Interdicto de Recobrar

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 25

INTRODUCCIÒN

Los Interdictos, fueron creados por la equidad, y son órdenes de los


tribunales que mandan que se haga algo (interdicto ordenador), o que
prohíbe algo (interdicto prohibitivo).

Como alternativa para reclamar una indemnización por daños, el


demandante puede pedir un interdicto para evitar la comisión o la
continuidad de un acto ilícito civil. Al ser remedios de la equidad, los
interdictos únicamente eran concedidos por el Tribunal de la Cancillería.
Eran discrecionales, ergo, el tribunal no estaba obligado a concederlos y
normalmente no los concedía cuando una indemnización por daños servía
de adecuada compensación.7

Luego, tenemos que el primer vocablo proviene del latín interdictum


(entredicho) y que constituye un procedimiento en materia civil encaminada
a obtener del juez una resolución rápida, que se dicta sin perjuicio de mejor
derecho, a efectos de evitar un peligro o de reconocer un derecho
posesorio. Seguidamente, en lo que respecta al interdicto de recobrar o
recuperar, es utilizado cuando el poseedor ha sido despojado de ella por
un tercero

1
LOS INTERDICTOS.

Un interdicto es un procedimiento judicial muy sumario y de tramitación


sencilla, cuyo objetivo es atribuir la posesión de una cosa a una
determinada persona física o jurídica frente a otra, de manera provisional.
El interdicto también se puede plantear para el caso de que exista una
reclamación por algún daño inminente, cuya urgencia habrá de quedar
justificada.

Asimismo, el interdicto se puede utilizar como protección ante cualquier


agresión o turbación que una persona sufra sobre su pacífica posesión.
Esto es, cabe emplearlo en el caso de ruidos, olores, etc. que impidan a
una persona disfrutar de la posesión de un bien. Esto hace que sea un
proceso al que se recurre en ocasiones para obligar la paralización de
obras cercanas o de otras actividades molestas (salas de fiestas, etc.) para
el propietario de un inmueble.

Acción de interdicto de retener. Procede cuando el poseedor es perturbado


en su posesión, estas perturbaciones pueden consistir en actos materiales
o de otra naturaleza. Los actos materiales que provocan la perturbación
podrían consistir en emanaciones, ruidos, filtraciones, vibraciones, u otros
actos contaminantes o degradantes del ambiente, impidiendo darle un uso
al bien de acuerdo a su naturaleza. Por ejemplo: El caso del propietario de
un predio en el que se llevan a cabo actividades económica generadoras
de combustiones industriales que afectan directamente las propiedades
cercanas dedicadas a la agricultura, los propietarios cercanos al ser
perturbados con los actos contaminantes que impiden el uso y disfrute del
bien conforme a su naturaleza, pueden utilizar la acción de interdicto de
retener como mecanismo de defensa de sus derechos.

El Código de Procedimientos Civiles contemplaba cinco interdictos: de


adquirir, de retener, de recobrar, de obra nueva y de obra ruinosa. El
interdicto de adquirir tenía por objeto entrar a poseer un bien, para lo cual
el demandante debía acreditar su derecho a la posesión.

No se trataba pues de un verdadero interdicto donde no se discute lo


petitorio (derecho a la posesión), sino lo posesorio (derecho de posesión).

2
El interdicto de retener procedía cuando el poseedor era perturbado en su
posesión. Tenía por objeto que el demandado se abstuviera de perturbar al
poseedor.

El interdicto de recobrar procedía cuando el poseedor era despojado de su


posesión, siempre que no hubiera mediado proceso previo. Su finalidad era
que el demandado repusiera al demandante en la posesión del bien.

El interdicto de obra nueva tenía por objeto impedir la continuación de una


obra o conseguir la demolición de lo ya edificado en cuanto dañaba la
posesión del demandante. El Código de Procedimientos Civiles hacía
alusión al daño en la "propiedad" del demandante, por lo que alguna
jurisprudencia entendió que este interdicto sólo lo podía utilizar el
propietario-poseedor. Esto no era así. Un poseedor no propietario que veía
perturbada su posesión por una construcción vecina, sí podía defender su
posesión a través del interdicto de obra nueva.

Finalmente, el interdicto de obra ruinosa tenía por finalidad obtener la


demolición total o parcial de una construcción que amenazaba ruina, o la
adopción de las medidas de seguridad necesarias por el mal estado de un
edificio, canal, camino, árbol, columna o cualquier otra cosa análoga.
Podían utilizar este interdicto los que tenían la necesidad de pasar por las
inmediaciones del edificio, canal, camino, etc., o los poseedores de alguna
propiedad que sufriera o pudiera sufrir daño con la obra que amenaza ruina.
Con respecto a los primeros, la construcción que amenazaba ruina no
perturbaba la posesión de algún bien, sino la integridad física del
demandante. No era entonces un interdicto posesorio. Con respecto a los
segundos, al igual que con el interdicto de obra nueva, el Código de
Procedimientos Civiles se refería al "dueño" de una propiedad que sufriera
o pudiera sufrir daño. Sin embargo, debía entenderse que el legitimado
para ejercer el interdicto era el poseedor.

El Código Procesal Civil sólo regula los interdictos de recobrar y de retener.


El interdicto de adquirir ha sido eliminado porque como dijimos
anteriormente, no era un verdadero interdicto. Por su lado, la ejecución de
obras (interdicto de obra nueva) y las construcciones que amenazaban

3
ruina (interdicto de obra ruinosa) constituían en rigor perturbaciones a la
posesión. Por ello, el Código Procesal Civil las califica acertadamente como
perturbaciones para efectos del interdicto de retener.

ACCIONES POSESORIAS

La posesión es un hecho, pero no cualquier hecho, sino uno protegido por


el derecho, de ahí que el poseedor, sea de buena fe o de mala fe está
protegida en su situación de poseedor, que sólo puede ser quitada por
medio de sentencia judicial.

Al poseedor le compete la defensa judicial, mediante las acciones llamadas


de interdictos posesorios y la defensa extrajudicial o de hecho en los casos
y bajos las condiciones que la ley establece.

Artículo 921.- Defensa posesoria judicial

Todo poseedor de muebles inscritos y de inmuebles puede utilizar las


acciones posesorias y los interdictos. Si su posesión es de más de un año
puede rechazar los interdictos que se promuevan contra él.

El artículo 921 del Código Civil dice que todo poseedor de muebles inscritos
y de inmuebles puede utilizar las acciones posesorias y los interdictos. Las
acciones posesorias son procesos judiciales en los cuales se protege el
derecho a la posesión. En los interdictos, en cambio, se tutela la posesión
en si misma (derecho de posesión). Los trámites judiciales de ambos
procesos son distintos; la acción posesoria se tramita en el proceso de
conocimiento, los interdictos en el proceso sumarísimo.

Todo aquel que es perturbado o despojado en su posesión puede utilizar


los interdictos con el objeto de que cese la perturbación o de recobrar la
posesión. En los interdictos no se discute la legitimidad de la posesión. Es
suficiente que el poseedor, legítimo o ilegítimo, de buena o mala fe, sea
perturbado o despojado para que proceda el interdicto.

Los Interdictos o Acciones posesorias, están encaminadas a la protección


de la posesión como una presunción de propiedad, la protección se

4
extiende al propietario, incluso a los usurpadores, en razón que la finalidad
principal no podía obtenerse si no se brinda la protección a todos o sea a
propietarios y no propietarios. Aunque en algunos casos la propiedad y la
posesión se encuentran reunidas en una sola persona.

CARACTERÍSTICAS

Jurídicamente posesión significa señorío, dominación o poder de hecho


sobre una cosa, lo cual produce efectos de derecho. Es la actitud de
comportarse como titular del derecho, en tal sentido posee una cosa aquel
que la tiene bajo su dominación, adquiriendo por tanto protección jurídica.

Esta definición se justifica por que históricamente la posesión surge cuando


la figura de la propiedad no estaba consolidada, entonces, la ocupación de
las tierras era defendida por cada cual contra los ataques, repeliendo la
fuerza con la fuerza. Luego, con la evolución y consolidación de la figura
de la posesión, la defensa de los bienes ya no se ejercía únicamente con
la fuerza, sino con el derecho, pues la posesión es dotada de posibilidades
jurídicas para su defensa.

Nuestra legislación regula la posesión en el artículo 896° del Código Civil


que establece que

"La posesión es el ejercicio de hecho de uno o más poderes inherentes a


la propiedad"

Entendiéndose como poder inherente a la propiedad los establecidos en el


artículo 923° del Código Civil, que dice:

"La propiedad es el poder jurídico que permite usar, disfrutar, disponer y


reivindicar el bien. Debe ejercerse en armonía con el interés social y dentro
de los límites de la ley."

Esta definición es infeliz, pues por un lado, no refleja la doctrina sobre el


derecho de posesión, limitándose a incluir una sola de las características
que la doctrina atribuye a la posesión, y por otro lado, no hace más que
generar confusión respecto de su identidad y efectos, en tanto y en cuanto
vincula su significado y connotación directamente con la propiedad, lo cual
no tiene por qué suceder, pues, conforme hemos explicado la posesión y
5
la propiedad son instituciones jurídicas totalmente diferentes, y por ende su
regulación normativa debe ser de modo separado y diferenciado.

VÍAS PROCEDIMENTALES

La vía procedimental existente en el tema de la posesión esta especificada


en nuestro código procesal civil como los interdictos de recobrar (Art. 603,
604, 605) y los interdictos de retener (Art.606, 607)

Artículo 603.- Interdicto de recobrar

Procede cuando el poseedor es despojado de su posesión, siempre que no


haya mediado proceso previo. Sin embargo, si se prueba que el despojo
ocurrió en ejercicio del derecho contenido en el Artículo 920 del Código
Civil, la demanda será declarada improcedente.

Artículo 604.- Demanda fundada e interdicto de recobrar.-

Declarada fundada la demanda, el Juez ordenará se reponga al


demandante en el derecho de posesión del que fue privado y, en su caso,
el pago de los frutos y de la indemnización que corresponda.

Artículo 605.- Despojo judicial y procedimiento especial.-

El tercero desposeído como consecuencia de la ejecución de una orden


judicial expedida en un proceso en que no ha sido emplazado o citado,
puede interponer interdicto de recobrar. El tercero perjudicado con la orden
judicial debe acudir ante el Juez que la expidió solicitando la restitución. Si
el Juez estima procedente el pedido accederá inmediatamente a él. En
caso contrario, lo rechazará, quedando expedito el derecho del tercero para
hacerlo valer en otro proceso.

Artículo 606.- Interdicto de retener.-

Procede cuando el poseedor es perturbado en su posesión. La perturbación


puede consistir en actos materiales o de otra naturaleza como la ejecución
de obras o la existencia de construcciones en estado ruinoso. Si así fuera,
la pretensión consistirá en la suspensión de la continuación de la obra o la
destrucción de lo edificado, aunque se pueden acumular ambas

6
pretensiones. En todos los casos, la pretensión consistirá en el cese de
estos actos.

Admitida la demanda, el Juez ordenará, en decisión inimpugnable, se


practique una inspección judicial, designando peritos o cualquier otro medio
probatorio que considere pertinente. La actuación se entenderá con quien
se encuentre a cargo del bien inspeccionado.

Artículo 607.- Sentencia fundada e interdicto de retener.-

Declarada fundada la demanda, el Juez ordenará que cesen los actos


perturbatorios y lo que corresponda de acuerdo al segundo párrafo del
Artículo 606, además del pago de los frutos y de la indemnización, de ser
el caso.

INTERDICTO DE RECOBRAR

Mediante el interdicto de recobrar se defiende la posesión dentro de un


procedimiento sumarísimo, cuando esta se altera por acción de terceros. El
propósito del interdicto es solucionar el conflicto rápidamente y devolver los
bienes a su destino. El afectado puede recurrir a esta vía en un plazo
máximo de un año.

De esta manera, quien se halle en posesión pacífica de un bien (incluso si


no se tiene título) podrá recurrir a esta vía frente a situaciones de
desposesión. Esta puede ser violenta, subrepticia o clandestina, pero
necesariamente debe haberse producido la desposesión directa del
poseedor o de quien obra en su nombre como servidor de la posesión.

Si bien el interdicto de recobrar se presenta como un procedimiento rápido,


en la práctica el demandante debe esperar la conclusión del proceso para
que le restituyan el bien. Este escenario ha provocado que dicho proceso
pierda su efectividad haciendo esperar años al agraviado.

Defensa posesoria y nuevo interdicto La nueva norma varía la regulación


procesal para beneficiar al desposeído con un mecanismo de tutela
cautelar. En tal sentido, el desposeído encuentra en el nuevo artículo 603
del Código Procesal Civil una vía judicial expeditiva para recuperar su

7
inmueble, sin necesidad de recurrir a la defensa posesoria o “desalojo de
hecho”, que en ocasiones da lugar a denuncias por delito de usurpación.

El 18 de mayo de 2014 se publicó la ley N° 30199, Ley que modifica el


Artículo 603 del Código Procesal Civil sobre Interdicto de Recobrar,
mediante el cual se añadió un novedoso párrafo al citado Artículo,
quedando establecido en los siguientes términos:

Artículo 603.- Interdicto de Recobrar.

Procede cuando el poseedor es despojado de su posesión, siempre que no


haya mediado proceso previo. Sin embargo, si se prueba que el despojo
ocurrió en ejercicio del derecho contenido en el artículo 920 del Código civil,
la demanda será declarada improcedente.

Procede a pedido de parte la solicitud de posesión provisoria del bien una


vez que haya sido admitida la demanda, la que se sujeta a los requisitos y
trámites de la medida cautelar.

Con dicha modificación lo que se busca es habilitar al despojado para pedir,


mediante el Interdicto de Recobrar, la restitución de la posesión que será
ejecutada como una medida Cautelar, evitando con ello que la situación de
despojo se mantiene por todo el lapso de tiempo que implique culminar el
proceso judicial, lo cual implicaría una situación injusta para el afectado.

En este sentido, el demandante si resulta favorecido con la medida


cautelar, podrá detentar la posesión efectiva del bien durante el transcurso
del proceso judicial.

La medida cautelar podrá ser solicitada una vez admitida la demanda, para
lo cual deberá reunir los requisitos y el contenido señalado en los artículos
610 y 611 del Código procesal civil.

Sin embargo es menester resaltar que, ni la medida cautelar ni la sentencia


que resuelve el interdicto tiene algún efecto en cuanto al derecho a poseer
o al derecho de propiedad sobre el bien en Litis.

Por tanto el párrafo incorporado al citado artículo es positivo, tomando en


cuenta la naturaleza del Interdicto de Recobrar, puesto que permitiría una

8
pronta restitución del bien inmueble cuando el derecho del despojado este
preliminarmente acreditado sin tenerse que esperar una decisión en última
y definitiva instancia.

Referente al Interdicto de Recobrar

Respecto del interdicto de recobrar, tenemos que el Art. 603, del Código
Procesal Civil peruano, dispone: “Procede cuando el poseedor es
despojado de su posesión, siempre que no haya mediado proceso previo.
Sin embargo, si se prueba que el despojo ocurrió en ejercicio del derecho
contenido en el artículo 920 del Código Civil, la demanda será declarada
improcedente”.

Por su parte, es de verse, que el Art. 921.-, del Código Civil peruano,
establece: “Todo poseedor de muebles inscritos y de inmuebles puede
utilizar las acciones posesorias y los interdictos. Si su posesión es de más
de un año puede rechazar los interdictos que se promuevan contra él”.

Así también, el interdicto de recobrar es entendido como un juicio posesorio


sumarísimo, que tiene por objeto reintegrar y reponer inmediatamente en
la posesión o tenencia de un bien, al que gozaba de ella, de la cual otro le
ha despojado violenta o clandestinamente, por su propia autoridad. Su
fundamento reside en el principio de que nadie puede hacerse justicia por
sí mismo, si no, recurriendo a las autoridades judiciales instituídas para
administrarla a cada uno.

Empero, además, el interdicto de recobrar viene a ser un remedio rápido y


abreviadísimo para las situaciones de hecho, resultando ajenas a sus
estrechos límites la discusión y resolución de los derechos u obligaciones
basados en relaciones contractuales -v.gr.: un boleto de compraventa-
siendo su objeto, proteger el hecho de la mera tenencia de las cosas o en
su caso, la posesión actual, habiendo sido instituído para evitar que nadie
zanje sus conflictos por propia mano.

9
Referente al Derecho a la Posesión.

Al respecto, es de verse que el Art. 896.-, del Código Civil peruano, juridiza
que: “La posesión es el ejercicio de hecho de uno o más poderes inherentes
a la propiedad”.

En ese sentido, la posesión no sería más que la emanación que se tiene


sobre una cosa. Sin embargo, la posesión adquiere una relevancia jurídica
propia, precisamente porque el ordenamiento jurídico contempla aquel
señorío o poder de hecho sobre la cosa desvinculado del derecho. Así, se
fija en la situación jurídica (por los defectos que le atribuye), en la que
aparece una persona en una relación fáctica con la cosa. Ergo, la posesión
sería la cara visible de una moneda, cuya otra cara estaría representada
por el derecho que emana aquella posesión. Entonces, el ordenamiento
jurídico, al contemplar la posesión, centra su atención en la cara visible, sin
averiguar si efectivamente la moneda tiene efectivamente la otra cara (el
derecho), o se halla en blanco (se posee sin derecho alguno de donde
provenga la posesión).

Entonces, se trata pues, del reconocimiento del derecho posesorio y como


tal es derecho material, pero, con efectos procesales. Así, se tiene que,
acreditado el derecho, la demanda que va contra el mismo, será declarada
improcedente.

Sobre el Lanzamiento Judicial.

Mediante el lanzamiento, el juez con apoyo de la autoridad policial, hace


efectiva la desocupación de un determinado inmueble cuando, durante la
tramitación de un proceso, se haya determinado que un sujeto que carece
de un título válido que le permita ostentar la posesión de manera legítima,
tiene el bien bajo su esfera de control, con directo menoscabo del
propietario o poseedor legítimo. Dicho procedimiento es un acto típico de
los procesos de desalojo. Es así, que la doctrina señala que las sentencias
de desalojo se ejecuta a través del lanzamiento que es: “el acto mediante
el cual, con intervención del oficial y el eventual auxilio de la fuerza pública,
se hace efectiva la desocupación del inmueble por el inquilino y demás
ocupantes”. Sin embargo, el proceso de desalojo no es el único supuesto

10
en el cual se emplea dicho procedimiento. Así por ejemplo, el Código
Procesal Civil peruano, contempla dos situaciones adicionales donde se
emplea el desalojo, tales como: i) en el proceso de reivindicación y ii) en el
remate judicial (Art. 739 del CPC).

Así también, tenemos que constituye una diligencia propia del periodo de
ejecución de sentencia, en los juicios de desalojo o desahucio. Para
proceder esta diligencia, es necesario que la sentencia dictada por el juez
competente sea firme y que medie instancia de parte. El juez deberá, al
ordenar el lanzamiento, proceder de acuerdo con la ley, esto es, otorgando
los plazos que esta establece.

Acerca del Principio Procesal del Debido Proceso.

El debido proceso, esta genéricamente como garantía, salió a la luz del


mundo del derecho, en primer lugar: en el common law inglés, en la Carta
Magna de Inglaterra del 15/06/1215 (Concesión Real o cédula del rey Juan
Sin Tierra inglés, por la cual se comprometió con los nobles ingleses, a
respetar sus fueros e inmunidades y a no disponer su muerte, prisión y
confiscación de sus bienes, mientras dichos nobles no fuesen juzgados por
sus iguales); y en segundo lugar: aparece expresamente en la Quinta
Enmienda de la Constitución Política de EE. UU. de 1787- Carta de
Derechos- (la misma que prohíbe los juicios repetidos por el mismo delito
conocido como double jeopardy y los delitos sin el debido proceso legal, así
como también, el que una persona acusada no esté obligada a atestiguar
contra si misma).

Por otro lado, el debido proceso es un “derecho continente” pues, contiene,


agrupa o engloba otros derechos, los cuales se encuentran contemplados
en una Convención y Convenio Internacional de DD. HH., así tenemos
respectivamente: fue regulado como: i) garantía judicial ha sido regulado
por el art. 8 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos suscrita
en la Conferencia Especializada Interamericana sobre Derechos Humanos
(San José, Costa Rica 7-22/11/1969), denominada también Convención
Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José)15 ; y además,
ii) el debido proceso, a través del derecho a un proceso equitativo, también

11
fue contemplado por el art. 6 del Convenio Europeo para la Protección de
los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales revisado de
conformidad con el Protocolo Nº 11, completado por los Protocolos Nº 1 y
6 (septiembre 2003).

El debido proceso, además, es reconocido en el inc. 3 del art. 139 de la


Constitución Política peruana, que señala: “son principios y derechos de la
función jurisdiccional, la observancia del debido proceso y la tutela
jurisdiccional”.

Tenemos que, ostentan la titularidad del derecho al debido proceso y la


tutela jurisdiccional no solamente las personas naturales, también las
personas jurídicas de derecho privado (Exp. Nº 0905-2001-AA/TC y Nº
4972-2006- PA/TC), así también lo propio, las personas jurídicas de
derecho público (en efecto, el Tribunal Constitucional peruano –Exp.
Nº1407-2007-PA/TC, 14/08/08) –ha sostenido que, estas últimas (es decir,
las personas jurídicas de derecho público) son poseedoras de dicha
titularidad, incluso en la etapa prejurisdiccional a cargo del Ministerio
Público.

Para DEVIS ECHANDÍA, citado por SAGÁSTEGUI URTEAGA, el concepto


del debido proceso puede estar integrado por las siguientes condiciones: i)
dotar al juez para que procure hacer efectiva la igualdad de las partes en el
proceso, protegiendo al débil que siempre es el más pobre, ii) inmediación
del Juez sobre el material probatorio y sobre los sujetos del proceso, iii)
aceleración del proceso, en cuanto sea posible dentro del sistema parcial
de la escritura, iv) carácter dispositivo del proceso en cuanto a su iniciación
y a la libertad para concluirlo por transacción o desistimiento, si las partes
son incapaces mediante licencia previa, v) carácter inquisitivo en materia
de pruebas, vi) valoración de las pruebas de acuerdo con las reglas de la
sana crítica y mediante una adecuada motivación, vii) una combinación del
impulso del juez de oficio y del secretario, una vez iniciado el proceso con
la perención por incumplimiento de la carga de las partes de promover su
trámite si aquellos no cumplen oficiosamente, viii) responsabilidad civil de
los jueces, partes y apoderados por sus acciones en el proceso, ix) amplias

12
facultades al Juez para prevenir y sancionar el fraude procesal con el
proceso y en el proceso y todo acto de deslealtad o mala fe de las partes,
los apoderados y los terceros, x) simplificación de los procesos especiales
innecesarios, xi) el principio de las dos instancias como regla general, y xii)
gratuidad de la justicia civil.

Por nuestra parte, sostengo que el debido proceso es el derecho de los


particulares a un proceso judicial sin postergaciones, retrasos, alteraciones
o deformaciones, durante el camino, devenir o desenvolvimiento lógico
procesal del mismo; que desvirtúen su finalidad que es la justicia.
Consecuentemente, queda claro que, prima facie, el derecho que tienen los
particulares a un juicio justamente debido, el cual presente las suficientes
motivaciones, fundamentos o argumentos jurídicos, que justifiquen lo
acontecido en las diversas etapas de dicho proceso.

Por otro lado, es preciso tener en cuenta que el debido proceso contempla
tres modalidades: i) “jurisdiccional”, que garantiza un proceso debido a nivel
judicial, arbitral, militar y comunal, ii) “administrativo”, que garantiza lo
propio en sede de la administración pública, y iii) “corporativo particular”,
que garantiza también un debido proceso entre particulares.

Asimismo, el debido proceso posee dos dimensiones: i) “adjetiva o formal”,


como garante de un desenvolvimiento o desarrollo procesal debido, y ii)
“sustantiva o material”, como garante de una decisión judicial basada o
enmarcada tanto en la razonabilidad y proporcionalidad, es decir, garantiza
una sentencia justa.

Con respecto a los elementos del debido proceso, TICONA POSTIGO,


citando a HOYOS, refiere que los mismos serían: i) La regulación legal de
los procesos y su desarrollo sin dilaciones, ii) El derecho a ser oído, iii)
Tribunal competente, predeterminado, independiente e imparcial, iv)
Contradicción y bilateralidad: oportunidad de tomar posición y pronunciarse
sobre las pretensiones del actor y las manifestaciones de la parte contraria,
v) El derecho de aportar pruebas lícitas relacionadas con el objeto del
proceso y de contradecir las aportadas por la otra parte o por el juez, vi) La

13
facultad de hacer uso de los medios impugnatorios previstos en la ley
contra resoluciones judiciales motivadas, y vii) Respeto a la cosa juzgada.

En lo que respecta a la motivación de las Resoluciones Judiciales.

En primer lugar, en lo relacionado a las decisiones basadas en la


argumentación, amerita traer a colación, el surgimiento y contenido de la
teoría de la argumentación.

Así, la existencia de un amplio campo para el intérprete y el aplicador del


derecho, constituyó a éste en protagonista de la historia, pero, ya no es
sencillo sostener que su tarea se limita a identificar un supuesto de hecho
y subsumirlo en una norma. Por el contrario, debe argumentar frente al
caso, utilizando la norma como un instrumento más. Entre las principales
características de esta tesis, podemos citar: i) El derecho es una ciencia de
problemas y no meramente especulativa, ii) La tarea del juez es el ejercicio
de la prudencia y no la especulación, iii) La prudencia se basa en el ejercicio
argumentativo,

iv) Argumentar es convencer a un auditorio imaginario, esto es, a quienes


va destinada la decisión, y v) La argumentación se basa en la experiencia
previa acumulada (tópicos), o en la capacidad del argumento para
persuadir a un auditorio universal, utilizado como modelo.19

Entonces, resulta pertinente que el derecho a que las resoluciones


judiciales sean razonadas, garantiza que la decisión adoptada no sea fruto
de la arbitrariedad, del voluntarismo judicial o acaso consecuencia de un
proceso deductivo irracional, absurdo o manifiestamente irrazonable.
Ciertamente, no está dentro de su ámbito protegido el acierto o no que esta
pudiera tener, o acaso, que no constituya una infracción de la ley.

Además, uno de los contenidos del debido proceso, es el derecho a obtener


de los órganos judiciales, una respuesta motivada, razonada y congruente
con las pretensiones oportunamente deducidas por las partes, en cualquier
clase de proceso. La exigencia que las decisiones judiciales sean
motivadas en proporción a los términos del Inc. 5), del Art. 139°, de la
Norma Fundamental, garantiza que los jueces, cualquiera sea la instancia

14
a la que pertenezcan, expresen el proceso mental que los ha llevado a
decidir una controversia, asegurando que el ejercicio de administrar justicia
se haga con sujeción a la Constitución y a la ley; pero también, con la
finalidad de facilitar un adecuado ejercicio del derecho de defensa de los
justiciables (Exp. 1230-2002-HC/TC).

La motivación de las resoluciones judiciales, constituye el conjunto de


razonamientos de hecho y derecho realizados por el juzgador, en los cuales
apoya su decisión. Así por ejemplo, tal vez la causa por la que un juez
declara fundada una demanda sobre daños y perjuicios, sea la compasión
que le produce la precaria o lastimosa situación del demandante, mas ello
no sirve como justificación jurídica. En este caso, solo se tratará de una
motivación judicial en apariencia.

En Atinencia al Principio Procesal de Congruencia.

En primer término, es de considerar que este principio se constituye quizás


en el de mayor relevancia, ya que se constituye en un verdadero reto
(trascendentalmente geológico, digamos) para el juzgador al resolver (vía
sentencia) conforme lo que las partes solicitaron (es decir, ni menos, ni más
de lo pedido, peor aún distinto). De tal modo, los demás principios
procesales civiles, no tendrían razón de ser en el supuesto que el juez no
expida su fallo en abierta violación del principio de congruencia. Además
de lo señalado, tenemos que agregar que las mismas estarán lógicamente
expectantes a lo resuelto. Consecuentemente, el compromiso del juzgador
con dicho principio abarca una esfera saludablemente más amplia y
compleja (es decir, con el proceso y con las partes).

En el mismo sentido se expresa RIBÓ DURAND, quien refiere: “es la


cualidad técnica más importante que debe tener toda sentencia, consiste
en la vinculación entre la pretensión procesal y lo decidido en la sentencia.
Por ello se dice que hay sentencia congruente con la demanda y con las
demás pretensiones oportunamente deducidas en el litigio, cuando la
sentencia hace las declaraciones que aquellas exijan, condenando o
absolviendo al demandado y decidiendo todos los puntos litigiosos que
hayan sido objeto de debate. La sentencia no ha de contener más de lo

15
pedido por los litigantes; de lo contrario, incurriría en incongruencia positiva.
La incongruencia negativa surge cuando la sentencia omite decidir sobre
alguna de las pretensiones procesales. Si la sentencia decide sobre algo
distinto de lo pedido por los litigantes, se produce la incongruencia mixta.
La sentencia incongruente puede ser objeto de impugnación por la vía del
recurso oportuno”.

Así también lo señala MONROY GÁLVEZ24: “el principio de congruencia


judicial exige al juez que no omita, altere o exceda las pretensiones
contenidas en el proceso que resuelva”.

Seguidamente, es importante tomar en cuenta que la congruencia de dicho


principio se encuentra relacionada no solo con el sentido, sino también con
el alcance de las mismas. Así lo afirma MONROY CABRA,25 citando a
DEVIS ECHANDÍA, al señalar que “se entiende por congruencia o
consonancia el principio normativo que delimita el contenido de las
resoluciones judiciales que deben proferirse, de acuerdo con el sentido y
alcance de las peticiones formuladas por las partes (en lo civil, laboral y
contencioso administrativo) o de los cargos o imputaciones penales
formulados contra el sindicato o imputado, sea de oficio o por instancia del
ministerio público o del denunciante o querellante (en el proceso penal),
para el efecto que exista identidad jurídica entre lo resuelto y las
pretensiones o imputaciones y excepciones o defensas oportunamente
aducidas, a menos que la ley otorgue facultades especiales para separarse
de ellas”.

Líneas abajo, el primero de los autores citados, Acota: “en relación con las
pretensiones, la incongruencia tiene tres aspectos: a) cuando se otorga
más de lo pedido (plus petita o ultra petita); b) cuando se otorga algo distinto
de lo pedido (extra petita); y c) cuando se deja de resolver sobre algo pedido
(citra petita)”.

Empero, si con ello no bastase, la importancia del principio procesal de


congruencia también radica en su naturaleza constitucional connatural al
derecho de defensa. En respuesta a lo reseñado, DEVIS ECHANDÍA,27
sostiene que “tiene extraordinaria importancia este principio, pues se liga

16
íntimamente con el derecho constitucional de defensa, ya que este exige
que el ajusticiado en cualquier clase de proceso conozca las pretensiones
o las imputaciones que contra él o frente a él se han formulado, por lo que
la violación de la congruencia implica la de aquel derecho; la actividad
probatoria, las excepciones o simples defensas y las alegaciones, se
orientan lógicamente por las pretensiones, imputaciones, excepciones y
defensas formuladas en el proceso. También se relaciona con la cosa
juzgada, para determinar el verdadero sentido de ésta”.

De similar opinión (es decir, respecto de la relación congruencia y defensa)


son CASTILLO QUISPE y SÁNCHEZ BRAVO,28 quienes citando a ALDO
BACRE, señalan respecto del principio de congruencia procesal: “El juez
debe fallar de conformidad con las pretensiones deducidas en el juicio, es
decir que debe haber conformidad entre la sentencia y lo pedido por las
partes (sea en demanda, reconvención y contestación de ambas, inclusive),
en cuanto a las personas , el objeto y la causa, porque el oficio no puede
apartarse de los términos en que ha quedado planteada la litis en la relación
procesal. Con la contestación a la demanda se integra la relación procesal
produciendo dos efectos fundamentales: quedan determinados los sujetos
de la relación (actor + demandado) y las cuestiones sometidas al
cuestionamiento del juez. Por lo tanto, los términos en que se han
planteado la pretensión y la oposición a la misma son los que han de
determinar el contenido de la sentencia, conforme el principio de
congruencia, sino se quiere afectar el derecho de defensa de las partes,
decidiendo sobre cuestiones no traídas a la litis u omitiendo resolver sobre
alguna de ellas”.

Finalmente, MORALES GODO, esboza un óptica adicional, acotando: “el


principio de congruencia en consecuencial al principio dispositivo. A través
de dicho principio el Juez está en la obligación de resolver todas las
pretensiones planteadas por las partes en el proceso, y solo ellas, ya que
no podrá resolver pretensiones que no han sido invocadas, ni discutidas en
el proceso”.

17
A propósito, es de verse que el principio procesal de congruencia, bajo
análisis, se encuentra regulado en el segundo párrafo del Artículo VII del
Título Preliminar del Código adjetivo peruano citado, al indicar que el juez
no puede ir más allá del petitorio, ni fundar su decisión en hechos diversos
de los que hayan sido alegados por las partes.

Sin embargo, es preciso dejar constancia que inexplicablemente, el


presente principio ha merecido un limitado interés, respecto de otros que
también inspiran el derecho adjetivo civil peruano, por parte de la doctrina
(sobre todo si consideramos su gravitante importancia). En ese sentido,
agrego que mayor fortuna tuvo la primera parte del referido artículo, la
misma que trata acerca del principio: juez y derecho (iura novit curia). Lo
anecdótico es que en ambos casos, dichos principios no figuran
textualmente en nuestro código procesal, sino solo implícitamente. En tal
sentido, el tema del interés no obedece a la naturaleza no expresa de
ambos en dicho Código.

A Propósito del Principio de Valoración Conjunta de la Prueba.

El Art. 197.-, del Código Procesal Civil peruano juridiza: “Todos los medios
probatorios son valorados por el Juez en forma conjunta, utilizando su
apreciación razonada. Sin embargo, en la resolución sólo serán expresadas
las valoraciones esenciales y determinantes que sustentan su decisión”.

Pero, a propósito… ¿Qué significa valorar la prueba? Al respecto, resulta


pertinente señalar que, el juez no tiene la obligación de ocuparse de todas
las pruebas, si no; de señalar cual de ellas le significa más que otras. Por
ello, lleva a cabo un orden de selección y calificación donde interactúan
distintas contingencias que van a influenciar la posibilidad de análisis, pero,
toda la prueba colectada en autos debe ser apreciada en su conjunto por
el principio de unidad de la prueba, atento que en la generalidad de los
casos se llega a la convicción por medio de una evaluación de la totalidad
de los medios probatorios y de consideración aislada de ellos.30

Sin perjuicio de lo mencionado, la citada norma tiene que aplicarse e


interpretarse en forma sistemática con el Art. 188, del mismo cuerpo de
leyes, referido a la finalidad de los medios probatorios, es decir, a acreditar

18
los hechos expuestos por las partes, producir certeza en el Juez respecto
de los puntos controvertidos y fundamentar su decisión. Igualmente con el
Art. 200, que establece que si no se prueban los hechos que sustentan la
pretensión, la demanda será declarada infundada, debiendo aplicarse el
mismo criterio en caso que exista reconvención. Por otro lado, la valoración
de la prueba que el Juez debe hacer en forma conjunta al momento de
resolver la causa, no debe confundirse con la calificación que el Juez
también realiza sobre los medios probatorios en forma individual en etapas
procesal distintas a la resolución de la causa, nos referimos a lo previsto en
el Art.190 del Código Procesal Civil peruano, que señala que los medios
probatorios deben referirse a los hechos y a la costumbre cuando ésta
sustenta la pretensión, de lo contrario serán declarados improcedentes.
Igualmente, en este artículo se mencionan otros supuestos de
improcedencia de medios probatorios, como por ejemplo que tiendan a
establecer hechos no controvertidos, imposibles o que sean notorios o de
pública evidencia. Es obvio que el Juez debe evaluar la pertinencia,
idoneidad y utilidad de los medios probatorios, lo cual no debe llevar al error
de considerar esta labor como de valoración de estos últimos.31

Síntesis De La Resolución Casatoria Sub Exámine.

La misma versa acerca de la Resolución expedida por la Sala Civil


Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República (Cas. N° 986-
2012 Ayacucho).

Respecto de los hechos, podemos señalar que Rina Paola Guzmán


Pariona interpone demanda de Interdicto de Recobrar contra la empresa
Negusa Corp. Sociedad Anónima, solicitando que se le restituya la
posesión del inmueble ubicado en la Avenida Salvador Cavero número
trescientos noventa y uno y trescientos noventa y cinco, Distrito El
Nazareno, con ciento setenta y nueve metros cuadrados (179 m2) de área
y, se ordene el pago de mil dólares americanos (US$1,000.00) mensuales,
por daños y perjuicios, a partir de la fecha de ministración de la posesión.

La referida resolución argumenta, que en el proceso de Ejecución de


Garantías seguido por la empresa demandada contra su señora madre

19
Roberta Pariona Vilcatoma, se remató y adjudicó el inmueble hipotecado
ubicado en la tercera cuadra de la Avenida Salvador Cavero, sin embargo,
el lanzamiento no se ejecutó en el predio hipotecado de propiedad de su
madre, sino en el predio de propiedad de la recurrente, colindante con el
de su madre, pero perfectamente diferenciable, ministrándose la posesión
a favor de la empresa Negusa Corp. Sociedad Anónima, no obstante su
presencia en la diligencia de lanzamiento y su oposición, negándose la
Jueza a dejar constancia de que estaba procediendo la diligencia en predio
ajeno.

A continuación, se tiene que por sentencia de primera instancia, el Juez del


Segundo Juzgado Civil de Ayacucho, declara fundada la demanda sobre
Interdicto de Recobrar e, infundada en el extremo de Indemnización por
Daños y Perjuicios, tras considerar que la diligencia de lanzamiento
ordenada en el proceso de Ejecución de Garantías número 1999-292, se
realizó en el inmueble de propiedad y posesión de la demandante, el cual
no fue objeto de garantía hipotecaria por parte de Roberta Pariona
Vilcatoma a favor de la empresa Negusa Corp. Sociedad Anónima; y si
bien, dicho lanzamiento se efectuó a mérito de un mandato judicial, sin
embargo, la ahora demandante no fue emplazada o citada en el referido
proceso, por lo que dicha situación de hecho se subsume en el artículo 605
del Código Procesal Civil.

Además, que por sentencia de vista, la Sala Civil de Huamanga de la Corte


Superior de Justicia de Ayacucho, confirma la sentencia de primera
instancia, argumentando que en la fecha en que se inició el lanzamiento la
demandante se encontraba en posesión del inmueble materia de
lanzamiento, siendo despojada de su posesión sin un proceso judicial
previo vulnerándose su derecho al debido proceso.

Posteriormente, tenemos que producto de lo reseñado, se interponen dos


recursos de casación; uno, por Sharon Frine Guzmán Miranda y el otro, por
la empresa Negusa Corporación Sociedad Anónima, contra la sentencia de
vista expedida por la Sala Civil de Huamanga de la Corte Superior de
Justicia de Ayacucho, que confirma la sentencia apelada, que declara

20
fundada la demanda interpuesta por Rina Paola Guzmán Pariona contra
Negusa Corporación Sociedad Anónima y Sharon Frine Guzmán Miranda,
sobre Interdicto de Recobrar.

En primer término, es de verse que el Recurso de Casación interpuesto por


Sharon Frine Guzmán Miranda, fue declarado procedente por la causal de
infracción normativa procesal, sustentada en los siguientes fundamentos: i)
La sentencia de vista carece de una debida motivación, pues tanto el A quo
como el Ad quem no han tomado en cuenta que el presente proceso es uno
sobre Interdicto de Recobrar, cuya finalidad es defender la posesión como
un derecho, y sin tomar en cuenta ello, se ha emitido una sentencia que
prescinde de oficio la actuación de pruebas categóricas que acreditan
fehacientemente que la demandante Rina Paola Guzmán Pariona nunca
poseyó el bien inmueble materia del proceso, lo cual se encuentra
acreditado con las actas levantadas en la diligencia de lanzamiento
recaídas en el Expediente número 1999-292; y más bien, fue su madre
Roberta Pariona Vilcatoma la posesionaria y titular del citado bien
inmueble; ii) Ha obviado pronunciarse sobre situaciones que fueron puestas
en conocimiento por la recurrente, como el hecho de que el Perito que
realizó el dictamen pericial en el proceso fue el mismo que emitió un
dictamen contradictorio a favor del Banco de Crédito del Perú al que la
recurrente hipotecó el bien materia de litis y que no ha sido notificada como
parte en el proceso; iii) En la Escritura Pública mediante la cual se
constituye la garantía hipotecaria a favor de Negusa Corp. Sociedad
Anónima no se consigna numeración alguna; ello porque en aquella fecha
el bien sub materia no tenía numeración más que la consignada sin el
permiso de la respectiva Municipalidad; tal es así, que existen dos viviendas
con la numeración que aparece consignada en dicha propiedad; y, iv) El
bien inmueble de propiedad de la suscrita tiene dos fichas y en su contenido
existen serias diferencias en la identificación de las propiedades que tenían
los padres de la hoy demandante; incluso ocultan sus estados civiles y todo
ello para confundir la correcta administración de justicia. Siendo ello así, se
puede presumir que la Escritura Pública de Anticipo de Legítima es un

21
documento simulado, con el que se pretende desconocer la compraventa
del inmueble sub Litis y, por lo tanto, la titularidad de la recurrente.

En segundo lugar, se aprecia que la misma Sala Suprema declaró también


procedente el recurso de casación interpuesto por la empresa demandada
Negusa Corporación Sociedad Anónima, por la causal de infracción
normativa procesal, sustentada en los siguientes fundamentos: i) Se ha
vulnerado el principio de congruencia, porque el Colegiado Superior, al
haberse pronunciado en la sentencia de vista sobre el derecho de
propiedad de la demandante, se desvió del marco del debate judicial de un
proceso de Interdicto de Recobrar, donde no se discute el derecho de
propiedad, sino la defensa del derecho de posesión. El Ad quem, tras haber
declarado indebidamente como propietaria a la demandante, llega a
determinar que se habría producido el despojo judicial de la misma, sin
antes evaluar y determinar si la actora estaba en posesión del bien sub litis,
que es la premisa fundamental de la cual debió partir y que es materia de
debate judicial; ii) Se ha vulnerado el principio de valoración conjunta de la
prueba, porque únicamente se ha tenido en cuenta el Acta de fecha ocho
de agosto de dos mil cinco; no obstante que la diligencia de lanzamiento se
realizó en dos etapas, habiéndose producido la primera el día veinticinco
de junio de dos mil dos, donde se acredita fehacientemente que la
posesionaria del inmueble objeto de lanzamiento era Roberta Pariona
Vilcatoma; sin embargo, este documento no fue valorado por el Colegiado
Superior. Así también el Ad quem no ha valorado el escrito presentado por
Roberta Pariona Vilcatoma, en que hace notar su calidad de posesionaria.
Tampoco se ha valorado en forma conjunta y completa la Escritura de
Anticipo de Legítima y la Ficha Registral número 13526, pues el proceso
de Ejecución de Garantías se inició en el mes de setiembre de mil
novecientos noventa y nueve, mientras que el anticipo de legítima fue
otorgado con fecha nueve de marzo de dos mil uno; además fue otorgado
únicamente por uno de los cónyuges, lo que demuestra que fue
confeccionado como un acto jurídico simulado para inducir a error al
juzgador; y, iii) Se ha vulnerado la garantía constitucional de la motivación
de las sentencias judiciales, porque el Ad quem indebidamente al

22
fundamentar el derecho de propiedad de la demandante, no ha
fundamentado con suficiencia y razonabilidad los motivos que se deben
evaluar para la decisión de un proceso de Interdicto de Recobrar por
desalojo judicial, puesto que no han tomado en cuenta todas las pruebas
relevantes como el Acta de fecha veinticinco de junio de dos mil dos donde
se acredita que la posesionaria del inmueble fue Roberta Pariona
Vilcatoma.

Entonces, se colige que en el presente caso, se advierte que las instancias


judiciales de mérito no han resuelto debidamente las alegaciones
expuestas por las partes, ni han valorado debidamente los medios
probatorios, a fin de determinar si efectivamente la demandante estuvo en
posesión del inmueble sub litis, pues conforme se ha señalado procede el
interdicto de recobrar cuando el poseedor es despojado de su posesión, y
en el caso de autos esa situación no ha quedado claramente establecida;
en consecuencia, los jueces al no haber efectuado una debida motivación
en sus fallos, han vulnerado el derecho al debido proceso, pues no han
dado una respuesta congruente a la pretensión que se demanda.

Ergo, estando a la irregularidad procesal incurrida corresponde declarar la


nulidad de las sentencias recurridas y ordenar al A quo expida nueva
resolución con mejor estudio de autos y conforme a las consideraciones
que anteceden.

Así, la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la


República, declaró fundados los recursos de casación interpuestos por
Sharon Frine Guzmán Miranda y la empresa Negusa Corporación Sociedad
Anónima, casó la sentencia impugnada, en consecuencia: nula la sentencia
de vista, expedida por la Sala Civil de Huamanga de la Corte Superior de
Justicia de Ayacucho; e insubsistente la sentencia, que declara fundada la
demanda; y ordenó también, que el A quo emita nueva sentencia, teniendo
en cuenta las referidas consideraciones.

23
Análisis de la Resolución in Comento.

En principio, corresponde proceder a la exégesis de la procedencia de la


primera casación (interpuesta por la recurrente Sharon Frine Guzmán
Miranda). Así, llama la atención que en ambas instancias judiciales se haya
errado al pronunciarse acerca de la propiedad del bien materia del proceso,
en lugar de haberse ocupado de la naturaleza posesoria que embarga la
institución jurídica, propia del interdicto de recobrar.

Entonces, se colige que no solamente se ha vulnerado el derecho a la


debida motivación de las resoluciones judiciales que tienen las justiciables
mencionadas, sino que, también, se ha vulnerado el principio de
congruencia procesal.

24
BIBLIOGRAFÍA

- CODIGO CIVIL, JURISTA EDITORES E.I.R.L. Lima 2016.


- DÍAZ REVORIO, F. J. (2004). Compilador. Jurisprudencia del
Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Palestra Editores. Lima.
- GARCÍA BELAÚNDE, Domingo. Diccionario de Jurisprudencia
Constitucional. Definiciones y conceptos extraídos de las
Resoluciones y Sentencias del Tribunal Constitucional. Editora
Jurídica Grijley, Lima, 2009.
- LANDA ARROYO, C. (2005). Compilador. Jurisprudencia de la corte
Interamericana de derechos humanos. Palestra Editores. Lima.
- SAGÁSTEGUI URTEAGA, Pedro. Exégesis y Sistemática del
Código Procesal Civil. Editora Jurídica Grijley, Lima, 2003.
- TICONA POSTIGO, Víctor. El Derecho al Debido Proceso en el
Derecho Civil. Editora Jurídica Grijley, Lima.
- TORRES CARRASCO, Manuel Alberto. El nuevo recurso de
casación civil. Recientes modificaciones y repaso jurisprudencial.
Grupo Editorial Gaceta Jurídica. Lima, 2010.

25

También podría gustarte