Sentencia T-622 de 2016
Sentencia T-622 de 2016
Sentencia T-622 de 2016
Introducción
La sentencia que nos trae de presente la Corte Constitucional (T-622/16), el Rio Atrato es uno
de los ríos más caudalosos de Colombia y está siendo sometido a una extinción sistemática por
parte de la minería ilegal, las corporaciones autónomas, la administración pública con sus
políticas de tolerancia y no siendo menos importante, las multinacionales que se le brindan
permisos a cielo abierto para la explotación de minerales y tala de bosques en nuestro país.
Esta minería ilegal como nos dice la sentencia, trae impactos directos sobre la salud de las
personas, aparte de menoscabar los productos del bosque que afectan la vida alimentaria y
potable de las comunidades étnicas.
Acción de tutela interpuesta por el Centro de Estudios para la Justicia Social “Tierra Digna”, en
representación del Consejo Comunitario Mayor de la Organización Popular Campesina del Alto
Atrato (Cocomopoca), el Consejo Comunitario Mayor de la Asociación Campesina Integral del
Atrato (Cocomacia), la Asociación de Consejos Comunitarios del Bajo Atrato (Asocoba), el Foro
Inter-étnico Solidaridad Chocó (FISCH) y otros, contra la Presidencia de la República y otros.
Es importante conocer el territorio que nos trae la sentencia, “El departamento del Chocó, lugar
donde se desarrollan los hechos de la presente acción de tutela, tiene una extensión de 46.530 km 2
lo que equivale al 4.07% del total de extensión de Colombia. En su organización territorial está
conformado por 30 municipios distribuidos en 5 regiones: Atrato, San Juan, Pacífico Norte, Baudó
(Pacífico Sur) y Darié. Es un territorio donde confluyen múltiples grupos raciales, cuenta con una
población cercana a los 500.000 habitantes de los cuales el 87% de la población es
afrodescendiente, 10% indígena y 3% mestiza. En su composición, el 96% de la superficie
continental está constituida por territorios colectivos de 600 comunidades negras agrupados en 70
consejos comunitarios mayores con 2.915.339 hectáreas tituladas y 120 resguardos indígenas de
las etnias Embera-Dóbida, Embera-Katío, Embera-Chamí, Wounan y Tule, que corresponden a 24
de los 30 municipios del Chocó; el 4% restante está habitado por población campesina mestiza”.
“La cuenca del río Atrato se encuentra delimitada al este por la cordillera occidental y al oeste por
las serranías del Baudó y del Darién, al sur se encuentra la divisoria de aguas con el río San Juan
definida por el istmo de Istmina. Es rica en oro, maderas y se considera una de las regiones con
mayor fertilidad para la agricultura. La cuenca hidrográfica del río Atrato la integran comunidades
étnicas que habitan en los municipios de Acandí, Bajo Atrato, Riosucio, Bojayá, Lloró, Medio
Atrato, Quibdó, Río Quito, Unguía, Carmen del Darién (Curvaradó, Domingodó y Bocas), Bagadó,
Carmen de Atrato, en Chocó; y Murindó, Vigía del Fuerte y Turbo, en Antioquia”.
En este caso la corte constitucional desarrolla el alcance del Estado social de Derecho, artículo
primero de la Constitución, argumenta respecto de las necesidades más básicas de los
colombianos, en términos de dignidad humana, justicia social y bienestar general. En este
bienestar esta la protección de los más débiles o personas de gran vulnerabilidad, como lo son las
comunidades.
En efecto, la acción de tutela está diseñada para la protección de los derechos fundamentales, con
la intensión de proteger los recursos naturales, y salvaguardar la vida de las comunidades. En
consecuencia, se protege la afectación de derechos fundamentales, de igual manera cabe resaltar
que la reforma constitucional enmarca unos derechos constitucionales y ampara el derecho
ambiental a un rango constitucional.
En efecto, el centro de estudios para la justicia social (TIERRA DIGNA), esta entidad fue la
que instauro la acción de tutela, buscando el amparo constitucional para proteger los
derechos vulnerados de las comunidades. Esta decisión la moto el juez de primera
instancia, indicando que no se tomaron de presente, desconocimiento de la vulneración
de los derechos fundamentales, irregularidades en la acción de tutela y la activación de
otras entidades que no han sido efectivas.
Consideraciones De La Corte
Considero de que la corte constitucional, en la sala plena faculta a las comunidades que tiene ese
daño al patrimonio cultural y son reconocidos como tal, buscando una garantía eficaz evitando
futuros hechos ajenos, o por causa, omisión o extralimitación de las funciones de un particular o
una entidad adscrita a una entidad pública evitando el desgaste del patrimonio.
En cuanto al principio de precaución no podemos pasar de largo sin hacer un hincapié sobre las
medidas que toma el particular en cuanto a las licitaciones, concepciones o futuros hechos que se
vayan a generar sobre el Rio Atrato, y máxime cuando hablamos de una población que en principio
se puede presumir que son vulnerables, pues estas personas no tienen otro medio más eficaz e
idóneo que acudir a una tutela amparados en su poco conocimiento y alto grado de debilidad
permite que no solo las entidades concedan tales permisos sino que se evite el riesgo y aquellos
“permisos” no vulneren de manera latente derechos fundamentales de orden nacional y
territorial, permitiendo que se cometan situaciones arbitrarias a un ambiente sano para sus
habitantes.
“Cuando las condiciones de deterioro ambiental del territorio no permiten a los miembros de una
comunidad étnica contar con bienes individuales básicos como la salud y la integridad personal,
estos se ven forzados a desplazarse a otras partes del país donde dichos derechos sí estén
garantizados, o al menos no amenazados de forma directa”.
Analizo que existe una situación muy crítica en cuanto a la expropiación en el sentido que el
legislador en su artículo 58 manifiesta que podrá haber una expropiación mediante sentencia
judicial e indemnización previa. Esta se fijara consultando los intereses de la comunidad y del
afectado. Si bien nunca existió una protección a la salud, a un ambiente sano. Solo existió un
permiso para la explotación y esta explotación fue de manera ilegal faltando las auditorias de las
entidades que regulan aquellas explotaciones, sin pasar de largo aquellos recursos naturales
renovables o no renovables.