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ASALTO A UN PODER

El asesinato de Armando Chavarría


ASALTO A UN PODER
El asesinato de Armando Chavarría

MARCO ANTONIO MÖNGE ARÉVALO

EDICIÓN

INDIE
Asalto a un poder
El asesinato de Armando Chavarría

Primera edición: julio, 2017


D. R. © 2017, Marco Antonio Mönge Arévalo

Comentarios sobre la edición y el contenido de este libro a:


[email protected]

Fotografía de portada
© Jonatan Tapia Serna

Queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita del autor,


la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio.

ISBN 9781521360118
Guerrero y sus acciones criminales
en manos de políticos…

MARCO ANTONIO MÖNGE ARÉVALO


Índice

PREÁMBULO 9
Hay dos modos de dificultad: el normal y el fácil 11
Ganar perdiendo 16
Ganar nada 21

ASALTO A UN PODER 33
El ataque 34
“Zeferino desgraciado, mataste a un diputado” 40

¿UN CRIMEN PROVOCADO POR LOS CELOS? 43


Martha Bedolla Marín 45
Yuridia Orozco Rodríguez 48
Rosario América Astudillo Muñoz 50

LA ESCOLTA 53
Dos millones de pesos por la cabeza de Chavarría 57

ZEFERINO, ÚNICO POLÍTICO SOSPECHOSO


EN EL CASO 60
Zeferino le disputó a Chavarría
el control del Congreso 61
Chavarría vs. Zeferino por el Congreso 63
Carlos Álvarez Reyes, la otra carta 64
Los declarantes y acusaciones hacia Zeferino 68
“Afirmaciones singulares” 71
“Afirmaciones zin sustento” 72
El Sur, caso especial 76
Exfiscal dejó ir al supuesto asesino de Chavarría
que vinculaba a Zeferino 77
Y otro exfiscal… exime a Zeferino 80
¿Usted lo mandó a matar? 82
LOS APUNTES DEL CRIMEN ORGANIZADO 87
La falsa versión de Los Beltrán Leyva 87
Las dos versiones del crimen organizado 90
El Pichi un asesino sin rastro 92
Red del crimen: nu' saavi, narco, ERPI y síndico 94

LA GUERRILLA NO FUE 99
El entramado que fabricó la PGJE 100
El delator y su acercamiento al ERPI 104
La colaboración del Cisen 106
La operación Tlapa 108
La maniobra para ocultar nombres
y capturar a Ramiro 115
Se cae la teoría de la guerrilla 117
Guerrilla, principal línea de trabajo
de exprocuradora 119

ANEXOS 125

PASARELA DE LA JUSTICIA 173

BITÁCORA 174

PORTADAS
DE LOS DOCUMENTOS ACCEDIDOS 175
Preámbulo

Preámbulo

L
a tercera semana de aquel agosto de 2009 iniciaba mi
periodo vacacional, lo decidí tomar en esas fechas puesto
que era la semana de menor actividad laboral en el
Congreso de Guerrero y podría aprovechar para visitar a mi madre
en Georgia, Estados Unidos, y hacer un par de presentaciones de Al
otro lado del río —en ese entonces mi reciente libro— en algunas
ciudades norteamericanas.
Ese día, una llamada telefónica me alertó a las 07.34 de la
mañana. Dormía. El 19 por la noche decidí que el 20 por la mañana
alternaría mi rutina de ejercicios, lo dejaría para el 21.

— Mataron a tu jefe —dijo una voz habitual al otro lado del


auricular.
— ¿Mi jefe? —respondí alertado con una pregunta. Pensé en
Reemberto.
— Sí, a Chavarría.

Armando Chavarría Barrera, a quien se refería, no era mi jefe, pero


sí el líder del Congreso de Guerrero, el presidente de la Comisión
de Gobierno1, la Comisión más importante políticamente, la de
mayores reflectores mediáticos y la que controla la administración,
por ende, el dinero del Congreso. Mi jefe directo era Reemberto

1 La Comisión de Gobierno la integraban los diputados coordinadores de las fracciones


parlamentarias y los de las representaciones de partido. Hoy su nombre ha cambiado a
Junta de Coordinación Política.
Preámbulo

Valdez Vilchis, en ese entonces director de Comunicación Social del


Poder Legislativo guerrerense.
Mi fuente era demasiado confiable. No lo podía creer, tanto que
alertado lancé dos preguntas, en mi coloquial léxico:

— ¿No mames? ¿Neta?


— Sí, afuera de su casa, varios balazos, uno en la frente: tiro de
gracia. Lo encontraron en su Bora —una respuesta directa.

De esa llamada surgieron muchas preguntas, todas sin respuesta de


parte de mi informante. Éste sólo se limitaba a contestar: “No lo sé,
‘güey’. Está muy cabrón este pedo”.
Inmediatamente encendí la radio. Los primeros reportes ya
estaban al aire. Minutos más tarde, decenas de llamadas de la
prensa entraban a mi celular preguntando para confirmar el dato.
La noticia ya estaba confirmada, pero todo era confusión. El
personaje que hasta ese momento era el más importante para el
Partido de la Revolución Democrática (PRD), había sido asesinado.
Me quedé en mi casa, consulté la información con algunos
colegas periodistas de confianza, los datos seguían siendo los
mismos. Minutos más tarde Reemberto Valdez, me llamó:

— ¿Sigues en México? —dijo con relativa calma.


— Sí. ¿Qué onda con lo de Chavarría? —insistía en preguntar,
pero no encontraba respuestas.
— Está cabrón. Urge que vengas a la oficina para que me
ayudes.

Por resultar más baratos, meses antes había comprado mis boletos
de avión: mis vacaciones, la visita a mi madre, las presentaciones
de mi libro en Atlanta, Georgia y Chicago, Illinois, se quedarían
esperando. Cancelé mi viaje.
Llegué a mi oficina, las caras largas de mis compañeras y
compañeros se observaban, el silencio expresaba el sentimiento de
haber perdido a otro diputado, de la misma forma: a balazos.
Preámbulo

Años antes habían asesinado al diputado Jorge Bajos Valverde,


del Partido Acción Nacional (PAN), en Acapulco a las afueras de
Radio y Televisión de Guerrero, la televisora del Estado. Bajos era
amigo íntimo del exgobernador Zeferino Torreblanca Galindo,
perteneció a la 58 Legislatura —Chavarría a la 59—. Dos diputados
locales asesinados durante el sexenio de Zeferino, en dos
legislaturas al hilo.
Mi oficina estaba en la Dirección de Comunicación Social del
Congreso de Guerrero, llevaba cuatro años como jefe de
departamento. Una oficina que vio afectada su tranquilad por los
constantes entradas y salidas de reporteros, columnistas y uno que
otro agente de Gobernación; de las constantes alertas del teléfono
fijo de la oficina, de las persistentes llamadas a los móviles. Ese día
el departamento se volvió el centro de operaciones de varios
medios nacionales y corresponsales de agencias internacionales.
Estábamos superados por el asesinato de Chavarría.

HAY DOS MODOS DE DIFICULTAD: EL NORMAL Y EL FÁCIL

Meses antes del asesinato, la gobernabilidad del Congreso estaba


en riesgo. Los resultados de la elección anterior ya castigaban a la
alternancia y beneficiaban al mismo instituto político que por casi
80 años había sumido a Guerrero en la miseria: al Partido
Revolucionario Institucional (PRI). En la elección de 2008 el PRD y
el PRI empataron en número de diputados: 18 cada uno.
La legislatura saliente (58) estaba conformada por 46 diputados:
22 del PRD, 13 del PRI, cuatro del PAN, tres del Partido
Convergencia (PC) —hoy Movimiento Ciudadano—, dos del
Partido Verde Ecologista de México (PVEM), y dos del Partido del
Trabajo (PT).
En 2005, el efecto Zeferino hizo que el PRD fuera mayoría en el
Congreso de Guerrero, por lo que la presidencia de la entonces
Comisión de Gobierno, hoy Junta de Coordinación Política, estaba
Preámbulo

en manos del diputado Carlos Reyes Torres, miembro activo del


Polo Guerrerense de Izquierda (PGI), corriente política de
Armando Chavarría. Reyes Torres era uno de los alfiles. Por ello,
durante la instalación de la Junta Preparatoria Chavarría podía
negociar con libertad, con el representante del PRI, Abraham Ponce
Guadarrama, que, junto con Reyes y el panista Juan José Francisco
Rodríguez Otero conformaban la Comisión de Instalación.
El tener un elemento de su equipo en la Comisión de Instalación
y la versión de que Chavarría era consentido de Rubén Figueroa
Alcocer2, permitió a este personaje jugar en modo fácil en la
negociación para ser instalado como presidente de la Mesa
Directiva. A pesar de ello, la bancada priista que era coordinada
por Héctor Vicario Castrejón, aliado de Rubén Figueroa, denominó
en tribuna el hecho como un “albazo”.
Aquel viernes, 14 de noviembre de 2008, la única información
sobre la negociación a la que se podía acceder era la de la
rumorología. Desde el pasillo del recinto legislativo todo era tenso.
La cita a la sesión había sido a las 11.00 horas, pero las
negociaciones la postergaban. Primero llegaron los priistas, los
perredistas no arribaban al Poder Legislativo. La fracción del PRI
esperó a que se cumpliera el plazo legal y emprendieron la retirada.
Esa era la estrategia del PRD, que los priistas se retiraran para
que casi al mismo tiempo llegaran los perredistas a desarrollar la
sesión e intentaron nombrar al nuevo presidente de la Mesa
Directiva, su propuesta era Chavarría. Ya estaban listas las
papeletas y la urna, transparente, para la recepción de los votos.
La sesión se desarrollaba sólo con los diputados del PRD.
Aliados a los del PAN, PC y PT pretendían avasallar a la alianza
PRI-PVEM-PANAL.

2 “Armando Chavarría era consentido de Rubén Figueroa, grupo político al cual pertenece
Vicario, y al cual pertenecía César Flores Maldonado, priista que al no encontrar
oportunidad en el PRI se trasladó al PRD para que Armando Chavarría lo cobijara en su
PGI, y lo hiciera candidato a la alcaldía de Acapulco”, dijo un perredista que pidió omitir
su nombre.
Preámbulo

Pero una llamada telefónica de un secretario técnico priista


alertó a sus diputados del desarrollo de la sesión. Los priistas se
encontraban en un restaurante cercano al Congreso quienes de
manera inmediata llegaron al recinto legislativo.
El diputado Rodríguez Otero contabilizaba los votos; a punto de
erigir a Chavarría como presidente, entraron los diputados de la
fracción del PRI y sus aliados, para tomar la tribuna, al tiempo que
la priísta Aceadeth Rocha Ramírez —conocida como Chade o La
Loba—, le arrebató la urna transparente a Rodríguez Otero de las
manos.
Humillado, el diputado panista mostraba su cara desfigurada,
llena de enojo y vergüenza ante la prensa y los presentes.
La tensión era grande, pero la lucha por el poder lo era aún más.
La ambición envolvió a los políticos para acordar un receso
negociador.
La sesión se reanudó, al continuar la Junta Preparatoria,
mágicamente ya había dos planillas, los priistas en voz de Marco
Antonio Leyva Mena, proponían una planilla en la que Guadalupe
Gómez Maganda Bermeo era proyectada como presidenta de la
Mesa Directiva, mientras que el PRD aventuraba a Chavarría.
La elección se realizó. En los altavoces del recinto legislativo se
dejó escuchar la voz de Rodríguez Otero para dar a conocer el
resultado de la votación: 23 votos para la planilla del PRI y 24 votos
para la planilla del PRD. ¡Sumaban 47! Ese era el resultado de la
votación. Inexplicablemente en aquella urna transparente, había
una papeleta de más que se inclinaba al PRD. El Congreso
guerrerense se conforma por 463 diputados.
Las risas, rechiflas y burlas tanto de la prensa como del poco
público y asesores que se encontraban alrededor del recinto
legislativo no se hicieron esperar. El escenario era impropio,

3 Durante mis más de 10 años de servicio en el Congreso del estado, y hasta el momento
cuatro legislaturas, se ha observado que siempre hay entre los asesores de la presidencia de
la Comisión de Gobierno (hoy Junta de Coordinación Política), o entre algún periodista
empoderado al que se le nombra El diputado 47. El diputado 47 no vota.
Preámbulo

cuando las rechiflas bajaron de tono, se dejó escuchar una voz al


fondo: “No se podía esperar menos. Así se las gastan nuestros
diputados”.
Finalmente, en una segunda vuelta, Chavarría sumó 25 votos de
su partido, del PAN, PT y PC; mientras que Maganda se quedó con
21 votos.
Esa era sólo la primera de una larga jornada de negociaciones
porque la rebanada más grande: la Comisión de Gobierno, estaba
por entrar a la cancha de la negociación a puerta cerrada.

* * *

La madrugada del 21 de noviembre de 2008 ante el Pleno del


Congreso de la 59 Legislatura rindieron protesta Chavarría y
Vicario como presidente y secretario de la Comisión de Gobierno,
respectivamente. La presidencia nuevamente la obtenía Armando.
Las negociaciones entre el PRD y el PRI permitieron que la
administración financiera y el poder político se distribuyeran
“equitativamente” entre esos institutos políticos y dejaron las
sobras a los partidos pequeños: oficinas y direcciones que
operativamente no tienen algún beneficio político, económico o
mediático.
Durante la negociación sólo podían acceder los diputados
coordinadores de las fracciones, ni diputados ni funcionarios del
Congreso. Todo era a puerta cerrada.

— Eres diputado, métete para ver cómo va la negociación—le


dijo un reportero a un diputado plurinominal perredista, sin
ningún peso político.
— No, no puedo. Nos restringieron el paso. Nadie puede
entrar —contestó el político de bajo perfil cabizbajo y con
una ligera mueca de resignación.
Preámbulo

Sin transparencia, protegiendo sus intereses, la negociación fue


afianzada con la firma de un documento llamado Acuerdo para la
Gobernabilidad Parlamentaria del H. Congreso del Estado de Guerrero.4
La negociación consistió en que Chavarría sería presidente de la
Comisión de Gobierno, pero la alternaría con Vicario, un año a la
vez. El plan también era alternar la presidencia de la Mesa
Directiva. Dos posiciones política y económicamente rentables.
De ahí devino que el lugar destinado a la cafetería del Congreso
fuera remodelada y se hicieran unas oficinas exclusivas para la
Mesa Directiva. Los egos de Castrejón y de Chavarría para alternar
la Mesa Directiva les exigía tener oficinas exclusivas y de “nivel”.
Doña Mari la señora que atendía la cafetería se quejó
amargamente, pues el ingreso económico del negocio familiar se
vería afectado severamente. Directivos de la administración le
prometieron un nuevo lugar en los terrenos del Congreso para su
establecimiento. Nunca se lo dieron.

En la firma del Acuerdo para la Gobernabilidad Parlamentaria del H. Congreso del Estado de Guerrero, Armando
Chavarría, a la izquierda; Héctor Vicario, a la derecha. (Foto: especial)

4 Anexo 1
Preámbulo

Toma de protesta a los integrantes de la Comisión de Gobierno de la 59 Legislatura. (Fotos: especial)

La negociación incluyó presidencias de comisiones legislativas y


cargos de administración. Al PRI le tocó las entonces Oficialía
Mayor —hoy Secretaría de Asuntos Parlamentarios— y la
Dirección de Comunicación Social —hoy Dirección de
Comunicación—. El primero, un organismo técnico y el segundo
del control de la prensa, pero sin dinero esta Dirección nada podía
operar a favor del PRI, pues la Dirección de Administración, la del
dinero, la más importante, quedó en manos del PRD.
Las comisiones legislativas que sujetó fuertemente el PRI fue la
segunda en importancia, la de Asuntos Políticos y Gobernación;
también la Instructora, y la de Vigilancia y Evaluación de la
Auditoria General del Estado. Las que no tienen peso político o
mediático fueron repartidas entre los diputados del PRD, PAN, PC,
PVEM, Partido Nueva Alianza (PANAL) y PT.

GANAR PERDIENDO

Durante el periodo en que Chavarría era secretario general de


Gobierno supe, por una muy buena fuente, cercana a él —mujer,
por cierto—que la intensión de Armando de ser diputado local
Preámbulo

plurinominal5 era para dos cosas: una, ocupar la presidencia de la


Comisión de Gobierno y acceder a los beneficios que le permitía, y
dos, para verse de tú a tú con Zeferino Torreblanca, de poder a
poder.
Se sentía seguro de que el PRD nuevamente sería mayoría en el
Congreso y que podría operar política y económicamente en
beneficio de su candidatura en 2011, pero la reacción del electorado
en respuesta al controvertido manejo de la política y la
administración de Zeferino Torreblanca en el gobierno de
Guerrero, al mal gobierno de Félix Salgado Macedonio en Acapulco
y al cuestionado trabajo de los perredistas en el Congreso, fue un
revés a la izquierda guerrerense.
En 2008, con el PRD de Chavarría la izquierda logró sacar de
panzazo la elección, pues empató en número de diputados con el
PRI y perdió la mayoría de las alcaldías, entre ellas, la joya de la
corona: Acapulco, y ocho de nueve distritos electorales federales;
en los ayuntamientos, el PRI gobernó el 72 por ciento de la
población guerrerense, el PRD sólo el 19 por ciento.
Los números no cuadraban ni le daban a Armando el impulso
que necesitaba para ganar la gubernatura, no necesariamente para
ser candidato del PRD, eso lo lograría sin mayor problema, pues su
corriente política era la más lucrativa en ese momento.
Aunque en 2011, ya sin Chavarría, el PRD obtuvo nuevamente el
control del Congreso, esto fue por el efecto López Obrador y el
impulso de Ángel Aguirre Rivero. Factores determinantes para que
ganaran en 2011.
Chavarría no ganaría la gubernatura, esa era una realidad. El
PRI venía en ascendencia y tenía, como lo dijo Marco Antonio
Leyva Mena, medio cuerpo en Casa Guerrero. De no ser por los

5Chavarría iría en el número 1 de la lista plurinominal, su grupo político Polo Guerrerense


de Izquierda era el de mayor peso dentro del PRD, lo que le permitía autoasignarse en el
número uno de dicho listado. La diputación la tenía asegurada sin mayor esfuerzo.
Preámbulo

conflictos internos en el PRI6, el PRD sólo se hubiera quedado con


un sexenio de alternancia.
En la práctica, el PRD nunca gobernó Guerrero: el primer
sexenio fue de Zeferino, “independiente” e infiltrado en el PRD y el
segundo fue de Aguirre, priísta de tiempo completo.
Armando nunca ganó una elección. Fue candidato a la rectoría
un par de veces y no logró acceder a ese puesto: perdió la elección
para rector de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro)
tanto en 1993 como en 1996. Pero ganaba perdiendo: en ese tiempo
reagrupó su Movimiento por la Academia y la Reforma (MAR)
para después imponer rectores: Florentino Cruz Ramírez (1999 -
2002) y Nelson Valle López7 (2002 - 2005), en 2005 intentó imponer
a Germán Cerón, pero no lo logró.
“A principios de este año, (Rogelio) Ortega y (Alberto) Salgado
rompieron con el MAR, acusando al senador del PRD Armando
Chavarría de haber impuesto a (Nelson) Valle, en su afán de
conseguir la candidatura a la gubernatura de Guerrero y convertir a
la universidad en su ‘caja chica’”, consignó el periódico La Jornada8
en marzo de 2002.
A causa de la derrota en la elección a rector, en 1996, Chavarría
fue designado delegado del Instituto Nacional para la Educación de
los Adultos (INEA) en Guerrero durante el interinato de Ángel

6 “En ese año, hay que decirlo, gran parte de los guerrerenses estaban desencantados con el
manejo de la política gubernamental de Zeferino Torreblanca, y la mala administración de
Acapulco por parte de Félix Salgado, con las esperanzas rotas; el sector social alejado de la
izquierda y el del PRI se veían motivados por Ángel Aguirre Rivero, pero los intereses de
grupo impusieron a Manuel Añorve Baños como candidato. Ángel Aguirre ganó
perdiendo, el PRD obtuvo un respiro en el poder al impulsar como candidato a Ángel
Aguirre. Ganaron la gubernatura nuevamente.” Mönge Arévalo Marco Antonio en La
alternancia sospechosa… en el estado del miedo (Edición INDIE-2017).
7 Una anécdota que describe el poder que Chavarría ejercía en la UAGro es la que una

fuente cercana a Armando cuenta: “en mi época de estudiante nunca pude acceder a una
cita con Nelson Valle para la gestión de una Casa de Estudiantes; fue con la ayuda de
Chavarría, cuando este era senador, una sola llamada bastó para que Nelson firmara la
petición de la construcción de la Casa de Estudiantes. Nelson era el maletero, el títere de
Chavarría. En sí, Chavarría era el rector de la UAGro”, dijo la fuente.
8 “La elección de rector pone en riesgo la reforma en la Universidad Autónoma de

Guerrero”, La Jornada en:


http://www.jornada.unam.mx/2002/03/05/040n1soc.php?printver=1
Preámbulo

Aguirre Rivero. Las versiones cuentan que los priistas llamaron a


Chavarría y le dijeron: “contrólate, no pasa nada, no tienes cómo
comprobar que ganaste la elección, aquí te compensamos con el
INEA y te damos lo invertido en la campaña a la rectoría”.
Antes, en 1978 cuando era estudiante en la escuela de Economía
fue nombrado dirigente de la Federación Estudiantil Universitaria
Guerrerense (FEUG). Alineado a la izquierda, fue como Armando
llegó a formar parte de la Asociación Cívica Nacional
Revolucionaria (ACNR) —agrupación fundada por el guerrillero
Genaro Vázquez Rojas—, Guillermo Sánchez Nava, Saúl López
Sollano, Leticia Burgos Ochoa y Humberto Zazueta Aguilar,
dirigían esa asociación.
Luego de la elección perdida en la Universidad, Chavarría
mandó con anticipación a su alfil político David Jiménez Rumbo a
enlistarse al PRD. “Repartiendo tortas y con la administración de
las casas de estudiantes este personaje (David) logró apoderase de
la Secretaría de Asuntos Juveniles del PRD en 1996”, dice un líder
perredista disidente.
Gracias a que tenía a Rumbo en el PRD, Chavarría continúo
fortaleciéndose y creó los vínculos necesarios con su gente al
interior del partido. A esas alturas Armando simpatizaba con
individuos del Grupo de los 100, una asociación de expriístas
inconformes con su partido y que se agrupaban para obtener
prebendas.
En 1997, su acercamiento con el PRD fue para contender por la
diputación federal plurinominal. Hasta ese momento Armando no
era afiliado a ese instituto político, sino hasta que la corriente de los
simpatizantes del PRD denominados “Cívicos” lo hicieron
candidato a diputado federal plurinominal.
De hecho, poco se sabe que Chavarría quería jugar doblemente
en modo fácil: al participar como candidato a diputado federal
uninominal por el distrito 7, y a su vez como candidato a diputado
federal plurinominal. Esto era posible gracias a que anteriormente
Preámbulo

la ley y los estatutos del PRD no fijaban las reglas para aspirar a los
puestos de elección popular.
“Quería los reflectores mediáticos y la presencia ante las bases
en los municipios de ese distrito. En el (Comité Directivo) Estatal
acordaron darle la diputación pluri y consiguieron que el Consejo
Nacional del PRD la avalara. Al momento que le dieron la pluri,
Chavarría le quería quitar la candidatura a la diputación federal
uninominal a Pioquinto, porque (Pioquinto) estaba coqueteando
con Figueroa, Chavarría se desvinculaba de Figueroa diciendo al
PRD: ‘Yo ya me definí’”, afirmó a este autor un ex integrante del
PRD.
En 1999, pese a la desigualdad, pobreza y marginación en el
estado, Armando apoyó al empresario Jaime Castrejón Diez, quien
contendía contra Félix Salgado Macedonio en la elección interna del
PRD. Nuevamente perdió.
Al término de su diputación federal, en el 2000, negoció ir al
frente de la fórmula del PRD por el Senado; en segundo lugar, iba
Pablo Sandoval Ramírez. Pierde nuevamente esa elección; pero
Chavarría, nuevamente, ganó perdiendo porque para la integración
de la Cámara de Senadores la ley marca que en cada una de las 32
entidades federativas se eligen tres senadores. Los partidos
políticos deben registrar una lista con dos fórmulas de candidatos.
Dos de los escaños se asignan por el principio de mayoría relativa,
es decir, le corresponden al partido que haya obtenido el mayor
número de votos, en tanto que el tercero se asigna por el principio
de primera minoría, esto es, al partido que haya obtenido la
segunda mayor votación9.
“Realmente había muchas posibilidades de ganar la elección de
senadores, pero Chavarría y su grupo se echan, en acuerdo con el
PRI, con la finalidad de que Pablo no llegara a la senaduría. Pablo
estaba muy señalado por los figueroistas pues venía del Partido
Comunista de México (PCM). De ahí (Chavarría), desde antes de su

9 Fuente: Instituto Nacional Electoral


Preámbulo

entrada al INEA, ya era compadre de Figueroa y de Vicario.


Tradición perversa que le da continuidad a David Jiménez
Rumbo”, señaló un experredista, hoy líder del Movimiento de
Regeneración Nacional (Morena).
Cuando contendió contra Zeferino Torreblanca en la elección
interna del PRD, perdió de igual manera. En 2005 ganó perdiendo
la Secretaría General de Gobierno, un compromiso firmado con
Zeferino Torreblanca, y un regalo del PRD estatal a su “buena
operación política” y a su “liderazgo” dentro de ese instituto
político.
En 2008, para obtener la diputación local, ya como secretario
General de Gobierno y con todo el poder, jugó en modo fácil, pues él
mismo se palomeó para ir en el número uno de la lista de
plurinominales. Chavarría no pudo haber diseñado esa jugada si no
hubiera tenido el poder que le daba la Secretaría General de
Gobierno, porque desde ahí operaba financieramente para el PRD y
su corriente política.
“Zeferino, ahí te dejo tu changarro y vamos hablarnos de par a
par”, pudo haberle dicho al exgobernador al momento de renunciar
a la Secretaría General de Gobierno.

GANAR NADA

Después del asesinato de Chavarría, el gobierno de Zeferino filtró a


Milenio Diario, parte del expediente e información falsa del caso. Lo
que le convenía dar a conocer, lo escandaloso de la “investigación”,
lo que el público gusta y espera ansioso leer: las líneas de
investigación pasional, delincuencia organizada y guerrilla.
En la falsa información dada a conocer por Milenio se sugiere
que los vínculos sentimentales de Chavarría con más de 60 mujeres
pudieron causarle la muerte; además que “la viuda de Chavarría
también es motivo de sospecha. Según las pesquisas, se está
analizando el ‘pasado’ de Martha Obeso, quien perteneció a grupos
Preámbulo

radicales como Los Enfermos, de Sinaloa, agrupación de


universitarios que a finales de la década de los años 70 pugnaba
por el poder a través de las armas, aunque también perteneció a la
Liga 23 de Septiembre”.
Desde los inicios de la investigación, Torreblanca se empeñó en
alimentar la teoría de los grupos subversivos. Días antes de que
Zeferino dejara el poder se filtró a la prensa la supuesta
presentación de guerrilleros que según habrían participado en el
asesinato del diputado. Después de la publicación periodística, no
hubo registro de tal hecho. Cuando la prensa le preguntó sobre el
caso, Torreblanca dijo que no hacía caso a información que
provenía del anonimato.
En abril de 2014, el exgobernador ratificó esa teoría en una
entrevista que le realizó este autor. Pero se negó a dar detalles.
En 2015, accedí a un documento que sería entregado a la viuda
de Chavarría, Martha Obeso Cázares, el documento es una Tarjeta
Informativa signada por el Fiscal Especializado para la Investigación
de Delitos Graves, José Fernando Monreal Leyva, remitido de
manera interna al entonces Vicefiscal de Investigación, Alejandro
Santos González, fechado el 26 de junio de 2015.
Dicho documento expone la síntesis del expediente que enmarca
sólo tres hipótesis: la política, grupos subversivos y delincuencia
organizada (narcotráfico). En ese orden.
El argumento de por qué no estaba la mal llamada línea pasional
en la Tarjeta Informativa era precisamente porque el documento fue
solicitado por la viuda, “por respeto a ella no se incluyó esa
versión”, dijo mi fuente.
De ese documento, la recapitulación más amplia de las líneas de
investigación es la política.
Cuando tuve el documento en mis manos, de inmediato
investigué sobre la supuesta declaración ministerial del extinto
comandante de la Policía Ministerial, Trinidad Zamora Rojo, misma
que el periódico estatal El Sur dio a conocer como real. Según el
rotativo, dicha declaración ministerial estaba integrada al
Preámbulo

expediente del caso y Zamora afirmó que Zeferino ordenó el


asesinato de Chavarría.
Pero… no la encontré. Hice una búsqueda exhaustiva, lo único
que encontré fue la declaración ministerial del exprocurador
Alberto López Rosas, en la que decía que había obtenido esa
información en una “entrevista”, de manera informal con Zamora.
De igual manera busqué en la línea delincuencia organizada
(narcotráfico) en la que el gobierno de Torreblanca vinculaba a
Chavarría con el cártel de los hermanos Beltrán Leyva, misma línea
que usó Milenio Diario para narrar un desencuentro entre El Rojo
(operador de los Beltrán en Chilpancingo) y Oswaldo, hijo de
Chavarría, pero nada. De esa línea encontré otras versiones que en
páginas más adelante se detallan.
Del documento, publiqué un amplio reportaje al respecto, en
cuatro partes: “Caso Chavarría. Un sexenio de impunidad”.
¿Qué ganaba con publicar lo establecido en ese documento
oficial y que se le entregaría a la viuda de Chavarría? Nada.
Antes, en septiembre de 2014, por interés periodístico di a
conocer parte de la entrevista que realicé a Torreblanca en sus
oficinas de Costa Azul, en Acapulco, en abril de 2014.
Una entrevista reveladora, como el propio subdirector editorial
del periódico El Sur, Tomás Tenorio Galindo, interpretó de dicha
conversación: “Y más aún (Zeferino), muestra su conciencia
culpable e incluso aporta involuntariamente datos que la
Procuraduría de Justicia debería investigar”.
Pero los que le lloran al difunto más que la propia viuda, acusan
a este autor de obedecer órdenes del exgobernador sólo por hacer
pública una entrevista que busqué por un par de años para la
realización de mi libro La alternancia sospechosa… en el estado del
miedo.
De la entrevista, producida por este autor, El Sur logró un
artículo denominado “Zeferino: la psicología de un criminal”,
firmado por Tenorio, en el que escribió:
Preámbulo

“Él no mandó a matar a Armando Chavarría, ‘fueron grupos que


no estaban de acuerdo con él y que tienen que ver con la
subversión’, dijo el exgobernador Zeferino Torreblanca Galindo
en una entrevista realizada en abril pasado, pero hecha pública
por disposición suya en un programa de radio de Chilpancingo
hace apenas quince días (ABC Noticias, 9 de septiembre de 2014).
El exgobernador respondió así a la información publicada en este
diario el 18 de agosto, en la que se reveló que un comandante de la
Policía Ministerial, Trinidad Zamora Rojo, señaló en 2011 a
Zeferino Torreblanca como responsable de ordenar la ejecución
del entonces presidente de la Comisión de Gobierno del Congreso
del estado”.10

La entrevista, difundida por este autor por un interés periodístico,


giraba en torno a la alternancia en el poder en Guerrero; las
preguntas sobre el asesinato de Armando Chavarría hacia Zeferino
Torreblanca, eran obligadas, pues el diputado fue asesinado en su
periodo como gobernador.
Pero todopoderoso El Sur interpretó a modo la entrevista.
En agosto de 2015, con base en la Tarjeta Informativa publiqué un
reportaje en cuatro partes cuyo contenido iniciaba: “La supuesta
declaración del extinto comandante de la Policía Ministerial,
Trinidad Zamora Rojo, en la que acusaba al exgobernador, Zeferino
Torreblanca Galindo, de haber ordenado el asesinato de Armando
Chavarría Barrera, no está en el expediente del caso, nunca
existió”.11
Un texto libre y al alcance de todo el público —como todos mis
textos—, pues lo envié vía correo electrónico a todos los medios de
comunicación para que quien quisiera lo hiciera público con tan
sólo dar crédito a este autor, sin cobrar un solo centavo.

10 “Zeferino: la psicología de un criminal”, El Sur (septiembre 22, 2014) en:


http://suracapulco.mx/9/tomas-tenorio-galindo-192/
11 “Exfiscal dejó ir al supuesto asesino de Armando Chavarría”, Interacción (edición del 20

al 26 de julio, 2015)
Preámbulo

Por ello, el lunes 10 de agosto de 2015, el subdirector de


relaciones institucionales —en funciones de reportero— de El Sur,
Hugo Pacheco León respondió al correo electrónico12 masivo que
envié:

“Muy evidente tu intención de liberar de toda culpa a Zeferino


Torreblanca. Seguro ese resumen te lo pasó alguien afín Zeferino.
Y hacer nota de un resumen es impreciso y falta de
profesionalismo.
”Solo se ve la pretensión de limpiar la imagen de Z. Que no lees tu
trabajo antes de publicarlos?” [sic]

No respondí al comentario.
Un año y seis días después —luego de que el subdirector de
relaciones institucionales y reportero a la vez, de esa compañía
periodística me acusara de “falta de precisión y profesionalismo”
por dar a conocer una información con base al resumen del
expediente— Zacarías Cervantes reportero experimentado de El
Sur firmó un texto basado supuestamente en la misma síntesis de la
averiguación previa.
El reportero a lo largo del texto nunca aclara que ese documento
esté en su poder o en dominio de su periódico: “En la síntesis de la
averiguación previa BRA/SC/02/ 1751/2009, de la que la
Procuraduría General de Justicia del Estado (ahora Fiscalía General
del Estado) retiró las actuaciones del exprocurador Alberto López
Rosas que implican al exgobernador Zeferino Torreblanca Galindo
en el asesinato del diputado local perredista Armando Chavarría
Barrera, se concluye que estas son ‘afirmaciones sin sustento’”.13
Luego, en agosto de 2016, tuve acceso a un documento oficial
dirigido al entonces procurador Iñaki Blanco Cabrera, con base a
ese documento construí un reportaje titulado Operación Tlapa, en el

12Anexo 2
13 “Dos presuntos asesinos de Chavarría se negaron a declarar ante la Fiscalía”, El Sur en:
http://suracapulco.mx/principal/dos-presuntos-asesinos-de-chavarria-se-negaron-a-
declarar-ante-la-fiscalia/
Preámbulo

que se expone como el gobierno de Torreblanca fabricó que la


guerrilla planeó el crimen de Armando en Tlapa de Comonfort;
pero la versión fue desechada por un juez y un tribunal federal. La
guerrilla no fue quien mató al político perredista14, se concluye en el
mismo.

* * *

El 12 de abril de 2011, Alberto López Rosas rindió protesta ante el


Pleno de la 60 Legislatura como titular de la entonces Procuraduría
General de Justicia del Estado. Alguien muy cercano a él llegó hasta
mi oficina en el Congreso, en corto platicábamos respecto a la
información que podría él acceder en esa posición de confianza con
el nuevo procurador.

— ¿Al expediente de Chavarría? —pregunté.


— ¡Ah! Eso ni querrás verlo, es peligro mortal tan sólo
saber su contenido.
— ¿Por qué? ¿Está muy cabrón? —contesté con dos
preguntas en mi coloquial léxico.
— Vienen nombres que no querrás saber.
La charla se extendió…
Pasaron los años, en el ánimo de oxigenar mi rutina laboral y
personal, busqué información para recrear un mapa del crimen en
Guerrero. Se me ocurría escribir una Radiografía del Crimen o La
Historia del Narco en Guerrero, me acerqué a la entonces PGJE a
solicitar información. Se me negó.
Tiempo después, tuve acceso a un dispositivo de
almacenamiento de datos, conocida comúnmente como memoria
USB.

14 “Operación Tlapa”, La Plaza Diario en: http://laplazadiario.com/politica/operacion-


tlapa-el-asesinato-de-armando-chavarria/
Preámbulo

La curiosidad me llevó a mi computadora e insertar el


dispositivo. Se abrió. En él, cientos de carpetas con miles de
documentos electrónicos: oficios y elementos de uso de oficina de la
entonces PGJE, con distintos nombres, nada que distinguiera
concretamente a los archivos o su contenido.
Abrí carpeta por carpeta, documento por documento, el dedo
índice de mi mano derecha se entumía mientras hacía la búsqueda
de algún documento que periodísticamente me fuera útil. Nada.
Por varios días me enfoqué al análisis de la USB. Luego de los
hechos ocurridos en Iguala de la Independencia y la desaparición
de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, el 26 y 27
de septiembre de 2014, rondó por mi cabeza la idea de poder
encontrar algún documento que me llevara a algo nuevo respecto al
caso, sólo un par de oficios del mismo. Nada periodísticamente
relevante.
Del crimen organizado, un informe que me nutrió respecto a
cómo se encuentra la radiografía criminal en el estado, pero nada
que me ayudara al trabajo que había maquinado meses antes.
Descansé mi mano derecha y dedo índice por algunos días. En
cierto momento, di clic en una carpeta que llevaba por nombre un
simple guion (-) en ella, un documento en PDF15 marcado con el
nombre CONFIDENCIAL. Lo abrí. Y con ello la caja de pandora…
El expediente CONFIDENCIAL engloba las cuatro líneas de
investigación en siete etapas y ocho tomos, fue dirigido al
exprocurador Iñaki Blanco Cabrera; de ese documento, fechado en
agosto de 2013, se le marcó copia al entonces gobernador Ángel
Aguirre Rivero “para su superior conocimiento”.
El documento, escrito en distinto tamaño y tipo de letra,
subrayado, en colores rojo y azul en su tipografía y textos
resaltados en amarillo de lo que los funcionarios de la PGJE
consideraban más relevante, y la Tarjeta Informativa, sobre el

15 El formato de documento portátil (PDF) se utiliza para presentar e intercambiar


documentos de forma fiable, independiente del software, el hardware o el sistema
operativo. Fuente: Adobe Acrobat DC.
Preámbulo

asesinato, que es, sigue siendo, un misterio, son los que a


continuación se desmenuzan en este libro.
CONFIDENCIAL exhibe las graves fallas en el sistema de justicia
guerrerense, la falta de profesionalismo al investigar, y revela
muchas otras cosas, por ejemplo, que Zeferino Torreblanca tuvo
conocimiento desde años atrás que la vida de Chavarría corría
peligro, pues a Tito, uno de sus escoltas, le ofrecieron dos millones
de pesos por “poner” a Armando cuando era secretario general de
Gobierno.
En CONFIDENCIAL se observa la intervención del Estado para
integrar de manera deficiente la averiguación previa, conforme a
intereses de Zeferino Torreblanca, y cómo se le dio uso político al
caso durante el gobierno de Ángel Aguirre Rivero. Les urgía
fabricar autores del homicidio a unos, y causar escándalo a otros.
Por ejemplo, se revela que el 24 de mayo de 2011, Alberto López
Rosas, procurador del estado durante el periodo de Aguirre Rivero,
mal integró la petición del expediente a la PGR por lo cual el 15 de
junio del mismo año la institución federal respondió de manera
negativa al requerimiento:

“Acuerdo de fecha 24 de mayo del 2011, mediante el cual el


Agente del Ministerio Público por conducto del Procurador
General de Justicia del Estado Alberto López Rosas, envió el oficio
número PGJE/SP/706/2011, al licenciado Eduardo Hidalgo
Cobos, agente del Ministerio Público de la Federación, adscrito a
la Dirección General de Control de Averiguaciones Previas,
mediante el cual requiere el expediente original de la averiguación
previa que nos ocupa”.

El 15 de junio del año 2011, la PGJE recibió la “constancia de


recepción y fe ministerial del oficio número
PGR/DGCAP/DF/4663/2011, suscrito con fecha 08 de junio de ese
mismo año, por la C. Licenciada Patricia Mateos Moreno, agente
del Ministerio Público de la Federación, adscrita a la Dirección
Preámbulo

General de Control de Averiguaciones Previas, mediante el cual da


contestación al requerimiento hecho por el procurador Alberto
López Rosas, para la entrega del original del expediente que nos
ocupa”.
Y rematan:

“Nota: las solicitudes no se hicieron en ningún momento con los


procedimientos que se encuentran establecidos en los convenios
de cooperación interinstitucionales entre la PGR y la Procuraduría
General de Justicia del Estado (se negó)” [sic].

Alberto manifestó en su momento que el expediente se había


perdido. El documento jamás se perdió, siempre estuvo en poder
de la PGR.
López Rosas se enfocó en dar seguimiento a la línea de
investigación política e incluso se puede leer que también estaba
interesado en la teoría de la guerrilla, porque el 18 de mayo de 2011
ordenó la búsqueda, localización e identificación del domicilio y
presentación del testigo Raúl Jiménez García16; además pidió
autentificar la credencial para votar de ese testigo y sus
antecedentes criminales.
También como el 11 de octubre de 2012, la entonces procuradora
de Aguirre, Martha Elba Garzón Bernal, marca como principal línea
de acción indagar sobre la guerrilla: en el último tomo del mismo
documento en la Séptima Etapa de la Investigación Tomo VIII, se lee
que elaboró su plan de trabajo para el caso Chavarría en ese
sentido, para “fortalecer y acreditar jurídicamente la veracidad del
testimonio del C. Raúl Jiménez García”17.

16 Testigo que supuestamente proporcionó información a la PGJE en la que señala al ERPI


como responsable del asesinato de Armando Chavarría.
17
El pasado lunes, 26 de junio, el actual fiscal estatal, Javier Olea Peláez, afirmó ante
diputados locales que sólo “una procuradora, que duró 12 meses—refiriéndose a Garzón
Bernal— inició con talento y responsabilidad las investigaciones. Antes y después no hay
nada”, sostuvo. Según Olea Peláez daría a conocer los nombres de los asesinos de
Chavarría. Es de suponer que la línea que siguió fue la misma de la guerrilla. Hasta el
cierre de esta edición el fiscal no había dado los nombres.
Preámbulo

Irregularidades, deficiencias, mal redactado y mal planificado.


Intereses de exprocuradores para, por una parte, culpar y por otra
exonerar a Zeferino Torreblanca. Por ejemplo, el alfil de Chavarría
y militante del PRD, David Jiménez Rumbo, amplió su declaración
ministerial en la época en que el perredista Alberto López Rosas era
procurador del estado, ya Zeferino había dejado el poder, y ahí sí
acusó directamente al exgobernador del asesinato de Chavarría,
mientras que en su primera declaración no lo hizo.
En contraparte la Fiscalía Estatal, entonces dirigida por Miguel
Ángel Godínez Muñoz exoneró al exgobernador Torreblanca en un
sólo párrafo como se lee en la Tarjeta Informativa, las negritas y el
subrayado forman parte de ese documento:

“Importante, los personajes políticos señalan como responsable


al C.P. Zeferino Torreblanca Galindo, del homicidio de
Armando Chavarría Barrera, sin embargo, son afirmaciones
singulares sin sustento probatorio” [sic].

O cómo las 19 diligencias practicadas por el personal de la PGJE a


cargo de López Rosas del 11 de mayo al 13 de diciembre de 2011 no
fueron de “relevancia o trascendencia en la investigación”, como
cita la comunicación oficial.
Luego de su renuncia por la muerte de los normalistas en
Chilpancingo, durante el desalojo de alumnos de Ayotzinapa,
Alberto López, quien se dice perseguido político de Zeferino
Torreblanca, se enfocó en atacar al exgobernador y filtró la versión,
que fue dada por real, de la supuesta declaración ministerial del
comandante Zamora Rojo en el que acusaba a Zeferino del
asesinato de Chavarría. La cual no está integrada en el expediente.
A partir de la lectura de CONFIDENCIAL se puede entender
cómo medios de comunicación se aliaron con el gobierno, no sólo
por las filtraciones de las falsas pesquisas emitidas a Milenio Diario,
sino por un artículo periodístico escrito por Raymundo Riva
Palacio con datos que vinculaban a la guerrilla en el asesinato de
Preámbulo

Chavarría que pudieron ser deslizados al periodista desde el


gobierno de Zeferino Torreblanca para que de manera coyuntural
se generara la credibilidad social, aplicando el viejo manual priísta
de propagación de mentiras.
El escrito denominado “El cáncer en Guerrero I”, fue publicado
cuatro días después del asesinato de Armando Chavarría. Este
artículo de opinión fue integrado por la PGJE a la averiguación
previa del caso. Sirvió como uno de los pocos elementos que dieron
pauta para que el gobierno de Torreblanca siguiera la pista a la
guerrilla.
O también genera dudas, ya que se visualiza cómo la ineficacia
de los investigadores de la PGJE los orilló a cometer plagio, ya que
en los reportes de la averiguación previa escribieron un capítulo
denominado “Análisis del posible móvil de este homicidio”18—
fechado en agosto de 2013—, que forma parte de los documentos
obtenidos por este autor. Dicho apunte es reproducción casi exacta
del artículo periodístico escrito por Riva Palacio.
Con supuesta información de inteligencia el “Análisis del
posible móvil de este homicidio”, concluye que el ERPI asesinó a
Armando Chavarría por considerarlo un traidor a los movimientos
guerrilleros, corrupto y cómplice de los caciques que han reprimido
a los movimientos y luchadores sociales.
Otra de las revelaciones es que, según el expediente, las
pesquisas del caso Chavarría llevaron a la PGJE a dar con los
asesinos de los los líderes nu' saavi Raúl Lucas Lucía y Manuel
Ponce Rosas, a quienes tanto defendió Armando en el Congreso.
Manipulación del expediente, construcción de historias hasta
risibles. Pese a ello, el gobierno de Torreblanca no pudo probar tres
de las cuatro teorías que convenían a su gobierno; la cuarta, la
política, no encajaba con el exgobernador. Y, al exterior, el uso
mediático tanto de personajes afines a Armando Chavarría o del
propio Zeferino Torreblanca.

18 Anexo 3
Preámbulo

El asesinato de Armando Chavarría Barrera generó cuatro


teorías basadas en suposiciones y declaraciones de políticos y
familiares y/o testigos de dudosa procedencia, y con tres de estas
hipótesis el gobierno de Zeferino Torreblanca Galindo intentó
eximirse del crimen.
En este documento, estimado lector, encontrará las cuatro
versiones del gobierno de Zeferino Torreblanca Galindo, en torno
al asesinato de Armando Chavarría Barrera.
Debo aclarar que este trabajo es totalmente independiente,
incluso, de cualquier medio de comunicación.

Final del fragmento del eBook

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