Estandares de Prueba
Estandares de Prueba
Estandares de Prueba
FACULTA D DE DERECHO
2019
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Ahora bien, al unir las dos expresiones de forma sintáctica, se puede entender en
primer orden que el estándar de prueba está concebido como un modelo o patrón de referencia
desde la prueba, que debe ser tenido en cuenta por el decisor en relación directa con la
corroboración de los hechos, para poder afirmar válidamente que un hecho de relevancia
jurídica está probado desde el nivel de conocimiento establecido como parámetro por el
legislador y que indudablemente permite predecir una decisión razonable.
Larroucau Torres, Jorge. Explica que el estándar de prueba “es el umbral que
permite saber si un relato puede considerarse probado dentro de un proceso. La elección del
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estándar de prueba supone siempre una decisión normativa, por lo que, nos exige saber cuáles
son las cuestiones valiosas que se perderían a causa de una sentencia errónea.”. También lo
define como; “la respuesta que ofrece la ley procesal ante la inquietud de cuándo una
narración se encuentra acreditada o descartada al concluir un litigio, en otras palabras, se trata
de una norma (legal o no) que reparte los riesgos de errores en escenarios cuyo rasgo común
es la incertidumbre”.
Daniela Accatino. Lo refiere como: “aquel umbral de suficiencia para valorar si las
pruebas disponibles son idóneas para decidir si está o no probada en un proceso una
determinada proposición sobre los hechos”.
Los anteriores autores, Larroucau y Accatino, concuerdan en que la elección del
estándar probatorio conlleva a decisiones políticas-normativas. La decisión normativa,
generalmente es adoptada por el legislador, definiendo éste los márgenes y parámetros dentro
de los cuáles debe moverse el juzgador. De esta forma, la tarea del derecho es hacer la
elección apropiada a la situación concreta, por ejemplo, el derecho puede tener como objetivo
minimizar los errores generales, disminuir los daños o perjuicios que se puedan generar, o
desfavorecer ciertas afirmaciones, o evitar un especial tipo de error como sería condenar a un
inocente, cualquiera sea la elección, ésta será una decisión política normativa.
Vásquez (2013) indica. ‘’El concepto de estándar de prueba, surge del acto de valorar
la prueba, de darle un peso demostrativo, o de asignarle por parte del juez – validez (con
respecto a la confirmación verdadera de uno o más hechos, materia de discusión en el
proceso) a través del sistema de valoración adoptado’’.
Laudan (2013) define. ‘’Los estándares de prueba como los criterios que indican
cuando se ha conseguido la prueba de los hechos, son además los criterios que indican cuándo
está justificado aceptar como verdadera hipótesis del caso en particular’’.
Ferrer (2007). ‘’Puntualiza que el estándar de prueba es un umbral a partir del cual se
acepte una hipótesis como probada’’.
Torres (2012) manifiesta. ‘’Un estándar probatorio es la respuesta que ofrece ley
procesal ante la inquietud de cuándo una narración se encuentra acreditada (o descartada) al
concluir el litigio”. Toda vez que para el juez aclarar dudas sobre los hechos que ocurrieron
acude a un estándar de prueba en el cual puede sustentar el sentido de su decisión.
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Precisa este autor que el estándar de prueba consiste en formular los criterios objetivos
que indican cuándo se alcanza ese grado de probabilidad, señala que los estándares de prueba
son criterios que indican cuando se ha conseguido la prueba de un hecho, son los criterios que
indican cuando está justificado aceptar como verdadera la hipótesis.
Gascón Abellán Marina. “son los criterios que indican cuándo se ha conseguido la
prueba de un hecho: o sea los criterios que indican cuándo está justificado aceptar como
verdadera la hipótesis que lo describe”. Lo anterior, teniendo en cuenta que esto ocurrirá
cuando el grado de probabilidad o de certeza alcanzado por esa hipótesis se estime suficiente,
la construcción de un estándar de prueba implica dos cosas: a) en primer lugar implica decidir
qué grado de probabilidad o certeza se requiere para aceptar una hipótesis como verdadera; b)
en segundo lugar, implica formular objetivamente el estándar de prueba, es decir, formular los
criterios objetivos que indican cuándo se alcanza ese grado de probabilidad o certeza exigido.
Por otro lado el Consejo de Estado define el estándar de prueba como el grado de
conocimiento que le permite al juez determinar la existencia de un hecho o hipótesis en la que
el juez sustenta la decisión. (Sentencia-(2362-12), 2016)
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Por su parte la Corte Suprema de Justicia (C.S.J., 2017), define el estándar de prueba
como:
El exigido para dictar una orden de arresto o comparecencia ante el tribunal (Art. 58
del Estatuto de Roma), el correspondiente a la confirmación de cargos (Art. 61 Estatuto de
Roma) y el que debe satisfacerse para imponer una condena (Arts. 66 y 74).
Como lo demuestran las anteriores concepciones, se puede afirmar, que las nociones
son diversas, pero, todas ellas tienen una similitud y es que uno de los objetos, tal vez el
principal del proceso, es la búsqueda de la verdad, a través de unos márgenes o unos
parámetros dentro de los cuales debe moverse el juzgador. Lo anterior con el fin, de que el
juez al momento de tomar una decisión no sea arbitrario. Cabe aclarar que todas las
decisiones deben ser motivadas. Como puede observarse, los estándares de prueba se utilizan
en un proceso de valoración racional y cumple la función de guía de una valoración racional y
una función justificadora en cuantos criterios de la motivación.
2.1 Estándares mínimos o medios: Son aquellos que se utilizan para establecer
parámetros de corroboración y conocimiento como soporte a las decisiones medias o de
impulso procesal como es el caso penal donde se requieren niveles de conocimiento para
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Entonces se podría decir, que dentro del plano de la toma de decisiones de los jueces
que no resuelven un proceso como tal, sino que van a servir de impulso para encontrar la
verdad real también se debe de tener en cuenta los estándares de prueba, en este caso los
mínimos o medios que le indicaran al juez una certeza o un nivel de conocimiento sobre los
hechos facticos para aplicar medios de impulso para la solución del caso como los que se
mencionaban anteriormente para cada materia (penal, disciplinario y familia).
se espera que esta decisión obviamente sea coherente entre lo que declaran tanto demandante
como demandado y lo que las pruebas le revelan al juez.
2.2.1. Conocimiento más allá de toda duda razonable: ‘’El estándar de prueba de
conocimiento, “más allá de toda duda razonable”, tiene su origen en el sistema del Common
Law, es decir en el derecho consuetudinario, basado primordialmente en las decisiones
adoptadas por los tribunales, un sistema eminentemente jurisprudencial’’ (Ocampo y
Restrepo, 2018, pág. 28).
Este estándar pretende que el juez únicamente pueda llegar a condenar a un imputado
en el caso que mediante las pruebas aportadas se haya alcanzado el nivel de certeza
obligatorio que demuestre su culpabilidad, pues de no ser así debido a la existencia de
dudadas razonables con respecto a su inocencia y a pesar de las pruebas en su contra, el
togado entonces; debe proceder a la absolución de la persona sobre la cual versa el proceso.
Así mismo se necesita de cabal precisión por parte del enjuiciador pues en materia
penal se busca demostrar la culpabilidad del acusado. En ese sentido, de acuerdo con Laudan
(2013) es crucial entender la lógica de la interacción entre el estándar de prueba y el beneficio
de la duda (Ocampo y Restrepo, 2018).
Taruffo (2005) afirma ‘’ este tipo de estándar de prueba hace referencia a la relevancia
de una prueba cuando ésta tiende a hacer más probable o menos probable un hecho’’, es decir,
se trata de la autonomía que tiene el juez de inclinarse por cierta hipótesis sobre las demás
pues según este aquella está más ajustada a la razón y tiene un nivel de probabilidad superior
al de las otras, permitiendo así racionalizar la discrecionalidad del juzgador a la hora de tomar
una decisión sobre un caso en concreto.
2.2.4 Certeza más allá de toda duda razonable: Este estándar de prueba fue
enunciado por el Consejo de Estado mediante la Sentencia 2362-12 del 06 de octubre de
2016- Sala de lo Contencioso Administrativo Sección 2 Subsección dos. CP Sandra Lisset
Ibarra, afirmando que la veracidad de cierta teoría sobre un caso en concreto solo será
aceptable si se elimina la factibilidad de las demás a pesar de que estas sean probables, pero
solo la primera es la única que sostiene la decisión.
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Conforme al desarrollo del derecho probatorio, se han gestado varias teorías sobre los
sistemas para realizar la valoración de la prueba. Se caracterizó en una época anterior (edad
media), la tarifa legal, estructurada en el concepto de que la norma legal expresaba el valor
que se le debía asignar a la prueba, no existía una interpretación por parte del funcionario
judicial, él estaba atado a dicho parámetro y no se podía alejar del mismo.
Un sistema estricto que se justificó en la época por la falta de jueces profesionales y
preparados para la función. Se buscó una solución para administrar justicia con igualdad,
dándoles a las personas encargadas de dirimir litigios, las herramientas de valoración de
pruebas de tal forma que no tuvieran que realizar esfuerzos mentales ni de raciocinio que
afectara la estabilidad normativa. Esa tarifa legal significa que el valor de la prueba está
establecido en un estatuto o código, marcándole al juez el grado de eficacia que debe
atribuirse a determinado elemento probatorio. Conocida además como la llamada prueba
tasada, prueba legal o apreciación tasada.
Por otra parte está el sistema valorativo conocido como “íntima convicción” hace
referencia a que el juzgador interpreta las pruebas conforme a su parecer, no tiene límites y es
él quien impone el marco de referencia. Aquí se otorga un poder supremo al juez quien tiene
plenas facultades discrecionales para apreciar la prueba libremente, no está ligado a pautas
legalmente preestablecidas. El funcionario judicial se vale de intuiciones, sentimientos,
impresiones o de cualquier estado emocional para llegar a la decisión final; la sentencia se
encuentra instituida en una autonomía e independencia que puede contrariar la finalidad del
derecho porque se promociona el predominio de los sentimientos sobre la razón.
La “sana critica” (libre apreciación) es un sistema intermedio entre la tarifa legal y la
íntima convicción, que exige que el funcionario judicial, al momento de realizar el análisis
correspondiente, no esté sujeto a una norma para realizar la valoración y tampoco puede ser
producto de sus emociones y sentimientos propios, su decisión debe fundarse en la razón.
El juez debe llegar a la certeza de los hechos materia del litigio (de los hechos que
interesan al proceso), por medio de la lógica y criterios racionales, siendo el funcionario
totalmente coherente con el ordenamiento jurídico, garantizando la aplicación de la norma
sustancial (el derecho, prerrogativa, beneficio o sanción en ella consagrado).
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Por esa misma razón, el artículo 187 del Código General de Proceso impone al juez la
obligación de sustentar razonadamente sus conclusiones sobre los hechos: «Las pruebas
deberán ser apreciadas en conjunto, de acuerdo con las reglas de la sana crítica, sin
perjuicio de la solemnidades prescritas en la ley sustancial para la existencia o validez de
ciertos actos. El juez expondrá siempre razonadamente el mérito que le asigne a cada
prueba».
Este mandato fue íntegramente reiterado por el artículo 176 del Código General de
Proceso.
ii) al apreciar la prueba en su materialidad, mediante la asignación del valor que cada
una de ellas posee segGún su contenido de verdad, y al estimarlas en conjunto y contexto
según las reglas de la ‘sana crítica’. En este caso la valoración no está dada de manera a priori
por la ley, sino que se determina a partir de la justificación (externa e interna) o motivación
razonada que el juez hace de las decisiones que toma sobre los hechos con base en su recto
raciocinio, experiencia, habilidades perceptivas e interpretativas, y pre concepciones
hermenéuticas que le permiten contar con un trasfondo de referencia o contexto que imprime
sentido a los datos arrojados por los medios de prueba.
Además, la ley debe establecer la probabilidad requerida en niveles que sirvan a los
objetivos del sistema, que, en el caso de los Estados Unidos, es racional y deseable identificar
la verdad del caso, por lo tanto, la investigación es una cuestión de probabilidad y el sistema
debe tratar de optimizar sus estándares probabilísticos con ese objetivo. Así, hay tres tipos de
estándares que pueden ser aplicados en las diferentes circunstancias particulares de acuerdo a
los hechos, a saber:
El mencionado estudio, señala que en los países del civil law la teoría de la
probabilidad se manifiesta a sí misma sólo a través del esquema de prueba legal, ajustada al
peso apropiado de cada clase de evidencia. La explicación de ello, en parte, se explica por la
idea fraguada en la Revolución Francesa, en que se instaló la desconfianza en los jueces y se
privilegió la idea de certeza jurídica, cuestión que ocasionó que los abogados civilistas
ignoraran o mostraran desinterés por los estándares de prueba. Mientras que en los países del
common-law, no se generó esta ruptura, logrando que el concepto de probabilidad se instalara
y desarrollara al punto de que se eligió conscientemente un estándar bajo para los casos
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civiles con el objetivo de minimizar los errores, eligiendo como regla general el estándar de
preponderancia de la evidencia.
En efecto, en los países del civil law prima la percepción de que el juez debe averiguar
la verdad, lo que ocasiona que ellos busquen algo similar a la certeza e incluso que ellos la
encuentren; en contraste, el commonlaw, al estar basado en un sistema adversarial, presentan
una parte o lo que consideran verdad, pudiendo sensibilizar a los jueces acerca de esta incierta
evidencia, lo que se combina con el estándar de preponderancia de la evidencia, que permite
aceptar dicha falta de certeza. De este modo, no es sorprendente que a los jueces de los países
del civil law les acomode más el estándar de íntima convicción que otro estándar, aunque los
autores del estudio advierten que dicha diferencia ya no estaría tan vigente pues los sistemas
del commonlaw y civil law reducen las facultades de los jueces únicamente a interrogar
testigos y expertos, derivando la responsabilidad de contrastar los hechos al abogado litigante,
por lo que esta teoría tampoco serviría como criterio de explicación.
juez con base a los estándares de prueba debe crear su convencimiento de los hechos que
dieron lugar a la controversia que se decide en el proceso establecido. El juez deberá construir
con base a las pruebas debidamente aportadas al proceso y, ayudarse de su conocimiento y su
pensar racional, un convencimiento más allá de toda duda razonable o una probabilidad
prevalente, dependiendo si es un proceso penal u de otra naturaleza como contencioso, laboral
o civil. Es decir el deber de llegar a la verdad o al convencimiento con un alto grado de
probabilidad.
También podemos inferir que de las escuelas epistemológicas mencionadas
previamente, la que prevalece en la construcción del conocimiento de los jueces dentro del
proceso es la escuela del Criticismo, la cual permea los estándares de prueba en todo
momento, debido a que con estos estándares se busca una verdad en términos de probabilidad,
en el entendido de que algunos de los hechos se pueden confirmar efectivamente, mientras
que otros no dan tanta certeza. Por lo que si recordamos que el Criticismo cree en que se
puede llegar a la verdad, pero para llegar a esta es necesario un exhaustivo examen racional,
se puede fácilmente dilucidar que este examen racional es el que los jueces realizan cuando
aplica uno de los estándares de prueba, para construir su convencimiento, de los hechos.
Que las decisiones que debe proferir por medio de la sentencia que le ponga fin a la
contención o al conflicto, son tomados con gran influencia (inconscientemente) de la corriente
del Intelectualismo, por lo que estas decisiones son tomadas por los jueces usando la
apreciación que realizan de las pruebas y, de los hechos, de los cuales pueden inferir que son
verdaderos o que poseen un alto grado de probabilidad, y esto solo se lo da gracias a la
racionalidad y las leyes de las experiencias que puedan traer a colación para decidir sobre el
caso concreto.
En síntesis la construcción del conocimiento durante el juicio se realiza de una forma
epistemológica de corte del criticismo e intelectual, por lo que se busca un grado de
probabilidad alto para decidir (entre 90% y 95% en procesos penales y, un 51% en los demás
procesos), aun cuando se concibe la idea de que no se podrá llegar a la verdad absoluta del
caso (100% de certeza).
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Existen hoy día dentro de los diversos sistemas procesales, así como dentro del mundo de los
estudiosos del derecho, diferentes posiciones en cuanto a cómo se debe distribuir el error para la
averiguación de la verdad de un enunciado.
La gran mayoría de los doctrinantes enfocan la distribución del error mayormente en la actividad
de los estándares de prueba, sin embargo, existe también un grupo minoritario de doctrinantes
(con los cuales estamos de acuerdo) que postulan que todas las reglas que regulan la prueba son
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Comencemos por definir lo que puede ser o debe ser la prueba: en palabras del doctor Devis
Echandia “debe entenderse por prueba judicial: El conjunto de reglas que regulan la admisión,
producción, asunción y valoración de los diversos medios que pueden emplearse para llevar al
juez la convicción sobre los hechos que interesan en el proceso” (Teoría general pág. 78).
Del anterior enunciado se puede extraer claramente que existen reglas que se desarrollan a lo
largo del proceso (antes de y después de), la apreciación valoratoria elaborada por el juez para el
convencimiento de los hechos y para la justificación de la decisión.
Un ejemplo de ello puede darse referente a la distinción entre un hecho genérico y un hecho
individual. El primero de ellos versa sobre si el hecho ocurrido corresponde a un hecho descrito
en una norma y que conlleva a una consecuencia jurídica, mientras que el segundo corresponde
directamente a lo que se debe establecer en un proceso judicial, esto es, que este hecho haya
tenido lugar.
Lo que quiere decir que dentro del proceso se utilizarán reglas para determinar si el hecho
individual realmente ha tenido lugar u ocurrió y de esta forma se determinará la verdad del
enunciado, a su vez también, dentro del mismo proceso el juez deberá examinar si ese hecho
individual se adecua o no, a uno establecido dentro de una norma jurídica y la adecuación de tal
compartimento consagrado en esa norma conlleva a una consecuencia jurídica.
El juez dentro del sistema procesal Colombiano, debe ceñirse a las diferentes reglas que regulan
la prueba y, que directa o indirectamente tiene unas consecuencias sobre la decisión que ha de
adoptar, dentro del proceso. Ejemplo de ello puede ser: La norma constitucional al debido
proceso, el principio de legalidad, el derecho de defensa y el principio de la cosa juzgada. Así
también, como los preceptos consagrados en el código general del proceso referentes a la
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“…dado que la declaratoria de inconducencia de una prueba, puede conllevar a la violación del
derecho de defensa y el debido proceso, con innegables perjuicios para el inculpado, el
investigador debe proceder con extrema cautela y en caso de duda, optar por la admisión de la
prueba…”.
Cabe aclarar que toda decisión del juez debe ser motivada tal cual como lo exige la ley, y dicha
motivación también se predica en los casos en los que el juez declara inconducente o
impertinente una prueba. Al respecto la sentencia T-436/92 dice: “la exposición razonada de los
argumentos y las pruebas del sindicado no solo sirven al interés particular de este, sino también
al esclarecimiento de la verdad”. Lo que quiere decir que en el razonamiento judicial, la prueba
cumple de criterio de decisión para elegir racionalmente la hipótesis que ha de ser seleccionada
como fundamento empírico de la decisión judicial (Twining 1994 Pág. 179).
Todos y cada uno de los anteriores enunciados demuestran que el sistema jurídico procesal
colombiano contiene normas de obligatorio cumplimiento para el juez y que a lo largo del
proceso deben ser respetadas y garantizadas por él, que de forma directa tienen relación con su
decisión y evita que se cometa un error. También en otros casos, le permite distribuir el error
en la conclusión probable.
Ahora existen también reglas que en el contexto procesal operan como estándares de selección
de la descripción de los hechos que se enuncian. Estos se predican a la hora de probar si un
hecho es jurídicamente relevante y de él depende la decisión judicial. Estos criterios son de uso
exclusivo del juez para decretar la pertinencia o relevancia de una prueba.
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Estos criterios son: criterio de relevancia jurídica y criterio de relevancia lógica, este juicio,
conocido “como el juicio de la relevancia de la prueba” sirve en el proceso para establecer de
forma hipotética si un medio de prueba debe ser admitido (Taruffo 2002 pág. 259).
En el artículo 168 del código general del proceso se faculta al juez para rechazar mediante
providencia motivada las pruebas ilícitas, las notoriamente impertinentes las inconducentes y las
manifiestamente superfluas o inútiles.
En cuanto a la pertinencia: requiere que los hechos deben estar orientados a la demostración de
algo inmediato y especifico, pero a le vez debe tener una relación lógica con lo que es objeto de
prueba. El examen de esta relación lógica es elaborado por el juez y no es otra cosa, que el juicio
de la relevancia de la prueba, el cual es de carácter subjetivo y tiene incidencia directa tanto en
los medios de prueba como en la decisión.
El ejercicio de conocimiento empírico dentro del proceso judicial es un estado subjetivo del juez
y que según el grado en el que se acerque a la verdad puede producir certeza, probabilidad y
duda. En cuanto a la ultima es un estado de indecisión. Salir de la duda requiere de mayor
información, lo que quiere decir que al rechazar un medio probatorio por impertinente, puede
producir un mayor grado de duda en la conciencia del operador judicial o a su vez un mayor
grado de certeza lo que permite distribuir el error en cuanto al grado de acercamiento de la
verdad sobre un enunciado.
Al respecto de las pruebas ilícitas también mencionadas en el artículo 168 del código general del
proceso se dice que son nulas de pleno derecho la prueba obtenida con violación al debido
proceso (artículo 29 de la constitución política),tal cual como se predica de la norma
constitucional si una prueba relevante para lograr un convencimiento del juez ha sido obtenida
violando un derecho fundamental. Pese a su pertinencia y conducencia no podrá ser tenida en
cuenta por este dentro del proceso para tener como probada una hipótesis o tomar una decisión.
Al respecto (la corte suprema de justicia noviembre 15 de 2005 radicado 20487) cita: “la prueba
ilícita debe ser indefectiblemente excluida y no podrá formar parte de los elementos de
convicción que el juez sopese para adoptar la decisión, en el asunto sometido a su conocimiento
sin que pueda anteponer su discrecionalidad ni la prevalencia de los intereses sociales”. Es
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menester recalcar que la exclusión de la prueba ilícita no es una regla imperativa y, por lo tanto,
en ciertos casos el juez dispone de cierta discrecionalidad para evaluar determinados factores o
circunstancias. El fallo del (9 de febrero del 2006 radicado 19219 de la sal de casación penal) ha
señalado “que es legitima la grabación de las conversaciones privadas de la víctima cuando a
través de esa operación técnica se pude pre-constituir prueba con la finalidad de denunciar o
enervar un hecho que se presume delictivo (…)”.
Así las cosas planteando esta excepción en cuanto a la prueba ilícita se requiere de una
aplicación moderada y cuidadosa del “criterio de proporcionalidad”, frente a situaciones
concretas conforme al cual corresponde al juez escrutar y sopesar los intereses en conflicto o
tensión y según la conclusión a que sobre el particular arribe.
En este caso se requiere de un análisis subjetivo del juez que determinará que la prueba necesaria
pero ilícita puede excepcionalmente ingresar al proceso y facilitar el mayor o menor grado de
acercamiento en cuanto a la verdad de un enunciado.
Como se ha expuesto a lo largo de este numeral todas y cada una de las normas de carácter
constitucional, legal y jurisprudencial así mismo como las reglas de la lógica y la epistemología
permiten que en el proceso judicial cuando el juez haga un razonamiento probatorio de: los
enunciados, los medios de prueba y los medios de información empírica. Pueda evitarse que se
cometa un error, o a su vez que con el conocimiento de más, o menos medios probatorios se
pueda distribuir el grado de certeza o de duda conforme a la determinación verdadera de los
hechos. Que son fundamentos necesarios para su decisión y la selección de una de las tantas
hipótesis manejadas. Esto es, la distribución del error.
7. Conclusiones
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REFERENCIAS
Corte Constitucional, sala de revisión. (21 de abril de 2017) sentencia T-237/17.[MP Iván
Humberto Escrucería Mayolo].
Larroucau Torres, Jorge. Hacia un estándar de Prueba Civil. Revista Chilena de Derecho
vol. 39 N° 3, p783. [2012.]
Ramírez, N. P. (2017). Estándar de prueba en el proceso civil. Estudio sobre los tipos de
estándar de prueba y su necesidad en el futuro proceso civil chileno. Santiago de Chile,
Chile.