Conceptos Básicos

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FUSIL ANTITANQUE

Un fusil antitanque es un fusil diseñado para perforar el blindaje, especialmente el de


los tanques. El empleo de fusiles para tal propósito abarca desde la introducción del
tanque hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando estos demostraron ser
completamente obsoletos. El blindaje de los tanques se había hecho demasiado grueso
para ser penetrado con proyectiles macizos disparados por fusiles empleados por un
solo hombre, por lo que fueron reemplazados por armas que empleaban proyectiles
de carga hueca, siendo la bazuca una de las más conocidas. Hoy existen fusiles
antimaterial similares, como el Barrett M82.

HISTORIA

Fusil antitanque polaco Kb ppanc wz.35calibre 7,92 mm empleado por el Ejército


Polaco durante la invasión de Polonia(septiembre de 1939).

Fusil antitanque soviético PTRS-41calibre 14,5 mm

Fusil antitanque japonés Tipo 97 calibre 20 mm.

El tira y afloja entre blindaje y proyectiles se había desarrollado por mucho tiempo entre
los navíos de guerra, especialmente desde la aparición del acorazado en la segunda
mitad del siglo XIX. No fue sino hasta que los soldados se enfrentaron a vehículos
blindados en tierra, que se dio inicio al choque entre armas de infantería y blindaje. La
introducción de automóviles blindados y tanques condujo al desarrollo de las primeras
armas antitanque. Entre las armas empleadas contra los primeros vehículos blindados
figuraban los fusiles de alto poder.

Los fusiles de alto poder habían aparecido en el siglo XIX para los cazadores de
grandes presas. El fusil antitanque seguiría el mismo patrón de estos: una bala de
grueso calibre con alta velocidad y capacidad de perforar blindaje.

PRIMERA GUERRA MUNDIAL


Los primeros tanques, empezando por el Mark I británico, empleados contra las
trincheras alemanas en la Primera Guerra Mundial eran virtualmente inmunes a los
disparos de fusiles comunes. La mayoría de los automóviles blindados también eran
inmunes, pero los soldados rara vez se enfrentaban a ellos debido a que no se podían
desplazar muy bien en el accidentado paisaje de la guerra de trincheras debido a sus
ruedas. Aunque los tanques y automóviles blindados eran vulnerables ante la artillería,
morteros y granadas, la infantería se hallaba en seria desventaja al momento de
hacerles frente porque no tenían un arma efectiva contra estos.

El primer intento de potenciar el poder de penetración de los proyectiles de fusil fue la


llamada "bala invertida". Básicamente era una bala montada con la punta hacia adentro
de un casquillo de 7,92 x 57, que tenía una mayor carga propulsora.

El siguiente desarrollo fue una bala antiblindaje especial, la Bala K (Patrone SmK Kurz
7,92 mm, en alemán), que también podía dispararse desde el fusil de infantería
estándar Mauser 98. Tenía una mayor carga propulsora y un núcleo de acero. Su
probabilidad de penetrar el blindaje de 8 mm de los tanques de la época era del 30% si
impactaba perpendicularmente contra este.

La bala K era más costosa de producir, por lo que generalmente solo era suministrada a
francotiradores y soldados con excepcional puntería, los cuales podían emplearla con
mayor efectividad. El soldado raso tenía que utilizar las balas invertidas, que eran
menos efectivas y debían dispararse a corta distancia del blanco. Se preferían otras
armas antitanque, tales como granadas, morteros y cañones. Ambos tipos de balas
dañaban los fusiles. En primer lugar, acortaban la vida útil de estos por el alto desgaste
del cañón. En segundo lugar, la alta presión producida en la recámara podía bloquear el
cerrojo y se debía golpearlo con un martillo para abrirlo. Esto podía hacer que la uña
extractora del cerrojo fallase, rompiendo la pestaña del cartucho y dejándolo trabado en
la recámara. El esfuerzo producido al disparar cartuchos con carga propulsora
aumentada podía hacer estallar la recámara de fusiles más viejos y desgastados, en el
mejor de los casos destruyendo el fusil, así como hiriendo o matando al tirador en el
peor de los casos. Por tales razones, la bala K y la bala invertida no fueron populares
entre las tropas. Sin embargo, le daban a la infantería una oportunidad de detener un
tanque o al menos de herir o matar a algunos tripulantes de este si la bala llegaba a
penetrar su blindaje.

Al mismo tiempo que las balas entraban en servicio, los tanques eran diseñados y
construidos con blindajes más gruesos que hacían ineficaces a estas, aunque
continuaron siendo empleadas contra los modelos más viejos y los automóviles
blindados. El primer fusil antitanque, el Mauser 1918 T-Gewehr, fue diseñado en
Alemania. Este fusil de grueso calibre era capaz de penetrar el blindaje de las nuevas
generaciones de tanques y daba oportunidad de detenerlos. A pesar de esto, se
seguían prefiriendo otras armas. El gran retroceso de este fusil era muy difícil de
controlar por el tirador, a veces rompiéndole la clavícula o dislocándole el hombro.
Aunque el fusil era específico para este rol, era un desarrollo de los fusiles Mauser y los
fusiles de caza de alto poder británicos que lo precedieron. Su calibre de 12-13 mm
tampoco era demasiado inusual; otras armas calibre 12,7 mm (0,50 pulgadas) habían
sido empleadas en combate con cartuchos cargados con las relativamente nuevas y
más poderosas (en comprarción con la pólvora negra) pólvoras sin humo de la época.

Durante la Primera Guerra Mundial, en los Estados Unidos se estaba desarrollando una
bala de alta velocidad calibre 0,50 pulgadas para utilizarla contra aviones. Esta sería
empleada en la ametralladora Browning M2. Esta bala estaba basada en la munición
estadounidense estándar de la época, el .30-06 Springfield. Cuando se hizo conocida la
existencia de la bala antitanque alemana, hubo cierto debate sobre si debía ser copiada
y usada como base para el cartucho de la nueva ametralladora. Sin embargo, tras
algunas pruebas, la munición alemana fue descartada por su inferior desempeño frente
al .30-06 Springfield sobredimensionado y por tener un casquillo con semipestaña, que
dificultaba su empleo en un arma automática. La ametralladora Browning M2 entró en
servicio como una ametralladora antiblindaje.

SEGUNDA GUERRA MUNDIAL


Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de países empleaban un fusil
antitanque basado en una bala de grueso calibre y alta velocidad (por ejemplo, el fusil
antitanque Boys británico). Estos fueron efectivos al inicio de la guerra contra los
primeros modelos de tanques (tanques ligeros como los Panzer I y Panzer II alemanes).
Mientras el blindaje se hacía cada vez más grueso en los nuevos modelos, la
efectividad del fusil antitanque portátil iba disminuyendo. Una notable excepción fue su
empleo contra los tanques ligeros japoneses en Malasia, donde el fusil antitanque Boys
tuvo cierto éxito. En un inicio fueron empleados pequeños cañones de 20 mm, pero
rápidamente se hizo necesario emplear armas más poderosas para hacer frente a los
tanques, como los proyectiles de carga hueca. A estos se les sumaron
lanzacohetes, cañones sin retroceso como el Panzerfaust y granadas propulsadas por
cohete como la bazuca. Algunos fusiles antitanque, como el L-39 finlandés, incluso
fueron empleados por francotiradores para acosar al enemigo, disparando balas
fumígenas por las escotillas abiertas de los tanques o para desalojar a un francotirador
enemigo de su posición.

Los fusiles antitanque soviéticos PTRS-41 y PTRD de la Segunda Guerra Mundial


fueron empleados por las tropas nor-coreanas y los voluntarios chinos durante
la Guerra de Corea, debido a la falta de armamento antitanque de infantería moderno.

Esta arma es el ancestro conceptual de las armas antitanque empleadas por la


infantería moderna, así como los fusiles de francotirador de grueso calibre y los fusiles
antimaterial fueron influenciados por su diseño.

Algunos fusiles antitanque


 Mauser 1918 T-Gewehr
 Panzerbüchse
 Lahti L-39
 Fusil antitanque Tipo 97
 Maroszek Kb Ur wz.35
 Fusil antitanque Boys
 Solothurn S-18/100
 PTRS-41
 PTRD

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