Charla 1 Farmacia 1

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Introducción

A través de la historia la farmacia como tal ha existido siempre, desde que el primer
hombre empezó a sentir los estragos de un probable trastorno lo que originó una
posible manera de buscar alivio a tales síntomas.

En un principio el hombre no tenía en sus manos más que los recursos naturales de
que valerse para curar su mal, lo que quiere decir que el medicamento ha dependido
de la experiencia y del trabajo de la humanidad con su entorno, lo que permitió que
fuera avanzando desde la preparación de las primeras infusiones realizadas, sin
gran técnica, sin conocimiento de los males, ni de las plantas que iban a utilizar,
solo su observación y deducción acompañadas de ritos, oraciones.

La misión de la práctica farmacéutica es desarrollar, elaborar, conservar, dispensar,


administrar y contribuir en la administración y seguimiento en el uso del
medicamento, además de suministrar otros productos y servicios para el cuidado de
la salud, ayudando a la sociedad a emplearlos de la forma adecuada.
Empieza un nuevo siglo, cargado de incógnitas y de posibilidades. La profesión
farmacéutica ha experimentado durante el siglo pasado una serie de
transformaciones que, unidas a los avances tecnológicos y al progreso de la
farmacología, sitúan a la farmacia en el vórtice del huracán.

Ya nada será, nunca, como antes, y la farmacia, que conoció largas épocas de
estabilidad, es hoy una profesión cambiante, dinámica, sometida a cambios que
obligan a dar respuestas imaginativas y audaces. La contemplación del pasado
debe quedar para los historiadores, las medidas que fueron válidas ayer sólo
servirán para complacer a los nostálgicos, quienes sostienen, contra toda evidencia,
que cualquier tiempo pasado fue mejor.

Es cierto que los cambios son tan espectaculares que cogen a muchos con el pie
cambiado y que no todos tienen capacidad de respuesta y de adaptación, pero la
farmacia sobrevivirá a los negros presagios de quienes, llevados por el
escepticismo, ven un futuro incierto. Sin embargo, no hay motivo alguno para el
pesimismo.

El sector farmacéutico es, junto con los de las telecomunicaciones y las nuevas
tecnologías, el más avanzado y puntero de nuestra sociedad. Los medicamentos
son productos que forman parte esencial de la sociedad de nuestro tiempo, y su
consumo será cada vez mayor y también más racional. El farmacéutico, antaño un
ayudante del médico y más tarde un manipulador de los medicamentos, será el
experto en comunicación y gestión de los medicamentos, la llave de acceso a una
correcta medicación, que ha de ser no sólo segura y eficaz, sino también capaz de
ser financiada por los presupuestos del Estado.

Pasarán los años y algunos seguirán lamentándose, mientras el mundo se


transforma, la farmacia avanza y ante el farmacéutico se abren nuevas y
emocionantes posibilidades. Quizás, y está por ver, alguna puerta accesoria se
cierre, pero se abrirán muchas más, y si los farmacéuticos trabajan con ilusión y
despliegan sus capacidades, la profesión no sólo sobrevivirá a sus enterradores,
sino que se renovará y mejorará su consideración social.

Los árboles, los problemas, no deben ocultar la visión del bosque: una farmacia en
progresivo despliegue de sus posibilidades y un farmacéutico imprescindible en
tanto en cuanto sepa dar a la sociedad las respuestas que ésta le solicita. No hay
que inventar nada. Todo indica que asistiremos, los años próximos, a grandes
avances terapéuticos. Todo apunta, también, a que los farmacéuticos sabrán
responder a los nuevos desafíos y escribir una página brillante de la historia de
nuestra profesión durante el siglo xxi. *

"Un modelo de Farmacia del siglo XXI".


El reto para la farmacia del siglo XXI está en adaptarse a la innovación
se ha resaltado el papel de la oficina de farmacia y ha asegurado que "en un futuro
el reto que vamos a tener en las oficinas de farmacia es el de adaptarnos a la
innovación terapéutica". No se trata de un reto exclusivamente andaluz, sino que
tendrán que adaptarse en en todas las ciudades. "Desde hace unos años existe una
competencia entre las farmacias de hospitales y las farmacias comunitarias y el
motivo está en que toda la innovación se está trasladando a las farmacias
hospitalarias", se ha insistido en que se debe conseguir que la farmacia comunitaria
continúe siendo la referente para adquirir un medicamento y que sea el paciente el
que decida si ir a la farmacia hospitalaria o la comunitaria, consiguiendo lo mismo
en las dos.

La farmacia del futuro "debe ser ante todo una farmacia sanitaria o no será una
farmacia". El paciente tiene la necesidad de que se aborden sus problemas
sanitarios en la oficina de farmacia y además, el paciente se muestra satisfecho con
el servicio que, hasta ahora, le ha prestado la farmacia en este sentido.

Se habla también de que los farmacéuticos comunitarios deben perseguir la


estabilidad económica, profesional y política. En el plano económico, los
medicamentos que cubren la mayor parte de las patologías crónicas se están
vendiendo "a un precio inmerecido",

"La farmacia que nos espera debe ser más asistencial y debe estar más integrada
en el sistema sanitario", sobre todo, se ha hecho hincapié en la necesidad de que
se avance en una mayor cooperación en la distribución que, bajo su punto de vista,
debe estar más unida también con la farmacia y estar menos atomizada en las
localidades o autonomías. Además, ha dado importancia al hecho de que las últimas
políticas han empobrecido las farmacias comunitarias y el modelo está en
entredicho "como aparece en uno de los informes de la Comisión de Competencia".

La industria farmacéutica debe perseguir que el medicamento sea una realidad más
del cuidado de la salud, "no una herramienta para mitigar un enfermedad". En este
sentido, el director de comunicación de Farmaindustria ha considerado la
importancia de hacer un sistema sanitario transversal en el que lo principal sea

TODOS los que tienen responsabilidades relacionadas con la farmacia comunitaria,


colegios profesionales, industria farmacéutica, sociedades científicas y hasta
asociaciones de pacientes, tienen el deber de aunar esfuerzos y construir esa
farmacia profesional, asistencial, que la sociedad demanda y necesita. "Propuesta
estratégica para la farmacia del siglo XXI", esto es lo que los grandes de la industria
farmacéutica desean que permanezca como objetivo principal de esta industria.

Estamos en un tiempo en el que los pacientes deben ser conscientes de la


importancia del auto cuidado y de una automedicación responsable, donde con la
colaboración del farmacéutico tome decisiones para mantener y mejorar su salud.

Pero no estamos en una época de cambios, sino en un cambio de época, aparece


la Cartera de Servicios Profesionales. La necesidad de avanzar hacia una farmacia
más asistencial, más activa, con nuevos servicios y nuevas responsabilidades es
una realidad. Por otro lado, es fundamental conocer el valor que tiene la farmacia
en la asistencia sanitaria de un paciente pluripatológico y polimedicado.

Cabe destacar la explosión de las nuevas tecnologías y las nuevas TIC relacionadas
con la salud crecen exponencialmente. Hay más de 100.000 aplicaciones
relacionadas con la salud, de las cuales menos del 10 por ciento tienen unos
contenidos avalados y con rigor. Esto merece una atención y dedicación por parte
del Sector Salud mayor a la que actualmente se viene prestando. Por eso, hay que
aportar una valoración de estas nuevas TIC con criterios de eficacia, eficiencia y
coste, tanto si van destinadas al ciudadano como al profesional de la salud.

La Industria Farmacéutica del Siglo XXI

El mundo de la industria farmacéutica enfrentará dos grandes cambios en los


siguientes años: 1) La democratización de la atención en salud con el
empoderamiento del paciente del siglo XXI y 2) la transformación digital del sector.

El mundo de la industria farmacéutica enfrentará dos grandes cambios en los


siguientes años: 1) La democratización de la atención en salud con el
empoderamiento del paciente del siglo XXI y 2) la transformación digital del sector,
que intentará llevar una salud más cercana e inteligente a pacientes y comunidades.

Solo las organizaciones que afronten estos retos temprana y certeramente serán
organizaciones exponenciales en el escenario de la cuarta revolución industrial, el
internet del valor.

Sin duda confirma que la industria farmaceútica es un sector próspero, y a la vez


puede generar suspicacias respecto a los elevados costos trasladados a los
sistemas de salud.

Sin embargo, debemos tener en cuenta que en general el gasto de medicamentos


en el sector salud se sitúa entre un 17 a 23% (posiblemente más elevado
actualmente con los agentes de inmunoterapia) y que la balanza se inclina hacia el
desequilibrio principalmente por una deficiente gestión clínica, sin embargo ese es
un tema de otra discusión.

La industria farmacéutica puede (y debe) pasar a un siguiente nivel a través de


estrategias basadas en innovación digital pero también en integración transversal
en el sector que: 1) Agreguen valor, 2) Generen responsabilidad social empresarial
y 3) Los transforme en organizaciones exponenciales.

Las estrategias
estrategias de integración
a. Modelos de integración entre stakeholders que conlleven al logro de mejores
niveles de salud, por ejemplo, brindando apoyo para la construcción de
comunidades de salud como ya se hace en otros países a través de estas
modalidades.

En este escenario deberá llegarse en el futuro a integraciones virtuales seguras con


transacciones inmediatas mediante tecnología Blockchain.

b. Incorporación paulatina de herramientas CRAVIB (Crownfunding, Robótica,


Inteligencia Artificial, Realidad virtual y aumentada y Blockchain) para la gestión de
datos (en evidencias del mundo real).

Estas evidencias permitirán conocer en el escenario no ideal de los estudios clínicos


los desenlaces de los nuevos fármacos.

c. Integración horizontal de los procesos de valor dentro de la cadena de valor


(Valor2) consistente en diseño de estrategias transversales entre área médica,
acceso, mercadeo, políticas regulatorias y HEOR (Economía de la salud e
investigación de desenlaces).

La construcción de este ecosistema virtuoso dentro de cada empresa es lo que las


hace realmente de enfoque exponencial.

Estrategias de diseño de modelos

d. Diseño inteligente de medicamentos que consiste en la incorporación gradual en


las plantas de: a) Modelos digitales de apuestas tecnológicas en medicamentos
blanco específicos, b) Diseño de digestabilización e impresión en 3D de
medicamentos que permitan un nuevo nivel de personalización de tratamientos.

e. Diseño de modelos virtuosos de contratación con los stakeholders privados y


estatales mediante esquemas de riesgo compartido viables para el escenario
colombiano y aportar al sector integrándose en las evaluaciones de los
medicamentos bajo la óptica del marco del valor terapéutico (aún no esta realmente
claro para el país).
Conclusión

Los medicamentos hacen parte del devenir del hombre y de la historia de la


medicina. Desde que existe, el ser humano sufre, se enferma e ineludiblemente
muere; desde sus comienzos los homínidos nómadas y los agrícolas sedentarios,
buscaron una explicación a los fenómenos y una solución a sus males. El
pensamiento mágico, más acentuado en las tribus y en las más antiguas
civilizaciones, hizo importante el poder de los conjuros y la influencia de los dioses
sobre las pócimas. Curar era fuente de autoridad y prestigio, en general una tarea
reservada a los sacerdotes y magos. Pero alguna curiosidad intelectual debió
generar la observación de los animales que rehuían las plantas venenosas, o que
comían determinadas hierbas cuando sufrían de algún mal específico. Poco a poco
se fueron señalando propiedades varias a dichas plantas, ya fuesen sus flores,
corteza o raíces, y aparecieron los primeros listados para unas enfermedades de
diagnóstico tan confuso como absurdas eran las indicaciones y la manera de aplicar
esas hierbas.

Es cierto que los cambios son tan espectaculares que cogen a muchos con el pie
cambiado y que no todos tienen capacidad de respuesta y de adaptación, pero la
farmacia sobrevivirá a los negros presagios de quienes, llevados por el
escepticismo, ven un futuro incierto. Sin embargo, no hay motivo alguno para el
pesimismo.

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