El Lenguaje Figurado en La Biblia
El Lenguaje Figurado en La Biblia
El Lenguaje Figurado en La Biblia
“Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar. Y se le juntó mucha gente;
y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa. Y les habló
muchas cosas por parábolas…”
Mateo 13:1-3
Símil.
El símil es una figura retórica que utiliza el recurso de la comparación o
semejanza entre términos. Generalmente va acompañada por la
conjunción “como” u otra equivalencia. Generalmente el símil va buscando
impresionar la mente con algún parecido o semejanza. Veamos algunos ejemplos.
Metáfora.
Es una comparación implícita que no se expresa formalmente como en el
símil. No aparece, pues, en ella la conjunción “como”. El pasaje que se halla en
Oseas 13: 8: “Los devorare como león”, es un símil; pero Génesis 49:9: “Cachorro
de león es Judá”, es una metáfora. Podemos comparar alguna cosa con la fuerza
salvaje y la rapacidad del león, o con el vuelo rápido del águila, o con la brillantez
del sol, o con la belleza de 1a rosa, y en cada uno de esos casos empleamos las
palabras en su sentido literal. Pero cuando decimos “Judá es un león”, “Jonatán era
un águila”, “Jehová es un sol”,“mi amada es una rosa”, inmediatamente percibimos
que las palabras “león”, “águila”, etc., no están empleadas literalmente sino que con
ellas se quiere denotar, únicamente, alguna cualidad o característica de estas
criaturas. De aquí que la metáfora, como su nombre lo denota (Griego, metaféro,
transportar, o transferir) sea una figura de lenguaje mediante la cual el sentido de
un apalabra se transfiere a otra. En la Biblia encontramos muchas metáforas,
algunas del tipo Antropomórfico en el Antiguo Testamento, otras basadas en los
hábitos de animales, cultos o rituales hebreos. Veamos unos ejemplos.
FIGURAS DE DICCIÓN
El Pleonasmo.
Hipérbole.
1. “Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se
escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se
habrían de escribir”, (Juan 21:25).
2. “Me he consumido a fuerza de gemir; todas las noches inundo de llanto
mi lecho, riego mi cama con mis lágrimas”, (Salmo 6:6).
3. “¡Oh, si mi cabeza se hiciese aguas, y mis ojos fuentes de lágrimas,
para que llore día y noche los muertos de la hija de mi pueblo!”, (Jeremías 9:1).
4. “¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas
de ver la viga que está en tu propio ojo?”, (Mateo 7:3).
FIGURAS DE RELACIÓN
1. “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”, (Mateo 6:11). En este caso
la palabra pan se utiliza para referirse al sustento diario que cada persona necesita
para vivir, no solo el pan.
2. “Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda
carne había corrompido su camino sobre la tierra”, (Génesis 6:12). En este
caso “toda carne” se refiere a todo ser viviente.
3. “Y Judá cayó delante de Israel, y huyeron cada uno a su tienda”, (2
Reyes 14:12). En este caso, Judá se refiere a los soldados de esa tribu de Israel.
La Metonimia.
FIGURAS DE CONTRASTE
La Ironía.
La ironía es una figura retórica que utiliza una frase en forma de sarcasmo
para dar a entender lo contrario de una forma contundente. Entre algunos ejemplos
tenemos las palabras sarcásticas de Elías a los profetas de Baal: “Y aconteció al
mediodía, que Elías se burlaba de ellos, diciendo: Gritad en alta voz, porque dios
es; quizá está meditando, o tiene algún trabajo, o va de camino; tal vez duerme, y
hay que despertarle”, (1 Reyes 18:27). O las palabras de Pablo a los corintios en
cuanto a comer y beber porque mañana moriremos: “Si como hombre batallé en
Éfeso contra fieras, ¿qué me aprovecha? Si los muertos no resucitan, comamos y
bebamos, porque mañana moriremos. No erréis; las malas conversaciones
corrompen las buenas costumbres”, (1 Corintios 15:32-33). O las palabras irónicas
de Job a Zofar: “En verdad que sois el pueblo, y con vosotros morirá la sabiduría”,
(Job 12:2). O también la burla que los soldados romanos hicieron de Jesús puede
ser considerado una ironía: “y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de
espinas, y una caña en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de él, le
escarnecían, diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos!”, (Mateo 27:29).
La Antítesis.
La Paradoja.
El Eufemismo.
El eufemismo es un modo de sugerir con disimulo y decoro ideas cuya
expresión franca y literal resultaría demasiado dura o malsonante. Ejemplo de esto
es cuando la Biblia usa el término “se cubrió los pies” para referirse a la necesidad
fisiológica de ir al baño: “Y cuando llegó a un redil de ovejas en el camino, donde
había una cueva, entró Saúl en ella para cubrir sus pies; y David y sus hombres
estaban sentados en los rincones de la cueva”, (1 Samuel 24:3). O la
palabra “llegarse” es un eufemismo que significa tener relaciones sexuales: “Ningún
varón se llegue a parienta próxima alguna, para descubrir su desnudez. Yo Jehová”,
(Levítico 18:6). O la palabra “conocer” es utilizada también como un eufemismo
significa a tener relaciones sexuales: “Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió
y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido varón”, (Génesis 4:1).
La palabra “dormir” es un eufemismo que se utiliza en lugar de la palabra muerte: “Y
muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para
vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua”, (Daniel 12:2).
La Prosopopeya o personificación.
Apóstrofe.
FIGURAS COMPUESTAS
Parábola.
La parábola es una narración breve y simbólica de la que se extrae una
enseñanza moral. El intento general de la parábola, como de todo lenguaje figurado,
es el de embellecer y presentar las ideas y las enseñanzas morales en forma
atractiva e impresionante. Presentadas en lenguaje ordinario, literal, muchas
verdades se olvidarían apenas se escucharan; pero adornadas con la vestimenta
parabólica despiertan la atención y se aferran a la memoria. Revestidas del ornato
parabólico, las amonestaciones y censuras resultan menos hirientes y, sin embargo,
producen mejor efecto que el que se lograría usando el lenguaje ordinario. Al igual
que el símil, una parábola compara dos cosas, poniendo la palabra como o igual o
semejante entre las dos. Hay dos diferencias principales entre un símil y una
parábola: extensión y puntos de comparación. Un símil es corto, y compara dos
cosas sobre un punto. Una parábola es más larga que un símil (por lo general es
una historia corta) y puede comparar dos cosas de varias maneras. Por lo tanto,
muchos maestros dicen que una parábola es un símil prolongado o extenso.
Podemos ver que en la mayoría de las parábolas que Jesús enseño está
presente la conjunción “semejante” para enlazar el punto de comparación. Por
ejemplo, lo vemos en la parábola del trigo y la cizaña: “El reino de los cielos es
semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo…”, (Mateo 13:24),
en la parábola de la semilla de mostaza: “El reino de los cielos es semejante al
grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo…”, (Mateo 13:31).
La parábola de la red: “Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que
echada en el mar, recoge de toda clase de peces…”, (Mateo 13:47), etc. En otras
ocasiones simplemente inicio la narración de la parábola describiendo los
personajes de la misma que tenían como fin hacer un comparativo en cuanto a
cuestiones de interés espiritual. Por ejemplo, la parábola del buen samaritano
mostraba a través de las acciones de cada uno de sus personajes quien hizo
misericordia y demostró verdadero amor a su prójimo sin importar los prejuicios
humanos: “Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó,
y cayó en manos de Ladrones… ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el
prójimo del que cayó en manos de los ladrones? Él dijo: El que usó de misericordia
con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo”, (Lucas 10:30, 36-37). En otras
ocasiones pregunto a que era semejante lo que deseaba enseñar, y a continuación
procedió a relatar su parábola: “Y volvió a decir: ¿A qué compararé el reino de Dios?
Es semejante a la levadura, que una mujer tomó y escondió en tres medidas de
harina, hasta que todo hubo fermentado”, (Lucas 13:20-21).
Alegoría.
La Fábula.
El Enigma.
El enigma es un dicho de sentido artificiosamente encubierto. Su propósito
es precisamente intrigar, despertar el deseo de averiguar lo que se encubre y se
usa deliberadamente para probar la capacidad de comprensión de quien escucha.
Adivinanzas. Algunos de ellos tienen su explicación en el texto. Por ejemplo, el
propuesto por Sansón a los filisteos: “Entonces les dijo: del devorador salió comida,
y del fuerte salió dulzura. Y ellos no pudieron declararle el enigma en tres días… Al
séptimo día, antes que el sol se pusiese, los de la ciudad le dijeron: ¿Qué cosa más
dulce que la miel? ¿Y qué cosa más fuerte que el león?”, (Jueces 14:14, 18). Otros
pueden interpretarse a la luz de su contexto inmediato, de pasajes paralelos y de la
enseñanza global de las Escrituras. Tal es el caso de las palabras de Jesús a
Nicodemo: “El que no nace de nuevo no puede ver el Reino de Dios” (Juan 3:3);
cuya interpretación se obtiene al analizar todos el contexto del capítulo 3 donde se
presenta la conversación entre Nicodemo y Jesús. Otro enigma dicho por Jesús es
el que encontramos en el capítulo 6 donde Jesús le dice a los judíos que Él es el
pan de vida que descendió del cielo: “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene
vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero”, (Juan 6:54). ¿Comer su carne y
beber su sangre?, estas palabras fueron enigmáticas para los judíos pero la
respuesta a esto se encuentra al analizar todo su discurso completo para darnos
cuenta que se refiere a creer en el sacrificio de su cuerpo en la cruz del Calvario
donde derramo toda su sangre para perdón de pecados. Hay otros enigmas que
resultan muy difíciles de interpretar, especialmente en el libro de Apocalipsis, ya que
se hace necesario en este caso estudiar el estilo literario apocalíptico para
comprender el simbolismo que se utiliza: “Aquí se requiere sabiduría. El que tiene
entendimiento, calcule el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su
número es seiscientos sesenta y seis”, (Apocalipsis 13:18). Así podríamos encontrar
varios enigmas en la Biblia.