predecesores los Titanes, y en su ntimero se inchaia Ares, el dios de
Ja guerra, mientras que Trene (la Paz) era solo una de las muchas
deidades femeninas destinadas al servicio de los grandes dioses
‘Apolo era regularmente consultado en Delfos antes de iniciarse
tuna guerra, pero no ha quedado recuerdo de que recomendara nun-
ia paz como un bien en si misma, aunque, en ocasiones, por
Consideracion a ella, se mostré destavorable a determinadas em-
presas.
Tngenuo seria creer que un Estado decidido a invadir otro
Estado vecino fuese a dejar que Te disuadieran las «retorcidas y
ainbiguas palabras» del ordculo, segiin Esquilo las caracteriz6. Las
coneideraciones que decidian Ja guerra o la paz solian ser mas
Snundanas, De hecho, fueron los tiranos el mas‘poderoso Factor de
quantos se sabe que, en la edad arcaica, favorecieron la paz. Como
Su posicion de puertas adentro nunca era muy estable, fes atemor
jabam las guerras exteriores y, por lo general, se las ingeniaron
Zon exito para evitarlas, salvaguardandose a si mismos tras toda
Gna red de alianzas mutuas que solian consolidar mediante casa-
Inientos dinasticos, No obstante, serfa también erréneo dar por
acertada la opinién, paramente cfnica, segun la cual los sacerdotes
Gélficos no entendian de cuestiones politicas ni influian en ellas
Ninguma sociedad acepta jugar durante tres o cuatro siglos a wn
juego en el que no vea algéin sentido e interés, y mucho menos si
dicima, le cuesta caro (tan caro como lo prueba elocuentemente
In enorme acumulacion que fue el tesoro de Delfos), Seamos o no
capaces nosotros de penetrar Ia psicologia de aquellos grieggs, 10
certo es que todos, salvo rarisimas excepciones, se tomaron Delfos
So serio. Pero se 1 tomaron también a su aire. Lo poco claro y lo
muy contradictorio de sus mitos y ceremonias rituales hay ave
dtribuirlo a esta misma causa. Semejantes penumbras ¢ incerti-
dumbres desconciertan al estudioso moderno, como desconcertaron
Va a algunos estudiosos antiguos: a hombres de la categoria de
Jonofanes, Herodoto y Platon; a cada uno a su manera, Con todo,
muy pocos estudiaban los mitos; los demas cumplian los rituals,
y esto era suficiente.
4
La ciudad-estado clasica
La pak ri
conis = pollcas) igeiioe Go sch ce oes muestra,
a>) signlabe, en su sede liste
oma gue se golem 8 sino Ahora ik tonne ae
er ia plural del sustantivo polis) pre de
s vi polis) eran sie
Beau extesin y ho muy grande numero de Mabtanen viene
adm le hace mucho el traducir aquel voc: por el té
sino compo de «iudaestlg, practice que se ade adver
tie expone a maleitendidos. Anas, ln a}or de tals stadades
era cfertamente un Estado mintsculo si se compara con el ‘ipo
le los de hoy: su territorio media unos 2300 oe
mis 0 menos que el condado inglés de Dorset 0 q le Derby
zl rs
¥ gue el ducado de Luxemburgo '—; pero denominarla cindede
: 0 dad
iado agrava por dos i
r dos razones el riesgo de equi
ado agrv * wi equivoco: porque no e:
propo para designar ia poblacion rural, que constituia el mayor
abitantes, y porque sugi f
& us ha y giere la idea de
udad gobernaba al campo, lo cual no era exactamente a”
ce pitehas, £0 cuanto al grado y a fa calidad de su urbanizacidn,
~ pellaba, junto con un mimero relativamente escaso de otros Es
‘ado, en ino de los extremos de ta amplia gama de variedad .
< poblamientos griegos. E resto
au se é gos. En el extremo opu
seiarcomtraban muchos Estados que no eran en absoluto ciudades,
aug, e80 syn carecié totalmente de centros civicos.
Cuando Esparts, por ejetiplo, derr0I6 eit 385 a Mantine gue ct
polis mas importante de la Arcadia, le impuse como
. 0 como
* Algo asi como mu
lgo asi como nuestra provincia de Guipizcoa, (Nota del traductor,)
55ci ¢ arrasada y sus habitantes
condiciones de paz que la eciudads fuese ar ‘
se deduce claramente que el datio inferido con tan sev a imposi
cién fue sélo politico y psicolégico: los habitantes de la «citsda p de
Mantinea eran Tos propletrios de las fincas rarales, quienes pre-
ferian vivir juntos en el centco del territorio, lejos
de labranza, pero Hevando un tenor de vida no diferente det que
pintaban ya los poemas homéricos y que en nada se parecia al
as ciudades o nee
we eesSGucdo del tamofo de las eudades puede indicasse von
tinas cuantas cifras, todas ellas aproximativas, puesto que 20 dis
onemos de culos exactos, Cuando Atenas éstuvo ms poblada,
allé por el aio 431, comienzos de la guerra del Peloponeso, el tot
sos gera de unos 25000 9 uit 275 00, Com in posible exceptén
: es no es en esto comparable
je Siracusa —que por varias razones no nparable
Stinguna otra de law poles greene aleansd nunca vsta cifra de abi
te poca romana, en Ia cual &
antes con anterioridad a la época romana, en
Savdel toro las eitcunstencias, Corinto tal ver legase 2 contar
90.000; Tebas, Argos, Corcira y Acragas de 40 000 a 60-000 cada una:
y Jas demas may por debajo;, muchas alrededor de $000 y au
men ns ca, exceptuadas también
menos, Su extension era igualmente poca, exceptuadas :
algunas que desmienten a la mayoria Ge las generalizaciones: ES
para, con stt ocupacion de la Mesenia, 0 Siracusa y Acragss, que
se engulleron, en Sicilia, los territorios vecinos.
‘A pesar de ello, los mismos griegos no vacilaban en Hamar
bola Esparta oa Siracusa, por mis que esta cima, durante gran
Parte del perodo clasico, fue gobernad por tlranos , para enton-
ces, las palabras «tirano» y potis habjan Hegado a tener sentic los
ssrtusimente eontradctorios, Tompoco negaron tal denominacin
a aguas regiones atrasadas eas que la organizacion politica ¥
aun la civilizacion eran tan incipientes que, segin el parecer de
tices se esemcjaban mais alas descrtas en la luda que a sus
‘ontemporéneas, En los. tiempos antiguos —escribia ;
entre los barbaros, una ocupacion honross, y sau hoy dia gran
él esto a la antigua usanza: tos locrios
arte de la Hélade vive en esto a la antig 2s locrios
bxolios, os etoltos, los acarnanios y otros de aguella parte del con-
Unenter, Por supusto, fa palabra polis no distinguia Ia esiuctur
‘}del gobierno; nada implicaba —lo mismo que nada imp! hea la
nuestra de «estado»— respecto a si era una democracia, una oligar
quia o una tirania,
56
Pero, por libre. que. fuese en ocasiones su uso, munca pasé de
Giertes Unites, Su mayor éxteision la alcanzo al hacerse ooh sing:
nimo de cualquier comunidad grie; ‘a independiente (o que hubiess
perdido la mdependeacia solo por algtin tiempo). No se tiamaba
polis a una coalicion de Es
tad de sus miembros para formarlas
que tenia una especie de e
oh, Goria) ¥ comunidad de mites, cultos y dialecto, pero que
Cron pouganismo politico; ni, en ninguna circunstancia, a Ios be
dos barbaros. Todas estas cosas, a ojos de los griesos, eran cada
aang ey AmOde, algo esencialmente distinto de ia attention comae
ridad politica. ¥ en la diferencia no dejaba de tener su imporiancg
Seamatio, pues consideraban no como mero dato accidental hia
cig eCostafico,, sino como una virtud necesaria el que la po.
Dlacién se adensase ferritorio no muy extenso. Para decitlo
con palabras def Aris Politica VIL, 1326 b), «un Estado com.
Peet coe, Cemasiada genie’no sera una verdadera polis, puos es
GifeiT que pueda tener una auténtica constitucion, ¢Quice pexiee
ser el estratego de tan enorme masa? Y¢ sino Estentor,
podra Set heraldo en medio de ella?» fla patis{no era un site.
se etett material, aunque ocupaba, Haturaimente, un territeng,
geterminado, sino que era, en st esencia, el conjunte del na
Aetuando de comtin acuerdo y necesitado, por 1s mise
ugar donde reunirse en asamblea para discutlr y
2 los problemas que se presentasen, Era
aunque no la tinica,
de un
buscar-soluciones
una condicién precisa
para que hubiese autonomia,
cra Wii pigbA ideal, otra condicién para la genuina independencia
cr Ja de lafiutarquia lade que la comunidad se bastase sat ince
bara todo. Admitido qué esto podta darse sold en muy raros canoe
Cidow nr my alguno, Pues los recursos materiales no estaban repar
{ides Por igual (bastenos con hacer mencidn del hietto) cin eo
bargo, aun dentro de los limites impuestos por la nats
Cepenatig Se mucho en este sentido. Hasta-qué punto se. tow
(ependia, en parte, una vez més, del tamafo de la polls, een
taughoce debia ser tan pequeiia que no contase-con mano de oboe
suficiente en todas y cada una de las diversas actividades que exige
[a vida civilizada, ineluidas las necesarias pata la defere
Gontando con un niimero adecuado de habitantes, la cuestion
mi catablecer unas reglas de conducta idéneas y una organizcion
pensaron fe, &¢ la vida social. Pero en esto ya no todos los griewos
Pereaon fo mismo: las soluciones ateniense y espartana tuecon
‘adicalmente diversas. Ni dentzo de Atenas —tomandlo aquella ene
37
TTS
j
‘ados, fuera cual fuege el grado de liber, 2
ni a un distrito como Arcadia, (4 2
tencia auténoma (aunque mas bien
no |+
i
|
j il mubo unani-
dadestado sélo como uno de los ejemplos posibles— hubo unanie
midad de pareceres sobre este particular, sino muchas y diferentes
opiniones. De aqui los largos y complicados debates pi
en lo sucesivo se sostuvieron. sta togar entre los
acerca del gobierno tenia lug
La pugna ideolégica acerca bier a lugar entre los
s de un reducido circulo ciudadano, al zesio
dott poblacion, pues la polts era ana comunidad en la que
ban ios exclusivismos. A mediados del siglo v, wotaron los stenfen
es una ley ia la ciudadania a fos hijos legitim:
ses una ley que restringia Ia ciudadani :
a eiomio en que ambos conyuges pertenccicsen al numero de
matrimonios en
10° a exten esta durante mucho
‘an extrema medida, probablemente ni pu ante mu
btros Estados, es, no obstante, claro indicio de una manera de
otros Estados, es
ensar muy tipic oo
PensTabia habido an tiempo, solo dos 0 tres generaciones antes, en
wae los aristocratas griegos solian concertar a menudo los mst
tonios de sus hijos con gentes ue no perenevin & comunidad
iirbe nque, en $08,
fh veces hasta con barbaros (aunque, ° a nivel
de jefes de tribu). Pericles deseendia en cuarto grado de una de
estas tuniones con extranjeras, pues Su bisabuela ue hija del deck
mo tirano de Sicién; el openente politico de Pericles, Cimon, era
jeto, por linea materna, de un rey de Traci fo Oloro. Sin
ritbengo, durante el gobierno de Pericles, Atenas declan gal
OS Fin cierto sentido, el vocablo keiudadanon, aunque téenicamen
ree! f wulta pobre, no abarea —al m
¢ correcto para nuestro uso, resulta pobre,
tina polisyde una comunidad griega. Si no se habia ‘acide en su
senobore asi absolutamente imposible conseguir tai titulo, fo esi |
tian los rutinarios procediniientos de nacionatizacion que hoy se
farablenes a los que inmigraban desde otras ciudades sles es
Gaba much ides oportunicades, ni le
wucha libertad, ni grandes opi Ie a
Soctalmente. Solo mediante ina declaracion formal de a asamb ea
soborans podia an extzanjero llegar a ser chudadano de Atenas
rot > hacian falia especialisi insidera
st comprobado que hacian fal i eraciones
pata que fa asamblea se dejase persuadin Noasiab, por elmo
fon haberse eriado en Atenas, haber servido en ss ejects y
haberse comportada siempre con desencia y Lealtad st Tos pads
de uno no eran ciudadanos, Ni que decir tene que los Estados mis
cnéfobos, si los hubo, més se cerrarfan en si mismo
58
I
ye
puertas a todos de par en
: fue mera coincidencia que a finales del siglo tv varias viudacdee-e
| tado se resolviesen a vender la ciudadania para aumentar sus
| __Menguados erarios, precisamente en la época en que la polis elasies
era ya un organismo decadente, por no decir moribundo
En las ciudades-estado, especialmente en las mas u ‘banas "|
cosmopolitas, la comunidad propiamente dicha la constituia, pues
una minoria. La mayoria estaba compuesta pot los no ciudadanos
(he palabra ‘«extranjeros» es mejor evitarla, puesto que predemh
naban entre ellos los griegos), de los cuales los que residian per
manentemente en la ciudad recibian en Atenas y en algunos otro
sitios el nombre de fineiscos*} los esclayos, clase mucho mas 1
merosa y, en general, 16das las mujeres.dLos Ho titidadanios, cule
quieralfuesen sus derechos —cosa que dependia por
j les gobernantes—, sufrian varias incapacidades en comparacién}
| con tos ciudadanos y, al mismo tiempo estanas sometidos entera‘}|
mente a la autoridad del Estado en que residieran. En este ulliie
Punto su posicién no se diferenciaba de la de los ciudadanos, pues:
¢l.poder de la polis griega era, en principio, total: era la fuente Y
‘de todos fos derechos y obligaciones, y su autoridad invadia cis. \
| ~£xeepein, todos y cada une de los planos de la conducts humane
Habia cosas que un Estado griego no acostumbraba hacer, tales
como cuidarse de la educacién superior 0 controlar, tasandolo
los intereses del capital, pero no se ponia en duda’ su devechs
a intervenir, aun en estos aspectos. Lo tinico, que prefirié tio hacer,
lo, Pero a la polis nadie podia sustraerse.
Si tan ilimitada era la autoridad de
pregunta de en qué sentido eran los griegos libres, pues por libre
se tenlan, Hasta cierto punto, su contestacién ta dieron en el
apotegma «la ley es rey». No identificaban Ia libertad con la anar-|
| quia, sino con “una” existencia ordenada en el seno de tit ce i
munidad que se rigicra por un codigo establecido y respetado |
por todos. Por conseguir esto es por io que se habla combatide)]
dapante gran parte del periodo arcaico, primero contra los. pri
vilegios tradictonales y el acaparamiento del poder por los nobles
j, Sesmues contra la inmoderacién de las tiranias. El hecho. de que
la comunidad fuese Ia tinica fuente de la ley era una garantia de In
| [iMetlad, En esto todos podian convenir; pero Mevar el principio
fed Practica era ya otro asunto. Los griegos de la época clasea
iicgaron a sentirse perplejos ante una dificultad que, desde eon
fences, ha persistido en Ia politica teérica sin solucion definitiva
cEn qué medida era libre ia comunidad para cambiar sus leyes
la polis, surge obvia la
59
Par era sefial de que algo fallaba, y no ;