvenes mejor. Sus efectos colaterales son sumir a la depresión a la
generación anterior que, una buena mañana, se despierta descubriendo que ya no es
joven, tiene alopecia y jamás conseguirá una tableta de abdominales. Es cruel pero,
siendo ley de vida, la verdad es que no se les puede reprochar nada.
Atendamos, por ejemplo, a la generación X, la que nos llegó con el desgreñado Kurt
Cobain y el precario cineasta Kevin Smith, y que aglutinó a los nacidos entre 1965 y
1979. Lo de Generación X se puso en negro sobre blanco, por vez primera, en un
artículo sobre las fotos de Robert Capa (sí, el de Muerte de miliciano en la Guerra
Civil española), sobre la cultura juvenil en el Reino Unido tras la Segunda Guerra
Mundial. Y ahí se quedó. Los británicos retomaron el término para un libro en 1964.
De ahí, por arte de inspiración del cantante Billy Idol se convirtió en el nombre de
su banda punk para, en una pirueta final, uno de sus fans, llamado Douglas
Coupland, publicar el libro que fuera la biblia de aquella época: Generación X. Sí,
hoy nadie lo recuerda y su nombre no dirá nada a los lectores más jóvenes, pero
quítale a Coupland no esas pajas, sino los millones de dólares que hizo con el
término.
Aquí apenas estamos familiarizados con esta tendencia a juntar a tirios y troyanos
bajo una misma denominación. Pero es que hemos sido muy nuestros. Cuando en
EE UU dominaba la “Era del jazz” de Fitzgerald y su Gran Gatsby, aquí dominaba
la mucho menos swingera generación del 98; Cuando ellos hablaban de la
Generación silenciosa, la que fue demasiado joven para participar en la II Guerra
Mundial y demasiado vieja para ser hippie, aquí también callábamos, pero por el
ominoso silencio franquista; en fin, que nos fuimos adaptando al tempo planetario
(esto es, estadounidense), con los baby boomers, aunque nos pusimos a procrear un
poco más tarde que los estadounidense… Luego fuimos los más modernos, en la
época de la Movida y la posterior Barcelona olímpica… hasta que llegó la
Generación X, momento en el que nos sincronizamos con las tendencias globales
(ay, con lo cómodos que estábamos nosotros con nuestras tribus urbanas).
A partir de entonces, toca seguidismo: si las cosas no cambian, en breve será tan
habitual ver la “z” o la “i” adjetivando al sustantivo generación.
De generaciones en España
M. L. M.
Generación X: nacidos entre 1966 y 1967, estaban más formados pero encontraron más trabas a la
hora de acceder a la vida adulta porque el coste de la vida era mayor y la vida laboral más
competitiva. Fueron más individualistas que sus antecesores y tardaron más en emanciparse y tener
hijos. Son lo que hoy llamaríamos JASP (jóvenes aunque sobradamente preparados).
Generación Y o Millenials: son los nacidos a finales del S XX y crecidos en el XXI. Las redes sociales
forman parte habitual de su día a día, confían en sí mismos y quieren controlar su vida. Pero en
España a las características básicas de esta generación hay que sumarles las circunstancias de la crisis
económica. "Quizás la calificaría como la generación que ha despertado del sueño de vivir en una
sociedad con un sólido bienestar, es una generacción desencantada", resume el profesor Doncel.
Similitudes y diferencias de las generaciones X, Y y Z: así
ven la vida y el trabajo
24 noviembre, 2017 CAMILO HERNANDEZ 0 comentarios generaciones X, generaciones X Y y Z, trabajo, vida, vida
y trabajo
Ambición de liderar
Descubrimos que, en todo el planeta, convertirse en líder es importante para el 61% de la
generación Y, el 61% de la generación Z y el 57% de los encuestados de la generación X. Sin
embargo, las respuestas variaron según el país. Por ejemplo, en los países nórdicos, los
encuestados codiciaban significativamente menos los roles de liderazgo que sus homólogos
mexicanos. Entre los encuestados de la generación Y, el 76% de los mexicanos dijo que
alcanzar una posición de liderazgo es importante frente a solo el 47% de los noruegos. El 77%
de los profesionales estadounidenses de la generación Y consideró importante obtener un
puesto de mando.
Las organizaciones deben tener en cuenta todas estas preferencias. Las empresas en mercados
sin entusiasmo por el liderazgo, como Dinamarca, Suecia y Francia, donde solo el 56% de los
profesionales de la generación Y indicó que convertirse en líder era importante, tendrán más
dificultades para ocupar sus puestos vacantes. En cambio, en países como México, Estados
Unidos e India las empresas necesitarán encontrar formas de manejar las expectativas a la vez
que ofrecen experiencia de liderazgo u otra motivación para los trabajadores más ambiciosos.
Las preferencias de los hombres y las mujeres en cuanto al liderazgo también difirieron entre
las distintas cohortes generacionales. Para la generación X, el 63% de los hombres y el 52% de
las mujeres dijeron que era importante convertirse en líderes. Entre los profesionales de la
generación Y y la generación Z, fue el 63% de los encuestados varones y el 61% de las
mujeres. (Otras investigaciones también sostienen que las mujeres más jóvenes son tan
ambiciosas como sus compañeros varones, pero que son las empresas quienes terminan con su
entusiasmo). ¿Por qué? Nuestros encuestados ofrecieron diferentes respuestas. En general, las
mujeres de la generación X tienen más probabilidades de disfrutar del trabajo desafiante que
implica el liderazgo, así como de llegar a ser mentoras de otras personas. Las mujeres de la
generación Y también anteponen la oportunidad de formar a otras personas frente a otras
actividades. En cambio, las mujeres de la generación Z sentían que lo más atractivo de liderar
es la responsabilidad que implica. Los hombres de todas las generaciones estaban más
interesados en los futuros ingresos y en el nivel elevado de responsabilidad.
Cuando preguntamos sobre los obstáculos para alcanzar una posición de liderazgo, el estrés
echaba para atrás a los encuestados de la generación Z en países como Japón, Francia y Reino
Unido. Lo mismo ocurrió entre los profesionales de la generación Y, donde destacan los
encuestados de EE.UU., Suiza y Finlandia también citan al estrés como el principal obstáculo.
Los miembros de la generación X de todos esos países coinciden, pero alemanes, suizos y
emiratíes de la generación X se mostraron más preocupados por la conciliación entre la vida
profesional y la privada.
También encontramos que las mujeres, tanto desde el punto de vista geográfico como
generacional, son más propensas a que el estrés les eche para atrás, a sentir que carecen de la
confianza necesaria para liderar y a temer el fracaso más que sus colegas masculinos. Pero las
mujeres también se preocupaban por cosas diferentes según su país de trabajo. En China, las
mujeres millennials estaban más preocupadas por no poder encontrar las oportunidades de
carrera necesarias para avanzar mientras que las de la generación X se preocupaban más por no
poder disfrutar de su jubilación. Las dos generaciones compartían, en cambio, el temor a no
encontrar el encaje entre su forma de ser y los puestos de trabajo disponibles. En los EE. UU.,
las mujeres millennials se preocupaban más por no poder alcanzar sus objetivos profesionales.
En Suecia, por su parte, les preocupaba el exceso de trabajo.
Comprender las diferentes preocupaciones que frenan a las mujeres en una plantilla global será
crucial para las empresas. La mayoría de las multinacionales tienen programas de integración a
nivel mundial y regional, pero rara vez lo adaptan a la realidad cultural y social de cada país.
Sin embargo, las motivaciones de las mujeres en China difieren enormemente de las de la India.
Para abordar e incluir estas diferencias, es posible que haya que diseñar y personalizar los
programas de liderazgo para cada país.
Ambición emprendedora
Hemos encontrado un gran interés por el espíritu emprendedor en las tres generaciones
estudiadas. Nuestros resultados muestran que uno de cada cuatro estudiantes (generación Z)
estaba interesado en iniciar su propio negocio. Entre los que ya forman parte del mercado de
trabajo (profesionales de la generación X y Y), uno de cada tres anhelaba ser emprendedor. Los
profesionales de la generación Y en México (57%) y los Emiratos Árabes Unidos (56%) fueron
los más interesados en crear su propia empresa.
A la pregunta de si querían trabajar para una empresa internacional o crear la suya propia, los
encuestados de la generación Z apostaron por una empresa internacional. Los profesionales de
la generación X y la generación Y prefirieron comenzar su propio negocio. Solo el 27% de los
profesionales de la generación Y, en México, declararon querer una carrera en una empresa
internacional. En la India, el 43% de la generación X quería crear su propia compañía y el 25%
trabajar para una empresa internacional.
La lectura de estos datos revela que los directivos deberían tener en cuenta el
“intraemprendimiento” como una manera de mantener a las personas interesadas en el
emprendimiento cerca de la compañía; dar a los trabajadores la oportunidad de trabajar en
proyectos start-up dentro de la empresa.
Confianza en la tecnología
Cuando preguntamos qué tecnologías podrían revolucionar el trabajo en la próxima década, nos
enteramos de que la generación Z estaba más entusiasmada con el potencial de la Realidad
Virtual (RV), sobre todo en países como México y Singapur y menos en otros como la India.
Los profesionales de la generación Y también señalaron la RV como la tecnología que con
mayor probabilidad revolucionará su trabajo en los próximos diez años; por delante de
los wearables, nuevas herramientas de gestión de proyectos y las videoconferencias. Por tanto,
las empresas podrían considerar la realidad virtual como una herramienta para reclutar a estos
grupos de trabajadores.
La generación X, por otra parte, creía que la realidad virtual no impactaría realmente en su
trabajo. La generación posterior a los baby boomers se mostró más entusiasmada por las
herramientas de gestión de proyectos. Además, en países como Alemania, Japón y Rusia,
también veían con buenos ojos la computación en la nube y el aprendizaje en línea.
También preguntamos si los encuestados consideraban que la tecnología les ayudaba o les
impedía trabajar. Los profesionales de más edad (la generación X) la veían como un obstáculo
en Reino Unido, Suecia y Noruega; sin embargo, fue considerada de gran ayuda en Dinamarca,
Suecia y México. Entre los encuestados de la generación Y los participantes de México, Suecia
y Alemania la percibían de manera más favorable. Los estudiantes de la generación Z en
Alemania, Japón y México también consideraron que la tecnología era útil, por el contrario, los
estudiantes de China, Estados Unidos y Canadá tenían más probabilidades de ver la tecnología
como un impedimento para su trabajo.
Aunque cada cohorte quiere cosas muy diferentes de la tecnología, tanto los trabajadores
jóvenes como los mayores están de acuerdo en que las capacidades digitales de sus
organizaciones no están a la altura. Más del 70% de los profesionales de la generación X y la
generación Y pensaban que las capacidades digitales de sus empleadores eran importantes, pero
solo alrededor del 40%, de los encuestados de ambas generaciones, calificaron como “altas” las
capacidades digitales de sus empresas.
Por último, más del 70% de los encuestados de todas las generaciones dijo que los acuerdos de
trabajo flexibles suponen una oportunidad importante para su vida laboral en los próximos 10
años. Los suizos de todas las generaciones destacan la flexibilidad como una excelente
oportunidad, lo mismo que los singapurenses de las generaciones X y Y; los singapurenses de
la generación Z optaron primero por los espacios de trabajo flexibles. Los encuestados chinos y
japoneses estaban entusiasmados con las oportunidades de trabajo en el extranjero y el trabajo
con clientes y compañeros de otros países.
Formación
Los encuestados difirieron en sus preferencias por la capacitación laboral. Cuando se les
preguntó si harían un curso en línea si se lo ofreciera su empleador, el 70% de los encuestados
de la generación Z dijo que sí, en comparación con el 78% de los profesionales de la
generación X y el 77% de los profesionales de la generación Y.
Ante la posibilidad de elegir entre un curso en línea y uno presencial, el 69% de los alumnos de
la generación Z eligieron un programa presencial, en comparación con solo el 13% que eligió
uno virtual. Fueron los de la generación X los que más se centraron en la formación por
internet, con un 25% de los encuestados que eligieron esta opción. El 21% de los profesionales
de la generación Y también dijo que prefería la capacitación en línea frente a la enseñanza
presencial.
Encaje cultural
A todas las generaciones les preocupaba si sus personalidades encajaban con el lugar de trabajo
(el 50% de los encuestados de las generaciones Z y Y, además del 40% de los encuestados de la
generación X). Los millennials japoneses (66%) y españoles (57%) estaban más preocupados
por encontrar una empresa en la que encaje su forma de ser; esto se observó también entre los
japoneses de la generación Z (60%) y también en los franceses (64%).
En resumen, las empresas y sus directivos necesitan entender las diferentes preferencias entre
estas cohortes generacionales para poder tomar mejores decisiones sobre el desarrollo del
liderazgo, la tecnología, la capacitación y la cultura de trabajo.
Fuente: HBR
Este año, más de 400 representantes de medios de comunicación digitales se reunieron en Nueva York
para hacer parte del Congreso Mundial INMA, evento que generó abiertas discusiones e interesantes
diálogos sobre temas pertinentes de la comunicación en internet para esta era.
Y todos, en varios momentos, reconocieron que el contenido diferencial en las webs acorta fronteras
para llegar al éxito. Uno de los ejemplos que se salen del molde es el de Shantanu Bhanja, director
digital de HT Media en India, quien considera que el poder de las redes sociales debe ser usado como
catalizador para cambiar el mundo. Por eso, creó la campaña #CleanMyMumbai, tan efectiva que se
convirtió en una rentable página web y cumplió su objetivo: hoy las calles de su ciudad están más
limpias.