Iacomella y Marotias PDF
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Resumen
Este artículo busca dar cuenta del debilitamiento del modelo de educación-institu-
ción-disciplina propio del Estado Nación, junto con el proceso de surgimiento de
nuevas dinámicas sociales caracterizadas por la distribución del poder, la autono-
mía de los actores y la generación de nuevos circuitos de producción de valor so-
cial. Estos fenómenos también aparecen en las prácticas educativas, donde las
tecnologías digitales han jugado un papel importante. Surge así la necesidad de una
apropiación social de dichas tecnologías y de los nuevos medios de comunicación
por parte de los actores de la educación. Así, diversas organizaciones e iniciativas a
escala mundial han comenzado a dar forma a un movimiento global nombrado
como “Educación Libre y Abierta” y que comienza a pensarse como una forma de
apropiación resignificante de los nuevos lenguajes.
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Franco Iacomella escribe e investiga sobre regulaciones sobre bienes comunes digitales y producción distri-
buida de pares. Consultor para la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales sede Argentina (FLACSO) y
la Universidad Oberta de Catalunya (UOC). Director Ejecutivo de la P2P Foundation y socio fundador de la
cooperativa de investigación y consultoría P2P Cooperative. Participa en diversas organizaciones de la
sociedad civil que se desempeñan en campos vinculados a su temática de estudio: Free Knowledge Institute,
Asociación Civil Gleducar, Open Web Foundation, Free Software Foundation Latin America, Marxists
Internet Archive, entre otras. Contacto: [email protected]
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Ana Marotias es Doctoranda en Ciencias Sociales (UBA), Magíster en Ciencias Sociales con orientación en
Educación (FLACSO), Licenciada en Ciencias de la Comunicación (UBA), investigadora tesista en el
Instituto de Investigaciones Gino Germani (UBA), ayudante de primera en la Facultad de Ciencias Sociales -
UBA, docente en Diplomatura en Currículum y Prácticas Escolares en Contexto (FLACSO – modalidad
virtual), procesadora pedagógica de materiales para educación virtual. Contacto: [email protected]
1. Introducción
Desde fines del siglo XIX, el Estado definió los parámetros de socialización y
de incorporación cultural de la población con la finalidad de lograr la integración
nacional, proceso fuertemente homogenizador. Esto fue acompañado por una
amplia oferta de educación pública y homogénea tendiente a la modernización del
país. El Estado Nación imponía un orden simbólico y la escuela prometía formar
un sujeto igual ante la ley, forjado alrededor de valores nacionales compartidos
(Duschatzky, 2001). Además, una coyuntura económica favorable alimentaba la
promesa de la promoción económica y social a partir de la escolarización.
Desde los años ’50 el Estado nacional comenzó a perder centralidad en materia
de educación, siendo los gobiernos provinciales y el sector privado los que se
encargaron paulatinamente de la ampliación de la oferta educativa. En 1978 se
transfirieron los servicios primarios educativos a las provincias y en 1992 los demás
niveles. En 1993, año en el que se inicia la reforma de la ley nacional de educación,
el Ministerio de Educación de la Nación ya no estaba a cargo de ninguna institu-
ción educativa.
Sin embargo, existe una separación entre la dinámica propositiva del Ministerio
de Educación y la capacidad de efectivización de los órganos de gestión de las pro-
vincias (Tiramonti, 2003). El Estado nacional disminuyó sus funciones hasta con-
vertirse en un órgano de carácter técnico-administrativo que interviene sólo en tres
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áreas: la concertación de las políticas que orientan las acciones de las provincias, la
producción de estadísticas y de evaluación de la calidad educativa y la compensa-
ción de las desigualdades educativas.
Así como los movimientos sociales territoriales han empezado a emplear de una
u otra forma las herramientas que provee Internet, las instituciones educativas han
comenzado a repensarse a partir de acciones de las comunidades que en ellas resi-
dían, inconscientes de sí mismas.
Surge así la necesidad de una apropiación social de las tecnologías digitales y los
nuevos medios de comunicación por parte de los actores de la educación. Una
apropiación que se juega en una doble tensión: la del pasado/futuro y la de lo pri-
vado/común. Es en este sentido que diversas organizaciones e iniciativas a escala
mundial han comenzado a dar forma a un movimiento global inicialmente nom-
brado como “Educación Libre y Abierta” y que comienza a pensarse como una
forma de apropiación resignificante de los nuevos lenguajes. Las tecnologías bien
podrían ser instrumentos que habiliten nuevas prácticas liberadoras o, por contra-
rio, que reediten la dominación y opresión disciplinaria de los sistemas educativos
de la modernidad.
Esta discusión puede ser entendida como una fuerte tensión de intereses
contrapuestos que opone al mercado/Estado y a la organización/es independien-
tes de la sociedad. Este último grupo, difuso de por sí, asume formas y denomina-
ciones diversas: movimientos sociales, organizaciones de la sociedad civil y más
recientemente, movimiento por los bienes comunes. Esta confrontación casi invi-
sible tiene lugar, también, en las redes y en los nuevos medios de comunicación.
Allí se dirimen cuestiones fundamentales que definen el carácter de las tecnologías,
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Se trata de los recursos físicos y estructurales que hacen a los sistemas educativos:
aulas, bancos, pizarrones, computadoras, edificios. La Educación Libre y Abierta
busca resignificar su infraestructura, entendiéndola como parte vital de los proce-
sos que sostiene. La gobernanza de estos recursos ha sido pensada en clave crítica
desde diferentes aspectos, en general tendientes a darle poder sobre la regulación a
la propia comunidad educativa. Se ubicarían en esta dimensión aquellas prácticas y
experiencias que priorizan la autonomía, las prácticas comunales y la propiedad
común: el rediseño de los espacios áulicos, las nuevas formas de organizar los cur-
sos (escapando al factor estrictamente generacional), la gestión social y cooperativa
de las instituciones, el diseño y control propio de las tecnologías educativas. Nos
referiremos a estas en los siguientes apartados por su directa vinculación con la
problemática de la cultura digital y apropiación social de la técnica, temáticas cen-
trales en esta obra.
La mayor parte de las iniciativas que de una u otra forma promueven el acceso
libre al conocimiento tienen como origen al movimiento del Software Libre.
Fundado hace más de 25 años, su propuesta se sostiene sobre los principios de
poder usar los programas de computadora con cualquier propósito; conocer cómo
funcionan; compartirlos y redistribuirlos de forma legal; modificarlos y contribuir
al resto de la comunidad de prousuarios (Stallman, 2004). Estos principios se han
trasladado a otros campos del conocimiento, influyendo en gran medida el con-
junto de iniciativas que promueven las comunidades agrupadas bajo el significante
de la Educación Libre. Sin embargo, sus aportes no se limitan a la mera inspira-
ción: el Software Libre es un instrumento práctico imprescindible para la construc-
ción de nuevas prácticas educativas en nuestras sociedades modernas.
nos contienen. La mediación del código en casi todos los órdenes de la vida actual
es ineludible. Su control se extiende sobre los sistemas financieros, las comunica-
ciones, las instituciones de gobierno y los organismos vivos; determina relaciones y
subjetividades, da lugar a formas de control totalizantes y hegemónicas, habilita la
concreción de una forma de biopolítica (Ugarte Perez, 2005). El código es la ley
(Lessig, 1999), pero a diferencia del derecho positivo, el código informático suele
ser ininteligible: se oculta del público quedando sólo en manos de las corporacio-
nes privadas que le dan forma. El software producido únicamente para su con-
sumo acrítico, aquel que no respeta las libertades de sus usuarios, es conocido
como software privativo.
La liberación del software resulta entonces mucho más que un detalle legal o
técnico, viene a plantear una transformación radical en el esquema de poder que se
teje sobre el código. La posibilidad de comprender y emplear este nuevo lenguaje
cultural fundamental aparece como el auténtico y crítico sentido de la muchas
veces vacía idea de “alfabetización digital”. Empoderar a toda la sociedad en este
sentido a través de las prácticas y sistemas educativos es el eje principal de la arti-
culación entre el Software Libre y el mundo educativo.
Por otra parte, nada mejor que experimentar el proceso de creación de cual-
quier artefacto destinado a mediar entre las ideas y su concreción para dar cuenta
del carácter construido de cualquier mensaje y/o producto, es decir, del aspecto
político existente en toda creación, poniendo de manifiesto que el software, y la
tecnología en general, no corresponden a ningún tipo de neutralidad, sino que las
elecciones que se realicen en el momento de creación son fundamentales para
determinar sus futuros usos.
Una escuela que usa software en el aula, necesita Software Libre. Lo necesita
por respeto a sus estudiantes, para no coartar su libertad de aprender, para
alentar su curiosidad, para fomentar su creatividad, para permitirles hacer
suya una forma de expresión cultural esencial de su época (Heinz, 2006:
105).
Entre los diversos aportes y hallazgos del movimiento del Software Libre
encontramos uno que ha cobrado especial relevancia y ha sido trasladado a otros
campos del conocimiento. Nos referimos a las licencias de uso libre: textos que
codifican legalmente las preferencias de los autores sobre la circulación y produc-
ción de sus creaciones. Apoyándose en el marco regulatorio de Derechos de Autor
y Copyright, han surgido licencias libres aplicables a diferentes tipos de obras cul-
turales: textos, fotografías, video, música, etc. El uso de licencias libres en conteni-
dos y materiales educativos ha dado lugar a un nuevo paradigma de producción y
distribución de los mismos. Este tipo de recursos han sido denominados como
Recursos Educativos Abiertos (Open Educational Resources OER) o REA.
industria editorial y poniendo el eje sobre las instituciones educativas, los profeso-
res y estudiantes. Es a partir del modelo de la producción de contenidos libres que
el protagonismo y el control pasa a estar en manos de los actores de la educación y
deja de ser un nicho de mercado. El modelo de los REA promueve la reutilización
e intercambio de contenidos, habilitando no solamente la cooperación entre
instituciones y los actores de la educación formal, sino también provee insumos
para la educación informal, el peer learning y la autoformación. A nivel de la edu-
cación superior han surgido iniciativas de escala internacional como el
OpenCourseWare Cosortium, una red global integrada por universidades que
promueven y aplican el modelo de los Recursos Educativos Abiertos. Fue el
Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) quien creó esta iniciativa. En el año
2001 anunció públicamente que daría acceso libre y gratuito a los materiales de
todos sus cursos oficiales. En 2009 su repositorio alcanzó la cifra de 1900 cursos y
materiales publicados, todos de nivel de grado y posgrado. En 2005, MIT
OpenCourseWare y otros proyectos OCW formaron el OpenCourseWare
Cosortium, que busca extender el alcance e impacto de los materiales libres, y desa-
rrollar modelos sostenibles para su publicación. Al día de hoy el consorcio está
formado por 184 universidades.
5. Acceso Abierto
El llamado movimiento por el Acceso Abierto es una iniciativa que surge desde las
instituciones académicas y científicas promoviendo un modelo alternativo para la
distribución y difusión de sus producciones. En los últimos años y en la actualidad
el mercado editorial privado ha controlado las publicaciones científicas. A raíz de
esto han surgido las revistas científicas por suscripción, con altos costes, no sólo
para la suscripción sino también para la publicación por parte de los investigado-
res. Como resultado, surge un circuito de mal uso de fondos públicos y distorsio-
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Las dimensiones y construcciones en torno a la educación libre y abierta.
El conocimiento como bien de acceso público, para todos y sin restricciones lega-
les y económicas. Surgen así los repositorios institucionales de acceso abierto, que
son “una amplia fuente de conocimiento humano y patrimonio cultural aprobada
por la comunidad científica” (Max Planck Society, 2003,
http://oa.mpg.de/lang/enuk/berlinprozess/berlinererklarung/), en el que se “in-
cluyen los resultados de la investigación científica original, datos primarios y meta-
datos, materiales fuentes, representaciones digitales de materiales gráficos y pictóri-
cos, y materiales eruditos” (Max Planck Society, 2003,
http://oa.mpg.de/lang/enuk/berlinprozess/berlinererklarung).
del Acceso Abierto. Las utilidades económicas no son un asunto menor, el modelo
del Acceso Abierto ataca directamente un negocio editorial enorme:
El crecimiento del Acceso Abierto cobra vigor a escala global, cientos de institu-
ciones adhieren a las principales declaraciones e iniciativas. Anualmente se realiza
la Semana del Acceso Abierto, evento internacional sincronizado donde se
promueven estas ideas. En Argentina, la Biblioteca Electrónica de Ciencia y
Tecnología perteneciente al Ministerio de Ciencia y Tecnología ha comenzado a
trabajar en este sentido, promoviendo la creación de repositorios institucionales a
nivel nacional e impulsando su adopción como política de Estado.
En este punto cabe preguntarse cómo han cambiado las prácticas de estudio, de
acceso a la información y de creación de conocimiento a partir de las tecnologías
digitales, tanto dentro como fuera de la escuela.
Es aquí donde puede trazarse una relación entre la educación en línea y las
prácticas de la libre circulación del conocimiento. La transmisión y resignificación
de los conocimientos es en esencia un proceso social. Este traspaso tiene una dura-
ción temporal y constituye una relación de comunicación mediada por diversos
soportes y lenguajes. Sus contenidos están basados en conocimientos previos co-
munes y es, precisamente, a partir de su libre circulación que éstos pueden seguir
desarrollándose conservando la lógica que posibilita su transmisión.
Al decir que la inteligencia está distribuida quiero significar que los recursos
que dan forma a la actividad y la hacen posible están distribuidos entre las
personas, los entornos y las situaciones. Dicho de otra manera, la inteligen-
cia es algo que se ejerce y no algo que se posee (Pea, 1993: 78).
Esta inteligencia está distribuida de tres maneras: física (las herramientas y artefac-
tos que permiten trabajar con el conocimiento), social (el rol de las demás personas
en los procesos de enseñanza y aprendizaje) y simbólica (la mediación de los siste-
mas simbólicos compartidos en el proceso de enseñanza aprendizaje). Siguiendo
esta perspectiva, puede entenderse que los procesos de aprendizaje que los estu-
diantes realizan a partir del uso de tecnologías digitales y las de educación en línea
en particular, responden a estas tres clasificaciones.
Conclusiones
participativa, horizontal, abierta y con fuerte sentido práctico que atraviesan todas
las experiencias antes señaladas. Organizaciones, movimientos sociales e individuos
repiensan el mundo en el que viven y buscan transformarlo dándole una
caracterización determinada a los procesos educativos en su concepción transfor-
madora.
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