Moniciones DOMUND
Moniciones DOMUND
Moniciones DOMUND
MONICIÓN DE ENTRADA: Buenos días. Hoy nos hemos reunido para dar gracias a Dios por
el don de la fe y juntos celebrar el Domingo Mundial de las Misiones, encaminado a
orientarnos sobre la urgencia de la misión. Nos disponemos a celebrar esta Eucaristía,
cantando con alegría. De pie, por favor.
PRIMERA LECTURA: El profeta Isaías anuncia el deseo de los pueblos de caminar hacia una
sola dirección: la luz del Señor, proclamando sus alabanzas; un deseo que sigue siendo actual
en la Iglesia, la nueva Jerusalén, que refleja a la Luz verdadera: Jesucristo muerto y
resucitado, a pesar del ambiente tan diferente y desafiante. Escuchemos con atención.
SEGUNDA LECTURA: San Pablo explica cómo solamente en Jesús encontraremos la salvación
y el conocimiento de la verdad, dos cosas que se funden en un solo deseo que Dios tiene para
toda la humanidad, por la cual debemos orar. La Iglesia tiene como misión hacer presente
este designio de Dios a pesar de sus límites y fallas, con sus anhelos y esperanzas.
Escuchemos.
EVANGELIO: Escuchemos atentos cómo el mandato misionero encargado por Jesús a sus
apóstoles refleja la confianza que Dios pone en el hombre para que colabore en la Historia
de Salvación, que se irá consolidando cada vez más en la actividad misionera de la Iglesia,
siempre bajo la protección y compañía de su Fundador.
OFERTORIO: Junto con los dones de pan y vino, ofrezcamos también al Señor con un corazón
generoso y agradecido por el don de la fe, los esfuerzos de todos los hombres dispersos por
el mundo para hacer presente la misericordia de Dios hasta los confines de la tierra, por medio
de símbolos. También con la colecta hoy, cooperemos en la labor evangelizadora de la Iglesia
Universal, confiando en Dios Providente que ama a quien da con alegría y nos regresa el
ciento por uno.
Corazón: Reconocemos el corazón como el lugar que alberga los sentimientos, pero
también el núcleo del amor de Dios, Uno y Trino, que es misericordioso y nos conduce hacia
el Reino de Dios. Con espíritu misionero y corazón fraterno saludamos a África, perdida
entre el verdor de sus bosques y selvas.
Mundo: Reconocemos al mundo como la creación que Dios nos ha regalado y el
lugar en el que realizamos nuestra tarea como Iglesia Misionera de prolongar hasta los
últimos confines de la tierra el amor que Dios nos tiene. También encontramos en América
el continente de la esperanza enrojecido por la sangre que derramaron los mártires al
ofrendar su vida durante la evangelización.
Huellas: Queremos reconocer que siempre en el camino, las únicas huellas que nos
conducirán a la realización del Reino de Dios son las huellas de Jesús, caminando juntos
como hermanos y siguiendo como ovejas los pasos del Buen Pastor. Presentamos también
al Señor el continente europeo, que guarda la blanca figura del Romano Pontífice, sucesor
de San Pedro.
Paloma: Confesamos nuestra fe en Dios que, bajo la acción del Espíritu Santo, nos
impulsa a anunciar valientemente el Evangelio por sendas de justicia y de paz. Tengamos
presente a Oceanía y a sus archipiélagos azules acariciados por las brisas marinas.
Morral: La sencillez es representada por el morral, puesto que no debemos llevar
nuestras preocupaciones ni problemas a la misión, por no dejarnos llevar de la mejor manera
la Buena Nueva de Jesús. Finalmente, presentamos también al Señor al continente asiático,
que se identifica con el color amarillo predominante en las razas que lo pueblan.
COMUNIÓN: Nos acercamos a recibir el cuerpo y Sangre del Señor para ser fortalecidos en
nuestra vida de fe y reavivar nuestro compromiso en la tarea evangelizadora del mundo.