T6 - Caracterización y Clasificación de Macizos Rocosos

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 15

Ingeniería Geológica y Prospección Geofísica

Tema 6.
Caracterización y clasificación de
macizos rocosos
Parámetros más significativos. Orientación de discontinuidades. Espaciado. Dimensiones. Rugosidad. Apertura
y relleno. Circulación de agua. Resistencia a compresión de la matriz y de las discontinuidades. Observaciones
adicionales. Clasificaciones geomecánicas. Qué son las clasificaciones y cuáles son sus objetivos. RQD. RMR y
derivaciones (SRC, SMR). Sistema Q. RMi

Utilidad de la caracterización y clasificación de macizos


La descripción y medida de las características y propiedades de la matriz rocosa y de las discontinuidades,
y de los parámetros del macizo rocoso, proporcionan los datos necesarios para la evaluación geomecánica global
del macizo. Este proceso resulta necesario en todo estudio cuyo objetivo sea el conocimiento de las propiedades y
características geotécnicas de un macizo. Se realiza durante las primeras etapas de las investigaciones in situ.

Un macizo rocoso puede ser algo muy complejo, por lo que para analizar su integración con la obra que
en él se ubica hay que recurrir a simplificaciones que se plasman en las “clasificaciones”. La mayor parte de las
clasificaciones se desarrollaron en el contexto de la excavación de túneles, aunque posteriormente su aplicación
ha ido extendiéndose a otro tipo de obras. En etapas tempranas de un proyecto, cuando todavía se conoce poco
del macizo, de su estado tensional y de su comportamiento hidrogeológico, el empleo de una clasificación puede
suponer un beneficio considerable. En primer lugar, puede usarse un sistema de clasificación a modo de “check-
list” para asegurarnos de que toda la información relevante se ha recogido. En segundo lugar, se pueden usar uno o
más sistemas de clasificación para construir una primera aproximación a la composición y características del ma-
cizo y proveer estimaciones iniciales de los requerimientos de sostenimiento y de la resistencia y propiedades
deformacionales del mismo. Con el tiempo, las clasificaciones han ido volviéndose cada vez más complejas de
elaborar y más ajustadas al comportamiento real del macizo. Es siempre recomendable simultanear la aplicación
de más de un sistema de clasificación.

Por lo general, las clasificaciones dividen el macizo en zonas diversas, cada una de las cuales se identifica
con un índice de calidad que define un tipo de actuaciones con respecto a la obra a realizar. Podemos señalar los
siguientes objetivos:

- VI.1 -
Ingeniería Geológica y Prospección Geofísica

• Identificar los parámetros más significativos que influyen en el comportamiento del macizo, objeto de la
caracterización del mismo

• Dividir un macizo en un número de zonas de calidades-comportamientos diferentes

• Relacionar las experiencias obtenidas en un emplazamiento con las condiciones encontradas en otros
lugares

• Deducir datos cuantitativos y pautas para un proyecto de ingeniería

Caracterización de macizos rocosos. Parámetros más significativos


El comportamiento mecánico de los macizos rocosos depende de tres parámetros fundamentales: caracte-
rísticas intrínsecas de la roca sana, red de discontinuidades y condiciones de presión intersticial. La primera y ter-
cera son importantes tanto en la mecánica de rocas como en la mecánica de suelos; la segunda, por el contrario,
es el factor específico (y, en ocasiones, decisivo) que determina la respuesta de un macizo rocoso. Por tanto, la
caracterización y clasificación geomecánica de éste, aunque deba tener en cuenta asimismo las características de
la propia roca, se basa fundamentalmente en el análisis de las discontinuidades (orientaciones, dimensiones, ca-
racteres de la superficie, relaciones geométricas), que determinarán el comportamiento mecánico e hidrológico y
que influirán, por ejemplo, en la planificación de la excavación en canteras y localizaciones de obras civiles. Re-
sulta por tanto esencial describir apropiadamente la estructura del macizo y la naturaleza de las discontinuidades
presentes, además de la descripción litológica de los materiales. Se aconseja tomar nota de orientación, espaciado,
apertura, rugosidad (de los planos de discontinuidad), continuidad, resistencia de las paredes de la discontinui-
dad, rellenos, posible circulación de fluidos y alteraciones. Hay que tener en cuenta que el término discontinui-
dad en este contexto a menudo se usa en un sentido mucho más laxo del que estamos acostumbrados y engloba
diaclasas, fallas, juntas de estratificación, foliaciones, esquistosidades y todo tipo de roturas de las rocas.

La sistemática para la descripción de los afloramientos se puede resumir en las siguientes etapas:

• Descripción general del afloramiento.


• Identificación: localización, accesos, extensión, natural vs artificial
• Fotografías y esquemas
• Descripción geológica general: formación, edad, litologías, rasgos estructurales generales, presencia
de agua...
• División en zonas, identificación de puntos singulares y descripción
• Matriz rocosa
• Discontinuidades
Una vez el macizo ha sido caracterizado, el siguiente paso será su clasificación geomecánica.

Descripción de la matriz rocosa


Los aspectos que se deben describir en campo en lo que se refiere a la matriz rocosa son:

• Identificación: tipo litológico, mineralogía, tamaño y forma de los granos, color, dureza
• Grado de meteorización o alteración
• Resistencia a compresión simple (estimación de campo)

El grado de meteorización de la roca es una observación importante. Se suele realizar de forma sistemáti-
ca de acuerdo con la siguiente tabla:

- VI.2 -
Ingeniería Geológica y Prospección Geofísica

término descripción
fresca No se observan signos de meteorización.
decolorada Se observan cambios de color original de la matriz rocosa. Conviene indicar al grado de
variación o si están restringida a minerales concretos.
desintegrada La roca se ha alterado al estado de un suelo, manteniendo la fábrica original. La roca es
friable, pero los granos minerales no están descompuestos.
descompuesta La roca se ha alterado al estado de un suelo, alguno o todos los minerales están descom-
puestos.

La resistencia de la matriz rocosa puede ser estimada mediante índices de campo o a partir de correlacio-
nes con datos proporcionados por sencillos tests de campo, como el ensayo de carga puntual o el martillo de
Schmidt.

Los índices de campo permiten una estimación del rango de resistencia de la roca o del suelo:

Clase Descripción Identificación en el campo !MPa


S1 muy blanda el puño penetra fácilmente varios cm <0,025

S2 débil el dedo penetra fácilmente varios cm 0,025-0,05


S3 firme se necesita apretar para hincar el dedo 0,05-0,1
S4 rígida se debe apretar con fuerza para hincar el dedo 0,1-0,25
S5 muy rígida se marca con la uña 0,25-0,5
S6 dura se marca con dificultad con la uña >0,5
Tabla de índices de campo para suelos del ISRM (1981).

La tabla correspondiente para rocas:

Clase Descripción Identificación en el campo !MPa


R0 extremadamente blanda se puede marcar con la uña 0,25-1,0
R1 muy blanda se desmenuza con el martillo, se talla con navaja 1-5
R2 blanda se marca con el martillo, cuesta tallar con navaja 5-25
R3 moderadamente dura no puede tallarse con navaja, se rompe con martillo 25-50
R4 dura se requiere más de un golpe para romperla 50-100
R5 muy dura se requieren muchos golpes 100-250
R6 extremadamente dura al golpear sólo saltan esquirlas >250
Tabla de índices de campo para rocas del ISRM (1981).

- VI.3 -
Ingeniería Geológica y Prospección Geofísica

Figura 1. Martillo de Schmidt.

El martillo de Schmidt o esclerómetro consiste en un pe-


queño aparato metálico de geometría cilíndrica que dispone
de un muelle en su interior y de una punta retráctil que al
ser presionada contra la roca hace que se dispare el muelle
(fig. 1). Para la realización del ensayo se debe limpiar la zo-
na a ensayar, que debe estar libre de fisuras, y eliminar la
pátina de roca meteorizada. A continuación se aplica el
martillo perpendicularmente a la superficie de roca, presio-
nando hasta que salta el muelle, que en función de la mayor Figura 2. Ábaco del martillo de Schmidt.
o menor resistencia de la roca sufre mayor o menor rebote,
cuyo valor se registra en una escala al costado del aparato. Deben
realizarse en cada punto 10 medidas, descartando las cinco más bajas y promediando las otras cinco. El valor
promediado se correlaciona mediante un ábaco (fig. 2) con la resistencia a la compresión simple en función de la
densidad de la roca y de la inclinación del plano ensayado. Como hemos visto en otros temas, este ensayo se pue-
de aplicar tanto a roca fresca como a discontinuidades.

El ensayo de carga puntual, o PLT (point load test), o ensayo Franklin se utiliza para determinar la resisten-
cia a compresión simple de fragmentos de roca irregulares o de testigos de sondeo. El equipo de ensayo es una
máquina portátil que consiste en un aparato de carga y un sistema adicional que permite medir la carga y la dis-
tancia entre las puntas. A partir de la carga de falla y las dimensiones de la muestra, se calcula un índice de resis-
tencia de carga puntual. Se obtiene un índice, Is, a partir de la carga de rotura: Is=P/D2 siendo P la carga y D el
diámetro de la probeta. La correlación con la resistencia de la roca es: !c=f·Is donde f depende de las dimensiones
de la muestra.

Descripción de discontinuidades
El estudio de discontinuidades en relación con la caracterización geomecánica de un macizo rocoso pue-
de hacerse desde dos puntos de vista:

(1) Caracterización general de la "calidad" del macizo en su conjunto, definiendo unos parámetros medios
que permiten su clasificación de acuerdo con determinados criterios de referencia.

(2) Caracterización geomecánica de discontinuidades concretas, con orientación y situación específicas


que tienen incidencia para una obra determinada. Estas, una vez estudiadas en detalle, serán objeto de cálculos de
estabilidad particulares en relación con taludes o excavaciones. El diseño de la geometría de la obra debe hacerse

- VI.4 -
Ingeniería Geológica y Prospección Geofísica

de forma que minimice el riesgo de movimientos al interferir con la propia geometría de la red de discontinuida-
des.

Los parámetros más habituales de observación y/o medida son:

• Orientación, definición de familias

• Espaciado característico de las mismas

• Continuidad o persistencia

• Rugosidad/ondulación de las superficies

• Resistencia de las paredes a la compresión simple

• Abertura de las discontinuidades

• Rellenos y alteraciones

• Filtraciones y evidencias de circulación de agua

Orientación
En el campo se mide la dirección y buzamiento de cada discontinuidad, eligiendo una porción representa-
tiva de la superficie. Para definir bien las distintas familias conviene tomar en el campo un número de medidas
elevado. Dependiendo del número de familias presente en el sistema el número de medidas puede estar entre 50 y
150 planos. Los polos de planos medidos en el campo se representan en proyección estereográfica a fin de encon-
trar agrupaciones que permitan definir las familias.

La orientación relativa de los planos y sus líneas de intersección determina la forma de los bloques y cuñas
en que queda compartimentado el macizo rocoso. Su orientación con respecto a una obra concreta (p.e. un talud),
junto con las características de resistencia friccional (básicamente el ángulo de fricción), permiten evaluar, en una
primera aproximación, la estabilidad de dichos bloques respecto a la rotura plana, el deslizamiento de cuñas dié-
dricas o el vuelco.

Espaciado
El espaciado entre discontinuidades determina el tamaño medio de los bloques del macizo y tiene asi-
mismo gran influencia en su permeabilidad. La relación
de espaciados entre las distintas familias determina la
descripción espaciado forma del bloque. A partir de la orientación de la estrati-
extremadamente junto <20mm ficación y de las diferentes familias de diaclasas, y te-
niendo en cuenta los espaciados de todas ellas, puede
muy junto 20-60mm definirse el bloque unitario real en cada caso concreto.
junto 60-200mm Para ello se utiliza una representación en perspectiva
donde cada arista se obtiene directamente de la intersec-
moderadamente junto 200-600mm
ción de dos planos en proyección estereográfica, asig-
separado 600-2000mm nándole una longitud en función del espaciado de la ter-
muy separado 2000-6000mm cera familia. La definición del bloque unitario tiene im-
portancia para caracterizar la forma y tamaño que ten-
extremadamente separado >6000mm drán los bloques de roca susceptibles de desprendimien-
descripción del espaciado según el ISRM, 1981 to (en taludes, túneles...) o para su extracción en cante-
ras.

- VI.5 -
Ingeniería Geológica y Prospección Geofísica

continuidad longitud Dimensiones


muy baja < 1m El tamaño de las discontinuidades es muy variable. La
continuidad mayor corresponde a las superficies de estra-
baja 1-3m
tificación. En general, las dimensiones de una disconti-
media 3-10m nuidad sólo pueden evaluarse de un modo parcial, en
alta 10-20m afloramientos bidimensionales en los que sólo se observa
bien la continuidad en altura o en la horizontal. Además,
muy alta >20m el tamaño de los afloramientos es muchas veces insufi-
descripción de la continuidad según ISRM, 1981 ciente para controlar las dimensiones totales de las dis-
continuidades mayores, con lo cual su imagen geométri-
ca raramente es completa. Debe indicarse cómo se ter-
minan unas discontinuidades contra otras (diaclasas terminándose contra planos de estratificación, o entre sí). Las
discontinuidades singulares (fallas, diques) suelen ser de muy alta continuidad y representan planos mayores de
debilidad del macizo, deben caracterizarse y describirse con especial atención.

Rugosidad
La rugosidad (conjunto de irregularidades de una superficie de discontinuidad) aumenta la resistencia a la
fricción de la fractura como vimos en el tema anterior. Su importancia en
la respuesta geomecánica es, pues, evidente. Dependiendo de su escala
y su comportamiento cabe distinguir dos órdenes distintos. Figura 3. Discos-clinómetros.

(a) Ondulaciones. Son irregularidades de una escala


mayor (en general mayor de 10-1 m) que, ante un even-
tual desplazamiento en cizalla de la superficie, no se
modifican sustancialmente, y lo que hacen es obligar
a la superficie a sufrir una cierta "dilatación" a la vez
que se produce deslizamiento.

(b) Asperezas. Son de menor escala; durante


el deslizamiento van siendo destruidas y la superficie va quedando progresivamente más pulida.

El grado de ondulación se define mediante técnicas geométricas ya sea mediante mediciones sistemáticas
de buzamientos o bien mediante el uso del disco-clinómetro. En este método se emplean unos discos de diámetro
variado (5, 10. 20, 40 cm) que se apoyan sobre la discontinuidad para a continuación medir la orientación de los
mismos. También se pueden hacer apreciaciones visuales por comparación con los perfiles estándar del ISRM
(1981), en el caso de ondulaciones (son para escala 1-10m).

El grado de aspereza, debido al carácter intrínsecamente menor de su escala, es más difícil de tratar cuan-
titativamente. Las mediciones sistemáticas de ángulos se sustituyen por apreciaciones visuales a partir de unos pa-
trones de referencia, por ejemplo los perfiles estándar de rugosidad para estimar el JRC (Barton y Choubey, 1977,
escala 10cm).

En cualquier caso, las medidas deben ser realizadas sobre perfiles representativos, y se recomienda hacer
gran número de medidas. Si se conoce la dirección de deslizamiento probable, se medirá la rugosidad en esa di-
rección. Si se desconoce, las medidas deben efectuarse en variedad de orientaciones.

Apertura
Se entiende por apertura la distancia perpendicular que separa las paredes de una discontinuidad, siempre
y cuando el espacio intermedio esté ocupado por aire o agua (de lo contrario, hablaremos de "relleno"). Son un
determinante de la permeabilidad del macizo y de su estabilidad global. Puede ser muy variable en diferentes zo-
nas del macizo, normalmente en superficie es mayor y se reduce con la profundidad. También puede variar nota-

- VI.6 -
Ingeniería Geológica y Prospección Geofísica

blemente al considerar diferentes familias. Su medida se realiza directamente con una regla o un calibre, distin-
guiendo familias al efectuar las medidas.

Abertura Descripción
<0,1mm muy cerrada
0,1-0,25mm cerrada
0,25-0,5mm parcialmente abierta
0,5-2,5mm abierta
2,5-10mm moderadamente ancha
>10mm ancha
1-10cm muy ancha
10-100cm extremadamente ancha
>1m cavernosa
Descripción de la abertura según el ISRM (1981)

Figura 4. Fracturas abiertas (Calatorao).

Relleno
Muchas discontinuidades presentan rellenos, bien adquiridos durante su formación (venas o juntas de ex-
tensión) o bien posteriormente (p.e. rellenos kársticos). Los parámetros que determinan la importancia geomecáni-
ca de dicho relleno, y a los que hay que prestar atención, por tanto, en el estudio de campo y laboratorio son: es-
pesor, composición mineralógica, granulometría (en especial, la proporción de fracción arcillosa), grado de so-
breconsolidación (para las arcillas), grado de meteorización, contenido en agua y permeabilidad, resistencia a la
compresión, indicios de movimientos de cizalla previos (han podido romper la cohesión y dejar únicamente la
resistencia residual). La incidencia geomecánica de la rugosidad y del relleno de una discontinuidad, respectiva-
mente, presentan una relación inversa. Una rugosidad alta tiene gran incidencia si en relleno no existe o es muy
poco espeso, pero puede no ser relevante si el relleno es muy potente y/o muy poco resistente. La resistencia se
estima mediante los índices de campo (S1 a S6, normalmente) o mediante esclerómetro. Debe indicarse el grado de
humedad y estimar la permeabilidad. Su presencia gobierna el comportamiento de la discontinuidad

Serán los parámetros de corte del relleno los que determinen el posible deslizamiento a favor de la discon-
tinuidad, no los de la misma. Si son materiales blandos, sus propiedades pueden variar bastante dependiendo del
contenido en agua o si se produce algún movimiento.

Circulación de agua
La mayor parte de la circulación de agua en los macizos se produce a favor de discontinuidades (permea-
bilidad secundaria). Todas las discontinuidades son, en principio, vehículos preferentes para la circulación de
agua. Tanto desde el punto de vista de la permeabilidad del macizo como de cara a su resistencia mecánica éste es
un factor fundamental que debe tenerse en cuenta. La conductividad dependerá de la apertura y presencia y tipo
de relleno. En cualquier caso, los signos de circulación o no de agua en cada superficie deben ser evaluados sobre
el terreno.

- VI.7 -
Ingeniería Geológica y Prospección Geofísica

Cla- Discontinuidades sin relleno Discontinuidades con relleno


se
I Cerrada, seca, no parece posible la circulación Relleno consolidado y seco, no parece posible la cir-
culación
II Seca, no aparecen evidencias de circulación Relleno húmedo, pero sin agua libre

III Seca, hay evidencias de circulación Relleno mojado con goteo ocasional

IV Húmeda, sin agua libre Relleno con muestras de lavado, flujo continuo (esti-
mar caudal)
V Junta con rezume, ocasionalmente goteo, sin Relleno localmente lavado, flujo considerable según
flujo continuo canales preferentes (estimar caudal)
VI Junta con flujo continuo (estimar caudal) Relleno completamente lavado, presiones de agua ele-
vadas
Clasificación y descripción de las filtraciones en discontinuidades, según ISRM (1981)

Resistencia a la compresión de las discontinuidades


Influye en su resistencia al corte y en su deformabilidad. Depende del tipo de matriz rocosa, del grado de
alteración y de la existencia o no de relleno. En discontinuidades limpias y sanas la resistencia sería la de la roca
sana. Suele determinarse mediante el martillo de Schmidt o esclerómetro (en páginas anteriores tenemos descrito
su uso) asegurándonos de tomar la medidas sobre paredes representativas del estado de alteración de las disconti-
nuidades.

Clasificaciones geomecánicas
Su objetivo es estimar la calidad y los parámetros resistentes aproximados del macizo. De este modo se
puede evaluar la estabilidad de un talud, o estimar los sostenimientos necesarios para un túnel. Las primeras clasi-
ficaciones datan de los años cuarenta, aunque fue a partir de los 70-80 cuando tuvieron mayor desarrollo.

nombre autor año aplicación habitual


Terzaghi 1946 túneles con soportes metálicos
Lauffer 1958 túneles
RQD Deere et al 1967 túneles
RSR Wickham et al 1972 túneles
RMR Bieniawski 1973 general
Q Barton et al 1974 túneles, galerías, (taludes)
Franklin 1975 túneles
Descripción Geotécnica General ISRM 1981 general
RMi Palmström 1995 túneles, taludes
GSI Hoek et al 1998 general

De todas ellas, sólo vamos a tratar las más habituales y/o importantes.

- VI.8 -
Ingeniería Geológica y Prospección Geofísica

RQD (Rock Quality Design, Deere et al., 1967)


Se basa en el porcentaje de los trozos de testigo de sondeo recuperado de 10 cm o más respecto a la lon-
gitud total del taladro realizado. Las fracturas del testigo producidas por el arranque del mismo al finalizar la ma-
niobra, o posteriormente en su manipulación no se contabilizan, evidentemente. No deben considerarse los tramos
alterados. En rocas ígneas puede ser más o menos claro, pero en rocas sedimentarias tableadas o rocas con folia-
ción puede no serlo tanto: En principio, cuando hay duda de si una rotura es natural o artificial, se debe considerar
que es natural, pues de este modo nos ponemos del
lado de la seguridad. El testigo más adecuado para
la aplicación del RQD es el de 48 a 58 mm de diá-
metro. En función del RQD el macizo se divide se-
gún la tabla adjunta:

Figura 5. RQD.

RQD Calidad de la roca


0-25% muy mala

25-50% mala

50-75% mediana

75-90% buena

90-100% excelente

Cuando en lugar de sondeo tenemos un afloramiento


en el que podemos medir las trazas de las fracturas, se puede estimar el RQD a partir del número de discontinui-
dades por unidad de volumen: RQD=115-3,3·Jv, donde Jv es la suma del número de diaclasas por unidad de lon-
gitud para todos las familias de diaclasas presentes.

Se debe tener en cuenta, que el RQD es un parámetro direccional y que su valor puede variar de forma
significativa según la orientación relativa del sondeo y de la estructura del macizo. A partir del RQD se han esta-
blecido unas recomendaciones para el dimensionamiento de sostenimiento en excavaciones subterráneas. Algunos
especialistas critican que el RQD depende en exceso de factores ajenos a la calidad de la roca, como pueden ser
la pericia del sondista o el equipo de perforación.

Índice RMR (Geomechanics Classification ó Rock Mass Rating, Bieniawski,


1973-1989)
El autor se basó principalmente en trabajos de excavaciones subterráneas, minas de carbón y túneles. Con
el tiempo -y la experiencia con él adquirida- el sistema se ha ido refinando, empleándose actualmente más a me-
nudo la versión de 1989.

El índice se determina a partir de seis parámetros a los que se asigna un valor dentro de un rango prede-
terminado, el índice RMR es la suma de los puntos obtenidos en cada categoría (en los apéndices de este tema
tenemos una tabla detallando el sistema):

- VI.9 -
Ingeniería Geológica y Prospección Geofísica

• Resistencia uniaxial de la roca intacta: 0-15 puntos


• RQD: 3-20 puntos
• Espaciado de las discontinuidades: 5-20 puntos
• Condiciones de las mismas (longitud, abertura, rugosidad, rellenos, alteración): 0-30 puntos
• Condiciones hidrogeológicas: 0-15 puntos
• Orientación de las discontinuidades: -60-0

parámetro puntuación ejemplo puntuación


resistencia (MPa) 0-15 75Mpa 6

RQD 3-20 76% 17

espaciado 5-20 25cm 8

estado juntas 0-30 Longitud>20m / Abertura:<0,1mm / 17


suave / sin relleno / inalterada
agua freática 0-15 húmedo 7

orientación -60-0 favorables respecto al talud -5

total 0-100 total ejemplo 50

La incidencia de estos parámetros se concreta en un valor de RMR, valor que oscila entre 0 y 100. El valor
calculado se emplea para determinar de cuál de los cinco tipos predeterminados de macizo se trata en nuestro
caso (entre “roca muy buena” y “roca muy mala”) tras subdividir el macizo en zonas cuyos límites a menudo son
aspectos estructurales mayores como cambios de litología o fallas.

Clase Calidad RMR Cohesión !


muy buena 100-81 >4kg/cm2 >45º

buena 80-61 3-4kg/cm2 35-45º

media 60-41 2-3kg/cm2 25-35º

mala 40-21 1-2kg/cm2 15-25º

muy mala <20 <1kg/cm2 <15º

Para aplicar la clasificación RMR se divide el macizo en zonas o tramos que presenten características geo-
lógicas más o menos uniformes de acuerdo con las observaciones hechas en el campo, en las que se lleva a cabo
la toma de datos y medidas referentes a las propiedades y características de la roca y de las discontinuidades. Para
la toma sistemática de datos se emplean estadillos como el que aparece en los apéndices de este tema.

Una vez obtenidas las puntuaciones que resultan de aplicar los cinco parámetros de clasificación se efec-
túa la corrección por orientación de discontinuidades y se obtiene un valor numérico con el que se clasifica final-
mente el macizo.

- VI.10 -
Ingeniería Geológica y Prospección Geofísica

El valor de RMR también se ha empleado en la estimación de propiedades del macizo, por ejemplo, el
módulo de deformación del macizo, los parámetros de corte equivalentes, o los factores m y s del criterio de rotura
de Hoek y Brown, o con el propio valor de GSI (que vimos en el tema anterior). En cualquier caso se trata de co-
rrelaciones puramente empíricas que deben tratarse con la mayor de las cautelas.

Otras clasificaciones basadas en el RMR


Durante mucho tiempo el RMR ha sido la clasificación más empleada, y quizá ello ha propiciado que se
adaptase a situaciones y exigencias concretas. Así, se ha adaptado a la clasificación para túneles con el uso de
datos de superficie, aplicando varios factores de corrección para la extrapolación de esos datos a la cota de la obra
subterránea: SRC (Surface Rock Classification, González de Vallejo, 1985-88). Además de los datos de afloramien-
to, tiene en cuenta el estado tensional de macizo y las condiciones constructivas del túnel. El estado tensional vie-
ne definido a su vez por varios factores:

• Factor de competencia, Fc, donde !ci es la resistencia de la matriz rocosa y !v es el esfuerzo máximo
vertical
!
Fc = ci
• Accidentes tectónicos presentes !v

• Factor de relajación tensional: cociente entre la edad en miles de años del último plegamiento principal
que ha afectado a la región y el máximo espesor de recubrimiento a lo largo de su historia geológica en metros.
En palabras de su autor, este factor se estima a partir de datos geológicos regionales, por ejemplo, el MAGNA.

Romana (1985-92) también ha efectuado una adaptación del RMR, en este caso destinada a taludes, obte-
niendo un índice SMR (Slope Mass Rating) que resulta de restar al índice RMR un factor de ajuste y sumarle un
factor de excavación:

( )
SMR = RMR ! F1 " F2 " F3 + F4

donde F1 depende del paralelismo entre el rumbo de las fracturas y el plano del talud, F2 depende de su
buzamiento y F3 refleja la relación entre los buzamientos del plano del talud y las fracturas. El factor F4 tiene un
valor distinto según se trate de un talud natural o de uno excavado, y en este último caso, depende también del
método de excavación.

Ventajas del RMR: se basa en parámetros fáciles de obtener (para un geólogo, dada nuestra familiaridad
con los mecanismos involucrados en la toma de datos y la propia naturaleza de las observaciones) y cuenta con
amplia experiencia en su aplicación.

Desventajas: es excesivamente conservador, a menudo termina por recomendar sostenimientos sobredi-


mensionados.

Sistema Q (Barton et al., 1974)


Se desarrolló tras el estudio detallado de 212 túneles en Escandinavia. Se actualizó en 1993 y 2002. Per-
mite estimar parámetros geotécnicos del macizo y diseñar sostenimientos para túneles y cavernas subterráneas (si-
guiendo el método noruego de túneles, NMT). Se basa en la evaluación numérica de seis parámetros, otorgando
una puntuación determinada a cada uno:

• RQD (el propio valor)

• Número de familias de fracturas, Jn: 0,5-20

- VI.11 -
Ingeniería Geológica y Prospección Geofísica

• Rugosidad de las mismas, Jr: 0,5-4

• Alteración de las superficies, Ja: 0,75-20

• Agua en las fracturas, Jw: 0,05-1

• Influencia del estado tensional, SRF (Stress Reduction Factor): 0,5-400

Que se combinan en la expresión:

RQD Jr JW
Q= ! !
Jn Ja SRF

donde el primer factor representa la influencia del tamaño de los bloques, el segundo la resistencia al cor-
te entre bloques y el tercero la influencia del estado de esfuerzos en el macizo.

En las tablas de los apéndices se presentan los valores de los parámetros característicos del índice Q, pero
aún así podemos ver un ejemplo, el de obtención del valor correspondiente a la rugosidad:

3 rugosidad (Joint Roughness) Jr Q Clasificación


A diaclasas discontinuas 4 0,001-0,01 excepcionalmente mala

B rugosas o irregulares / onduladas 3 0,01-0,1 extremadamente mala

C lisas / onduladas 2 0,1-1 muy mala


D pulidas / onduladas 1,5 1-4 mala
E rugosas o irregulares / planas 1,5 4-10 media
F lisas / planas 1,0 10-40 buena
G pulidas / planas 0,5
40-100 muy buena

H Relleno de arcilla 1,0 100-400 extremadamente buena

J Brecha de falla, relleno arenoso o de grava 1,0 400-1000 excepcionalmente buena

Las clases A a G se usan cuando los labios de la fractura están en contacto; las clases H y J cuando no. Los
valores más altos de Jr se refieren a situaciones más favorables (más difícil el deslizamiento), así si el macizo está
sólo afectado por diaclasas aisladas, sin continuidad unas con otras (prácticamente es masivo, desde el punto de
vista geomecánico) obtiene un valor 4 en este apartado. Para las clases A-G el primer término se refiere a rugosidad
a pequeña escala, el segundo a ondulaciones de escala media. A la valoración resultante, si el espaciado medio de
la familia dominante es mayor de 3m se debe añadir +1. Se puede tomar Jr=0,5 para superficies pulidas planas si la
estriación es favorable al deslizamiento.

De forma similar se obtiene la baremación del resto de factores. La valoración del índice Q varía de forma
logarítmica entre 0,001 y 1000 (ver tabla).

- VI.12 -
Ingeniería Geológica y Prospección Geofísica

Se suele usar el Q-system como método empírico para el diseño de sostenimiento: si tenemos en conside-
ración junto al valor Q el índice ESR (excavation support ratio) y la altura de la excavación, o vano, se obtiene el
sostenimiento.

Supongamos
que estamos trabajando
en el proyecto de un
túnel de carretera se-
cundaria, que tendrá 8
m de luz. El macizo en
el que habrá que exca-
varlo tiene un índice
Q=0,4 (muy malo). El
cociente entre el vano
del túnel y su índice
ESR es 6, por tanto es-
tamos en el punto de
coordenadas 0,4-6, lo
que nos sugiere: soste-
nimiento por bulones
de 5m de longitud, si-
tuados cada 1,5m y una Figura 6. Gráfico de determinación del sostenimiento según el índice Q.
capa continua de hormigón
con fibra de acero proyecta-
do de al menos 10 cm de espesor.

ESR Tipo de Excavación


2-5 Labores mineras de carácter temporal

1,6-2,0 Galerías mineras permanentes, túneles de centrales hidroeléctricas, túneles piloto, galerías de avance
en grandes excavaciones, cámaras de compensación hidroeléctrica
1,2-1,3 Cavernas de almacenamiento, plantas de tratamiento de aguas, túneles de carreteras secundarias y de
ferrocarril, túneles de acceso
0,9-1,1 Centrales eléctricas subterráneas, túneles de carreteras primarias y de ferrocarril, refugios subterráneos
para defensa civil. Emboquilles e intersecciones de túneles
0,5-0,8 Centrales nucleares subterráneas, estaciones de ferrocarril, instalaciones públicas y deportivas, fábri-
cas, túneles para tuberías principales de gas

Resulta complicado valorar la precisión de esta estimación de sostenimientos. Algunos especialistas consi-
deran que cuando se trabaja con macizos de poca calidad (Q<1) el sistema Q falla. Por otra parte, en macizos
fracturados la orientación de las diaclasas es de primordial importancia, en estos casos es importante considerar la
instrucción dada por Barton et al (1974) en relación al los parámetros Jr y Ja, en el sentido de que deberían ir rela-
cionados con las familias de diaclasas que resultasen más tendentes a fallar, lo que implica un análisis cinemático
previo de las familias de discontinuidades.

Ventajas del sistema Q: Atiende a las circunstancias geológicas y estructurales de forma más completa.
Requiere el trabajo de geólogos para su aplicación debido a que son los únicos profesionales cualificados para esa
toma de datos.

Desventajas: Diseñado para túneles, no es fácilmente adaptable a taludes

- VI.13 -
Ingeniería Geológica y Prospección Geofísica

Sistema RMi (Rock Mass index, Palmström, 1995)


El Rock Mass index, RMi, es un parámetro volumétrico que proporciona la resistencia aproximada a la
compresión del macizo rocoso. Básicamente es un método de estimación de sostenimiento en excavaciones subte-
rráneas, que además sirve para efectuar una caracterización de la resistencia y deformabilidad del macizo rocoso,
proporciona una estimación de las constantes del criterio de rotura de Hoek y Brown para macizos rocosos, y da
una valoración del rendimiento de máquinas tuneladoras (TBM).

El principio básico es la reducción de la resistencia a la compresión simple de la roca intacta debido a las
discontinuidades:

RMi=!cm=!ci·JP

donde JP es el parámetro de diaclasado, un coeficiente de reducción que representa el tamaño de los blo-
ques y el estado de sus caras. El valor de JP varía desde casi 0 para rocas brechificadas hasta 1 para roca intacta. Es
decir, parte de la resistencia a la compresión uniaxial de
la roca intacta, !c, y la modifica con el factor reductor
de las diaclasas presentes en el macizo, JP. Por tanto, el
RMi es una resistencia y tendrá unidades de
esfuerzo.

A su vez, JP se relaciona de forma empírica


con el factor de estado de las diaclasas, jC, y
el volumen de bloque típico, Vb. El factor de
estado de las diaclasas se puede estimar a partir de la ru-
gosidad de las diaclasas, jR, el grado de alteración de sus
superficies, jA y las dimensiones de las mismas, jL. Los pa-
rámetros jR y jA son similares, por tanto a los Jr y Ja del
sistema Q de Barton et al. Las sugerencias de sosteni-
Figura 7. Diagrama de flujo para la obtención del RMi. miento que da este método se enmarcan en el contexto
del “sistema noruego” de excavación de túneles, aunque
existen correlaciones para su empleo con el “nuevo sistema austríaco” de tunelación.

Bibliografía recomendada para este tema


Ferrer Gijón, M., González de Vallejo, L. (editores). 2000. Manual de campo para la descripción y caracteriza-
ción de macizos rocosos en afloramientos. IGME (Ref: 5203/67). ISBN: 84-7840-387-6.

González de Vallejo, L.I. (coord.), 2002. Ingeniería geológica. Prentice Hall, Pearson Educación, Madrid,
744pp.

Hoek, E., 2001. Rock engineering. Course notes by Evert Hoek. Rocscience Inc. 324 pp. Documento pdf.
http://www.rocscience.com/hoek/Hoek.asp

- VI.14 -
Ingeniería Geológica y Prospección Geofísica

sb: bulonado puntual; B: bulonado sistemático; B(+S): bulonado sistemático con hormigón proyectado; S(fr): hormigón
proyectado con fibra de acero y bulonado sistemático; RRS+B: Hormigón proyectado con fibra de acero, bulonado siste-
mático y cerchas de hormigón armado reforzadas con costillas de acero; CCA: revestimiento completo de hormigón. Rec-
tángulos oscuros con números: espaciado de los bulones si no hay revestimiento. Rectángulos pequeños con números:
espesor del hormigón proyectado

La figura incluye varias posibles correlaciones con el RMR de Bieniawski.

- VI.15 -

También podría gustarte