Título Ejecutorio y Título Ejecutivo

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Título ejecutorio y título ejecutivo

No obstante que ambas expresiones aluden a un título que abre las puertas de la ejecución
forzada, la distinción entre uno y otro se suele hacer en las legislaciones que, a más del título
judicial, permiten también la ejecución forzada con base en un título extrajudicial1.
En tales casos, se suele designar como título ejecutorio a la sentencia judicial que contiene una
condena2; y título ejecutivo a aquellos actos extrajudiciales, ya sean convencionales o
administrativos, a los que la ley les reconoce habilidad para abrir las puertas de la ejecución3.
De todas maneras, el término ejecutivo es más genérico, y alude a todo título que habilita la
ejecución; en cambio el término ejecutorio es específico para designar el título o sentencia
firme4.
Aunque con connotaciones propias, también se suele distinguir al embargo en "ejecutivo" y
"ejecutorio", además del "preventivo", que tiene el carácter de una medida cautelar. El
"ejecutivo" es la medida que el juez ordena en la primera providencia que se dicta a raíz de la
iniciación de un proceso de ejecución, ya sea fundado en título judicial o extrajudicial. En
cambio el embargo "ejecutorio" es el que resulta de no haberse opuesto excepciones al
progreso de la ejecución, o que las opuestas han sido desestimadas por sentencia firme. El
embargo ejecutivo, entonces, se convierte en ejecutorio cuando se verifica cualquiera de las
situaciones mencionadas5.

COMENTARIO AL PROCESO MONITORIO


El iter procedimental del monitorio como se observa en el art. 377 presenta una variante, una
etapa preliminar exclusiva para supuestos de desalojo en régimen de libre contratación, o en la
entrega del bien derivada del contrato verbal; es decir, que previo al común procedimiento
monitorio en estos supuestos, habrá una etapa preliminar que se sustanciará por la vía
incidental en la cual se deberá acreditar (por el actor) de la existencia del contrato (del
contrato verbal, o cuando no se posea un documento auténtico o legalizado por autoridad
competente) y de su cumplimiento por la parte actora. Una vez acreditada su existencia el
juez autenticará judicialmente el documento, el cual es requisito para iniciar el proceso
monitorio y su posterior sentencia y ejecución.

1
Título ejecutivo judicial es el que resulta de una sentencia dictada en juicio contradictorio, que ha pasado en
autoridad de cosa juzgada. El título extrajudicial puede ser convencional o administrativo (Alsina: "Tratado...", Bs.
As., Ediar, 1962, tomo V, pág.41/42).
2
Morello, Augusto M., Passi Lanza, Miguel A., Sosa, Gualberto L. y Berizopnce, Roberto: "Códigos Procesales en lo
Civil y Comercial de la Provincia de Buenos Aires y de la Nación", Bs. As. -Abeledo-Perrot-, La Plata -Lib. Edit.
Platense-, 1975, tomo VI-1, pág. 6.
Dice Alsina que la sentencia queda ejecutoriada -y puede, por lo tanto ejecutarse- cuando es confirmada por el
tribunal de apelación si la de primera instancia era condenatoria, o cuando aquél la revoca si era absolutoria; salvo
los casos en que por disposición de la ley el recurso se concediere al solo efecto devolutivo, en que puede
ejecutarse provisionalmente (Alsina: "Tratado ...", Bs. As., Ediar, 1962, V, pág. 113).
3
Martinez, Oscar José y Viera, Luis A.: "El Proceso Monitorio (Base para su legislación uniforme en Iberoamérica)",
en Revista JUS, La Plata, 1990, año 41, pág. 51 y ss., específicamente pág. 60. Conf. Morello, Augusto M., Passi
Lanza, Miguel A., Sosa, Gualberto L. y Berizopnce, Roberto: "Códigos Procesales en lo Civil y Comercial de la
Provincia de Buenos Aires y de la Nación", Bs. As. -Abeledo-Perrot-, La Plata -Lib. Edit. Platense-, 1975, tomo VI-1,
pág. 6.
4
Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, "ejecutivo, va" es un adjetivo que significa "que no da
espera ni permite que se difiera la ejecución"; y "ejecutorio, ria" es también un adjetivo que en Derecho significa
"firme, invariable"
5
Palacio: "Derecho Procesal Civil", Bs. As., Abeledo-Perrot, 1987, tomo VII, págs. 231/233.
SITUACIONES QUE NO SE PRESENTAN EN EL PROCESO MONITORIO
Los terceros en los proceso judiciales, son todos aquellos sujetos de derecho que sin estar
mencionados como parte demandante o demandada en la demanda ingresan al proceso y de
acuerdo con la índole de su intervención podrá quedar o no vinculados por la sentencia.
(López, 2012).

En el proceso monitorio se busca como resultado una sentencia que declare la existencia de la
obligación, de manera que se cree un título ejecutivo que contenga el derecho cierto y
determinado que no fue satisfecho por parte del demandado, todo esto derivado de la
relación contractual del acreedor y el deudor, es por ello que no pueden ser llamados terceros,
pues se está frente a una obligación constituida entre dos personas, en virtud de un acuerdo
celebrado entre ellos.

Las siguientes instituciones no se presentan en el proceso monitorio por manifestación


expresa de la ley:

La coadyudancia: Llamada también la intervención adhesiva la cual se encuentra en el artículo


71 del CGP, se caracteriza porque un tercero tiene una relación sustancial con alguna de las
partes; en principio no se extenderán los efectos jurídicos de la sentencia para el tercero pero
si la parte es vencida, el tercero se podrá ver afectado con esta decisión.

Llamamiento de oficio: Se encuentra en artículo 72 del CGP, el llamamiento de oficio ex officio,


faculta al juez para que en cualquiera de las instancias del proceso, donde exista colusión,
fraude o cualquier otra situación similar pueda ordenar la citación de la o las personas que se
puedan ver perjudicadas y así con esto bajo el principio de defensa y contradicción, puedan
hacer valer sus derechos.

El artículo indica que el tercero interviniente bajo este criterio, podrá solicitar pruebas siempre
y cuando no se haya practicado la audiencia de instrucción y juzgamiento.

Así mismo la Corte Constitucional en sentencia T-325/98 estableció:

La legislación procesal atribuye al juez la función de citar al proceso al tercero contra quien
advierta que se puede estar fraguando un fraude o colusión, a través del llamamiento ex-
officio, contemplado en el artículo 58 del Código de Procedimiento Civil. Como bien lo precisa
el artículo, el sentido de este llamamiento es el de darle al tercero la oportunidad de hacer
valer sus derechos dentro del proceso. El Código precisa que el aludido llamamiento puede
ocurrir en cualquiera de las instancias, sin fijar término o momento procesal alguno. Así, el juez
no tiene restricciones temporales para proceder a hacer esta convocatoria”. (Corte
Constitucional de Colombia, 1998).

Intervención excluyente: consagrada esta figura en el artículo 63 del CGP faculta a quien en
proceso declarativo pretenda en todo o en una parte, sea la cosa o el derecho en discusión
para que pueda intervenir formulando su demanda frente al demandante o al demandado,
antes de la audiencia inicial y así el juez podrá reconocer lo que pretenda en el mismo proceso.
Esta intervención se tramitara conjuntamente con el proceso principal, finalmente en la
sentencia se deberá en primer lugar resolver la pretensión del interviniente.

Llamamiento en garantía, llamamiento al poseedor tenedor consagrados en los artículos 64 y


67 también hacen parte de la intervención de los terceros.

Excepciones previas: Dentro del proceso monitorio no se podrán presentar excepciones


previas, ya que debe obedecer al criterio de celeridad previsto como característica principal de
este proceso.

Las excepciones previas básicamente son una medida de saneamiento del proceso a cargo del
demandado, ellas evitan actuaciones innecesarias y buscan remediar las fallas del proceso,
generalmente esta clase de excepciones terminan con el proceso de manera anticipada.

En los procesos ejecutivos los hechos que se configuren como excepciones previas se
manifiestan mediante recurso de reposición contra el mandamiento ejecutivo, es así como se
podría interpretar que en el proceso monitorio ocurriría lo mismo o alguna situación similar,
pero la norma específicamente indica que en contra del requerimiento de pago no se admiten
ninguna clase de recursos. Es por esto que el juez en la calificación de la demanda debe ser
sumamente cuidadoso y riguroso en examinar la demanda para que no quepa duda de que
existe algún error netamente formal.

Reconvención: La demanda en reconvención tiene como objetivo principal contraatacar al


demándate. La demanda de reconvención debe cumplir con los siguientes requisitos:

1. Que el juez sea competente para conocer todas las pretensiones.

2. Que éstas sean susceptibles del mismo trámite.

3. Que exista relación entre las pretensiones o hechos de la demanda inicial y entre las
pretensiones o hechos de la demanda de reconvención…”

No se debe confundir la reconvención con la presentación de excepciones, por cuanto, si bien


es cierto que ambas las presenta el demandado, las excepciones buscan desconocer total o
parcialmente las pretensiones del demandante, en tanto que la demanda de reconvención
implica la formulación de una pretensión en contra del que inicialmente tiene la calidad de
demandante, y quien, luego de presentada la reconvención, adquiere la doble calidad de
demandante-demandado. (López, 2012).

En el proceso monitorio no se puede presentar esta institución de derecho procesal porque lo


alegado en este escrito puede presentarse como oposición en las excepciones propuestas en la
demanda, situación que será definida posteriormente en un proceso verbal sumario.

Emplazamiento de demandado y Curador Ad litem: En el proceso monitorio el requerimiento


de pago deberá notificarse personal y expresamente. La norma indica que no se admitirá
emplazamiento al demandado.
El emplazamiento procede cuando se desconoce el domicilio del demandado por parte del
demandante o de la persona interesada en realizar la notificación Los requisitos y el
procedimiento para efectuar el emplazamiento se encuentran establecidos en el artículo 108
del CGP.

Ahora como ya observamos, tampoco podemos hablar de la designación del Curador ad litem,
pues esto solo ocurre luego de efectuado el emplazamiento.

Como lo ha manifestado la Honorable Corte Constitucional en sentencia C 250 de 1994:

La institución del curador ad litem tiene como finalidad esencial proteger los derechos del
ausente, que no por estarlo puede recibir un tratamiento procesal desventajoso, pues éste
redundaría en menoscabo de algunos de los derechos sustantivos que en el proceso se
controvierten. Constituye, pues, un instrumento protector del derecho fundamental de
defensa. (Corte Constitucional de Colombia, 1994).

En definitiva el legislador prohibió la institución del curador ad litem en el proceso monitorio


ya que nadie más que el demandado-deudor es el que puede manifestar, reconocer u
oponerse al requerimiento efectuado por el juez respecto de la deuda que presuntamente
debe.

SENTENCIA
La sentencia en el proceso monitorio podrá ser consecuencia de dos situaciones: por un lado,
cuando (i) el deudor formula excepciones, y por otro lado, cuando (ii) el deudor no propone
excepciones.

En primer lugar, si formula excepciones y el juez las considera fundadas, el proceso se


tramitara mediante un verbal sumario; conforme a las normas del proceso extraordinario (art.
380.III, art. 382(audiencia) y art. 369 NCPC pero, si llegaren a ser infundadas, la sentencia
resultante del proceso monitorio será condenatoria. Cuando el deudor se oponga
infundadamente y sea condenado en la sentencia, se le impondrá una multa del 10 % del valor
de la deuda a favor del acreedor. Ahora bien, si el demandado resulta absuelto la multa se le
impondrá al acreedor.

En segundo lugar, si el demandado no propone excepciones, ni paga la obligación dentro del


plazo concedido, el sentido del fallo será a favor de la parte demandante. Contra este, no
procederá ningún recurso, ni se condenara en costas. Además, esta sentencia prestara merito
ejecutivo, y tendrá efectos de cosa juzgada en dos casos.

El primer caso en que el fallo tendrá efectos de cosa juzgada, es cuando el deudor se notifique
personalmente dentro de los diez días que le confiere la ley para que ejerza el derecho de
contradicción o guarde silencio, y el segundo caso es cuando el deudor manifieste oposición
parcial y el demandante solicite que se prosiga la ejecución por la parte no objetada.
(Delcasso, 2013).
Ahora bien, ya que la parte interesada tiene un título ejecutivo materializado en la sentencia,
podrá iniciar una demanda ejecutiva en el mismo Juzgado sin necesidad de la presentación de
un nuevo petitorio para el cobro de la obligación, puesto que los procesos ejecutivos parten de
la existencia de una obligación clara, expresa y exigible, donde la parte demandante aporta un
título que presta mérito ejecutivo y que ofrece una certeza al debate judicial. (Sentencia de
constitucionalidad, 2003).

NATURALEZA DEL MONITORIO


 Es decir, dadas las características del proceso monitorio no se está frente a un proceso
genérico, sino frente a uno con características especiales, pues no solo se busca la
declaración de la existencia de una obligación sino también la intimación al deudor.

DIFERENCIA DEL PROCESO MONITORIO CON OTROS PROCESOS


 Con el Ordinario Verbal.- Por lo que hace relación a la diferencia entre el
proceso monitorio y el proceso verbal sumario, estriba en la consecuencia de no
contestar la demanda, pues en el monitorio el silencio del demandado determina la
condena, pero en el verbal no.
 Con el Ejecutivo.- Respecto a la diferencia entre el proceso ejecutivo y el proceso
monitorio, en este último solo se exige un principio de prueba o la simple declaración
juramentada de la existencia de la obligación, mientras que en éste es necesaria la
existencia de un título ejecutivo que contenga una obligación clara, expresa y exigible,
es decir, una prueba documental en contra del deudor. El proceso monitorio solo se
puede iniciar contra el deudor que de manera ineludible sea notificado
personalmente, mientras que en el proceso ejecutivo el deudor-demandado puede ser
representado mediante un curador ad litem.
De la misma manera, en el monitorio no proceden recursos, en el ejecutivo procede el
recurso de reposición en contra del mandamiento de pago. En el primero solo procede
frente a obligaciones de dar sumas de dinero, al paso que en el segundo, respecto de
obligaciones de dar, hacer y no hacer. Por último, el monitorio solo procede contra
obligaciones de mínima cuantía y el ejecutivo procede contra obligaciones de mínima,
menor y mayor cuantía. (Delcasso, 2013)
En síntesis, una vez establecida la naturaleza del proceso monitorio como declarativo
especial, pasaremos a estudiar las características propias de este tipo de proceso para
identificar él porque es un proceso declarativo especial.

CARACTERISTICAS GENERALES DEL PROCESO MONITORIO


La importancia de estudiar las características del proceso monitorio consiste en que permite
distinguirlo de otros tipos de proceso.

Los aspectos más sobresalientes del proceso monitorio pueden sintetizarse de la siguiente
manera:
A. En el proceso monitorio no es procedente la formulación de la demanda de reconvención
por disposición legal y es lógico porque el demandado puede alegar dentro de su oposición la
compensación, por ejemplo, entre otros modos de extinción de las obligaciones.

B. Se está frente a un proceso donde se invierte la carga del contradictorio, de manera que el
demandado es quien iniciara o no el enfrentamiento, y de oponerse a la demanda se iniciara
un verbal sumario. Tal como lo señala Pérez: no cabe la posibilidad de tramitar proceso
posterior de conocimiento, salvo que el demandado discuta o controvierta la pretensión del
demandante y como consecuencia ésta deba tramitarse en un proceso de conocimiento.
(Pérez, 2006).

C. El proceso monitorio es facultativo para la parte demandante, pues no es forzoso iniciar este
tipo de proceso, pues si así lo desea, podrá iniciar un verbal sumario para que se declare la
existencia de la obligación.

D. Es pertinente indicar que en el proceso monitorio el demandante puede solicitar medidas


preventivas, sin discutir en este lugar, acerca de la naturaleza del proceso monitorio, si se trata
de un proceso de cognición o ejecutivo, simplemente señalamos que en algunas legislaciones,
como la Venezolana y la nuestra, es posible que el demandante solicite medidas preventivas,
más no cautelares, pues éstas últimas tendrán cabida una vez el juez profiera la sentencia
mediante la cual se ordene al demandado pagar.

Al respecto señala Sánchez Noguera:

Por ello, debe considerarse que se trata de un procedimiento de conocimiento (cognición)


sumario, que sirve para crear en forma rápida y económica, contra el deudor, un título
ejecutivo definitivo como es la sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada (Articulo. 651), y
su regulación dentro de los procedimientos ejecutivos, tiene como única justificación, la
característica que adquiere como tal ante la falta de oposición por parte del deudor intimado
dentro del lapso que se le concede para formularla. Concebido en tales términos el
procedimiento por intimación, no hay duda que el legislador fue congruente al conceder al
acreedor el derecho a solicitar medidas cautelares de naturaleza preventiva y no las de
naturaleza ejecutiva, como si permite acordarlas conforme a la regulación de los
procedimientos propiamente ejecutivos, como la vía ejecutiva, la ejecución de hipoteca o la
ejecución de créditos fiscales, en los cuales llegado determinado estado del procedimiento de
cognición y sin esperar la sentencia definitiva, se inicia el trámite anticipado de la ejecución
como si ya se hubiera producido y estuviera firme dicha sentencia. (Sánchez, 2012).

E. La no contestación de la demanda por el demandado determina la sentencia condenatoria.


(Fenoll, 2013). Esta característica diferencia el monitorio de los demás proceso declarativos,
pues es en el único en donde la inactividad del demandado conlleva a esta sanción. Además,
porque la simple oposición del demandado abre la controversia y, por tanto, el inicio de un
proceso declarativo que se tramitará bajo la estructura de un proceso verbal sumario.

F. En cuanto a la Celeridad, porque el objetivo central del proceso monitorio es la creación ágil
del título ejecutivo que permita acceder a la apertura del proceso de ejecución, obviando
mecanismos largos y tortuosos, limitando así los trámites procesales. Pues no se presentan
figuras como la notificación por emplazamiento, excepciones previas, entre otras instituciones
de derecho procesal.

G. La sentencia que se dicte prestara merito ejecutivo y tendrá efectos de cosa juzgada, pues
como requisito para que este proceso pueda desarrollarse esta la notificación al demandado,
de manera que este ya tendrá conocimiento de la demanda que se adelanta y deberá realizar
todas las acciones que considere pertinentes para ejercer su derecho de defensa, de modo que
si no lo hizo fue por negligencia y no se le puede premiar con que se pueda nuevamente
discutir los mismos hechos y las mismas razones que fueron fundamento de la demanda en un
nuevo proceso.

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