La Persona Del Profeta

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1.4.

LA PERSONA DEL PROFETA

(ALONSO SCHÖKEL, Luis- SICRE DÍAZ, canta la inviolabilidad de Jerusalén, Eze-


José Luis, Profetas, 35-40). Está envuelto quiel hace eco de la gran tradición sacerdo-
el profeta en tal variedad de formas que no tal.
es fácil perfilar su personalidad. Como
hemos visto, puede estar en la corte, o en el El pueblo del profeta no está aislado,
desierto o hasta en el exilio; habla, calla, como en una urna, viviendo de Dios, fuera
hace gestos. Pero es ante todo un elegido, del universo. Este pueblo vive una situa-
mas un elegido en el seno del pueblo de ción particular según su época, está inmer-
Israel, estas circunstancias, su relación con so en el actuar geopolítico de su entorno.
Dios y la relación con su pueblo dan los Por eso el profeta interviene para custodiar
puntos cardinales de su personalidad. que la posición israelita con respecto a
otros pueblos sea según el querer de Dios.
1.4.1. Hombre del Pueblo Ellos refieren oráculos contra las naciones
o invitan a no resistirles (Jer 29,5-7).
“La experiencia de Dios es fundamental,
aporta una visión totalmente nueva de 1.4.2. Dimensión Psicológica
mundo y de las relaciones con el profeta.
Pero esa experiencia se inserta en unos da- Se hace psicología de las personas, no de
tos previos de la sociedad en la que viven” textos escritos. El segundo es nuestro caso,
(SICRE DÍAZ, Profetismo en Israel, 138). sin embargo, no se debe renunciar a ver
unos ciertos rasgos que dichos escritos dan
El pueblo del profeta es un pueblo con sobre los protagonistas humanos que los
tradiciones verbales. En ellas se encuentra ocupan.
la experiencia primitiva de un Dios que
actúa en la historia, amante de la justicia, Los estudiosos han visto de todo: locos,
defensor de huérfanos y viudas, señor de la arrebatos de éxtasis, experiencias de con-
naturaleza, dueño de la vida y de la muerte. versión, cambios repentinos de ánimo. Tal
Este acervo cultural sorprende al profeta a vez de todo esto halla un poco, lo cierto.
la hora de ejecutar su ministerio, no puede Lo cierto es que el profeta es consciente de
sustraerse. Es por esta razón que este hom- haber sido elegido y llamado, se siente
bre de Dios constantemente llama a la fide- obligado a ejecutar acciones, a proclamar
lidad de la alianza, mas no de modo abs- ideas. En dicha entrega debe empeñar su
tracto, sino recurriendo al actuar salvador vida entera: casi todos son tenidos por lo-
de Dios en la historia. Así, Amós recurre a cos: Oseas se casa con una prostituta (1,2),
la tradición del Éxodo, Oseas celebra la Jeremías es despreciado y tirado a la muer-
fidelidad del tiempo del desierto, Isaías te (cap 38), Ezequiel privado de su esposa
y mudo (3,22-26). Por el estilo todos, nin-
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guno deja de ser “afectado” en su vida por la contundencia de su palabra (Jer 3,6 ss).
la misión que desempeña y el mensaje que El profeta es un guardián.
transmite.
Relación con los sacerdotes: ha menudo
1.4.3. Dimensión institucional en el pasado se insistía en la relación sa-
cerdote-profeta, resaltando que la profecía
Ha quedado claro que el profeta está in- tal vez derivase de las actividades cúlticas.
merso en el ambiente propio de su pueblo. Hoy no se insiste tanto en ello. Lo que si se
La organización política y religiosa de Is- encuentran con frecuencia son las relacio-
rael está marcada por la interjección del nes tensas. Muchos le aplican el mismo
sacerdote, del profeta y del rey. postulado acerca del carisma. Lo cierto que
Relación con los reyes: ya ha sido esboza- pasajes como Am 7,10-13 dejan ideas cla-
da anteriormente. Muchos ven esta rela- ras. También Ezequiel, probablemente él
ción como el eterno conflicto entre carisma mismo sacerdote, predica no tanto en con-
e institución. Al inicio, cuando la monar- tra de los sacerdotes, cuanto del templo, su
quía aun tiene su tinte carismático, los pro- relato de la gloria de JHWH que abandona
fetas la asisten (el caso visto de Natán con el templo es contundente (10,18-22). Pero
la casa de David), el rey es un ungido de ocurre como con la monarquía, no es la
JHWH, y como tal se le trata; a medida que lucha contra el culto o el templo, es la lu-
la condición real deja de ser unción, para cha contra el culto privo de justicia social
convertirse en herencia, el profeta, ungido (Jer 7,21-28) y contra los sacerdotes co-
él por un llamamiento personal enfrenta a rruptos (Miq 3,11) o desinteresados (Jer
dicho rey no ungido, por ende no escogido 2,8). En definitiva, claman los profetas: un
(Os 8,4)1. Lo anterior tiene su parte válida, culto privo de Dios va al vacío.
mas en el fondo hemos de ver que lo que el Relación con otros grupos sociales: los
profeta constantemente llama no es a si el profetas, si es necesario, arremeten contra
rey es o no ungido, sino si sus acciones co- personas que detentan algún tipo de poder
rresponden con el actuar y querer divinos. en la sociedad. Así, denuncian a jefes polí-
En una palabra, el profeta no está en contra ticos y militares (Miq 3,1-2), contra oficia-
o a favor de la monarquía, está a favor de les y ancianos (Is 1,23), los jueces (Sof
la relación pura con JHWH, a la cual debe 3,3). Los profetas en general abogan por la
ajustarse también el monarca y su corte, si justicia y el derecho (Is 1,21; 56,1).
éstos lo hacen la profecía no refuta (Is
7,10-14), si no lo hace, entonces llega con Relación con los falsos profetas: (ALON-
SO SCHÖKEL, Luis – SICRE DÍAZ, José
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Von Rad va más allá diciendo no sólo que en la Luis, Profetas, 50)Es el campo de batalla
monarquía el carisma se extinguió, sino que éste más duro de los profetas. Está en juego el
se refugió en la profecía. Teología del Antiguo
Testamento. prestigio, el honor y en muchos casos la
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vida misma del pueblo, por las consecuen-  Están poseídos por Espíritu de
cias que a menudo generaban los consejos JHWH. 1Re 22,24.
de los “profetas” a favor de una u otra polí-
tica (1Re 22: los cuatrocientos profetas y Lo anterior en sí no implica ningún pro-
Miqueas; Jer 14,13). El hecho en el fondo blema. Sin embargo, el verdadero profeta
radica en la verdad: Dt 18,21-22 responde objeta:
de modo simplista a la cuestión: Y si dices  Anuncian sueños y visiones mentiro-
en tu corazón ¿Cómo reconoceremos la sas. Jer 5,31; Za 13,3.
palabra que no ha dicho JHWH? Si el pro-  Dios no los ha enviado. Jer 23,21
feta habla en nombre de JHWH, y no sucede  La fuente de inspiración es su propio
ni se cumple la palabra, es que JHWH no corazón. Ez 13,3.
ha dicho tal palabra; el profeta lo ha dicho  Roban las palabras de otros profetas.
por presunción, no le tengas miedo. El Jer 23,30.
postulado está bien, pero, ¿y al momento  Inclinan al pueblo a falsas segurida-
de actuar y tomar una decisión, cómo apli- des. Jer 6,14.
car tal criterio? Es válido para el lector  Impiden la conversión. Ez 13,22.
posterior, no para el contemporáneo. Casi  Lo inclinan hacia la ruina. Is 9,14-
siempre los falsos profetas decían cosas 15.
halagüeñas para ganarse al pueblo y el fa-  Profetizan por lucro y explotan al
vor de los gobernantes, el verdadero profe- pueblo. Ez 13,19-21.
ta en cambio era más radical: se anuncia la  Amantes del vino y de inmoralida-
Palabra de Dios a todo costo. ¿Significa des. Is 28,7.
esto que el verdadero profeta ha de ser
considerado un pesimista? De ningún mo- Todo lo anterior no sólo desenmascara a
do; lo que queda claro es que el falso es un los falsos profetas, sino que aploma a los
superficial, incapaz de percibir la gravedad verdaderos. Esto ratifica lo dicho acerca de
de la situación. la debilidad de la Palabra divina cuando
entra en la esfera humana; aunque en defi-
Algunos rasgos de los falsos profetas 2: nitiva, Ella siempre actúa, hasta por medio
 Tienen sueños y visiones. Jer 14,14 de los falsos profetas, al fin y al cabo, indi-
 Dicen poseer la palabra de Dios. Jer rectamente ellos ayudan a los verdaderos a
5,13; Ez 22,28. autoafirmarse.
 Profetizan en el nombre del Señor.
1Re 22,6

2
1.4.4. Dimensión literaria
Textos en general que traen estos rasgos: Is
28,7-12; Jer 23,9-40; Ez 13,1-23.
3
Ya hemos dicho que el mensaje de los pro-
fetas cristalizó en unos libros escritos. A su
vez son deudores de una tradición oral de
su pueblo, y de una formación y estiliza-
ción de sus propios contenidos. Ellos, co-
mo quedó dicho, siendo hijos de su tiempo
y de su pueblo (y siendo también hija de su
tiempo y de su pueblo las redacciones que
del profetas salieron y llegaron hasta el
texto fijo) se valieron de lo que tenían a su
alcance para expresarse, y claro está, sin
sustraer sus propias persona. Así se dan
resultados tan bellos y diversos: clásico y
mensurado en Isaías, incisivo en Amós,
Miqueas y Nahum, romántico y pleno de
irrupciones líricas en Jeremías, barroco en
Ezequiel, lírico-sapiencial en Isaías II
(MARCONCINI, Benito, Profeti e
apocalittici, 41).

Ellos utilizan recursos como:

+Los oráculos: las sentencias contra parti-


culares y contra Israel (Am 7,16ss); ayes e
invectivas (Is 5,8; 29,1); acción judicial (Is
1,18); debate; comparación, alegoría (Ez
17); lamentación o súplica (Jer 2,1); orácu-
los de salvación (Is 35,1-4; 40,1ss).
+Las narraciones: de vocación (Is 6); bio-
gráficas (Jer 32); de acciones simbólicas
(Ez 4-5); históricas (Is 36-39).
+Palabras a Dios: confesiones (Jer 20,7-
18).
+Otros: himnos (Is 2,2-5), doxologías (Am
4,13-).

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