La Leyenda de Eréndira
La Leyenda de Eréndira
La Leyenda de Eréndira
Eréndira, hizo estremecer a los españoles como digna representante de su raza, bravía
y guerrera. Era una princesa purépecha hija del guerrero Timas, descendiente
Tangáxoan Tzíntzicha el gran cazonci. Eréndira, su padre y otros jóvenes no aceptaron
la sumisión a los españoles y luchaban contra ellos. Era diestra en caballo que montaba
y luchaba como un guerrero joven y vigoroso. Eréndira comenzó a adquirir la
connotación de guerrera, rebelde y posible libertadora. Sobre su montura hace frente a
los conquistadores, liderando a los purépechas, deseaban mantener su propia
autonomía. No obstante, su papel como guerrera rebelde se terminaría una vez los
primeros misioneros franciscanos llegaron a la región purépecha. Así, su figura fue
utilizada para fomentar la evangelización. Eréndira forma parte de la leyenda
purépecha, de una guerrera libertadora y valiente, que no dejó que su pueblo fuera
conquistado, aunque no pudo detener a los españoles, se cuenta que dijo a los suyos:
«—¡Purépechas! —exclamó con voz trémula, pero con acento poderoso. — Antes
vimos a los españoles que vinieron a arrebatarnos nuestros tesoros y nuestras tierras;
hoy miramos a estos hombres que llegan como mendigos a apoderarse de los niños
como si fuesen huérfanos, a destruir nuestros dioses y a imponernos una religión
extraña. ¿Qué nos quedará entonces?»
Hubo en algún tiempo, un lugar donde el aire que se respiraba era limpio y donde se
mirara se encontraba uno con hermosos paisajes, y aquéllos que vinieron al comienzo
de los tiempos se maravillaron con aquel lugar y vivieron ahí desde el comienzo de los
tiempos e hicieron su ciudad junto a un gran lago. Otras culturas llamaron a este lugar
Michoacán, que significa "tierra de pescadores" y a sus habitantes michoacanos. Entre
ellos hubo una mujer que se caracterizó por su valor, y la llamaron Eréndira, que
significa risueña
HUBO EN ALGUN TIEMPO, UN LUGAR DONDE EL AIRE QUE SE RESPIRABA ERA
LIMPIO Y DONDE SE MIRARA SE ENCONTRABA UNO CON HERMOSOS
PAISAJES, Y AQUELLOS QUE VINIERON AL COMIENZO DE LOS TIEMPOS SE
MARAVILLARON CON AQUEL LUGAR Y VIVIERON AHI DESDE EL COMIENZO DE
LOS TIEMPOS E HICIERON SU CIUDAD JUNTO A UN GRAN LAGO. OTRAS
CULTURAS LLAMARON A ESTE LUGAR MICHOACAN, QUE SIGNIFICA "TIERRA
DE PESCADORES" Y A SUS HABITANTES MICHOACANOS. ENTRE ELLOS, HUBO
UNA MUJER QUE SE CARACTERIZO POR SU VALOR, Y LA LLAMARON
ERENDIRA, QUE SIGNIFICA LA PRINCESA QUE SONRIE.
Hernán Cortés había oído hablar de las riquezas que había en Michoacán y mandó a
sus mensajeros a hablar con el monarca michoacano, persuadiéndolo a rendirse y
reconocer al rey de Castilla.
Eréndira no amaba a nadie de los jóvenes michoacanos y esto era debido a que tenía
un amor más grande que cualquier otro, amaba los llanos, amaba las montañas de su
Michoacán, amaba su aire y su cielo, sus lagos y sus campos.
Un grito jamás oído antes desgarró el silencio de una noche, llenando los corazones de
todos los presentes de terror, los discordantes alaridos resonaban intermitentemente.
El sacerdote volvió a salir y le seguían cuatro guerreros que llevaban atada a una bestia
que jamás se había visto en aquel país, que infundía pánico con sus endemoniados
ojos y de cuyas fauces salía aquella voz tan aterradora que hiciera a la muchedumbre
temblar. Esto fue el principio de la invasión de los españoles a Michoacán…
Eréndira dijo a su pueblo: No nos rendiremos, porque somos más grandes y fuertes,
¿No nos han protegido los dioses siempre? ¿No vencimos con ingenio las dos veces
que los mexicanos quisieron conquistar este país? ¿No es verdad acaso que Curicaueri
al principio de los tiempos hizo al hombre de barro, más éste se desbarató al entrar al
agua, no lo reconstruyó entonces de ceniza, pero queriendo que tuviera más
consistencia, no formó a nuestros hombres de metal?