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SALA PENAL COLEGIADA “C” DEL H.

TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA


TRIBUNAL SUPERIOR
DEL ESTADO.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
DE JUSTICIA
DURANGO, DGO., A DOCE DE JULIO DE DOS MIL DIECISIETE.- - - - - - - - -

VISTOS el toca número 26PCA/2017 C.N.P.P., seis discos ópticos


certificados y anexos que se acompañan, relativos a la causa penal
número 335/2015 C.N.P.P., que se instruyó contra ****-****-**** por
la comisión del delito de VIOLACIÓN AGRAVADA, previsto y sancionado
por el artículo 177 fracción I en relación con el 180 fracción IV del Código
Penal del Estado de Durango, en agravio de ****-****-**** para
resolver sobre el RECURSO DE APELACIÓN interpuesto por el referido
sentenciado, contra la SENTENCIA CONDENATORIA pronunciada por el
Tribunal de Enjuiciamiento del Primer Distrito Judicial del Estado,
integrado por los señores Jueces YESIKA LILIANA RAMOS RODRÍGUEZ
(presidenta), CARLOS ENRIQUE GUZMÁN GONZÁLEZ (redactor) y
ÁLVARO RODRÍGUEZ ALCALÁ (relator).

Como exordio de la presente resolución, cabe señalar que acorde


con lo que establecen los numerales 3, 8 y 16 de la Convención Sobre los
Derechos del Niño, adoptada por la Asamblea General de las Naciones
Unidas el veinte de noviembre de mil novecientos ochenta y nueve,
aprobada por el Senado de la República el diecinueve de junio de mil
novecientos noventa y ratificada por México el veintiuno de septiembre
del mismo año, en correlación con los artículos 1º, 4º párrafo noveno,
20, Apartado C, fracción V y 133 de la Constitución General de la
República, 12 fracción VII de la Ley General de Víctimas y atendiendo a
lo establecido en el punto 6, contenido en el subtítulo “Consideraciones
para el Juzgador”, del Capítulo III del Protocolo para quienes imparten
Justicia en casos en que se afecte a Niñas, Niños y Adolescentes, emitido
por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, este órgano jurisdiccional
omitirá, en lo subsecuente, asentar el nombre de la víctima, por tratarse

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de un menor de edad, a fin de proteger su identidad, sustituyéndolo por
el de “la menor víctima”.

R E S U L T A N D O:

ÚNICO. Con fecha veintisiete de abril de dos mil diecisiete, el


Tribunal de Enjuiciamiento del Primer Distrito Judicial del Estado, dictó
sentencia condenatoria contra ****-****-****, por la comisión del
delito de VIOLACIÓN, previsto y sancionado por el artículo 177 fracción I
del Código Penal del Estado de Durango, en agravio de la menor víctima.

Inconforme con dicha determinación, el sentenciado interpuso


recurso de apelación.

Una vez que el testimonio de apelación quedó debidamente


integrado, fue remitido a la sub-administración de este Tribunal de
Segunda Instancia, quien en el momento procesal correspondiente,
emitió auto de admisión, quedando integrado el Tribunal de Apelación
por los señores Magistrados JUAN ANTONIO RAMOS RENTERÍA
(presidente), FRANCISCO LUIS QUIÑONES RUIZ (relator) y JESÚS JULIÁN
RODRÍGUEZ CABRAL (redactor) y, previos los tramites de ley, dentro del
plazo que refiere el artículo 478 del código adjetivo de la materia en cita,
procede a emitir la resolución que hoy se pronuncia; y

C O N S I D E R A N D O:

PRIMERO. COMPETENCIA.
Esta Sala Penal Colegiada, es competente para resolver sobre el
presente recurso de apelación, conforme a los artículos 105 y 111 de la
Constitución Política del Estado, toda vez que se resolverá una
controversia de naturaleza jurídica, sometida al conocimiento de este
Tribunal de Alzada, aplicando la normatividad establecida en la

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legislación común en vigor, y en el área territorial del Estado de
TRIBUNAL SUPERIOR
Durango; 3, 5 fracción I y 24 fracción I de la Ley Orgánica del Poder
DE JUSTICIA
Judicial, ya que se trata de un recurso de apelación contra una
resolución de un Tribunal de Enjuiciamiento de este Primer Distrito
Judicial; artículo 20 fracción I, así como el artículo 468 fracción II del
Código Nacional de Procedimientos Penales, en virtud de que fue
interpuesto en contra de una sentencia definitiva.

SEGUNDO. TEMPORALIDAD DE LA PRESENTACIÓN DEL RECURSO.


El recurso de apelación fue presentado en tiempo y forma, pues el
recurrente lo interpuso por escrito dentro de los diez días hábiles
siguientes (quince de mayo de dos mil diecisiete) al que le fue notificada
la resolución recurrida (tres de mayo del mismo año) y expresó los
agravios respectivos dando cumplimiento a lo que establece el artículo
471 del Código Nacional de Procedimientos Penales.

Por su parte, la agente del Ministerio Público, licenciada ****-


****-****, dio contestación a los agravios mediante escrito recibido el
veintidós de mayo de dos mil diecisiete.

TERCERO. ADMISIÓN Y TRÁMITE DEL RECURSO.


Con fecha dieciséis de junio de dos mil diecisiete, este Tribunal de
Segunda Instancia admitió el recurso de apelación; con fecha siete de
julio del mismo año tuvo verificativo, a solicitud del apelante, la
audiencia a que se refiere el artículo 476 del Código Nacional de
Procedimientos Penales, misma a la que asistió la agente del Ministerio
Público licenciada ****-****-****, quien al hacer uso de la voz ratificó
el escrito de contestación a los agravios; asimismo estuvieron presentes
el sentenciado ****-****-**** y su defensora particular, licenciada
****-****-****, quienes ratificaron el escrito de agravios presentado
por aquél.

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CUARTO. ALCANCE DEL RECURSO.
De conformidad con lo que establece el artículo 458 del Código
Nacional de Procedimientos Penales, los recursos que prevé el propio
código deben sustentarse en la afectación que causa el acto impugnado,
así como en los motivos que originaron ese agravio y en el caso del
recurso de apelación, tal y como lo establece el numeral 471 párrafo
segundo del mismo ordenamiento legal, deben precisarse las
disposiciones violadas y los motivos de agravio correspondientes.

Así mismo, acorde con lo que establece el artículo 461 del código
adjetivo referido, este Tribunal sólo está facultado para pronunciarse
sobre los agravios expresados por los recurrentes, por lo que le está
prohibido extender el examen de la decisión recurrida a cuestiones no
planteadas en ellos o más allá de los límites del recurso, a menos que se
trate de un acto violatorio de derechos fundamentales del imputado y,
en caso de que el órgano jurisdiccional no encuentre violaciones a
derechos fundamentales, que en tales términos, deba reparar de oficio,
no está obligado a dejar constancia de ello en la resolución.

QUINTO. EXPRESIÓN DE AGRAVIOS


Esta Sala Colegiada, tiene por reproducidos los agravios
formulados por el impugnante y que obran de la foja 25 a la 34 del Toca
en que se actúa, así como la contestación a los mismos que realizó la
agente del Ministerio Público y que obran de la foja 40 a la 62 del mismo
Toca, como si a la letra se insertaran, en virtud de que no hay precepto
legal alguno que obligue a su transcripción y además, con apoyo, en lo
conducente, en la jurisprudencia emitida en la Novena Época por el
Segundo Tribunal Colegiado del Sexto Circuito, consultable en el
Semanario Judicial de la Federación, Tomo VII, abril de 1998,
página 599, de rubro: "CONCEPTOS DE VIOLACIÓN. EL JUEZ
NO ESTÁ OBLIGADO A TRANSCRIBIRLOS."

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SEXTO. ANÁLISIS Y RESOLUCIÓN.
TRIBUNAL SUPERIOR
Del examen que realiza este Tribunal del desarrollo de la audiencia
DE JUSTICIA
de juicio oral que se celebró el treinta y uno de marzo de dos mil
diecisiete, continuándose los días tres, seis, veinte y veintisiete de abril
del mismo año, se advierte que se realizó sobre la base de la acusación y
que se respetaron los principios de inmediación, publicidad,
concentración, igualdad, contradicción y continuidad; que se
desahogaron, salvo aquéllas de las que se desistieron, todas las pruebas
admitidas a las partes y que, luego de que éstas expusieron sus alegatos
de clausura, se declaró cerrado el debate, el Tribunal deliberó en los
términos que ordena el artículo 400 del Código Nacional de
Procedimientos Penales y emitió el fallo respectivo; que,
posteriormente, tuvo verificativo la audiencia de individualización de
sanciones y reparación del daño y que, finalmente, dicho Tribunal de
Enjuiciamiento, redactó la sentencia ahora apelada.

De igual manera, al hacer un análisis de la sentencia se advierte


que se emitió previa la satisfacción de los requisitos legales para el
dictado de una resolución de esa naturaleza, que el Tribunal de
Enjuiciamiento precisó cuáles son los elementos del delito de
VIOLACIÓN AGRAVADA, previsto y sancionado en el artículo 177 fracción
I, en relación con el 180 fracción IV, del Código Penal, por el que se
acusó en definitiva a ****-****-****, concluyendo que sí quedaron
acreditados los elementos del delito de VIOLACIÓN previsto en el
artículo 177 fracción I del Código Penal del Estado de Durango y que no
quedó demostrada la agravante a que se refiere el artículo 180 fracción
IV del mismo ordenamiento legal, y también concluyó que quedó
demostrada, como autor directo, la responsabilidad del referido acusado
en la comisión de dicho delito.
Así mismo el órgano jurisdiccional de primera instancia, hizo
referencia a los elementos objetivos y subjetivos (dolo) del tipo penal a

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que se refiere la causa; argumentó por qué razones el sentenciado no
está favorecido por ninguna de las causas de atipicidad, justificación o
inculpabilidad; concluyó, se reitera, que no quedó acreditada la
agravante del delito prevista en el artículo 180 fracción IV del Código
Penal exponiendo las razones en que se sustentó y precisó que en el
caso que nos ocupa se actualizó el concurso real de delitos. De igual
manera estableció el grado de ejecución del hecho, la forma de
intervención del acusado, la naturaleza de la conducta y el grado de
lesión del bien jurídico; indicó los márgenes de punibilidad del delito, fijó
las penas, precisó el día desde el cual comenzó a contarse fijando el
tiempo de prisión preventiva que sirvió de base para su cumplimiento; y
condenó al sentenciado a la reparación del daño.

En ese sentido se puede concluir que la resolución cumple con las


exigencias previstas por el artículo 406 del código adjetivo penal
aplicable y que no se advierte en la propia sentencia ni en la audiencia
de juicio oral ningún acto violatorio de derechos fundamentales del
acusado.

Por tanto, en lo relativo a la acreditación del tipo penal de


VIOLACIÓN en agravio de la menor víctima, previsto y sancionado por el
artículo 177 fracción I del Código Penal y, a que quedó demostrada, más
allá de toda duda razonable, la responsabilidad de ****-****-**** en su
comisión, este Tribunal de Alzada remite y hace propias las
consideraciones expuestas en la sentencia apelada.

Ahora bien, por su parte, el sentenciado ****-****-**** expresa


en sus agravios que no se observó el principio de debida
fundamentación y motivación y con ello, “las reglas del debido proceso
al realizar una inexacta valoración de las pruebas desahogadas en el
juicio oral, violaciones que inciden directamente en la legalidad jurídica y

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observancia de las reglas para la valoración de las pruebas; que de
TRIBUNAL SUPERIOR
conformidad con el artículo 468 fracciones I, II y VI de la norma
DE JUSTICIA
procedimental, trae como consecuencia la invalidación de la sentencia,
ante la incertidumbre jurídica causada a consecuencia de la incorrecta
aplicación de los ordenamientos jurídicos, para que en su lugar se
remplace con una nueva resolución en la que se corrijan las omisiones a
que se ha hecho referencia, que pudieran incidir en el sentido del fallo de
la resolución y con ello se genera certeza jurídica a las partes.”

Los anteriores agravios son INFUNDADOS, toda vez que el Tribunal


de Enjuiciamiento sí fundó y motivó su resolución, en tanto que
especificó cuál era la legislación y los preceptos legales aplicables al caso
concreto; estableció con qué pruebas quedaron acreditados cada uno de
los elementos del delito de VIOLACIÓN y su porqué, exponiendo los
argumentos que lo determinaron a concederles eficacia probatoria,
concluyendo también que no quedó acreditada la agravante prevista en
el artículo 180 fracción IV del Código Penal.

De igual manera, al establecer que quedó acreditada la


responsabilidad de ****-****-**** en la comisión del delito, indicó
cuáles fueron las pruebas que lo determinaron a arribar a esa conclusión
y las razones, valorándolas conforme a las reglas que prevén los artículos
359 y 402 del Código Nacional de Procedimientos Penales; por tanto,
contrariamente a la afirmación del apelante, el Tribunal de
Enjuiciamiento sí fundó y motivó su resolución y, al valorar las pruebas,
lo hizo acorde con lo que establecen los artículos 20, Apartado A,
fracciones II y III de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos y 265 y 359 del Código Nacional de Procedimientos Penales.

El apelante también sostiene que con las pruebas desahogadas no


se estableció el tiempo, lugar y modo “de las lesiones” que sufrió la

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menor víctima; sin embargo, ello es INFUNDADO, pues quedó
plenamente acreditado que los días cinco de septiembre y veintitrés de
noviembre de dos mil quince, ****-****-**** impuso cópula vía anal a
la menor víctima, quien tenía ocho y nueve años de edad,
respectivamente en las fechas referidas, al encontrarse en un cuarto del
domicilio ubicado en ****-****-**** de esta ciudad, cuando la menor
estaba viviendo temporalmente en ese lugar, que era la casa de ****-
****-****, y lo cual ocurrió en momentos en que dicha menor se quedó
sola con el acusado.

En cuanto al tiempo en que ocurrieron los hechos se destaca que


la representación social precisó en su acusación que fueron los días
cinco de septiembre y veintitrés de noviembre de dos mil quince, por su
parte, la menor víctima, al rendir declaración, no precisó con exactitud
los días en que ocurrieron los hechos, sino que al responder al
interrogatorio que le formuló la agente del Ministerio Público y también
luego de que ésta utilizó la técnica de “refresco de memoria” informó,
en esencia, que la última vez fue cuando su se fue a trabajar y su
abuelito también; que se quedó sola, que su ****-****-**** trabajaba
a las seis y salía a las diez de la noche, que eso fue la última vez, que
tenía nueve años, que ella estaba viendo la tele, que entró su ****-
****-****, que le dio dos pesos, que fue a la tienda a comprar, que
después regresó, que su ****-****-**** la agarró del brazo, que la llevó
al cuarto, que le bajó los pantalones, que le metió su pene en su colita.
Que eso sucedió más veces. Que otra vez fue cuando ella tenía ocho
años, antes del cumpleaños de su mamá, que fue un sábado, que ella
estaba jugando con sus primos, que su ****-****-**** se fue a la
frutería, que su ****-****-**** (refiriéndose a persona distinta del
acusado) se llevó a sus primos al centro, que ella se quedó sola; que
llegó su ****-****-**** ****-, que la agarró del brazo y que la llevó al

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cuarto, que le metió su pene en la colita y que eran como las once de la
TRIBUNAL SUPERIOR
mañana; que su mamá cumple años el ****-****-****.
DE JUSTICIA

Así pues, aunque la menor no fue clara en señalar con exactitud


los días en que ocurrieron esos dos diversos hechos que narró, ello,
desde luego, no impide conceder valor probatorio a su declaración y
concluir que no quedó acreditado el tiempo en que ocurrieron, pues, en
principio, no debe perderse de vista que se trata de una menor que
tenía ocho y nueve años cuando ocurrieron los hechos que relató y a esa
edad es poco probable que se tenga conocimiento o se esté consciente
de las fechas, esto es, es poco común que un menor de ocho o nueve
años tenga interés por saber la fecha cada día, por lo que normalmente
sólo tienen conciencia de las fechas que les resultan importantes.

Tampoco puede ignorarse que los hechos ocurrieron en el año dos


mil quince y que la menor los relató ante el Tribunal de Enjuiciamiento
hasta el día treinta y uno de marzo de dos mil diecisiete, por lo que
había transcurrido más de un año entre la fecha de los hechos y la
declaración, por lo que ello constituye otro factor que pudo influir para
que no recordara con exactitud el día en que ocurrieron. Así mismo,
debe tenerse en consideración que por la edad que tenía la víctima
cuando declaró (diez años) seguía siendo una niña que, según concluyó
la perito psicóloga de la Fiscalía que la evaluó, sí presentó afectación
emocional por los hechos de los que fue víctima y como se puede
advertir al observar y escuchar el video en que consta grabada su
declaración ante el Tribunal de Enjuiciamiento, en diversos momentos
lloró lo cual permite establecer que no estaba emocionalmente tranquila
y que también eso pudo influir para que no pudiera recordar con
claridad los días exactos en que ocurrieron los hechos.

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En ese sentido, se insiste, la falta de precisión por parte de la
menor en señalar qué días fue víctima de los dos hechos que narró, no
impide tenerlos por demostrados ni tampoco concluir que no se
estableció el tiempo en que ocurrieron los mismos, pues además tanto
la menor como la testigo ****-****-****, quien era su madre, hicieron
alusión a algunos datos que mediante su enlace lógico conllevan a
deducir que los hechos ocurrieron en las fechas ya precisadas.

En efecto, la menor refirió que uno de los hechos sucedió cuando


tenía ocho años, antes del día del cumpleaños de su mamá ****-****-
****, que era el ****-****-****; luego dicha testigo al declarar ante el
Tribunal de Enjuiciamiento informó que nació el día ****-****-**** de
****-****-****, aunado a que le fue mostrado un documento y al
observarlo dijo que era su acta de nacimiento y que en la misma
aparecía anotado que nació el ****-****-**** de ****-****-****.

Así pues, el día cinco de septiembre, que es la fecha en que de


acuerdo a la acusación sucedió el primer hecho, sí es anterior al día
****-****-****, que es la fecha de cumpleaños de ****-****-**** de
la menor. Así mismo se destaca que la menor también dijo que ese
hecho ocurrió cuando ella tenía ocho años y era un sábado, lo cual
también está corroborado pues de acuerdo con su acta de nacimiento,
que fue debidamente incorporada al juicio, nació el ****-****-****, por
tanto, para el día cinco de septiembre de dos mil quince en que ocurrió
ese primer hecho, es cierto que la víctima tenía ocho años de edad y,
finalmente, al revisar un calendario del año dos mil quince, se advierte
que el día cinco de septiembre, sí era día sábado.

Luego entonces, aunque la menor no mencionó el día exacto, sí


refirió circunstancias relacionadas con ese día que están corroboradas y

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que permiten establecer que tal hecho sí ocurrió el cinco de septiembre
TRIBUNAL SUPERIOR
de dos mil quince.
DE JUSTICIA

Aunado a lo anterior, ****-****-**** de la menor, ****-****-


**** expresó, en esencia, que el día cinco de diciembre de dos mil
quince estaba en la casa de su hermana ****-****-****, que estaban
platicando del tema de que “las niñas se deben de cuidar, que no se
deben dejar que nadie las toque”, que fue al baño y que al regresar, su
hija, la menor víctima, le dijo llorando: “mi ****-****-**** ****- me
violó”, que la testigo le preguntó que qué le había hecho y que ella le
dijo que “le metió lo que tienen los hombres”, que le preguntó que por
dónde, que le respondió que “por donde hacía popó”, que le dijo que
eso ocurrió varias veces en el domicilio de la mamá de la testigo;
igualmente la testigo informó que el día siete de diciembre presentó la
denuncia, y dijo que los hechos habían pasado el cinco de septiembre
porque la menor “se acuerda que fue un sábado antes de mi
cumpleaños”.

Ahora bien, en cuanto al segundo hecho, que de acuerdo con la


acusación ocurrió el día veintitrés de noviembre de dos mil quince, se
destaca que la menor dijo que la última vez fue cuando su ****-****-
**** se fue a trabajar y su abuelito también, que ella tenía nueve años y
al respecto se advierte que para aquélla fecha, dicha menor sí tenía
nueve años pues nació el día ****-****-****; además, ****-****-****
de la menor informó que: “la segunda vez que se acordaba era el
veintitrés de noviembre, porque ella se acordaba que había sido quince
días antes de que pusieron la denuncia” y con relación a ello cabe
señalara que la denuncia fue interpuesta, como así lo informó la propia
****-****-****, el día siete de diciembre de dos mil quince, luego entre
el veintitrés de noviembre de dos mil quince y el siete de diciembre del
mismo año, sí hay un lapso de quince días.

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De acuerdo con todo lo expuesto, sí está demostrado el tiempo en
que ocurrieron los hechos motivo de la acusación y aunque no pasa
desapercibido para esta Sala que la menor dijo ante el Tribunal de
Enjuiciamiento que esos hechos que le atribuyó a ****-****-****,
habían ocurrido “muchas veces”; que ****-****-**** de aquélla, ****-
****-****, expuso que su hija le dijo que habían ocurrido “varias veces”
y que la perito psicóloga ofrecida por la Fiscalía ****-****-**** informó
que al entrevistar a la menor le dijo que “su ****-****-**** ****- la
había violado once veces”, la representación social únicamente acusó a
****-****-**** por los delitos de VIOLACIÓN ocurridos los días cinco de
septiembre y veintitrés de noviembre de dos mil quince, por lo que lo
procedente es únicamente resolver y pronunciarse en relación a si
quedó o no acreditado que esos días el inculpado cometió esos delitos.

Ahora bien, por cuanto al lugar en que ocurrieron los hechos, la


agente del Ministerio Público sostiene en su acusación que fue en el
interior del domicilio ubicado en la ****-****-**** de esta ciudad. Por
su parte, la menor víctima si bien es cierto que no lo precisó con
exactitud, sí dio referencias del mismo, al mencionar que fue en un
cuarto del domicilio de ****-****-****, el cual dijo estaba ubicado en el
****-****-****, y que era una casa con portón ****-****-**** y que
donde tiene el número es un poste morado. Al respecto cabe señalar
que los testigos ****-****-****, ****-****-**** y ****-****-****,
fueron contestes en señalar que el domicilio de estos dos últimos
(abuelos de la menor víctima) estaba ubicado en calle ****- ****-****-
**** número doscientos cuarenta y seis del ****-****-****; además,
está demostrada la existencia de ese lugar y que tenía las características,
en su exterior, que describió la menor, pues al respecto obra la
declaración de la perito de campo que ofreció la Fiscalía ****-****-
****, quien informó que a solicitud de la representación social tomó
tres fotografías, una del exterior del domicilio con la ubicación ya

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referida, y que el mismo “tiene un portón ****-****-**** y la barda es
TRIBUNAL SUPERIOR
de ladrillos”, también dijo que el número exterior del domicilio estaba al
DE JUSTICIA
frente en “un muro” del cual no recordaba el color y cuando la agente
del Ministerio Público, utilizando la técnica de refresco de memoria, le
mostró a la perito tres fotografías, ésta las reconoció como ser las
mismas que había tomado y a las que hizo referencia y dijo que el
número estaba en “un muro” de color “moradito, entre morado y
azulito”. Por tanto, sí está demostrada la existencia del lugar en el que,
como así lo informó la menor, ocurrieron los hechos.

Además, también quedó demostrado que los días cinco de


septiembre y veintitrés de noviembre de dos mil quince, la menor
víctima estaba en el domicilio antes identificado, pues al respecto se
destaca que ésta informó, en esencia, que vivía en casa de su ****-****-
**** ****-****-**** en ****-****-****, que estaba ahí porque quería
mucho a su ****-****-**** y su mamá la dejó; luego, al responder a las
preguntas que le formuló la defensa dijo que no se acordaba cuánto
tiempo vivió en ese lugar, reiteró que vivía con su ****-****-
****porque la quería mucho, que no se acordaba en qué tiempo atrás
sería; también la defensora del inculpado le preguntó “si sucedieron (los
hechos) por qué no los recuerdas?, a lo que la menor respondió:
“porque ya pasó mucho tiempo”, cuya respuesta se estima razonable y
lógica porque efectivamente había transcurrido aproximadamente más
de un año seis meses entre la fecha en que la menor se fue a vivir con su
****-****-****y la fecha en que rindió declaración ante el Tribunal de
Enjuiciamiento.

Así mismo ****-****-**** de la menor víctima, ****-****-****,


al responder a las preguntas que le formuló la defensora del inculpado,
informó que la menor estaba viviendo en casa de sus papás (abuelos de
la menor) desde agosto de dos mil quince, que la menor víctima le decía

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que ella se quería ir con su ****-****-****porque la quería mucho y
que su mamá ****-****-**** le dijo: “pues dámela, préstamela, que se
quede conmigo al cabo vivimos cerquita”, que en agosto iba a entrar a la
escuela, que la iba a apuntar en “aquella escuela”, que estuvo viviendo
en ese lugar desde agosto de dos mil quince, que “fueron prácticamente
tres meses cuando ella me dijo lo que estaba pasando”.

A mayor abundamiento, la referida testigo ****-****-****


informó que la menor víctima se fue a casa de ****-****-**** en el
mes de agosto de dos mil quince hasta que le dijo “lo que estaba
pasando”; por tanto si consideramos que la misma testigo informó que
el día cinco de diciembre de dos mil quince su hija le platicó respecto de
los hechos de los que fue víctima, se puede establecer que permaneció
viviendo en ese lugar, aproximadamente, de agosto a principios de
diciembre de dos mil quince y, entre tal lapso, sí están comprendidos los
meses de septiembre y noviembre de dos mil quince, que es en la época
en que sucedieron los hechos, por tanto, sí está corroborado que la
menor vivía, como así lo informó, en el lugar en que ocurrieron los
hechos .

Además, la abuela de la menor víctima, ****-****-****,


corroboró que en esa época la menor vivía en su domicilio, pues informó
que cuando la niña se fue a su casa la inscribió en la escuela y es del
común conocimiento que los ciclos escolares regulares inician en el mes
de agosto. Por su parte el abuelo de la menor, ****-****-****, al ser
interrogado informó que su nieta vivió en el multireferido domicilio “no
recuerdo bien pero fue en septiembre o algo así” de dos mil quince,
“pues dos veces la metimos a la escuela”.

En ese sentido, sí quedó demostrado que los meses en los que, de


acuerdo con la acusación del Ministerio Público, ocurrieron los hechos,

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la menor víctima sí vivía en el domicilio en la que ésta informó que su
TRIBUNAL SUPERIOR
****-****-**** ****- le impuso cópula.
DE JUSTICIA

De acuerdo con lo expuesto, están demostradas las circunstancias


de tiempo y lugar en que ocurrieron los hechos.

En cuanto al modo en que ocurrieron, de acuerdo con la


declaración de la menor, se advierte que fue en momentos en que llegó
a estar sola en ese domicilio y que llegó su ****-****-**** ****, pues
con relación a los hechos del día cinco de septiembre informó que su
****-****-**** se fue a la frutería, que ella estaba jugando con sus
primos, que luego su ****-****-**** (refiriéndose a otro distinto de
****-) se llevó a sus primos al centro, que ella se quedó sola, que había
llegado su ****-****-**** ****-, que la agarró del brazo, que la llevó al
cuarto, que le metió su pene en la colita, que eran como las once de la
mañana. Y, en cuanto al día veintitrés de noviembre de dos mil quince,
dijo que su ****-****-****se fue a trabajar y su abuelito también, que
ella estaba viendo la televisión en la sala, que entró su ****-****-****
****-, que le dio dos pesos, que fue a la tienda a comprar y que después
llegó, que la agarró del brazo y que la llevó al cuarto, que le bajó los
pantalones y que le metió el pene en su colita.

De acuerdo con lo narrado por la menor los hechos ocurrieron en


momentos en que su ****-****-**** llegó al domicilio ya referido, y al
respecto se destaca que el acusado ****-****-****, al rendir
declaración ante el Tribunal de Enjuiciamiento, reconoció que sí iba a
casa de sus papás ****-****-**** y ****-****-****, que los visitaba en
“muy pocas ocasiones” que llegaba por herramienta para sus trabajos de
carpintería, que llegaba muy poquito tiempo, que agarraba madera o lo
que tuviera él ahí y se lo llevaba, que siempre andaba muy ocupado, que
de agosto a diciembre de dos mil quince trabajaba en una panadería de

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ocho de la mañana a tres de la tarde y que posteriormente se iba a
trabajar a una guardería haciendo juguetes infantiles; que cuando
llegaba a casa de sus papás “de primero yo no tenía llave pero después
saqué una llave y llegaba para lo que yo ocupaba, pero no me quería
meter cuando no estaban mi mamá y mi papá”; en ese sentido de
acuerdo con lo expuesto por el acusado se advierte que sí llegó a ir al
domicilio de sus padres que es el lugar en el que, de acuerdo con lo
expuesto por la menor, ocurrieron los hechos, y que además, tenía llave,
por tanto está corroborada la declaración de la menor víctima en cuanto
a que los hechos ocurrieron en momentos en que su ****-****-****
llegó a ese domicilio.

Aunado a lo anterior se destaca que ****-****-**** manifestó


que ella se acordaba que el día veintitrés de noviembre la menor víctima
se quedó sola, que ella se enteró que su papá se fue a trabajar con el
hermano de la testigo de nombre ****-****-****. Así mismo al
responder a las preguntas de la defensa del acusado la testigo de alusión
dijo que su hermano, el acusado ****-****-****, no vivía en el
domicilio de sus padres, que después se enteró que traía llaves de ese
lugar “y podía entrar a la hora que quisiera”.

En el mismo sentido, la abuela de la menor, mamá del acusado,


****-****-****, al rendir declaración ante el Tribunal de Enjuiciamiento
manifestó, en esencia, que cuando la menor se fue a vivir con ella a su
casa la inscribió en la escuela, que en los primeros días la testigo era
empacadora en “****-****-****”, que se llevaba a la niña todos los
días con ella, que le ayudaba a empacar; que “después de mucho
tiempo” la supervisora de su trabajo le dijo que ya no podía llevar a la
niña y que por eso ya no la llevó; que la menor estuvo viviendo
“poquito” tiempo en casa de la testigo, que a veces le decía que ya no
quería ir a la escuela, que le daba flojera, que la testigo le decía que “sí

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hija, tiene que seguir adelante luego que le consiga la beca le voy a
TRIBUNAL SUPERIOR
comprar cosas, ahorita no podemos hacer nada porque tengo que
DE JUSTICIA
empacar para comprarle lo que le pedían en la escuela”; luego, cuando
la agente del Ministerio Público le preguntó en qué turno iba a su
trabajo, la testigo respondió que en el turno de trece treinta horas a
dieciocho horas “porque cuando yo me la llevaba a empacar me la
llevaba cuando ella salía o cuando no tenía clases”, también dijo la
testigo que la niña “casi nunca se quedaba sola en la casa”, que siempre
se quedaba su esposo ahí cuidando la casa y para lo que se ofreciera,
que se quedaba haciendo carpintería o algo “porque es lo que él hace”.
También dijo que cuando ya no llevaba a la niña a empacar se quedaba
en la casa. Informó asimismo que su hijo el acusado casi no la
frecuentaba porque andaba muy ocupado, que cuando iba a visitarla
“llegaba muy presionado”; que cuando su hijo estaba “con la señora
****-****-****” llegaba al domicilio de la testigo y que le decía “ando
trabajando en tal parte” y que se iba.

Por su parte el testigo ****-****-****, abuelo de la menor


víctima y padre del acusado ****-****-****, informó, en esencia, que
éste no vivía en el domicilio del testigo ubicado en calle ****- ****-
****-**** número doscientos cuarenta y seis del ****-****-****; que
“sí iba a hacer trabajillos (al referido domicilio) de carpintería”, que hacía
los trabajos él solo y que en veces traía un ayudante, que el trabajo lo
hacía “en la casa, en la parte de la cochera”. También expresó que la
menor víctima estuvo viviendo en ese domicilio desde “septiembre o
algo así”, que “duró como un año, algo así, pues dos veces que la
metimos a la escuela, yo mismo la llevaba”, que entraba a la escuela
entre las trece treinta y catorce horas y que salía entre las diecisiete
treinta y las dieciocho horas, que él la llevaba e iba por ella cuando había
“chanza”, que la escuela estaba cerquita, a dos cuadras; que el testigo
no trabaja, que es pensionado, que sale “en veces” a la tienda, en la

17
bicicleta, unos cinco minutos y que la menor víctima “casi nunca estaba
sola”.

De acuerdo con las anteriores pruebas consistentes en la


declaración del acusado, de su hermana ****-****-**** (madre de la
menor víctima) y de los padres de ambos, se puede establecer que el
acusado sí iba al domicilio de sus padres, que tenía llave del mismo, que
hacía trabajos de carpintería en la cochera de ese lugar y que la menor sí
llegó a estar sola y que no estaba permanentemente vigilada, pues ****-
****-**** dijeron que “casi nunca estaba sola”, lo que significa que sí
hubo ocasiones en que estuvo sola. ]Además, ****-****-**** reconoció
que “en veces” sí salía de su domicilio y la testigo ****-****-**** dijo
que su esposo ****-****-**** se quedaba en la casa haciendo trabajos
de carpintería, lo cual, se puede presumir fundadamente con sustento
en lo expuesto por éste, que lo hacía en la cochera; por tanto, sí había
momentos en que la menor no estaba vigilada, pues al menos ninguno
de ****-****-**** refirió que cuando ****-****-**** estaba haciendo
trabajos de carpintería estuviera invariablemente acompañado por la
menor; de ahí que, todo ello constituyen datos que corroboran la
declaración de la ofendida en cuanto a que los hechos sucedieron
cuando se quedó sola y que llegó el acusado, lo cual a la vez permite
concluir que sí están acreditadas las circunstancias de modo en que
ocurrieron los hechos de los que fue víctima.

Ahora bien, el apelante sostiene en sus agravios lo siguiente:

I. Declaración de ****-****-**** (ofendida) no satisface que efectivamente


la menor la violaron dentro del inmueble ya señalado y que vivía la menor, y
que si bien es cierto que ****-****-**** llevó a vivir a la menor a casa de sus
padres no pudo establecer si fueron tres meses antes de suceder los
supuestos hechos de violación; menos o más el tiempo de la menor ahí ya
que con la declaración de ****-****-**** de la menor que son ****-****-
**** (madre del acusado) y el Sr. ****-****-**** (padre del acusado) ellos
declararon que la menor víctima tenía viviendo como seis meses y el abuelo
dice que dos años o más, y que a veces se regresa con su mamá por

18
temporadas lo que no se logra establecer desde cuándo vive la menor con
TRIBUNAL SUPERIOR ****-****-**** o si el día que señalan fueron los hechos no se encontraba
viviendo ahí. Ya que ella manipulada dice que desde que inició el ciclo escolar
DE JUSTICIA
2015-2016. Ya que tampoco durante el día de los hechos no estuvo en el
lugar de los hechos ni tuvo a la vista a la menor víctima ya que no dice ese día
no quiso comer no cenó se fue acostar temprano no quiso jugar con sus
hermanos tampoco dice que hizo toda la tarde YA QUE ****-****-**** AL
PRIMER SÍNTOMA SIEMPRE REVISA A SUS HIJOS, esto quiere decir que
manipularon al menor víctima PARA QUE DIJERA QUE FUE EN EL domicilio ya
señalado y a quién quedrá (sic) encubrir que fue el que la violó ya que tiene
padrastro y no lo mencionaron y que es adicto a las drogas.

Tales agravios son inoperantes, pues en principio no quedó


demostrado en el juicio que la menor víctima tuviera un padrastro ni
que fuera adicto a las drogas. Por otra parte, ninguno de los testigos que
declararon en juicio refirió las circunstancias que se han subrayado en la
anterior transcripción.

Ahora bien, en cuanto a lo que aduce el apelante en el sentido de


que el atesto de ****-****-**** “no satisface que efectivamente la
menor la violaron dentro del inmueble ya señalado”, resulta inoperante,
toda vez que la menor así lo manifestó y su dicho tiene valor
preponderante, aunado a que está acreditado que sí vivió en ese
inmueble en la época en que sucedieron los hechos; además la
declaración de ****-****-**** aun cuando se trata de un testimonio de
oídas en cuanto a que el acusado le impuso cópula a la menor víctima en
el interior del multireferido domicilio, su declaración sí tiene valor como
indicio, en razón a que informó las circunstancias de lugar, tiempo y
modo en que tuvo conocimiento de esos hechos pues refirió que el día
cinco de diciembre estaba en el domicilio de su hermana ****-****-
**** y que estaban platicando del tema de que “las niñas se deben de
cuidar, que no se deben dejar que nadie las toque”, que fue al baño y
que al regresar, su hija, la menor víctima, le dijo llorando: “mi ****-
****-**** ****- me violó”, que la testigo le preguntó que qué le había
hecho y que ella le dijo “que le metió lo que tienen los hombres”, que le

19
preguntó que por dónde, que le respondió que “por donde hacía popó”,
que le dijo que eso ocurrió varias veces en el domicilio de la mamá de la
testigo.

Además, la menor víctima, en su declaración rendida ante el


órgano jurisdiccional de primera instancia, fue interrogada por la
defensora del inculpado en el sentido de que dijera si recordaba a quién
le dijo por primera vez de los hechos y en dónde, y la menor respondió
lo siguiente:

MENOR: Se lo dije a mi mamá, estábamos con mi tía.


DEFENSORA: Qué fue lo que te dio valor para decirlo?
MENOR: Estaban hablando de eso
DEFENSORA: De qué?
MENOR: Es que una prima tiene una compañera en su secundaria y se
quedaba con su ****-****-**** y le hacía eso y estaban diciendo que si
fuera su hermana que lo metían a la cárcel y por eso le dije a mi mamá

Así pues, existe concordancia entre la menor víctima y su madre


en relación a las circunstancias en que ésta fue informada por aquélla de
los hechos a que se refiere esta causa, por tanto la declaración de ****-
****-**** tiene eficacia probatoria como indicio.

Sirve de apoyo a tales consideraciones la tesis XXI. 1o. 33 P,


sustentada en la Octava Época por los Tribunales Colegiados de Circuito,
visible en la página 374, Tomo XIV, Octubre de 1994, que a la letra dice:

TESTIGOS DE OÍDAS, INDICIOS DE LO DECLARADO POR LOS. Si los testigos en


un proceso penal, fueron precisos en señalar la fuente de la que adquirieron
su versión, el tiempo, lugar, y circunstancias en que así lo conocieron, y está
la misma versión corroborada por otro atesto, aun cuando son testigos de
oídas, por no haber presenciado los hechos imputados al acusado, sus
deposiciones son suficientes, pues constituyen indicios.

Cabe destacar también que el atesto de ****-****-**** arroja


otros datos que corroboran que los hechos denunciados sí ocurrieron en

20
el domicilio de ****-****-**** de la menor en la época en que ésta
TRIBUNAL SUPERIOR
estuvo viviendo en ese lugar durante el año dos mil quince, pues la
DE JUSTICIA
testigo informó, al responder a las preguntas que le formuló la defensora
del acusado, en esencia, que la niña empezó a cambiar cuando estaba
viviendo con su abuelita, que ya no quería estar en ese lugar; que eso le
extrañaba mucho a ****-****-**** de la menor porque su hija quiere
mucho a su abuelita, que “ahorita que él (acusado) no está ahí se quiere
ir mucho con su abuelita”, que a raíz de los hechos ella la veía que ya no
quería ir, que le decía “llévame pa la casa” y que la testigo le decía que
sólo se quería ir para la casa para estar en la tienda que en esos
momentos tenía en su domicilio, y que la niña le decía: “no mamá, le
tengo miedo a mi ****-****-**** ****-”, que la testigo le preguntaba
que por qué y que la niña le respondía “no pos cuando toma nomas”, y
que así le decía, que nunca le llegó a decir hasta el día que tuvieron la
plática.

Por tanto, el atesto de ****-****-**** arroja otros datos que


corroboran los hechos, pues la menor mostró durante su estadía en casa
de ****-****-**** una conducta o comportamiento incomprensible
para su propia mamá y de lo cual ésta se dio cuenta por medio de sus
sentidos, de ahí que al adminicularse a las demás pruebas su atesto sí
tiene eficacia probatoria como indicio.

Apoya lo anterior la tesis XV.2o.10 P, sustentada en la Novena


Época por el Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Quinto Circuito,
que puede ser consultada en la página 1824, Tomo XIV, Diciembre de
2001 del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta que dice lo
siguiente:

TESTIMONIOS "DE OÍDAS" EN MATERIA PENAL. CONSTITUYEN INDICIOS QUE


DEBEN VALORARSE EN RELACIÓN CON LOS RESTANTES ELEMENTOS
PROBATORIOS. Los testimonios "de oídas", si bien no merecen plena eficacia
probatoria, es dable otorgarles valor jurídico de indicio, por lo que no deben

21
valorarse en forma aislada sino en relación con el resto del material
probatorio que obre en la causa penal de origen; lo anterior, en virtud de que
aun cuando los testigos no presenciaron los hechos delictivos en forma
directa, sus deposiciones, en cuanto a las circunstancias que refieren en
torno a los hechos, forman convicción mediante la integración de la prueba
circunstancial.

En el mismo orden de ideas, es cierto que, como lo señala el


inculpado en sus agravios, hay discrepancias en cuanto al tiempo que la
menor víctima estuvo viviendo en el domicilio de ****-****-****, en
tanto que la menor dijo que no lo recordaba; la señora ****-****-****
dijo que desde agosto de dos mil quince, que en ese mes iba a entrar a
la escuela, que “desde agosto de dos mil quince fueron prácticamente
tres meses cuando ella ya me dijo lo que estaba pasando”; la testigo
****-****-**** manifestó que la niña se fue a vivir a su casa, que la
inscribió en la escuela, que fue “poquito” el tiempo que estuvo viviendo
con ella; y el testigo ****-****-**** informó que “pos no recuerdo bien
pero fue en septiembre o algo así” en el año dos mil quince, que duró
“como un año o algo así, pues dos veces que la metimos a la escuela”;
sin embargo, tales discrepancias o falta de claridad en cuanto al tiempo
que permaneció la menor viviendo en el domicilio de ****-****-****,
no conlleva a concluir que los hechos no están acreditados, pues todos
los declarantes son contestes en señalar que la niña vivió en tal domicilio
en el año dos mil quince y que la inscribieron en la escuela y, como ya se
dijo, es del común conocimiento que los ciclos escolares regulares
inician en el mes de agosto de cada año; luego, si de acuerdo con la
acusación, los hechos ocurrieron el cinco de septiembre y el veintitrés
de noviembre de dos mil quince, y ****-****-**** de la menor expresó
que tuvo conocimiento de los hechos el día cinco de diciembre de dos
mil quince y que interpusieron la denuncia el día siete de ese mes y año,
por tanto, resulta claro que en los días de los hechos la menor sí estaba
viviendo en el domicilio de ****-****-****.

El apelante también sostiene en sus agravios lo siguiente:

22
TRIBUNAL SUPERIOR 2. La declaración de la menor víctima no hace prueba plena como la quiere
acreditar el Tribunal de Juicio Oral (sic), ya que de los videos se desprende
DE JUSTICIA
que el (sic) menor nunca pudo decir los días y en dónde supuestamente
sufrió la agresión hacia su persona la violación ya que con refresco de
memoria lo hizo y a parte una menor de ocho años no alcanza a comprender
cuántos días tiene una semana para poder decir que una semana después de
tu cumpleaños, por lo que la menor fue manipulada como también en su
comparecencia de hechos dice que fueron 11 veces las que abusó
sexualmente su ****-****-**** ****- ****-****-**** de ella a lo que
tampoco es creíble porque su misma médico forense ****-****-**** no
logra establecer si fue una sola vez o más ya que con la lesión que presenta
ella nada más hace la clasificación de la lesión mas no logra establecer si fue
una o más veces ...

Los anteriores agravios son INOPERANTES, toda vez que la


declaración de una persona víctima de VIOLACIÓN tiene valor
preponderante en razón a que los delitos de naturaleza sexual
comúnmente se comenten en ausencia de testigos. Dada la naturaleza
del delito no se puede esperar la existencia de pruebas gráficas o
documentales y, por ello, la declaración de la víctima constituye una
prueba fundamental sobre el hecho y así lo ha sostenido la Corte
Interamericana de Derechos Humanos en el párrafo 100 de la sentencia
que dictó el treinta de agosto de dos mil diez, en el caso Fernández
Ortega y otros vs. México y en el párrafo 89 de la diversa sentencia que
dictó el treinta y uno de agosto de dos mil diez en el caso Rosendo Cantú
y otras vs México, en los siguientes términos:

En primer lugar, para la Corte es evidente que la violación sexual es un tipo


particular de agresión que, en general, se caracteriza por producirse en
ausencia de otras personas más allá de la víctima y el agresor o los agresores.
Dada la naturaleza de esta forma de violencia, no se puede esperar la
existencia de pruebas gráficas o documentales y, por ello, la declaración de la
víctima constituye una prueba fundamental sobre el hecho.

De igual manera la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha


establecido que la declaración de una víctima de delito de naturaleza
sexual adquiere especial relevancia, en la tesis de jurisprudencia 436,
sustentada en la Séptima Época por la Primera Sala y que puede ser

23
consultada en la página 400, del Apéndice de 2011, Tomo III. Penal
Primera Parte - SCJN Sección – Adjetivo, que dice lo siguiente:

DELITOS SEXUALES, VALOR DE LA DECLARACIÓN DE LA OFENDIDA


TRATÁNDOSE DE. Tratándose de delitos sexuales, adquiere especial relevancia
el dicho de la persona ofendida, por ser este tipo de ilícitos refractarios a
prueba directa.

Así mismo resulta oportuno citar la diversa tesis número


XXVII.3o.28 P (10a.), sustentada en la Décima Época por el Tercer
Tribunal Colegiado del Vigésimo Séptimo Circuito, que puede ser
consultada en la página 1728, del Libro 37, Diciembre de 2016, Tomo II
de la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, que dice lo
siguiente:

DELITOS SEXUALES (VIOLACIÓN). AL CONSUMARSE GENERALMENTE EN


AUSENCIA DE TESTIGOS, LA DECLARACIÓN DE LA OFENDIDA O VÍCTIMA DE
ESTE ILÍCITO CONSTITUYE UNA PRUEBA FUNDAMENTAL, SIEMPRE QUE SEA
VEROSÍMIL, SE CORROBORE CON OTRO INDICIO Y NO EXISTAN OTROS QUE LE
RESTEN CREDIBILIDAD, ATENTO A LOS PARÁMETROS DE LA LÓGICA, LA
CIENCIA Y LA EXPERIENCIA. La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, en la tesis de jurisprudencia de rubro: "DELITOS SEXUALES,
VALOR DE LA DECLARACIÓN DE LA OFENDIDA TRATÁNDOSE DE.", publicada
con el número 436, en el Apéndice al Semanario Judicial de la Federación
1917-Septiembre de 2011, Tomo III, Penal, Primera Parte, Suprema Corte de
Justicia de la Nación, Segunda Sección-Adjetivo, página 400, estableció que,
tratándose de delitos sexuales, adquiere especial relevancia el dicho de la
ofendida, por ser este tipo de ilícitos refractarios a prueba directa. Lo que es
acorde con lo establecido por la Corte Interamericana de Derechos Humanos
en la sentencia condenatoria de 30 de agosto de 2010 en el caso Fernández
Ortega y otros vs. México, en el sentido de que la violación sexual es un tipo
particular de agresión que, en general, se caracteriza por producirse en
ausencia de otras personas más allá de la víctima y el agresor o los agresores
y, por ende, la naturaleza de esta forma de violencia, no puede esperar a la
existencia de pruebas testimoniales, gráficas o documentales, por ello la
declaración de la víctima constituye una "prueba fundamental sobre el
hecho". De lo anterior se concluye que como los delitos de índole sexual, por
su naturaleza, se consuman generalmente en ausencia de testigos, la
declaración de la víctima del delito de violación debe considerarse una
prueba esencial, siempre que sea verosímil, se corrobore con cualquier otro
indicio y no existan otros que le resten credibilidad, atento a los parámetros
de la lógica, la ciencia y la experiencia, que sin constituir cada uno de ellos un

24
requisito o exigencia necesario para la validez del testimonio, coadyuvan a su
TRIBUNAL SUPERIOR valoración desde la perspectiva de su credibilidad subjetiva, objetiva y de la
persistencia en la incriminación.
DE JUSTICIA

De acuerdo con los criterios que se sostienen en esta última tesis


es cierto que la declaración de la víctima tiene un valor preponderante,
sin embargo, también debe ser verosímil y, en el presente caso, la
declaración de la menor víctima cumple con esa característica, pues lo
narrado por ella no tiene ningún dato o aspecto que genere duda sobre
su veracidad, y aun y cuando no fue precisa en cuanto a las fechas de los
hechos, ello, como ya se expuso, encuentra explicación en su corta edad
y en el tiempo que había transcurrido entre la fecha en que ocurrieron y
la fecha en que declaró ante el Tribunal de Enjuiciamiento.

Además, no obra ningún dato o indicio que determine a concluir


que la imputación de la menor hacia su ****-****-**** ****-****-
**** obedeció a motivos de diversa índole, es decir, no hay en el
presente caso un dato que revele que la menor tenía una razón distinta
a la verdad para hacer una imputación de esa naturaleza precisamente a
dicho acusado, pues no puede ignorarse que de acuerdo con la prueba
desahogada en el juicio, en el domicilio en que ocurrieron los hechos
vivían ****-****-**** y otro hijo de éstos de nombre ****-****-****
(quien también era ****-****-**** de la menor). Por tanto si la menor
señaló a ****-****-**** es porque éste es quien ejecutó los hechos
que describió, pues, se insiste, no se desprende de la prueba
desahogada elementos que afecten la credibilidad de la imputación que
hizo la menor víctima.

Aunado a lo anterior, la menor víctima, una vez que fueron


denunciados los hechos el siete de diciembre de dos mil quince, fue
valorada en esa misma fecha por la perito psicóloga ****-****-**** y
ésta, ante el Tribunal de Enjuiciamiento, luego de precisar cuál es su

25
preparación y experiencia en el área de psicología, explicó qué pruebas
realizó a la menor víctima y manifestó, en esencia, lo siguiente:

AGENTE DEL MINISTERIO PÚBLICO: Qué le manifestó la menor en la


entrevista?
PERITO: Me manifiesta que estaba ahí conmigo porque su ****-****-****
****- la había violado once veces de agosto a noviembre, comenta que una
vez fue un día antes del cumple de su mamá, que su ****-****-****salió a la
frutería y su abuelito a comprar cigarros y es cuando su ****-****-****
****- la ve sola la toma del brazo y se la lleva al cuarto de uno de sus ****-
****-****s que se llama ****-****-**** y en ese cuarto comenta que la
acuesta empinada, que él se baja su pantalón, le baja los calzones a ella es
cuando le mete su cosa por atrás y señala sus pompis refiere que le duele
mucho y que se suelta llorando y que su ****-****-**** ****- lo hace
despacio de adelante hacia atrás y es cuando ella se va al baño se sube sus
calzones. Estas veces pasa cuando ella se encuentra sola en casa de su
abuelita, su mamá no vive ahí, su mamá vive aparte, comenta que está con su
****-****-****más que nada para ayudarle en los mandados a lo que le
haga falta a su abuelita. Esta vez jamás dice nada porque su ****-****-****
le dice que no comente nada, su ****-****-****ni nadie le pregunta nada ya
que piensa que se encuentra acompañada de su abuelito en el hogar y
también comenta que depende de lo que se tarde el abuelito es lo que se
pone a meterle su cosa por detrás, que si el abuelo se tarda poquito él se
tarda poquito, yo le pregunto que cómo es que se da cuenta que entra
alguien y comenta que como su abuelito trae llave del portón se oye cuando
entra y es cuando ella se va al baño y su ****-****-**** se va al cuarto a
subirse los pantalones.

De igual forma, la perito informó que el resultado que obtuvo fue


que la menor estaba orientada en las esferas de la conciencia. Que
observó pensamientos de evasión, “como que no quería hablar del
tema, y el afecto que predominó en la valoración fue más que nada de
vergüenza”; que los resultados de las pruebas fue mucha desconfianza y
miedo al exterior, retraimiento, sentimientos de inadecuación,
inseguridad, ansiedad, “tensión más que nada por su cuerpo,
indicadores de tipo sexual, aislamiento de la situación, es que para ella
eran vividos como desagradables, en si son los indicadores que más se
repitieron”.

26
Así mismo informó que la menor presento afectación en grado
TRIBUNAL SUPERIOR
leve por los hechos de carácter sexual que le refirió. Que no presentó
DE JUSTICIA
rasgos de manipulación, que no dudó en sus respuestas, que respondió
al momento en que ella le hacía las preguntas, que su vocabulario
correspondía al de su edad y que su discurso sí reunió los requisitos de
credibilidad “ya que presentó un suceso lógico coherente sin titubeos ni
dudas al momento de responder”. Dijo también que las pruebas que
aplicó a la menor víctima son suficientes para determinar la afectación
emocional, que cada una le arrojó varios, distintos, indicadores y los
cuales se repetían en la mayoría de las pruebas en donde existía
“perfectamente lo que era la afectación en la menor más que nada de
tipo sexual y en su cuerpo”

De igual manera la perito explicó que las características que


presentó la menor víctima son comunes en las víctimas de abuso sexual;
que para la menor, un hecho de esta índole, siendo ella una menor y él
una persona ya mayor para ella, “le produce mucha ansiedad el que le
esté pasando a ella y que necesita protección y no pueda pedir ayuda
por las amenazas que recibe, por el qué dirán, porque los niños
abusados más que nada presentan esa sintomatología porque en su
etapa evolutiva no es normal y ello puede llegar a confundir y es cuando
llegan los sentimientos de necesidad de protección, miedo al exterior
porque llega a pensar que le puede hacer eso cualquier persona,
desconfianza a los adultos, es común que la menor se haya presentado
ante mi así y haya visto yo todo eso en las pruebas. Le produce ansiedad
hablar del hecho y mas que nada pena, vergüenza al qué van a decir de
lo que le hicieron a ella. Puede ser que la víctima olvidara detalles
porque como fueron bastantes meses ella si llegaba a acordarse de
algún dato pequeño, pero por miedo al qué van a decir o por su
inseguridad o todo lo que le han provocado estos hechos le haya faltado

27
decirme algo, pero me basé totalmente en lo que me dice en conjunto
con los resultados de las pruebas.”

En ese sentido, tal prueba demuestra que la menor no fue


manipulada para declarar en la forma en que lo hizo, lo cual corrobora lo
ya sostenido de que se condujo con verdad al expresar que su ****-
****-**** ****-****-**** le impuso cópula vía anal, ya que las prueba
psicológicas que le fueron aplicadas dieron como resultado, en esencia,
que sí presentaba datos o signos psicológicos de haber sido abusada
sexualmente, y el atesto de la perito psicóloga sí tiene valor probatorio
atento a los razonamientos que expuso el Tribunal de Enjuiciamiento, los
cuales hace suyos esta Sala para evitar repeticiones y por encontrase
ajustados a derecho.

Es cierto, como lo destaca el apelante, que la perito sicóloga ****-


****-****, manifestó que la menor le dijo que su ****-****-**** ****-
la había violado once veces, sin embargo, tal circunstancia no demerita
el valor que ha sido concedido a la declaración de la menor víctima, toda
vez que según se expuso anteriormente, ésta al responder a la pregunta
que le formuló la agente del Ministerio Público en el sentido de que
dijera ¿Cuántas veces te hizo eso tu ****-****-****? Dijo: “muchas
veces, no me acuerdo”. De igual forma, ****-****-**** de la menor,
****-****-****, al declarar informó que su hija le dijo que lo que le hizo
su ****-****-**** había ocurrido “varias veces”; por tanto, la prueba
desahogada sí arroja datos de que la menor fue víctima del delito de
VIOLACIÓN en más de dos ocasiones, sin embargo, como la acusación
del Ministerio Público se centró únicamente en dos hechos ocurridos en
dos fechas precisas, lo procedente es determinar si quedaron o no
demostrados tales dos hechos, ya que el artículo 348 del Código
Nacional de Procedimientos Penales establece que el juicio se realizará
sobre la base de la acusación y el artículo 402, último párrafo, del mismo

28
ordenamiento legal, dispone que “Nadie podrá ser condenado, sino
TRIBUNAL SUPERIOR
cuando el Tribunal que lo juzgue adquiera la convicción más allá de toda
DE JUSTICIA
duda razonable, de que el acusado es responsable de la comisión del
hecho por el que siguió el juicio. La duda siempre favorece al acusado”.

En tal virtud, aun cuando el acusado hubiera impuesto cópula a la


menor víctima más de dos veces, no puede el órgano jurisdiccional
pronunciarse o resolver al respecto, sino únicamente con base en la
acusación formulada.

Ahora bien, el hecho de que la menor haya dicho a la perito


psicóloga que fue violada “once veces” no conlleva a concluir que la
menor fue manipulada para declarar en la forma en que lo hizo o que se
haya conducido con falsedad, sino que, en todo caso, se podría presumir
que la menor sí dio a conocer esa situación cuando se presentó la
denuncia, pero que el órgano técnico, como encargado de la
persecución de los delitos, decidió atribuir al inculpado únicamente dos
hechos concretos.

Es INOPERANTE lo que argumenta el inculpado en cuanto a que


no es creíble que la menor haya sido abusada once veces porque la
perito médico ****-****-**** “no logra establecer si fue una sola vez o
más”, toda vez que, se reitera, el juicio que nos ocupa es únicamente en
relación a dos hechos concretos, sin embargo, a fin de dar respuesta a
tal argumento del apelante debe destacarse que la propia perito al
responder a una pregunta formulada por la defensora del acusado
informó que “la bibliografía médico legal marca que nosotros al estar
revisando a un menor de edad o a una persona aunque no fuera menor
de edad, tiempo posterior a los hechos recientes, nosotros sólo podemos
determinar que hubo penetración, sin embargo no hay actualmente

29
ningún método que permita determinar la cuantía de cuántas veces
hubo penetración o no”

Cuyo argumento de la perito tiene sustento, como así lo dijo, en la


doctrina médico legal, pues el autor del texto Medicina Legal, ****-
****-****, reimpresión 2005, Editorial Trillas al tratar el tema de
“Delitos contra la libertad sexual”, en la página 258, explica lo siguiente:

Aspectos médico legales del ano. Interesa saber si hay signos de violencia
reciente o de coito anal habitual.
Como signos de violencia reciente pueden citarse:
a) Desgarro triangular en hora 6.
b) Desgarros de algunos de los pliegues anales (fig. 22.6)
c) Desgarros recto perineales.
d) Hemorragia incoercible en desgarros de paredes anorrectales o perineales.
Como signo de coito anal habitual, el único criterio actualmente admisible,
como sugestivo son las cicatrices antiguas en el ano. Otros signos a los que
los textos tradicionales atribuían el carácter de indicadores de pederastia, el
ano infundibuliforme, el borramiento de los pliegues radiados, la piel anal
hiperqueratótica y la eversión mucocutánea, han perdido valor médico legal.
El ano infundibuliforme es tan poco frecuente que se duda de su existencia y,
a lo sumo, se le considera una variante anatómica, lo mismo que el
borramiento de pliegues radiados. La piel anal hiperqueratótica, plateada,
brillante, puede verse en caso de hemorroides y oxiuriasis. En cuanto a la
eversión mucocutánea, se observa en el estreñimiento crónico severo.

De acuerdo con lo anterior, sólo las cicatrices antiguas en el ano


son las que pueden determinar el coito anal habitual y bien puede
considerarse como “coito anal habitual” la penetración anal en varias
ocasiones durante cierto tiempo, y precisamente la menor presentó
cicatrices en el ano de antigua data, las cuales son sugestivas de coito
anal, pues tenía lesión cicatrizada en hora 6.

A mayor abundamiento, aun cuando ya se ha aclarado que este


Tribunal no puede pronunciarse en relación a hechos distintos de la
acusación que formuló la representación social, no pasa desapercibido
que el perito médico ofrecido por la defensa del acusado, doctor ****-
****-**** ****-****-**** ****-****-****, explicó, esencialmente,

30
que emitió un dictamen con base en las constancias de la causa penal en
TRIBUNAL SUPERIOR
estudio, concretamente en el dictamen que emitió la perito de la Fiscalía
DE JUSTICIA
****-****-**** y la declaración de la menor víctima, que no existe
congruencia entre la conclusión plasmada en el dictamen y la
declaración de dicha menor, que las lesiones que se observaron no
corresponden a la cantidad de violaciones (once) que la menor dijo que
sufrió; que si la menor hubiera sido penetrada once veces, “tendría
borramiento total de los pliegues radiados y sobre todo hubiera pérdida
del tono esfinteriano, que es la fuerza muscular del esfínter interno y
externo, estarían totalmente disminuidos o abatidos y eso se
comprobaría con la introducción parcial del dedo del explorador en la
región anal para comprobar la tonalidad muscular que presente el
esfínter interno y externo y en este caso la introducción parcial del
explorador no aparece eso, es decir, si hubiera sido lesionada o
penetrada esa cantidad de veces el ano tendría otras características,
como deformidad, es decir la misma niña hubiera presentado otra
sintomatología como dificultad para caminar, lesiones que pueden llegar
hasta desgarros en ano y sobre todo la permanencia es el borramiento
de los pliegues radiados del ano, eso es permanente no se puede
reconstituir”.

Sin embargo, tal prueba, en nada favorece al acusado ni desvirtúa


las pruebas de cargo, toda vez que, por una parte, el órgano
jurisdiccional sólo puede resolver sobre los dos hechos concretos
referidos en la acusación formulada por el agente del Ministerio Público
y, por la otra, existen diversos factores o circunstancias que podrían
explicar el porqué la menor víctima no presentó los síntomas que refirió
el perito médico de la defensa ****-****-**** .

En efecto, en principio se destaca que, contrariamente a lo que


afirma el perito médico ****-****-**** la doctrina médico legal que se

31
transcribió en párrafos anteriores, sostiene que el borramiento de los
pliegues radiados del ano ha perdido valor médico legal como signo de
coito anal, lo cual también lo explicó la perito de la Fiscalía ****-****-
**** al rendir declaración.

Además, resulta oportuno hacer mención de que la perito


psicóloga ****-****-**** al informar al Tribunal lo que la menor le
manifestó en la entrevista, dijo que ésta le expuso que:

...es cuando su ****-****-**** ****- la ve sola la toma del brazo y se la lleva


al cuarto de uno de sus ****-****-****s que se llama ****-****-**** y en
ese cuarto comenta que la acuesta empinada, que él se baja su pantalón, le
baja los calzones a ella es cuando le mete su cosa por atrás y señala sus
pompis refiere que le duele mucho y que se suelta llorando y que su ****-
****-**** ****- lo hace despacio de adelante hacia atrás y es cuando ella se
va al baño se sube sus calzones.

De ello se advierte que al momento en que el acusado introdujo el


pene en el ano de la menor, ésta tuvo dolor, lo cual resulta lógico,
aunado a que se le causaron lesiones, pues éstas las presentó ya
cicatrizadas en horas 6 y 12 según carátula del reloj cuando fue revisada
aproximadamente quince días después de la última cópula; luego, la
propia menor refirió que su ****-****-**** “lo hace despacio de
adelante hacia atrás”, de ahí que ello puede explicar que dicha menor
no haya sufrido un mayor daño físico en esa parte de su cuerpo.

Igualmente, la perito psicóloga aludida dijo que la menor le


manifestó que:

...comenta que depende de lo que se tarde el abuelito es lo que se pone a


meterle su cosa por detrás, que si el abuelo se tarda poquito él se tarda
poquito...

Y a ese respecto cabe señalar que el abuelo de la menor víctima


****-****-**** expresó que sí salía de su casa a la tienda, en ocasiones,

32
pero no por lapsos prolongados, que se tardaba “unos cinco minutos” y
TRIBUNAL SUPERIOR
que la menor “casi nunca estaba sola”.
DE JUSTICIA

De lo anterior se podría inferir también que la penetración no era


por lapsos prolongados, lo cual también pudo haber contribuido a que el
daño o lesiones causadas en la región anal de la menor no fuera mayor.

En el mismo orden de ideas, de acuerdo con la prueba


desahogada, la menor vivió en el lugar en que ocurrieron los hechos
entre el mes de agosto y principios de diciembre de dos mil quince, por
lo que en caso de que hubiera sido “violada once veces” precisamente
durante ese tiempo, ello habría ocurrido en un lapso de
aproximadamente cuatro meses, es decir, entre cada hecho podría
haber transcurrido cierto tiempo lo cual hubiera permitido la
cicatrización de las lesiones provocadas en cada ocasión que hubo
penetración, pues de acuerdo con lo expuesto por la perito ****-****-
****, una lesión o desgarro producida en el ano por penetración, puede
tardar de cinco a quince días en sanar o cicatrizar.

Por último, las lesiones en el ano o el daño que sufre la región anal
también depende de otros factores, como son el grado de violencia o
brusquedad con que se ejecuta el acto sexual y la desproporción de
volúmenes entre las partes anatómicas involucradas, es decir, la
desproporción de los órganos genitales del agresor respecto del tamaño
del ano agredido, lo cual, en el presente caso no quedó establecido en
forma alguna.

De acuerdo con lo expuesto, el hecho de que la menor haya


referido a la perito psicóloga que fue violada once veces y que haya
presentado en el ano, al momento de su revisión por parte de la perito
médico, únicamente dos lesiones ya cicatrizadas, no conlleva a concluir

33
como así lo aduce el apelante, que la menor faltó a la verdad o que se
condujo falsamente al señalar que su ****-****-**** ****- la violó,
pues por una parte, tales lesiones que le fueron apreciadas sí son datos
de penetración de antigua data y, por la otra, en caso de que sí hubiera
sido penetrada tal cantidad de veces, existen todas esas circunstancias o
factores destacados anteriormente que explicarían válidamente las
razones por las que la menor no presentó un daño mayor en la región
anal o la sintomatología que según el perito médico ofrecido por la
defensa debe presentar un menor que ha sido violado once veces.

En otro sentido, el acusado sostiene en sus agravios que “lo único


que asegura la menor víctima es el señalamiento de ****- pero a eso no
le deben de dar valor probatorio ya que lo conoce de toda la vida por ser
hermano de la mamá y que hay una manera especial para identificación
de persona y le dan valor probatorio”; sin embargo, tales agravios son
INOPERANTES, pues carece de sentido y lógica que la menor haya
señalado precisamente al acusado únicamente porque lo conocía de
toda la vida, en razón a que, seguramente, existen otras personas a
quienes la menor “conoce de toda la vida. Cabe reiterar, incluso, que en
el domicilio en que ocurrieron los hechos vivía, además de ****-****-
****, otro ****-****-**** de la menor de nombre ****-****-****, de
ahí que el señalamiento que hizo la menor en contra de ****-****-****
sólo puede obedecer a que es éste quien ejecutó los hechos, pues, como
ya se dijo, no hay ningún dato que revele animadversión por parte de la
menor o de ****-****-**** de ésta hacia dicho acusado o algún
problema entre ellos que determinara a la menor o a su madre a realizar
una imputación falsa de esa naturaleza pues el delito de violación trae
como consecuencia la privación de la libertad de una persona por un
tiempo considerable, además de que también ello genera, sin duda, una
situación difícil y de tristeza o sufrimiento para su familia y, en el
presente caso, la hermana del acusado y madre de la menor ****-****-

34
****, externó su dolor al referir que “yo también fui a terapias y entendí
TRIBUNAL SUPERIOR
que yo no tengo la culpa de estar aquí, el único responsable es él, a mi
DE JUSTICIA
me duele mucho porque es mi hermano y mi mamá está en medio de
esto” (se destaca por parte de este órgano jurisdiccional que la testigo
expresó dichas palabras llorando).

En el mismo orden de ideas, cabe señalar que al momento en que


la menor víctima rindió declaración ante el Tribunal de Enjuiciamiento lo
hizo acompañada por la psicóloga ****-****-**** ****-****-****,
quienes estaban en presencia de los integrantes del Tribunal de
Enjuiciamiento en una Sala adjunta a aquélla en la que se desarrolló el
juicio y en la que estaban presentes el acusado acompañado por su
defensora particular y dos agentes del Ministerio Público acompañadas
por la asesora jurídica; luego, la menor, a preguntas de su oferente,
manifestó que no sabía el nombre completo de su ****-****-****, que
si lo viera lo reconocería y cuando la agente del Ministerio Público le
preguntó “¿Me lo puedes señalar en esta Sala si se encuentra?, la menor,
luego de observar la pantalla que estaba colocada en la Sala en que
rindió declaración y a través de la cual podía ver a las personas que se
encontraban en la Sala adjunta respondió: “Ya lo vi”; y también a
pregunta de la representante social dijo que traía puesta una “chamarra
café” y, esta Sala, al revisar el audio y video de la declaración de la
menor observa que el acusado si bien no usaba exactamente una
“chamarra café” sí usaba una vestimenta que se puede describir en esa
forma pues en apreciación de esta Sala ****-****-**** usaba una
playera de manga larga o sudadera de un color entre verde militar
obscuro y café con un logotipo en color blanco; sin embargo, no queda
duda que cuando la menor refirió la vestimenta que tenía la persona a
quien reconoció como su ****-****-**** era precisamente el acusado,
pues no había en la sala otra persona que usara “una chamarra café”.

35
El apelante también expone en sus agravios que:

“Hay un procedimiento especial en el artículo 280 del Código Procesal del


Procedimiento para reconocer personas y no como lo interpretaron los
jueces, a saber:
Señalaron:
“no le asiste la razón al impugnante... en ningún momento permitió que se
practicara una diligencia de reconocimiento de persona en los términos
apuntados...
(solo escuchen el audio y dejo a su criterio si las palabras que usó el acusador,
fueron de reconocer, identificar si se encuentra en la sala, si podía señalar
donde está el que violó a la menor; si las palabras que utilizó NO SON UN (sic)
RECONOCER A UNA PERSONA DENTRO DE LAS DOS MESAS DE LA SALA,
entonces ¿está bien para Ustedes con todo respeto, Señores Magistrados
garantes de derechos humanos?)
...sólo realizó un señalamiento incriminatorio (dentro del público) en contra
del enjuiciado: “señalan... actividad jurisdiccional que no se encuentra
prohibida por la ley...” (cuál ley, la sustantiva, la adjetiva, la civil, o la Carta
Magna o la local. En qué ley está permitida esa pregunta.
Prueba obtenida con violación de derechos fundamentales será nula,
Acaso no es una prueba ilícita que me dejo en estado de indefensión, como
saber que me conocían las dos testigos, o fueron aleccionadas para esa
pregunta y decirles dónde iba a estar sentado y con mi abogado, no había
equivocación para señalar donde me encontraba. Este (sic) violación a un
derecho fundamental dejará precedente, para que se deje DE HACER ESA
PRÁCTICA EN TODOS LOS JUICIOS ORALES DE CONSIDERAR QUE “NO ESTÁ
PROHIBIDA POR LA LEY” y ante la violación a un precepto constitucional en su
interpretación pudiera conocer la Suprema Corte de la Nación en el Recurso
de Revisión, por si Ustedes H. Magistrados comparten dicho criterio.

Tales agravios son INOPERANTES toda vez que el artículo 280 del
Código Nacional de Procedimientos Penales se refiere al reconocimiento
de objetos, esto es, prevé la forma en que debe procederse para el
reconocimiento de objetos, aunado a que dicho precepto legal, así como
el 277 que se refiere al procedimiento a seguir para el caso de
reconocimiento de personas, están contenidos en el capítulo relativo a
los actos de investigación y el señalamiento o reconocimiento que hizo
la menor víctima en contra de ****-****-**** lo realizó dentro del
desarrollo de la audiencia de juicio oral, por lo que no tenían que
seguirse las reglas que se establecen para los actos de investigación.

36
Además en el presente caso, la menor previamente a señalar al
TRIBUNAL SUPERIOR
acusado, había informado que su ****-****-**** ****- la violó, luego
DE JUSTICIA
dijo que si veía a su ****-****-**** sí lo reconocería; después, cuando
le cuestionaron que si lo “podía señalar en esta sala si se encuentra” la
menor dijo: “ya lo vi”, posteriormente, a petición de la agente del
Ministerio Público, lo señaló en la pantalla y, finalmente, cuando éste le
solicitó que describiera la vestimenta que usaba, la menor dijo que traía
puesta una chamarra café; por tanto, tal señalamiento se considera
válido, no es ilícito y no trasgrede en forma alguna los derechos
humanos del acusado, ya que éste estaba acompañado en ese momento
por su defensora particular, aunado a que la agente del Ministerio
Público ningún pronunciamiento hizo conminando a la menor a que
señalara a alguien que estuviera “dentro de las dos mesas de la sala”; en
consecuencia, el señalamiento que realizó resulta apto para demostrar
la responsabilidad de ****-****-**** en la comisión de los delitos de
VIOLACIÓN en agravio de la menor víctima, pues al adminicular la
declaración que hizo ésta y tal señalamiento, se llega a la convicción de
que esa persona que estaba presente en la audiencia, que se identificó
con el nombre de ****-****-**** es la persona que, de acuerdo con lo
referido por la menor víctima, le impuso cópula vía anal en las dos
ocasiones que explicó.

Y tal señalamiento que, de acuerdo con los resultados arrojados


por las pruebas psicológicas aplicadas a la menor, no fue manipulado,
que además es verosímil, que no tiene datos de falsa imputación, está
apoyado con otras pruebas, pues quedó demostrado que la menor vivió
en el lugar en que ocurrieron los hechos en la época en que ésta dijo
que sucedieron, está demostrado que el acusado sí era su ****-****-
**** y que sí acudía a ese lugar e, incluso, que tenía llave para acceder a
él y también quedó demostrado que la menor tenía, en el ano, cicatrices
de penetración de antigua data.

37
Ahora bien, en cuanto a la pregunta que hace el apelante en el
sentido de en qué ley está permitido que una persona reconozca o
señale a otra en el desarrollo de la audiencia de juicio oral, cabe precisar
que el artículo 356 del Código Nacional de Procedimientos Penales
establece que “Todos los hechos y circunstancias aportados para la
adecuada solución del caso sometido a juicio, podrán ser probados por
cualquier medio pertinente producido e incorporado de conformidad con
este Código”. Por su parte el artículo 360 del mismo ordenamiento legal
que se refiere al deber de testificar, dispone que “Toda persona tendrá
la obligación de concurrir al proceso cuando sea citado y de declarar la
verdad de cuanto conozca y le sea preguntado...”; y conforme a los
artículos 372 y 373 de la misma ley adjetiva, la parte que propone al
testigo es quien debe interrogarla en primer término y la parte contraria
puede interrogarla a continuación, el testigo debe responder
directamente a las preguntas que le formulen las partes; las preguntas
deben formularse en forma oral y deben versar sobre un hecho
específico; no se permiten las preguntas ambiguas o poco claras, las
conclusivas, impertinentes o irrelevantes o argumentativas, como
tampoco aquellas que tiendan a ofender al testigo o que pretendan
coaccionarlo y, finalmente, las preguntas sugestivas se permiten sólo a la
contraparte de quien ofreció al testigo.

En el presente caso, el interrogatorio a la menor víctima por parte


de su oferente la agente del Ministerio Público, se desarrolló, en lo que
interesa, de la siguiente manera:

AGENTE DEL MINISTERIO PÚBLICO: ¿Sabes por qué estás aquí?


MENOR VÍCTIMA: Sí
AGENTE DEL MINISTERIO PÚBLICO: Nos podrías platicar ¿por qué?
MENOR VÍCTIMA: porque mi ****-****-**** me violó (se hace la
observación por parte de este órgano jurisdiccional que en este momento la
menor comenzó a llorar)
AGENTE DEL MINISTERIO PÚBLICO: ¿Cuál ****-****-****?

38
MENOR VÍCTIMA: Mi ****-****-**** ****-
TRIBUNAL SUPERIOR AGENTE DEL MINISTERIO PÚBLICO: ¿Me puedes decir qué es violar?
MENOR VÍCTIMA: Que te meten lo que tienen los hombres
DE JUSTICIA
AGENTE DEL MINISTERIO PÚBLICO: ¿Tú sabes qué es lo que tienen los
hombres, cómo se llama?
MENOR VÍCTIMA: Pene
AGENTE DEL MINISTERIO PÚBLICO: y ¿Dónde te lo mete?
MENOR VÍCTIMA: En mi colita.

Luego una vez que la menor ya había referido desde un inicio que
su ****-****-**** ****- la había violado, la oferente de la prueba le
realizó las siguientes: “¿Y tu te sabes el nombre completo de tu ****-
****-****?, ¿Si ves a tu ****-****-****, tú lo reconocerías?, ¿Me lo
puedes señalar por favor en esta Sala si se encuentra? ¿Nos puedes decir
qué trae puesto?, ¿No lo puedes señalar ahí en la pantalla por favor?, lo
que dio como resultado, que la menor señalara a la persona que al inicio
de la audiencia se identificó como ****-****-****, por tanto, tales
preguntas cumplen con los requisitos que exigen los preceptos legales
del Código Nacional de Procedimientos Penales invocados, de ahí que al
haberse formulado en esos términos y al haber provocado las respuestas
aludidas, por parte de la menor víctima, no se trasgredieron en forma
alguna los derechos humanos del acusado.

Por otra parte, el apelante señala en sus agravios que:

La declaración de ****-****-**** (sic) ****-****-**** (Perito en psicología)


no hace prueba plena toda vez que en su dictamen dice que la menor dice la
verdad porque lo hizo de manera espontánea y sin reticencias y después la
perito en el contra interrogatorio manifiesta que por lo diagnosticado a la
menor en su pericial de fecha 07 de diciembre del año 2015 “dijo que la
menor ocultaba cosas”, es una prueba importantísima como lo es la
AFECTACIÓN PSICOLÓGICA, no puede haber contradicción con su resultado
por lo que le resta todo valor probatorio a la credibilidad d (sic) la declaración
de la menor sobre la violación que supuestamente sufrió.
El anterior argumento es INOPERANTE, toda vez que es cierto que
la perito refirió que “puede que (la menor) sí haya ocultado algunos
hechos”, sin embargo, ello no contradice las conclusiones a las que
arribó, toda vez que la propia perito explicó que a la menor le producía

39
ansiedad hablar del hecho, que más que nada era vergüenza al qué van
a decir de lo que le hicieron a ella; que sí era posible que la menor
hubiera olvidado detalles porque fueron “bastantes meses, ella sí
llegaba a acordarse de algún dato pequeño pero por miedo al qué van a
decir o por su inseguridad o todo lo que le han provocado estos hechos
le haya faltado decirme algo, pero me basé totalmente en lo que me dice
en conjunto con los resultados de las pruebas”; es decir, la perito explicó
las razones por las cuales existía la posibilidad de que la menor haya
ocultado algunos hechos o le haya faltado decir algo, sin embargo fue
contundente en señalar que la menor víctima no presentó rasgos de
manipulación “ya que no dudó en sus respuestas, respondió al momento
en que yo le hacía las preguntas, su vocabulario correspondía al de su
edad y su discurso sí reunió los requisitos de credibilidad ya que presentó
un suceso lógico, coherente, sin titubeos ni dudas al momento de
responder”; así mismo refirió que cada una de las pruebas aplicadas
arrojó varios distintos indicadores que se repetían en la mayoría de las
mismas en donde existía “perfectamente” la afectación en la menor
“más que nada de tipo sexual y en su cuerpo”.

En ese sentido, sí quedó demostrado, con el atesto de la perito


psicóloga ****-****-****, que la menor no fue manipulada para
declarar los hechos a que se refiere esta acusa y que su dicho, no
obstante que haya ocultado algunos detalles, es creíble, pues tales
conclusiones son producto de las pruebas que la perito practicó a la
menor víctima, y tal prueba produce convicción a este órgano
jurisdiccional, ya que quedó demostrada la preparación, formación
académica y experiencia práctica que tenía la referida perito para emitir
una opinión o dictaminar en materia de psicología; se advierte que es
imparcial; su relato es coherente, no es contradictorio; explicó qué
pruebas aplicó al momento de valorar a la menor víctima y qué utilidad

40
tenían y, finalmente, expresó las razones que la determinaron a arribar a
TRIBUNAL SUPERIOR
sus conclusiones.
DE JUSTICIA

El apelante expone en los agravios lo siguiente:

La declaración de ****-****-**** (médico 4.- perito); ésta tampoco puede


acredita (sic) la lesión o violación que sufrió la menor víctima toda vez que en
su teoría del caso se confunde que si fue una sola vez la violación o varias y
por si fuera poco tampoco puede establecer si fue con pene o con el dedo o
con un objeto y todavía con la experticia que dice tener no puede
diagnosticar nada más que una cicatriz rosa nacarada a las doce del día y a las
seis de la tarde comparadas con las manecillas del reloj y que es de antigua
data o la herida externa (escoriación estas cicatrices son muy superficial) que
presentaba la menor en el (sic) por lo que no es creíble su teoría del caso no
se basa o se funda en un orden cronológico basado en la ciencia y experticia
de la perito.

Tales agravios son INOPERANTES, toda vez que la perito médico


referida no “confundió” si fue una sola vez la violación o varias, sino que
explicó que no hay actualmente ningún método que permita determinar
cuántas veces hubo penetración anal, que la bibliografía médico legal
sostiene que al revisarse a la persona tiempo posterior a los hechos
(coito anal), el médico sólo puede determinar si hubo o no penetración,
y tal argumento de la perito se estima acertado pues, como se explicó en
párrafos anteriores, el autor del libro Medicina Legal, ****-****-****,
sostiene que el único criterio admisible sugestivo de coito anal habitual
(que se hace con continuación, lo que significa más de una vez) son las
cicatrices antiguas en el ano y en el presente caso, según así lo informó
la perito médico que la revisó, la menor víctima presentó cicatrices o
lesiones ya cicatrizadas en el ano en horas 6 y 12 según carátula de reloj,
“lo que me permitió concluir que la menor tenía penetración anal de
antigua data”, por tanto, sí es factible que haya sino penetrada más de
una vez.

41
A mayor abundamiento, la perito médico ofrecida por la Fiscalía,
****-****-**** informó, sustancialmente, que el día siete de diciembre
de dos mil quince, practicó un examen ginecológico y proctológico a la
menor víctima, que “se observó que tenía genitales acordes a su edad,
que había ausencia de vello púbico, que no había lesiones en horquilla...
tenía himen semilunar, no se observó pérdida de la contigüidad, el
periné estaba íntegro. En la revisión anal se observa que tiene pliegues
radiados, se hace separación de nalgas se observan dos lesiones de color
blanquecino nacarado localizada una a las 6 horas y otra a las 12 horas
éstas son cicatrices y el tono esfinteriano se encontró normal. Después
de realizar toda la metodología se llega a la conclusión que la menor
estaba en etapa púber, una edad médico clínica de ocho a diez años, que
tenía un himen íntegro, sí presentaba datos de cópula, penetración anal
de antigua data, no así de reciente data. No datos de penetración
vaginal de antigua ni reciente data, no se observaron lesiones en el
exterior e su superficie corporal.”.

De acuerdo con lo expuesto por la perito médico la menor víctima


sí presentó datos de penetración anal de antigua data, consistentes en
dos lesiones ya cicatrizadas en la región anal las seis y a las doce, según
carátula del reloj; por tanto, esos signos apreciados en el cuerpo de la
menor víctima son congruentes con lo que ella manifestó, pues dijo que
su ****-****-**** ****- le metió su pene en la colita. Además la perito
concluyó que esos signos eran de penetración de antigua data,
explicando que ésta era un término de entre siete y diez días, es decir,
que la penetración anal que sufrió la menor, según lo observado, había
ocurrido entre siete y diez días o más anteriores a la revisión, por tanto,
ello robustece la acusación, pues de acuerdo con la prueba desahogada
la última vez que la menor fue penetrada por el acusado fue el veintiséis
de noviembre de dos mil quince, y cuando fue revisada por la perito

42
médico el siete de diciembre del mismo año, habían transcurrido catorce
TRIBUNAL SUPERIOR
días.
DE JUSTICIA

Y para mayor ilustración de lo anterior resulta oportuno citar


nuevamente al autor ****-****-****, quien sostiene:

Aspectos médico legales del ano. Interesa saber si hay signos de violencia
reciente o de coito anal habitual.
Como signos de violencia reciente pueden citarse:
a) Desgarro triangular en hora 6.
b) Desgarros de algunos de los pliegues anales (fig. 22.6)
c) Desgarros recto perineales.
d) Hemorragia incoercible en desgarros de paredes anorrectales o perineales.

De acuerdo con lo anterior, uno de los signos de coito anal


reciente o habitual es desgarro triangular en hora 6, y en el caso que nos
ocupa, la menor víctima presentó una lesión ya cicatrizada en hora 6,
por tanto, sí está acreditado que la menor presentó dato de cópula anal
de antigua data.

Ahora bien, es cierto como lo destaca el apelante que la perito


****-****-**** no precisó si la penetración que sufrió la menor víctima
por vía anal fue con “el pene o con el dedo o con un objeto”, lo cual se
estima razonable, en tanto que es claro que la perito no estaba presente
en el lugar cuando ocurrieron tales hechos; sin embargo la perito sí
concluyó que sí pudieron haber sido provocadas con un pene.

A mayor abundamiento, en el presente caso, la menor víctima fue


revisada después de quince días de la última agresión, informando que
su ****-****-**** ****- le metió su pene en su colita, por lo que es
este testimonio el que permite saber, en principio, qué fue lo que le
produjo a la menor las lesiones ya cicatrizadas que se le observaron en
el ano; luego, tal aseveración de la menor está apoyada por la perito
****-****-****, ya que la revisó y concluyó que tenía las lesiones ya

43
referidas y que son características de penetración, además en su
explicación sí concluyó que tales lesiones pudieron haber sido
provocadas por un pene, pues la defensora del inculpado le preguntó:
“Usted en su exposición dice que aparecen dos lesiones de color
blanquecino a las 12 y a las 6 según la carátula del reloj, ¿pueden haber
sido hechas por un miembro viril de adulto, por uno de un menor, o
simplemente pudieran haber sido por desaseo de la menor”? y la perito
respondió: “No son lesiones que se puedan encontrar por desaseo y
tienen que ver con dermatitis. Las lesiones que encontré y que concluí
que eran de penetración anal pueden ser producidas por un pene, un
dedo o cualquier objeto cilíndrico romo”. Asi mismo la defensora le
preguntó: ¿Cómo quedarían las lesiones por un miembro de adulto en
una menor de ocho años? A lo que respondió: “las lesiones que
podemos encontrar de antigua data sólo serán cicatrizales”; por tanto,
se insiste, si la menor dijo que su ****-****-**** ****- (adulto de entre
cuarenta y tres y cuarenta y cuatro años en las fechas de los hechos) le
introdujo el pene en su colita por última vez el día veintitrés de
noviembre de dos mil quince y la menor fue revisada por la perito el
siete de diciembre de dos mil quince, resulta razonable que le haya
apreciado las lesiones que describió la perito médico, misma que estaba
certificada para ejercer como perito médico forense, con estudios, entre
otros, de maestría en Criminalística y técnicas periciales, y con amplia
experiencia en la práctica de exámenes ginecológicos y proctológicos, de
ahí que, como ya se explicó, su dicho haya creado convicción en este
órgano jurisdiccional.

Continuando con los agravios, el apelante sostiene que:

5. La declaración de ****-****-**** (perito de campo) , con la secuencia


fotografía del lugar de los hechos que porque es el lugar que la menor
identifica y manifiesta como ser en el que sufrió la violación y luego se
contradice la perito al señalar que no se tomaron fotos del interior del
domicilio ubicado en calle ****- ****-****-**** ****-****-**** del ****-
****-**** de esta Ciudad, ya que no se encontraba la mamá ni la menor

44
víctima; es de restarle valor probatorio porque no está indicando la menor
TRIBUNAL SUPERIOR víctima en donde la violaron.
DE JUSTICIA

Agravios que son INOPERANTES, ya que la perito de campo que


refiere el apelante no se contradijo en ningún momento, ya que sí
explicó que sólo tomó fotografías del exterior del domicilio que
mediante oficio le indicó la agente del Ministerio Público y que no tomó
fotografías de su interior porque cuando acudió a realizar tal diligencia
no se encontraban en el lugar la menor víctima ni ****-****-**** de
ésta. Además, como ya se expuso ampliamente, la menor víctima sí
precisó que los hechos ocurrieron en el domicilio de ****-****-****, en
un cuarto, y sí quedó corroborada la existencia de tal domicilio con el
atesto de la perito de campo ****-****-**** y con los atestos de ****-
****-****, ****-****-****, ****-****-**** y del acusado ****-****-
****.

El apelante también aduce en su escrito de agravios lo siguiente:

6. la declaración de ****-****-**** (perito en psicología) ésta viene a


robustecer la teoría de la defensa al pretender establecer que la menor
víctima no fue violada por ****-****-****, ya que éste no tiene parámetros
de pedofilia por lo tanto se contradice al establecer que tiene un desorden
sexual, se es o no se es.

Tales agravios son INOPERANTES, toda vez que el hecho de que la


perito ofrecida por la representación social, ****-****-****, haya
concluido que el acusado no presentaba rasgos de pedofilia, no
determina a concluir, necesariamente, que por tal razón no impuso
cópula a la menor víctima, pues la pedofilia según el diccionario de la
Real Academia Española es la “Atracción erótica o sexual que una
persona adulta siente hacia niños o adolescentes”; por tanto, se puede
inferir, fundadamente, que no sólo las personas que han sido
diagnosticadas como pedófilas llevan a cabo tales conductas (tener
cópula con niños), sino que también hay quienes sin tener esa parafilia

45
cometen abusos o violaciones en contra de menores por motivos
distintos a aquéllos que impulsan a quienes padecen el trastorno y, en el
presente caso, la menor víctima era una niña de ocho años de edad, era
sobrina del acusado, por lo que colocaba a éste en un plano de
superioridad respecto de la menor, aunado a que había momentos en
que se quedaba sola o no estaba vigilada y el acusado tenía acceso al
lugar en que ésta se encontraba.

El apelante también dice en sus agravios que:

Esto me causó agravio por parte de los Jueces de Juicio Oral al determinarme
culpable del delito de violación por parte de la acusadora, conforme lo
establezca el tipo penal y esta no probó en qué momento la violó, cuántas
veces y en dónde. Los testigos hacen un señalamiento genérico y poco claro.
Sí hay una tendiente a demostrar la violación con los datos de prueba
vertidos, pero les falta la eficacia de determinar si estas cicatrices son de
violación, una o cuántas veces y quién lo cometió ya que en ningún momento
hay algo que me incrimine si bien es cierto la víctima dicen que me señala
pero en el reconocimiento de persona no me identifica que sería lo único que
me haría culpable y a lo cual por simple analogía no se me puede culpar de
un delito que yo no cometí

Los anteriores agravios son INOPERANTES, pues como se expuso


con anterioridad, la agente del Ministerio Público únicamente acusó a
****-****-**** por dos hechos ocurridos en dos fechas específicas, los
cuales sí quedaron acreditados, es decir, sí quedaron demostradas las
circunstancias de tiempo, lugar y modo en que ocurrieron esos dos
hechos; además también quedó demostrado con una prueba eficaz que
las cicatrices que presentó la menor en la región anal son signos de
penetración y que pudieron haber sido producidas por un pene, un dedo
o cualquier objeto cilíndrico romo, por lo que esto adminiculado a la
declaración de la menor en el sentido de que el acusado le “metió el
pene en la colita”, conlleva a concluir que la menor sí fue copulada por la
vía anal .

46
En cuanto a la responsabilidad de ****- ****-****-**** en la
TRIBUNAL SUPERIOR
comisión de esos delitos, es INFUNDADO que sólo obra para acreditarla
DE JUSTICIA
el señalamiento que en su contra hace la víctima, y que “ese
reconocimiento no lo identifica”, toda vez que su responsabilidad quedó
plenamente demostrada por las razones que se exponen, brevemente, a
continuación:

El acusado se presume inocente, esto es, llegó al juicio oral


amparado por el principio de presunción de inocencia, consistente en la
convicción de que no cometió los delitos por los que se le acusaba; sin
embargo, tal principio se superó o venció con la prueba desahogada en
la audiencia de juicio, toda vez que una menor de diez años, quien era su
sobrina por ser hija de una hermana del acusado, manifestó sin dudas y
en forma contundente ante el Tribunal de Enjuiciamiento que su ****-
****-**** ****- la violó, explicando en qué consistió tal acto, aunado a
que al hacerlo surgieron en ella, en forma espontánea, sentimientos de
tristeza o dolor pues lo hizo llorando, advirtiéndose también en su
narrativa sentimientos de vergüenza, pues al responder a determinadas
preguntas su tono de voz fue más bajo; de ahí que por ello y por todas
las demás razones que se han expuesto, su declaración es espontánea,
verosímil y no se encuentra, en ninguna prueba, elementos que afecten
la credibilidad de la misma.

La menor dijo que sí podía reconocer a la persona que la había


violado, a la cual se refería como su ****-****-**** ****-; manifestó
sin dudas que sí estaba presente en el lugar (la sala de juicio oral) que
observó a través de una pantalla, señaló en esa pantalla a una persona
que estaba dentro de tal sala, describiendo parte de la vestimenta que
usaba (chamarra café) y tal persona es quien momentos previos se había
identificado como ****-****-****

47
Obra también la opinión de una experta, perito psicóloga, quien
como resultado de las diversas pruebas que aplicó, concluyó que la
menor no presentaba parámetros de haber sido manipulada para
declarar sobre los hechos y que reunía los parámetros de credibilidad.

No hay datos o pruebas que revelen que se trate de una


imputación falsa por parte de la menor o de ****-****-**** de ésta,
****-****-****, aunado a que fueron contestes al exponer en qué
momento y por qué razón la menor le platicó a su mamá sobre los
hechos de los que fue víctima.

****-****-**** de la menor, al declarar, igualmente reveló en


forma espontánea sentimientos de tristeza o dolor no sólo por lo
ocurrido a su hija, sino también porque el responsable de ello fue su
hermano, los cuales además los externó, pues manifestó lo siguiente:

AGENTE DEL MINISTERIO PÚBLICO: ¿Cómo era la relación con su hermano


****-?
TESTIGO: Ni buena ni mala, a veces teníamos conflictos por su forma de ser
de él hacia con mis papas.
AGENTE DEL MINISTERIO PÚBLICO: ¿Cómo era?
TESTIGO: Es que él tomaba y agredía a mis papás.
AGENTE DEL MINISTERIO PÚBLICO: ¿De qué manera?
TESTIGO: Verbalmente porque físicamente no lo dejábamos.
AGENTE DEL MINISTERIO PÚBLICO: ¿Eso debido a que tomaba?
TESTIGO: Sí,
AGENTE DEL MINISTERIO PÚBLICO: ¿Cómo ha visto a su hija a raíz de lo que
pasó con ****-?
TESTIGO: al principio que pasaron los hechos que fuimos a poner la denuncia
despertaba llorando decía que todo el tiempo estaba pensando, pero la
estuve llevando a sus terapias durante casi cinco meses, mejoró mucho, yo
también fui a terapias y entendí que yo no tengo la culpa de estar aquí, el
único responsable es él, a mi me duele mucho porque es mi hermano es mi
hermano y mi mamá está en medio de esto. (se hace la observación por
parte de este órgano jurisdiccional que en ese momento la testigo lloró)
AGENTE DEL MINISTERIO PÚBLICO: Usted nos dijo de lo que le platicó su hija
****-****-**** las fechas habían sido el veintitrés de noviembre y la otra?
TESTIGO: El cinco de septiembre.
AGENTE DEL MINISTERIO PÚBLICO: ¿De qué año?
TESTIGO: Del dos mil quince.

48
AGENTE DEL MINISTERIO PÚBLICO: ¿Se encuentra en esta sala su hermano?
TRIBUNAL SUPERIOR TESTIGO: Sí
AGENTE DEL MINISTERIO PÚBLICO: ¿No lo puede señalar?
DE JUSTICIA
TESTIGO: Sí ahí está (se hace la observación por parte de este órgano
jurisdiccional que en este momento la testigo lloró y apuntó con un dedo a
la mesa donde se encontraba quien se identificó como ****-****-****).

Por lo que tal actitud y lo expresado por la testigo constituyen más


datos que determinan a concluir que no se trata de una falsa
imputación.

Obra también la opinión de una experta, perito médico con vasta


preparación y amplia experiencia en la práctica de revisiones
ginecológicas y proctológicas, quien luego de explicar que realizó un
examen a la menor víctima, concluyó que presentó datos de penetración
anal de antigua data que pudieron haber sido producidas por un pene,
un dedo o cualquier objeto cilíndrico romo.

Con las pruebas desahogadas en juicio relativas a las


declaraciones de ****-****-****, ****-****-**** y ****-****-****,
quedó acreditado que la menor víctima sí vivía en el lugar que señaló
como ser aquel en el que ocurrieron los hechos en la época en que dijo
que habían sucedido.

Finalmente, también quedó demostrado con los atestos antes


referidos y con la declaración del acusado ****-****-****, que éste sí
acudía al lugar en que ocurrieron los hechos y que incluso tenía llave del
mismo.

En ese sentido, contrariamente a la aseveración que hace el


acusado en sus agravios, sí hay pruebas que lo incriminan y que
demuestran más allá de toda duda razonable su responsabilidad en la
comisión de los delitos de VIOLACIÓN, previstos y sancionados por el

49
artículo 177 fracción I del Código Penal, cometidos en agravio de la
menor víctima y por los cuales lo acusó la representación social.

Por otra parte el apelante también aduce que:

Prueba de descargo.- ya que con el dictamen comparativo del D. ****-****-


**** ****-****-**** ****-****-**** (Perito Médico), se pone en duda que
la menor de iniciales ****-****-****., fuera violada ya que ella manifiesta
que fueron 11 veces violada y que el dictamen de la perito ****-****-****
no pudo demostrar si fue una sola vez la violación o varias y por si fuera poco
tampoco puede establecer si fue con pene o con el dedo o con un objeto y
todavía con la experticia que dice tener “no puede diagnosticar nada más que
una cicatriz rosa nacarada a las doce del día y a las seis de la tarde
comparadas con las manecillas del reloj y que es de antigua data o la herida
externa (escoriación estas cicatrices son muy superficial) que presentaba la
menor en el Por (sic) lo que no es creíble su teoría del caso no se basa o
funda en un orden cronológico basado en la ciencia y experticia de la perito.
Y mi defensa sí manifiesta el porqué esas cicatrices no pueden ser de
violación por el miembro viril del suscrito ya que hubiera desgarros, más
cicatrices, sangrado, inivision (sic) de esfínteres y borramiento de pliegues
radiados. Que esas cicatrices que describe la perito de la fiscalía son de una
infección o irritación por desaseo que concuerda con lo manifestado por la
misma perito que antes de hacer el examen proctológico a la menor víctima
****-****-**** tuvo que lavar con solución salina los residuos de eses (sic)
fecales en el ano de la menor. Y que no tomó en cuenta el juzgador al emitir
la sentencia.

Agravios que son INOPERANTES, pues como se explicó


anteriormente, la representación social sólo acusó por dos hechos
ocurridos en fechas específicas y en el supuesto de que la menor
hubiera sido violada once veces existen todas esas circunstancias o
aspectos ya destacados en párrafos anteriores que podrían explicar
fundadamente las razones del porqué no presentó otro tipo de lesiones
o algunas de las que hizo mención el perito de la defensa como ser las
que puede presentar un menor que ha sido violado once veces.

No quedó demostrado en forma alguna que las lesiones que


presentó la menor víctima fueran producto “de una infección o irritación
por desaseo”, pues la perito ****-****-**** al responder a las

50
preguntas de la defensa, explicó que no son lesiones que se puedan
TRIBUNAL SUPERIOR
encontrar por desaseo “y tienen que ver con tipo dermatitis”; como
DE JUSTICIA
tampoco quedó demostrado que la perito ****-****-**** antes de
hacer el examen proctológico a la menor “tuvo que lavar con solución
salina los residuos de eses (sic) fecales en el ano de la menor”, pues
respecto a esto no obra ninguna prueba desahogada en el juicio y,
finalmente, el perito ofrecido por la defensa no hizo alusión ni concluyó
que esas cicatrices fueran consecuencia de una infección o irritación por
desaseo, pues sólo dijo que se pueden producir “por diferentes causas
como un rascado intenso, oxiuriasis, por uso de enemas, áscaris, son
muchas causas… la más común es el rascado intenso, a las 6 y a las 12
puede ser hasta por estreñimiento”; sin embargo, no basta la simple
opinión que hace en ese sentido el perito para tenerlo por cierto, esto
es, para establecer que las cicatrices que presentó la menor fueron
consecuencia de esas causas que señala, en tanto que las cicatrices que
presentó la menor sí son características de penetración anal y la menor
manifestó que su ****-****-**** le metió el pene en su colita.

El apelante solicita que, para poder obtener una absolución “liso y


llano”, este órgano jurisdiccional considere la tesis de rubro “PRINCIPIO
DE MAYOR BENEFICIO EN MATERIA PENAL. EL ESTUDIO DE LOS
CONCEPTOS DE VIOLACIÓN QUE PLANTEAN LA INCONSTITUCINALIDAD
DEL ARTÍCULO QUE CONTIENE EL DELITO POR EL QUE SE CONDENÓ AL
QUEJOSO ES PREFERENTE A LOS QUE IMPUGNAN CUESTIONES DE
LEGALIDAD”, lo cual deviene INOPERANTE, en tanto que el apelante en
ninguna parte de sus agravios plantea la inconstitucionalidad de
precepto legal alguno.
Es INFUNDADO lo que sostiene el apelante en el sentido de que se
violó su garantía de legalidad y debido proceso, pues esta Sala advierte,
según se expuso al inicio del presente considerando, que la sentencia
condenatoria está debidamente fundada y motivada, se dictó en el

51
momento procesal oportuno, luego de que se siguió un juicio en su
contra en el que se cumplieron las formalidades esenciales del
procedimiento y se aplicaron las leyes vigentes en la fecha de los hechos.

El acusado aduce en sus agravios que:

Los jueces con todo respeto, dejaron de aplicar el control constitucional, de


convencionalidad, bloque constitucional, principio pro persona e
interpretación conforme, tan es así que LOS HECHOS DE LA VIOLACIÓN no
fueron claros y precisos, momento a momento cuál fue mi participación
directa y precisa, por las dos testigos, ****-****-**** (ofendida).- 2. LA
DECLARACIÓN DE LA MENOR VICTIMA DE INICIALES ****-****-****. testigos
que omite información, AMBAS NO PRECISA EN QUÉ MOMENTO INICIA MI
PARTICIPACIÓN, sin conceder de aceptar el hecho, Y CUANDO TERMINA, NO
QUEDANDO CLARO SI PARTICIPÉ O NO EN LA VIOLACIÓN. Por ello lo
inverosímil, ambigua, imprecisa, poco clara sus testimonios, el cual, el
acusador y LAS AUTORIDADES RESPONSABLES, simple y llanamente se
justifican diciendo “hay un señalamiento firme y directo” de mi participación.
Lo que pido se declare nula ese señalamiento y que no se acredita el
ELEMENTO OBJETIVO EL VIOLAR LA MENOR VÍCTIMA.- 3.- y con las prueba
periciales de las víctimas hay que restarles valor probatorio ya que no
determinan con precisión en sus datos de prueba que hubo verdad por parte
de la menor víctima de iniciales ****-****-****., al denunciar el delito de
violación que supuestamente sufrió YA QUE TIENDE A MENTIR PORQUE TODA
SU FAMILIA MIENTE ESTO ES QUE A VECES OCULTAN COSAS –PERO A
CONVENIENCIAS- y si en verdad existió la violación ya que con esas periciales
no tienen la certeza de que la menor haiga (sic) sido abusada sexualmente
por ****-****-****.

Tales argumentos devienen inoperantes, toda vez que el control


constitucional es el conjunto de procedimientos que buscan prevenir y
reparar las contravenciones a las disposiciones de la Ley Suprema y que
se pueden aplicar en los procesos judiciales, sin embargo, en el caso que
nos ocupa, no se encuentra, en las leyes que resultan aplicables,
ninguna contravención a la Carta Magna.

El control de convencionalidad, es una figura jurídica encargada de


salvaguardar la aplicación de los tratados que versen sobre derechos
humanos. Implica el respeto y correlatividad del derecho interno de

52
cada Estado hacia lo que el Derecho Internacional imponga como
TRIBUNAL SUPERIOR
norma. En principio, todos los jueces que ejercen sus funciones en el
DE JUSTICIA
ámbito interno de los estados, están obligados a resolver los asuntos
sometidos a su potestad mediante la aplicación estricta de los
ordenamientos legales que a nivel doméstico regulan su función, de tal
manera que la regla general es que en la resolución de los asuntos se
aplique la legislación interna, pero cuando ésta se encuentra en
contradicción con un instrumento internacional del que el Estado
Mexicano sea parte, el juzgador está obligado a dejar de aplicar el
derecho interno, sin embargo, en la especie, las leyes en que se sustenta
la resolución del presente asunto no contravienen las normas ni tratados
internacionales en los que México es parte, de ahí que no proceda
ejercer o hacer uso del control de convencionalidad.

El bloque de constitucionalidad no tiene un significado preciso


generalmente aceptado y se considera que tiene gran elasticidad
semántica, en términos generales se sostiene que se trata de una
categoría jurídica (concepto) del derecho constitucional comparado que
se refiere al conjunto de normas que tienen jerarquía constitucional en
el ordenamiento jurídico de cada país; así, el bloque de
constitucionalidad parte del supuesto según el cual las normas
constitucionales no son sólo aquéllas que aparecen expresamente en la
Carta Magna sino también aquellos principios y valores que no figuran
directamente en el texto constitucional, pero a los cuales la propia
Constitución remite; por tanto el “bloque constitucional” no se “aplica”
o “deja de aplicar” como tal en una resolución.

En cuanto al principio pro persona, la Corte Interamericana de


Derechos Humanos lo ha definido como un criterio interpretativo que
informa todo derecho de los Derechos Humanos, en virtud del cual se
debe acudir a la norma más amplia o a la interpretación más extensiva

53
cuando se trata de reconocer derechos protegidos o, inversamente, a la
norma o a la interpretación más restringida cuando se trata de
establecer restricciones permanentes al ejercicio de los derechos o a su
suspensión extraordinaria. Dicho principio otorga un sentido protector a
favor de la persona humana, pues ante la existencia de varias
posibilidades de solución a un mismo problema, obliga a optar por la
que protege en términos más amplios. Esto implica acudir a la norma
jurídica que consagre el derecho más extenso y, por el contrario, al
precepto legal más restrictivo si se trata de conocer las limitaciones
legítimas que pueden establecerse a su ejercicio. En el presente caso, no
hay más de una norma que pueda aplicarse para resolver el asunto, por
lo que resulta innecesario recurrir a dicho principio de interpretación.
Esto es, ante la acusación en contra de ****-****-**** por el delito de
VIOLACIÓN en agravio de la menor víctima, sólo resulta aplicable el
artículo 177 fracción I del Código Penal vigente en la época y lugar en
que ocurrieron los hechos, toda vez que tales hechos y su
responsabilidad quedaron plenamente acreditados, y no existe un
instrumento internacional que le favorezca.

La interpretación conforme es la actividad que consiste en buscar


explicaciones de varios textos, por lo menos de dos, que sean
compatibles entre sí. Su objetivo consiste en identificar una o más
interpretaciones conformes como resultado de dicha acción.

La particularidad de la institucionalización del deber de


interpretación conforme realizada por la reforma al artículo 1º
Constitucional radica en la definición del parámetro de la conformidad,
es decir, de las normas a las cuales deberán conformarse otras normas.

Así pues, la Constitución es la que sirve como parámetro de


validez de todas las demás normas jurídicas; de forma que, en caso de

54
que existan varias posibilidades de interpretación de la norma en
TRIBUNAL SUPERIOR
cuestión, se debe elegir aquella que mejor se ajuste a lo dispuesto en la
DE JUSTICIA
Constitución y, en el presente caso, no resulta procedente hacer uso de
tal instrumento.

Finalmente, cuando la parte inconforme con una resolución


afirma en sus conceptos de violación que debió recurrirse a cualquiera
de las figuras antes referidas, tiene que cumplir con los requisitos
mínimos del planteamiento respectivo, consistentes en señalar cuál es el
derecho humano cuya maximización se pretende, indicar la norma cuya
aplicación debe preferirse o la interpretación que resulta más favorable
hacia el derecho fundamental restringido y precisar los motivos para
preferirlos en lugar de otras normas o interpretaciones posibles, desde
luego, todo esto con incidencia en la estimación de que el acto
reclamado es inconstitucional o inconvencional y, en el presente caso, el
apelante sólo se limita a afirmar que “los jueces dejaron de aplicar el
control constitucional, de convencionalidad, bloque constitucional,
principio pro persona e interpretación conforme”.

Apoya lo anterior la tesis de jurisprudencia número IV.2o.A. J/10


(10a.), sustentada por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia
Administrativa del Cuarto Circuito, en la Décima Época, que puede ser
consultada en la página 3229 del Libro 24, Noviembre de 2015, Tomo IV
de la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, cuyo tenor literal
es el siguiente:

CONCEPTOS DE VIOLACIÓN INOPERANTES EN EL AMPARO DIRECTO. LO SON


AQUELLOS QUE, ADEMÁS DE NO CONTROVERTIR EFICAZMENTE LAS
CONSIDERACIONES DE LA SENTENCIA RECLAMADA, SE LIMITAN A INVOCAR
LA APLICACIÓN DEL PRINCIPIO PRO PERSONA O DEL NUEVO MODELO DE
CONTROL CONSTITUCIONAL, COMO CAUSA DE PEDIR, PERO NO CUMPLEN
CON LOS PARÁMETROS MÍNIMOS PARA LA EFICACIA DE ESTA SOLICITUD. Si
bien es cierto que la reforma constitucional en materia de derechos
humanos, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 10 de junio de

55
2011, generó nuevos deberes para las autoridades del Estado Mexicano y,
particularmente, para los órganos jurisdiccionales, en el sentido de promover,
respetar, proteger y garantizar los derechos humanos, con independencia de
su fuente, de conformidad con ciertos principios de optimización
interpretativa, entre éstos, el de interpretación más favorable a la persona, y
dio lugar a un nuevo modelo de control constitucional y convencional ex
officio, también lo es que, según interpretaron la Primera y Segunda Salas de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en las tesis aisladas 1a. LXVII/2014
(10a.) y 1a. CCCXXVII/2014 (10a.) y de jurisprudencia 2a./J. 56/2014 (10a.) y
2a./J. 123/2014 (10a.), por una parte, el referido principio no conlleva que los
órganos jurisdiccionales dejen de observar en su labor los diversos principios
y restricciones previstos en la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, aplicables a los procedimientos de que conocen y, por otra, el
ejercicio de control constitucional o convencional está supeditado, tratándose
del oficioso, a que el órgano jurisdiccional advierta la sospecha de
disconformidad de la norma aplicable o el acto de autoridad, con los
derechos humanos reconocidos y, tratándose del que debe ejercerse a
petición de parte, a que se cumplan los requisitos mínimos del planteamiento
respectivo, consistentes en que, aunado a que se pida la aplicación del
principio pro persona o se impugne su falta de aplicación por la autoridad
responsable, se señale también cuál es el derecho humano cuya
maximización se pretende, se indique la norma cuya aplicación debe
preferirse o la interpretación que resulta más favorable hacia el derecho
fundamental restringido y se precisen los motivos para preferirlos en lugar de
otras normas o interpretaciones posibles, desde luego, todo esto con
incidencia en la estimación de que el acto reclamado es inconstitucional o
inconvencional, con lo cual se evita una carga excesiva al ejercicio
jurisdiccional y se parte de reconocer que el ordenamiento jurídico nacional y
los actos fundados en él gozan de la presunción de constitucionalidad, aun en
lo relativo al respeto a los derechos humanos y a las restricciones que
constitucionalmente operan en esta materia. Consecuentemente, si en el
amparo directo los conceptos de violación, además de no controvertir
eficazmente las consideraciones de la sentencia reclamada, se limitan a
invocar la aplicación del principio pro persona o del nuevo modelo de control
constitucional, como causa de pedir, pero no cumplen con los aludidos
parámetros mínimos para la eficacia de esta solicitud, son inoperantes, más
aún, ante el imperio de la regla general de estricto derecho, como previsión
constitucional encaminada a asegurar, en condiciones ordinarias en el
procedimiento de amparo, la imparcialidad del órgano de control y la
igualdad de trato hacia las partes, cuando no concurre un motivo que
excepcionalmente permita suplir la deficiencia de la queja en los términos
establecidos en la Ley de Amparo y tampoco se advierte sospecha de
disconformidad constitucional o convencional de una norma aplicada en
perjuicio del quejoso; en el entendido de que si lo que se hace valer es la
omisión de la responsable de ejercer el control referido, ello no constituye,
en sí mismo, una violación pues, en todo caso, el justiciable estuvo en aptitud
de efectuar el planteamiento respectivo ante la jurisdicción constitucional,

56
cumpliendo con los parámetros mínimos requeridos, sin que lo hubiese
TRIBUNAL SUPERIOR hecho.
DE JUSTICIA

Continuando con la contestación a los mismos agravios, se destaca


que los hechos de la violación sí fueron claros y precisos, así como
también fue clara la intervención del acusado como autor directo, en
tanto que la menor víctima informó en qué lugar y circunstancias fue
copulada por su ****-****-**** ****-****-**** y, según se razonó
anteriormente, la declaración de una víctima de delito de índole sexual
constituye una prueba fundamental sobre el hecho, a más de que en el
presente caso la víctima, tanto al momento de ocurridos los hechos
como al momento de declarar ante el tribunal era una niña,
circunstancia ésta que permite presumir fundadamente que no se trata
de hechos imaginados o ideados.

También se destaca que ****-****-****, la perito médico ****-


****-**** y la perito psicóloga ****-****-****, al rendir su respectiva
declaración ante el Tribunal de Enjuiciamiento, narraron los hechos que
les refirió la menor víctima, advirtiéndose que ésta fue consistente en
los aspectos sustanciales en tales diversas declaraciones, además de que
fue coherente y su forma de expresarse fue acorde a la edad que tenía y,
tales circunstancias, junto con las demás que se han referido en la
presente resolución en relación a la credibilidad del dicho de la víctima,
son las que conllevan a concluir que tal declaración tiene plena eficacia
probatoria.

Por otra parte, contrariamente a la afirmación del acusado, la


prueba pericial psicológica derivada del examen practicado a la menor sí
determina con precisión que ésta se condujo con verdad, pues la perito
como resultado de las diversas pruebas que aplicó, concluyó que reunía
los parámetros de credibilidad y de no manipulación. Es cierto que tal
pericial, por sí misma, no revela que ****-****-**** fue quien impuso

57
cópula a la menor, sin embargo, sí constituye un dato que sirve para
corroborar la responsabilidad del acusado, pues además de que la
menor sí le refirió a la perito psicóloga que fue su ****-****-**** ****-
el que la violó, también se lo informó a su madre y a la diversa perito
****-****-****, aunado a que ante el Tribunal de Enjuiciamiento lo
reiteró y tal señalamiento está apoyado también en los hechos probados
relativos a que la menor presentó datos de cópula anal de antigua data,
a que el acusado sí frecuentaba el lugar en que ocurrieron los hechos y
que tenía llave para acceder al mismo.

Por otra parte, lo que aduce el apelante en el sentido de que se


violó en su perjuicio el artículo 20, Apartado A, fracción IX que establece
que cualquier prueba obtenida con violación de derechos
fundamentales será nula, deviene INOPERANTE, pues en el presente
caso no existe prueba alguna que haya sido obtenida con violación de
derechos fundamentales, resultando también inaplicable la tesis que
invoca de rubro “EFECTO CORRUPTOR DEL PROCESO PENAL. SUS
DIFERENCIAS CON LA REGLA DE EXCLUSIÓN DE LA PRUEBA
ILÍCITAMENTE OBTENIDA”; en tanto que en el presente caso, ninguna de
las pruebas aportadas y desahogadas se obtuvo ilícitamente.

Tampoco se advierten, como así lo afirma el apelante, violaciones


procesales y resulta INFUNDADA la aseveración que hace en cuanto a
que no se tipifica el delito de VIOLACIÓN, toda vez que dicho delito, por
el que se acusó a ****-****-****, se actualiza cuando alguien realiza
cópula con persona menor de catorce años, entendiéndose por cópula la
introducción del pene por vía vaginal, anal o bucal y, en la especie,
quedó demostrado con las pruebas ya referidas y valoradas que ****-
****-**** le impuso cópula por vía anal a la menor víctima quien al
momento de los dos hechos atribuidos tenía ocho y nueve años de edad,
según se acreditó con el acta de nacimiento de dicha menor la cual fue

58
debidamente incorporada al juicio y tiene eficacia probatoria acorde con
TRIBUNAL SUPERIOR
lo que expuso el Tribunal de Enjuiciamiento. Así pues, en el presente
DE JUSTICIA
caso, quedaron plenamente acreditados los elementos del tipo penal,
quedando también demostrado el dolo con que actuó el acusado atento
a los razonamientos que expuso el órgano jurisdiccional de primera
instancia los cuales hace suyos esta Sala en obvio de repeticiones y por
encontrase ajustados a derecho.

Finalmente, resulta inaplicable la tesis que también invoca el


apelante de rubro “DUDA Y PRUEBA INSUFICIENTE, DISTINCIÓN ENTRE
LOS CONCEPTOS DE.”, toda vez que en el caso que nos ocupa la prueba
desahogada en el juicio oral es idónea, bastante y concluyente para
arribar a la plena certidumbre del delito y la responsabilidad del
acusado, al mismo tiempo que no hubo prueba alguna que generara
duda acerca de que los hechos ocurrieron y que ****-****-****
intervino como autor directo.

De acuerdo con todo lo anteriormente expuesto al resultar,


infundados unos e inoperantes otros, los agravios expresados por el
acusado, lo que procede es confirmar las conclusiones del órgano
jurisdiccional de primera instancia relativas a que quedaron
demostrados los elementos del tipo penal de VIOLACIÓN, previsto y
sancionado por el artículo 177 fracción I del Código Penal, en agravio de
la menor víctima y la responsabilidad, como autor directo, de ****-
****-**** en su comisión.

Así mismo el grado de culpabilidad mínimo en que se ubicó al


acusado, las penas que se le impusieron en aplicación de las reglas del
concurso real de delitos y la condena al pago de la reparación del daño,
deberán ser confirmadas en razón a que, por una parte, el acusado no se
inconformó por cuanto a esos aspectos y, por la otra, al hacer el estudio

59
oficioso de los mismos, no se advierten deficiencias que deban ser
reparadas de oficio.

Por último, en relación a la contestación que realizó la agente del


Ministerio Público de los agravios formulados por el apelante, se
advierte, en esencia, que expuso las razones por las cuales considera
que no le asiste la razón al inconforme, con lo cual esta Sala coincide
atento a los razonamientos expuestos en la presente resolución, de ahí
que resulte innecesario dar respuesta a cada uno de las manifestaciones
de la Representación Social.

Por lo anterior y con fundamento los artículos 468 y 479 del


Código Nacional de Procedimientos Penales, se

R E S U E L V E:

ÚNICO. Se CONFRIMA la sentencia condenatoria de fecha


veintisiete de abril de dos mil diecisiete dictada en contra de ****-****-
**** por su responsabilidad en la comisión del delito de VIOLACIÓN,
previsto y sancionado por el artículo 177 fracción I del Código Pena, en
agravio de la menor víctima, dentro de la causa penal número 335/2015
C.N.P.P., por el Tribunal de Enjuiciamiento del Primer Distrito Judicial del
Estado, integrado por los señores Jueces YESIKA LILIANA RAMOS
RODRÍGUEZ (presidente) CARLOS ENRIQUE GUZMÁN GONZÁLEZ
(redactor) y ÁLVARO RODRÍGUEZ ALCALÁ (relator).

Notifíquese al Tribunal de Enjuiciamiento del Primer Distrito


Judicial del Estado, y, personalmente a las partes, la presente resolución.
Asimismo gírese el oficio correspondiente al Director del Centro de
Reinserción Social Número uno de esta ciudad.

60
Así lo resolvieron los Magistrados JUAN ANTONIO RAMOS
TRIBUNAL SUPERIOR
RENTERÍA (presidente), FRANCISCO LUIS QUIÑONES RUIZ (relator) y
DE JUSTICIA
JESÚS JULIÁN RODRÍGUEZ CABRAL (redactor) integrantes de la Sala
Penal Colegiada “C” del Tribunal Superior de Justicia del Estado.-----------

61

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