Bonanza D. Ayo
Bonanza D. Ayo
Bonanza D. Ayo
a parar la bonanza?
UNA MIRADA DE UNA DÉCADA
AL “PROCESO DE CAMBIO” EN BOLIVIA (2006-2015)
La Paz - 2017
¿ADÓNDE FUE A PARAR LA BONANZA?
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
Diego Ayo Saucedo (coordinador)
D.L. XXXXXXXXXXX
ISBN. XXXXXXXXXXXX
La Paz, 2016
INDICE
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AUTORES
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¿Adónde fue a parar la bonanza?
José Velasco Reckling: Doctorado (cum laude) en Físico Química y Post Doc-
torado en Física Electrónica. Fundador y Director Ejecutivo de la Fundación
INASET desde 1986. Coordinador del “Programa de Reflexión Social para la
Producción y el Empleo Digno”.
Presidente de la Asociación de Pequeños Industriales de La Paz (ADEPI-La
Paz), de la Federación Boliviana de Pequeños Industriales (FEBOPI), de la
Confederación Andina de Pequeña y Mediana Industria (CONANPYMI), y Se-
cretario General deI Programa de Fomento a la Pequeña y Mediana Industria
en América Latina (FOPIAL).
A nivel internacional, fue galardonado por la Fundación RANK (Londres,
Inglaterra, 1991) con el Premio Rank en Optoelectrónica por su descubrimien-
to de novedosos sistemas de rayos LASER de la alta potencia con varias aplica-
ciones prácticas, aporte que fue considerado como una “sobresaliente contri-
bución a la ciencia de la Electro-óptica”.
En el ámbito privado, es docente invitado en programas universitarios de
Pos Grado, y es Consultor en temas de relacionados al desarrollo humano,
productivo y sostenible. Tiene un centenar de publicaciones (incluyendo li-
bros, ensayos, notas de opinión, y estudios) en ámbitos del desarrollo humano
productivo.
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Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
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¿Adónde fue a parar la bonanza?
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LA BONANZA EN BOLIVIA 2006-2015.
UNA INTRODUCCIÓN CON SEIS CERTEZAS
Este ensayo introductorio tiene el propósito de ofrecer (algunas de) las conclu-
siones del evento organizado por la Fundación Vicente Pazos Kanki, La bonan-
za en Bolivia: ¿Adónde fue a parar?, realizado en el Salón Aurum del Stannum
Hotel en la ciudad de La Paz el día miércoles 3 de febrero de 2016. En aquella
jornada se dieron las disertaciones y la redacción final de los ensayos finales
tomó al menos medio año más. Asimismo, la enorme cantidad de cuadros y
gráficos demoró su edición. De ese modo, año y medio después damos a co-
nocer este conjunto de trabajos.
Las líneas generales se mantienen vigentes y eso motivó a que conside-
remos su publicación. La situación no ha cambiado. Todavía se priorizan los
coliseos, museos y/o palacios de gobierno por sobre la salud, la justicia y/o
la diversificación productiva. Se construyen obras que deben llamar nuestra
atención y que los ensayos de este volumen permiten interpretar. Una última
reflexión de octubre de 2017 pone en evidencia, de modo sintético, lo que
estos trabajos pretenden reflejar:1 el uso discrecional de los recursos públicos.
Contamos con una planta de úrea que ha sido construida lejos del mercado
brasilero al que se pretende exportar, una planta de azúcar que no dispone de
caña para producir (y hoy su capacidad instalada no rebasa el 10%), aeropuer-
tos sin pasajeros, como los de Oruro y Chimoré, un Museo (el Museo de Evo
Morales) sin turistas (la región es alejada de cualquier circuito turístico), esta-
1 Raúl Peñaranda, “Aeropuertos sin pasajeros, fábricas de azúcar sin azúcar”, en Página Siete, del 12 de
octubre de 2017.
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dios sin espectadores (en Pucara se hizo un estadio para 1.500 personas en un
poblado de 1.500 personas; descontando que se pretende construir el Estadio
del Batán en Cochabamba para 40 mil espectadores, con público garantizado
para dos o tres días al año)
Ello, al margen del enorme listado de casos de corrupción: Lamia y uso de
influencias en la autorización de fungir como empresa privada, YPFB y Santos
Ramírez, YPFB y Achá, Camce, Fondo Indígena, Canal 7 y denuncia de ministra
López por desfalcos en esta agencia estatal, barcazas chinas, Caja Nacional de
Salud (clanes, sobresueldos, sobreprecios, etc), Boa y catering, Ostreicher y
gabinete paralelo, terreno con sobreprecio en el Mutún, Dirección de la Coca y
negociado con coca incautada, 33 camiones de Juan Ramón Quintana, EPSAS y
amiguismo (con sobre-empleo de clientelas leales), desfalco en gobernaciones
(con Alberto Aguilar en Oruro y principalmente con Lino Condori en Tari-
ja), Hugo Salvatierra y tractores, carreteras con sobreprecios (caso Corsacam),
quiebra de EBO (empresa boliviana del oro), uso de bienes en DIRCABI, Qui-
pus y uso dispendioso de recursos públicos, Papelbol y 12 millones de dólares
desaparecidos, creación y funcionamiento del “INRA paralelo”, “ineptitud” de
Ponchos Rojos en la Empresa de Correos, contrabando de oro en el Norte de
La Paz, quiebra de AMETEX, robo en el Banco de la Unión, entre muchos más.
Frente a esta abrumadora realidad, hoy es más urgente que nunca, contar
con reflexiones que respondan a una imprescindible pregunta: ¿cómo es que
llegamos a este uso tan pernicioso de los recursos? Y, sobre todo, en ese esce-
nario, ¿quiénes ganan y quiénes pierden? Para responder a estas preguntas ge-
nerales, el seminario buscó contestar otras preguntas no menos relevantes: la
bonanza, y su uso, ¿mejora y/o mejoró la vida de los pobres?, ¿se diferencia este
modelo “comunitario” del modelo neoliberal?, ¿ofrece y ofreció transparencia
en el uso de tanta plata?, ¿se preocupa y preocupó de que funcionen las auto-
nomías (fiscales)?, ¿es responsable con el endeudamiento y el manejo de otros
recursos públicos (aquellos tributarios, de las reservas internacionales, entre
otros), ¿y qué efectos generó su utilización en la mejora de la educación como
el pilar central del desarrollo de un país? Son algunas de las interrogantes que
se abordan en este volumen.
No hay duda que los dos primeros párrafos de esta introducción van dando
destellos de lo que efectivamente sucedió. Sin embargo, es mejor observarlo
detenidamente. Para ello los trabajos aquí compilados son de incuestionable
utilidad, precisamente por su capacidad de dar respuestas a este conjunto de
preguntas planteadas.
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CERTEZA 1: “El MAS ayudó a los más pobres a lo largo de una década,
pero ayudó más a los ricos”
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4 Ídem.
5 Miguel Urioste, ¿Qué pasa con el pacto del gobierno-agro empresa?, en Fundación Tierra del 29 de abril
de 2014, en http://www.ftierra.org/index.php/opinion-y-analisis/147-que-pasa-con-el-pacto-gobierno-
agro-empresa
6 Miguel Urioste, “Los campesinos están al margen de las compras estatales”, en Fundación Tierra del 24
de junio de 2014 http://www.ftierra.org/index.php/opinion-y-analisis/352-los-campesinos-estan-al-mar-
gen-de-las-compras-estatales-de-alimentos
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Dos, aun reconociendo el éxito, se debe enfatizar que éste ha sido amplia-
mente compartido por nuestros vecinos. Mirarnos sólo el ombligo es útil, pues
resalta nuestros logros en comparación al pasado, pero indudablemente es
insuficiente. El gobierno apunta, por ejemplo, a que “con la puesta en vigencia
del nuevo Modelo Económico, Social, Comunitario y Productivo, el Gobierno
Nacional consiguió desde 2006 hitos históricos sin precedentes en Bolivia como
el crecimiento económico del 6,8% y la inversión pública (ejecutada) récord de
3.781 millones de dólares en la gestión 2013”7. ¿Falso? Posiblemente no, pero
es necesario conjugar esa exhibición altisonante con otras cifras. Precisamente
Velazco Reckling se concentra en los datos sobre la reservas internacionales,
basándose en estudios de la CEPAL: “Las RIN de América Latina subieron de
656.000 millones de dólares en 2010, a 845.000 millones en mayo de 2015; en
el mismo período, las RIN de Bolivia aumentaron en 4.918 millones de dólares.
Argentina y Venezuela bajaron sus reservas en montos equivalentes a cuatro y
dos veces la cantidad de reservas acumuladas por Bolivia; las RIN en Ecuador
y Paraguay aumentaron sólo en la mitad que Bolivia, mientras que en las 5
economías restantes las RIN aumentaron en: Chile y Uruguay, dos veces; Perú y
Colombia entre tres y cuatro veces; y Brasil, en casi 16 veces más que Bolivia”.
Ello pone en evidencia que este talante de “brillante socialista”8 es cierto
sólo en tanto compartan este laurel sus colegas (al menos) peruano, brasilero
y/o colombiano (dos de ellos, alejados de ser socialistas). Por eso, el autor re-
alza que “en síntesis, los datos muestran que el aumento de las RIN ha sido un
fenómeno bastante común en las economías latinoamericanas; está asociado
a la fuerte expansión del valor (y el volumen) de las exportaciones durante la
bonanza de precios de las materias primas y de las commodities. En el caso de
Bolivia, los casi 15.000 millones de las RIN (que superan sólo a Ecuador y Pa-
raguay) son significativas respecto al PIB, dado el modesto tamaño de nuestra
economía: al 2014, las RIN equivalían casi al 50% del PIB”.9
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sobre el tipo de cambio, a menos que se compense la salida de divisas con el ingreso de inversión ex-
tranjera y/o se obtenga financiamiento externo para financiar el déficit fiscal, ya que el financiamiento
interno no compensaría la salida de divisas”; cf. Fundación Milenio, “¿Está preparada la economía na-
cional para un escenario de crisis?”, Informe Nacional de Coyuntura del 29 de febrero de 2016; http://
www.fundacion-milenio.org/esta-preparada-la-economia-nacional-para-un-escenario-de-crisis/
10 El Banco Mundial revisa al alza el pronóstico de crecimiento de Bolivia para 2016 de 3,5 a 3,7%, en
Economía Bolivia, http://www.economiabolivia.net/2016/06/09/el-banco-mundial-revisa-al-alza-el-pro-
nostico-de-crecimiento-de-bolivia-de-35-a-37/
11 Luis Arce Catacora, El Modelo Económico Social Comunitario Productivo Boliviano, Ministerio de Eco-
nomía y Finanzas Públicas, La Paz, 2015.
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19 Miguel Roca, Saludando con sombrero ajeno. Mitos y realidad de la inversión pública en el “proceso de
cambio” (2006-2016) (documento interno), Fundación Pazos Kanki, La Paz, 2017, p. 127.
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20 Miguel Lazcano, “Los ingresos tributarios aumentan en 10% hasta junio”, en La Razón, del 11 de agosto
de 2014.
21 Leonardo Ugarte, El sistema tributario en Bolivia. Análisis y propuestas para una reforma, Fundación
Jubileo, La Paz, 2014, pp.16ss
22 Ídem, p.18.
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23 Luis Christian Rivas Salazar, “El infierno fiscal”, en portal Economía Bolivia del 21 de abril de 2016, en
http://www.economiabolivia.net/2016/04/21/bolivia-el-infierno-fiscal/
24 El Día, “Bolivia cae en ranking Doing Business 2016”, del 28 de octubre de 2015.
25 En adelante, ver en La Razón http://www.paginasiete.bo/economia/2016/5/31/reservas-baja-
ron-1259-millones-cinco-meses-98203.html
26 Gustavo Rodríguez Cáceres, “El Crédito Blando para agroexportadores y la jubilación de trabajadores
¿qué esperar?”, en G. Colque y G. Rodríguez, Sistema de pensiones y crédito agropecuario, ¿por qué?,
CEDIB, Cochabamba, 2017, pp. 4-10.
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Quede pues esta certeza: las universidades han sido ignoradas a lo largo de esta
“década de cambio”. ¿Por qué? Es imprescindible hacer esta pregunta. ¿No es lo
obvio y sensato invertir en este campo? No hay duda que sí, sin embargo, el go-
bierno-y su modelo político- prefieren invertir en solidificar sus alianzas políticas:
Los militares vieron crecer su presupuesto en más del 300% en los últimos
10 años desde el 2004 hasta el 2014, de 2.360 millones de bolivianos a 7.255
millones de bolivianos; el 80% de los recursos que manejan es destinado a
sueldos;27 se les otorgó la gerencia de 10 empresas públicas, todas ellas sin re-
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lación con la defensa y con manejos poco auspiciosos como quedó demostrado
con la Empresa Naviera, la Empresa de Construcción y/o la Empresa Nacional
Automotriz28; y/o, los ministerios de Defensa, de Gobierno y/o de Presidencia,
reciben casi el 70% del presupuesto general frente a no más del 10% para Sa-
lud, Educación y Trabajo).29
Los campesinos fueron igualmente beneficiados. Lo sucedido con el Fondo
Indígena es verdaderamente elocuente de lo afirmado.30 No se trata sólo de
un hecho de corrupción por aproximadamente 180 millones de dólares, sino
del tenor clientelar que ha asumido el gobierno, preocupado de la fidelidad
indígena antes que por su desarrollo, como queda en evidencia con la pos-
tergación que se ha hecho de la justicia indígena,31 la marginalización de la
autonomía indígena,32 la invasión transnacional de los territorios indígenas,33 la
poca atención dada a 15 naciones indígenas en peligro de extinción,34 además
de un largo etcétera que incluye la destrucción de las organizaciones indígenas
matrices como la CONAMAQ y la CIDOB,35 suplidas por dirigentes dóciles y/o
la evidente postergación de la economía campesina36).
Los cocaleros fueron bendecidos con una aeropuerto de casi 20 millones de
dólares que casi no funciona;37 una planta de industrialización de la coca que
no funcionó nunca a pesar de haberse invertido 11 millones de bolivianos en
28 Esta es una reflexión de Rolando Morales, ex Superintendente de Empresas, “¿Están las Fuerzas Armadas
preparadas para manejar empresas públicas?”, en Página Siete del 1 de febrero de 2016.
29 El Deber, “Cuatro ministerios se reparten la mayor parte del presupuesto”, del 14 de marzo de 2015.
30 Diego Ayo, La verdad sobre el Fondo Indígena, Fundación Vicente Pazos Kanki, La Paz, 2016.
31 Cf. Boaventura de Sousa Santos y José Luis Exeni (editores), Justicia indígena, plurinacionalidad e in-
terculturalidad en Bolivia, Abya Yala/Fundación Rosa Luxemburg, Quito, 2012, especialmente el ensayo
de Martín Bazurco Osorio y José Luis Exeni, “Bolivia: Justicia indígena en tiempos de plurinacionalidad”,
pp. 49-147.
32 Xavier Albó, en entrevista con Animal Político, “Falta voluntad política y audacia”, en La Razón del 25
de enero de 2015, y, sobre todo de X. Albó, Tres municipios andinos camino a la autonomía indígena
(cuaderno de investigación No.78), CIPCA, La Paz, 2012, en especial la cuarta parte; y del mismo autor,
El Chaco Guaraní, camino a la autonomía originaria, Charagua, Gutiérrez y Proyección regional
(cuaderno de investigación No.78), CIPCA, La Paz, 2012, en especial la cuarta parte.
33 Georgina Jiménez, “Territorios Indígenas y Áreas Protegidas en la mira. La ampliación de la frontera de
industrias extractivas”, en Petropress No.31 de marzo-junio de 2013, CEDIB, Cochabamba, pp. 4-18.
34 Álvaro Diez Astete, Etnocidio y alta vulnerabilidad en las tierras bajas de Bolivia, FOBOMADE/Institu-
to de Investigaciones Arqueológicas-antropológicas-UMSA, La Paz, 2015, cap.5.
35 Xavier Albó, “El MAS fomentó la división en la CIDOB y CONAMAQ”, Erbol del 21 de mayo de
2014, http://www.erbol.com.bo/noticia/indigenas/21052014/el_mas_fomento_la_division_en_la_ci-
dob_y_el_conamaq
36 Al respecto el ilustrativo trabajo de Gonzalo Colque Miguel Urioste Jose Luis Eyzaguirre, Marginaliza-
ción de la agricultura campesina e indígena, Fundación Tierra, La Paz, 2015, en especial cap.4.
37 El gobierno dispuso de al menos 70 millones de dólares en la construcción de cuatro aeropuertos, entre
los que está Chimoré (en el trópico de Cochabamba) además de los turísticos Tito Yupanqui (Copacabana,
La Paz) y “El Bañado” del municipio de Monteagudo (Chuquisaca). En cambio, el aeropuerto Juan Men-
doza de Oruro, que ya fue inaugurado en febrero 2013, hasta ahora luce como un “elefante blanco” sin ser
utilizado plenamente y muy distante de constituirse en los hechos como una terminal aérea internacional;
El Día, “Inutilidad de aeropuertos hace prever pérdidas”, en el Día del 21 de septiembre de 2015.
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38 Los Tiempos, “Ebo-coca no funciona desde hace 5 años que fue inaugurada”, del 31 de marzo de 2014.
39 Fundación Milenio, “Amoniaco y úrea en Bulo Bulo, contra viento y marea”, Informe de Coyuntura 167
del 12 de octubre de 2012.
40 Unidad Nacional, La verdad sobre el Evo Cumple, Unidad Nacional, La Paz, 2013, p.27.
41 Iván Arias, El estado de las empresas del Estado, Fundación Milenio, La Paz, 2012, p.81.
42 Eju, “El 92% de la coca del Chapare va al narcotráfico”, en Eju del 25 del 6 de 2014, http://eju.tv/2014/06/
el-92-de-la-coca-del-chapare-va-al-narcotrafico/
43 Mario Galindo, “La calidad del gasto en educación”, en Página Siete, del 30 de agosto de 2015
44 Para ello el trabajo de Blithz Lozada en el presente libro.
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a los actores mineros privados (entre los que destacan los cooperativistas) por
sobre los indígenas que habitan estas regiones.52
A su vez, los gremialistas son alrededor de 1,5 millones de personas, pero
únicamente tributan bajo el Régimen Tributario Simplificado (RTS) 38.114 con-
tribuyentes. Su aporte en ningún caso supera el 1% del total de los impuestos
recaudados (téngase en cuenta que los poco más de 5000 “grandes contribu-
yentes” aportan aproximadamente el 85% del total de impuestos), lo que pone
en evidencia no sólo que la enorme mayoría de gremialistas no tributa sino que
algunos poderosos comerciantes se hacen pasar por pequeños comerciantes
con un capital menor a los 12 mil bolivianos. El gobierno no hace modificación
alguna al respecto.
También conviene mencionar a los transportistas. El gobierno ya les con-
cedió, sin que medie plan de transporte alguno, un crédito chino por valor de
100 millones de dólares a los choferes (precisamente cuando estaban en pugna
con el Gobierno Municipal de La Paz). En 2016, Evo les ofrece jubilación, luego
de arduas jornadas de bloqueos de camino.
Y con los adversarios, entre los que se encuentra, o puede encontrarse, la
misma universidad, la lógica sigue la pauta comentada:
• se abolió la Ley de Partidos para evitar otorgar recursos a los partidos ri-
vales,53
• se viene ofreciendo publicidad estatal a aquellos medios que se refieran
positivamente al proceso de cambio y se les priva de los mismos a quienes
critican (no es casual que medios como ATB, con una audiencia de no más
del 2% de la población boliviana recibe aproximadamente el 30% de la pu-
blicidad54),
• se coartó el apoyo de la cooperación internacional (crítica), no importando
si sus recursos coadyuvan al desarrollo (lo que vale no es su aporte sino su
posición político-ideológica. Por eso USAID fue expulsada, al margen del
análisis sobre su contribución al país),
• se “supervisa” a las ONGs para evitar que los recursos que reciben sirvan
para criticar al gobierno (el gobierno buscó aprobar una norma de super-
visión de las donaciones y posteriormente intentó promulgar una ley de
52 Este es el análisis de Marcos Gandarillas, el director del CEDIB respecto a la Ley Minera de 2014, ver
http://www.eldiario.net/noticias/2016/2016_05/nt160526/economia.php?n=14&-cedib-observa-rezoni-
ficacion-de-areas-protegidas-para-la-mineria
53 Salvador Romero Ballivián, “La corta y sobresaltada historia del financiamiento público a los partidos
políticos en Bolivia” en Pablo Gutiérrez, Daniel Zovatto, Financiamiento de los partidos políticos en
América Latina. México: OEA – IDEA – UNAM, 2011, p. 93 – 117.
54 Diego Ayo y Diego Massi, “Uso y abuso gubernamentales”, en Ideas de Página Siete, del 12 de octubre
de 2014.
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ONGs. Finalmente, promulgó la Ley 353 que vela por una “regulada” ins-
cripción de estas organizaciones a través del Ministerio de Autonomías. El
gobierno se niega a dar esa personería a 38 ONGs críticas, entre las que
destacan el CEDIB, CEDLA, Fundación Tierra o Fundación Milenio.55 El
propósito es impedir que un flujo de recursos relativamente alto. En 2008
se invirtieron 228 millones de dólares56),
• se acepta a aquellas empresas que ganen dinero pero permanezcan calladas
(no es casual que el gobierno sea inclusive más receptivo con las transna-
cionales y con los empresarios del oriente) y aporten al fisco nacional (las
100 empresas privadas más grandes del país, entre las que destaca la Cer-
vecería, Tigo, Embotelladoras Bolivianas Unidas o Empresa Manquiri, entre
otras, aportan con aproximadamente, un tercio del total de impuestos: en
2013, por ejemplo, el total recaudado fue de 17.682 millones de dólares, de
los que YPFB, Entel y Comibol recaudaron aproximadamente dos tercios),57
• e incluso se planteó desde el gobierno en 2008-9 el cobro de impuestos
a la Iglesia (el clero tiene 1.469 establecimientos educativos, 178 centros
hospitalarios, 262 centros asistenciales y 250 hogares. Además cuenta con
1.600 parroquias). Si bien la intención no se consumó se logró, en buena
cuenta, amedrentar a este actor.
55 Marco Antonio Gandarillas, “Periodistas, ONG´s e indígenas”, en La Razón (suplemento Animal Político),
del 1 de noviembre de 2015)
56 Daniel Freiherr, “Financiamiento de las ONGs en Bolivia”, en Roberto Laserna (ed.), Filantropía y desa-
rrollo. Ensayos para potenciar el aporte de las ONGs en Bolivia, La Paz, 2011, p. 6.
57 Ver http://www.economiabolivia.net/2013/07/31/ypfb-tigo-cbn-comibol-liderizan-pago-de-impuestos/
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Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
BIBLIOGRAFÍA
Albó Xavier, “El MAS fomentó la división en la CIDOB y CONAMAQ”, Erbol del
21 de mayo de 2014, http://www.erbol.com.bo/noticia/indigenas/21052014/
el_mas_fomento_la_division_en_la_cidob_y_el_conamaq
Albó Xavier, en entrevista con Animal Político, “Falta voluntad política y auda-
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¿Adónde fue a parar la bonanza?
El Día, “Bolivia cae en ranking Doing Business 2016”, del 28 de octubre de 2015.
Galindo, Mario, “La calidad del gasto en educación”, en Página Siete, del 30 de
agosto de 2015
Los Tiempos, “Ebo-coca no funciona desde hace 5 años que fue inaugurada”,
del 31 de marzo de 2014.
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del 21 de abril de 2016, en http://www.economiabolivia.net/2016/04/21/boli-
via-el-infierno-fiscal/
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Sousa Santos de, Boaventura y José Luis Exeni (editores), Justicia indígena,
plurinacionalidad e interculturalidad en Bolivia, Abya Yala/Fundación Rosa
Luxemburg, Quito, 2012.
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1. Introducción
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2. Antecedentes
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Las economías con mejor desempeño desde 1945 no muestran correlación alguna entre ideologías,
modelos y resultados económicos.
En los últimos setenta años, a pesar de los amplios virajes en lo ideológico y en los modelos
económicos aplicados en Bolivia, el desempeño de su economía y su crecimiento están por debajo de
la media de América Latina.
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América Latina
7000
Bolivia
6000
5000
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3000
2000
1000
0
1945 1955 1965 1975 1985 1995 2005 2015
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La datos sobre el ingreso por habitante (PIBpc) entre 1945 y 2011−con valores
constantes o ajustados por paridad de poder de compra−,muestran que el des-
empeño boliviano, lejos de ser descollante, ha sido más bien bastante pobre a lo
largo de estos casi 70 años. Pero, para el objetivo del ensayo, interesa el compor-
tamiento de la economía desde 2005al presente a fin de establecer si en esta déca-
da hay un significativo “quiebre positivo” con respecto a la tendencia observada.
En esta perspectiva, los indicadores sobre el comportamiento macroeco-
nómico boliviano que todos los organismos internacionales resaltan, son el
crecimiento global del PIB y la magnitud de las Reservas Internacionales Netas,
RIN. En el Cuadro 2 reproducimos datos del “Estudio Económico para Améri-
ca Latina y el Caribe (2015)” publicado por la CEPAL, con los valores (en $us
corrientes) del Producto Interno Bruto (entre 2006 y 2014).
CUADRO 2: AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE: PRODUCTO INTERNO BRUTO (En millones de dólares corrientes)
PAÍS 2006 2014 Diferencia 2014-2006
América Latina y el Caribe 3.270.804 6.243.353 2.972.549
América Latina 3.218.387 6.172.188 2.953.801
Brasil 1.107.787 2.345.894 1.238.107
Venezuela 183.478 567.997 384.519
México 965.281 1.291.062 325.781
Argentina 264.738 543.490 278.752
Colombia 162.590 377.740 215.150
Perú 88.659 202.098 113.439
Chile 154.412 258.062 103.650
Ecuador 46.802 100.543 53.741
Uruguay 19.579 57.471 37.892
Guatemala 30.231 58.728 28.497
Panamá 18.287 46.515 28.228
Costa Rica 22.526 49.553 27.027
Cuba 52.743 78.810 26.067
República Dominicana 38.040 63.969 25.929
Bolivia 11.452 34.139 22.687
Paraguay 10.646 30.985 20.339
Honduras 10.918 19.565 8.647
El Salvador 18.551 25.164 6.613
Nicaragua 6.786 11.806 5.020
Haití 4.880 8.599 3.719
Fuente: CEPAL, 2015
42
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
43
¿Adónde fue a parar la bonanza?
44
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
mente en el ingreso por habitante; desde 2006 se evidencia una aceleración del
crecimiento del PIB nominal y de las RIN, pero no como un fenómeno priva-
tivo de Bolivia, sino como algo relativamente generalizado y que es indepen-
diente de las líneas ideológicas y de los modelos económicos como muestran
los ejemplos de Bolivia, Perú, Paraguay, Uruguay, Colombia o Panamá.
Esto implica que, cuando menos en el contexto regional, el crecimiento
que ha experimentado Bolivia en la última década no es un caso aislado de
éxito económico ni está asociado inequívocamente a un modelo particular de
crecimiento.
Por supuesto, hay un tercer elemento a considerar para tener una primera
aproximación válida de respuesta a la pregunta de si el crecimiento boliviano
es resultado de un modelo particularmente exitoso en América Latina: el efecto
del crecimiento en el bienestar social.
Este aspecto se desarrolla puntualmente en el acápite5 de este ensayo. Sin
embargo, de las conclusiones que emergen de ese análisis se infiere como una
característica general, que el resultado “social” de la economía no depende de
las ideologías políticas, de las teorías económicas ni de los modelos estereoti-
pados: la evidencia sugiere que es la claridad de las políticas internas y su
pertinencia para lograr los objetivos sociales la que determina el buen o
mal desempeño social de la economía.
La realidad muestra que el crecimiento, por sí mismo, está acompañado de mayor desigualdad, precariedad
del empleo, exclusión y pobreza. Para reducir la pobreza, el crecimiento debe sustentarse en la creación de
empleo digno y en la distribución del ingreso, rasgos que definen la CALIDAD del crecimiento.
Los valores absolutos del crecimiento de la economía o del aumento de las RIN
en Bolivia no son particularmente significativos en relación a otras economías
de la región (o del mundo). Pero, es innegable que la tasa de crecimiento de la
economía boliviana se sitúa entre las más altas de la región en los últimos años.
Este crecimiento se debería al dinamismo y a la demanda del mercado interno,
explicación respaldada por los organismos internacionales.
45
¿Adónde fue a parar la bonanza?
De ser esta explicación plausible y válida, se esperaría que sean los sectores
intensivos en mano de obra y con producción destinada al mercado interno
los que más aporten al crecimiento de la economía. Sin embargo, el Cuadro 5
muestra que crecimiento boliviano reciente no está centrado en los sectores
creadores de valor agregado y de empleo digno.
46
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
Notamos que la mitad de los aportes al PIB de estos sectores de alto crecimien-
to (el 26% que suma Administración Pública, Impuestos y Servicios Financie-
ros) no generan valor real a la economía: su aporte al PIB, en realidad, se lo
logra “extrayendo” aportes de los otros sectores efectivamente productivos (ver
el siguiente recuadro).
47
¿Adónde fue a parar la bonanza?
¿Cómo aportan al PIB los Impuestos, la Administración Pública y los Servicios Financieros?
De acuerdo con las cuentas nacionales, en el promedio para 2013 y 2014, estos tres sectores están entre los de más alto crec-
imiento, con 12%, 8% y 14% de crecimiento respectivamente.
Los impuestos no representan un aporte directo de “valor” a los ingresos en la economía: no aumentan ni la cantidad, el
volumen o el valor de lo producido. El Estado aplica los impuestos al valor generado por las actividades de la “economía real” o
a la parte de ese valor que se destina al ingreso de las personas como salarios y remuneraciones; es decir, el impuesto captura
una parte del valor agregado que generan las actividades que efectivamente producen los bienes y servicios que se compran y
venden en los mercados y en las transacciones comerciales.
Por ello, las cuentas nacionales distinguen el Producto Interno Bruto a “precios básicos (pb)” que mide el valor agregado
efectivo (real, que queda en los actores económicos como “excedente” para cubrir tanto las necesidades y utilidades de las
empresas, como las remuneraciones a los trabajadores), y el PIB a “precios de mercado (pm)” que incluye los impuestos (directos
e indirectos) con los que el Estado grava los bienes, servicios y el ingreso de las personas:
A primera vista, el PIBpm representa efectivamente el tamaño total de la economía, porque tanto el PIBpb como los impuestos
se generan con el valor agregado de las actividades económicas. Los impuestos afectan el tamaño de la economía porque
aumentan los precios con los que se transan los bienes y servicios; pero este aporte al PIB no es en más productos (la creación
productiva de valor). De hecho, cuando la demanda del mercado es limitada, sea por competencia externa o por la capacidad
de consumo, si los impuestos crecen a una tasa mayor que la “economía real”, necesariamente el mayor impuesto debe salir
de reducir la capacidad de generar ahorros e inversión en las empresas o, más comúnmente, de afectar negativamente las
remuneraciones de los trabajadores.
En resumen, el crecimiento de los impuestos puede ayudar a aumentar el PIBpm a corto plazo, pero en la medida que obligue
a modificar las estrategias empresariales de inversiones o de remuneración al trabajo, tiene efectos muy adversos a mediano y
largo plazo. En tales condiciones, no es el indicador adecuado para reflejar el comportamiento de la economía real.
El segundo sector es la Administración Pública, AP. Por definición, los servicios de la AP no agregan valor y su aporte al PIB
es solamente la suma de salarios y remuneraciones del sector. Pero las remuneraciones a la AP se las paga con los impuestos
que recauda el Estado, de manera que un alto crecimiento de este sector, especialmente si se traduce en mayor burocracia e
ineficiencia, está lejos de ser un indicador de buena salud macroeconómica.
Finalmente, el Sistema Financiero presenta la mayor tasa de crecimiento. Desde 2005, el Sistema Financiero tiene resultados
operativos que determinan inéditas utilidades. Estos resultados reflejan la diferencia entre ingresos financieros (determinados
por la tasa de interés a los créditos) y los gastos financieros (pago por los intereses a las captaciones). Es decir, los ingresos
financieros netos se extraen de la actividad de la economía real, lo que significa que los ingresos del sector financiero se generan
a costa de reducir el ingreso (aumenta los costos y reduce la productividad) de los otros actores económicos.
Esta realidad se reconoce al calcular el PIB. La metodología de las cuentas nacionales considera los ingresos financieros
como “producción imputada o ficticia”; se la incluye como el “valor agregado” del sector, pero luego se lo resta del valor agre-
gado global mediante el “ajuste por intermediación financiera” o “servicios bancarios imputados” (ver Cuadro 7). En promedio
entre 2013 y 2014, este ajuste redujo el PIBpb en 4,5%, unos 1.600 millones de dólares.
La intermediación financiera no un producto final, por lo que es, estrictamente, un costo. Es decir, no es en sí misma una
actividad que agrega valor: su rentabilidad y su crecimiento pueden ser, en realidad, negativos para otros sectores o para toda
la actividad productiva. Por ejemplo, el micro financiamiento alimenta a las actividades de micro-comercio que actúan como
canales de distribución de grandes importaciones, legales o no, generando competencia desleal a la producción interna. Cuando
las actividades productivas cierran por efecto de esa competencia, la economía pierde empleos de relativamente alta productiv-
idad y la gente debe buscar ocupación en otras de muy baja productividad: la economía global pierde. Sin embargo, el sistema
financiero crece y aumenta sus utilidades.
En consecuencia, en la medida que el financiamiento no contribuya a desarrollar actividades económicas que generen
un valor agregado global mayor al ingreso financiero, el aporte del financiamiento al desarrollo será nulo o negativo aunque
las utilidades y el patrimonio del sector financiero crezcan. Implica que no es suficiente canalizar crédito a “lo productivo”; el
sistema financiero, debe ofrecer servicios especializados y tecnologías que permitan financiar proyectos sobre la base de sus
propios méritos y por su potencial de aporte al desarrollo económico productivo total. Solo entonces los ingresos del sistema
financiero serán un justo pago por servicios que habiliten nuevas operaciones en sectores con mayor capacidad de agregar valor
y de crear empleo digno.
48
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
Los sectores que crecieron menos del 4,5% significan el 80% del empleo y el
53% del PIB, e incluyen prácticamente a todas las actividades de la “economía
real”; en promedio, tienen un crecimiento en el período de apenas el 2,5%, va-
lor bastante inferior al criterio de 4,5% establecido por las normas nacionales
como umbral de alto crecimiento.
Comparando los Cuadros 5 y 6, se llegaría a concluir que, si bien la econo-
mía boliviana ha crecido, lo ha hecho sobre la base de sectores que no nece-
sariamente expresan una salud macroeconómica compatible con los objetivos
de erradicación de la pobreza.
En la última fila del Cuadro 6, figuran los “Servicios Bancarios Imputados”, que
muestran una alta tasa de crecimiento (12,4%) pero un aporte negativo al PIB
(-4,5%). Con este detalle, las Cuentas Nacionales están restando al conjunto de
la economía el aporte que en el Cuadro 5 aparece como aporte de los Servicios
49
¿Adónde fue a parar la bonanza?
50
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
La línea punteada, en todos los casos, muestra el nivel referencial del 4.5% de crecimiento del PIB
51
¿Adónde fue a parar la bonanza?
…SIN IMPUESTOS…
6,0% Servicios Banc. Imp.
5,5% Otros servicios
5,0% 4,28% Administración pública
4,5% 3,93%
Estab financieros...
4,0%
Transporte y comunición
3,5%
3,0% Comercio
2,5% Construcción
2,0% Electricidad, gas y agua
1,5% Industria
1,0% Minerales
0,5% Petróleo y gas
0% Agricultura
-0,5% 12 meses 2015 - I
52
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
53
¿Adónde fue a parar la bonanza?
30
8,62 -0,32 4,20 25,42 7,23 4,98
11. Administración Pública
25
10. Restaurantes Hoteles
20 9. Servicios Com…
8. Estab financiero
15
7. Transporte
10 6. Comercio
5. Construcción
5
4. Electricidad
0 3. Industrias
2. Extractivo
-5 1. Agricultura
-10 1990 1995 2000 2005 2010 2014 Impuestos
2. … SIN IMPUESTOS…
30
6 ,10 -0.27 3,34 14,69 6,52 3,80
11. Administración Pública
25
10. Restaurantes Hoteles
20 9. Servicios Com…
15 8. Estab financiero
7. Transporte
10
6. Comercio
5 5. Construcción
4. Electricidad
0
3. Industrias
-5 2. Extractivo
-10 1990 1995 2000 2005 2010 2014 1. Agricultura
30
3,91 1,58 -0,24 1,05 1,54 1,14
11. Administración Pública
25
10. Restaurantes Hoteles
20
9. Servicios Com…
15 8. Estab financiero
10 7. Transporte
6. Comercio
5
5. Construcción
0 4. Electricidad
-5 3. Industrias
54
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
30
4,11 1,29 -0,14 0,84 1,35 0,77
10. Restaurantes Hoteles
25
9. Servicios Com…
20
8. Estab financiero
15
7. Transporte
10 6. Comercio
5 5. Construcción
0 4. Electricidad
-5 3. Industrias
1990 1995 2000 2005 2010 2014 1. Agricultura
-10
5. CRECIMIENTO SOSTENIBLE…
30
4,11 1,29 -0,14 0,84 1,35 0,77
10. Restaurantes Hoteles
25
9. Servicios Com…
20
8. Estab financiero
15
7. Transporte
10 6. Comercio
5 5. Construcción
0 4. Electricidad
-5 3. Industrias
1990 1995 2000 2005 2010 2014 1. Agricultura
-10
30
4,11 1,29 -0,14 0,84 1,35 0,77
10. Restaurantes Hoteles
25
9. Servicios Com…
20
8. Estab financiero
15
7. Transporte
10 6. Comercio
5 5. Construcción
0 4. Electricidad
-5 3. Industrias
1990 1995 2000 2005 2010 2014 1. Agricultura
-10
55
¿Adónde fue a parar la bonanza?
56
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
PIBpb - Adm Pub 4,74% 8,21% 3,31% 3,73% 2,90% 4,20% 7,38% 5,52% 3,77% 1,44%
PIBpb - A.Pub - HC 3,80% 3,14% 3,31% 3,97% 2,90% 4,20% 0,77% 5,50% 3,77% 1,44%
PIBpm 5,46% 7,71% 5,44% 4,96% 2,57% 4,40% 4,98% 6,49% 3,19% 4,84%
PIBpb 4,42% 7,05% 4,13% 4,40% 2,07% 4,24% 3,80% 5,02% 3,05% 4,47%
2014
PIBpb - Adm Pub 3,77% 6,20% 3,32% 3,72% 1,15% 3,45% 3,43% 4,53% 2,32% 3,52%
PIBpb - A.Pub - HC 3,36% 3,03% 3,32% 4,24% 1,15% 3,45% 0,78% 4,43% 2,32% 3,52%
PIBpm= Producto Interno Bruto a precios de mercado
PIBpb= Producto Interno Bruto a precios básicos (no incluye derechos sobre importaciones, IVA, IT y otros Impuestos Indirectos)
PIBpb -Adm Pub = PIBpb menos la contribución de los Servicios de la Administración Pública
PIBpb -Adm Pub – HC= PIBpb sin Administración Pública ni aportes del Sector Extractivo de Hidrocarburos
En 2013, el PIBpm de Oruro (ORU) y Pando (PAN) fue inferior el 4,5%. A pre-
cios básicos (sin impuestos) ORU, PAN, LPZ y BEN tienen crecimiento menor al
4,5%; descontando el aporte de la Administración Pública –que, por definición,
no crea valor y solo consume una parte de los impuestos recaudados–, solo el
PIB nacional y el de los departamentos de CHQ, TAR y SCZ crece a más del 4,5%.
Finalmente, descontando el aporte de la extracción de hidrocarburos (que se re-
fleja en el PIB de estos tres Departamentos), solo SCZ crece por encima del 4,5%.
En 2014, a precios básicos únicamente CHQ y SCZ crecen por encima del
4,5%; y después de descontar la incidencia de la Administración Pública, el
crecimiento de la “economía real” no habría superado el 3,8%. Finalmente, sin
el aporte del sector de hidrocarburos en 2014, el crecimiento del PIB nacional
está por debajo del 3,4% y solo Santa Cruz habría superado el 4% (pero sin
alcanzar el 4,5%).
57
¿Adónde fue a parar la bonanza?
58
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
El crecimiento sostenido e inclusivo de la economía, requiere el equilibrio entre lo que se produce y lo que
la sociedad demanda, lo que implica necesariamente la distribución del ingreso (producto); no la re-distri-
bución de la riqueza acumulada, sino la distribución directa del valor conforme se lo crea en los procesos
productivos, para poder así garantizar una capacidad de consumo compatible con la capacidad real de
oferta del aparato productivo. (M. Eccles)
Este ensayo explora las evidencias empíricas buscando evidencias que puedan
correlacionar el buen desempeño y el crecimiento de la economía, con carac-
terísticas específicas del modelo de desarrollo social, comunitario y productivo
boliviano, y considerando la calidad del crecimiento y la distribución del ingre-
so, es decir, los efectos sociales tangibles del modelo.
Encontramos que, más allá de las relativamente altas tasas nominales de
crecimiento o de la magnitud de las RIN frente al PIB, el desempeño econó-
mico boliviano, en el contexto latinoamericano, no es particularmente des-
collante; que tampoco se encuentra evidencia, a priori, de que los resultados
alcanzados en Bolivia –entre las 30 economías latinoamericanas–puedan estar
directamente asociados a algún modelo de desarrollo en particular.
Abordamos aquí, finalmente, la tercera pregunta relacionada con los efec-
tos sociales del crecimiento. El tema es, sin duda, amplio y complejo; para los
fines y los alcances de la reflexión del presente ensayo, centramos la atención
fundamentalmente en el tema de la distribución del ingreso.
Según las cifras oficiales, la pobreza cayó del 63% de la población en 2004
al 45% en 2011; la pobreza extrema del 54% al 37%, y el índice de Gini del
0.61% en 2002 al 0.47% en 2011. En menos de diez años, Bolivia habría redu-
cido la pobreza y la desigualdad en un tercio, metas que eran totalmente elusi-
vas a todos los modelos, políticas y estrategias de desarrollo en los últimos 60
años. En especial, los datos del INE, actualizados con el Censo 2012, colocan
la pobreza extrema en 21%, con lo que Bolivia habría cumplido la Meta del
Milenio sobre reducción de la pobreza.
¿Es Bolivia un ejemplo en la reducción de la pobreza y de la desigualdad?
El “Estudio Económico para América Latina y el Caribe (2013)” de la CEPAL
muestra que la caída en la desigualdad –medida con el coeficiente de Gini− ha
sido un proceso generalizado en la región (y el mundo en desarrollo), como
muestra la figura siguiente tomada del Estudio referido.
59
¿Adónde fue a parar la bonanza?
0,65
0,60
0,55
0,50
0,45
0,40
0,35
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
Ecuador Boilivia (Est.Plur.) Venezuela (Rep. Bol.)
Uruguay Perú
60
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
Puntos porcentuales para llegar a la meta Puntos porcentuales por sobre la meta
20
5 25 10 15 50 15 10 25 2
Punto de partida 1990
Punto de llegada 2012 Retrocedió Se mantuvo Avanzó pero no alcanzó la meta Alcanzó la meta
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), base de datos CEPALSTAT, sobre la base de Naciones Unidas, Base de datos de
indicadores de los Objetivos de Desarrollo del Milenio [en línea] http://mdgs.un.org/unsd/mdg/Home.aspx.
61
¿Adónde fue a parar la bonanza?
Otro estudio reciente, también de la CEPAL (“Desarrollo social inclusivo, una nueva generación de políticas para superar la pobreza
y reducir la desigualdad en América Latina y el Caribe”, 2015), explora el tipo de políticas públicas empleadas para reducir la
desigualdad en América Latina. Presenta los dos gráficos que reproducimos a continuación.
A. Coeficiente de Gini antes y después de la política fiscal y del gasto social en educación y salud
0,60
0,55 0,51
0,47 0,49
0,50
0,48
0,45
0,40 0,42
0,35
0,30 0,30
0,30
0,25
0,24 0,23
0,20
Argentina
Colombia
Paraguay
Honduras
Chile
Panamá
Costa Rica
Bolivia
México
Perú
Ecuador
Nicaragua
Uruguay
El Salvador
América
Latina
OCDE
Unión
Europea
Ingreso disponible extendido Ingreso disponible en efectivo Ingreso de mercado
Por simple inspección del gráfico, resulta aparente que, en Bolivia, las políticas públicas no tienen un marcado efecto en la reducción
de la desigualdad si se los compara con los casos de Brasil, Argentina, Uruguay, México, Chile, Costa Rica o Panamá; y todos estos es-
tán aún muy lejos de lograr los efectos que tienen las políticas públicas en la OCDE o en la Unión Europea para reducir la desigualdad.
De hecho, en el caso particular de Bolivia, los principales instrumentos de política fiscal que contribuyen a reducir el coeficiente
de Gini, son los gastos en educación y salud; no contribuyen los aportes al sistema de pensiones, los impuestos a los altos ingresos
o las transferencias en efectivo (gráfico siguiente). Es evidente, y así se reconoce, que el solo acceso a educación y salud –especial-
mente cuando son sistemas “pobres”, más allá de lo que estos le cuestan al Estado−, no se puede realmente considerar como un
avance en la reducción estructural de la desigualdad.
Como resultado, la reducción en el Gini en Bolivia está por debajo de lo logrado en el promedio en América Latina, y es casi la
mitad (en puntos porcentuales) de la reducción lograda en Brasil, Argentina, Uruguay o Costa Rica.
B. Reducción del coeficiente de Gini según instrumentos de la política fiscal (en puntos porcentuales)
17 16,4
16
15 14,8
14 13,6
13 12,1 11,9 11,8
12
11
10 9,9
9 8,5 9,1
8 7,06 ,9
7
6 6,05 ,85,85 ,6 5,3
5 5,0
4
3
2
1
0
-1
Brasil
Argentina
Colombia
Dominicana
Uruguay
Costa Rica
Chile
México
Panamá
Bolivia
(Est. Plur. de)
Perú
Ecuador
El Salvador
Honduras
Rep.
Nicaragua
Paraguay
América
Latina
En particular, la baja incidencia o la ausencia de las políticas públicas para reducir la desigualdad mediante la mejora del ingreso
disponible –para lo que los ingresos laborales son fundamentales– podría explicar el por qué existe la contradicción entre la
reducción de la desigualdad (basada en la ampliación de la cobertura y acceso a los servicios) y el aumento de gente que viven
con menos de 1,25 dólares al día.
62
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
Una de las causas más relevantes para explicar la evidente desconexión entre
crecimiento económico y la reducción de la desigualdad y la pobreza, es la
baja productividad del trabajo que determina bajos salarios y remuneracio-
nes. Como muestra la Figura siguiente −tomada también del “Estudio econó-
mico… (2013)” de la CEPAL−, Bolivia ocupa el último puesto en productivi-
dad laboral.
50
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
Bahamas
Barbados
Trinidad y Tobago
Chile
México
Panamá
Santa Lucia
Argentina
Venezuela
Uruguay
Costa Rica
Rep. Dominicana
Brasil
Cuba
Belice
Jamaica
Colombia
Ecuador
Perú
El Salvador
Guatemala
Paraguay
Honduras
Nicaragua
Bolivia
63
¿Adónde fue a parar la bonanza?
64
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
En una economía saludable, el Valor Agregado (VA) es la diferencia entre el valor de venta de los productos (por ejemplo, cam-
isas) menos el costo de los insumos incorporados (tela, hilo, botones, etc.). El VA sirve para remunerar las contribuciones de los
diferentes actores que contribuyen a crearlo y debería distribuirse equitativamente entre ellos. El esquema siguiente muestra la
estructura del VA y bajo qué formas este se distribuye para remunerar los aportes de quienes aportan a los procesos.
El concepto del Valor Agregado resalta que la creación de valor debe beneficiar a la sociedad y vincula los tres aspectos básicos
de la economía: la producción, el consumo y la distribución del ingreso. En particular, la justa y equitativa remuneración al trabajo
es el mecanismo directo de distribución del ingreso y una condición para la sostenibilidad de la economía…
Adaptado de CNP/JETRO
El PIB es la suma del VA que generan las organizaciones económicas individuales; mientras mayor es el VA en cada unidad
económica, mayor es el PIB. En particular, mientras mayor es la participación de la Mano de Obra (MO) en el Valor Agregado,
mayor es el ingreso (y consumo) de los hogares, y más directamente se refleja el crecimiento en el bienestar y satisfacción de
las personas.
VA = Ventas – Costos Incorporados = MO + CO + U = MO + EB (Excedente Bruto)
PIBpb = Suma de VA = Suma MO + Suma EB = REM + EBE
PIBpm = PIBpb+ Impuestos Indirectos = REM + EBE + IMP
La distribución primaria del ingreso mide cómo el PIBpm se distribuye entre la Remuneración al Trabajo (REM), los Impuestos
(IMP) y el Excedente Bruto de las Empresas (EBE).
Las cuentas nacionales registran en las cuentas del ingreso del PIB la Remuneración a los Empleados (REM), el Excedente Bruto
de las Empresas (EBE) y los impuestos (y subsidios) a la producción, las importaciones, las empresas y las personas (IMP):
PIB = REM + EBE + IMP
En las economías en la que predominan procesos intensivos en capital, el Valor Agregado estará destinado a retribuir mayor-
mente al capital (utilidades), a la depreciación y otros componentes operativos, es decir, se concentra en el Excedente Bruto (EB)
de las empresas, por lo que el crecimiento global de la economía no se reflejará necesariamente en una mejor calidad de vida.
Las cuentas nacionales registran en las cuentas del ingreso de PIB la Remu-
neración a los Empleados (REM), el Excedente Bruto de las Empresas (EBE) y
los impuestos (y subsidios) a la producción y las importaciones (IMP) (ver el
anterior recuadro):
65
¿Adónde fue a parar la bonanza?
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Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
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¿Adónde fue a parar la bonanza?
100
90
80 B
MO EB IM
I
7 0 del P
25 55 20
60 mo %
30 52 18
50 dos co C
35 50 15
40 mplea
A B 40 47 13
e
45 45 10
30 ón a
i
20 nerac
50 43 7
u
55 40 5
Rem
60 38 2
10
65 35 0
0
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
Excedente bruto como % del PIB
El diagrama está diseñado en forma triangular para asegurar que cada punto co-
rresponda a una distribución específica del ingreso. Por ejemplo, en el esquema
de la figura, el punto resaltado corresponde a una participación del 25% del PIB
para la remuneración del trabajo (REM, eje izquierdo), y 55% para el EBE (eje
inferior); por diferencia, queda 20% para la participación de los Impuestos.
En economías con más éxito en la lucha contra la pobreza y la desigualdad,
la participación efectiva de las remuneraciones en el ingreso puede ser del or-
den del 50% al 60% del PIB. Distribuciones de estas características correspon-
derían a todos los puntos ubicados en la zona coloreada con verde.
Las flechas muestran que cualquier camino para avanzar de la situación
marcada por el punto de referencia a la zona de distribución equitativa (verde),
necesariamente debe afectar a las tres partes; es decir, no se puede mejorar la
REM sin aportes proporcionales del EBE e IMP; para un equitativa distribución,
el Estado no puede seguir aumentando los impuestos y dejar que los aumentos
salariales sean pugna de los trabajadores con las empresas. Como ejemplo, la
tabla en la parte superior del esquema muestra posibles pasos para mejorar la
participación de la remuneración al trabajo en un camino “vertical” hasta que
las remuneraciones sean el 65% del PIB (punto C).
El diagrama siguiente muestra la evolución de la distribución del ingreso en
Bolivia entre 1990 y 2013. La REM a los asalariados en 1990, era el 34,9% del
PIB, la participación del EBE el 56,5% y los IMP el 8,6%; en el año 2000, hay
una mejora para los asalariados, cuya participación sube al 36,1%, la del EBE
cae al 50,0%, mientras que la de IMP sube al 13,9%.
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70
60 B
PI
del
50 mo %
co
2000
30 nerac
1990
25,1 25,4
2013
50,0
20
49,5
30 40 50 60 70 80
Excedente bruto como % del PIB
Este cambio entre 1990 y 2000 apunta en la dirección correcta, toda vez que,
aunque de manera muy modesta, se habría avanzado hacia la zona de “equidad
distributiva” a costa de reducir el excedente empresarial, aunque los impuestos
se llevan la mayor parte.
Este avance se revierte drásticamente en el año 2013: la participación de
las REM cae al 25,1%, la del EBE se mantiene relativamente constante con el
49,5%, pero la de IMP se dispara al 25,4%, una de las presiones tributarias más
altas de la región.
Según estas cifras, en 2013Bolivia es un insólito ejemplo (todavía no he-
mos encontrado otro) de contrasentido en términos de equidad: la “tajada” del
trabajo en la distribución del ingreso es la mitad de la del excedente de las
empresas, y es incluso menor que la de los impuestos. Si además tomamos en
cuenta que los impuestos en el mercado interno son mayormente indirectos (y
regresivos), y que las personas son las que más aportan, se podría inferir que
la capacidad de consumo de los asalariados de la economía formal está severa-
mente limitada por las políticas fiscales, esencialmente recaudatorias. Incluso
si se descuenta el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) −que lo pagan
los mercados de destino del gas exportado−, las recaudaciones en el mercado
interno son un 20% del PIB.
Como un comentario final en relación a este sorprendente hallazgo, se
podría argumentar que la significativa reducción en la participación de las
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¿Adónde fue a parar la bonanza?
Según las identidades contables básicas, el PIB a precios de mercado (PIBpm) es:
PIBpm = REM + EBE + IMP
En la metodología del INE, el PIBpm, IMP y REM se calculan directamente a partir de los datos del gasto, recaudaciones y la
remuneración a empleados (incluye sueldos, salarios y aportes de empleadores a la seguridad social). El valor de EBE se obtiene
por diferencia:
EBE = PIBpm – REM – IMP
Si esto es así, el Excedente Bruto en las cuentas nacionales es “neto de impuestos”, es decir, ya están deducidos todos los
impuestos que hubieran pagado las empresas. Pero en el caso de la REM, esta es la suma de los sueldos, salarios y aportes de
empleadores “en planilla”, lo que corresponde a un ingreso bruto del que los hogares pagan posteriormente impuestos y las
prestaciones a la seguridad social. Es decir, la remuneración neta de los asalariados REMn es menor que la REM en proporción
a los impuestos netos IMPnt que pagan los asalariados:
REMn = REM – IMPnt
En consecuencia, podría haber dos efectos pertinentes al análisis. Primero, la inequidad en la distribución del ingreso estaría
acentuada respecto a la estimada inicialmente porque la REMn es aún menor que la REM; por ello, el aumento de las recau-
daciones tributarias en el mercado interno por concepto de los impuestos (indirectos) estarían acentuando la desigualdad en
la distribución del ingreso. Y, segundo, posiblemente habría una sobre estimación del PIB porque los impuestos de los hogares
(incluidos en la REM) estarían contabilizados tanto en las remuneraciones como en las recaudaciones.
En resumen, los datos agregados de las Cuentas Nacionales del Ingreso proporcionan una fuerte evidencia de la desigual dis-
tribución del ingreso. Muestran además que los salarios y las remuneraciones totales de los empleados y trabajadores no están
creciendo a la par que crece la economía o la productividad del trabajo, a pesar de las reposiciones anuales por la inflación.
Finalmente, sugiere también que una mayor contribución del Estado al seguro social y las pensiones podría ser una acertada
acción correctiva para reducir el IMPnt.
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90
80,7 78,6 78,5
80 75,7
73,8 74,5 72,9
69,1 67,6
70
61,7 59,9
60 54,4
50
40
30 25,6 27,1
24,3
19,3 21,4 21,5
20
10
0
1990 1995 2000 2005 2010 2013
PIB PIBpb Impot B/S
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¿Adónde fue a parar la bonanza?
80
71,5 70,3 71,4
70
62,3
60 56,7
54,0
50
40
30,7 32,2
30 26,9
20 18,4 17,7
12,2 14,114,4 12,3 13,9
10,1 9,8
10
0
1990 1995 2000 2005 2010 2013
Consumo FBKF Export
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Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
80
71,5 70,3 71,4
70
62,5 59,6 60,0 62,3
60 56,7 54,7
50,2
50 64,4 44,3
40
30
20
9,5 10,7 11,4 12,1 10,3 10,4
10
0
1990 1995 2000 2005 2010 2013
Consumo final Público Privado
73
¿Adónde fue a parar la bonanza?
>100
>100
>100
>100
>100
>100
>100
>100
>100
>100
>100
>100
97,7
100
77,6
78,5
71,3
80
69,3
58,0
52,3
60
52,3
47,7
46,4
42,7
41,4
36,4
40
26,9
20,6
19,0
17,8
14,6
20
0
Uruguay
(2012)
Argentina
(2012)
Brasil
(2013)
Ecuador
(2013)
Rep. Dominicana
(2013)
Colombia
(2013)
México
(2012)
Guatemala
(2013)
Chile
(2013)
Bolivia
(Est. Plur. de)
(2011)
Perú
(2013)
Panamá
(2013)
El Salvador
(2013)
Costa Rica
(2012)
Paraguay
(2012)
Honduras
(2010)
Población indigente Población pobre
AMÉRICA LATINA (10 PAÍSES): MONTO PER CÁPITA MENSUAL DE LAS TRANSFERENCIAS
CONDICIONADAS, BASADO EN ENCUESTAS DE HOGARES, ALREDEDOR DE 2011 Y 2013
(En dólares de 2005 y como porcentaje de las líneas de indigencia y de pobreza)
74
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
75
¿Adónde fue a parar la bonanza?
¿Qué explica el crecimiento actual de la economía boliviana, cuál su sostenibilidad, y qué significa este tipo
de crecimiento para la gente?
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Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
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¿Adónde fue a parar la bonanza?
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Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
producción interna que tendrían mayor potencial para aportar con valor agre-
gado, y a la diversificación del aparato y de la capacidad productiva.
En síntesis, hemos justificado la mala distribución primaria porque “el capital
es el factor escaso” en los procesos productivos; congelamos los salarios “por
austeridad y para evitar inflación”; celebramos el cuenta-propismo forzado (ocu-
paciones precarias por la falta de oportunidades), como expresión de “empren-
dedorismo”; promovemos la “profundización financiera” como rasgo de moder-
nidad y de acceso a las oportunidades; ahogamos a los contribuyentes capaces
de crear valor y empleo, pero cumplimos “metas de recaudación”; persistimos
en el patrón extractivista “para re-distribuir los excedentes”; y aspiramos a diver-
sificar la producción, pero buscamos autonomía en política monetaria para con-
trolar la inflación y fortalecer el boliviano a fin de “abaratar las importaciones”.
Al final del día, no se encuentran evidencias razonables que permitan su-
poner que, al fin, estamos en el camino correcto para resolver, definitivamente,
los grandes problemas y los desafíos que implican la pobreza y la desigualdad.
Parecería que desde la perspectiva del desarrollo humano, dadas la magnitud
y la calidad del crecimiento reciente en Bolivia, nuestra economía está metida
en un profundo pozo, pero sigue cavando porque la teoría, las prioridades po-
líticas y el optimismo infundado, sostienen que “hay salida al otro lado”.
A pesar de los “podios” logrados en crecimiento, tenemos en realidad un
serio problema de crecimiento: para un desarrollo humano y productivo eco-
nómicamente competitivo, socialmente equitativo y ambientalmente compro-
metido, en Bolivia está creciendo lo que no debería crecer. Es decir, los rasgos
del crecimiento, las causas de la estabilidad económica y la profundización
financiera que hoy muestra la realidad nacional, son resultado de prioridades
políticas, pero no son los rasgos más deseables que tendría una economía para
la gente, con sostenibilidad y crecimiento inclusivo a largo plazo.
Nuevamente, parecemos incapaces de cambiar la realidad que nos estanca
desde hace más de medio siglo por las restricciones y por las prioridades po-
líticas que adoptamos. Es decir, las experiencias de los últimos setenta años,
muestran que el desarrollo no es simplemente un tema económico que pueda
resolverse con medidas económicas: es, en esencia, un desafío político por lo
que, para cambiar los resultados de la economía, es necesario cambiar la visión
y las prioridades de la POLÍTICA.
El nuevo contexto “post F21” es la oportunidad para que los gobernantes
corrijan el exitismo al que llevaron las altas tasas de crecimiento de la bonanza
y promuevan una amplia y abierta discusión sobre la realidad y la crudeza de
los desafíos, sin cegueras teóricas, ideológicas o políticas. De ello depende que
se puedan sentar las bases sólidas para construir los objetivos de una Agenda
2025, realista y factible.
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¿Adónde fue a parar la bonanza?
BIBLIOGRAFÍA
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82
CAPITALISMO DE ESTADO Y DEMANDA INTERNA:
UNA APROXIMACIÓN DESDE EL ENFOQUE
DEL PIB POR TIPO DE GASTO
1. Introducción
83
¿Adónde fue a parar la bonanza?
Una de las formas de obtención del PIB es por la vía del gasto. Bajo este en-
foque, dicho PIB es el resultado de todos los gastos que efectúan los distintos
agentes en la economía, como ser familias, gobierno y sector externo (en el
caso de este último agente se trata del resto de países que compran la produc-
ción nacional en forma de exportaciones, descontando los bienes que venden
al país en forma de importaciones).
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Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
Esta información del PIB por tipo de gasto es procesada por las instancias gu-
bernamentales, ya sea empleando valores a precios corrientes o constantes (en
este último caso descontando la inflación).
Es importante hacer notar que una forma muy útil de expresar los compo-
nentes de las referidas Ecuaciones (1) y (2) es dividiéndolos entre el mismo
PIB, obteniéndose así proporciones como porcentaje del PIB. Estas propor-
ciones reflejan patrones de comportamiento o tendencias en el tiempo, más
que simplemente valores numéricos que pueden variar de un año a otro. Ha-
ciendo una analogía con el ingreso que percibe una persona, si este ingreso
aumenta considerablemente de un año a otro pero la persona incrementa en
59 Por ejemplo bienes no duraderos (vestimenta, alimentos, etc.), duraderos (automóviles, electrodomésti-
cos, etc.) o servicios (peluquería, transporte, etc.).
60 Por ejemplo maquinaria, inmuebles, equipo, etc.
61 Las existencias pueden ser materias primas (aun no incorporadas al proceso productivo), bienes en
proceso de fabricación o productos terminados que hacen parte del inventario en almacén.
62 En términos prácticos, el Cp es lo que se conoce como Gasto de Consumo Final de los Hogares e ISFLSH
(Instituciones Sin Fines de Lucro que sirven a los Hogares).
63 Nótese que este gasto público no incluye transferencias ni intereses pagados por deuda pública, ya que
ambos no constituyen compras de bienes o servicios.
85
¿Adónde fue a parar la bonanza?
64 Supóngase por ejemplo que la persona recibe un ingreso anual de Bs10.000 y destina Bs4.000 a
alimentación (40%), Bs1.000 a vestimenta (10%), Bs1.000 a transporte (10%), Bs2.000 Bs a educa-
ción (20%), Bs1.000 a servicios de salud (10%) y Bs1.000 a servicios de entretenimiento (10%). Al
año siguiente su ingreso se duplica y la persona recibe Bs20.000. Con este dinero la persona acude
a restaurantes más caros y gasta Bs8.000 (40%), compra más ropa y de mejor calidad que le cuesta
Bs2.000 (10%), ahora prefiere movilizarse en taxis que le representan Bs2.000 (10%), acude a cursos
y seminarios adicionales que le incrementan el gasto en educación hasta Bs4.000 (20%), decide ha-
cerse exámenes de salud complementarios que ascienden a Bs2.000 (10%) y, finalmente, decide viajar
y destina Bs2.000 para su entretenimiento (10%). Como se puede apreciar la persona percibió más
ingresos pero también gastó más, sin embargo, las proporciones o porcentajes de asignación según
rubros se mantuvieron invariables. Esto permite inferir que, estructuralmente, la persona no modificó
sus hábitos o patrones de conducta, sino que simplemente redistribuyó el excedente según sus ten-
dencias habituales.
86
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
-10%
-20%
Consumo público Consumo privado FBKF pública
FBKF privada Exportaciones netas
Fuente: MEFP (2014b; Cuadro: A.8). La desagregación de FBKF fue efectuada con datos del INE.
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
-10%
-20%
Consumo público Consumo privado FBKF pública
FBKF privada Exportaciones netas
FUENTE: MEFP (2014b; Cuadro: A.12). La desagregación de FBKF fue efectuada con datos del INE.
Como se puede observar en las Gráficas, existen varios aspectos relevantes que
se desprenden de la composición del PIB por tipo de gasto:
87
¿Adónde fue a parar la bonanza?
88
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
Todo este análisis pone de manifiesto, una vez más, que no es lo mismo hablar
en valores en Bs. (ya sean constantes o corrientes), que en porcentajes con res-
pecto al PIB, ya que si bien los primeros pueden haber experimentado creci-
mientos importantes, los segundos (que reflejan mejor patrones de conducta o
comportamiento) no necesariamente varían en la misma dirección y magnitud.
89
¿Adónde fue a parar la bonanza?
CUADRO 1. ESTUDIOS SOBRE DETERMINANTES DEL CRECIMIENTO DEL PIB (Por el lado de la demanda)
Documento Periodo Analizado Factores determinantes
Inversión privada en capital físico (elasticidad inversión privada
Ramírez (1992) 1970-1990
al crecimiento = 1,441) importante para el crecimiento del PIB.
Tasa de crecimiento de consumo de gobierno es una de las
Humérez & Dorado (2006) 1992, 1996 y 2001 (panel) variables más importantes que influye positivamente en el
crecimiento del PIB.
La demanda interna es, en el largo plazo, la fuente más impor-
tante del PIB. En el corto plazo, los shocks de demanda interna
Humérez (2014) 1991-2012
tienen también un alto impacto. La demanda externa muestra
un efecto reducido en el PIB.
FUENTE: Ramírez (1992); Humérez & Dorado (2006); y Humérez (2014).
66 Para un análisis del caso boliviano empelando esta técnica ver Machicado et. al. (2012).
90
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
67 El documento contiene también un modelo de series temporales para el periodo 1960-2004, en el que la
inversión, la tasa de crecimiento del consumo de gobierno, las exportaciones y el déficit fiscal, afectan
positivamente y de manera significativa el crecimiento del PIB. Sin embargo, la alta probabilidad de
presencia de sesgo de simultaneidad (y la ausencia de variables instrumentales para corregir tal sesgo),
hacen que los resultados de este modelo solo puedan ser utilizados como preliminares u orientativos.
68 Medido a través del cociente entre el gasto en construcción y el PIB como variable proxy.
69 Al emplear este tipo de modelos se evita la correlación de los regresores endógenos con los términos
de perturbación.
91
¿Adónde fue a parar la bonanza?
92
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
Los fundamentos del triángulo están en los estudios de Hayek (1931, 1933 y
1966) y un análisis muy lúcido de las implicancias del mismo puede ser en-
contrado en Garrison (2001). Los cimientos teóricos sobre los que descansa
el modelo son: i) el funcionamiento de mercados de fondos prestables; ii) la
frontera de posibilidades de producción; y iii) una estructura de producción
inter-temporal representada por el triángulo. Los macroeconomistas tradicio-
nales están familiarizados con los dos primeros pero no necesariamente con el
tercero. Toda la estructura está pensada para explicar los procesos de mercado
que guían la asignación de recursos al interior de la economía, más que para
la determinación de valores de equilibrio.
Por razones de espacio y en aras de una mayor claridad, en este documen-
to se recurrirá al análisis gráfico, haciendo abstracción del funcionamiento de
mercados de fondos prestables.
Típicamente, los textos de economía emplean esta herramienta para mostrar las
distintas combinaciones eficientes de producción de bienes que pueden obtener-
se usándolos factores disponibles. En términos macroeconómicos, una opción es
separar la producción agregada (que vendría a ser el PIB) en bienes de consumo
y bienes de capital, asumiendo que dicha producción crecerá en la medida en
que se empleen los recursos o factores para producir más bienes de capital, en
vez de bienes de consumo. En estos términos, la expansión anual de la FPP (en
este caso del PIB) depende de cómo se haya distribuido la producción entre
ambos bienes; por ejemplo, Japón, después de la guerra, optó por sacrificar la
producción de bienes de consumo en favor de los bienes de capital y creció más
rápido (en el período 1950-1970) que Estados Unidos, donde la elección fue a
la inversa y el crecimiento experimentado fue más lento (Garrison, 2001). En el
modelo austriaco la producción de bienes de capital se equipara a la inversión
93
¿Adónde fue a parar la bonanza?
Este componente está representado a través del triángulo y es lo que hace úni-
co al enfoque macroeconómico austriaco. En la visión tradicional se prioriza
el aspecto de “valor agregado”, pero se deja de lado la dimensión temporal de
la estructura de producción. En cambio, en el modelo de Hayek se incorpora
dicha dimensión temporal del proceso, llegándose así a una herramienta (el
triángulo) que combina valor agregado (inmerso en el bien final de consumo)
del proceso productivo y temporalidad entre las distintas fases de transforma-
ción, no expresada en unidades de tiempo tradicionales (años, meses, etc.)
sino simplemente dando la noción de que hay sectores en la economía (secto-
res extractivos) cuyos bienes deben todavía esperar a que transcurra el tiempo
y se siga agregando valor en fases subsiguientes, mientras que hay otros secto-
res (servicios) cuyo producto ya está a punto de ser consumido. De este modo,
el eje horizontal del triángulo representa dicha dimensión temporal, mientras
que el eje vertical viene a ser el valor de los bienes de consumo final. Entonces,
en la parte extrema izquierda del eje temporal están los sectores extractivos o
primarios (minería, hidrocarburos y actividad agropecuaria), pasando secuen-
cialmente a los sectores de transformación (manufactura) y servicios de venta
final a medida que se avanza hacia la derecha. Recuérdese una vez más que
los bienes a los que se les está agregando valor en las etapas extractivas están
todavía distantes en tiempo de llegar a manos del consumidor final. Además,
las distancias verticales del eje temporal hacia la hipotenusa del triángulo re-
presentan el valor de los bienes en proceso. En este caso se asumirá que el
consumo de los bienes es instantáneo y no consume tiempo70.
La unión entre la FPP y el triángulo se da a través del componente del
consumo, tal como muestra el Diagrama 1. En todos los casos, las variables
han sido tomadas en proporciones o porcentajes con respecto al PIB (para los
cálculos se han empleado datos precios corrientes y constantes).
70 Existe una versión ampliada en la que el consumo final se da también a través del tiempo, juntando dos
triángulos rectángulos a través del eje vertical. Para mayores detalles ver Garrison (2001).
94
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
2005
(72,1%) Const. (66,3%) Corr.
2014
(70,0%) Const. (62,9%) Corr.
.
2005 2005 Ip + G
Sect. Extractivo Agropecuario Manufactura Otros Impuestos
(9.9%) Corr. (11.8%) Corr. (11.6%) Corr. (48.7%) Corr. (18%) Corr.
(10.8%) Const. (14.5%) Const. (16.5%) Const. (48.6%) Const. (9.6%) Const.
2014 2014
Sect. Extractivo Agropecuario Manufactura Otros Impuestos
(13.7%) Corr. (9.7%) Corr. (9.7%) Corr. (41.8%) Corr. (25%) Corr.
(12.5%) Const. (11.9%) Const. (16.2%) Const. (47.6%) Const. (11.9%) Const.
Fuente: Basado en Hayek (1931, 1933) y Garrison (2001). Los datos son de MEFP (2014b; Cuadros A.4, A.8, A.10 y A.12 )
71 Recuérdese que, tal como se mencionó anteriormente en el Subtítulo 2.1, el valor nominal del consumo
privado ha crecido importantemente en los últimos años de 51.080 millones de Bs. corrientes en 2005 (o
18.755 millones de Bs. constantes), hasta 143.424 millones de Bs. corrientes en 2014 (o 28.388 millones
de Bs. constantes), no obstante, la importancia de este componente dentro del PIB por tipo de gasto ha
experimentado una tendencia decreciente, que es lo que se mostró en las Gráficas 1 y 2.
72 Incluye: i) Petróleo crudo y gas natural; y iii) Minerales metálicos y no metálicos.
73 Incluye: i) Agricultura, silvicultura, caza y pesca.
95
¿Adónde fue a parar la bonanza?
Como se vio en la Sección II, después de los gastos de consumo privado (Cp)
vienen, en términos de porcentaje respecto al PIB, los gastos de consumo de
gobierno (Cg), los cuales son incluso mayores a la inversión de gobierno (Ig).
Otra forma de aproximarse a esta variable de gasto de gobierno es a través de
los Egresos Corrientes, principalmente la cuenta Bienes y Servicios (B&S) del
Sector Público No Financiero, la cual comprende (según MEFP, 2013) Servicios
no Personales(destacan Servicios Básicos, Servicios de Transporte y Servicios
Profesionales), Bienes de Consumo Final (sobresalen Alimentos, Material de
Escritorio y Herramientas) y Bienes de Consumo Intermedio (incluyen Materia
Prima y Gastos Generales de Fabricación).
96
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
cado de 3,1% en ese año a 16,2% el año 2014 (BCB, 2014). Esto es consistente
con la visión de Capitalismo de Estado, ya que un sector público más grande y
activo requiere necesariamente de mayores gastos en B&S.
Sin embargo, es bueno resaltar que en el caso de gastos en Servicios Perso-
nales (es decir remuneraciones y aportes de empleados públicos permanentes
y no permanentes), si bien el monto en Bs. corrientes ha experimentado un
crecimiento importante (llegando a más que triplicarse de 8.007 millones de
Bs. el año 2005 a 25.382 millones de Bs. el año 2014) el crecimiento estructu-
ral en porcentaje respecto al PIB ha sido bastante moderado y hasta ejemplar,
ya que apenas subió de 10,4% el año 2005 a 11,1% el año 2014 (ver BCB,
2014). Esto significa que la contratación de mayor personal y crecimiento de
la planilla del sector público fue más o menos equiparable al crecimiento de
la economía en su conjunto, lo cual es bastante sano. Pero el desproporcional
crecimiento del gasto en B&S sí llama la atención y deja mucho que desear de
cuán eficiente y poco austero es este nuevo gran aparato estatal.
Pero es necesario hacer una puntualización al respecto, y es que parte del
incremento en gasto en B&S se explica por el crecimiento en la actividad de
mayoreo que realiza YPFB, referida a la intermediación de combustibles y lu-
bricantes en el mercado interno (nótese que la ampliación de la demanda de
combustible trae consigo mayores volúmenes de importación de diesel y gaso-
lina, que además se complica por la subida de precios del petróleo) y también
por el mayoreo de otras empresas como la Empresa Metalúrgica Vinto. Este es
un gasto inercial y en gran medida justificable, así que aislando el efecto de
este mayoreo se obtiene la tendencia mostrada en la Gráfica 3.
12%
9,9%
10%
7,6%
8%
6,6%
6%
4,6% 4,5%
5,4% 3,6%
4%
2,5% 2,7% 2,6% 4,1%
3,4% 3,4%
2% 2,8%
0
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
97
¿Adónde fue a parar la bonanza?
75 Específicamente, se trata de la Renta Dignidad, el Bono Juana Azurduy y el Bono Juancito Pinto.
76 Ver por ejemplo las distintas posturas al respecto en: Castellani y Zenteno (2015), Banco Mundial (2014)
y McGuire (2013).
98
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
4. Comentarios finales
99
¿Adónde fue a parar la bonanza?
100
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
101
¿Adónde fue a parar la bonanza?
BIBLIOGRAFÍA
Banco Mundial (2014). “Social Gains in the Balance: A Fiscal Policy Challenge
for Latin America & the Caribbean”. World Bank Document No. 85162. Fe-
bruary.
---------------- [1933] (1966). “Monetary Theory and the Trade Cycle”. New York:
Augustus M. Kelley. Primera Edición.
102
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
Menger, Carl. ([1871] 1981). “Principles of Economics”. New York: New York
University Press.
Mises, Ludwig von. (1969). “The Historical Setting of the Austrian School of
Economics”. New York: Arlington House.
103
BREVE REVISIÓN DE LAS CONTRATACIONES
PÚBLICAS DE BOLIVIA ENTRE 2004 Y 2015
1. Introducción
105
¿Adónde fue a parar la bonanza?
2. Gasto público
GRÁFICO 1. EVOLUCIÓN DE LOS INGRESOS Y GASTOS DEL SPNF AÑOS 2004 - 2015
(millones de bolivianos)
130.000
10.000
90.000
70.000
50.000
30.000
10.000
2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015*
Ingresos Gastos
Fuente: elaboración propia en base a datos del Banco Central de Bolivia.
* El dato corresponde al perioda enero - noviembre.
77 Página Siete. El déficit fiscal se incrementó de 3.4%a 6.6% “por la inversión”. 23 de enero de 2016. http://
www.paginasiete.bo/nacional/2016/1/23/deficit-fiscal-incremento-34-66-por-inversion-84321.html
106
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
GRÁFICO 2. EVOLUCIÓN DEL GASTO DEL SECTOR PÚBLICO NO FINANCIERO, AÑOS 2004 - 2015
(millones de bolivianos)
140.000
124.946,7
120.000
102.362,7 98.991,4
100.000
80.000 74.232,5
56.584,1
60.000
40.000 31.727,8
23.710,4
20.000
0
2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015*
Capital Corriente Total
Fuente: elaboración propia en base a datos del Banco Central de Bolivia.
* El dato corresponde al perioda enero - noviembre.
Los montos totales de los egresos fueron sumamente altos en los últimos años,
incluso si se los compara con el tamaño de la economía boliviana mediante el
Producto Interno Bruto (PIB). La tendencia fue claramente ascendente pasan-
do de un 34,1 por ciento del PIB en 2004 a 41,9 por ciento en 2007 y superan-
do el 50 por ciento en 2014 (ver Gráfico 3);es muy probable que el dato del
año 2015 sea similar al de 2014. De esta forma,el gasto estatal representó en
los últimos años alrededor de la mitad de la producción económica nacional,
un monto de recursos nada despreciable.
GRÁFICO 3. TAMAÑO DEL GASTO DEL SECTOR PÚBLICO NO FINANCIERO, AÑOS 2004 - 2015
(porcentaje del PIB)
60
54,8
55
50
46,5
45,1 44,7 45,3
48,3
45
41,9 45,6
43,0
40
34,1 33,9 34,6
35
30
2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015*
Fuente: elaboración propia en base a datos del Banco Central de Bolivia.
* El dato corresponde al perioda enero - noviembre.
107
¿Adónde fue a parar la bonanza?
Gran parte del incremento del gasto se originó en las empresas públicas. Des-
pués de un periodo caracterizado por la menor participación del Estado en la
economía nacional que se inició con el proceso de capitalización a mediados
de la década de1990, hubo una reversión significativa desde mediados de los
años 2000. El presidente Evo Morales Ayma y su gobierno decidieron imple-
mentar un modelo económico basado en una fuerte presencia estatal en todos
los sectores de la economía. Una de las primeras medidas en este sentido fue
la denominada “nacionalización” de las empresas del sector petrolero y otras
más de los sectores eléctrico y minero. Posteriormente se crearon empresas es-
tatales en sectores tan diversos como los alimentos y el turismo, entre muchos
otros. Fue inevitable, por tanto, incrementar de manera continua el gasto para
financiar requerimientos igualmente mayores.
Con este panorama, vale la pena preguntarse sobre el alcance del Estado
en la economía en general y su gasto en particular: ¿Es deseable un Estado
grande y que intervenga en todos los sectores de la economía? Parecer difícil
responder a esta pregunta, pero la literatura económica muestra que, más allá
de cierto nivel, resulta contraproducente mantener un gobierno con gran tama-
ño y alto gasto cuando el costo es mayor que el beneficio78.
Al menos dos problemas se hacen evidentes a medida que el tamaño y el
gasto del Estado crecen: la falta de eficiencia del gasto y la competencia por
recursos con los privados. Cuando crece la inversión pública se corre el riesgo
de desplazar a la iniciativa privada, por lo que el sector público puede mermar
los recursos que van hacia este sector y, de esta forma, competir por ellos. Esto
se conoce como efecto crowdingout o expulsión. En los últimos años, dadas
las características de la inversión en Bolivia, este efecto habría ocurrido en el
país79.Llama la atención, al mismo tiempo, que la inversión pública en el sector
productivo haya tenido efectos negativos —o al menos nulos— sobre el cre-
cimiento de la economía, lo que demostraría, en parte, la ineficiencia de este
gasto que es prioritario para el gobierno.
El Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, a fin de analizar la eficiencia
de la política fiscal en Bolivia, estimó el multiplicador del gasto fiscal, es decir,
en este caso, la proporción en la que se ve afectado el PIB ante una variación
del gasto fiscal. El resultado al que se llegó, mediante un modelo de vectores
auto regresivos estructurales, fue el siguiente: “En Bolivia el tamaño del mul-
tiplicador del gasto fiscal para el periodo 2006-2014 es 1,3. Es decir, un au-
mento en el gasto público en términos reales de Bs1.- tiene un efecto positivo
78 Michael D. Tanner. Deficits, Debt, and the Entitlement Crisis. Going for Broke. Washington, D. C., 2015.
79 José Gabriel Espinoza Yáñez. “La inversión pública y el crecimiento en Bolivia. Análisis de la inversión
presupuestada en el PGE 2013”, en Fundación Milenio. ¿Qué dice el gasto fiscal? Examen del Presupues-
to General del Estado 2013. Coloquios Económicos, Nº 25. La Paz, abril de 2013.
108
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
3. Licitaciones
109
¿Adónde fue a parar la bonanza?
82 José Pedro López-Elías. Aspectos jurídicos de la licitación pública en México. UNAM. México D.F.,
1999. p53.
110
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
4. La normativa boliviana
83 Juan Antonio Morales. La política económica boliviana 1982 – 2010. La Paz, 2012. pp.52-53.
84 Ley Nº 1178. Ley de administración y control gubernamentales (SAFCO).
85 Ibid. P. 254.
86 Ley Nº 1178.
111
¿Adónde fue a parar la bonanza?
112
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
87 Una empresa pública de carácter estratégico, según la Ley de la Empresa Pública, es aquella que desa-
rrolla sus actividades empresariales en sectores estratégicos con el objetivo de generar una rentabilidad
económica. Estos sectores estratégicos son Hidrocarburos, Minería, Electricidad y Recursos Ambientales.
88 Artículo 54 del DS Nº 29190.
113
¿Adónde fue a parar la bonanza?
114
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
115
¿Adónde fue a parar la bonanza?
116
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
89 Ministerio de Economía y Finanzas Públicas. SABS. Manual de operaciones del Sistema de Contratacio-
nes del Estado SICOES. Aprobado mediante Resolución Ministerial Nº 274 de 9 de mayo de 2013. p. 2.
90 Clara muestra de esas variaciones e inconsistencias son los datos reportados entre 2012 y 2015 que
incluso presentaron cifras negativas, algo que podría interpretarse como que las empresas pagaron al
Estado por ser contratadas, situación que simplemente no es posible. Para un mejor análisis se realiza-
ron los siguientes ajustes: 1) En el caso de los valores de 2012 a 2015 se optó por considerar que todas
las cifras reportadas eran positivas; aquellas que figuraban como negativas fueron cambiadas de signo;
2) para las cifras totales de 2015 se descartó el monto correspondiente a la Empresa Metalúrgica Vinto
nacionalizada, ya que reportaba un dato total extremadamente alto, obviamente erróneo, que distorsio-
naba la información agregada.
117
¿Adónde fue a parar la bonanza?
Entre los años 2004 y 2015 existió un marcado ascenso de los procesos de
contratación efectivos por parte del Estado, es decir, aquellos contratos que se
adjudicaron sin tomar en cuenta los declarados desiertos. Mientras que en 2004
se totalizaron 5.184 contratos, en 2006 se registraron casi 17 mil contratos; en
2009el número de contratos llegó a 31.981, pero fue en 2014 cuando se alcan-
zó la mayor cantidad de contrataciones de bienes y servicios con un total de
76.468 (ver Gráfico 4).
GRÁFICO 4. EVOLUCIÓN DEL NÚMERO DE CONTRATACIONES DE BIENE Y SERVICIOS, AÑOS 2004 - 2015
(número de contratos)
80.000
70.000
60.000
50.000
40.000
30.000
20.000
10.000
0
2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015
Fuente: elaboración propia en base a datos del SICOES del 11 al 17 de enreo de 2016 (www.sicoes.gob.bo).
118
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
2015 solo el 1,8 por ciento del total. En sentido contrario, la cantidad de con-
trataciones directas aumentó casi en la misma proporción en la que bajaron
los contratos por licitación, pasando del 3,4 por ciento en 2008 al 20,1 por
ciento en 2015 (ver Gráfico 5).
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012* 2013* 2014* 2015*
Resto Apoyo nacional a las producción Definidas por el organismo financiador o normativa
Por exepción Directa Licitación pública
Fuente: elaboración propia en base a datos del SICOES del 11 al 17 de enreo de 2016 (www.sicoes.gob.bo).
119
¿Adónde fue a parar la bonanza?
25.000
20.000
15.000
10.000
5.000
0
2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015
Otras modalidades (definidas por el organismo financiador o normativa)
Licitación pública Por exepción Directa
Fuente: elaboración propia en base a datos del SICOES del 11 al 17 de enreo de 2016 (www.sicoes.gob.bo).
La compra de bienes y servicios de forma directa registró dos contratos en 2004, cifra
que refleja su carácter excepcional y, como se mostró previamente, su baja incidencia
en las contrataciones estatales. En 2006 esta situación no cambió significativamente:
se firmaron siete contratos; el siguiente año, sin embargo, y coincidentemente con el
cambio de norma, el número de este tipo de contratos subió hasta 127, lo que significa
una variación relativa de 1.714,3 por ciento. Desde entonces las contrataciones direc-
tas ascendieron de manera constante hasta llegar a un máximo de 14.908 en 2014,
con tasas de crecimiento anuales superiores al 50 por ciento, con excepción de los
años 2012y 2015 en que esa tasa de crecimiento fue menor (ver Gráfico 7).
16.000
14.000
12.000
10.000
8.000
6.000
4.000
2.000
0
2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015
120
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
GRÁFICO 8. COMPSICIÓN DE LAS CONTRATACIONES PÚBLICAS POR MODALIDAD, AÑOS 2004 - 2015
(número de contactos)
450.000
Resto
400.000
350.000 Por exepción
300.000 13.799 7.830
21.013
250.000 Otras modalidades (definidas por el
52.508 organismo financiador o normativa)
200.000
Licitación pública
150.000
100.000 223.139 Directa
50.000
Apoyo nacional a las producción
0
2004 - 2015
Fuente: elaboración propia en base a datos del SICOES del 11 al 17 de enreo de 2016 (www.sicoes.gob.bo).
121
¿Adónde fue a parar la bonanza?
GRÁFICO 9. EVOLUCIÓN DEL VALOR DE LAS CONTRATACIONES PÚBLICAS, AÑOS 2004 - 2015
(millones de bolivianos)
40.000
35.000
30.000
25.000
20.000
15.000
10.000
5.000
0
2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012* 2013* 2014* 2015*
Fuente: elaboración propia en base a datos del SICOES del 11 al 17 de enreo de 2016 (www.sicoes.gob.bo). *Datos ajustados.
GRÁFICO 10. EVOLUCIÓN DE LAS CONTRATACIONES ESTATALES POR MODALIDAD, AÑOS 2004 - 2015
(millones de bolivianos)
35.000
30.000
25.000
20.000
15.000
10.000
5.000
0
2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012* 2013* 2014* 2015*
Resto Definidas por el organismo financiador o normativa Apoyo nacional a las producción
Directa Por exepción Licitación pública
Fuente: elaboración propia en base a datos del SICOES del 11 al 17 de enreo de 2016 (www.sicoes.gob.bo). *Datos ajustados.
122
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
GRÁFICO 11. PARTICIPACIÓN DE LAS LICITACIONES RESPETO AL TOTAL, AÑOS 2004 - 2015
(porcentaje)
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012* 2013* 2014* 2015*
Resto Licitación pública
Fuente: elaboración propia en base a datos del SICOES del 11 al 17 de enreo de 2016 (www.sicoes.gob.bo).
*Datos ajustados.
Así como los montos usados en compras mediante licitación cayeron significa-
tivamente, el resto de las modalidades fueron ganando espacio paulatinamen-
te, en especial las contrataciones directas, las contrataciones por excepción
y las “otras modalidades” (aquellas definidas por el organismo financiador o
123
¿Adónde fue a parar la bonanza?
GRÁFICO 12. COMPOSICIÓN DE LAS CONTRATACIONES POR MODALIDAD, AÑOS 2004 - 2015
(porcentaje)
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012* 2013* 2014* 2015*
Resto Definidas por el organismo financiador o normativa
Directa Por exepción Licitación pública
Fuente: elaboración propia en base a datos del SICOES del 11 al 17 de enreo de 2016 (www.sicoes.gob.bo).
*Datos ajustados.
124
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
100
90
80 Directa
70 Licitación pública
60
50
40
30
20
10
0
2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012* 2013* 2014* 2015*
Fuente: elaboración propia en base a datos del SICOES del 11 al 17 de enreo de 2016 (www.sicoes.gob.bo).
*Datos ajustados.
125
¿Adónde fue a parar la bonanza?
70
60
50 Monto
40 Contrato
30
20
10
0
2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012* 2013* 2014* 2015*
Fuente: elaboración propia en base a datos del SICOES del 11 al 17 de enreo de 2016 (www.sicoes.gob.bo).
*Datos ajustados.
126
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
GRÁFICO 15. MODALIDAD DIRECTA: RATIO DE COSTO PROMEDIO, AÑOS 2004 - 2015
(millones de bolivianos por contrato)
1,4
1,2
1,0
0,8
0,6
0,4
0,2
0
2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012* 2013* 2014* 2015*
Fuente: elaboración propia en base a datos del SICOES del 11 al 17 de enreo de 2016 (www.sicoes.gob.bo).
*Datos ajustados.
Del resto de las modalidades las que tuvieron mayor variación fueron las de-
finidas por el organismo financiador o normativa (“Otras modalidades”), las
contrataciones por excepción y la licitación pública con ratios superiores al
caso de las contrataciones directas. Nuevamente puede observarse que el año
2009 hubo un cambio importante en la tendencia, como se observa con las
licitaciones que pasaron de tener el ratio más alto –7,6 en 2009– a ser práctica-
mente inexistentes en 2015. En sentido contrario, los contratos por excepción
y los contratos sujetos a “otras modalidades” crecieron sustancialmente hasta
alcanzar un ratio superior al 5,0 (ver Gráfico 16).
GRÁFICO 16. RATIO DE COSTO PROMEDIO POR MODALIDAD DE CONTRATACIÓN, AÑOS 2004 - 2015
(millones de bolivianos por contrato)
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012* 2013* 2014* 2015*
Directa Por exepción Licitación pública Definidas por el organismo financiador o normativa
Fuente: elaboración propia en base a datos del SICOES del 11 al 17 de enreo de 2016 (www.sicoes.gob.bo).
*Datos ajustados.
127
¿Adónde fue a parar la bonanza?
200.000
180.000
18.772,3 Resto
160.000 17.780,1
140.000 Por exepción
48.150,6 57.753,6
120.000
100.000 Licitación pública
80.000 49,992,2 49.992,8 Directa
60.000
40.000 Definidas por el organismo financiador
20.000 51.662,6 51,662,9 o normativa
0
2006 - 2015* 2004 - 2015
Fuente: elaboración propia en base a datos del SICOES del 11 al 17 de enreo de 2016 (www.sicoes.gob.bo).
*Datos ajustados.
Resulta sumamente sugerente que aquella modalidad que debiera ser la prin-
cipal en las compras de bienes y servicios por parte del Estado solo haya re-
presentado 1/4 del total al igual que las contrataciones directas entre 2004 y
2015, pero si además se suman a esta última las compras por excepción, estas
se convierten en la categoría más importante con 1/3 del total. Es innegable
que gran parte de las contrataciones de la administración pública boliviana no
requirieron convocatorias públicas.
La modalidad de contratación con el mayor número de contratos no fue la
misma que obtuvo el monto más alto asignado. Aquellas cuatro modalidades
que representaron menos del 30 por ciento de los contratos totales (licitación
pública, contratación directa, por excepción y definidas por el organismo fi-
nanciador o normativa) representaron alrededor del 90 por ciento del monto
128
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
total de compra de bienes y servicios, lo que quiere decir que una gran parte
de este gasto del gobierno se concentró en un número reducido de contratos
que, dadas sus características, debieron ser canalizadas mediante licitaciones.
6. Conclusiones
129
¿Adónde fue a parar la bonanza?
130
EVALUACIÓN DEL DESEMPEÑO ECONÓMICO
Y DE LA INVERSIÓN PÚBLICA EN EL PERIODO EVO MORALES
Y LA INVERSIÓN EN EDUCACIÓN Y SALUD
131
¿Adónde fue a parar la bonanza?
132
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
Para el año 2015, la inversión pública fue de $us 6.178,9 millones, con un de-
crecimiento de -2,5%, (agregando las inversiones de las empresas YPFB-Chaco,
YPFB-Andina, ENTEL y de otras que tienen capital estatal, pero tienen per-
sonería jurídica diferente y no entran en el PGE), sin considerar la inversión
privada, estimada en $us 3.000 millones93.
Cabe destacar el crecimiento acelerado del Producto Interno Bruto (PIB) en los
últimos años, que se triplicó en tan solo siete años (2005-2012). La razón del
crecimiento económico en Bolivia durante los últimos cinco años (2010-2014) se
debe a que el PIB creció a un promedio de 5,3% anualmente (Gráfico 1).
36.000 34.425
30.824
30.000
27.265
24.121
24.000
19.786
18.000 16.792 17.464
13.216
12.000 11.520
8.385 8.155 7.917 8.092 8.785 9.573
6.000
0
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014
Fuente: Fondo Monetario Internacional
93 La inversión privada se calcula en 8% del PIB de 2014, en el World Economic Outlook del FMI, lo que
equivale a $us2.700 millones para ese año.
133
¿Adónde fue a parar la bonanza?
Estos tres elementos han provocado que Bolivia tenga superávit fiscal en va-
rios años del periodo en estudio, excepto en los años 2014 y 2015, cuando se
registró un déficit.
Además, el conjunto de esos tres fenómenos otorgaron recursos para una
mayor intervención del Estado en la economía, con recursos propios, fuera de
los que provengan de la deuda externa. El análisis de la inversión pública es el
objeto del presente ensayo.
Es evidente que un proceso de crecimiento económico como el que vivió
Bolivia debe provocar también reducciones importantes en los niveles de des-
empleo. Sin embargo, en esto se presentan datos un tanto contradictorios. Este
tema también se analiza más adelante.
EXPORTACIONES
5% 12.893
14.000
12.208
12.000 11.815
2.035 3.635
1.966 2.877
2.077 3.337
8.000
Extracción de Minerales
6.933 6.966 6.603-30%
1.654
4.000 2.867
6.625
6.596
5.871
1.320
4.112
3.475
741
2007 2.240
2015 2.214
2009 2.107
2006 2.011
20051.400
2004815
0
2013(p)
2014(p)
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2008
2011
2012
2014
A Junio
134
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
IMPORTACIONES
12.000
13% 10.560
10.000 9.353
8.590
3.495
8.000 Bienes de Capital 7.936
2913
2.432
Materias Primas y Productos Intermedios -3 %
2.245
5.604
4.784
6.000 Bienes de Consumo 5.100
4.629
4.817
20081.119 2.599 1.315
Otros
4.388
3.588
4.204
20141.0082.225 1.530
2009 928 2.305 1.274
4.000
20151.0152.035 1.556
3.844
2.451 1.920
1.926 2.020 1.832
2.000
1.770
994 1.177
2006 1.467
2005 1.281
2014(p) 2.198
2013(p) 1.994
2012 1.882
2011 1.817
2004 997
0
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2007
A Junio
(p) Preliminar
Fuente: Instituto Nacional de Estadística (INE)
Elaboración: Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, Unidad de Análisis y Estudios Fiscales (UAEF)
16.000
AMÉRICA LATINA: RESERVAS INTERNACIONALES, JUNIO 2015
(En porcentaje del PIB)
15.123
14.410
14.430
13.000
13.927
12.019
10.000
9.730
8.580
7.000
7.722
5.319
4.000
1.000
-45
1980 -102
1981 -264
1982 -327
-2.000
1976
1977
1978
1979
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
agosto
135
¿Adónde fue a parar la bonanza?
70.000 8%
64.452
59.883
15.602
60.000
15.543
50.000 49.674
-1%
12.111
41.549 40.458 40.063
40.000
8.996
7.143
9.051
29.758 31.648
6.744
30.000
6.465
6.644
48.850
24.308
44.340
18.353 5.954
21.321
37.563
20.000 5%
32.552
2006 15.824 5.497
16.000
32.921
24.903
31.406
23.695
23.114
11.352
10.000 6.916 7.914 8.287
2005 13.672
2004 11.352
3.515 4.867
2003 8.752
2002 8.287
2000 7.914
2001 7.764
1.277 2.349
0
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014(p)
2014(p)
2015(p)
IDH Impuestos sin IDH Ene -Jul
Nota: En 2009 y 2010 se realiza una corrección estadística por la acción de repetición en el pago por concepto de IUE de YPFB efectuado en 2009
Fuente: Servicio de Impuestos Nacionales (SIN), Aduana Nacional de Bolivia (AN)
Elaboración: Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, Unidad de Análisis y Estudios Financieros (UAEF).
136
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
137
¿Adónde fue a parar la bonanza?
5%
20.997
19.983
22.000
16.645
20.000
18.000
13.593
16.000
11.303
14.000
9.346
12.000
8.911
7.436
10.000
5.565
8.000
4.361
4.256
4.146
4.051
4.014
3.826
3.799
3.668
3.652
3.601
6.000
4.000
2.000
0
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
julio
Depósitos Títulos BCB
Depósitos: Depósitos Vista + Caja de Ahorros + DPF + Otros + Depósitos de Empresas con Participación Estatal
Títulos BCB: CD emitidos por el BCB para las AFP y las Compañías de Seguro + Títulos del BCB en poder del sector privado no financiero (Bonos BCB
Directo, BCB Aniversario, BCB Navideño y BCB Plus)
Fuente: Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) y Banco Central de Bolivia (BCB)
Elaboración: Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, Unidad de Análisis y Estudios Fiscales (UAEF)
16.000 18,0
16,5 9%
15.437
14.000 16,0
14.187
15,0
14,3 14,0
12.000
12.198
12,2 12,0
10.000 10,1
10.232
10,3 10,0
8.000
8.499
7,7 8,0
7,3
6.000
6.767
4.000
4.678
4,0
4.211
4.232
4.056
3.674
3.617
3,7
3.360
3.314
3.272
3.223
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
julio
138
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
A ello se añade que la mora del sistema financiero, reducida a menos del 2%,
un dato que muestra que existe una circulación y velocidad en el uso de recur-
sos prestados por parte de los inversores. Un sector muy activo en el uso de
recursos del sistema financiero es el de la construcción, que ha mostrado una
importante dinámica en la realización de los bienes raíces que se han introdu-
cido al mercado inmobiliario, lo que provoca esa baja en la mora del sistema.
En términos comparativos, Bolivia tiene indicadores de crecimiento que
son más eficientes que los de otros países latinoamericanos, como en el caso
del indicador de inversión como porcentaje del PIB.
A pesar de ello, mientras Bolivia crece al 5,1% en el último decenio, algunos
de nuestros vecinos latinoamericanos crecen con mayor rapidez y más soste-
nidamente. Chile, por ejemplo, ha estado creciendo a razón de 5,3% y 5,8% en
los últimos cinco años. Perú, a su vez, ha crecido en razón de 4 y 9,8% durante
el decenio 2003-2013. A la luz de estos contrastes, no es posible asegurar que
el crecimiento boliviano sea espectacular.
El tipo de crecimiento que Bolivia requiere es, sin lugar a ninguna duda, un
crecimiento enfocado en la disminución de la pobreza. La persistencia y profun-
didad de la pobreza, como se la mida, es un dato que los bolivianos deberemos
enfrentar, tarde o temprano. Se ha comprobado que si el crecimiento solo bene-
ficia a los más ricos es poco duradero y es, a la larga, un boomerang. Conviene
entender, asimismo, que el gasto público en sí mismo no tiene el poder de ge-
nerar mayor crecimiento. Las importaciones, cuando se destinan a la formación
de capital fijo, suelen ser benéficas al crecimiento. Este, sin embargo, no es el
caso boliviano porque nuestras importaciones son mayormente suntuosas. Es
necesario, además, que el crecimiento en Bolivia esté basado en instituciones
inclusivas. Si estas no existen, el crecimiento es socialmente ineficaz.
Los datos de reducción de pobreza, en cifras oficiales, figuran en el Gráfico 7.
Ahora bien, debe señalarse que la información que se presenta en el Grá-
fico 7 sobre la pobreza extrema está medida en términos de Necesidades Bá-
sicas Insatisfechas (NBI), en las categorías de Indigencia y Marginalidad, o
en términos de ingresos, es decir de quienes tienen menos de $us1/día como
ingreso. Esto se debe matizar señalando que, en el ámbito urbano, la pobreza
(no la pobreza extrema, que es la suma de la pobreza moderada y las dos ca-
tegorías ya señaladas), se ha reducido desde el Diálogo Nacional y el HIPC I y
II de niveles del 85% el año 2000, a menos del 40% el 2010, y a menos del 20%
el 2015; mientras que la pobreza rural, de niveles del 95%, se ha reducido a un
poco menos del 80%96. Esto último demuestra que la pobreza no ha descendido
gravitantemente en el área donde tiene mayor presencia tiene, en el área rural,
139
¿Adónde fue a parar la bonanza?
50,0
45,2
45,0
39,5
40,0 40,7 38,2 37,7
35,0 38,8
37,7
34,5
30,1
30,0
26,1
25,0 21,6
18,8
20,0 17,8
20,9
15,0
1999
2000
2001
2002
2003-2004
2005
2006
2007
2008
2009
2011
2012
2013
2014(p)
AMÉRICA LATINA: POBREZA EXTREMA
(en porcentaje)
2005 2013
Chile 3,2 Uruguay 0,9
Uruguay 4,1 Argentina(a) 1,7
México 8,7 Chile 2,5
Argentina 9,6 Perú 4,7
Brasil 10,7 Brasil 5,9
Colombia 13,9 Colombia 9,1
Venezuela 15,9 Venezuela 9,8
Ecuador 21,2 Ecuador 12,0
Perú 21,4 México(a) 14,2
Paraguay 27,6 -19,4 pp Bolivia 18,8
Bolivia 38,2 Paraguay 19,2
0 20 40 60 0 10 20 30
140
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
Por otro lado, siempre con cifras oficiales, en el Gráfico 8 se presentan las ci-
fras de descenso del desempleo.
10,0
9,0 8,5 8,7 8,7
8,1
8,0
8,0 7,2 7,7
7,0 7,5
6,0
4,9
5,0
4,0
3,8
4,0 4,4
3,0 3,5
3,2
2,0
1999
2000
2001
2002
2003
2005
2006
2007
2008
2009
2011
2012
2013
2014(p)
AMÉRICA LATINA: TASA DE DESEMPLEO
(en porcentaje)
2005 2014(p)
México 4,7 -4,6 pp Bolivia 3,5
Paraguay 7,6 Brasil 4,9
Bolivia 8,1 Ecuador 5,3
Ecuador 8,5 México 6,1
Chile 9,2 Perú 6,1
Perú 9,6 Chile 6,4
Brasil 9,8 Uruguay 6,9
Argentina 11,6 Venezuela 7,3
Uruguay 12,2 Argentina 7,4
Venezuela 12,3 Paraguay 8,5
Colombia 13,9 Colombia 10,1
05 10 15 05 10 15
(p) Preliminar
Fuente: UDAPE en base a Encuesta de Hogares del Instituto Nacional de Estadística (INE); CEDLA; Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Elaboración: Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, Unidad de Análisis y Estudios Fiscales (UAEF)
141
¿Adónde fue a parar la bonanza?
Cabe explicar que los datos del Cuadro 4 corresponden a porcentajes de Des-
empleo Abierto de la Población Económicamente Activa (PEA), estimada en
alrededor o poco más de cuatro millones de personas el 2015. Esta población
refiere a las personas que no tuvieron trabajo ni la semana ni el mes anterior
y que buscaron trabajo y no lo consiguieron. Pero, en las categorías de subem-
pleo, o empleos de tiempo parcial, que son quienes trabajan menos de ocho
horas o están en trabajos secundarios, se encuentra algo más del 20% de esa
población, según el CEDLA. El INE no mide estas categorías, y menos aún la de
empleo “disfrazado”, que corresponde a quienes tienen un empleo en una ac-
tividad que no corresponde a sus capacidades o formación técnica, académica
o profesional, que ejercen oficios eventuales como taxistas, transportistas o co-
merciantes, y que tiene mejores capacidades de las que realizan en su empleo.
Este indicador llega hasta el 40%. En Bolivia, además, el empleo en el sector
informal alcanza el 82% y por ende muestra el alto número de trabajadores por
cuenta propia que existe en el país. De ese 82%, casi el 80% (78% en el último
Censo de 2012) trabaja en el comercio.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) establece que se debe pro-
pender Trabajo Decente o al empleo digno97, que es el que permite que el
97 La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define al trabajo como “el conjunto de actividades
humanas, remuneradas o no, que producen bienes o servicios en una economía, o que satisfacen las
necesidades de una comunidad o proveen los medios de sustento necesarios para los individuos. No
es decente el trabajo que se realiza sin respeto a los principios y derechos laborales fundamentales, ni
el que no permite un ingreso justo y proporcional al esfuerzo realizado, sin discriminación de género
142
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
180
160 157
En 2005, el 10% más rico tenia
140 128 128 veces más ingreso
120 que el 10% mas pobre
100
80
63
60 Para el año 2013, esta
42
40 35 diferencia se redujo a
17 42 veces
20
0
NacionalU rbano Rural
2005 2013(p)
Fuente: Unidad de Análisis y Políticas Económicas (UDAPE)
Elaboración: Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, Unidad de Análisis y Estudios Fiscales (UAEF)
o de cualquier otro tipo, ni el que se lleva a cabo sin protección social, ni aquel que excluye el diálogo
social y el tripartismo”.
98 Instituto Nacional de Seguros de Salud (INASES). Audiencia Pública de Rendición de Cuentas Parcial
2015, La Paz, diciembre de 2015.
143
¿Adónde fue a parar la bonanza?
0,65
0,63
0,61 0,60
0,60 0,59
0,59 0,56
0,55 0,58
0,53
0,50 0,50
0,47
0,45 0,46
0,40
1999
2000
2001
2002
2005
2006
2007
2008
2009
2011
2012(p)
BOLIVIA: ÍNDICE DE GINI 1999 – 2012(p)
(en valores entre 0-1)
2005 2012(p)
Uruguay(d) 0,46 Uruguay 0,38
Costa Rica 0,47 Venezuela 0,41
Venezuela 0,49 El Salvador 0,44
El Salvador(b) 0,49 Perú 0,45
Perú(d) 0,50 Ecuador 0,47
Chile(a) 0,52 Bolivia 0,47
Paraguay 0,53 México 0,49
México 0,53 Costa Rica 0,50
Panamá 0,53 Chile(c) 0,52
Ecuador 0,53 Rep. Dominicana 0,52
Colombia 0,55 Panamá 0,53
Rep. Dominicana 0,57 Colombia 0,54
Bolivia 0,60 Paraguay(c) 0,55
Brasil 0,61 Brasil 0,57
0,30 0,40 0,50 0,60 0,70 0,30 0,40 0,50 0,60
(p) Preliminar
(a) Dato más cercano 2006
(b) Dato más cercano 2004
(c) Dato más cercano 2011
(d) Dato más cercano 2007
Fuente: Instituto Nacional de Estadística (INE), Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Elaboración: Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, Unidad de Análisis y Estudios Fiscales (UAEF)
144
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
Es obvio que si se toman cifras globales –si se toma el PIB que creció sustan-
cialmente y se lo divide entre el número de habitantes–, el ingreso en el país
ha crecido en la misma proporción que creció el PIB. Pero en Bolivia nunca
no hemos tenido una Encuesta de Presupuestos Familiares a nivel nacional.
Más aún, la que se hizo el año 1966 para medir la línea de base para el Ín-
dice de Precios al Consumidor en el INE, solo cubría a La Paz. Se hicieron
otras en los años 2004 y 2009 que incluyeron Santa Cruz y Cochabamba.
Más nunca se tuvo una encuesta nacional completa y actualizada para medir
estos datos. Con encuestas parciales, se ha visto que hay una mejora en la
redistribución del ingreso, pero en una proporción más modesta que la se-
ñalada en cifras oficiales.
El mismo CEDLA calcula que se ha avanzado en un 35% y no en un
200%, y que en el índice de Gini el avance llega no a 0,47, sino que alcanza
a un poco más de 0,50. Más serio es tomar el Informe de Desarrollo Huma-
no de PNUD99, que señala que Bolivia redujo su índice de pobreza en 32%
(2000-2012). En Bolivia, el crecimiento del consumo para el 40% de la po-
blación más pobre ha sido más rápido que para el resto de la población. La
situación del 16% de la población que salió de la pobreza es vulnerable y no
tiene perspectiva sostenible. La razón es que se trata de población que salió
de la pobreza en base a haber incursionado en actividades de comercio (lí-
cito e ilícito) y de ser receptor de bonos y de subvenciones (que dependen
de los excedentes económicos100 que reciba el Estado por altos precios de
los RRNN).
Finalmente, la deuda externa se ha convertido en un tema controversial
en Bolivia. Poco después de concluida la dictadura de Banzer (1971-1978),
en el juicio de responsabilidades que inició Marcelo Quiroga Santa Cruz en
la legislatura de 1979, un tema central lo constituyó el hecho de que Banzer
había iniciado su mandato con una deuda externa de $us3.000 millones y
que en 1978 la misma había crecido a $us5.000. Se propuso que esa deuda,
calificada entonces de ilegítima, no se pagara, lo que representó en su mo-
mento un escándalo político y económico de proporciones. Morales recibió
el país con una deuda externa de $us3.000 millones, y fruto de sus raids in-
ternacionales101, de señalar que era la primera vez que en Bolivia gobernaba
99 PNUD: Sostener el Progreso Humano, reducir vulnerabilidades y construir resiliencia. New York. 2014.
100 En su reciente libro, El modelo social comunitario productivo boliviano (La Paz, 2015), el ministro Luis
Arce Catacora, sostiene que el concepto de excedente es marxista, y que es la base para que se entienda
la incapacidad de los neoliberales de abordar el tema de la redistribución del ingreso. El excedente
económico es un concepto de la economía política clásica, presente en las obras de Smith y Ricardo y
adoptada por Marx en la construcción de su teoría del valor.
101 En 10 años de gobierno, el Presidente Evo Morales viajó 178 veces fuera de Bolivia y 4.624 dentro del país.
145
¿Adónde fue a parar la bonanza?
EN MILLONES DE $US
7.000
5.890
5.736
5.262
6.000
5.142
5.046
4.942
4.791
4.659
4.643
4.573
4.532
4.497
4.479
4.460
4.400
4.289
4.196
5.000
4.070
4.003
3.779
3.785
3.643
3.628
3.492
3.492
3.294
3.248
3.208
4.000
3.176
2.891
2.803
2.653
2.601
2.443
2.312
2.208
3.000
2.000
1.000
0
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
junio
102 Hecho cuestionable, ya que Andrés de Santa Cruz y Calahumana se puede calificar como el primer
indígena que gobernó Bolivia. En América latina sobran otros ejemplos, pero el más notable es el de
Benito Juárez en México.
103 El ministro Luis Arce Catacora ha sido premiado por el FMI en dos oportunidades (2012 y 2013). La
institución calificada de neoliberal per excellance, lo premia por seguir las reglas del manual: control
del gasto público, incremento de reservas, control de inflación, reducción de salarios, etc., y le perdona
nacionalizaciones a medias.
146
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
110
99
100 92
89
90
80 74 78 75 71
70 68 67 70
63 64
57 55 55 58
60 53 55 56 52
50
40
29
30
20 17 15 15 15 15 16 17 18 17
10
0
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
junio
(p) Preliminar
Nota: PIB 2015 estimado
Fuente: Banco Central de Bolivia (BCB)
Elaboración: Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, Unidad de Análisis y Estudios Fiscales (UAEF)
Ahora bien, para cerrar este análisis, debe decirse que el crecimiento del PIB
que se basa en incremento de precios de recursos naturales exportados es fe-
ble, no tiene sostenibilidad. Ese crecimiento deja de existir cuando se caen los
precios de esos recursos naturales. El blindaje de la economía boliviana solo
existirá cuando esa economía se industrialice. La industrialización en Bolivia
debió partir con el proyecto del Mutún y de la petroquímica. El primero se cayó
cuando Jindal, empresa hindú, dejó de cumplir su compromiso de inversión
de más de $us2.000 millones,104 por razones ambientales; el segundo proyecto
nunca avanzó, pues fuera de una planta de conversión de gas en Santa Cruz no
se tiene ninguna otra inversión en esta dirección. Por otro lado, ni la inversión
pública ni la privada incursionaron en la industrialización básica, en la quími-
ca básica, eje de otras industrias. La industria boliviana depende en el 80% de
insumos importados, de los cuales el 70% son químicos básicos, que sirven
para producir medicamentos, plásticos, fertilizantes, pesticidas, alimentos ba-
lanceados, conservantes, químicos para materiales de construcción, etc. Este es
el principal desafío de la inversión nacional.
El crecimiento del PIB basado en incremento de producción industrial,
sostenible, en incremento de productividad de la mano de obra y del capital, y
en mayor tecnologización de la producción, es el sostenible, ese no es el caso
boliviano.
104 En su momento, el vicepresidente García Linera afirmó que ni la capitalización de Sánchez de Lozada
había logrado tanta inversión privada en una sola empresa.
147
¿Adónde fue a parar la bonanza?
La nueva Constitución Política del Estados (CPE) define que existen cuatro
tipos de economía:
• Economía estatal
• Economía de mercado (privada)
• Economía social cooperativa
• Economía comunitaria
Es posible, sin embargo, pensar en que habrá una forma mixta de economía,
en la que se combinen esas cuatro señaladas105.
La pretensión del gobierno es transitar de una economía neoliberal a una
economía plural, pero predominantemente social comunitaria, que es las que
se busca privilegiar, encabezada por la economía estatal, que es la que preser-
va la propiedad de los recursos naturales en manos de los bolivianos, tal como
predica la nueva CPE (Gráfico 12).
105 Justamente el conflicto en la Ley de Minería con el sector de cooperativistas mineros fue porque ellos
pretendían incorporar un artículo que permita realizar acuerdos con empresas mineras internacionales
o transnacionales, manteniendo sus privilegios en lo que hace al pago de obligaciones tributarias, de
regalías y de pago por concesiones mineras, que es menor que el que se aplica a las empresas mineras
privadas. Al final, la ley se negoció en una concesión a medias sobre esta pretensión.
148
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
Vinto
Minería • Recuperación de Tierra
• Nacionalización de ENTEL
• Retoma de control de ENDE
Recursos Hídricos • Nacionalización de ENFE
SECTOR • Rescisión de contrato con Aguas del
GENERADOR Energía Illimani y creación de EPSAS
DE
EXCEDENTES Recursos forestales
Tierra y Territorio
MINISTERIO DE
Industrialización y comercialización
5 de los RRNN como prioridad del Estado
La protección y fomento:
MINISTERIO DE
Aparato industrial
ECONOMÍA Y FINANZAS PÚBLICAS
Ø Fondo de apoyo a la
económica Producción forestal mediana y gran
tienen la empresa
obligación de Turismo
generar Ø Mi primer empleo
Sector gremial, trabajo por digno
trabajo digno
cuenta propia, comercio Ø Empresas Públicas
6
minorista productivas y de
Fuente: Nueva Constitución Política del Estado
Elaboración: Red de Análisis Fiscal (RAF) servicios
149
¿Adónde fue a parar la bonanza?
Con todo ello, cabe hacer un cálculo de los alcances de cada uno de los tipos
de economía, tal como se observa en el Cuadro 5.
106 En 2015 se duplicó el número de empresas que cancelaron sus matrículas de funcionamiento en el Re-
gistro de Comercio (La Razón, 24 de enero de 2016, pág.B8). Las empresas dedicadas a la construcción
también se redujeron en más del 23% el 2015 (La Razón, 24 de enero de 2016, pág.A12).
150
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
Infra
Conta-
Recubrimiento
DIVISAS ECONOMÍA bilizada
Mercado de
VALORES FINANCIERA Sobrere- Crema-
productos munerada tística
no producidos INMUEBLES
Principio IRREPETIBLES
calidad
Conta-
ECONOMÍA bilizada
Tercer piso. Mercado SECTOR PRIVADO PRODUCTIVA Remune-
de bienes y servicios rada
Relleno SECTOR PÚBLICO ECONOMÍA no conta.
Ilegalidad SUBTERRANEA Remuner.
SUMERGIDA/DELICTIVA
151
¿Adónde fue a parar la bonanza?
GRAFICO 16. AMÉRICA DEL SUR: INVERSIÓN PÚBLICA EN PORCENTAJE DEL PIB 2005 – 2015(e)
18,0 17,4
16,0 15,0
14,0
12,0
10,0
8,0 6,6 6,8
6,0 5,0
4,7 4,9
4,0 3,4 4,0
3,2
2,5
2,0 1,8 2,2
1,2
0,0
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014(e) 2015(e)
Bolivia muestra indicadores de inversión pública –en porcentaje del PIB– mucho
más altos que los de otros países de Latinoamérica, como resultado de la política
de intervención estatal en la economía y de altos excedentes disponibles.
Ahora bien, las diferencias entre la inversión pública programada y la eje-
cutada han sido altas en el periodo 2006-2015. Los últimos años se ha reducido
esa brecha. Pero aun así al menos en niveles subnacionales alcanza entre el
40 y el 30%. Esto quiere decir que se programa más de lo que se ejecuta. La
explicación de los funcionarios de nivel subnacional es que los desembolsos,
especialmente del IDH, les llegan recién en los meses de octubre, noviembre y
diciembre107, lo que no les da tiempo de cumplir con los procedimientos de la
norma del Sistema de Administración de Bienes y Servicios (SABS), para mejo-
107 Una explicación de este desfase, a mayor detalle, se tiene en: CEBEM, Construcción de Agenda Pública
Alternativa. Oxímoron: Las Autonomías Centralistas de Bolivia o de las Autonomías A La Heteronomía.
CEBEM, Editorial Punto de Encuentro, La Paz, octubre de 2013.
152
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
GRAFICO 17. BOLIVIA: INVERSIÓN PÚBLICA EJECUTADA POR NIVEL INSTITUCIONAL 1997 – 2015(PGE)
(en millones de $us)
6.179
6.200 Inversión Pública ejecutada
37 %
A julio de 2014 y 2015
787
9%
4.960 2.077 4.507
974
1.903
275 241 3.781
339 765
3.720 385
1.355 2.897 680
1.208
1.110
2.480 2.182 485 938
4.108
Jul 2014 Jul 2015
1.439 1.521 344 687
1.351
504
2.198
1.240 1.005 398 271
1.892
879 324
1.534
583 639 585 500 602 629 357 409
2011 1.157
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2012
2013
2014
2015
(PGE)
Adm. Central Adm. Local Adm. Departamental Cof. Regional Universidades
(PGE) Presupuesto General del Estado
Fuente: Viceministerio de Inversión Pública y Financiamiento Externo (VIPFE)
Elaboración: Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, Unidad de Análisis y Estudios Fiscales (UAEF)
108 Esto ha llevado a que se flexibilicen las normas SABS con los DS 21190 de julio de 2007, DS 0181 de
junio de 2008 y DS 1497 de febrero de 2013, que ha dado como resultado que ahora sean adjudicas
las obras y contratos del Estado mayoritariamente por Contratación Directa, Otras (definidas por el fi-
nanciador), y Por Excepción, más que por Licitación, que ahora son las menos, según datos del Sistema
de Contrataciones del Estado (SICOES), disponibles en la web. Esto incluye la actualización de costos
de obras y contrataciones, con una metodología recientemente incorporada al arsenal de normas que
regularizan estas modalidades de contratación: Validación Y Actualización de costos (VYA). Estas modifi-
caciones a la norma han dado pie a que se produzcan un número mayor al 90% de invitaciones directas,
con relación a las licitaciones públicas (ver el análisis de Enrique Aranibar Bacarreza en este volumen).
153
¿Adónde fue a parar la bonanza?
109 Hay varios informes internacionales que revelan un incremento en la corrupción en el periodo 2006-2015
(Transparencia Internacional, por ejemplo) e informes nacionales independientes (Jubileo, CEDLA, etc.).
154
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
Dado que la inversión pública es hoy mucho más alta que la inversión priva-
da, cabe realizar un análisis de la misma, desde una perspectiva descentrali-
zada. En todo caso, se observará también la inversión pública del Gobierno
Central, aunque la misma está dedicada a dos rubros de manera mayoritaria:
infraestructura y sector productivo de hidrocarburos y minería. Las inversio-
nes e infraestructura se dividen en dos: la de caminos y la social, que impli-
ca construcción de infraestructura en el sector Salud, ya que Educación es
competencia municipal. Aunque las inversiones de Salud en el tercer nivel es
competencia departamental, y en el segundo y primer nivel es municipal, el
programa Evo Cumple ha hecho inversiones en Salud igualmente, de manera
directa o vía gobiernos municipales. En el ámbito productivo, la inversión ha
tenido varias características, pero casi siempre es intensiva en uso de tecno-
logía y no de mano de obra.
Con la información disponible, se ha podido construir el Cuadro 8.
155
¿Adónde fue a parar la bonanza?
CUADRO 9. INVERSIÓN PÚBLICA 2012 (en millones de $us y %) e Inversión Pública Ejecutada 2012 (en %)
Departamento Total Productiva % Total
Chuquisaca 149,44 5,2 112,03 5,2
La Paz 580,51 20,2 435,19 20,2
Cochabamba 479,92 16,7 359,78 16,7
Oruro 183,92 6,4 138,88 6,4
Potosí 270,14 9,4 202,51 9,4
Santa Cruz 385,09 13,4 288,69 13,4
Tarija 442,57 15,4 331,78 15,4
Beni 109,20 3,8 81,87 3,8
Pando 60,35 2,1 45,24 2,1
Nacional 215,54 7,5 161,58 7,5
Bolivia 2.873,80 100 2.154,40 100
Fuente: Fundación Milenio. Informe sobre de la Economía gestión 2012.
110 Rubén Ferrufino, Iván Velásquez, Marco Gavincha: “Suficiencia y Eficacia de la inversión en Bolivia
(1989-2009)”. En Gasto Fiscal y Bien Común. Fundación Milenio. 2012.
111 Robert Barro, X. Sali-i-Martin.Economic Growth. New York. Mac Graw.Hill. 1995.
156
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
157
¿Adónde fue a parar la bonanza?
158
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
159
¿Adónde fue a parar la bonanza?
Otros
Construcción Palacio de Gobierno 33
Avión presidencial 38,7
Dos helicópteros, cada uno a 5,5 millones de $us 11
Terminal aérea presidencial 1,5
Museo de la Revolución Democrática en Orinoca 6,7
Stadium en Chimoré 2,9
Vehículos presidenciales 0,86
Aeropuerto internacional de Chimoré 36,5
Fuente: Ministerio de Planificación del Desarrollo.
Los datos del Cuadro 13 señalan que –en los diez años de gobierno de Evo
Morales– del total de proyectos de inversión pública cuyo monto total fue de
$us25.741 millones, el 67,18% se destinó a proyectos presidencialistas de ningún
impacto económico con un monto de $us17.292,1. Esto quiere decir quedos ter-
cios de la inversión pública nacional fueron destinados a este tipo de proyectos.
En esta cifra, además, no se toman en cuenta muchos proyectos de montos bajos,
y de los que no se tiene una estadística fiel para sumarlos: canchas de césped
sintético, coliseos polifuncionales, sedes sindicales, sedes para movimientos so-
ciales, etc. Se estima que estas inversiones suman un monto equivalente al 1%
del total de la inversión pública en el periodo112, es decir, alrededor de $us 263
millones, con lo que los proyectos sin trascendencia económica ascienden a $us
17.555,1, lo que representa el 68,2% del total de la inversión pública en el perio-
do 2006-2015: más de dos tercios de la inversión pública nacional.
Por otra parte, si se considera el programa Evo Cumple que abarcó $us
1.428 millones en 6.475 proyectos, casi todos invadiendo competencias au-
tonómicas subnacionales, se puede considerar que la cifra sube más aún, ya
que excluyendo el 1% anteriormente calculado, y sumando a los proyectos ya
listados, se obtiene una cifra de $us 18.720,1, que representan el 72,72% del
total de la inversión pública nacional. Y si al monto del programa Evo Cumple
se le resta los proyectos productivos, de infraestructura vial y de riego, ligados
a la producción, que suman $us 231 millones, se tienen $us 1.197, que sumado
a los proyectos listados en el Cuadro 13 dan como resultado la suma de $us
18.489,1 millones, que representa el 71,82%, de la inversión pública no desti-
nada a la producción, y que se sujetó a un centralismo operativo y decisorio
concentrado en la Presidencia del Estado Plurinacional.
112 Monto muy conservador, ya que solo en infraestructura deportiva, tinglados, coliseos, canchas con cés-
ped sintético, etc., se gastó Bs2.644 millones, equivalente a $us383 millones.
160
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
161
¿Adónde fue a parar la bonanza?
a su vez, incluyó sus estudios bajo el contexto de la teoría neoclásica del cre-
cimiento116. El trabajo de Phelps, a su vez, es esencialmente un esfuerzo para
encontrar una “función tecnológica” satisfactoria para ser incorporada al mo-
delo simple de Solow117; esta función explica el origen del aumento técnico
endógeno del progreso en un sistema económico.
Educación
116 Uzawa. H. Optimum Technical Change In Aggregate Model Of Economic Growth. International Econo-
mic Review. Volumen XXXIII. 1965, pp. 133-45.
117 Phelps, E.S. Model Of Technical Progresss And The Golden Rule Of Research. Review of Economic Stu-
dies. Vol. XXXIII, 1966.
162
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
118 Murillo Zambrana, Orlando: Análisis Del Financiamiento De La Educación En Bolivia. Observatorio So-
cial de Políticas Educativas de Bolivia (OSPE-B) La Paz. 2010. Ver también: Mario, Galindo (coordinador):
Los desafíos de la educación en el proceso autonómico boliviano, Programa de Investigaciones Estratégi-
cas de Bolivia PIEB/ Ministerio de Educación. Serie 100 Años de Educación en Bolivia. La Paz, 2011.
119 Informe Presidencial 2006-2015 de 22 de enero de 2016. Esto representó el 48,55% de la inversión
pública del año, lo que resulta difícil de creer (no figura así en la lista de proyectos del SNIP) y no es
coherente con el resto del Informe presidencial.
163
¿Adónde fue a parar la bonanza?
Como se puede ver, el total del gasto en Educación muestra, primero, que los
sueldos y salarios en el sector constituyen una variable inflexible; luego, como
se ha señalado, si se toma solo el gasto corriente, es cifra porcentual supera
el 90%. El gasto denominado “Otros”, por su parte, representa el gasto en luz,
agua, servicios de gas, algún equipamiento, que usualmente es cubierto con
recursos municipales o departamentales.
En el tema salarial en el sector, por otra parte, está directamente relacio-
nado con la conflictividad social, paros que, según información oficial, repre-
sentaron 40 días en el periodo 2006-2015 y 10 días en el periodo 2003-2005120.
Si se observa los datos que se presentan en el Cuadro 17, se puede llegar a
mayores conclusiones.
Está claro que para mejorar la educación en Bolivia se debe atacar el tema de
los salarios y el número de ítems para los maestros, ambos factores insuficien-
tes hasta la fecha. Esto implica que llegar al 25% del Presupuesto General del
Estado PGE calculado para el 2016 en Bs217.139,6 millones, monto que equi-
vale a Bs54.284,9 millones o $us7.867,4 millones. Esto implica un incremento,
por la vía del PIB, de al menos $us1.540 millones, y por la vía del PGE de
$us2.300 millones.
164
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
Salud
Existen autores que afirman que la inversión o gasto en el sector Salud redunda
en la existencia y sostenimiento de una población que aporta con una mayor
productividad del trabajo y del capital a la generación del producto121. Los es-
tudios revisados por este trabajo tienen aplicación directa en el caso boliviano.
Iniciamos el análisis con un conjunto de indicadores (Cuadro 18).
121 Ignarro Louis; Myers, Andrew. La Salud Es Riqueza. Health Value Publications. USA. 2009.
165
¿Adónde fue a parar la bonanza?
2.000
7%
1.500
7,9 $2428 (PPA)
1.000 o us$ 2434
6%
6,1 6,2 500 $ 918 (PPA)
$ 390 (PPA) o us$ 608
o us$ 184
5% 0
Bolivia Otros países Países con Bolivia Otros países Países con
andinos (p) C.U.* (p) andinos (p) C.U.* (p)
13% 1.500
11% 500
11,7 11,8 $ 265 (PPA) $ 479 (PPA)
o us$ 125 o us$ 310
10% 0
Bolivia Otros países Países con Bolivia Otros países Países con
andinos (p) C.U.* (p) andinos (p) C.U.* (p)
En cuanto al gasto, y en relación al PIB, Bolivia está por debajo del promedio
latinoamericano; lo mismo sucede si se relaciona el gasto público en Salud
como porcentaje del gasto del Gobierno Central, pues el gasto per cápita en
Salud es de $us184, cuando el promedio mundial es de $us2.428, y el gasto pú-
blico en salud per cápita es de $us265 cuando el internacional es de $us1.837.
El gobierno, sin embargo relieva como su mayor logro el hecho de que el 44%
de los ítems de este sector se asignaron en su gestión.
Los niños/as de Bolivia representan el 44% de la población nacional. En
el aspecto que más nos atañe, en el socio-sanitario, los niños/as no lo tienen
fácil. Actualmente, 1,5 millones de niños, niñas y adolescentes requieren una
166
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
En cuanto a la cobertura de los sistemas de salud, estos son los datos más ge-
nerales: solo el 26% de la población boliviana está cubierta por el sistema de
seguros de salud (21% la Caja Nacional de Salud y 5% distintas Cajas pequeñas)
y más de la mitad de la población acude habitualmente a la medicina tradicio-
nal; se estima que entre el 5 y el 10% de la población demanda servicios del
sector privado, por lo que el 70% restante de la población debe ser cubierta
por el sector público de Salud; la fragmentación del sistema de salud (Gráfico
19), finalmente, constituye una de las mayores dificultades para el logro de una
cobertura universal de este servicio básico.
167
¿Adónde fue a parar la bonanza?
500
Formación de capital en salud 129
Gasto corriente en salud 55
400 33
6
300 24
29
200 17 358 348 360 322
11 255
100 8 203
152
75 92
0
CNS SSUs CSSNC... CORDES COSS... CBES SINEC CSBP CPS
Gasto per cápita (población no afiliada) en US$, gobiernos territoriales (subsector público)
250
Formación de capital en salud 58
200 Gasto corriente en salud
36
23 37
150
37
18
100 17 13
11
136 123 141 167
50 83 89 92
65 70
0
Cochabam. Potosí La Paz Sta. Cruz Oruro Beni Chuquisaca Pando Tarija
Fuente: Cuentas de Salud 2013 (Ministerio de Salud).
168
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
1.800
Gasto corriente total en salud 1.642
1.600
Gasto corriente en salud del Gobierno general 1.368
1.400
1.205
1.200
1.051
1.000
845
800 751
600
405
400
251
200
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
Gasto corriente
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
per cápita (US$)
Gasto total 47 46 55 58 63 80 94 02 122 136 161
Gasto público 29 27 35 35 39 50 59 63 76 84 103
Fuente: Cuentas de Salud 2011, 12 y 13 y análisis del gasto en salud 2003-11 (Mininterio de Salud - OPS/OMS)
El gasto corriente total y público en salud, muestra que el sector público cubre
el 62% del mismo, y ese gasto es básicamente el relacionado a sueldos y sala-
rios (Recursos Humanos) (Gráfico 21). Su evolución tiene una tasa de cerca al
15% promedio anual.
169
¿Adónde fue a parar la bonanza?
7,0%
Gasto total en salud (corriente + capital)
6,5%
Gasto total en salud (corriente + 6,1
6,0% capital) del Gobierno general
5,5 5,6
5,5% 5,3
5,0%
4,5% 4,1
4,0%
3,6 3,6
3,5% 3,4
3,0%
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
Gasto público en 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
salud en % del gasto
total de Gob. general 10,7% 10,6% 11,4% 11,6% 10,8% 10,0% 10,9% 11,4% 10,5% 10,8% 11,7%
Fuente: Cuentas de Salud 2011, 12 y 13 y análisis del gasto en salud 2003-11 (Mininterio de Salud - OPS/OMS)
El Gráfico 21 explica claramente que el 6,1% del PIB destinado al sector Salud
es el del gasto corriente del Gobierno central más el de las gobernaciones y los
gobiernos municipales: estos dos últimos gastan entre cerca del 50% del gasto
del Gobierno Nacional yel 33% del gasto total en Salud.
170
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
80
72
70
60 58 68
Crecimiento real
50 1,5% anual Crecimiento real
1,5% anual
40
30
22
20
Gasto total del Subsector público por no afiliado
10
Gasto total de la Seguridad Social por afiliado
0
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
171
¿Adónde fue a parar la bonanza?
Por otra parte, la estructura del gasto corriente del Sector Público por factor,
muestra que las remuneraciones representan el 65% del gasto total en Salud
(Gráfico 23).
Otros productos
Servicios Productos sanitarios
de salud farmacéuticos 1,1%
10% 9,8%
Bienes y servicios
no sanitarios
13,1% Otras partidas de
gasto corriente
0,7%
Remuneración
RR.HH.
65,5%
122 Podemos decir que ésta es la única política de Estado que Morales ha continuado. Empezó como Seguro
Nacional de Maternidad y Niñez en 1995, continuó como Seguro Básico de Salud en 1997, luego se
transformó en Seguro Universal Materno Infantil (SUMI) en 2003 y finalmente hoy, y desde 2014, se la
conoce como Seguro Integral, Ley 475.
172
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
Puede afirmarse, por tanto, que si en Salud se cumple el porcentaje del PIB
para destinado al gasto en este sector, queda en evidencia también que los
indicadores de gasto per cápita y de profesionales y equipamientos para las
inversiones proyectadas en infraestructura, están muy por debajo de lo plan-
teado. Peor aún si se considera que los salarios también son un problema, ya
que el año 2013 se tuvo 40 días de huelga por el tema salarial, por las horas
trabajadas123 y por el número de ítems asignados al sector.
Haciendo una proyección de manera tal que el gasto en recursos huma-
nos en el sector Salud se duplique (incrementando el salario en un 50% y
aumentando los ítems en un 30%), se tiene que se presenta un déficit de $us
1.080 millones, a los que se debe sumar un monto para equipamientos del
valor del 45% sobre la inversión en infraestructura que se tiene proyectada
(indicador internacional de la OPS), lo que representa un monto de $us 730,8
millones. Con ello, el gasto suma $us 1.810,8 millones, lo que implica el 5,1%
del PIB. Para llegar al 6% del PIB, por tanto, se debiera considerar un gasto
de $us 2.127 millones. Este gasto está por demás justificado, entendiendo que
la Cobertura Universal de Salud representa un monto del 65% del gasto en
Salud, lo que implica un monto de $us3.510 millones. Si se suma el gasto de
$us2.127 millones y la inversión en equipamientos y la infraestructura en salud
proyectada por el gobierno, se obtiene la cifra de $us3.434 millones, lo que es
coincidente con el cálculo anteriormente realizado. Este monto también está
dentro de los parámetros de la inversión pública del periodo 2006-2015, y se
debió desembolsar para contar con un sistema de salud de excelencia, a fin de
mejorar el capital humano y darle sostenibilidad al desarrollo de Bolivia, en
vez de las inversiones centralizadas y discrecionales asumidas en el período,
ya analizadas anteriormente.
4. Conclusiones
123 Los médicos y enfermeras se movilizaron amparados por una norma derivada del Código de Seguridad
Social de 1956 que establece que el personal de salud relacionado a cirugías y otras intervenciones
intensivas solo trabajan seis horas; el personal de salud no relacionado a estas actividades también se
sumó a la huelga, entendiendo que dedican dos horas a capacitación y actualización. Evidentemente,
esto genera que muchos profesionales de salud trabajen fuera de las instituciones médicas públicas, e
incluso es el origen de la transferencia de pacientes del sistema público al privado, de manera no legal.
173
¿Adónde fue a parar la bonanza?
nes, lo que representan $us16.510.- millones. Este monto es inferior a los $us
18.489,1 millones que se invirtieron en proyectos no ligados a la producción y
con Evo Cumple, sin tomar proyectos ligados a la producción.
Esto implica que se pudiera mejorar la productividad del trabajo, con traba-
jo más capacitado, se puede tener más alta productividad del capital y por ende
mejorar los niveles de crecimiento sostenidamente, por encima del 5% anual,
sin depender de precios de los RRNN.
Otra opción hubiera sido dedicar esta inversión pública improductiva del
periodo2006-2015 a la industrialización de los RRNN. Pero ese es otro análisis
que pasa por la instalación de química básica, siderurgia y petroquímica.
174
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
BIBLIOGRAFÍA
Phelps, E.S. Model Of Technical Progresss And The Golden Rule Of Research.
Review of Economic Studies. Vol. XXXIII. Abril 1966.
175
¿Adónde fue a parar la bonanza?
Sitios web
www.ine.gob.bo
www.ministeriodeeconomiayfinanzaspublicas.gob.bo
www.udape.gob.bo
Vacaflor.obolog.com
Artículos de prensa
La Razón 24 de enero de 2016, pag.A12
La Razón 24 de enero de 2016, pag.B8
176
ENDEUDAMIENTO PÚBLICO EN EL NUEVO ESCENARIO
POST BONANZA EN BOLIVIA
Rubén Ferrufino G.
1. Contexto
177
¿Adónde fue a parar la bonanza?
178
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
con tasas de interés bajas y periodos de gracia amplios haciendo que el valor
presente de dicha deuda sea inclusive menor al valor nominal.
A partir de la bonanza externa, que se acentuó en 2006, la deuda que había
sido beneficiada con la condonación se mantuvo en niveles bajos. Los grandes
flujos del gas y otras materias primas fueron tales que el país no requirió fi-
nanciar sus proyectos con recursos de deuda externa. Así, dada una trayectoria
de expansión nominal de la deuda, hasta el 2010 inclusive, el PIB creció con
mayor dinámica, las exportaciones igualmente y por supuesto las reservas in-
ternacionales además del saldo fiscal. Todo esto sumó para lograr una posición
de privilegio en materia de indicadores de deuda. En 2008, el cociente de deu-
da a PIB cerró en 14,5 por ciento y el servicio de la deuda fue equivalente a
3,7 por ciento de las exportaciones. Sin duda alguna, ambas cifras reportan un
margen muy amplio hacia adelante dentro el cual el manejo de la deuda puede
ser totalmente sostenible.
En suma, para esa situación convergieron importantes factores: i) la con-
donación por un lado, que permitió un punto de partida con muy buena po-
sición de deuda, y ii) el crecimiento de la economía y las exportaciones, que
naturalmente contribuyeron a la mejora en todos los indicadores de solvencia
y liquidez.
Por otra parte, durante los pasados años se incrementó el uso del endeuda-
miento interno como una herramienta de estabilización monetaria y en ocasio-
nes como mecanismo de financiamiento del Sector Público. Prácticamente toda
esta deuda es denominada en moneda nacional y los principales acreedores
también son nacionales. Este tipo de endeudamiento permite recoger liquidez
de la economía y de esa manera controlar presiones sobre precios, mientras
que en su componente de financiamiento se trata de deuda de Tesorería, a
corto plazo, con el BCB (aproximadamente 3,5 por ciento del PIB). Existe un
componente con las AFP, en moneda local y a plazos extensos, que se redime
lentamente, en función de las necesidades de pago de rentas del sistema.
Se han relajado también las disposiciones por las que el BCB no podría fi-
nanciar al SPNF (Sistema Público No Financiero), de modo que existen compo-
nentes de financiamiento presupuestario, por ejemplo a las empresas públicas.
Con todo, siendo esta deuda en moneda nacional, los riesgos son diferentes
a los que se presentan con la deuda externa y no resulta conveniente evaluar
ambos pasivos bajo un solo criterio. No obstante, en el presente trabajo se toca
este punto con la información disponible.
Con la caída del precio de las materias primas el contexto ha cambiado
sustancialmente y de superávits gemelos se pasará con seguridad a déficits.
En el sector externo el golpe más fuerte es la caída de las exportaciones de
hidrocarburos, pero de manera más general una contracción también en otros
179
¿Adónde fue a parar la bonanza?
180
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
181
¿Adónde fue a parar la bonanza?
182
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
la economía, hasta aquellos más precisos que intentan medir el efecto de esta
deuda sobre la capacidad de repago del deudor, que en la mayoría de los casos
es el Sector Público No Financiero, SPNF.
En esta sección se presentarán ambos grupos de indicadores para el perio-
do 2001-2014124; primero los indicadores más generales que miden la importan-
cia y peso de la deuda en relación a toda la economía, y luego los indicadores
fiscales miden el peso de esta respecto de las capacidades del deudor directo.
El peso la deuda fue regularmente importante en el caso de Bolivia; el co-
ciente entre el saldo y el PIB, ambos medidos en dólares corrientes, reporta un
promedio superior al 55 por ciento desde mediados de la década de 1990 hasta
2003 inclusive (Gráfico 1).
70%
64
60% 57
52
50%
40%
30%
20% 18
17
10%
0
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
Fuente: Elaborado con datos BCB e INE
Tal como es posible apreciar en el gráfico, el año 2003 marca el punto más alto
en el cual la deuda representó ciertamente un pasivo de gran importancia para
el conjunto de la economía (64 por ciento). En los siguientes años el indicador
comenzó a bajar hasta llegar a un piso en 2007, producto de un doble efecto: i)
la condonación de saldos de deuda y ii) la importante crecida del PIB nacional.
Así, desde la perspectiva general de la economía, la deuda pública pasó a ser
una variable totalmente controlada y dentro los límites que han definido varios
organismos internacionales (50por ciento) como seguro.
En el Gráfico 2 se presenta el detalle de los componentes del cociente pre-
vio; el crecimiento nominal de la deuda pública ha sido importante y fue cerca-
no a los $us 4.000 millones entre 2007 y 2015. Sin embargo, el crecimiento del
124 En el caso de los indicadores más generales, se presentan datos a noviembre de 2015.
183
¿Adónde fue a parar la bonanza?
PIB nominal fue igualmente importante de modo que el peso relativo se man-
tuvo muy similar a lo logrado inmediatamente después de las condonaciones.
40.000 7.000
34.459
35.000 6.000
5.142 6.175
30.000 4.942
4.532 5.000
25.000
4.000
20.000
3.000
15.000
10.000 2.208 2.000
5.000 1.000
0 0
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
La línea punteada corresponde al PIB Nominal en $us.
Fuente: Elaborado con datos BCB, 2015; datos a noviembre.
125 De hecho, conlleva una calificación de riesgo realizada por entidades especializadas internacionales.
184
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
450%
405
400%
350%
332 XP’s Sin Hidro.
300%
250%
200%
XP’s Totales
150%
100%
63 82
50% 44
0
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
185
¿Adónde fue a parar la bonanza?
25% 23
XP’s Sin Hidro.
20%
18,9
15%
XP’s Totales
10%
5% 5,3
2,9
0
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
186
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
400%
350% 334
300%
298
250%
200% 168
150% 158
100%
55
50%
36
0
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
187
¿Adónde fue a parar la bonanza?
30%
25%
24,22
20%
14,88
15%
10%
5% 6,34
0%
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
Fuente: Elaborado con datos del Ministerio Economía y Finanzas y BCB.
188
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
3 30%
25%
2 20%
1 15%
10%
0 5%
0%
-1 -5%
-2 -10%
-15%
-3 -20%
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
Res. Prim./Saldo Res. Prim./Servicio (eje derecho)
Fuente: Elaborado con datos del Ministerio Economía y Finanzas y BCB.
Por otra parte, cabe anotar que la presencia de déficit global y/o primario no
necesariamente corresponde a un problema terminal y menos cuando existe el
potencial de lograr en algunos periodos saldos positivos (balance inter-tempo-
ral). De hecho, las condiciones de financiamiento del déficit son muy impor-
tantes y en la medida que este se asocia a financiamiento con tasas menores de
interés al crecimiento de la economía, la conclusión seguirá siendo favorable.
En contraste, cuando las condiciones son tales que se consolida un resul-
tado primario negativo y recurrente, y a ello se suma un problema de creci-
miento lento de la economía, se incurre en una situación en la que una parte
creciente de los nuevos desembolsos se tiene que dedicar a pagar las amortiza-
ciones y e intereses de la deuda vigente. Este es el estado que en la literatura
se denomina como “Ponzi”, que describe el efecto de “bola de nieve” que crece
de manera automática a través del tiempo.
189
¿Adónde fue a parar la bonanza?
126 El Superávit Primario es el Saldo Fiscal Global antes del pago de intereses sobre la deuda.
190
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
191
¿Adónde fue a parar la bonanza?
192
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
193
¿Adónde fue a parar la bonanza?
194
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
195
¿Adónde fue a parar la bonanza?
El resultado primario sería negativo durante todo el periodo, aspecto que resul-
ta en la proyección empleando las identidades de la sección previa (III.2). La
deuda se acumularía puesto que una parte de los nuevos desembolsos serviría
para el pago de obligaciones generadas por la deuda previamente contratada.
Siendo recurrente el déficit primario, la única forma de atender estas obligacio-
nes sería tomando parte de los nuevos recursos de deuda, de modo que bajo
esta dinámica esta se haría insostenible, aun cuando el indicador estándar la
ubica por dentro el umbral del 50 por ciento.
Por supuesto que el resultado fiscal global sería más negativo, debido a
que el pago del servicio de la deuda sería un componente de gasto adicional
sin contraparte de ingresos fiscales; se paga con recursos de financiamiento
del déficit.
El déficit primario alcanzaría al 6,13 por ciento del PIB en 2025, mien-
tras que, considerando el servicio de la deuda, ese valor subiría al 7,17 por
ciento; durante todos los años de la proyección, esos déficits deberían ser
cubiertos con nuevos desembolsos, y ello explica la subida del saldo a lo
largo del periodo.
Considerando esta proyección, junto a la evolución real de la deuda has-
ta 2015, se tendría la trayectoria que se muestra en el siguiente gráfico, el
Gráfico 8.
196
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
GRÁFICO 8. DEUDA/PIB
70%
64
60% 55
50
50%
40%
30%
20%
17,9
10% 15
0
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020
2021
2022
2023
2024
2025
Fuente: En base a los datos reales INE, BCB y proyecciones del “caso base” del presente estudio.
8%
5,6
6%
4%
2%
0
-2%
-4%
-6,1
-6%
-8% -6,6
-7,8
-10%
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020
2021
2022
2023
2024
2025
197
¿Adónde fue a parar la bonanza?
El caso alternativo considera una senda de crecimiento del PIB más modesta y
sintonizada con el contexto internacional. Organismos como la CEPAL, el FMI
y el Banco Mundial, han presentado proyecciones con crecimiento modesto e
inclusive contracción para la mayor parte de los países de Latinoamérica. El
criterio, en general, señala que concluido el súper ciclo de precios de materias
primas, la realidad exige que el nuevo crecimiento de la región se sustente en
la profundización de esfuerzos por la diversificación, las exportaciones con
valor agregado y la innovación, entre otros factores.
198
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
Dentro ese contexto, las previsiones para Bolivia son positivas al punto
que el país podría estar entre los más dinámicos de la región. Aun así, tales
proyecciones son sustancialmente menores a las que se plantean en el caso
anterior (que deliberadamente intentan coincidir con las planteadas en el Plan
de Desarrollo 2016-2020).
En este escenario, el PIB crecería de manera sostenida a una tasa de 3,5
por ciento hasta el 2025; la deuda pública de MyLP crecería de manera más
lenta y en ningún momento excedería el 29 por ciento del PIB. Al inicio de la
proyección, entre 2016 y 2018, habría un mayor ritmo de endeudamiento, pero
menor al contemplado en el caso base. Esto obedece a dos factores: el prime-
ro es que existe a 2015 un monto contratado y no desembolsado importante
($us3.253 millones); esos recursos se desembolsarían en este tramo inicial de
la proyección. Por otra parte, el esquema considera que los primeros años será
más necesario el financiamiento externo puesto que la brecha que deja la renta
del gas no se podría sustituir de inmediato. Luego, la deuda crece a un ritmo
menor debido a que este escenario asume que se realizará un trabajo de “aco-
modo” de las cuentas fiscales a la nueva situación.
199
¿Adónde fue a parar la bonanza?
200
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
70%
64
60% 57
50%
40%
29
30%
20% 24,3
10% 15
0
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020
2021
2022
2023
2024
2025
Fuente: En base a los datos reales INE, BCB y proyecciones del “caso alternativo” del presente estudio.
2
1
0,58
0
0
-1
-2
-3
-4
-4,73
-5
-6
-6,32
-7
2015e
2016
2017
2018
2019
2020
2021
2022
2023
2024
2025
Fuente: En base a los datos reales INE, BCB y proyecciones del “caso alternativo” del presente estudio.
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¿Adónde fue a parar la bonanza?
60% 60.000
49,5 55.198,8
50% 50.000
47,1
40% 40.000
30% 30.000
20% 20.000
0 0
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014(p)
202
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
Las autoridades han reconocido que existe una brecha de ingresos y anuncia-
ron que están estudiando iniciativas para poder reponerlos; en esa línea se
discuten temas como: i) el incremento de volúmenes de gas a exportar; ii) el
incremento de otros derivados: GLP, Gas Natural Vehicular, Urea y Amoniaco;
y iii) la exportación de energía eléctrica. Sin duda todas las alternativas que se
puedan pensar tienen potencialidades y limitaciones; en todo caso, es impor-
tante notar que existe un reconocimiento del problema y se trabajan iniciativas
para enfrentarlo.
Por último, valga anotar que lo que se plantea en este estudio está dentro
una reacción compartida por varios países que también se ven afectados por
el entorno adverso. En el caso de la economía más grande la región (Brasil), a
inicios de 2016 la presidenta de entonces anunció que su gobierno se empeña-
rá en 2016 por alcanzar un reequilibrio fiscal como herramienta para retomar
el crecimiento de esa economía, actualmente en recesión.
La jefa de Estado aseguró que el “gobierno trabajará con las metas de termi-
nar este año con un superávit fiscal primario equivalente al 0,5 % del Producto
Interior Bruto (PIB) y con una inflación próxima al techo máximo tolerado por
el Gobierno (6,5 %)”127.
127 http://www.la-razon.com/mundo/brasil-rousseff-reequilibrio-fiscal-Recesion_0_2413558686.html
203
¿Adónde fue a parar la bonanza?
204
Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
205
¿Adónde fue a parar la bonanza?
129 En particular si se considera que la práctica de créditos del BCB a tesorería tiene un límite, cuando
comienza a percibirse un incremento en precios debido al exceso de liquidez y/o se acelera el deterioro
del saldo de reservas. En el caso boliviano, además, está el trauma de la desdolarización que puede ha-
cer que la liquidez no solo se traduzca en inflación sino también en un retroceso en la bolivianización.
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Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
tividad. Entonces, ¿es razonable esperar que estos créditos generen resultados
positivos que contribuyan a la sostenibilidad del total de la deuda? Al respecto,
los propios trabajadores de una de las empresas más importantes de COMIBOL
reportó que el año 2015 se cerró con pérdidas de más de $us26 millones130.
En el caso de la Empresa Azucarera San Buenaventura corresponde pre-
guntarse si la rentabilidad no será afectada por el ingreso de azúcar de países
vecinos donde el rendimiento de cultivos de caña es mayor y donde se tiene
una ventaja por el rezago cambiario en Bolivia. Pero también cabe mencionar
las preocupaciones de los cañeros y las autoridades locales sobre la insuficien-
cia de materia prima para la planta procesadora.131
El caso de YPFB es complejo por varias razones. La primera de ellas es que
se requieren importantes inversiones en exploración para asegurar la dispo-
nibilidad de hidrocarburos; caso contrario, las variaciones en precios a futu-
ro tendrán un segundo orden de preocupación puesto que habría poco para
exportar. La segunda es que estas inversiones en exploración son altamente
riesgosas y en un contexto de precios bajos cada vez menos viables. Proyectos
que a ciertos precios fueron rentables ahora no lo son, menos en la perspecti-
va de un alza internacional en las tasas de interés. Las empresas privadas con
presencia en Bolivia han estado participando con menos de un tercio de las
demandas sectoriales y la diferencia la asumió YPFB y sus subsidiaras. Durante
los últimos años, solo dos empresas nuevas llegaron a Bolivia: PDVSA de Vene-
zuela, con dificultades de diversa índole, desde lo financiero hasta lo político,
y la rusa Gazprom.
Según las autoridades y el Plan de Desarrollo, las inversiones en hidrocar-
buros podrían estar entre $us18 mil millones (si se considera el horizonte al
2020$us3.600 millones promedio año) y $us30 mil millones (si se considera
el horizonte 2025, $us3.000 promedio año). Son cifras elevadas y difíciles de
financiar, particularmente si el actor más importante es YPFB, si no se logra
atraer más capital privado internacional, y si las alternativas de financiamiento
quedan limitadas al BCB.
La tercera razón es que varias de las inversiones en proceso como la planta
de urea y amoniaco, los proyectos de polipropileno y/o las separadoras, fun-
cionan en la medida que tienen la materia prima que es el gas natural. Sin em-
bargo, las inversiones en exploración no están siendo suficientes para certificar
nuevos reservorios, lo que eventualmente podría conducir a un escenario de
baja rentabilidad debido a la insuficiencia de materia prima.
130 http://www.la-razon.com/economia/Situacinon-minera-Huanuni-cerro-perdidas_0_2415958539.html
131 “No vemos que haya caña para que trabaje el ingenio en la cantidad que debe tener”, dijo el secretario
general de la Asociación Belén, Pablo Mamani (declaración extraída del periódico Pagina Siete de
fecha 08 de julio de 2015).
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6. Conclusiones
1. En Bolivia se han producido con cierta frecuencia ciclos que describen pri-
mero un crecimiento bajo, luego una subida en los precios de productos de
exportación y la mejora en los términos de intercambio (periodos de “vacas
gordas”). Es en esas coyunturas que se produce la expansión del gasto pú-
blico, el expendio es generoso, la política salarial igualmente desprendida
y el empleo, particularmente estatal, dinámico133. Así, la siguiente estación
del ciclo describe shocks externos (como la caída del Estaño en la década
de 1980), la imposibilidad de realizar ajustes en lo fiscal y, al final del día,
el crecimiento de la deuda a un nivel poco sostenible.
2. El súper ciclo de la década de 1970 se acomoda a la descripción hecha:
precios altos para el petróleo y los minerales, además de la fuerte presencia
132 http://www.ypfb.gob.bo/es/otros/97-plan-de-inversiones
133 Muchas políticas de gasto se repiten; en el pasado existieron pagos extraordinarios como el Bono Pa-
triótico. Hoy también existen reconocimientos extraordinarios como el segundo aguinaldo “Esfuerzo
por Bolivia”.
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Una mirada de una década al “proceso de cambio” en Bolivia (2006-2015)
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para pagar los intereses, de modo que esa deuda no se acumule o se tenga
que acudir a nueva deuda para cubrir las obligaciones previas. Mirando esta
condición con algo de detenimiento, resulta que, a pesar de lo positivo de
los otros indicadores fiscales, el relativo al saldo primario alerta sobre la
necesidad de lograr un equilibrio en el tiempo. Cuando se llega al escenario
en el que no es posible cubrir el gasto público y la nueva deuda es directa
o indirectamente usada para cubrir los intereses de la deuda previa, se in-
curre en un sendero de insostenibilidad. Se cava un hueco para tapar otro.
8. El presente estudio ha desarrollado dos escenarios de proyección de la
sostenibilidad para el periodo 2015-2025. Se evaluó cuál podría ser el com-
portamiento de la deuda y su interrelación con el saldo fiscal primario
bajo dos conjuntos diferentes de supuestos sobre variables clave como el
crecimiento del producto, el ritmo de crecimiento del saldo de la deuda y
resultado fiscal primario.
9. En el primero de esos escenarios, el caso base, se considera una senda agre-
siva de crecimiento que parte en 5 por ciento en 2016 y llega a 5,8 en 2025.
Este es el tipo de crecimiento que se plantea en el Plan de Desarrollo 2016-
2020. Es un crecimiento alto en un escenario de precios internacionales que
no anticipa una recuperación, sino más bien un enfriamiento en la mayoría
de los países de Latinoamérica y los socios comerciales. Esta ruta demandaría
un esfuerzo importante de inversiones, financiamiento y deuda, dado que el
acceso a abundantes recursos de la renta de gas ya no sería posible.
10. En este escenario se asume que el endeudamiento llegaría al techo de 50
por ciento del PIB en 2025; supone tasas de crecimiento anuales de 25 por
ciento en el saldo deudor para llegar a un valor final $us41.966 millones.
Así, se habría llegado al umbral de seguridad respecto del PIB, pero desde
la perspectiva fiscal implicaría un déficit global y primario a lo largo de
todo el periodo. En este esquema sería poco probable un “acomodo” gra-
dual de las finanzas públicas al escenario post bonanza. La deuda se acu-
mularía puesto que una parte de los nuevos desembolsos serviría para el
pago de obligaciones generadas por la deuda previamente contratada; en lo
formal, se incurriría en un esquema Ponzi o crecimiento de bola de nieve.
El déficit primario alcanzaría al 6,13 por ciento del PIB en 2025, mientras
que considerando el servicio de la deuda el valor subiría a 7,17 por ciento;
todos los años de la proyección esos déficits deberían ser cubiertos con
nuevos desembolsos, y ello explica la subida del saldo a lo largo del perio-
do. En suma, se estaría repitiendo el ciclo desde la bonanza, pasando por
el endeudamiento para volver a la crisis.
11. El segundo escenario, el caso alternativo, considera una senda de crecimien-
to del PIB más modesta y sintonizada con el contexto internacional, llegán-
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dose a una tasa de 3,5 por ciento anual sostenida hasta 2025. Este tipo de
crecimiento demandaría un esfuerzo de inversión menor respecto del caso
anterior, al punto que el saldo de la deuda no excedería del 29 por ciento del
PIB e inclusive podría estabilizarse alrededor del 25. Los primeros años será
más necesario el financiamiento externo puesto que la brecha que deja la
renta del gas no se podría sustituir de inmediato. Luego, la deuda crece a un
ritmo menor debido a que este escenario asume que se realizará un trabajo
suave de “acomodo” de las cuentas fiscales al nuevo escenario.
12. En este esquema la inversión pública es menor, pero también se impulsa-
rían políticas para subir los ingresos fiscales no relativos al gas, además de
ciertos frenos al crecimiento del gasto. Se pondría en marcha un programa
de adaptación fiscal gradual. Recién a partir de 2021 se alcanzaría la meta
de balance, generando superávits primarios suficientes para pagar el servi-
cio de la deuda. El cociente Deuda/PIB cerraría en 2025 en 24,3 por ciento,
frente a un valor que es el doble en el caso base. El crecimiento del saldo
nominal de la deuda se estabilizaría alrededor del 6 por ciento, mientras
que en el caso anterior se mantiene alto (25 por ciento anual).
13. El aporte de este ejercicio numérico consiste en hacer visibles dos trayec-
torias de expansión de la deuda, partiendo de datos observables y reales
que informan de una situación inicial muy favorable. El mensaje central
tiene que ver con la necesidad de lograr sostenibilidad en la deuda, hecho
que es posible cuando ésta crece dentro parámetros que permiten que los
resultados fiscales sean suficientes.
14. La inversión pública con financiamiento multilateral estaría asegurando la
acumulación de capital físico y humano en el mediano y largo plazo. Entre-
tanto, la inversión en las empresas estratégicas estaría buscando rentas para
financiar equidad y asegurar la estabilidad fiscal en el tiempo. Esto denota
la importancia que debe tener el proceso de asignación de recursos limita-
dos y la necesidad de lograr retornos efectivos. Exploradas las alternativas,
son pocas las fuentes de financiamiento para estas inversiones: la emisión
de deuda privada (que es la más costosa) y/o el acceso a financiamiento del
BCB, que no es ilimitado, y la inversión extranjera que tiene limitaciones
normativas para desarrollarse en estos sectores estratégicos.
15. La deuda del SPNF (empresas estatales) con el BCB ya es considerable;
equivale a la mitad del total de la deuda externa del país con el resto del
mundo y posiblemente los márgenes de maniobra son limitados en con-
traste a lo que sucede con la deuda externa. La baja de reservas acelera la
llegada a los límites de crédito al tiempo que una lenta subida de precios,
por exceso de liquidez, pueden ser otra luz de alerta.
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BIBLIOGRAFÍA
Blanchard, O.J. (1990) “Suggestions for a New Set of Fiscal Indicators”, OECD
Economics Department Working Papers, No.79, OECD. Publishing. Paris, Abril
1990 p.34.
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Pese a las diferencias entre los distintos teóricos de los ciclos económicos;
los procesos hasta la actualidad desde el surgimiento del capitalismo, habrían
desplegado cinco grandes ondas, de manera que estaríamos viviendo la sexta.
Se las llama “ondas K” en honor a Kondratieff. Cada proceso de ascenso de la
economía habría estado precedido por decisivos descubrimientos científicos,
desarrollo tecnológico y la afirmación social exitosa de innovaciones clave.
La primera onda K de 1780 a 1850, coincidió con la Revolución Industrial; la
segunda, de 1850 a 1890, fue la era mecánica con el ferrocarril como su em-
blema; la tercera onda K, de 1890 a 1935, fue la era de la electricidad y la quí-
mica forjada con la innovación de la electrotécnica. La cuarta onda K, de 1935
a 1980, es la era de la auto-locomoción, la petroquímica y la química orgánica
basada en el petróleo; estos factores dinamizaron la producción agrícola, los
semiconductores, los plásticos, las fibras sintéticas y los fertilizantes; además
de la televisión, la electrónica y la industria nuclear, con repunte de la aviación
comercial, el aire acondicionado y la revolución verde. También se dio el desa-
rrollo intensivo de complejos industriales y militares.
En la quinta onda K, de 1980 a 2010, se dieron las tecnologías de la infor-
mación y la comunicación, además de las innovaciones en ordenadores, redes
y telecomunicaciones. Es la era de la fibra óptica e Internet; los robots indus-
triales y la inteligencia artificial; la era de las computadoras personales, el co-
mercio electrónico, la comunicación inalámbrica y la búsqueda de supremacía
fuera del planeta, teniendo relevancia la ocupación con la salud. Finalmente, la
sexta onda K se desarrollaría después de la crisis de 2008; los factores que la
dinamizarían presentándose como los rubros decisivos del futuro serían la tec-
nología medio-ambiental, la nano-bio-tecnología y el dominio completo de la
salud. Así serán decisivas la manipulación de las estructuras moleculares para
tener nuevos materiales y máquinas; la obtención de productos a partir del uso
celular de organismos vivos, la producción inédita de energía y la creación, al-
macenamiento, protección, uso, procesamiento, recuperación y transmisión de
datos, además de la info-tecnología (Ferrer, 2013; Fernós, 2005).
Respecto de los ámbitos de investigación científica del futuro cabe remarcar
lo siguiente: el tiempo actual es la era de los aerogeneradores, de las sondas
espaciales y de los microchips con múltiples y al parecer, infinitas aplicaciones;
es la era de las impresoras 3D capaces de “imprimir” partes biológicas, de la
decodificación completa del genoma humano y de los implantes electrónicos
biodegradables; es el mundo de la fibra óptica y la comunicación inalámbrica,
las mega-construcciones monstruosas e imbatibles, de las más sofisticadas y
diminutas cámaras y teléfonos inteligentes, y de una inacabable diversidad de
naves, dispositivos y artefactos, sean terrestres, subterráneos, aéreos, marinos,
submarinos o espaciales.
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lógicas serias. Estas sociedades, gracias a sus líderes, están condenadas a ser
históricamente o las víctimas sempiternas de la dominación y el colonialismo
impuesto por unos y otros; o los recintos de la dependencia, el retraso, la de-
magogia y la incapacidad absoluta de competir efectivamente, contra los due-
ños del mundo en el ámbito que pone en juego las capacidades individuales
y colectivas: la ciencias y la tecnología (Galindo et al, 2012; Credé et al, 1998;
Genta, 2008; Sen, 1998; Sebastián, 1997).
Por otra parte, cabe también afirmar que el azar es también un factor de
descubrimiento científico. Al respecto, cabe hacer una digresión. Quienes des-
cubrieron alguna ley científica o desarrollaron un prototipo tecnológico por
casualidad, no lo hicieron en contextos desvinculados a la investigación y el
conocimiento. Wilhelm Röntgen descubrió los rayos X mientras realizaba sus
pesquisas como científico, lo propio se debe decir de Sir Alexander Fleming
que descubrió la penicilina, Charles Goodyear que encontró casualmente la
fórmula de la vulcanización, Percy Spencer que inventó el horno a microondas
y Jacques Brandemberg que descubrió el papel celofán. Inclusive las pastillas
de viagra fueron descubiertas por casualidad. Cabe también hacer mención
al sueño de August Kekule que le inspiró elaborar la fórmula del benceno: el
tema lo obsesionaba.
Además, hay algunos casos que son el producto de la tenacidad, de la pla-
nificación detallada y la ejecución minuciosa de métodos obsesivos. En estos
casos, el resultado muestra procesos que tratan de cubrir todas las posibilida-
des hasta llegar a lo esencial; considérese al respecto, por ejemplo, la bombilla
eléctrica de Thomas Alba Edison. Así, hay muchos descubrimientos significati-
vos porque los científicos los plasmaron por la observación, inspiración y crea-
tividad, dando lugar a nuevos conocimientos; considérese por ejemplo, la in-
vención del teléfono a partir de las observaciones que hizo Alexander Graham
Bell de los huesecillos del oído; o la formulación de la ley del péndulo gracias
a las observaciones de Galileo del movimiento de una lámpara en la catedral
de Pisa. En todos los casos, para que se dé el azar, se requiere de científicos
talentosos ocupados en la investigación. Si la sociedad no promueve la investi-
gación y el trabajo en centros, talleres y laboratorios, es obvio que no habrá ni
por casualidad ni por sueño alguno, ningún descubrimiento. Si la sociedad lo
hace marginal o demagógicamente, dada la distribución estadística de talentos,
siempre aparecerá algún genio pese a las circunstancias adversas. Pero, queda
absolutamente claro que el talento no representa en ninguna medida, el pro-
ducto de cualesquier políticas de gobierno; al contrario, tal genialidad se daría
a pesar de la eventual estulticia gubernamental.
Que las grandes innovaciones que afirmaron el capitalismo, por ejem-
plo de Estados Unidos, estuvieron dirigidas por intereses económicos de
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Para toda política pública, incluidas las que conciernen a la C&T+I, son múlti-
ples los beneficios y los usos a los que dan lugar los indicadores. Tener infor-
mación, procesarla como datos y sistematizarla de manera notable y clara sirve
para definir, contrastar, implementar y evaluar las políticas. Los datos facilitan
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racional y moderno, las autoridades encargadas del país se han negado sis-
temáticamente y sin excepción desde 2003, a elaborar indicadores de I+D.
Hay varias entidades internacionales encargadas de la sistematización de la
información como datos útiles para las políticas de C&T+I; cabe mencionar
por ejemplo, a la Organización de Estados Iberoamericanos, la UNESCO, la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, la Comisión
Económica para América Latina, el Banco Mundial, el Mercosur y otras. Por
lo demás, si bien hay una cantidad grande de entidades ocupadas también
en comparar los indicadores a nivel internacional; su construcción y estanda-
rización ha tenido como actor protagónico en la región desde mediados de
los años noventa, a la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología Iberoame-
ricana/Interamericana. Con sede en Buenos Aires, dicha Red ha articulado
el trabajo institucional de la Organización de los Estados Americanos y ha
recibido el apoyo financiero del Programa Iberoamericano de Ciencia y Tec-
nología para el Desarrollo con sede en España.
La Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología Iberoamericana e Interame-
ricana (RICyT) ha publicado regularmente desde los años noventa y actualmen-
te lo hace de modo permanente en su sitio web, indicadores estandarizados
de América Latina y el Caribe (ALC) que corresponden a 24 países, incluyendo
Estados Unidos, Canadá, España y Portugal. La publicación electrónica tiene
dos años de retraso, quedando actualmente a disposición gratuita del usuario,
los datos a veces desde 1990 hasta el año 2015. Comprenden seis ámbitos de
indicadores estandarizados de I+D que se distribuyen según lo siguiente:
En primer lugar, los indicadores de contexto que abarcan información
sobre el Producto Interno Bruto (PIB) y la población del país, diferencian-
do la población económicamente activa (PEA). En segundo lugar están los
indicadores de insumo, es decir, los datos referidos a lo que las Actividades
Científicas y Tecnológicas (ACT), la C&T y la I+D absorben en recursos fi-
nancieros (donde son relevantes el porcentaje de gasto del PIB para C&T, el
gasto en I+D y el gasto en ACT por sector de ejecución), y en recursos huma-
nos (aquí destaca el personal en C&T equivalente a jornada completa (EJC)
y los investigadores por sector de empleo, disciplina científica y nivel de
formación). El tercer grupo de indicadores estandarizados se refiere al núme-
ro de graduados en educación superior, desglosándose los datos en el nivel
de licenciatura, maestría y doctorado. Los indicadores de patentes incluyen
la información de solicitud de patentes, número de patentes otorgadas, tasa
de dependencia, tasa de inventiva y coeficiente de invención. Finalmente, el
quinto grupo de indicadores es el bibliométrico. Incluye datos referidos a
publicaciones indexadas en distintos índices, por ejemplo, Science Citation
Index (SCI), Pascal, Compendex, Chemical Abstracts, Medline y otros. Aparte
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¿Adónde fue a parar la bonanza?
del número absoluto de publicaciones anuales por disciplina, los datos inclu-
yen relaciones porcentuales considerando por ejemplo, la población del país
y las publicaciones por cada cien investigadores. También los datos muestran
el costo de cada artículo indexado respecto al PIB y en comparación al pre-
supuesto de I+D.
Desde fines de los noventa hasta el año 2002, la Secretaría de Ciencia y
Tecnología dependiente del Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana
(CEUB) ha remitido a la RICyT información sobre los indicadores del ru-
bro. Fue el esfuerzo personal a la cabeza de una unidad universitaria ante
la carencia de atención y cumplimiento de funciones de parte de instancias
gubernamentales. Por lo demás, dicha información no fue elaborada de ma-
nera rigurosa siguiendo por ejemplo los lineamientos del Manual de Frascati
(OCDE, 2015) habiendo sido criticada. Con todo, es información oficial que
puso a Bolivia en el mapa regional de la C&T. Sin embargo, desde 2003, se
ha dado una carencia permanente e intencional de elaboración y remisión de
indicadores de I+D. La RICyT frente a esta situación que se extendió durante
seis años seguidos, realizó estudios y consultas para obtener datos “proxi”
que permitiesen estimar ciertos indicadores. Así, los años 2009 y 2010 en
algo cambió la situación anteriormente prevalente. Cabe destacarse, por otra
parte, que algunos indicadores se construyen independientemente de la ela-
boración u omisión del gobierno. Tal es el caso de los datos bibliométricos
(RICyT, 2001) que refieren las publicaciones indexadas en periodos anuales.
Son los propios índices de inclusión de artículos científicos, por ejemplo SCI,
los que tienen la información respectiva. De todas formas, de los 24 países
en la red, Bolivia es el que presenta la menor cantidad de datos e indicadores
con el agravante de que la información disponible no está exenta de escepti-
cismo respecto a su valor y fidelidad.
En lo concerniente al periodo de 2006 a 2015, la información de la RICyT
sobre Bolivia presenta las siguientes características en sus cuadros compa-
rativos. Respecto de los indicadores de contexto, la información de Bolivia
está completa porque se trata de datos macroeconómicos y demográficos
que, en esta parte, no están relacionados con el rubro. En el segundo gru-
po de datos, los indicadores de insumo, el gasto de cada país en ciencia y
tecnología o el porcentaje de la inversión del PIB en C&T ofrecen escasa
información: el último dato es de 2009 (0,16% del PIB). El reciente libro
anual de la RICyT, El estado de la ciencia 2016, en la info-grafía copiada a
continuación, excluye a Bolivia porque los datos de la mayor parte de los
países corresponden a 2014.
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INVERSIÓN DEL PORCENTAJE DEL PIB EN I+D DE 27 PAÍSES DEL MUNDO EN 2014
Corea 4,29%
Israel 4,10%
Japón 3,58%
Finlandia 3,17%
Alemania 2,86%
Estados Unidos 2,73%
Francia 2,25%
China 2,04%
Canadá 1,61%
Portugal 1,28%
Italia 1,28%
Brasil 1,24%
España 1,23%
Iberoamérica 0,86%
ALC 0,75%
Argentina 0,64%
Costa Riaca 0,56%
México 0,54%
Puerto Rico 0,44%
Cuba 0,42%
Chile 0,39%
Ecuador 0,35%
Uruguay 0,34%
Colombia 0,25%
Perú 0,14%
Paraguay 0,10%
El Salvador 0,08%
Trinidad y Tobago 0,08%
Panamá 0,07%
0 0,50% 1,00% 1,50% 2,00% 2,50% 3,00% 3,50% 4,00% 4,50%
Fuente: El estado de la ciencia 2016 (RICyT, 2016: 21).
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ción de género en la ciencia y la tecnología, Bolivia sería el único país entre los 20
reportados por la RICyT, en el que habría más mujeres que hombres: tanto en ge-
neral (61%), como en las categorías estandarizadas. Es decir, como investigadoras
(65%), técnicas (70%), becarias (52%) y como personal de apoyo (también 52%).
Del tercer grupo de indicadores, los dedicados al nivel académico de los
investigadores y de quienes se ocupan con las ACT, la RICyT carece, en general,
de datos de Bolivia. En el caso de la información sobre el número de doctores
titulados, de un rango temporal que supera el cuarto de siglo, solo hay dos datos
que corresponden a los años 2001 y 2002. Sobre la titulación de postgraduados
con el título de maestría, la información incluye solo siete años hasta 2002. El
volumen de la información de los titulados anualmente en el país andino con
grado de licenciatura es significativamente mayor: se extiende desde 1990 hasta
2002. Se advierte que la información existente expresa la labor de la Secretaría
Nacional de Ciencia y Tecnología del Comité Ejecutivo de la Universidad Bolivia-
na, entidad que sistematizó los datos y los remitió a la red regional.
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nes y medio de dólares. Es decir, las dos primeras políticas con un total de 53
programas y proyectos, tendrían el presupuesto de 168,5 millones de dólares,
similar al presupuesto de todo el rubro manifiesto en el Plan 2006.
De la información de programas y proyectos, el desarrollo del SBI exige el
mayor presupuesto con más de 35 millones de dólares; aunque también cabe
destacar el proyecto de creación del Instituto Boliviano de Investigación de
la Biodiversidad para el Desarrollo con 10 millones de dólares, pese a que en
Bolivia existen 20 institutos universitarios del área (Lozada, 2011: 167-9) y un
fondo de 25 millones de dólares para proyectos relacionados con la biodiversi-
dad, la agricultura, los recursos forestales y el bio-comercio. En lo que respecta
a los proyectos de más alto presupuesto de la segunda política cabe mencionar
la creación del Instituto Bolivia Mar con 25 millones de dólares; la creación
de los Institutos Porvenir, uno en Santa Cruz y otro en Tarija con un costo de
18 millones de dólares cada uno; y el establecimiento de institutos similares
en Oruro, Cochabamba, Potosí, Chuquisaca y Pando. Además, el proyecto de
creación de la Unidad de Apoyo a la Política Tecnológica del Viceministerio de
Ciencia y Tecnología –que no prevé construir indicadores internacionalmente
establecidos- tiene una asignación presupuestaria de 10 millones de dólares.
En resumen, el gobierno destina decenas de millones de dólares para em-
prendimientos nuevos, y no fortalece instituciones con trayectoria y resultados.
En lugar de favorecer la formación de investigadores y del personal ocupado
con C&T+I (recuérdese que tampoco se dispone de esos datos), en vez de
fortalecer el trabajo de institutos de investigación de la universidad pública,
entidades que tienen décadas de historia y en algunos casos, han ofrecido al
país notables resultados; el gobierno prioriza los recursos para la creación de
nuevas entidades donde prevalecerán relaciones funcionales en línea, y cuyos
productos científicos son inciertos, al menos inicialmente. Además, es evidente
que tales unidades requerirán en lo sucesivo más presupuesto para su conso-
lidación académica, restando oportunidades a las entidades autónomas univer-
sitarias que se caracterizan, en general, por ser críticas al gobierno y que en
varios casos, mostraron calidad y eficiencia.
En los programas llamados “tran-sectoriales” y los sectoriales de investiga-
ción para encarar las soluciones estratégicas en lo concerniente a la alimenta-
ción, el agua, los biocombustibles, la erosión y la desertificación, la tecnología
textil, los cueros y los materiales de construcción se da una situación similar.
Pese a la existencia de más de 160 institutos y centros de investigación del
Sistema de la Universidad Boliviana (Lozada, 2011: 163) el Plan no incluye la
participación de ninguno de ellos, proyectándose en cambio, la creación de
nuevas entidades, presumiblemente más burocráticas que científicas, sobre te-
máticas que ya son desarrolladas por los institutos de investigación existentes.
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Por lo demás, el Plan 2010 apenas refiere la labor excluyente de una veintena
de entidades gubernamentales que no funcionarían con autonomía ni por mé-
ritos científicos.
Finalmente, respecto de la tercera política, denominada en ambos planes
“Recuperación, protección y utilización de los saberes locales y conocimientos
técnicos y ancestrales”, el presupuesto del Plan 2010 es significativamente
exiguo en comparación al presupuesto de las dos políticas anteriores (570 mil
dólares); aunque se debe resaltar que entre otras, en el documento aparecen
nueve políticas de investigación sectorial (en salud, desarrollo rural, minería,
hidrocarburos, electricidad y energía, educación y culturas, trabajo, defensa y
justicia) sin que se explicite su presupuesto.
Pese a que los dos planes quinquenales han llegado al término cronológi-
co que ellos mismos establecieron, lamentablemente, solo se han encontrado
rendiciones de cuentas parciales sin que haya auto-crítica alguna respecto de
su implementación. Este hecho cuestiona la profesionalidad de la gestión en
el rubro; no obstante, el Viceministerio de Ciencia y Tecnología dependiente
del Ministerio de Educación, ofrece en su sitio web un recuento de las tareas
concluidas entre las que destacan las siguientes: Los más importantes logros
se habrían dado en lo concerniente al Sistema Boliviano de Innovación, par-
ticularmente, la implementación de centros de innovación tecnológica, la for-
mación de plataformas de innovación, la conformación de redes de centros e
institutos, la elaboración de proyectos sobre saberes locales y tradicionales; y,
finalmente, la creación del sistema de información científica, tecnológica y de
innovación.
En lo concerniente al fortalecimiento de la información, el Viceministerio
hace referencia a las bibliotecas virtuales, el apoyo de C&T a la educación, y los
avances de la red académica nacional. Igual encomio deja advertir respecto de
los proyectos relacionados con las tecnologías de información y comunicación,
el desarrollo del portal “educa-Bolivia”, la articulación de 200 investigadores
en redes, la disposición de recursos electrónicos para la información C&T y la
implementación de unidades de telecentros educativos comunitarios. En lo que
respecta a los servicios técnicos para la producción, destaca la investigación
en la Amazonia, la reforestación del altiplano y la innovación en quinua. De
acuerdo a dicha la página web, serían proyectos de ejecución futura, la ley de
ciencia y tecnología y la constitución de un fondo para llevar a cabo proyectos
de C&T+I.
A fines de 2015, el Ministerio de Educación entregó los galardones del II
Premio Plurinacional de Ciencia y Tecnología convocado para ocho áreas (Sa-
lud, Desarrollo agropecuario, Transformación industrial y manufacturera, Sa-
beres locales y conocimientos ancestrales, Recursos naturales, medio ambiente
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bién tienen acceso a Internet, pantalla táctil, lápiz óptico, cámara web giratoria,
hardware anti-robos, y el dispositivo de cambio de notebook a tablet137.
Gran parte de las máquinas entregadas a los profesores tenían impresa la
imagen del presidente, advirtiéndose una forma populista de propaganda y
una expresión de culto a la personalidad. Respecto de los equipos entregados
a los estudiantes, hubo muchas críticas138. Se mencionó, por ejemplo, que la
propaganda que difunde el beneficio a cada estudiante es falaz. En verdad,
las máquinas se quedaron en las unidades educativas. Tal localización dio
lugar a que no haya computadoras suficientes para los estudiantes; además,
no sería posible guardar documentos en ellas y para colmo, varias unidades
educativas no dispondrían de condiciones indispensables para su funciona-
miento: carecerían de ítems, de ambientes, de electricidad e insumos y de
conexión a Internet. Además, la seguridad sería deplorable y varios docentes
no sabrían cómo usarlas.
Aparte de lo mencionado, muchas son las acciones del gobierno que
podrían analizarse críticamente relacionadas con la gestión de diez años en
el rubro de la C&T+I. En este acápite es conveniente ver algunos ejemplos,
analizándolos como concreciones densas que descubren el estilo de la prác-
tica y la visión del gobierno, asumiéndolos como pautas que anticipan las
proyecciones y limitaciones de lo que probablemente, seguirá produciéndose
los próximos años.
Un aspecto fundamental de las políticas C&T+I es la mejora de la calidad
científica de la educación. Aparte de lo mencionado sobre la ausencia de in-
dicadores al respecto; por ejemplo, los que se establecen con la prueba PISA
y las evaluaciones de MERCOSUR; es inobjetable establecer que el nivel de
enseñanza científica en secundaria –fundamental para trazar recorridos forma-
tivos y proyectos de vida futura de los estudiantes- depende del dominio y la
enseñanza de conocimientos científicos de parte de los profesores. Es decir,
los profesores de secundaria que no conozcan a profundidad y con conteni-
dos actualizados, las disciplinas específicas que imparten; es muy difícil que
promuevan en sus alumnos una comprensión científica del mundo, y menos
aún, el amor a la ciencia, la inventiva y la creatividad. A este respecto, algunas
disciplinas son especialmente importantes para medir el aprovechamiento es-
137 “En colegios, Ministerio de Educación instruye uso obligatorio de computadoras”: Página Siete, lunes 6
de abril de 2015.
138 Véanse los siguientes artículos: “Computadoras entregadas a escolares aún no funcionan”: La Patria,
lunes 7 de septiembre de 2015. “Colegios de La Paz atraviesan 14 problemas para usar las computadoras
quipus”: Correos del Sur, jueves 13 de agosto de 2015. “Servidor apagado: causa del defecto técnico en
quipus”: El Diario, sábado 15 de agosto de 2015. “Internet dificulta uso de computadoras kuaa”: Ea-Bo-
livia, martes 7 de abril de 2015. “Estudiantes y padres exigen que las lap-top sean de su propiedad”:
Página Siete, jueves 11 de septiembre de 2014.
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139 El objetivo estratégico Nº 3 del Plan Estratégico Institucional 2010-2014 del Ministerio de Educación
del Estado Plurinacional de Bolivia señala lo siguiente: “Desarrollar y promover procesos de transforma-
ción base en la nueva visión de educación revolucionaria, productiva, comunitaria y descolonizadora;
que se articule y responda al desarrollo de la ciencia y tecnología, a las demandas regionales, al desa-
rrollo socio-económico, cultural, espiritual y político; con participación real y estratégica de sectores
sociales y del Estado”.
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140 Véanse el texto Nº 13 de Física-química: Convivencia y armonía en la madre tierra y el cosmos; el texto
Nº 14, La física-química fisiológica en la salud comunitaria; y el texto Nº 15, Modelización matemática
e informática en el aprendizaje de la física-química.
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En más de diez años de gobierno, se advierte otras acciones que fueron su-
plefaltas a las inexistentes políticas de C&T+I. Son acciones que ensombrecen
la carencia de cualquier prospectiva orientada al desarrollo y el bienestar con
base en el conocimiento científico. Tales acciones rebosan de efecto simbólico
gracias a una apabullante apariencia propagandística, generando la creencia
de que el gobierno tuviese una visión o una idea de planificación estratégica.
Lamentablemente, no es así; y basta analizar algunos ejemplos que develan tal
apariencia.
Por ejemplo, la compra del satélite chino nombrado Túpac Katari es solo
eso, la adquisición onerosa por 302 millones de dólares de un artefacto tecno-
lógico. Sería erróneo considerar tal decisión como una “política C&T+I”. Por lo
demás, su precio ha sido criticado, puesto que Perú compró posteriormente,
otro satélite de última generación por casi 90 millones de dólares menos141. La
adquisición representa una deuda para el Estado por quince años, de un arte-
facto que solo repite señales de televisión de baja calidad; siendo, al parecer,
inútil para actividades relacionadas con la educación, la agricultura, el clima,
el GPS, los usos militares o la fotografía satelital. Adicionalmente, se requiere
141 Véanse los siguientes artículos: “¿Estafa? Perú compra satélite más moderno y barato que el Túpac Katari
de Bolivia”: Agencia de Noticias Fides, martes 6 de mayo de 2014. “Perú compra satélite más moderno
y barato que el Túpac Katari”: Página Siete, martes 6 de mayo de 2014.
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142 “ABE: No tiene sentido que el satélite Túpac Katari tenga cámaras de observación”: Opinión, martes 28
de abril de 2014.
143 “El satélite Túpac Katari está listo, pero sin utilidad”: El Día, lunes 18 de noviembre de 2013.
144 “Satélite criticado”: El Día, jueves 13 de enero de 2011.
145 “Usuarios critican servicio de móvil e Internet”: Los Tiempos, viernes 5 de septiembre de 2014.
146 Saúl Escalera destaca que el propósito del gobierno es: 1) crear un ciclotrón para diagnósticos médicos;
2) crear un radiador gama para esterilizar alimentos, mejorar semillas y aumentar la productividad; 3)
crear una central nuclear para generar energía eléctrica; 4) cuantificar la presencia de uranio y torio en
el país; y 5) crear un reactor con fines investigativos. Cfr.: “Energía nuclear vs. siderurgia en Bolivia”: El
periódico digital.
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147 “Si Bolivia quiere tener un reactor nuclear, debe decidir qué hacer con sus residuos tóxicos”: Página
Siete, viernes 22 de mayo de 2015.
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148 “Perfilan Ministerio de Ciencia y nace una plataforma de trabajo”, Opinión, viernes 8 de enero de 2016.
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149 “Gobierno anuncia crear agencia de ciencia y repatriar a cerebros”: Opinión, sábado, enero 9 de 2016.
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