Texto Didactico Negro

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 137

Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente

Repositorio Institucional del ITESO rei.iteso.mx

Departamento de Psicología, Educación y Salud DPES - Trabajos de fin de Maestría en Desarrollo Humano

2016-10

Experiencia y vida cotidiana: dimensiones del


desarrollo humano y la espiritualidad en la
Licenciatura en Teología

Raygoza-DelReal, Teresa J.

Raygoza-DelReal, T. J. (2016). Experiencia y vida cotidiana: dimensiones del desarrollo humano y la


espiritualidad en la Licenciatura en Teología. Trabajo de obtención de grado, Maestría en Desarrollo
Humano. Tlaquepaque, Jalisco: ITESO.

Enlace directo al documento: http://hdl.handle.net/11117/4029

Este documento obtenido del Repositorio Institucional del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de
Occidente se pone a disposición general bajo los términos y condiciones de la siguiente licencia:
http://quijote.biblio.iteso.mx/licencias/CC-BY-NC-2.5-MX.pdf

(El documento empieza en la siguiente página)


Reporte de Experiencia Profesional

Pro-grado

Experiencia y Vida Cotidiana

Dimensiones del Desarrollo Humano y la Espiritualidad

en la Licenciatura en Teología

Que para obtener el Grado de Maestro(a) en:

Maestría en Desarrollo Humano

PRESENTA:

Teresa de Jesús Raygoza del Real

Asesoró: Dra. Laura Elena García García

Tlaquepaque, Jal., 29 de octubre de 2016


DEDICATORIAS

A mis padres, quienes instruidos en la universidad de la vida imprimieron en su


primogénita, “yo”, el impulso de responsabilidad para concluir lo iniciado, no importa
cuándo. Por eso hoy en este trabajo honro la memoria viva de mis padres, que ya en su
tercera edad viven la plenitud para seguir contando años unidos para continuar siendo
firmeza en la familia que Dios les encargó cuidar y que ahora nos comparten su
experiencia, su lucha, su amor y su historia.

A mis diez hermanos vivos, Guille, Martha, Pedro, María Elena, Manuel, Nacho, Miguel,
Ramón, Genaro y Armando, mismos que han compartido sus vivencias e impulsar
como familia el valor de la unidad y fraternidad para sobrellevar juntos los vaivenes de
la vida, gracias familia.

A mi hermana de comunidad y directora de COEVH, Teresita Ángela Martín Ruiz, quien


me ha acompañado e impulsado en este sueño dorado, el proceso de conclusión de mi
maestría.

A mis hermanas de comunidad, que por años de reír juntas y tejer penas,
preocupaciones, me han fortalecido con su oración, cariño, con cada elogio y con sus
porras. Mis hermanas, les dedico este trabajo, que es el resultado del esfuerzo de
ustedes y mío.
AGRADECIMIENTOS

Agradezco muy especialmente a mi Dios, que ha puesto en mi cuerpo cada día, la vida,
a título de gratuidad para soñar y soñar, y llegar hasta este momento, que parecía
imposible. Gracias Dios mío por tu amor infinito.

Al ITESO, porque al aceptarme a la Maestría en Desarrollo Humano, me aportaba ya de


entrada un invaluable beneficio; crecer y generar en mí una herramienta activa,
multiplicadora del Desarrollo Humano.

A la Maestría; gracias por la formación recibida, por haberme brindado las


competencias, para desempeñar con calidad humana, la docencia.

A cada uno de mis facilitadores de la Maestría, que clase tras clase fueron perfilando mi
desarrollo humano a fin de sacar la mejor versión de mí. Gracias por las
confrontaciones, pero también los abrazos y las lágrimas. Gracias por sembrar en mi
vida, la semilla que sigue germinando y ha dado frutos, mismos que trascienden en
cada encuentro con mis alumnos.

A mi asesora, Dra. Laura Elena García García, muchas gracias, por el tiempo dedicado
a leer mis ideas para darles forma. Gracias por los taches y las comas y por revivir
conmigo la experiencia. De mil maneras pudiera agradecerte, y no habría alguna que
agotara lo que siento, te admiro Laura y te respeto, gracias a ti sigo creciendo.

Doy gracias a Dios el permitirme poder concluir con esta experiencia donde
indudablemente viví fuerte su presencia, pues fue él quien condujo todo mi proceso.
Agradezco a mi Congregación de Carmelitas del Sagrado Corazón, el haberme dado la
oportunidad de este estudio que me acercó más a Dios, a los demás y a mí misma y me
hizo tener un panorama más amplio de mi realidad y de mi actitud frente a ésta.

Gracias a mi Comunidad donde muy a pesar de la carga de trabajo, cada una de mis
hermanas fortalecieron este momento con su paciencia y su cercanía, me brindaron la
confianza y seguridad que me impulsó para seguir adelante.

A mi hermana y amiga del alma, Teresita Ángela Martín Ruiz que se unió a mi
búsqueda y lucha para cerrar esta experiencia, con cansancio y desvelos junto conmigo
e impulsarme y asesorarme en el campo de redacción; y concluir juntas este proyecto.

Agradezco infinitamente a mis compañeros que, aunque ahora ya no los tengo siguen
siendo parte de mí, porque de ellos aprendí la importancia de dejarse tocar el corazón.
RESUMEN

Con el objetivo de lograr mi titulación de la Maestría en Desarrollo


Humano cursada en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de
Occidente, ITESO, me integré en el programa PROGRADO mediante la
realización de un Reporte de Experiencia Profesional (REP), en “un centro
educativo”, consistente en el acompañamiento a los alumnos de la Licenciatura
en Teología, cuyo plan de estudios está orientado a la espiritualidad, dimensión
que implica llevar a la vida los contenidos de la reflexión teológica y
transformarlos en experiencia en la cotidianidad.

Es en este ámbito donde mi trabajo se conecta con el Desarrollo


Humano. Esta mutua interdependencia de la espiritualidad y el Desarrollo
Humano es lo que presento como riqueza del trabajo que reporto mediante las
aportaciones que hacen los estudiantes respecto a su formación en estos
ámbitos.

Se incluyen propuestas de autores como Rogers, Kinget, Lafarga y


Gómez del Campo, en el campo del Desarrollo Humano; Delors, Ausubel y
Freire en educación; Lalive y Velásquez en vida cotidiana, así como Checa,
Maccise, Herráiz, Ruiz y Castro en el campo de la espiritualidad.

El desarrollo de este reporte ha sido para mí una excelente oportunidad


de renovar mi desempeño profesional. Reafirmándose así, la síntesis entre los
campos que marcan el sentido de mi desempeño al servicio de las personas
que buscan un camino de crecimiento con una dimensión que trascienda los
límites del tiempo y del espacio, dimensión que se construye, sin embargo, en
la vida cotidiana.

Palabras clave: Espiritualidad, relación, experiencia, vida cotidiana.


ÍNDICE

INTRODUCCIÓN ........................................................................................................................................ 1
CAPÍTULO I. LA EXPERIENCIA LABORAL. ......................................................................................... 4
1.1 Síntesis de la Experiencia de Trabajo .......................................................................................... 4
1.2 Antecedentes de trayectoria laboral ............................................................................................. 9
1.3 Las Cualidades del Desempeño Laboral ................................................................................... 16
1.4 Justificación que sustente la relevancia del desempeño laboral actual ................................ 19
1.5 La aportación del presente Reporte al campo del Desarrollo Humano................................. 21
CAPÍTULO II. VINCULACIÓN CON EL DESARROLLO HUMANO ................................................. 24
2.1 Vinculación del desempeño laboral con el Desarrollo Humano en la Práctica Profesional 24
2.1.1 Educación con orientación Humanista ................................................................................ 25
2.1.2 Orientación educativa de la Licenciatura en Teología en COEVH. ................................ 29
2.1.3 Distintas miradas de la Experiencia” ................................................................................... 35
2.1.3.1 Experiencia desde el Enfoque Centrado en la Persona ............................................... 35
2.1.3.2 Experiencia desde la Espiritualidad ................................................................................ 42
2.1.3.3 Experiencia en la vida cotidiana ...................................................................................... 44
2.1.3.4 Experiencia y Teología ....................................................................................................... 48
2.1.3.5 Experiencia de Dios en las experiencias humanas ....................................................... 50
2.1.4 Desarrollo Humano desde las cuatro dimensiones de la relación. ................................ 52
2.2 Elementos relevantes de la experiencia de trabajo. ................................................................. 56
2.3 Perfil profesional personal ............................................................................................................ 89
2.4 Prospectiva de ejercicio profesional ......................................................................................... 93
CAPÍTULO III CONCLUSIONES Y PROPUESTAS .......................................................................... 95
3.1 La experiencia de construir este reporte .................................................................................... 95
3.2 Evidencia de la apropiación de los conocimientos adquiridos en el curso de la Maestría en
Desarrollo Humano en desempeño profesional .............................................................................. 96
3.3 Evidencia de la apropiación de los conocimientos del Desarrollo Humano en otras áreas
donde este conocimiento repercute. ................................................................................................. 97
3.4 Consideraciones finales ................................................................................................................ 98
ANEXOS .................................................................................................................................................. 105
INTRODUCCIÓN

A lo largo de la historia de la humanidad, se ha ido descubriendo la manifestación y


experiencias del desarrollo de las personas y de los grupos humanos, los avances que
la ciencia aporta, y más todavía, valiosas aportaciones de algunos científicos y
representantes del Humanismo. Tal es el caso de Francesco Petrarca, lírico y
humanista italiano del siglo XIV, promotor del inicio del Renacimiento, conocido como el
Padre del Humanismo, quien más tarde significó una influencia importante en San Juan
de la Cruz, (siglo XVI), a quien se estará mencionando con frecuencia en el presente
trabajo. Esto, a causa de su importancia como el gran maestro que, desde un profundo
humanismo cristiano, marca fuertes líneas maestras en el acompañamiento de las
personas en los más auténticos procesos de crecimiento integral, en búsqueda del
logro de la realización del proyecto humano genuino y ambicioso: el de llegar a ser
aquello que en el proyecto de Dios es la plenitud de humanidad.

Más tarde, en el siglo XX, Carl Rogers, desde el ámbito de la psicología, ofrece grandes
descubrimientos en torno al Desarrollo Humano (DH), a partir de su propia experiencia.
Él encontró que la persona humana, como organismo total, tiene la sabiduría para
seleccionar, entre una multitud de posibilidades, las más adecuadas para encontrar su
autorrealización, esto es, que la persona puede confiar en su propio organismo y en su
funcionamiento, porque puede estar abierto a las consecuencias de sus acciones, así
como a corregirlas si son menos satisfactorias. Para que esto se pueda dar en la
persona, ésta requiere de una comunicación en la que su interlocutor y acompañante
sea alguien que posea autenticidad y congruencia en su actuación, además de empatía
y aceptación incondicional hacia la otra persona.

Fue posible adentrarme en este campo al cursar la Maestría en Desarrollo Humano


(MDH), y me dio los recursos necesarios para hacer posible compartir en un ámbito

1
profesional específico la riqueza adquirida, consistente, no sólo en un bagaje de
conocimientos, sino sobre todo en la experiencia del propio crecimiento humano, así
como en la capacidad de contribuir con mis semejantes a motivar y fomentar el suyo.

Después de haber concluido la formación académica de la MDH, se abrió una excelente


oportunidad en el campo educativo, en el que se han retomado, tanto los aprendizajes
de la MDH como los de la espiritualidad, en una combinación insospechada de mutuo
impulso, ambos en apoyo del desarrollo humano, como dimensión del planteamiento de
una Licenciatura en Teología, orientada a la espiritualidad y a la pastoral de la
espiritualidad.

El centro educativo al que me refiero, es un instituto de educación superior, en el que se


imparte la Licenciatura en Teología (LT). Esta institución se define a sí misma como
“comprometida en la promoción de los valores humanos desde el Evangelio”. Su
compromiso se orienta a dar una respuesta cualificada a las interpelaciones del mundo
actual, para la transformación de nuestra sociedad.

Esta institución concreta su búsqueda en el diseño de una pedagogía de participación


responsable para la formación de promotores de la pastoral de la espiritualidad y los
valores humanos en la realidad de nuestros pueblos de América Latina. A continuación,
se explicitan las características del plan de esta LT:

1. Es una teología orientada a la Espiritualidad, lo que conduce directamente a


valorar, favorecer e integrar la experiencia, puesto que el plan de Estudios,
aunque busca la excelencia académica, plantea como núcleo de sus objetivos el
transformar en experiencia de vida, lo que conocemos por la fe (que se definirá
en el capítulo II). Tal planteamiento nos ubica en una relación directa con el DH,
al pretender que los/as alumnos/as vivan un proceso de crecimiento integral en
el transcurso de sus estudios de licenciatura.

2. Por su parte, el DH ofrece un aporte directo y muy valioso al proceso de los


alumnos/as de la LT, a través de programas específicos en los que se integran

2
estrategias aprendidas en la MDH, como: grupos de crecimiento, promoción y
clarificación de los valores humanos, desarrollo afectivo y espiritualidad,
acompañamiento espiritual. Todos estos programas conllevan una metodología
experiencial promotora del DH.

Lo innovador de este proyecto es que, por su orientación a la espiritualidad, valora y


promueve la experiencia del crecimiento humano, necesario para transformar en vida y
actitudes el proyecto de Dios, a la vez que conduce a la persona a adentrarse en un
proceso que le ofrece una apertura de conciencia que le fortalezca en un caminar
sólido, firme, decidido ante los retos. Una persona creadora de relaciones
interpersonales positivas, a través de las cuales, podrá descubrir en sí misma y en los
demás, la capacidad de su propio crecimiento y así producir los cambios para el
desarrollo personal.

Las vivencias a las que hace referencia el presente trabajo, tienen su efecto a partir de
un proceso en el que se adentran los alumnos/as de la LT, cuyo programa entabla un
diálogo entre dos aspectos: la espiritualidad que aporta un descubrimiento de la
intervención de Dios en los acontecimientos diarios y el aspecto humano, que se
sensibiliza ante las vivencias de la realidad, despertando a una conciencia que
trasciende en su entorno. El primero, comprende las áreas de: Sagrada Escritura,
Teología Espiritual Sistemática, y Pastoral de la Espiritualidad. La segunda, tiene su
fortaleza en el área de: Psicología, Pedagogía, Antropología Social, Historia, Filosofía y
Metodología.

Es en este contexto y como parte del mismo, que el desempeño docente se basa en el
Desarrollo Humano, concretamente en el campo del acompañamiento y en la
capacitación de los alumnos para que a su vez se formen como acompañantes
espirituales.

El presente trabajo tiene como propósito recuperar las aportaciones que los alumnos
de la Licenciatura en Teología reciben de este proceso de formación y cómo las ven
reflejadas en su vida cotidiana.

3
CAPÍTULO I. LA EXPERIENCIA LABORAL.

1.1 Síntesis de la Experiencia de Trabajo

La experiencia laboral que ahora se describe corresponde al campo Educativo y de


la Espiritualidad; se desarrolla en un centro educativo donde la Espiritualidad (ES) y el
Desarrollo Humano (DH) constituyen el impulso con el que día a día sus participantes,
alumnos, docentes y directivos, se introducen en la vivencia de procesos humanos que
conducen a un constante crecimiento, mismo que en la cotidianidad fomentan y
retroalimentan a través del encuentro con sus semejantes.

La espiritualidad es un estilo o forma de vivir la vida cristiana bajo la acción del Espíritu
Santo que lleva a la persona a conocer y seguir a Cristo, en un dinamismo que se
proyecta en acciones concretas y en actitudes desde la perspectiva evangélica, y la
lleva a encarnarse en la realidad (Maccise, 1989).

El centro educativo referido tiene su origen en relación con otro instituto de educación
superior, también con el objetivo de promover la Espiritualidad, fundado en la ciudad de
México en 1977, por el P. Rafael Checa, de la Orden de Carmelitas descalzos. Se
proporcionan a continuación antecedentes de este centro y de su fundador.

La Orden del Carmen Descalzo tiene en la Iglesia el objetivo de “Mantener viva en el


mundo la experiencia de Dios”, tarea que en nuestro mundo contemporáneo tiene gran
actualidad. El Padre Rafael Checa (1921 – 2011), fue hijo de migrantes libaneses,
quienes se establecieron en la ciudad de Toluca; fue miembro de la Orden de
Carmelitas Descalzos, de la Provincia mexicana. Un gran visionario y promotor de la
vida espiritual en muy diversos ámbitos, en los que realizó su labor pastoral con una
creatividad y generosidad extraordinarias. Tenía un enorme liderazgo: se salió de todos
los esquemas que pudieran existir en los que vivió. Sus iniciativas llevaron a los
Carmelitas a la creación de varios centros de Espiritualidad en tiempos sucesivos:
Marana-Tha en Valle de Bravo en los años 50s, el CESP de Guadalajara en 1966, San

4
Joaquín en la ciudad de México, y la transformación de la casa del Carmen de Toluca
en tiempos recientes. También fue fundador de diversos institutos de formación en las
ciudades donde iba viviendo: Toluca, San Luis Potosí, la ciudad de México y
organizaciones como los scouts de Toluca, que permanece después de setenta años.
Fue colaborador en la fundación de la Conferencia de Institutos Religiosos de México
en 1956, (CIRM), así como de revistas como: Temas de Espiritualidad y Horizontes. Al
interior de la Orden, varias veces fue Provincial de México. Fue vicario general en
Roma por un período de seis años. Vuelto a México, inició con un pequeño grupo de
sacerdotes de su misma Orden el Centro de Espiritualidad, que marcaría la dirección de
la pastoral específica de la Orden, no sólo en México, sino en otros muchos países
donde la Orden está presente. En este Centro, sus integrantes se dedicaban a dar
cursos de espiritualidad y oración, acompañamiento espiritual a personas y grupos,
escribir sobre asuntos en el mismo campo, etc. El P. Rafael ha sido además autor y
editor de varios libros. Animó a otros escritores y escritoras del momento para que
también lo hicieran.

El P. Rafael fue, si no el único, uno de los grandes animadores de los Encuentros


Latinoamericanos de Espiritualidad que comenzaron a celebrarse en Villa de Leyva,
Colombia en 1971. El último, después de diez, ya se convirtió en Congreso, y adquirió
otras características, al poder participar todas las personas de la familia carmelitana
interesadas en aprender y vivir su espiritualidad. En 1973, por iniciativa del P. Rafael,
se llevaron a cabo unos cursos de verano dedicados a la promoción de la espiritualidad.
A lo largo de cuatro veranos los alumnos completaban una visión general de la
espiritualidad, desde la historia, las escuelas y los grandes temas que trata la teología y
la espiritualidad. Año con año se invitaban a uno o dos especialistas, sobre todo de
España o Italia, para que impartieran el mismo curso tanto en Ciudad de México como
en Guadalajara. En Ciudad de México llegaron a tener hasta 150 alumnos y el doble en
Guadalajara. En estos, se relacionaba la espiritualidad con la psicología y con la
pedagogía, se impartían cursos teóricos y prácticos para la oración, se hablaba de los
procesos seguidos por los místicos, etc. Estos cursos los terminaron varias

5
generaciones, pues se estuvieron impartiendo ininterrumpidamente a lo largo de 23
años todos los veranos.

Como se mencionó en párrafos anteriores, en 1977 se funda el centro educativo que se


refiere en este trabajo1 en ciudad de México y posteriormente buscó desplazarse a
Guadalajara. Después de varios años de diálogo con las Carmelitas del Sagrado
Corazón, los Carmelitas Descalzos, llegaron a la conclusión de que no contaban con
personal para abrir un centro en Guadalajara. Lo que podían hacer era una extensión
con la perspectiva de que, en un tiempo corto, se realizaran los trámites pertinentes a
fin de ser un instituto aprobado por las autoridades educativas. Es así como en se abre,
como filial, un nuevo centro con el mismo nombre que el de la ciudad de México el 30
de agosto de 1999, con 18 alumnas en ese momento, (todas religiosas) que aceptan
vivir el reto de esta propuesta. 6 años después, el 18 febrero de 2005 obtiene el RVOE
para la Licenciatura en Teología y se plantea para la licenciatura un objetivo ambicioso:

Aportar los recursos necesarios para la formación de profesionistas cualificados


mediante un proceso personal sólido en criterios teológico-pastorales para el análisis y
comprensión de la realidad eclesial, social, política y económica, desde la perspectiva
de la espiritualidad y de la pastoral de la espiritualidad a fin de que lleguen a ser
agentes capaces de encarnar e inculturar la espiritualidad cristiana en la diversidad de
sociedades y culturas (COEVH, 2016).

El objetivo propuesto requiere provocar en los estudiantes, a través de valores humano-


espirituales, una conversión evangélica al amor, la justicia y la paz, a fin de que sean
agentes de transformación, capaces de crear y proponer alternativas para promover
una sociedad más humana, justa, libre y fraterna (COEVH, 2016).

La parte fuerte de esta propuesta es una invitación a traer al presente la propia


experiencia de Dios, aunando a la misma, todo el potencial integrador de cada persona
y desde ahí, hacer surgir el compromiso transformador del entorno, como hijo de Dios y

1
Se han omitido los datos para preservar la identidad de las personas y las instancias

6
hermano de sus semejantes. El proyecto exige por eso, implementar la capacidad
científica para la investigación social, así como el uso de los medios de comunicación
para la difusión y promoción de la vida espiritual cristiana y de los valores humanos.

Se ha establecido una metodología que pretende, a través de las acciones educativas,


impulsar el proceso de adquisición, promoción clarificación y compromiso con los
valores humanos en el DH de los alumnos. Para eso propone una pedagogía
participativa, activa, que busca un aprendizaje significativo, crítico, reflexivo y
corresponsable.

Se establece que los docentes sean facilitadores del aprendizaje y acompañantes de


procesos, por lo que se promueve el diálogo, tanto en el aula de clase, como en los
trabajos que los alumnos realizan en sus casas, como complemento para el logro
adecuado del aprendizaje. En tales trabajos, basados en la investigación ya sea
bibliográfica, de campo, o formativa, un apartado importante es el análisis que se
realiza a partir de los criterios que el alumno ha ido adquiriendo. El análisis va
acompañado de la expresión de puntos de vista personales, que ha de fundamentar
adecuadamente y que con frecuencia involucra y cuestiona la praxis de vida.

Se imparten, además de la licenciatura en Teología, varios programas y eventos


orientados a la promoción de la Espiritualidad y de los valores humanos. A
continuación, se describen algunos de ellos:

Diplomado en pastoral del acompañamiento espiritual, es un espacio académico


experiencial en el que se ofertan relacionados armónicamente elementos esenciales de
Teología, ES, DH, Psicología para capacitar a los participantes en la pastoral del
acompañamiento y orientación a personas y grupos, así como el apoyo en la propia
vivencia de los procesos de crecimiento espiritual y humano. El programa se realiza en
el transcurso de un año escolar, con un contenido de diez temas que se cursan como
módulos monográficos intensivos de una semana cada mes en la que se cubre el tema
en 32 horas.

7
Además de los programas descritos en párrafos anteriores se ofrecen otros cursos
breves como:

 Historia personal, historia de salvación: Curso taller de tres semanas en los


veranos. Desarrollado en los años 2007 a 2012
 Espiritualidad de la vida consagrada: en el 2010 - 2014
 Un diplomado en Espiritualidad. Con duración de un año, con ocho horas
semanales, durante un año.
 Especial para religiosas-os: Construyendo la identidad de la vida consagrada.
Preparación para votos perpetuos. Curso taller de cuatro meses, de febrero a
junio. De 2012 a la fecha.

Una preocupación de estos cursos, es que la teología no se quede en un análisis , sino


que ésta sea base de la experiencia humana, en cualquiera de sus dimensiones. Por
eso, en todos sus programas, la misma identidad del instituto lo lleva a la promoción de
la ES, por la que la reflexión teológica, desde cualquiera de sus programas, aterriza en
la vida. Tal como lo menciona Fisichella (1989), hacer teología no nace de la reflexión
de un erudito, sino de la experiencia de Dios que se encuentra en el silencio profundo
que el ser humano genera por repetidas ocasiones, en las que toca sus experiencias
vividas en la sociedad. La teología basada en reflexiones sin la experiencia humana
lleva al olvido del silencio, y en ello, el autor percibe un alto riesgo de olvidar la mística y
la espiritualidad. Esta reflexión puede quedarse por la falta de experiencia, en mera
reflexión y ciencia.

Al descubrir el impacto que hacen estas vivencias, el centro educativo proyecta su


misión en promover líderes de influencia social para difundir la espiritualidad desde los
valores humanos, a fin de impulsar la transformación de nuestra sociedad, fomentando
la civilización del amor a la que se han referido los papas Paulo VI y Juan Pablo II, así
como nuestros obispos en las Conferencias Generales del Episcopado
Latinoamericano, particularmente en Puebla, como una sociedad donde reinen los

8
valores evangélicos de honestidad, justicia y caridad. En la que sean reconocidos y
respetados los derechos fundamentales de la persona, las libertades civiles y los
derechos sociales. Una sociedad que camine en un ambiente de paz, de concordia, en
la que sean desterrados la violencia y el terrorismo, donde las injusticias y
desigualdades no lleven a la desesperación a importantes sectores de la población y les
induzcan a comportamientos que desgarren el tejido social. Una sociedad, en fin, que
se preocupe por los más pobres y necesitados, en los campos y en las ciudades. Una
sociedad en la que la juventud y la niñez puedan formarse en una atmósfera limpia;
todo esto inspirado por los valores del Evangelio.

Desde esta plataforma filosófica, se tiene en Guadalajara, el primer instituto teológico


comprometido con la integración humana desde la espiritualidad, basada en la
experiencia y proyectada en el compromiso social.

1.2 Antecedentes de trayectoria laboral

Cuando yo cursaba el tercer año de primaria, recuerdo mis ocho años, donde me
viví agredida por una calumnia que mi maestra expuso a mi mamá como una verdad y
que me generó angustia y sufrimiento, además de una desconfianza por parte de los
adultos de mi entorno. Ese día me dije: “seré maestra, justamente para evitar a los
niños lo que vivo yo como niña ahora”. El curso del tiempo se fue encargando de que tal
proyecto se perfilara entre vaivenes. A mis 18 años tomé la decisión de consagrar mi
vida a Dios como miembro de una congregación Religiosa: Las Carmelitas del Sagrado
Corazón, (CSC).

El primer contacto vivido como aspirante a religiosa fue en la Casa Hogar la Inmaculada
en el año 1979-1980 en convivencia con niñas en orfandad y/o pobreza de sus familias.
Fue impactante esa experiencia, porque jamás había salido de casa, la realidad de
pobreza que se me ponía enfrente. En lo personal, incluso desconocía el concepto,
puesto que a mí jamás me había faltado qué comer, y los que ahora miraba, no eran
pobres, sino miserables, le faltaba de todo. Posterior a esta primera experiencia que se

9
dio por un periodo de diez meses, vino la etapa formativa a la vida religiosa, de
postulantado y pre-noviciado que abarcó de septiembre 1980 a julio 1982. Estas etapas
tienen como contenido, conocimientos de vida consagrada, privilegiando el aspecto
humano que implica el reconocimiento de la identidad personal.

Previo a la conclusión de la etapa de pre-noviciado, se presentó la oportunidad de una


experiencia misionera en la Sierra Tarahumara, donde se encuentra incrustada una
comunidad de CSC, cuya finalidad es acompañar a las personas del pueblo,
preferentemente a los indígenas. La experiencia vivida queda esculpida, tatuada,
aprendida en el libro de la vida, pero también reconociendo que dicha experiencia
produjo fuertes confrontaciones, crisis y un dolor emocional que rebasa los límites para
presenciar tal grado de miseria, no de pobreza.

En esta experiencia fui testigo de la brecha entre ricos y pobres, quienes son los más
vulnerables del tejido social, ya que les toca afrontar las injusticias, las postergaciones y
sometimientos indignos que sufren. Sin embargo, la motivación provenía de mi fe al
revalorar la imagen cristiana de “hombres” y conseguir esa meta de libertad que desde
la fe se concibe como hijos de Dios y coherederos con el mismo Cristo que nos liberó.
Obvio, que esta experiencia jamás pasará desapercibida, porque a través de ella, es
posible encontrar la resonancia del DH en ese impulso de fraternidad hacia el mismo
ser humano.

Consecutiva a esta etapa, se da la experiencia de noviciado, donde la invitación,


además del desarrollo humano vivido a partir de la identidad, propone la experiencia de
vida espiritual fundamentada fuertemente en dos grandes de la literatura española y de
la ES, ambos del S. XVI, Santa Teresa de Jesús (STJ) y San Juan de la Cruz (SJC),
que vienen a fortalecer la dimensión humana justamente desde la ES.

En el noviciado, pues, llevando palpitantes las experiencias vividas en la etapas


anteriores, crece la oportunidad de asimilarlas, de encontrarles el sentido profundo a
través de la oración, que desde el concepto y la experiencia teresiana, es trato de

10
amistad, estar muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama y del
diálogo prolongado con las hermanas orientado por la formadora, persona de gran
calidad humana y congruencia de vida. En estas circunstancias, la experiencia personal
fue creciendo, alimentada por el ambiente de amistad en comunidad, la ayuda mutua y
la solidaridad aun en las tareas cotidianas.

Los momentos correspondientes a etapas iniciales como son, el postulantado, el


prenoviciado y el noviciado, fueron períodos de regresión en los que no había que
preocuparse por el propio sustento, por un trabajo remunerado, pues la tarea estaba
orientada al crecimiento personal en todos los aspectos, al fortalecimiento de los
valores que tendrían que vivirse en las etapas futuras para llegar a ser una mujer
consagrada a Dios en el servicio de los hermanos. Tal ambiente y disposición personal,
dio lugar al surgimiento de muchos ¿por qué?, crisis personales y retos. No obstante,
es verdad que se trata de una etapa, un tiempo y forma especial.

Al concluir el noviciado, inicia otra etapa que va desde el momento de pronunciar por
primera vez, el compromiso de votos de castidad, pobreza y obediencia, hasta la
profesión perpetua. A esta etapa se le llama tiempo de juniorado con tres etapas:
Juniorado menor, juniorado intermedio y juniorado mayor.

Los tres tiempos referidos en el párrafo anterior suponen momentos de prueba, que
tiene que ver con darse cuenta si verdaderamente se trata de una vocación auténtica o
si se toma una decisión de retirada, antes de pronunciar un sí definitivo mediante los
votos perpetuos. En el primer lapso de tiempo son dos años con un grupo y estudios
correspondientes a la vida religiosa; el segundo tiempo comprende entre tres y seis
años como máximo, insertándose en una pastoral, dígase, escuela, hospital, misión,
casa hogar para niñas o para ancianos.

Finalmente, durante el juniorado mayor, que normalmente dura un año, es una


preparación personal intensiva para la última profesión, la perpetua o definitiva. En este
tiempo especial, se combinan las actividades de estudio y reflexión a profundidad, de

11
los contenidos vocacionales: votos, carisma, vida de oración, todo esto con un tiempo
de pastoral, inserto en un ambiente de pobreza: puede ser un barrio marginal, o una
pequeña comunidad de campesinos o indígenas.

Al terminar el juniorado mayor, cursé primer año en la Normal Superior de la


especialidad en Matemáticas. Al concluir este año, mis planes eran solicitar para el ciclo
siguiente un grupo de secundaria, me parecía que ya contaba con herramientas
suficientes para compartir. Me mantenía en la creencia de mi participación apostólica en
el campo de la educación. Este hecho coincidió con un momento de cambios en mi
Provincia de CSC, había nuevo equipo de gobierno, nueva superiora provincial, y por lo
tanto nuevas decisiones, reacomodo de personal. Yo era de las profesas que apenas
habían pronunciado sus votos perpetuos, así que el cielo había bajado a la tierra y toda
respuesta era basada en la generosidad y en un ¡Sí!

Antes de hacer la solicitud mencionada, la provincial me llamó para decirme que era
momento de cambios, y como parte de estos cambios se me solicitó estudiar
Contaduría Pública, y aunque manifesté mi inconformidad, la provincial apeló al voto de
obediencia y mi respuesta fue en ese sentido. Me hundí en un desencanto, mi sueño
era el magisterio, la relación con los niños y esta propuesta me presentaba un futuro
frío, de papeles, de situaciones legales, aun al interior de mi comunidad, esa era mi
percepción. Esta respuesta me hizo crisis, varios días lloraba en espacios de soledad, o
en la noche, no sabía cómo manejar el cúmulo de sentimientos que se suscitaban a raíz
de la respuesta que voluntariamente había dado.

Poco a poco fui entrando en el proceso de la carrera hasta que le vi el final. Fueron
cuarenta meses en los que me implicó estrés, confusiones, enojo, rechazo,
autoreclamos y mirarme caída y diciéndome, “pero muy generosa ¿verdad? Eso te
sacas por obediente”.

El final de la carrera, coincidió un nuevo cambio de equipo de gobierno, mismo que no


se pensó dos veces en decirme, “tú acabas de hacer una carrera administrativa, te

12
pedimos que seas la ecónoma provincial. No había mucho qué objetar, por lo que
nuevamente dije… ¡está bien! El tiempo parecía eterno y la primera semana trabajé día
y noche de lunes a domingo, con la intención de terminar el trabajo que implicaba la
economía. La siguiente semana, caí en cama, con gripa y depresión, y fue un primer
año que parecía que había hecho convenio de gripe cada 15 días. A esta experiencia
entré haciendo lo que podía, pero cargando un rechazo por el campo de trabajo, no me
parecía real estar haciendo un apostolado, aunque varias hermanas de otras
comunidades me decían que desde ahí hacía mucho bien a la comunidad, que podía
crear conciencia de opción por los pobres, que sentían confianza para pedirme
orientaciones en su servicio de ecónomas en sus comunidades, era un momento con
mucha dificultad para dar crédito a piropos, que más me parecían palabras expresadas
para evitar que yo renunciara y que a alguien de ellas le pidieran hacer lo que yo hacía
hasta ese momento.

Pasados los dos primeros años, solicité a mi nueva provincial, me autorizara para hacer
ejercicios espirituales en Puente Grande. El día que concluimos los ejercicios, le
pregunté al Jesuita que impartió los ejercicios y acompañó a los ejercitantes si podía
volver con él a una entrevista, su respuesta fue: “Mira, esto puede ser llamarada de
petate, si en tres meses sigues pensando en venir, me llamas”. Estas palabras
significaban una propuesta, misma que a los tres meses se cumplió y que desde
entonces, muy de cerca, este padre Jesuita ha sido un gran acompañante en mis
luchas y procesos. Después de varias sesiones de búsqueda, confrontaciones, enojos,
alegatos, lectura de libros de autoestima y más, inició en el acompañamiento un
enfoque diferente, me lanzó una nueva pregunta que la vida me hacía. Si hicieras una
maestría, ¿en qué la harías?

Mi creencia era que las maestrías deberían ser acordes con el área de la licenciatura
que se tenía como base, y mi respuesta fue, “pues a lo mejor en derecho fiscal”; aún
me resuena la expresión fuerte, “¡Vaya pues, vuélvete a ahorcar!” Para mí no era claro
que se trataba justamente de cambiar el enfoque, de dar un giro nuevo a mis
experiencias. Me asustó en un primer momento y le dije, “pues no sé qué otra cosa

13
podría elegir”. Si justamente esa ha sido mi dificultad, no encontrar la puerta. “Ahh, ¿y si
hicieras una maestría en desarrollo humano?” “¿se puede?” “¡claro que se puede!”
“Pero ¿dónde?” “Podría ser en el ITESO”. “Mmmm, eso es para gente con dinero”, “s,i
pero si te acercas, también puede ser para ti, hay sistema de becas”.

Esa idea generó en lo más profundo de mí una esperanza con la que podía ver un
futuro totalmente diferente. Y la búsqueda continuó. Se vislumbraba el final del
cuatrienio del equipo del que yo formaba parte, pero se cernía sobre mí la amenaza de
reelección. Percibiéndolo, quise verlo como un espacio diferente, ahora tenía una
experiencia de trabajo, de trato positivo con las comunidades y hermanas y de
relaciones con diversos campos. Parece que lo decreté, al llevarse a cabo el siguiente
capítulo provincial, el nuevo equipo volvió a hacerme la propuesta: quédate, tú ya
conoces el trabajo. Volví a acceder, pero ahora con condiciones, a las que poco a poco
fui dando cuerpo dentro de mí. Algunas que me parecían funcionales para la realización
del trabajo ordinario y otras donde, paso a paso, buscaba mirar el futuro con
expectativas, incluso en el mismo campo de la economía, creando algunas propuestas
que ayudaran a un mejor y menos complicado desempeño de las hermanas ecónomas,
crear algunas perspectivas para generar ingresos donde la economía era muy precaria,
etc.

La primera propuesta fue, “quiero hacer un diplomado en crecimiento humano”, la


respuesta era: “no puedes dedicarte a estudiar ahora, porque tu responsabilidad es la
atención en la administración de las comunidades e instituciones de la provincia”. Muy
bien, el primer año de este nuevo cuatrienio, lo dediqué a inventar cómo podía ofrecer
un acompañamiento oportuno a las comunidades e instituciones como se me había
señalado. Encontré formas de hacer mi trabajo más eficiente, y a partir de ello pude
evidenciar que no se requería mi presencia por tanto tiempo. Además, manifesté que
tenía una solicitud personal: hacer la MDH. Obtuve repetidos: “no”, cinco veces en
diferentes momentos mi planteamiento a la provincial en turno y la última vez que lo
dialogamos hubo una respuesta abierta que tomé como salvavidas “tú sabrás”. Esta
experiencia me dejó ver que las oportunidades están, y depende de cada uno

14
emprender el vuelo o permanecer como el águila en el corral, errando su tiempo y su
espacio.

Doce años implicó soltar amarras: cuatro años como ayudante de la ecónoma, ocho
más como responsable de la economía provincial, pero al fin, el año de cierre
cuatrienal, el 9 de mayo de 2001 concluí mi última clase de MDH. Iniciaba el año
preparatorio a nuevo capítulo, pero la visión de futuro había cambiado. Me dediqué en
alma y corazón a los trabajos que me correspondían y al final, la propuesta de cambio
de la casa provincial a una comunidad.

El envío fue a CEVHAC, era el nombre en ese tiempo. Se me pidió participar como
subdirectora de la institución, lo acepté, porque, aunque implicaba cuestiones
administrativas, era un campo diferente, una promesa para poner en práctica mis logros
obtenidos en la MDH que aún estaba casi sin desempacar. La oportunidad llegó: hacia
el final del semestre, los directivos de la LT se dieron a la tarea de encontrar los
maestros requeridos para el perfil académico que aún parecía estar en gestación,
puesto que su planta de docentes se iba definiendo conforme llegaba una generación
más y la que había iniciado a su vez, avanzaba en grado de conocimientos. En estas
condiciones, en agosto 2002, tras la conclusión de la MDH, se iniciaba para mí el
trabajo real, es decir, es diferente hacer una tarea en cuestión de teorías, que aplicar
las teorías a una tarea. La primera propuesta recibida en este campo fue una
participación docente en la asignatura de “Grupo de crecimiento”, experiencia que me
dejó como titular de dicha asignatura. El sueño de la niña de 8 años finalmente se había
cumplido.

Aunque se trata de una comunidad educativa muy pequeña, me corresponde la


realización de una diversidad de actividades que conllevan un cúmulo de compromisos.
Mis funciones como subdirectora implican: atender asuntos relacionados con SEP;
planear, dar seguimiento y evaluar el funcionamiento de las actividades académicas y
administrativas; presentar a la directora los estudios y proyectos del Coordinador
Académico; atender directamente todo lo relacionado con la documentación del

15
alumnado y supervisar el cumplimiento de los reglamentos de control escolar,
alumnado, personal docente y personal administrativo (Reglamento General de
COEVH, 2011)

1.3 Las Cualidades del Desempeño Laboral

En un mundo como el actual, que vive tantas situaciones enajenantes: volcado


hacia el exterior, bombardeado constantemente por la propaganda que le crea
incesantemente necesidades de consumo insaciable; marcado por el individualismo y el
egoísmo, al tiempo que golpeado por la violencia y el odio que provocan las grandes
desigualdades, hace experimentar la necesidad de volverse al Espíritu de Dios, que es
fuente de comunión, de la verdadera paz prometida por Cristo y de fraternidad, de
auténtica humanización. Ante esta situación y comprometido con los valores del
Evangelio, COEVH, como instituto promotor de la ES, a través de sus programas
presenta alternativas capaces de transformar la realidad mediante la formación de
agentes capacitados para el análisis y la comprensión de los fenómenos sociales,
económicos, políticos; capaces para el manejo de métodos de trabajo con personas y
grupos, a la vez que personalmente comprometidos con el Evangelio, contribuye así al
más auténtico DH.

Al plantearnos la afirmación de que el compromiso evangélico contribuye al auténtico


DH entramos en el más rico sentido de la ES, que reconoce que la acción creadora de
Dios, infunde en la persona humana un dinamismo que le impulsa a la realización de la
plenitud de humanidad, esto es, hacer realidad los rasgos que lo configuran como
hombre, hijo de Dios y hermano de sus semejantes: libre, responsable, capaz de amar.
Características que, puestas en práctica lo capacitan hasta trascenderse y alcanzar la
plena comunión de amor (González, 1989).

A partir de mi arribo a COEVH en agosto 2002, formé parte de la planta de maestros


con participación en la asignatura de “Grupo de crecimiento”, esta ha sido constante. En

16
tres ocasiones me tocó participar en “Dinámica de grupos”. En esta signatura se fijó un
reto que consistió en la realización de actividades en las que se lograra la participación
de toda la comunidad educativa: directivos, docentes, alumnos, y personal de biblioteca
e intendencia. El propósito fue lograr una experiencia grupal inclusiva, tomando como
pretexto festividades tales como: día de muertos y posada navideña. Estas festividades
con esta orientación de integrar toda la comunidad de COEVH, se han convertido en
tradición.

También he tenido el honor de participar en otras asignaturas como “Pastoral de la


Espiritualidad”, “Orientación Espiritual, “Grupos de Crecimiento I y II”, así como
“Teología de la Vida Consagrada”. Además de docente, sigo siendo subdirectora,
gestora, secretaria y administradora.

Por lo que se refiere a mi participación como facilitadora del aprendizaje, ha sido una
experiencia verdaderamente profunda la de provocar el diálogo, la reflexión y la
comunicación mediante las que voy fomentando un aprendizaje significativo que incide
en la vida de los alumnos para que vayan siendo cada vez más protagonistas de su
propio DH. Del mismo modo mi ganancia ha sido el apoyar, a través de la práctica y de
los aportes de los alumnos, mi propio proceso.

Al hacer mención de los fundamentos de la institución, se puede constatar la


importancia de cuatro pilares de la educación. Así lo expresa Jacques Delors (1996) en
el documento “La educación o la utopía necesaria”, que sirve como presentación del
Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional Sobre la Educación para el Siglo
XXI, por él presidida. Se refiere a la educación como instrumento indispensable para
hacer frente a los desafíos del porvenir, a fin de que la humanidad pueda avanzar hacia
la paz, la justicia y la libertad. El autor hace alusión a “Los cuatro pilares” del saber
humano: aprender a conocer, hacer, ser y convivir” Respecto del conocer, enfatiza que
hay algunos saberes que pueden considerarse las bases del conocimiento experiencial,
que se transforma en actitud de vida. Estos son los verdaderamente importantes, muy

17
diferentes a la acumulación de conocimientos procedentes de una “erudición” inútil, y se
convierten en aprendizajes significativos.

Aprender a hacer: Insiste con razón en que de nada sirve saber muchas cosas si no se
muestra en la vida que lo que se sabe, se sabe emplear, tanto en servicio propio como,
sobre todo al servicio de los demás para ayudarles a mejorar la calidad de sus vidas. Es
cuando el saber se vuelve transformante en el hacer. Aquí Delors (1996) subraya la
importancia de saber trabajar en equipo.

Aprender a ser y a convivir: Son estos los pilares más sustanciales, a donde se
pretende llegar, finalmente llevan a las personas a ser hombres, ser personas, ser
humanos; y que esto sólo se logra en sociedad, en comunidad, insistiendo en que el
hombre está llamado a vivir en paz, armonía y justicia con sus semejantes.

El interesante y valioso documento concluye afirmando que la educación, así, basada


en los cuatro pilares, es una educación para la vida, para el desarrollo social, cultural y
humano de nuestros pueblos

En COEVH, que tiene como objetivo educar en valores humanos desde el Evangelio, y
que pretende, a través de sus programas la promoción de la ES, nuevamente se pone
de cara a los objetivos de la educación, tal como son descritos por Delors (1996)
fundamentados en los cuatro pilares. Hay una gran coincidencia entre la auténtica
educación y la ES, ya que ambas conciben el proceso de las personas como un estilo
de vida, como una opción de vida; como una forma, la más perfecta y trascendente, de
que el hombre se desarrolle como tal, como “ser – humano”, esto es, que se dé en la
persona un autoconocimiento, autocomprensión y que la aceptación de su historia lo
lleve a obtener un sentido de vida a mayor profundidad. Que se abra a la relación de
comunión en todas sus direcciones: con la naturaleza, el cosmos y el mundo de las
cosas por una parte; con sus semejantes en una relación de fraternidad y, sobre todo,
que se trascienda entrando en el ámbito de la gratuidad con la que es amado por Dios,
quien actúa desde siempre a favor del hombre, de cada hombre, que ha diseñado para
él un plan maravilloso y que, en Cristo se hace constantemente presente, invitándole a

18
participar de su vida y de realizar la comunión. Plantear estas perspectivas a los
estudiantes es el núcleo del objetivo de COEVH.

¿Habría un DH más auténtico y genuino? Resulta asombroso que, al contemplar la


coincidencia de los pilares de la educación, y la ES, el DH haga acto de presencia
diciéndonos que, el logro de los anteriores es también su objetivo más profundo: que el
hombre realice en su existencia todo el caudal de posibilidades pensadas y queridas
por Dios, mismas que le dan la plenitud colmante y le hacen enteramente feliz.

A diecisiete años de experiencia, pueden observarse los pequeños brotes de cambio en


los diversos ambientes donde ahora se encuentran los egresados de COEVH. Como
quedó expresado en otro apartado, la mayoría de los estudiantes de la LT son
religiosos, quienes actualmente se encuentran dispersos por el mundo. Algunos hacen
su labor en nuestro país, otros, han volado a Chile, Filipinas, Estados Unidos, algunos
países de África, Ecuador, Colombia, Perú, República Dominicana, España, en donde
desarrollan, desde sus respectivos carismas, servicios de evangelización, de promoción
humana, de organizaciones populares y acompañamiento a grupos, especialmente
entre los pobres. Por su parte, los egresados laicos, se desempeñan preferentemente
en instituciones educativas, en puestos de coordinación, en el área académica y de
pastoral; algunos forman parte de organismos gubernamentales en el campo de
atención social. Con esto, hacen realidad el objetivo de COEVH, de ser multiplicadores
de ES y DH mediante la LT.

1.4 Justificación que sustente la relevancia del desempeño laboral actual

Este Reporte inicia haciendo referencia al surgimiento de una obra institucional,


cuyo motor principal, es ser fermento de un cambio social a partir del compromiso que
realiza cada alumno/a que pasa por las aulas de COEVH. Dicho cambio se perfila
mediante la vivencia de los valores humanos, que se desarrollan en la medida que va
obteniendo los conocimientos axiológicos, bíblicos, pastorales, antropológicos y
sociales necesarios para promover y difundir los valores humanos y la vida espiritual.

19
Además, es un aprendizaje de acercamiento a las diferentes realidades sociales
utilizando las herramientas que las distintas metodologías de investigación y acción
social le aportan; así como a reportar científicamente los resultados que obtiene en
diversos documentos como tesis, informes científicos de trabajo de campo. Algunos de
estos trabajos han sido publicados. Unido al aprendizaje, va el desarrollo de las
habilidades personales para:
a) Acompañar procesos de crecimiento personal y de discernimiento, tanto
individual como grupal.
b) Transformar en acciones los conocimientos curriculares y promover los
valores humanos como experiencia de vida.
c) El manejo de recursos en la investigación, la enseñanza y la difusión de los
valores humanos y la vida espiritual
d) Diseñar y operativizar proyectos y programas centrados en valores, a fin de
conservar y acrecentar la identidad cultural de la población universal.

Mediante el desarrollo de las habilidades mencionadas, es como los estudiantes, en la


medida en que van avanzando en sus procesos, y, sobre todo los egresados, se
capacitan para ser agentes transformadores en la sociedad en que se desempeñan,
puesto que, los cambios eficaces son los que tienen su origen en la congruencia de las
personas. Es ahí donde se conjuntan las acciones programadas en el servicio y
actitudes congruentes con los valores asimilados. Esta es la clave que produce el
impacto social referido. Por eso es importante adquirir actitudes de vida congruentes y
empáticas fundamentadas en los valores humanos que promueve COEVH y con la vida
espiritual que impulsa en el desarrollo de personas y grupos. Estas actitudes generan
en el estudiante el compromiso cívico que, a través de la promoción de los valores
humanos, le integra en la sociedad, para acrecentar en ella el patrimonio cultural y
religioso, mediante la atención eficiente y cercana que valora y promueve su cultura,
haciéndose capaz de apreciar la idiosincrasia de esa sociedad, y a la vez ,manejar los
conocimientos científicos y técnicos para llevar a cabo actividades de investigación,
docencia y capacitación, y trabajar eficazmente en equipos interdisciplinarios.

20
También en el ámbito de la metodología científica, la currícula de la LT aporta a los
estudiantes las bases para que los planes y las acciones que proponen, elaboran y
coordinan, o en los que se involucran, cuenten con la solidez que las ciencias sociales
exigen. La calidad de un buen número de tesis de los alumnos es una muestra en este
aspecto.

Por otra parte, la búsqueda de una realización integral, muchas veces es descubierta a
partir de la relación y el compromiso con los demás. En mi diálogo con los alumnos, o
bien, en los contenidos de sus aportaciones en los grupos de crecimiento, así como en
los trabajos que elaboran en las diversas asignaturas, es muy frecuente escuchar su
gozo al descubrir la profundidad y amplitud de vida que ante ellos se abre en la medida
en que viven la experiencia de comprometerse con grupos y/o personas en programas
que implican el desarrollo humano integral.

Personalmente, doy cuenta de las experiencias que me llevan a testificar que en la


medida que se comparte la vida, se obtiene la riqueza de un crecimiento mutuo que no
se limita a satisfacciones personales. Es un ímpetu que produce un impulso tan fuerte,
que se transfiere en una respuesta de darse, de mirar qué le hace falta a los demás y
es así como se teje un cambio social, tocando la sensibilidad de los más vulnerables ya
sea en el campo espiritual, socio-económico o en ambos. La escucha que se ofrece a
las personas mediante el acompañamiento, permite espacios de liberación, clarificación
de sus realidades y para mí, también es la valoración que me concientiza para un
crecimiento y DH-ES, más sólido.

1.5 La aportación del presente Reporte al campo del Desarrollo Humano

La vivencia de los valores humanos está en el campo de las luchas diarias que nuestra
sociedad vive, específicamente cuando está enfrentada con la violencia que se gesta a
nivel intrafamiliar, escolar y abiertamente en toda la sociedad. Por eso, en la medida
que COEVH impulsa este proyecto de valores, cada participante va generando en sí

21
una apertura a la integración como persona, misma que llega a los diversos campos de
la sociedad. Al hablar de participantes, incluye directivos, docentes y estudiantes, dado
que, este proceso trasciende la dimensión individual, se extiende a nivel grupal y más
aún, llega a las comunidades humanas, pues abarca el campo pastoral que el
alumnado atiende desde el compromiso de sus propias comunidades; esto debido a
que un 75% pertenece a congregaciones religiosas. Por su parte, los laicos lo hacen en
los ambientes de trabajo en que comparten su tiempo.

Es considerable el aporte que este proyecto le hace al DH, fundamentado desde la


vivencia de quienes han aceptado involucrarse en un proceso que, al llevarlos a la
integración, los lanza a convocar a otros, mediante la calidad de su testimonio. A su
vez, el DH brinda un aporte específico muy valioso en el desarrollo y la configuración
del licenciado en Teología, que lleva, como ha quedado dicho, la orientación a la
espiritualidad y a la pastoral de la espiritualidad.

Dentro de las múltiples actividades laborales, lo que más renueva mi experiencia en el


DH, es mi participación como docente, porque, aunque son variables las asignaturas a
impartir, las más frecuentes son en este campo. Y si el compromiso del alumnado es su
propia integración, y por ende, considera que pensar o hablar de integración trasciende
las confrontaciones internas que generan crisis, el aporte más importante del DH tiene
que ver con la creación de un clima de confianza basado en las actitudes de
congruencia, empatía y aceptación incondicional para acompañar esos momentos.

El mismo Rogers fue avanzando en el desarrollo de sus planteamientos en el área del


DH, a partir de su proceso como estudiante en el campo de lo religioso. Sus biógrafos
recogen, primero, su inclinación por la vida espiritual, incluso el planteamiento de
convertirse en pastor de su iglesia, luego, su paso por crisis personales severas,
provocadas por las tendencias excesivamente conservadoras de sus padres; después
de su viaje a China se da la oportunidad de mirar con sentido crítico tales creencias de
su familia.

22
El trabajo que se realiza en COEVH pretende facilitar los procesos de integración
personal, a fin de que el desarrollo personal de los estudiantes pueda ser armónico. Un
aporte fuerte de este trabajo al Desarrollo Humano, es evidenciar su aplicación al
campo de la espiritualidad, donde la persona se encuentra en relación con su entorno,
con el otro, consigo y con Dios, como se detallará en el capítulo II (Checa, 2000).

El presente trabajo tiene como propósito recuperar las aportaciones que los alumnos de
la Licenciatura en Teología reciben de este proceso de formación y cómo las ven
reflejadas en su vida cotidiana.

23
CAPÍTULO II. VINCULACIÓN CON EL DESARROLLO HUMANO

2.1 Vinculación del desempeño laboral con el Desarrollo Humano en la Práctica


Profesional

En este apartado se presenta el referente teórico que respalda cómo en la Licenciatura


en Teología se promueve una forma de relación y las condiciones para llevar la
espiritualidad a la vida cotidiana. Esto se argumenta a partir del Enfoque Centrado en la
Persona (ECP) y, debido a que el campo de estudio al que se suscribe este Reporte es
el educativo, se hace mención de las nociones de autores como: Freire, Delors y
Ausbe, así como de las aportaciones del propio Rogers en este ámbito. Siendo que el
objeto de estudio es la espiritualidad, se cita a Ruiz, Maccise. Checa, Herráiz. Por
último, se hace mención sobre vida cotidiana desde una perspectiva sociológica y
antropológica.

La Psicología Humanista tiene sus orígenes en la gran depresión económica que tiene
lugar en los Estados Unidos, misma que coincide con la llegada de filósofos y
psicólogos a este país, que se habían cuestionado la existencia ante los horrores de la
segunda guerra mundial. Esta corriente psicológica se constituye como “tercera fuerza”,
dado que predominaban el Psicoanálisis y el Conductismo. Esta corriente psicológica
pone como centro de su estudio la existencia humana, misma que concibe la posibilidad
del hombre para construirse a partir de sus elecciones, pues lo considera un ser libre
que se enfrenta a la responsabilidad ineludible de estas elecciones. (Quitmann, 1989)

Entre las propuestas que se desarrollan en la Psicología Humanista, está el Enfoque


Centrado en la Persona (ECP), el que ofrece formas de comprensión de los procesos
de desarrollo de las personas y los grupos a partir de una manera de relacionarse
mediante la cual se fomenta el progreso de los individuos, no sólo en el ámbito
personal, sino también en las relaciones sociales y productivas.

De acuerdo a Seelbech (2013), los contenidos fundamentales del ECP también


conocido como psicoterapia autodirigida, se basan en la obra de Carl Rogers quien
24
resalta un continuo empeño en el camino de la libertad y de la liberación de las fuerzas
del ser humano, como motor de la realización de sus potencialidades, a partir de un
modo de relación basado en la confianza y el respeto por la persona.

La teoría de Carl Rogers es distinta al psicoanálisis de Freud, y es una de las teorías


que caracteriza a las corrientes humanistas. Rogers concibe al ser humano desde una
perspectiva positiva como digno de confianza, capaz de hacer elecciones que lo
construyen, y lo llevan a evolucionar hacia el propio crecimiento. En fin, considera que
es bueno por naturaleza, lo que contrasta con el psicoanálisis, el cual concibe al ser
humano con instintos negativos. Rogers desarrolla su teoría a partir del encuentro que
tiene con pacientes en su práctica clínica, no elaboró una teoría exclusivamente
relacionada con la personalidad, sin embargo, aportó conceptos que pueden incluirse
en el desarrollo de la personalidad (Rogers 1980).

La psicoterapia “rogeriana” se ha distinguido como el enfoque que mayor influencia


ejerce actualmente sobre los psicoterapeutas y consejeros norteamericanos, aún por
encima de la terapia racional emotiva de Albert Ellis y del psicoanálisis freudiano
(Rogers, 1981).

2.1.1 Educación con orientación Humanista

A pesar de los avances que se han tenido en materia educativa, todavía hay una fuerte
persistencia en los sistemas educativos de dar prioridad a la adquisición de
conocimientos, en detrimento de otras formas de aprendizaje. Freire (1997) enfatiza
que es fundamental tener presente que: “…enseñar no es transferir conocimiento, sino
crear las posibilidades de su producción o de su construcción” (p:24). Esto implica tener
presente que el alumno es un sujeto activo capaz de construir su aprendizaje, y más
aún, que en el proceso educativo tanto educador como educando se influyen
mutuamente, en términos de Freire: “Quine enseña aprende al enseñar y quien aprende
enseña al aprender” (p:25). Esto es, ambos sujetos de esta interacción aprenden, si se
posibilitan los espacios para esta producción y construcción del aprendizaje. De lo

25
contrario, en un modelo tradicional el educando está condenado a ser una “mala copia”
de su formador y el formador pierde la oportunidad a su vez, de transformarse. Delors
(1996) , en este sentido, menciona que, la educación debe verse como un todo y bajo
esa concepción deben buscar inspiración y orientación las reformas educativas, tanto
en la elaboración de los programas como en la definición de las nuevas políticas
pedagógicas.

Como parte de las propuestas que conciben a la educación desde una mirada distinta a
la tradicional, encontramos a Rogers (1975), quien habla de educación desde un
contexto humanista, la cual pretende la formación integral de las personas, cuyo
propósito es que los educandos lleguen a convertirse en miembros útiles para sí
mismos y para los demás miembros de la sociedad. El proceso educativo se propone
alcanzar el crecimiento de la persona, basado en la libertad, que aprenda a utilizar sus
aptitudes y sentimientos para que descubra su propio proceso y su autoaprendizaje. Es
decir, la educación ha de promover un proceso de desarrollo con la fuerza necesaria
para que los educandos sean agentes activos de su propio desarrollo, y a la vez, de la
transformación de la sociedad de la que forman parte; hace de ellos personas más
abiertas, más críticas; de sí mismas y de todo el entorno que les rodea.

La educación desde el marco referido en el párrafo anterior, está comprometida con el


aprendizaje significativo: Esto significa impulsar al educando para que llegue a su
propio aprendizaje, de acuerdo a su realidad y sus motivaciones, con métodos y
técnicas que lo lleven a integrar el conocimiento a su persona y a su experiencia de
vida. Este modelo de educación implica una formación integral: acompaña a la persona
motivando y propiciando su crecimiento en todas sus dimensiones, de una manera
armoniosa y global. Es una educación que promueve el respeto, forma ciudadanos
aptos para vivir y proteger un sistema democrático mediante aprendizajes de
convivencia justa y fraterna, para formar una sociedad en la que todos sean
escuchados, donde el valor de lo diferente se convierta en riqueza de experiencia social
(Delors, 1996).

26
El sistema humanista establece algunos principios básicos que, puestos en práctica en
el ambiente educativo, enriquecen el proceso de la educación. Por una parte, concibe al
ser humano desde una perspectiva holística, es decir, que la persona es integral,
que debe considerarse y contemplarse en su totalidad y no fragmentada ni
parcialmente. Por otra parte, la persona humana posee un núcleo central estructurado:
su “yo”, el self o “sí mismo”. En el que se generan y estructuran todos sus procesos
psicológicos, mediante los que tiende naturalmente a su autorrealización, capaz de
trascender las situaciones difíciles y en un entorno genuino, tolerante, empático y no
amenazante, puede desarrollar sus potencialidades. Además, la persona es
fundamentalmente social, requiere de un contexto en relación con otras personas. Otro
de sus postulados es que el hombre es consciente de sí mismo y de su existencia. Nos
conducimos de acuerdo con las experiencias que vivimos en el pasado y
preparándonos para el futuro con la capacidad de cualificar el momento presente con la
experiencia que decidimos vivir. En resumen, la persona posee facultades de decisión,
libertad y conciencia, que en su conjunto la capacitan para elegir y tomar sus propias
decisiones, lo que hace de ella un ser activo y constructor de su propia vida (García,
ausente).

Desde el punto de vista humanista, la educación se centra en ayudar a los alumnos


para que vivan consciente y libremente lo que son y decidan lo que quieren llegar a ser.
Desde esta perspectiva se considera que los alumnos son diferentes y los ayuda a
crecer como personas auténticas (García, ausente).

En este contexto, el COEVH ha adquirido el compromiso de postular, desde su filosofía


básica, una educación con orientación humanista, al servicio de un desarrollo humano
armonioso, genuino, partiendo del crecimiento de la persona, para que sea capaz de
incidir en su propio contexto familiar, laboral, social, eclesial, entre otros, contribuyendo
así al retroceso de la injusticia, la pobreza, la exclusión y la opresión.

Rogers (1996), en su obra “Libertad y Creatividad en la Educación” invita a buscar y


encontrar el modo de desarrollar dentro del sistema educacional, un clima que

27
favorezca la evolución personal, brindando a los alumnos un margen amplio de libertad,
suprimiendo evaluaciones o sanciones punitivas. Rogers (1996), describe ampliamente
cómo fue “enfrentando” a los alumnos con su propio uso de la libertad y cómo fueron
evolucionando en sus valores. Describe el proceso en el que los alumnos constataron
su crecimiento. La educación con orientación humanista busca que la innovación no
sea atemorizante, que las capacidades creativas de todos los actores de la educación
puedan expresarse y estimularse en lugar de ser sofocadas. En fin, se pretende
desarrollar un clima en el sistema educativo no centrado en la enseñanza, sino en la
facilitación del aprendizaje autodirigido, a fin de que puedan desarrollarse individuos
creativos, abiertos a la totalidad de su experiencia, conscientes de ella como suya, en
un proceso continuo de cambio. En este sentido, Arias (2015) describe cómo Rogers en
su experiencia fue constatando el crecimiento de sus alumnos a partir de las actitudes
fundamentales puestas en práctica en el ambiente educativo: congruencia,
consideración positiva incondicional y la empatía.

Sintonizando con esta concepción de educación, Delors, (1996) en su informe a la


UNESCO, expone que ésta, a lo largo de la vida de las personas, se basa en cuatro
pilares: aprender a conocer, combinando una cultura general suficientemente amplia
con la posibilidad de profundizar los conocimientos en un pequeño número de materias.
Lo que supone además aprender a aprender para poder aprovechar las posibilidades
que ofrece la educación a lo largo de la vida. Sin embargo, no basta con adquirir
conocimientos, para abordar así la vida, es necesario aprender a hacer a fin de adquirir
no sólo una calificación profesional sino desarrollar una competencia que capacite al
individuo para hacer frente a la gran variedad de situaciones que va presentando la
vida. Este aprendizaje no es algo individual, pues, como se mencionaba con
anterioridad, la persona es un ser social, por lo que es necesario aprender a vivir juntos,
desarrollando la comprensión del otro y la percepción de las formas de
interdependencia –realizar proyectos comunes y prepararse para tratar los conflictos-
respetando los valores de pluralismo, comprensión mutua y paz. Finalmente,
atendiendo a todo lo anterior, se considera al ser humano en su complejidad, por lo que
es primordial aprender a ser, para que florezca la propia persona y esté en condiciones

28
de obrar con creciente capacidad de autonomía de juicio y de responsabilidad. En
consonancia con lo anterior, Ausubel (2002) , destaca la importancia de que el
aprendizaje esté orientado a la modificación del significado de la experiencia,
comprendiendo a esta última no sólo desde la dimensión del pensamiento, sino que
considera crucial la inclusión de la dimensión afectiva. Señala, además, la relevancia de
tener en cuenta los elementos cognoscitivos, así como experiencias previas (a los que
llama subsunsores) de los alumnos y los asume como la base sobre la que se
construirá el nuevo aprendizaje. Esto implica que el educando hará una relación
sustancial entre esos saberes y experiencias anteriores con los recientes, estableciendo
una interacción. Esta interacción lleva a una reorganización de los significados nuevos y
previos, constituyendo una “estructura cognitiva diferenciada” , a lo que el autor
denomina asimilación, la cual no tiene fin, sino que permanece con el tiempo y puede
dar cabida a otros aprendizajes. En este proceso, es posible que una buena parte de
datos de la nueva información se pierda y que aparentemente prevalezcan los
subsunsores, cuando en realidad dicho subsunsor ha quedado modificado.

COEVH se empeña en llevar a la práctica esta dimensión holística y compleja del


proceso educativo, misma que tiene manifestaciones en la participación de cada uno de
sus alumnos, así como en los trabajos personales y de equipo, que representan un
aprendizaje participativo para construir los conocimientos como se detallará a
continuación.

2.1.2 Orientación educativa de la Licenciatura en Teología en COEVH.

La visión de la Licenciatura en Teología se sustenta, entre otros, en el pensamiento de


Maximiliano Herráiz, teólogo y místico actual, autor de libros y artículos editados en
prestigiadas revistas especializadas en Europa y América Latina. Entre sus obras,
podemos citar: “LA ORACION, PALABRA DE UN MAESTRO, SAN JUAN DE LA
CRUZ”, Herraiz, (1991); “Sólo Dios basta”, Herraiz (2010); “Oración, historia de amistad”
Herraiz (2014); “Orar con los místicos” Herraiz, (2007); “Un camino de experiencia”,
Herraiz, (2004), y otras muchas.

29
En la Licenciatura en Teología se pretende promover en los alumnos lo que Herráiz
(1991) denomina la búsqueda sincera del Proyecto de Dios para el hombre. Para
comprender a qué se refiere esta búsqueda, se considera pertinente reflexionar sobre el
ser humano como proyecto desde la filosofía existencial.

El hombre es un ser con posibilidad

Se inicia la reflexión sobre el hombre como un ser en posibilidad, con Soeren


Kierkergaard considerado como antecedente de la filosofía existencial. Este filósofo
enfrenta continuamente a la muerte, pues pierde a la mayor parte de su familia a lo
largo de su vida, de ahí que llega a la conclusión de que ante la experiencia de la
muerte, el ser humano experimenta miedo y desesperación que lo enfrentan a la
posibilidad de libertad, pues justamente, el miedo ofrece posibilidades de actuación y
obliga al hombre a decidirse. En esta decisión, la persona puede escoger o rechazar
sus posibilidades y decidir en favor o en contra de alguna de ellas. Dentro de esta
posibilidad, está la de ser auténticamente el que es ante Dios, y asumir esa
responsabilidad. (Quitmann, 1989)

En completa coincidencia con esta visión, Heiddeger concibe al ser humano como
“arrojado en el mundo” (Heiddeger en Quitmann, 1989:61), y enfrentado a su muerte, lo
cual, no constituye una visión fatalista, sino por el contrario, ante este hecho ineludible
para todo ser humano, el hecho de morir, es que la vida puede tener plenitud, pues
lleva al ser a apropiarse de su existencia y a realizarla. Por lo anterior, al igual que
Kierkergaard, Heiddeger considera que el ser humano tiene que elegir y decidir en un
margen de libertad. Lo que lo constituye como un “ser con posibilidad”, un “ser para”;
puede asumir o huir de su libertad, puede andar por el mundo de forma irreflexiva o
apropiarse de su existencia. Cuando hace lo segundo, se pone en contacto con las
posibilidades de sí mismo (Quitmann, 1989).

30
Heidegger tiene una concepción del hombre con el tiempo y sostiene que, la conducta
presente del ser humano, está determinada por un propósito o meta que se encuentra
en el futuro. Esta concepción es retomada por Sartre, quien también afirma que el
hombre es un ser libre, e incluso, sostiene que está condenado a la libertad, a partir de
la cual puede elegir o no, y en esta elección, recae su responsabilidad. Incluso ante
todas aquellas limitaciones que pueda tener, precisamente es, gracias a esas
limitaciones, que puede ser libre, pues a partir de éstas y de una mirada al futuro, es
que el ser humano puede diseñar un proyecto en el que se engloben sus metas y sus
intenciones. Enfatiza que “el hombre es lo que haga con él aun cuando no le quede otro
remedio que cargar con esta responsabilidad” (Sartre en Quitmann, 1989:67).

Como parte de estas posibilidades que tiene el hombre, de acuerdo a Herráiz (1991) ,
puede optar por el proyecto que Dios tiene para el hombre, el cual podemos sintetizar
en unas cuantas expresiones: Dios ha creado al hombre por amor, para que fuera feliz
en una relación de amistad con Él. Sin embargo, el hombre se alejó y rompió esa
amistad por el pecado. Dios lo ha buscado y, para volverlo a su originaria dignidad, le
dio a su Hijo único, Jesucristo, que se hizo hombre y lo rescató del poder del pecado y
de la muerte. Herráiz, 1991. En este sentido, Maccise (1989) , agrega que por parte del
hombre, pide una actitud de conversión, es decir de vuelta a Dios y de aceptación de
ese Proyecto, de querer seguir siendo el interlocutor del diálogo de amistad al que ha
sido llamado gratuitamente desde siempre. En la Biblia de Jerusalén (2009) se señala
que:

“Pero Dios, rico en misericordia, movido por el gran amor que nos tenía, estando
muertos a causa de nuestros delitos, nos vivificó juntamente con Cristo —por
gracia habéis sido salvados—, y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los
cielos en Cristo Jesús. De este modo, puso de manifiesto la sobreabundante
riqueza de su gracia, por su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Pues
habéis sido salvados gratuitamente, mediante la fe” (Ef 2, 4 – 8).

31
Entonces, Cristo redime al ser humano, y éste a su vez, por la fe, requiere entrar en la
dinámica de conversión y diálogo de amistad, para poder acceder a la esta riqueza y a
la gracia que Dios le ofrece.

Ahora bien, Herráiz (2001) sustenta la concepción de hombre en varios ámbitos: el


hombre, entendido como todo el género humano, de todas las razas y lugares, de todos
los tiempos. El hombre en grupos específicos: pueblos, iglesia, familias; y también,
como base. El hombre en singular, cada persona, destinataria del proyecto de Dios que
ama y salva. La LT cuenta con un plan de estudios que maneja la relación Dios –
hombre como un diálogo de amistad, en el que Dios toma la iniciativa del proyecto, y el
hombre, al aceptarlo, adquiere un compromiso que transforma: Como persona
individual, en su propio desarrollo integral; el hombre como comunidad, también se
transforma por los valores humanos que promueve entre los miembros de los diversos
grupos humanos y se convierte así en un agente de transformación en beneficio de sus
semejantes.

De acuerdo a Herráiz (1991), para que el hombre pueda recibir el amor gratuito que
Dios le quiere dar, lo ha dotado de una “plataforma” que contiene características que lo
hacen auténticamente hombre: inteligencia, voluntad, capacidad de crear comunidad y
de crecer en ella, así como la capacidad y la responsabilidad de asemejarse a su Hijo
Jesús. En este sentido, San Pablo dice: “Pues a los que de antemano conoció, también
los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo” Rom. 8:29 (Biblia de Jerusalén 2009).
Esto es, Dios tiene la iniciativa de amar al hombre, al cual capacita para recibirlo en una
plena comunión de amor: esto significa que: nos creó, nos redimió y liberó de todos los
males. Él se comunica con nosotros y por medio de su Hijo y de su Espíritu nos
transforma en hijos y nos abre la posibilidad de una felicidad eterna. A este respecto,
Maccise (1989), sostiene que a partir de la gracia Dios nos hace aptos para recibir sus
dones. De este modo, Herráiz (1991) menciona que la espiritualidad transforma Esto
en experiencia de vida, como la respuesta al diálogo iniciado por Dios, y que pide la
correspondencia humana. A lo que Castro, (1986) indica que sólo así se realiza el
proyecto que tiene Dios para el hombre.

32
Ahora bien, Espiritualidad es un término que se acuña en el siglo XX, para indicar
doctrina (teología) y vida (experiencia) conjuntamente; esto es, por la fe traer a la
experiencia de vida lo que Dios revela de sí mismo, para que dé dirección y sentido a
toda la existencia humana (Ruiz, 1998).

En este sentido, la LT tiene como propósito, con referencia a la persona del alumno,
que se introduzca y profundice en el ámbito de la espiritualidad, y, en su dimensión
social, la formación de líderes capaces de llevar a otros la riqueza de este proyecto. Se
plantea, en primer término, un desarrollo auténtico de la persona, fundamento del
proyecto de Dios. Por lo anterior, los objetivos de la LT concuerdan con las condiciones
que Rogers menciona que son necesarias para promover el cambio personal, mismas
que se detallarán más adelante (Plan de Estudios, 2012).

Además de lo anterior, se pretende que el alumno desarrolle las aptitudes conducentes


para potenciar el dinamismo de los procesos humanos a nivel individual y grupal, lo que
significa que integre las actitudes de vida congruentes con los valores humanos y con la
vida espiritual que promueve e impulsa. Sumado a lo anterior, que desarrolle
habilidades para el manejo de recursos para la enseñanza, difusión de valores y
desarrollo humano, así como para la investigación en este campo. Estos propósitos se
van operativizando a partir de estrategias académicas y experienciales, para que los
alumnos vivan y enriquezcan un proceso de desarrollo humano unido al desarrollo
espiritual, lo que de acuerdo al Plan de estudios (2012) del COEVH conlleva a la
experiencia de Dios.

La LT que se desarrolla en COEVH, al estar orientada a la espiritualidad, (concepto que


se desarrollará más adelante), tiene como objetivo, acompañar a los participantes en el
proceso de crecer en conciencia, a fin de que, haciendo uso de una auténtica libertad,
lleguen a clarificar, formular y comprometerse con el proyecto de su propia vida, en la
que aparezcan con claridad sus metas y sus opciones. En lo que respecta a la LT, esta

33
opción tiene que ver con la acogida del proyecto de Dios. A continuación, se explicita la
propuesta educativa de la LT en este sentido.

En lo que respecta al componente experiencial, es menester tomar como base la


experiencia de cada persona, la cual tendrá un tinte único, tal como lo refiere un filósofo
existencial, Karl Jaspers, quien sostiene que “el ser” no puede estudiarse como se
estudian las cosas, pues es inabarcable, no se pueden obtener conclusiones definitivas
y absolutas porque cada existencia se va perfilando como única. Desde esta
perspectiva, el ser humano, al entenderse a sí mismo, se aproxima a la comprensión de
su verdad (Rale y Antiseri, 2005).

Ante lo inabarcable del ser y de la existencia, nos enfrentamos a un problema: ¿cómo


puede estudiarse para aproximarse a la verdad única de cada ser? A este respecto, la
Fenomenología desarrollada por Husserl ofrece un método para aproximarse a esa
verdad única de cada individuo. El método consiste en suprimir todo juicio (“epoche”) o
saber preconcebido, para ir “a las cosas mismas” y encontrar su esencia, en el caso
que nos toca, la esencia de la existencia. Ahora bien, ¿cómo acceder a la esencia de la
existencia? Esto es posible a partir de los hechos que pueden ser registrados en la
consciencia del ser humano a los que denominaremos fenómenos. Esta consciencia
(noesis) la concibe como intencional y es consciencia de algo (noema), exista o no en la
realidad fáctica. Para Husserl, lo que cuenta es describir lo que aparece o se manifiesta
en la conciencia que es el fenómeno (Rale y Antiseri, 2005).

De lo anterior se desprende que, sin tener la expectativa de abarcar al ser humano en


su totalidad, se parte de su experiencia, tanto para comprenderlo como para promover
su desarrollo. En el siguiente apartado se tratará lo que Rogers y algunos autores de
espiritualidad definen con respecto a este término y sus implicaciones.

34
2.1.3 Distintas miradas de la Experiencia”

Ha quedado asentado que COEVH, donde se desarrolla la experiencia y el servicio


profesional de la autora, es un instituto de espiritualidad, elemento específico que está
presente en todos los programas que ahí se desarrollan, tanto en el aspecto académico
y que tiene como base fundamental la experiencia. Esta se definirá desde el Enfoque
Centrado en la Persona, la Espiritualidad y la vida cotidiana desde una perspectiva
antropológica, y por último desde la teología, la experiencia de Dios en la vida.

2.1.3.1 Experiencia desde el Enfoque Centrado en la Persona

La forma como Rogers describe sus experiencias como pedagogo y como psicólogo,
nos hace ver cómo la persona humana es capaz de su propio crecimiento en la medida
en que amplía su capacidad de volverse hacia sí misma y analizar, comprender y
asimilar aquello que le sucede a partir de su experiencia. Entonces está en posibilidad
de impulsar su propio desarrollo humano. A continuación, se describe lo que Rogers
considera que es la experiencia:

Este término se usa para englobar todo lo que sucede dentro del organismo en
cualquier momento, y que está potencialmente disponible para la conciencia. Incluye
tanto los hechos de los cuales el individuo no tiene conciencia, como los fenómenos
que han accedido a la conciencia (Rogers 1985, p. 26).

Esto quiere decir que hay un vasto acervo en el organismo que está disponible para la
consciencia. No todo lo que está en la experiencia se registra en la consciencia, a este
aspecto Rogers lo denomina simbolización:

…se concibe la consciencia como la representación simbólica (no


necesariamente en símbolos verbales) de una parte de nuestra experiencia. Esta
representación puede tener diversos grados de agudeza e intensidad, que van
desde una vaga consciencia de algo que existe como fondo, hasta una

35
consciencia clara de algo que ocupa el foco de la consciencia como figura
(Rogers 1985, p. 27)

Es decir, hay partes de la experiencia que pueden simbolizarse con nitidez y otros que
se perciben de forma vaga en la consciencia. A esto le llama el autor, estar disponibles
a la conciencia. En sus palabras: “Cuando una experiencia puede simbolizarse
libremente, sin negación defensiva ni distorsiones, entonces se dice que está disponible
para la conciencia” (Rogers 1985, p. 27).

La disponibilidad en la conciencia de la experiencia dependerá del grado de amenaza


que represente para la persona la información a la que accede. Cuando la persona se
siente libre de amenazas, entonces la persona tendrá apertura a su experiencia.

Cuando el individuo no se siente amenazado en ningún sentido, entonces está


abierto a su experiencia. La actitud de estar abierto a la experiencia constituye el
polo opuesto a la actitud de defensa (Rogers 1985, p. 38-39).

Ahora bien, para que la persona pueda sentirse libre de amenazas es necesario que
pueda entrar en contacto con su experiencia para ello se hace necesario el encuentro
con otro:

Cuando dos personas están en presencia una de otra y cada una afecta el
campo experiencial de la otra en forma percibida y subliminal, decimos que esas
personas están en contacto (Rogers 1985, p. 40).

En otras palabras, al estar en presencia de otra persona el campo experiencial de


ambas se ve modificado y por consecuencia la experiencia también. Es importante que
este contacto sea en unas condiciones que más adelante se explicarán a detalle en el
apartado: “la relación”.

36
La Relación

En los planteamientos de Rogers (1985), la relación con el otro se caracteriza por la


actitud de apertura, respeto, calidez y consideración positiva; tiene como objetivo
favorecer un clima de seguridad psicológica que facilite a la persona, por una parte,
abrirse a la comunicación, y por otra, permitirse explorar sus propios sentimientos y su
experiencia, lo que favorece el propio crecimiento. Rogers (1987), dice que:

Cuando las personas son aceptadas y apreciadas, tienden a desarrollar una


actitud de mayor cariño hacia sí mismas. Cuando se las oye con proyección
personal por parte del oyente, son capaces de escuchar con mayor precisión el
flujo de sus propias experiencias internas. Al comprender y apreciar el sí mismo,
éste pasa a ser más congruente con la propia experiencia. Y de este modo la
persona pasa a ser más real, más auténtica (p. 62).
Para favorecer el crecimiento de las personas mediante la relación, pide al
acompañante2 unas actitudes que Rogers llama “Fundamentales” y que se describen a
continuación:

Ante todo, es necesaria una actitud de congruencia consistente en que el acompañante


concuerda con su propia experiencia, es decir, es él mismo, sin negar ni distorsionar
ninguna parte de ella. La congruencia supone una auténtica comunicación consigo
mismo, aceptando sentimientos, emociones y pensamientos. Esta aceptación no pide
estar de acuerdo o complacido con lo que siente, sino aceptar que lo está sintiendo,
que es parte de su realidad. Esto lo faculta a elegir la manera de expresarlo, e incluso,
si es necesario hacerlo. Con esta actitud, la persona pasa a ser más real y auténtica
(Rogers, 1987). Además de ser congruente, algo que se solicita al acompañante es que
pueda experimentar por el acompañado una consideración positiva incondicional, pues
es la actitud que facilita la libre expresión del otro. Rogers la considera como uno de los
puntos clave de su teoría de la personalidad y de las relaciones interpersonales, siendo

2
Rogers desarrolla su teoría en términos terapéuticos, denomina a los dos sujetos de la relación
como terapeuta y cliente. Para este trabajo hacemos el traslado del término de “terapeuta” a
acompañante” y de “cliente” a “acompañado”.
37
que pide al acompañante considerar las experiencias y los sentimientos de la otra
persona como igualmente válidos, tanto como los propios, ni menos valiosos unos que
otros. En la relación, esta actitud da a la persona la confianza para mostrarse tal como
fluyen en ella los sentimientos y acercarse a su experiencia disminuyendo la amenaza
por aquellos aspectos de sí que pudiera rechazar (Rogers, 1987).

Además de aceptar incondicionalmente al acompañado, es necesario que el


acompañante pueda percibir correctamente el marco de referencia interno del otro, con
los significados que para él tiene, como si fuera él. El “como si” , implica al mismo
tiempo, un óptimo de cercanía, intentando sumergirse en lo que para el acompañado
significa estar experimentando sus propios sentimientos. Por otra parte, significa
también tomar una sana distancia de los sentimientos del otro, precisamente para no
perder el valor de crecimiento que se propone la relación, en la que, si el acompañante
se encontrara en la misma situación de él, estaría también confuso, quizá bloqueado,
con lo que ambos se encontrarían en condiciones desfavorables al crecimiento. A esta
actitud, Rogers la denomina empatía, y menciona que no es suficiente con llegar a
tener esta comprensión del otro, sino que es importante hacérsela saber al otro
(Rogers, 1987).

La empatía es una decisión, que tiene como sustento la concepción del ser humano y la
confianza que se tiene en su capacidad de avanzar hacia su propio crecimiento. Por
supuesto, que es una actitud muy difícil, ni siquiera podemos decir que “somos
empáticos” constantemente, sino que estamos empeñados en dirigirnos, en avanzar
siempre en esa dirección (Mendez y Ryszard, 2005).

Las tres actitudes descritas dan a la relación interpersonal una calidad promotora del
DH y están en sintonía con el ECP. Al confluir en la relación las tres actitudes básicas,
hacen que la relación sea auténtica y disminuyan los temores del acompañado a
asomarse a su propia experiencia, lo que le ha venido resultando extremadamente
amenazante en las relaciones convencionales, debido a que éstas condicionan de
manera exigente, y con frecuencia rechazante, la aceptación de su persona. Esa

38
experiencia de no aceptación de lo que fluye como experiencia propia, ha llevado a la
persona a renunciar y a negar sus propias necesidades y experiencias. En la relación,
el acompañante, mediante las actitudes básicas, tira los temores y la persona modifica
la actitud hacia su propia experiencia, primero con el planteamiento de que no será “tan
mala”, luego progresivamente, permitiendo que surja a la conciencia en donde podrá,
finalmente, reconocerla y aceptarla, con lo que recuperará la dirección de crecimiento
de su propio organismo.

Se puede decir entonces, que el ser humano puede, si se le presentan las condiciones
adecuadas, desarrollarse o actualizarse, ampliar sus capacidades y ser consciente de
lo que experimenta a fin de poder decidir cómo quiere manifestarlo. Para manejar
eficazmente la propia experiencia, es necesario percibirla conscientemente, como
sugiere Rogers, de ahí la necesidad de ampliar el concepto de sí mismo de la otra
persona, su “self”, y de incluir en ella todo (o casi todo) lo que vivencia. Esto es factible
en las relaciones interpersonales, no se pretende hacerlo actuando sobre el otro, sino,
como dice Kinget, acompañándolo en la experiencia, brindándole las condiciones
requeridas y dándole seguridad (Rogers y Kinget, 1971).

Experimentar la fe

En el acompañamiento espiritual, cuando el acompañante ofrece un espacio de


aceptación y comprensión, facilita que el acompañado tenga apertura a su propia
experiencia, que pueda llegar a la experiencia de su fe y vivenciar profundamente este
amor que Dios le ha destinado. Ahora bien, se define qué es la fe desde varias
acepciones:

La fe es la virtud teologal por la que creemos en Dios y en todo lo que Él nos ha


dicho y revelado, y que la Santa Iglesia nos propone, porque Él es la verdad
misma. Por la fe "el hombre se entrega entera y libremente a Dios" (DV 5). Por
eso el creyente se esfuerza por conocer y hacer la voluntad de Dios. "El justo
vivirá por la fe" (Rom 1,17). La fe viva "actúa por la caridad" (Gál 5,6) (CIC
No.1814) (Catecismo de la Iglesia Católica, 1992)

39
Es decir, la fe se considera una virtud de carácter “teologal” que faculta al hombre para
creer en Dios y en su palabra. Esta fe ayuda a que el ser humano opte por una vida
orientada a cumplir la voluntad de Dios y se manifieste en la acción. Otra definición
encontrada en la misma fuente es de Santo Tomás:

La fe es una virtud de la inteligencia, mediante la cual tiene en nosotros


comienzo la vida eterna, al hacernos participar y adherirnos al misterio de la vida
íntima de Dios, que hemos de ver durante la eternidad (Santo Tomás de
Aquino, Summa theologiae, II-II, q.4, a.1 en Catecismo de la iglesia Católica,
(1993)

En esta definición, Santo Tomás considera a la fe una virtud propia de la inteligencia


humana que nos posibilita unirnos a Dios y nos hace partícipes de una vida eterna.
Siendo entonces la fe una virtud de la inteligencia, y retomado a Rogers (1985) , que
señala que experiencia es todo lo que ocurre dentro del organismo, la inteligencia se
considera parte de esta totalidad. Rogers (1985), agrega que habrá aspectos que no se
hagan accesibles a la consciencia y bajo esta óptica, pudiera ser que la fe sea uno de
estos aspectos y, que por lo tanto, como lo mencionábamos con anterioridad, para que
se simbolice correctamente en la consciencia tendría que establecerse una relación con
ciertas condiciones para que la persona pueda acceder a este aspecto de su
experiencia con apertura. Revisemos una acepción más:

La fe es una virtud teologal que inclina a nuestro entendimiento, por medio del
influjo de la voluntad y de la gracia, aprestar firme asentimiento a las verdades
reveladas, por la autoridad de Dios que las revela, Tanquerey, A (2002) en su
obra Compendio de teología ascética y mística, §1170 en (Catecismo de la
Iglesia Católica 1993).

De acuerdo con esta última definición, la fe es un regalo. En la espiritualidad Teresiana,


la fe es la experiencia de amor vivenciada en un acontecimiento en el que se puede
reconocer a Dios, para ello es necesario que la persona tenga apertura a esta

40
experiencia y pueda disponerse a este contacto. Es hasta entonces que el hombre toma
consciencia de esta presencia de Dios en su vida y está facultado para establecer ese
diálogo de amistad llamado oración. Entonces se compromete a participar en el
Proyecto que Dios tiene para él, respondiendo así a su llamado.

De acuerdo con las definiciones anteriores, aún en los acontecimientos más terribles, al
hacer contacto con la experiencia de fe, puede reconocerse la presencia de Dios como
una oportunidad para vivenciarlo, pues se movilizan muchas posibilidades de amor y de
acción entre los humanos. También entender la voluntad de Dios en esto e incorporarlo
como parte del Proyecto que tiene para cada persona. Desde el aprendizaje
significativo, una situación que se experimente con mucho dolor, a la luz de la fe, podría
cobrar sentido.

Los místicos también aluden a este campo de la experiencia a la que se refiere Rogers,
por ejemplo, Teresa de Jesús lo hace desde el significado que venimos manejando: es,
dice ella, saber algo por haberlo vivido, sentido o experimentado, esto es, vivenciado;
ha entrado por los sentidos y se ha metido en la entraña de la propia vida. Estamos
hablando, así, de aprendizaje significativo. Desde lo sencillo y cotidiano como aciertos y
desengaños, victorias y derrotas, hasta la experiencia de la amistad profunda en el
sentido humano, y de ahí, a la suma experiencia del misterio de Dios.

Teresa nos habla de la experiencia de la amistad que la ha llevado a la madurez


humana, así como de la amistad con Dios, que la ha conducido hasta la plenitud de la
vida cristiana. La presencia y la experiencia han producido en ella cambios profundos,
primero por interlocutores humanos y, más tarde, por la presencia y amistad del gran
Interlocutor. Ella ha vivido particularmente el triple componente de la experiencia: el
experimentar, el entender lo experimentado y el poder expresarlo; ha vivido en un grado
muy elevado el conjuntar experiencia y consciencia (Álvarez, 2007)

En los escritos de Santa Teresa, se llega a referir a la primera experiencia, la humana,


pero sus alusiones, en un alto grado, serán ligadas a la experiencia de Dios, además,
se ha posibilitado el triple componente de la experiencia: experimentar / entender lo
experimentado / poder expresarlo (Álvarez, 2007) , que en el sistema de Rogers

41
corresponden a la triple capacidad de: percibir o sentir / entender / comunicar (Rogers,
1972, p. 19, en Castaneda, 2008)

El concepto de “experiencia” es uno de los aspectos medulares del presente trabajo, ya


que desde esa plataforma se plantean las relaciones con los alumnos para llegar al
aprendizaje significativo en el transcurso de la LT. Una vez definida la experiencia,
desde el Enfoque Centrado en la Persona, y dese la fe, pasamos ahora a revisar la
definición de este concepto desde la espiritualidad.

2.1.3.2 Experiencia desde la Espiritualidad

En el apartado anterior se definió lo que significa experiencia desde la perspectiva de


Rogers. En el presente, se definirá qué es experiencia desde la espiritualidad. En este
sentido, la experiencia es de complejo significado, en el que vale la pena introducirse,
por que como ya se mencionaba, es fundamental para el presente trabajo.

Etimológicamente, sus raíces vienen de la palabra “experiencia” que está compuesta


por la preposición ex y el uso arcaico del verbo latino periri, que significa intentar,
experimentar, correr peligro. Así pues, está relacionado con peligro, prueba, tentativa.
Es decir, experiencia se refiere al conocimiento que el hombre adquiere cuando sale de
sí mismo y estudia un objeto por todos sus lados, en todas sus dimensiones.

Maccise (1989), define la experiencia que tiene su origen en la recepción de


impresiones producidas por las realidades a lo largo de nuestra vida. En ella están
presentes todas las dimensiones del conocimiento humano: visión, observación,
contacto vivido, intuición, comprensión.

Teniendo en cuenta los conceptos anteriores, la experiencia es pues, un saber que


tiene sabor. Un saber que se adquiere cuando salimos de nosotros mismos (ex) y nos
enfrentamos con el mundo, con los demás seres humanos, con toda clase de
realidades, las recorremos todas sufriendo, soportando y aprendiendo; corrigiendo y
perfeccionando el saber acumulado (Ruiz, 1998)
42
Ahora bien, la experiencia no solo se conforma de los acontecimientos y del saber que
se va acumulando, es decir, no es sólo ciencia, es también consciencia. “Al salir de sí la
persona humana y aproximarse al mundo, lleva con ella todo cuanto es, sus categorías
apriorísticas, sus experiencias históricas y culturales heredadas del pasado” (Boff,
1978, en Maccise, 1989, p. 29). Este hecho es el elemento subjetivo que hace del
conocimiento experiencial algo propio ya que está basado en el caudal que la persona
ha adquirido previamente a lo largo de su vida, que da significado a su experiencia, y a
su vez ésta se inserta en la persona dando un elemento nuevo para nuevos significados
y dirección a la propia vida.

Maccise (1989), considera que la enorme riqueza de contenido de “experiencia” nos


lleva a diversas reflexiones que en este trabajo es necesario tener en cuenta: Ante todo,
que la experiencia no es un conocimiento teórico sino adquirido en el contacto con la
realidad, en la que se van concretando y purificando lo que fueron ideas y
representaciones.

Además, se hace mención de que en la experiencia hay dos elementos: uno subjetivo,
que es la propia existencia que se asume en el contacto con la realidad y un elemento
objetivo, que es la realidad: los objetos. La experiencia se estructura en el encuentro de
ambos elementos; en la modificación que se lleva a cabo en la conciencia y en los
objetos. Las imágenes ya presentes en la conciencia son confrontados, confirmados o
corregidos, modificados, enriquecidos o destruidos por la realidad. Es por eso que la
experiencia es dolorosa, creativa, gozosa, etc. (Ruiz, 1998)

Por otra parte, es necesario distinguir: experiencia no es lo mismo que vivencia.


Vivencia es la situación psíquica, la disposición de los sentimientos que la experiencia
produce en la persona; son las emociones y valoraciones que acompañan, anteceden o
siguen a la experiencia de los objetos que se hacen presentes en el interior de quien los
experimenta (Maccise, 1989). Podríamos sintetizar lo anterior, diciendo que

43
experiencia es el modo como nosotros interiorizamos la realidad; como nos situamos en
el mundo y el mundo en nosotros (Díez, 1984).

Ruiz, (1998) , describe la experiencia como vivir y saber a la vez. Es un “saber” que
implica conocimiento, afín al experimento (conocimiento empírico) y contrapuesto a la
abstracción (conocimiento teórico, racional), enraizado directamente en la vida del
sujeto. Esta forma de conocer se caracteriza por la inmediatez y la vivencia; es un
saber que brota del encuentro con la realidad, por contacto, por presencia, por
comunicación. Este saber es el resultado de un hecho inscrito previamente en la vida,
antes de traducirse en producto mental como noción, o convicción o toma de
conciencia. Esta última es necesaria, pues sin toma de conciencia no pueden darse, ni
el saber ni la experiencia.

En el ámbito de la espiritualidad, que es la vida de la persona conducida por el Espíritu


de Dios, la experiencia humana se concentra, esto es, es entera, sin desgarramientos,
sin rodeos, sale al encuentro de la Persona Divina, a la que acoge, pues se ha hecho
presente como don. Esta relación pasa por la percepción vivencial del sujeto,
haciéndose consciencia en una cierta medida, de acuerdo a Herráiz (1990) y suscitando
en él, por la plenitud de significado, un cambio o “transformación” de actitud en todas
sus relaciones, que se hacen consistentemente más constructivas y promotoras de
desarrollo humano en sí mismo y para sus semejantes próximos, a partir de la
simbolización en la consciencia de la persona, permitiéndole acceder a este aspecto de
su experiencia con apertura, como comenta Rogers (1985). De este modo, la
espiritualidad se hace rica experiencia en la vida cotidiana como se verá en el siguiente
apartado.

2.1.3.3 Experiencia en la vida cotidiana

Lalive (2008) se refiere a la experiencia en el contexto de la vida cotidiana, en la que se


dan los acontecimientos significativos, en contraposición con opiniones ideologizadas,
que la reducen a lo intrascendente, ahistórico, repetitivo y rutinario. Según este autor, la

44
vida cotidiana es el lugar de los acontecimientos humanos, donde la existencia se
construye en forma siempre renovada, donde se encuentran y se influyen la naturaleza
y la cultura, en relación con el tiempo y el espacio, y mediante los cuales se afirma la
identidad, (la relación consigo mismo) y la alteridad, (la relación con los demás).

La promoción de la espiritualidad, como núcleo de los planteamientos fundamentales,


las planeaciones y las acciones que se realizan en COEVH, particularmente en la LT,
está orientada al acompañamiento de los procesos de los alumnos, a fin de que se
consoliden como experiencia de crecimiento integral, que tiene su expresión en la vida
cotidiana.

La vida cotidiana es ese espacio–tiempo en el que se da la dialéctica de lo rutinario y el


acontecimiento, la construcción y el proceso de búsqueda del acontecimiento, de la que
se derivan las búsquedas del mismo. Esto va tejiendo la vida humana y social en su
sentido más auténticamente humano (Lalive, 2008)

Es en lo cotidiano donde tiene lugar la transformación, que, en términos de


espiritualidad, llamaremos conversión. En el siguiente apartado se aborda cómo tiene
lugar esta conversión en la vida cotidiana.

La conversión en la vida cotidiana

En la vida cotidiana confluyen tres elementos fundamentales: el primero, la vida misma


donde tienen lugar el mundo y la naturaleza; el segundo es la consciencia de esta vida
y de estar en el mundo; el tercero lo constituye el transcurrir en la vida que conlleva a la
persona a los cambios entre los que se puede contemplar la transformación. Al
referirnos a la vida, es importante concebirla en el cuerpo. Para Husserl (citado en
Velázquez, 2006), es mediante el cuerpo como nos insertamos en el mundo: si no hay
cuerpo, no puede darse la relación de intersubjetividad, porque el cuerpo es el lugar

45
clave desde el que se organiza el mundo de la percepción. Toda cosa o cualidad se
orienta en torno al cuerpo vivido. Las características de cualquier ser viviente sólo
pueden ser recordadas o imaginadas con referencia al cuerpo. Es, a través del cuerpo y
de la percepción que se tiene de él, como se van a construir las relaciones con la
naturaleza, con lo que rodea y con los demás. El cuerpo no es un ente pasivo, sino que
tiene y construye relaciones consigo mismo y con su entorno; en este sentido se
encuentra en el mundo de las vivencias, es decir, nos conduce a la cotidianidad del
existir en el mundo, con el otro, por el otro (Velásquez 2006).

En lo que respecta a la consciencia de ser, en coincidencia con la concepción de


espiritualidad, la experiencia comprende una expresión interior y otra exterior que se
relaciona con el mundo y con el otro a partir de la vivencia. Desde esta concepción, se
comprende al cuerpo ligado al mundo. Merleau-Ponty (citado en Velásquez, 2006) se
refiere al “cuerpo vivido” desde una óptica de percepción. Con esto, se entiende que no
sólo se “está en el mundo” sino también “el mundo está en el cuerpo vivido” (p. 56).
Esta mirada quita lo inerte y lo ajeno a la experiencia del cuerpo y lo coloca en el
mundo de la vivencia, dando paso a lo cotidiano y a la interacción con el otro. Es decir:

Se establece una unidad significativa del cuerpo con los objetos o fenómenos
que se perciben. No se trata de una unidad pensada, sino de una unidad vivida.
La experimentación se comprende por el correlato que existe entre acciones
corporales que el cuerpo puede ejecutar y los objetos del mundo: esto es lo que
llamamos cotidianidad (p. 56)

En la medida que el ser humano cobra conciencia de su ser, entra en la dinámica de


percibir la espiritualidad desde la experiencia que comprende su mundo interior y
exterior, mismo que relaciona a partir de la vivencia, es entonces cuando el individuo
entrelaza ambas vivencias expresándolo en su hacer cotidiano; conciencia y mundo se
entrelazan en el cuerpo y se tornan en vida cotidiana. “Por lo tanto el cuerpo es la
manera como se accede al mundo y es también el lugar de aparición del mundo ante el
ser humano” (Velásquez, 2006, p. 56) Esta mutua influencia se da a través del cuerpo,

46
dimensión física de la persona humana, en la que se concreta, por su capacidad de
comunicarse mediante gestos, expresión y lenguaje, su relación con el exterior, con el
mundo y lo significa. Esto nos lleva a comprender la vida cotidiana, en el entrelazado de
vivencias, sentido y comunicación; elementos que permiten y producen la
transformación en la persona.

En lo que respecta a la transformación, de acuerdo a Ruiz (1998), implica hablar de


procesos, entendidos como una secuencia de manifestaciones distintas que se dan en
un sujeto, en un presente vivencial; un cambio en sus formas y en sus características,
sin dejar de ser él mismo. James (1986; citado en Velásquez; 2006), entiende la
transformación como una reestructuración mental. Las ideas y objetivos de los que
habla, hacen referencia a un centro de energía. Si la transformación se da en el campo
religioso, se denomina conversión.

Convertirse, regenerarse, recibir la gracia, experimentar la religión, adquirir


seguridad, todas éstas son frases que denotan el proceso, repentino o gradual,
por el cual un yo dividido hasta el momento, conscientemente equivocado,
inferior o infeliz, se torna unificado y conscientemente feliz, superior y correcto,
como consecuencia de sostenerse en realidades religiosas (James 1986, citado
en Velásquez, 2006, p. 5).

Este proceso tiene una relación íntima con el aprendizaje significativo, al ir


transformando los conocimientos previos a partir de la interacción con la nueva
información. A este respecto, la conversión está en que las ideas religiosas, que antes
eran periféricas en la conciencia de la persona, ocupan ahora un lugar central y esos
objetivos religiosos se tornan en el centro habitual de energía, lo que hace que se vaya
construyendo una manera diferente de entender la realidad y la cotidianidad, así como
de ir actuando en consecuencia con el cambio interior. Además, comprende una
modificación, como menciona este autor, ya sea repentina o gradual de sentirse más
feliz y unificado en lugar de dividido y equivocado. Es por eso que el COEVH, en los
planteamientos respecto de la LT, valora profundamente la experiencia y la vida

47
cotidiana. Es en esta donde se revela el proyecto de Dios, y también en ella queda de
manifiesto la complicidad humana que se “engancha” a ese proyecto, para que en este
mundo que es tiempo y espacio vivido, esta se desarrolle, mediante acontecimientos
significativos provocadores de creación y de vida, realizados por personas y grupos
capaces de transformar las realidades humanas; en contraposición de acontecimientos
también de vida cotidiana, que son fuente de opresión y de muerte.

Como se hacía mención en apartados anteriores, de acuerdo con Rogers (1985), la


experiencia es todo aquello que está en el organismo y de lo cual la persona puede
tener o no consciencia. Para que pueda hacer una simbolización correcta de estos
aspectos, incluyendo el acceso a su fe y a su espiritualidad, se requiere que dos
personas estén en contacto, lo que lleva a que el campo experiencial de la una y la otra
se modifiquen. Sólo que, para que la persona tenga acceso a su experiencia, aún hacia
aquellos aspectos que le puedan resultar amenazantes, se requiere que una de esas
dos personas, que en el caso de COEVH, es el acompañante, pueda promover una
relación basada en la congruencia, la aceptación y la empatía; condiciones que facilitan
el cambio, que, para este reporte, se considerará la conversión. Es decir, la
experimentación de la gracia, hacer consciente la experiencia de la fe en la vida
cotidiana.

Para abonar más en el concepto de experiencia, en el apartado siguiente se aborda la


relación entre Experiencia y Teología

2.1.3.4 Experiencia y Teología

Se han abordado algunos conceptos fundamentalmente antropológicos que concuerdan


con la tarea de COEVH, de plantear una teología de y en la experiencia, esto es, que
arraigue en la vida de las personas y de los grupos, provoque cambios y
transformaciones en las vidas de los individuos y de la sociedad en la que inciden.

48
Es importante ahora encontrarnos con la Teología, entendida como la reflexión
científica acerca de Dios, de sus atributos y perfecciones, de su proyecto de salvación
para el hombre, conocida a través de la Revelación, esto es, por la Palabra que el
mismo Dios dirigió al hombre y que ha sido escrita en la Biblia. La teología es una
herramienta indispensable para acercarnos a la revelación de la Palabra de Dios. La
teología cristiana basa sus estudios en dos campos: el cristológico que se centra en la
vida y persona de Jesucristo y en el misterio trinitario que reconoce a un único Dios;
Padre, Hijo y Espíritu Santo (Ruiz, 1998).

En la LT, se promueve una teología espiritual, una rama de la teología general que
retoma la reflexión y la lleva a la experiencia y aterriza en ella. Esto es, que lo que
conocemos de Dios y de su proyecto por la Palabra reflexionada, arraigue en la vida de
las personas y de los grupos, se convierta en experiencia y provoque cambios,
transformaciones en las vidas de los individuos y de la sociedad en la que inciden. La
razón es, porque en esos ambientes de fuerte experiencia humana y cristiana, es donde
de verdad “se aprende” la ciencia del Espíritu (Ruiz, 1998).

La teología es, por lo expresado, válidamente objeto de enseñanza académica, de


estudio sistemático y de investigación, pero juntamente considerada como fuente de
vida, de la vida del Espíritu que provoca transformación en las personas, en la sociedad
y en el mundo. En busca de este aprendizaje experiencial, en el que está implicado
todo el sujeto, el COEVH realiza su trabajo de hacer teología: la teología espiritual. Vida
y teología espiritual tienen como característica, hacer muy presentes los datos de la
realidad experiencial e histórica.

Checa (1992) menciona que la teología espiritual requiere de programas, personas,


instituciones, medios de investigación y recursos pedagógicos, con el rigor científico de
todos los campos formales del saber, a la vez que destaca la exigencia del manejo de
la experiencia, de la que hay que dar razón, saber valorarla críticamente, y, desde una
fe consciente, aportarle nuevas luces y perspectivas. A este propósito, dice el Concilio
Vaticano II:

49
Aprendan los alumnos a vivir según la forma del Evangelio; a cimentarse en la fe,
la esperanza y la caridad, para alcanzar con la práctica de esas virtudes el
espíritu de oración, conseguir la fortaleza y defensa de su vocación, lograr el
vigor de las demás virtudes y aumentar en el celo por ganar a todos los hombres
para Cristo (OT 8).

Al hablar el Concilio, de la formación de los futuros sacerdotes, el planteamiento resulta


válido y pertinente, cuando se trata de la formación de los agentes de la pastoral de la
espiritualidad, debido a que el mensaje que llevarán a sus hermanos, sólo se convierte
en “buena noticia” cuando procede de personas, en cuya vida y experiencia el Señor
Jesús y el proyecto de Dios, han llegado a serlo. Es por eso que COEVH hace los
planteamientos que se han venido exponiendo.

2.1.3.5 Experiencia de Dios en las experiencias humanas

De acuerdo a Ruiz (1998), el hombre es protagonista, junto con Dios, de un proyecto


que lo hace avanzar hacia su propia plenitud de una manera integral: en su dimensión
corporal y espiritual; en su dimensión histórica, personal y social. El proyecto de Dios
para el hombre es una relación, y ésta sólo puede darse cuando ambos interlocutores
desean la relación y se involucran en ella.

En esta relación con el hombre, Dios actúa y se revela: el hombre es elegido, tratado
como una persona responsable y libre, llamado a una relación que es alianza de amor;
pone en manos de su libertad la acogida y la respuesta a un proyecto al que lo llama y
en el que lo invita a implicarse, y a tener en cuenta también la vida de los demás
hombres, de sus semejantes, a los que la persona llamada no puede ser indiferente
(aspecto social) (Herráiz, 2001).

Por su parte, el hombre, al actuar como sujeto libre, lo hace con todo su ser, con sus
estructuras y dinamismos: su corporalidad, sus pensamientos, sentimientos, imágenes
y, deseos. Lo que hace, que verdaderamente la persona humana sea quien entre en
50
relación de fe y amor con Dios y con sus semejantes: que viva según el Espíritu, su
relación con la comunidad, la historia y la existencia. Es, en resumen, quien vive en la
cotidianidad la experiencia de Dios que le humaniza y le transforma haciéndole
semejante a su Hijo, Dios y Hombre (Maccise, 1989).

De acuerdo a lo anterior, nos damos cuenta de que la existencia cotidiana de la


persona humana está saturada de sentido, es ahí donde se abre su consciencia como
conocimiento sensible y afectividad sensible: o lo que es lo mismo, sensibilidad
cognoscitiva y afectiva. Esta sensibilidad, en la medida en que la persona va viviendo
un proceso de crecimiento humano – espiritual, adquiere una actitud en la que se
intensifica o concentra la energía psíquica, su actuación alcanza planos más hondos en
los que se encuentra con su propia sabiduría, su captación de valores espirituales, y
también, donde responde mejor a la acción y a la presencia de Dios en su ser, como
creador, como padre, redentor e inspirador de sus acciones (Castro, 1986).

La experiencia humana y la presencia percibida de Dios en ella, hacen que la persona


capte personas, cosas y sucesos que la rodean, como personas, hechos y cosas a la
luz de Dios. Es así como se coloca en relación con la historia, que es presencia de
Dios, expansión psíquica, mediación teologal. Se abre paso la sabiduría espiritual, que
es al mismo tiempo adoración y acción: la persona se vive ante Dios como hijo y ante
sus semejantes como hermano, comprometido en un dinamismo de acción
transformadora (Ruiz, 1998).

En resumen, el plan de Dios para el hombre se convierte en experiencia cuando en él


se involucran, por una parte, Dios que invita y el hombre que acepta y acoge; dicho plan
se convierte en experiencia de vida en los detalles, acontecimientos y decisiones de
cada día, a través de los que el hombre se va transformando por la acción de Dios, a la
que responde y lleva consigo la transformación de la sociedad y del mundo. A
continuación, se revisa como se vincula el Desarrollo Humano en para dar paso a esta
experiencia de Dios en la vida cotidiana.

51
2.1.4 Desarrollo Humano desde las cuatro dimensiones de la relación.

Ha quedado expresado en los puntos anteriores lo que entendemos y manejamos como


Desarrollo Humano, así como la importancia del ECP, en relación con la espiritualidad y
la teología espiritual. Del mismo modo, en el apartado anterior quedó expuesto el
concepto de experiencia de Dios que las personas viven en lo cotidiano de la propia
vida. La reflexión que corresponde hacer en este apartado es cómo, desde la
antropología y desde la espiritualidad, esta experiencia de Dios crece en la medida en
que el desarrollo integral de la persona se va realizando, a partir de las cuatro
relaciones que la humanizan: la relación con el universo, con el otro, consigo mismo y
con lo Trascendente. A continuación, se describen.

La relación con el universo es probablemente la primera relación en la vida de las


personas. El niño se comunica por los sentidos para empezar a conocer su mundo: esta
es la comunicación con “lo otro” que se abre, que se le presenta. Poco a poco irá dando
sentido a las cosas, al mundo. As,í esta relación con el universo está abierta hasta
horizontes inmensos, donde la persona, en la medida en que va ampliando su
conciencia, se integra en este universo, lo promueve, lo respeta (Díez, 1984).

La comunicación con “el otro” como semejante, prójimo o hermano, se efectúa


normalmente a partir del gesto y la palabra. Es también un proceso de descubrimiento
del otro como un “yo” fuera del yo interior, en el que el niño se refleja, o se prolonga,
pero que, al avanzar en el proceso de maduración, se da la relación interpersonal,
necesaria también para la humanización de la persona, y en la que se abre no sólo en
extensión, sino a profundidad, dándose la simpatía, la amistad, la empatía, el respeto,
que llevan a la comunión y la participación (Checa, 2000).

Posterior a la relación con lo otro (el universo) y el otro (el semejante) , cuando la
persona ha adquirido una cierta maduración psíquica, tiene lugar la comunicación
consigo mismo o intrapersonal. De acuerdo con un sano personalismo, siguiendo a
Mounier en (González, ausente), el ser persona es el modo propiamente humano de la
existencia humana, y, es a la vez una tarea constante a lo largo de la vida, es el
esfuerzo por “humanizar a la humanidad” (p. 7). Esta tarea posee algunos rasgos que

52
configuran a la persona, como: la autoconciencia en el enfoque radical de la realidad, el
sentido de la vida como historia del propio ser, o como proyecto de personalización, y la
percepción de la autorresponsabilidad como clave de comprensión de la libertad
personal; libertad “de” y libertad “para” (Mounier, p.7 en González, ausente). Estas
características significan que la persona vive en contacto consigo misma, que tiene una
comunicación con el propio yo, que es autoconciencia, que le abre la puerta para la
“serificación”, o construcción de sí como persona, en diálogo consigo misma, con su
historia, sus búsquedas.

Al ir adquiriendo un cierto nivel de maduración, surgen en la persona grandes


interrogaciones en este sentido: ¿quién soy yo?, ¿de dónde procedo?, ¿a dónde voy?,
¿qué sentido tiene mi vida? Al reflexionar acerca de estas y otras preguntas, el nivel de
conciencia se amplía, se da la relación consigo misma, se hacen espacios de silencio a
fin de que sea posible “salir” de sí, ser en el mundo en el que se encuentra con otros
“yos”, que la relación convierte en “tús”. Esta humanización, remite a la persona a sí
misma, al mundo como cosmos, a los demás como semejantes y al Trascendente
(Díez, 1984).

Finalmente viene la comunicación humana que se abre a la relación con el


Trascendente, “el Otro”, como suprema y absoluta trascendencia. En términos del
padre Checa (2000):

A esto se llega por una Fe implícita, por la contemplación del universo y del
hombre, de la vida, por la sensibilidad ante la belleza, o la intuición de la verdad:
o por esa inconsciente “percepción extrasensorial y transpersonal” que permite
adivinar al Otro (p. 46).

Es decir, a Dios llegamos a partir de nuestra relación con el universo, con los otros y
con nosotros mismos. Es en este sentido, que la propuesta de Desarrollo Humano se
convierte en un camino para llegar a esta experiencia de comunicación con Dios, pues
la propuesta de Rogers (señala el año de la obra, pues tu afirmación anterior lo
requiere), es precisamente promover el cambio a partir del encuentro con otro que lleva
al propio encuentro consigo y con sus posibilidades, que pueden ser, de acuerdo a

53
Marcel (1971), estar religado desde su raíz al Dios fundante de su existencia humana,
es decir, “ser-hacia-Dios” , llamado a trascenderse en Él como en su infinitud
plenificadora.

El hombre camina hacia un infinito que le atrae, y es fundamento de su constitutivo,


estar en el camino hacia la superación de sí mismo. Es la puerta abierta hacia la
elevación y plenitud humanas, que deja al hombre siempre en libertad para reconocer y
aceptar tal trascendencia. Es, en resumen, el hombre quien decide dar la más radical y
libre respuesta, a la no menos radical y libre llamada a su “consistencia
autotrascendente” (Díez, 1984). Finalmente, el mismo autor concluye que esta
concepción del hombre como diálogo, como comunicación, es la que, al convertirse en
fidelidad y continuidad, adquiere sentido y permite a los individuos orientarse en las
múltiples y cambiantes relaciones con su entorno, así como integrar lo nuevo en la vida
de siempre y dar significado a la acción. Es decir, formar la propia identidad, como
forma de definirse a sí mismo en las cuatro relaciones descritas: con su entorno, con el
otro, consigo y con el Otro trascendental, para responder a la pregunta: “¿quién soy
yo?”

En total coincidencia con esta perspectiva encontramos el pensamiento de Martin Buber


citado en la tesis doctoral de Cohen (2007). Buber fue un filósofo judío que inspiró el
pensamiento de Rogers, especialmente en lo que corresponde a la relación. Este
filósofo sustentaba que la relación tiene lugar en tres esferas: con la naturaleza, con los
hombres y con las formas inteligibles. Ahora bien, describe que en estas esferas
pueden tener lugar dos formas de interacción. Una que denomina Yo – Ello que es
cuando la persona se sitúa ante estas tres esferas como un observador, sin tener un
intercambio, teniéndolas como objetos. Y a la otra interacción la llama encuentro Yo –
Tú que es cuando se encuentra con otra persona y puede tener un intercambio que lo
transforma y lo trasciende. También puede tener un encuentro similar con la naturaleza,
sólo que en este encuentro no puede evidenciarse con claridad la reciprocidad. Es
decir, la persona puede dar cuenta desde sus sensaciones de lo que recibe de los
elementos de la naturaleza y cómo estos la transforman, sin poder asegurar, qué recibe
la naturaleza de él. En coincidencia con Checa (2000) , Buber (en Cohen, 2007),

54
menciona: “Cada una de estas puertas da acceso a la presencia del Verbo, pero
cuando debe tener lugar el encuentro pleno y perfecto, estas tres puertas se reúnen en
un solo portal que es el de la vida real, y no podrías decir por cuál de las tres has
entrado” (p. 37). Es decir, el encuentro Yo – Tú con las tres esferas, lleva a un
encuentro con lo Trascendente. También habla de que este encuentro es promovido
por ese Otro y es el hombre el que acude a ese llamado.

Hasta ahora se ha mencionado lo que sucede en relaciones armoniosas, o Yo – Tú, de


las cuatro dimensiones desarrolladas por Checa (2000). Sin embargo, cuando esas
relaciones se alteran puede venir el caos que se traduce, para la relación con el
Universo, en la crisis ecológica, donde el hombre abusa de la naturaleza. Cuando las
relaciones con el otro se deforman, se habla de crisis sociales que se manifiestan en
enfrentamientos, tales como guerras, injusticias, pobreza y egoísmo, entre otras. En lo
que respecta a la relación consigo, cuando se tienen crisis de tipo personal, estas
tienen que ver, sobre todo, con una relación inadecuada consigo mismo y cuando este
deterioro es en la relación con Dios, tiene lugar una crisis ética. Es por lo anterior, que
se convierte en un compromiso ético la promoción de relaciones saludables que tengan
que ver con un encuentro Yo – Tú, y en cuya contemplación, pueda llegarse a esta
experiencia de Dios y el compromiso con su Proyecto como brújula para que el hombre
llegue a su plenitud en su día a día.

Últimas consideraciones

Según, Velazco (2014) autor actual de la época neo-rogeriana, a lo que se denominó,


psicología transpersonal, considera más adecuado llamar desarrollo espiritual. Una
exponente de gran relieve lo ha sido Ana María González Garza, otra discípula de
Rogers. Ella ha trabajado intensamente en el estudio del desarrollo de la consciencia y
su expansión, hasta llegar al punto cúspide de la transpersonalidad que está en la
espiritualidad, en donde la conciencia se expande y se dilata hasta el encuentro con el
Tú del Trascendente. Ella se propuso también recoger el pensamiento de Rogers, en
su apoyo a la educación entrada en el estudiante. Vale la pena mencionar que el

55
desarrollo espiritual, sólo tiene una de sus expresiones en la práctica religiosa y que no
es privativo de la misma, sino juntamente con el cultivo de la espiritualidad que se
desarrolla en la vida cotidiana, es como se va dando la respuesta integral que el
hombre a lo largo de su propia historia, ha ido tejiendo para su desarrollo. (González, A.
2009).

2.2 Elementos relevantes de la experiencia de trabajo.

En el presente apartado se analizan las aportaciones que hacen los alumnos de la


Licenciatura en Teología, en las que expresan lo que van adquiriendo en este proceso
de formación, cómo lo ven reflejado en su vida cotidiana y cómo impacta su experiencia
en la sociedad y con quienes se relacionan, ya sea en su trabajo o área pastoral en la
que se desempeñan.
Con este propósito, se elaboró un cuestionario con siete reactivos (apéndice 1) en los
que se indaga sobre cuáles consideran que son los aprendizajes más importantes de la
LT, la aplicación de estos aprendizajes en su vida cotidiana, cómo esos aprendizajes
han favorecido el desarrollo de su espiritualidad, así como las condiciones para llevarla
a su vida cotidiana. Además, si esos aprendizajes han transformado su realidad, cómo
ha sido esto y, si estos les han brindado alguna comprensión acerca de su vida. Por
último, cómo el Enfoque Centrado en la Persona, ayuda a experimentar la
espiritualidad.
Este cuestionario se envió por vía electrónica a 25 alumnos, de los cuales contestaron
10. A continuación se pueden apreciar las respuestas que dieron a cada una de las
preguntas en diálogo con los autores revisados en la sección anterior.

56
Tabla 1: Respuestas al cuestionario: “Aportaciones de la licenciatura en teología “

PREGUNTA 1 Menciona 4 de los aprendizajes principales de tu proceso


formativo (expláyate, que no te limite el espacio)

RESPUESTAS

Participante 1 R1. Primeramente, a la experiencia propia de la relación con


Dios. Mi fe ha madurado
R2.he adquirido herramientas para el acompañamiento que
comprenden la formación integral de una persona
R3.he aprendido a ser crítica y no dar por hecho lo que se me
diga
R4. he aprendido a ser más abierta espiritualmente y
aventurarme a tener una experiencia diferente a lo que se me
había inculcado
Participante 2 R1. Para empezar, la oración que ejercita tu espiritualidad, y
segundo es una materia novedosa.
R2. En mi área pastoral me ayudó para mejorar mi relación con
los demás.
R3. Fue muy iluminador para mi persona y en el grupo al que
pertenezco para saber hacer mejor mis acompañamientos y
orientaciones personales y de grupo.
R4. Me abrió a una experiencia trascendente, además que mi
grupo por naturaleza es un grupo de búsqueda por la integridad
de la persona, porque la parte medular del objetivo de mi grupo
es el apoyo en rescate de las adicciones, yo mismo soy parte de

57
esa experiencia.
Participante 3 R1. Que el acompañamiento espiritual es uno de los medios
favorables para complementar el desarrollo humano, cuando la
persona es consciente de sus avances y une sus áreas de
crecimiento, dígase humano, desde lo corporal y espiritual
desde su esencia en su relación con Dios.
R2. Que el Espíritu Santo, es el verdadero Director Espiritual,
porque no depende de lo que las personas opinen, sino de los
caminos por donde Dios a través de su Espíritu impulsa al
acompañante y al acompañado, como acompañante principal
del proceso personal de cada persona
R3. Conocí también las características de un acompañante
desde Anselm Grun, como psicólogo y acompañante de
procesos, pero también en la materia se nos dieron otros
materiales importantes como éste de Carl Rogers del “Proceso
de convertirse en persona”, que especifica las características de
un acompañante y del acompañado, o del proceso.
R4. El desarrollo humano como trampolín para un proceso
espiritual

Participante 4 R1. Conocimiento personal


R2. Ampliar mi visión de la realidad
R3. Sentido crítico de lo que acontece
R4. Sentido de responsabilidad y compromiso como religiosa
dentro del Instituto y la sociedad.

Participante 5 R1. Primero para mí ha sido importante el conocimiento de la


Sagrada Escritura, su riqueza y la manera como está distribuida
a lo largo de la licenciatura, creo que es algo fundamental en la
vida de todo cristiano.
R2. También la riqueza de mi iglesia a través de las diferentes

58
materias que son dan, por ejemplo documentos de la iglesia,
Hinduismo, teología espiritual.
R3. La formación humana y la fundamentación de la persona,
que pienso esto es parte del proceso personal, a través del
conocimiento de mí misma y de lo que forma parte de mi vida.
R4. Como amplías tu panorama del mundo en el que vivimos, tu
visión y tu forma de juzgar cambia esto, se me hace muy
interesante porque te haces más perteneciente a este mundo
en el que vivimos.

Participante 6 R1. Consolidar la formación en mi persona.


R2. Conocerme más a mí misma, mis logros, necesidades y lo
que hace falta para por ir acomodando.
R3. Valorar la orientación espiritual y tenerla como algo
indispensable para seguir avanzando en el camino.
R4. Poder orientar, comprender y respetar el proceso de cada
persona en el ámbito que sea, humano, espiritual y pastoral.

Participante 7 R1. Cada una de las personas actuamos desde nuestra cultura,
circunstancias, educación familiar, eso nos va conformando y si
hacemos consciencia, podemos ir mejorando nuestra situación
diaria de vida.
R2. He encontrado una Iglesia en crisis, no es una situación
propia de mi parroquia. Estas crisis siempre han existido a lo
largo de la historia de la Iglesia, y es aquí donde me toca entrar
a mejora mi Iglesia con lo que estoy aprendiendo y siendo
consciente.
R3. La Sagrada Escritura, no es una novela o libro histórico, es
la revelación de Dios que es actual a mi época y el mensaje es
incluso hasta personal. Es en la exégesis de la Palabra que
vamos a tener respuestas y cercanía con Dios.

59
R4. Jesús es verdadero hombre y verdadero Dios, no importa
en qué porcentaje ni cuál de las dos naturalezas preponderan,
sino que fue en el ejercicio de su humanidad que descubrió su
divinidad. “Humano tan humano sólo Dios”.

Participante 8 R1. Encontrarme conmigo misma y reconocerme valiosa e


importante y sobre todo saber que dentro de mí está la
respuesta de todo cuanto ando buscando.
R2. El ir aprendiendo a preguntar y sacar mis dudas por más
simples que parezcan, así como cuestionar aquello en lo que no
me checa o no estoy de acuerdo
R3. Desenvolverme con más seguridad aportando mis ideas y
aprendizaje dejando de lado el miedo, y esa expresión de: “a
ver si me dejo explicar” o “no sé cómo decirlo” “a ver si me sale”
etc. Ya que eso me enfadaba y no sabía cómo quitarlo hasta
que por fin. Aunque sigo trabajando.
R4. Profundizar más en la oración en la búsqueda constante de
Dios. En este sentido la imagen o experiencia de Dios es otra,
diferente y me encuentro en la dinámica de irme encontrando
con ÉL y de aprender a estar con Él.

Participante 9 R1. - Todos los temas fueron muy interesantes y pues a mí me


ayudaron a mi crecimiento.
R2.- El conocer las actitudes y cualidades de un director
espiritual me llenan de esperanza para dejarme guiar.
R3.- Tomar conciencia de la necesidad de tener un director
espiritual que me ayude en mi caminar cada día.
R4.- Mi experiencia de ayudar a crecer en la fe a otros.

Participante 10 1. Las bondades del acompañamiento: cuando entré a esta


escuela, lo hice pensando en obtener mayores recursos

60
para la evangelización, pues soy un ferviente creyente en
la fuerza de la Palabra de Dios. No me equivoqué, he
obtenido mayores ideas y he aprendido a comprender al
ser humano y las partes que lo integran. Nunca me
imaginé que hubiera materias para prepararme como eco
pasante espiritual. Después de entender de qué se trata,
sin abandonar la predicación, le apuesto más a la
dirección espiritual, en el sentido de que en la
predicación puede que me capten la idea que transmito,
pero esta, no tenga que ver con la realidad, cosa que no
sucede al acompañar.
2. Por otra parte, dentro de la materia me doy cuenta que
aún la gente que buscamos de Dios, necesitamos un
camino trazado para evitar que el buscador ande a tontas
o a ciegas o dando tumbos.
3. Algo que significó mucho para mí, es el hecho de que al
acompañar no debemos ponernos en un papel de juez,
sino de una persona comprensiva pues es importante
hacer click con el otro y sobre todo inspirar confianza
para lograr la apertura a la acción del Espíritu Santo.
4. Otra cosa es: que a pesar de las flaquezas y debilidades
del ser humano, siempre hay que verlo como alguien que
en el fondo tiene una esencia buena, antes de vetarlo o
estigmatizarlos, debemos entender para acompañar la
importancia que tiene la esperanza, el amor y la fe.

Rogers (1985,) menciona que experiencia es todo lo que ocurre en el organismo,


incluyendo aquello que no se ha hecho consciente. Algunos alumnos mencionaron
como principales aprendizajes, la experiencia de Dios y su relación con lo trascendente.
De acuerdo a Maccise (1989), Dios está en constante comunicación con los hombres.

61
Por su parte, Herraiz (1991) destaca la importancia de que se convierta en una
experiencia de vida. Para estos alumnos, la Experiencia de Dios se hace consciente y
en consecuencia se modifica, van aprendiendo a estar con él y encuentran en la
oración un ejercicio de espiritualidad que hace posible “salir al encuentro” de Dios y
entablar este diálogo con él. Ausubel (1983) menciona que en el aprendizaje
significativo hay una modificación de la experiencia una vez que los conocimientos
previos interactúan con los nuevos. En este caso, una de las alumnas señala que se ha
aventurado a tener una experiencia espiritual diferente a la que le fue inculcada, otro
refiere que esta experiencia le ha permitido ampliar su visión de la realidad. Dos de
ellos hablan del conocimiento de la Sagrada Escritura como la revelación de Dios en la
que encuentran respuestas, y uno más, considera que su fe ha madurado. Uno de los
alumnos hizo mención de una valoración de la Iglesia Católica, con respecto a otras
orientaciones espirituales, sintiendo orgullo por la propia. Otro más, tomo consciencia
de la crisis por la que atraviesa actualmente la iglesia, lo que fortaleció su compromiso
para contribuir, a partir de lo que va aprendiendo y de lo que va tomando consciencia.
Algunos de ellos también se refieren a la importancia de una dirección espiritual y
consideran al Espíritu Santo como el verdadero Director espiritual; otro de ellos habla
de la necesidad de un camino trazado en la búsqueda de Dios. Como se observa,
pareciera que estos aprendizajes están relacionados con un tipo de aprendizaje de
transmisión de acuerdo a Freire (1997), aunque podría ser la forma en que ellos lo
describen. En contraste, tres alumnos señalan como sus principales aprendizajes, el ser
críticos, hacer preguntas y cuestionar aquello con lo que no están de acuerdo. Uno de
ellos habla de preferir la dirección espiritual a la predicación, pues en la predicación, las
personas pueden captar o no lo que él quiere transmitir; sin embargo puede que tal
predicación no se adapte a la realidad de cada oyente, mientras que la dirección
espiritual se conecta con esta realidad.

Podemos decir, que los alumnos van reconociendo elementos del Desarrollo Humano
como valiosos en sus aprendizajes. Entre ellos, uno de los alumnos menciona el
reconocimiento de una esencia “buena” en el ser humano, más allá de sus flaquezas;
otro se percata de que es más capaz de comprender al ser humano, y en este sentido,

62
uno más señala que comprender el contexto le ayuda a comprender cómo la persona
se desenvuelve. Varios de ellos mencionan como parte de sus aprendizajes el
autoconocimiento y una alumna hace énfasis en que ha aprendido a valorarse y
encontrar en ella sus respuestas; otro manifiesta que su relación con los demás ha
mejorado.

El acompañamiento es un aspecto que recibió varias menciones, unas en el sentido de


su importancia, otras con respecto a sus características, tales como: ser comprensivo y
brindar confianza para promover en la persona la apertura a la experiencia del Espíritu
Santo. Esto, en total coincidencia con lo planteado por Rogers (1987), acerca de la
importancia de establecer una relación en la que la persona sienta confianza y sea
comprendida, lo que dará como resultado según Rogers (1985), la apertura a la
experiencia, que en el caso presente se refiere a la del Espíritu Santo. También
señalaron de que este acompañamiento esté dirigido a crecer en la fe y que puede ser
humano, espiritual o pastoral.

Algunos alumnos destacan la vinculación que encuentran entre el DH y la


Espiritualidad. En una de las respuestas, el alumno señala al D H como el “trampolín”
para el proceso espiritual y varios conciben el acompañamiento espiritual como un
medio para desarrollarse como personas auténticas.
Estos fueron los aprendizajes que identificaron los alumnos de la LT que respondieron
al cuestionario “Aportaciones de la licenciatura en teología”. Pasamos ahora a analizar
en qué eventos de su vida cotidiana han puesto en juego esos aprendizajes, lo que
viene señalado en la Tabla1.

63
Tabla 1: Respuestas al cuestionario: “Aportaciones de la licenciatura en teología “

PREGUNTA 2 Describe los eventos de tu vida cotidiana donde se haya


puesto en juego estos aprendizajes

RESPUESTAS

Participante 1 Sin duda que en la pastoral aplico los aprendizajes adquiridos,


en el colegio con los alumnos. Sin dejar a un lado el trato en la
vida comunitaria

Participante 2 R: Me han ayudado bastante en las predicaciones de las


asambleas que tenemos de nuestra parroquia y en los
acompañamientos de los jóvenes drogadictos con los que
trabajo. Justamente mirar hacia atrás me lleva a darme cuenta
que en la medida que he ido adquiriendo herramientas en esta
licenciatura me vivo más comprometido para invitar a otros a
vivir un proceso de liberación que los integre más como
personas.

Participante 3 R: Creo que no tuve muchas ocasiones para poner en práctica


estos conocimientos con otras personas, por el escaso contacto
que tuve con ellas. Sin embargo, creo que me sirvió para
comprender mi propio proceso, pero también a comprender el
proceso de otros y a no juzgarlos. Dentro de las entrevistas que
realicé, claramente el contenido me sirvió de mucho para
abordar temas complejos, que quizás antes no había querido
tocar.

64
Participante 4 R: En mi propia persona en cuanto a mis decisiones y acciones
como religiosa, como mujer, en mi comunidad religiosa, el
apostolado, familia, compañeros.

Participante 5 R: en mi vida comunitaria a través de la convivencia, en mi vida


de oración, y a través del trabajo de mi historia personal y
acompañamiento.

Participante 6 R: En el proceso de ir purificando mi fe, y principalmente en lo


que se vive cada día en relación, en la vida comunitaria dentro
de la vida consagrada.

El saber que estamos en proceso, el ir conociéndome más y


descubrir mis capacidades, todo para descubrir lo que soy
capaz como persona y seguir trabajando aquello que aún hace
falta por acomodar.

Participante 7 R. En la relación con mi familia, desde hacerme consciente de


que el cambio comienza conmigo, desde mis circunstancias y
situaciones. Con mi mamá en ir aclarando o dando respuestas a
sus dudas con respecto a Dios y a la parroquia. Y en el ejercicio
de llevar a alguien en acompañamiento espiritual de este
cuatrimestre.

Participante 8 R: En las relaciones interpersonales dentro de la comunidad,


porque no siempre se iba en la sintonía con lo que iba
adquiriendo o incluso no siempre pude compartir por la
dinámica de la misma comunidad, ya que al llegar a la

65
comunidad por la noche ya todas estaban en sus cuartos.

Participante 9 R: en mi apostolado con los paciente y familiares.

Participante 10 Al acompañar sucedieron cosas como el clásico enganche entre


acompañante y acompañado, entendí la importancia de separar
las cosas y mantenerme al margen, entendí también por qué no
es positivo dar consejos y recetas, más bien ahondar en la
función de hacer que el otro se dé cuenta de su situación y
actúe.

Rogers (1987), dice que cuando las personas son aceptadas y apreciadas tienden a
desarrollar esa misma actitud hacia sí mismas, son capaces de escuchar con mayor
precisión el flujo de sus propias experiencias.

Al comprenderse y apreciarse a sí mismo, pasa a ser más congruente y a estar


más cercano de la propia experiencia. De este modo, la persona es más real,
más auténtica. (Rogers, 1987, p. 62)

A este propósito, los alumnos de la LT describen los eventos de su vida cotidiana en los
que han puesto en juego el aprendizaje de la propia aceptación. Ellos refieren que los
contenidos que van aprendiendo en la LT, los han ido conduciendo a relaciones
interpersonales más sólidas, al tiempo que van avanzando en un mayor conocimiento
de sus propias capacidades; esto lo dicen cuatro personas.

Al ir realizando este aprendizaje, lo relacionan con un avance en mejores y más


cercanas relaciones interpersonales, lo que contribuye a que tales relaciones sean más
significativas. Siete aportes se ubican en este campo.

66
Siguiendo el planteamiento de Rogers, él expresa que, ante todo, la actitud de
congruencia consiste en que la persona concuerde en su propia experiencia con su
pensar, sentir y actuar; es decir, que sea ella misma sin negar ni distorsionar su
experiencia. Esto supone una auténtica comunicación consigo misma a fin de poder
aceptar que está sintiendo lo que siente, así podrá elegir la manera de expresarlo
(Rogers, 1987).

Los aportes de los alumnos de la LT en este campo, expresan que su formación los ha
llevado a darse cuenta de su proceso vivido, que esto los integra más como personas,
que van afianzando su propia identidad, que han crecido en el trabajo de hacerse
conscientes su realidad a través del trabajo de su propia historia y que ahora tienen una
mayor comprensión para separar las vivencias personales de las ajenas, con lo que
evitan enganches y consejos. Cinco aportes constatan lo dicho en el contexto de esta
pregunta. En la misma línea en que se expresa Rogers, hablando de la congruencia y
de la autenticidad, para referirse a la propia experiencia, también Checa, (1992),
destaca la exigencia de tal manejo, que pide crecer en conciencia para dar razón de
ella desde una fe consciente, a fin de aportarle nuevas luces y perspectivas.

Al unir los planteamientos de Rogers (1987) y Checa (coordinador 1989), abordamos el


campo de la experiencia de espiritualidad, a la que los alumnos se refieren cuando
dicen que están viviendo un proceso de crecimiento en su fe, lo que incluye algunas
crisis que contribuyen a la clarificación de las dudas en su relación con Dios y con los
demás, y que estos mismos contenidos, presentes también en los que revisan con sus
alumnos, favorecen el que vayan aprendiendo a aplicarlos en la pastoral.

En las respuestas a las que se ha estado aludiendo, hay un contenido significativo


respecto de cómo tales aprendizajes favorecen la vivencia de la espiritualidad en la vida
cotidiana de los estudiantes, por lo que ahora se presenta el avance en el análisis de
las respuestas a la pregunta tres.

67
Tabla 1: Respuestas al cuestionario: “Aportaciones de la licenciatura en teología”

De los aprendizajes que obtuviste, ¿cómo te favorecen


para vivir la espiritualidad en tu vida cotidiana?
PREGUNTA 3

RESPUESTAS

Participante 1 Es de mucha ayuda, ya que la relación que tenga con Dios se


ve reflejada en el trato con las personas y en el
acompañamiento que llevo a cabo en esta materia

Participante 2 R: El de saber realmente orar de una manera más íntima y


profunda con esta espiritualidad. Ir a los demás como un ser
renovado y más integrado. Disfrutar que Dios me regala cada
día una oportunidad nueva. Haber aprendido que si alguien
necesita apoyo, ahora cuento con una experiencia para saber
escuchar.

Participante 3 R: creo que en primer lugar me ha ayudado a entender mi


proceso humano-espiritual como un camino hacia Dios que lleva
tiempo y que realmente necesita de otros para poder seguir en
proceso. La ayuda espiritual es muy necesaria, pero hay que
saber en quién buscarla, es decir, alguien con características
que realmente hablen de santidad de vida y acercamiento a la
realidad de las personas.

68
También aprendí que lo más importante de nuestra vida se
decide en cada día pero tiene que ser guiado por el Espíritu
Santo, de lo contrario cada día que pasa se vuelve inerte.

Participante 4 R: En cuanto al conocimiento personal, que todo es un proceso,


proceso que Dios acompaña, con su misericordia y libertad.

Voy tomando mayor conciencia de mi ser religiosa, es asumir un


compromiso con mayor responsabilidad, sentido de pertenencia
pero sobre todo coherente con lo que profeso.

Participante 5 R: pienso que en la autenticidad de mi persona, y en la lucha de


cada día conociendo mis fortalezas y debilidades pero con la
confianza en el Señor Jesús.

Participante 6 R: Me favorece dando luces para la vida, teniendo un panorama


más amplio de lo que es la persona, como siempre somos seres
en movimiento. Me favorece consolidando mi fe, creer en Él por
convicción propia y no tanto por como estoy en el momento.
(Sentimientos, emociones etc.)

Participante 7 R. Me favorece en el querer hacerme consciente de que Dios


está siempre presente conmigo, haga lo que haga, y aunque yo
no quiera.

Me Favorece en que voy obteniendo herramientas para poder


ayudar a superar la crisis de mi Iglesia desde la actualización de
los pastores de la comunidad y la educación antropocristiana de
los agentes de pastoral.

69
Participante 8 R: Por la experiencia que voy viviendo, mi relación con Dios es
más cercana, familiar, con una convicción de Dios en mi camino
y en mis decisiones; la misma relación con las hermanas y
personas en general, es distinta, más sana, atenta, y estoy
trabajando por ser más asertiva a la hora decir las cosas,
incluso, en mi relación con el cosmos es más consiente y
cuidadosa.

Participante 9 R: Tener un dialogo con Dios, oración a crecentar mi fe.

Participante 10 Ahora he aprendido a no ser tan severo con migo mismo, es


decir, si creo que en el fondo de la persona existen bondades
muy a pesar de sus flaquezas, con mayor razón trato de
comprenderme a mí mismo como tal, acepto mis
imperfecciones, acepto que tengo virtudes también, esto afectó
de forma positiva mi relación con Dios pues ahora le busco de
una forma más sincera y auténtica desde mi realidad, ahora me
veo como tierra más fértil.

Según Mounier (en González, 2016,) ser persona es una tarea constante a lo largo de
la vida, ha quedado expuesto a lo largo del presente trabajo cómo la espiritualidad es
experiencia de vida. Los alumnos de la LT, al responder esta pregunta, hablan de que
sus aprendizajes los están llevando a ir a los demás con un ser renovado y más
integrado, que cada día Dios les regala una oportunidad nueva a través de la cual viven
una mayor conciencia de la presencia constante de Dios en sus vidas, que Él guía su
camino y sus decisiones, las cuales están encaminadas a expresar un avance en el
proceso del uso de su libertad y de asumir los compromisos de vida con mayor
responsabilidad. Castro (1986), dice al respecto, que el crecimiento humano espiritual
es un proceso en el que la persona humana adquiere una actitud en la que intensifica y
concentra su energía psíquica, en lo que está de acuerdo con Rogers, (1996), quien
dice que la educación con enfoque humanista favorece la evolución personal, brindando

70
a los alumnos un margen amplio de libertad que favorece su crecimiento integral.
También a esto se refieren los alumnos, quienes hablan de entender mejor su proceso
humano-espiritual, que se perciben como personas más auténticas y dinámicas y que
han avanzado en la comprensión de sí mismas. En una de las respuestas se habla de
que se mira como tierra más fértil. Todas estas expresiones aparecen en siete aportes
referentes a la pregunta.

Velasco (2014) habla de llamar con propiedad a los procesos de crecimiento integral
como desarrollo espiritual. Por su parte Díez, (1984) expone que el hombre camina
hacia un infinito que le atrae y que es una parte esencial de su constitución al estar en
camino hacia la superación; que es el hombre quien decide dar la más libre y radical
respuesta a su “consistencia autotrascendente”. En este sentido, los alumnos de la LT,
expresan que a través de su carrera han abierto un camino hacia Dios que lleva tiempo
y que necesita el apoyo de otras personas para seguir en proceso; que en ese camino
requiere ser guiado por el Espíritu, de lo contrario cada día que pasa se vuelve inerte.
Otra aportación, expresa brevemente, que ha recibido luces para la vida. Estas últimas
respuestas se conectan con la experiencia de ser acompañados y el deseo de
capacitarse para prestar a otros este mismo servicio. Por ejemplo, un aporte dice “he
aprendido a estar si alguien necesita apoyo”, otro expresa su descubrimiento de que
“en cada persona existen bondades a pesar de sus flaquezas”. Mirando el ámbito de las
relaciones, hay una coincidencia significativa de los aportes que hablan de la
profundización de cada una de las cuatro dimensiones de Checa (2000): “mi relación es
más consciente y cuidadosa”. Por otra parte, en muchas de las expresiones a las que
hemos aludido en los renglones precedentes, se refieren a la mejora en el sentido y la
calidad de sus relaciones con los demás, al mismo tiempo que se miran a sí mismos
con mayor benevolencia y aceptación y autenticidad en sus manifestaciones; es decir,
han ampliado el nivel de su conciencia por lo que respecta a la propia experiencia.
Finalmente, encontramos expresiones que se refieren al crecimiento de su relación con
Dios, perciben más su presencia, dialogan con Él en la oración y esa misma presencia
es percibida en la evolución de sus actitudes de vida en las demás relaciones; a esto,
podemos llamarle crecimiento en la congruencia de vida.

71
Cuando los alumnos expresan cómo se ven favorecidos por el proceso que han abierto
en el curso de su carrera para vivir la espiritualidad en la vida cotidiana, permiten
asomarse a los contenidos de la pregunta número cuatro, en la que expresan las
condiciones para llevar la espiritualidad a su vida cotidiana.

Tabla 1: Respuestas al cuestionario: “Aportaciones de la licenciatura en teología”

¿Cuáles son las condiciones que se requieren para llevar la


espiritualidad a la vida cotidiana?
PREGUNTA
4

RESPUESTAS

Participante 1 apertura, experimentar a Dios en las personas y en lo sencillo

Participante 2 R: La oración como base para estar unido a la trinidad y


discernir de acuerdo a la voluntad de Dios, acercarme a las
personas para provocar una experiencia de Dios y un proceso
de transformación.

He constatado que Orar, me ha permitido crecer, me ha lanzado


a un desarrollo humano más integral, una maduración donde
ahora soy capaz de amarme, perdonar e impulsar a otros a
perdonarse en primer lugar, para que enseguida vayan a
perdonar a las personas que les causaron heridas que ahora
son el motivo de su falta de decisión, inmadurez y dolor. Esta

72
última descripción la refiero a la parte que pude vivir en mis
grupos de crecimiento, que vinieron a completar todo un
paquete de herramientas humano-espirituales, por eso, siento
que todas estas vivencias han pasado a ser parte de mi diario
vivir.

Participante 3 R: Tener un contacto vivo y extremadamente cercano a la


realidad que nos rodea, la espiritualidad no puede moverse en
un plano de lo “ideal”, tiene que dar respuesta a las
circunstancias de cada persona, en lo concreto de su situación.

Otro elemento a considerar sería la capacidad de la persona


que pretende acercar la espiritualidad a lo cotidiano, de
encontrar a Dios en lo simple, pero además transformando este
encuentro con Dios, en obras y acciones que le permita a los
demás “querer conocer” sobre una espiritualidad encarnada en
la historia.

Participante 4 R: Trabajo personal, apertura, disponibilidad y mucho


compromiso.

Participante 5 R: conocimiento personal, cambio de mentalidad y apertura al


crecimiento humano e intelectual. Bueno eso creo yo.

Participante 6 R: Dejar a Dios hacer en mí, lo cual se requiere humildad,


paciencia, generosidad y compromiso como verdadera hija de
Dios.

73
Participante 7 R: Estar consciente de la existencia personal, ver mi realidad
como persona, descubrir la necesidad de un cambio en mi vida,
buscar ayuda o iniciar por imitar la espiritualidad de alguien que
me cause admiración e ir personalizando o volviendo más
propia esa espiritualidad desde la intensidad de mí ser.

Participante 8 R: Trabajar y sanar todos los aspectos que conforman la vida


toda del ser humano para que a través de ello, haga presente a
Dios, no solo en mi vida, sino en la vida de los demás.

Participante 9 R: Dejarme guiar por el Espíritu Santo y estar siempre en una


vida de santidad, en una oración continua.

Participante 10 Buscar de Dios, ser sinceros, humildes, aceptar y asumir la


propia humanidad, guardar silencio, dejar que Él hable, discernir
su voz en el hondón cristiano.

Rogers y Kinget (1971) , exponen que el ser humano necesita que se le presenten las
condiciones adecuadas para desarrollarse o actualizarse, ampliar sus capacidades y
ser consciente de lo que experimenta, a fin de decidir cómo quiere manifestarlo; es
decir, para que pueda manejar eficazmente la propia experiencia, necesita percibirla
conscientemente, por eso la necesidad de ampliar el concepto de sí mismo y de incluir
en él todo, o casi todo, lo que vivencia, lo que se logra a través de las relaciones
interpersonales.

Los alumnos, en sus respuestas a la pregunta cuatro, ampliamente se refieren a estos


aspectos. Dicen requerir, para que la espiritualidad sea su experiencia y se manifieste
en la vida cotidiana, condiciones como apertura, experimentar a Dios en las personas y

74
en lo sencillo, relacionarse con Él cercanamente en la oración. Perciben también como
necesidad, el acercamiento a las personas como mediación para la experiencia de
Dios. Se refieren también a la necesidad de profundizar, ya que “las vivencias han
pasado a ser parte de mi diario vivir”; requieren el contacto vivo y cercano a la realidad
que les rodea, y en la experiencia de lo cotidiano, hablan de “encontrar a Dios en lo
simple”. Detrás de estas actitudes asociadas a la espiritualidad, los alumnos insisten, a
través de sus respuestas, en aspectos del DH, a los que Rogers (año), hace alusión
como actitudes básicas y como condiciones necesarias para promover el cambio en las
personas, tanto en sí mismos como en los demás, a partir de relaciones humanas
profundas y significativas. Se mencionan, a continuación, algunas de las respuestas
que ilustran este campo, como: “me ha lanzado a un desarrollo humano más integral”,
“ahora soy capaz de amarme”. Hablan también de apertura y de la necesidad del
conocimiento personal. En este tema, se da una resonancia de cuatro aportes. También
se encuentran coincidencias en la necesidad de cambio de mentalidad, de dar
respuestas en lo concreto de cada situación; refieren procesos de transformación, de
apertura al crecimiento humano; “descubrir la necesidad de un cambio en mi vida”.

Tales condiciones referidas al DH, son percibidas por los alumnos con una asociación
directa al campo de la espiritualidad, en el que la relación con Dios se clarifica y se
profundiza al mismo tiempo que la relación con los demás, se cualifica y se hace
significativa. Ejemplo de esto, son algunas de las respuestas que se mencionan a
continuación. “hacer presente a Dios, no sólo en mi vida, sino encontrarlo en la de los
demás”, “buscar a Dios, ser sinceros y humildes”, “discernir de acuerdo a la voluntad de
Dios”, “desde la espiritualidad, dar respuestas a las circunstancias de cada persona en
lo concreto de su situación”, “encuentro con Dios que se transforma en obras y
acciones”.

Como puede observarse, en mayor o menor grado, los participantes reportan la


necesidad de acrecentar el nivel de consciencia, lo que dispone a las actitudes de
apertura, aceptación de sí mismo y de los demás, -congruencia-, como propone Rogers
(año), para que las relaciones sean significativas. Se observa también una insistente

75
alusión a la necesidad de llevar todas estas actitudes a la cotidianidad en la que se
transforman en vida, y a su vez, transforman la vida, como puede apreciarse en las
respuestas a la siguiente pregunta.

Tabla 1: Respuestas al cuestionario: “Aportaciones de la licenciatura en teología”

PREGUNTA 5 Estos aprendizajes, ¿han transformado tu realidad? ¿cómo?

RESPUESTAS

Participante 1 Sí, mi relación con Dios cambió, incluso la imagen que tenía de
él y eso se refleja en el apostolado y en el trato con los demás

Participante 2 R: En el mejor trato con los demás, llevar un acompañamiento


espiritual personal, trabajar la oración para mayor unión con
Dios y que me lleva a ser impacto con mi familia, amigos, grupo
donde llevo a cabo mi acción pastoral. No puedo dejar de
reconocer que estar estudiando aquí, en la LT. es el mejor
regalo que Dios me ha dado, porque con esto he podido
confirmar que si muchas veces me busqué y creí encontrarme
en el fondo de las drogas, cuando me encontré con Dios y lo
hice parte de mis proyectos, mi entorno, mi relación con los
demás, mis decisiones personales, TODO, se volvió un cambio
en mi diario caminar, dejé de ver la vida como un rutina.

76
Participante 3 R: creo que por ahora, solo me han ayudado a transformar mi
realidad personal, haciéndome ver con más misericordia a las
demás personas. Antes era muy propensa a fijarme en los
errores de los otros, pero ahora me fijo más en la persona como
tal, tratando de ver en ellas procesos inacabados e imperfectos,
pero en esa lucha de mejorar cada vez.

Participante 4 SI___ ¿cómo?

R: Desinstalándome y entrar en un proceso de conocimiento y


aceptación, ver las cosas de otra manera, quitando ideas y
criterios que no van, teniendo una nueva visión de lo que
realmente es fe, ser cristiano.

Participante 5 R: buscando mi propio bien y el de los demás, buscando una


trascendencia, y una coherencia de vida a través de los
acontecimientos diarios.

Participante 6 R: Han transformado mi realidad, porque hasta cierto punto se


viven crisis que te permiten no seguir igual, es doloroso y cuesta
pero esto mismo te va trasformando en algo más auténtico, que
te hace caer en la cuenta de que hay algo que “no sé qué”
pero hace que se vayan acomodando muchas cosas dentro de
la misma persona.

Participante 7 R: Sí. Mi relación con Dios comienza a tomar rumbo e incluso a


crecer. Dejé por un tiempo de relacionarme con Dios, no sabía
cómo hablarle, se volvió un monólogo de petición y como no me

77
concedía lo que quería, simplemente dejé de hablarle hasta
para pedir. Al ir estudiando, me dio la necesidad por volver a
hablarle pero lo hacía como cuando estaba pequeño, mejor
dicho intentaba hacerlo pero no podía, así fue como me di
cuenta que mi espiritualidad comenzó el camino de maduración
y mi realidad es otra; estoy en el camino de construcción.

Participante 8 R: ¿Cómo? Haciéndome más consciente de mi realidad toda,


dándome unas sacudidas tremendas, que me han llevado a
encontrarme conmigo misma y con Dios.

Participante 9 R: En ver cada momento de mi vida desde otro enfoque


confiando siempre en Dios y permanecer unida a él y ver los
hechos desde otra óptica con más claridad.
Participante 10 Como lo decía en anteriores respuestas, ahora le apuesto más
a la dirección espiritual que anteriormente, aprendí que para
acompañar al otro, es necesario también ser guiado, la
combinación que he logrado entre la predicación y el
acompañamiento espiritual de grupos ha sido genial, hoy
domingo estoy llegando de dar un retiro, en el cual no sólo
hablé, sino que escuché a los compañeros del grupo y pude
retroalimentar desde lo aprendido en clase, es una maravilla la
reacción, pues ahondamos en lo que la Palabra de Dios
removió en el interior de cada uno, madre, me encanta el
acompañamiento espiritual a grupos.

Rogers (1975), al hablar de la educación desde un contexto humanista, dice que el


proceso educativo se propone alcanzar el crecimiento de la persona basado en la
libertad. Es decir, que la educación ha de promover un proceso de desarrollo con la
fuerza necesaria para que los educandos sean agentes activos de su propio desarrollo,

78
y a la vez, de la transformación de la sociedad de la que forman parte. Teniendo como
punto de referencia esta afirmación, el presente análisis se centrará en las respuestas a
la pregunta número cinco, que precisamente, se propone indagar si los aprendizajes de
la LT han transformado la realidad de los estudiantes y cómo ha sido dicha
transformación.

En primer lugar, podemos decir que hay una total coincidencia de los diez alumnos que
respondieron, en el sentido de que sí ha habido transformación en su vida, de modo
que nos centraremos en cómo ha sido.

Mirando los aspectos o dimensiones del DH, algunas de las respuestas señalan que se
ha ido transformando la realidad personal. Esa transformación se va desglosando de la
siguiente manera: “haciéndome ver con más misericordia a las demás personas”, “me
fijo más en la persona como tal, veo en ella procesos inacabados e imperfectos, pero
en esa lucha por mejorar cada vez”. Estas respuestas nos remiten a las actitudes
básicas que Rogers (1987), presenta como necesarias en la relación interpersonal, para
que se produzcan en la persona cambios en dirección positiva, pudiendo ella, retomar
su natural tendencia al crecimiento. Esas mismas actitudes van siendo el estilo de la
persona que crece, en la medida en que se percibe aceptada incondicionalmente,
avanzando así en el proceso que la hace ser más real y auténtica. El contenido de los
aportes va en esta dirección: busco “una trascendencia, una coherencia de vida a
través de los acontecimientos diarios”, “entrar en un proceso de autoconocimiento y
aceptación”, retomé “el camino de maduración y mi realidad es otra; estoy en el camino
de mi construcción”.
En el contexto de la espiritualidad, Ruiz (1998), la describe como teología. Esto es,
doctrina y al mismo tiempo vida y experiencia, añadiendo que, por la fe, la espiritualidad
trae a la experiencia de vida lo que Dios revela de sí mismo para que dé dirección y
sentido a la experiencia humana. A este respecto, los aportes de los alumnos, señalan
que, “cuando me encontré con Dios y lo hice parte de mis proyectos, mi entorno, mi
relación con los demás, mis decisiones personales, TODO, se volvió un cambio en mi
diario caminar, dejé de ver la vida como una rutina”. Otros aportes mencionan que ha

79
ido “quitando ideas y criterios que no van, teniendo una nueva visión de lo que es ser
cristiano”; que se han encontrado consigo mismos y con Dios; que, en fin, su vida la
perciben desde otro enfoque, con mayor confianza en Dios y con un mayor interés por
los demás, que se va volviendo un compromiso de vida.

Finalmente, se presentan respuestas de los alumnos que tienen qué ver con la
experiencia vivida en la cotidianidad, dimensión ésta, indispensable para que la
espiritualidad sea auténtica. Como lo señala Ruiz, (1998); que la experiencia es un
saber que se adquiere cuando salimos de nosotros mismos y nos enfrentamos con toda
clase de realidades, aprendiendo, corrigiendo, perfeccionando el saber acumulado.
Esto mismo se encuentra presente en las respuestas de los alumnos, quienes
reconocen cómo van produciendo cambios dentro de su persona en la que su relación
con Dios va tomando un rumbo que la lleva al crecimiento, manifestado en el trato que
dan a los demás, ahora de mayor calidad. También hablan de ser más tolerantes en los
detalles de cada día, así como de su perseverancia a tiempos de oración. En fin, el
aspecto cotidianidad se aprecia presente en la mayor parte de los aportes que dan sus
respuestas a esta pregunta. Ahora bien, en la siguiente pregunta se verá la
comprensión que se obtiene de la vida a partir de los aprendizajes aquí mencionados.

Tabla 1: Respuestas al cuestionario: “Aportaciones de la licenciatura en teología“

PREGUNTA 6 ¿Qué comprendes de tu vida, a partir de estos


aprendizajes?

RESPUESTAS

Participante 1 No contestó

80
Participante 2 R: Que he podido afianzar más mi fe, creció mi oración con
mayores formas o maneras renovadas de orar, me confirmó lo
que creía, entiendo más conceptos teológicos que me favorecen
para ponerme en contacto con Dios y vivirme en plenitud desde
el momento en que he me siento un ser integrado y en relación
Conmigo mismo, con los demás, con el cosmos y con Dios.

Participante 3 R: que la espiritualidad es algo muy personalizado, no todos


tenemos las mismas experiencias de Dios, ni los mismos
niveles de conocimiento. Por lo cual es muy importante
reconocerme con lo que soy y también con lo que tengo para
poder llevar ese camino de vida espiritual, desde mi realidad y
no desde la realidad de otros. Las necesidades de alguna
manera van configurando la vivencia de Dios y con ello la
vivencia de la espiritualidad, al menos en algunos momentos,
así es.

Participante 4 R: No se es la misma después de entrar en este proceso, algo


se mueve dentro y cambia la manera de ver la realidad y vivirte
dentro de esa realidad, son nuevas concepciones, nuevos
criterios, pero también son más preguntas, nuevas crisis que
hay que enfrentar y superar.

Participante 5 R: que mi vida es gracia, es don que hay que saberla vivir y que
todo es aprendizaje y crecimiento, la valoro.

Participante 6 R: Comprendo que soy un ser en movimiento, en proceso y por

81
lo tanto inacabable, esto me ayuda hasta cierto punto a
comprender a los demás sabiendo que cada uno tenemos
nuestras luchas y con ello diferencias que conforman una gran
riqueza para vivir en plenitud cada día, así como dejando a Dios
hacer de nosotros vasijas nuevas.

Participante 7 R: comprendo que cuando niño actuaba como niño, y de grande


esa era la única forma que sabía actuar, pero me llegó la hora
de avanzar y espero en Dios no desanimarme y si el desánimo
toca mi puerta, aun me quedan varios cuatrimestres para
confrontar y ejercitar mi voluntad, únicamente para seguir en
esta dinámica el resto de mi vida.

Participante 8 R: Que Dios está más dentro de mí misma que ni yo misma, y


que por lo tanto es dentro de mi donde lo puedo encontrar y
lograr ese trato muchas veces con aquel que sé que si me ama
– diría santa Teresa - .

Participante 9 R: Que siempre hay algo nuevo, en mi persona , y en los demás


valioso.

Participante 10 Pues que mi vida es útil, muy útil diría yo, experimento un nuevo
llamado, tengo nuevos bríos, finalmente estoy recibiendo
respuesta las preguntas que me había planteado, pues para ser
franco, me sentía estancado y sin elementos para continuar en
el camino de Dios

Rogers (1987), señala que cuando las personas son aceptadas y apreciadas tienden a
desarrollar una actitud de aceptación hacia sí mismas, aumentando su capacidad para
escuchar de una mejor manera el flujo de sus propias experiencias, por lo que éstas
pueden ser mejor comprendidas por la propia persona. La pregunta que se hizo a los

82
alumnos se refiere a lo que expresa esta afirmación de Rogers. En el ámbito del DH, los
alumnos encuestados hacen alusiones que iluminan las experiencias que han ido
viviendo a lo largo de la LT, como; “reconocerme con lo que soy y también con lo que
tengo”, “no se es la misma persona después de entrar en este proceso”, “cambia la
manera de ver la realidad y vivirte dentro de ella”. Son abundantes las expresiones que
continúan refiriéndose a este ámbito. Siete de las diez personas que respondieron,
abundan en respuestas con estos contenidos.

También tocan las personas su experiencia de espiritualidad, como más consciente,


con un crecimiento en su comprensión y con la ampliación de la misma, lo que ubican
en diversos aspectos de sus manifestaciones, como afianzar la fe, crecer en la vida de
oración, poseer ahora maneras renovadas de orar y vivirse integrado en los cuatro
ámbitos de sus relaciones. De acuerdo a Ruiz (1998), la experiencia de Dios se da
cuando Dios y la persona humana, ambos, desean la relación y se involucran en ella.
Es desde allí, como la espiritualidad se transforma en estilo de vida que se manifiesta
en la vida cotidiana. Las respuestas que reportan los encuestados también se refieren a
ello; dicen que van adquiriendo una riqueza para vivir en plenitud cada día, el camino
de la vida espiritual desde la propia realidad, configurando así la vivencia de Dios, y
otras expresiones semejantes.

En los ámbitos de comprensión que expresan los alumnos, se encuentra también el


aspecto dinámico en el que reconocen que su vida se ha convertido en un proceso de
encuentro con Dios y con sus semejantes, así como de asimilación nueva de los
valores del evangelio. Maccise (1989), expone que la relación de fe y amor con Dios y
con sus semejantes se vive en la cotidianidad de la experiencia de Dios, que humaniza
y transforma. Algunas de las respuestas de los alumnos sintonizan con estos
contenidos. Hay expresiones tales como “vivir en plenitud cada día”, “renovar mis
maneras de orar”, “aún me quedan varios períodos de estudiante para confrontar y
ejercitar mi voluntad”, “quiero seguir esta dinámica el resto de mi vida”; o bien, “voy
encontrando respuesta a las preguntas que me había planteado”.

83
De acuerdo con este breve análisis, encontramos que el hecho de cursar la LT, ha
abierto procesos de comprensión, ampliación y profundización de la propia experiencia,
lo que se refleja también en la capacidad para verbalizarla. Pasamos ahora a la última
pregunta que tiene el propósito de que los alumnos expliciten la vinculación que
perciben del ECP con experimentar la espiritualidad en la vida cotidiana.

84
Tabla 1: Respuestas al cuestionario: “Aportaciones de la licenciatura en teología”

PREGUNTA ¿Cuáles consideras que son los aspectos más relevantes,


7 desde el Enfoque Centrado en la Persona, que ayudan a
experimentar la espiritualidad en la vida cotidiana?

RESPUESTAS

Participante 1 Comprender la dignidad de sabernos partícipes del Reino de


Dios

Comprender y aceptar mi realidad

Saberme una persona en proceso de cambio constantemente

Participante 2 R: Una actitud de escucha que me permite estar abiertos a las


mociones del espíritu, la aceptación incondicional por mis
hermanos que me compromete con el otro, la empatía que he
aprendido a saborear cuando con gozo comparto o me
comparten una experiencia de vida, saber estar, que es la
constante oración mediante esa relación amorosa que desde el
concepto de Santa Teresa de Jesús, es “estar muchas veces
tratando a solas con quien sabemos nos ama” este criterio me
favorece para evaluar mi fidelidad a Dios, mi compromiso con el
hermano y vivir esta hermosa vida en la Gracia de Dios.

Participante 3 R: Bueno, creo que ya he respondido antes a esto, pero en fin.


Supongo que tener a la persona como centro, es algo muy de

85
nuestra época, porque todo gira en torno al ser humano, por lo
cual es necesario que los procesos sean personalizados, y
como harían otros psicólogos que nos han precedido y han
usado la expresión “enfoque centrado en la persona”, implica
tomar conciencia de que la otredad es una persona, que no
necesita ser juzgada sino acompañada. Además se trata de
poner mucha atención a su desarrollo y a sus capacidades, para
que esto mismo se convierta en herramientas que le ayuden a
superar las diversas situaciones que la vida le pueda poner
enfrente.

Participante 4 R: Es una experiencia que no se queda solo en conceptos y


teorías sino que se baja a la propia persona y se hace vida.

Participante 5 R: como ya comentaba el conocimiento personal, descubrir la


mirada de Dios en mi misma, ver al otro como hermano y sobre
todo mi relación con el entorno.

Participante 6 R: Considero que es necesario tener muy claro el enfoque


humano, para poder identificar quien soy, y donde me
encuentro, de esta manera puedo clarificar la vida en el Espíritu
dentro de la vida cotidiana.

Participante 7 R: El conocimiento de la realidad de la vida humana de Jesús y


la historia de vida de los santos que es súper diferente a las
imágenes de bulto impresas que tenemos de ellos.

86
Participante 8 R: El aspecto humano con su historia y experiencia familiar
cotidiana, ya que una vez purificada la imagen de Dios,
aprenderé a vivir de otra manera, más profunda, espontanea;
una vez centrada en mis creencias me desenvolveré mejor,
libre, realizada, responsable. Mi espiritualidad esta permeada en
todo mi ser, en los diferentes aspectos de mi vida.

Participante 9 R: Reconocerme un ser humano una persona que necesito de


los demás para darme cuenta que existo, confiar en Dios
siempre.
Participante 10 La parte central en el acompañamiento es la misma persona es
lo más importante, en ese sentido, ahora entiendo mejor el
aforismo cristiano “trata a los demás como quieres que te traten
a ti” pero a la inversa, “trátate a ti mismo como quieres tratar al
que acompañas” por lo que es importante hacer de lado incluso
el adoctrinamiento para pasar a lo que realmente mueve el
interior de la misma persona.

Las tres actitudes básicas que describe Rogers (1985), dan a la relación interpersonal
una calidad promotora del desarrollo humano y están en sintonía con el ECP. Al confluir
en la relación las tres actitudes fundamentales que señala el autor, hacen que la
relación sea auténtica y disminuyan los temores de la persona a asomarse a su propia
experiencia. Las respuestas de los alumnos de la LT al respecto, se conducen en una
variada línea de comprensión. Algunos contestan en forma teórica, como: “tener a la
persona como centro es algo muy de nuestra época” o “no se necesita ser juzgada sino
acompañada”; en cambio, la mayoría de los aportes señalan aspectos que son
relevantes desde el ECP: se refieren a comprender la dignidad de la persona; todo gira
en torno al ser humano y atender al desarrollo de sus capacidades.

87
Rogers (1985), expresa que El ECP afecta la experiencia del individuo, quien al
comprender y apreciar el sí mismo, éste pasa a ser más congruente con la propia
experiencia, y de este modo la persona pasa a ser más real, más auténtica.

Algunos de los aportes de los estudiantes, sitúan las propuestas del ECP en las
relaciones interpersonales, tanto las de los demás hacia la propia persona, como las
que ellos construyen hacia los demás, en torno al respeto, a la aceptación de la
persona, a la tolerancia y valoración.

Ruiz, (1998) expresa que es así como la persona se coloca en relación con la historia,
que es presencia de Dios, expansión psíquica, mediación teologal. Se abre paso la
sabiduría espiritual que es al mismo tiempo adoración y acción: la persona se vive ante
Dios como hijo y ante sus semejantes como hermano, comprometido en un dinamismo
de acción transformadora.

En cuanto a lo que específicamente se refería la pregunta, los alumnos mencionan


aspectos relevantes, precisamente en el ámbito de la espiritualidad: aquí mencionan la
dignidad de hijos de Dios, la relación oracional como una relación amorosa y de
amistad. Se refieren al campo de las relaciones con Dios, mirándose amados por Él,
como hijos, objetos de su mirada, cuidado y atención, y de manera complementaria, la
relación hacia Dios como aceptación del compromiso con quien nos ama, sentirse
movidos a la fidelidad como respuesta al amor de Dios.

En este mismo ámbito, de la relación desde la espiritualidad, las respuestas ubican las
relaciones interpersonales que se optimizan por la experiencia espiritual, porque mirar
al otro en su dignidad, saber que ese otro es mi hermano, cercano, que Dios vive en él
lleva mutuamente a una comunicación más profunda, más allá de las palabras. Al
respecto, retomamos lo dicho por Buber (en Cohen, 2007), que en la relación puede
haber dos formas de interacción; una que denomina yo-ello que es cuando la persona
se sitúa ante las tres esferas (naturaleza, hombres y formas inteligibles) como un
observador sin tener un intercambio, teniéndolas como objetos. Y a la otra interacción la

88
llama, encuentro Yo-Tú, que tiene qué ver especialmente cuando se encuentra con la
otra persona y puede tener un intercambio de ser a ser que lo trasciende.

Lalive (2008), en lo que se refiere a la experiencia en la vida cotidiana, dice que ésta es
como ese espacio–tiempo en el que se da la dialéctica de lo rutinario y el
acontecimiento, la construcción de lo cotidiano y el proceso de búsqueda del
acontecimiento, de la que se derivan las búsquedas del mismo. Esto va tejiendo la vida
humana y social en su sentido más auténticamente humano. En las respuestas de los
alumnos se dan expresiones como: “mi espiritualidad está permeada en todo mi ser en
los diferentes aspectos de mi vida”. Esta expresión, parece recoger en forma rica, los
elementos que se encuentran en otras respuestas: el aspecto humano con su historia,
experiencia familiar cotidiana, hacerlo vida, saborear cuando gozoso comparto, y otras
expresiones semejantes, todas ellas insertas en la realidad de especio – tiempo en la
persona vivida.

Al concluir este breve análisis de las respuestas que los alumnos de la LT dan al
cuestionario “Aportaciones de la licenciatura en teología”, para mí se ha abierto un
amplio panorama de los recursos que se hacen vida en el curso de la licenciatura, así
como de aquellos otros que es conveniente optimizar, todos ellos profundamente
insertos en el ámbito del DH, atado, o mejor, integrado con la espiritualidad;
dimensiones ambas que se funden en las implicaciones de la cotidianidad, en la que
encuentran su más profundo significado.

2.3 Perfil profesional personal

Mi gran logro ha sido entrar en el espacio del DH, por tanto, es el campo en el que
desarrollaré el perfil profesional en el que me he ido formando y cobrando experiencia;
como facilitadora de Desarrollo Humano.

De 1990 a 1993 cursé la Licenciatura en Contaduría Pública. Mi gran equivocación fue


pensar que ser buena para las matemáticas podía significar que a ese campo podía
dedicar toda mi vida. Así lo creí, y así también lo creyeron mis superioras, quienes
89
estaban buscando una hermana que tuviera ese perfil para capacitarse en el campo de
la contabilidad. Así llegué a la universidad, y simultáneamente, a colaborar con la
hermana ecónoma provincial. A eso siguió el pasar a ser responsable de esa área de
servicio durante ocho años, en los que me convencí de que mi vocación era mucho más
humanista que contadora. En 1998 y 1999, casi al final de este largo período, realicé un
Diplomado en Integración Humana que me abrió un panorama diferente. Al terminarlo,
de 1999 a 2002, fue cuando se abrió para mí la opción de mi ingreso a la Maestría en
Desarrollo Humano en el ITESO. Fue cuando por fin encontré lo que había estado
buscando como “a tientas”.

En agosto de 2002, a escasos tres meses de haber concluido la maestría en DH, me


estrené como facilitadora de la materia en “Grupos de crecimiento” en COEVH. Poco a
poco, ha sido posible detectar los nuevos aprendizajes acuñados mediante la evolución
de los grupos que me ha tocado facilitar. A quince años de experiencia, me veo
reflejada en la vivencia que expresa William James a principios del siglo XX, cuando en
1902, vive la experiencia mística, él, que en el campo de la psicología ha tenido un
lugar tan importante, deja en claro que es fundamentalmente un místico. De esa
experiencia, por lo menos identifica tres puntos que destaca:

Argumentó que la religión residía dentro del individuo; mediante esto, explicaba
que la fuente de la religión, primera y última, proviene de la experiencia propia.
James enfocó, entonces, en “documentos humanos vivos” los testimonios
personales de gente acerca de su despertar religioso (James, 1994).

Frente a esta experiencia sostenida por James (1994), puedo entender que también mis
vivencias comprenden nuevos aprendizajes, en la medida en que, a través de la
facilitación de grupos de crecimiento y otras asignaturas que conforman la LT, he
llegado a decir que, mediante la transparencia y docilidad de quienes conforman los
grupos, “Dios se abaja a mí y se deja tocar con mis manos”. Independientemente de
psicologías, filosofías, o cualquier otro término acuñado por las ciencias, palpo el DH
como un canal de crecimiento, que impulsa a quienes entran en un proceso de

90
desarrollo a partir de la LT. Aunque en mi currículum aparece una licenciatura en
Contaduría Pública, la realidad es que nunca practiqué al 100% lo que pude aprender
de ella. Es en el campo humanista donde me defino como profesional, me encanta el
humanismo y por ese mismo motivo, gozo grandemente, dejándome tocar por lo
sensible, lo sencillo, lo humano pero que está profundamente impregnado del amor de
Dios. Retomo las palabras de James (1994):

El autor concluyó, que la verdad de estas experiencias místicas podría ser


medida solo en términos de sus resultados: por sus capacidades en incrementar
la calidad estética y moral de la vida diaria y para mejorar las interacciones entre
las personas. “Por sus frutos los conoceréis” se convirtió en la medida de James
para probar cualquier creencia religiosa (James, 1994).

Lo que James, (1994), concreta a través de las vivencias, me genera un impulso nuevo,
cuando mediante una expresión evangélica “por sus frutos los conoceréis”, plasma la
proyección de cualquier experiencia religiosa, que indistintamente de credos o
religiones, trasciende en su calidad estética y moral al relacionarse con sus semejantes.
Ese es mi proyecto como facilitadora y acompañante de grupos; que cada uno de mis
alumnos sea capaz de acoger su proceso formativo en una dinámica propositiva, con
una participación activa y dinámica que favorezca su propio crecimiento y el de los
demás. Sin dejar de lado lo que implica hacer vida el respeto, la tolerancia y
consideración, a fin de obtener herramientas sólidas y adecuadas para lograr una
integración humana que los lleve al logro de sus metas y objetivos de vida. En la Tabla
2 se detalla mi perfil profesional:

91
Tabla 2: Perfil profesional

Facilitadora de Desarrollo Humano

Estudios Formales Maestría en Desarrollo Humano

Filosofía de vida Las actitudes van más allá de los gestos. Porque el
respeto, integridad personal, empatía, autenticidad y
honestidad, así como una apertura a la experiencia y
a la novedad donde ninguno se considere producto
terminado y cada día sea capaz de comprometerse
con el proceso de su DH, que luego incidirá en sus
acciones de compromiso con sus semejantes.

Además, tengo la firme convicción del potencial del


ser humano, que lo capacita para desarrollarse y
trascender.

Valores que impulsa la LT: Interés por las relaciones


de ayuda, responsabilidad, sentido de vida,
conciencia, cotidianidad, experiencia, Amor por la
vida, Libertad y respeto a la persona.

Desarrollo de habilidades Favorecer la empatía, congruencia, aceptación


básicas a nivel cognitivo y incondicional.
experiencial. Creación del clima para la relación facilitadora, auto-
exploración, reflexión.
Acompañar procesos de crecimiento.
Relación inter-personal e intra-personal.
Reconocimiento de los propios recursos
Poner límites para relaciones sanas.
Interés por la persona.

Desarrollo de habilidades Observación cualitativa,


complementarias Análisis y síntesis.
Comunicación

92
2.4 Prospectiva de ejercicio profesional

Al terminar este trabajo que me ha pedido volver sobre mi desempeño profesional de


quince años, que van desde el término de la maestría hasta el momento actual, me
encuentro con la riqueza de que lo que aprendí ha sido significativo, tanto en mi vida
personal como en mi desarrollo profesional. Esa retrospectiva me facilita extender la
mirada hacia el futuro profesional y entrar en él con un rico bagaje de conocimientos
significativos, que marcan una dirección que creo que ya no podré, ni quiero desviar

El acompañamiento a los grupos y personas de los estudiantes de la LT en COEVH me


ha aportado la habilidad para acercarme a las personas y a su experiencia. Ahora ha
crecido mi caudal y estoy convencida de que tengo los recursos, que la experiencia y la
autoformación a la que la MDH me abrió la puerta, son la riqueza personal que gustosa
pongo y seguiré acrecentando para cualificar mi valioso aporte al desarrollo integral de
las personas que Dios quiera poner en mi camino.

Valoro infinitamente el hecho de las personas a las que, habiendo encontrado en


situación de pasividad, o de bloqueo, logran levantarse y activar procesos que las llevan
a vivirse como valiosas, amplían sus perspectivas y crecen, se encuentran a sí mismas,
cualifican sus relaciones interpersonales y viven la alegría de ser ellas mismas.

Por otra parte, reafirmo mi interés fundamental por las personas y la satisfacción
personal que experimento al compartir con otros la riqueza y el gozo del descubrimiento
y del encuentro con lo más valioso de sí mismos. Reconozco que he ido primero
descubriendo, y progresivamente reafirmando, como mi vocación de servicio, este
campo del DH con el que me identifico profundamente.

Aún más, por mi misma vocación de mujer consagrada y mi pertenencia a una familia
religiosa, cuyo carisma es mantener viva y acrecentar en el mundo la experiencia del
Dios vivo, que es maravillosamente cercano y solidario con la humanidad y con cada
persona, que tengo la fortuna de mirar el DH en una forma más amplia y significativa,
pues el crecimiento humano no se detiene en el ámbito de lo inmanente, sino que crece
hasta posibilidades infinitas por la gratuidad de Dios que las ama. Desde esa

93
convicción, la espiritualidad es el complemento riquísimo del DH, hasta hacer que la
persona se descubra como hija muy amada de Dios, como verdadera hermana de sus
semejantes, lo que le abre unas perspectivas tan amplias que no se cierran ni con la
muerte, que es el final de esta vida.

No quiero olvidar en esta reflexión otras perspectivas valiosísimas que se abren desde
el DH a las personas que participan en los grupos de crecimiento: la dimensión grupal,
que crea comunidad y que está presente en mi consciencia profesional. Esta
dimensión, tan urgida en un mundo postmoderno que se ha venido caracterizando por
un individualismo cada vez más acentuado y que rompe las potencialidades más
auténticamente humanas. Está en mi prospectiva y en mi deseo la formación para la
comunidad, que también se ve coronada desde la experiencia de espiritualidad, en
fraternidad, por ser hijos de un mismo Padre.

Todo lo que acabo de expresar, me lleva a reafirmar mi compromiso con el DH integral


de las personas y grupos, compromiso que se ha visto concientizado y potenciado por
la experiencia de la realización del presente trabajo que he elaborado para mi titulación,
y que, en mi experiencia personal, significa también el cierre satisfactorio de esta etapa
de mi formación profesional que antes no había podido concluir.

94
CAPÍTULO III CONCLUSIONES Y PROPUESTAS

3.1 La experiencia de construir este reporte

Un sueño a punto de lograrse después de quince años. En repetidas ocasiones


acudí a ITESO para solicitar información sobre la modalidad de titulación de la MDH,
con la esperanza de que me sorprendieran con algún cambio, pero no, la respuesta
reincidía en: “tesis o tesis”. Me planteaba la posibilidad, pero una vez más, desechaba
la idea considerándola un mal pensamiento por el tiempo tan escaso para dedicarlo a
un proyecto de investigación.

Un maestro egresado también de la MDH, que trabaja en ITESO y también en COEVH,


me alertó de la opción que se estaba presentando para egresados con más de tres
años de haber concluido la maestría. A lo que me sentí convocada a aceptar la
propuesta, y por fin, cerrar esta experiencia que abrí hace quince años, misma que me
presentó la oportunidad de un cambio para mi crecimiento intrapersonal, capaz de
reubicar experiencias, de vivenciarme empática cuando en cada grupo de crecimiento
mis alumnos me regalan sin reservas, con la apertura al descubrimiento de su yo más
sagrado. Además de descubrir en tal experiencia, la cercanía de Dios, que me deja
tocarle con mis manos a partir de las vivencias de cada persona.

Por lo tanto, la experiencia de construir este Reporte, me ha vuelto a acercar a las


vivencias de algunos de mis alumnos que han puesto a mi alcance materiales valiosos
que confirman lo que considero haber vivido por quince años. Cuando me enviaron de
regreso los cuestionarios, me forjé la idea de que por la dimensión de sus escritos se
trataba de un compartir ligero, de poco contenido, sólo por cumplir. Incluso, confieso
que mi suposición se esfumó, cuando en la medida en que hacía el vaciado de cada
pregunta, en busca de analizar tras un soporte teórico, pude distinguir mi error; mis
alumnos siguen siendo lo máximo y volvieron a poner a mi alcance la transparencia de
su alma.

Sentir que vuelvo a ITESO, a la fuente que me lanzó a crecer, me emociona y me vivo
nuevamente regalada y con impulso renovado para continuar mis proyectos en pro de
95
seguir creciendo y de acoger a quien busque el DH, el acompañamiento y la
espiritualidad.

3.2 Evidencia de la apropiación de los conocimientos adquiridos en el curso de la


Maestría en Desarrollo Humano en desempeño profesional

Al terminar la MDH mi estado de ánimo era optimista: había logrado lo que se me


presentó inicialmente como un sueño; cargada de conocimientos estimulantes para
abrir los caminos que aparecían como la cristalización de un servicio profesional muy
deseado.

Fui enviada, supuestamente para que pudiera hacer la tesis, a colaborar en COEVH, en
la LT. Eso me abrió inicialmente la posibilidad de colaborar, facilitando los grupos de
crecimiento que llevan los alumnos como parte del plan de estudios. Desde el principio
procuré, y en cierta medida, logré dejar evidencias del desarrollo de los grupos, como
fotografías, grabaciones y en momentos específicos cuestionarios, u otros tipos de
trabajos que elaboraban los estudiantes. Sin embargo, pronto fui requerida para
desarrollar otras varias funciones en la escuela, todas, bastante demandantes.
Simultáneamente intenté, sin éxito, empezar formalmente la tesis.

Con todo lo anterior, mi participación en los grupos de crecimiento ha continuado desde


entonces, lo que ha sido muy rico y en lo que he podido poner en práctica muchos de
mis aprendizajes de la Maestría. Al mismo tiempo, mi participación en la LT se ha ido
ampliando hacia el campo de la espiritualidad, complementándose maravillosamente mi
aporte. He compartido repetidamente las asignaturas de “Acompañamiento espiritual”, y
“Pastoral de la Espiritualidad”. Ambos temas se complementan y para mí han
representado una excelente oportunidad de compartir, en la combinación de los campos
del DH y de la espiritualidad, mucha de la riqueza que fui adquiriendo en el curso de la
maestría, por supuesto, traído al campo concreto de la LT. No han sido los únicos
temas que he aceptado compartir, pero sí los más representativos, y los que me han
significado un mayor nivel de satisfacción. Por otra parte, me han dado la oportunidad

96
de una actualización constante. Aquí también puedo agradecer la capacitación que el
ITESO me dio para abrir mis posibilidades de autoformación y de seguir aprendiendo.

3.3 Evidencia de la apropiación de los conocimientos del Desarrollo Humano en


otras áreas donde este conocimiento repercute.

Reflexionando sobre lo que podía reportar en este apartado, me vino a la memoria


cómo llegué al inicio de la maestría y cómo ha sido mi vida después. Me centraré en los
beneficios que he obtenido y que se expresan en diversos campos de mi vida.

El primero que necesito mencionar es el de mi comunicación fraterna al interior de mi


congregación. Encuentro que la Maestría me enseñó a escuchar sin elaborar juicios, lo
que ha optimizado mis relaciones. Entender y practicar la empatía y la aceptación, han
contribuido claramente a que las hermanas se sientan acogidas y entendidas.

En lo que respecta a mi familia, había aprendido a cargar sobre mí los problemas de


todos, con el dolor de no poder solucionarles la vida, pero me empeñaba en ello, así la
consecuencia es que constantemente estaba agobiada y con frecuencia esto me
deprimía. La Maestría me dio elementos para analizar y poder mirar con claridad, qué
es lo que puedo realistamente hacer por ellos sin destruirme yo. No ha sido fácil, pero
también he aprendido a vivir una relación empática, en la que he descubierto que mi
función es de escucha aceptante, de clarificación, de acogida empática, desde un
trabajo sobre mí en la congruencia, mostrarme con ellos como la que realmente soy, sin
perder de vista que las decisiones las toman ellos. En momentos ha sido doloroso, pero
siendo ellos adultos, no puedo ni es conveniente cargarlos, van siendo lo que ellos ven
conveniente y yo acepto que no son yo, que resuelven sus situaciones de acuerdo a
ellos mismos. Esto también es para mí un aprendizaje valioso.

Debido a mi capacitación a nivel de licenciatura, ocho años presté al interior de mi


Congregación el servicio de ecónoma provincial, ámbito que yo he rechazado

97
emocionalmente. Gracias a los ricos elementos que me dio la Maestría, lo pude llevar
adelante acogiendo y ayudando a las hermanas ecónomas locales, a las
administradoras de las obras institucionales escuchando, ayudando, orientando y en
ocasiones, subsanando situaciones, de las que las más complicadas suelen ser las del
área fiscal. Las actitudes aprendidas fueron la clave para un servicio solidario y
compartido, que tuvo para mí la ganancia de acrecentar mis buenas relaciones con mis
hermanas religiosas, entre las que se encuentran algunas que tienen muchos temores y
rechazo a este servicio. Para mí es claro el logro, tanto en la eficiencia del servicio
como en la relación.

3.4 Consideraciones finales

Finalmente, estamos cerrando el trabajo propuesto. Es el momento de recuperar, junto


con la experiencia, (lo que ya quedó en un punto anterior), la síntesis, quizá de
aprendizaje, de logros, de expectativas que pudieron quedarse en el tintero.

a) Lo que resultó y no esperaba.


De entrada, imaginé que el trabajo sería mucho más breve, o ligero, algo como
para salir al paso de un grupo de pasantes que, después de varios años de
concluir sus respectivas maestrías, no habían logrado cerrar procesos. El tiempo
que se propuso desde el principio contribuyó a crear esa expectativa, que por
una parte me daba la oportunidad de llegar a la meta, aunque por otra, no dejaba
de ser un tanto decepcionante el tener que concluir “de cualquier manera”.
Al finalizar el trabajo, y después de no pocas desveladas, atores, gritos de auxilio
y también de gozos y satisfacciones, recojo una experiencia de aprendizaje que
da significados nuevos y ricos a quince años de desarrollo profesional en un
campo noble de encuentro con las personas y contribución en su “construcción
humana”.

98
b) Logros y dificultades
El primer logro que aparece frente a mi vista es el mismo final del trabajo. Hubo
algunos momentos en los que creí que no lo lograría. Mi trabajo profesional es
muy demandante y hubo que sacar tiempo, muy a pesar de las dificultades,
dejando postergados otros que deberían estar al corriente, en relación con las
autoridades educativas. Pero al fin, está el logro en el tiempo que fue
programado.
El término del trabajo significa “cerrar mi círculo” de maestría, lo que en no pocos
momentos de mi vida profesional, creí que no se llegaría a obtener. Me alegro
sobremanera por este logro y agradezco al ITESO y a mi asesora, más
cercanamente, su paciente, pero firme trabajo de acompañamiento para que
pudiera darse. ¡Muchas gracias, Laura!
Ya apuntaba en el punto anterior que ha sido para mí un logro importante la
resignificación de mi desempeño profesional en un período que no es corto:
quince años. Esto me motiva grandísimamente a poner renovado empeño y
cariño en mi desarrollo profesional.
En cuanto a las dificultades, me parece que las puedo situar en la carga de
trabajo, lo que me llevó a vivir este tiempo y el desarrollo del trabajo con un nivel
alto de estrés. En este sentido, qué bueno que no pedía una mayor prolongación
en el tiempo, por el desgaste que lleva consigo. Por otra parte, si tuviera un poco
de relax, pudiera disfrutarse mejor, pues, aun así, tuvo gozo, satisfacción, fue
motivante.

c) Propuesta
El hecho de realizar este trabajo para obtener el grado, nuevamente me ha
conectado con la riqueza que en mi vida significó mi paso por la Maestría. De
esta nueva toma de conciencia están surgiendo, desde el inicio, nuevos
cuestionamientos a mi desempeño profesional. El ámbito donde lo realizo es
tierra fértil para el DH integral, que puede, y en muchas ocasiones requiere la

99
creatividad que haga crecer y fructificar las semillas que se siembran
asiduamente. Un centro de acompañamiento sistemático está esperando para
ponerse en marcha. Cuento con una plataforma que abre las puertas del
crecimiento, así en la LT como en los demás programas que se desarrollan en
COEVH, cuento también con un equipo de acompañantes espirituales,
psicólogos, y otros profesionales que están dispuestos a prestar un servicio
interdisciplinario y apoyarse con supervisión mutua en el desarrollo profesional.
Esto me motiva a seguir creciendo profesionalmente.

Sugerencia
Me quiero permitir dar una sugerencia. De acuerdo a mi experiencia, es que la
MDH quitara un poco de rigidez al planteamiento de la titulación. Fui al ITESO no
menos de una docena de veces en diferentes tiempos, buscando siempre un
resquicio para cumplir los requerimientos al respecto. Siempre encontré la misma
rigidez: “tesis o tesis”. Hice varios intentos que quedaron truncados por mis
circunstancias de trabajo unidas a lo que estoy expresando. Por eso me alegré al
recibir la información de que se abría una oportunidad que podía aprovechar.

Ya en el contexto de esta alternativa, que me ha parecido buena, creo que puede


afinarse si llega a existir para otros la misma oportunidad: Si para la realización
del trabajo son veinte semanas, pudiera planearse unas tres jornadas de trabajo
como la que tuvimos el sábado 1 de octubre. A mí me clarificó en varios
aspectos importantes el desarrollo del trabajo. Creo que daría mayor eficacia con
un poco menos de desperdicio de tiempo y energías, tanto a los asesores como
de los pasantes. Por lo demás, agradezco la oportunidad de concluir la maestría
y me alegro mucho de poder lograrlo.

100
REFERENCIAS

Álvarez, T. (2007). 100 Fichas sobre Teresa de Jesús. Burgos: Monte Carmelo.

Álvarez, T. (2001). Libro de la vida. En Obras completas de Santa Teresa de Jesús.


España: Monte Carmelo.
Obtenido de: http://www.parroquiavaldespartera.com/wp-
content/uploads/2012/07/S.Teresa-de-Jesus-Obras-completasNOOO.pdf
Consultado el: 27 de junio de 2016

Arias, W.. (AGOSTO-DICIEMBRE 2015). Carl R. Rogers y la Terapia Centrada en el


Cliente. UNIFE, 23, 141- 148.
http://www.unife.edu.pe/publicaciones/revistas/psicologia/2015_2/W.Arias.pdf

Ausubel, D.. (2002). Adquisición y retención del conocimiento: una perspectiva


cognitiva. Barcelona-Buenos Aires - México: Paidos.
https://books.google.com.mx/books?id=VufcU8hc5sYC&printsec=frontcover&dq=David+
Paul+Ausubel,+Joseph+Donald+Novak,+Helen+Hanesian+Trillas,+1983+-
+623+p%C3%A1ginas&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjamP6Y2PLPAhWI5SYKHSYUCtE
Q6AEIMzAE#v=onepage&q&f=false

Biblia de Jerusalen, (2009) Bilbao: Desclee de Brower,

Boff, L. (1978). La experiencia de Dios. Bogotá: Indoamerican press service.

Bravo, A. (1993. La espiritualidad Ignaciana ante el siglo XXI, p. 15 México,


Universidad Iberoamericana
https://books.google.com.mx/books?id=U9LRxRcehOoC&pg=PA276&lpg=PA276&dq=B
ravo,+A.+(+++++).+La+espiritualidad+Ignaciana+ante+el+siglo+XXI,+p.+15&source=bl&
ots=FXDoB89F5c&sig=0gzMdnoeGUaVGnrf8Zx6ZWUMYXA&hl=es&sa=X&ved=0ahUK
Ewia68_bwPLPAhXBMyYKHd2SC74Q6AEIGzAA#v=onepage&q=Bravo%2C%20A.%2
0(%20%20%20%20%20).%20La%20espiritualidad%20Ignaciana%20ante%20el%20sigl
o%20XXI%2C%20p.%2015&f=false

Castaneda, C. (2008). Seis enfoques psicoterapéuticos. México: Manual Moderno.

Castro, S. (1986). Hacia Dios con San Juan de la Cruz. Madrid: EDE.

Checa, R. (2000). Orar es amar. México: CEVHAC.

Checa, R. (1998a). Curso de Introducción y Pedagogía Dinámica para Animadores de


Primera Jornada de Contemplación Búsqueda de Dios. Naucalpan, Estado de
México: FLOMEN.

Checa, R (coordinador. 1985). Experiencia de Dios y sus Mediciones. México:


Progreso.

101
Checa, R. (1998b). La Oración Cristiana Contenido y Experiencia. México: CEVHAC.

Coeditores Católicos de México. (1992). Catecismo de la Iglesia Católica. México:


Offset Multicolor.

Cohen, S. (2007). Martín Buber y su aproximación a la psicoterapia. (Tesis doctoral)

COEVH. ( © All rights reserved 2012-2013). PÁGINA PROPIA). septiembre 2016,


Sitio.web:http://www.coevh-gdl.edu.mx/nosotros.html

COEVH, (2011). Reglamento General de COEVH . Guadalajara: COEVH

México: Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

Concilio Vaticano II. (1965). Optatam, Totius. En Concilio Vaticano II(N° 8). Roma, en
San Pedro: Vaticano.

Delors, J. (1996). La Educación encierra un tesoro. México: Ediciones UNESCO.

Diccionario de espiritualidad (2016)


Recuperado de:http://www.la-oracion.com/diccionario-de-espiritualidad/35-fe
Consultado el: 1 de octubre de 2016

Diéz, M. (1984). Antropología de la Vida Religiosa. Madrid: Instituto Teológico de Vida


Religiosa.

Elizondo, F. (1993). “Una educación integral desde el cristianismo”.


Recuperado de:
http://www.mercaba.org/FICHAS/Educacion/una_educacion_integral.htm
Consultado el: 2 de julio de 2016

Fisichella, R. (1989). La revelación: evento y credibilidad. Ensayo de Teología


Fundamental. Salamanca: Sígueme.
http://www.cva.itesm.mx/biblioteca/pagina_con_formato_version_oct/apalibro.html

Freire, P.. (1997). La Pedagogía de la Autonomía. México: Siglo XXI. Web:


http://www.cva.itesm.mx/biblioteca/pagina_con_formato_version_oct/apalibro.html

Galicia, U., Gallegos, G. De León, A., Lartigue, M, y Ramos, D. (1996). Reflexiones y


propuestas sobre educación superior: seis ensayos. México: Asociación Nacional
de Universidades e Instituciones de Educación superior (ANUIES).

García, J. (ausente).” Paradigma humanista en la educación y Carl Rogers”, Agosto 9,


2016, Psicopedagogía. Com., Psicología de la Educación para Padres y
Profesionales.
Recuperado de: http://www.psicopedagogia.com/articulos/?articulo=355

102
Gómez, J. (1971). Personalismo y autorresponsabilidad. En Antropología y
vocación(33-51). Madrid: CONFER.

González, A. (2009). Educación holística: la pedagogía del siglo XXI. Barcelona: Kairós.

González, J. (ausente). “El personalismo de Emmanuel Mounier”


Recuperado de:
http://www.repositorio.una.ac.cr/bitstream/handle/11056/2543/recurso_645.pdf?s
equence=1 Consultado el: 12 de octubre 2016

Herráiz, M. (1991). La unión con Dios, gracia y proyecto. México EDICEP.C.P.

Herráiz, M.. (2001). La Oración Palabra de un Maestro san Juan de la Cruz. Madrid:
EDE

Herráiz, M. (2014). Oración Historia de Amistad. Madrid: EDE.

Herráiz, M. (2007). Orar con los Místicos. Burgos: Monte Carmelo

Herráiz, M. (2010). Sólo Dios Basta. Madrid: EDE.

Herráiz, M. (2004). Un Camino de Experiencia, 30 Días de Retiro con Teresa de Jesús:


Monte Carmelo

James, W. (1994). LAS VARIEDADES DE LA EXPERIENCIA RELIGIOSA. Edimburgo:


ediciones península

Lafarga, y Gómez del Campo, J. (1997). Desarrollo del Potencial Humano. México:
Trillas.

LAVIVE. (2008). La vida cotidiana: Construcción de un concepto sociológico y


antropológico Sociedad Hoy. 15 de julio 2016, de Redalyc núm. 14, 2008, pp. 9-31
Sitio web: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=90215158002

Maccise, C. (1989). El Camino Cristiano en la Historia. México: CEVHAC.

Marcel, G. (1971). Filosofía para un tiempo de crisis. Madrid: Guadarrama

Martín, E.. (ausente). Fe. 2 de julio del 2016, de mercaba. Sitio web:
http://www.mercaba.org/DJN/F/fe.htm

Méndez & Ryszard. (2005). El desarrollo de las relaciones interpersonales en las


experiencias transculturales: una aportación del enfoque centrado en la persona.
México: Universidad Iberoamericana.

Mounier, E.. (1972). El Personalismo. Buenos Aires: Eudeba.


Powell, J. (1998). Plenamente Humano, Plenamente Vivo. México: Diana.
103
Quitman, H. (1989). Psicología Humanista. Barcelona: Herder

Rale y Antiseri. (2005). Historia del Pensamiento Filosófico y Científico. Barcelona: Herder.

Rogers, C (1987) El camino del ser. Barcelona, Kairós

Rogers, C. . (ausente). Cap. 13 Carl Rogers y la perspectiva centrada en la persona.


Teorías de la personalidad (412 - 455). ausente:

Rogers, C. (1996). Libertad y Creatividad en la Educación. Buenos Aires: Paidós Ibérica.

Rogers, C.. (1981). Psicoterapia Centrada en el Cliente. Buenos Aires: Paidós.

Rogers, C. (1985) Terapia, personalidad y relaciones interpersonales. Argentina: Nueva


Visón.

Rogers, C. (1961) El Proceso de convertirse en persona. México: Planeta, 16ava


edición, 2010.

Rogers, C. y Kinget, M. (1971). Psicoterapia y relaciones humanas. Teoría y práctica de


la terapia no directiva. México: Juan Pablos Editor

Román, M. (1995). “El enfoque educativo centrado en la persona y el gusto por leer.
Educación Biblioteca”, Núm. 62, pp 56-58 Vol. EB07
Recuperado el: 24 de julio de 2016
http://gredos.usal.es/jspui/bitstream/10366/112932/1/EB07_N062_P56-58.pdf.

Ruesch, J. (1980). Comunicación Terapéutica. Buenos Aires: Paidós.

Ruiz, F. (1998). Caminos del Espíritu. Madrid: EDE.

Ruiz, F. y Herráiz, M. (1990). Experiencia y pensamiento en San Juan de la Cruz.


Madrid: EDE.

San Juan de la Cruz (1997) Obras Completas Madrid: EDE

Seelbach, G. (2013). Teorías de la personalidad. México: Red Tercer Milenio, S.C.

Tanquerey, A. (2002). Compendio de teología ascética y mística. Madrid: Pelícano.

Velasco, L. (2014). Terapia Rogeriana Enfoque Centrado en la Persona.


Obtenida el 14 de octubre 2016 web:
http://www.unife.edu.pe/publicaciones/revistas/psicologia/2015_2/W.Arias.pdf

Velásquez , J. E. (2006). “Horizontes de la transformación en la vida cotidiana”. Agora


USB, Núm. 6, Vol. 1, pp. 53-62

104
ANEXOS

CUESTIONARIO
APORTACIONES DE LICENCIATURA TEOLOGÍA
DESDE LA ASIGNATURA DE ORIENTACIÓN ESPIRITUAL
Alumno 1
El presente instrumento se realiza para Recuperar las aportaciones que los alumnos de
la Licenciatura en Teología reciben de este proceso de formación, cómo las ven
reflejadas en su vida cotidiana y cómo impacta su experiencia en la sociedad con quien
se relacionan. (Trabajo, área pastoral, aplicación de conocimientos)
1. Menciona 4 de los aprendizajes principales de tu proceso formativo
(expláyate, que no te limite el espacio)
R1. Primeramente a la experiencia propia de la relación con Dios. Mi fe ha
madurado
R2.he adquirido herramientas para el acompañamiento que comprenden la
formación integral de una persona
R3.he aprendido a ser crítica y no dar por hecho lo que se me diga
R4. he aprendido a ser más abierta espiritualmente y aventurarme a tener una
experiencia diferente a lo que se me había inculcado

2. Describe los eventos de tu vida cotidiana donde se haya puesto en juego


estos aprendizajes
R:sin duda que en la pastoral aplico los aprendizajes adquiridos, en el colegio
con los alumnos. Sin dejar a un lado el trato en la vida comunitaria

3. De los aprendizajes que obtuviste, ¿cómo te favorecen para vivir la


espiritualidad en tu vida cotidiana?
Es de mucha ayuda ya que la relación que tenga con Dios se ve reflejada en el
trato con loas personas y en el acompañamiento que llevo a cabo en esta
materia

105
4. ¿Cuáles son las condiciones que se requieren para llevar la espiritualidad a
la vida cotidiana?
R: apertura, experimentar a Dios en las personas y en lo sencillo

5. Estos aprendizajes, ¿han transformado tu realidad? _si___ ¿cómo?


R: mi relación con Dios cambió, incluso la imagen que tenía de él y eso se refleja
en el apostolado y en el trato con los demas

6. ¿Qué comprendes de tu vida, a partir de estos aprendizajes?


R: no contestó

7. ¿Cuáles consideras que son los aspectos más relevantes, desde el


Enfoque Centrado en la Persona, que ayudan a experimentar la
espiritualidad en la vida cotidiana?
R: comprender la dignidad de sabernos partícipes del Reino de Dios
Comprender y aceptar mi realidad
Saberme una persona en proceso de cambio constantemente

CUESTIONARIO
APORTACIONES DE LICENCIATURA TEOLOGÍA
DESDE LA ASIGNATURA DE ORIENTACIÓN ESPIRITUAL
Alumno 2
9° cuatrimestre LT
El presente instrumento se realiza para Recuperar las aportaciones que los alumnos de
la Licenciatura en Teología reciben de este proceso de formación, cómo las ven
reflejadas en su vida cotidiana y cómo impacta su experiencia en la sociedad con quien
se relacionan. (Trabajo, área pastoral, aplicación de conocimientos)

106
1. Menciona 4 de los aprendizajes principales de tu proceso formativo
(expláyate, que no te limite el espacio)
R1. Para empezar, la oración que ejercita tu espiritualidad, y segundo es una
materia novedosa.
R2. En mi área pastoral me ayudo para mejorar mi relación con los demás.
R3. Fue muy iluminador para mi persona y en el grupo que pertenezco para
saber hacer mejor mis acompañamientos y orientaciones personales y de grupo.
R4. Me abrió a una experiencia trascendente, además que mi grupo por
naturaleza es un grupo de búsqueda por la integridad de la persona, porque la
parte medular del objetivo de mi grupo es el apoyo en rescate de las adicciones,
yo mismo soy parte de esa experiencia.

2. Describe los eventos de tu vida cotidiana donde se haya puesto en juego


estos aprendizajes
R: Me han ayudado bastante en las predicaciones de las asambleas que
tenemos de nuestra parroquia y en los acompañamientos de los jóvenes
drogadictos con los que trabajo. Justamente mirar hacia atrás me lleva a darme
cuenta que en la medida que he ido adquiriendo herramientas en esta
licenciatura me vivo más comprometido para invitar a otros a vivir un proceso de
liberación que los integre más como personas.

3. De los aprendizajes que obtuviste, ¿cómo te favorecen para vivir la


espiritualidad en tu vida cotidiana?
R: El de saber realmente orar de una manera más íntima y profunda con la está
espiritualidad. Ir a los demás como un ser renovado y más integrado. Disfrutar
que Dios me regala cada día una oportunidad nueva. Haber aprendido que si
alguien necesita apoyo, ahora cuento con una experiencia para saber escuchar.

107
4. ¿Cuáles son las condiciones que se requieren para llevar la espiritualidad a
la vida cotidiana?
R: La oración como base para estar unido a la trinidad y discernir de acuerdo a la
voluntad de Dios, acercarme a las personas para provocar una experiencia de
Dios y un proceso de transformación.
He constatado que Orar, me ha permitido crecer, me ha lanzado a un desarrollo
humano más integral, una maduración donde ahora soy capaz de amarme,
perdonar e impulsar a otros a perdonarse en primer lugar, para que enseguida
vayan a perdonar a las personas que les causaron heridas que ahora son el
motivo de su falta de decisión, inmadurez y dolor. Esta última descripción la
refiero a la parte que pude vivir en mis grupos de crecimiento, que vinieron a
completar todo un paquete de herramientas humano-espirituales, por eso, siento
que todas estas vivencias han pasado a ser parte de mi diario vivir.

5. Estos aprendizajes, ¿han transformado tu realidad? SI ¿cómo?


R: En el mejor trato con los demás, llevar un acompañamiento espiritual
personal, trabajar la oración para mayor unión con Dios y que me lleva a ser
impacto con mi familia, amigos, grupo donde llevo a cabo mi acción pastoral. No
puedo dejar de reconocer que estar estudiando aquí, en la LT. es el mejor regalo
que Dios me ha dado, porque con esto he podido confirmar que si muchas veces
me busqué y creí encontrarme en el fondo de las drogas, cuando me encontré
con Dios y lo hice parte de mis proyectos, mi entorno, mi relación con los demás,
mis decisiones personales, TODO, se volvió un cambio en mi diario caminar,
dejé de ver la vida como un rutina.

6. ¿Qué comprendes de tu vida, a partir de estos aprendizajes?


R: Que he podido afianzar más mi fe, creció mi oración con mayores formas o
maneras renovadas de orar, me confirmó lo que creía, entiendo más conceptos
teológicos que me favorecen para ponerme en contacto con Dios y vivirme en
plenitud desde el momento en que he me siento un ser integrado y en relación
Conmigo mismo, con los demás, con el cosmos y con Dios.

108
7. ¿Cuáles consideras que son los aspectos más relevantes, desde el
Enfoque Centrado en la Persona, que ayudan a experimentar la
espiritualidad en la vida cotidiana?
R: Una actitud de escucha que me permite estar abiertos a las mociones del
espíritu, la aceptación incondicional por mis hermanos que me compromete con
el otro, la empatía que he aprendido a saborear cuando con gozo comparto o me
comparten una experiencia de vida, saber estar, que es la constante oración
mediante esa relación amorosa que desde el concepto de Santa Teresa de
Jesús, es “estar muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama”
este criterio me favorece para evaluar mi fidelidad a Dios, mi compromiso con el
hermano y vivir esta hermosa vida en la Gracia de Dios.

CUESTIONARIO
APORTACIONES DE LICENCIATURA TEOLOGÍA
DESDE LA ASIGNATURA DE ORIENTACIÓN ESPIRITUAL
Alumno 3

El presente instrumento se realiza para Recuperar las aportaciones que los alumnos de
la Licenciatura en Teología reciben de este proceso de formación, cómo las ven
reflejadas en su vida cotidiana y cómo impacta su experiencia en la sociedad con quien
se relacionan. (Trabajo, área pastoral, aplicación de conocimientos)
1. Menciona 4 de los aprendizajes principales de tu proceso formativo
(expláyate, que no te limite el espacio)

R1. Que el acompañamiento espiritual es uno de los medios favorables para


complementar el desarrollo humano, cuando la persona se consciente de sus
avances y une sus áreas de crecimiento, dígase humano desde lo corporal y
espiritual desde su esencia en su relación con Dios.
R2. Que el Espíritu Santo, es el verdadero Director Espiritual, porque no
depende de lo que las personas opinen, sino de los caminos por donde Dios a

109
través de su Espíritu impulsa al acompañante y al acompañado, como
acompañante principal del proceso personal de cada persona
R3. Conocí también las características de un acompañante desde Ancelm Grun,
como psicólogo y acompañante de procesos, pero también en la materia se nos
dieron otros materiales importantes como este de Carl Rogers del “Proceso de
convertirse en persona”, y especifica las características de un acompañante y del
acompañado, o del proceso.
R4. El desarrollo humano como trampolín para un proceso espiritual

2. Describe los eventos de tu vida cotidiana donde se haya puesto en juego


estos aprendizajes
R: Creo que no tuve muchas ocasiones para poner en práctica estos
conocimientos con otras personas, por el escaso contacto que tuve con ellas. Sin
embargo, creo que me sirvió para comprender mi propio proceso, pero también a
comprender el proceso de otros y a no juzgarlos. Dentro de las entrevistas que
realicé, claramente el contenido me sirvió de mucho para abordar temas
complejos, que quizás antes no había querido tocar.

3. De los aprendizajes que obtuviste, ¿cómo te favorecen para vivir la


espiritualidad en tu vida cotidiana?
R: creo que en primer lugar me ha ayudado a entender mi proceso humano-
espiritual como un camino hacia Dios que lleva tiempo y que realmente necesita
de otros para poder seguir en proceso. La ayuda espiritual es muy necesaria,
pero hay que saber en quién buscarla, es decir, alguien con características que
realmente hablen de santidad de vida y acercamiento a la realidad de las
personas.

También aprendí que lo más importante de nuestra vida se decide en cada día
pero tiene que ser guiado por el Espíritu Santo, de lo contrario cada día que pasa
se vuelve inerte.

110
4. ¿Cuáles son las condiciones que se requieren para llevar la espiritualidad a
la vida cotidiana?
R: Tener un contacto vivo y extremadamente cercano a la realidad que nos
rodea, la espiritualidad no puede moverse en un plano de lo “ideal”, tiene que dar
respuesta a las circunstancias de cada persona, en lo concreto de su situación.
Otro elemento a considerar sería la capacidad de la persona que pretende
acercar la espiritualidad a lo cotidiano, de encontrar a Dios en lo simple, pero
además transformando este encuentro con Dios, en obras y acciones que le
permita a los demás “querer conocer” sobre una espiritualidad encarnada en la
historia.

5. Estos aprendizajes, ¿han transformado tu realidad? ____ ¿cómo?


R: creo que por ahora, solo me han ayudado a transformar mi realidad personal,
haciéndome ver con más misericordia a las demás personas. Antes era muy
propensa a fijarme en los errores de los otros, pero ahora me fijo más en la
persona como tal, tratando de ver en ellas procesos inacabados e imperfectos,
pero en esa lucha de mejorar cada vez.

6. ¿Qué comprendes de tu vida, a partir de estos aprendizajes?


R: que la espiritualidad es algo muy personalizado, no todos tenemos las mismas
experiencias de Dios, ni los mismos niveles de conocimiento. Por lo cual es muy
importante reconocerme con lo soy y también con lo que tengo para poder llevar
ese camino de vida espiritual, desde mi realidad y no desde la realidad de otros.
Las necesidades de alguna manera van configurando la vivencia de Dios y con
ello la vivencia de la espiritualidad, al menos en algunos momentos, así es.

7. ¿Cuáles consideras que son los aspectos más relevantes, desde el


Enfoque Centrado en la Persona, que ayudan a experimentar la
espiritualidad en la vida cotidiana?
R: Bueno, creo que ya he respondido antes a esto, pero en fin. Supongo que
tener a la persona como centro, es algo muy de nuestra época, porque todo gira

111
en torno al ser humano, por lo cual es necesario que los procesos sean
personalizados, y como harían otros psicólogos que nos han precedido y han
usado la expresión “enfoque centrado en la persona”, implica tomar conciencia
de que la otredad es una persona, que no necesita ser juzgada sino
acompañada. Además se trata de poner mucha atención a su desarrollo y a sus
capacidades, para que esto mismo se convierta en herramientas que le ayuden a
superar las diversas situaciones que la vida le pueda poner enfrente.

CUESTIONARIO
APORTACIONES DE LICENCIATURA TEOLOGÍA
DESDE LA ASIGNATURA DE ORIENTACIÓN ESPIRITUAL
Alumno 4
El presente instrumento se realiza para Recuperar las aportaciones que los alumnos de
la Licenciatura en Teología reciben de este proceso de formación, cómo las ven
reflejadas en su vida cotidiana y cómo impacta su experiencia en la sociedad con quien
se relacionan. (Trabajo, área pastoral, aplicación de conocimientos)
1. Menciona 4 de los aprendizajes principales de tu proceso formativo
(expláyate, que no te limite el espacio)
R1. Conocimiento personal
R2. Ampliar mi visión de la realidad
R3. Sentido crítico de lo que acontece
R4. Sentido de responsabilidad y compromiso como religiosa dentro del Instituto
y la sociedad.

2. Describe los eventos de tu vida cotidiana donde se haya puesto en juego


estos aprendizajes
R: En mi propia persona en cuanto a mis decisiones y acciones como religiosa,
como mujer, en mi comunidad religiosa, el apostolado, familia, compañeros.

112
3. De los aprendizajes que obtuviste, ¿cómo te favorecen para vivir la
espiritualidad en tu vida cotidiana?
R: En cuanto al conocimiento personal, que todo es un proceso, proceso que
Dios acompaña, con su misericordia y libertad.
Voy tomando mayor conciencia de mi ser religiosa, es asumir un compromiso
con mayor responsabilidad, sentido de pertenencia pero sobre todo coherente
con lo que profeso.

4. ¿Cuáles son las condiciones que se requieren para llevar la espiritualidad a


la vida cotidiana?
R: Trabajo personal, apertura, disponibilidad y mucho compromiso.

5. Estos aprendizajes, ¿han transformado tu realidad? _SI___ ¿cómo?


R: Desinstalándome y entrar en un proceso de conocimiento y aceptación, ver
las cosas de otra manera, quitando ideas y criterios que no van, teniendo una
nueva visión de lo que realmente es fe, ser cristiano.

6. ¿Qué comprendes de tu vida, a partir de estos aprendizajes?


R: No se es la misma después de entrar en este proceso, algo se mueve dentro
y cambia la manera de ver la realidad y vivirte dentro de esa realidad, son
nuevas concepciones, nuevos criterios, pero también son más preguntas, nuevas
crisis que hay que enfrentar y superar.

7. ¿Cuáles consideras que son los aspectos más relevantes, desde el


Enfoque Centrado en la Persona, que ayudan a experimentar la
espiritualidad en la vida cotidiana?
R: Es una experiencia que no se queda solo en conceptos y teorías si no que se
baja a la propia persona y se hace vida.

113
CUESTIONARIO
APORTACIONES DE LICENCIATURA TEOLOGÍA
DESDE LA ASIGNATURA DE ORIENTACIÓN ESPIRITUAL
Alumno 5
El presente instrumento se realiza para Recuperar las aportaciones que los alumnos de
la Licenciatura en Teología reciben de este proceso de formación, cómo las ven
reflejadas en su vida cotidiana y cómo impacta su experiencia en la sociedad con quien
se relacionan. (Trabajo, área pastoral, aplicación de conocimientos)
El presente instrumento se realiza para Recuperar las aportaciones que los alumnos de
la Licenciatura en Teología reciben de este proceso de formación, cómo las ven
reflejadas en su vida cotidiana y cómo impacta su experiencia en la sociedad con quien
se relacionan. (Trabajo, área pastoral, aplicación de conocimientos)
1. Menciona 4 de los aprendizajes principales de tu proceso formativo
(expláyate, que no te limite el espacio)
R1. Primero para mí ha sido importante el conocimiento de la sagrada escritura,
su riqueza y la manera que está distribuida a lo largo de la licenciatura creo que
es algo fundamental en la vida de todo cristiano.
R2. También la riqueza de mi iglesia a través de las diferentes materias que son
dan, por ejemplo documentos de la iglesia, Hinduismo, teología espiritual.
R3. La formación humana y la fundamentación de la persona que pienso esto es
parte del proceso personal, a través del conocimiento de mi misma y de lo que
forma parte de mi vida.
R4. Como amplias tu panorama del mundo en el que vivimos tu visión y tu forma
de juzgar cambia esto se me hace muy interesante porque te haces mas
perteneciente a este mundo en el que vivimos.

2. Describe los eventos de tu vida cotidiana donde se haya puesto en juego


estos aprendizajes
R: en mi vida comunitaria a través de la convivencia, en mi vida de oración, y a
través del trabajo de mi historia personal o acompañamiento.

114
3. De los aprendizajes que obtuviste, ¿cómo te favorecen para vivir la
espiritualidad en tu vida cotidiana?
R: pienso que en la autenticidad de mi persona, y en la lucha de cada día
conociendo mis fortalezas y debilidades pero con la confianza en el Señor Jesús.

4. ¿Cuáles son las condiciones que se requieren para llevar la espiritualidad a


la vida cotidiana?
R: conocimiento personal, cambio de mentalidad y apertura al crecimiento
humano e intelectual. Bueno eso creo yo.

5. Estos aprendizajes, ¿han transformado tu realidad? __si__ ¿cómo?


R: buscando mi propio bien y el de los demás, buscando una trascendencia, y
una coherencia de vida a través de los acontecimientos diarios.

6. ¿Qué comprendes de tu vida, a partir de estos aprendizajes?


R: que mi vida es gracia, es don que hay que saberla vivir y que todo es
aprendizaje y crecimiento, la valoro.

7. ¿Cuáles consideras que son los aspectos más relevantes, desde el


Enfoque Centrado en la Persona, que ayudan a experimentar la
espiritualidad en la vida cotidiana?
R: como ya comentaba el conocimiento personal, descubrir la mirada de Dios en
mi misma, ver al otro como hermano y sobre todo mi relación con el entorno.

CUESTIONARIO
APORTACIONES DE LICENCIATURA TEOLOGÍA
DESDE LA ASIGNATURA DE ORIENTACIÓN ESPIRITUAL
Alumno 6
El presente instrumento se realiza para Recuperar las aportaciones que los alumnos de
la Licenciatura en Teología reciben de este proceso de formación, cómo las ven

115
reflejadas en su vida cotidiana y cómo impacta su experiencia en la sociedad con quien
se relacionan. (Trabajo, área pastoral, aplicación de conocimientos)
1. Menciona 4 de los aprendizajes principales de tu proceso formativo
(expláyate, que no te limite el espacio)
R1. Consolidar la formación en mi persona.
R2. Conocerme más a mí misma, mis logros, necesidades y lo que hace falta
para por ir acomodando.
R3. Valorar la orientación espiritual y tenerla como algo indispensable para
seguir avanzando en el camino.
R4. Poder orientar, comprender y respetar el proceso de cada persona en el
ámbito que sea, humano, espiritual y pastoral.

2. Describe los eventos de tu vida cotidiana donde se haya puesto en juego


estos aprendizajes
R: En el proceso de ir purificando mi fe, y principalmente en lo que se vive cada
día en relación a la vida comunitaria dentro de la vida consagrada.
El saber que estamos en proceso, el ir conociéndome más y descubrir mis
capacidades, todo para lo que soy capaz como persona y seguir trabajando
aquello que aún hace falta por acomodar.

3. De los aprendizajes que obtuviste, ¿cómo te favorecen para vivir la


espiritualidad en tu vida cotidiana?
R: Me favorece dando luces para la vida, teniendo un panorama más amplio de
lo que es la persona, como siempre somos seres en movimiento. Me favorece
consolidando mi fe, creer en Él por convicción propia y no tanto por como estoy
en el momento. (Sentimientos, emociones etc.)

4. ¿Cuáles son las condiciones que se requieren para llevar la espiritualidad a


la vida cotidiana?
R: Dejar a Dios hacer en mí, lo cual se requiere humildad, paciencia,
generosidad y compromiso como verdadera hija de Dios.

116
5. Estos aprendizajes, ¿han transformado tu realidad? si ¿cómo?
R: Han transformado mi realidad, porque hasta cierto punto se viven crisis que te
permiten no seguir igual, es doloroso y cuesta pero esto mismo te va
trasformando en algo más auténtico, que te hace caer en la cuenta de que hay
algo que “no sé qué” pero hace que se vayan acomodando muchas cosas
dentro de la misma persona.

6. ¿Qué comprendes de tu vida, a partir de estos aprendizajes?


R: Comprendo que soy un ser en movimiento, en proceso y por lo tanto
inacabable, esto me ayuda hasta cierto punto a comprender a los demás
sabiendo que cada uno tenemos nuestras luchas y con ello diferencias que
conforman una gran riqueza para vivir en plenitud cada día, así como dejando a
Dios hacer de nosotros vasijas nuevas.

7. ¿Cuáles consideras que son los aspectos más relevantes, desde el


Enfoque Centrado en la Persona, que ayudan a experimentar la
espiritualidad en la vida cotidiana?
R: Considero que es necesario tener muy claro el enfoque humano, para poder
identificar quien soy, y donde me encuentro, de esta manera puedo clarificar la
vida en el Espíritu dentro de la vida cotidiana.

CUESTIONARIO
APORTACIONES DE LICENCIATURA TEOLOGÍA
DESDE LA ASIGNATURA DE ORIENTACIÓN ESPIRIT
Alumno 7
El presente instrumento se realiza para Recuperar las aportaciones que los alumnos de
la Licenciatura en Teología reciben de este proceso de formación, cómo las ven

117
reflejadas en su vida cotidiana y cómo impacta su experiencia en la sociedad con quien
se relacionan. (Trabajo, área pastoral, aplicación de conocimientos)
1. Menciona 4 de los aprendizajes principales de tu proceso formativo
(expláyate, que no te limite el espacio)
R1. Cada una de las personas actuamos desde nuestra cultura, circunstancias,
educación familiar, eso nos va conformando y sí hacemos consciencia podemos ir
mejorando nuestra situación diaria de vida.
R2. He encontrado una Iglesia en crisis, no es una situación propia de mi parroquia.
Estas crisis siempre han existido a lo largo de la historia de la Iglesia, y es aquí
donde me toca entrar a mejora mi Iglesia con lo que estoy aprendiendo y siendo
consciente.
R3. La Sagrada Escritura, no es una novela o libro histórico, es la revelación de Dios
que es actual a mi época y el mensaje es incluso hasta personal. Es en la exegesis
de la Palabra que vamos a tener respuestas y cercanía con Dios.
R4. Jesús es verdadero hombre y verdadero Dios, no importa en qué porcentaje ni
cuál de las dos naturalezas preponderan, sino que fue en el ejercicio de su
humanidad que descubrió su divinidad. “Humano tan humano sólo Dios”.

2. Describe los eventos de tu vida cotidiana donde se haya puesto en juego


estos aprendizajes
R. En la relación con mi familia, desde, hacerme consciente de que el cambio
comienza conmigo, desde mis circunstancias y situaciones. Con mi mamá en ir
aclarando o dando respuestas a sus dudas con respecto a Dios y la parroquia. Y
en el ejercicio de llevar a alguien en acompañamiento Espiritual de este
cuatrimestre.

3. De los aprendizajes que obtuviste, ¿cómo te favorecen para vivir la


espiritualidad en tu vida cotidiana?
R. Me favorece en el querer hacerme consciente de que Dios está siempre
presente conmigo, haga lo que haga, y aunque yo no quiera.

118
Me Favorece en que voy obteniendo herramientas para poder ayudar a superar
la crisis de mi Iglesia desde la actualización de los pastores de la comunidad y la
educación antropocristiana de los agentes de pastoral.

4. ¿Cuáles son las condiciones que se requieren para llevar la espiritualidad a


la vida cotidiana?
R: Estar consciente de la existencia personal, ver mi realidad como persona,
descubrir la necesidad de un cambio en mi vida, buscar ayuda o iniciar por imitar
la espiritualidad de alguien que me cause admiración e ir personalizando o
volviendo más propia esa espiritualidad desde la intensidad de mí ser.

5. Estos aprendizajes, ¿han transformado tu realidad? ____ ¿cómo?


R: Sí. Mi relación con Dios comienza a tomar rumbo e incluso a crecer. Dejé por
un tiempo de relacionarme con Dios, no sabía cómo hablarle, se volvió un
monologo de petición y como no me concedía lo que quería, simplemente deje
de hablarle hasta para pedir. Al ir estudiando, me dio la necesidad por volver a
hablarle pero lo hacía como cuando estaba pequeño, mejor dicho intentaba
hacerlo pero no podía, así fue como me di cuenta que mi espiritualidad comenzó
el camino de maduración y mi realidad es otra; estoy en el camino de
construcción.

6. ¿Qué comprendes de tu vida, a partir de estos aprendizajes?


R: comprendo que cuando niño actuaba como niño, y de grande esa era la única
forma que sabía actuar, pero me llegó la hora de avanzar y espero en Dios no
desanimarme y si el desánimo toca mi puerta, aun me quedan varios
cuatrimestres para confrontar y ejercitar mi voluntad, únicamente para seguir en
esta dinámica el resto de mi vida.

119
7. ¿Cuáles consideras que son los aspectos más relevantes, desde el
Enfoque Centrado en la Persona, que ayudan a experimentar la
espiritualidad en la vida cotidiana?
R: El conocimiento de la realidad de la vida humana de Jesús y la historia de
vida de los santos que es súper diferente a las imágenes de bulto impresas que
tenemos de ellos.

CUESTIONARIO
APORTACIONES DE LICENCIATURA TEOLOGÍA
DESDE LA ASIGNATURA DE ORIENTACIÓN ESPIRITUAL
Alumno 8
El presente instrumento se realiza para Recuperar las aportaciones que los alumnos de
la Licenciatura en Teología reciben de este proceso de formación, cómo las ven
reflejadas en su vida cotidiana y cómo impacta su experiencia en la sociedad con quien
se relacionan. (Trabajo, área pastoral, aplicación de conocimientos)

1. Menciona 4 de los aprendizajes principales de tu proceso formativo


(expláyate, que no te limite el espacio)
R1. Encontrarme conmigo misma y reconocerme valiosa e importante y sobre
todo saber que dentro de mi esta la respuesta de todo cuanto ando buscando.
R2. El ir aprendiendo a preguntar y sacar mis dudas por más simples que
parezcan así como cuestionar aquello en lo que no me checa o no estoy de
acuerdo
R3. Desenvolverme con más seguridad aportando mis ideas y aprendizaje
dejando de lado el miedo, y esa expresión de: “a ver si me dejo explicar” o “no sé
cómo decirlo” “a ver si me sale” etc. Ya que eso me enfadaba y no sabía cómo
quitarlo hasta que por fin. Aunque sigo trabajando.
R4. Profundizar más en la oración en la búsqueda constante con Dios. En este
sentido la imagen o experiencia de Dios es otra, diferente y me encuentro en la
dinámica de irme encontrando con ÉL y de aprender a estar con Él.

120
2. Describe los eventos de tu vida cotidiana donde se haya puesto en juego estos
aprendizajes
R: En las relaciones interpersonales dentro de la comunidad, porque no siempre
se iba en la sintonía de lo que iba adquiriendo o incluso no siempre pude compartir
por la dinámica de la misma comunidad, ya que al llegar a la comunidad por la
noche ya todas estaban en sus cuartos.

3. De los aprendizajes que obtuviste, ¿cómo te favorecen para vivir la


espiritualidad en tu vida cotidiana?
R: Por la experiencia que voy viviendo, mi relación con Dios es más cercana,
familiar, con una convicción de Dios en mi camino y en mis decisiones; la misma
relación con las hermanas y personas en general, es distinta, más sana, atenta, y
estoy trabajando por ser más asertiva a la hora decir las cosas, incluso, en mi
relación con el cosmos es más consiente y cuidadosa.

4. ¿Cuáles son las condiciones que se requieren para llevar la espiritualidad a la


vida cotidiana?
R: Trabajar y sanar todos los aspectos que conforman la vida toda del ser humano
para que a través de ello, haga presente a Dios, no solo en mi vida, sino en la vida
de los demás.

5. Estos aprendizajes, ¿han transformado tu realidad?


R: Sí
R: ¿Cómo? Haciéndome más consciente de mi realidad toda, dándome unas
sacudidas tremendas, que me han llevado a encontrarme con migo misma y con
Dios.

6. ¿Qué comprendes de tu vida, a partir de estos aprendizajes?


R: Que Dios está más dentro de mí misma que ni yo misma, y que por lo tanto es
dentro de mi donde lo puedo encontrar y lograr ese trato muchas veces con aquel
que sé que si me ama – diría santa Teresa - .

121
7. ¿Cuáles consideras que son los aspectos más relevantes, desde el Enfoque
Centrado en la Persona, que ayudan a experimentar la espiritualidad en la vida
cotidiana?
R: El aspecto humano con su historia y experiencia familiar cotidiana, ya que una
vez purificada la imagen de Dios, aprenderé a vivir de otra manera, más profunda,
espontanea; una vez centrada en mis creencias me desenvolveré mejor, libre,
realizada, responsable. Mi espiritualidad esta permeada en todo mi ser, en los
diferentes aspectos de mi vida.

CUESTIONARIO
APORTACIONES DE LICENCIATURA TEOLOGÍA
DESDE LA ASIGNATURA DE ORIENTACIÓN ESPIRITUAL
Alumno 8
CUESTIONARIO APORTACIONES DE LICENCIATURA TEOLOGÍA DESDE LA
ASIGNATURA DE ORIENTACIÓN ESPIRITUAL
El presente instrumento se realiza para Recuperar las aportaciones que los alumnos de
la Licenciatura en Teología reciben de este proceso de formación, cómo las ven
reflejadas en su vida cotidiana y cómo impacta su experiencia en la sociedad con quien
se relacionan. (Trabajo, área pastoral, aplicación de conocimientos)

1. Menciona 4 de los aprendizajes principales de tu proceso formativo (expláyate,


que no te limite el espacio)
R1. Encontrarme conmigo misma y reconocerme valiosa e importante y sobre
todo saber que dentro de mi esta la respuesta de todo cuanto ando buscando.

R2. El ir aprendiendo a preguntar y sacar mis dudas por más simples que
parezcan así como cuestionar aquello en lo que no me checa o no estoy de
acuerdo

122
R3. Desenvolverme con más seguridad aportando mis ideas y aprendizaje
dejando de lado el miedo, y esa expresión de: “a ver si me dejo explicar” o “no sé
cómo decirlo” “a ver si me sale” etc. Ya que eso me enfadaba y no sabía cómo
quitarlo hasta que por fin. Aunque sigo trabajando.

R4. Profundizar más en la oración en la búsqueda constante con Dios. En este


sentido la imagen o experiencia de Dios es otra, diferente y me encuentro en la
dinámica de irme encontrando con ÉL y de aprender a estar con Él.

2. Describe los eventos de tu vida cotidiana donde se haya puesto en juego estos
aprendizajes
R: En las relaciones interpersonales dentro de la comunidad, porque no siempre
se iba en la sintonía de lo que iba adquiriendo o incluso no siempre pude compartir
por la dinámica de la misma comunidad, ya que al llegar a la comunidad por la
noche ya todas estaban en sus cuartos.

3. De los aprendizajes que obtuviste, ¿cómo te favorecen para vivir la


espiritualidad en tu vida cotidiana?
R: Por la experiencia que voy viviendo, mi relación con Dios es más cercana,
familiar, con una convicción de Dios en mi camino y en mis decisiones; la misma
relación con las hermanas y personas en general, es distinta, más sana, atenta, y
estoy trabajando por ser más asertiva a la hora decir las cosas, incluso, en mi
relación con el cosmos es más consiente y cuidadosa.

4. ¿Cuáles son las condiciones que se requieren para llevar la espiritualidad a la


vida cotidiana?
R: Trabajar y sanar todos los aspectos que conforman la vida toda del ser humano
para que a través de ello, haga presente a Dios, no solo en mi vida, sino en la vida
de los demás.

123
5. Estos aprendizajes, ¿han transformado tu realidad?
R: Sí
R: ¿Cómo? Haciéndome más consciente de mi realidad toda, dándome unas
sacudidas tremendas, que me han llevado a encontrarme con migo misma y con
Dios.

6. ¿Qué comprendes de tu vida, a partir de estos aprendizajes?


R: Que Dios está más dentro de mí misma que ni yo misma, y que por lo tanto es
dentro de mi donde lo puedo encontrar y lograr ese trato muchas veces con aquel
que sé que si me ama – diría santa Teresa - .

7. ¿Cuáles consideras que son los aspectos más relevantes, desde el Enfoque
Centrado en la Persona, que ayudan a experimentar la espiritualidad en la vida
cotidiana?
R: El aspecto humano con su historia y experiencia familiar cotidiana, ya que una
vez purificada la imagen de Dios, aprenderé a vivir de otra manera, más profunda,
espontanea; una vez centrada en mis creencias me desenvolveré mejor, libre,
realizada, responsable. Mi espiritualidad esta permeada en todo mi ser, en los
diferentes aspectos de mi vida.
En esta hoja y por separado de las preguntas anteriores contesta con la mayor
amplitud posible:

¿Qué conclusión obtienes de los contenidos de esta asignatura de “Orientación


Espiritual” para tu propio crecimiento?
R: Que importante en mi vida, dejarme acompañar por el Espíritu Santo, a lo largo
de las vivencias diarias desde la experiencia de Dios en ese estar muchas veces
con aquel que se perfectamente me ama, para que sea Él quien dirija mi camino y
yo en sintonía con Él me deje guiar. De ésta manera, permeada del amor de Dios,
iré en mi camino hablando de Él y derramando a otros de su amor. Una vida vivida
desde Dios, puede atraer a otros, para que así como yo tengo a mi acompañante

124
espiritual, pueda a su vez, ser instrumento del Espíritu Santo para guiarlo por el
camino de la vida espiritual. El ser acompañante espiritual, no es tarea fácil, es tan
delicada, ya que la vida de cada ser humano es un misterio que bien merece la
pena tratar con delicadeza y con pinzas dejándome tocar por el Espíritu Santo y
sepa decir lo que él ilumine, para que la persona se sienta acompañada, amada
por Dios. Son sin duda, muchas las cualidades que un acompañante espiritual
debe tener pero esto sea un aprendizaje que desde la experiencia personal vamos
adquiriendo y aprendiendo. Que importante conocer estos medios de crecimiento
personal y de lo importante de poner siempre nuestra vida en las manos de Dios.

CUESTIONARIO
APORTACIONES DE LICENCIATURA TEOLOGÍA
DESDE LA ASIGNATURA DE ORIENTACIÓN ESPIRITUAL
Alumno 9

El presente instrumento se realiza para Recuperar las aportaciones que los alumnos de
la Licenciatura en Teología reciben de este proceso de formación, cómo las ven
reflejadas en su vida cotidiana y cómo impacta su experiencia en la sociedad con quien
se relacionan. (Trabajo, área pastoral, aplicación de conocimientos)

1. Menciona 4 de los aprendizajes principales de tu proceso formativo (expláyate,


que no te limite el espacio)
R1. - Todos los temas fueron muy interesantes y pues a mí me ayudaron a
crecimiento.
R2.- El conocer las actitudes y cualidades de un director espiritual me llenan de
esperanza para dejarme guiar.
R3.- Tomar conciencia de la necesidad de tener un director espiritual que me
ayude en mí caminar cada día.
R4.- Mi experiencia de ayudar a crecer en fe a otros.

125
2. Describe los eventos de tu vida cotidiana donde se haya puesto en juego estos
aprendizajes
R: en mi apostolado con los paciente y familiares.

3. De los aprendizajes que obtuviste, ¿cómo te favorecen para vivir la


espiritualidad en tu vida cotidiana?
R: Tener un dialogo con Dios, oración a crecentar mi fe.

4. ¿Cuáles son las condiciones que se requieren para llevar la espiritualidad a la


vida cotidiana?
R: Dejarme guiar por el Espíritu Santo y estar siempre en una vida de santidad, en
una oración continua.

5. Estos aprendizajes, ¿han transformado tu realidad? __si__ ¿cómo?


R: En ver cada momento de mi vida desde otro enfoque confiando siempre en
Dios y permanecer unida a él y ver los hechos desde otra óptica con mas claridad.

6. ¿Qué comprendes de tu vida, a partir de estos aprendizajes?


R: Que siempre hay algo nuevo , en mi persona , y en los demás valioso.

7. ¿Cuáles consideras que son los aspectos más relevantes, desde el Enfoque
Centrado en la Persona, que ayudan a experimentar la espiritualidad en la vida
cotidiana?
R: Reconocerme un ser humano una persona que necesito de los demás para
darme cuenta que existo, confiar en Dios siempre.

126
CUESTIONARIO
APORTACIONES DE LICENCIATURA TEOLOGÍA
DESDE LA ASIGNATURA DE ORIENTACIÓN ESPIRITUAL
Alumno 10
El presente instrumento se realiza para Recuperar las aportaciones que los alumnos de
la Licenciatura en Teología reciben de este proceso de formación, cómo las ven
reflejadas en su vida cotidiana y cómo impacta su experiencia en la sociedad con quien
se relacionan. (Trabajo, área pastoral, aplicación de conocimientos)

Respuesta I.
1. Las bondades del acompañamiento: cuando entré a esta escuela, lo hice
pensando en obtener mayores recursos para la evangelización, pues soy un
ferviente creyente en la fuerza de la Palabra de Dios, no me equivoqué, he
obtenido mayores ideas y he aprendido a comprender al ser humano y las partes
que lo integran. Nunca me imaginé que hubiera materias para prepararme como
eco pasante espiritual. Después de entender, de que se trata, sin abandonar la
predicación, le apuesto más a la dirección espiritual, en el sentido de que en la
predicación puede que me capten la idea que transmito, pero esta, no tenga que
ver con la realidad, cosa que no sucede al acompañar.

2. Por otra parte, dentro de la materia me doy cuenta que aún la gente que
buscamos de Dios, necesitamos un camino trazado para evitar que el buscador
ande a tontas o a ciegas o dando tumbos.

3. Algo que significó mucho para mi, es el hecho de que al acompañar no debemos
ponernos en un papel de juez, sino de una persona comprensiva pues es
importante hacer click con el otro y sobre todo inspirar confianza para lograr la
apertura a la acción del Espíritu Santo.

127
4. Otra cosa es: que a pesar de las flaquezas y debilidades del ser humano,
siempre hay que verlo como alguien que en el fondo tiene una esencia buena,
antes de vetarlo o estigmatizarlos, debemos entender para acompañar la
importancia que tiene la esperanza, el amor y la fe.

Respuesta 2.
Al acompañar sucedieron cosas como el clásico enganche entre acompañante y
acompañador, entendí la importancia de separar las cosas y mantenerse al
margen, entendí también por qué no es positivo dar consejos y recetas, más bien
ahondar en la función de hacer que el otro se de cuenta de su situación y actúe.

Respuesta 3.
Ahora he aprendido a no ser tan severo con migo mismo, es decir, si creo que en
el fondo de la persona existen bondades muy a pesar de sus flaquezas, con mayor
razón trato de comprenderme a mí mismo como tal, acepto mis imperfecciones,
acepto que tengo virtudes también, esto afectó de forma positiva mi relación con
Dios pues ahora le busco de una forma más sincera y auténtica desde mi realidad,
ahora me veo como tierra más fértil.

Respuesta 4
Buscar de Dios, ser sinceros, humildes, aceptar y asumir la propia humanidad,
guardar silencio, dejar que Él hable, discernir su voz en el hondón cristiano.

Respuesta 5.
Como lo decía en anteriores respuestas, ahora le apuesto más a la dirección
espiritual que anteriormente, aprendí que para acompañar al otro, es necesario
también ser guiado, la combinación que he logrado entre la predicación y el
acompañamiento espiritual de grupos ha sido genial, hoy domingo estoy llegando
de dar un retiro, en el cual no sólo hable, sino que escuche a los compañeros del
grupo y pude retroalimentar desde lo aprendido en clase, es una maravilla la

128
reacción, pues ahondamos en lo que la Palabra de Dios removió en el interior de
cada uno, madre, me encanta el acompañamiento espiritual a grupos.

Respuesta 6.
Pues que mi vida es útil, muy útil de iría yo, experimentó un nuevo llamado, tengo
nuevos bríos, finalmente estoy recibiendo respuesta las preguntas que me había
planteado, pues para ser franco, me sentía estancado y sin elementos para
continuar en el camino de Dios

Respuesta 7.
La parte central en el acompañamiento es la misma persona es lo más importante,
en ese sentido, ahora entiendo mejor el aforismo cristiano “trata a los demás como
quieres que te traten a ti” pero a la inversa, “trátate a ti mismo como quieres tratar
al que acompañas” por lo que es importante hacer de lado incluso el
adoctrinamiento para pasar a lo que realmente mueve el interior de la misma
persona.

129

También podría gustarte