Campo de Infiltacion
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Campo de Infiltacion
Si los trabajos de campo para la caracterización del suelo y del acuífero subyacente y el
proceso de diseño de las balsas, así como su construcción han sido adecuados, el sistema
de depuración debe funcionar sin problemas durante un largo periodo de tiempo. Sin
embargo, además de los posibles errores que se pueden cometer en cualquiera de estas
fases, el lecho filtrante puede cambiar con el tiempo, de hecho, así lo hará debido a los
ciclos repetidos de inundación – desecado y al continuo aporte de materia orgánica.
La regeneración de la superficie de filtrado puede ir desde una simple escarificación
superficial y retirada de la materia orgánica, hasta un arado profundo. También es posible
la conveniencia de establecer periodos de descanso más largos de los habituales o incluso
la necesidad de dejar una balsa fuera de servicio hasta que las propiedades de infiltración
de su superficie se hayan regenerado. Sin embargo, no es posible predecir, antes de que
el sistema se encuentre operativo la frecuencia y necesidad de estos tratamientos y es la
experiencia diaria y la capacidad de observación del operario de mantenimiento de las
balsas lo que aconsejará el momento e importancia del tratamiento a realizar.
Lo anteriormente expuesto hace necesario que en el diseño de las balsas se prevea un
cierto margen, una flexibilidad que posibilite realizar los ajustes operacionales necesarios y
la optimización del uso de las balsas. Incluso con un buen diseño, hay casos en los que se
cometen errores en el funcionamiento, como por ejemplo, que todas las balsas estén llenas
al mismo tiempo, aunque se supone que el procedimiento debe ser cíclico, o que en cada
balsa se esté vertiendo hasta que ésta esté llena, antes de que el flujo sea dirigido a la
siguiente. Por estas razones es de vital importancia que el operario tenga la información y
los recursos suficientes como para que las expectativas de diseño puedan llevarse a cabo.
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La depuración de aguas residuales urbanas de pequeñas poblaciones mediante infiltración directa en el terreno
balsa. El operario entonces puede observar la velocidad de infiltración real después de que
la inundación de la balsa haya finalizado. Éste debe también dibujar las manchas húmedas
y las pequeñas áreas que queden encharcadas durante el periodo de secado, a esto debe
prestarse especial atención en el siguiente programa de mantenimiento.
La evaluación rutinaria de estos datos permite la optimización de las balsas mediante el
ajuste del programa de aplicación y vertido regular en las balsas.
Normalmente no es posible alterar la capacidad de bombeo para aumentar o disminuir
los valores de flujo, de forma que los ajustes requieren un cambio en los periodos de
inundación para una balsa determinada. Estos datos nos pueden servir como aviso de
cuando la colmatación está llegando a niveles inaceptables. No es posible la definición, a
priori, de unas reglas generales de aplicación, pero se puede tomar como regla preliminar
que toda el agua acumulada al final del periodo de inundación debería haberse infiltrado
completamente durante el primer tercio del periodo de secado. Si el final de la infiltración
necesita más de la mitad del periodo de secado, entonces será necesario realizar un
mantenimiento de la superficie de las balsas. Todos los tipos de suelos, excepto los de
materiales gruesos, deben dejarse secar y después se debe escarificar el fondo de la balsa
o eliminar la costra de colmatación una vez al año durante la estación más cálida y seca,
al margen de cuál sea la capacidad de infiltración en ese momento.
Foto 5.1 La formación de una costra de colmatación puede llegar a ser extraordinariamente rápida
si el agua infiltrada no ha sido convenientemente tratada para eliminar la materia en suspensión
antes del vertido.
En muchos sistemas el flujo de agua residual, en los primeros años de aplicación, puede
ser significativamente menor que el previsto en el diseño final, por lo que será necesario
contar con un programa de operación apropiado. La mejor aproximación consistiría en la
realización de ciclos rotativos de infiltración entre las balsas o entre grupos de balsas,
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Mantenimiento de los sistemas de infiltración rápida
usando sólo el número necesario para absorber el flujo actual. A éstas se les debe aplicar
la carga hidráulica de diseño. Esto nos puede proporcionar también una confirmación
temprana de que todas las balsas tienen la capacidad de funcionar dentro de los valores
de diseño. La flexibilidad operacional para hacer este tipo de ajustes requiere múltiples
células de sistemas de IR. Se recomienda un mínimo de tres células para los sistemas más
pequeños. El operario puede también tener que hacer ajustes o instalar alguna red de
distribución adicional en ésta, si la distribución de agua residual en la balsa no es uniforme.
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La depuración de aguas residuales urbanas de pequeñas poblaciones mediante infiltración directa en el terreno
En zonas muy frías, las temperaturas bajo cero durante largos periodos de tiempo,
hacen que los sólidos en suspensión que lleva el agua residual se desequen por el viento
seco y frío evitando que se forme una capa reductora de los valores de infiltración. Este
proceso de desecación tiende a compensar el impacto que sufre la infiltración como
consecuencia de la reducción de la actividad biológica debido al clima frío. Cuando se
establece un nivel de hielo de más de 0,6 m sobre la balsa, no se produce una reducción
significativa de la infiltración.
El mayor problema en la reducción de los valores de la infiltración parece ocurrir en
primavera cuando prevalecen las temperaturas más cálidas, ya que no se produce un
secado significativo de las balsas. La actividad biológica aumenta al aumentar la
temperatura, y algunas veces se puede formar una capa de material biológico que puede
reducir sensiblemente la infiltración. Si esto ocurre, hay que hacer previsiones para retirar
o escarificar esta capa para permitir la infiltración. (WPCF, 1990).
Durante los periodos de exposición solar excesiva, los sólidos en suspensión en una
balsa de IR pueden aumentar de 20 a 30 mg/l a un exceso de 100 mg/l. Cuando esto
ocurra hay que tomar medidas para acortar el periodo de dosificación de forma que el
agua no permanezca en las balsas tanto tiempo y evitar que esté durante las horas de sol.
(WPCF, 1990).
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Mantenimiento de los sistemas de infiltración rápida
– Absorción.
– Reacciones químicas y precipitación.
– Mezcla y dilución.
– Cambio de pH.
– Hidrólisis.
– Volatilización.
– Asimilación biológica.
– Reacciones microbiológicas.
– Desintegración radioactiva.
La influencia de todos y cada uno de estos procesos, en la depuración de los efluentes
infiltrados, depende de gran número de factores (calidad fisico-química y bacteriológica de
los efluentes y de las aguas contenidas en el acuífero, procesos de tratamiento empleados
previos a la infiltración, características litológicas y mineralógicas del subsuelo, espesor de
la zona no saturada, características climáticas de la zona, etc.), por todo ello, resulta
extremadamente aventurado generalizar sobre los resultados obtenidos en cada
experiencia concreta. Por otra parte, alguno de los procesos como la desintegración
radioactiva, se producen independientemente de las condiciones del medio o de las aguas
vertidas.
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La depuración de aguas residuales urbanas de pequeñas poblaciones mediante infiltración directa en el terreno
Nitrógeno
El nitrógeno es un nutriente esencial en el crecimiento de las plantas por lo que la mayoría
de los suelos responden a la adición de nitrógeno aumentando su producción; sin embargo,
las necesidades de nitrógeno para la producción óptima de los cultivos son muy inferiores a
los grandes volúmenes que aportan las aguas residuales, no estando compensados.
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Mantenimiento de los sistemas de infiltración rápida
Al llegar el nitrógeno al suelo en cantidades muy superiores a las que los cultivos
pueden retirar, éste percola bajo la zona de las raíces, y al desplazarse a través del suelo
llega al agua subterránea. Esto explica que frecuentemente se puedan encontrar altas
concentraciones de nitrato en los pozos poco profundos de zonas rurales, donde existe
una protección inadecuada de las instalaciones ganaderas o de las fosas sépticas.
La forma predominante del nitrógeno en las aguas residuales es normalmente el
amonio, aunque los nitratos también pueden estar presentes si el pretratamiento ha
incluido una o varias etapas aeróbicas.
También suele estar presente una pequeña cantidad de nitrógeno orgánico, del cual
una parte es soluble y fácilmente convertible en amonio a través de la acción microbiana.
El nitrógeno orgánico insoluble asociado a las partículas del suelo también puede
convertirse en amonio aunque más lentamente.
Cuando el agua residual se aplica al suelo se inicia una gran variedad de reacciones,
unas biológicas y otras no. De las reacciones biológicas las más importantes son la
nitrificación y la desnitrificación. La nitrificación es importante porque convierte formas del
nitrógeno no lixiviables en otras que pueden viajar con el agua de percolación. La
desnitrificación es importante porque es el principal proceso por el cual el nitrógeno en
forma de nitrato o nitrito es procesado a través del suelo y escapa a la atmósfera en forma
gaseosa.
Mecanismos de eliminación del nitrógeno de las aguas residuales.
El amonio es la forma mayoritaria en que el nitrógeno se añade al suelo durante la
aplicación del agua residual. Éste puede quedarse en la superficie del suelo como un catión
de cambio, en cuyo caso, competiría por los sitios de cambio con otros cationes que,
generalmente limitan este tipo de sorción a menos del 5% de la capacidad de intercambio
catiónico (CIC); o puede penetrar irreversiblemente entre los minerales laminares de las
arcillas micáceas. Una pequeña fracción del amonio aplicado superficialmente se volatiliza
como amoníaco durante la aplicación del agua residual; la extensión de la volatilización
dependerá del pH del suelo y del agua residual, de la CIC del suelo, de las condiciones
meteorológicas y de los valores de infiltración.
El amonio puede ser absorbido por el suelo cuando éste es transformado en nitrito
(nitrificación). Esta conversión se debe principalmente a la acción de bacterias autotróficas
como Nitrosomonas y Nitrobacter. Estas bacterias se encuentran normalmente en suelos
con una importante carga microbiana y están normalmente presentes en número
suficiente como para convertir el amonio en nitrato rápida y completamente si las
condiciones ambientales son apropiadas.
Respecto a la eliminación de nitratos, el suelo tiene una capacidad finita de absorción
de los mismos, especialmente en presencia de iones competidores. Por lo tanto, cuando la
desnitrificación o inmovilización es limitada, el nitrato se encuentra libre para moverse
hacia las aguas subterráneas profundas. Cuando este nitrato alcanza profundidades
suficientes, donde el bajo contenido en materia orgánica no permite las reacciones
microbianas, éste se comporta como un ion conservativo, en el agua subterránea, siendo
transportado junto con ésta a través del suelo.
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La depuración de aguas residuales urbanas de pequeñas poblaciones mediante infiltración directa en el terreno
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Mantenimiento de los sistemas de infiltración rápida
Fósforo
A diferencia del nitrógeno, el comportamiento del fósforo aplicado con el agua residual
es controlado principalmente por reacciones químicas.
En los sistemas de IR los principales mecanismos de eliminación de fosfatos en el agua
son la adsorción y la precipitación química, de sus componentes amorfos o cristalinos con
hierro, aluminio o calcio. Las superficies reactivas del hierro y el aluminio se producen al
romperse los bordes de los minerales cristalinos de la arcilla y las del calcio las encontramos
principalmente en los carbonatos cálcicos y calcico-magnésicos en estado sólido. En los
suelos ácidos, los fosfatos de hierro y aluminio son dominantes mientras que en los
alcalinos lo son los de calcio.
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Foto 5.2 El crecimiento explosivo de algas en las balsas de almacenamiento del agua o en las basas
de infiltración puede dar lugar a problemas imprevistos de colmatación del lecho.
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Mantenimiento de los sistemas de infiltración rápida
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La depuración de aguas residuales urbanas de pequeñas poblaciones mediante infiltración directa en el terreno
minerales del suelo, y de quelación con moléculas orgánicas. Los metales pesados en el
efluente residual pueden aparecer como quelatos solubles de bajo peso molecular. Estos
agentes quelantes pueden aumentar la movilidad de los metales en el sistema suelo
acuífero. Por otra parte, las deformaciones físicas, presiones, estiramientos y la sorción
pueden eliminar los metales complejados de alto peso molecular procedentes del efluente.
Al descomponerse las moléculas orgánicas, los metales quedan libres para reaccionar con
hidróxidos de hierro y aluminio, calcio y otros compuestos químicos del suelo y quedar
inmovilizados. Esta reacción de inmovilización será más pronunciada a pH alto y
condiciones aeróbicas que a pH bajo y condiciones anaeróbicas. El principal problema de
los metales pesados es que pueden acumularse en el suelo en cantidades demasiado altas
para la utilización de este como suelo agrícola. Sin embargo esto no es un inconveniente
en sistemas de infiltración rápida donde el suelo no se usa para la producción de cultivos.
Hay estudios que indican que el cadmio es el metal pesado más móvil en el ambiente
subterráneo.
El boro es adsorbido por hidróxidos de aluminio y hierro de los minerales de la arcilla,
por óxidos de hierro y aluminio, por minerales micáceos de la arcilla y por hidróxidos de
magnesio que aparecen en las superficies de erosión de los minerales ferromagnesianos.
En suelos arenosos y en acuíferos formados principalmente por cuarzo, la inmovilización
del boro no es significativa
El flúor proviene en el agua residual de la fluoración del agua de abastecimiento
público. Éste es adsorbido por varios componentes del suelo, especialmente óxidos de
aluminio hidratados, y precipitados como fluorita (CaF2) y fluorapatito. Es posible que la
eliminación de flúor continúe en el acuífero paralela a la eliminación de fosfato.
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Mantenimiento de los sistemas de infiltración rápida
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La depuración de aguas residuales urbanas de pequeñas poblaciones mediante infiltración directa en el terreno
degradación biológica. Sin embargo, muchos compuestos orgánicos que pueden ser
parcial o totalmente degradados, no pueden ser metabolizados por los microorganismos
del suelo. Además los factores ambientales, como el pH, el contenido en humedad, la
temperatura, la capacidad de intercambio catiónico, y la disponibilidad de aire pueden
limitar la capacidad microbiana para la descomposición de sustancias orgánicas traza .
McCarty et al. (McCarty et al, 1980) determinaron que para sustancias simples, hay una
concentración mínima por debajo de la cual la película biológica, lugar donde la actividad
biológica es máxima, desaparece. Esto se debe a que para el mantenimiento de los
microorganismos se necesita un nivel mínimo de sustrato simple que puedan reducir.
Aunque si la película biológica se mantiene debido a que estas sustancias orgánicas están
presentes en concentraciones suficientemente altas, los compuestos con concentraciones
por debajo de la mínima también se pueden degradar. Por tanto, el vertido de efluentes
primarios puede ser más beneficioso, desde el punto de vista de la degradación de los
microorganismos que el de efluentes secundarios y terciarios.
Bower y McCarty (Bower y McCarty, 1981) mostraron que los bencenos clorados traza
podrían ser usados por la película microbiana mantenida con acetato como sustrato
principal. La eliminación del acetato fue del 95% para un efluente con concentración 0,05
mg/l en la columna de estudio. Los bencenos clorados se redujeron en un 90 a 98 %, lo
que los autores atribuyeron a su utilización como sustrato secundario.
Por el contrario, McNabb et al. (McNabb et al, 1981) añadieron muchos componentes
orgánicos refractarios a suelos sin añadir sustrato orgánico biodegradable. Obtuvieron que
más del 90% del Tolueno fue degradado en una semana de incubación pero que sólo el
10% del clorobenceno se degradó en el mismo tiempo. Cuando el suelo fue autoclavado
antes de la incubación no se produjo degradación de ningún componente, esto indica que
la actividad biológica es responsable de este proceso.
DBO5
La principal fuente de descomposición de materia orgánica en el suelo son los
microorganismos. Este hecho en principio debería ser una ventaja, dado el tipo de
depuración de ARU de que se trata. En los casos en los que la carga de DBO5 es elevada,
las bacterias se reproducen a gran velocidad formando películas biológicas que pueden
llegar a obstruir los poros del suelo, reduciendo tanto la velocidad de infiltración como la
reaireación del suelo en la etapa de secado, lo que contribuirá a que los periodos de secado
cada vez tengan que ser más largos. A largo plazo, este sellado del suelo, que se ve
acelerado por los subproductos de las bacterias anaerobias, junto con el consumo de
oxígeno durante la degradación por acción bacteriana, puede conducir al desarrollo de
condiciones anaerobias en el interior del suelo. El resultado final por tanto sería el fallo del
sistema.
Meltcaf y Eddy recomiendan que las cargas de DBO5 esten dentro del intervalo de 45-
299 kg/ha/d ya que aunque en la bibliografía aparecen cargas más elevadas, los sistemas
requieren un mantenimiento más exhaustivo, e incluso ir precedidos de estudios en planta
piloto.
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Mantenimiento de los sistemas de infiltración rápida
Microorganismos
Bacterias
Las bacterias en el agua residual son eficazmente eliminadas mediante filtrado a través
del suelo o retención en su superficie y en los contactos interpartículas, junto con la
sedimentación y sorción por las partículas del suelo.
En suelos arcillosos, la adsorción juega el papel más importante en la eliminación de
microorganismos debido al pequeño tamaño de las arcillas, su forma aplanada, la
presencia de una gran área superficial para un volumen dado, y la sustitución de los
átomos de metal de valencia baja en su estructura cristalina, hacen de ellas lugares ideales
de adsorción para las bacterias, y sobre todo de los virus.
Es difícil hacer generalizaciones respecto a la distancia del recorrido de
microorganismos, pero el movimiento está relacionado directamente con los valores de
infiltración hidráulica e inversamente con el tamaño de las partículas del suelo y de la
concentración y composición catiónica del soluto. La retención y, en consecuencia, la
supervivencia también depende de los valores de flujo del agua subterránea, la tensión de
oxígeno, la temperatura, la disponibilidad de alimento, las formas antagonistas de la
microflora del suelo, el contenido en humedad, el pH, la insolación, el contenido en
materia orgánica, y la concentración inicial de bacterias.
Las zonas más superficiales del perfil del suelo juegan un papel clave en la eliminación
de las bacterias. Una vez que estos microorganismos son retenidos, el periodo de
supervivencia es función de la exposición a la luz solar, la oxidación , la desecación y el
antagonismo de la población microbiana en el suelo. En general, las enterobacterias
persisten en el suelo durante dos o tres meses, aunque se han detectado tiempos de
supervivencia mayores de 5 años. Sin embargo, la infiltración rápida intermitente del agua
residual suele obtener resultados significativos en la eliminación de bacterias.
Bouwer y Chaney (Bouwer y Chaney, 1974) observaron que las bacterias coliformes
fecales en general son eliminadas en los primeros 5 a 8 cm del suelo. Sin embargo, en los
suelos con materiales gruesos y grandes volúmenes de aplicación de ARU puede ser
necesario del orden de unos 30 m de suelo para su completa eliminación.
Virus
A diferencia de lo que ocurre con las bacterias, en las que la infiltración en la interfase
suelo-agua se muestra como el factor limitante de su movimiento a través de la ZNS, la
adsorción es el factor predominante en la eliminación de virus a través del suelo, este
fenómeno determinará no solo la eficiencia de la retención de virus a corto plazo, sino
también el comportamiento a largo plazo. La adsorción viene condicionada por variables
tales como el pH, la presencia de cationes en el medio, y la presencia de grupos ionizables
en los virus.
El mecanismo exacto de adsorción de los virus se desconoce. Sin embargo, existe una
teoría a cerca de la formación de una unión o puente arcilla-catión-virus como enlace entre
virus con carga negativa y partículas de arcilla. Puede que una reducción en la
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