Mozart y La Música Del Rococo

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~ LA MUSlCA RELIGIOSA EN LA invierno, bastantes ocasiones de escri- ~
~ CORTE bir una <ópera bufa> ... aunque no ~
~ fuera más que por ejercitarse y no per- ~
~ Me entretengo en este momento en rnanecer ocioso. Es cierto que no se ~
~ escribir música de iglesia. Tenemos gana mucho, pero de todas formas es '-.'i»
~ aquí dos excelentes contrapuntistas: los algo; y uno alcanza por este medio
~I señores Haydn y Adlgasser. Mi padre más honores y reputación que con cien
~ es maestro de capilla en la Catedral, lo conciertos en ,Alemania. Y además, soy
que me ofrece ocasión de escribir tanta feliz cuando tengo que componer, es mi
música de iglesia como quiera. único júbilo, mi pasión.
Nuestra música de iglesia es muy di- (A su padre. 1777).
~ ferente de la de Italia y cada dla más. ~
~ AsI, una Misa con Kyrie, Gloria, Credo, ~
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sonata en la Eplstola, Ofertorio o Mo-
tete, Sanctus y Agnus, incluso la Misa
más solemne, la que el Prlncipe-Arzo-
UNA CANTANTE DEL SIGLO
XVIII.
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bispo dice ... no debe durar más de La primera cantante se llama Keiser; lf.il.'~
tres cuartos de hora. Es preciso un es- es la hija de un cocinero de un conde m
tudio especial para salir con bien en de aqul (M ünich). Muy agradable mu-
esta clase de composición; además de chacha, hermosa en escena .. ' todavla ~

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que se exige que sea una Misa con gran
orquesta, con trompetas de guerra,
timbales, etc.
(Al Padre Martini. 1776).
no la he visto de más cerca. Ha nacido
aqul. Cuando la escuché, era la tercera
vez que actuaba. Tiene una bella voz,
nopotente,perotampocodébil,muypu-
m

~ ra y de buena emisión. Cuando debe <fí-


~ lar:. durante algunos compases, admi·
~ EL JUBILO DE CREAR, ENTRE ro mucho' con qué belleza ejecuta el
OTRAS NECESIDADES. crescendo y el diminuendo. Ejecuta los
~ trinos todavla con bastante lentitud.
Siento el deseo irrefrenable de escri- La tarde en que actuó la Keiser, yo ~

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bir de nuevo una ópera. El camino es
largo, es cierto, pero nos encontramos
todavla muy alejados del momento en
que yo deberla escribir esta ópera. De
estuve en el palco de la familia Branca
y con unos anteojos pude seguirla aten-
tamente. Me ha dedicado más de una
lágrima de sus ojos. Grité <bravo, bra-
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m
~ ahora a entonces, muchas cosas pueden vissimo». La pieza tenía por nombre ~
~ cambiar. Creo que se podría siempre «La pescatrice»-, Es una muy buena tra-
~ entablar una negociaci6n. Si en esa épo- ducci6n al francés de una ópera cuya ~
~ ca no he encontrado empleo, tendrla música es de Piccini. No tiene aqul to- ~
~ todavla el recurso de partir a Italia. davla obras originales. Desearían poder m
~ Esto serían siempre mis 100 ducados se- dar pronto una ópera seria aIemana,- ~
~ guros para el Carnaval y una vez que y se me ha expresado que debería ser lf.il.'
~ estrenara en Nápoles, se me buscarla de yo quien la compusiera. El profesor ~
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todas partes. Hay, por otra parte, aqul
yaUlI, en la primavera, el verano o el
Huber es Uno de los que lo desean.
(A su padre. 1777). ¡
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HABLAR A SORDOS O CLAMAR
A PRINCIPES.
Cannabich compone en este momen-
" t o mucho mejor que cuando lo vimos
!m~
~" en Parls. Pero lo que hemos advertido m
.,« Estos tres dlas, en casa del Conde de desde el primer momento, tanto yo m
~ Salern, he improvisado mucho; después como mamá, es su manera uniforme de ~
~.~ he tocado las dos cassationes dedicadas comenzar las sinfonías, muy lenta- ~
;'(JA a la Condesa y para terminar, de me· mente y en unísono. ~
~~ moria, una serenata con rondó. No os Ayer en la tarde estuve en el ensayo ~g
podéis imaginar la alegria del Conde_ de una nueva Misa de Vogler. En mi m
~) Comprende la música, porque todo el vida he oldo algo parecido. Con fre- ~
~.J"" tiempo la interrumpía con sus «bravos», cuencia nada se encuentra de acuerdo, Y'~
\.í~ mientras que los otros gentiles hombres pasa de un tono al otro de manera que ~
~~ tomaban una raci6n de rapé, se sona· llega a hacer creer que quisiera tiraros ~
~" ban las narices, se rascaban el cuello o detrás de él por los cabellos. Pero no es m
.ZfJ: iniciaban cualquier conversaci6n. Yo le que esto valga la pena o se produzca ~~
~ dije: «Quisiera que el Prlncipe Elector en consecuencia de una forma original ~~
~ estuviera aquí. Al menos, oida algo de decir, porque las modulaciones son ~
~ mio. No conoce nada y no sabe lo que por completo vulgares. No quiero decir ~
~ puedo hacer. ¿Es preciso que estos nada del desarrollo de las «ideas>. So-
""~ grandes señores se informen tan s610 lamente afirmaré que es imposible que ~
o§Oc. con lo que cada uno les dice, sin querer una Misa de Vogler pueda agradar a ~k
~ ~
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~.~."
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examinar nada de por si? Quisiera in-
tentar un concurso. Que haga venir a
todos los compositores de Münich; que
invite también a algunos de Italia, de
Francia, de Alemania, de Inglaterra.
un compositor que sea digno de este
nombre. En dos palabras, he aquí que
oigo una idea musical que no es del
todo mala ... sospecho que -no va a
limitarse solamente a no ser rnala¡
I
~

~ de España ... Me creo capaz de com- quizás se hará pronto... ¿bella? ..


~ petir con cada uno de ellos>. ¡Oh Dios, no y mil veces no! Es mala ~~
09." Le conté todo lo que ocurrió conmigo y mallsima en lo que se transforma; y ~
~ en Italia y le rogué, si la conversación esto de dos o tres maneras diferentes. m
~ recala sobre mi, que expusiera estos (Al mismo. 1778). ~
~" hechos. Me respondi6: «Yo soy menos
~ que nada; pero en lo que dependa de ~
~ mi, contad de todo coraz6n'_ UNA ANTIGUA Y LEAL AMISTAD ~
~ (A su padre_ 1778). ,,~
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§)(. MANNHEIM Y SUS MUSICOS El Bach de Londres (Juan Cristián
~
)fe:
~ Bacb) está aqul desde hace catorce "..,.
~ Trabajo en este momento en una so- días. Viene para escribir una ópera ~
:; nata, que ya está terminada, menos el francesa. No está aqul más que para ~
~ Rondó. Tan pronto acabé el primer oír a los cantantes, regresará a Lon- m
§)( Allegro y el Andante, los traje a la ter- dres, escribirá su obra y volverá para :Y~
~ tulia de Cannabich y los interpreté yo ponerla en escena. Su alegria y la mla, ,,\~
~ mismo. Papá, no puede figurarse el cuando nos hemos vuelto a ver, podéis ~
§)(....
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éxito que obtuvieron. Estaban alll al-
gunos músicos de la orquesta: el joven
representárosla. Hay que reconocer que
es un hombre leal y que hace justicia a
&
"'"
~ Danner, Lang el cornista y un obofsta, las gentes. Le Quiero de todo coraz6n !yP.t
~ del que no sé el nombr~, pero que toca y siento una gran estimación ¡por él. Y ,,~
~ muy bien y con un sonido muy delica- él, es cierto, ha hecho mi elogio delante ~~
~ do. Le he ofrecido mi Concierto para de otras personas como ante mí mismo, ~
~ oboe, que se disponen a copiar en casa no con exageración, como hacen otros, ,,~
~ de Cannabich_ Este hombre está loco sino seriamente. ~
;¡o; de alegria y, a pesar de que sabe que es (Al mismo, 1778). ,,~
~ mio, le gusta mucho. Nadie me ha di- ~
o!U cho que no esté bien compuesto. Hoy ~
~ be tocado en casa de Cannabich la serie (De la edici6n comPleta de las ca.rtas ,,~
~ de mis diez Sonatas. de Mozart, escritas entre los aflos 1769- ~
~ (A su padre. 1777). 1781). ~~

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