“LA ESCUELA COMO INSTITUCIÓN REPRODUCTORA DE

DESIGUALDADES ESCOLARES Y CULTURALES”

Ensayo académico-argumentativo

Por: Kattya Alexandra García Herreros Ovalle

Universidad de Golfo - Campus Huejutla

Maestría en Educación

Materia: Sociología de la Educación

Catedrático: Dr. Ricardo Ramos Hernández

Septiembre 2018.
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“LA ESCUELA COMO INSTITUCIÓN REPRODUCTORA DE

DESIGUALDADES ESCOLARES Y CULTURALES”

Ensayo académico-argumentativo

Al iniciar el curso, nos fueron planteadas varias interrogantes que docentes

pertenecientes al magisterio mexicano comparten hoy en día, son cuestiones que representan

la problemática en torno a la posibilidad real de crecimiento social y cultural por medio de la

educación. Debido a su trascendencia, reproduzco aquí la que ha servido como eje rector de

este trabajo de reflexión sobre los enfoques de grandes sociólogos como Georg Simmer,

Henry A. Giroux, Michael W. Apple, y especialmente Pierre Bordieu, quienes desde su

particular abordaje nos ofrecen luces esclarecedoras, definitivamente no con una respuesta

concreta pero sí con la invitación a profundizar en la búsqueda de soluciones para generar

propuestas hacia el cambio educativo, y por ende social, de nuestro país:

 ¿Reproducen las escuelas la división del trabajo existente en nuestra sociedad

y la estructura de clase, o son medios eficaces para reducir la desigualdad

social, para disminuir la desigual distribución del poder y del conocimiento?

En este trabajo no perderemos de vista que el hombre, la sociedad y sus interacciones,

sean éstas del tipo que fueren (producción, comunicación, ética y moral, división del trabajo,

sumisión, etc.), son analizadas por la sociología con la finalidad de comprender los

fenómenos que producen y sus mecanismos de organización, así como los significados

sociales y culturales del comportamiento del hombre, con una visión realista y objetiva que

permite al mismo hombre proponer normas de desarrollo hacia la transformación y el

mejoramiento social.
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Conceptos iniciales

Hombre y sociedad

La sociología clásica establece que más allá de ser un simple conjunto de individuos,

el concepto sociedad surge de la compleja interacción entre ellos, como apunta Georg

Simmel, en sus Cuestiones fundamentales de sociología:

“Si se puede decir que la sociedad es el efecto recíproco de la acción de los

individuos, entonces la descripción de las formas de este efecto recíproco sería la tarea

de la ciencia de la sociedad en el sentido más estricto y auténtico de "sociedad". Si el

primer ámbito de problemas abarcaba toda la vida histórica hasta donde está

socialmente formada, pero comprendiendo siempre esta socialidad como un todo, este

segundo incluye las formas mismas que convierten la mera suma de seres humanos

vivientes en sociedad o sociedades” [Simmel, 2002: 50].

Instituciones

Era importante establecer esta proveniencia pues de ahí que el hombre en esa

interacción, va conformando instituciones como aparatos sociales para satisfacer necesidades

diversas. Sin embargo, la justificación de la existencia de dichas instituciones pierde validez

cuando observamos bajo la lupa de la sociología que las necesidades para las cuales cada una

fue creada, muchas veces no logran ser cubiertas en realidad debido a que dentro de ellas los

hombres se encuentran divididos jerárquicamente, estratificados de cierta manera y su

movilidad se encuentra sujeta a condicionamientos de poder, perdiendo libertad y autonomía.

Educación y escuela

La educación es un fenómeno predominantemente social, tanto por su origen como

por su función que es la de crear seres que sirvan a los objetivos de la sociedad misma,

dirigiéndolos hacia un estado de perfección relativa consecuente con la propia sociedad a la

que pertenece.
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Es común afirmar que la educación transmite conocimiento y cultura de manera

universal, pero esto no es así porque se observan diferencias radicales entre épocas y países.

Sin embargo es inútil ignorar que la educación está ligada con la reproducción de las

relaciones sociales y económicas, o con las instituciones de Estado y otros poderes, puesto

que nos estaríamos sometiendo a la autoridad arbitraria de un sistema supuestamente

autónomo.

La institución encargada de transmitir el “capital educativo,” como le llama Pierre

Bordieu, es la escuela, pero existen distintas teorías en cuanto a la efectividad de esta

transmisión en términos de movilidad social de clases. Por un lado, la teoría educativa liberal

hace énfasis en el éxito escolar basado en el mérito personal; por otro, la teoría de la

reproducción contrasta dicha postura porque considera a la escuela como simple mecanismo

de control y replicación de las relaciones estructurales económicas, políticas e ideológicas;

finalmente, la teoría de la correspondencia, soporta en parte esta anterior postura al señalar

que las instituciones educativas ofrecen a cada individuo únicamente lo que le corresponde en

términos de su clase.

La nueva sociología de la educación

Contrario a las teorías de la correspondencia y la reproducción, surge la nueva

sociología de la educación. Se le llama así porque su postura se aleja de los puntos de vista

funcionalistas, busca comprender los patrones y símbolos de interacción que dan forma a la

construcción social de la realidad de sujetos activos: hombres y mujeres actores de la

redefinición de su existencia; maestros y alumnos productores y consumidores de

conocimientos. Sus intereses meramente heurísticos, es decir que están relacionados con la

ciencia del descubrimiento, los mantiene alejados del poder y la dominación social, en

oposición a los otros dos paradigmas.

Reproducción del conocimiento escolar

Michael W. Apple, hace referencia a los procesos que se llevan a cabo dentro de las

instituciones educativas y que son desconocidos para quienes se encuentran fuera de ellas,

como si fuera una “caja negra”, la razón que da para que ocurra de esta manera es que lo

único importante es que el resultado final sea la producción de nuevos miembros para la

fuerza productiva. Él mismo cita a algunos otros autores como Young, Bowles y Gintis.

“Existe una relación dialéctica entre el acceso al poder y la oportunidad de legitimar

ciertas categorías dominantes, y el proceso por el cual la disponibilidad de esas

categorías, para ciertos grupos, les permite afirmar su poder y control sobre otros.”

(M. Young, 1977, pp 26-49)

Según esta aseveración, la transmisión de la cultura es en realidad una manera de

recrear un sistema de poder desigual. Y agrega que Bowles y Gintis concuerdan cuando

consideran que la educación no solo coloca a los individuos en una posición relativamente

fija en la sociedad sino que, el mismo proceso educativo con sus currículums formal y oculto,

logra hacer que los estudiantes reconozcan como propios los roles que les han determinado

previamente de acuerdo con su estrato económico.

La escuela es de hecho uno de los medios más efectivos para reproducir patrones

sociales y para justificar las desigualdades sociales. Retomando a Bordieu, pensemos que el

acceso a las oportunidades de educación depende de una selección que se va llevando a cabo

a lo largo de todo el trayecto educativo. Así, los hijos de la clase social privilegiada irán

avanzando en sus estudios y accediendo a privilegios culturales que aumenten sus

posibilidades de colocarse en posiciones de poder; mientras que los hijos de la clase

trabajadora muy probablemente irán abandonando el trayecto educativo, no solo por la

escasez económica y la inequitativa distribución del capital cultural, sino por el sistema de
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valores (el ethos) que su misma familia va interiorizando en ellos, identificándose a sí

mismos como “no aptos”.

Consideremos ahora la tradición, nuestra herencia cultural deliberada, no necesaria

sino deseada y definida por las relaciones sociales existentes. La educación no es el único

modo de transmitir la tradición, existen otros procesos sociales menos sistemáticos que

moldean y reformulan la tradición. Uno es la reselección operativa que se presenta cuando es

necesaria para mantener el poder. Otro es la definición del proceso de forma no subordinada a

la simple reproducción cultural. Se trata de crear una tradición alternativa para generar una

corrección necesaria en la educación como reproductora de cultura pero nos enfrentamos al

conflicto de su inserción pues tiene como desafío la negación institucional, es decir con las

autoridades. No obstante, es más sencillo insertar una tradición alternativa y oposicionista

que organizar un proceso educativo oposicionista debido a que el acceso y la distribución del

conocimiento están mediados y controlados socialmente.

Está claro que existen ciertas formas de reproducción cultural que están directamente

o indirectamente determinadas por la economía. Continuando con los postulados de Bordieu,

quien ha enfocado su trabajo en el análisis de la organización de la vida social y la lucha de

clases, presenta la teoría “de los campos” como esquema ordenador que sirve para mediar

entre la estructura y la supraestructura de la sociedad. Bordieu, afirma que cada campo está

constituido por dos elementos: el capital común y la lucha por su apropiación. Así mismo, los

integrantes de dicho campo actúan desde dos posiciones: quienes lo detentan y aquellos que

aspiran a poseerlo. Considera que al participar en la lucha, fungimos como reproductores y

validadores del juego. Es decir, tomando el campo de la cultura o dominio del conocimiento

como ejemplo, los que dominan el capital cultural adoptan estrategias de conservación y

ortodoxia pues son ellos quienes determinan el valor de su contenido, en tanto que quienes no
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lo tienen o recién incursionan en el campo optan por estrategias de subversión o herejía con

tal de vencer la hegemonía.

Dicho lo anterior, en el entendido de que el capital de cada campo está conformado

por bienes materiales y simbólicos, podemos seguir tocando el tema de la producción cultural,

que finalmente nos ocupa como parte de lo que se compone el capital educativo. Esta

producción puede ir dirigida a tres tipos de públicos: la burguesía, la clase media y la clase

popular; cada una concibiendo su estética de manera propia.

Como ejemplo de la estética burguesa, Bordieu señala el caso de los museos: la

disposición de las muestras corresponderá a una ideología estetizante que hará del lugar un

recurso diferencial entre quienes ingresan a él, pues el comportamiento de cada individuo

estará definido por el capital cultural y el ethos (sistema de valores) con que haya sido

introyectado desde el seno familiar y que será lo que le permita interrelacionar significados y

construir nuevos.

La estética de los sectores medios, nos dice, se constituye por la industria cultural y

las prácticas características del “gusto medio” pues está sujeta al sistema de “gran

producción”, carente de autonomía porque es sometido a demandas externas que el sector

valida, como son la competencia y la conquista del mercado. Como ejemplo de esto pone a la

fotografía.

La estética popular por otra parte, se rige por el pragmatismo y la funcionalidad. El

rechazo de la ostentación corresponde a la escasez económica y a la distribución desigual del

material simbólico en el campo educativo. El mismo autor pone como modelo el arte de

comer y beber, pues reflejan la importancia que este sector le concede a la fuerza física, el

único capital de riqueza al que pueden oponer a los dominantes, junto con su solidaridad,

como clase trabajadora.

Conclusión

Sería demasiado pretencioso de mi parte el formular una respuesta al planteamiento

propuesto por el curso y que he retomado para el presente trabajo de reflexión, pese a ello

quiero compartir mi punto de vista y experiencia al respecto.

Concuerdo con el paradigma de las escuelas reproductoras de desigualdades sociales,

lo he vivido desde mi profesión de docente al trabajar tanto en instituciones educativas

públicas como privadas, dentro de estas últimas por cierto hubo una cuyos servicios iban

dirigidos al grupo socio-económico más alto de la entidad. Son claras las diferencias en la

oferta educativa entre unas y otras, en todos aspectos, y la no justificación se soslaya en la

transacción de economía por calidad. Mientras que las carencias en equipamiento, materiales

y recursos en general, hacen de las instituciones educativas del Estado, una copiadora

automática de desventajas, debido a que aun cuando existan alumnos sobresalientes o con

intereses distintos, son relegados a una realidad de carencias. Provocando con esto, como

señala Bordieu, que al término del proceso de interiorización, las oportunidades objetivas se

conviertan en esperanzas subjetivas o en falta de esperanza.

Del autor que principalmente hemos analizado, difiero únicamente en cuanto que

enfatiza que los sistemas simbólicos son instrumentos de dominación. Creo que muchas

veces el capital simbólico que ostentan y la potestad que tiene sobre él la clase dominante, no

son suficientes para determinar el destino de toda persona, puesto que hombres y mujeres, tan

diversos como complejos, poseen una calidad humana innegable y muchas veces se conducen

por motivos desinteresados y generosos. Me parece que la teoría deja de lado la vocación del

docente y la parte emocional que conduce el proceso de enseñanza-aprendizaje, olvida o

desconoce el nivel de goce y satisfacción personal del pedagogo al acompañar a sus pupilos

hasta la meta final que es la modelación de su propia persona en la búsqueda de su superación

personal.
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La cortina ideológica que cubre las relaciones estructurales en la sociedad existe para ser

desvelada, como todo reto tiene razón de ser sólo cuando se le enfrenta. La movilidad social

de los estudiantes sí representa un desafío para la escuela más no debemos olvidar que las

limitaciones en la educación no se superan con la sola conciencia de ellas, es menester

generar las transformaciones que hagan falta.

Referencias

 Simmel, G. (2002). Cuestiones fundamentales de sociología. España. Gedisa

 De Leonardo, P. Antología La Nueva Sociología de la educación. SEP

 Giroux, H.A. Fragmento: Más allá de la teoría de la correspondencia. Notas sobre

la dinámica de la reproducción y la transformación educativa. (pp 21-66)

 Apple, M.W. Fragmento: Reproducción ideológica, cultural y económica. (pp 67-

102)

 Bordieu, P. Fragmento: La escuela como fuerza conservadora: desigualdades

escolares y culturales (pp 103-156)

 García C.N. Fragmento: Introducción: La sociología de la cultura de Pierre

Bordieu. (pp 516-550)