En La Vida Como en Los Cuentos

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“En la vida como en los

cuentos, se les da libretos a


las personas, se les dice
cómo actuar, en qué pensar,
a dónde ir y qué decir” Fausto

Érase una vez, es lo que dicen algunos escritores al comenzar sus narraciones,
pero no es así como hace la génesis de sus cuentos la gran escritora Flannery
O'Connor al Sur de Estados Unidos de Norte America más exactamente en el
estado de Georgia cuando escribe dos de sus grandes obras que hoy vamos a
analizar en estas cortas líneas, eso sí, sin presunción porque es desde ya atrevido,
hacer comentarios que formen un emporio literario cuando la excelencia de sus
letras habla por sí sola en cada línea, en cada tema, en cada uno de los personajes,
parte de la cual nos vamos a ocupar en este texto en busca de identificar cuáles son
estos, qué es lo que hacen, dónde y cómo sucede todo ello. He aquí la piedra
angular de este escrito, los personajes. Estos, los vamos a analizar tomando como
referente los cuentos (El Lince y El Geranio).

El Lince y EL Geranio
Cuentos de Flannery O'Connor

El Personaje

— ¿Y el geranio, dónde está? —le gritó pese a que se le cerraba la garganta.


— ¿Pa qué llora? —Le preguntó el hombre—. En mi vida no había visto a un hombre
llorar así.

Los personajes son aquellos que ponen en acto el cuento, los que le dan vida,
aquellos a quienes les pasa lo que pensamos y soñamos al escribir, entre ellos los
hay principales o protagonistas y secundarios.
El autor es quien les da vida, los imagina, los crea y los hace vivir en las historias.
Los personajes pueden tomar varias dimensiones, pueden ser tanto personas como
objetos, animales, seres imaginarios. Ellos deben tener algunos rasgos humanos,
aunque no siempre lo sean; así podemos reconocerlos, y descubrir su propia
psicología. En las obras literarias pueden estar caracterizados de varias formas:
pueden ser reales o ficticios; tener muchas características de un ser humano común
o súper poderes, ser magos; vivir en una época actual, del pasado o del futuro.
También es bueno pensar al personaje desde otros puntos de vistas como: los
rasgos físicos, la actitud de los demás hacia ellos, la clase social, la orientación
cultural y el comportamiento.
En las obras los personajes se distinguen según la importancia que tenga para la
misma. El personaje que hace que la historia se mueva y gire en torno a él, se lo
llama personaje principal. Los personajes que acompañan al principal, que
generalmente cumplen el rol de familiares, amigos, novias/os se los denomina
personajes secundarios.

¿Hay lugares que producen miedo o personas que producen miedo en


diferentes lugares?

Como podemos ver en los cuentos a los que hacemos referencia con anterioridad,
el viejo Dudley del Geranio, tanto como el señor Gabriel del Lince, son personajes
de edad avanzada, con experiencias vividas que les da la capacidad para imaginar
un final o para estar prevenidos ante lo que les representa peligro o desconfianza.
Ellos que son los personajes principales de las obras, según el rol que les asigna la
autora, representan sin duda la vida de tantos que por su experiencia y sagacidad,
pretenden hacer la vida a su manera, y ver todo como vieron el pasado.
En El Lince, los personajes, el viejo Gabriel y sus nietos y los amigos de sus nietos,
giran en torno a un animal fantasmal que aparece buscando sangre de hombres y
el cual ya ha matado a un negro y debido a ello todos le temen al momento de su
llegada. Gabriel es un viejo sabio y precavido, cuando se les pregunta si ha matado
linces, suele dejar que el tema se escurra dentro de la conversación, parece valiente
pero teme estar solo, teme dejar su ventana abierta…
— ¿Cuántos linces mataste, agüelo?
Gabriel se detuvo; el plato de panceta le tembló en la mano.
—Sé lo que digo, muchacho.
En cambio el personaje principal que aparece en El Geranio, Dudley, es un hombre
de edad adulta que por razones ajenas se ve llevado a vivir en Nueva York, una
metrópoli donde le es imposible aceptar su vejez cuando le llaman veterano y mucho
más el hecho de que no puede salir a cazar zarigüeyas con su amigo Rabie a quien
sin duda extraña. Es un personaje vulnerable, solitario y frágil que quiere aunque
sea por un día mirar algo diferente a una planta tomando sol todo el día en una
ventana. Quien escapa de viejas inoficiosas en su pensión, ahora no tiene como
escapar de un Geranio, cuatro paredes… ya no hay raposas, ni escopetas ni
amigos, solo una miserable planta que sacan como al Cuadripléjico de su pueblo a
tomar sol. ¡Cuánto desea que haya viejas que le jodan la vida y lo aburran!
Son tantas las veces en las que el ser humano busca la solución a los problemas o
la causa de los mismos en los demás o en las cosas y poco tiempo dedica a mirar
su propia existencia.
Existir, mucho más que eso se necesita para ser feliz. Se necesita ser

Nuevamente tomando a Gabriel, lo vemos al final de la obra como lo reza este


fragmento, temeroso. Es el personaje que da vida a un ser que ante el mundo se
muestra valiente y que da idea de soluciones pero que en su ser no muy adentro,
lleva miedos que contradicen cada una de sus falsas palabras de valentía.
Como podemos ver, son dos cuentos que giran en torno a realidades diferentes,
pero sus personajes centrales están llenos de miedos; El Geranio muestra la
realidad de la vida en su declinar y lo duro que es el vivir en las ciudades donde el
vecino más cercano es la soledad y le acompaña la indiferencia; y en El Lince se
ven los mismo miedos del ser humano, sólo que aquí son salpicados por la fantasía
que no deja se representar la vida de cada ser que se crea fantasmas y hasta dioses
a lo que temer.

¿Será entonces que necesitamos el miedo para darles vida a dioses y demonios?

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