Las 12 Leyes Del Karma

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Las 12 leyes del Karma

Este artículo fue redactado y avalado por la psicóloga Raquel Aldana

· 4 marzo, 2015

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 Los 19 tipos de sonrisa, según Duchenne de Boulogne


 ¿Por qué se nos pega una canción?
 El tiempo pasa más rápido a medida que envejecemos
El Karma es el juez de nuestros actos, es la energía transcendente e
invisible que se deriva de nuestros comportamientos y que va acumulando
consecuencias y pagos conforme a ellos. Las leyes del Karma nos dicen en
esencia que las fuerzas que pusimos en movimiento hace diez minutos o hace
diez vidas volverán a nosotros.
Íntimamente ligado a las reencarnaciones venideras, se convierte en la energía
que usaremos para limpiar el alma hasta que alcancemos la perfección. Mientras
que el Karma simboliza la responsabilidad y el pago por nuestras
acciones, la reencarnación nos ofrece la oportunidad de seguir
avanzando.

Según esto, nosotros tenemos la libertad de comportarnos como queramos desde


la primera encarnación y, en consecuencia, acumularemos esta energía. La
creación de Karma bueno y malo e intencional o no intencional dictará lo que
tenemos que enfrentar y resolver en la vida. Nuestra primera meta es aprender, a
través de la experiencia, a ser mejores.

Así, el Karma no da lugar a la casualidad. Profundicemos a continuación


en las leyes del Karma que dictaminarán cómo responderemos por
nuestras acciones, pensamientos y sentimientos.
«¿Existe una máxima que debería ser la base de las acciones que uno
toma a lo largo de su vida? Seguramente es la máxima de la
compasión: no hagas a otros lo que no quieras que te hagan a ti».
-Confucio-

1. La gran ley del Karma o la ley de


causa y efecto:
Hemos crecido con esta ley muy presente aunque no lo sepamos. Según
ella, aquello que sembremos es lo que cosecharemos. Lo que ponemos
en el Universo es lo que vuelve a nosotros. La energía negativa enviada a otros
volverá de nuevo a nosotros, pero eso sí, 10 veces más potente. El Karma es el
juez de nuestros actos que nos ayuda a reflexionar sobre
nuestros sufrimientos.
Así, y dejando a un lado este enfoque espiritual dicho principio
cuenta con una gran correspondencia psicológica. Pensemos por
ejemplo en ciertas dinámicas comportamentales. En ese padre autoritario, en esa
madre controladora o en ese amigo que traiciona o escampa rumores. El efecto de
todos estos actos es evidente en muchos casos: la distancia, el necesitar dejar a
un lado ese foco que en un momento dado nos dio solo sufrimiento e infelicidad.
Reflexionemos por tanto en dicha correspondencia. En la causalidad existente
entre nuestros actos y sus consecuencias.

2. Ley de la creación
La vida requiere que participemos de ella. Somos uno con el universo dentro y
fuera, somos parte de la corriente de nacimiento de la naturaleza y
nuestras vidas se reproducen como el resto de ciclos naturales. Lo que
nos rodea nos da pistas sobre nuestro estado interior. Crea las opciones que
quieras tener en tu vida.
Dentro del budismo cada uno de nosotros somos plenamente responsables de
aquello que hacemos. Las leyes del Karma nos enseñan que tenemos la libertad
suficiente para que seamos capaces de crear la realidad que deseamos. Sin
embargo, más tarde seremos jugzados en base a esas elecciones
tomadas, a ese tejido diseñado en base a nuestras acciones.
3. Ley de la humildad
Lo que te niegas a aceptar, te va seguirá ocurriendo. Este principio tan
conocido de las leyes del Karma es algo que vemos con muchas frecuencia en
nuestra cotidianidad. Todos de algún modo, presentamos ciertas realidades
internas que no queremos ver. En nosotros habita el egoísmo, el apego excesivo
hacia lo material o incluso nuestra dependencia absoluta hacia ciertas personas.
Ser humildes es ser capaz de ver al realidad aunque no nos
guste. Implica mirar hacia nuestro interior para ver todas nuestras heridas,
defectos y debilidades. Solo quien es capaz de verse con autenticidad es capaz a
su vez de ejercer un cambio. Y ese avance, ese logro debe partir desde la ley de
la humildad.
4. Ley del crecimiento
Donde quiera que vayas, siempre estarás tú. Para crecer con
autenticidad somos nosotros los que debemos cambiar y no las personas, los
lugares o las cosas que nos rodean. Pero llevar a cabo ese principio tan básico
requiere un gran esfuerzo. ¿La razón? Nuestra sociedad no nos ha educado
según la ley del crecimiento. Somos ese mundo obsesionado en mirar al
exterior, en ansiar lo que no tenemos, en envidiar lo que tiene el
otro. Somos entidades pasivas que esperan a que los demás cambien para
ajustarse a nuestras necesidades.
Solo tendremos control sobre nosotros mismos cuando seamos
capaces de crecer desde el interior. Dejando a un lado el contexto,
aceptando a los que nos rodean por lo que son y no por lo que nos gustaría que
fueran. Si procuramos ejercer cambios en el propio ser nuestra vida también
cambiará. Y esto ha de hacerse con cuidado para que redunde en un beneficio
kármico.
5. Ley de responsabilidad
¿Asumes la responsabilidad de cada una de tus acciones? La felicidad de los
tuyos depende de lo que hagas, de lo que digas o no digas, de tus silencios, de tu
presencia o tu ausencia. Eres responsable de tus elecciones, de tus
errores y de tus éxitos. Según las leyes del Karma todo aquello que nos
sucede es un reflejo del propio interior.
Queda claro no obstante que hay cosas que escapan a nuestro control. Cuando
menos lo esperamos llega la adversidad. Ahora bien, en estos casos lo que cuenta
es tu actitud hacia esos acontecimientos. El modo en que respondes también
determinará su efecto. Así que hazlo, sé responsable de tu persona, de tus
palabras, acciones y reacciones.

6. Ley de la conexión
El propio universo se inscribe en las cosas más pequeñas. En las
casuales, en todo encuentro, en todo acto, decisión, elección personal. Todas esas
dinámicas según las leyes del Karma están conectadas. Porque todo lo que existe
está engarzado como una pulsera de cuentas. Si una perla se mueve moverá a las
siguientes, si una se rompe las demás también se desprenderán.
Asimismo, cada paso que damos es el resultad de nuestro pasado. Nuestras
decisiones presentes afectan a las futuras. Nada queda libre, ningún
eslabón queda suelto en nuestra existencia… Ser capaces de percibir la ley de la
conexión nos permitirá ser más consecuentes (y prudentes) en cada uno de
nuestras decisiones.
Ni el primer ni el último paso son más o menos importantes porque ambos son
necesarios para realizar la tarea. Las leyes del Karma nos recuerdan que todos
estamos conectados en pasado, presente y futuro.

7. Ley del enfoque


No se puede pensar en dos cosas al mismo tiempo. Tienes que ir
subiendo peldaño por peldaño, poco a poco. Cuando perdemos el norte en
nuestra brújula despertamos a la inseguridad y a la ira. Asúmamoslo, este es
también otro de nuestros temas pendientes. El propio Daniel Goleman nos
recuerda la importancia de entrenar la atención como si de un músculo se tratara.
Nuestra realidad está llena de misterios, de oportunidades y
rincones donde se encuentra la felicidad. Solo quienes están atentos de
mente y corazón conectarán con aquello que el universo les tiene reservado.
Ahora bien, aquellos que miren el mundo solo a través de la carencia, de
materialismo y a través del deseo de posesión, rara vez entenderán el misterio de
la casualidad. La magia de la vida.
Enfocarse es mirar el mundo desde el corazón. Ajustar nuestra mirada a
lo que nos envuelve es conectarse a la realidad con sabiduría.

8. Ley del dar y de la hospitalidad


Quien es capaz de dar a los demás aquello que es suyo, ofrece también parte de
su energía: hace nuestro universo más amplio y receptivo. Ofrecer y acoger
son dos principios vitales en la humanidad, aquello que nos hace
grandes, aquello que nos hace nobles. Porque estos dos actos se llevan a
cabo mediante la humildad y ese enfoque descalzo de egoísmos donde ser
capaces de acoger al otro como parte de uno mismo.
Según las leyes del Karma, esta energía también retorna a nosotros. Quien
ampara, acoge y es capaz de dar al final también recibe. Tarde o
temprano ese acto de nobleza nos recompensará como merecemos,
9. Ley del aquí y ahora
Mirar hacia atrás y vivir anclados en el pasado es lo que nos impide
disfrutar del presente. Debemos aprender a centrarnos en lo que sucede en
este mismo instante, en el aquí y ahora. Ahora bien ¿cómo lograrlo? Somos esa
sociedad ocupada y e hiperconectada. Estamos pendientes de múltiples estímulos
y el presente, se desdibuja del horizonte ante tantas presiones, informaciones y
ansiedades.
En este punto es necesario aplicar también la ley del enfoque. Algo que nos
enseña muy bien prácticas como el mindfulness. Solo cuando aprendemos a
entrenar nuestra atención en el momento presente, podemos
apreciar mejor cada instante y ser conscientes de todo lo que sucede.
10. Ley del cambio
La historia se repite hasta que aprendamos las lecciones
necesarias para cambiar nuestro camino. Esto es lo que nos dice una de
las leyes del Karma más relevantes. Ahora bien, la pregunta sin duda es la
siguiente ¿cómo saber si estamos en nuestro camino? ¿cómo intuir que no
estamos cometiendo los mismos errores pasados?
La ley del cambio es también la ley de la responsabilidad. Cada paso
que demos, cada elección tomada debe hacerse desde la bondad y la humildad.
Sin hacer daño a otros, sin ir en contra también de nuestras necesidades y
esencias. Algo así se lleva a cabo desde el autoconocimiento. Porque solo cuando
seamos capaces de entendernos a nosotros mismos pondremos en marcha esos
cambios que edificarán nuestro verdadero destino.
11. Ley de la paciencia y la recompensa
Las leyes del Karma nos recuerdan que todas las recompensas requieren
de un esfuerzo inicial. Nada llega porque sí, nada acontece solo porque el
destino o la suerte lo desee. Así, y aunque en ocasiones puedan sucederse esas
mágicas casualidades, dichos acontecimientos responden a una causa inicial.
Somos nosotros mismos los arquitectos de nuestro presente, nosotros quienes
edificaremos nuestro futuro. Algo así implica esfuerzo, implica voluntad y
determinación.
La mayor gratificación es la que llega finalmente tras aunar paciencia y
persistencia.

12. Ley de la importancia e inspiración


El valor de algo es el resultado directo de la energía y la intención que se pone en
él. Cada contribución personal es también una contribución a la
totalidad. Las contribuciones mediocres no tienen ningún impacto en la totalidad,
son tan comunes que se anulan entre ellas. Debemos ser capaces por tanto
implicarnos en todo aquello que llevamos a cabo, en dotarnos de esa inspiración
que erige grandes sueños y que tarde o temprano los hace realidad.
Si le damos importancia a cada objetivo propuesto e invertimos en
ese propósito los mejores recursos personales, la magia
acontecerá. El destino cobrará realidad.
Creas o no en la filosofía kármica, lo cierto es que a veces parece que de lo único
que podemos estar seguros es de que la primavera o el invierno volverán pero, en
verdad, como dijo Voltaire, “no es más sorprendente nacer dos veces y no
una; pues todo en la naturaleza es resurrección”.
Las leyes del Karma son lecciones de vida que nos ayudan a ser mejor.

Imagen cortesía de v.s.anandhakrishna

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