Trastornos Del Habla
Trastornos Del Habla
Trastornos Del Habla
Los trastornos del habla se pueden clasificar en articulatorios, fonológicos y del ritmo.
El modo de producción pueden ser: Rotacismo (articulación deficiente del fonema r), sigmatismo
(fonema s), deltacismo (d), parasigmatismo (s sustituido por otro). Solo se observa la omisión,
deformación o sustitución de los fonemas. En general la palabra es fluida, aunque a veces
ininteligible y el desarrollo del lenguaje puede no estar interrumpido o retrasado.
Se caracterizan por ser sistemáticas, el niño produce mal siempre el mismo fonema, lo mas
frecuente es la mala prounciación del fonema /r/, por frenillo corto o alteración de la motilidad
lingual derivada de la respiración bucal.
Y también las rinolalias, disglosias que obedecen a malformaciones congénitas como la fisura
palatina, velo del paladar corto o ausente, o labio leporino. Es un habla nasal, los fonemas orales
son nasalizados.
DISARTRIAS: Trastornos del habla de naturaleza motriz, por fallas del tono y del movimiento
de los músculos fonatorios, secundarios a lesiones del sistema nervioso. Obedece a la falta de
control neuromotor del habla, que impide la acción coordinada de las estructuras responsables de
la respiración, la fonación y la articulación. El acto fonético depende de la acción coordinada de los
nervios craneales 5, 7, 9, 11 y 12 y los pares raquídeos cervicodorsales. Gracias a esta inervación
periférica es posible la acción de los músculos articulatorios.
Las causas pueden ser: trauma cráneo cervical, tumores, enfermedades infecciosas, metabólicas o
degenerativas, etc.
DIFICULTADES FONOLÓGICAS
El fonema es una unidad mínima indivisible y un conjunto de rasgos distintivos, basados en una
caracterización acústica de los mismos, y que son capaces de dar cuenta de los contrastes
fonológicos presentes en las lenguas humanas. Solo aprendiendo a producir rasgos y a diferenciar
entre ellos es como el niño prende la distinción entre los más relevantes para distinguir unos
fonemas de otros. Los rasgos distintivos son las características articulatorias o acústicas de un
fonema. Por ejemplo el fonema (B) es consonante, oral, oclusivo, bilabial y sonoro. El fonema (D)
es consonante, oral, oclusivo, dental y sonoro.
El fonema es la unidad mínima de sonido utilizable para diferenciar enunciados. Es una unidad
abstracta que no se corresponde con hechos físicos. Los fonemas que existen en una lengua se
determinan a través del contraste u oposición. Un fonema contrasta o se opone a otro cuando
su cambio produce una diferencia en el significado. Por ejemplo el fonema B es distinto del fonema
P.
El niño juega un papel activo en el proceso de adquisición fonológica. En relación a los factores
que intervienen en ese proceso de adquisición, se le concede una importancia especial a la
imitación, esta se desarrolla en edades tempranas y se relaciona con sus propias vocalizaciones.
Así de forma progresiva el niño va estructurando su propio sistema fonológico.
Las dificultades fonológicas referidas a la organización y producción del habla están presentes en
los niños con trastornos específicos del lenguaje (anartria y afasia), con deficiencia intelectual o
con hipoacusia leve o moderada. Los errores de los niños pueden clasificarse en omisiones,
sustituciones, adiciones o distorsiones de los sonidos del habla dentro de la palabra, sin que exista
causa orgánica o fisiológica conocida.
Distinta del farfulleo o tartajeo (expresión correcta pero excesivamente rápida) y del habla
entrecortada (en afecciones neurológicas o retardos mentales, con defectos en la construcción de
la frase sin defectos articulatorios).
Predisposición genética (a responder al estrés con tensión muscular) + ansiedad por atención
excesiva de los padres prolongan errores de dicción (normales entre 3 y 5 años) en una
disfluencia. Hay un mecanismo de retroalimentación: estrés → bloqueos por tensión muscular →
atención de los padres → ansiedad y estrés… Aún no es tartamudo sino un sujeto que tartamudea.
Entre los 6 y los 10 años muchos remiten espontáneamente, pero otros toman conciencia de que
hablan mal e intentan anticipar el tartamudeo y usar soluciones contraproducentes (hablar rápido y
sin pausas, hacer fuerza, etc.) que intensifican las fallas respiratorias y de EMG y que consolidan el
trastorno porque constatan su hipótesis, ya que pese a todo consigue hablar, así como el estrés
causado por la tartamudez en sus relaciones sociales consolida el trastorno.
Allí ubica una madre ansiosa, que en los primeros momentos le hablaba con tensión, que
dificultaba su manera de hablar (balbucear), de respirar. De esta madre resulta difícil separarse,
establecer un límite que lo discrimine de la identificación con ella, sus deseos son los deseos de la
mamá. La palabra está vinculada a un superyó severo que le impide tomar posesión de ella
lúdicamente. No puede usar la palabra para jugar porque para él funciona más en un registro
icónico que en el simbólico. O sea que las palabras no representan, son. No hay un verdadero
registro del papel mediador del lenguaje. Este está degradado en su función, la palabra esta mas
del lado de la cosa, casi no hay diferencia entre decir y hacer.