Sobre Algunos Rasgos Caracterizaoores de La Filosofía Del Derecho

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Sobre algunos rasgos caracterizaoores de la


Filosofía del Derecho
Por Feo. JAVIER ANSUA1EGUI ROIG
Madrid

La finalidad de estas líneas es la de desarrollar algunas reflexiones,


ciertamente genéricas, sobre determinadas dimensiones de la Filosofía
del Derecho, que pueden contribuir a caracterizarla respecto a otros
modos de aproximación al fenómeno jurídico. Posiblémente, sea justa
y certera la crítica según la cual los que nos incluimos en el gremio de
los filósofos del Derecho, sólo nos planteamos estas cuestiones de
«meta-Filosofía del Derecho», con ocasión de ciertos eventos acadé-
micos generalmente relacionados con el acceso a puestos docentes.
Por ello, una vez transcurrida la ocasión, podemos caer en la tentación
~
11
de despreocuparnos de la reflexión sobre el sentido básico del queha-
*4 cer filosófico-jurídico, teniendo la (poco humilde) impresión de que
uno ya tiene las ideas muy claras sobre lo que es la Filosofía del Dere-
(1 cho. No obstante, creo que es bueno intentar no perder la tensión inte-
lectual referida a estos temas y efectuar un continuo replanteamiento
-lo cual constituye, como veremos, un rasgo característico de la acti-
I vidad ftlosófica- de algunas cuestiones básicas.sobre el significado,
¡ funciones y utilidad de la Filosofía del Derecho dentro del universo de
~
1 los saberes sobre el Derecho.
De acuerdo con lo anterior, articularé las reflexiones que siguen
conforme a un esquema en el que, tras diferenciar la influencia de la

I
1
~
~
!
Filosofía del Derecho en la formación y en las funciones a desempeñar
por el jurista, ensayaré una caracterización --que pudiera ser entendi-
da como una justificación- a partir, de un lado, de la consideración de
la Filosofía del Derecho como ftlosofía centrada en problemas respec-
176 Francisco Javier AnslUÍtegui Roíg Sobre algunos rasgos caracterizadores de la... 177

to de los cuales la aproximación puramente científica es insuficiente y, \. .'a;~ompañado de un aumento de confianza en las virtualidades o en las po-
de otro, de su dimensión crítica. Concluiré planteando algunas ideas '" 1 sibilidades de las normas jurídicas en relación con lo esperado de ellas;
sobre la utilidad de la Filosof ía del Derecho. Así, se han producido fenómenos como el «desencanto del derecho (el
derecho no es eficaz para establecer justicia) y el desencantamiento del
derecho (el derecho no es un puro instrumento de justicia, sino que a
ve-
A. LA FILOSOFIA DEL DERECHO Y LAS FUNCIONES DEL ces es incluso un instrum ento de opresión y de injusticias)>> 3.
JURISTA
Esta concep ción pragm ática del Derech o y de su sentido, tiene
consecuencias que, entre otras cosas, podrían no ser del todo benefi-
Un buen punto de comienzo, en la reflexión propuesta, puede con- ciosas para la Filosofía del Derecho. De acuerdo con la imagen que se
sistir en tomar consciencia del ambiente en el marco del cual nos tene- tiene, o que por lo menos se puede tener, del Derecho en la sociedad,
r
mos que plantear el tema que nós ocupa. Para ello, podemos recorda la imagen del jurista «tipo» se ve necesariamente condicionada. En
to L. M. Friedm an en un recjent e traba-
las notas que, según ha expues efecto, el jurista puede ser entendido sólo como un técnico, con unas
jo, caracterizan a los sistemas jurídicos en el marco de la cultura jurí- funciones prácticas muy bien definidas y delimitadas, y apegado, en su
dica de las sociedades avanza das en este final de siglo l. En primer actividad y en sus consideraciones, a la seca letra de la ley, respecto de
lugar, los sistemas jurídic os, al igual que las sociedades que los aco- la cual no va más allá. Por lo tanto, las parcelas del saber jurídic o que
gen, están sometidos a un rápido y continuo proceso de cambio; tienen más útiles le serán son aquellas que le ofrecen más rapidamente las
un gran tamaño y regulan gran parte de las parcelas individuales yoso- aparentes recetas para solucionar de un modo más directo y rápido los
ciales; su legitimidad es de tipo instrumental, aunque este extrem se conflictos sociales que se le pueden plantear; o sea, materias que po-
vea contestado por un reconocimiento, mayor o menor, de los derechos dríamos considerar predominantemente técnicas o directamente regu-
fundamentales; están basados en postulados individualistas; en último ladores de la realidad social.
lugar, el cada vez mayor carácte r global, transnacional, es otro de los Parece que en este marco a la Filosofía del Derecho se le debería
rasgos de estos sistemas jurídic os. Por otra parte, debem os tener en augurar un triste destino. En efecto, en un ambiente como el que se
cuenta que, tal y como ha señalado N. M. López Calera 2, en este am-
acaba de describir, calificado principalmente a partir de un pragmatis-
biente el Derecho es predominante -y muchas veces, exclus ivamen te- mo dominante, la Filosofía del Derecho puede ser considerada como
considerado una técnica de organización social, de lo cual se deriva un un saber de segund a fila respec to a otros más importantes o, como
-a veces genera lizado - especi al interés no en saber algo sobre su poco, «más prácticos y menos especulativos». Y dicha visión, guste o
sentido, sobre las metas o fines que se propone a!canzar a través de la
, no, puede calar en la organización de las Facultades de Derecho en las
imposi ción de determinados modelos de conducta mediante normas que, mediante una determinada y concreta estructuración de los estudios
sobre el carácter justo o no de esos modelo s, sino en saber cuál es el
jurídic os, se config ura el modelo de jurista que se quiere para una
Derecho vigente, cuál es el Derecho que realmente obliga al individuo, sociedad. .
cuáles son, en definitiva, los modelos a los que el individuo debe ajus-
tar su conducta. Se produce en ocasiones una pérdida de interés por los Pero en realidad, el destino de la Filosof ía del Derecho y el del
componentes éticos del sistema jurídic o aunque, ciertamente, muchas modelo de jurista van muy unidos. Ciertamente, todo depende de una
veces, la consideración de esos componentes éticos se encuentra en el opción, que, tarde o temprano, ha de tomarse. Hay que elegir entre dos
,
fondo de las anteriores cuestiones. Junto a este interés exclusivo hacia modelos alternativos de jurista: o un jurista exclusivamente técnico
que apega do- a la letra de la ley (más allá de
una de las dimensiones parciales de la realidad jurídica, no hay que ol- pegado o atado -más
I vidar la existen cia de una juridificación de gran parte de los ámbito
s la cual no puede ver nada), con una imagen de sí mismo como mero
sociales, que en muchas ocasio nes puede ser consid erada como una capacitado para resolver conflictos, o, por otra parte, un jurista con una
verdadera colonización jurídica. En este caso, lo importante es que el formación más integral que le permita no solo actuar y resolve r con-
aumento en el ámbito de acción del Derecho, en ocasiones, no ha ido flictos de acuerdo con la ley -lo cual, por otra parte, es una de sus obliga-
ciones - sino también poder trascender la letra de la ley, poder constatar
y entender su sentido, el sentido del Derecho, de la organización jurídic a
Iuris, vol. 7,
1. Vui. FRIEDMAN, L.M., «ls there a Modern Legal Culture? », Ratioculture» : «By
n.O 2, luly, 1994, pp. 117 Y ss. Así define el autor el concepto de «Legal
, and opinions people in sorne society
legal culture we mean the ideas, values, attitudes
3. LóPEZ CALERA, N.M., Filosofía del Derecho, cit., p. 14. Vid. en un
sentido si-
hold, with regards to law and the legal system» (p. 118). ONA, P. HART, D.,
, 1992, milar, P. BARCELLONA, «La formaci ón del jurista» , en BARCELL
2. lid. LóPEZ CALERA. N.M., FilosoJUl del Derecho, Comares , Granada
pp. 13 Y ss. MUCKENBERGER, U., La formaci ón del jurista. Capitalismo monopo
lfstico y cultura
júrídica, 3. a edic., trad. de C. Lasarte, Civitas, Madrid, 1988, pp. 19-21.
'178 Francisco Javier Ansuátegui Roig
Sobre algunos rasgos caracterizadores de 10... 179

de la sociedad, los fmes y metas que hay tras la misma y poder, tam- , perech o en la que éste es en última instancia expresión de la volunta
bién, orientar su actuación hacia la transformació.n de la sociedad. Pa- d
. del Poder, la intervención del jurista
rece que uno de los elementos principales en la formación del modelo
" "l
es esencial en la especificación de
. la respuesta normativa para el conflicto concreto, se puede afirmar que
de jurista según el segundo paradi gma es la Filosofía del Derecho. la actividad del jurista debe ser entendida como un eslabón en la cade,.
Creo que Luis Prieto expresa muy bien el problema cuando afirma que na que culmina en la solución normativa jurídica. Si se admite que el
«el futuro de la Filosofía del Derecho se halla estrechamente vinculado Derecho es un mecanismo de control social, los juristas son los exper-
a la postura que se adopte ante el interrogante comentado [qué tipo de
tos en el funcionamiento de ese mecanismo, y se puede considerar que
jurista se desea formar], que postular un determinado tipo de jurista su actividad tiene repercusiones políticaS 7. Evidentemente, el sentido
condic iona la presencia y el sentido de la reflexión filosófico-jurídica de la integración del jurista en esa cadena de decisiones que culmina
en las Facultades de Leyes. Si el objetivo es formar un técnico opera-
en una decisión final, puede ser diversamente evaluado según se esté
tivo y acrítico capaz de utilizár las norma s a la perfección, pero igno- en presencia de un Poder democrático o de otro tipo de Poder. En todo
rante de las implicaciones sociales y políticas de su labor, entonces caso, como ha afirmado Nicolás M. López Calera, el jurista es algo
bien puede pedirse para la disciplina un lugar en el museo de la historia
más que un simple técnico: «es un mediador entre la norma y la reali-
o, lo que quizá sería peor por lo que tiene de encubrimiento, un puesto dad, pero un mediador que debe ser consciente de que su mediación no
ornamental en el plan de estudios; y por ornamental no entiendo una es sólo técnica, sino también ética, ideológica y política» 8. De lo an-
posición devaluada de asignatura optativa, sino sobre todo un género terior puede desprenderse --quiz á esto constituya una declaración de
de docenc ia desvin culada de las preocupaciones jurídicas, que en el intenc iones- la importancia que tiene que la forinaci6n del jurista se
mejor de los casos puede incrementar la erudición del profesional del desarrolle en el aprendizaje de determinados valores, los que corres-
Derecho, dejando intacto su saber dogmático» 4.
ponden al carácter pluralista, tolerante y democrático de la sociedad
Lo escrito hasta el momento pudiera parecer un mero excurso au- que, en el futuro, va a constituir su ámbito de actuación. y quizás sea
tojustificatorio de la importancia de la actividad desarrollada por un difícil encontrar una sede mejor que la Filosofía del Derecho --cara c-
determinado sector docente. Creo que dicha crítica, en caso de produ- terizada por tener como uno de sus principales punto de atención el
cirse, es injusta y, además esto es lo grave tiene tras de sí una evidente problema axioló gico- para llevar a cabo esta tarea. Lo cual no hace
miopía que provoca una deformación de la realidad. Cuando hablamos sino confirmar el componente ideológico de la enseñanza de la Filoso-
del jurista no nos estamos refiriendo a un profesional cualquiera en el fía del Derecho 9.
marco social. La actividad y las funciones del jurista son de una impor-
tancia esencial. El jurista, no sólo es un operadbr jurídico, sino que
además, es un operador político. Quizás sería más correcto afrrmarque B. LA JUSTIF ICACIO N DE LA FILOSO FIA DEL DEREC HO
el jurista es un operad or político en tanto que operador jurídico. En
todo caso, en una sociedad como la nuestra, en la que la inmensa ma- Hasta aquí hemos intentado trazar las líneas básicas del marco
yoría de los conflictos sociales importantes reciben respuesta por parte en el que nos tenemo s que plantear el sentido, el significado, la jus-
del Ordenamiento jurídico, la intervención en los mismos de los juris- tificación en definitiva, de la Filosof ía del Derecho. Completar este
tas les convierte muchas veces en colaboradores --o en contrin cantes - intento de justificación constituye la tarea que nos debe ocupar a con-
del poder en su toma de decisiones 5. Por eso Ota Weinberger señala
tinuación.
que el quehac er del jurista debe ser considerado como una «ingeniería Posiblemente una de las características de la actividad intelectual
social» 6. Desde el momento en que, en el marco de una concepción del del filósofo (aquí nos referimos no sólo al filósofo del Derecho) con-
sista en la reflexión y replanteamiento permanente de su actividad, en
la perenne justificación de su quehacer. Desde este punto de vista, se
4. PRIETO, L., «Un punto de vista sobre la Filosofía del Derecho», Anuario puede señalar que la filosofía constantemente reflexiona sobre sí mis-
sofía del Derecho, vol. VI, 1987, p. 595. FiJo-
ma, autopr esentán dose en forma proble mática 10. Dicha puesta en
5. Así, P. BARCELLONA señala: «Para recuperar la función y la incidenc
rista sobre la realidad es necesario restablecer el legamen entre Derecho ia del ju-
porque, en realidad, Derecho y Política son dos caras de una misma moneda: y Política;
7. Wd., PRIETO, L., «Un punto de vista sobre la Filosofí a del Derecho
gumentación jurídica implica una línea política detenninada», «La formació toda ar- p.595.
», cit.,
rista», cit., p. 33. n del ju-
8. LóPEz CALERA, N.M., Filosofía del DerecJw, cit., p. 234.
6. Vid. WEINBERGER, O., «Les théories institutionnalistes du droit». 9. Vid., PRIETO, L., «Un punto de vista sobre la Filosofí a del Derecho
Controversies autour de l'ontologie du droit, publie sous la direction
en VVAA, », cit.,
de P. Amselek et p. 593."
Chr. Gregorczyck, PUF, París, 1989, p. 81. 10. Vid. OPOCHER, E. Lezioni di Filosofia del Diritto, Cedam, Padova,
1983, p. 3.
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cuestión afecta, entre otras cosas, tanto al concepto y.notas distintivas IDerecho como filósofos del Derecho 14. Quizás tras todas estas afir-
de la filosofía, a la elección de sus principales temas de atención, ,1 maciones se encuentren las razones de fondo aducidas por Marina
como a la utilidad de su reflexión. En efecto, ni un arquitecto, ni un Gascón: las dificultades de definición inherentes al término «Filosofía
médico, ni un químico, se suelen plantear problemas de este tenor en del Derecho» -provocadas, en buena medida, por las circunstancias
relación con su actividad. Si esto es cierto en el caso de la filosofía que históricas que rodean su origen y posterior desarrollo--, de una parte
pudiéramos denominar general, lo es más en el de la Filosofía del De- y, de otra, la gran cantidad de cometidos o funciones que se le atribu-
recho. Creo que, en principio, dos son las razones que explican esa si- yen a la Filosofía del Derecho sobre las cuales, por otra parte, tampoco
tuación. En primer lugar, la Filosofía del Derecho, aunque filosofía existe un acuerdo 15.
centrada en un objeto de estudio particular, comparte caracteres epistemo- En estas líneas no intentamos encontrar una definición exacta y
lógicos con el saber filosófico en general. Por otra. dicha actitud pudie- definitiva de Filosofía del Derecho; por el contrario, enfocaremos la
ra ser consecuencia del carácter distintivo y diferenciador de nuestra cuestión del sentido y justificación de nuestra materia desde dos pun-
materia respecto al resto de disciplinas jurídicas, cuya base normativa tos de vista que, por lo demás, son de común aceptación en gran parte
les ofrece el grado de seguridad propio de las materias de naturaleza de la doctrina. Así, en primer lugar consideraremos a la Filosofía del
dogmática. Derecho como filosofía centrada en problemas respecto de los cuales
En el conjunto de las aportaciones que versan sobre el sentido y la la ciencia carece de perspectiva suficiente para abordarlos; en segundo
justificación de la Filosofía del Derecho, nos encontramos con un de- término haremos referencia al carácter esencialmente crítico de la Fi-
nominador común que, a primera vista, puede ser entendido como un losofía del Derecho.
dato desalentador. Me refiero a la idea, bastante extendida, de la impo-
sibilidad de definir o de encontrar un concepto más o menos aceptable
generalmente de la Filosofía del Derecho. Opiniones al respecto como B.l La Filosofía del Derecho como filosofía centrada en problemas.
la de Norberto Bobbio, Enrico di Robilant o la de Mario Jori y Anna La perspectiva científica y la perspectiva fiiosótica.
Pintare parecen expresar un punto de vista más o menos generalizado.
Así, por su parte, N. Bobbio a la hora de plantearse el sentido de la Fi- Una de las principales justificaciones de cualquier tipo de aventura
losofía del Derecho, afirma que «buscar una definición de Filosofía del intelectual viene determinada por su utilidad. Parece que, si a través de
Derecho es una inútil pérdida de tiempo» 11. Para E. di Robilant, «está un determinado tipo de reflexión, investigación o especulación se pro-
claro que, teniendo la definición de «filosofía del Derecho» un carácter gresa en el saber o se contribuye, de alguna manera, a avanzar en el es-
convencional, no existiendo, por lo tanto, el verdadero concepto de clarecimiento de determinadas cuestiones, dicha actividad se justifica
«filosofía del Derecho», y pudiendo darse, por lo menos en abstracto, por sí sola 16. Esta idea desmentiría en parte aquella opinión según la
una pluralidad de definiciones de «filosofía del Derecho», el problema cual la utilidad de una reflexión o investigación se mide sólo en fun-
de la defmición de «filosofía del Derecho» es uno de aquellos proble- ción de sus consecuencias puramente prácticas o cuantificables.
mas que admiten una pluralidad de soluciones, ninguna de las cuales De acuerdo con lo' anterior, la filosofía, se justifica porque se plan-
puede ser considerada más exacta que la otra» 12. Por su parte, Jori y tea problemas que otras ramas del saber son incapaces de afrontar.
Pintare señalan que el acuerdo se alcanza respecto a la escueta y tauto- Existen, en efecto, determinados problemas, ciertas cuestiones que
lógica afirmación de que «la filosofía del Derecho es la filosofía que trascienden al ámbito de operatividad de otros saberes y respecto de
se ocupa del Derecho», y que a partir de ahí, surgen las controver- los cuales la perspectiva filosófica es la más adecuada y, es más, la úni-
sias 13. También se puede recordar la opinión de Paolo Coman- ca posible. Es conocido el planteamiento de Karl Popper al respecto. El
ducci cuando señala que hay tantas definiciones de Filosofía del

14. Vid. COMANDUCCI, P., «Su Hart», en L'analisi del ragionamento giuridico.
Materiali ad uSo degli studenti, a cura di P. Comanducei-R. GuastiIÚ, vol. n, G. Giap-
11. BOBBIO, N., «Naturaleza y funci6n de la filosofía del Derecho», en ID., Con- pichelli Editore, Torino, 1989, p. 53.
tribución a la Teoría del DerecJw. edición a cargo de Alfonso Ruiz Miguel, Debate, 15. Vid. GASCÓN MELLÁN, M., «Consideraciones sobre el objeto de la filosofía
Madrid, 1990, p. 91. del Derecho», Anuario de FilosoJlO. del Derecho, X, 1993, p. 191.
16. Sobre la idea de progreso en el ámbito de la investigación filosófica, vid. DI
12. DI ROBILA!'IT, E., Modelli nellafilosofia del diritto. 11 Mulino, Bologna, ROBILA!'IT, E., Modelli nellafilosofia del diritto, cit., pp. 20~ y ss. Wd. también sobre
1968, p. 14.
este telJla, HOFFE, O., «¿Existe en la historia un progreso jurídico?», en Estudios sobre
13. Wd. JOR!, M., y PINTaRE, A., Mamwle di teoría generale del diritto, Giappi. teoría del derecho y la justicia. versión castellan~ de J. M. Seña, Alfa, Barcelona,
chelli Editore, Torino, 1988, p. 85. 1988, pp. 73 Y ~s.
182 Francisco Javier Ansuátegui Roig Sobre algunos rasgos caracterizadores de 1iJ... 183

fIlósofo austriaco afmna que, «ciertamente, la existencia de problemas ,.:~que una de las diferencias entre los planteamientos científicos y los fi-
fIlosóficos urgentes y serios, y la necesidad de discutirlos críticamente " losóficos radica en su objeto formal respectivo. Si consideramos que
es, en mi opinión, la única justificación de lo que puede ser llamado fi- .. \ 1 . el objeto material se identifica con la realidad de la que se ocupa un
losofía profesional o académica» 17. determinado saber y el objeto formal con la perspectiva desde la que
Adoptemos como punto de partida la siguiente afmnación: «Exis- se analiza esa realidad, podemos aÍmnar que la filosofía tiene un obje-
ten argumentos suficientes para creer que la razón humana puede ex- to formal caracterizado por la noción de totalidad 20.
plicar realidades que no son comprensibles por medios estrictamente Una comprensión incorrecta de lo que se acaba de decir podría
científicos, aunque esas explicaciones lleven consigo la carga de su re- llevar a la conclusión de que no son necesarias las relaciones entre
latividad, de su no-absolutez, de su no-verificabilidad» 18. Aunque esta la ciencia y la filosofía y que ambos tipos de saberes pueden desa-
no es la sede para llevar a cabo una argumentación amplia sobre las re- rrollarse independientemente el uno del otro. Situándonos en la
laciones entre la filosofía y la ciencia, sí hay que señalar que esos pro- perspectiva que aquí nos interesa, la de la filosofía, hay que señalar
blemas, que constituyen el ámbito propio de la filosofía, son los que que la anterior conclusión es errónea. y ello porque parece que la fi-
trascienden a las posibilidades de la ciencia, y ello no por una incapa- losofía necesita como presupuesto operativo la actividad científica.
cidad de la ciencia para abordarlos, sino por una insuficiencia del pun- Quiere decirse con ello que a la filosofía le urge contar con las con-
to de vista científico. Creo que se puede estar de acuerdo con Manuel clusiones científicas como plataforma desde la cual llevar a cabo su
Segura cuando señala que «la ciencia es insuficiente para resolver de- función. En este sentido Frederick C. Copleston señala que «la filo-
terminadas cuestiones; obsérvese bien que estoy hablando de insufi- sofía es claramente parasitaria», aclarando seguidamente: «Quiero
ciencia y no de deficiencia y aquí la utilización de uno u otro término decir simplemente que la filosofía, tal como existe de hecho, puede
tiene una importancia decisiva. En efecto, si se habla de insuficiencia ser como algo que se alimenta a expensas de otra cosa. La filosofía
es porque la ciencia si quiere permanecer dentro de sus lúnites no tiene de la ciencia, por ejemplo, presupone el desarrollo de la ciencia, de
más remedio que guardar silencio ante determinados problemas y si el la cual se alimenta reflexionando sobre sus presupuestos y su meto-
científico aborda determinadas cuestiones lo hará en cuanto filósofo dología o su lógica...» 21. Por lo tanto la filosofía no puede prescin-
pero nunca como científico. Sin embargo lo cierto es que no hay con- dir de las aportaciones de la ciencia; más aún, se construye sobre y
tradicciones entre la filosofía y la ciencia, simplemente son disciplinas a partir de ellas.
que analizan la realidad desde puntos de vista diferentes» 19. Parece, Pues bien, si admitimos que la relación que existe entre la Filoso-
por lo tanto, que al final el problema podría reducirse a una cuestión de fía del Derecho y la cienciajurídica es la misma que.la que existe entre
perspectiva, lo cual implica necesariamente la adopción de un método la filosofía y la ciencia 22, e intentamos encontrar algún paralelismo
diferente. La perspectiva filosófica sería más amplia que la perspectiva entre la filosofía «general» a la que nos venimos refiriendo y la Filoso-
científica. Quiere decirse con ello que el filósofo, cuando lleva a cabo fía del Derecho, constatamos que, en efecto, dicho paralelismo existe.
su actividad intelectual, adopta un punto de vista más amplio que el del También la Filosofía del Derecho encuentra su justificación en la
científico, se plantea las cosas en el marco de una dimensión de totali- existencia de aquellos temas o problemas a los que, podríamos decir,
dad impropia del proceder científico. Podría aÍtrmarSe, de ~ta manera, no llega la ciencia jurídica en sus diferentes manifestaciones. La im-
portancia de estos problemas o cuestiones pendientes es de tal enver-
gadura a la hora de dotar de sentido a nuestra materia que, por ejemplo,
17. POPPER, K.R., «Cómo veo la filosofía», en V. V.A.A., La lechuza de Minerva. Alf Ross prefiere hablar -a la hora de referirse a ella- de «proble-
¿Qué es filosofía?, compilación e introdución de Charles J. Bontempo y S. Jack mas iusfilosóficos» en vez de «Filosofía del Derecho» 23.
Odell, trad. de Carmen García Trevijano, Cátedra, Madrid, 1979, p. 61. El mismo
Popper, en su autobiografía intelectual, vuelve sobre esta idea de la filosofía como
actividad de planteamiento y resolución de problemas: «... los únicos fines intelec-
tualmente importantes son: la formulación de problemas; la propuesta tentativa de 20. Vid. KAUFMANN, A., «Filosofía del Derecho, Teoría del Derecho, Dogmática
teorías para resolverlos; y la discusión crítica de las teorías en competición. La Jurídica», en KAUFMANN, A., (y otros), El pensamiento jurídico contemporáneo. edi-
discusión crítica enjuicia las teonas propuestas en términos de su valor intelectual ción española de G. Robles, Debate, Madrid, 1992, p. 29.
o racional como solución al problema bajo consideración, como también en 10 que
respecta a su verdad o a su acercamiento a la verdad», Búsqueda sin término. Una 21. COPLESTON, EC., «La filosofía tal como yo la veo», en V. V.A.A., La lechuza
autobiografía intelectual, trad. de C. García Trevijano, Tecnos, Madrid, 1993, p. de Minerva. ¿Qué esfilosofia? cit., p. 159.
31. ..22. Vid. LEGAZ LACAMBRA. L., Respuesta a la pregunta: «Qu'est-ce que la phi-
18. LóPEZ CALERA, N.M., Filosofía del Derecho, cit.,·p. 19. losophie du droit?», Archives de Philosophie du droit, n.O 7,1962, p. 131.
19. SEGURA, M., Teoría del Derecho. Editorial Centro de Estudios Ramón Are- 23. Ross, A., Sobre el Derecho y la Justicia, trad. de Genaro R. Carrió, EUDE-
ces, S.A., Madrid, 1990. p. 1S. BA, Buenos Aires, 1974, p. 26.
184 Francisco Javier AnsuátegIÚ Roig ''''''!'';r'1''é'~'~

Sobre algunos rasgos caracterizadores de la... IS'S

Es posible, además, entender la Filosofía del Derecho en un senti-


do residual; es decir, sería defmida en negativo considerando que tiene \ ;a:odo ello justifica la necesidad de efectuar un replanteamiento de los
como objeto todo aquello de lo que no se ocupan los juristas en su tarea 24. 'metodos y de la forma de actuar de la ciencia, tarea llevada a cabo por
• i la filosofía.
En el caso de que se optara por esta posibilidad, habría que ser consciente
de que, precisamente, dicha opción es la que ha podido provocar una Tampoco en el ámbito de la reflexión sobre el Derecho, la Filoso-
determinada idea de la filosofía -y no sólo de la del Derecho- como fía, debido a su propia naturaleza, puede prescindir de la ciencia jurí-
un «cajón de sastre»,25 en el que cabría todo aquello que no tuviera aco- dica. Si aceptamos que una de las dimensiones de la Filosofía del
modo en otro lugar o al que todavía no se le hubiera asignado una ubica- Derecho es la de constituir un saber metacientífico sobre el Derecho,
ción concreta. Sin embargo, aquí también podríamos efectuar el necesariamente ese saber no puede ignorar uno de sus objetos de
razonamiento desarrollado anteriormente. La ciencia jurídica no ofre- referencia, el análisis científico sobre el Derecho 31. De lo contrario se
ce, porque no dispone de ellos, los instrumentos epistemológicos nece- corre el peligro de incurrir en un reduccionismo, tal y como ha señala-
sarios para trabajar sobre determinados problemas o dimensiones del do Gregario Peces-Barba: «Una Filosofía del Derecho que pretenda
fenómeno jurídico. En este sentido se ha hablado también de «insufi- sustituir a la ciencia jurídica es una ilusión, y una Filosofía del Dere-
ciencia» de la ciencia jurídica 26. Existe, en primer lugar, un problema cho que pretenda ignorar a la ciencia jurídica es un error que conduce
de perspectiva respecto al objeto a analizar 27. Cabe recordar en este a una elucubración abstracta carente de base real» 32; y ello porque, en
punto la conocida y gráfica distinción asumida por N. Bobbio: «la palabras de Jesús Ballesteros, «la ciencia jurídica aporta a la filosofía
ciencia es una toma de posesión de la realidad; la filosofía una toma de testimonio vivo de lo que la experiencia jurídica es, ya que la ciencia
posición frente a la realidad» 28. Así, Recasens señala que la ciencia jurídica no sólo describe la experiencia jurídica, sino que contribuye
jurídica «no puede por sí misma explicar ni sus supuestos básicos so- también a crearla a través de las influencias que los juristas tienen so-
bre los cuales ella se asienta, ni puede aclarar tampoco las ideas que bre los legisladores y los jueces» 33. Cobra aquí sentido la afirmación
dan sentido al Derecho (...) la ciencia jurídica no es por sí sóla capaz de de que la Filosofía del Derecho constituye un saber de segundo grado,
explicar los cimientos que están más acá de ella, ni tampoco las ideas que es decir, una «reflexión metajurídica sobre las prácticas jurídicas y los
están más allá de ella, que son precisamente las que le dan sentido» 29. distintos saberes científicos y técnicos que tienen como objeto al De-
Por otra parte, y precisamente como consecuencia de la perspectiva o, recho» 34. En efecto, el individuo, desarrollando su capacidad recursi-
si se quiere, de la distancia que separa al científico del Derecho de su va, puede llevar a cabo reflexiones sobre otras reflexiones anteriores, a
objeto, el objeto sobre el que trabaja la ciencia del Derecho, que está través de una estratificación conceptual ilimitada. Se desarrollan así
en buena medida construido por la misma ciencia, es necesariamente li- explicaciones que constituyen teorías generales sobre los fenómenos o
mitado. El propio Recasens afmna: <<Como todo conocimiento científico, reflexiones ya elaboradas, desplegando de esta manera una estructura
la ciencia del Derecho es un conocimiento de unos geterminados objetos, gnoseológica escalonada 35. Así, la Filosofía del Derecho constituye
seccionados por abstracción del resto de las cosas; por tanto constituye un una reflexión que se encuentra, respecto a otros tipos de conocimientos
conocimiento fragmentario, y también dependiente, un conocimiento sobre el Derecho, en un escalón superior.
apoyado en unos supuestos»; y más adelante: «...todo conocimiento cien-
tífico particular es fatalmente limitado, dependiente y fragmentario» 30.
B.l La dimensión crítica de la Filosofía del Derecho

24. Wa'. BOBBro, N., «Naturaleza y función de la Filosoffa del Derecho», cit., p. 91. Otra de las dimensiones que justifican y explican la actividad filo-
25. Vtd. LAPORTA, FJ., HIERRO, L.L., ZAPATERO, v., «Algunas observaciones so- sófica es su dimensión crítica. En efecto, la filosofía es, entre otras
bre la situación de la Filosofía del Derecho en la actualidad», Anales de la Cátedra
Francisco Swirez. n.O 15, 1975, p. 108.
26. Wa'. LEGAZ LACAMBRA, L., Respuesta a la pregunta: «Qu'est-ce que la phi-
losophie du droit?», cit., p. 132. 31. Vid. FERNÁNDEZ, E., «Filosofía del Derecho, teoría de la justicia y racionalidad
27. Alf Ross se refiere gráficamente a esta diferencia de perspectiva cuando se- práctica», en ID., Teoría de /ajusticia y derechos hwnanos, Debate, Madñd, 1984, p. 25;
ñala que «la filosofía del Derecho está, por así decir, un piso más arriba que la ciencia en el mismo sentido, Ross, A., Sobre el Derecho y la Justicia, cit., p. 25, Y ORE5TANO, R.,
del derecho y la mira "desde arriba"», Sobre el Derecho y la Justicia, cit., p. 26. Respuesta a la pregunta: «Qu'est ce que la philosophie du droit?», cit., p. 142.
28. BOBBIO, N., «Filosofía del Derecho y Teoría General del Derecho», en ID., 32. PECES BARBA, G ., Introducción a la Filosofía del Derecho, Debate, Madrid,
Contribución a la Teoría del Derecho, cit., p. 88 (cursivas del autor). 1983, p. 161.
29. RECASENS SICHES, L., Tratado General de Filosofía del Derecho, cit., nove- 33. BAlLESrFROS. J., Sobre el sentido del Derecho, Tecnos, Madód, 1986, p. 151.
na edic., Ponúa, México, 1986, p. 11.
34. ATIENZA, M., Introducción al Derecho. Barcanova, Barcelona, 1985, p. 365.
30. RECASENS SICHES, L., Tratado General de Filosofía del Derecho. cit., pp. 11
Y 13 respectivamente. 35. Wd EsTANY, A., Introducción a lafilosofla de la ciencia, Crítica, Barcelona,
1993,-p. 18.
186
Francisco Javier Ansuátegui Roig
Sobre algunos rasgos caraeterizadores de ¡la.•• 1'.87

cosas, análisis crítico de determinados problemas y examen crítico de


la reflexión, llevada a cabo por otras ramas del saber, sobre esos pro- .\ :,prevenir cualquier grado de análisis racional de aquelltil}f)or.'}f.i,para lo
blemas, desde el momento en que estos saberes carecen de capacidad élIal vivimos. Esta actividad, socialmente peligrosa, intelectUalmente
de autoreflexión 36. Tal y como afirmó Th. Viehweg, «la investiga- • 1 difícil, a menudo dolorosa e ingrata, pero siempre importante, es la la-
ción filosófica (investigatio philosophica) es aquélla que no sólo per- bor de los filósofos (...) La meta de la filosofía es siempre la misma:
mite sino que exige el cuestionar ilimitado y radical» 37. ayudar a los hombres a comprenderse a sí mismos y, de tal modo, ac-
La vertiente crítica es una característica de la filosofía «general», tuar a plena luz, en vez de salvajemente en la oscuridad» 41. Precisa-
y como veremos, una de las notas definitorias de la Filosofía del Dere- mente, a esa constante revisión de lo comúnmente aceptado, incluso
cho. Karl Popper explica este carácter partiendo de la idea de que todo el por el propio filósofo, a esa permanente puesta en duda, es a lo que se
mundo tiene unos determinados «prejuicios filosóficos», asume -más refiere Bertrand Russell cuando señala que «desde el momento en que
o menos inconscientemente- unas ideas preconcebidas respecto de empezamos a filosofar, hallamos (...) que aún los objetos más ordina-
las cuales no ejercita individualmente ninguna actividad de examen de rios conducen a problemas a los cuales sólo podemos dar respuestas
las mismas, desarrollando respecto a las mismas una actitud acrítica: muy incompletas. La filosofía, aunque incapaz de decimos con certeza
son teorías «que inconscientemente se dan por sentadas, o que han ab- cúal es la verdadera respuesta a las dudas que suscita, es capaz de su-
sorbido de su ambiente intelectual o de la tradición» 38. Precisamente gerir diversas posibilidades que amplían nuestros pensamientos y nos
la tarea del filósofo va a consistir en introducir el análisis crítico allí liberan de la tiranía de la costumbre» 42. .
donde éste no existe. En palabras de A. Ayer: «... la filosofía es una ac- Trasladándonos al ámbito de la Filosofía del Derecho, parece que
tividad consistente en la puesta en tela de juicio de las creencias acep- la crítica constituye una de sus principales vertientes; es más: posible-
tadas, tratando de encontrar criterios, y de evaluarlos; tratando de sacar mente, su principal dimensión justificativa. La actitud crítica ~especto
a la luz las hipótesis que subyacen en el pensamiento, tanto el de índole al fenómeno jurídico, en sus diversas manifestaciones ha constituido el
científica como ordinaria y vulgar, y procurando después ver si todo elemento común entre las distintas formas de reflexión filosófica so-
ello es válido» 39. Es la mejor contribución que puede hacer el filósofo bre el Derecho. Así, tanto el Derecho Natural como la Filosofía del De-
al avance del saber: «una justificación de la existencia de la filosofía recho comparten esa vocación. No sólo desde posiciones iusnaturalistas se
profesional reside en el hecho de que los hombres necesitan que haya puede mantener una actitud crítico-reflexiva respecto al Derecho; por
quien examine críticamente estas extendidas e influyentes teorías» 40. consiguiente no es justa la crítica que acusa a la Filosofía del Derecho
y en el mismo sentido I. Berlin afirma: «Sin duda, es una hipótesis construida desde el positivismo de ignorar la posibilidad de iniciar una re-
razonable que una de las principales causas de confusión, desdicha y flexión axiológica sobre el Derecho. Como señaló C. S. Nino en su obra
miedo es, cualesquiera que sean sus raíces psicológicas o sociales, póstuma, «autores contemporáneos que son representántes preeminentes
la ciega adhesión a nociones gastadas; la desconfianza patológi- del positivismo, como Hart. Bobbio, Carrió, Raz, no defendieron posicio-
ca de cualquier forma de examen crítico; los esfuerzos frenéticos por nes escépticas en materia ética al exponer su posición positivista. Aun
quienes son efectivamente escépticos, como Kelsen y Ross, Alchourron y
Bulygin no es cierto que sean indiferentes al origen y contenido de los sis-
36. Vuf. LóPEZ CALERA, N.M., «Teoría crítica del Derecho», Anuario de Dere- temas jurídicos ni que legitimen cualquier confi~ración del poder po-
chos Humanos, n.O 4, 1986-87, p. 155. lítico (1os escépticos mencionados son o han sido defensores de la
37. VIEHWEG, Th., «Sobre la relación entre Filosofía del Derecho, Teoría del democracia, y Kelsen ha sido personalmente víctima de su ausencia)>> 43.
Derecho y Dogmáticajurídica», en ID., Tópica y Filosofía del Derecho, trad. de
J. M. Sena, rev. de E. Garzón y R. Zimmerling, Gedisa, Barcelona, p. 25. Por ello,
precisamente, deben tenerse en cuenta las implicaciones y consecuencias de los plan-
41. BERLIN, l., «El objeto de la filosofia», Conceptos y categOTÚIs (FJJsayosfiJosóficos~
teamientos que se dicen «postfiLosóficos», ya que, como ha señalado Adela CORTI. trad. de Feo. GonzáIez Aramburo, Fondo de Cultura Económica, Madrid, 1983, p. 42.
NA, «mientras los hombres nos conformemos con lo dado donde pudiéramos asumir
las riendas, sigue teniendo la filosofía la función crítica y liberadora que, por su mis- 42. RUSSELL, B., Los problemas de lafilosofia, 12. a edic., prólogo de E. LIedó y
mo status epistemológico, no pueden ejercer las ciencias», Etica sin moral, Tecnos, trad. de J Xirau, Labor, Barcelona 1992, p. 132. Cursivas mías.
Madrid, 1990, p. 31. 43. NINO, C.S., Derecho, moral y política. Una revisión de la teoría general del
38. POPPER, K., «Cómo veo la filosofía», cit., p. 64. VuJ. en el mismo sentido, Derecho, Ariel, Barcelona, 1994, p. 19. Vid. también HOERSTER, N., «La teoría iusfi-
RAPHAEL, 0.0., Filosofía Moral, trad. J. J. UtrilIa, Fondo de Cultura Económica, Mé- losófica del concepto de Derecho», en ID., En defensa del positivismo jurfdico, trad.
xico, 1986, pp. ll-18. de J. M. Seña, Gedisa, Barcelona, 1992, pp. 133 Y ss. En otra ocasión he tenido la
oportunidad de señalar mi convicción de la compatibilidad entre el empleo de métodos
39. AYER, A., YNAESS, A., «El vaso sobre la mesa: un empírico contra una vi- positivos en la percepción y análisis del fenómeno jurídico y una actitud crítica respec-
sión total», en EWER, F., (00)., Lafilosofia y los problemas actuales, trad. de A. Gil
Lasierra, Ed. Fundamentos, Madrid, 1981, p. 17. to a la efectiva conformación de ese fenómeno jurídico; vid. ANSUÁTEGUI ROIG, J.,
«¿Crisis del positivismo jurídico? Dos respuestas italianas: Zagrebelsky y ScarpeUi»,
40. POPPER, K., «Cómo veo la filosofía», cit., p. 64. Derechos y Libertades, n.O 2, 1994, p. 130.
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Sobre algunos rasgos <XJracterizadores de 19,.• ,UIlI

Esta crítica, en muchas ocasiones elaborada desde el iusnaturalismo,


ha estado también provocada por un positivismo empirista, derivado . }.ma perspectiva estrictamente científiCa» 47. Parece que la con.s.:i<iera-
después hacia una filosofía analítica «estrecha», desde cuyas filas se "l!ión crítica del Derecho, teniendo en cuenta este carácter pluridimen-
consideraba que el Derecho era exclusivamente un conjunto de enun- , j 'si'bnal del Derecho, constituye una actividad difícil de llevar a cabo
ciados que debían ajustarse a ciertas reglas lógicas y que la labor del . desde parámetros no filosóficos. Retomando a algo que ha sido seña- .
filosófo debía consistir sólo en analizar esos enunciados. Todo lo que lado algunas líneas más arriba, una de las causas de la imposibilidad
trascendiera esa tarea, iba más allá de la filosofía y carecía de sentido. de la ciencia para llevar a cabo la labor de la filosofía reside en su falta
Así, en el marco del Círculo de Viena, Moritz Schlick señalaba: «La de perspectiva y de visión totalizadora del fenómeno jurídico. Cuando
actividad mediante la cual se determina o descubre el sentido de los Elías Díaz afirma que la filosofía es «totalización racional crítica» 48
enunciados: ésa es la filosofía. Por medio de la filosofía se aclaran las está trazando, creo, en negativo, las características de la aproximación
proposiciones, por medio de la ciencia se verifican» 44. Pero la firme científica: la ciencia constituye un saber particularizado sobre una par-
constatación de la positividad del Derecho no implica una desatención a cela específica de la realidad; tiene un sentido evidentemente empírico;
la crítica de esa positividad y a la elaboración de alternativas para su carece de dimensión crítica respecto a su saber, es incapaz de efectuar
transformación. Recordemos las bellas palabras de O. W. Holmes: «Se una autoreflt:;xión sobre sí misma; y, cuando tal reflexión es llevada a
puede criticar aún lo que se venera. Mi vida está consagrada al Derecho y cabo, lo es por la filosofía de la ciencia.
sentiría que falto a la devoción que le profeso si no hicier¡llo que dentro Pero tenemos que preguntamos cómo se materializa esa actitud
de mí me impulsa a mejorarlo, y, cuando alcanzo a percibir lo que me pa- crítica de la Filosofía del Derecho. Desde un punto de vista muy gene-
rece el ideal de su futuro, si vacilara en mostrarlo y en instar a su consecu- ral, se puede afirmar que la Filosofía del Derecho desarrolla su análisis
ción con todos los esfueIZOs de mi corazón» 45. Dicho en otras palabras, se crítico en dos direcciones principales. Por una parte, analiza critica-
puede llevar a cabo un análisis del «ser» del Derecho y. al mismo tiempo mente el Derecho existente, esto es, la articulación concreta del sistema
se puede criticar esa configuración positiva de lo jurídico, proponiendo jurídico, claro está, a partir de determinados parámetros axiológicos.
un «deber seD> alternativo. Esta idea está, en mi opinión, tras la afirma- Por otra parte, examina las características, métodos y conclusiones a
ción de Gregorio Peces-Barba en la que se señala que «... renunciar a una las que llega la ciencia jurídica en su tarea. Realmente, la dimensión
reflexión ética sobre el Derecho, a una teoría de la justicia, Supone, si se crítica desarrolla una función importante en cada una de las partes de
considera al Derecho válido Con independencia de sus contenidos de la Filosofía del Derecho y, es más, les ofrece su sentido. Si admitimos
justicia, acomodar se a una relación Derecho y poder significativa de un esquema, ciertamente matizable pero útil para nuestros propósitos,
que aquél es sólo expresión del más fuerte. Aunque eso es cierto, no según el cual, la Teoría del Derecho, la Teoría de la ciencia jurídica y
es incompatible con pretender que sea también expresión de lo justo, la Teoría de la justicia son las tres partes principales de la Filosofía del
y eso exige esta reflexión racional y crítica...»; en definitiva, «la acep- Derecho, vemos que la dimensión crítica se desarrolla en cada una de
tación de la positividad del Derecho exigirá la crítica de esa positivi- esta tres parcelas 49. En muy resumidas cuentas podemos afirmar que
dad...» 46. en el seno de la Teoría del Derecho se puede ofrecer un analisis del con-
Creo que Nicolás M. López Calera ha señalado acertadamente que cepto de Derecho y una reelaboración crítica del mismo; la Teoría de la
«la comprensión de la realidad jurídica no se agota, no puede agotar- ciencia jurídica procede a un examen crítico del conocimiento científico
se, en el simple análisis científico de las estructuras normativas o de sobre el Derecho; por último, la Teoría de la justicia'se plantea los proble-
los ordenamientos jurídicos. El Derecho se forma y actúa a través de mas de la valoración axiológica del Derecho, esto es, de la crítica, de acuer-
elementos o factores que no son meras estructuras lógicas. El Derecho do con un determinado conjunto de valores, de la positividad jurídica.
es también una realidad política, moral, económica, culturaL histórica,
esto es, una realidad difícilmente comprensible en su totalidad desde
B.3 La utilidad de la FIlosofía del Derecho

44. SCHUCK, M., «El viraje de la filosofía», en AYER, AJ., (comp.), El positivis- Si lo escrito hasta el momento es correcto, contamos con algu-
mo lógico, Fondo de Culwra Económica, Madrid, 1993, p. 62. nos elementos que nos ayudan a encontrar el sentido y a justificar la
45. HOLMES, O. W., La senda del Derecho, próJ. de E. A Russo, Abeledo Perrot,
Buenos Aires, 1975, p. 43.
46. PECES-BARBA, G., IntrodUCción a la Filosofía del Derecho, cit., pp. 192 Y 47. LóPEZCALERA, N.M., Filosofía del Derecho, cit., p. 17. Cursivas del autor.
193, respectivamente. Anteriormente, el mismo autor señala que «aceptar que el Dere- 48. Vul DÍAZ, li, Socíología y Filosofía del Derecho, Tauros, Madrid, 1984, p. 332.
cho válido sea Derecho, aunque no sea justo, no supone aceptar también la clausura de 49. Vid. PEcES-BARBA, G., Introducción a la FilosoJUJ del Derecho, cit., Segun-
toda reflexión sobre la justicia, sobre el Derecho que debe s~r», op. cit., p. ] 88. da Parte, Capítulo Segundo: «La necesidad y la justificación de la Filosofía del Dere-
cho: la crítica de la Dogmática Jurídica», pp. 187 Yss.
.. 11WIM..a..K.U JUII"C~ rUI.,)UUlC:/SU. I\U'g Sobre algunos rasgos caracrerlZlltlOres'Qe 10...

utilidad de la Filosofía del Derecho 50. Sin embargo, como ya hemos del filósofo del Derecho es que, precisamente, éste critica ycuest:¡on~ "
señalado con anterioridad, lo cierto es que en los ambientes académi- ,,;.., la labor y los resultados del trabajo de aquéllos. Pero, el «buenjU¡ri~i;
cos, y también en los profesionales, puede existir un cierto prejuicio " ..Lutilizamos la tenninología de N. Bobbio 54_ debe reconoced'
hacia la Filosofía del Derecho. Creo que no seríamos demasiado realistas .. ,1 lidad de la labor del filósofo del Derecho cuando éste le oftOOe¡1
si dejáramos de reconocer este hecho. Norberto Bobbio se ha referido neas básicas de los conceptos generales con los que posterio~en\
a esta circunstancia al señalar que «se dice a menudo que el jurista es de trabajar, o cuando le ayuda a diferenciar al Derecho de otri>s~S; " '
hostil a la Filosofía del Derecho que no comprende y de\la que no ve mas nonnativos, o cuando le llama la atención sobre lafazonab.ilid~
la utilidad» 51. Pero una cosa es que el jurista no vea la utilidad de la de los argumentos empleados, o cuando examina el trasfondoiaxi~l~
Filosofía del Derecho y otra cosa es que la Filosofía del Derecho no gico que hay tras las nonnas con las que intenta solucionar eoritilii
tenga utilidad. En breves líneas, veremos: a) en qué consiste la utilidad sociales. También, la labor de la Filosofía del Derecho puede ser
de la Filosofía del Derecho, y b) por qué el jurista no filósofo no ha para el ciudadano y para la sociedad, ya que el Derecho «inunda»:¡,
visto su utilidad (unas veces por su culpa y otras por culpa del propio chas de las parcelas de la vida cotidiana del sujeto a la vez que re
filósofo del Derecho). los elementos básicos a través de los cuales se articula la sociedad
El prof. J. Delgado Pinto ha señalado que la utilidad de la Filosofía por lo tanto, la reflexión del filósofo del Derecho puede ayudar a eo
del Derecho puede constatarse en tres distintos niveles; así, es útil para prender, criticar y transfonnar el sentido del las nonnas jurídicas.,
la enseñanza universitaria, para la ciencia jurídica y para el ciudadano Pero, si parece tan clara la utilidad de la Filosofía del Derecho, l;p0F
yla sociedad en general 52. Desde él momento en que se admite que la qué entonces los recelos o la incomprensión? Antes señalé que laresponi;o
universidad no es sólo el lugar en el que se desarrollan y difunden de- sabilidad podria ser tanto de los juristas como de los filósofosdeLDere:i
tenninados conocimientos, sino también el lugar destinado a ser la cho. Posiblemente, el jurista, envuelto en el ámbiente pragmático55:enel
sede de una reflexión sobre estos conocimientos, parece que la Filoso- que desarrolla su trabajo, haya esperado de la filosofía respuestasrápidas~
fía del Derecho puede llevar a cabo esa reflexión sobre la ciencia del seguras y definitivas a sus problemas. Sin embargo, la respuestadelfll~
Derecho y, lo que es más, sobre el sentido que tiene el que los indivi- sofo, aunque provocada por el problema, no debe estar condiciónada,P'5l1
duos se doten, para su convivencia, de una organización jurídica. En la urgencia de la resolución del problema Además, debe estar so~ti<:,la
relación con la ciencia jurídica, la filosofía examina y cuestiona sus constantemente a revisión. Elías Díaz subraya la idea de la ausenciaíile
métodos y planteamientos, proponiendo alternativas. Así, la Filosofía una certeza y seguridad absoluta en el quehacer filosófico cuando'señala
del Derecho constituye una «disciplina crítica y d~sintoxicadora de los que «la ciencia, se ha dicho, se caracteriza por su seguridad y exact~~~
estudios jurídicos» 53. Posiblemente, una de las circunstancias que ex- la filosofía, en cambio, muestra un mucho mayor grado de problematis-'
plican las reacciones de los científicos del Derecho respecto a la actividad mo e incertidumbre. La primera trabaja sobre hechos empíri<ios. com-
probables también empíricamente; la segunda pretende hablarsebre
realidades en las que esa comprobación empírica'parece no resultar, al
50. Precisamente, el de la utilidad e influencia de la Filosofía del Dere- menos por el momento, posible. La ciencia sería, en definitiva,p0sitiv'¡..
cho en la práctica jurídica, en sus diferentes vertientes, es un tema recurrente dad; la filosofía, trascendencia crítica de esa positividad» 56.
en la doctrina. Así, por ejemplo, sobre la influencia -a partir de la forma en
que se plantean los problemas: pensamiento riguroso, argumentos profundos
y serios, razonamientos coherentes- de los filósofos en el proceso legislati-
vo, vid. HARE, R.M., «The Role of Philosophers in the Legislative Process», 54. BOBBIO, N., «Naturaleza yfunción de la filosofía del Derecho», cit., p. 100.
en ID., Political Morality, Clarendon Press, Oxford, 1989, pp. 1 Y ss.; sobre 55. Creo que un buen contrapunto, ciertamente desde una perspectiva muy ge-
la influencia de los juristas académicos en la práctica jurisprudencial, vid. neral, al pragmatismo desde el que a veces se desestima el valor de la filosofíaes',e1
NINO, C.S., Algunos modelos metodológicos de ciencia jurídica, Fontamara, constituido por las opilÚon de Bertrand RUSSELL: «... debemos liberar nuestro e~píri~u
México, 1993, pp. 91 Y ss.; sobre la influencia de la Teoría del Derecho en la de los prejuicios de lo que se denomina equivocadamente «el hombre ptádico».Er
práctica jurídica, vid. LA TORRE, M., «On the Relevance of Legal Theory for hombre «práctico», en el uso corriente de la palabra, es el que sólo reconoce n~~.~J!1á~'
Legal Practice. A Plea for Jurisprudents», VVAA, Rechtsllorm und Re- des materiales, que comprende que el hombre necesita el alimento del cuerpo,'per~,QI­
chtswirklichkeit. Festschrift fur Werner Krawietz zum 60. Geburtstag, Dunc- vida la necesidad de procurar un alimento al espíritu. Si todos los hombres viVi:eran
ker & Humboldt, Berlin, 1993, pp. 687 Y ss. bien, si la pobreza y la enfermedad hubiesen sido reducidas al milÚmo posible,HJJeda~,
51. BOBBro, N., «Naturaleza yfunción de la filosoffa del Derecho», cit., p. 100. ría todavía mucho que hacer para producir una sociedad ~stimable; yaún en elmündó'
52. Vid. DELGADO PINTO, J., «Los problemas de la filosofía del Dere- actual los bienes del espíritu son por lo menos tan importantes como los del cuerpo. In
cho en la actualidad», Anales de la Cátedra Francisco Suárez, n.O 15, valor de la filosofía debe hallarse exclusivamente entre los bienes del espíritu,y-¡¡ólo
1975, pp. 41-42. los que no son indiferentes aestos bienes, pueden llegar ala persuasión de que estucliar
53. PRIETo SANCHÍS, L., «Un punto de vista sobre la filosofía del Derecho», cit., filosofía no es perder el tiempo», Los problemas de lafilosofia, cit., p. 130.
p.595. 56. DlAz, E., Sociología y Filosofía del Derecho, cit., p. 318.
1~'¿ "I"rmu:isco J(l1Jier Ansuátegui Roig Sobre algunos rasgos caraeterizadores de la... 193

Pero esa «imprescindible distancia entre las urgencias inmediatas \:\pdudable trascendencia social. Una filosofía jurídica que no afronte,
de la práctica y la reflexión teórica» 57, ha de ser bien entendida en el qqe no intente dar respuesta a los problemas de la actUalidad continua-
sentido de que no puede ser tomada como pretexto para desarrollar una , " iá siendo un saber esotérico que sólo tendrá a su destinatario a su pro-
reflexión filosófica desvinculada de la realidad y al margen de los pro- pio gremio. Una fIlosofía jurídica que sea buena en la teoría pero que
blemas para cuya solución es requerida. Así, las dudas sobre la utilidad no sirva para la práctica, no es una buena filosofía jurídica» 61. Es el
de la Filosofía del Derecho han estado provocadas también por la acti- riesgo de esa Filosofía del Derecho «académica» a la que en su día alu-
tud de los filósofos del Derecho; esto es, por el tipo de ft1osofíadel De- diera Recasens y que ha tenido por su propia conformación y enfoque
recho que éstos han hecho. Creo que el filósofo del Derecho nunca ha de los problemas, tan poca influencia en el Derecho positivo durante
de olvidar que, precisamente, lo que el hace es «Filosofía del Dere- buena parte del siglo :xx 62. El filósofo del Derecho debe ser muy
cho», y que, consiguientemente no puede olvidar que su interlocutor consciente del peligro en el que incurre dependiendo de su forma de
=-==----_==:--==---=:;:;=-~---- permanente es el Derecho, el Ordenamiento jurídico y.los problemas tratar y exponer los problemas 6~.
que se suscitan a partir de la realidad jurídica. Por lo tanto, y retoman- Pero, en mi opinión, el riesgo no sólo radica en el enfoque o en la
do una terminología asumida entre nosotros por los profesores A. E. perspectiva empleada, sino también en la propia conformación del ob-
Pérez Luño y E. Femández, cabe afirmar que la Filosofía del Derecho jeto de análisis. Desde este punto de vista, por ejemplo, una rígida teo-
debe ser entendida como una filosofía cuyo objeto está constituido por ría analítica del Derecho, cerrada a cuestiones extrajurídicas -pero
la «experiencia jurídica» a partir de la cual se construye 58. Quiere de- que contribuyen a configurar el fenómeno jurídico-- tiene la posibili-
cirse con ello que la reflexión que se lleva a cabo en el marco de la Fi- dad de trabajar sobre un fenómeno divergente de la experiencia de los
losofía del Derecho tiene que constituirse necesariamente a partir de la ciudadanos ordinarios 64. No parece demasiado honesto, desde un
praxis jurídica, en sus diferentes vertientes, esto es, siéndose conscien- punto de vista intelectual, dejar de reconocer los méritos y los enormes
te de que el Derecho es un fenómeno «polimorfo» 59; por lo tanto la avances producidos durante este siglo a partir de la aplicación del mé-
reflexión filosófico jurídica debe considerar esta multiplicidad de ver- todo analítico en el ámbito de la filosofía jurídica. Pero tampoco hay que
tientes. En definitiva, se afirma que la Filosofía del Derecho no puede ignorar el peligro de ciertas deformaciones del objeto de interés, provo-
comprenderse desatendiendo la realidad jurídica pues, a fin de cuentas, cadas por la exclusiva utilización de un enfoque analítico en la com-
sólo en ella se puede basar. Los problemas que se plantea la Filosofía
del Derecho deben ser los problemas de la realidad jurídica. El asunto
puede ser planteado en los términos utilizados por Luis Prieto: «... la 61. CALSAMIGLIA, A., «Problemas abiertos de la Filosofía del Derecho» Doxa,
n.O 1, 1984, p. 46. En este sentido, y desde un punto de vista más general, L.M. FRIED-
cuestión consiste en optar entre el Derecho como objeto de una refle- MAN ha señalado recientemente: «The vocation of legal scholarship should be (in my
xión crítica y el Derecho como disculpa para el desarrollo d.e una cons- opinion) heavy canted toward understanding how the legal system, as an operating
trucción ajena a lo jurídico» 60. En mi opinión la respuesta en favor de system, actually works; what made it this way; and how its affects the social order in
la primera opción es clara. Como ha señalado Albert Calsamiglia, wich it is embedded», «ls There a Modero Legal Culture?», cit., p. 118.
«los problemas que se plantean los juristas son prácticos y de una 62. Wd. RECASENS SICHES, L., Nueva Filosofía de la interpretación del Derecho,
3.3 edición, Porrúa, México, 1990, capt. 1.0, pp. 1-24.
63. Vid. al respecto las gráficas observaciones de EJ. LAPORrA, «Problemas
abiertos de la Filosofía del Derecho», Doxa, 1984, n.O 1, pp. 137 Y ss.
57. DELGADO PINTO, J., «Los problemas de la filosofía del Derecho en la actua- 64. Vid. SOPER, Ph., Una teoría del Derecho, trad. de Ricardo Carracciolo, con
lidad», cit., p. 42. la colaboración de Silvia Vera, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1993, p. 13.
58. Vid. PÉREZ LUÑo, A.E., «El concepto de filosofía del Derecho», en ID., Lec- En un sentido similar C.S. NINO ha señalado que «la supresión que suelen hacer los iusfi-
ciones de Filosofía del Derecho. Presupuestos para unafilosoJUl de la experienciaju- lósofos de la tradición continental europea de la dimensión valorativa en la que necesaria-
rídica, Departamento de Filosofía del Derecho y Derecho Natural, Universidad de mente deben incurrir los juristas del derecho positivo para interpretar el sistema jurídico
Sevilla, 1988, pp. III Yss., Y FERNÁNDEZ, E., «La Filosofía del Derecho», ID., Estu- (...) incide en la forma en que aquéllos encaran su propia actividad como parte de lo que se
dios de Eticajurídica, Debate, Madrid, 1990, pp. 24 Y ss. En el mismo sentido C. suele llamar «teoría general del Derecho» (...) La teoría general del derecho que se desinte-
COSSIO afinnaría que «el papel desarrollado por la experiencia práctica del Derecho resa por tales valoraciones, por considerarlas acientíficas, suele por tanto, tomar distancia
es inmenso y no puede ser sustituido porque para el jurista y el filósofo del Derecho de la posibilidad de auxiliar a los juristas positivos en los problemas filosóficos que tales
esta experiencia es la única fuente posible de intuiciones axiológicas y sensibles», valoraciones presentan. En lugar de ello, los iusfilósofos de la tradición continental europea
Respuesta a la pregunta: «Qu'est-ce que la philosophie du droit?», Archives de Philo- suelen involucrarse en distinciones conceptuales y lógicas que no parecen responder direc-
sophie du droit, n.O 7, 1962, p. 105. tamente a la necesidad de resolver problemas que se les plantean a los juristas en su tarea
de interpretar el derecho positivo», Derecho, moral y politica, cit. p. 109. En este sentido,
59. E. OPOCHER utiliza este ténnino en sus Lezioni di Filosofia del Vintto, cit., cabe señalar que, por ejemplo, una teoría del Derecho basada en postulados analíticos pero
p.14. abierta a consideraciones filosóficas, éticas, políticas y sociológicas es la construida
60. PRIETO SANCHls, L., «Un punto de vista sobre la filosofía del Derecho», cit., por O. WEINBERGER y N. MACCORMICK en An lnstitutional Theory 01 Law, Reidel,
p.59. Dordrecht, 1986.
194 Francisco Javier Ansuátegui Roig

prensión del Derecho. Quizás sean estas deformaciones las que han <,.. ,
podido motivar la gráfica reflexión de Jesús Mosterín: «La filosofía,,' , I .. ~
analítica ha producido miles de papers sobre la calvicie del rey de 1

Francia (que plantea el problema de la referencia de las descripciones


impropias) y docenas de tesis doctorales sobre los hipotéticos cerebros
en una bañera (que plantean la cuestión del establecimiento de la
referencia). Es cierto que hay que analizar los conceptos que utiliza-
mos en nuestra cosmovisión y que tenemos que evitar caer en las tram-
pas que nos tiende el lenguaje. Pero la filosofía no se limita al análisis
conceptual ni al lingüístico. Para ascender al Everest se necesitan bue-
nas botas, pero la obsesión por las botas no debe hacemos olvidar la as-
cención de la cumbre» 65.

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I

65. MOSfERIN, J., «La insuficiencia de la filosofía actual», Claves de razón


práctica, n.O 48, 1994, p. 24.

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