Dos Tipos de Tristeza

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Dos tipos de tristeza

Según la Biblia existe una tristeza que es para bien y una tristeza que es para mal.

Una tristeza que no te aprovecha y una tristeza que te aprovecha.

Una tristeza que es para salvación y vida y una tristeza que es para muerte.

Una tristeza según Dios y una tristeza según el mundo.

A decir verdad, todos en esta vida hemos sentido penas y tristezas y quizás te
sientas triste; pero quiero preguntarte:

Esa tristeza que sientes ¿Sabes si es según Dios o si es según el mundo? ¿Sabes
si es para bien o si es para mal? y ¿Sabe si es para vida o terminará siendo para
muerte?

Ya no es extraño en este mundo, ver personas que se quitan la vida porque no


pueden superar esa profunda tristeza que llevan en su alma.

Descubrirás a través de este corto mensaje si esa tristeza que tienes en tu alma o
esas tristezas que comúnmente experimentas vienen de parte de Dios o vienen de
parte del mundo.

Como la intención es edificarte a través de la Palabra de Dios, vamos a estar


leyendo 2 Corintios 7:10 dice de la siguiente manera:
Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero
la tristeza del mundo produce muerte.

Este es un versículo muy especial y muy claro; pero antes de comenzar a meditar
un poco en el, hagámonos las siguientes preguntas:

¿Es la voluntad de Dios que nos sintamos tristes, que suframos penas y que
sintamos pesar?

¿Hace Dios cosas con el propósito de ocasionarnos tristezas?

¿Acaso son todas las tristezas o penas perjudiciales?

El pasaje Bíblico donde encontramos este versículo, nos habla acerca del
testimonio de algunos creyentes que fueron entristecidos para bien o también
podríamos decir que fueron entristecidos según Dios.

Te preguntarás ¿Fueron entristecidos según Dios?

El versículo 10 dice claramente que fueron entristecidos según Dios; ese texto
enseña que hay una pena, un pesar, una tristeza que es según Dios y también
podríamos decir que es permitida por Dios o como a Dios le agrada.

Esta es una tristeza que conduce a un sincero arrepentimiento, es decir, un


cambio de mentalidad que compromete un cambio de conducta frente a lo malo
que hayamos hecho.

Esta tristeza que es según Dios, se produce por causa de haber pecado y no por
el castigo que se piensa que recibiremos al pecar.

No es una tristeza por tenerle miedo Dios, es una tristeza por haberle fallado y por
haber hecho cosas que a él no le agradan.

Cuando experimentemos este tipo de tristeza que es producto de la corrección y la


exhortación divina, no debemos avergonzarnos, por el contrario, debemos permitir
que nos acerque un poco más a la vida que Dios quiere que llevemos.

La tristeza que es según Dios, te deja buenos frutos.

La tristeza que es según Dios, te deja grandes enseñanzas.

Esas tristezas que Dios permite, siempre las permitirá con el siguientes propósito:
corregirte perfeccionarte y llevarte a un estado en donde puedas entender y
comprender cuál es el gran propósito de Dios para tu vida.

Si esa tristeza que estás experimentando te acerca más a Dios, más a su palabra,
y te enseñan a depender más del creador, siempre será una tristeza buena, una
tristeza según Dios y una tristeza como a Dios se le agrada.

El Señor Jesús enseñó y dijo: En el mundo tendréis aflicciones pero confiad yo he


vencido al mundo.

El versículo que leímos anteriormente en la carta a los Corintios, también nos


enseña que hay otro pesar u otra tristeza que es la del mundo.

La tristeza que es según el mundo se puede decir, que es aquella tristeza que
sufren aquellos que no conocen a Dios.

Esta tristeza se puede presentar por varios factores:

Primero: Por la frustración de las ilusiones de las personas.

Segundo: Por la pérdida de las cosas materiales.

Es evidente que este es un tipo de tristeza muy común hoy día.

Otro factor muy importante por mencionar, es que esta tristeza aparece por causa
de haber pecado; lo que a su vez trae desánimo, depresión y persistente complejo
de culpabilidad; pero hay que aclarar que nunca termina esta tristeza conduciendo
a nadie al arrepentimiento, simplemente la persona queda sumergida en un
profundo complejo de culpabilidad.

Esta tristeza que provoca el mundo, no es conforme a la perfecta voluntad de


Dios, carece de su amor y no se debe a la operación del Espíritu Santo en el
corazón.

Esta tristeza que es según el mundo, es una astuta maniobra del enemigo, quien
después de conducir al pecado, desea hundir en la desesperación al pecador; por
esta razón, la Palabra de Dios dice que esta tristeza es para muerte.

Cuántas personas en esta condición hacen caso a esa voz que llega a sus mentes
invitándoles a quitarse la vida, invitándoles a hacerle daño a otro sin importar las
consecuencias.

Si hoy estás triste y esa tristeza es según Dios, debes permitir que el Espíritu
Santo de Dios obre en tu corazón y te conduzca a hacer la perfecta voluntad de
Dios; y si hoy estás triste y esa tristeza es según el mundo, debe saber que tu vida
está en peligro.

Hoy te tengo una buena noticia: Jesús el Hijo de Dios fue a la cruz tomando tu
lugar para poder darte su perdón, librarte de la esclavitud del pecado y del mundo,
y así hacerte libre de tal manera que puedas conocerle, confiarle tu vida y Él
encargarse de que tus tristezas sean siempre una ocasión para madurar y crecer
en sus propósitos.

La intención de este ejemplar en formato PDF es que sirva para tu propio uso, o
para que lo compartas con amigos que tengan interés.
No debe ser vendido o usado con fines lucrativos.

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