Tres Etapas en El Despertar Del Alma Humana - Rudolf Steiner
Tres Etapas en El Despertar Del Alma Humana - Rudolf Steiner
Tres Etapas en El Despertar Del Alma Humana - Rudolf Steiner
Hablar
Pensar
TRES ETAPAS EN EL
DESPERTAR DEL ALMA
HUMANA
RUDOLF STEINER
Camino 1
Tres etapas en el despertar del alma humana.
Praga, 28 de abril, 1923
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los movimientos que tienen lugar en este sistema repercuten en aquel otro
sistema que constituye la base del habla humana.
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primer desarrollo, pero que más tarde se manifiesta como la fuerza de
pensar y representar. Tenemos esta fuerza para poder establecer el
verdadero contacto con los demás hombres. Imagínense lo que seríamos, si
no fuéramos seres dotados de la facultad de pensar, lo que seríamos como
hombres entre hombres. Todo lo que somos como hombres entre hombres
lo somos por ser individualidades dotadas de la facultad de pensar. Aquí
en la Tierra nos entendemos gracias a nuestra facultad de pensar que
manifestamos mediante el habla. Esta manera de entendernos mediante el
pensar nos viene de nuestra relación pre-terrenal mantenida con los
ángeles. Esta relación, sin embargo, que allí tenemos con los ángeles,
también podemos tenerla con los otros hombres que se encuentran en la
existencia preterrenal. Con ellos hablamos un auténtico lenguaje de
pensamientos. La relación que tenemos con la jerarquía de los ángeles, sin
embargo, es superior a esta última, porque no sólo le da satisfacción al
alma, sino también fuerza y que vuelve a encontrarse en el pensar que el
niño adquiere en la tercera etapa de su vida terrenal.
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Volvamos ahora a lo primero que aprende el niño: el andar, el
aprendizaje del equilibrio. Con este fenómeno están relacionadas más coas
de las que normalmente creemos. Está relacionado con é un determinado
proceso físico que va desarrollando el yo y que convierte al hombre de un
ser que se arrastra en un ser que anda. El yo es el que yergue al hombre,
el cuerpo astral es el que actúa en el hablar del ser erguido, el cuerpo
etérico es el que penetra todo con la fuerza del pensar. Y todos ellos actúan
en el cuerpo físico. En el animal que tiene la columna vertebral en posición
paralela a la superficie terrestre, toda la actividad, los movimientos, las
acciones, es decir todo lo que proviene de la astralidad, es algo
radicalmente distinto de lo que existe en el hombre, que obra como un ser
volitivo, caracterizado por su naturaleza erguida y vertical. Los procesos
que, de una determinada manera, tienen lugar en el yo y en los cuerpos
astral y etérico del hombre suponen para el cuerpo físico una especie de
proceso de combustión. Aquí tenemos el punto en el que la física, cuando
quiera perfeccionarse, podrá encontrar el enlace con la antroposofía.
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Y ahora podemos contestar a la pregunta de cómo sucede que el
hombre, que tenía la conciencia luminosa antes de nacer, luego trae la
conciencia opaca. Pues, en ella se sumerge todo lo que podemos resumir
bajo el concepto de las fuerzas del andar, del hablar y del pensar, aquella
fuerzas que nos fueron dadas por las jerarquías superiores, con objeto de
transformarlas. Vemos, por lo tanto, cómo todo esto nos convierte en seres
humanos, cómo hace que seamos hombre y cómo nos pone en relación con
los mundos superiores divino-espirituales. De cierta manera, entramos
siempre de nuevo en estos mundos espirituales durante la vida terrenal,
de ahí que tenemos que decir: para el verdadero ser del hombre, el estado
dormido del que surgen los sueños, tiene al menos la misma importancia
que el estado de vigilia. Pues, al pasar el hombre del estado de vigilia al
sueño, es cuando callan estas tres facultades de la que el hombre se ha
apoderado de la manera que acabamos de explicar. Se callan el pensar, el
hablar y el actuar. Entonces vemos, al callarse el pensar mientras nos
quedamos dormidos, que el hombre, en la medida en que los pensamientos
abandonan su conciencia, se va acercando a los ángeles y que, al pararse
la facultad del habla, se va acercando a los arcángeles. Y en la medida en
que el hombre se entrega al descanso completo, paralizándose toda acción,
se va a cercando a las fuerzas arcaicas.
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Tantas fuerzas tenemos para acercarnos a los ángeles durante el sueño,
cuanto tenemos de idealismo en nuestro pensar. Y tanta impotencia
tenemos para dar los pasos que serían necesarios para el acercamiento de
los ángeles, cuanto existe de materialismo en nuestro pensar. En este
sentido hay que advertir que aquellas personas sucumben, durante el
sueño a seres elementales ahrimánicos a los que su pensar se tiene que
dirigir, ya que no encuentran las fuerzas necesarias para acercarse a los
ángeles por medio del idealismo que deberían desarrollar durante la vigilia.
Qué bonito es, cuando el niño aprende a pensar con una inmediatez que la
mayoría de los hombres ni se imaginan. El pensar del niño,
inmediatamente después de haberlos aprendido, está lleno de
espiritualidad. Es maravilloso ver cómo los niños, hasta el momento en
que quedan corroídos por el materialismo, se acercan a sus ángeles
realmente volando, al quedarse dormidos, cómo se unen con los ángeles
mientras duermen. Así que podemos decir: durante el sueño visitamos
aquellos mundo de lo que procedemos, pero sólo mediante el idealismo,
mediante la espiritualización de los pensamientos, para aprender aquí a
pensar como hombres.
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realizado las acciones en esta conciencia, nos viene en el sueño aquella
fuerza que nos lleva, de manera correcta, cerca de los arcai. En cambio, al
no estar en condiciones de realizar las obras con amor a los demás, al
concebirnos sólo como seres físicos, se dispersan las fuerzas
correspondientes en el mundo de los seres elementales ahrimánicos,
enajenándonos de la misma naturaleza humana.
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paralítico de cuerpo y paralítico de impulsos morales. Está en manos de la
humanidad terrena de aniquilarse toda por el materialismo de la
civilización y la cultura o de elevarse por espiritualización a un altura
superior y que en mi “Ciencia Oculta” he denominado la existencia
jupiteriana de la Tierra.
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misericordia en el corazón; todo lo cual hace que el niño tenga el paso
firme en esta vida; pero vemos, asimismo, que un modo de andar inseguro
y bailoteante es consecuencia de una conducta brutal y falta de compasión
en la vida anterior. Cada paso que da el niño, esa lucha suya por aprender
a andar de una manera u otra, se nos presenta como consecuencia de una
encarnación anterior. Aprendemos a reconocer lo físico como imagen de lo
que vive en el niño como impulso moral, fruto de una encarnación
anterior. Lo más grandioso que podemos observar es el aprendizaje del
andar. La caga principal del destino se manifiesta en este aprendizaje del
andar. La libertad del hombre, ya lo dije ayer, no se ve más afectada por el
hecho de que el hombre nazca con su destino, que por el hecho de tener
los cabellos rubios o negros.
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arcai. La facultad del habla la recibe el hombre de los arcángeles, pero ello
se orientan en la segunda de las jerarquías. De los ángeles recibe el
hombre la facultad de pensar, pero se la dan bajo la influencia de las
jerarquías más elevadas.
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Esta conferencia forma parte de un ciclo de seis conferencias de Rudolf Steiner pronunció
en Praga en el mes de abril de 1923 bajo el título:
“El Alma Humana y su Relación con las Individualidades
Divino-Espirituales”
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