Epidemiologia Ambiental
Epidemiologia Ambiental
Epidemiologia Ambiental
Nuestro medio ambiente tiene características cada vez más complejas, tanto en aspectos
biológicos como en los de tipo sociológico. Los grandes cambios de la tecnología y la estructura
social y económica que han ocurrido en los últimos100 años, no sólo han significado una
posibilidad de mejorar la calidad de vida de la población, sino que también han contribuido, en
muchas ocasiones, a contaminar nuestro hábitat teniendo efectos fundamentales en el
comportamiento de las enfermedades.
Desde la época antigua el comercio y los viajes han sido factores que contribuyeron en la
frecuencia y gravedad de los procesos patológicos, los cambios en los viajes (aéreo y marítimo)
traen consigo la reducción de distancias, aumento de viajes y mayor interdependencia de las
poblaciones, lo que lleva a la dificultad de reconocer unidades epidemiológicas separadas y la
inexistencia de fronteras continentales o nacionales, las personas que se movilizan en el curso de
sus actividades normales adquieren enfermedades que prevalecen en los lugares visitados y con
frecuencia los llevan a casa consigo. De tal manera que las enfermedades afectan a comunidades y
se han alterado y están relacionadas con el humano y con el medio ambiente en el cual vive. Con
frecuencia se han introducido nuevos problemas debido a los cambios ambientales, las
enfermedades transmisibles son la prueba de ello.
¿Qué es la Epidemiología?
Estudia la distribución de las enfermedades, de sus causas y de las determinantes de su frecuencia
en el hombre, así como del conocimiento de la historia natural de las enfermedades y del
conocimiento de datos para una intervención orientada al control o erradicación de ellas. Su
práctica se hace bajo el uso del método epidemiológico, con base en la observación de los
fenómenos, la elaboración de hipótesis, el estudio o experimentación de estos y la verificación de
los resultados.
Objetivos de la epidemiologia
1) Vigilar tendencias de mortalidad y morbilidad 2) Monitorear efectividad de los servicios de salud
3) Identificar determinantes, factores y grupos de riesgo 4) Priorizar problemas de salud 5)
Proporcionar evidencia para la selección de políticas, e Intervenciones, así como para la asignación
eficiente de recursos. 6) Evaluar medidas de control e intervención sanitaria.
Nuestra salud depende de muchos factores: los factores personales (edad, sexo, factores
hereditarios y socio-económicos), los estilos de vida (la dieta, la actividad física, la conciliación
laboral y personal, etc.), la comunidad y la economía local (ingresos, inversiones,…), qué
actividades hacemos (en qué trabajamos, cómo nos desplazamos, dónde vivimos,…), nuestro
entorno construido (los espacios públicos, la red viaria, etc.) y el entorno natural (los espacios
verdes cercanos, etc).
En ciertas condiciones, ya sea por la toxicidad del agente o por la dosis recibida, el aumento en la
incidencia de efectos en salud producidos por un agente ambiental es fácilmente percibido. Un
ejemplo es la epidemia de asma ocurrida en la zona costera de Barcelona durante el mes de enero
de 1986. El estudio de diferentes agentes ambientales, de la distribución geográfica de los casos y
una adecuada utilización de la información disponible, permitió identificar el agente causal, que
resultó ser el polvo de soya proveniente de las maniobras de descarga en el puerto. En este caso,
la investigación epidemiológica solucionó una situación de salud que, según los análisis
retrospectivos, afectaba la población en forma periódica, pero que se hizo evidente sólo cuando el
número de enfermos fue suficientemente alto como para producir alarma en los servicios de
urgencia.
a) Epidemiología descriptiva:
incluye la definición de casos potencialmente causados por el agente ambiental, en lo posible
diferenciando los casos epidémicos de aquellos de ocurrencia habitual en la población, y la
consiguiente medición del exceso de ocurrencia en la población bajo estudio, teniendo como
denominador la población bajo riesgo, es decir, aquella en la cual pueden ocurrir los casos. Si se
establece que los casos ocurren con mayor frecuencia que lo esperado, se debe establecer un
sistema de pesquisa de casos que permita conocer mejor su distribución en la población.
Al mismo tiempo, deben analizarse todos los factores ambientales, geográficos, climáticos,
ocupacionales, sociales y genéticos que permitan generar hipótesis causales, no debiendo
descartarse a priori ninguna de ellas. En algunas ocasiones, la clave que permite guiar la
investigación epidemiológica proviene de miembros de la misma comunidad, que detectan hechos
o asociaciones en la observación cotidiana de su localidad.
También en esta etapa debe considerarse si existe realmente una exposición suficiente al agente
ambiental capaz de producir efectos en salud, o si sólo existe el riesgo potencial de estar expuesto.
Por ejemplo, la medición de niveles de plomo sanguíneo en muestras de niños de la ciudad de
Santiago no ha evidenciado que exista una exposición ambiental significativa, al punto de elevar el
nivel sanguíneo a límites peligrosos. Persiste, sin embargo, la posibilidad de efectos en salud por la
exposición crónica a este agente nocivo.
b) Análisis:
En esta etapa se deben seleccionar y explicar claramente las hipótesis que serán sometidas a
análisis. Dependiendo de la hipótesis planteada, se elige un diseño de estudio. Describir cada una
de las alternativas de diseño y análisis.
c) Acción:
La última etapa de la investigación es el empleo de los resultados en la toma de decisiones. En esta
etapa se decide si la evidencia es suficientemente fuerte o se necesitan más estudios, así como si
se controla o elimina un determinado agente ambiental.
Son enfermedades y afecciones resultantes de problemas del medio ambiente creados por el
hombre.
Primavera Silenciosa
El libro Primavera Silenciosa (“Silent Spring”), de Rachel Carson, publicado en 1962, describía un
medio ambiente devastado por los pesticidas o plaguicidas:mEn zonas cada vez más extensas de
los Estados Unidos, la primavera llega ahora sin el anuncio de los pájaros, y en las primeras horas
de la mañana reina un extraño silencio, donde antes el ambiente resonaba con el bello trinar de
las avecillas. Carson cuestionó el uso de pesticidas, especialmente del DDT, y detalló la manera en
que los seres humanos estamos destruyendo poco a poco el mundo que nos rodea. La autora y sus
ideas fueron objeto de ataques lanzados desde muchos ángulos, y una empresa fabricante de
productos químicos intentó vanamente impedir la publicación del libro.
Primavera Silenciosa marcó el comienzo del movimiento ambientalista. El público prestó atención
a lo que decía Rachel Carson y, a la larga, también el gobierno estadounidense la escuchó. En 1972
este gobierno prohibió el uso del DDT, por haberse descubierto, en estudios de laboratorio
realizados en ratas, su relación con el cáncer.
Las enfermedades y afecciones ocasionadas por factores del medio ambiente se conocen
colectivamente con el nombre de enfermedades ambientales. Se cree que los pesticidas,
productos químicos, radiaciones, contaminación atmosférica y algunos peligrosos productos
creados por el hombre contribuyen a las enfermedades de la humanidad. Los posibles agentes
causantes de enfermedades están por todas partes: en el hogar, en el trabajo y en los lugares de
recreo.
Con todo, la probabilidad de que el individuo contraiga una determinada enfermedad depende de
los peligros específicos de su medio ambiente y de su susceptibilidad genética a determinado
peligro. Por ejemplo, el radiólogo corre peligro de contraer enfermedades inducidas por
radiaciones, mientras que el minero del carbón es más propenso a las enfermedades pulmonares
ocasionadas por inhalación del polvo de la mina. El uso adecuado de medidas preventivas puede
evitar estas y otras enfermedades ambientales.
La exposición a riesgos ambientales provoca casi una cuarta parte de las enfermedades
En el informe también se estima que más del 33% de las enfermedades de los niños menores de
cinco años se debe a la exposición a riesgos ambientales. La prevención de estos riesgos podría
salvar cada año la vida de muchísimas personas, incluidos cuatro millones de niños, sobre todo en
los países en desarrollo.
Según las estimaciones del informe, cada año se registran más de 13 millones de defunciones
provocadas por causas ambientales prevenibles. Casi un tercio de la carga de mortalidad y
morbilidad en las regiones menos adelantadas se debe a causas ambientales. Más del 40% de
las defunciones por malaria y, según las estimaciones, el 94% de las defunciones por
enfermedades diarreicas - dos de las principales causas de mortalidad infantil - podrían evitarse
mejorando la gestión del medio ambiente.
Las cuatro enfermedades en las que más influyen las malas condiciones ambientales son: la
diarrea, las infecciones de las vías respiratorias inferiores, diversas formas de traumatismos
involuntarios, y la malaria. Entre las medidas que podrían adoptarse ya mismo para reducir esta
carga de morbilidad debida a riesgos ambientales figuran las encaminadas a promover un
almacenamiento seguro del agua doméstica y la adopción de prácticas de higiene más
adecuadas; el uso de combustibles menos contaminantes y más seguros; el aumento de la
seguridad de las construcciones; la utilización y gestión más prudente de sustancias tóxicas
tanto en el hogar como en el lugar de trabajo, y una mejor ordenación de los recursos hídricos.
Las enfermedades que representan la mayor carga sanitaria anual debida a factores
ambientales, expresada en términos de defunciones, enfermedades y discapacidades o años de
vida ajustados en función de la discapacidad (AVAD) son las siguientes:
La diarrea (58 millones de AVAD por año; el 94% de la carga de morbilidad por enfermedades
diarreicas), provocada en gran medida por la insalubridad del agua y de los servicios de
saneamiento, y por la falta de higiene.
Las infecciones de las vías respiratorias inferiores (37 millones de AVAD por año; el 41% de los
casos registrados a nivel mundial), producidas en gran medida por la contaminación del aire en
espacios tanto exteriores como interiores.
Los traumatismos involuntarios distintos de los causados por el tránsito (21 millones de AVAD
por año; el 44% de los casos registrados a nivel mundial), incluida una amplia variedad de
accidentes industriales y en el lugar de trabajo.
La malaria (19 millones de AVAD por año; el 42% de los casos registrados a nivel mundial),
provocada en gran medida por deficiencias en el abastecimiento de agua, en la vivienda y en la
ordenación del uso de la tierra, que impiden reducir efectivamente las poblaciones de vectores.
Los traumatismos causados por el tránsito (15 millones de AVAD por año; el 40% de los casos
registrados a nivel mundial), en gran medida como resultado de deficiencias en la planificación
urbana o en la ordenación ambiental de los sistemas de transporte.
La neumopatía obstructiva crónica - enfermedad en ligero aumento que se caracteriza por la
pérdida gradual de la función pulmonar (12 millones de AVAD por año; el 42% de los casos
registrados a nivel mundial) -, provocada en gran medida por la exposición a polvos y humos en
el lugar de trabajo y otras formas de contaminación del aire en espacios exteriores e interiores.
Afecciones perinatales (11 millones de AVAD por año; el 11% de los casos registrados a nivel
mundial).