El movimiento katarista tiene sus orígenes en las luchas de finales del siglo XVIII lideradas por Túpac Katari en Potosí, Julián Apaza en La Paz y José Gabriel Condorcanqui en Cuzco. Resurgió en la segunda mitad del siglo XX impulsando la revalorización de la cultura e identidad aimara y quechua. Ha jugado un papel fundamental en la refundación de sindicatos campesinos como la CSUTCB y en la formación de líderes indígenas a través de organizaciones como el MUJA. El katarismo busca
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El movimiento katarista tiene sus orígenes en las luchas de finales del siglo XVIII lideradas por Túpac Katari en Potosí, Julián Apaza en La Paz y José Gabriel Condorcanqui en Cuzco. Resurgió en la segunda mitad del siglo XX impulsando la revalorización de la cultura e identidad aimara y quechua. Ha jugado un papel fundamental en la refundación de sindicatos campesinos como la CSUTCB y en la formación de líderes indígenas a través de organizaciones como el MUJA. El katarismo busca
El movimiento katarista tiene sus orígenes en las luchas de finales del siglo XVIII lideradas por Túpac Katari en Potosí, Julián Apaza en La Paz y José Gabriel Condorcanqui en Cuzco. Resurgió en la segunda mitad del siglo XX impulsando la revalorización de la cultura e identidad aimara y quechua. Ha jugado un papel fundamental en la refundación de sindicatos campesinos como la CSUTCB y en la formación de líderes indígenas a través de organizaciones como el MUJA. El katarismo busca
El movimiento katarista tiene sus orígenes en las luchas de finales del siglo XVIII lideradas por Túpac Katari en Potosí, Julián Apaza en La Paz y José Gabriel Condorcanqui en Cuzco. Resurgió en la segunda mitad del siglo XX impulsando la revalorización de la cultura e identidad aimara y quechua. Ha jugado un papel fundamental en la refundación de sindicatos campesinos como la CSUTCB y en la formación de líderes indígenas a través de organizaciones como el MUJA. El katarismo busca
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El katarismo
El katarismo [...] se apoyaba plenamente en la organización "sindical" generalizada
desde 1953, lo que le daba una convocatoria mayor que la de otras iniciativas de la época. Pero la gran innovación fue que los kataristas irrumpieron con una nueva ideología étnica, expresada no sólo en su nombre [...] sino también su bandera propia _la wiphala_, en la revalorización de las autoridades tradicionales, en sus programas de radio en aimara y en otros muchos detalles. La emergencia katarista no podría entenderse sin los cambios estructurales iniciados con la reforma agraria de 1953, pero su estilo mostraba un rechazo rotundo a los intentos uniformadores de aquel proyecto. Lo expresaban frases bastante escuchadas como "Ya no somos los campesinos del 52" [...].
Silvia Rivera concluye que el katarismo es la recuperación de la "memoria larga", que
se remonta a las luchas contra el despojo e incluso hasta la Colonia y que había quedado opacada por la "memoria corta" de la reforma agraria y de la lucha sindical campesina.
El Katarismo como movimiento político militar tiene sus
fuentes principales en Chayanta, Potosí, en la provincia
Aroma y en Tangasuca en el Cuzco. En Potosí, con Tomás
o Dámaso Katari; en Ayo Ayo, provincia Aroma de La Paz,
con Julián Apaza Nina y en el Cuzco con José Gabriel
Condorcanqui, respectivamente en el transcurso de 1780
a 1783. Estas luchas se proyectan hasta nuestros días.
Esos movimientos políticos militares si bien tenían el control
social geográfico, carecían del poder de la tecnología militar
moderna y sobre todo del poder económico y, por supuesto,
no tenían un verdadero apoyo internacional.
El Katarismo e Indianismo resurge con Pablo Zarate Willca
en 1799. Para ese entonces ya se tiene idea y se habla
claramente sobre un Estado Nación Aymara, pero en alianza
con parte del Ejército Boliviano. Las fuerzas sociales de
Zárate Villca en unidad con el militar José Manuel Pando y
su Estado Mayor, vencen a las tropas de Alonso. Sin
embargo, es el mismo ejército de Pando el que después
destruye a las fuerzas militares del caudillo de Zarate
Willca, tomándolo preso y ejecutándolo.
Y no es tampoco una mentira que el proceso revolucionario
del 9 de abril de 1952 tuvo como protagonistas
principales a los movimientos indígenas Kataristas
Indianistas, los que formaron un poder político-militar
paralelo al poder militar tradicional, llegando incluso a
derrotar a las Fuerzas Armadas y a la clausura del Colegio
Militar en Bolivia. No se puede afirmar que la clase media y
los mineros fueron las fuerzas preponderantes para el éxito
de la revolución del 52, sino que lo fueron las fuerzas y
organizaciones campesinas como Kataristas Indianistas
organizadas en milicias armadas campesinas, organizadas
como vanguardia y defensa de la revolución de 1952.
En ese entonces el Movimiento Nacionalista Revolucionario,
MNR, usó y abusó del poder de las milicias
campesinas; las manipuló e instrumentalizó solamente con
fines de defensa del partido único de entonces. Después
del ocaso del MNR y luego de una larga fase de dictaduras,
nuevamente el campesinado del altiplano y valles fueron
utilizados a través del Pacto Militar Campesino con el
general Barrientos y los sucesivos gobiernos militares.
El indianismo nació con
tendencia a la reconstrucción del Tawantinsuyo y del
Qollasuyo y al reconocimiento de los signos y de los
símbolos, los valores ancestrales. La influencia del
katarismo primero y luego del indianismo tuvo como uno
de sus logros más importantes la refundación del
movimiento sindical campesino en Bolivia, a través de la
Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos
de Bolivia, CSUTCB, con dos brazos activos: en lo político
el Movimiento Revolucionario Tupak Katari, MRTK, y en lo
económico la Coorporación Agropecuaria Campesina,
CORACA, organizada a nivel nacional.
Clemente Ramos
Fundador del Movimiento Revolucionario
Tupak Katari, MRTK y de la Confederación
Sindical Única de Trabajadores
Campesinos de Bolivia, CSUTCB, junto a
Jenaro Flores impulsor de la lucha contra
el pacto militar campesino.
Quiero tratar también el tema del Movimiento Universitario
Julián Apaza, MUJA, fundado por indios indígenas que
entraron a la Universidad Mayor de San Andres, UMSA. En
su primera primera etapa, 1970, estuvieron por ejemplo
Constantino Lima y varios otros. Hicieron una gran labor.
Luego, en 1978, otro grupo de gente, otra camada de
indígenas, aymaras, quechuas, refundaron en la UMSA el
MUJA. Fue el MUJA el que en la década de los 70 impulsó al
Movimiento Indio Tupak Katari, MITKA. Es realmente fabuloso
recordar a esa gente aymara.
Después del MUJA también tuvo su accionar el Taller de
Historia Oral Andina, THOA, que hizo una gran producción,
apoyaron la reconstitución de los ayllus y markas, etc. El
MUJA fue semillero de dirigentes. Por ejemplo, el año 1975,
1976, Javier Condoreno tomó la Federación Departamental
de Trabajadores Campesinos de La Paz Tupac Katari,
FDTCLA-TK.
Del MUJA también nació el Partido Indio, P.I., entre 1978
y 1979. Sebastián Mamani, Germán Choquehuanca, Ramón
Conde y otros jilatas nuestros fueron quienes trabajaron
en su constitución. Sus inicios fueron en una época difícil,
en la Universidad en La Paz, la UMSA. Lograron participar
en los comicios para la Federación Universitaria Local, FUL.
Además, los Kataristas tambien hemos sido habilidosos
para crear conciencia y para avanzar en este proceso.
Hemos incursionado en las radios; hemos incursionado
entre los estudiantes; hemos incursionado creando
instituciones como el MINKA, Centro Campesino Tupac
Katari, que han jugado un hito importante en este proceso
de 1970 a 1980. En esos momentos los Kataristas
dominábamos la estrategia de la organización campesina
que era llamada Confederación Nacional Tupac Katari. Eso
no les ha gustado a los famosos izquierdistas, no les ha
gustado a los famosos gobernantes de ese entonces: las
dictaduras militares colaboradas por el MNR, la Falange,
ustedes saben todo eso, cuando ellos se unen para quitar
este nombre y nos obligan a crear lo que hoy se llama
Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos
Bolivianos, CSUTCB.
Los Kataristas habíamos planteado reconstruir un nuevo
modelo, basado en nuestras raíces para descolonizarnos,
tomando para ello las categorías del Ayllu comunitario,
tomando nuestras raíces históricas; por eso nos llamamos
Kataristas, los Kataris. Al estructurar nuestras
organizaciones tomamos las raíces de nuestros abuelos el famoso thaki de
organización que es esencial pues en
el thaki no hay reelección sino turnos, sucesión de cargo
al que tienen derecho y obligación todos los habitantes
de una comunidad.
También nosotros en lo sindical hemos tenido errores.
Por ejemplo la famosa Corporación Agropecuaria
Campesina, CORACA. Hemos obtenido CORACA porque nosotros pensábamos que a
partir de este instrumento
económico podíamos realmente generar, demostrar, una