El Hombre de Los Hongos

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El hombre de los hongos de Sergio Galindo

Elisa Suárez Hernández

Sergio Galindo Márquez nació en la ciudad de Xalapa el día 2 de septiembre de 1926.


Inició sus estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM), los cuales terminó en París en 1952 gracias a una beca
otorgada por el Departamento de Turismo de la Secretaría de Gobernación. A la edad de
veinticinco años inicia de manera oficial su carrera literaria con la publicación de su primer
libro de cuentos titulado La máquina vacía (1951) considerada por el autor un libro bien
intencionado pero mal escrito. Impartió clases de estética en la escuela de Teatro de Xalapa
durante la rectoría del Dr. Gonzalo Aguirre Beltrán. En 1957 fue el fundador y primer
director de la Editorial de la Universidad Veracruzana, donde también fundó y editó la
revista La Palabra y el Hombre.1

Galindo apostó por la Generación de Medio Siglo2 misma a la que él perteneció y


que hoy constituye uno de los valores literarios más grandes de la cultura mexicana y
universal. Con la fundación de la revista La Palabra y el Hombre dio paso a que muchos
escritores jóvenes pudieran publicar sus primeros cuentos, algunos de ellos como Álvaro
Mutis, Luisa Josefina Hernández, Juan Vicente Melo y Elena Poniatwoska, quienes a su
vez pertenecían a la Generación de Medio Siglo. Otros escritores que también vieron
publicados sus primeros cuentos en La Palabra y el Hombre fueron Gabriel García
Márquez, José Revueltas y Juan Carlos Onetti.

Galindo perteneció a la generación de Medio Siglo, misma que rompe con la


postura nacionalista de los años cuarenta sustentada en la Revolución Mexicana y en las

1
Al momento de su fundación no existía ninguna otra revista cultural fuera de la Ciudad de México. Su
impacto fue inmediato y positivo gracias a la gran calidad de sus colaboradores: Dagoberto Guillaumin,
Fernando Salmerón, Othón Arróniz, Ramón Rodríguez, José Pascual Buxó, Alfonso Medellín Zenil, Xavier
Tavera Alfaro, entre otros.
2
El término fue utilizado por primera Enrique Krauze en “Cuatro estaciones de la Cultura mexicana”, Caras
de la historia I, México, 1983. Ahí englobaba a todos los escritores nacidos entre 1921 y 1935.
promesas incumplidas por el gobierno hasta la fecha. Los años cincuenta implicaron la
apertura de apoyos culturares para jóvenes escritores de todo el país que más tarde tomarían
la rienda de instituciones culturales tales como el Centro Mexicano de Escritores y la
UNAM. Ejercieron también en distintas revistas y suplementos culturales.3 Entre las
características más notables que compartían entre sí estaban: una gran fascinación por lo
insólito, libertad técnica a la hora de escribir, personajes misteriosos con situaciones
llevadas siempre al límite. Su estilo puede ser definido como más escalofriante y sensual
que el de los narradores que los precedían. De alguna manera los miembros de Medio Siglo
se atrajeron por esta virtud narrativa que Edgar Allan Poe estimaba en sus narraciones, por
ello la mayoría de los miembros se inclinaron en su mayoría por cuentos y narraciones más
breves que una novela.

Durante los años que alcanzaron una producción más abundante, el cuento alcanzó
como género un prestigio mayor que no había tenido anteriormente. Todos podían escribir
sobre el género que quisieran, pero forzosamente debían pasar por el cuento. Es por eso que
las influencias más perdurables de Medio Siglo tuvieron lugar en el género del cuento. Así
fue durante las décadas anteriores, después de 1980, y antes de que las empresas narrativas
de la generación de los años sesenta dieran a la novela el lugar predominante. Sin embargo,
gracias a que la transición de la ficción breve a la de largo aliento tuvo lugar de manera
paulatina, las lecciones de los maestros han sido asimiladas de manera más amplia y
perdurable.

En 1958, Galindo da inicio a la colección Ficción de la editorial de la Universidad


Veracruzana con la novela corta Polvos de arroz, la que es una de las más conocidas del
escritor. Fue acreedor a la beca del Centro Mexicano de Escritores y gracias a ella publica
su primera novela extensa La justicia de enero (1959). Un año después publica El Bordo; a
partir de aquí se marca un estilo en las narraciones de Galindo: sus escenarios estarán
conformados siempre por espacios rurales, los personajes están sumidos en la tragedia y en

3
Algunos de los suplementos en los que participaron fueron: “México en la Cultura” (del periódico
Novedades) y “La Cultura en México” ( de la Revista Siempre)
las pasiones más extremas, mismas que desatarán sus impulsos sexuales. También hará un
retrato realista de las diferentes clases sociales del país.

En 1975 ingresó a la Academia Mexicana de la Lengua. En la ceremonia de


nombramiento leyó el relato fantástico El Hombre de los hongos; el cual fue ilustrado por
Leticia Tarragó y publicado un año después por su amigo Joaquín Mortiz. La novela fue
llevada al cine en 1980 por el director Roberto Gavaldón con el mismo nombre y Galindo
se encargó de la supervisión del guion.

A finales de 1992, por prescripción médica regresa a vivir a la ciudad de Xalapa,


para que el clima le ayude a sobrellevar un enfisema pulmonar que padecía desde 1988.
Fallece el día 3 de enero de 1993 en el número siete de la calle Insurgentes. Sus cenizas
fueron esparcidas en la región de El Bordo, cerca de Las Vigas de Ramírez. A su vez, desde
el año 2006 la Universidad Veracruzana y su Feria Internacional del Libro Universitario
(FILU) establecieron un certamen anual denominado Premio Latinoamericano de Primera
Novela Sergio Galindo.

El hombre de los hongos

Galindo fue un escritor que en cuanto a sus novelas se encargó de que tuvieran un toque
más realista, mientras que sus cuentos y narraciones más cortas eran fantásticas. Este
género se convirtió en un instrumento estético cuyo objetivo era poner en duda lo real de la
realidad. Lo fantástico dejo de ser, así, un estilo y se convirtió en un efecto. Un efecto con
profundas repercusiones subversivas, ya que dudar de la realidad pareció la mejor manera
de acorralar a la ideología.

La mayoría de las obras de Galindo se desarrollan en Veracruz, específicamente en


la zona de Las Vigas,4 pero lo curioso es que en El hombre de los hongos jamás se
menciona el lugar donde se ubica la hacienda que la familia de Emma —–la protagonista y
narradora de la historia— habita, pero por las descripciones podría tratarse de la misma

4
Aunque el escritor nació en la ciudad de Xalapa, de niño viajó mucho a Las Vigas junto con su madre y
hermana, por ello el recuerdo de aquella zona se hace presente en sus obras.
zona que ha sido protagonista en otras de sus obras, pero ahora se trata de un lugar onírico
en donde lo imposible se vuelve posible.

La excéntrica familia de Emma está conformada por sus dos padres: Everardo y
Elvira; así como sus dos hermanos Lucila y Sebastián. La familia goza de realizar siempre
fiestas y banquetes ataviados de exóticos hongos que se dan por la región. Para poder
degustar mejor de esos platillos tienen asignado a un peón que probará los hongos antes que
la familia, para poder determinar sí son venenosos o no. Otra de las particularidades que
caracterizan a la familia es Toy, un tigre que tienen como mascota.

La vida de la familia es “aparentemente” normal, hasta el momento de la llegada de


Gaspar, un niño misterioso que Everardo encuentra durante una cacería y posteriormente se
lo regala a su hija Emma. La presencia de Gaspar irá develando diferentes tipos de
sentimientos en los personajes que se desenvuelven a su alrededor: celos, ira, pasión, deseo
y un amor que Emma irá profundizando más con el paso de los años.

La noche que Gaspar llega a la hacienda se ofrece una cena —como es habitual en
la hacienda— y antes de comenzar el festín muere el hombre de los hongos en turno. Nadie
parece estar sorprendido o triste por la muerte, simplemente están desilusionados porque
los hongos no serán comestibles esa noche.

Sebastián se sentirá intimidado ante la presencia de Gaspar desde el momento de su


llegada a la hacienda, ya que su padre se toma demasiadas atenciones con el nuevo
miembro de la familia y años después será quien se ocupe de administrar la hacienda,
cuando Everardo enferme.

A lo largo de los años las fiestas en la hacienda siguen a la par que aumentan las
muertes de los hombres de los hongos. Emma y Gaspar pasan mucho tiempo juntos y es así
como nace un amor entre ellos dos. Una mañana ella sale a la huerta y lo encuentra bañado
en oro, poniendo en duda lo realista del relato, dando paso a lo fantástico.

La llegada de Gaspar provoca que el deseo de Elvira por su marido sea mayor y
Emma narra cómo ve a sus padres muy enamorados, de alguna manera la llegada del
misterioso chico tiene algo que ver, pero jamás se da una explicación lógica de ello. Con el
paso de los años este amor se desvanece y ahora Elvira comienza por tener un mayor
interes en Gaspar, pero al mismo tiempo se pone celosa de que su hija pase tanto tiempo
con él. De esta forma, busca siempre la manera en que ellos no estén juntos.

Bibliografía

Cadena, Agustín (2014) Medio siglo y los sesenta recuperado de


http://www.uam.mx/difusion/revista/septiembre98/cadena.html

Galindo, Sergio (1976) El hombre de los hongos, México, Editorial Universidad


Veracruzana

Krauze, Enrique (1983) Caras de la historia I, México, Debate

Pereira, Armando (1995) La generación de Medio Siglo: un momento de transcisión


en la cultura mexicana. Literatura Mexicana. Vol. 6 Num. 1

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