Guia Ensayo Iii
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1. Al corregir las pruebas de galera de un libro mío me sorprendía al advertir la grafía “sicológico”, donde yo había
puesto “psicológico”. Porque aún cuando una editorial se haya jurado una determinada política lingüística, no puede
imponérsela a los escritores, que generalmente tiene sus propias ideas sobre el idioma. No ya la dirección de una editorial
sino tampoco la propia Real Academia de Madrid tiene derecho a hacerlo, pues el fin de cuentas las normas de ese cuerpo
son la consagración de las modalidades impuestas por el pueblo y los escritores.
2. ¿Qué argumentos se pueden oponer a la grafía psi? No, por supuesto, la fonética, ya que la gente culta
generalmente la pronuncia así. Y en el caso de que no se la pronunciase, tampoco es un argumento, porque si
fuéramos a caer en la locura de escribir las palabras tal como se pronuncian tendríamos que poner payasadas como
silógico, asaña y rebolución, al menos en Buenos Aires.
3. Por lo demás, que en ningún idioma hay correspondencia entre el lenguaje hablado y el escrito, puesto que el escrito
esta fijado por los textos y aquél va cambiando en el espacio y en el tiempo. En alguna parte y en alguna época se
pronunciaba o pronuncia “bosque”, pero hoy aquí en Buenos Aires decimos “bosque”; del mismo modo, supongo, que
en algún tiempo en Francia se decía “mesme” para luego derivar hacia “mejme”, y luego a “mehme”, para terminar
escribiéndose “meme” donde el acento circunflejo indica que allí hubo alguna vez una perecedera ese. Si el lenguaje
escrito fuese alterado cada vez que el pueblo y las costumbres fonéticas cambian, sería cosa de no acabar, y una forma más
demencial de dividir el territorio lingüístico en parcelas liliputienses: ya que habría que usar una forma para Buenos Aires,
con sus “bojques” y “yubias”, y otra para Santiago del Estero, con sus “bosques” y “iubias”. Pero qué digo, había que
establecer una lengua para el Barrio Norte de Buenos Aires y otra para La Boca.
4. Todo idioma se aleja de lo escrito. Y algunos, como el inglés, que allí donde escriben Londres pronuncian
Constantinopla. Esos investigadores que andan con grabadores han contado no menos de veinte formas de pronunciar la
letra o, entre las cuales la más sorprendente es la que figura en la palabra women.
5. La lengua oral es tan voluble que a veces hasta imita a la escrita, lo que ya es el colmo de vuelta. Así, antes del
Renacimiento se escribía y se pronunciaba “oscuro”; pero los eruditos de la época, por escrúpulo etimológico, apuntalaron
la palabra con una b. Podría haberse mantenido muda, como corresponde a una momia o un fósil. Pero las enérgicas
educadoras lograron que los chicos pronunciaran finalmente “obscuro”. Lo que, por supuesto, y si se dejan de lado los golpes,
nada tiene de dramático; hay que tomarlo ahora como una costumbre más y no hacer tanto escándalo. De modo que si
a un escritor se le da la real gana de escribirlo sin b, hay que respetarlo. Y si no se lo respeta, hay que protestar. Que es
exactamente lo que le pasó a Unamuno cuando un pedante corrector le puso en una de sus pruebas: “¡Ojo! ¡Obscuro!,
corrigiendo lo que había escrito don Miguel. A lo que, tachando enérgicamente la insolencia, contestó, también el
margen: “¡Oreja! ¡Oscuro!”
Reemplace la palabra subrayada por el teléfono más adecuado, dependiendo del contexto, aunque se produzcan diferencias en la
concordancia de género.
A) Notar A) Publicación
B) Leer B) Aporte
C) Mirar C) Resultado
D) Verificar D) Ratificación
E) Constatar E) Manifestación
A) Insignificante A) Fantásticas
B) Efímera B) Inaccesibles
C) Delicada C) Pequeñísimas
D) Eterna D) Incomprensibles
E) Pequeña E) Lejanas
A) Versátil A) Educadores
B) Adaptable B) Estudiosos
C) Expresivas C) Afamados
D) Sorprendente D) Sabihondos
E) Cambiante E) Lingüistas
A) Rigurosas A) Presumido
B) Inquebrantables B) Inútil
C) Eficaces C) Escrupuloso
D) Animosas D) Insolente
E) Duras E) Necio