07 - Lugares Centrales, Grafos Comunicacion
07 - Lugares Centrales, Grafos Comunicacion
07 - Lugares Centrales, Grafos Comunicacion
Para la resolución del problema, es preciso conocer la teoría del lugar central,
enunciada por Christaller. Se trata de una teoría espacial que trata de explicar el número,
tamaño y distribución de los asentamientos de población. Fue enunciado por el geógrafo
alemán Walter Christaller, en 1933, y modificada luego por August Lösch en 1954.
Se trata de una teoría que se basa en la presunción de que las poblaciones
proporcionan uno o más servicios a las zonas circundantes, según cuál sea la cantidad y tipos
de asentamientos diferentes que dependan de aquéllos y según la cantidad y clase de
servicios o funciones que les proporcionen de forma específica. En la misma línea,
Christaller también clasifica los servicios, distinguiendo entre los de orden o rango inferior,
como los suministrados por la tienda de un pueblo, y entre los de orden superior estarían los
ofrecidos por la capital administrativa, la Universidad o los grandes bancos.
Por otra parte, la teoría del lugar central también tiene en cuenta la distancia que un
individuo estaría dispuesto a recorrer para obtener un servicio: a este factor se le denomina
alcance del producto o alcance del servicio. Dicho factor determina la extensión del área de
mercado de un asentamiento, denominada zona de influencia o hinterland. El hinterland
resultaría así de la proyección de la influencia de la ciudad sobre el espacio extraurbano,
donde reside la mayoría de la gente que hace uso de los servicios de ese área.
Según trató de justificar Crhistaller, cuanto más alto sea el orden de un lugar central,
mayor es su alcance. Por lo tanto, los lugares en los que sólo se realicen funciones de orden
inferior van a tener un área de mercado limitada y sus residentes necesitarán trasladarse a
lugares centrales de orden superior para obtener servicios de dicha categoría.
La teoría del lugar central explica el tamaño y la distribución de los asentamientos
dentro de un sistema urbano. Arranca del supuesto de que tanto los negociantes (dueños de
tiendas, por ejemplo) como los consumidores toman decisiones que maximizan su utilidad, lo
que permite elaborar un modelo normativo y establecer un modelo normativo y elaborar una
pauta de asentamiento probable bajo determinadas condiciones.
Los enfoques de W. Christaller y Lösch son distintos. El primero se ocupó de los
asentamientos urbanos únicamente como centros de distribución de bienes y servicios. Utilizó
conceptos como rango o alcance, y umbral (volumen mínimo de negocios necesario para que
un establecimiento sea rentable económicamente,, y notó que tanto los unos como los otros
variaban a la par de las diferentes funciones comerciales.
Para deducir dónde se ubicará cada orden de establecimientos, Christaller afirma que
los dueños de los negocios buscarán la localización más cercana a su clientela de forma que al
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estuvieran distribuidos más o menos concéntricamente alrededor de los lugares del orden
inmediatamente superior. Por el contrario, opinaba que los asentamientos del orden superior,
como las grandes ciudades, limitaban el desarrollo inmediato de asentamientos de orden
superior o medio, puesto que las ciudades proporcionarían todos los servicios. En un paisaje
löschiano, los lugares centrales pequeños, de orden inferior, se encuentran cerca de
asentamientos muy grandes, como los centros metropolitanos, mientras que los
asentamientos de orden superior o medio sólo aparecen a una considerable distancia. Y es
incluso más probable que se agrupen en una determinada dirección en lugar de distribuirse
regularmente alrededor del centro metropolitano.
En lugar de agrupar establecimentos dentro de unos órdenes, identificó un rango, un
umbral y un hinterland hexagonal diferente para cada tipo de establecimiento. Siempre que
era factible, coincidían, pero en el sistema de Lösch no todos los asentamientos contienen
todas las funciones de los centros menores que él. La distribución por tamaños, por lo tanto,
no es necesariamente quebrada, sino que será con más probabilidad continua, como en la
regla del rango tamaño.
Mucho se ha escrito sobre la validez de la teoría del lugar central. A pesar de que
pueden detectarse ejemplos de la simetría hexagonal de la teoría del lugar central, aunque con
cierta dificultad —únicamente en algunas pequeñas áreas, tales como la región relativamente
llana de East Anglia, en Inglaterra, y regiones igualmente planas de Canadá y Australia—, las
aplicaciones actuales se centran en la extensión, no en la forma, de las áreas de mercado. Las
grandes empresas, como son las cadenas de supermercados, prestan especial atención al área
de mercado de una ciudad antes de decidir abrir una sucursal allí. La consideración principal
es que haya suficientes clientes potenciales en el área para alcanzar la cantidad mínima o
umbral de ventas requerido para que el negocio sea rentable. A fin de cumplir este requisito,
una compañía debe tener en cuenta no sólo el número de habitantes, sino también la
intención de esa población de desplazarse al centro en el que se encuentra el comercio;
carecería de importancia que hubiera suficiente población, si ésta prefiriera desplazarse a otro
lugar central. Reflexiones de esta índole influyen en la creación y ubicación de nuevos
servicios, como centros de ocio y nuevas ciudades.
Pasemos, por tanto, a resolver el problema. El número de lugares reproduce la
constante “por tres” entre los de una jerarquía y los de la siguiente, como hemos explicado. Por
tanto, si los de jerarquía 3ª son 90, los de 4ª serán (90x3=) 180, los de 5ª (180x3=) 540, etc.; y
los de jerarquía inferior serán la tercera parte: los de 2ª, 90/3=30, los de 1ª, 30/3=10.
Respecto al área del hinterland, es mayor cuanto mayor es la importancia jerárquica de
la ciudad, en proporción “por tres. Si el área de las ciudades de lugar jerárquico 4 es de 12
Km2, los de lugar 5º medirán 12/3=4 Km.2; y los de 3º 12x3=36 Km2; los de 2º, 36x3=108
Km2; los de 1º, 108x3=324
Respecto a la distancia, aplicando el apotema del hexágono, si la distancia entre dos
lugares de un orden determinado es “x”, entre los de orden jerárquico superior es x
multiplicado por raíz cuadrada de 3 (es decir, 1,73). En nuestro ejemplo, los de jerarquía 1ª se
separan entre sí 80x1,73=138,4; los de jerarquía 3ª, 80/1,73=46,24; los de jerarquía 4ª,
46,24/1,73=26,72 Km.; y los de jerarquía 5ª, 26,72/1,73=15,45 Km.
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Debemos considerar que en la resolución del mismo problema, si aplicamos otra regla
k, el procedimiento es el mismo (nº lugares de jerarquía siguiente es igual al de la anterior
multiplicado por k; distancia entre lugares de jerarquía siguiente es igual al de la anterior
dividida por raíz cuadrada de k; área del hinterland de lugares de jerarquía siguiente es igual al
de la anterior dividida por k)
El mismo problema, si tomamos k=7, tendría la siguiente solución:
- Aplicando la regla del K=3 de Walter Crhistaller, tratar de justificar cuál sería
el número de lugares, distancia entre centros y superficie del hinterland de las
poblaciones de jerarquía 2 y 5, sabiendo que los lugares de jerarquía 3 de una región
cualquiera son un total de 53, distan entre sí 15 Km. de media, y son lugares centrales
de hexágonos de 29 Km. cuadrados.
Justificar los mismos resultados aplicando la regla del K=7.
Para dar respuesta al problema aplicando la regla del K=7, operamos de la misma
forma, teniendo en cuenta que ahora las constantes son 7 y raíz cuadrada de 7:
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3 15 53 29
4 5,66 371 4,14
5 2,14 2597 0,59
Nota: hemos respetado los valores decimales en el número de lugares para aplicar al
pie de la letra la resolución matemática del modelo.
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A B C D E F Nº máximo Índice de
de Shimbel
recorridos
A - 1 1 2 3 4 4 11
B 1 - 2 1 2 3 3 9
C 1 2 - 1 2 3 3 9
D 2 1 1 - 1 2 3 7
E 3 2 2 1 - 1 3 9
F 4 3 3 2 1 - 4 13
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Suma 58
Desde este punto de vista, la ciudad D, por ofrecer un menor valor en el índice de
Shimbel, es la que mejor perspectivas de comunicación presentaría, y la ciudad F la que ocupa
un lugar más marginal.
La matriz de conectividad mide si dos nodos están directamente conectados (en cuyo
caso se otorga un “1”) o no (en cuyo caso se otorga un “0”):
Matriz de conectividad
A B C D E F Suma
A - 1 1 0 0 0 2
B 1 - 0 1 0 0 2
C 1 0 - 1 0 0 2
D 0 1 1 - 1 0 3
E 0 0 0 1 - 1 2
F 0 0 0 0 1 - 1
De nuevo, la posición más ventajosa desde este punto de vista es la del enclave D, por
tener un número de conexiones más elevado, mientras la ciudad F muestra la peor situación.
Taafel propuso una clasificación de la red según la morfología:
- Red en espina: cada nodo está comunicado como máximo con otro (es decir, de
cada nodo salen uno o ningún arco). Son propias de países subdesarrollados.
- Red en delta: cada nodo está comunicado como mínimo por medio de dos arcos
(ningún nodo deja de tener 2 arcos al menos)
- Red mixta o de enrejado: no cumple la condiciones de ninguno de los otros dos
tipos.
El modelo que comentamos tiene forma de red mixta o de enrejado, dado que algunos
nodos tienen más de un arco, pero no todos tienen dos arcos.
Los principales índices que cuantifican la red de comunicaciones son los denominados
índices e índice :
- El índice , cuyos valores miden entre 0 y 1 (según la red tenga una escasa o elevada
conectividad) compara el “número ciclomático” o número de circuitos que tiene la red
correspondiente al grafo, y el número máximo de circuitos que podría tener (situados
respectivamente en el numerador y denominador de la fórmula):
a - n 1
Índice alfa
2n - 5
En nuestro ejemplo:
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Este valor indica que la red es poco densa (tiene el 14% de todos los posibles circuitos:
para que el valor del índice diera 1, debería tener 13 vías de comunicación o arcos)
- El índice se obtiene dividiendo el número de arcos entre nodos. El valor puede oscilar entre
0 y 3. En nuestro caso:
Índice = 6/6= 1.
Por ejemplo: “Dos ciudades separadas en línea recta 150 Km. están unidas por una
línea férrea que mide 165 Km. Calcular el índice de rodeo.”
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F= P/d2
F= fuerza de atracción
P= Población de un lugar determinado
D= distancia entre la población y cada punto del espacio (en realidad, F resulta de la suma del
total de atracción que sobre cada punto ejerce P)
La demanda será máxima en el lugar de producción, dado que los precios en este sitio
son mínimos, por ser nulos los gastos de transporte. Pero, como vemos en el gráfico de la
izquierda, descenderán a medida que aumente la distancia respecto al centro de producción de
dicho bien de consumo. En el gráfico A, se presenta esta curva de la demanda, inversamente
proporcional como vemos a la distancia recorrida, hasta llegar a un punto en el que la demanda
tiene a ser nula. El eje vertical representaría la demanda existente en cada punto, siendo la
curva citada la unión del nivel de demanda en cada punto del espacio considerado. El eje
horizontal o de ordenadas representa la distancia, siendo P o “Planta” el lugar de producción
del bien ofertado.
Si animamos esta gráfica en sentido estereométrico, procediendo a realizar una rotación
alrededor del punto P, resultará el volumen de la demanda expresado en tres dimensiones, tal
como recoge el gráfico B. La superficie circular descrita por la base será el área de mercado de
la industria ubicada en P. Pero si imaginásemos que la zona existen otras industria, las áreas de
mercado se solaparán, formando una red de áreas de mercado que tendería a la forma exagonal.
En mapa de Extremadura refleja algún tipo de “flujo”, como pueda ser el número de
desplazamientos a comprar o a demandar un servicio que tiene lugar entre dos localidades.
Cada flecha representaría una frecuencia concreta de desplazamientos o flujos: por ejemplo,
por cada flecha de menor podríamos pensar en diez mil desplazamientos.
En todo caso, de lo que se trata es de verificar si los datos empíricos del mapa refrendan
o no la teoría de Lösch. Como vemos, y simplemente porque el espacio no es isotópico, las
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áreas de mercado que acaban por definirse no tienen una disposición regular, ni mucho menos
de tipo exagonal, sino que su mayor o menor proyección depende tanto de factores como la
distancia como de la accesibilidad de las comunicaciones, la existencia o no de centros que
actúen como cabecera comarcal y desempeñen unas funciones y abastecimiento de la demanda
mayores a los que su población o desarrollo previsible haría prever. Así, por ejemplo, las áreas
de frontera de la parte sur de Cáceres prolongan el alcance de la demanda de dicha capital
hacia la izquierda, dado que apenas encuentra Cáceres ciudad otra competencia que la de
Valencia de Alcántara. Lo mismo sucede con Badajoz respecto a las comarcas fronterizas de su
entorno, mientras por ejemplo en la zona NO de la provincia de Badajoz se produce un
solapamiento de áreas de mercado, una local o comarcal con centro en Herrera del Duque, y
otra regional con centro en Don Benito y Castruera. La misma disfunción sobre el modelo
loschiano de áreas de mercado no solapadas se produce en sur de Badajoz respecto a Llerena o
Azuaga, o en la parte norte de Cáceres con Plasencia y la zona cercana al Sistema Central.
Por tanto podemos concluir que las áreas de mercado tienden más bien a solaparse y
compartir determinados espacios, estableciéndose en cambio una demanda más específica de
bienes o productos no ordinarios que hace que el factor distancia no sea decisivo, dado que el
demandante de tal bien o servicio no siempre encuentra un sustituto en un radio más próximo a
su lugar de residencia. Relieve, factor frontera, tipo de medios de comunicación disponibles,
pero incluso inercias históricas o rivalidades entre localidades son factores que sin duda
también desempeñan un cierto papel en la toma de decisiones sobre el consumo, que por tanto
se resiste a ser simplificada a los parámetros que contempla la teoría de Lösch.
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