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Según los mitos andinos, surgió de la esencia del caos, por ello es rebelde e instigador
por naturaleza. Es muy temido debido a su capacidad de metamorfosis. Se le ve
comúnmente como un jinete muy bien vestido, sus finas ropas negras están adornadas
de oro y plata.
Deambula por las zonas del centro y norte de Argentina. Se aparece a los viajeros en
las noches de martes y viernes, días predilectos de las brujas y los que se dedican a la
hechicería. Después los lleva de juerga; tras unas horas de sabrosa comida y bebida,
el Súpay propone a su homenajeado un pacto “difícil de resistir”: ofrece honores y
riquezas por un tiempo definido a cambio de su alma.
También puede aparecerse como un viento, llamado Huayra Muyoj, que al chocar con
otra corriente provoca un remolino, el cual se origina en medio del monte y se lleva todo
lo que le sale al paso.
Por esta razón cuando el viento sopla fuerte, las personas temerosas dicen — ¡Cruz!
¡Cruz! ¡Cruz!—pidiéndole a Dios que el maléfico remolino cambie de rumbo.
También los nativos hablan del pequeño Súpay, un travieso enano que deambula por
zonas rurales buscando niños que raptar y preparar con ellos pócimas de hechicería.
a. Amigos
b. Enemigos
c. Discípulos
d. Compañeros
3. ¿Cuál es el tema central del texto leído?
4. ¿Qué opinas sobre las personas que aceptan el pacto que les ofrece el
Súpay? Justifica tu respuesta.
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Realiza la lectura del texto siguiente considerando las actividades propuestas por el
docente:
2
Dragoski, Graciela y Eduardo Romano (1981) .Leyendas y cuentos folklóricos. Recuperado de
http://www.folkloretradiciones.com.ar/literatura/LeyendasYCuentosFolkloricos.pdf Consultado el 6 de noviembre de 2015
o sea a la medianoche, una música muy hermosa se dejó escuchar en la lejanía, la cual
se hizo más clara al aproximarse al pueblo. Los habitantes, que además eran muy
curiosos, dejaron sus lechos y salieron a “aguaitar”. Grande fue la sorpresa de éstos
cuando sobre el cerro de Tranca Urco vieron una nube blanca que parecía una sábana,
y que extendiéndose sobre la ciudad la envolvía por completo. Asustados pretendieron
huir, pero las aguas se precipitaron, sepultando en sus entrañas a todos los habitantes.
Gran cantidad de bandejas de oro y plata llegaron arrastradas por la corriente; en la más
grande y hermosa venía la madre de la laguna. Por último, apareció el anciano, llevando
en sus manos un gran plato lleno de manteca, con peces, plantas de totora, carricillos y
cortadera, así como un huevo de pato. En el mismo instante en que lo arrojó al agua,
cayó un rayo y partió el huevo, y salieron volando patos y gaviotas. Los peces se
multiplicaron y las plantas bordearon la laguna. Cuando amaneció, la señora y sus hijos
vieron con asombro que el pueblo había desaparecido, y que en su lugar estaba una
laguna de aguas azules y sobre ella se levantaba un deslumbrante arco iris, tal como lo
había anunciado el mendigo misterioso. Ese mismo día los habitantes de Chachapoyas
notaron con asombro también que la laguna del Tapial había desaparecido totalmente,
quedando en cambio una extensa llanura cubierta de verde yerba. Es creencia general
que las almas de los que murieron a consecuencia de la inundación, se han convertido
en "Sirenas", las cuales tienen por costumbre robar criaturas para llevarlas a vivir en su
"Ciudad Encantada", bajo las aguas. Durante muchos años la laguna de Pomacochas
fue el terror de los nuevos pobladores, descendientes de la única familia sobreviviente
y de otras que emigraron de los vecinos pueblos de Gualulo y Tiapollo, tales como los
Chicana, los Catpo y los Ocmata. Para calmar la furia de las aguas y de los seres que
en ella habitan, pidieron al cura párroco que bendijera la laguna. El buen sacerdote
aceptó gustoso, y entrando en una balsa derramó agua bendita en los "ojos" de la
laguna. En este momento se levantó una gran tempestad, y apareció un enorme pez
rojo, que mordiendo al cura en el brazo, intentó hundirlo. Sus acompañantes lo salvaron,
pero días después murió "secándose como un palo". Después de este acontecimiento
nadie se atrevía a navegar en la laguna, hasta que don Vidal Catpo (que vive todavía)
se decidió a desafiar el peligro y la vadeó en una canoa. Desde entonces se desterró el
miedo y hoy nadie la teme, pues todos los días navegan en sus aguas canoas cargadas
de cosechas.
1. ¿Qué hizo Taita Amito?
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