Antologia I
Antologia I
Antologia I
ÍNDICE TEMÁTICO
TEMA I BASES CONCEPTUALES PAG
I.1 Conceptos generales............................................................................4
I.2 Definición y clasificación de las drogas................................................6
I.3 Fundamentos biológicos y psicológicos de las adicciones...................9
I.4 Modelos y teoría explicativas................................................................16
TEMA IV PREVENCIÓN
IV.1 Concepto de prevención.......................................................................38
IV.2 Niveles y estrategias de prevención.....................................................39
IV.3 Modelos teóricos de prevención...........................................................42
TEMA V PREVENCIÓN
V.1 Tabaquismo: Evaluación y tratamiento..................................................47
V.2 Alcoholismo: Evaluación y tratamiento..................................................58
V.3 Adicción a opiáceos: Evaluación y tratamiento.....................................63
V.4 Adicción a la cocaína: Evaluación y tratamiento...................................67
V.5 Adicción al juego: Evaluación y tratamiento..........................................73
V.6 Adicción a otras drogas: Evaluación y tratamiento...............................94
V.7 Valoración de la intervención en adicciones.........................................101
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INTRODUCCIÓN
Las adicciones son un síndrome constituido por un conjunto de signos y
síntomas característicos. El origen de la misma, entre los que podemos mencionar
factores biológicos, genéticos, psicológicos y sociales. Algunos síntomas
característicos de las adicciones son:
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UNIDAD I BASES CONCEPTUALES
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organismo desarrolla tolerancia o capacidad de resistencia a los efectos de
la droga. La tolerancia aumenta cuando el uso repetido, por lo que, con el
tiempo, se requiere una dosis mayor para provocar los efectos originales.
De esta forma se pasa de la dependencia psicológica a la física.
Dependencia física: El uso cotidiano de la droga afecta las funciones del
organismo. Por lo mismo, si la persona pretende dejar de consumirla o no
puede usarla por un tiempo, sufre malestares graves.
Síndrome de abstinencia: Cuando existe abstinencia física y se suspende la
administración regular de la droga, se presenta una serie de síntomas
psicológicos y fisiológicos sumamente desagradables. La tolerancia y la
abstinencia a menudo provocan la muerte; la primera, por el aumento
constante de la dosis, y la segunda, porque los síntomas se tornan
peligrosos cuando se interrumpen bruscamente el consumo de las
cantidades de droga al que el organismo estaba acostumbrado.
Hay muchas personas que abusan de ciertas sustancias, sin embargo,
existe una diferencia entre abuso y adicción. Hay muchos que abusan de ciertas
sustancias, mas no son adictos a ellas. Pueden dejar de consumirlas sin sentir el
impulso irresistible de volver a tomarlas. Pero los adictos descubren que no
pueden dejar el objeto de su adicción. Además, cualquier placer eufórico que
antes derivaban queda eclipsado por una sensación de angustia. En el caso de los
adictos, es típico que llegue un momento en que empiecen a odiarse a sí mismos
y a sentirse horriblemente atormentados por el dominio que la adicción ejerce
sobre ellos. El término adicciones puede aplicarse a toda clase de comportamiento
compulsivo.
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Consumidor recreacional: la causa más común de su consumo es la
búsqueda de placer. Es un consumo esporádico y de tipo social
Consumidor circunstancial: la causa más común del consumo es la
necesidad de lograr un fácil apoyo para enfrentar una situación
determinada. Consume cada vez más para sentirse bien ante determinadas
situaciones.
Consumidor habituado: la causa más común de consumo es mantener el
estado anímico, psicológico o físico que produce la droga. Se consume una
o más veces al día.
Consumidor adicto: la causa más común de su consumo es la necesidad
permanente y compulsiva de experimentar el estado psicológico y/o físico
que la droga produce.
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A la hora de clasificar las drogas, se observa que existen multitud de formas
de hacerlo según nos fijemos en los efectos tóxicos, las reacciones que aparecen,
el origen, la dependencia, etc.
Hay que tener en cuenta que, pese a las clasificaciones, en cualquier droga
se pueden dar variaciones importantes de los factores que determinan la relación
droga/toxicómano, lo que puede modificar considerablemente los efectos y afectar
a los cuadros que se dan.
El criterio tan extendido que pretende distinguir entre drogas blandas y
duras de una manera superficial, adjudicando a las últimas todos los efectos
nocivos imaginables y eximiendo a las primeras de todos los efectos perjudiciales,
peca de excesivamente simplista.
Basándonos en el efecto principal que toda droga provoca, y teniendo
siempre en cuenta el aspecto de relación con la persona que lo toma, podemos
distinguir:
Las que disminuyen y eventualmente suspenden las funciones de
emotividad y percepción, liberando estados efectivos: opio, morfina,
heroína, cocaína
Las que producen ilusiones, alucinaciones o deformaciones de las
sensaciones: cáñamo, peyolt, mescalina, LSD, y en menor grado
marihuana, hachis.
Las que, tras una excitación cerebral, provocan una depresión de la
excitabilidad que incluso puede llegar hasta su supresión temporal:
alcohol, cloroformo, éter, gasolina
Las que provocan sueño: medicamentos sedantes, barbitúricos
Las que estimulan la conciencia siendo percibidas subjetivamente tal
estimulación: café, te, tabaco, cacao, cola, anfetaminas
Pueden ser mortales esencialmente la heroína intravenosa por sobredosis,
pero también las anfetaminas intravenosas a dosis altas.
Se consideran capaces de producir farmacopsicosis, es decir, trastornos en
las funciones mentales, el LSD y los demás alucinógenos, y las anfetaminas. A
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nivel de dependencia (incapacidad de prescindir de la droga), las mas rápidas en
producirlas son los derivados del opio (heroína, morfina).
Según el tipo de reacción que ejercen sobre el sistema nervioso central,
podemos distinguir los siguientes tipos de drogas:
Depresoras: tienen la propiedad de hacer lentas las funciones del sistema
nervioso central. Entre ellas encontramos: Opiáceos, barbitúricos,
tranquilizantes, alcohol, disolventes volátiles.
Estimulantes: tienen la propiedad de activar o estimular las funciones del
sistema nervioso central. Entre ellas encontramos: cocaína, cafeína,
anfetaminas y derivados, tabaco.
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Narcóticos: opio, morfina, heroína.
Alucinógeno: LSD, marihuana, peyote, hongos.
Solventes: thinner, pegamento, gasolina, aerosol, quita esmalte
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dependerá seguramente de los genes y de otros factores como el ambiente, el
contexto social y de la persona misma.
De acuerdo a un trabajo multicéntrico israelí, la predisposición a la adicción a
la heroína o a cualquier otro opiáceo puede ser hereditaria: se ha encontrado en
varios adictos un gen que codifica un gen de dopamina en el cerebro. Por años los
científicos han tratado de profundizar en esta hipótesis pero no tenían las
herramientas necesarias para hacerlo. Ahora son varios los genes de dopamina que
se han relacionado tentativamente al abuso de las drogas y el alcohol. Variaciones
hereditarias en estos genes modifican la eficacia con la que las neuronas procesan
dopamina. A consecuencia los científicos especulan acerca de la posibilidad de que
un gen supereficiente transportador de dopamina limpie la dopamina de la sinapsis
de manera extremadamente rápida puede ser este un factor que predispondría a
algunos individuos al consumo de sustancias.
De los 50 aproximadamente neurotransmisores descubiertos hasta hoy, una
buena cantidad, incluyendo a la dopamina, juegan un papel importante en las
adicciones. Las neuronas que producen este mensajero molecular son
sorprendentemente raras. Estas neuronas influyen en la actividad neurológica en
varias regiones cerebrales, incluyendo una estructura primitiva que es una especie
de llave del centro de placer cerebral. A nivel bioquímico, todas las experiencias que
el ser humano encuentra placenteras (ya sea escuchar música, comer un chocolate,
abrazar a un ser querido) se deben a un aumento, a una especie de explosión de
dopamina en el núcleo accumbens.
Tanto la cocaína como el tabaco, el alcohol la marihuana la cocaína, la
heroína, los barbitúricos, los inhalantes tiene su propio sistema receptor y
mecanismos de acción comunes. Ese mecanismo de acción común es lo que en
realidad, es un circuito llamado el camino de la gratificación mesolímbico, que tiene
un neurotransmisor que es la dopamina. Todas las drogas que provocan adicción
estimulan este circuito de recompensa cerebral.
Este circuito activa una región del Sistema Límbico que es la que regula la
emoción y el comportamiento y es la que nos da la percepción de placer. Cuando las
neuronas liberan ciertos neurotransmisores y se activan estos circuitos es cuando
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nos sentimos bien. Sin embargo, las drogas de abuso pueden alterar este
mecanismo de recompensa. Lo que hacen estas drogas es enseñar a su consumidor
a tomarlas una y otra vez. Es como un refuerzo del sistema de recompensa.
La utilización prolongada de una determinada sustancia puede modificar estos
sistemas cerebrales ya que el cerebro necesitaría la presencia de sustancias
exógenas para mantener su homeostasis. Inicialmente el consumo de opiáceos
aumentaría los niveles de dopamina, pero con el tiempo se necesita la incorporación
de más sustancia para lograr el mismo efecto de euforia o placer.
Se han publicado varios estudios que demuestran que cuanto mayor es la
activación del Sistema de la Dopamina, mayor es la experiencia de euforia. Por lo
tanto, se sabe que la dopamina es el elemento crítico y que toda sustancia adictiva
modificaría los niveles de dopamina en esta parte del cerebro.
La idea de que todo puede estar relacionado a una sola sustancia química ha
interesado profundamente a los científicos y ha cambiado el modo de mirar una
amplia gama de dependencias. La dopamina no es sólo un químico que transmite
señales de placer sino que es también la más importante molécula involucrada en la
adicción. Esto no significa que la dopamina sea la única sustancia química que
determina el abuso crónico de drogas, sabemos que el cerebro es mucho más
complejo. Las drogas modulan una gran variedad de químicos cerebrales cada uno
de los cuales interactúa con los demás.
La hipótesis de la dopamina provee un marco de trabajo para entender como
una clave genética (como la tendencia a producir poca dopamina por ejemplo) puede
interactuar con el ambiente y crear una disfunción seria en la conducta.
La dopamina, como la mayoría de las moléculas biológicas importantes, debe
mantenerse dentro de ciertos niveles esperados. Poca dopamina en ciertas áreas
cerebrales desencadenan los temblores y las parálisis de las enfermedad de
Parkinson; demasiada dopamina causa las alucinaciones de la esquizofrenia.
En estos años se han encontrado más evidencias que relacionan a la
dopamina con la adicción a las drogas. Las anfetaminas estimulan la producción de
dopamina en las células; la cocaína bloquea una enzima denominada DAT cuya
función normal es absorber la dopamina que descargan las neuronas siendo la
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consecuencia de este bloqueo un incremento generalizado de la dopamina en el
cerebro; la heroína se une al receptor del neurotransmisor y estimula directamente
los canales de refuerzo; la nicotina y el alcohol desencadenan una compleja cascada
química que eleva los niveles de dopamina y además hay un químico desconocido
en el cigarrillo que aumenta los niveles de dopamina bloqueando la enzima MAO B.
La dopamina es más que una molécula de placer, también juega un
extraordinario papel en lo referente al aprendizaje y a la memoria. El grado en que el
aprendizaje y la memoria sostienen, por así decirlo, el proceso adictivo, está siendo
estudiado. Cada vez que un neurotransmisor como la dopamina llega a una sinapsis,
los circuitos que gatillan el pensamiento y la motivación a la acción son disparados y
esparcidos por el cerebro. Además el neurotransmisor que mantiene la adicción es
tan potente que las personas, objetos, situaciones y lugares en que se consumió la
droga quedan impresos en la memoria. Se ha demostrado también
que estimulados por el olor a tabaco los fumadores no pueden controlar la urgencia
por prenderse un cigarrillo así como los perros de Pavlov no podían dejar de salivar.
El cerebro tiene varias formas de asegurar que el acto irracional de tomar
drogas, que causa placer por estar involucrada la dopamina, vaya a ser reparado.
Imágenes PET revelan que la absorción de la cocaína por las neuronas esta
marcadamente reducida en los adictos a esta sustancia en contraste con sujetos
normales. Una posible explicación sería la siguiente: las neuronas de los adictos,
asaltadas por una anormal y elevada cantidad de dopamina responden
defensivamente y reducen el número de receptores de dopamina. En ausencia de
drogas estas neuronas probablemente experimenten un déficit de dopamina, lo que
explica el porque los drogadictos empiezan tomando drogas para sentirse mejor para
luego tener que consumirlas para evitar la sensación de caimiento y de malestar,
como así también el porqué necesitan cada vez más sustancia para lograr el mismo
efecto.
Otros estudios llevados a cabo en cocainómanos han demostrado una
marcada inhabilidad para procesar glucosa (la mayor fuente de energía de trabajo de
las neuronas) a nivel cerebral. Esta inhabilidad se da sobre todo a nivel de la Corteza
Prefrontal, un área rica en dopamina que controla la conducta irracional e impulsiva.
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Los adictos por lo tanto, presentan algunos síntomas de los pacientes que han
sufrido isquemias o lesiones en la Corteza Prefrontal. Un daño en esta área del
cerebro destruiría el compás emocional que controla las conductas que el paciente
conoce y sabe inaceptables.
Los norteamericanos tienden a pensar que la adicción es una falla en el
carácter. Pero este estereotipo esta siendo dejado de lado actualmente para
reconocer que la dependencia a las drogas tiene claras bases biológicas. Muchos
científicos se atreven a decir que la adicción es una enfermedad cerebral que no es
diferente de otros tipos de enfermedades mentales.
Podríamos pensar así a la dopamina como una recompensa que el cerebro
distribuye a las redes neuronales para mejorar las opciones de supervivencia.
Reconocer que la adicción a las drogas es una enfermedad cerebral puede ser un
factor clave para poner el problema del abuso de sustancias bajo control. Se
necesita ver al adicto como alguien cuya mente (léase: cerebro) ha sido
fundamentalmente alterada por las drogas. Si entonces podemos reconocer a la
adicción como un desorden cerebral crónico se establece el foco de atención en el
tratamiento medico. Desde que las drogas realizan cambios en los procesos
cerebrales, el principal objetivo de tratamiento debe ser revertir y compensar dichas
modificaciones. Una terapia con medicamentos y de comportamiento podrá
compensar el ciclo de la adicción que si se mantiene sin tratamiento, puede
perjudicar a los afectados de por vida.
Los abusos de la droga son definibles únicamente en términos de
desaprobación social e incluye diferentes tipos de comportamientos:
Consumo experimental y recreativo de drogas
Consumo de drogas psicoactivas para aliviar problemas o síntomas
Consumo inicial de drogas por razones anteriores, pero con posterior
desarrollo de dependencia y continuación al menos parcialmente para
prevenir las molestias o la abstinencia.
Los pulmones tienen unos diminutos sacos llamados alvéolos, donde el
dióxido de carbono que procede del organismo se intercambia por oxígeno
procedente del aire. Varias enfermedades que afectan a los pulmones destruyen
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directamente los alvéolos, caso del enfisema, o bien dañan su capacidad para
intercambiar gases.
Existen factores de orden social, económico y cultural que pueden conducir a
la habituación y dependencia:
El inadecuado manejo de las emociones y sentimientos, que impiden una
buena comunicación con los demás miembros del grupo social y familiar. Esto
produce un aislamiento del individuo.
El desequilibrio en las relaciones de autoridad, la paternidad irresponsable y
despreocupada, así como la falta de responsabilidad y respeto en el hogar,
deterioran la relación entre padres e hijos.
La disminución de la autoestima o valorización que tiene el individuo de sí
mismo, provoca en él sentimientos de incapacidad y frustraciones que lo
deprimen.
La fácil disponibilidad de las drogas.
La poca información sobre las drogas, uso y consecuencias.
La curiosidad, el joven tentado por la curiosidad puede consumir drogas.
Por inducción cuando condicionan el ingreso del joven a un grupo sino
consume drogas.
Presión Social
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afrontar situaciones de angustia social. Cree sentirse “fuerte”, más aun si, consume
algún alucinógeno.
Las primeras sustancias que los jóvenes suelen consumir, son alcohol y
tabaco (cerveza, vino y cigarrillos).
No se dan cuenta durante éste proceso, a las grandes pérdidas a los que
están sujetos.
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La droga es una necesidad que se registra como una constante, a lo largo de
la historia de la humanidad, y cuyo fundamento se basa en la incapacidad humana
para aceptar la condición que le corresponde, frente al fenómeno de la vida.
A la hora de explicar las causas o motivos por los que las personas tienen
pautas de comportamiento negligentes (o no) se suelen utilizar algunos modelos
explicativos que vamos a sintetizar a continuación y que se han desarrollado en el
ámbito de las drogas y readaptado a otras problemáticas.
Modelo ético-civil. Se considera a las personas adultas libres y responsables
de sus elecciones. Se considera a los ciudadanos competentes y capaces
para decidir lo que más les conviene o no sin tutelas exteriores (ni estatales,
ni profesionales). Este modelo reconoce al sujeto como responsable y
competente para decidir por él mismo.
Modelos ético-legales. Modelos basados en el Imperio de la Ley. En el caso
de las drogas, la Ley regula el uso o no, sus formas y protocolos.
Fundamentándose en valoraciones de tipo moral y/o seudocientífico se
prohíbe y castiga el uso de las drogas ilegales y se define a los consumidores
como delincuentes responsables de su “drogodependencia”. La represión de
la oferta y la demanda (vendedores y consumidores), la criminalización, la
punición y la estigmatización social de los consumidores son algunas de sus
principales características. La represión policial y la cárcel son sus respuestas
más habituales. Este modelo suele fundamentarse en la moral y en las teorías
psiquiátricas y criminológicas dominantes. Magnifican y exaltan los efectos
nocivos y las consecuencias penales previstas para el cultivo, comercio, uso o
posesión. Respecto a los problemas con la comida, con el juego, con la
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imagen o con Internet todavía no han trascendido del discurso médico al
jurídico, aunque si han habido sentencias para tratar obligatoriamente a
personas definidas como “anoréxicas”.
Modelos socio-sanitarios o de la salud
Médico-psiquiátricos y/o farmacológicos. Definiendo el consumo, la
“anorexia”, la “bulimia” o la “ludopatía” como una "enfermedad física y/o
mental" justifican, tanto la prohibición, como el “tratamiento” e, incluso, la
obligatoriedad del mismo. El sujeto es definido como víctima de una
enfermedad: la droga, el juego, las nuevas tecnologías… como agentes
dañinos. Sobre las drogas se fundamentan, bien, en la concepción de que la
sustancia hace al drogodependiente, o bien, arguyendo que el consumo es
efecto de una patología previa. Estos modelos tienen escasa fundamentación
científica y epistemológica, aunque su moral está socialmente extendida y
políticamente son considerados un modelo eficaz en el control social. La
medicalización de problemas sociales y personales se ha convertido en una
práctica social habitual. El modelo médico-sanitario también suele
respaldarse, a menudo, con argumentos de tipo biológico o genético. Su
objetivo es curar y aislar a los sujetos de la circulación social y evitar
contagios (físicos y morales), cual otra infección. Utiliza la estrategia de
magnificar y exaltar las consecuencias nocivas del uso negligente como
propiedades intrínsecas de la droga, sexo, juego o Internet. Este modelo
considera la sustancia, la cosa o la acción el eje central de su discurso
desvalorizando como algo residual el entorno socio-cultural y al propio sujeto:
se considera al sujeto como enfermo e irresponsable.
Psicosociales. Hay teorías, minoritarias, que consideran al sujeto como
agente activo y responsable frente al consumo, contextualizando el problema
entre el sujeto y su entorno social. Aceptan la responsabilidad personal y la
capacidad ética y civil para constituirse como sujeto agente, con capacidad
para elegir. Y hay teorías (deterministas, conductistas), mayoritarias, que
optan por psicologizar y patologizar los problemas reduciéndolos a un
trastorno individual (o familiar) obviando factores del contexto social, histórico,
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económico y cultural que son determinantes. Hay teorías psicosociales que
reducen las pautas de comportamiento personal y social a hechos, conductas
objetivamente verificables y neutrales; son teorías que borran al sujeto. Se
suele considerar al sujeto como una persona con problemas de maduración,
adaptación o desarrollo. Los modelos psicosociales insisten en la educación
para la salud. La información, la formación, terapias y grupos de autoayuda
centran las estrategias de estos modelos. En general, estas teorías evitan el
análisis del contexto socio-económico y político y se centran “en analizar
según los principios que rigen toda conducta.
Bio-psico-sociales. Estos modelos definen el problema como el resultado de
factores biológicos, psicológicos y sociales. Existe cierta tendencia
institucional a defender con estas teorías posturas deterministas. Uno de los
inconvenientes de estas teorías consiste en determinar cuál es la importancia
de cada uno los factores: el biológico, el psicológico y el social y sus
relaciones con las responsabilidades personales.
Biológico-genéticos. Estos modelos se fundamentan en un determinismo
biológico o genético definiendo al sujeto como objeto, es decir, que la
voluntad personal y la capacidad de elección del sujeto no cuentan con
relación a sus pautas de comportamiento. "Con la comida, el sexo y otros
estimulantes naturales, el cerebro nos recompensa con una liberación
modesta de dopamina, para que aprendamos que vale la pena persistir en
esas conductas, explica el doctor Marcus Munafo, sicólogo experimental de
Bristol. Con la nicotina o el alcohol obtenemos una descarga mucho más
potente." Estos modelos buscan las causas en reacciones químicas, en el
papel de los neurotransmisores, en moléculas, en proteínas o en los genes
patógenos.
Modelos socio-culturales. Hay teorías que ponen el énfasis del consumo de
drogas en el tipo de estructura social, de sus instituciones, sus leyes y sus
costumbres, son partidarias de considerar al consumidor adulto como agente
principal en el acto del consumo en una sociedad en conflicto o donde la
estructura no es igual a la suma de las partes, sino mucho más. También, hay
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teorías que consideran al sujeto (consumidor, jugador, etc.) como un
automarginado. Y hay teorías que consideran al sujeto como una víctima
social, como un enfermo, como un marginado, como inadaptado, como un
desviado o como un anómico, negando la posibilidad de responsabilidad
personal en una sociedad donde cada uno está en el lugar que le
corresponde, en una estructura que es el resultado de la suma de sus partes.
La responsabilidad del consumo se atribuye a la estructura social en
detrimento de la de las personas. Los modelos oficialmente dominantes son
los sociosanitarios que han demostrado ser eficaces en su función policial de
represión y de control social. En la práctica estos modelos y teorías pueden
darse con la preponderancia de alguno de ellos sobre los demás, o bien,
podemos encontrar la combinación de varios de ellos
El enfoque psicosocial en el estudio de la conducta desviada: el proceso de
socialización y la desviación de la conducta
Como sea ha señalado, el problema de la conducta desviada resulta de una
complejidad tal, que su explicación requiere de un abordaje transdisciplinario, es
decir, del concurso articulado de diversas disciplinas y no de su simple adición o
con aportes independientes en una sumatoria de datos que no permiten un nivel
cualitativamente superior del conocimiento acerca de ese objeto de estudio y por
tanto de una certera aproximación al mismo. Sin embargo este tipo de estudio es
bien escaso en la literatura científica especializada; tal vez porque las barreras
subjetivas de los científicos resulten más difíciles de sobrepasar que las objetivas
derivadas de la propia complejidad del problema.
No obstante lo anterior, desde diferentes ciencias afines a la criminología,
es posible realizar aportes importantes al esclarecimiento o comprensión de la
conducta desviada, siempre que éstos sean interpretados como tal y no como dato
último y terminado acerca de la misma. En esta dirección es intención de este
capítulo, mostrar las posibilidades que brinda la Psicología Social al estudio de la
conducta desviada y de ningún modo, explicarla más allá de los aspectos
sociopsicológicos que en ella participan, otra intención implicaría la psicologización
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de un problema que se refleja en la subjetividad individual; pero que la trasciende
en su origen.
La relación sociedad-grupo-individuo y la desviación de la conducta
Para comprender porqué una persona actúa de determinada forma, es
decir, las causas de esta conducta, hay que partir de considerar que el
comportamiento humano tiene un condicionamiento social; de lo cual no resulta
una excepción la conducta desviada, compleja en sí misma, que requiere en la
aproximación a su conocimiento, un abordaje también complejo, como hemos
señalado.
Una orientación marxista en el análisis de las causas del comportamiento
desviado requiere una búsqueda de las mismas en tres niveles:
La sociedad
El micromedio social en el que el individuo se desarrolló y en el que vive.
La personalidad del individuo.
Estos tres niveles de análisis que se recogen en la literatura criminológica
de orientación marxista, se corresponden con el análisis que hace la psicología de
la relación sociedad-grupo-individuo.
"El desarrollo de la personalidad (...) responde a una compleja
determinación de múltiples factores políticos-sociales, determinados por el nivel de
desarrollo socio-económico del sistema social que actúa sobre el hombre
concreto. La relación necesaria entre el carácter de las influencias actuantes,
sensibles a la conciencia individual y colectiva, y su determinismo
socio-económico, es compleja y profundamente contradictoria. Sus efectos
permanecen fuera de la capacidad intencional y anticipatoria de los hombres que
forman parte del proceso de vida material".
Ahora bien, las condiciones políticas, sociales y económicas de la sociedad
no constituyen una abstracción supraindividual, sino que tienen una expresión en
la actividad vital de cada individuo que puede resultar diferente para cada uno
porque resultan refractadas por las particularidades de su micromedio social y
también porque pueden ser “vivenciadas” de forma diferente de acuerdo a la
historia personal de cada individuo.
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La relación dialéctica del individuo con la sociedad, en la diferenciación
social de los individuos que se manifiesta en su vínculo grupal e institucional y en
las diferentes formas de su participación social y del lugar que ocupa en el sistema
de organización social, es un aspecto importante del principio de la personalidad
como principio metodológico, que no ha sido suficientemente estudiado en la
psicología.
Todo lo anterior resume la complejidad y la importancia de los factores
sociales en la formación y desarrollo de la personalidad y su consecuencia en la
conducta individual y grupal.
Los elementos económicos, sociales y políticos relacionados con la
formación económico social, influyen sobre el medio social (manifestación del tipo
de relaciones sociales predominantes) de forma directa, donde se actúan por la
relación con diversos aspectos como pueden ser: demográficos, étnicos,
psicológicos e individuales; influyen sobre los grupos que conforman el entretejido
social y a través de éstos sobre los individuos que lo componen.
El modo de vida de toda sociedad, presupone un determinado
ordenamiento de las variadas formas de conducta de las personas, en la esfera de
la vida cotidiana. La sociedad no puede existir sin orientar y coordinar el
comportamiento de sus miembros, sin ordenar las relaciones entre ellos. Esto
significa que el individuo no puede estar al margen del orden establecido en la
sociedad.
Ahora bien, esta exigencia social llega al individuo mediatizada por los
diferentes grupos humanos en los cuales se inserta en todo su desarrollo (familia,
escuela, organizaciones, centros de trabajo, comunidad, etc.) y que son
portadores de sus particularidades que lo identifican como grupo y lo hacen
diferente a otros permitiéndoles una relativa independencia de la sociedad.
Esta relativa independencia de todos los grupos humanos determina que la
influencia de lo social sobre cada individuo no sea idéntica, ni lineal y que dependa
además de las condiciones histórico-concretas en las que se encuentre su
desarrollo como grupo; así como de todas sus particularidades y procesos
psicosociales que lo caracterizan y le dan vida. Permiten también comprender
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porque pueden subsistir grupos con características sociopsicológicas, que se
alejan de las exigencias sociales, aún cuando reciben el apoyo material para su
desarrollo en una adecuada dirección.
La existencia de estos grupos garantiza un importante conjunto de
condiciones que permiten la reproducción de las conductas desviadas dentro de la
sociedad, sobre todo cuando resultan ser agentes de socialización.
En los grupos, a través de los procesos sociopsicológicos que allí se
producen se da la transmisión de la influencia sociedad-individuo y donde el
hombre encuentra su máxima expresión como sujeto y objeto de la interacción
social.
Y precisamente para referirse al hombre como sujeto de las relaciones
sociales y a su papel activo en la propia configuración de su subjetividad en la
relación con el grupo, señala González Rey, F.: "El crecimiento y desarrollo del
hombre en el grupo expresa una integración, no una dependencia, integración que
se caracteriza por su especificidad interactiva, inseparable de la especificidad
personológica del sujeto concreto".
La importancia del grupo para la persona viene dado por la actividad que
este despliega como resultado de su lugar en el sistema social y a través de la
cual ella se incluye en éste, es decir las influencias grupales intervienen como
mediadora entre la sociedad y la persona.
De lo anterior se desprende la significación del grupo y su estudio en el
proceso de formación de la personalidad y en el análisis de las causas de la
conducta desviada.
Las condiciones históricas, sociales, económicas y políticas,
contemporáneas al presente y a la historia del individuo, influyen sobre éste a
través de los grupos e instituciones con los cuales mantiene relaciones vinculares
de uno u otro tipo, pero esta es una influencia compleja y contradictoria, imposible
de identificar linealmente.
La personalidad resultante de su interrelación dialéctica con el grupo y la
sociedad, donde se interceptan todas esas influencias, es la que decide la
conducta a seguir; comportamiento que puede estar orientado a la solución de un
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problema o conflicto vivenciado por el sujeto. Aquí resulta importante subrayar la
vivencia de conflicto porque lo importante no es la evaluación externa, por los
"otros" de la conflictividad o no de la situación; sino cómo es "sentida" por el
individuo, que se orienta a la solución de ese conflicto que él percibe.
Cuando hablamos de influencias grupales, lo hacemos en plural, porque el
individuo pertenece simultáneamente a diversos grupos y se relaciona también
con otros aún cuando no se inserte en ellos; de todos simultáneamente recibe su
acción, por eso hablamos de sistema vincular y de entretejido de relaciones
porque mediatizadas por el individuo convergen todas en él; la acción e un grupo
no puede "observarse puramente" en el individuo, porque su efecto depende de la
relación de éste con los otros grupos. Lo anterior explica la complejidad de la
acción del grupo sobre los individuos, en particular sobre su subjetividad y permite
fundamentar el criterio de que la conducta humana y en particular la conducta
desviada solo puede ser explicada a partir de un complejo de circunstancias que
funcionan como determinantes del comportamiento y no a partir de una sola de
ellas.
Cuando a lo anterior se suma la refracción que produce el grupo de la
influencia social, a partir de sus propias particularidades, como ya señalamos,
confirmamos que la influencia de lo social sobre el individuo, es compleja y su
efecto en la subjetividad individual, difícil de predecir, sin un estudio de ese
proceso desde un enfoque histórico- social transdisciplinario, donde el hombre
portador de una subjetividad que expresa su historia anterior, actúa en el presente,
no como un receptor pasivo de esa influencia, sino como una personalidad activa
que le permite o no trascender el presente de forma desarrollada y creadora.
23
UNIDAD II ASPECTOS HISTÓRICOS DE LAS DROGODEPENDENCIAS
24
renacentistas. Tanto es así que en muchos relatos de la historia de la época
drogar significa simplemente condimentar con drogas (canela, pimienta, nuez
moscada, etc.).
La posterior utilización de algunas especies, entre los pueblos malayos y
polinesios con fines terapéuticos o para ritos de iniciación, desplazó la acepción de
droga hacia el campo de la medicina y se convirtió en un sinónimo de
estupefaciente. Ya en el siglo XIX la práctica y el abuso de los narcóticos naturales
formaban parte de las costumbres excéntricas de los artistas y bohemios, se hizo
patente la idea de que la droga es el sublime veneno que exalta y aturde de la
monotonía de la vida cotidiana.
Las drogas estimulan siguiendo un proceso de los centros nerviosos. Tal
proceso va desde una fase aparente de armonía fisiológica denominada la
sinestesia hasta la fase sucesiva de delirio y obnubilación.
En términos generales, podemos definir droga como agentes químicos
capaces de influir, positiva o negativamente, en el proceso de transmisión que
cumple la sinapsis, su introducción en el cuerpo humano causa estados de
anormalidad que repercuten tanto en la personalidad como en la vida de quienes
la usan.
En China se han encontrado restos de fibra de cáñamo (marihuana) de una
antigüedad de más de tres mil años antes de Cristo. Un tratado de medicina del
siglo I, asevera que la marihuana tomada en exceso hace ver monstruos y si se
usa durante mucho tiempo puede comunicar con los espíritus y aligerar el cuerpo.
En Guatemala, se han encontrado piedra−hongos de unos 30 cm. de largo,
que tienen casi dos mil años de antigüedad. Antiguamente, cuando los sacerdotes
querían comunicase con su dioses y recibir un mensaje, comían de esta planta
para provocar el delirio.
En España inhalaban polvo de caoba o Yopo para comunicarse con el
mundo de los espíritus. Esta droga era utilizada por los nativos de Trinidad y las
islas adyacentes.
25
Europa Austral y Occidental son el paraíso de las solanáceas alucinógenas,
donde crecen en estado silvestre plantas narcóticas como el beleño, la belladona,
la mandrágora y varias saturas.
En los Estados Unidos y Canadá el mercado de consumo ha logrado crecer
infinitamente, no sólo porque es en su propio territorio donde funcionan
laboratorios que producen drogas, sobre todo sintéticas, que se consumen
masivamente, sino porque hacia allá van las inmensas cantidades de drogas que
se producen en Colombia, Perú, Bolivia, Ecuador y Brasil y que por intermedio de
Venezuela casi en toda América Central van a surtir ese atractivo mercado que,
además, compra en dólares.
Desde épocas inmemoriales, personas de todas las clases sociales han
usado los estupefacientes y hasta ahora, no se ha probado que exista algún grupo
racial o étnico que sea inmune a las toxicomanías. Es probable que el hombre en
épocas muy remotas conociera sustancias capaces de provocar nuevas
sensaciones y por consiguiente nuevos estados de conciencia, que unidos al
deseo de enmascarar la realidad, serían el punto de partida del uso inadecuado de
estas sustancias.
El uso de las drogas estupefacientes es un problema social relativamente
moderno, no tanto porque la sociedad haya tomado conciencia por sí misma de
que el uso de estas sustancias acarrea problemas sociales y problemas
individuales, sino más bien, porque solo hoy, el vicio ha adquirido la fisonomía de
fenómeno social del siglo XX. No fue sino a finales del siglo XIX cuando se
consideró el uso y el tráfico de estupefacientes como un problema internacional;
anteriormente se le veía como un negocio más o menos legítimo y hasta se pensó
que el uso de determinadas drogas (opio, hojas de coca, marihuana, etc.)
provenían de hábitos muy arraigados en algunos grupos sociales en determinados
países. Sin embargo, la realidad demostró lo contrario ya que la situación actual
es más compleja, porque además del abuso de estupefacientes se usa y abusa de
las llamadas sustancias psicotrópicas, hasta tal punto que las Naciones Unidas
promovieron el control internacional de esas sustancias mediante la Convención
de Viena realizada en 1971.
26
Gran número de estupefacientes y sustancias psicotrópicas son productos
naturales o sintéticos, que en general tienen uso médico sobre la actividad mental
y el estado de ánimo del usuario. En consecuencia, cuando son utilizadas bajo
control médico son beneficiosas para la salud; por el contrario, cuando son usadas
indiscriminadamente, sin ningún control, cuando en general se abusa de ellas, son
nocivas a la salud, al usuario y a la sociedad.
Con toda la droga, equipo y efectivo que se decomisa, bien se podría fundar
un centro oficial de rehabilitación de drogadictos y readaptación social para
combatir al verdadero enemigo que es la creciente drogadicción. Existen
propuestas y esquemas que se podrían adoptar estrictamente bajo un programa
bien definido e implementado. El narcotráfico es un problema, sin embargo la
drogadicción es un problema mayor que todos olvidamos. Enfrentar el problema
con una estrategia.
La amplia variedad de sustancias con diferentes efectos obliga a la reflexión
sobre si deben o no legalizarse drogas específicas, si debe de regular se la
producción, la distribución o el consumo y, en este último caso, el uso casual, que
provoca poco o ningún daño; el uso peligroso, que implica cierto daño; o el abuso,
que tiene repercusiones importantes no solamente para el individuo, sino también
para los que lo rodean.
27
La prohibición misma es causa de problemas, transforma el mercado y la
perspectiva de los problemas. Una alternativa, propuesta recientemente y que ha
logrado notoriedad, es el cambio del foco de atención de la política actual de “cero
tolerancia” a la “disminución del daño”: con ello se pretende minimizar las
consecuencias del consumo, al tiempo que se defienden los derechos humanos
de los adictos. Sus postulantes sostienen que la política actual constituye una
barrera para que los adictos reciban el lugar que les corresponde en la sociedad, y
limita la posibilidad de tratamiento. Al normalizar el consumo, los daños pueden
minimizarse mediante la integración social de los usuarios, en vez de aislarlos en
clínicas u otro tipo de instituciones.
Quienes postulan esta medida sostienen que la minimización del daño
tendría efectos sobre el usuario, el índice de violencia derivado de la ilegalidad, la
corrupción, el crimen organizado y el exceso de encarcelamiento. Las metas más
importantes de este modelo son, como su nombre lo indica, la reducción del daño,
el incremento en el nivel de seguridad y el proporcionar tratamiento a todos los
que lo necesitan.
Muchos son los puntos de debate, entre ellos, las diferencias en el valor
que se otorga a la libertad individual, al derecho a la privacía, a la salud pública, a
los derechos de otros, a los costos de las medidas y al papel regulador del
gobierno. Otro aspecto importante es el incremento de la vulnerabilidad de la
población al aumentar la disponibilidad de sustancias.
28
efectos secundarios de un medicamento y la exposición a tóxicos. En este manual
el término sustancia puede referirse a una droga de abuso, a un medicamento o a
un tóxico. Las sustancias tratadas en esta sección se agrupan en 11 clases:
alcohol; alucinógenos; anfetamina o simpaticomiméticos de acción similar; cafeína;
Cannabis; cocaína; fenciclidina (PCP) o arilciclohexilaminas de acción similar;
inhalantes; nicotina; opioides, y sedantes, hipnóticos y ansiolíticos. Aunque estas
11 clases se citan en orden alfabético, algunas clases comparten propiedades: el
alcohol comparte propiedades con los sedantes, hipnóticos y ansiolíticos; la
cocaína comparte propiedades con las anfetaminas y simpaticomiméticos de
acción similar. También se incluyen en esta sección dependencia de varias
sustancias y trastornos relacionados con otras sustancias (o desconocidas) (entre
los que se incluyen la mayoría de los trastornos debidos a medicamentos o a
tóxicos). Muchos de los medicamentos prescritos o tomados por iniciativa propia
pueden causar también trastornos relacionados con sustancias. Los síntomas
suelen estar relacionados con las dosis del medicamento y normalmente
desaparecen al disminuir éstas o al suspender el medicamento. Sin embargo, a
veces pueden producirse reacciones idiosincrásicas a una sola dosis. Los
medicamentos que ocasionan trastornos relacionados con sustancias incluyen,
entre otros, los anestésicos y analgésicos, agentes anticolinérgicos,
anticonvulsivantes, antihistamínicos, antihipertensivos y medicamentos
cardiovasculares, medicamentos antimicrobianos, medicamentos antiparkinsonia-
nos, agentes quimioterápicos, corticosteroides, medicamentos gastrointestinales,
relajantes musculares, antiinflamatorios no esteroideos, otros medicamentos sin
receta médica, antidepresivos y disulfiram.
La exposición a una amplia gama de otras sustancias químicas también
propicia la aparición de un trastorno relacionado con sustancias. Entre los tóxicos
capaces de provocar estos trastornos se incluyen los metales pesados (p. ej.,
plomo o aluminio), raticidas que contengan estricnina, pesticidas que contengan
inhibidores de la acetilcolinesterasa, gases con afinidad por el sistema nervioso,
glicoletileno (anticongelante), monóxido de carbono y dióxido de carbono. Las
sustancias volátiles (gasolina, pintura) se clasifican como inhalantes si se usan
29
con el propósito de intoxicarse, o «toxinas» si la exposición a ellas es accidental o
fruto de un envenenamiento intencionado. El deterioro cognoscitivo o del estado
de ánimo son los síntomas más frecuentes asociados a las sustancias tóxicas,
aunque también pueden dar lugar a ansiedad, alucinaciones, ideas de-lirantes o
crisis comiciales. Los síntomas suelen desaparecer cuando el sujeto deja de estar
expuesto a la sustancia, pero pueden mantenerse semanas o meses y requerir
tratamiento médico. Los trastornos relacionados con sustancias se dividen en dos
grupos: trastornos por consumo de sustancias (dependencia y abuso) y trastornos
inducidos por sustancias, trastorno amnésico inducido por sustancias, trastorno
psicótico inducido por sustancias, trastorno del estado de ánimo inducido por
sustancias, ansiedad inducida por sustancias, disfunción sexual inducida por
sustancias y trastorno del sueño inducido por sustancias). La sección empieza con
el texto descriptivo y los criterios diagnósticos para la dependencia, el abuso, la
intoxicación y la abstinencia de sustancias que se aplicarán a todas las clases de
sustancias. Continúa luego con los comentarios generales referidos a los síntomas
asociados; síntomas dependientes de la cultura, la edad y el sexo; curso; deterioro
y complicaciones; patrón familiar; diagnóstico diferencial y procedimiento de
tipificación aplicable a todas las clases de sustancias. El resto de la sección está
organizado por clases de sustancias y describe los aspectos específicos de
dependencia, abuso, intoxicación y abstinencia para cada una de las 11 clases.
Para facilitar el diagnóstico diferencial, el texto descriptivo y los criterios
diagnósticos para los restantes trastornos inducidos por sustancias se incluyen en
las secciones del manual donde aparecen trastornos que comparten la misma
fenomenología (p. ej., el trastorno del estado de ánimo inducido por sustancias se
incluye en la sección «Trastornos del estado de ánimo»).
30
La característica esencial de la dependencia de sustancias consiste en un
grupo de síntomas cognoscitivos, comportamentales y fisiológicos que indican que
el individuo continúa consumiendo la sustancia, a pesar de la aparición de
problemas significativos relacionados con ella. Existe un patrón de repetida
autoadministración que a menudo lleva a la tolerancia, la abstinencia y a una
ingestión compulsiva de la sustancia. El diagnóstico de dependencia de sustancias
puede ser aplicado a toda clase de sustancias a excepción de la cafeína. Los
síntomas de la dependencia son similares para todas las categorías de sustancias,
pero con alguna de ellas los síntomas son menos patentes e incluso pueden no
aparecer (Por ejemplo, no se han especificado síntomas de abstinencia para la
dependencia de alucinógenos). Aunque no está incluida específicamente en los
criterios diagnósticos, la «necesidad irresistible» de consumo (craving) se observa
en la mayoría de los pacientes con dependencia de sustancias.
La dependencia se define como un grupo de tres o más de los síntomas
enumerados a continuación, que aparecen en cualquier momento dentro de un
mismo período de doce meses.
Tolerancia es la necesidad de recurrir a cantidades crecientes de la
sustancia para alcanzar la intoxicación (o el efecto deseado) o una notable
disminución de los efectos de la sustancia con su uso continuado a las mismas
dosis. El grado en el que se desarrolla tole-rancia varía ampliamente según la
sustancia. Los sujetos que consumen grandes dosis de opiáceos y estimulantes
pueden presentar niveles de tolerancia considerables (pueden multiplicar la dosis
por diez), hasta llegar a niveles que serían letales para una persona que no
consumiera la sustancia. La tolerancia al alcohol también puede ser notable, pero
con frecuencia no es tan extrema como la tolerancia a las anfetaminas. Muchos
sujetos fumadores consumen más de 20 cigarrillos al día, una cantidad que les
hubiera producido síntomas de toxicidad cuando empezaron a fumar. Los
consumidores habituales de Cannabis no advierten general Trastornos
relacionados con sustancias
32
sobrecupo de instituciones carcelarias, entre otras), como resultado de la
definición de ilegalidad y del interés persistente del ser humano en consumir este
tipo de sustancias. Un programa ideal buscaría minimizar o disminuir ambos tipos
de consecuencia.
La característica esencial del abuso de sustancias consiste en un patrón
desadaptativo de consumo de sustancias manifestado por consecuencias
adversas significativas y recurrentes relaciona-das con el consumo repetido de
sustancias. Puede darse el incumplimiento de obligaciones importantes, consumo
repetido en situaciones en que hacerlo es físicamente peligroso, problemas
legales múltiples y problemas sociales e interpersonales recurrentes (Criterio A).
Estos problemas pueden tener lugar repetidamente durante un período continuado
de 12 meses. A diferencia de los criterios para la dependencia de sustancias, los
criterios para el abuso de sustancias no incluyen la tolerancia, la abstinencia ni el
patrón de uso compulsivo, y, en su lugar, se citan únicamente las consecuencias
dañinas del consumo repetido. Un diagnóstico de dependencia de sustancias
predomina sobre el de abuso de sustancias en la medida en que el patrón de
consumo de la sustancia coincida con los criterios para la dependencia acordes
con esa clase de sustancias (Criterio B). Aunque es más probable un diagnóstico
de abuso de sustancias en los sujetos que han empezado a tomar la sustancia
recientemente, algunos de ellos continúan experimentando consecuencias
sociales adversas relacionadas con la sustancia durante un largo período de
tiempo sin presentar signos de de-pendencia. La categoría de abuso de
sustancias no es aplicable a la nicotina ni a la cafeína. El sujeto aparece
intoxicado o con otros síntomas relacionados con la sustancia cuando se espera
de él el cumplimiento de obligaciones importantes en el trabajo, la escuela o en
casa:
Puede haber repetidas ausencias o un rendimiento pobre en el trabajo
debido a resacas repetidas. Un estudiante puede incurrir en ausencias
relacionadas con la sustancia, suspensiones o expulsiones de la escuela.
Mientras está intoxicado, el individuo puede descuidar a sus hijos o las
obligaciones de la casa. Puede ocurrir que la persona se intoxique
33
repetidamente en situaciones que son físicamente peligrosas (p. ej.,
mientras conduce el coche, accionando maquinaria o durante actividades
recreativas de riesgo como la natación o la escalada).
Pueden existir problemas legales recurrentes relacionados con la sustancia
(arrestos por comportamiento escandaloso, asalto y violencia, o por
conducir bajo los efectos de la sustancia).
El sujeto puede continuar el consumo de la sustancia a pesar de un historial
de repetidas consecuencias indeseables, tanto sociales como interpersonales
(dificultades conyugales, divorcio o violencia verbal o física) Las medidas de salud
pueden orientarse a la reducción de la demanda (el mejoramiento de las
condiciones de vida proporcionando alternativas contra el abuso de sustancias), al
control de la oferta (impuestos, control de la producción, horarios de venta,
etcétera); el éxito de estas políticas depende del acierto para controlar la
producción no regulada y la oferta al público, y presenta un conflicto entre los
intereses de una economía de libre mercado y los esfuerzos por regular un bien de
consumo con base en el bienestar de la población. La educación, la prevención y
el tratamiento son también campos para la política gubernamental.
34
III.4 Intoxicación por sustancias
35
análisis toxicológicos ( orina o sangre). Los cambios más frecuentes
implican alteraciones de la percepción, de la vigilancia, la atención, el
pensamiento, la capacidad de juicio y el comportamiento psicomotor e
interpersonal. El cuadro clínico específico en la intoxicación por sustancias
varía entre los sujetos y depende de la sustancia implicada, de la dosis, la
duración o cronicidad de su uso, de la tolerancia del sujeto a los efectos de
la sustancia, del tiempo transcurrido desde la toma de la última dosis, de las
expectativas por parte de la persona a los efectos de la sustancia y del
entorno o lugar en el que la sustancia se ha tomado. Los síntomas y signos
de la intoxicación difieren según su consumo sea in-mediato o agudo o
sostenido o crónico. Por ejemplo, dosis moderadas de cocaína pueden
producir inicialmente un comportamiento de afiliación, pero puede aparecer
retraimiento social si tales dosis se repiten con frecuencia durante días o
semanas. Diferentes sustancias (incluso de distintas clases) pueden
producir síntomas idénticos. Por ejemplo, tanto la intoxicación por
anfetaminas como por cocaína pueden dar lugar a grandiosidad e
hiperactividad, acompañadas de taquicardia, dilatación pupilar, elevación de
la tensión arterial y transpiración o escalofríos.
36
desadaptativos. Por ejemplo, un sujeto con taquicardia por consumo excesivo de
cafeína presenta una intoxicación fisiológica, pero, si éste es el único síntoma en
ausencia de un comportamiento desadaptativo, no debe realizarse el diagnóstico
de intoxicación por cafeína. La naturaleza desadaptativa de un cambio de
comportamiento inducido por una sustancia depende del entorno y del contexto
social. El comportamiento desadaptativo sitúa al sujeto en un mayor riesgo de
padecer efectos adversos (accidentes, complicaciones médicas, alteración de la
relación familiar o social, problemas laborales, económicos o legales). Los signos
y síntomas de la intoxicación persisten a veces durante horas o días, mucho
después de que la sustancia ya no se detecta en el organismo. Esto puede ser
debido a la presencia continua de bajas concentraciones de la sustancia en
algunas áreas cerebrales o al efecto de ataque y retirada por el que la sustancia
altera el proceso fisiológico y la recuperación dura más tiempo que el empleado
para la eliminación de la sustancia. Estos efectos de intoxicación a largo plazo
deben distinguirse de la abstinencia (los síntomas que se inician por un descenso
de las concentraciones de la sustancia en la sangre o los tejidos).
Abstinencia de sustancias
La característica esencial de la abstinencia por sustancias consiste en la
presencia de un cambio desadaptativo del comportamiento, con concomitantes
fisiológicos y cognoscitivos, debido al cese o la reducción del uso prolongado de
grandes cantidades de sustancias:
El síndrome específico de la sustancia provoca un malestar clínicamente
significativo o un deterioro de la actividad laboral y social o en otras áreas
importantes de la actividad del sujeto
Los síntomas no se deben a una enfermedad médica y no se explican
mejor por la presencia de otro trastorno mental
La abstinencia va asociada con frecuencia, aunque no siempre, a la
dependencia de sustancias Muchos (quizá todos) sujetos con abstinencia
por sustancias presentan una necesidad irresistible de volver a tomar la
sustancia
37
Criterios para la intoxicación por sustancias
A.) Presencia de un síndrome reversible específico de una sustancia debido a su
ingestión reciente (o a su exposición). Nota: diferentes sustancias pueden producir
síndromes idénticos o similares.
B.) Cambios psicológicos o comportamentales desadaptativos clínicamente
significativos debidos al efecto de la sustancia sobre el sistema nervioso central
(irritabilidad, labilidad emocional, deterioro cognoscitivo, deterioro de la capacidad
de juicio, deterioro de la actividad laboral o social), que se presentan duran-te el
consumo de la sustancia o poco tiempo después.
C.) Los síntomas no se deben a una enfermedad médica y no se explican mejor
por la presencia de otro trastorno mental.
TEMA IV PREVENCIÓN
38
fenómenos y procesos que funcionan como causas de la adicción y que pueden
encontrarse en la sociedad, en los agentes de socialización y en las personas.
39
Nivel individual: aquí nos referimos a las acciones encaminadas a personas
específicas y cuyo objetivo es contribuir al adecuado desarrollo y ajuste
social de la persona. Por ejemplo, la labor individualizada del maestro la
atención psicológica que un profesional especializado puede brindar, la
atención de un trabajador social o de la comunidad sobre alguno de sus
miembros.
40
detener el proceso que se ha iniciado para luego sostener al individuo hasta
lograr que revierta la adicción.
Prevención terciaria. Apunta a demorar o frenar el desarrollo de la adicción
y de sus consecuencias aun en los casos en que la manifestación central
continúe presente. La prevención terciaria se utiliza cuando no es posible la
abstención total de la droga. El propósito es disminuir las cantidades
consumidas y lograr periodos cada vez más largos de abstinencia.
Para ser efectiva, toda tarea de prevención debe contar con el apoyo de los
maestros y educadores. Cuando las instituciones educativas dan prioridad a lo
académico sobre lo humano, descuidan la disciplina o son rígidas al respecto, o
cierran la comunicación entre alumnos, profesores y padres, se convierten en un
factor de riesgo más.
41
En el caso de que la conducta de consumo ya sea habitual para la persona,
podemos prevenir que ésta continúe, e impedir o disminuir las complicaciones que
le ocasiona este consumo. La prevención consistiría en proporcionar medios y
habilidades para no reincidir o continuar con el consumo, en el caso de que el
objetivo sea la abstinencia. Si los objetivos son intermedios, la prevención irá
dirigida a: conseguir las menores complicaciones posibles, periodos de
abstinencia cada vez más largos, reducir las dosis habituales, dotarlo de
habilidades para el autocuidado. A este tipo de medidas se les conoce como
técnicas para la reducción del daño.
42
que está caminando en la cuerda floja, que siente temor al mirar hacia abajo por
tenerle miedo a las alturas, esto quiere decir, que el miedo de fracasar tal vez lo
haga razonar: Como de todas formas me voy a caer, debo tener el esfuerzo para
superarme. Los problemas no son atacados personalmente, son situaciones que
debemos enfrentar.
Pero el adicto no puede resolver su problema solo. Necesita una ayuda
profesional para vencer la adicción en su totalidad.
43
A continuación se detallan algunas recomendaciones para el diseño de un
programa de prevención de adicciones, sea cual fuera su género.
PREVENCIÓN EN LA CASA
Las familias unidas que dan atención a sus hijas e hijos hacen un frente
contra muchos riesgos sociales. Si ellos crecen en un ambiente de seguridad,
adquirirán una fuerza interna que le ayudara a tomar decisiones. Con esa
seguridad probablemente aprenderán a rechazar lo que daña su cuerpo y su
mente, no harán uso del alcohol, del tabaco o de las drogas y serán capaces de
negarse cuando se los ofrezcan.
Son indispensables las pláticas de prevención, los valores familiares que les
den seguridad en si mismo y la confianza que ellos necesitan.
44
¿QUÉ DEBEN HACER LOS PADRES PARA EVITAR LA DROGADICCION EN
LOS HIJOS?
Evitar:
Hablar como si lo supiera todo, sin escuchar las opiniones de sus hijos.
Ignorar los problemas escolares y personales de sus hijos porque considera
que son cosas de niños
Adoptar medidas de coacción, sin razonar, que limiten su libertad
desmesuradamente.
Mantener posturas excesivamente permisivas.
Ocultar información de todo lo que les pueda afectar en el presente o futuro.
Que exista contradicción entre lo que exige a sus hijos y lo que usted
mismo hace al respecto.
Hacer de su hogar un sitio inaguantable.
No tener tiempo para ellos.
Que dependan excesivamente y sin necesidad de usted.
Procurar:
Sentirse a gusto con ellos. Participe del ambiente familiar y ellos
participarán con usted.
Escucharlos y razonar cuando no esté de acuerdo con ellos.
Seguir su rendimiento escolar y atender a los problemas que vayan
surgiendo en su desarrollo.
Ayudarles y facilitarles la comunicación con los demás.
Informar a sus hijos sobre el tema desde los 10 u 11 años, con veracidad y
credibilidad, dosificándole la información según la edad.
No olvide que somos un modelo a imitar. Su conducta será más importante
que sus consejos.
Seguir actividades de tiempo libre, deportivas, culturales y de
entretenimiento fomentándolas desde la familia.
PREVENCIÓN EN LA ESCUELA
45
Organizando pláticas sobre estos temas. Por ejemplo, un medico puede
hablar sobre como el alcohol, el tabaco y las drogas afectan la salud de las niñas y
de los niños, de los jóvenes y de la población en general; un promotor comunitario
puede dar información sobre la gravedad del problema en la comunidad.
PREVENCIÓN EN GENERAL
46
Aprender a identificarlas por su apariencia física y lo que se usa para su
consumo (papel arroz para envoltura de cigarros, jeringas, ligas para
presión, etc.).
Mientras más alto sea el nivel de riesgo de la población meta, más intenso
ha de ser el esfuerzo de prevención y más temprano debe empezar.
UNIDAD V ADICCIONES
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Los exploradores europeos tuvieron sus primeros contactos en las Antillas
en 1492, cuando los nativos le ofrecieron hojas de la planta a Cristóbal Colón y a
sus hombres como signo de amistad.
Muchos investigadores desconocían porque esta planta era tan sagrada;
luego descubrieron que en pequeñas dosis, actuaba como estimulante, supresor
del hambre y de la sed y como analgésico. También descubrieron que se
utilizaban cantidades pequeñas para fines sociales, como: consolidar amistades,
estimular las negociaciones, en danzas y en consejos de guerra.
La Primera Guerra Mundial señaló el momento de la gran difusión del
tabaco en el mundo. Miles de soldados fumaban en los cuarteles y el humo
calmaba su nerviosidad y los distraía durante los intervalos de inactividad en las
batallas.
Con la Segunda Guerra Mundial se produjo un enorme aumento en el
consumo del cigarrillo. Posteriormente, las guerras de Corea y Vietnam
contribuyeron a la formación de nuevos adictos de distintas razas. Más
recientemente, las intensas campañas publicitarias han generalizado el consumo
de cigarrillos en la mayor parte del mundo entre hombres, mujeres, adultos y
adolescentes.
48
Síndrome nicotínico: signos y síntomas de adicción a la nicotina
Alto consumo diario de cigarrillos (15 o más por día).
Fumar desde las primeras horas del día, o hasta el momento previo al
sueño
49
aumenta la tolerancia y lleva a una mayor dependencia. Se ha demostrado
científicamente que la tensión puede ser la causa directa de una recaída a la
autoadministración de nicotina después de un período de abstinencia. Esta
adicción produce síntomas de abstinencia cuando una persona trata de dejar de
fumar. Algunos reportes indican que cuando se priva de cigarrillos durante 24
horas a fumadores habituales, aumenta su enojo y hostilidad, llegando a
agresiones físicas o psíquicas, y disminuye la aptitud de cooperación social. Las
personas que padecen de abstinencia también necesitan más tiempo para
recobrar su equilibrio emocional después de la tensión nerviosa. Durante los
períodos de abstinencia o de ansias de consumir nicotina, los fumadores han
mostrado reducción de una gran cantidad de funciones psicomotoras y
cognoscitivas, como por ejemplo la comprensión del lenguaje.
50
último mes) fue 13,8 por ciento y la tasa de uso de drogas, 14,7 por ciento. De los
que no fuman, 2,5 por ciento eran grandes bebedores y 2,6 por ciento usaban
drogas ilícitas. Además, el riesgo de desarrollar una enfermedad relacionada con
el tabaco es particularmente importante para quienes hayan comenzado a fumar
antes de los 15 años de edad.
Existen una serie de hechos que se deben conocer acerca del cigarrillo:
El 80% de los fumadores que tratan de abandonarlo fracasan.
La nicotina, compuesto químico que se encuentra únicamente en el tabaco,
es utilizada comercialmente para eliminar la maleza.
La nicotina, sustancia adictiva, llega al cerebro en el lapso de 7 segundos
en el momento que el fumador inhala.
51
Si se respira el humo del cigarrillo dentro de un automóvil cerrado, se puede
producir envenenamiento transitorio con monóxido de carbono.
El humo que sale de un cigarrillo contiene cinco veces más monóxido de
carbono, tres veces más alquitrán, cuatro veces más carcinógenos y 46
veces más amoníaco que el humo inhalado por el fumador.
El humo del cigarrillo contiene más de 3.000 tóxicos.
52
Enfisema pulmonar: es la más grave enfermedad crónica del aparato
respiratorio y, como consecuencia de ella produce la ruptura de los alvéolos
o diminutos sacos de aire distribuidos por todo el tejido pulmonar.
Cáncer: Se podría definir el cáncer como la formación de una colonia de
células que en ese crecimiento sin control daña a los tejidos normales. El
cáncer figura como una de las principales causas de muerte, por eso se ha
transformado con justa razón en un verdadero problema para la humanidad
ya que el tabaco es el que origina el cáncer en el pulmón, cuerdas vocales,
etc.
Se puede establecer la siguiente clasificación de fumadores:
Los que fuman automáticamente: éstos fumadores no se percatan que
tienen un cigarrillo en sus labios. Les parece que se sienten mejor cuando
fuman, pero realmente no experimentan ningún cambio.
Los que fuman para intensificar el placer: Estos fumadores fuman porque
desean experimentar el efecto estimulante del tabaco, aunque ese efecto
no sea de larga duración, fuman para relajarse o como culminación de otras
actividades placenteras
Los que fuman para mitigar sus momentos de frustración: Estos fumadores
usan el cigarrillo para disminuir sus temores, vergüenzas, timideces o
disgustos de cualquier clase. Sienten necesidad de fumar frente a las
tensiones de la vida diaria, pero no cuando están alegres o de vacaciones.
Los que fuman por adicción: Son fumadores que desean fumar y están
pendientes de sus cigarrillos, de modo que cuando no lo sienten así, se
sienten incómodos y desean fumar.
Los efectos del tabaco sobre el sistema nervioso son diversos. La
arterioesclerosis de las arterias que irrigan al cerebro es la causa principal de
estos accidentes vasculares. Tanto el régimen alimentario inadecuado como el
hábito de fumar, contribuyen al depósito de colesterol en las paredes de las
arterias, por lo que el fumador es blanco señalado, o candidato seguro para la
senilidad y los ataques cerebrales. Sentirse cansado, despertar angustiado y
perder las ganas de trabajar son tres molestias de origen nervioso. El tabaco
53
intoxica lentamente el cerebro, donde se hallan los centros que regulan el
funcionamiento de todo el cuerpo. Al intoxicarse el cerebro los órganos funcionan
mal; la persona siente un vago malestar, un cansancio inexplicable, sopor y
modorra, sueño a deshora. Estos trastornos los intenta combatir fumando más,
pues le parece que de momento, el tabaco le aumenta la vitalidad, pero luego de
cada cigarrillo queda peor que antes.
Las células del sistema nervioso pueden ser lesionadas y destruidas por la
acción directa contra ellas de venenos, sustancias químicas, tóxicas o bacterianas
y también por la carencia de sustancias nutritivas o por la falta de oxígeno.
Cualquier circunstancia que suprima la irrigación de una parte del cuerpo, produce
como resultado la muerte o lesión de millares de células. Estas células requieren
cinco veces más oxígeno que el exigido por las de cualquier otro órgano de
nuestro cuerpo, y no puede quedar más de tres minutos sin oxígeno sin ser
seriamente perjudicadas. Cuando el hombre fuma, llega menos sangre oxigenada
a sus células nerviosas como consecuencia de la vasoconstricción de las arterias,
lo que hace que el cerebro del fumador resulte invariablemente perjudicado en
mayor o menor grado.
La nicotina estimula el sistema nervioso; en dosis mediana provoca temblor,
las dosis altas convierten los temblores en convulsiones. El tabaco seda al
fumador mientras fuma, luego éste se va poniendo progresivamente más nervioso
hasta el próximo cigarrillo. La nicotina ejerce su acción directa sobre el sistema
nervioso autónomo, el cual controla las funciones inconscientes o automáticas del
organismo. Primero estimula, luego deprime y hasta puede llegar a paralizar la
actividad de esos nervios.
La nicotina es también un estimulante del sistema nervioso periférico. Esta
es la razón por la cual los fumadores sienten las mismas sensaciones cuando la
nicotina penetra por la vía respiratoria, o por la vía anal, en forma de supositorios,
o a través de una inyección intravenosa o muscular.
Hay tres trastornos producidos por el tabaco:
54
Neurastenia matinal. Significa literalmente, depresión nerviosa y
agotamiento. Es una forma leve de enfermedad mental. El síntoma principal
es la fatiga excesiva y la pérdida de energía.
Cefalalgia. La cefalalgia o dolor de cabeza, es probablemente el más
común de todos los malestares. No es una enfermedad en sí misma, sino
un síntoma común a muchos desórdenes orgánicos, y casi siempre va
acompañado de otras manifestaciones.
Insomnio. La neurastenia y el dolor de cabeza, sumados a la quema de las
energías de reserva ocasionada por el uso del tabaco, determinan con
frecuencia la aparición del insomnio, lo que produce al fumador un
debilitamiento general con consecuencias diversas, todas ellas negativas.
55
El cigarrillo y el cáncer bucal: el cáncer bucal comienza generalmente como
pequeñas heridas o manchas que aparecen sobre todo en los fumadores
que aprovechan el cigarrillo hasta su última porción, donde se concentran
las mayores cantidades de veneno. O bien se produce a partir de esas
llaguitas de aspecto inocente que surgen en las comisuras de los labios
(estomatitis), que en vez de desaparecer en unos cinco días, permanecen
durante un tiempo mayor en los fumadores.
Cáncer de la lengua: aparece con mayor frecuencia en las personas que
fuman en pipa o que mascan tabaco. Las sustancias carcinógenas
existentes en el tabaco actúan como irritantes químicos sobre las lesiones
primitivas de la lengua.
El tabaco y el esófago: se sabe que los venenos del tabaco atacan los
tejidos y mucosas por donde pasan, agrediendo también las paredes
rugosas del esófago, todo lo cual produce serias consecuencias. Además
de esta agresión directa, el esófago sufre también una indirecta, causada
por los agentes del tabaco. En efecto, el acto de fumar hace que, a través
de las contracciones del estómago, los alimentos pasen con mayor rapidez
del estómago al duodeno.
El cáncer de estómago: es uno de los tipos de cáncer que produce mayor
número de muertes. Comienza, casi siempre, por una gastritis. Y en la
mujer, sigue en frecuencia al cáncer del útero. El paciente puede quejarse
de digestión lenta e incompleta, sensación de plenitud gástrica, aún cuando
haya comido poco. Hay pérdida de peso y adelgazamiento. Al comienzo, la
víctima puede no sentir dolor, o puede sentir dolor, o puede sentir desde la
simple sensación de pesadez gástrica hasta dolores intensos.
Posteriormente, puede aparecer una úlcera que es maligna y que ocasiona
dolor. Hay también vómitos, ocasionados al principio por la gastritis, que se
producen de mañana en ayunas, sin esfuerzo y con mucosidades. Más
tarde, se vomitan los alimentos debido a la estrechez del píloro. Ya en la
etapa bien avanzada se producen vómitos hemorrágicos. Este tipo de
56
cáncer aparece, generalmente, después de los 40 años y sus víctimas
habituales son los fumadores (80% de los casos).
El cigarrillo y el cáncer de vejiga y riñones: numerosas investigaciones
realizadas con animales y seres humanos, demostraron que la orina de los
fumadores contiene sustancias químicas reconocidas como causantes del
cáncer de vejiga, las que también se encuentran en el humo del cigarrillo.
Los estudios sobre personas que han dejado de fumar revelan que el riesgo
de muerte por enfermedades relacionadas con el tabaco disminuye con cada año
de abstinencia. Por otro lado, los datos disponibles muestran que las mujeres, las
personas mayores y aquellas que presentan problemas de salud son las que más
dejan de fumar. Hay muchos programas para ayudar a dejar de fumar. Algunos lo
hacen con grupos de apoyo, mientras que otros emplean técnicas de aversión en
57
que los participantes fuman muchos cigarrillos en muy poco tiempo hasta llegar a
sentir asco con ellos.
No obstante, muchos millones de personas en el mundo dicen que les
gustaría dejar de fumar pero no pueden. Una de las hipótesis que explica este
problema es que el fumador echa de menos el efecto de la nicotina que contiene
el humo. Un informe de 1988 declaraba que la nicotina es una droga adictiva
comparable a otras sustancias adictivas en su capacidad de producir
dependencia. El informe también indicaba que los costes monetarios y humanos
del tabaquismo eran bastante superiores a los atribuidos a la cocaína, el alcohol o
la heroína.
Hay proyectos en marcha para ayudar a la gente a dejar de fumar mediante
asesoramiento o participación en grupos de apoyo. Los que tienen una fuerte
dependencia física de la nicotina pueden sustituir esta sustancia por un chicle que
la contiene, para así aliviar el síndrome de abstinencia. Los parches de nicotina
también pueden ser de utilidad como alternativa o como refuerzo del chicle.
Los amigos. Los amigos son el referente y un modelo a seguir al igual que
la familia. Influyen de forma decisiva en los hábitos y conductas de los
adolescentes.
58
El alcoholismo es un trastorno crónico de la conducta, caracterizado por la
dependencia del alcohol expresada a través de dos factores fundamentales, (1) la
incapacidad de detener la ingestión del alcohol, una vez iniciada y (2) la
incapacidad de abstenerse de ello.
La OMS define el alcoholismo como la ingestión diaria de alcohol superior a
50 gramos en la mujer y 70 gramos en el hombre (una copa de licor o un
combinado tiene aproximadamente 40 gramos de alcohol, un cuarto de litro de
vino 30 gramos y un cuarto de litro de cerveza 15 gramos). El alcoholismo parece
ser producido por la combinación de diversos factores fisiológicos, psicológicos y
genéticos. Se caracteriza por una dependencia emocional y a veces orgánica del
alcohol, y produce un daño cerebral progresivo y finalmente la muerte.
Hay diversos factores que inciden en el alcoholismo:
Sociales: Las bebidas alcohólicas han sido utilizadas por el hombre desde
los tiempos antiguos las cuales se consumen en las casas o festividades
religiosas. Cuando el hombre comienza a socializarse por medio del
trabajo, cultura, política, etc., sufre una serie de cambios Muchas personas
ingieren alcohol porque piensan que este les facilita la forma de trabajar, de
relacionarse socialmente porque lo ve en otros.
Culturales: Culturalmente el alcohol tiene influencia en el hombre, éste
ingiere alcohol con diferentes finalidades, la forma de beber varía en los
grupos ya que éstos siguen ciertos patrones generados por la cultura.
Psicológicos: El alcohol ejerce influencias depresivas sobre todas las
funciones psicológicas y que afectan más las funciones simples que las
complejas, el consumo de bebidas alcohólicas en determinadas cantidades,
ritmo y frecuencia afectan a la personalidad de la conducta del hombre,
originando cambios, lesiones, sufrimientos y todo esto trae como
consecuencias al organismo tanto físico como psíquico, produciendo
inestabilidad, agresión, angustia, depresión y confusión mental.
59
Económicos: El productor de alcohol persigue como objetivo obtener
utilidad con sus productos sin medir las consecuencias que éstos productos
pueden generar en el individuo y lo realizan a expensas de la salud de la
humanidad.
60
sobre los principales sistemas del organismo son acumulativos e incluyen un
amplio rango de alteraciones en el aparato digestivo, entre las que destacan las
úlceras de estómago y de duodeno, la pancreatitis crónica y la cirrosis hepática,
así como lesiones irreversibles en los sistemas nerviosos central y periférico.
Pueden llegar a producirse desmayos, alucinaciones e intensos temblores,
síntomas del síndrome de abstinencia alcohólica más grave, y el delirium tremens,
que puede ser mortal a pesar del tratamiento adecuado; esto último contrasta con
los síndromes de abstinencia de los opiáceos como la heroína, que aunque muy
aparatosos rara vez son fatales.
Los efectos del uso de alcohol en el corto plazo incluyen:
Disminución de las inhibiciones (sensación de mayor libertad y confianza).
Menor coordinación de los movimientos y lentitud de los reflejos (torpeza
motora).
Lenguaje farfullante (poco claro, "se traba la lengua").
Menor capacidad para concentrarse en un tema.
Cambios importantes en el estado de ánimo (pasa de la alegría al llanto o a
la agresión).
Alteraciones en la percepción (escucha voces y ve cosas y personas que
no están ahí).
Alteración de la capacidad de juicio (se le dificulta valorar una situación y lo
hace mal).
Los efectos a largo plazo incluyen:
Malestares gastrointestinales (agruras, inflamación, diarrea).
Pérdida del apetito.
Deficiencias vitamínicas.
Problemas en la piel.
Impotencia sexual.
Daño al hígado.
Daño cerebral.
Alteraciones en la memoria.
Alteraciones en el corazón, pulmones, músculos, sangre, páncreas, etc.
61
Se ha demostrado en fechas recientes que la ingestión de alcohol durante
la gestación, incluso en cantidades moderadas, puede producir daños graves en el
feto, especialmente retraso en el desarrollo físico y mental; la forma más grave de
este retraso, poco frecuente, se llama síndrome de alcoholismo fetal; es decir,
recién nacidos con diversos problemas como retardo mental y otras
anormalidades físicas irreversibles. Los hijos de padres alcohólicos tienen un alto
riesgo de ser alcohólicos también
Una de las medidas preventivas en contra del alcoholismo es la de
establecer campañas para poder proporcionar información por medio de folletos,
trípticos, en forma oral, etc., con el fin de empezar a hacer consciente a la
población de la problemática, tratando de tocar puntos esenciales, tales como: qué
es el alcoholismo, en qué consiste, por qué se da, cuáles son los efectos que
produce la ingestión excesiva de alcohol, lugares a donde se puede acudir a
solicitar información, ayuda, etc.
Otra medida de prevención es la de implantar programas dentro y fuera de
las instituciones educativas con el fin de empezar a sembrar la semilla en las
futuras generaciones y buscar nuevas soluciones.
Éstas son sólo algunas posibles alternativas con las cuales se podrían
tomar cartas en el asunto y de así poder frenar y contrarrestar la información
deformante, sensacionalista, especulativa, manipuladora, llena de prejuicios que
por lo regular caracterizan a los medios de información y comunicación masiva y
de esta manera reducir la ignorancia.
Con la participación de todos ya sea informándose, cambiando su forma de
pensar y teniendo un cambio de actitudes, etc., se puede enseñar, orientar y
encausar a las generaciones jóvenes a tomar conciencia, determinaciones,
actitudes, etc., y así darles herramientas con las cuales puedan confrontar la
problemática y tratar de salir adelante.
62
En la mayoría de las culturas el alcohol es el depresor del sistema nervioso
central utilizado con más frecuencia y el responsable de una morbididad y una
mortalidad considerables. En algún momento de la vida cerca del 90 % de los
adultos en Estados Unidos han tenido alguna experiencia con el alcohol, y un
número importante (60 % de varones y 30 % de mujeres) han tenido uno o más
acontecimientos adversos relacionados con él (conducir después de haber bebido
en exceso, bajas laborales o escolares debidas a resacas). Por fortuna, a partir de
estas experiencias la mayoría de los sujetos aprenden a moderar la bebida y a no
desarrollar dependencia o abuso por alcohol. Esta sección contiene descripciones
específicas de los trastornos relacionados con el alcohol. En el texto que se refiere
de un modo genérico al consumo de sustancias ya se han descrito y especificado
los criterios diagnósticos para la dependencia de sustancias y el abuso de
sustancias y aquí se hará referencia a la dependencia y el abuso de alcohol, para
los que no hay criterios diagnósticos adicionales. La descripción y los criterios
diagnósticos específicos para la intoxicación alcohólica y la abstinencia alcohólica
se expondrán después. Los trastornos inducidos por el alcohol (además de la
intoxicación y abstinencia alcohólicas) se describen en las secciones del manual
que tratan sobre los trastornos con los que comparten fenomenología
63
El opio (del griego opión, opos, que significa jugos) se obtiene de una
variedad de la amapola. Concretamente es el jugo lechoso del fruto no maduro de
una planta cuyo nombre científico es papaver somníferum. Es una droga natural
que no tiene entre nosotros demasiados adictos. Contiene alcaloides (morfina,
codeína, tebaina, narcotina, etc.) que producen dependencia.
El opio fue una de las primeras drogas utilizadas por el hombre para calmar
el dolor. Los griegos que conocieron y apreciaron el opio fueron los difusores por
Persia, India y China. A partir del siglo XIII fueron los cruzados quienes la llevaron
a Europa y comenzó a utilizarse como una medicina. A finales del siglo XVII había
alcanzado la categoría de droga social, es decir, la consumía mucha gente. De él,
o sea utilizándolo como materia prima, se extraen otras dos drogas que producen
efectos mucho más (morfina y heroína).
Los síntomas por intoxicación de opio más importantes son los que se
enumeran a continuación:
Disminución de la apreciación de las impresiones externas. Un estímulo
puede desencadenar una respuesta normal o exagerada.
Las facultades de concentración y juicios están perturbadas.
En oportunidades se pueden provocar sensaciones de calor, dolor y prurito.
A dosis tóxicas provoca intensas convulsiones.
Actúa sobre las pupilas provocando miosis bastante característica, lo cual
permite orientar el conocimiento, en los cuadros de intoxicación.
Sobre el aparato circulatorio es capaz de provocar descenso de la tensión
arterial y trastornos del ritmo cardíaco.
Acción sobre la piel: provoca diaforesis, eritema y congestión.
Sobre el tracto digestivo ocasiona: náuseas, vómitos, anorexia y
estreñimiento.
A nivel del aparato urinario: puede provocar disminución de la diuresis y
espasmos del esfínter vesical.
Los síntomas de abstinencia de opio pueden ser:
Síntomas leves: bostezos, lagrimeo, rinorrea, estornudos.
Síntomas moderados: anorexia, midriaxis, temblores, piel de gallina,
64
Síntomas intensos: aumento del ritmo y profundidad respiratoria, fiebre,
agitación, insomnio, hipertensión.
Síntomas graves: vómitos, diarreas, pérdida de peso.
65
Pérdida de capacidades mentales para el aprendizaje
Paranoia
Pérdida de peso y desnutrición
Depresión grave
Violencia
66
Los opiáceos incluyen los opiáceos naturales (morfina), semisintéticos
(heroína) y sintéticos con acción similar a la de la morfina (codeína, hidromorfona,
metadona, oxicodona, meperidina, fentanilo). Medicamentos como la pentazocina
y la buprenorfina, que tienen efecto opiáceo agonista y antagonista, también se
han incluido en este grupo, puesto que sus propiedades agonistas producen
efectos fisiológicos y comportamentales similares. Los opiáceos se prescriben
como analgésicos, anestésicos, antidiarreicos o antitusígenos. Una de las drogas
de este grupo de la que más se abusa es la heroína, habitualmente por vía
intravenosa, aunque también puede fumarse o aspirarse cuando se dispone de
heroína muy pura. El fentanilo se inyecta, mientras que los antidiarreicos y
antitusígenos se toman por vía oral. En este apartado se comentan
específicamente los trastornos relacionados con los opiáceos. La descripción y los
criterios diagnósticos han sido ya expuestos al tratar los aspectos generales del
abuso y la dependencia de sustancias, y son aplicables a cualquiera de ellas. A
continuación se describe el abuso y la dependencia de opiáceos, aunque no se
añaden criterios diagnósticos adicionales. Se mencionarán luego la descripción y
los criterios diagnósticos para la intoxicación y la abstinencia de opiáceos. Los
trastornos inducidos por opiáceos (al margen de la intoxicación y la abstinencia) se
describen en las secciones del manual que tratan sobre los tras-tornos con los que
comparten características fenomenológicas (el trastorno del estado de ánimo
inducido por opiáceos se incluye en la sección «Trastornos del estado de ánimo»).
A continuación se detallan los trastornos por consumo de opiáceos y los
trastornos inducidos por opiáceos.
67
Trastorno psicótico inducido por opiáceos, con ideas delirantes Especificar si:
De inicio durante la intoxicación
Trastorno psicótico inducido por opiáceos, con alucinaciones Especificar si:
De inicio durante la intoxicación
Trastorno del estado de ánimo inducido por opiáceos Especificar si: De inicio
durante la intoxicación
Trastorno sexual inducido por opiáceos Especificar si: De inicio durante la
intoxicación
Trastorno del sueño inducido por opiáceos Especificar si: De inicio durante la
intoxicación/De inicio durante la abstinencia.
Trastorno relacionado con opiáceos no especificado
Trastornos relacionados con opiáceos
68
Método del consumo nasal de la cocaína: La vía de elección más frecuente
es la nasal, por lo que es absorbida, en inhalación, bajo la forma de polvo.
Se calcula que el 80% de consumidores lo hacen por esta vía.
Método del consumo subcutáneo de la cocaína: La vía subcutánea, por
inyecciones, es poco usada debido a los inconvenientes que trae
aparejados: uso de inyectadoras y la facilidad de producir accesos por falta
de asepsia.
Método de consumo intravenoso de la cocaína: Generalmente esta vía es
usada por consumidores inveterados. Lo más frecuente es que se trate de
un consumidor de heroína, que utiliza por vía intravenosa una mezcla de
heroína−cocaína (en el argot se conoce como bola rápida).
Los efectos del uso de la cocaína en el corto plazo incluyen:
Aumento de la temperatura corporal y de la frecuencia cardíaca
Euforia (sensación de confianza bienestar y alegría)
Ansiedad
Disminución del apetito.
Estados de pánico (miedo muy intenso).
Alteraciones en la capacidad de concentración y de juicio (para mantener la
atención y valorar situaciones).
Indiferencia al dolor y a la fatiga.
Sentimientos de mayor resistencia física y capacidad mental.
Pupilas dilatadas y conducta impredecible que puede incluir un
comportamiento violento.
69
Psicosis y alucinaciones de tipo paranoide (sensaciones de ser
perseguido).
Anhedonia (incapacidad para experimentar placer) y depresión.
Infartos cardiacos, accidentes vasculares cerebrales y enfermedades
infecciosas.
Hepatitis e infección por VIH cuando la droga se usa inyectada.
Los adictos a la cocaína y al crack llegan a tener convulsiones e
impotencia sexual.
70
la flacura es bien manifiesta. Los trastornos urinarios se manifiestan por
albuminurias, oligurias, crisis de poliuria.
La dependencia de tipo cocaínico es un estado provocado por la
administración repetida de cocaína o de un agente de propiedades semejantes a
las de la cocaína en forma periódica o continua. Sus principales características
son:
Un invencible deseo o necesidad de seguir tomando la droga y de obtenerla
por todos los medios.
Ausencia de tolerancia para los efectos de la droga durante la
administración continua de ésta; en la administración episódica, que es la
más frecuente, la droga se toma a veces a pequeños intervalos,
acumulándose hasta producir una intensa reacción tóxica.
Una dependencia psíquica respecto a los efectos de la droga, relacionada
con una aparición subjetiva e individual de esos efectos.
Ausencia de dependencia física y, por tanto de síndrome de abstinencia al
suprimir repentinamente la droga; esa supresión va acompañada de un
trastorno psíquico que se manifiesta por un deseo vehemente de obtener la
droga.
71
La cocaína, una sustancia natural producida por la planta de la coca, se
consume en diversas preparaciones (hojas de coca, pasta de coca, hidrocloruro
de cocaína y alcaloide de cocaína) que difieren en su potencia debido a los
variados niveles de pureza y rapidez de acción. La cocaína es el ingrediente activo
de cada preparación. Masticar hojas de coca es una práctica generalmente
limitada a las poblaciones nativas de América Central y del Sur, donde se cultiva la
cocaína. El consumo de pasta de coca, un extracto crudo de la planta de coca,
aparece casi exclusivamente en los países productores de cocaína en América del
Sur y Central, donde se denomina «basulca». Los disolventes usados en la
preparación de la pasta de coca contaminan con frecuencia la pasta y pueden
causar efectos tóxicos en el sistema nervioso central y en otros órganos cuando la
pasta se fuma. El hidrocloruro de cocaína en polvo es habitualmente «esnifado» a
través de la nariz o disuelto en agua e inyectado por vía intravenosa. Cuando se
mezcla con heroína, produce una combinación conocida como «speed-ball».
Una forma habitual de consumo es el crack, un alcaloide de la cocaína que
se extrae de una sal en polvo mezclándola con bicarbonato sódico y secándola en
pequeñas piedras
El crack difiere de otras formas de cocaína por ser fácilmente vaporizable y,
cuando se inhala, sus efectos son muy rápidos. El síndrome clínico y los efectos
adversos asociados al crack son idénticos a los producidos por dosis comparables
de otras preparaciones de cocaína. Antes de la introducción del crack, la cocaína
era separada de su base de hidrocloruro por calentamiento con éter, amoníaco y
otros disolventes volátiles. Se fumaba la cocaína de «base libre» resultante. Este
proceso es peligroso debido al riesgo de que los disolventes se incendien y
lesionen al usuario. Este apartado contiene comentarios específicos de los
trastornos relacionados con la cocaína. La descripción y los criterios diagnósticos
ya se han expuesto en los aspectos genéricos de la dependencia de sustancias y
del abuso de sustancias. La descripción específica para la dependencia y abuso
de cocaína se hace a continuación, aunque no hay criterios diagnósticos
específicos para la dependencia o abuso de cocaína. Luego, también se exponen
la descripción específica y los criterios diagnósticos para la intoxicación por y la
72
abstinencia de cocaína. Los trastornos inducidos por cocaína (al margen de la
intoxicación por y la abstinencia de cocaína) se describen en las secciones del
manual que tratan sobre trastornos con los que comparten características
fenomenológicas (trastorno del estado de ánimo inducido por cocaína está incluido
en la sección «Trastornos del estado de ánimo»). Se enumeran a continuación los
trastornos por consumo de cocaína y los trastornos inducidos por cocaína.
73
V.5 Adicción al juego: Evaluación y tratamiento
El jugador compulsivo suele ser mucho más que la cuestión del dinero. Es
exactamente como tomar una droga. Para el jugador compulsivo el estar jugando
ya es en sí una recompensa, lo cual cambia el ánimo y produce una sensación
semejante a la euforia de la droga. El juego trae como consecuencia perder sus
amigos, familiares y prácticamente todo su dinero.
Es una enfermedad adictiva en la que el sujeto es empujado por un
abrumador e incontrolable impulso de jugar. El impulso persiste y progresa en
intensidad y urgencia, consumiendo cada vez más tiempo, energía y recursos
emocionales y materiales de que dispone el individuo. Finalmente, invade, socava
y a menudo destruye todo lo que es significativo en la vida de la persona"
Un jugador compulsivo
74
siguen un programa sencillo que ha demostrado tener éxito para miles de hombres
y mujeres con problemas de adicción al juego y que son jugadores compulsivos.
Lo primero que debe hacer un jugador compulsivo para dejar de jugar es
que la persona necesita aceptar el hecho que él o ella se encuentra en las garras
de una enfermedad progresiva y tener el deseo de recuperarse. Nuestra
experiencia, ha demostrado que el Programa de Jugadores Anónimos, siempre
funcionará para cualquier persona que tenga el deseo de dejar de jugar. Sin
embargo, nunca funcionará para la persona que no se enfrenta honestamente y
acepta que padece esta enfermedad.
Algunas de las características de un jugador compulsivo
1. No poder ni querer aceptar la realidad. De ahí el escape hacia el
mundo de los sueños que representa el jugar.
2. Inseguridad emocional. Un jugador compulsivo sólo se siente
emocionalmente confortable cuando está “en acción”. No es raro escuchar
a un miembro de Jugadores Anónimos decir que: “El único lugar donde
sentí que pertenecía de veras, era sentado frente a una mesa de juego. Allí
me sentía seguro y confortable. Nadie me exigía demasiado. Sabía que
me estaba destruyendo pero al mismo tiempo tenía cierta sensación de
seguridad.”
3. Inmadurez. Un deseo de tener todas las cosas buenas de la vida sin
ningún esfuerzo de su parte, parece ser el patrón común del carácter de
los jugadores compulsivos. Muchos miembros de Jugadores Anónimos
aceptan el hecho de que no estaban dispuestos a madurar. De manera
inconsciente, sentían que podían evitar la responsabilidad de la madurez
jugando a la ruleta o a las cartas, y así la lucha por escapar de la
responsabilidad, se convirtió finalmente en una obsesión inconsciente. El
jugador compulsivo, también parece tener una urgente necesidad interior
de ser “alguien importante” y necesita sentirse todopoderoso. El jugador
compulsivo está dispuesto a hacer casi todo (a menudo actos de
naturaleza antisocial) con tal de mantener la imagen que quiere que otros
vean de él.
75
A su vez, existe la teoría de que los jugadores compulsivos de manera
inconsciente desean perder para castigarse a sí mismos. Hay bastantes
evidencias que apoyan esta teoría.
76
De los muchos problemas serios que se crearon, los financieros parecen ser los
más fáciles de resolver. Cuando un jugador compulsivo se hace miembro de
Jugadores Anónimos y deja de jugar, los ingresos, usualmente, aumentan y ya no
tiene el gasto que le causaba la adicción al juego y muy pronto, las presiones
financieras empiezan a disminuir. Los miembros de Jugadores Anónimos se han
dado cuenta que el mejor camino para la recuperación financiera, es por medio
del trabajo y del pago de nuestras deudas. Pedir prestado y/o prestar (sacar de
apuros a alguien).
Adicción a Internet
77
Teniendo en cuenta el incremento cada vez mayor de nuevas tecnologías
que se van haciendo parte de la vida diaria, se hace imprescindible conocer de
que manera su utilización va transformando la realidad y como esta nueva
realidad afecta nuestra manera de ser en el mundo.
78
No obstante las "adicciones" en sentido amplio pueden ser saludables,
patológicas o una mezcla de ambas. De este modo una persona que se sienta
fascinada por su hobby y en el que invierte cantidades ingentes de tiempo tiene la
posibilidad de aprender, fomentar la creatividad y comunicarse. La dificultad se
sitúa en el punto en que debe trazarse la línea entre un uso intenso de la
tecnología y la aparición de las consecuencias derivadas directamente de la
actividad.
79
carácter adictivo. Sin embargo, los partidarios de la existencia de este síndrome
definen al 'netdependiente' como aquel individuo que realiza un uso excesivo de
Internet lo que le genera una distorsión de sus objetivos personales, familiares o
profesionales. El Center for On-Line Addiction describe este tipo de adicción como
un deterioro en su control y uso que se manifiesta en un conjunto de síntomas
cognitivos, conductuales y fisiológicos.
80
Red o que puedan haber descubierto nuevos recursos que les hayan devuelto a la
primera fase.
Este uso podría evolucionar de modo adaptativo (de hecho son habituales
los casos de sujetos que hacen un uso intensivo de sus ordenadores, teléfonos
móviles, televisión en cualquiera de sus vertientes, etc.) o bien desviarse hacia
situaciones desadaptativas ya sea en modo generalizado o en algún aspecto
específico.
81
que la adicción a Internet sea considerada como tal tendrá que ser considerada,
en primer lugar, en el ámbito científico como una categoría adictiva en sí misma.
Como llevamos poco tiempo con el uso de Internet y hay pocas personas
susceptibles de esta patología, no tenemos conocimientos
Científicos aptos para decir que esto es una adicción y cuáles son las
categorías que lo definen. Estamos en una etapa inicial y no se tienen datos con
certeza para definir un diagnóstico y un tratamiento.
Hasta el día de hoy no existe de modo oficial este trastorno, puesto que el
conjunto de síntomas que se describen todavía no ha demostrado ni consistencia
ni fiabilidad. Por lo cual es oportuno seguir investigando y aportando al estudio de
esta conducta.
Por extraño que parezca, no existe una autoridad central que controle el
funcionamiento de la red, aunque existen grupos que se dedican a organizar de
alguna forma el tráfico en ella. Tampoco pertenece a una entidad privada o
gubernamental. La mayoría de sus servicios y recursos son ofrecidos en forma
gratuita a sus usuarios.
82
El primero de ellos hace referencia a aquellos sujetos muy aficionados e
interesados por sus ordenadores que utilizan la Red para recoger información,
jugar en solitario, obtener nuevos programas, etc. pero sin establecer ningún tipo
de contacto interpersonal (mas que el necesario para lograr sus propósitos).
Aproximación diagnóstica
Pese al escaso y anecdótico bagaje clínico son numerosas las voces que
proponen la inclusión de este supuesto trastorno en los manuales de clasificación
(DSM-IV, CIE-10), aventurando borradores de criterios diagnósticos:
Tolerancia
83
Necesidad de incrementar las cantidades de tiempo conectado a Internet
para lograr la satisfacción.
Agitación psicomotriz
Ansiedad
Cambios drásticos en los hábitos de vida a fin de tener mas tiempo para
conectarse.
84
Deprivación o cambio en los patrones de sueño a fin de disponer de mas
tiempo en la Red.
Correlatos fisiológicos
85
actividades relacionadas con la red, siendo estos aspectos criterios de diagnóstico
del IAD. ¿Sería legítimo considerarlos a ellos como adictos?
Hasta la fecha no existe un perfil bien definido del usuario adicto a Internet, en
general se trata de sujetos jóvenes, preferentemente varones, con un elevado
nivel educativo y hábiles en el uso de la tecnología. Se especula con la existencia
de un subgrupo de usuarios caracterizado por la timidez, que encuentra en el
ciberespacio la posibilidad de liberarse de la ansiedad producida por las
relaciones sociales cara a cara, ganando en autoconfianza, dado el relativo
anonimato que Internet proporciona.
Respecto a las conductas de riesgo cabe destacar que casi el 40% de los
sujetos han dado algún paso encaminado a conocer en el mundo real a alguien
que solo conocían en la red, sin embargo muy pocas de estas acciones han
cristalizado en conductas de riesgo (nuevas parejas sexuales), resultando la
mayoría de relaciones establecidas de carácter laboral o escolar.
86
creada por las computadoras y redes puede en muchos casos ser entendida
como un espacio psicológico.
87
Op tiene el poder de votarte de un canal de IRC, retrasar o destruir
conversaciones.
88
La experiencia sensorial limitada tiene algunas significativas desventajas
(así como algunas ventajas únicas) en comparación con el encuentro
personal.
Status igualado.
89
Tiempo extendido y condensado
90
gente cambiando alrededor de ti tan rápidamente en el ciberespacio, la
experiencia de tiempo parece acelerarse.
91
mi necesidad de controlarlas). La falta de respuesta también abre la puerta para
proyectar todo tipo de preocupaciones y ansiedades. Esta experiencia es
denominada del agujero negro en el ciberespacio.
92
procesos adaptativos, y los fenómenos de transferencia y contratransferencia. Los
estilos de personalidad discutidos son:
Psicopático (antisocial)
Narcisista
Esquizoide
Paranoide
Obsesivo Compulsivo
Histérico (histriónico)
Disociativo
93
Están los compulsivos generalmente atraídos a las computadoras y el
ciberespacio por el control que les da sobre la relaciones
TRATAMIENTO
94
productiva. Lo importante es encontrar un equilibrio entre el uso educativo o
laboral y el resto de usos y actividades.
95
Entre sus efectos encontramos:
Efectos físicos: estas drogas causan graves problemas a nuestro
organismo como el aceleramiento del ritmo cardíaco y pulmonar y la
presión de la sangre, dilatación de las pupilas y reducción del apetito.
Además, puede causar sequedad de boca, sudores, dolor de cabeza,
pérdida de la visión, mareo, insomnio, etc. Las personas que ingieren dosis
muy elevadas pueden experimentar enrojecimiento o palidez, pueden
producir un ritmo cardíaco rápido o irregular, temblores, pérdida de
coordinación e incluso colapso físico. Una inyección de anfetamina crea un
aumento repentino en la presión sanguínea que puede producir la muerte
por ataque, fiebre muy alta o insuficiencia cardiaca.
Efectos a nivel emocional: las personas que consumen anfetaminas
manifiestan un sentimiento de desazón, ansiedad y malhumor. Con dosis
más elevadas se intensifican estos efectos y la persona puede mostrarse
excitada y locuaz y experimentar un falso sentido de confianza en sí mismo
y poder. La persona que consume grandes cantidades de anfetaminas a
través de cierto tiempo, también pueden contraer psicosis de anfetaminas:
reír, oír, sentir cosas que no existen (alucinaciones), tener pensamientos o
creencias irracionales (delirios) y sentirse acorralados (paranoia). Las
personas que se encuentran en estado de tensión extrema presentan a
menudo un comportamiento extraño y a veces, violento. Estos síntomas
desaparecen por lo común cuando se dejan de tomar esta droga.
Efectos a largo plazo: el consumo fuerte de anfetaminas a largo plazo
puede acarrear desnutrición, desórdenes cutáneos (de la piel) úlceras y
distintas enfermedades ocasionadas por deficiencias vitamínicas. El
consumo regular de esta droga también puede producir falta de sueño,
pérdida de peso y depresión. El uso frecuente de grandes cantidades de
anfetaminas puede ocasionar daños en el cerebro con las consiguientes
perturbaciones del habla y de la capacidad mental. Además, los drogadictos
que se inyectan anfetaminas por vía intravenosa pueden contraer
infecciones graves y mortales con el uso de equipos no estéril o soluciones
96
contaminadas. Al inyectarse puede ocasionar enfermedades pulmonares o
cardíacas.
Las anfetaminas producen dependencia psicológica, el sentimiento de que
la droga es esencial para el funcionamiento normal. Estas personas continúan
tomando frecuentemente la droga para evitar la depresión que sufren cuando
desaparece el efecto de las anfetaminas. Además, las personas que consumen
regularmente anfetaminas pueden adquirir tolerancia, la necesidad de consumir
dosis más elevadas para obtener el mismo efecto inicial. Cuando la persona deja
repentinamente las anfetaminas va a sufrir la llamada crisis de abstinencia: apatía,
sueño largo e intranquilo, depresión, etc.
Barbitúricos: (alprazolam, bromazopan, duazepan, gardenal, luminal,
menbotal, seconal, etc.) son sedantes o depresores del sistema nervioso
central. Sus sustancias activas son: fenobarbital, pentobarbital, amobarbital.
Se ingieren o inyectan, el producto puede ser en tabletas o cápsulas. Estas
drogas que calman el sistema nervioso son susceptibles de crear adicción.
Las personas que trabajan en la noche las emplean para dormir en el día,
se sienten indispuestas al despertarse. Para reanimarse, recurren a las
drogas o estimulantes. Existen alrededor de un medio centenar de esos
hipnóticos, que difieren entre sí sólo por la rapidez y duración de su acción.
Entre ellos se encuentran el seconal y fenobarbital, con efectos parecidos a
los del alcohol y opuesto a los de los estimulantes. También el pentotal que
es un anestésico, el membutal. Otras drogas sedantes formadoras de
hábitos muy usadas son la cloriclén, el hidrato de cloral, etc.
Los efectos de los barbitúricos son en muchos aspectos, análogos a los del
alcohol: en pequeñas dosis son calmantes y relajan los músculos. En dosis algo
mayores pueden ocasionar entorpecimiento del habla, torpeza al caminar, mal
funcionamiento y reflejos lentos e inciertos; también un sueño profundo con
dificultad para despertar, tendencia a la disputas y malhumor.
Las dosis excesivas es un factor en las muertes declaradas ocasionadas
por las drogas. Entre éstas figuran los suicidios y envenenamientos accidentales
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con drogas. A veces ocurren muertes accidentales cuando la persona toma una
dosis, sufre confusión, y sin pretenderlo toma dosis adicionales o mayores. Con
los barbitúricos hay menos diferencia entre la cantidad que produce sueño y la que
produce la muerte. Además, la retirada de los barbitúricos puede ser más grave
que la de la heroína. Entre otros efectos podemos mencionar la fatiga, dolores de
cabeza, vértigo, angustia, fiebre y trastornos gastrointestinales son propios de la
intoxicación crónica de esos hipnóticos que igualmente causan trastornos
cerebrales, temblores e inquietud manifiesta. La referida psicosis se traduce en
insomnio, alucinaciones y delirio semejantes pero más prolongados que los del
delirium tremens de los alcohólicos, cuyas manifestaciones suelen corresponderse
con la existencia de alteraciones en el hígado y en el cerebro. Son tan graves los
efectos cerebrales que si a un barbitúmano se le suprime la droga, el cerebro se le
muestra incapaz de continuar funcionando.
Los barbitúricos producen dependencia al producirse la intoxicación crónica,
las personas muestran un marcado deseo de continuar consumiendo la droga y
aumentar la dosis. Eso ocurre porque se crea la dependencia física y la síquica y
por que además funciona la tolerancia.
La habituación ha sido señalada como más peligrosa que la producida por
la morfina, indicándose que el punto de partida es la búsqueda del sueño, con un
número mayor de víctimas entre las mujeres. Esto explica que los barbitúricos
sean expendidos con recetas médicas indicándose si deben ser repetidos.
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Los tranquilizantes: (ecuanil, librium, dienpox, valium, leotanil, etc.) estas
drogas calman el sistema nervioso central y ejercen un efecto sedante
sobre el cerebro. Con ellos parece haber menos tensión, menos
nerviosismo. Sin embargo, las reacciones musculares y la atención pueden
quedar tan débiles que llega a ser peligroso conducir un auto.
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MDA (Metilendioxianfetamina) o DROGA DEL AMOR descubierta en el
año 1910, por químicos alemanes, sin efectos terapéuticos conocidos.
Curiosamente con escasos efectos sobre el comportamiento sexual. Ya
en 1981 se registra un caso de muerte asociada a su consumo. Aparece
en formas similares al éxtasis y probablemente se vende como tal.
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Psicológicos. Dan lugar a una experiencia mixta entre la estimulación y la
percepción alterada. Modificando determinados radicales químicos
permiten, por una parte, ajustar los efectos a los deseos de quien la
encargue (en lo que se conoce como drogarse "a la carta"), y por otra,
sustraerse a la acción judicial ya que la más mínima modificación deja en la
indefinición legal a la sustancia y, por tanto, en la impunidad al traficante.
Tiene efectos estimulantes, aunque en ocasiones también alucinógenos.
Subida o “subidón”
o Sociabilidad
o Desinhibición
o Empatía
o Locuacidad
o Euforia
Bajada o “bajón”
o Confusión
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o Estado de ánimo bajo
o Ansiedad
o Inquietud
o Irritabilidad
o Tensión mandibular
o Boca Seca
o Sudoración
o Temblores
o Deshidratación
o Hipersensibilidad sensorial
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o Ideas delirantes
o Verborrea
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ofrecidas, reforzar la actitud y los compromisos personales contra el uso de
drogas, y aumentar la habilidad social (o sea, en comunicaciones,
relaciones con compañeros, eficacia personal y confianza en sí mismo).
Los programas de prevención para niños y adolescentes deberían incluir
métodos interactivos que se adapten a la edad de la persona, como grupos
de discusión entre compañeros y solución de problemas y toma de
decisiones en grupo, en vez de ofrecer nada más que técnicas de
enseñanza didáctica.
Los programas de prevención deberían incluir componentes donde los
padres o las personas al cuidado de los niños refuercen lo que los niños
están aprendiendo sobre las drogas y sus efectos dañinos, y abran
oportunidades para tener discusiones familiares sobre el uso de sustancias
lícitas e ilícitas y la posición de la familia sobre su uso.
Los programas de prevención deberían ser a largo plazo (a lo largo de la
carrera escolar), con repetidas intervenciones para reforzar las metas
preventivas originales. Por ejemplo, las actividades escolares orientadas
hacia los estudiantes de la escuela media y primaria deberían incluir
sesiones de apoyo para ayudar con la crítica transición de la escuela media
a la secundaria.
La programación de la prevención debe adaptarse para atender la
naturaleza específica del problema del abuso de drogas en la comunidad
local.
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Estas nuevas campañas emprendidas por la televisión mexicana tienen
como objetivo principal el de promover la reflexión sobre la importancia de la tarea
de prevenir la drogadicción principalmente entre los jóvenes que son el grupo de
mayor riesgo para consumir drogas.
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