Generalidades de Mantenimiento Alumbrado Público
Generalidades de Mantenimiento Alumbrado Público
Generalidades de Mantenimiento Alumbrado Público
Se entiende por Alumbrado Público los Sistemas de iluminación exterior, tanto de uso ordinario como
iluminación ornamental.
Mantenimiento Correctivo
El Mantenimiento Correctivo en Instalaciones de Alumbrado Público consiste en la reparación de todas las
averías e incidencias del Sistema Eléctrico. Las actuaciones habituales son:
Sustitución de lámparas
Mantenimiento Preventivo
El Mantenimiento Preventivo en Instalaciones de Alumbrado Público consiste en la revisión periódica de
todos y cada uno de los elementos de la Instalación, efectuando las tareas necesarias para evitar averías
y/o fallos de la misma. Para tal fin existe un Inventario pormenorizado de elementos a mantener (número
de puntos de luz, tipo y ubicación de los mismos, sistemas de control, cuadros eléctricos, planos, etc.) y
de un Plan de Mantenimiento, incluyendo la Gestión de Recambios.
Las tareas más habituales que realizamos son:
Inspección del estado de los soportes (corrosión, anclajes, tapas de registro, etc.)
Inspección de las Luminarias (cajas de conexiones eléctricas, amarres, cierres y limpieza).
Una instalación de alumbrado público operará eficientemente a lo largo de su vida útil , siempre
y cuando sea mantenida. Aunque es inevitable el deterioro en la calidad, aún en instalaciones
bien mantenidas, el deterioro será mayor si el mantenimiento no se lleva a cabo.
Entre mayor sea el tiempo en que se efectúe el mantenimiento (factor de conservación bajo), el
nivel de iluminancia inicial alto, caerá por debajo de lo especificado y por tanto el consumo de
energía durante la vida de la instalación será mayor. Con un esquema
de mantenimiento adecuado (factor de conservación alto), se asegura una instalación de
alumbrado efectiva, tanto desde el punto de vista energético como económico.
En general hay ciertas recomendaciones que se deben tener en cuenta cuando se realice
el mantenimiento :
Inspeccionar el casquillo de la bombilla y la parte roscada del portabombilla para ver si existe
alguna indicación de arco eléctrico. Apretar la bombilla para que su ajuste sea el adecuado. Si
el casquillo está deformado y no se puede colocar apropiadamente, reemplazar la bombilla.
Verificar que el fotocontrol se encuentre bien ajustado en su base, cubrirlo durante algunos
segundos y reemplazarlo si la bombilla no enciende.
Si se cuenta con equipo de control múltiple comprobar que la tensión y la intensidad son las
adecuadas, para su correcta operación; verificar continuidad entre los terminales de la bobina y
el estado de los fusibles.
Verificar que el alambrado esté de acuerdo con el diagrama del balasto. Examinar el alambrado
de la línea de alimentación al balasto y del balasto al portabombillas para establecer
continuidad. Asegurarse del buen estado de las conexiones.
Verificar la tensión de alimentación del balasto. Para la mayoría de los balastos este valor debe
estar entre 10% del valor nominal. La revisión deberá efectuarse con carga completa. Si el
balasto cuenta con derivaciones, se deberá seleccionar la derivación de acuerdo con
la tensión de alimentación medida en el balasto. Si se detecta baja tensión incrementar éste o
mover la derivación a la siguiente posición. Si existe una mala conexión corregir la forma de
derivación.
Asegurarse de que las especificaciones del balasto estén de acuerdo con la tensión de línea y
de bombilla. Un balasto inadecuado causará que la bombilla falle prematuramente.
Un balasto en cortocircuito causa generalmente la rotura en los sellos del tubo de arco con un
ennegrecimiento indicativo en el área de sellado. La condición de cortocircuito puede
presentarse debido a que los condensadores, los conductores de alimentación de la luminaria o
las bobinas del balasto se encuentran en cortocircuito.
Por ello es importante que antes de colocar una bombilla en una luminaria se revise el
conjunto eléctrico, ya que en el caso de bombillas que no necesitan pulso de arranque, como
las bombillas de mercurio, estas pueden explotar al ser colocadas y estar el balasto
en cortocircuito , provocando lesiones graves al operario. En este caso se recomienda colocar
en el portabombilla, primero una bombilla incandescente de 150 V o 220 V y dependiendo del
brillo de la luz de la bombilla, determinar si el balasto está en corto o no.
Toda bombilla de descarga de alta intensidad, requiere de un período para restablecer las
condiciones de arranque óptimas, cuando existe una interrupción momentánea en la línea de
alimentación después que la bombilla ha estado operando. En una luminaria, el tiempo de
reencendido varía de acuerdo con la temperatura ambiente y las corrientes de aire existentes.
La bombillas de vapor de mercurio, requieren de 4 a 8 minutos para enfriarse y las bombillas de
sodio alta presión, requieren de 1 minuto aproximadamente.
El diseño de los balastos y arrancadores, requiere que los dos componentes sean compatibles,
para proveer el pulso de arranque de nivel apropiado. Un bajo pulso no arrancará la bombilla,
un alto pulso causará la destrucción de los componentes de la bombilla.
Si el pulso de alto voltaje que provee el arrancador, no se genera o está abajo de las
especificaciones, la bombilla fallará en el arranque. Si el arrancador proporciona valores por
debajo de los especificados inicialmente, la bombilla puede arrancar pero fallará en arranques
subsecuentes, ya que la tensión de arranque requerido por la bombilla, puede incrementarse
durante cortos períodos mientras la bombilla se encuentra en su periodo de encendido.
Un balasto en cortocircuito causa la rotura en los sellos del tubo de arco de la bombilla.
Cuando hay deficiencias en la regulación de tensión de la red, es posible sobre todo en las
horas de la madrugada tener altas tensiones que ocasionan un aumento en la corriente de
la bombilla, aumentándose el desgaste en los electrodos del tubo de descarga y causándose
con ello una disminución de la vida de la bombilla.
Con bombillas de vapor de mercurio, un balasto inadecuado causará parpadeo o una operación
errática. Las bombillas de vapor de sodio alta presión, ciclearán si el balasto no proporciona la
suficiente tensión de circuito abierto para el sostenimiento de la bombilla y esto sucede
generalmente cuando la bombilla de sodio llega al final de su vida útil. Una discontinuidad en el
alambrado del balasto, también puede causar el parpadeo. Comprobar la tensión de circuito
abierto del balasto y la tensión de alimentación de la luminaria.
Verificar si las condicione de tensión del transformador son adecuadas. Asegurarse que no
existan falsos contactos, malas conexiones o cargas ajenas al sistema de alumbrado,
conectadas a la línea tales como motores o máquinas de soldar.
El funcionamiento químico de una bombilla defectuosa, algunas veces causa que ésta
demande mayor tensión del que el balasto puede suministrar, dando como resultado que
la bombilla se apague y se encienda en forma cíclica. Reemplazar la bombilla.
Debido a que la bombilla de vapor de sodio a alta presión se enciende por lo general en largos
periodos de tiempo, su tensión de operación tiende a incrementarse. Esta tensión puede llegar
a valores en donde el balasto no puede sostener la bombilla. Cuando esto sucede,
la bombilla mostrará características de cícleo encendiéndose y apagándose. Reemplazar
la bombilla después de verificar la tensión de circuito abierto del balasto, con la tensión de
operación de la bombilla a su tensión nominal.
6.9.1.4.2 Depreciación normal del flujo luminoso a través de sus horas de vida
Reemplazar la bombilla
El recalentamiento producido por la bombilla al estar en contacto con una parte metálica de
la luminaria puede fracturar el vidrio de la bombilla.
Adicionalmente, el color se afecta por las variaciones de tensión. Los vatios proporcionados a
las bombillas de descarga de alta intensidad , pueden variar:
• En más o menos 5% para luminarias que utilizan bombillas de sodio y mercurio con balasto
tipo reactor.
• En más o menos 10% para luminarias que utilizan bombillas de sodio con balasto tipo
autoregulado CWA.
Las variaciones en la superficie o acabado de los reflectores pueden causar diferencia de color.
Intercambiar la bombilla para verificar la posible diferencia en luminarias. El polvo en las
superficies de la luminarias, puede crear diferencia en el color, de aquí la importancia de una
limpieza adecuada.
Comprobar la posibilidad de que la bombilla esté operando con un balasto diseñado para
una bombilla de mayor potencia. Una operación con sobrevatiaje puede causar un
ennegrecimiento prematuro. Comparar los datos del balasto con los de la bombilla.
Sobre ciertas condiciones de operación de la bombilla y/o balasto, la bombilla operará a una
descarga parcial (resplandor azul tenue), condición que causará el envejecimiento del tubo de
arco y corta vida. Verificar el balasto y la posición de operación de la bombilla, ya que puede
ser una bombilla de operación horizontal base hacia abajo o base hacia arriba, diferente a la
posición en la cual está funcionando.
Los detergentes no deberán ser ni muy ácidos ni muy alcalinos para limpiar los reflectores de
aluminio. Las superficies de los vidrios refractores deberán ser aseadas con virutas finas de
acero frotándolas después con un paño o estopa limpia y seca.
No hay que generalizar en cuanto a la utilización de los mismos productos que se usan para el
vidrio refractor, ya que lo vidrios lisos no lo necesitan y los refractores acrílicos pueden alterar
su estabilidad física y perjudicar su transparencia.
Al hacer el cambio de una bombilla se debe limpiar el reflector de la luminaria , verificar que
la luminaria esté bien asegurada al soporte y que esté bien instalada, verificar la adecuada
orientación del ojo (fotocelda) del fotocontrol. Se debe garantizar la hermeticidad del cierre del
conjunto óptico de la luminaria, en el caso de luminarias cerradas.
Cuando se realicen reemplazos de luminarias, se debe tener en cuenta que deben ser
cambiadas por luminarias de las mismas características fotométricas y preferiblemente de la
misma referencia, para conservar el diseño de la vía.
En el caso de control múltiple de alumbrado, aunque la red esté en buen estado, se puede
presentar un daño que afecte todas las luminarias debido a desperfectos en el control.
En el caso de CODENSA S.A. el alumbrado de las vías secundarias utiliza las redes de
distribución de baja tensión de la zona, adicionando una línea para el control múltiple del
alumbrado público. (Red abierta)
Las luminarias de alumbrado de vías secundarias son bifásicas a 208 voltios y se conectan
entre la línea de control de alumbrado y la segunda fase. La línea de control de alumbrado es
energizada por la primera fase a través del equipo de control automático, que puede ser un
contactor, un fotocontrol o un reloj, dependiendo de la carga del circuito de alumbrado y si el
sitio de instalación del control es a la intemperie o en recinto cerrado.
La conexión errónea puede ser porque una o varias luminarias están conectadas entre la línea
de control y la primera fase o entre la línea de control y la tercera fase.
6.9.3.1.2 Retorno de corriente por conexión de una carga monofásica a la línea de control
de alumbrado
En las redes de distribución con control múltiple de alumbrado puede darse el caso de que
una carga o acometida sea conectada a la línea de control de alumbrado. En este caso,
durante el día se presenta una corriente de retorno que trata de arrancar en forma intermitente
algunas bombillas del circuito de alumbrado.
El retorno de corriente presentado por problemas de conexión de las luminarias, además de las
deficiencias propias de la instalación, también afecta la vida útil de las bombillas debido a los
intentos de arranque, aumenta el consumo diario de energía y representa un peligro potencial
para los operarios al estar energizada de día la línea de control de alumbrado público.,
Los daños más frecuentes que se presentan en las redes subterráneas de alumbrado público
son:
Debido al deterioro del aislamiento por envejecimiento natural, recalentamiento por originadas
en cortocircuitos de luminarias, mal manejo de los cables al introducirlos en la ductería, o al
ataque del medio ambiente, ocasiona que hagan contacto eléctrico dos o más conductores.
Este defecto provoca la actuación de la protección y por lo tanto la apertura del circuito.
El daño se identifica mediante prueba de aislamiento con un medidor de aislamiento
(MEGGER), en el extremo de los conductores del circuito que presenta la falla. Una vez
identificado el daño, se localiza éste destapando las cajas de inspección.
Por causas similares a las del defecto antes mencionado, un conductor de fase puede ponerse
a tierra.
Si el contacto es pleno, la anomalía puede hacer actuar la protección. Si el contacto tiene una
alta impedancia, la falla constituye una carga adicional que ocasiona caída de tensión en el
circuito.
Como los circuitos exclusivos de alumbrado público, 480/277 V, son trifásicos tetrafilares;
cuando el conductor neutro del circuito no esta conectado al neutro del transformador o está
abierto en algún punto, produce fluctuaciones de tensión en el circuito o al final de un tramo del
circuito a partir de la discontinuidad del neutro, que se manifiesta en encendidos y apagados
periódicos de las bombillas.
La discontinuidad del conductor neutro no permite obtener una iluminación permanente, reduce
la vida útil de las bombillas y representa una condición potencialmente peligrosa para los
transeúntes y operarios. Como una medida de seguridad , en los circuitos exclusivos de
alumbrado público se aterriza el neutro cada tercer poste o cajas y al final del circuito.