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Capítulo 1
¿Quién era el Caballero de la Armadura Negra?
Esta historia comienza con un Caballero de Armadura Negra
preparándose para atacar al Caballero Morado. Esto se sucede en un
lugar lúgubre, rodeado por montañas que parecían sombras de
gigantes. No había luna llena, todo era oscuro. Sólo se veía la luz de
sus ojos, el caballero negro irradiaba una luz brillante esplendorosa
y el Caballero Morado desplegaba de sus ojos una luz morada
radiante. Pero no estaban solos, alrededor había apostadores
diferentes lugares del mundo, ellos apostaban por cada uno. Eran
hombres sedientos de sangre, de dinero y poder. Sus deseos de
ganar mostraban su alma oscura, ciega y pequeña.
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La pelea empieza de forma sangrienta. El caballero morado saca una

espada y hiere la mano del caballero negro. Pero éste es más hábil
porque con su espada logra hacerlo caer de forma muy inteligente.
Así el caballero negro empieza a tomar ventaja y control en la pelea.
La caída fue muy fuerte, y el caballero morado queda inmovilizado.
Hay posibilidad de matarlo, pero no lo hace porque le da una
oportunidad de vivir, aunque sería mejor que se encuentre muerto,
porque quedó parapléjico. Así termina la pelea, los apostadores,
aquellos que ganaron, se sienten triunfadores y cobran su paga por
la apuesta.
El Caballero de la Armadura Negra había sido formado para la guerra,
pero nunca había participado en una batalla porque la paz reinaba
entre las diferentes regiones vecinas. Sin embargo, con el tiempo sus
tácticas mejoraban y sus técnicas se perfeccionaban en este tipo de
peleas. Era un hombre noble, de gran corazón pero tenía que
ganarse la vida. Él nunca pensó en hacer daño, en varias
oportunidades se le presentó la oportunidad de matar, pero no lo
hizo. Esa era la diferencia con otros peleadores.
Jamás pensó que algún día toda esa habilidad forjada día tras día le
ayudaría a cumplir un papel muy importante en su vida y en la
historia de la tierra de Santa Lucía, donde vivía.
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Capítulo 2
El Caballero Negro es traicionado
Otro día de entrenamiento. El Caballero de la Armadura Negra
empezaba a ejercitar sus habilidades nuevamente en el set de
peleas. En este lugar se reunían también los caballeros de los
diferentes clanes para entrenar y mejorar sus tácticas de pelea.
Pero como en todo lugar no faltó un traidor. Este Caballero era de
color rojo, grande y robusto, había sido contratado por uno de los
contrincantes del Caballero Negro para acabar con su vida. En una
de sus peleas, el contrincante había quedado parapléjico y su sed de
venganza fue tan grande, que había pagado mucho dinero para
matarlo.
Este Caballero rojo se asomó sigilosamente para apuñalarlo por la
espalda, pero los buenos reflejos del Caballero Negro evitaron una
muerte segura. El traidor fue castigado porque existe un código de
honor entre todos los caballeros de la región. Una de esas reglas es
que, si alguien traiciona al clan, es castigado con la pena del destierro
y su nombre queda para siempre borrado de la lista de los caballeros
guerreros y de honor

.
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Capítulo 3
Los terras, hombres salvajes
Una batalla de regiones se avecinaba en los cielos que cubrían a los
habitantes de la zona conocida como el bosque de Santa Lucía. Los
caballeros de los diferentes clanes fueron avisados con anticipación
y decidieron reunirse para diseñar la estrategia del enfrentamiento.
Por su fama, su honor y sus destrezas, el Caballero Negro fue
nombrado Capitán del ejército. No dudó en aceptar el
nombramiento, pero aún no sabía a lo que se enfrentaba.
El enemigo pertenecía a la región vecina, llamada Los Leones de
Terranova, este lugar estaba habitado por tropas salvajes de
combate. Anteriormente, esta región era pacífica, pero un nuevo rey
había cambiado la mentalidad de sus hombres. Se convirtieron en
sádicos, que sólo pensaban en conquistar tierras. Fueron preparados
para matar todo lo que estaba a su paso, sin respetar siquiera la vida
de niños y mujeres. Eran hombres de sangre fría y su fama de
crueldad no tardaría en conocerse.
El objetivo trazado por estos hombres era conquistar y destruir a
Santa Lucía. Los terras o terranovanos, como eran conocidos, fueron
preparados para utilizar todo tipo de tácticas salvajes y armas para
combatir a sus enemigos, eran hombres fuertes y despiadados, no
tenían compasión ni misericordia con los niños, ni las familias
indefensas, destruían todo lo que se les cruzaba en su camino.
Así pasó con la primera región que ellos habían conquistado
recientemente y que se llamaba Corín. Este pueblo era muy
próspero, tenían gente de nobleza y eran aliados de Santa Lucía. Allí
los terras hicieron estragos y se apoderaron de sus tierras, miles de
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niños y personas inocentes murieron, no dejaron rastro de gente de

Corín.
El pueblo de Corín jamás pensó que sería atacado por estos hombres,
pues no se había registrado guerras y batallas hace mucho tiempo.
Fueron invadidos sorpresivamente. Destruyeron sus casas, muchos
aparecieron colgados en los árboles como muestra de la dureza de
los terranovanos y para inspirar temor en los demás pueblos. Su
crueldad no perdonaba nada.
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Capítulo 4
La emboscada de los terranovanos
Los caballeros, dirigidos por el hombre de la armadura negra
planificaron adelantarse y atacar primero a los terranovanos. Es
decir, ellos planearon incursionar en la noche para no despertar
sospechas. De esa forma tendrían más ventaja porque los tomarían
de sorpresa.
Pero los sorprendidos fueron ellos, porque los terranovanos se
adelantaron. Resulta que los terras ya estaban en sus tierras y
emboscaron la ciudad, una voz de un muchacho del pueblo los
alertó, pero tardíamente.
Los caballeros se pusieron tensos y nerviosos, porque la furia de los
terranovanos empezó a sentirse en las afueras del pueblo de Santa
Lucía. La gente que vivía allí comenzó a sentir la maldad de los
invasores, muchos de ellos fueron muertos y asesinados por estos
salvajes. Ante tal situación, los habitantes de Santa Lucía empezaron
a escapar al centro de la ciudad. Sus casas fueron quemadas y sus
animales muertos y su cosecha fue destruida.
Los gritos de los niños y de las mujeres ya se escuhaban en el centro
de las calles de Santa Lucía. Los caballeros estaban reunidos a unas
cuadras del centro. Pero no pudieron responder a tiempo.
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Capítulo 5
La invasión de Santa Lucía
Mucha gente ya había muerto en las afueras. Los caballeros salieron
a enfrentarlos, pero sin mucha suerte. Fue muy tarde, los terras ya
habían tomado casi toda la ciudad. Aun así los caballeros
empuñaron sus espadas para hacerles frente pero fue envano.
El caballero de la armadura negra trató a toda costa de defender a
su gente, más los salvajes de Terranova eran demasiados, tanto que
quedó atrapado en una emboscada, donde lo hirieron, lo
maltrataron y lo torturaron hasta dejarlo inconsciente.
Los terranovanos se fueron pensando que lo mataron, pero por
fortuna sólo quedó moribundo. Un anciano de su ciudad lo encontró
y lo ayudó. Lo reanimó y puso los brazos del Caballero en sus
hombros para ayudarlo a caminar y escapar de ese lugar.
Al ir escapando, de pronto miró atrás y vio a su ciudad arder en
llamas. Todo estaba destruido, mucha gente había muerto, niños y
mujeres fueron cruelmente colgados en los árboles en señal de la
conquista de Santa Lucía y como advertencia para que los habitantes
de este pueblo no se rebelen ante la nueva autoridad, los terras.
Una lágrima de dolor salió de sus ojos, el Caballero Negro nunca
olvidaría aquella escena tan triste y cruel. Tanto dolor causó aquella
situación en su corazón que juró vengar a su pueblo y volver a Santa
Lucía para reconstruir esa ciudad en la que creció muy feliz.
Los habitantes de Santa Lucía que escaparon de los terras, huyeron
hacia las montañas altas para no ser alcanzados por los malvados de
Terranova. Otros se escondieron en los árboles más alejados y con la
noche a su favor lograron pasar desapercibidos.
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La mayoría de los caballeros murieron en manos de los terras

cruelmente. Los pocos que quedaron con vida, pero muy heridos y
moribundos, fueron apresados. Estos hombres valientes no
pudieron con el multitudinario ejército de los terras. A pesar de la
lucha que dieron los caballeros, cada uno fue muriendo uno a uno,
ya sea emboscado o muerto por el filo de las espadas de los
enemigos.
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Así las tropas de Santa Lucía comenzaron a perder territorio y

finalmente los terras ocuparon esas tierras. Los terranovanos se
apropiaron de las casas que no fueron destruidas y de los rebaños de
los campesinos. De esta forma, este pacífico pueblo se convirtió en
parte de la región de Los Leones de Terranova.
Con este hecho los terras infundieron temor en las regiones
aledañas.
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Capítulo 6
El escape del Caballero de la Armadura Negra
El Caballero de la Armadura Negra encontró un refugio en las cuevas
de las montañas, estaba muy herido y lastimado por la golpiza que
recibió. Entristecido por todo lo ocurrido decidió descansar por unos
días y recuperarse en aquel lugar.
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El anciano que lo acompañaba trató de curarlo, en el camino había

conseguido algunas plantas para sanar las heridas del Caballero,
también había conseguido un poco de agua, y algunos alimentos del
bosque.
Habían descansado dos días. Estaban a punto de emprender
nuevamente el escape, pero de pronto en la noche se sintieron
aullidos.

Eran lobos que los habían rodeado para atacarlos. Estos animales
feroces se lanzaron sobre los dos hombres.
El Caballero Negro, casi recuperado y armado de valentía, sacó su
espada y mató uno a uno a los lobos. Pero el anciano murió por las
graves heridas que le causaron las mordeduras de los lobos.
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Una vez más el Caballero de la Armadura Negra quedó sólo y triste

por la muerte del anciano, pues le había salvado la vida. Sin él tal vez
habría muerto en manos de los terras. Le dio una sepultura digna y
decidió continuar su camino.
Su objetivo era llegar a los clanes vecinos para pedir ayuda y acabar
con los terranovanos, ya que éstos eran una amenaza para todas las
regiones vecinas.
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Capítulo 7
El Caballero atacado por un oso y un dragón
Había avanzado un largo trecho, y decidió pasar la noche cerca de
unas ruinas, encendió una fogata para calentarse, y el cansancio hizo
que cerrara lo ojos.

El amanecer comenzaba el día siguiente y de repente se levantó por

el rugido de un oso feroz y grande.
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Estaba muy cerca de él, sus colmillos grandes gruñían en señal de

ataque.

Pero rápidamente el caballero esquivó al oso y le empuñó su espada.

El animal murió, y el caballero continuó su camino.
Cansado, hambriento y sin agua cayó por una pendiente, perdió el
sentido por unas horas y despertó junto al río. Sediento bebió de
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inmediato el agua. Decidió además cazar peces para saciar su

hambre.
Lleno de energía, volvió al camino en busca de ayuda y en su andar
durante la noche tropezó con algo parecido a una rama gruesa de un
árbol. Se cayó y dos luces brillantes se aproximaron a su rostro. No
lo sabía, pero era la cola de un dragón gigante.

entonces sintió el rugido y el aliento de la boca de este dragón. Se

apartó de inmediato. Pero el dragón lo atacó con una bola de fuego,
que casi lo quema si no fuera por su armadura negra.
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Entonces el Caballero miró fijamente a los ojos del dragón como

hablándole a través de ellos. El dragón se calmó y reconoció en él un
hombre digno de respeto por su valor e integridad. Luego el dragón
bajó la cabeza en señal de humildad hacia él. Dice la leyenda, que los
dragones reconocen la bondad de los hombres a través de sus ojos,
y tienen la obligación de obedecer sus órdenes.
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Capítulo 8
Comandía y el Gran Padre
Este clan, ubicado casi al lado de Santa Lucía, era la región de
Comandía. Aquí se formaron los caballeros para ser hombres de
guerra y de honor. Eran preparados en tácticas de ataque,
estrategias de guerra y disciplina moral. Y aunque hace mucho
tiempo reinaba la paz entre las diferentes regiones.

su fin era resguardarlas de cualquier ataque enemigo cuando así lo

ameritara una situación de peligro.
Aquí vivía el sabio de todos los clanes, llamado Gran Padre, tenía 92
años, pero su sabiduría seguía intacta. Era estratega de las guerras,
y un visionario del triunfo. Por mucho tiempo mantuvo e impuso la
paz entre las regiones aliadas.
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El Caballero de la Armadura Negra llegó al hogar de este gran sabio.

Conocido como Gran Padre por todas las regiones que lo respetaban,
éste hombre recibió al Caballero con un gran abrazo y le expresó su
dolor por la muerte de los habitantes de Santa Lucía, y por la
destrucción de esta región.
Y allí junto a Gran Padre, el Caballero empezó nuevamente a
planificar un ataque para honrar las muertes de su pueblo y para
recuperar las tierras de Santa Lucía. Además, se sabía que los
invasores estaban en camino a Comandía, como nueva región a
conquistar. Gran Padre hizo conocer al Caballero todas sus
estrategias para combatir a los terras, el objetivo era reinstalar la paz
y terminar con estos hombres sádicos que sólo causaba la muerte de
gente inocente. Pero esta vez, sería diferente, pues tendrían la ayuda
de los dragones y las tropas de Comandía.
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Capítulo 9
Los dragones de Comandía
Los dragones, hermosos animales por su grandeza y destreza, vivían
en las montañas altas, en cuevas gigantes. Ellos eran amigos de los
hombres dignos y de buen corazón y sobre todo de las regiones
pacíficas. Eran aliados del Gran Padre porque lo respetaban y porque
su pueblo proveía de alimentos a los dragones. Cada semana los
pueblerinos sacrificaban corderos para ofrecérselos a los dragones.
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Por esta razón estos animales también cuidaban la región de

Comandía, en reciprocidad a toda su colaboración en cuanto a la
alimentación y su amistad.
Estos animales enigmáticos eran de color verde, algunos cafés y
otros oscuros, eran gigantes, con alas grandes, con patas robustas y
lanzaban fuego a grandes distancias. Su corazón era noble, pero
como enemigos eran feroces.
La idea del Gran Padre era que estos animales ayuden a vencer la
guerra contra los terras. Pero debían estar dirigidos por hombres
nobles de buen corazón, de otra forma no habría forma de que se
logre la ayuda de los dragones.
Pero además había otra condicionante para lograr su ayuda. El
caballero de armadura tenía que subir a las montañas para
comunicarse con el líder de los dragones.
El líder tenía 200 años y tenía mucha experiencia en combate, había
sido dirigido hace muchos años por un jinete jamás antes visto. Se
trataba de uno de los mejores hombres de toda la región porque no
sólo era noble, sino que podía comunicarse con los dragones.
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Y desde hace mucho no hubo un hombre semejante a él que pudiese

hablar con el líder de los dragones. Él murió ofreciendo su vida por
los dragones. En una de las guerras que se produjo hace muchos
años perdió la vida defendiendo a éstos hermosos animales.
Desde entonces, no hubo nadie a su altura y es por eso que los
dragones ya no participaban de las guerras que se producían entre
los hombres de las regiones cercanas.
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Capítulo 10
El Caballero Negro en busca de los dragones
A pesar de todas las circunstancias, el caballero de la armadura negra
decidió subir a las montañas y comunicarse con el líder de los
dragones.
Los recuerdos sobre cómo murieron sus compañeros y cómo
asesinaron a los habitantes de su pueblo, a los niños y las mujeres
de Santa Lucía, lo motivaron para seguir con su objetivo de eliminar
a los terranova.
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Además, con ello podría evitar que los invasores terranovanos sigan
asesinando a mucha gente. Y esto sólo podría lograrlo con ayuda de
los dragones.
El caballero de armadura negra decidido a comunicarse con el líder
de los dragones, emprendió el viaje hacia las alturas. El camino no
era conocido. Había que atravesar ríos, puentes y pasajes nunca
antes vistos. Era arriesgado y peligroso atravesar dichos lugares,
pero no había otra opción.
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Una vez en el camino hacia las alturas de las montañas, pájaros de

gran tamaño como buscando una presa, se asomaron por la cabeza
del caballero de la armadura negra. Lo querían como comida para
sus crías.
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Tuvo que escapar para evitar su muerte. Huyó hacia una cueva, en el
que los pájaros no podían entrar. Pero en la cueva una serpiente con
varias cabezas se atravesó en su camino.
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Era grande y de repente lo atacó, pero él se zafó y la mató con su

espada.
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Más adelante, al atravesar un río, se le acercó sigilosamente una boa

de por lo menos 15 metros de tamaño y colmillos gigantes.
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El caballero negro la esquivó, pero volvió a atacar, lo envolvió con su

cuerpo gigante apretando toda su humanidad, el Caballero no podía
respirar, perdía el sentido. Y apareció un lobo blanco que mordió la
cola de la boa de las dos cabezas, y no tuvo otra opción que soltar el
cuerpo del Caballero, una vez más éste hombre valiente se salvó de
morir.
Continuó el trayecto hacia las montañas para ubicar al líder de los
dragones. Este líder era llamado Honoris bellator, que significa
guerrero de honor, nombre que le puso el Gran Padre porque su
descendencia estaba compuesto de los mejores guerreros.
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El Caballero de Armadura Negra ya estaba cerca, pues ya había

avanzado casi a las alturas de las montañas. Pero uno de los
dragones del ejército de Honoris bellator, lo atacó porque pensó que
se trataba de un enemigo que estaba usurpando los suelos de los
dragones. Antiguamente muchos hombres iban a cazar a los
dragones para vender sus partes, ya que en aquel momento valían
mucho en monedas de oro.
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El Caballero de la Armadura negra no pudo zafarse del ataque. Este

dragón pertenecía al ejército y era muy fuerte, feroz y rápido.
Entonces el Caballero trató de hablarle y decirle que venía en paz
para un propósito. Pero el dragón no le creyó y siguió atacando.
Entonces el Caballero le mostró una medalla del Gran Padre para
persuadirlo. El Gran Padre era respetado por los dragones por ser
un hombre noble, de gran corazón y pacífico.
Sólo así se detuvo. Pero no le creyó del todo, así que lo levantó de
sus zapatos con sus dientes y lo llevó hacia el reino de Honoris
Bellator.
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Capítulo 11
El reino de Honoris Bellator
De esa forma, y para su fortuna, llegó al reino de Honoris bellator. El
dragón fuerte lo puso a los pies de su Rey. Con una de sus patas
empujó su cabeza en señal de inclinación a su líder y como forma de
respeto hacia él, pues los dragones siempre lo hacían, y un ser
humano tenía que hacer la señal con más razón ya que era un
extranjero en sus tierras.
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Así conoció a Honoris Bellator, quien le preguntó el porqué de su

llegada a sus tierras. El Caballero de la Armadura Negra le dijo que
venía en signo de paz y con un propósito encomendado por El Gran
Padre Sabio. Sólo entonces Honoris Bellator lo escuchó. El Caballero
le pidió su ayuda para ganar la guerra contra los terranovanos. Le
contó cómo fue masacrado su pueblo y cómo estaban en peligro
otros clanes cercanos a Santa Lucía.
Entonces Honoris Bellator le dijo que ellos no podían entrometerse
en las guerras y peleas de los hombres, porque no querían poner en
peligro a su reino, que hasta el momento permanecía en paz.
Además, era de suponer que muchos dragones podrían perder la
vida en esa guerra. Y que para su reino cada uno de ellos era
importante, porque todos tenían familias de dragones. Además, eso
significaría hacerse de enemigos, que a la fecha no tenían. Ellos sólo
querían vivir tranquilos y alejados de los hombres, por eso es que
vivían en las alturas de las montañas, para que nadie los moleste.
Prácticamente Honoris Bellator rehusó ayudar al pueblo de Santa
Lucía y a los aliados. Entonces, al no poder persuadir al líder de los
dragones, el caballero de armadura negra sacó nuevamente la
medalla del Gran Padre y se lo entregó, en señal de que el propósito
venía también de alguien de mucho honor.
El líder de los dragones lo pensó un poco más y recordó con ello que
Gran Padre en algún momento también lo ayudó para que los
hombres dejen de asesinar a los dragones. La influencia de Padre
Sabio sobre todos los clanes era muy fuerte en ese entonces, lo que
hizo que se deje vivir en paz a los dragones alejados de los hombres.
Además, el pueblo del Gran Padre siempre ofreció corderos a los
dragones para que se alimenten en las alturas, en señal de respeto.
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Así fue que Honoris Bellator reconsideró la petición. Y decidió

ayudarlos con una condición, que una vez eliminado al ejército de
terranova, los hombres de todos los clanes vivieran en paz por
mucho tiempo, y deje de haber guerras y peleas que sólo causaban
la muerte de inocentes.

El Caballero de la Armadura Negra, aceptó el trato, y esto fue sellado

con la sangre de ambos, que fue guardado en la medalla del Gran
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Padre, en señal de que este compromiso debía ser respetado por

siempre.
Entonces el Caballero de inmediato descendió al pueblo de
Comandía donde lo esperaba Gran Padre. Le contó todo lo sucedido
y Gran Padre quedó satisfecho con el compromiso. Así ambos
empezaron a planear el ataque a los terranovanos y preparar al
ejército en unidad con los líderes de los pueblos cercanos.
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Capítulo 12
El Ataque a los terranovanos
Gran Padre envió a dos mensajeros a comunicar de este plan a los
dragones y a los clanes aliados. Honoris Bellator decidió reunirse con
Gran Padre en un lugar lejano para ultimar algunos detalles del plan.
Así como para reencontrarse después de tanto tiempo, porque para
ambos su amistad era de gran significación.
Al día siguiente, una madrugada fría, todo estaba listo para atacar a
los terranovanos, quienes estaban desprotegidos y dormían en sus
casas. Todo el ejército de Comandía y los otros clanes cercaron el
pueblo que habían conquistado, Santa Lucía. Estaban armados con
espadas, arcos y lanzas. Eran miles de hombres que se pusieron a
disposición del Gran Padre. Éste se encontraba junto al Caballero con
de la Armadura Negra dirigiendo el ejército que atacaría a los
terranovanos.
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En ese momento llegó el ejército de los dragones, para apoyar a Gran

Padre. El líder de los dragones, Honoris Bellator, levantó al Caballero
de la Armadura Negra en sus espaldas, para iniciar el ataque. Así fue
que comenzó la guerra contra los terranovanos, quienes habían
conquistado a Santa Lucía.
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Los terras fueron sorprendidos. Cientos de soldados empuñaban sus

espadas y lanzas para atacarlos. Con mucho miedo reaccionaron y
enfrentaron al ejército que era liderado por el Caballero de la
Armadura Negra. Pero más fue su sorpresa cuando vieron a los
dragones atacarlos y lanzarles fuego.
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Entonces los terras decidieron sacar de sus celdas a otras bestias

parecidas a los dragones, pero a diferencia, éstos tenían cuerpo de
serpiente.
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Así se enfrentaron ambos pueblos de forma brutal. Los dragones

dirigidos por Honoris Bellator mataron cientos de aquellas
serpientes, pero la batalla aún no terminaba, los terras eran soldados
salvajes y no escatimaron en utilizar todo lo que tenían a mano para
acabar con el ejército de Gran Padre.

Las serpientes, que también volaban atacaron ferozmente a los

dragones. Muchos resultaron heridos pero continuaron con
luchando dignamente.
Asimismo, cientos de soldados del pueblo de Gran Padre murieron,
pero empezaron a ganar terreno al estar dirigidos por el Caballero
de la Armadura Negra. Poco a poco empezaron a vencer, y los terras
que quedaron vivos huyeron. Y casi la totalidad de las serpientes de
los terras murieron, gracias a los dragones dirigidos por Honoris
Bellator.
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Capítulo 13
Santa Lucía es recuperada
Así fue como se recuperó el pueblo de Santa Lucía. Esta región volvió
a ser habitada por su gente. Todo gracias a la ayuda de Gran Padre y
los dragones. El agradecimiento del Caballero de la Armadura Negra
fue tal, que hizo el compromiso de convertirse en guardián de todos
los clanes, para que los terras nunca más vuelvan a destruir y matar
a gente inocente.
Los dragones volvieron a sus montañas, pero también fueron
recompensados por su ayuda en la batalla. El pueblo de Santa Lucía
no sólo continuó dándoles alimentos, sino que se comprometieron a
que nunca más les pedirían ayuda en una batalla, ya que varios de
los dragones murieron. Sin embargo, por siempre serían aliados, de
forma pacífica.
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Gran Padre, muy contento por la victoria, retornó a su pueblo y dio

una lección de vida al Caballero Negro Éste nunca olvidaría a Gran
Padre por toda la ayuda brindada por él.
El pueblo de Santa Lucía nombró así al Caballero, guardián y
protector de este pueblo y le obsequió una espada de oro, como
señal de su agradecimiento.
Finalmente, el Caballero de la Armadura Negra descansó después de
una ardua batalla por lograr la victoria, su corazón quedó en paz y su
alegría volvió a su ser. Después de esta experiencia, el Caballero
Negro juró luchar por mantener la paz en las regiones vecinas por
siempre.