08 Historia de La Educación
08 Historia de La Educación
08 Historia de La Educación
HISTORIA DE LA EDUCACIÓN
Diálogo entre Maria Esther Ordaz Hernández y Jorge Alirio Rodríguez Serna
LA EDUCACIÓN EN GRECIA
Para Isócrates, heredero de los sofistas, para el cual la educación sobre "el
decir y el hacer las cosas de la ciudad" se traduce en una instrucción oratoria y
retórica, en el arte de hablar en público en los consejos y en las asambleas.
Para los griegos la oratoria se convertirá de hecho en el contenido y el fin de la
instrucción.
Había violencia en la educación y el maestro no gozaba de gran prestigio. Sin
embargo, la escuela pasó a ser una institución indiscutible en las ciudades
griegas y en todo el Mediterráneo oriental.
La escuela se sostenía de donaciones de privados y aportaciones financieras
pero poco a poco se fue convirtiendo en una escuela de estado. La forma típica
de la escuela griega fue el "gimnasio", centro de cultura física e intelectual para
adultos y adolescentes.
La extensión de las especialidades olímpicas y la participación en las
Olimpiadas, significa una indudable difusión de la educación física. En un
principio esta actividad estaba reservada a los nobles para después
democratizarse, abrirse y profesionalizarse.
Otro aspecto importante en la sociedad griega es el aprendizaje para el trabajo.
Al respecto no se encuentra definida una descripción exacta de los modos de
esta transmisión. Sin embargo, se cree que la investigación teórica predomina
sobre la práctica y que la única ciencia aplicada era la medicina.
Se puede añadir que aparece en Grecia la costumbre de adiestrar a los
esclavos en determinadas profesiones, al servicio del patrón, a través de
verdaderas escuelas. Así pues, la instrucción profesional nace como instrucción
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LA EDUCACIÓN EN ROMA
A principios del siglo Vl tienen lugar procesos políticos significativos. Por una
parte, algunos reinos romano-bárbaros se habían implantado más o menos
sólidamente en el territorio del imperio de occidente, donde la única autoridad
política auténticamente romana era la iglesia y sobre todo el papado; por otro
lado, el imperio de Oriente conserva su unidad y su fuerza, que le permitirá
intentar la reconquista de Occidente. Estos tres centros de poder, tan distintos
entre ellos, se enfrentarán en una compleja lucha ideológica y militar.
En el campo de la instrucción se manifiesta un proceso doble: una gradual
desaparición de la escuela clásica y la gradual formación de una escuela
cristiana, en su doble forma de escuela episcopal (del clero secular) en las
ciudades, y de escuela cenobítica (del clero regular) en el campo. Se nota un
empobrecimiento cultural. En 529 Justiniano, precisamente mientras se
preocupaba de sistematizar las leyes romanas, cerraba la gloriosa escuela
filosófica de Atenas, donde había estudiado Juliano el Apóstata (Juliano el
Apóstata, nombre por el que es más conocido Flavio Claudio Juliano (c. 331-
363), emperador romano (361-363), intentó restaurar el paganismo después de
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La crisis del imperio carolingio había llevado a una nueva situación: la fuente
del derecho escolástico, en principio imperial, había pasado de hecho a la
iglesia, como también pasó a la iglesia el control político sobre las escuelas
eclesiásticas; además la iglesia había ido abriendo las escuelas episcopales y
parroquiales incluso a los laicos, dándoles una instrucción religiosa y literaria al
mismo tiempo. Nació de hecho un monopolio eclesiástico de la instrucción.
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En 1179 el papa Alejandro III impone no sólo a las iglesias sino también a los
monasterios extender su enseñanza a los laicos pobres además de denunciar
los casos de simonía escolástica (compra o venta de objetos espirituales, y de
modo específico los asuntos espirituales administrados por la Iglesia cristiana.
La palabra deriva del hechicero bíblico Simón el Mago, quien intentó comprar
poderes espirituales al apóstol Pedro (He. 8,18-24) y es tomada para hacer
patente la venta ilícita de oficios santos, funciones, ceremonias u objetos), o se
la venta de la licentia docenti, y los obstáculos a los que con la debida licencia,
quisieran enseñar libremente; y ordenaba que el magischola no podía impedir a
ningún clérigo, que tuviese capacidad, enseñar a otros a menos extra muros
civitatis. Estas decisiones liberan a los maestros de todo sometimiento feudal y
de todo chantaje simoniaco. Lo que la iglesia se propone impartir no es sólo la
doctrina religiosa: le interesa toda la instrucción, una vez superadas las dudas
de conciencia sobre el origen pagano de la parte instrumental de aquella
instrucción, y rechazando las tentaciones que siempre van resurgiendo acerca
de la "santa ignorancia". Pero naturalmente la meta de aquella cultura fundada
en las artes liberales ya no es la elocuencia política y el derecho, sino la
teología.
En 1219, Honorio II introduce una innovación profunda en un punto esencial, el
de la venalidad de la ciencia ordenando que a los maestros de teología se les
conceda por parte del obispo un estipendio, cuando los réditos de sus
beneficios sean insuficientes.
Paralelamente al surgimiento de la economía mercantil de las ciudades y a la
organización de los municipios, se produce también un proceso nuevo en la
instrucción, con el nacimiento de los maestros libres que, fueran clérigos o
laicos, enseñan también a los laicos. Estos satisfacen las exigencias de los
nuevos grupos sociales.
Italia aparece en el centro de este desarrollo. Estos maestros libres enseñaban
en primer lugar las artes liberales, el trivium y el quadrivium; pero van
apareciendo aquí y allá escuelas libres de otras disciplinas, y es probable que
precisamente de estos maestros libres que enseñaban junto a las escuelas
episcopales y siempre bajo la tutela jurídica de la iglesia (y también del Imperio)
nazcan después las universidades. Las cuatro facultades típicas de las
universidades medievales eran: artes liberales, medicina, jurisprudencia y
teología.
A través de las artes se llegaba a la cultura científica: en las universidades
medievales éstas fueron el vehículo hacia nuevas enseñanzas, especialmente
a través del descubrimiento de Aristóteles.
Otra enseñanza que se desarrolló sobre todo en Italia fue la llamada Ars
dictandi que tenderá después a identificarse con la notaría, acercándose al
estudio del derecho.
Cabe añadir que, precisamente a principios del siglo XIII, cuando las
universidades se consolidan y se difunden, surgen las nuevas órdenes
religiosas: sobre todo los dominicos y los franciscanos. Ellos renuevan
escuelas y estudios, y desarrollan una acción misionera externa.
conocer los derechos adquiridos por los escolares, así que el papa Alejandro
III lo hizo un año después. Aparte del apoyo del poder político a los estudiantes,
la iglesia conservó una especie de supervisión sobre las Universidades a través
de la concesión previo examen de los títulos de estudio, de la autorización para
enseñar : la licencia docendi.
Los siglos después del año mil, que, estudiados desde el punto de vista de la
historia de la educación, los hemos visto como los siglos del surgimiento de los
maestros libres y de las universidades, estudiados desde el punto de vista más
general de la historia económica y social, son los siglos del nacimiento de los
municipios y de las corporaciones de artes y oficios; en fin, los siglos del primer
desarrollo de una burguesía urbana.
Surgen nuevos modos de producción. La relación entre la ciencia y el trabajo
manual esta más desarrollada y la especialización avanza. Se requiere un
proceso formativo en el que la simple observación e imitación ya empieza a ser
insuficiente.
Surgen los gremios donde se aprenden los oficios y están organizados bajo
sus propios estatutos. En estas estructuras de los gremios se esconde un
problema nuevo: en este aprendizaje del oficio, del cual se entrevén apenas los
procedimientos didácticos, hay sin duda, junto a un aspecto meramente
ejecutivo, también un aspecto científico, el conocimiento de las materias
primas, de los criterios de elaboración, de los instrumentos: incluso el más
ínfimo cincelador debe saber algo de petrografía, etc. Pero este conocimiento
quedó confiado a la transmisión, rodeada del "secreto del arte", no
sistematizada orgánicamente, no coordinada con conocimientos más
generales, sino mínimos.
Los siglos XVI y XVII son siglos del Renacimiento. Se da una expansión del
espíritu y de los contenidos del humanismo a toda Europa. Se pone en juego
los fundamentos morales y políticos de las viejas sociedades, o sea el
catolicismo y las estructuras del papado y del imperio. Se rechaza el mundo
medieval y el encuentro con civilizaciones en otros continentes, crea la
necesidad de proyectar una sociedad del todo nueva y todavía inexistente. En
la base material de la sociedad se desarrollan nuevos modos de producción
que acaban con las viejas corporaciones artesanales y permiten el
descubrimiento y conquista del nuevo mundo.
La invención de la imprenta y los procesos económicos y sociales permiten un
desarrollo cuantitativo de la instrucción. En este siglo cuando se plantea el
problema de como y cuando instruir a aquellos que están destinados al poder y
a los que están destinados a la producción.
La supresión de las estructuras eclesiásticas no siempre se llevo a la inmediata
institución de escuelas municipales reformadas. Los máximos inspiradores de
la reforma en Alemania fueron Lutero y Melancton las cuales se ubican en parte
en la línea del humanismo.
De Lutero procede sobre todo el impulso práctico y la fuerza política para la
programación de un nuevo sistema escolástico, dirigido también a la instrucción
de los muchachos destinados no a la prosecución de los estudios sino al
trabajo. También es importante su intento de conciliar el respeto al trabajo
manual productivo con el tradicional prestigio del trabajo intelectual.
En estos contenidos nuevos de la instrucción en especial en la acentuación del
valor del conocimiento de la historia civil y política, que se asocia en Melancton
a la acostumbrada batalla humanística por una pedagogía serena y humana,
esta quizás el espíritu mas verdadero de la reforma, su capacidad de vincular
escuela y ciudad, instrucción y gobierno, entendido como autogobierno. La
educación empieza a considerarse con un valor laico, estatal, no ya como
reserva de los clérigos, sino como fundamento del estado.
La respuesta por parte de la iglesia católica al protestantismo en materia de
educación fue fijada en el Concilio de Trento (1545-1564). En sus
deliberaciones insistió mucho en los libros y en la escuela, León X consideraba
que se debía atender la impresión de los libros pero siempre bajo el control de
la iglesia. El concilio condeno en diez "reglas" varias clases de libros.
Estableció que fueran totalmente prohibidos los libros heréticos (Lutero,
Zwinglio, Calvino, Balthazar Pacimontano, etc); también los que tratan
exprofeso argumentos lascivos u obscenos, entre otros, y reorganizo las
escuelas de las iglesias metropolitanas (catedrales) y las más pobres de los
monasterios y conventos regularizando la enseñanza de la gramática, de las
sagradas escrituras y de la teología; introdujo la teología incluso en los
gimnasios y lo sometió todo al control del obispo. También se preocupaba de la
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Al final del siglo XVII y al principio del XVIII aparecen nuevos temas de reflexión
y otros intentos de realización por parte de Comenio de una sistematización
definitiva del saber a trasmitir con los oportunos señalamientos didácticos al
niño a través del viejo instrumento de la lengua latina, y en las iniciativas
llevadas a cabo en la república inglesa puritana, con escuelas caracterizadas
por la modernización de la instrucción en el sentido de contenidos "reales" y
"mecánicos", o sea científico-técnicos, en vistas a actividades de trabajo
vinculadas con cambios profundos que estaban en curso en los modos de
producción.
La experiencia de los Hermanos de las escuelas cristianas, de San Jean
Baptiste de La Salle se mueven en parte en la línea de las nuevas experiencias
protestantes: un primer bosquejo de escuelas técnico-profesionales y de las
primeras escuelas "normales" para laicos, llamados también ellos a participar
en la actividad de la instrucción, tradicionalmente reservada al clero. La gran
novedad de las escuelas cristianas era, en primer lugar la total separación,
podría decirse didáctica, organizativa y cultural, entre la lectura y la escritura.
La lectura concierne esencialmente a la enseñanza religiosa, la doctrina, las
Sagradas Escrituras; la escritura que tiene maestros y lugares propios,
concierne en primer lugar a una técnica más netamente material, que requiere
procedimientos especiales, y después esta dirigida a preparar para un oficio,
Tenemos pues en las dos técnicas la coexistencia de dos instrucciones
distintas: la aculturación religiosa y moral y un preaprendizaje de las
profesiones artesanales mercantiles. Otro aspecto importante en las escuelas
cristianas es sobre los medios para establecer y mantener el orden en las
escuelas. Hay nueve cosas para lograrlo: la vigilancia incesante, los "signos",
los "catálogos" o registros, las recompensas, las correcciones o castigos, la
puntualidad, los permisos, los oficiales (alumnos con responsabilidad) y la
estructura misma de la escuela y anexo.
La instrucción popular, auspiciada por la reforma, se va concretando en
Alemania con una primera institución, con Reyer en 1642, de escuelas rurales
(Dorfschulen) en el estado de Gotha; después con las escuelas para pobres de
Francke en Halle en 1695; después con la proclamación de la obligación de
establecer las Dorfschulen en el reino de Prusia bajo Federico Guillermo l, en
1717; finalmente con el nacimiento de las escuelas científico-técnicas
(Realschulen) en Berlín en 1747. Estas iniciativas escolares estatales, sobre
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transmisión al niño como un todo dado. Afronta por primera vez sin prejuicios el
problema considerándolo: "desde la parte del niño", que no es solamente un
hombre in fieri, sino precisamente un niño, ser perfecto en sí.
Los principales aspectos de su negación de la educación tradicional son el
derecho a la felicidad, el derecho a la ignorancia de las cosas inadecuadas
para el niño, el rechazo del método catequético, la exclusión de estudios
especulativos, la necesidad de enseñar no muchas cosas, sino cosas útiles, y
no las ciencias sino el gusto por cultivarlas; la condenación a los libros, "triste
tortura" para la edad infantil, cuyo abuso mata la ciencia; la apelación constante
a la naturaleza como maestra de Emilio y de su pedagogo; el aplastamiento de
los estudios de historia, filosofía, moral, el saber perder tiempo.
Lo positivo es el descubrimiento de la educación de los sentidos, la valoración
del juego, del trabajo manual, del ejercicio físico y de la higiene, la sugerencia
de usar no la memoria sino la experiencia directa de las cosas, de no usar
subsidios didácticos ya hechos sino construirlos por sí mismos, y sobre todo el
plan progresivo del paso de la educación de los sentidos (de los 2 a los 12
años) a la educación de la inteligencia (hasta los 15) y de la conciencia (hasta
los 25).
Se ha dicho que justamente la novedad de Rousseau consiste en el vínculo
establecido entre educación y sociedad.
En 1763 se publicaba el Essai d'education nationale de Louis Rene de la
Chalotais (1701-1785), uno de los protagonistas de la expulsión de los jesuitas
de Francia, apreciado por Voltaire. En el protestaba contra la tradicional
exclusión de los laicos de la enseñanza y reivindicaba una educación que
dependiera sólo del Estado, porque decía es justo que los jóvenes del estado
sean educados por personal del estado.
Así, en el clima del despotismo ilustrado, maduraban las ideas y las
condiciones para un paso definitivo de la instrucción de las iglesias a los
estados. Y en Alemania existían ya tradiciones al respecto, desde que Carlos V
proclamó que la escuela debía ser fragua no sólo de clérigos sino también de
magistrados, asumiendo con ello las exigencias de los reformados.
Ya María Teresa emperatriz de Austria, señalaba la importancia de que la
instrucción es y seguirá siendo en cualquier época un hecho político.
El conflicto medieval del imperio y del papado llegaba a su término. Hasta
entonces la escuela había sido, casi en su totalidad, un hecho privado o
eclesiástico, aunque controlada por el poder político. La educación es ya cosa
del estado. Los políticos son los nuevos protagonistas de la batalla por la
instrucción, aunque Locke y Rousseau siguen siendo sus inspiradores.
Estos mismos fenómenos se repiten también en América. Franklin y Jefferson
impulsan la instrucción para el pueblo que promueve la educación intelectual y
moral de los jóvenes.
En Francia en 1793 ante la Convención nacional existían dos propuestas: una
de los girondinos (sector republicano moderado que intervino en la Revolución
Francesa desde 1791 hasta 1793. Recibieron este nombre porque sus
miembros más destacados representaban al departamento de la Gironda,
aunque también se les conocía como "brissotinos" debido a que uno de sus
dirigentes era Jacques Pierre Brissot. Este grupo participó en la Asamblea
Legislativa por primera vez en octubre de 1791) y otra de los jacobinos
(Jacobinos, nombre que recibían los miembros del club radical francés que
dirigió la vida política del país durante la Revolución Francesa. Fue fundado en
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del enseñante. Según él las tres unidades elementales del conocimiento son el
sonido, la forma y el número.
Pestalozzi concluía: "Yo considero la educación solamente como un medio para
conseguir un altísimo objetivo, que consiste en preparar al ser humano para el
uso libre e integral de todas sus facultades".
preocupa para que la primera infancia no sea solamente vigilada, sino también
educada e instruida. Su iniciativa sirvió de todos modos para difundir las
escuelas infantiles en toda Italia. Su propuesta señalaba una educación del
pueblo, no ciertamente para el pueblo.
De mayor ingenio que Aporti, y más capaz de dar vida a un nuevo movimiento
educativo, que Friedrich Froebel (1782-1852) espíritu religioso, hijo de un
pastor protestante. Sus convicciones se deducen de los principios del
cristianismo y de la filosofía clásica alemana, más o menos felizmente
asociados. En su Menschenerziehung de 1826 y en la revista La familia
Educadora, transcribe y teoriza sus experiencias pedagógicas que, iniciadas ya
en 1816, fueron llevadas adelante, a partir de 1837 (el año de su primer
Kindergarten), con la fundación del "Instituto para la educación del instinto de
actividad en los niños y en los jóvenes. Su éxito mundial fue rápido y duradero
(el nombre alemán Kindergarten ha pasado a diversas lenguas, del inglés al
español), y estos materiales y métodos llegaron a tener un valor didáctico
autónomo, independientemente de las intenciones místicas de su inventor.
Los métodos y el principio activo de la pedagogía froebeliana serán, en efecto,
usados también dentro de iniciativas educativas del todo laicas.
Se puede resumir que en todos los países europeos, en diversos modos y
ritmos, se discutía, se legislaba y se actuaba para crear escuelas. Mientras va
desapareciendo el tradicional aprendizaje de taller, controlado por las
corporaciones de artes y oficios (en Inglaterra, donde se habían establecido por
ley en 1381, se suprimieron por ley en 1814), la institución escuela se va
ampliando a los estratos productores, asumiendo nuevos contenidos científico-
técnicos. Con base en estos contenidos, se renueva también la universidad, en
la cual las ciencias matemáticas y naturales acaban por separarse del todo del
tronco de las viejas artes liberales, donde habían encontrado lugar durante
milenios bajo el nombre de philosophia naturalis o physica, y al constituirse
como cuerpo o facultad, por sí mismos se convierten en algo cada vez más
complejo. Junto a éstas surgen las altas escuelas de ingeniería. El
renacimiento de la universidad, de la que es conspicuo ejemplo la historia de la
universidad alemana, reformada por Humboldt, se basa en abandonar su
carácter abstracto y universalístico, para asumir toda una serie diferente de
especializaciones.
Duda por señalar al menos otro aspecto del mundo educativo moderno que
toma vida en el transcurso del siglo XX: el renacimiento de la educación física.
No referida a la educación guerrera sino a aquel tipo de educación física,
entendida como parte esencial de la formación del hombre, que sólo la Grecia
antigua había conocido y desarrollado en formas originales. El resultado más
alto de estas iniciativas, por su consciente apelación a la antigua Grecia y por
su carácter internacional, fue la institución de las nuevas "olimpiadas", a partir
de 1896.
En la segunda mitad del siglo XlX la iglesia católica, progresivamente excluida
de sus tradicionales dominios geográficos e ideales, o sea del estado pontificio
y de las tareas de asistencia y de instrucción, va a llevar a cabo una batalla
defensiva. No abandona la antigua polémica, sostenida primero contra los
luteranos y después contra los ilustrados, y finalmente contra la revolución
francesa, sobre los temas de la escuela y de la prensa.
Gregorio XVl (1831-1846) condena a las sociedades bíblicas que, empezando
por Inglaterra, "aspiran a difundir con un gran número de ejemplares las
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Todas las teorías psicológicas del aprendizaje desarrollada por ellos significa
que en este nivel empieza el interés específico de la pedagogía, por la
posibilidad de estudiar científicamente, a través de los mecanismos de
irradiación y de concentración de los estímulos en la corteza cerebral, procesos
mentales como la generación, la atención y todos los demás procesos de
aprendizaje . La tendencia "naturalista" con la teoría de la "forma" o estructura
(Gestaltphychologie) estuvo representada sobre todo por Wertheimer y por
Köhler. Estos consideran que acentuando el valor del sujeto se exalta también
la naturaleza individual, negando el condicionamiento mecánico de sus
conductas.
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El tema que une y divide a Vigotski y a Piaget es, podríamos decir, el eterno
tema que vimos aflorar en el antiguo Egipto: la relación entre naturaleza y
ambiente, o educación, en el desarrollo del individuo; que es lo mismo que
decir la relación entre personalidad y socialidad, entre libertad y autoridad.
Para Vigotski el desarrollo psicológico del individuo singular es parte y
resultado de la evolución general de la humanidad: aquél, en efecto, no es
pensable aisladamente, sino que presupone diacrónicamente todo el camino
precedente de la historia humana, y sincrónicamente la participación del
individuo en la vida de la sociedad de sus contemporáneos. La actividad
humana se caracteriza, en efecto, según él, como actividad mediatizada por
instrumentos que son el resultado de la historia de la humanidad y del
desarrollo del individuo; y éstos pueden ser "ya sea los instrumentos
materiales, en cuanto medio de trabajo, para dominar los procesos de la
naturaleza, ya sea el lenguaje, en cuanto medio de la comunicación social.
Esta es su "concepción sociocultural" de la conciencia, que nunca es un hecho
puramente individual, sino que va acompañada de la convicción del paso
histórico y crecimiento de la biología a la psicología y pedagogía, o sea del
paso de ser humano puramente biológico a ser histórico, social, pensante y
comunicante con los otros hombres.
los 2 a os 7 años). 3. Las operaciones concretas (de los 7 a los 11 años). 4. Las
operaciones proposicionales o formales (de los 11-12 a los 14-15 años).
Los hechos decisivos para la educación en la segunda mitad del siglo, después
del trágico mundial, con el progreso tecnológico y la maduración de las
conciencias "subalternas". Estos hechos se ponen en evidencia sobre todo en
dos momentos.
El primero corresponde al lanzamiento del Sputnik soviético, la primera salida
del hombre de la tierra, el 4 de septiembre de 1957, que parecía demostrar la
superioridad de un sistema de organización científica y educativa.
El otro momento es totalmente de otro signo, y en parte es consecuencia de la
expansión de la instrucción, con las expectativas y desilusiones que comporta
para las nuevas generaciones: la toma de conciencia por parte de los jóvenes
(sobre todo estudiantes) de la desigualdad de la relación educativa, de la que
ya se ha dado cuenta Tolstoi, como parte de la desigualdad y opresión social
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