ANSIEDAD
ANSIEDAD
ANSIEDAD
2. Trastorno de pánico
En el trastorno de pánico, una persona sufre ataques de pánico los cuales son
breves, de intenso miedo y terror, acompañado frecuentemente de síntomas como
temblores, agitación, confusión, mareos, desmayos, náuseas y dificultad para
respirar. Un ataque de pánico es pues aquella crisis donde la persona siente
elevados niveles de angustia y ansiedad con intensos pensamientos aterradores de
que algo grave puede ocurrir.
En los ataques de pánico, el miedo o malestar se presenta repentinamente, y con
altos niveles en menos de diez minutos, puede durar varias horas y puede
producirse por el estrés o incluso el ejercicio. La causa específica no siempre es
evidente. Además de los ataques de pánico inesperados que se repiten, un
diagnóstico de trastorno de pánico requiere que dichos ataques de angustia tengan
consecuencias crónicas, ya sea preocupación por las consecuencias de los
episodios de angustia, el miedo persistente de posibles ataques futuros, o el miedo
a sufrir cambios significativos en el comportamiento relacionados con los ataques.
Con frecuencia, el afectado, ante cambios normales de los latidos del corazón, los
percibe como amenazantes, lo que lleva a pensar que algo anda mal con su corazón
o que está a punto de tener otro ataque de pánico. Normalmente va asociado un
temor anticipatorio a volver a sufrir otro ataque de pánico (ansiedad anticipatoria o
“miedo al miedo”). En algunos casos, se produce una sensación de estar súper
alerta de las funciones fisiológicas del cuerpo (hipervigilancia) durante el ataque de
pánico, en donde cualquier cambio percibido fisiológicamente se interpreta como
una posible enfermedad potencialmente mortal (es decir, extrema hipocondría).
¿Cuáles son los síntomas que muestra una persona cuando sufre
un ataque de pánico?
Estos son:
Miedo
Desconcierto
Mareo
Dolor en pecho
Hormigueos en el cuerpo
Confusión
Taquicardia
Temblores
Sensaciones de asfixia
Los ataques de pánico no se pueden predecir pues no hay hora, ni fecha, ni lugar
en que puedan ocurrir, dando como resultado una modificación en la vida social,
laboral y familiar de la persona que lo sufre dado que es espontáneo y
repentino. Muchas personas solo con el recordar algún ataque que han tenido en
el pasado pueden sugestionarse hasta el punto de desarrollar otro ataque ansioso.
Otras viven día a día con una excesiva preocupación por sufrir algún ataque en
cualquier momento, trayendo esto a su vida un sufrimiento psicológico y emocional
permanente. Y también hay personas que, afortunadamente, no les dan una
excesiva importancia a estos episodios y llevan una vida plenamente normal.
3. Trastorno Obsesivo-Compulsivo
A veces, todos chequeamos las cosas dos veces, por ejemplo, chequeamos la
estufa antes de irnos de la casa para asegurarnos de que esté apagada. Pero las
personas que sufren del TOC sienten la necesidad de chequear las cosas una y otra
vez o tienen ciertos pensamientos o realizan rutinas y rituales una y otra vez. Los
pensamientos y rituales del TOC causan angustia e interfieren con la vida diaria.
Estos pensamientos repetidos e inquietantes del TOC se llaman obsesiones. Con
el fin de intentar controlar estas obsesiones, las personas con TOC repiten rituales
o comportamientos, llamados compulsiones. Quienes tienen TOC no pueden
controlar dichos pensamientos y rituales.
Ejemplos de obsesiones son el miedo a contaminarse con gérmenes, a ser heridos
o herir a otros, y pensamientos inquietantes religiosos o sexuales. Ejemplos de
compulsiones son contar o limpiar cosas repetidamente, lavarse el cuerpo o partes
de éste repetidas veces u ordenar las cosas de un modo en particular cuando estas
acciones no son necesarias, y verificar todo una y otra vez.
Las personas con TOC tienen estos pensamientos y llevan a cabo estos rituales
por lo menos una hora la mayoría de los días y a menudo por más tiempo. La razón
por la que el TOC interfiere con sus vidas es que ellos no pueden detener estos
pensamientos o rituales con solo quererlo, de tal modo que, por ejemplo, en
ocasiones faltan a la escuela, el trabajo, o reuniones con amigos.
7. Fobia específica
La fobia consiste en un miedo exagerado o irreal a un objeto, situación o actividad
determinados. Se tiene una reacción exagerada ante algo que en realidad no
significa peligro o que la probabilidad de estar en peligro es considerablemente
baja. Una fobia específica se caracteriza por un fuerte miedo irracional a un
estímulo, por ejemplo, una situación, un objeto, un lugar o un insecto. La persona
que sufre un trastorno fóbico hace todo lo posible por evitar ese estímulo que le
provoca ansiedad, y esta conducta de evitar ciertas situaciones puede llegar a
interferir en el funcionamiento normal de su vida diaria.
Las fobias pueden abarcar un gran número de situaciones y objetos, aunque las
más comunes son: el miedo a los animales (como serpientes) e insectos (como
tarántulas), miedo a volar o miedo a los lugares estrechos o a las alturas. Las fobias
específicas son muchas y algunas de ellas muy extrañas. Algunas fobias son
conocidas y otras no tanto, como la coulrofobia o miedo a los payasos, la filofobia o
miedo a enamorarse, la amaxofobia o miedo a manejar. Las categorías de fobias
son: animal, entorno natural, sangre/heridas/inyecciones, de situaciones, u otras. Y
deben estar presentes como mínimo durante 6 meses. En los casos más graves,
la persona puede pasar mucho tiempo preocupándose por la fobia y llega a tener
problemas en su día a día por evitarla. Pero, es importante hacer notar que quien
quiere superar una fobia debe exponerse a ella y no evitarla, porque al evitarla se
hace más fuerte.
Las fobias no son únicamente miedo extremo, son miedos sin razón y atacan a una
de cada 10 personas, no se sabe cómo se inician, pero se sabe que son hereditarias
y se manifiestan más en las mujeres. Aproximadamente el 20% de las personas que
sufren de este trastorno de ansiedad se les desaparece sólo con el tiempo, pero hay
quienes sufren de fobias extremas que requieren de ayuda profesional. Es muy
común que el tener que enfrentar alguna fobia específica provoque un ataque de
pánico.
LA TIMIDEZ
¿Qué es la timidez?
La timidez significa sentirse un poco asustado cuando tienes gente alrededor. Casi
todo el mundo siente timidez de vez en cuando. Si eres el nuevo de la clase o si tu
tía abuela Betty desea darte un gran abrazo, quizás te sientas asustado.
Nadie se pasa el día sentado y decide: "Bueno, creo que hoy voy a ser tímido".
Simplemente, sucede. Te puede coger por sorpresa. Puede que te sientas bien
practicando tus pases de fútbol, pero te pones nervioso cuando el entrenador se
acerca para darte algunos consejos.
Pero ser tímido no es necesariamente algo malo. No pasa nada si tardas un poco
en sentirte cómodo con personas y situaciones nuevas. De hecho, puede ser útil ser
algo tímido. Cuando eres tímido, quizá pases más tiempo observando la escena
antes de entrar en ella. Y no es probable que hables con desconocidos, ¡algo que
no debes hacer de todos modos!
Algunos niños hacen amigos en cualquier parte, mientras otros necesitan su tiempo
para coger confianza o permanecen alejados.
Algunos padres ven la timidez como una fase que se termina pasando a medida
que el niño crece, pero para otros la timidez es persistente una vez llegado a la
adultez.
La timidez, como hemos mencionado, puede deberse a pocas oportunidades de
interacción con otros o experiencias de humillación, y favorece ser víctima de abuso
y acoso escolar.
Bases de la autoestima
Como habrás podido comprobar, la autoestima también tiene sus bases y resulta
fundamental conocerlas en profundidad para poder mejorarlas y reforzarlas: Estas
bases son las siguientes:
Universo social y material que te rodea: el contacto con otras personas es
una de las fuentes más importantes que tenemos para poder crear nuestra
propia visión del mundo. La relación que tienes con cada una de las
personas de tu entorno (amigos, familia, pareja) va a ser la responsable de
desarrollar tu idea de cómo crees que eres.
Creencias negativas: es muy complicado cambiar las creencias y pilares que
hemos ido asumiendo a lo largo de la vida, pero esto no quiere decir que sea
imposible. Por lo general, las personas somos muy reacias a los cambios,
mucho menos a aquellos que afecten a creencias muy arraigadas de las que
nos hemos ido autoconvenciendo con el paso de los años. Por ejemplo, si
en tu interior siempre has creído que eres una persona fea o que no sirves
para hacer cierta actividad, a día de hoy será muy difícil que cambies esos
pensamientos y comiences a valorarte como realmente mereces. Por eso,
para subir y fortalecer la autoestima, es fundamental tratar el problema de
raíz, es decir, desde tus convicciones más internas.
La teoría que has elaborado sobre ti mismo: todos y cada uno de los
calificativos con los que nos definimos a nosotros mismos
(independientemente de que estos sean buenos o malos) forman una teoría
sobre quién creemos que somos. Cuando estos calificativos son en su mayor
parte negativos, inevitablemente y tarde o temprano tendremos una
autoestima baja. Empezar a definirnos con palabras más bonitas y reales
nos ayudará a comenzar a querernos un poquito más a nosotras mismas.
Autoestima alta
También llamada autoestima positiva, es el nivel deseable para que una persona
logre sentirse satisfecha en la vida, sea consciente de su valía y de sus capacidades
y pueda enfrentarse a los inconvenientes de forma resolutiva.
Autoestima media
Esta autoestima media o relativa supone cierta inestabilidad en la percepción de
una misma. Si bien en algunos momentos la persona con autoestima media se
siente capaz y valiosa, esa percepción puede cambiar al lado opuesto, a sentirse
totalmente inútil debido a factores variados, pero especialmente a la opinión de los
demás.
Autoestima baja
Ineptitud, incapacidad, inseguridad y fracaso son los términos que acompañan a
una persona con autoestima baja. Se trata de un estado de autoestima
que debemos evitar en nuestro camino hacia la felicidad.
Algunos autores hablan de cuatro tipos de autoestima en lugar de tres.
La cuarta recibe la denominación de ‘autoestima inflada’ y es aquella que tienen las
personas que se creen mejores que el resto, que son incapaces de escuchar a los
demás y mucho menos de aceptar o reconocer un error (no tienen capacidad de
autocrítica). Su autoestima se encuentra tan sumamente abultada y exagerada que
se creen con el derecho de menospreciar a los que están alrededor. Este tipo de
autoestima genera conductas muy negativas y hostiles.
Lo ideal es mantener la autoestima alta (sin llegar a una autoestima inflada, claro) y
para ello hay que tener muy claro que la autoestima se puede mejorar, aumentar y
que no solo se puede, sino que además se debe. Porque los problemas de
autoestima no afectan solo al desarrollo personal.
Los problemas de autoestima se observan en todos los ámbitos de la vida, desde
las relaciones sociales, hasta la vida sentimental, pasando por el ámbito laboral.
Una autoestima baja puede llevarnos a un menor rendimiento en el trabajo, a una
inseguridad personal que genere trastornos emocionales o a mantener relaciones
de pareja dependientes y autodestructivas. Para evitarlo, practicaremos con la
autoestima hasta que logremos llevarla a los niveles adecuados.
Insomnio
Entre los trastornos más comunes encontramos el insomnio, que afecta a un 25%
de la población. Puede deberse a ciertos trastornos de fondo como la depresión o
la ansiedad. El insomnio se define como la incapacidad para conciliar el sueño y
permanecer dormido toda la noche. Cada persona necesita ciertas horas para
sentirse descansado, aunque lo normal es entre 7 y 9 horas.
Las personas con insomnio suelen sentirse somnolientas durante todo el día
perjudicando esto a su vida diaria, y por la noche les volverá a costar quedarse
dormidos a pesar del cansancio. Dentro del insomnio; el llamado efecto de “piernas
inquietas” consiste en un hormigueo en las piernas que obliga al paciente a
moverlas. Se produce por la noche y dificulta el sueño.
La hipersomnia
Se entiende por hipersomnia el trastorno del sueño caracterizado por la presencia
de somnolencia excesiva a pesar de haber mantenido un período de sueño previo
de al menos siete horas de duración. Se trata de una disomnia, un tipo de alteración
del sueño que afecta en el horario, cantidad y calidad del sueño.
En la hipersomnia el sujeto en cuestión se mantiene somnoliento gran parte del
día y suele costarle despertarse tras un período de sueño normativo o que incluso
puede llegar a durar nueve o más horas, pudiendo este sueño no serle reparador y
no permitirle un descanso real. Puede implicar caerse de sueño de modo similar a
la narcolepsia. Así, alguien con hipersomnia puede tanto dormir durante grandes
períodos de tiempo como presentar sueño durante el día.
Para considerar la existencia de este trastorno los episodios de somnolencia deben
darse como mínimo tres veces a la semana (si bien puede ocurrir prácticamente
cada día) durante al menos un mes. La hipersomnia suele comportar una gran
disfuncionalidad para quien lo padece, disminuyendo sus capacidades y
rendimiento tanto a nivel laboral como personal y social. De hecho, la persona
puede llegar a dormirse en situaciones de alto riesgo, como cuando van al volante
de un vehículo.
Al margen de la falta de energía, este trastorno puede causar alteraciones de tipo
emocional como problemas de ansiedad e irritabilidad, desmotivación y apatía.
También suelen tener problemas de memoria y un cierto enlentecimiento mental y
físico. A nivel orgánico puede generar cambios y debilitamiento del sistema inmune.
Narcolepsia
Esta enfermedad neurológica se debe a una anomalía cerebral que altera los
mecanismos neurales del sueño; Consiste en episodios de sueño repentinos en
horas de vigilia, pudiendo quedarse dormidas durante 2-5 minutos en cualquier lugar
y despertándose sintiéndose despejadas. Puede ocurrir conduciendo, hablando o
paseando simplemente. Estas personas carecen del sueño de ondas lentas y pasan
directamente a la fase REM. La narcolepsia se puede dar también en perros.
Dentro de esta enfermedad encontramos algunas variantes como son la cataplejía:
Es una parálisis total que ocurre durante la vigilia. La persona sufre debilidad
muscular y puede quedar totalmente paralizada y caer al suelo. Lo que ocurre es
que el fenómeno del sueño REM se produce en un momento inapropiado. La
persona está consciente durante estas crisis.
Alucinaciones hipnagógicas: Ensueños vividos que ocurren antes de que la persona
se duerma. Son sueños mientras se está despierto.
Parálisis del sueño: Suele darse justo antes del sueño o al despertar por la mañana,
pero en un momento en el que no representa peligro para la persona.
El sonambulismo
En los niños suele ser por fatiga, falta de sueño o ansiedad; en los adultos puede
deberse a trastornos mentales, alcohol entre otras. Estas personas se pueden
levantar y pasear con normalidad, realizar acciones… estos episodios suelen ser
muy breves y si no se les despierta volverán a irse a dormir, pero pueden quedarse
durmiendo en cualquier lugar diferente.
Dentro del sonambulismo se encuentra el trastorno de ingesta asociado al sueño;
La persona come mientras está dormida. Para prevenirlo suelen guardar la comida
bajo llave.
Terrores nocturnos
Los terrores nocturnos son más comunes en los niños de entre 3 y 7 años. El niño
puede estar sudando o respirando agitadamente, en estado de shock y muy
desorientado.
En definitiva, se necesita de un sueño reparador para estar al 100% en nuestro día
a día. Es por ello que, en el caso de que sufras algunos de los síntomas descritos,
consulta con tu médico y él podrá diagnosticarte adecuadamente y tomar medidas
si es necesario. Muchos de estos trastornos tienen tratamientos altamente efectivos.
Causas
Nadie sabe exactamente qué causa el RLS. Puede deberse a un problema con la
forma como las células del cerebro utilizan la dopamina. La dopamina es un químico
cerebral que ayuda con el movimiento muscular.
El RLS puede estar relacionado con otras afecciones. Este puede ocurrir con mayor
frecuencia en personas con:
Enfermedad renal crónica
Diabetes
Deficiencia de hierro, de magnesio o de ácido fólico
Mal de Parkinson
Neuropatía periférica
Embarazo
Esclerosis múltiple
También puede ocurrir en personas que:
Usen ciertos medicamentos como bloqueadores de los canales del calcio, litio o
neurolépticos
Están suspendiendo el uso de sedantes
Consumen cafeína
Trastornos de Alimentación
Los trastornos de alimentación más comunes son la anorexia nerviosa y la bulimia
nerviosa (con frecuencia se las denomina simplemente "anorexia" y "bulimia"). Pero
cada vez se identifican con más frecuencia otros trastornos relacionados con los
alimentos, como el trastorno restrictivo o selectivo, el trastorno por atracones, los
trastornos de la imagen corporal y las fobias a los alimentos.
Anorexia
Las personas con anorexia tienen un miedo real a subir de peso y una visión
distorsionada de la forma y el tamaño de su cuerpo. Como resultado de esto, comen
muy poco y llegan a tener un peso corporal peligrosamente bajo. Muchos
adolescentes con anorexia restringen su ingesta de alimentos haciendo dieta, ayuno
o ejercicio físico excesivo. Prácticamente no comen o comen la menor cantidad
posible de alimentos y esa pequeña cantidad de alimentos que comen se transforma
en una obsesión en términos de la cantidad de caloría.
Otras personas con anorexia tal vez comiencen a tener atracones y purgas: comen
una gran cantidad de alimentos y después tratan de eliminar las calorías
provocándose vómitos, utilizando algún tipo de medicamento o laxantes, o haciendo
una cantidad excesiva de ejercicio físico. También pueden combinar algunas de
estas prácticas.
Bulimia
La bulimia es similar a la anorexia. Cuando una persona tiene bulimia, come en
exceso (atracón) y después trata de compensar este exceso con decisiones
extremas, como provocarse vómitos o hacer ejercicio todo el tiempo, para evitar
subir de peso. Con el paso del tiempo, estas medidas pueden resultar peligrosas,
tanto física como emocionalmente. También pueden llevar a comportamientos
compulsivos (que son difíciles de detener).
Para tener bulimia, una persona debe tener atracones y purgas de manera regular,
al menos una vez a la semana durante un par de meses. Los atracones son
diferentes a ir a una fiesta y "comer toneladas" de pizza y, al día siguiente, decidir ir
al gimnasio y comer de manera más saludable.
Las personas con bulimia comen una gran cantidad de alimentos (con frecuencia
comida chatarra) todos juntos y, en general, lo hacen a escondidas. A veces, comen
alimentos que no están cocidos o que aún están congelados, o toman alimentos de
la basura. Suelen sentir que no pueden dejar de comer y solo logran detenerse
cuando están demasiado llenos como para seguir comiendo o si recurren a medidas
extremas (como ponerle sal a un postre para que resulte imposible comerlo). La
mayoría de las personas con bulimia después se purgan vomitando, pero también
pueden usar laxantes o hacer ejercicio físico de manera excesiva.
Si bien la anorexia y la bulimia son muy similares, las personas con anorexia suelen
ser delgadas y tener bajo peso, pero quienes padecen bulimia pueden tener el peso
promedio o sobrepeso.
El nombre de este trastorno es nuevo (en inglés se lo conoce por la sigla ARFID) y
algunas personas creen que simplemente significa que la persona es "quisquillosa",
pero también puede deberse a una cantidad de otros problemas alimenticios. Las
personas con trastorno de alimentación restrictivo o selectivo no tienen ni bulimia ni
anorexia, pero aún así la alimentación es un problema y, como resultado, no comen
lo suficiente como para mantener un peso saludable.
Los adolescentes con anorexia o bulimia suelen tener miedo a ser gordos o piensan
que son gordos cuando, en realidad, no lo son. Quienes padecen anorexia tal vez
pesen la comida antes de ingerirla o cuente las calorías de todo de forma
compulsiva. Las personas a quienes esto les parece "normal" o "divertido" o que
desean que los demás las dejen en paz para que simplemente puedan hacer dieta
y estar delgadas podrían tener un problema grave.
Pero existen algunas señales a las que se debe estar atento y que pueden indicar
que una persona tiene anorexia o bulimia.
Una persona cuyo peso es, por lo menos, un 15 % menor que el peso promedio
correspondiente a su altura, seguramente no cuente con la grasa corporal suficiente
para mantener sus órganos y otras partes del cuerpo sanos. En casos extremos, los
trastornos de la alimentación pueden desembocar en una desnutrición severa y
hasta provocar la muerte.
1. Fobias específicas
Los tipos de fobias que pertenecen a la categoría de fobias específicas tienen en
común que aquello que genera miedo es una situación, objeto o ser concreto. Es
decir, algo que puede ser identificado y separado fácilmente del resto. Además, el
manual DSM IV distingue entre cinco subtipos de fobias específicas: las
relacionadas con la sangre y las inyecciones, las fobias desencadenadas por
animales, las relacionadas con entornos naturales, las fobias de situación y la
categoría "otras fobias específicas".
1.1. Fobia a los animales, o zoofobia
Aquí entraría todas esas fobias relacionadas con los seres vivos con peor imagen,
como las arañas o las serpientes, pero técnicamente puede encuadrarse en esta
categoría cualquier a de esos tipos de fobias cuyo estímulo desencadenante sea un
animal, se trate de un colibrí, un mapache, un cangrejo o cualquiera de las
posibilidades que nos brinda la evolución.
Tres tipos de fobias específicas de esta categoría que merecen una mención de
honor por lo comunes que resultan son la ofidiofobia, la aracnofobia y la cinofobia,
fobia a las serpientes, fobia a las arañas y fobia a los perros, respectivamente.
Puede que en ciertos casos resulte de utilidad tener un cierto respeto a estos
animales por su capacidad de hacernos daño, pero desde luego las arañas y los
perros son lo suficientemente numerosos como para hacer que tenerles demasiado
miedo pueda ser muy contraproducente.
Uno de los tipos de fobias más extraños, ya que en este caso el estímulo fóbico es
la lluvia en sí, un elemento que difícilmente supone un riesgo real más allá de las
inundaciones.
2. Fobia social
Una categoría de tipos de fobias distinta a la que hemos visto hasta ahora es la
que hace referencia a la interacción social. Las fobias sociales pueden ser muy
variadas, aparecer solo en ciertos contextos y no en otros y fundamentarse en
diferentes motivos, como el miedo a las agresiones que se pueden desencadenar o
el miedo a la marginación.
Uno de los síntomas frecuentes entre las personas que sufren fobia social es
la eritrofobia, que se el miedo a ruborizarse. Puedes profundizar en las causas,
síntomas y tratamientos para la fobia social leyendo este artículo.
sintomatología
Antes, durante, o después de confrontar la situación temida, la persona que sufre
una Fobia puede presentar alguno de los siguientes síntomas:
Malestares gastrointestinales
Asco, náuseas y deseo o miedo a vomitar
Tensión muscular generalizada
Palpitaciones
Temblores o sacudidas
Transpiración excesiva
Mareos
Visión borrosa
Palidez
Inquietud y elevada ansiedad
Fuertes deseos de escapar o evitar
Sensación de descontrol
Temor a quedarse paralizado
Tratamiento
El tratamiento que ha demostrado mayor eficacia para ayudar a las personas a
superar una fobia específica, es el conocido como Terapia Cognitiva
Comportamental (TCC). La exposición es la intervención más poderosa y efectiva
para superar una fobia específica. El componente cognitivo se focaliza en identificar,
desafiar y modificar las cogniciones erróneas que condicionan la aparición de
ansiedad y temor ante una situación u objeto.
EL CONTROL DE ESFÍNTERES
La adquisición del control de esfínteres depende de varios factores individuales,
diferentes en cada niño. La retención nocturna de la orina se adquiera más tarde,
ya que el pequeño necesita ciertas habilidades evolutivas para despertarse por la
noche al sentir que su vejiga está llena. Conviene no perder de vista que el control
de la orina requiere una serie de habilidades que se adquieren de forma secuencial,
como la conciencia de la necesidad de hacer pis, el inicio voluntario de la micción,
la inhibición de la micción y su retraso, y la inhibición de la micción automática
durante el sueño.
La evolución del control del esfínter anal se produce de la misma forma que el
control de la micción; quizá la única diferencia sea que se consigue un poco antes.
Conviene tener presente que cada niño es diferente en la adquisición de
habilidades. El único dato importante que nos puede servir de referencia es que el
control de esfínteres suele empezar a aprenderse en torno a los dos años y la
mayoría de los niños controlan perfectamente sus esfínteres hacia los cuatro años
y medio (control diurno y nocturno).
Decidir el momento en que el pequeño tiene que abandonar el pañal y pasar a usar
el retrete es una cuestión que tiende a provocar un alto grado de angustia en la
mayoría de los padres. Que no cunda el pánico: en situaciones normales todos los
niños acaban aprendiendo. Algunos lo hacen antes que otros, como también los hay
que gatean y andan antes o se muestran más dispuestos a recoger sus juguetes.
Sólo unos padres con una actitud severa u ofensiva, que abusen del castigo,
pueden amenazar la autoestima del niño, que se verá medido y valorado en función
de si logra usar el inodoro o no. Estas formas de actuar son ineficaces para cualquier
aprendizaje. Tenemos que olvidarnos de decir frases como: "Eres un gorrino" o "no
verás la tele en un mes si vuelves a hacerte pis".
SEÑALES QUE DA EL NIÑO
Si los siguientes puntos se cumplen, se puede empezar la educación del control de
ambos esfínteres: le disgusta estar mojado y avisa o busca al adulto para que le
cambie el pañal; incluso llega a expresar o señalar de algún modo que tiene ganas
de orinar o defecar; Le molesta el uso del pañal y a veces intenta quitárselo;
interrumpe la actividad que está haciendo y se para o se retira mientras hace pis o
defeca en su pañal; sabe desvestirse -sobre todo bajarse el pantalón y la ropa
interior- y colabora en la tarea de vestirse; protesta porque quiere hacer cosas por
sí mismo; va rápidamente al baño, sentarse sin perder el equilibrio en el orinal y
levantarse sin ayuda; permanece varias horas seco; las deposiciones diarias
disminuyen a una o dos como mucho.
Todas estas premisas son necesarias para iniciar el control de esfínteres. Si no se
dan, habrá que esperar con paciencia hasta que ocurran y aparezcan indicadores
de un mayor control. Como ya se ha mencionado, cada niño evoluciona a un ritmo
distinto.
LAS SEÑALES SE PUEDEN PROVOCAR
También podemos estimular la aparición de las señales con determinadas acciones:
Enseñar al niño las distintas partes del cuerpo y hacer hincapié en las que tienen
que ver con la eliminación de excrementos: que sepa por dónde salen las heces y
la orina. Conviene permitirle acompañarnos al baño: aumentará su eficacia si
acompaña al progenitor del mismo sexo. Hay que aprovechar la hora del baño y
pedirle que diga el nombre de cada parte del cuerpo mientras se enjabona; Repetirle
términos relacionados con el retrete y fomentar el conocimiento del vocabulario; no
importa que lo llamemos váter, pipí o popó, mientras el niño sepa de qué estamos
hablando; Si no parece entender órdenes sencillas, tenemos que enseñarle los
nombres de los objetos asociados al baño -papel higiénico, orinal, cepillo de dientes,
peine, toalla, gel- antes de intentar la educación del uso del váter; discriminar e
identificar la sensación de que limpio equivale a agradable y sucio a desagradable
pasa por dejarle notar lo incómodo del pañal mojado. "Mamá, tengo pis" o "papá,
tengo caca" son frases con las que los niños comienzan a dar pistas sobre el control
que van adquiriendo. Si vuestro hijo es de los que lo pide antes haberle retirado el
pañal, le acompañaremos al retrete. ¡No desaprovecheis la oportunidad que os
brinda!
Algunos niños desarrollan miedos relacionados con el retrete y es importante que
los superen antes de comenzar el control de esfínteres. No podemos pretender que
el pequeño se mantenga sentado y relajado en un sitio por el que piensa que se va
a colar o del que cree que puede salir un monstruo. En estos casos hay que empezar
por el orinal, facilitarle que tire de la cadena sin obligarle a que lo haga, que observe
el pañal sucio y lo tire a la basura, etcétera. Los padres pueden dejar que el niño
practique sentándose en el orinal y en la taza del retrete durante breves periodos
de tiempo, incluso que asocie la visita al cuarto de baño con actividades placenteras,
como leer un cuento. En principio se hará sólo para que se familiarice con esos
objetos -no para que les dé uso- y compruebe que no se cae dentro o desaparece.
Esto evitará miedos posteriores.
LA ACTITUD DE LOS PADRES
En algunas ocasiones el pequeño puede estar preparado, pero los padres no. Este
proceso puede resultar estresante y conviene que los progenitores evalúen
previamente cómo van a afrontarlo, porque el éxito tiene mucho que ver con la
actitud de los padres. Lo más acertado es respetar las normas que resumimos a
continuación:
- Tener paciencia: el niño está iniciando un aprendizaje complejo que requiere la
coordinación de muchas capacidades.
- Ante los fracasos, la respuesta de los padres será lo más neutra posible, sin
enfados. Suele ser suficiente con una frase del tipo: "Ve a la habitación, coge ropa
seca y cámbiate”. Por el contrario, procuraremos reforzar cualquier logro
relacionado con el control de esfínteres.
- Abandonemos las regañinas, los reproches y las comparaciones con otros niños.
APRENDER A CONTROLAR LOS ESFÍNTERES
El método que presentamos requiere tiempo para alcanzar los objetivos y un poco
de preparación. Para empezar a ponerlo en práctica conviene esperar al fin de
semana, un puente o unas vacaciones. Una vez evaluados los criterios o señales
que nos indican que podemos empezar a enseñarle a despedirse del pañal y usar
el retrete, elegimos el día para comenzar. El día señalado conviene que no sea muy
complicada en casa y no coincida con situaciones que puedan estresar al niño. Si
ambos padres trabajan, lo dejaremos para el sábado, por ser un día libre de
obligaciones laborales para la familia. Le decimos al pequeño que ese día tendrá
una sorpresa, porque aprenderá a utilizar el váter como la gente mayor.
Material: Necesitamos un orinal cómodo, que se asiente bien en el suelo. El niño/a
ayudará a escogerlo o decorarlo. Puede personalizarlo con una pegatina que lo
identifique como algo suyo. Tiene que saber cómo subirse y bajarse la ropa; un
pantalón o falda con elástico, sin botones, le facilitará la tarea. Conviene que las
prendas interiores sean grandes para que pueda ponérselas y quitárselas con
facilidad. Durante ese día buscaremos un sitio para el orinal en el baño y
permitiremos al niño que juegue con él para que se familiarice con el nuevo objeto;
puede valerse de un muñeco, sentarlo y jugar con él.
Comienzo: La primera vez le animaremos a que se siente en el orinal, aplaudiendo
su equilibrio y el hecho de que sea capaz de bajarse y subirse la ropa. Si notamos
cierta resistencia, le podemos permitir que se siente vestido y permanezca un
tiempo, y le adelantamos que, a partir del día siguiente, empezará a usarlo a ratos
para aprender. Estas sentaditas no pasarán de tres minutos: no tienen por objetivo
que orine o defeque, sólo que se familiarice con la situación para evitar miedos
posteriores. Para llevarlas a cabo no se debe obligar al pequeño a abandonar
actividades en las que esté concentrado. Si es conveniente procurar que los
intervalos sean regulares.
Estemos atentos: si observamos que el niño suele hacer deposiciones a una
determinada hora, si han pasado un par de horas o tres desde la última micción, si
acaba de levantarse de la siesta, si por la mañana amanece seco, aumentarán las
posibilidades de que se produzca un vaciado en el orinal. No debemos
obsesionarnos con preguntarle cada poco tiempo si quiere ir al baño, ni dedicar más
de 10 a 15minutos en total al día a que esté sentado. iY tenemos que contar con
que habrá accidentes!
Para practicar con el orinal le pedimos al niño que vaya hasta donde está el orinal,
que se baje los pantalones y se siente durante unos minutos; mientras tanto puede
charlar con nosotros, tener con él a su muñeco favorito u hojear un cuento.
No hay que alargar el momento; no se trata de un juego, simplemente debe asociar
el hecho de ir al váter con algo sencillo y agradable. De este modo evitaremos
miedos o ansiedades que dificulten el control de esfínteres. Pasados esos minutos,
pedimos al pequeño que mire el orinal para que vea si está lleno o vacío y aprenda
a establecer la diferencia. En caso de que el orinal esté lleno le diremos lo bien que
lo ha hecho; en caso de que esté vacío le indicaremos que se suba la ropa y
elogiaremos que sea capaz de hacerlo, añadiendo que puede utilizar el orinal
cuando tenga ganas de orinar o defecar. Mantendremos los pañales de la noche y
la siesta hasta que aparezcan secos durante un periodo de tiempo prudencial -al
menos 15 días seguidos- y las eliminaciones en el orinal o el retrete sean la tónica
predominante durante el día. Una vez que se tome esta decisión, no habrá vuelta
atrás: se mantendrá al niño sin pañales, con independencia del número de
accidentes que se produzcan.
Comentarios negativos
En caso de que el pequeño haga comentarios negativos respecto al uso del retrete
o quiera volver a utilizar los pañales, contestaremos que no, que ya hemos hablado
de eso, y nos retiraremos de la situación para evitar que insista.
Accidentes: Cuando el niño tenga un accidente -y tendrá unos cuantos-, no le
daremos importancia. Simplemente le cambiamos de ropa y le decimos que no se
preocupe, que tendrá otras oportunidades de utilizar el orinal. Eso sí, pidámosle que
vaya hasta el orinal desde el lugar donde estaba cuando tuvo el accidente y que
demuestre cómo se baja los pantalones y se sienta rápidamente.
Los refuerzos: En algún momento del proceso de aprendizaje, el niño conseguirá
evacuar dentro el orinal. Es nuestro objetivo, así que se lo señalaremos e incluso le
daremos un premio material por su logro, pero sólo esa primera vez. A partir de ese
momento, aunque el refuerzo debe hacerse siempre que el pequeño haga sus
necesidades en el orinal, hay que limitarse a decir una frase acompañada de algún
guiño cariñoso que reconozca los logros obtenidos: "Qué bien, has ido al baño tú
solo”
Es importante continuar elogiando sus progresos, pero cada vez con menos
frecuencia. Tan importante como aplicar el método es la adquisición de
responsabilidades. Está comprobado que, si el niño se encarga de desvestirse,
poner la ropa sucia para lavar, asearse y ponerse prendas limpias, mejora
ostensiblemente el proceso de aprendizaje.
¿Qué es el TDAH?
En algún momento, todos los niños tienen dificultad para prestar atención, escuchar,
sentarse quietos o esperar su turno. Pero los niños con TDAH tienen problemas con
estas cosas casi todo el tiempo.
Los niños con TDAH no se comportan de esta manera a propósito. El TDAH es un
trastorno médico que afecta la atención y el autocontrol. Debido al TDAH, les cuesta
más mantenerse concentrados. El TDAH también puede hacer que los niños sean
más inquietos que otros niños de su edad.
A los niños con TDAH tal vez les cueste mucho controlar su comportamiento y se
metan en problemas más a menudo. Esto puede hacer que les resulte difícil hacer
cosas como prestar atención en la clase o llevarse bien con otros.
TDAH significa trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Este es el
término médico para las dificultades con la atención y el autocontrol que pueden
hacer que los niños sean inquietos y se muevan mucho.
¿Cuáles son los síntomas del TDAH?
Es posible que los niños con TDAH:
tengan dificultad para escuchar y prestar atención
necesiten muchos recordatorios para hacer las cosas
se distraigan fácilmente
parezcan distraídos
sean desorganizados y pierdan las cosas
no se sienten tranquilos ni esperen su turno o no sean pacientes
hagan la tarea escolar u otras tareas a las apuradas o cometan errores por
descuido
interrumpan mucho y hablen o griten en la clase, cuando no deberían
hacerlo
hagan cosas que no debieran, incluso aunque sepan que no es correcto
se sientan inquietos, ansiosos, frustrados y aburridos
Si un niño presenta muchos de estos síntomas y estos problemas aparecen la
mayor parte del tiempo, es posible que tenga TDAH.
¿Cómo determinan los médicos si un niño tiene TDAH?
Si los padres creen que es posible que su hijo tenga TDAH, pueden hablar con el
médico. No existen análisis de laboratorio o de sangre para el TDAH. Pero los
médicos están capacitados para saber qué síntomas buscar.
Si tus padres te llevan a que te revisen para comprobar si tienes TDAH, el médico
te hará preguntas sobre lo que está ocurriendo en tu vida y en la escuela. El médico
te hará preguntas como si tienes problemas para hacer la tarea, sentarte quieto,
calmarte o escuchar y desde hace cuánto tiempo te ocurre.
El médico se asegurará de que la causa no sea otro problema de salud o
aprendizaje. Probablemente, el médico les pedirá a tus padres y maestros que
completen listas de verificación.
Existen cosas que los niños con TDAH pueden hacer para ayudarse a sí mismos.
Por ejemplo, las siguientes:
Comer alimentos saludables.
Dormir lo suficiente.
Mantenerse activos todos los días.
Practicar ejercicios de conciencia plena (mindfulness) y de respiración.
¿Cuáles son las causas del TDAH?
El TDAH es provocado por diferencias en la capacidad del cerebro para prestar
atención, tranquilizarse y ser pacientes. No está claro qué es lo que provoca estas
diferencias en el cerebro, pero los médicos saben que el TDAH está en los genes de
una persona. La mayoría de los niños con TDAH tienen un padre o un pariente con
TDAH.
El TDAH no se debe a la ingesta de demasiado azúcar. Y no es algo que un niño
haga a propósito.
Causas
con frecuencia las causas del autismo son desconocidas; aunque en
muchos casos se sospecha que se debe a cambios o mutaciones en
los genes, no todos los genes involucrados en el desarrollo de esta
enfermedad han sido identificados. Las investigaciones científicas han
relacionado la aparición del autismo en el niño con las siguientes
causas:
Agentes genéticos como causa del autismo: se ha demostrado que en el
trastorno autista existe una importante base genética. En estudios clínicos
desarrollados con mellizos, se ha observado que cuando se detecta el
trastorno en uno de los hermanos, existe un alto porcentaje (en torno a un
90%) de probabilidades de que el otro hermano también lo desarrolle. Si el
estudio se ha llevado a cabo en el ámbito familiar, las estadísticas muestran
que existe un 5% de probabilidades de aparición en el neonato en el caso de
que tenga un hermano con el trastorno, que es una probabilidad bastante
superior a la que tendría en el caso de que no existieran antecedentes
documentados en su familia. Estos datos indican claramente una carga
genética ligada al trastorno autista. Las investigaciones tienen por objeto
determinar los genes involucrados en la aparición del trastorno, y ya han
establecido la relación directa entre la inhibición del gen de la neuroligina NL1
y el desarrollo de autismo, aunque se sabe que hay más genes
implicados. De hecho, se establece que deben estar presentes hasta 15-20
alteraciones genéticas a la vez para que se exprese de manera completa el
autismo. Algunas teorías, incluso, tratan de relacionarlo con el síndrome del
X frágil.
Agentes neurológicos como causa del autismo: se han constatado
alteraciones neurológicas, principalmente en las áreas que coordinan el
aprendizaje y la conducta, en aquellos pacientes diagnosticados de
trastornos del espectro autista. Particularmente, la epilepsia está relacionada
con el autismo, pues un tipo concreto, el síndrome de West, desarrolla
autismo hasta en una quinta parte de los casos y viceversa.
Agentes bioquímicos como causa del autismo: se han podido determinar alteraciones en
los niveles de ciertos neurotransmisores, principalmente serotonina y triptófano.
Agentes infecciosos y ambientales como causa del autismo: determinadas infecciones o
exposición a ciertas sustancias durante el embarazo pueden provocar malformaciones y
alteraciones del desarrollo neuronal del feto que, en el momento del nacimiento, pueden
manifestarse con diversas alteraciones como, por ejemplo, trastornos del espectro autista.
Otras posibles causas del autismo: se han estipulado otras razones, como las
complicaciones obstétricas durante el parto, el abuso de drogas como la cocaína por parte
de la mujer embarazada, o el uso de medicamentos antiepilépticos, aunque su base
científica no está absolutamente demostrada.
Tipos de autismo
Autismo infantil o síndrome de Kanner: es una afectación en mayor o
menor grado de las tres esferas principales del autismo (interacción social,
lenguaje verbal y corporal, y restricción de comportamientos con acciones
muy repetitivas e inmotivadas).
Síndrome de Asperger: forma bastante leve de autismo en la cual los
pacientes no son capaces de interpretar los estados emocionales ajenos
(carecen de empatía). Estas personas son incapaces de relacionar la
información facilitada por el entorno y el lenguaje corporal de las personas
acerca de los estados cognitivos y emocionales de estas. Mantienen un
desarrollo normal tanto del lenguaje como de su situación intelectual.
Ejemplos de síndrome
Síndrome de serotonina
Se producen varios síntomas en respuesta al exceso de serotonina en el sistema
nervioso central o periférico. Los síntomas incluyen efectos cognitivos, autonómicos
y somáticos. La serotonina es un producto químico sintetizado en el cuerpo que
permita que las células cerebrales y las células nerviosas se comuniquen entre sí.
Demasiado puede causar una actividad excesiva de las células nerviosas. La causa
pueden ser medicamentos como los antidepresivos, que afectan el nivel del cuerpo
de la serotonina.
Síndrome de Barlow
Condición en la que los folíolos de la válvula mitral se abultan hacia la aurícula
izquierda del corazón, cuando la válvula tiene que cerrarse con la contracción
ventricular. Debido al cierre incompleto de la válvula, la sangre puede gotear de
nuevo al ventrículo izquierdo. Se causa por la degeneración de los tejidos de los
folíolos de la válvula mitral.
Síndrome de Down
El síndrome es causado por la presencia de toda o parte de la copia adicional del
cromosoma 21. Típicamente presenta con características faciales características,
discapacidad intelectual moderada, con un índice de inteligencia limitada durante la
adultez.
Síndrome de Marfan
Es un desorden genético del tejido conectivo, que implica defectos de las válvulas
cardíacas y de la aorta. La enfermedad también afecta los ojos, los pulmones, el
saco dural que rodea la médula espinal, el esqueleto y el paladar duro.
Síndrome de Munchausen
Es un trastorno psiquiátrico en el que la persona finge una enfermedad para llamar
la atención o causar simpatía. La causa es una alteración psicológica debido al
abuso o negligencia en niños con enfermedades frecuentes que requieren síntomas
de la hospitalización: los síntomas confusos y dramáticos incoherentes de la historia
médica que llegan a ser más severos o cambian mientras que el tratamiento
comienza. Las recaídas de los síntomas después del tratamiento, las recidivas son
predecibles y consistentes con ciertos eventos que hacen que la persona se sienta
descuidada.
Tratamiento
El síndrome de alimentación nocturna tiende a producir un aumento de peso. Hasta
el 28% de quienes se someten a cirugía de bypass gástrico sufren este síndrome.10
De hecho, aunque los afectados no siempre tienen sobrepeso, una de cada cuatro
personas con un sobrepeso de 45 kg o más sufren el síndrome.16 El desorden se
acompaña de lo que los afectados describen como un deseo incontrolable de comer,
una adicción, y es a menudo tratado con medicamentos.
La administración de antidepresivos en algunos casos ha resultado ser de ayuda
para controlar este síndrome, entre ellos la Sertralina.
El síndrome de alimentación nocturna, según un nuevo estudio, podría deberse a
una respuesta anormal al estrés.
"Las personas que comen durante la noche presentan un patrón diferente de
liberación de hormonas como respuesta al estrés que las que comen normalmente”.
"Si uno está estresado las 24 horas del día, no habrá una reacción a la inducción
del estrés" Grethe S. Birketvedt, de la Universidad de Troms, en Noruega. Reuters
Health
La terapia para aumentar la elevación natural de la melatonina nocturna, reducir la
respuesta del cuerpo al estrés suprarrenal y elevar leptina o mejorar los niveles de
sensibilidad a la leptina son opciones que pueden ayudar a estos pacientes a
superar la enfermedad. Otra de las claves puede implicar la disponibilidad de
triptófano, un aminoácido importante, en el cuerpo. Más del 70% de la noche de
comer para combatir la ansiedad que participan atracones de hidratos de carbono.
Estos alimentos se cree que aumentan la cantidad de triptófano disponible para la
conversión de serotonina, el neurotransmisor calmante en el cerebro que promueve
una sensación general de bienestar y, a su vez, se convierte en melatonina.
Medidas coadyuvantes. Cierre la puerta de la cocina con llave para que, en caso de
querer pasar, se tenga que despertar y entrar en estado de conciencia. Ponga un
candado de esos para niños (en tiendas de guaguas) en el refrigerador para lograr
lo mismo. Deje un vaso de leche cultivada light o jugo de soja sin azúcar en su
velador para beberlo y saciar la sed, pero también las ganas de algo dulce (pese a
que no tiene azúcar) y acostumbrarse a ello porque reemplaza el asalto a la cocina
y no provoca caries dentales.
Cuando cene, mastique bien, coma caliente, y no rechace el arroz o papas o fideos
La avena logra saciedad de larguísimo plazo. Puede agregarla a la fruta o a la jalea
o simplemente comerla como plato único de noche con leche, y ayudará a su sangre
a estar estable y a no querer buscar carbohidratos. Es muy importante no dejar
pasar el cepillado por la noche ya que es cuando el proceso carigénico aumenta en
mayor porcentaje, por lo cual recomendamos cepillado después de consumir estos
alimentos sobre todo si es comida chatarra. Recordar cepillado después de cada
alimento y el uso de hilo dental 3 veces por semana después del cepillado nocturno,
en caso de uso de enjuague bucal que sea sin alcohol.
La incidencia y frecuencia publicada es muy variable, aceptándose que entre 1 de cada 10.000 niños
y 1 de cada 30.000 niñas (en función de las poblaciones) nace con esta compleja alteración
genética.2 Considerada una enfermedad rara, parte de su complejidad se basa en el amplio rango
de manifestaciones clínicas y en su variable grado de severidad.
SÍNDROME DE TOURETTE
El síndrome de Tourette, también llamado trastorno de Tourette, síndrome de Gilles
de la Tourette, o simplemente Tourette, es un trastorno neuropsiquiátrico heredado
con inicio en la infancia, caracterizado por múltiples tics físicos (motores) y vocales
(fónicos). Estos tics característicamente aumentan y disminuyen; se pueden
suprimir temporalmente, y son precedidos por un impulso premonitorio. El síndrome
de Tourette se define como parte de un espectro de trastornos por tics, que incluye
tics transitorios y crónicos.
El síndrome de Tourette se consideraba un raro y extraño síndrome, a menudo
asociado con la exclamación de palabras obscenas o comentarios socialmente
inapropiados y despectivos (coprolalia), pero este síntoma está sólo presente en
una pequeña minoría de afectados. El síndrome de Tourette ya no es considerado
una enfermedad rara, pero no siempre es correctamente diagnosticado porque la
mayoría de los casos son leves y la severidad de los tics disminuyen en la mayoría
de los niños a su paso por la adolescencia. Entre 0,4% y el 3,8% de los niños de 5
a 18 años pueden tener el síndrome de Tourette; la prevalencia de tics transitorios
y crónicos en niños en edad escolar es alta, y los tics más comunes son parpadeo
de ojos, toser, carraspear, olfatear y movimientos faciales. Un Tourette grave en la
edad adulta es una rareza, y el síndrome de Tourette no afecta negativamente a la
inteligencia o la esperanza de vida.
Por lo general, los síntomas del síndrome de Tourette se manifiestan en el individuo
antes de los 18 años de edad. Puede afectar a personas de cualquier grupo étnico
y de cualquier sexo, aunque los varones lo sufren unas 3 ó 4 veces más que las
mujeres.
Síntomas
El síndrome de Tourette se desarrolla durante las dos primeras décadas de la vida,
y dentro de la misma familia puede haber mucha variabilidad en la expresión de la
enfermedad.
Generalmente, la primera manifestación del trastorno es un tic facial, y es típico que
cada paciente tenga un repertorio limitado de tics, por lo que siempre repite los
mismos.
Con el tiempo, los pacientes presentan múltiples tics motores que son muy
variables, tanto en su expresión, como en la duración. Abarcan desde el parpadeo
o las muecas faciales, a emitir sonidos guturales, carraspeos y aspiración de aire
sonora y repetitiva, pataleos, contracciones del vientre o del tórax, sacudidas y
torsiones del cuello y encogimiento de los hombros…
A las sensaciones desagradables que pueden sentir estos enfermos en algunas
zonas del cuerpo, como picor, cosquilleo, presión… se les ha denominado tics
sensitivos.
Los tics verbales incluyen ecolalia (repetir lo que oyen) y coprolalia (uso involuntario
de palabras obscenas). También escupen o presentan copromimia (hacer gestos
insultantes).
La intensidad y frecuencia de los tics puede empeorar o mejorar a lo largo del día,
y varía con el tiempo, pero normalmente la enfermedad suele mejorar tras la
adolescencia, que es la peor época (principalmente por los trastornos de conducta);
así, la frecuencia de tics graves y coprolalia suele reducirse al llegar a la edad adulta.
Los pacientes con síndrome de Tourette tienen una inteligencia normal, pero
pueden tener dificultades de aprendizaje durante la infancia a consecuencia de los
tics, o por los trastornos asociados a esta enfermedad, como el trastorno obsesivo-
compulsivo o el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). También
pueden presentar alteraciones de conducta (agresividad, aislamiento social) y de
los patrones de sueño, problemas para controlar sus
impulsos, depresión y ansiedad.
En ocasiones, los afectados por el síndrome pueden inhibir los tics durante periodos
de tiempo, pero al final estos reaparecen de forma involuntaria y, normalmente, con
mayor intensidad, por lo que es importante que las personas de su entorno
comprendan su problema y se comporten con normalidad cuando se presentan los
tics. Algunos pacientes tienen síntomas muy leves, que no precisan tratamiento. En
algunos casos los tics desaparecen por completo con el tiempo, pero la mayoría
presenta recaídas.
Tratamiento
Los tics propios del síndrome de Tourette en principio no requieren tratamiento; solo
si son muy intensos, o tienen otras repercusiones como dolor o problemas de
adaptación escolar o social. En estos casos se pueden emplear fármacos
neurolépticos para disminuir la intensidad y frecuencia de los tics, aunque no los
hacen desaparecer por completo.
La terapia psicológica es útil para tratar los trastornos asociados al síndrome de
Tourette, como la ansiedad y el estrés, los problemas de aprendizaje y de conducta,
y las consecuencias del impacto de la enfermedad sobre las relaciones sociales y
afectivas del paciente y su familia.
Complejos
En psicología, los complejos se refieren al conjunto de sentimientos inconscientes,
adquiridos por experiencias vividas en la infancia y que influyen sobre la
personalidad.
La palabra complejo fue aplicada por primera vez a la psicología por Carl G. Jung y
popularizada por la discusión del psicoanálisis freudiano, constituye moneda
corriente en el tráfico del idioma.
Junto a los complejos de conocimiento más difundido, existen otros que poseen la
particularidad de llevar el nombre de personajes históricos, figuras mitológicas o
protagonistas de obras literarias o bíblicas (Münchhausen, Cenicienta, Agripina,
Edipo, Bovary, Caín, etc.)
Complejo de Adonis
La dismorfia muscular, también conocida como vigorexia, anorexia invertida o
Complejo de Adonis, es un tipo de trastorno dismórfico corporal, en el que los
individuos que lo experimentan presentan una preocupación patológica por
conseguir un cuerpo musculado.
Complejo de Agar y Sara
Este complejo lo sufren los varones que tienden, de forma inconsciente o no, a
clasificar a las mujeres en dos grupos: el grupo de las mujeres buenas, puras e
intocables a semejanza de la madre, y a las malas, aptas para la satisfacción sexual,
pero indignas de recibir el amor de un hombre. El nombre fue anotado por Freud y
bautizado por la psicoanalista francesa Maryse Choisy, aludiendo a un episodio de
la Biblia en la que Sara, la mujer de Abraham, le pide que tenga un hijo con Agar,
su esclava egipcia, ya que ella cree que no puede darle descendencia. Agar tiene
un hijo al que llamará Ismael, pero más adelante Sara también concibe un hijo, al
que llamará Isaac. Entonces Abraham expulsa a Agar y su hijo Ismael de la tribu.
Complejo de Agripina
Tiene el mismo significado que el complejo de Edipo, con la diferencia que en la
leyenda del rey de Tebas, éste desconocía que estaba cometiendo incesto.
Agripina, en cambio, si intentó abiertamente seducir a su hijo Nerón.
Complejo de Alejandro
El Complejo de Alejandro es un resentimiento del hijo hacia el padre, ya que el padre
no deja "avanzar" al hijo hacia sus logros profesionales.
Este complejo viene de Alejandro Magno que en una ocasión cuando su padre,
Filipo de Macedonia, vino a celebrar sus triunfos bélicos él exclamó: "Mi padre no
me deja ya nada por conquistar".
Como anécdota comentar que Federico el Grande sufría este complejo, y según sus
biografías, hay marcado un antes y un después del momento en que recibió la
corona. Ya que antes de recibirla sufria ataques neuróticos y después no.
Complejo de Antígona
Según la mitología griega, Antígona, hija de Edipo y Yocasta, dedicó toda su vida al
cuidado de sus progenitores. El complejo describe una fijación excesiva en la figura
de la madre e incapacidad para aceptar las leyes de la vida y del amor.
Complejo de Aquiles
Complejo de Aristóteles
Aristóteles, fue un eminente filósofo griego del s. IV a.C., fue discípulo de Platón y
tutor de Alejandro Magno. Sus escritos enciclopédicos sentaron los cimientos de
todas las ciencias y ramas de la filosofía.
Aristóteles siempre tuvo una visión distinta a la de Platón, sobre la teoría de la
naturaleza humana, y en más de una ocasión, Aristóteles tuvo discusiones con su
maestro, ya que intentó imponerle su teoría, o sea, hacerle creer que la teoría
correcta era la suya. De ahí que a la muerte de Platón abandonara Atenas. Se fue
a Assos, porque no estaba de acuerdo con las doctrinas fundamentales de la
escuela platónica, y allí, comenzó una crítica hacia el platonismo.
El complejo de Aristóteles, es intentar imponer tu propia teoría sobre cualquier cosa
a alguien que por el momento es mejor que tú, y no estar conforme con sus
enseñanzas, o sea, creerse mejor que él y tener obsesión por superarle.
Complejo de Brummel
Explica el hecho que una excesiva elegancia en el vestir compensa en el fondo un
fuerte sentimiento de inferioridad. El nombre recuerda a Jorge Brummer (1778-1840
), dandy famoso de la Corte de Inglaterra, que actuó como un verdadero dictador de
la moda de su tiempo.
Complejo de Brunilda
Tendencia de las jóvenes a querer ver en su novio un superhombre o un héroe,
sobrevaloración que después del matrimonio se cambia en una desvalorización
absoluta. En el caso, el hombre sigue siendo el mismo, cambia sólo la actitud de la
mujer. En la leyenda germánica la walkiria Brunilda sólo se muestra dispuesta a
casarse con un varón capaz de vencerla en toda clase de ejercicios físicos.
Mediante un engaño Sigfrido logra vencerla y conquistarla. Brunilda descubre el
engaño y exige la muerte del ofensor.
Complejo de Caín
La figura bíblica de Caín se invoca para caracterizar la peculiar psicología del
primogénito, un niño celoso del hijo segundo a quien considera como un "intruso" y
un rival. Al de Caín se opone el complejo de Abel. El psicólogo francés Charles
Badouin, el primero en usar el término escribe: "El niño al que le cabe en suerte un
hermanito o una hermanita, reacciona primero, muy generalmente, con unos celos
desmedidos y de carácter completamente animal, que subsisten luego, latentes y
más o menos bien reprimidos. La hostilidad del menor frente al mayor aparece como
una réplica natural a dicha hostilidad".
El niño piensa que su madre prefiere al bebé porque es más pequeño, por eso se
comporta como un bebé. Esta actitud normalmente durará poco tiempo, ya que el
niño querrá volver a ser grande para disfrutar de las ventajas de ser mayor. Los
padres deben ser conscientes de que él también tiene necesidades de amor y
caricias.
Complejo de Casandra
Basado en el mito de Casandra y la metáfora de las profecías, se acuñó el complejo
Casandra, que se aplica en personas que suelen hacer vaticinios, a menudo
catastróficos, que no son creídos por los demás. Este síndrome se aplica sobre todo
en la psicología y la política o la ciencia, y fue nombrado por el filósofo francés
Gaston Bachelard en 1949.
Complejo de Castración
El complejo de castración es un concepto perteneciente al psicoanálisis y refiere a
una estructura que irrumpe en el psiquismo humano a edad temprana, en íntima
relación con el Complejo de Edipo (tres a cinco años aproximadamente).
Básicamente, se trata en el varón del miedo a la pérdida del falo (más allá del pene,
en tanto representación de poder, superioridad y posibilidad de reunificación con la
madre) a manos de su padre, y en la mujer a la constatación de que "ha sido
castrada". El concepto fue descrito por Sigmund Freud por primera vez en 1908 en
el texto "Teorías Sexuales Infantiles", aunque había sido previamente referido
ambiguamente en 1900 en "La interpretación de los sueños" como amenaza de
castración.
Complejo de la Cenicienta
Compensación elaborada por el niño más pequeño o poco querido de una familia.
El hijo menos querido será el que más tarde salvará gracias a su talento, a toda la
familia que se encuentra en una situación dramática. En principio este hijo/a fue
colocado en una situación de víctima, pero finalmente se reconocerán sus méritos.
Complejo de Creso
Se manifiesta con la búsqueda enfermiza de “superioridad” por medio del derroche
de dinero y las dádivas generosas.
Su nombre procede de Creso, el nombre del último rey de Lidia (560-546 A.C.), el
de las más fabulosas riquezas que recuerde la Historia, de la dinastía Mermnada,
su reinado estuvo marcado por los placeres, la guerra y las artes. Creso nació hacia
el 595 a. C.. Al morir su padre Aliates de Lidia en el 560 a. C., Creso conquistó
Panfilia, Misia y Frigia; en definitiva, sometió a todas las ciudades griegas de
Anatolia hasta el río Halys (salvo Mileto), a las que hizo importantes donaciones
para sus templos. Debido a la gran riqueza y prosperidad de su país, de él se decía
que era el hombre más rico en su tiempo.
Ante el inquietante avance de Ciro II de Persia, Creso envió un mensajero al Oráculo
de Delfos, que le respondió que si conducía un ejército hacia el Este y cruzaba el
río Halys, destruiría un imperio. Alentado por el oráculo, Creso organizó una alianza
con Nabónido de Babilonia, Amosis II de Egipto y la ciudad griega de Esparta. Sin
embargo, las fuerzas persas derrotaron a la coalición en Capadocia, en la batalla
del río Halys (547 a. C.). De esta manera se cumplió el vaticinio: por culpa de Creso
y su creencia en los oráculos, se había destruido su propio imperio lidio.
Complejo de Dafne
Miedo de las jóvenes ante la sexualidad. Se le llama también "angustia de
penetración". La ninfa Dafne, en la mitología griega, era perseguida por Apolo. En
el momento en que el enamorado dios estaba a punto de alcanzarla, la ninfa se
transformó en laurel.
Complejo de Edipo
En psicoanálisis, el Complejo de Edipo, a veces también denominado conflicto
edípico, se refiere al agregado complejo de emociones y sentimientos infantiles
caracterizados por la presencia simultánea y ambivalente de deseos amorosos y
hostiles hacia los progenitores. Se trata de un concepto central de la teoría
psicoanalítica de Sigmund Freud, expuesto por primera vez dentro de los marcos
de su primera tópica. En términos generales, Freud define el complejo de Edipo2
como el deseo inconsciente de mantener una relación sexual (incestuosa) con el
progenitor del sexo opuesto y de eliminar al padre del mismo sexo (parricidio).
El complejo de Edipo es la «representación inconsciente a través de la que se
expresa el deseo sexual o amoroso del niño». Freud describe dos constelaciones
distintas en las que se puede presentar el conflicto edípico:
Complejo de Edipo positivo: odio o rivalidad hacia el progenitor del mismo sexo y
atracción sexual hacia el progenitor del sexo opuesto.
Complejo de Edipo negativo: amor hacia el progenitor del mismo sexo, así como
rivalidad y rechazo hacia el progenitor del sexo opuesto.
La teoría de Freud distingue en el desarrollo psicosexual de los niños tres etapas
principales: la oral, la anal y la fálica. El período de manifestación del complejo de
Edipo coincide con la llamada fase fálica (pregenital) del desarrollo de la libido, es
decir aproximadamente entre los 3 y los 6 años de edad y se acaba con la entrada
en el período de latencia. De acuerdo con la teoría freudiana, el complejo se revive
en la pubertad y esta reaparición declinaría a su vez con la elección de objeto, que
abre paso a la sexualidad adulta.
Complejo de Electra
Es el término propuesto por Carl Gustav Jung en 1912 para designar la
contrapartida femenina del complejo de Edipo. Consiste en una atracción afectiva
de la niña en la figura del padre. El complejo de Electra es un concepto psicológico
que procura explicar la maduración de la mujer.
Según Jung, el Complejo de Electra es algo muy común a todas las niñas en algún
momento de la infancia, aunque, en algunas ocasiones, va más allá. La fijación
afectiva o enamoramiento hacia el padre puede generar una situación de rivalidad
con la madre. Se supone que es una dinámica normal en el desarrollo de las
pequeñas, que puede observarse a partir de los 3 años y que en un plazo de dos
años suele resolverse de forma natural.
Al contrario que en los niños, esta circunstancia es menos clara y pasa más
inadvertida puesto que las niñas tienen un vínculo muy estrecho con las madres, lo
que les dificulta mantener la competitividad con esta.
En las manifestaciones mejor resueltas se produce una predilección de la niña hacia
su progenitor. Sin embargo, en los casos patológicos se puede producir lo contrario:
que la niña rechace al padre al sentirse defraudada por haberla rechazado.
Complejo de Empédocles
El nombre corresponde a un filósofo griego del siglo V que se precipitó al cráter del
volcán Etna para hacerse famoso por su suicidio. Se caracteriza porque la persona
que lo padece siente la compulsión al suicidio a la hora de realzar el propio equilibrio
autoestimativo quebrantado. De hecho aparece como un auténtico héroe ante sí
mismo y los demás que le rodean.
Complejo de Eróstrato
Es un trastorno según el cual el individuo busca sobresalir, distinguirse y ser el
centro de atención. Según la leyenda, Eróstrato incendió el templo de Diana, en
Éfeso, para pasar a la posteridad, ya que no tenía ningún mérito para conseguir
fama. Es una forma peculiar el complejo de inferioridad de gran incidencia
criminógena, sin importar los medios con tal de distinguirse, sobresalir, que se hable
de uno. Declaración frecuente en los cuarteles de policía :"Lo hice porque quería
salir en los medios".
Complejo de Hamlet
Se caracteriza por mostrar vacilación para actuar debido a la duda, el escrúpulo y
la meditación excesiva. El príncipe de Dinamarca de la obra de Shakespeare resulta
el símbolo de la irresolución.
Complejo de Job
¿Por qué a mi? Es un nombre global dado a las dolencias "psicógenas" de la piel.
Se ha observado proclividad a las dermatitis psicosomáticas en personas que se
ofenden con facilidad, que se sienten agraviadas, con o sin motivo. En general las
alteraciones dérmicas desaparecen cuando se reestablece el equilibrio
autoestimativo y desaparece el sentimiento de agravio. El nombre, creado por el
psicoanalista norteamericano Félix Deutsch, recuerda al patriarca bíblico Job, quien
tuvo que soportar como prueba divina, todo tipo de sufrimientos y plagas, incluyendo
ulceraciones de la piel.
Complejo de Lolita
La atracción que siente un hombre mayor hacia una muchacha joven no es una
situación fuera de lo normal. Pero, si la pareja establece una relación emocional o
sexual, pueden surgir problemas que afectarán a ambas partes y, al final, esos
problemas terminarán muchas veces por destruir su relación.
Complejo de Jonás
Complejo de Judas
Es ánimo de traición que se ve impulsado por el resentimiento. El sujeto no soporta
la superioridad, sobretodo moral, de otra persona de mayor valía, y con sus
deslealtades y perfidias procura reestablecer inconscientemente su equilibrio
autoestimativo quebrantado. Las treinta monedas de plata no explican
suficientemente la villanía de Judas Iscariote, cuyo nombre ostenta el complejo.
Complejo de Münchausen
Se manifiesta en la tendencia a inventar mentiras, historias inverosímiles en las que
el trastornado se impone como superior a sus oyentes. Se trata de un mecanismo
de compensación a una situación de inferioridad.
El barón de Münchhausen protagoniza tres novelas del siglo XVIII en las que relata
aventuras extraordinarias e inverosímiles que lindan con el absurdo. Como
personaje literario es el prototipo del mentiroso.
Complejo de Narciso
Se caracteriza por el deseo infantil de ser amado. Idolatrado, venerado. Para el
narcisista, el mundo gira en torno él. El narcisista no logra superar esta fase
evolutiva, queda atrapado en el yo. En la elección del objeto amoroso escogerá
siempre bajo la influencia inconsciente de la imagen que se tiene formada de su
propio yo, buscando en él una especie de réplica de sí mismo. En la mitología
griega, Narciso era un bello pastor que, al inclinarse sobre el agua de una fuente
para beber, percibió su imagen y se enamoró de sí mismo.
Complejo de Otelo
Sentimiento morboso de celos. Celoso por antonomasia, el Moro de Venecia de
Shakespeare da su nombre al complejo.
Complejo de Wendy
Necesidad de satisfacer continuamente a la pareja o los hijos por miedo al rechazo.
Depresión
La depresión es un trastorno del estado de ánimo, que se traduce en un estado de
decaimiento y claudicación psicológica y biológica del paciente importante y
continuado, y se manifiesta a través de síntomas psíquicos (pudiendo aparecer
desinterés, tristeza, desmoralización, disminución de la autoestima...) y somáticos
(pudiéndose presentar en forma de pérdida del apetito, disminución del peso
corporal, astenia, alteraciones del sueño con periodos de insomnio y de
somnolencia, etcétera).
A la hora de realizar un diagnóstico correctamente se ha descartar los episodios de
tristeza pasajera o frustración, que se consideran como una reacción natural de la
persona ante acontecimientos negativos como las situaciones de duelo por la
pérdida de un ser querido u otras como divorcios o separaciones; aunque si se
prolonga más allá de los seis meses o es tan importante que sea incapacitante
puede desembocar en lo que clínicamente se conoce como una depresión mayor.
Tipos de Depresión
Los diferentes tipos de depresión se clasifican en función a los síntomas que
muestra el paciente.
Grupo A
Grupo B
Grupo C
Grupo D
Presenta dos o tres síntomas del grupo B. Estos pacientes, por lo general, son
capaces de continuar con sus actividades habituales con total normalidad.
El paciente presenta al menos dos síntomas del grupo B y un cierto número del
grupo C, hasta conformar un mínimo de seis síntomas. Estos pacientes presentan
dificultades manifiestas para el desarrollo de las actividades habituales.
Presentan todos los síntomas del grupo B, unidos a varios del grupo C, hasta
conformar un mínimo de ocho síntomas. Estos pacientes presentan una situación
emocional marcadamente ligada a la angustia, especialmente con pérdida de
autoestima y sentimientos intensos de culpa e inutilidad.