Derecho de Las Obligaciones
Derecho de Las Obligaciones
Derecho de Las Obligaciones
PRIMERA SECCIÓN
OBLIGACIONES EN GENERAL
Primera parte: Nociones Generales
CONCEPTO DE OBLIGACIÓN: Vínculo de Derecho que nos constriñe a pagar o hacer algo o
abstenernos de ello.
El CCyC define normativamente qué es una obligación y al hacerlo indica los elementos
que la caracterizan.
La definición comienza por señalar que la obligación es una relación jurídica entre un
acreedor y un deudor, esto es, una relación humana regulada por el derecho; esta relación
jurídica es la causa x la cual el deudor queda sometido a las exigencias del acreedor.
El art. 7° CCyC, cuando se regula la eficacia temporal de la ley establece que a partir de su
entrada en vigencia, las leyes se aplican a las consecuencias de las relaciones y situaciones
jurídicas existentes.
En la definición se alude a los dos sujetos que componen la relación, el acreedor (Sujeto
Activo – Accipiens) tiene la carga de recibir la prestación.
Y el deudor (Sujeto Pasivo: es el que tiene el peso de cumplir la obligación – tiene el deber
de asumir el comportamiento debido para satisfacer el interés del acreedor), deben ser
sujetos con aptitud:
También es posible que haya más partes, como en el caso de los contratos plurilaterales
(art. 977 CCyC).
El artículo, pone el acento en las facultades que el acreedor tiene al nacer esa obligación
(en el art. 730 CCyC se regulan específicamente los efectos respecto del acreedor y en el
art. 731 CCyC se hace lo propio respecto del deudor).
Se presenta en la definición las dos instancias posibles una vez que esa obligación nace::
la existencia de un “deber” a cargo del deudor que tiene que cumplir una prestación
destinada a satisfacer un interés lícito del acreedor; y
si esa instancia futura no se verifica, si el deudor no paga (ver definición de “pago”
en el art. 865 CCyC), ante el incumplimiento, se “faculta” al acreedor a intentar
obtener forzadamente la satisfacción de dicho interés o una indemnización
equivalente.
De ese modo, se adopta en la definición la doctrina que advierte la existencia de esa doble
instancia en toda obligación:
Se describen esas dos instancias, nace la obligación, la deuda que debe pagarse, de
no suceder, el deudor debe responder frente al acreedor que reclama el pago.
Esta facultad se relaciona con la directiva del art. 242 CCyC que establece que todos los
bienes del deudor están afectados al cumplimiento de sus obligaciones y constituyen la
garantía común de sus acreedores, con excepción de aquellos que el Código o las leyes
especiales declaren inembargables o inejecutables; reiterada en el art. 743 CCyC, en el que
se dispone que los bienes presentes y futuros del deudor constituyen la garantía común
de los acreedores.
Asimismo, el CCyC establece límites a las facultades de los acreedores; ejemplos de esos
límites se encuentran en los arts. 244 y 249 CCyC respecto del inmueble destinado a
vivienda que se afecte a ese fin, o en el art. 744 CCyC en el que se enumeran bienes
excluidos de la garantía común, o en el supuesto de obligaciones de hacer frente a las
únicas posibilidades que se establecen en el art. 777 CCyC para una ejecución forzada del
acreedor (comparar con art. 730, inc. a, CCyC).
Cierta doctrina reconoce en esas facultades del acreedor para exigir la prestación que no
ha sido cumplida espontáneamente por el deudor, una manifestación del vínculo, como
elemento de la obligación que se caracteriza como la sujeción del deudor a ciertos poderes
del acreedor, los derechos del acreedor para ejercer una acción tendiente a obtener el
cumplimiento, elemento que está latente al nacer la obligación y que se actualiza ante la
falta de cumplimiento espontáneo del deudor del deber a su cargo, al no pagar.
Asimismo la definición nos presenta algunos de sus elementos: sujetos, prestación, interés
y vínculo.
Definición adoptada
La obligación pertenece al mundo de los derechos subjetivos puede ser definida en los
siguientes términos: Relación jurídica en virtud de la cual un sujeto (deudor) tiene el
deber jurídico de realizar a favor de otro (acreedor) determinada prestación.
Análisis de la definición
(1) Se trata de una relación jurídica, esto es una relación humana regulada por el Derecho.
La expresión resulta preferible a la de vínculo por su mayor precisión técnica, y porque la
relación jurídica obligacional es una de las varias relaciones jurídicas que surgen de la
conducta humana (p. ej. relaciones jurídicas reales, de familia, e t c ) . además, denota
adecuadamente la conexión de los sujetos activo y pasivo de la obligación
(2) Se trata, asimismo, de un deber, de la necesidad jurídica que precisamente nace de esa
relación jurídica. Es un deber especifico y calificado en virtud del cual el cumplimiento de
la obligación no es un acto libre, de concesión o de gracia por parte del deudor.
(3) Existe un sujeto pasivo, o deudor, que debe cumplir frente a un sujeto activo, o
acreedor. Aquél tiene una deuda y éste un crédito. Ello no impide que en ciertas
circunstancias existan créditos y deudas recíprocos, como por ejemplo, si C compra un
libro a V: en tal situación C es deudor del precio y acreedor de la entrega del libro, y
correlativamente V, acreedor del precio, es deudor de dicha entrega. Tampoco excluye la
momentánea indeterminación de uno u otro sujeto
Asimismo la definición nos presenta algunos de sus elementos: sujetos, prestación, interés
y vínculo.
Análisis de la definición.-
4) debe satisfacer una prestación: se hace mención al contenido, es decir, a lo que debe
pagar el deudor al acreedor. La prestación puede ser de dar, de hacer o de no hacer (conf.
art. 495, Cód. Civil).
El deber jurídico
Se trata de una conducta o actitud, de dar, hacer o no hacer, que sólo versa sobre entrega
de cosas, sobre prestación de actividad, o sobre abstenciones, y es típica de la obligación.
En conclusión:
Requisitos:
B) NATURALEZA JURÍDICA
NATURALEZA JURIDICA
Relación de patrimonios
Relación de patrimonios. — IHERING, gran contradictor de aquella caracterización del
derecho subjetivo, lo definió como el interés jurídicamente protegido. De allí surgió la
concepción del crédito en términos objetivos: tiende a la satisfacción de un interés
privado del acreedor, y la prestación es sólo un medio para ello.
Deber in partiendo (obligaciones de no hacer)
(Alterini) Las obligaciones de no hacer son aquellas en las que la prestación debida es un
hecho negativo, consistente en una abstención: Ej., no poner un negocio en determinado
lugar.
Clases.
Se pueden distinguir:
1) In no faciendo e in partiendo: las primeras significan una pura abstención (no construir
un muro), las segundas consisten en tolerar que otro haga (no impedir que otro
construya).
C) COMPARACIONES
Clasificación de las relaciones jurídicas
Clasificación de las relaciones jurídicas y los derechos subjetivos:
Derechos Reales
patrimoniales
Derechos Creditorios (obligaciones)
I. Del punto de vista
de su contenido
extra patrimoniales
Derechos de la Personalidad
Derechos de la Familia
Derechos de la personalidad
absolutos
Derechos Reales
II.- Del punto de vista
del sujeto pasivo
Derechos Reales
relativos Derechos Creditorios (obligaciones)
Criterios de clasificación
El derecho subjetivo, que constituye un extremo de la relación jurídica, se corresponde con deberes de
comportamiento a cargo del sujeto pasivo.
Este comportamiento constituye el contenido del deber propio de la relación jurídica de que se trate, y
permite una clasificación elemental que arranca de dos criterios:
(1) De acuerdo a la índole del contenido sobre el cual recae la relación: la relación jurídica es patrimonial
o extrapátrímonial.
El derecho del titular puede recaer en un bien económico, de "valor pecuniario" apreciable caso en
el cual la relación es patrimonial. O puede recaer en un bien carente de esa valoración, y tratarse así
de una relación extra patrimonial.
(2) En orden a la identidad del sujeto pasivo: el derecho es absoluto si puede ser opuesto a todo
integrante de la comunidad {erga omnes), y relativo si sólo compete respecto de persona o personas
determinadas.
D) SITUACIONES ESPECIALES
Obligaciones "propter rem"
Concepto
Se trata de situaciones intermedias entre la obligación y el derecho real.
1) Obligaciones propter rem (o ambulatorias).- Son obligaciones que pesan sobre quien sea dueño o
poseedor de una cosa determinada. La obligación viaja o ambula junto con la cosa a la cual accede.
Ejemplos: deuda por Expensas comunes en la propiedad horizontal a cargo del propietario del
departamento; gastos de conservación de la cosa en condominio; etc.
Son obligaciones "que no gravan a una o más personas determinadas, sino indeterminadamente al
poseedor de una cosa determinada" (art. 1933 CCyC). Ab-initio hay indeterminación del sujeto, pero es
sólo temporal, pues esta situación termina cuando se exige el cumplimiento de la obligación.
Sus características son especiales, pues tienen notas comunes con el derecho creditorio y el derecho real.
Se asemejan a la obligación porque el deudor no responde solo con l cosa en razón de la cual nace la
obligación propter rem, sino con todo su patrimonio.
Pero se asemejan al derecho real, pues se transmiten con la cosa,, a través de su abandono, sin perjuicio
de que si el titular debe responder de una deuda propter rem nacida en cabeza del titular anterior, puede
reclamarle lo que haya ganado en función de ella.
2) Derecho a la cosa: es el que le asiste al acreedor de una obligación de dar, antes de que la cosa le sea
entregada por el deudor. Ej.: el comprador tiene derecho a la cosa vendida y en consecuencia, antes de la
entrega tiene derecho a solicitar medidas cautelares que aseguren la entrega, tales como, embargo,
secuestro, etc. Su antecedente se remonta al Derecho canónico.
Derecho a la cosa
Concepto.
Situación intermedia entre la obligación el derecho real. Consiste en la facultad que tiene el acreedor de
una obligación de dar, antes de la entrega de la cosa. es el que le asiste al acreedor de una obligación de
dar, antes de que la cosa le sea entregada por el deudor. Ej.: el comprador tiene
derecho a la cosa vendida y en consecuencia, antes de la entrega tiene derecho
a solicitar medidas cautelares que aseguren la entrega, tales como, embargo,
secuestro, etc. Su antecedente se remonta al Derecho canónico.
E) EVOLUCIÓN
ELEMENTOS
Concepto
En toda relación jurídica pueden ser aislados sus elemento.-es decir, los componentes necesarios que la
integran de tal manera que la relación jurídica es inconcebible sin ellos. En la relación jurídica
obligacional existen los siguientes elementos: sujetos, objeto, contenido, vínculo y causa fuente y fin (
sólo para las relaciones nacidas de un acto jurídico).
Así se consideran elementos esenciales de la obligación ( x que sin ellos la obligación no existe)
A) SUJETOS
§ 1 Sujetos activo y pasivo
ACTIVO Humana
a) Ser Persona Jurídica
SUJETO b) Ser Capaz
REQUISITOS
c) Determinado o
PASIVO Determinable
Su necesidad
El sujeto de la relación jurídica resulta de la respuesta a la pregunta quién.
Hay un sujeto activo, titular de la facultad que, en la obligación, es el acreedor.
Y un sujeto pasivo, a cuyo cargo está el deber que, en la obligación, es el deudor.
Establecido que la existencia de sujetos es imprescindible en toda relación jurídica, va de
suyo que también lo es en la obligación.
En toda relación obligacional debe haber, pues, un sujeto acreedor y otro deudor, o varios
de ellos.
Determinación e indeterminación
Deben estar determinados al nacer la obligación excepto en las obligaciones propter rem
Pueden ser sujetos las personas humanas o jurídicas entre quienes se establece el vínculo obligacional.
Para que la obligación sea válida, el sujeto debe ser capaz sino el acto es nulo de nulidad absoluta.
capacidad de derecho: aptitud que toda persona inviste, por el solo hecho de ser tal, para adquirir
derechos y contraer obligaciones, independientemente de si esto es actuado por ella misma o con
intervención o intermediación de un tercero. Y capacidad de hecho o de obrar, de ejercicio o goce.
Capacidad de hecho, también llamada capacidad de obrar, que refiere a la aptitud de la persona para
adquirir y/o ejercer tales derechos por sí misma.
Según clarifica la norma en comentario, las restricciones se imponen a una persona en relación con
ciertos hechos, simples actos o actos jurídicos. Para comprender las diferencias entre estos últimos
conceptos debe recurrirse a la regulación sobre los hechos y actos jurídicos que en el CCyC se establece a
partir del art. 257 y ss. Así, el hecho jurídico es un acontecimiento que, conforme el ordenamiento,
produce el nacimiento, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas. El simple acto
lícito, en tanto, es una acción voluntaria no prohibida por la ley, de la que resulta alguna adquisición,
modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas (art. 258 CCyC). Y, finalmente, el acto
jurídico es el acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato la adquisición, modificación o extinción de
relaciones o situaciones jurídicas (art. 259 CCyC).
Las puntuales limitaciones establecidas por ley en relación a estos hechos, simples actos o actos jurídicos,
calificadas como concretas incapacidades de derecho, se fundan en la protección del orden
ARTÍCULO 23.- Capacidad de ejercicio. Toda persona humana puede ejercer por sí misma sus derechos,
excepto las limitaciones expresamente previstas en este Código y en una sentencia judicial.
La capacidad de hecho se define como la capacidad de obrar, de acto; es por ello que también es llamada
capacidad de ejercicio o de goce. Se refiere a la aptitud para actuar por sí los derechos reconocidos por el
ordenamiento
Como respuesta a la limitación que importa la incapacidad, se establece la figura que represente a esta
persona impedida de obrar; en el caso de los menores de edad, sus representantes legales —padres o
tutores—, y en el de las personas mayores de edad, su curador
ARTÍCULO 24.- Personas incapaces de ejercicio. Son incapaces de ejercicio:
a. la persona por nacer;
b. la persona que no cuenta con la edad y grado de madurez suficiente con el alcance dispuesto en la
Sección 2ª de este Capítulo
c. la persona declarada incapaz por sentencia judicial, en la extensión dispuesta en esa decisión.
El requisito de la capacidad.—
En esta cuestión inciden, también, las habilitaciones para obrar que surgen de la
emancipación (arts. 128, 133 y sigs.) o de otras circunstancias (art. 128, 2- y 3 g párrs.), e
inversamente, las inhabilitaciones del artículo 152 bis del Código Civil.
Un incapaz de hecho puede ser acreedor de la indemnización del daño, aunque para
reclamarla judicialmente precise que actúe su representante; y puede ser deudor de la
indemnización —deuda que soporta su representante (arts, 908, 1114 y 1117, Cód.
Civ.)— por un hecho ilícito suyo.
La calidad de sujeto puede ser transmitida, la sucesión o transmisión puede darse por acto
entre vivos, o x acto de última voluntad (mortis causa)
Principio de transmisibilidad. — En principio, son transmisibles los créditos, por acto
entre vivos, o por causa de muerte.
En cuanto a la transmisión de las deudas, procede mortis causa, pero su viabilidad por
acto entre vivos es problemática
La calidad de acreedor y la de deudor pueden ser transmitidas, esto es, puede haber
sucesión en ellas (de suceder: sustituir, reemplazar). La transmisión o sucesión puede
darse por acto entre vivos, o por acto de última voluntad o mortis causa (ver art. 947, Cód.
Civ.). Desde otro punto de vista puede ser a título particular, o a título universal (ver art.
3281, Cód. Civ.),
La transmisión se produce con la sustitución de alguno de los sujetos de la relación
jurídica. supone una sucesión (o transmisión) en la calidad de acreedor o de deudor,
permaneciendo intacta la relación en sí misma.
Si ésta fuera modificada, obviamente existiría novación (núm. 1552 y sigs.}, la cual
constituye un supuesto distinto.
Son sucesores "las personas a las cuales se transmitan los derechos de otras personas, de
tal manera que en adelante puedan ejercerlos en su propio nombre". La transmisión o
sucesión puede ser:
(1) A título universal o a título particular. "El sucesor universal, es aquel a quien pasa
todo, o una parte alícuota del patrimonio de otra persona. Sucesor singular, es aquel al
cual se transmite un objeto particular"
(2) Legal o voluntaria, lo cual depende de que se produzca "por la ley, o por voluntad del
individuo" causante de la transmisión
(3) Por acto entre vivos o mortis causa. La eficacia de la primera "no depende del
fallecimiento de aquellos de cuya voluntad emana”, y la segunda —que "no debe producir
efecto sino después del fallecimiento de aquellos de cuya voluntad emana" tiene así
virtualidad "desde la muerte del autor de la sucesión"
CESIÓN DE CRÉDITOS "Habrá cesión de crédito, cuando una de las partes se obligue a
transferir a la otra parte el derecho que le compete contra su deudor, entregándole el
título del crédito, si existiese" (art. 1434, Cód. Civ.). Es decir: la cesión del crédito
involucra exclusivamente la transmisión del lado activo de la relación jurídica
obligacional.
Casos
§ 4 Pluralidad de sujetos
La relación obligacional no se enlaza necesariamente entre un sujeto acreedor y un sujeto
deudor.
Puede haber pluralidad en una u otra parte, o en ambas, desde el nacimiento de la relación
(pluralidad originaria) o surgir con ulterioridad, (pluralidad sobreviniente) Ej. Si muere
el deudor o acreedor singular y la deuda o el crédito se divide entre varios herederos.
B) OBJETO
1)Posible
2) licito
De dar 3) determinado o
determinable
Objeto
4)de valoracion pecuniaria
prestación De hacer Requisitos
5) legitimo
6) responder al interes
De no hacer patrimonial o
extrapatrimonial del
acreedor
Concepto y precisiones
Es aquello sobre lo cual recae la obligación jurídica. Es el que de la relación jurídica.
Debe ser absoluta, no solo en relación del deudor sino en relación a cualquier sujeto.
Si afecta solo al deudor: arts. 730 inc. b) y c).
Si es sobreviniente: art. 955
Caso fortuito o fuerza mayor: Art. 1730
Extinción: Arts. 955 y Art. 1732
Causas imputables al deudor: Art. 955
Imposibilidad temporaria: Art. 956
Requisitos –
Debe ser:
- Posible material y jurídicamente posible
Nadie puede obligarse a dar o hacer algo que sea imposible materialmente o imposible
jurídicamente.
- Lícito
Las leyes no pueden aceptar obligaciones cuyo objeto sea ilícito, prohibido x la ley,
contrario a la moral, a las buenas costumbres, al orden público o lesivo de los derechos
ajenos o de la dignidad humana.
- Determinado o determinable
Cuando se trata de cosas fungibles la determinación se hará expresando género, calidad y
cantidad.
- Susceptible de valoración económica
Siempre debe tener un valor económico, si carece de ello no entraría en el patrimonio del
acreedor.
El plan prestacional
La prestación constituye un plan de la conducta futura del deudor, este plan responde al
interés del acreedor. El deudor está sujeto a un deber de cooperación con el acreedor para
satisfacer lo que este pretende.
La prestación constituye un plan, programa o proyecto de la conducta futura del deudor,
esto es, un plan prestacional (HECK, DIEZ PICAZO, BUERES).
Ese plan responde al interés del acreedor, al objeto esperado por éste.
El deudor está sujeto a un deber de cooperación con el acreedor (BETTI) para satisfacer
lo que éste pretende conforme a dicho plan prestacional, que puede tener componentes
distintos; en ciertos casos, el deudor cumple con la mera realización de cierta conducta,
porque sólo está comprometido a su actividad, con independencia de cualquier resultado;
en otros casos el plan incluye la obtención de cierto resultado.
Tal diferencia se proyecta en el distingo entre obligaciones de medios y de resultado
Clasificación:
- De resultado: el resultado de una conducta
- De medios: simple desarrollo de una conducta.
Obligaciones de medios
- la prestación es concebida como el simple desarrollo de una conducta (p. ej. la defensa
del cliente por un abogado);
Obligaciones de resultado
- como el resultado de un obrar (p, ej. construir una casa) (BETTI).
Cuando el deudor está obligado a la reparación de un daño sufrido por el acreedor, el plan
prestacional consiste, precisamente, en proveerle esa reparación
Especies
1. Positivas: Real: dar una cosa; Personal: obligación de hacer
2. Negativas: de no hacer.
Hay prestaciones positivas (que implican hechos positivos) y negativas (que consisten en
una abstención).
A su vez, la prestación positiva puede ser real (entrega de una cosa) o personal
(realización de una actividad).
El objeto de la obligación como objeto mediato.
Entre quienes identifican los conceptos de objeto y prestación suele ser formulada, sin
embargo, una diferenciación entre el objeto inmediato y el objeto mediato de la
obligación
El objeto inmediato sería la prestación, y habría además un objeto mediato consistente en
la cosa o en el hecho. Pero este punto de vista no supera tas objeciones que han sido
señaladas en el número.
§ 2 — REQUISITOS DE LA PRESTACIÓN
Requisitos de la prestación, son los que generalmente son estudiados como requisitos del
objeto.
Esto es;
a. la posibilidad,
b. la licitud,
c. la Determinabilidad y
d. la patrimonialidad.
a) Posibilidad - Posible
La prestación debe ser física y jurídicamente posible.
Hay imposibilidad física cuando materialmente no es factible de realizar, como en el
clásico ejemplo de "tocar el cielo con las manos".
Tal imposibilidad, para tener virtualidad, debe ser absoluta, esto es, debe existir con
relación a cualquier sujeto y no respecto del propio deudor.
Hay imposibilidad jurídica cuando el obstáculo proviene del Derecho (como si alguien se
obliga a hipotecar un automóvil, que sólo es susceptible de prenda).
La imposibilidad física o jurídica, para tener relevancia, debe ser actual, no sobreviniente
a la constitución de la obligación. En caso contrario rigen las reglas de la imposibilidad de
pago: la obligación es válida, pero se extingue porque la prestación es "física o legalmente
imposible" .
b) Licitud
La prestación no puede consistir en un hecho ilícito (como si D promete a A matar a N por
un precio).
c) Determinabilidad
Este algo puede estar determinado ab initio, pero basta con que sea determinadle, en'
tiempo anterior o simultáneo al del cumplimiento.
Ahora bien. La prestación puede ser determinable aunque el objeto no exista aun
materialmente; es el caso de la venta de cosa futura (como, p. ej.f una cosecha), en que la
prestación depende de un hecho condicionante suspensivo: "si llegase a existir" .
d) Patrimonialidad
Los intereses son, pues, las condiciones de la vida en su sentido lato", aunque en alcance
subjetivo y con carácter relativo: lo que para uno constituye parte de la vida en su
plenitud, es decir, el bienestar, está desprovisto de todo valor para otro".
Son muy conocidos los ejemplos con los cuales IHERING apoyó su conclusión. distinguió:
a) la prestación, que debe ser patrimonial; y b) el interés del acreedor, que puede ser
extrapatrimonial "La prestación que constituye objeto de la obligación debe ser
susceptible de valoración económica, y debe corresponder a un interés, aunque no sea
patrimonial, del acreedor".
D) VINCULO
§ 1. Concepto.
DA
a) Para ejercer una acción tendiente a lograr el
DERECHO
cumplimiento
AL
ACREEDOR
b) Para oponer una excepción tendiente a repeler una
demanda de repetición (devolución) que intente el
deudor que pagó
La libertad del deudor hoy sólo queda limitada en lo que concierne al comportamiento
que debe como prestación y, en caso de no llevarla a cabo, a soportar los poderes de
agresión patrimonial del acreedor.
El vínculo se manifiesta, concretamente, en dos aspectos, pues da derecho al acreedor: a)
para ejercer una acción tendiente a obtener el cumplimiento, y b) para oponer una
excepción tendiente a repeler una demanda de repetición (devolución) que intente el
deudor que pagó.
Pero, por cierto, el derecho a demandar el cumplimiento no significa que las deudas
pagadas espontáneamente —que son la inmensa mayoría— correspondan a una
obligación que carece de vínculo: aunque no haya coerción efectiva, el vínculo se
manifiesta en la medida en que la relación jurídica obligacional es coercible, esto es, en
que habría dado derecho a demandar si el deudor no se hubiera avenido a cumplir.
Atenuaciones
El ordenamiento jurídico muestra diversas atenuaciones del vínculo.
(1) favor debitoris: presunción favorable al deudor en caso de duda acerca de si
está o no obligado
Cuando es indudable que está obligado, n a d a s e presume a favor de su liberación; esto
que ocurre, por ejemplo, cuando sólo se vacila sobre la virtualidad alternativa o
facultativa de la obligación establecida
(2) Límites a la ejecución
Deriva del impedimento de ejercer violencia sobre la persona del deudor en ciertas
obligaciones, o de la exclusión de los poderes del acreedor respecto de determinados
bienes que integran el patrimonio del deudor.
(4) Autorización para que el deudor abdique de una limitada esfera de su libertad.
Por eso, por ejemplo, está "prohibida la cláusula de no enajenar la cosa vendida a persona
alguna", prohibición que sólo puede regir respecto de "una persona determinada" .
El vínculo en las obligaciones naturales
El vínculo en las obligaciones naturales
La obligación natural no da acción al acreedor para exigir su cumplimiento, pero, si el
deudor cumple espontáneamente, no puede pretender la devolución de lo que pagó.
En tal clase de obligaciones, hay vínculo por vía de excepción (en la medida en que el
acreedor puede repeler la demanda por repetición), pero no por vía de acción.
También si dos sujetos son deudores y acreedores entre sí, en razón de obligaciones
ajenas la una de la otra, no existiendo, por lo tanto, correlatividad sino mera reciprocidad,
en ciertas circunstancias se produce la compensación, que "extingue con fuerza de pago
las dos deudas, hasta donde alcance la menor"
E) CAUSA FUENTE
1)el contrato
2)el cuasicontrato
Clasica 3)el delito
Derecho romano 4)el cuasidelito
Causa Otra fuente: la ley
fuente
1)Enriquecimiento sin causa (art. 1794)
2)la voluntad unilateral (arts. 1800 y sgtes)
Fuentes 3)el abuso del derecho (art. 10)
modernas 4)la responsabilidad civil (arts. 1708 y sgtes)
5)la gestion de negocios ( art. 1781)
6)el empleo útil (art. 1791)
Clasificaciones.
Clasificación clásica o tradicional. Otras clasificaciones.
Para PLANIOL sólo hay dos fuentes de las obligaciones: a) el contrato; y b) la ley.
Para este autor, en el contrato las obligaciones nacen por la voluntad de las partes; no
habiendo contrato, las obligaciones sólo pueden provenir de la ley. La ley: es la fuente
indirecta de todas las obligaciones, pues las demás fuentes reciben de ella su aptitud
creadora de obligaciones.
Para JOSSERAND las fuentes son cuatro: a) el acto jurídico (contrato o voluntad
unilateral); b) el acto ilícito; c) el enriquecimiento sin causa; y d) la ley.
En la actualidad, aparte de las fuentes vistas, la doctrina suele aceptar otras fuentes -que
podemos denominar FUENTES MODERNAS- y que son las siguientes:
§ 1. — Concepto.
La causa fuente es el hecho que da origen a la obligación, puede ser un hecho jurídico un
acto jurídico, una relación de familia, etc.
Es un elemento esencial porque no se concibe que una obligación exista porque si, sin
depender de un hecho que le de origen.
En nuestro derecho no hay obligación sin causa (art. 726)
Art. 726: No hay obligación sin causa, es decir sin que derive de algún hecho idóneo para
producirlo de conformidad con el ordenamiento jurídico.
El artículo regula lo atinente a la causa fuente, al hecho idóneo para producir la obligación,
para generar esa obligación.
Se regula lo relacionado a causa fin en el Libro Primero, Título IV, Capítulo 5 —Actos
jurídicos—, Sección 2ª, arts. 281 a 283 CCyC; lo atinente a la causa en los contratos, a
partir del art. 1012 CCyC efectuándose una remisión a esas normas; y lo relativo a la
frustración de la finalidad del contrato se legisla en el art. 1090 CCyC.
Exige la norma que la obligación tenga causa fuente, no hay obligación sin causa.
Debe ser un hecho idóneo para producirla y de conformidad con el ordenamiento jurídico.
a causa fin en el Libro Primero, Título IV, Capítulo 5 —Actos jurídicos—, Sección 2ª, arts.
281 a 283 CCyC;
lo atinente a la causa en los contratos, a partir del art. 1012 CCyC efectuándose una
remisión a esas normas; y
lo relativo a la frustración de la finalidad del contrato se legisla en el art. 1090 CCyC.
ARTÍCULO 281.- Causa. La causa es el fin inmediato autorizado por el ordenamiento jurídico que ha sido
determinante de la voluntad. También integran la causa los motivos exteriorizados cuando sean lícitos y
hayan sido incorporados al acto en forma expresa, o tácitamente si son esenciales para ambas partes.
Se refiere a la causa fin como aquella que ha sido determinante de la voluntad, sin la cual el acto no se
hubiera realizado.
También asigna jerarquía de causa a los motivos —móviles subjetivos— en tanto sean lícitos y hubieran
sido incorporados en forma expresa al acto.
También pueden serlo en forma tácita, pero en este caso se convertirán en causa si hubieran sido
esenciales para la celebración del negocio.
a. Causa fuente o causa eficiente: se trata en este caso del hecho generador del acto, de las obligaciones o
de los presupuestos de hecho de los cuales se derivan las obligaciones legales.
b. La causa fin: se vincula con la dirección de la voluntad en la obtención de los efectos jurídicos. Viene a
ser el fin que las partes se propusieron lograr al tiempo de celebrar el acto, o el “fin inmediato” propio y
característico del negocio jurídico, idéntico en todos y cada uno de los actos de su especie.
c. La causa móvil o impulsiva: también llamada “causa ocasional”, está constituida por los móviles o
motivos. Se refiere a los fines concretos e inmediatos que las partes tuvieron en cuenta al realizar el acto;
los mismos están compuestos por el querer individual, es decir, el fin que procuran obtener
concretamente las partes.
La posibilidad de computar la causa final como esencial del acto jurídico no ha sido uniforme, pero aun
quienes la admiten discrepan sobre cuál es el criterio que deberá tenerse en cuenta.
b. Criterio subjetivo: toma básicamente en cuenta el elemento psicológico que determina la voluntad y
lleva a la persona a celebrar el acto. Es un fin particular y variable, concreto, la intención es el fin
inmediato, igual e invariable en todos los negocios de su especie, mientras que los móviles son
particulares y variables.
c. Criterio ecléctico: para esta posición, ninguna de las teorías precedentemente enunciadas,
consideradas de manera aislada, resulta correcta. Es preciso lograr una síntesis de ambas.
Así, en la compraventa, la causa que se reitera en todos los actos de esa índole es el intercambio cosa-
precio, mientras que los motivos individuales serían la adquisición, por ejemplo, para vivienda o para un
determinado establecimiento comercial.
causa es tanto el fin inmediato autorizado por el ordenamiento jurídico que ha sido determinante de la
voluntad, como también los motivos exteriorizados cuando sean lícitos y hayan sido incorporados al acto
en forma expresa, o bien tácitamente, si son esenciales para ambas partes.
Así, en materia de liberalidades, la teoría de la causa permite dejar sin efecto donaciones cuando están
desprovistas del fin perseguido por el donante y no tiene sentido su subsistencia. También es funcional a
las situaciones de enriquecimiento sin causa.
Fuentes nominadas:
1. El contrato
2. Voluntad unilateral
3. Hechos ilícitos.
4. Abuso de derecho
5. Enriquecimiento s/ causa
6. Gestión de negocios.
Fuentes innominadas: son las que naces de un hecho dotado por el ordenamiento jurídico
pero no están nominadas por la ley.
Ejemplo: obligación de alimentos en casos de familia.
F) FINALIDAD
§ 1. — Conceptos
Concepto.
La 'causa fin' es la finalidad que las partes han tenido en mira al crear la obligación.
El tema de la causa fin dio lugar a profundos debates doctrinarios respecto a si debe
considerársela o no elemento esencial de la obligación. Las discrepancias subsisten
actualmente.
Tesis causalista.- Desarrollada por Domat, sostenía que la causa fin era la razón abstracta
perseguida por los contratantes. Esa causa fin era siempre la misma en los contratos
iguales.
Así, en los contratos sinalagmáticos la causa de la obligación de cada una de las partes es
la contraprestación de la otra.
Ejemplos.- En las compraventas, la causa fin del vendedor es recibir el precio y la causa
fin del comprador es recibir la propiedad de la cosa. En las locaciones, la causa fin del
locatario es que se le de el uso y goce de la cosa y la causa fin del locador es recibir el
pago del alquiler. En los contratos unilaterales, tal como la donación, la causa final es la
intención de beneficiar (animus donandi).
Tesis anticausalista.- Expuesta por Ernst, sostiene que la posición causalista es falsa y
superflua, porque la noción de causa fin se confunde con el objeto en los contratos
sinalagmáticos y en los contratos gratuitos se confunde con el consentimiento.
* Causa fin INMEDIATA.- Es la finalidad abstracta que han tendido las partes al contratar
y que en los contratos iguales es siempre la misma.
* Causa fin MEDIATA.- Denominada también "motivos", son los móviles o razones
particulares que ha tenido cada parte para obligarse.
Ej.: en una compraventa, el motivo o fin mediato del vendedor puede ser el destino que
dará al dinero que reciba, como ser: viajar por el mundo, comprar una estancia, hacerse
una cirugía, etc.
Presunción de causa
ARTÍCULO 282.- Presunción de causa. Aunque la causa no esté
expresada en el acto se presume que existe mientras no se pruebe lo
contrario.
El acto es válido aunque la causa expresada sea falsa si se funda en
otra causa verdadera.
El artículo establece como principio general que todos los actos se
presumen celebrados con causa fin. se refiere a la falsedad de causa y
dispone que en caso de que la causa expresada sea falsa, será válida la
causa real o verdadera, por supuesto, siempre que esta sea lícita.
Establece principios sustancialmente idénticos a los que preveían los
arts. 500 y 501 CC.
Todos los actos se presumen realizados con una causa que es,
entonces, la razón que determinó su celebración.
Falsa causa
Si, la causa constituye un requisito esencial de los actos jurídicos, su
falta importa la nulidad de estos.
Tradicionalmente se ha distinguido entre falta de causa y falsa causa.
Si una persona contrae una determinada obligación en razón de una
causa cualquiera y luego resulta que no existe, se trata de un caso de
falsa causa.
Pero puede ocurrir que en el título se exprese una cláusula que no es
verdadera, sino aparente que encubre otra real. Se trata del supuesto
de causa simulada.
Si, en estas condiciones, la causa ostensible —esto es, la que figura en
el título— no es verdadera, pero la real u oculta existe y es lícita, el
acto es igualmente válido. Lo simulado puede estar tanto en el móvil,
en el fin o en la fuente de la obligación.
Por supuesto, la obligación fundada en falsa causa será válida siempre
que la causa oculta sea lícita, carácter que debe reunir cualquier acto
jurídico por definición.
También es posible incluir en este supuesto las distintas hipótesis de
error esencial cuando este radica en la causa principal del acto. Se
trataría, en este caso, de una hipótesis de falta de causa.
La disposición en análisis —como reiteradamente se dijo— no se
refiere a la causa fuente, sino que se trata de la causa fin. Por ende, la
ilicitud que da lugar a la nulidad del acto por causa ilícita puede
provenir de la contradicción con las normas legales, con el orden
público o por alguna otra razón que importe vulnerar el principio de
licitud propio del acto jurídico.
RECONOCIMIENTO
§ 1.— Concepto
RECONOCIMIENTO
Es un acto jurídico (art. 259 CC yC), voluntario (art. 260 CC y C), por medio del cual admite
estar obligado al cumplimiento de una prestación de dar, hacer o no hacer.
Se indica que esa manifestación de voluntad puede ser expresa o tácita, en este último
supuesto esa manifestación debe reunir los recaudos del art. 264 CC y C y debe resultar de
actos por los cuales se la puede conocer con certidumbre.
A la vez, se realiza una regulación expresa sobre la licitud de la causa de deber en el art.
735 CC y C.
Asimismo, al ser un acto jurídico, resultan aplicables los recaudos previstos en los arts.
281 y 282 CC y C en relación a la causa fin.
De tratarse de un acto abstracto, regirán las directivas de los arts. 282 y 283 CC y C.
Finalmente, la fecha, el tiempo en que ha nacido esa obligación, es un dato que además de
tener relevancia para el deudor en cuanto al tiempo en que esa obligación es exigible, y
con la posible mora, también es trascendente para eventuales derechos de terceros
interesados en la composición del patrimonio del deudor (ver art. 242 CC yC).
Esta normativa debe ser relacionada con el artículo precedente para el supuesto de que el
reconocimiento se realice respecto de una obligación con título o causa anterior, un
reconocimiento declarativo de la existencia de una obligación cuya existencia lo precede
en el tiempo. En ese supuesto, rige este artículo que distingue el nacimiento de esa
obligación y el acto del reconocimiento, y advierte que si el acto del reconocimiento
agrava la prestación original o la modifica en perjuicio del deudor, debe estarse al título
originario. Deja a salvo la norma la posibilidad de que el acto del reconocimiento
establezca una nueva y lícita causa del deber. De ese modo se regula la posibilidad de que
en el reconocimiento declarativo de una obligación anterior establezca, sobre esa
obligación anterior en el tiempo, un agravamiento o modificación que, para resultar válida
y exigible, deberá verificar un reconocimiento expreso o tácito de esa modificación o
agravamiento. En este último supuesto se autoriza la posibilidad de que se verifique en el
mismo acto un reconocimiento declarativo de una obligación anterior que tendría a la vez
modificaciones o agravamientos que importarían un reconocimiento autónomo respecto
de aquella obligación original.
Es una declaración por la cual una persona reconoce que está sometida a una obligación
respecto de una persona, es decir, el deudor admite estar obligado.
Tiene efecto doble, por una parte es un medio de prueba de la obligación y por otro,
interrumpe la prescripción.
Naturaleza jurídica.
Características:
1. Unilateral: solo interviene la voluntad de quien lo realiza.
2. Declarativo: no puede agravar la prestación original en perjuicio del deudor, sino
hubiese una nueva y lícita causa de deber.
3. Irrevocable: tanto entre actos entre vivos y de última voluntad.
4. Expreso o tácito:
a. Expreso: debes contener la causa de la obligación original (fuente de ella), su
importancia(dar x vacas, hacer x cosas), la fecha de la prestación original que
adquiere el efecto interruptivo de la prescripción
1. Capacidad
2. Voluntad no viciada
3. legitimación para obrar
4. El objeto debe existir
5. Debe ser una prestación licita
6. La causa fin debe existir y ser licita.
Confirmación vs. Reconocimiento: la confirmación expurga el vicio del acto mientras que
el R solo declara la preexistencia de una obligación. (El que confirma reconoce
tácitamente)
Novación vs. Reconocimiento: la novacion extingue una obligación en razón de crear una
nueva mientras que el R admite una obligación anterior.
CAPÍTULO V
EFECTOS DE LAS OBLIGACIONES EN GENERA!
A) NOCIONES PREVIAS
§ 1. — Concepto
Qué son efectos
Son las consecuencias que surgen de la relación obligacional con relación al deudor.
Efectos principales de las obligaciones en general – noción: los efectos son consecuencias,
tales consecuencias surgen de la relación obligacional y se proyectan. Con relación al
acreedor tendientes a que obtenga la satisfacción del interés suyo que la sustenta; Con
relación al deudor como verdaderos derechos en torno de su deber de cumplir.
Distinción de los efectos de las obligaciones con los contratos: el contrato crea
obligaciones y las virtualidades que son consecuencia de la obligación resulta de ella
misma y no inmediatamente del contrato.
la relación obligacional sólo produce efecto entre las partes y sus sucesores, y no puede
ser opuesta ni mucho menos aún, perjudicar a terceros.
ello,
si
el
acreedor
se
niega
a
recibirle
el
pago,
el
deudor
puede
pagar
por
vía
1. Introducción
Salvo pequeños detalles, este artículo reproduce el art. 505 CC, mientras que lo relativo a
los efectos en relación al deudor se regula en el art. 731 CCyC. Es posible dividir su
contenido: el encabezamiento y los tres primeros incisos regulan los derechos del
acreedor frente al incumplimiento del deudor, frente a ese supuesto que se halla implícito;
la segunda parte casi reproduce textualmente el párrafo agregado por la ley 24.432 en el
que se establece un límite en el pago de las costas de un proceso judicial o arbitral. Es
posible observar que en el CCyC no se establece una normativa similar a la del art. 521 CC,
que limitaba la aplicación del último párrafo del art. 505 CC, cuando la inejecución del
deudor fuese maliciosa.
2. Interpretación
2.1. Derechos del acreedor
En la primera parte del artículo (el encabezamiento y los tres incisos), al describirse los
efectos de la obligación para el acreedor, se establecen las opciones que tiene frente al
supuesto de que el deudor no pague. El art. 865 CCyC define pago como el cumplimiento
de la prestación que constituye el objeto de la obligación. Debe observar el objeto de pago
los requisitos de identidad, integridad, puntualidad y localización, tal como lo establece el
art. 867 CCyC. El art. 1740 CCyC, en correspondencia con este artículo, al regular la
reparación plena, dispone que la víctima puede optar por el reintegro específico, excepto
que sea parcial o totalmente imposible, excesivamente oneroso o abusivo, en cuyo caso se
debe fijar en dinero.
En los incs. a y b del art. 730 CCyC la satisfacción del acreedor es en especie; de ese modo
se verifica lo que la doctrina señala como el efecto “normal” de la obligación. Esa
satisfacción en especie se verificaría en un primer momento en el pago realizado por el
deudor o eventualmente por un tercero (arts. 881 y 882 CCyC). Si ese pago no se verifica,
el acreedor puede recurrir a la ejecución forzada, por medios legales, para que el deudor
le procure aquello que debe; en su defecto, puede recurrir a la opción del inc. b de
hacérselo procurar por otro a costa del deudor, opción que también que implica un pago
en especie. Pero si ese pago en especie no interesa al acreedor o no es posible, el acreedor
puede reclamar la indemnización correspondiente que suplanta a esa prestación en
especie (ver la reparación del daño causado por el incumplimiento que se regula en el
Libro Tercero, Título V, Capítulo I, Sección 3ª, a partir del art. 1716 CCyC). A este último
efecto se lo caracteriza por la doctrina como “anormal”, en contraposición a la opción que
establecen los dos primeros incisos.
El texto de la norma presupone el incumplimiento de una obligación por parte del deudor,
de una obligación de cualquier fuente, y una sentencia o acuerdo que fija un monto de
indemnización a favor del acreedor que ha iniciado la acción. De ahí entonces que
jurisprudencialmente se haya decidido que tal límite no es aplicable para el supuesto de
que la demanda fuese rechazada. (7)
El porcentaje que, por aplicación del tope del 25%, no sea recibido del deudor condenado
en costas, podrá ser percibido, en principio, del cliente en el caso de los letrados que
asesoraron al acreedor que ha ganado el juicio. En ese supuesto deberá verificarse si la
parte actuó con beneficio de litigar sin gastos en cuyo caso deben verificarse los
presupuestos del art. 84 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación (CPCCN) —de
regir ese Código procesal en el pleito—. También podrá responder el acreedor que ha
ganado el proceso frente a los peritos por ese saldo no percibido del deudor. En el caso de
que rija el CPCCN, si reclama un perito al acreedor el cobro de un saldo no percibido del
deudor en razón del límite dispuesto en este art. 730 CCyC, deberá contemplarse la
aplicación del límite del art. 77 CPCCN: que ese crédito no supere el 50% de los
honorarios regulados y asimismo que no se configuren los supuestos del art. 478 de ese
mismo Código, además de las directivas del art. 84 CPCCN.
2. Interpretación
2.1. Alcances
Ante el incumplimiento imputable de la prestación por parte del deudor, el acreedor tiene
derecho a exigir su cumplimiento específico, a hacerlo cumplir por otro a costa del
obligado o bien a reclamar los daños y perjuicios.
De todos modos, siempre podrá apelar a otras vías de compulsión —astreintes, resolución
contractual, excepción de incumplimiento, cláusulas penales—, y recién cuando estas se
agotan puede recurrir a la indemnización de daños y perjuicios.
Sin embargo, no puede apelar de modo directo al reclamo de daños y perjuicios; tampoco
el deudor puede ofrecerlo, pues lo debido es un hecho y no una suma de dinero.
Así surge del art. inc. 1º “darle derecho a emplear los medios legales a fin de que el
deudor le procure aquello a que se ha obligado”. Los medios legales son la iniciación de
demanda, la traba de embargos, la existencia de multas. Esta forma de cumplimiento no
será posible cuando para obtener el cumplimiento sea necesario ejercer violencia sobre la
personal del deudor (limitación); Por cumplimiento por otro, a costa del deudor art. 505
inc 2º, Si la obligación es de dar cosa cierta pues sólo el deudor puede darla, caso
contrario puede hacerlo un tercero; Si la obligación de hacer es intuitu personae solo
puede hacerlo el deudor pues el cumplimiento de ella depende de su habilidad, arte o
conocimiento, caso contrario puede hacerlo un tercero; Si la obligación es de no hacer,
solo puede hacerlo el deudor, pues de nada sirve la abstención de un tercero, salvo que se
refiera a destruir algo hecho por el deudor, en cuyo caso puede destruirlo un tercero a
costa del deudor. El acreedor debe pedir autorización al juez para que un tercero cumpla
la prestación a costa del deudor, salvo que se trate de un caso de urgencia (ejemplo
necesita cambiar con urgencia cables de electricidad que ponen en peligro la vida de la
gente).
La astreinte: Concepto son condenas pecuniarias fijadas por el juez a razón de tanto por
cada día de retardo en el cumplimiento de la condena, pueden ser por día o por otros
períodos (semana, quincena, mes).
Las astreintes fueron creadas por la jurisprudencia francesa, resultaron de utilidad para
vencer la resistencia del deudor, pues éste ante el perjuicio económico que le causaba la
astreinte, generalmente no tenía mas remedio que cumplir. Derecho argentino en nuestro
país primero tuvo aceptación doctrinaria, luego jurisprudencial y por último legislativa,
cuando la ley 17.711 introdujo las astreintes en el CC a través del art. 666 bis: “los jueces
podrán imponer en beneficio del titular del derecho, condenaciones conminatorias de
carácter pecuniario a quienes no cumplieren deberes jurídicos impuestos en una
resolución judicial”.
Fundamento de la astreinte
Los tribunales extranjeros y nacionales han entendido que el compeler al deudor de un
deber jurídico a que cumpla se fundamente en un poder implícito de los jueces.
Cesación de la astreinte
las astreintes cesan:
por vía principal cuando el deudor las paga, o cuando son dejadas sin efecto,
por vía accesoria cuando se extingue la obligación en razón de la cual fueron
impuestas o el acreedor recibo lo debido sin hacer reserva de las astreintes (art. 624
CC).
Caracteres de la astreinte
Es provisional pues el juez puede dejarla sin efecto o reajustarla, si el deudor desiste de su
resistencia y justifica (total o parcialmente) su conducta; es discrecional pues el juez
puede imponerla o no, dejarla sin efecto o reajustarla; es conminatoria, pues en la
astreinte no se busca reparar daños sino simplemente conminar al deudor a que cumpla;
es pecuniaria pues solo se fijan en dinero, estableciéndose un tanto por cada día (u otro
período) de retardo; es ejecutable en el sentido de que el acreedor puede liquidar la deuda
por astreinte y ejecutarla sobre los bienes del deudor; procede a pedido del acreedor no
se puede pronunciar de oficio y sólo procede a pedido del acreedor, que es a quien
beneficia su importe; no es acumulable a pesar de que la astreinte y la indemnización
responde a derecho y finalidades diferentes, no es posible acumularlas y cobrar por
ambas, el acreedor cobra una u otra.
NORMATIVA
ARTÍCULO 804. Sanciones conminatorias
Los jueces pueden imponer en beneficio del titular del derecho, condenaciones
conminatorias de carácter pecuniario a quienes no cumplen deberes jurídicos impuestos
en una resolución judicial. Las condenas se deben graduar en proporción al caudal
económico de quien debe satisfacerlas y pueden ser dejadas sin efecto o reajustadas si
aquél desiste de su resistencia y justifica total o parcialmente su proceder.
La observancia de los mandatos judiciales impartidos a las autoridades públicas se rige
por las normas propias del derecho administrativo.
1. Introducción
El mundo jurígeno se ha referido a este tipo de sanciones bajo el nombre de las astreintes,
aunque también se las ha conocido como multas conminatorias, penas conminatorias o
bien sanciones conminatorias tal como se refiere a ellas el CCyC. A modo conceptual
podemos señalar que las astreintes o sanciones conminatorias constituyen una condena
de contenido patrimonial impuesta por el judicante en una situación jurídica concreta,
cuya perspectiva teleológica reposa en torcer la posición reticente de un deudor a cumplir
con una decisión jurisdiccional que implica, para este, un deber jurídico concreto.
2. Interpretación
2.1. Función sancionatoria y compulsiva
Pese a que un sector de la doctrina ha considerado que este tipo de multas civiles no
constituyen una verdadera sanción, nosotros creemos lo contrario. No obstante
corresponde señalar que estas sanciones gozan de una doble función, por un lado
implican, al momento de que el juez las imponga ante el caso de reticencia, una verdadera
función conminatoria, pues la finalidad de esta consiste en constreñir al deudor al
cumplimiento, es decir su objetivo tiene un carácter preventivo. Pero en una segunda
etapa tiene un objetivo estrictamente sancionatorio, el cual deriva del incumplimiento
objetivo de la conducta a seguir impuesta por la manda jurisdiccional.
2.2. Caracteres
En cuanto a sus caracteres podemos decir que este tipo de sanciones son:
1) Conminatorias porque representan un medio compulsivo para darle eficacia a una
decisión jurisdiccional en el proceso. Es decir, constituyen medidas compulsivas
tendientes a actuar sobre la voluntad del sujeto obligado, y no se gradúan en función de la
importancia del daño que ocasiona la demora sino de acuerdo con las posibilidades de
resistencia en el cumplimiento de la obligación y con el caudal económico del obligado. No
configuran, por lo tanto, una indemnización de daños, por cuanto carecen de finalidad
resarcitoria y son ajenas a la real existencia de un perjuicio.
2) Accesorias e instrumentales, pues derivan de un deber preliminar impuesto por una
manda judicial, siendo su finalidad —como se dijo— compeler al cumplimiento de la
misma.
3) Discrecionales, porque se caracterizan por su arbitrariedad, nota derivada de la
desproporción de la condena pronunciada contra el deudor, ya que es precisamente la
exageración lo que puede determinar a un deudor a resignarse a cumplir la sentencia
dictada en su contra.
4) Pecuniarias, ya que deben ser fijadas en dinero, no en especie.
5) Excepcionales y de aplicación restrictiva, en la medida que deben ser aplicadas
cuando no existe otro medio eficaz para lograr el cumplimiento.
6) Ejecutables con independencia de la condena en el juicio principal. Es decir, no
caben dudas que la resolución que ordena la aplicación de este tipo de sanciones, al
condenar al pago de una suma de dinero fácilmente liquidable por una operación
aritmética, puede y debe ser ejecutada exclusivamente por los procedimientos estatuidos
en los códigos rituales para el cumplimiento compulsivo de sentencias.
En qué consisten
Efecto anormal
§ 2. — Efectos auxiliares
Enunciado
§3. — Cuadro sinóptico
Cuadro
C) EFECTOS CON RELACIÓN AL DEUDOR
Concepto
Enunciado
ARTÍCULO 731. Efectos con relación al deudor
El cumplimiento exacto de la obligación confiere al deudor el derecho a obtener la
liberación y el de rechazar las acciones del acreedor.
Interpretación
El artículo alude al cumplimiento exacto de la obligación que debe ser relacionado con el
art. 865 CCyC, que define el pago como el cumplimiento de la prestación que constituye el
objeto de la obligación. Ese pago produce el derecho del deudor a obtener la liberación.
Precisamente el art. 880 CCyC, al regular los efectos del pago por el deudor, establece que
el pago realizado por el deudor que satisface el interés del acreedor, extingue el crédito y
lo libera.
En definitiva, esta norma establece el principio general de que el cumplimiento exacto
produce la liberación del deudor del vínculo con el acreedor que lo obliga a dar, hacer o no
hacer. El interés del acreedor resulta satisfecho con ese cumplimiento exacto de la
prestación. Asimismo, como consecuencia de ese pago, el deudor queda habilitado a
rechazar las acciones del acreedor, acciones infundadas precisamente por el pago
efectuado.
CAPÍTULO VI
CUMPLIMIENTO
A) PAGO
§ 1. — Concepto
Acepciones
El pago como cumplimiento
Elementos del pago
Medios para obtener el pago
§ 2.— Naturaleza jurídica
Distinta teorías
Mero acto lícito
Acto debido
Acto jurídico
Posiciones dualistas
El requisito del animus solvendi
Las reglas de los actos jurídicos se aplican al pago, con sujeción a las disposiciones
de este Capítulo.
Remisiones: ver comentario a los arts. 876, 877 y 878 CCyC.
1. Introducción
El artículo establece que se le aplicarán al pago las reglas de los actos jurídicos.
Dicha aseveración implica definir a una de las características esenciales del pago
como “acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato extinguir relaciones o
situaciones jurídicas” (art. 259 CCyC), e incluir al mismo dentro del sector
correspondiente al acto jurídico.
NATURALEZA JURÍDICA.
Teorías.- Al respecto existen las siguientes teorías:
1) Mero acto lícito.- Para esta posición el pago es un sólo un acto voluntario
lícito -no un acto jurídico- porque el sujeto no persigue un fin inmediato jurí-
dico, sino simplemente un resultado material (Salas).
2) Acto debido o impuesto.- Porque el sujeto no es libre de obrar o no, sino
que está competido a realizarlo (Carnelutti, Galli).
3) Acto jurídico.- El pago es un acto jurídico, porque es acto voluntario lícito
que tiene como fin inmediato aniquilar derechos. Esta posición, sustentada
en el art. 944 C.C., es seguida por la mayor parte de la doctrina nacional.
2. Interpretación
2.1. El pago y sus diversos significados
La noción vulgar de pago es ambigua, ya que bajo dicha definición se contemplan diversas
situaciones jurídicas. Por un lado, en un sentido vulgar, se vincula al pago con el
cumplimiento de las obligaciones dinerarias (arts. 765 y 766 CCyC). Por otro lado, en un
sentido más amplio, se considera cualquier modo de solutio (99) que implique la
disolución de la obligación y la liberación del deudor. En este caso, se identifica el pago
con el cumplimiento exacto de lo debido, pero también, y de un modo más amplio, se lo
identifica con todos los medios de extinción de la obligación. Así lo encontramos
explícitamente mencionado en la compensación que “extingue con fuerza de pago las dos
deudas hasta el monto de la menor” (art. 921 CCyC); en la dación en pago en la que el
acreedor “acepta en pago una prestación diversa de la adeudada” (art. 942 CCyC) y en la
remisión de deuda que “produce los efectos del pago” (art. 952 CCyC). También lo
encontramos, explícitamente, en la extinción de las obligaciones solidarias —“la
obligación se extingue en el todo cuando uno de los acreedores solidarios recibe el pago
del crédito” (art. 846, inc. a, CCyC)— y en los efectos cancelatorios de las obligaciones
concurrentes —“el pago realizado por uno de los deudores extingue la obligación de los
otros obligados concurrentes” (art. 851, inc. b, CCyC)—.
En un sentido más restringido, se encuentra íntimamente relacionado con el art. 731
CCyC, que menciona el pago como efecto principal de las obligaciones, con relación al
deudor. Allí indica que “el cumplimiento exacto de la obligación confiere al deudor el
derecho de obtener la liberación”. En este sentido es ejemplificativo el art. 352 CCyC que
regla el pago anticipado y menciona que “el obligado que cumple” no puede repetir lo
pagado, señalando la faceta más preminente del pago como cumplimiento voluntario de la
obligación por parte del deudor.
Este concepto ambivalente del pago fue observado por la Corte Suprema de Justicia de la
Nación (100) al señalar que el pago admite dos acepciones. Por un lado, se considera pago
al “cumplimiento específico, integral y oportuno de la obligación”, cuyo sentido técnico-
jurídico se desprende de los arts. 731, 865, 867, 868, 869, 870, 871, 873 y 874 CCyC; y por
otro lado, el fallo ofrece un significado más amplio, que entiende como pago a “la
satisfacción que puede obtener el acreedor mediante la ejecución forzada de la deuda”.
Esta expresión indica que aun cuando el pago sea efectuado mediante la intervención de
la justicia, es decir, mediante una acción judicial, también es considerado emparentado
con la satisfacción del acreedor que recibe la prestación debida por el deudor.
Los sujetos son elementos esenciales en cualquier relación jurídica; en este caso, si bien
no se encuentran mencionados en la definición, se infiere su participación, ya que los arts.
879 y 883 CC y C regulan su actuación.
El legitimado activo para realizar el pago es el deudor, ya que es quien asumió dicho
compromiso frente al acreedor, aunque nada obsta a que el pago sea realizado por
terceros ajenos a la relación obligacional, atento a que lo que se busca es la satisfacción
del acreedor mediante el cumplimiento de la obligación. Dicha satisfacción puede ser
realizada por terceros que efectúen la prestación debida por el deudor.
El legitimado pasivo del pago es el acreedor. Sin embargo pueden aceptar la prestación
terceros ajenos a la obligación primitiva, siempre que se encuentren debidamente
habilitados o autorizados para percibir el mismo.
Terceros interesados.
Son aquellos que 'tienen al-
gún interés en el cumplimiento de la obligación' (conf. art. 726). Ellos -al
igual que el deudor- gozan del ius solvendi. Llambías los caracteriza como
personas "que no siendo deudores pueden sufrir un menoscabo en un derecho
propio, si no se paga la deuda". Ej.: el fiador de la obligación; el tercer adquirente
de un inmueble hipotecado, ya que si el deudor no paga, la propiedad podría
ser subastada por el acreedor; etc.
*• Los terceros interesados pueden hacer el pago aún cuando se oponga el
deudor, el acreedor o ambos conjuntamente.
Manifestaciones del ius solvendi del tercero interesado
a) Terceros no interesados
Concepto
Carencia de ius solvendi
EFECTOS DEL PAGO HECHO POR TERCEROS.
- Si un tercero paga,
se extingue e! crédito, pero el deudor no queda liberado, ya que
continúa obli-
gado hacia el tercero que pagó. Corresponde determinar que acción
tiene el
tercero contra el deudor.
a) pago hecho con asentimiento del deudor- El tercero que ha
pagado
"puede pedir al deudor el valor de lo que hubiere dado en pago" (conf.
art
727). Contando para ello con la "acción subrogatoria" (768 inc. 3) y la
"acción
de mandato" (nota al art. 727).
b) pago hecho en ignorancia del deudor - Se considera que hay una
gestión de negocios y el tercero puede repetir "todos los gastos que la
gestión
le ha ocasionado con los intereses, desde el día que los hizo" (arts.
2298 y
727). Cuenta con la acción subrogatoria (art. 768) y la que surge de la
gestión
de negocios, (nota al art. 727).
c) pago hecho contra la voluntad del deudor.- Si se trata de un
tercero
no interesado podrá reclamar al deudor el importe de aquello en que
le hubie-
ra sido útil el pago al deudor (conf. art. 728), contando para ello con la
acción
"in rem verso". Pero si fuese un tercero interesado en el pago, también
puede
ejercitar la acción subrogatoria.
RELACIONES DEL TERCERO CON EL ACREEDOR
El acreedor no puede oponerse al pago hecho por un tercero (art.
729),
salvo que se trate de obligaciones de hacer y estuviese interesado en
que la
realice el propio deudor (art. 730).
Hecho el pago, éste es definitivo e irrepetible. Pero ésto tiene varias
ex-
cepciones, y así procede la repetición si: a) el pago fue hecho por error
(ej; el
tercero creía que él era deudor); b) si el tercero es incapaz; c) si el
pago fue
hecho sin causa (ej.: el tercero pagó algo que el deudor ya había
pagado), etc.
RELACIONES DEL DEUDOR CON EL ACREEDOR
Cuando paga el deudor, la relación entre deudor y acreedor finaliza,
pues
el crédito se extingue y el deudor queda liberado.
Pero cuando el que paga es un tercero, el deudor no queda liberado,
ya que
él seguirá siendo deudor del tercero que ha pagado. Los efectos de
esta rela-
ción (tercero con deudor) ya los hemos analizado antes. Resta
agregar, que el
deudor podrá oponerse al reclamo del tercero pagador, alegando
vicios de la
deuda original, como ser la inexistencia o nulidad de la misma.
DEBERES DEL "SOLVENS"
1) Obrar de buena fe.- Debe obrar de buena fe en el cumplimiento de
la obligación, es decir, cumplir de acuerdo a lo que se entendió o debió
enten-
derse (conf. art. 1198).Ejs.: entregar exactamente lo pactado; cumplir
en el
lugar y tiempo convenidos; no perjudicar a otros acreedores; etc.
2) Obrar con prudencia.- En todos los casos en que exista una duda
razonable sobre el derecho del acreedor a recibir el pago, sobre la
titularidad
del crédito o de que concurriesen varias personas alegando derecho a
cobrar
(conf. art. 757 inc. 4), el "solvens" debe actuar con prudencia y la
prudencia en
estos casos indica que consigne judicialmente el pago. Si el deudor -
por im-
prudente- paga mal, puede perjudicar a otros acreedores y también se
puede
perjudicar él mismo, ya que quien paga mal puede verse obligado a
pagar de
nuevo.
3) Comunicación.- El deudor debe comunicar al acreedor
determinadas
circunstancias relativas a la obligación. Ej.: el locatario debe dar aviso
al locador
de los daños que haya sufrido la cosa locada.
4) Deberes complementarios.- El deudor está obligado a realizar
todo
aquello que expresa o implícitamente esté comprendido en la deuda y
en su
cumplimiento. Ejs: si debe entregar una cosa cierta, debe entregar
también sus
accesorios; conservar la cosa en buen estado hasta su entrega; etc.
§ 3.— Legitimación pasiva
PERSONAS QUE PUEDEN RECIBIR EL
PAGO. DISTINTOS SUPUESTOS.
Las personas que tienen derecho a recibir el pago son: 1) el
acreedor, 2)
el representante del acreedor y 3) el tercero habilitado para
recibir el
pago. A cualquiera de estas personas que se les pague, el pago es
válido y
cancela la deuda.
a) El Acreedor.- A él se refiere el art. 731 cuando dice: "El pago debe
hacerse....a la persona a cuyo favor estuviese constituida la
obligación...".
En caso de que hubiese varios acreedores, si la obligación es
indivisible
(o solidaria) puede recibir el pago cualquiera de ellos (art. 731 inc.
2), salvo
que el deudor estuviese embargado por algún acreedor, en cuyo caso
éste debe-
rá recibir el pago.
Si la obligación es divisible, cada acreedor puede cobrar en
proporción
a su crédito (conf. art. 731 inc.3).
41
42
EDITORIAL ESTUDIO
b) los Representantes del acreedor.- El art.731 inc. 1, los autoriza a
recibir el pago. Pueden ser legales (ej.: representante de un incapaz,
de un
menor, etc.) o convencionales (ej.: cuando de un contrato surge que
alguien
está autorizado a cobrar por el acreedor).
c) Terceros habilitados.- Son personas habilitadas para recibir
válida-
mente el pago, aún cuando dicho pago no resulte totalmente
satisfactorio para
el verdadero acreedor. Comprende distintos casos:
1) tercero indicado (art. 731 inc.7).- Es la persona indicada en el
título de la obligación para que se le haga el pago, y a ella deberá
pagársele 'aunque se oponga el acreedor'.
Esta figura (conocida en el Dcho. Romano como "adjetus solutionis
gratia") es una especie de mandato, pero mientras éste es revocable,
el tercero indicado en el título no puede ser removido.
2) tenedor del título al portador (731, inc. 6).- Si alguien presenta
al cobro un título de crédito (ej: letra de cambio, cheque, pagaré, etc)
al portador, a él deberá pagarle el deudor, salvo que éste sepa que el
título es robado o hurtado, o que tenga graves sospechas de que no
pertenece a quien lo presenta.
3) acreedor aparente (art. 732).- Es la persona que a los ojos de
todos ostenta la calidad de acreedor, aunque en realidad no lo sea (ej.:
el heredero aparente). El pago hecho al acreedor aparente es válido y
libera al deudor, siempre que de parte de éste haya habido buena fe
(creer que estaba pagando al acreedor verdadero).
Efectos del pago a terceros habilitados.- Este pago libera al deudor.
Efectos del pago-a terceros no autorizados.- El pago hecho a un
tercero no
autorizado no libera al deudor; dicho pago no es oponible al acreedor
y el
deudor deberá pagar de nuevo ('quien paga mal paga dos veces').
Excepciones:
que el pago se hubiere convertido en utilidad para el acreedor o que el
acreedor
lo ratificase (conf. art. 733).
NORMATIVA
ARTÍCULO 879. Legitimación activa
El deudor tiene el derecho de pagar. Si hay varios deudores, el derecho de pagar de cada
uno de ellos se rige por las disposiciones correspondientes a la categoría de su obligación.
1. Introducción
El deudor es el sujeto que debe cumplir, en primer término con la obligación pactada. Es
quien cuenta con el ius solvendi para efectuar con éxito el pago.
2. Interpretación
La realización del pago por el deudor satisface en forma perfecta la prestación debida; ello
atento a que dicho pago cumple los requisitos de sujeto, objeto, prestación y causa de la
obligación en la forma convenida por las partes.
El deudor tiene el derecho de pagar ya que cuenta con ius solvendi, y tiene el deber de
hacerlo ya que es el obligado a realizarlo, bajo apercibimiento de las acciones que pueda
entablar el acreedor para cobrar lo debido.
c) Herederos: si el deudor fallece, la deuda se traspasa a las personas que son llamadas
a sucederlo (arts. 2277 y 2280, in fine, CCyC). Este llamado puede ser realizado en forma
voluntaria por el causante, ya sea que le transmita la totalidad de los bienes, caso del
heredero testamentario, o solo una parte de sus bienes, caso del legatario (art. 2278
CCyC).
En ausencia de testamento, la sucesión se defiere a los herederos legítimos:
descendientes, ascendientes, cónyuge supérstite o parientes colaterales hasta el cuarto
grado (art. 2424 CCyC).
En ausencia de herederos testamentarios y de herederos legítimos, la herencia se declara
vacante, en cuyo caso el juez designa un administrador de esos bienes, que es el
encargado de pagar las deudas con los bienes dejados por el causante (arts. 2441 y 2442
CCyC). Concluida su función, el saldo de los bienes se traspasa al Estado (art. 2443 CCyC).
d) Cesionarios: el pago puede ser realizado por un tercero, si existe cesión de deuda,
es decir, un acuerdo entre acreedor, deudor y tercero, en el que pactan que el tercero
pague la deuda, en cuyo caso el deudor primitivo queda desobligado.
En dicho supuesto, si el acreedor no acepta la liberación del deudor, el tercero pasa a
integrar la relación jurídica como codeudor subsidiario (arts. 1632 y 1634 CCyC).
Un contrato con matiz diferente es el contrato de asunción de deudas, por la cual el
tercero pacta directamente con el acreedor el pago de la deuda, sin que tome intervención
en dicho acuerdo el deudor. La diferencia radica en el hecho de que si el acreedor no
libera al deudor de la obligación, la asunción de deudas que ofrece el tercero se tiene por
rechazada (art. 1633 CCyC).
Sin embargo, aunque la extinción del crédito mediante el pago es irrevocable y definitivo,
en algunas situaciones el deudor responde por los daños que hubiera ocasionado al
acreedor la entrega de la cosa. Dicha responsabilidad no hace renacer el crédito
cancelado, pero limita el carácter definitivo del pago: (112)
Sin embargo, existen situaciones en las cuales los terceros se inmiscuyen en la relación
obligacional, satisfaciendo los intereses del acreedor, ello es posible excepto que la
obligación haya sido celebrada en virtud de las condiciones personales del deudor, en
cuyo caso el deudor es el único que debe realizar la prestación. El caso se encuentra
expresamente previsto en el CCyC para las obligaciones de hacer (art. 776 CCyC).
2. Interpretación
Sin embargo, el artículo menciona que la prestación puede ser ejecutada por un tercero, es
decir por una persona ajena a los sujetos que celebraron la obligación. Una lectura
cuidadosa del artículo permite interpretar que existen dos clases de terceros que pueden
efectuar el pago:
a) Tercero interesado: la noción de “tercero interesado” se encuentra ahora definida
en el presente artículo, precisando que es aquel sujeto que ante el incumplimiento de la
obligación por parte del deudor, puede sufrir un menoscabo en su patrimonio. En tal
virtud, al encontrarse en peligro de sufrir un daño, cuenta con un interés legítimo y puede
imponer el pago al acreedor. El artículo lo estipula en forma expresa: “puede pagar contra
la oposición individual o conjunta del acreedor y deudor”.
Este derecho a pagar del tercero se deriva del ius solvendi, que le autoriza a imponer el
pago al acreedor y, en virtud de ello, le permite sortear la oposición que pudieran alegar
tanto el acreedor como el deudor, o ambos conjuntamente. Una consecuencia de ello es la
legitimación que se le otorga para efectuar el pago por consignación, atento a que la
imposibilidad de pagar, derivada de la oposición que pudiera esgrimir el acreedor,
sumada a la probabilidad de sufrir un daño patrimonial si no se realiza el pago,
configuraría un abuso del derecho por parte del acreedor, que es inaceptable aceptar.
Podemos mencionar algunos casos de pago por terceros interesados, ajenos a la
obligación, como ser:
i) Tercer poseedor de inmueble hipotecado o de la cosa mueble prendada: el
propietario de bienes gravados con prenda o hipoteca puede disponer de los mismos, sin
perjuicio de los derechos que la ley otorga al acreedor hipotecario o prendario (art. 1009
CCyC). En virtud de ello, el adquirente de los bienes, si el deudor no paga la garantía que
los grava, puede sufrir la venta del bien por la ejecución que realice el acreedor que goza
de la garantía sobre los mismos, que le permite perseguir el bien del patrimonio en que se
encuentre. Por ello el adquirente, que es un tercero ajeno y no es el deudor de la garantía,
se encuentra facultado a pagar al acreedor para impedir la venta que este pudiera efectuar
(arts. 915, incs. b y c, y 916 CCyC).
ii) Constituyente de garantía real sobre un bien propio para asegurar una deuda ajena,
en cuyo caso, si el deudor no paga la deuda contraída, verá ejecutado su bien en
cumplimiento de la garantía otorgada.
2. Interpretación
Con el fin de recuperar lo pagado, el tercero posee diversas acciones contra el deudor,
cuya elección va a depender del comportamiento que haya tenido dicho deudor, con
relación a la injerencia de ese tercero en la relación obligacional.
El tercero que paga en nombre del deudor, por mandato de este, no debe preocuparse si la
obligación que le ha ordenado cancelar se encuentra afectada por nulidad o si está
prescripta, ya que al ser enviado a pagar por orden del deudor, realiza el pago en función
del mandato recibido.
Es por ello que el CCyC le otorga al tercero la acción de gestión de negocios para recuperar
lo invertido en el pago. Sin embargo, como el tercero no se encontraba obligado a realizar
el pago y el deudor no lo había comisionado a tal fin, el tercero únicamente podrá
recuperar lo que invirtió en el pago, si este pago resulto útil al deudor.
El tercero, que actúa como gestor de negocios del deudor, asume la gestión oficiosamente
sin intención de efectuar una liberalidad, pero sin encontrarse obligado, ya sea legalmente
o convencionalmente, a realizar la misma (art. 1781 CCyC).
Es dable destacar que es elemento esencial de esta situación que la “gestión haya sido
conducida útilmente”, en cuyo caso el deudor deberá “reembolsarle el valor de los gastos
necesarios y útiles, con los intereses legales desde el día en que fueron hechos” (art. 1785,
inc. a, CCyC).
Como menciona el artículo referido, la utilidad del negocio es fundamental para que el
tercero consiga el rembolso de lo invertido, en virtud de lo cual, si el tercero paga una
deuda afectada de nulidad, o paga una deuda prescripta, dicho pago no reviste utilidad
alguna para el deudor, motivo por el cual puede negarse a rembolsar al tercero las sumas
invertidas en dicho pago.
No cabe soslayar que si el tercero paga en ignorancia del deudor, es decir, si el deudor
desconoce el pago efectuado por el tercero, este se encuentra en la obligación de anoticiar
al deudor que realizó la gestión (art. 1782, inc. a, CCyC), caso contrario, el deudor podría
pagar nuevamente la deuda al acreedor, en cuyo caso, el tercero no podría solicitar el
rembolso al deudor, ya que ninguna utilidad derivó de dicho pago. En este caso, el tercero
deberá iniciar una acción de repetición contra el acreedor que percibió sin causa el pago
de la obligación.
El tercero que paga la deuda ajena, en oposición del deudor, también cuenta con la
posibilidad de que le reintegren lo pagado, utilizando para ello la acción de
enriquecimiento sin causa.
La acción de enriquecimiento sin causa es una acción residual, que se aplica en caso de
que el ordenamiento jurídico no posea otra acción para reparar el empobrecimiento que
ha sufrido, en beneficio del deudor (art. 1795 CCyC).
En este caso el tercero puede, mediante la acción in rem verso, que se le reconozca la
devolución del pago realizado en utilidad del deudor, el cual procede por la utilidad que
dicho pago significó para el deudor.
La ley no permite el enriquecimiento sin causa, motivo por el cual se le otorga al tercero
que pagó contra la voluntad del deudor una deuda de este, el reintegro de la suma que fue
provechosa para el deudor (art. 1794 CCyC).
La acción de subrogación legal no necesita del acuerdo entre acreedor y tercero, procede
sin convención de partes ya que deriva de la ley misma. Dicha acción permite al tercero
sustituir al acreedor, ya que en el momento del pago, aquel le transmite todos los
derechos y acciones que poseía contra el deudor. Sin embargo, la acción se encuentra
limitada a aquellos terceros que menciona expresamente, a saber: el tercero que paga con
asentimiento o en ignorancia del deudor (art. 915, inc. b, CCyC) y también el tercero
interesado que paga en contra de la voluntad del deudor (art. 915, inc. c, CCyC).
La transmisión se produce de pleno derecho, por la disposición de la ley, desde el
momento en que alguno de los terceros mencionados en el art. 915 CCyC realiza el pago al
acreedor.
1. Introducción
El acreedor, que reviste el carácter de sujeto activo de la obligación, en el acto del pago,
reviste el carácter de sujeto pasivo. El acreedor es el legitimado pasivo del pago, es quien
recibe la prestación que realiza el deudor (que, en este caso, es el sujeto activo del pago).
El pago recibido por el acreedor satisface el interés que este tenía en el vínculo
obligacional y en consecuencia extingue el crédito. Sin embargo, existen otros sujetos
además del acreedor, con la facultad de recibir el pago que realice el legitimado activo, a
quienes se denomina “accipiens” y cuya recepción produce también la extinción del
crédito.
2. Interpretación
Se verifican en la especie iguales extremos que los comentados al analizar el art. 879
CCyC, pero en forma inversa, atento que nos referimos al legitimado pasivo
c) Herederos: si el acreedor fallece, el crédito se traspasa a los herederos, que son las
personas que son llamadas a sucederlo (arts. 2277 y 2280, in fine, CCyC). Este llamado
puede ser realizado en forma voluntaria por el causante, ya sea que le transmita la
totalidad de los bienes, caso del heredero testamentario, o solo una parte de sus bienes,
caso del legatario (art. 2278 CCyC).
En ausencia de testamento, la sucesión se defiere a los herederos legítimos:
descendientes, ascendientes, cónyuge supérstite o parientes colaterales hasta el cuarto
grado (art. 2424 CCyC).
En ausencia de herederos testamentarios y de herederos legítimos, la herencia se declara
vacante, en cuyo caso el juez designa un administrador de esos bienes, que es curador,
encargado de recibir los pagos de los deudores del causante (arts. 2441 y 2442 CCyC).
Concluida su función, el saldo de los bienes se traspasa al Estado (art. 2443 CCyC).
El tercero que presenta el título de crédito es una persona distinta del acreedor primitivo
de dicha relación jurídica y la prestación efectuada por el deudor, aunque no satisfaga
directamente al acreedor, es legítima y libera al deudor frente al primitivo acreedor del
crédito.
El artículo bajo análisis limita la facultad del deudor de pagar válidamente al tercero
portador del título de crédito, en caso de que exista “sospecha fundada de no pertenecerle
el documento, o de no estar autorizado para el cobro”.
En cambio, si el deudor tomó conocimiento del robo o del hurto del documento, el pago
que realice será inválido, y deberá volver a pagar al acreedor. En este caso, tiene acción de
repetición contra el tercero que percibió el pago inválido, pero no puede negar el pago al
acreedor que lo solicite.
Sin embargo, el artículo no impone la notificación al deudor por parte del acreedor,
indicando solamente que en caso de “sospecha fundada” de que el que presenta el título al
cobro no se encuentra en posesión legítima del mismo, es un término harto ambiguo. En
este supuesto la única posibilidad que le cabe al deudor es el pago por consignación
judicial, conforme lo establece el art. 904, inc. b, CCyC, que dispone que “el pago por
consignación procede cuando (…) b) existe incertidumbre sobre la persona del acreedor”.
El pago que efectúe el deudor al acreedor aparente es válido, extingue el crédito y libera al
deudor frente al verdadero acreedor. En tal virtud, el deudor puede exitosamente repeler
la acción que inicie el verdadero acreedor en su contra, con el fin de obtener el pago,
atento a que la liberación del deudor es completa.
Ello siempre que el pago realizado reúna los requisitos que establece el CCyC:
1) que sea realizado de buena fe por el deudor, en la creencia que el acreedor aparente
es el verdadero acreedor; y
2) que de las circunstancias resulte verosímil el derecho que invoca el acreedor
aparente para percibir el crédito.
No se exige certeza sobre la calidad de acreedor que exhibe quien recibe el pago, sino que
el deudor debe estar convencido de la facultad que tiene el acreedor de percibir el pago.
Lo que exige la norma es que el error del deudor sea un error de hecho excusable. Ergo, el
error de hecho inexcusable no podría justificar el pago realizado por el deudor, ya que
entonces el deudor no habría actuado de buena fe.
1. Introducción
Cuando el pago lo percibe un tercero, el acreedor no satisface su crédito. Sin embargo, se
encuentra impedido de exigir al deudor un nuevo pago, atento, que, por el efecto
liberatorio de la prestación efectuada al tercero, el deudor se libera completamente y
puede repeler exitosamente las acciones que pudiera intentar el acreedor.
En esta situación, el acreedor deberá dirigir sus acciones contra el tercero que percibió el
crédito, quien debe restituir al acreedor lo que cobró en su nombre.
2. Interpretación
2.1. La acción contra el tercero indicado
En caso de que el que recibió el pago sea un tercero indicado, las acciones del acreedor se
encuentran relacionadas con el acuerdo interno que posea con el tercero.
Si el tercero percibió el pago por orden del acreedor, le son aplicables las acciones
concernientes al contrato de mandato. En virtud de ello, el acreedor puede solicitar la
rendición de cuentas de la gestión realizada por el tercero y la entrega de las ganancias
derivadas del negocio (art. 1324, incs. f y g, CCyC).
Puede ocurrir que el acreedor desee concederle una liberalidad al tercero indicado, en
cuyo caso el crédito percibido vendría a ser una donación, por lo tanto, el acreedor no
tendría derecho a perseguir el crédito del patrimonio del adjectus, siendo de aplicación lo
normado en el art. 1542 CCyC y ss.
Si el tercero que percibe el crédito es socio del acreedor, deberá rendir cuentas de la
gestión realizada y repartir las ganancias obtenidas (art. 1° de la ley 19.550).
El tercero indicado puede ser en realidad un acreedor del acreedor, a quien el acreedor
haya cedido el crédito para compensar la deuda con el tercero indicado.
En definitiva, las acciones que posee el acreedor contra el tercero indicado, dependerán
de la vinculación jurídica que los una.
Sin embargo, si el acreedor aparente obró de mala fe, es decir, conociendo que carecía de
título para ser acreedor, en cuyo caso su obrar configuraría un hecho ilícito, el acreedor
verdadero no solo tendrá acción para lograr la restitución de lo cobrado por el acreedor
aparente, sino también poseerá la acción de daños y perjuicios para reparar todos los
daños ocasionados al verdadero acreedor (art. 2315 CCyC).
2. Interpretación
2.1. Personas que no poseen capacidad de administrar sus bienes
En principio las personas enumeradas en el art. 24 CCyC se encuentran inhabilitadas para
recepcionar el pago, atento a que son personas incapaces de ejercer el derecho que les
corresponde, motivo por lo cual, en dicha situación el que debe recibir el pago es el
representante de la persona incapaz. Se encuentran en esta situación la persona por
nacer, la persona menor de edad y la persona declarada incapaz por sentencia judicial.
El juez puede restringir la capacidad para ejercer determinados actos a las personas
mayores de 13 años que padezcan alguna adicción o alteración mental. En tal caso, puede
determinar judicialmente la incapacidad para administrar bienes.
Si las personas mencionadas en los párrafos anteriores recibieran el pago del crédito
debido, dicho pago sería inválido, ya que el pago se encuentra afectado de nulidad
relativa.
En este caso es de aplicación la máxima “quien paga mal paga dos veces”, en cuyo caso el
deudor deberá volver a pagar, esta vez al acreedor o tercero habilitado a tal fin para
recepcionar el pago.
Sin embargo, atento a que el pago recibido por el tercero fue un pago sin causa, el deudor
se encuentra legitimado para accionar contra el tercero para que le restituya lo pagado,
conforme lo establecido en el art. 1796, inc. a, CCyC, que habilita a accionar por pago
indebido si “la causa de deber no existe”.
2.3. Sanción que recae para los pagos recibidos por persona que no posea capacidad de
administrar sus bienes
El pago recibido por la persona que carece de capacidad para disponer es nulo (art. 382
CCyC). Sin embargo, como dicha sanción se impone en protección de la persona incapaz, la
nulidad es relativa, ya que protege un interés particular (art. 386 CCyC).
Como regla, podrá plantear la nulidad el acreedor incapaz que recibió el pago, salvo que el
deudor haya actuado de “buena fe y ha experimentado un perjuicio importante” (art. 388
CCyC). Demás está decir que el deudor que alegue haber sufrido un perjuicio deberá
demostrarlo, conforme el art. 377 CPCCN.
En virtud de la nulidad, el acreedor debe restituir lo que recibió en pago retrotrayendo las
cosas al mismo estado en que se hallaban antes de que el acto sea declarado nulo (arts.
390 y 1798 CCyC).
a) Ratificación del pago por el acreedor: este supuesto es aplicable al caso en el que el
pago sea recibido por un tercero no legitimado por el acreedor para recibirlo. La
ratificación del acreedor significa la aprobación del acto efectuado por el tercero. Así lo
establece el art. 369 CCyC, que dispone que “La ratificación suple el defecto de
representación”. Mediante la ratificación del acreedor, el tercero que no contaba con
legitimación para recibir el pago, se convierte en habilitado para efectuar el acto. “Luego
de la ratificación, la actuación se da por autorizada, con efecto retroactivo al día del acto”
(art. 369 CCyC).
La ratificación del acreedor puede manifestarse en forma expresa o tácita; así lo dispone
el art. 371 CCyC al señalar que “La ratificación resulta de cualquier manifestación expresa
o de cualquier acto o comportamiento concluyente que necesariamente importe una
aprobación de lo que haya hecho el que invoca la representación”. En virtud de lo
expuesto, la ratificación tácita se deduce de hechos que permitan formar convicción
respecto de la voluntad del acreedor de aprobar lo actuado por el tercero.
Cabe destacar que la ratificación que efectúe el acreedor del acto ejecutado por el tercero
comprende la totalidad de lo percibido, y no únicamente si el pago le resultó útil como
ocurre en el supuesto siguiente; o
b) El pago resultó beneficioso para el acreedor: en los casos en que el deudor entregue
el pago a un incapaz, dicho pago, en principio, es nulo de nulidad relativa, atento a que se
intenta proteger al acreedor incapaz para que no disponga en forma incorrecta aquello
que ha percibido.
Sin embargo, si el pago ha resultado de utilidad para el acreedor, ya sea porque ha
enriquecido su patrimonio o porque ha solventado deudas con el pago percibido, el pago
se considera válido, pero solo en la medida del beneficio.
En la medida en que el pago resulte útil al acreedor, será liberatorio para el deudor. Si el
pago no resultó útil al acreedor, deberá volver a pagar, ahora al representante del
acreedor o al tercero autorizado para recibir el pago
Al ser el deudor el que desea sostener la validez del pago efectuado, es quien carga con la
prueba del beneficio del pago respecto del acreedor, conforme lo dispone el Código de rito
en el art. 377 CPCC
Nociones previas
2.4. La prestación debida
Se entiende como “prestación” a la conducta debida por el legitimado activo, el
comportamiento del deudor dirigido al cumplimiento de aquello que le corresponde al
acreedor. La definición expresa la diferencia entre objeto de la obligación y la prestación.
La prestación es el contenido de la obligación, que se materializa por la conducta que
asuma el deudor tendiente a satisfacer el interés del acreedor en dicha relación jurídica.
Así entendida, la prestación puede tener diversa entidad, según que la obligación sea de
medios o de resultado. En el primer caso, el cumplimiento se logra con una actividad
diligente del deudor tendiente a obtener un determinado objetivo, resultando indiferente
si se consigue obtener el mismo; en cambio, en el segundo caso, es necesario lograr un
determinado resultado. En este sentido, es considerada como una obligación de medios la
actividad desarrollada por el abogado en la defensa de su cliente en un litigio; igualmente,
se estima que es de medios la actividad del médico tendiente a lograr la curación del
paciente. En cambio, es encuadrada como obligación de resultado la del transportista, ya
que su prestación no se limita realizar una conducta diligente en la ejecución del
transporte, sino que debe conseguir el resultado esperado, esto es, conducir al pasajero
sano y salvo al punto de destino. El contrato de locación de obra también es considerado
como obligación de resultado, en la cual el resultado esperado es realizar la obra
prometida.
§ 2. Principio de integridad
ARTÍCULO 869. Integridad
El acreedor no está obligado a recibir pagos parciales, excepto disposición legal o
convencional en contrario. Si la obligación es en parte líquida y en parte ilíquida, el
deudor puede pagar la parte líquida.
1. Introducción
El principio de integridad es otro de los principios esenciales referidos al objeto del pago.
Establece que el deudor no puede exigirle al acreedor la recepción de un pago parcial o
incompleto. Se considera que el pago cumple con este principio cuando este incluye el
bien debido con sus accesorios. La CSJN sigue dicho lineamiento y considera que el pago
es íntegro si este “cubría la totalidad del capital, gastos e intereses devengados hasta dicha
oportunidad”. (105)
2. Interpretación
2.1. Ámbito de aplicación
Este principio se aplica a todo tipo de obligaciones. En las obligaciones de dar cosa cierta
para transmitir el dominio, el cumplimiento de la misma comprende la entrega de la cosa
con sus accesorios (art. 746 CCyC), es decir, con todo lo que se encuentre edificado o
plantado en la misma (art. 1945 CCyC). El Código trae diversos ejemplos aplicables a la
esfera contractual:
1) lo establece el art. 1140 CCyC, al disponer que en los contratos de compraventa “la
cosa debe entregarse con sus accesorios”;
2) igualmente, en el contrato de comodato, son obligaciones del comodatario la
restitución de la cosa al acreedor con sus frutos y accesorios (art. 1536 CCyC);
3) de igual forma, en los contratos de leasing, el dador acuerda la tenencia de un bien
con más los “servicios y accesorios necesarios para el diseño, la instalación [y] puesta en
marcha” del mismo (art. 1233 CCyC);
4) en las obligaciones de hacer, tal el caso del contrato de transporte, el transportista
no solo está obligado a trasladar al pasajero al lugar de destino, sino también a garantizar
su seguridad, tanto física como material incluyendo su equipaje y pertenencias, durante
todo el trayecto del viaje (art. 1289 CCyC), dicha obligación si bien es a accesorias de la
principal, consistente en llevar al pasajero a su destino, integra el contrato celebrado;
5) la transferencia de títulos valores comprende “los accesorios que son inherentes a la
prestación en él incorporada” (art. 1818 CCyC).
Este acuerdo de partes se rige por la libertad de formas, atento a que no se encuentra
comprometido el orden público y el CCyC no impone una forma solemne para efectuarlo.
En virtud de ello, el convenio puede ser explícito si las partes lo pactan expresamente, sea
en forma verbal o escrita, o puede ser acordado tácitamente, en el caso, que el deudor
pague parcialmente la deuda y el acreedor acepte voluntariamente el mismo, conforme el
art. 264 CCyC.
Uno de los medios legales de los que dispone el acreedor es la acción judicial, ya sea para
proceder a la ejecución forzada de la deuda o para solicitar la indemnización
correspondiente, en caso de incumplimiento definitivo de la obligación.
A lo largo del articulado, el Código faculta a los jueces a morigerar las pretensiones de los
acreedores, sean estas originadas tanto en la esfera contractual como en la
extracontractual, la reducción se realiza siempre con fundamento en la equidad. Ejemplo
de ello encontramos en las obligaciones de dar dinero respecto de las cuales el art. 771
CCyC dispone que “los jueces pueden reducir los intereses cuando la tasa fijada o el
resultado que provoque la capitalización de intereses excede, sin justificación y
desproporcionadamente, el costo medio del dinero para deudores y operaciones similares
en el lugar donde se contrajo la obligación”. En forma similar se encuentra normada la
reducción del monto de la pena, en el caso de cláusulas penales desproporcionadas con la
gravedad de la falta que sancionan, en comparación con el valor de la prestación debida.
En dicho caso, “los jueces pueden reducir las penas (…) [si] configuran un abusivo
aprovechamiento de la situación del deudor (art. 794 CCyC).
Es aplicable también en los contratos de locación de obra o locación de servicios cuando el
locador o comitente desisten unilateralmente del contrato, en cuyo caso la ley lo obliga a
indemnizar al locatario o prestador de la obra o servicio, todos los gastos y trabajos
realizados así como la utilidad que hubiera podido obtener. Al respecto el art. 1261 CCyC
dispone que “el juez puede reducir equitativamente la utilidad si la aplicación de la norma
conduce a una notoria injusticia”. Igualmente se encuentra estipulado en el contrato de
juego o apuesta al disponer el art. 1610 CCyC que “el juez puede reducir la deuda
directamente originada en el juego si resulta extraordinaria respecto a la fortuna del
deudor”.
Es dable destacar que el cheque conserva todos sus efectos por el saldo impago.
Si bien el artículo parece ser categórico al establecer que “el pago debe hacerse“, no
debemos olvidar que en el derecho creditorio prima la autonomía de la voluntad, razón
por la cual las partes pueden pactar en forma diferente el tiempo en que debe cumplirse la
obligación, en cuyo caso deberán someterse a lo pactado, en virtud de la buena fe
contractual o negocial que debe prevalecer entre las partes. En virtud de lo expuesto, el
artículo se aplicará en forma subsidiaria si las partes no han acordado el tiempo del
cumplimiento de la obligación.
2. Interpretación
2.1. El tiempo en que debe ser efectuado el pago
La cuestión del plazo se encuentra relacionada con el modo de computar los intervalos del
derecho conforme la regulación del art. 6° CCyC, en el que se indica que “Los plazos
vencen a la hora veinticuatro del día del vencimiento respectivo. El cómputo civil de los
plazos es de días completos y continuos, y no se excluyen los días inhábiles o no
laborables”. Es dable recordar que dicho artículo rige en forma subsidiaria y para el caso
en que las partes no hayan acordado al respecto, atento a que la libertad negocial permite
que estas dispongan que el computo del plazo se efectúe de manera distinta.
El CCyC trae ejemplos sobre el tiempo propio en que deben cumplirse este tipo de
obligaciones. Así, el vendedor “debe entregar el inmueble inmediatamente de la
escrituración, excepto convención en contrario” (art. 1139 CCyC); producida la muerte del
deudor beneficiado por el pago a mejor fortuna, “la deuda se transmite a los herederos
como obligación pura y simple” (art. 891 CCyC); “también el usufructo puede ser
establecido pura y simplemente” (art. 2136 CCyC); “La oferta hecha a una persona
presente o la formulada por un medio de comunicación instantáneo, sin fijación de plazo,
sólo puede ser aceptada inmediatamente” (art. 974 CCyC); en el depósito gratuito el
depositario puede “exigir del depositante en todo tiempo, que reciba la cosa depositada”
(art. 1359 CCyC).
El plazo es una modalidad que modifica los efectos de la relación jurídica. En este caso,
postergando su cumplimiento hasta que ocurra el término previsto, subordinando la
exigibilidad de la prestación hasta que se produzca el vencimiento de la obligación.
Es dable destacar que el plazo puede ser fijado por las partes o por la ley.
El plazo determinado y cierto puede ser fijado por las partes o por la ley. El CCyC trae
diversos ejemplos de ello. Así, al regular la cláusula penal, el Código menciona en su art.
792 CCyC que “el deudor que no cumple la obligación en el tiempo convenido debe la
pena”; en el art. 1147 CCyC, al regular la entrega de la cosa en el contrato de compraventa
señala que “la entrega debe hacerse dentro de las veinticuatro horas de celebrado el
contrato”; en el contrato de transporte, el art. 1284 CCyC refiere que “El transportista
debe realizar el traslado convenido en el plazo pactado en el contrato o en los horarios
establecidos”; en el contrato de mutuo cuando las partes han guardado silencio respecto
del plazo para restituir lo prestado, se establece que “el mutuario debe restituirlo dentro
de los diez días de requerirlo el mutuante” (art. 1528 CCyC).
Párrafo aparte merece el art. 1222 CCyC, el cual incorpora un requisito de orden procesal,
atento a que la intimación que establece, respecto del deudor moroso, es necesaria a
efectos de iniciar las acciones judiciales de desalojo. Pero si no se encuentran en dicha
situación, las partes deberán cumplir sus obligaciones en los plazos pactados en el
contrato.
2.3.2. Obligaciones de plazo determinado cierto conforme los usos del lugar
El plazo también se considera determinado si se cumple conforme los usos del lugar. A lo
largo del articulado, el CCyC incluye diversos casos de contratos en los que se aplica a falta
de convenio de las partes. Así lo encontramos en el contrato de locación de obra, que
establece el plazo de garantía que tiene el comitente para verifique la obra, sin que ello
signifique la aceptación de la misma, si “es de uso” en el lugar (art. 1272 CCyC); también lo
estipula la regulación del contrato de transporte: si no se encuentra convenido el plazo y
los horarios en que debe efectuarse, se realizará “de acuerdo a los usos del lugar en que
debe iniciarse el transporte” (art. 1284 CCyC); igualmente, en el contrato de consignación,
el consignatario se encuentra “autorizado a otorgar los plazos de pago que sean de uso en
la plaza” (art. 1339 CCyC); asimismo, en el contrato de mutuo, el plazo que posee el
mutuario para restituir la cosa, si las partes no lo han convenido, será dentro de los 10
días de que lo exija el mutuante “excepto lo que surja de los usos” (art. 1528 CCyC) y, del
mismo modo, en el contrato de agencia es obligación del empresario comunicar al agente
“dentro del plazo de uso” la aceptación o rechazo de la propuesta que le haya sido
transmitida (art. 1484, inc. d, CCyC) y, en igual forma, comunicar la ejecución o falta de
ejecución del negocio propuesto (art 1484, inc. e, CCyC).
El plazo incierto también puede ser fijado por las partes al acordar el hecho que debe
suceder para que se exija el cumplimiento de la prestación, o puede ser establecido por la
ley.
Así lo dispone el art. 889 CCyC: “Las partes pueden acordar que el deudor pague cuando
pueda, o mejore de fortuna; en este supuesto, se aplican las reglas de las obligaciones a
plazo indeterminado”. Ahora bien, el CCyC omitió regular las obligaciones de plazo
indeterminado en el Capítulo 3 respecto de las “clases de obligaciones” (art. 746 CCyC y
ss.), aunque las menciona dentro de las excepciones de constitución de mora automática
señalando que “si no hay plazo, el juez a pedido de parte, lo debe fijar mediante el
procedimiento más breve que prevea la ley local, a menos que el acreedor opte por
acumular las acciones de fijación de plazo y de cumplimiento, en cuyo caso el deudor
queda constituido en mora en la fecha indicada por la sentencia para el cumplimiento de
la obligación” (art. 887, inc. b, CCyC), indicando cómo se debe proceder ante dichas
obligaciones y señalando las pautas procesales correspondientes: el juez no actúa de
oficio si no a pedido de parte y el acreedor formulará su pretensión utilizando el proceso
más breve que, según la ley local, es el sumarísimo (art. 498 CPCCN) para cumplir con el
principio de contradicción y permitir escuchar a la parte deudora. Hasta que el juez no fije
el plazo de cumplimiento, el deudor no se encuentra constituido en mora. La falta de
fijación de plazo de la obligación incide en el cómputo del plazo de prescripción de la
acción, atento a que el plazo de prescripción comienza a computarse desde que la
obligación es exigible, en virtud de lo expuesto, recién cuando el juez determine el plazo
de cumplimiento judicialmente, comienza el cómputo del plazo de cumplimiento y
también se inicia el cómputo del plazo de prescripción.
El pago anticipado de la deuda introduce una modificación unilateral por parte del
deudor, que no debe perjudicar al acreedor. En virtud de ello, el pago anterior al
vencimiento no da derecho al deudor a solicitar descuentos, salvo que el acreedor acepte
realizar alguno; ello es una consecuencia del efecto vinculante que reviste el contrato para
las partes, al que deben someterse como a la ley misma (art. 959 CCyC).
2. Interpretación
2.1. Ámbito de aplicación
La regla del art. 872 CCyC no solo es aplicable a la relación acreedor-deudor, sino que
también incluye a los terceros que puedan tener alguna injerencia en dicha relación, en
caso de que paguen el crédito debido por el deudor, en forma anticipada.
Dicha solución resulta clara en el caso de que el tercero que paga al acreedor en forma
anticipada y se subroga en los derechos de este, debe esperar el vencimiento del plazo
para solicitar el rembolso de lo pagado. Ello es una consecuencia directa de la
subrogación, ya que la sustitución del deudor no implica alterar las condiciones
estipuladas en la obligación y convenidas con el deudor, y si el acreedor debía exigir el
cumplimiento al vencimiento del plazo, igual solución cabe al tercero que toma el lugar
del acreedor para solicitar el rembolso.
El artículo mencionado señala tres supuestos en los cuales la deuda puede exigirse antes
del vencimiento.
1) Declaración de quiebra del deudor: el artículo menciona como causa la declaración
de quiebra y no la apertura del concurso, como refería el CC, es decir que la insolvencia de
hecho, como pueden ser los casos que originan la apertura del concurso, no son
suficientes para alterar las condiciones pactadas. Solo la declaración de quiebra es razón
suficiente para caducar los plazos convenidos. Es decir, que solo la insolvencia de derecho,
que es aquella declarada por el juez de la quiebra permite el cobro anticipado de lo
debido.
Este supuesto tiene su correlato en los artículos referidos a los derechos reales de
garantía, como son la prenda y la hipoteca. Así, el art. 2195 CCyC señala que el
constituyente de la garantía conserva el derecho de dominio sobre dicha cosa. Sin
embargo, si realiza algún acto que signifique la disminución del valor de la garantía, “el
acreedor puede requerir la privación del plazo de la obligación, o bien puede estimar el
valor de la disminución y exigir su depósito o que se otorgue otra garantía suficiente”.
A pesar de lo categórico del art. 353 CCyC, que únicamente menciona como causa de la
disminución de la garantía el acto propio del deudor, la disminución de la garantía puede
ser causada también por hechos de terceros, en este sentido el art. 2197 CCyC menciona la
subasta del bien gravado, realizada por un tercero antes del cumplimiento del plazo, caso
en el cual el titular de la garantía “tiene derecho a dar por caduco el plazo, y a cobrar con
la preferencia correspondiente”.
Una situación similar ocurre con el derecho real de anticresis. El art. 2216 CCyC señala
que en los casos en los cuales el acreedor anticresista no conserva la cosa o realiza
modificaciones en la misma que perjudican la posterior explotación del deudor, puede
solicitar la extinción de “la garantía y obliga al acreedor a restituir la cosa al titular actual
legitimado”.
3) Si no ha constituido las garantías prometidas (art. 353 CCyC): ejemplo de ello nos
proporciona el art. 2224 CCyC, que menciona la situación en la cual el acreedor recibe en
prenda una cosa ajena que cree que es del constituyente, pero ante el reclamo de la
restitución de la cosa por su dueño “puede exigir al deudor la entrega en prenda de otra
de igual valor. Si el deudor no lo hace, el acreedor puede pedir el cumplimiento de la
obligación principal aunque tenga plazo pendiente”.
Es dable señalar que la normativa endureció las condiciones para solicitar la caducidad
del plazo de la obligación, permitiendo dicha caducidad únicamente si existe declaración
de quiebra del deudor (art. 353 CCyC), es decir, ante la “insolvencia jurídica”. Sin embargo,
en el art. 1586 CCyC, se menciona nuevamente la caducidad de plazo ante la presentación
en concurso preventivo del deudor, ”insolvencia de hecho”, situación que había quedado
descartada expresamente en el art. 353 CCyC.
La excepción que menciona el art. 1586 CCyC encuentra sustento en las condiciones de
hecho relacionadas con la ejecución de la fianza civil, en la cual el fiador no goza del
beneficio de excusión si el deudor principal se ha presentado en concurso preventivo o si
se ha declarado la quiebra del mismo (art. 1584, inc. a, CCyC). El concurso o la quiebra
declarada afecta únicamente al deudor principal, y evidencia la insolvencia de este para
hacer frente a la deuda, en cuyo caso el locador podrá exigir el cumplimiento de la
prestación al fiador, pero en el plazo convenido. Ello así, en tanto la situación de
insolvencia del deudor no puede perjudicar al fiador, mediante la caducidad del plazo, por
un hecho del cual el fiador es ajeno.
El lugar acordado para el cumplimiento puede ser fijado en forma expresa o encontrarse
tácitamente determinado. En este sentido, no existe problema en conocer el lugar de pago
cuando las partes expresamente lo han pactado en la obligación, pues en dicho lugar debe
ser efectuado. En cambio, se considera que el lugar fue acordado en forma tácita, si el
mismo surge de las circunstancias en que la obligación debe ser cumplida. Así, en la
compraventa de semoviente, el lugar en que debe ser cumplida la obligación es en el
corral de los animales; en una locación de obra, cual puede ser pintar un inmueble, el
lugar de pago coincide con la ubicación del inmueble.
Sin perjuicio de ello, si bien el acuerdo de partes, referido a la fijación del lugar de pago, es
la regla principal, se aplica en caso de silencio y en forma residual, lo establecido en el art.
874 CCyC.
2.2. Importancia de la determinación del lugar del pago
En primer término, la determinación del lugar de pago de la obligación cobra virtualidad
porque determina la competencia judicial en razón del territorio, atento que entenderá en
la contienda el juez competente “del lugar en que deba cumplirse la obligación expresa o
implícitamente” (art. 5°, inc. 3, CPCCN). El mismo criterio sigue la ley al regular títulos
valores, señalando que en caso de pérdida o sustracción de dichos títulos, el
procedimiento se llevará a cabo en la jurisdicción correspondiente al “del lugar de pago,
en los títulos valores individuales” (art. 1852 CCyC). Igual medida se aplica en derecho
internacional privado, y así lo establece el art. 2650 CCyC, al señalar que aunque las partes
no se hayan puesto de acuerdo sobre la jurisdicción que entenderá en caso de
controversia o incumplimiento del contrato, son competentes, a opción del actor “los
jueces del lugar de cumplimiento de cualquiera de las obligaciones contractuales” (art.
2650, inc. b, CCyC).
2. Interpretación
2.1. Aclaración preliminar
En primer lugar, es necesario sanear la contradicción que parece existir en el primer
párrafo del artículo. Para ello, es importante recordar que el título del artículo indica que
regula las reglas a aplicarse cuando el lugar de pago no se encuentra designado. Así, si las
partes nada han pactado dispone enfáticamente que “el lugar de pago es el domicilio del
deudor al tiempo del nacimiento de la obligación”. Sin embargo, ello se contradice con lo
estipulado a renglón seguido, que señala que el deudor tiene igual opción cuando el lugar
de pago sea el domicilio del acreedor. Atento que no pueden existir dos posibles
soluciones contradictorias respecto del tema, la única interpretación que se impone es
que la regla, ante la falta de estipulación sobre el lugar de cumplimiento, es establecer
como lugar de pago el domicilio del deudor. La posibilidad que tiene el deudor de exigir la
recepción del pago en el domicilio del acreedor, se aplica en caso de que dicho domicilio
haya sido consensuado entre las partes. Es decir, que dicha posibilidad debería haberse
incluido en el art. 873 CCyC, que señala el lugar de pago designado por las partes.
La nueva regla abarca todos aquellos casos en los cuales las partes no hayan designado
lugar de pago y establece que el mismo es el domicilio que el solvens tenía al momento de
celebración de la obligación, sin necesidad de que la obligación se haya realizado en el
domicilio del deudor, es decir, que el domicilio del deudor al tiempo del nacimiento de la
obligación es aplicable a todas las obligaciones, hayan sido celebradas en el domicilio del
deudor o fuera de él.
Sin embargo, la opción que se le otorga al acreedor para elegir el domicilio actual o el
domicilio histórico del deudor, a efectos de exigir el cumplimiento, se encuentra limitada
en los casos en que deba aplicarse el derecho internacional privado. Ello así, atento lo
dispuesto por el art. 2652 CCyC que establece que, en caso de no encontrarse determinado
el lugar de cumplimiento y no resultare de la naturaleza de la relación, “se entiende que
lugar de cumplimiento es el del domicilio actual del deudor de la prestación más
característica del contrato”.
2.4. Excepciones
El artículo introduce dos excepciones en las cuales el principio residual general del
domicilio del deudor al momento del nacimiento de la obligación no se aplica. En primer
lugar, si la obligación es de dar cosa cierta y, en segundo lugar, si la obligación es bilateral
y de cumplimiento simultáneo y aunque el artículo no lo menciona, aquellos casos en que
una disposición legal disponga una solución diferente.
Para el resto de las obligaciones que no sean de entregar cosa cierta, se aplica la regla del
art. 874, párr. 1, CCyC.
Además, las prestaciones deben realizarse en forma simultánea, por ejemplo, la permuta,
o los contratos de compraventa al contado en los cuales el lugar del pago es aquel donde
se realiza la tradición de la cosa o el intercambio de las prestaciones.
Es dable destacar que el art. 1141 CCyC señala que si en la compraventa de cosas muebles,
las partes no acuerdan el lugar y el tiempo de pago “se entiende que la venta es de
contado”.
2. Interpretación
2.1. Obligaciones de dar cosas ciertas para transmitir derechos reales
Las obligaciones de dar cosas ciertas pueden clasificarse, según la función económica
jurídica en:
a) obligaciones de dar cosas ciertas para constituir derechos reales (conf. arts. 750 al
758 CCyC);
b) obligaciones de dar cosas ciertas para restituirlas a su dueño (arts. 759 al 761
CCyC);
c) obligaciones de dar cosa cierta para transferir su uso (arts. 749 y 1189 CCyC y ss.); y
d) obligaciones de dar cosa cierta para transferir la tenencia (arts. 749 y 1356 CCyC y
ss.). (110)
El art. 878 CCyC establece que el deudor debe ser propietario de la cosa que va a entregar
al acreedor, si la finalidad de la entrega es la constitución de derechos reales. Ello es una
consecuencia de lo normado en el art. 399 CCyC, que dispone que “nadie puede transmitir
a otro un derecho mejor o más extenso que el que tiene, sin perjuicio de las excepciones
legalmente dispuestas”; y es un requisito de validez del pago. Si el deudor no es el
propietario de la cosa, dicho pago es anulable, atento a que el verdadero dueño del bien se
encuentra facultado para perseguir el mismo en poder de quien se encuentre (art. 1886
CCyC), en cuyo caso el pago realizado sería un pago precario, porque el acreedor se vería
sometido a la posibilidad de que el verdadero dueño reclame la restitución del bien.
Para ello es importante conocer a partir de qué momento se adquiere el dominio de una
cosa cierta, para saber en qué momento pasamos de tener un derecho creditorio (derecho
a la cosa), para comenzar a tener un derecho real (derecho sobre la cosa).
La tradición, es decir, la entrega de la cosa, sigue siendo el sistema elegido por el CCyC
para transmitir el dominio. Así lo establece el art. 750 CCyC: “El acreedor no adquiere
ningún derecho real sobre la cosa antes de la tradición, excepto disposición legal en
contrario”. Ello es aplicable a la transmisión de cosas muebles no registrables, en las
cuales la entrega por parte del deudor de la cosa debida transmite el dominio de esta. En
cambio, si la transmisión del derecho de propiedad recae sobre inmuebles, se requiere la
concurrencia del título y del modo, es decir que la tradición (modo) debe estar
acompañada de la escritura pública (título) a fin de inscribir dicha transmisión en el
Registro de Propiedad. La mentada inscripción tiene fines declarativos, es decir, de
publicidad frente a terceros, con el objeto de difundir la transmisión de dominio efectuada
(art. 1892 CCyC).
El CCyC no invalida per se el acto si el deudor paga con un bien ajeno. Para invalidar tal
acto se requiere que el deudor entregue el bien, como si fuera propio cuando en realidad
no le pertenece, en tal situación el acto se encontraría viciado, a consecuencia del error
esencial que conlleva. Pero si el deudor entrega la cosa, haciendo saber al acreedor que la
misma no le pertenece, el CCyC considera válido dicho cumplimiento, remitiendo a la
regulación del contrato de cosa ajena.
Ahora bien, de la lectura del art. 1008 CCyC que regula el contrato de compraventa de
cosa ajena, se desprende que el deudor puede asumir diversas conductas, las cuales
inciden en el cumplimiento de la obligación. En primer lugar, el deudor puede entregar la
cosa ajena al acreedor y garantizarle a este la transmisión de la misma a su favor. En tal
supuesto el deudor se está comprometiendo a obtener del verdadero dueño la
transmisión del bien, objeto de la prestación. Si el verdadero dueño no convalida la
transmisión o no se aviene a realizar la misma, el deudor será responsable de los daños y
perjuicios ocasionados al acreedor. En segundo lugar, el deudor puede entregar la cosa
ajena pero no garantiza su transferencia, sino que promete su diligencia para que el dueño
transfiera el dominio de la cosa a nombre del acreedor. En este caso, el deudor no
promete la transferencia sino que promete hacer todo lo posible para que el dueño
transmita el dominio, en cuyo caso si el verdadero dueño no convalida el acto, el deudor
no debe los daños y perjuicios, en cuanto el acreedor aceptó la entrega de una cosa ajena a
su propio riesgo. Salvo que por culpa del deudor la transmisión del bien no se realice.
Finalmente, en el tercer supuesto el deudor entrega los bienes ajenos como propios, en
cuyo caso es responsable de los daños y perjuicios que ocasione al acreedor, derivada de
la acción de nulidad que conlleva el acto engañoso (art. 758 CCyC).
Otra forma de sanear el vicio producido con la transmisión de la cosa ajena se produce
con la consolidación del derecho de propiedad en el patrimonio del deudor. Ello puede
ocurrir, ya sea por efecto de la confusión (arts. 931 y 932 CCyC) o a través de la
transmisión mortis causa, en caso de que el deudor herede al propietario de la cosa. Si se
produce la consolidación del bien en el patrimonio del deudor, la transmisión de cosa
ajena se legitima, atento a que el deudor se convirtió en propietario de la cosa, saneando
la nulidad que afectaba la transmisión del dominio, en cuyo caso la acción de nulidad no
sería posible.
Sin embargo, si inicia la acción de daños y perjuicios contra el deudor, y este repara el
daño ocasionado al propietario de la cosa, dicha reparación inhibe la posible
reivindicación del bien que pudiera intentar el propietario contra el acreedor.
En caso de que el objeto del pago se encuentre embargado o prendado, dicho pago es
inoponible al acreedor embargante o prendario que se ve perjudicado con dicha entrega.
2. Interpretación
Los bienes que integran el patrimonio del deudor representan la garantía que poseen los
acreedores en caso de incumplimiento de la obligación. No solo garantizan la deuda los
bienes que el deudor poseía al momento de contraer la obligación, sino que los bienes
futuros que pudiera adquirir constituyen la garantía común para los acreedores (art. 743
CCyC).
Sin embargo, los acreedores pueden solicitar diversas medidas, tendientes a garantizar de
una manera más eficaz el cumplimiento del crédito. En dicha categoría se enrolan la
prenda y el embargo.
El embargo del crédito es una medida que solicita al juez el acreedor embargante para
garantizar un crédito propio y que se comunica al deudor del crédito a fin de que el
deudor del acreedor embargante no perciba la totalidad del crédito; ejemplo de ello es el
embargo del sueldo, la medida trabada por el acreedor embargante se pone en
conocimiento del empleador (tercero que es deudor del crédito) quien, ante la traba del
embargo, se encuentra impedido de entregar la totalidad del crédito-sueldo al empleado
(acreedor de crédito-sueldo).
El embargo se encuentra formalmente trabado sobre el crédito, una vez que haya sido
notificado el tercero deudor (art. 533 CPCCN); en tal situación, si el tercero (deudor del
crédito) paga la totalidad del mismo al acreedor (deudor del acreedor embargante) el
pago no será válido y es declarado inoponible frente al acreedor embargante.
1) el acreedor prendario, titular del derecho real de prenda, que recae sobre un crédito
que su deudor tiene contra un tercero;
Sin embargo, en dicha situación, el tercero notificado del embargo puede repetir el pago
indebido del acreedor del crédito, en los términos del art. 1796, inc. c, CCyC, por ser quien
percibió indebidamente la suma oblada.
Si el deudor comete fraude con el pago realizado, perjudicando a los demás acreedores,
dicho pago es inoponible a estos (art. 382 CCyC). A fin de no vulnerar los derechos que les
asisten a los acreedores, la ley les otorga un remedio legal para invalidar el pago: el
ejercicio de la acción pauliana o acción revocatoria.
2. Interpretación
El fraude a los acreedores se produce cuando la persona que paga lo hace con el fin de
insolventarse o de evadir bienes para sortear la ejecución de los acreedores. La intención
de perjudicar a los demás acreedores es la causa fin del pago realizado.
Sin embargo, no todo pago que provoque la insolvencia del deudor es considerado un
pago fraudulento. Puede suceder que el deudor haya pactado diversas obligaciones, en
virtud de lo cual debe pagar a distintos acreedores; la elección de un determinado
acreedor para efectuar el pago no conlleva necesariamente a considerar al pago realizado
como fraudulento, aunque el deudor carezca de bienes suficientes para pagar a los
restantes. Ello así, en tanto el pago realizado podía ser exigido por el acreedor y su
incumplimiento originaría la ejecución de sus bienes por parte del acreedor insatisfecho.
La buena fe es el prisma con el cual debe ser analizado el pago efectuado y, solo si el pago
que genera la insolvencia del deudor, no reviste la calidad de necesario a fin de evitar la
ejecución del mismo, y se conecta con el abuso de derecho, puede ser invalidado. (109)
Similares restricciones tiene el concursado, quien no puede realizar actos a título gratuito
o que importen alterar la situación de los acreedores por causa o título anterior a la
presentación y requiere autorización judicial para realizar actos con bienes registrables;
actos de disposición, locación de fondos de comercio; los de emisión de debentures con
garantía especial o flotante; los de emisión de obligaciones negociables con garantía
especial o flotante; los de constitución de prenda y los que excedan de la administración
ordinaria de su giro comercial (art. 16 de la ley 24.522).
El art. 338 CCyC establece que el pago hecho en fraude de los derechos de los acreedores
será declarado inoponible con relación al tercero perjudicado. Es dable señalar que para
los acreedores y terceros perjudicados por el acto, el mismo es inoponible; sin embargo
para los demás el acto es válido y eficaz, en cuyo caso el único legitimado para entablar la
acción es el acreedor perjudicado, que puede hacer valer la inoponibilidad en cualquier
momento (art. 397 CCyC). El acto declarado inoponible no produce efectos con respecto a
las personas autorizadas para impugnarlo, salvo disposición legal en contrario (art. 396
CCyC).
Ahora bien, el art. 396 CCyC introduce una excepción a la inoponibilidad del acto respecto
de los terceros damnificados y se encuentra referida al subadquirente de los derechos
obtenidos por el acto impugnado, que sea de buena fe y haya adquirido los mismos a título
oneroso (art. 340 CCyC).
Agrupa dentro de la primera categoría a los actos a título gratuito, pago anticipado de
deudas cuyo vencimiento según el título debía producirse en el día de la quiebra o con
posterioridad y la constitución de hipoteca o prenda o cualquier otra preferencia,
respecto de obligación no vencida que originariamente no tenía esa garantía. En este caso,
la declaración de ineficacia se pronuncia sin necesidad de acción o petición o expresa y sin
tramitación (art. 118 de la ley 24.522).
En el caso del concurso la ley señala la ineficacia de pleno derecho (art. 17 de la ley
24.522) de aquellos actos que realice el concursado y que se encuentran prohibidos por el
art. 16 de la normativa mencionada, como ser: actos a título gratuito o que importen
alterar la situación de los acreedores por causa o título anterior a la presentación; o actos
que fueron celebrados sin la autorización judicial correspondiente
El art. 396 CCyC introduce una excepción a la inoponibilidad del acto respecto de los
terceros damnificados cuando el subadquirente es de buena fe y haya adquirido el bien a
título oneroso (art. 340 CCyC), en cuyo caso la acción no puede dirigirse contra el
subadquirente, aunque siempre puede ejecutar al deudor por los daños y perjuicios que le
ocasione la pérdida del bien.
D) CAUSA DEL PAGO
Concepto
2.6. La causa del pago
Todo pago tiene una causa que origina dicha obligación. Si el pago no tiene causa, puede
ser objeto de la acción de repetición, justamente por no existir un deber jurídico que
origine la prestación. la causa fuente del pago es la deuda anterior que sirve de
antecedente del pago.
Naturaleza Acto debido o impuesto: porque el sujeto no es libre de obrar o no, sino
jurídica que está compelido a realizarlo.
Teorias
Acto jurídico: el pago es un acto jurídico, porque es acto voluntario lícito
que tiene como fin inmediato aniquilar derechos. Dentro de esta posición
se discute si es un acto unilateral o bilateral, los que dicen unilateral
consideran que en su formación sólo interviene la voluntad, del deudor,
los que dicen bilateral consideran que el pago debe ser aceptado por el
acreedor, en nuestra doctrina prevalece la opinión de que es unilateral.
Causa-fin: extinguir la deuda, por ello cuando se paga por error procede
la devolución.
El deudor: no sólo debe pagar, sino que tiene derecho a hacerlo, también pueden pagar
los herederos del deudor, si éste fallece, y sus representantes, si él es incapaz.
Terceros no interesados:
puede pagar pero carece
de derecho para hacerlo,
puede pagar en la
ignorancia y aún en contra
de la voluntad del deudor,
pero no puede hacerlo si el
acreedor se opone a
recibir el pago.
Relaciones del deudor con el acreedor: la relación finaliza pues el crédito se extingue y el
deudor queda liberado del acreedor
persona a cuyo favor estuviese
Personas que constituida la obligación, si hay
pueden recibir varios acreedores y la obligación
el pago El acreedor es indivisible puede recibir el pago
cualquiera, salvo que alguno
hubiese trabado embargo, en
cuyo caso ése deberá recibir el
pago, si la obligación es divisible
cada Acreedor puede cobrar en
proporción a su crédito
legales (ejemplo representante de
un incapaz)
Representantes del acreedor convencionales (ejemplo cuando
de un contrato surge que alguien
está autorizado a cobrar por el
acreedor).
propiedad de una cosa dada en pago, sus relaciones con el deudor serán juzgadas por
tendrá derecho para ser indemnizado las reglas del contrato de compraventa
como el comprador, pero no podrá hacer Si la cosa recibida por el acreedor fuese un
revivir la obligación primitiva. crédito, se juzgará por las reglas de la cesión de
derechos
Es la transformación de una obligación en Para que haya novación deben Se extingue la obligación primitiva, con todos
otra se extingue una obligación y nace una existir: sus accesorios (privilegios, garantías
nueva. hipotecarias o prendarias, etc). el acreedor
- Una obligación anterior puede haciendo reserva expresa, impedir la
Novación objetiva: cuando cambia alguno válida, que sirva de causa. extinción de los privilegios e hipotecas del
de los elementos esenciales de la antiguo crédito, que entonces pasan a la nueva
obligación, como ser el objeto o causa. - Creación de una obligación obligación.
Novación:
Es un acto jurídico bilateral por el cual las a) Que haya un acuerdo de a) Efecto declarativo: la transacción no trasmite
partes, haciéndose concesiones voluntades. derechos, sino que declara o reconoce
recíprocas, extinguen obligaciones b) Que las partes se hagan derechos, este principio tiene una limitación , si
litigiosas o dudosas Pueden ser de dos concesiones recíprocas. una de las partes transfiere el dominio de una
clases judicial y extrajudicial. c) Que sea sobre derechos cosa como suya a la otra parte, y luego esta es
litigiosos (discutidos en juicio) o vencida en juicio, se debe la indemnización por
dudosos (aquellos en que exista daños y perjuicios, o sea hay garantía de
duda acerca de su existencia, evicción.
exigencia, extensión, etc). b) Efecto extintivo: la transacción extingue los
derechos y obligaciones que las partes hubiesen
Caracteres: renunciado, este efecto extintivo es relativo a las
En algunos códigos se considera que la partes, y tiene para ellas autoridad de cosa
transacción es un contrato, nuestro C la a) Es un acto jurídico bilateral juzgada, tiene limitación ya que no alcanza a las
considera un acto jurídico bilateral b) Es un acto indivisible si es personas que no han intervenido en el acto
extintivo de obligaciones nula una de sus partes lo es aunque pudieran estar interesadas en los
toda la transacción. derechos transigidos, como ocurre con los
c) De interpretación restringida . codeudores o coacreedores.
Sólo comprende las cuestiones
que las partes han querido
transigir y no otras.
Objeto d) Es declarativa y no traslativa
de derechos.
El principio es que cabe la transacción
sobre cualquier derecho dudoso o litigioso, Forma y prueba
Transacción
Vicios de la voluntad: las transacciones La transacción sobre una cuenta litigiosa no Elementos:
hechas por error, dolo, miedo, violencia podrá ser rescindida por descubrirse que en ella La renuncia requiere que el que renuncia sea
o falsedad de documentos son nulas o hubo errores aritméticos (ejemplo error en las capaz y que el derecho a que se refiera pueda ser
pueden ser anuladas en los casos en sumas o restas) las partes sólo podrán pedir su renunciado.
que pueden serlo los contratos que rectificación.
tengan estos vicios. Capacidad:
Si es gratuita se requiere capacidad para ser
donante
Si es onerosa se requiere capacidad para
contratar
Ejecución de un título nulo: la Es el acto jurídico por el cual una persona hace
transacción es rescindible cuando se abandono o se desprende de un derecho, Objeto
realiza teniendo en vista un título nulo, dándolo por extinguido Se pueden renunciar a todos los derechos
sea que las partes hayan ignorado la establecidos en interés particular, aunque sean
nulidad del título o lo hayan supuesto eventuales o condicionales por lo general son
válido por error de hecho o de derecho . renunciables los derechos patrimoniales (reales,
intelectuales y personales), no se pueden
Falta de legitimidad: la transacción renunciar los derechos concedidos
puede ser rescindida cuando por preferentemente en mira del orden público (art.
descubrimiento de documentos 872 CC), como ser alimentos futuros, derecho a
ignorados al tiempo de hacerla, resulte herencia futura, indemnizaciones laborales por
de ellos que una de las partes no tenía accidente, etc.
ningún derecho sobre el objeto litigioso .
Forma
Sentencia firme: es nula la transacción La renuncia no está sujeta a ninguna forma
realizada sobre acciones litigiosas, exterior puede ser verbal o escrita, por instrumento
después de pasada en autoridad de público o privado, expresa o tácita. Por excepción
cosa juzgada la sentencia que decide el debe ser por instrumento público si se refiere a
pleito. derechos hereditarios o sobre cosas inmuebles y
debe ser expresa si se renuncia a la solidaridad
pasiva.
Prueba.
Interpretación: la renuncia se puede probar por
cualquier medio, incluso testigos o presunciones,
pero la renuncia no se presume, y la interpretación
de los actos que inducen a probarla debe ser
restrictiva.
Caracteres:
Es un acto jurídico unilateral, no formal, de
interpretación restrictiva
Efectos:
Se extingue el derecho sobre el que se refiere ,
con todos sus accesorios.
la renuncia puede ser retractada es la renuncia a una obligación, Forma: no está sujeta a formalidades, puede ser
mientras no haya sido aceptada a diferencia de la renuncia que expresa o tácita. Es tácita cuando el acreedor
por la persona a cuyo favor se se refiere a toda clase de entrega voluntariamente al deudor el documento
hace, pero la retractación no derechos, la remisión es más original en que constaba la deuda, si el deudor no
puede perjudicar a un tercero específica y se refiere a la alegare que la ha pagado, esta es la forma más
Remisión de deuda
que haya adquirido derechos a extinción de las obligaciones. frecuente, pero para que realmente sea una
Retractación
raíz de la renuncia . En general esta sujeta al mismo remisión se requiere que la entrega la haga el
régimen legal que la renuncia . acreedor o su representante, que la haga
voluntariamente y que se entregue el título original.
En caso que el título original se encuentre en
posesión del deudor, se presume que el acreedor
se lo ha dado voluntariamente, salvo que éste
pruebe lo contrario.
Obligaciones no compensables
cualesquiera que sean las recíprocamente);
causas de una y otra Las deudas públicas entre
deuda, la compensación *fungibilidad y homogeneidad de las particulares y el Estado ,
Compensación
extinción o si sólo es un hecho empresa y adquiero el fondo de deudor, o entre uno de los
que paraliza la posibilidad de comercio. codeudores solidarios y el acreedor,
ejercer las acciones. c) Teniendo en cuenta su alcance, la sólo extingue la obligación
confusión puede ser total (cuando correspondiente a ese deudor o
extingo toda la deuda) o parcial acreedor, y no a las partes que
(cuando extingue sólo una parte de pertenecen a los otros coacreedores
la deuda). o codeudores.
Cuando por una causa que indica la ley el curso Causas de suspensión:
de la prescripción se detiene (se suspende), pero La prescripción se suspende:
cuando dicha causa desparece, el plazo a) Por matrimonio (acciones entre los esposos art. ).
Suspensión
comienza a correr nuevamente, sumándose al b) Por la tutela y la curatela (acciones del tutor contra el
tiempo anterior, ejemplo tengo un crédito contra pupilo o del curador contra el curado art. ).
B, me designan su curador (causa de c) Por aceptar la herencia con beneficio de inventario
suspensión) cuando dejo de ser su curador el (acciones del heredero contra la sucesión art. ).
plazo vuelve a correr d) Por querella de la víctima contra el autor del hecho
ilícito (acción civil de la víctima contra el autor del hecho
ilícito art. ).
e) Por la constitución en mora del deudor (art. ).
de interrupción hay que empezar a contar de demandante no tenga capacidad legal para presentarse
nuevo en juicio art. .
b) Si se somete a juicio de árbitros, la cuestión de la
propiedad o posesión (art. ).
c) Si hay reconocimiento, expreso o tácito, del derecho
de aquel contra quien se prescribía (art. ).
Carácter relativo: la interrupción sólo aprovecha a los que están vinculados a la causa de interrupción, por ello el art. 3991 CC establece que la
interrupción de la prescripción causada por demanda judicial, no aprovecha sino al que la ha entablado y a los que de él tengan su derecho. Este
principio tienen excepciones como por ejemplo si hay coacreedores o codeudores solidarios, los efectos de la interrupción se transmiten entre
ellos (art. 3994 CC), lo mismo ocurre si la obligación es indivisible (art. ).
Plazos de prescripción liberatoria:
a) Plazo ordinario: es de 10 años, se aplicará siempre salvo que la ley establezca un plazo especial (art.), este plazo de 10 años es el más largo
para prescripción liberatoria, los plazos de 20 mencionados en los art. se refieren en prescripción adquisitiva.
b) Plazos especiales: hay plazos establecidos de 5, de 4, de 2 y de 1 años e incluso de sólo meses, ejemplo de 5 años, el importe de alquileres;
de 4 años la acción del heredero para pedir la reducción de la porción signada a uno de los partícipes (art. 4028 CC); de 2 años la acción de
nulidad del acto jurídico (por error, dolo, violencia, intimidación, incapacidad art. 4030 y 4031 CC); de 1 años la acción pauliana (art. 4033 CC); de
6 meses la acción derivada de la avulsión (art. 4039 CC); de 3 meses la acción rehidibitoria /art. 4041 CC9 y de 2 meses los casos de los art.
1647 bis, 4042 y 4043 CC.
Otros medios extintivos:
Obtención de la finalidad: son casos en que el acreedor obtiene su finalidad a pesar de que no hay
estrictamente un cumplimiento del acreedor.
Por la estructura de la relación jurídica: son casos mencionados por :
a) Cumplimiento de la condición resolutoria: al cumplirse la condición resolutoria la obligación se
extingue, pero hay algo más que una extinción, porque tiene efectos retroactivos y la obligación se
tiene como no realizada, como si nunca hubiese existido, prueba de ello es que se debe devolver
todo lo recibido en razón de la obligación resuelta (
b) Vencimiento del plazo resolutorio: el hecho de que al llegar el término el deudor no esté ya
obligado, no deriva de que la obligación se extinga en ese momento, sino de que entonces culminan
sus efectos.
Por vía refleja: son casos en que se produce la extinción de un contrato, y de reflejo se extinguen
las obligaciones contenidas en él, ello ocurre con la rescisión, la revocación y la resolución.
Causas particulares a ciertas obligaciones: la muerte, en ciertos casos produce la extinción de las
obligaciones; la incapacidad sobreviniente, en algunos supuestos se la asimila a la muerte y
extingue los contratos y las obligaciones, por último, el abandono, si bien es controvertido que sea
un modo de extinción, lo cierto es que en varios supuestos del Código, el abandono produce la
extinción de derecho y obligaciones.
Conclusión del procedimiento concursal: cuando el patrimonio del deudor es insuficiente para
cumplir con todas sus obligaciones (estado de cesación de pago) se abre el régimen concursal
durante el cual el deudor será desapoderado de su patrimonio, se liquidarán sus bienes, y se pagará
a los acreedores, cobrando primero los privilegiados y luego, a prorrata, los quirografarios. Los
saldos impagos ya no serán exigibles, pero subsisten como obligaciones naturales.
a) Acuerdo preventivo: el proceso concursal tiene dos etapas, el concurso preventivo y la quiebra.
Durante el concurso preventivo el deudor, puede, con el fin de prevenir o evitar la quiebra y
conservar su empresa, proponerle a sus acreedores un “acuerdo preventivo”, ejemplo hacer
quitas, plazos más largos, etc; si los acreedores aceptan y el juez homologa el acuerdo evita la
declaración de quiebra.
Efectos: “en todos los casos, el acuerdo homologado importa la novación de todas las obligaciones
con origen o causa anterior al concurso. Esta novación no causa la extinción de las obligaciones del
fiador ni de los codeudores solidarios”.
Avenimiento: el deudor puede solicitar la conclusión de su quiebra, cuando consientan en ello todos
los acreedores verificados, expresándolo mediante escrito cuyas firmas deben ser autenticadas por
notario o ratificadas ante el secretario. La petición puede ser formulada en cualquier momento,
después de la verificación, y hasta que se realice la última enajenación de los bienes del activo,
exceptuados los créditos (art. 255, ley de Concursos). El avenimiento es un modo de conclusión de
la quiebra y consiste en un acuerdo del fallido con todos los acreedores verificados (privilegiados y
quirografarios).
Efectos: el avenimiento hace cesar todos los efectos patrimoniales de la quiebra. No obstante,
mantienen su validez los actos cumplidos hasta entonces por el síndico o los coadministradores. La
falta de cumplimiento de los acuerdos que el deudor haya realizado para obtener las conformidades,
no autoriza a la reapertura del concurso, sin perjuicio de que el interesado pueda requerir la
formación de uno nuevo.
EJECUCIÓN ESPECIFICA
MODOS DE HACERLA EFECTIVA. Compulsión personal. Multas.
Al estudiar los 'Efectos de la Obligaciones' hemos visto que el efecto principal y normal de la
obligación es el cumplimiento específico, es decir, que se de, haga o abstenga exactamente lo que
se ha prometido.
También vimos, que el cumplimiento en especie podía ser: voluntario (cuando el deudor cumple
espontáneamente lo prometido), forzado (cuando el acreedor debe recurrir a los medios legales) o
por otro (cuando cumple un tercero a costa del deudor). Nos ocuparemos ahora de estos dos
últimos.
Previamente, aclaremos que los modos de lograr la ejecución específica son: la compulsión
persona) y las multas civiles.
La compulsión personal.- Según las épocas, los sistemas empleados fueron:
a) la prisión por deudas: sistema ya abandonado por la legislación y que consistía en someter a
prisión a quien no pagaba sus deudas.
b) "contempt of court": sistema del derecho anglosajón, por el cual cuando un juez ordena al deudor
que cumpla, si éste no lo hace se considera que hay desobediencia a la Corte y se le aplica una
sanción disciplinaria. Este instituto guarda similitud con las "astreintes".
Las multas civiles: son sanciones pecuniarias impuestas a quien contraviene el orden social
establecido; ellas pueden ser legales (dispuestas por la ley), convencionales (ej.: la clausula penal) o
judiciales (dispuestas durante el proceso).
EJECUCIÓN FORZADA.
Concepto. Limitaciones. - Cuando el deudor no cumple en especie, el acreedor puede recurrir a los
"medios legales" para que se le procure aquello que se le ha prometido (conf. art. 505 inc. 1). Es
decir, puede recurrir a la vía judicial para forzar al deudor a cumplir.
Los medios legales son las acciones judiciales que ejercitará el acreedor para forzar a! deudor a fin
de que de, haga, o no haga, exactamente lo que prometió, (ejs.: presentar demanda; pedir
embargos, secuestros, desalojos, aplicación de multas, astreintes, etc). Y en este cumplimiento
forzado, el acreedor puede lograr -por disposición judicial- hasta la ayuda de la fuerza pública (ej.:
en un desalojo).
El cumplimiento forzado puede tener lugar en cualquier obligación sea de dar, de hacer o de no
hacer:
* obligaciones de dar.- Para que el cumplimiento forzado en especie proceda se requieren tres
requisitos en la cosa: 1) que ella exista; 2) que esté en el patrimonio del deudor; 3) que éste tenga la
posesión de ella. Así, no será posible el cumplimiento forzado si la cosa ya no existe porque se
destruyó, o si ella ya no está en el patrimonio del deudor porque la vendió. En estos supues-
tos, sólo queda al acreedor la indemnización. * obligaciones de hacer y de no hacer.- En estas
obligaciones existe un límite, no se puede ejercer violencia sobre la persona del deudor para lograr
el cumplimiento forzado en especie.
Así, no sería posible emplear violencia o recurrir al auxilio policial para obligar a un pintor a realizar
un cuadro. El fundamento de la prohibición es el respeto a la dignidad humana.
En los demás casos de obligaciones de hacer o de no hacer, si no es necesario usar la violencia
sobre el deudor, éste puede ser forzado a cumplir.
Cabe aclarar, que el límite mencionado no rige para las obligaciones de dar, pues en éstas es
aceptable que se use la fuerza para obligar al deudor a entregar lo que debe. Ej.: desalojo del
inquilino por la fuerza pública.
LAS ASTREINTES. Concepto. Antecedentes. Régimen legal.
Son condenas pecuniarias fijadas por el juez a razón de tanto por cada día de retardo en el
cumplimiento de la condena. Puede ser por día o por otros períodos: semana, quincena, mes,
bimestre, etc.
Ej.: el juez dispone que el deudor deberá pagar 10 pesos por
cada día de retardo en cumplir lo que se le ordenó.
CARACTERES DE LA ASTREINTE.
1) Es provisional.- Pues el juez puede dejarla sin efecto o reajustarla, si el deudor desiste de su
resistencia y justifica -total o parcialmente su conducta.
2) es discrecional.- Pues el juez puede imponerla o no, dejarla sin efecto o reajustarla 3) es
conminatoria.- Pues en la astreinte no se busca reparar daños, sino simplemente conminar al deudor
a que cumpla.
4) es pecuniaria.- Pues sólo se fijan en dinero, estableciéndose un tanto por cada día (u otro
período) de retardo.
5) es ejecutable.-En el sentido de que el acreedor puede liquidar la deuda por astreintes y ejecutarla
sobre los bienes del deudor.
6) procede a pedido del acreedor.- No se puede pronunciar de oficio y sólo procede a pedido del
acreedor, que es a quien beneficia su importe (en otras legislaciones el importe de las astreintes es
destinado a entidades de bien público).
7) no es acumulable.- A pesar de que la astreinte y la indemnización responden a derechos y
finalidades diferentes, no es posible acumularlas y cobrar por ambas. El acreedor cobra una u otra.