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En segundo lugar, hemos tomado como criterio para la selección aquellas jotas que
recogieran la devoción, el sentir de los monrealenses, de los poetas y de los mismos
joteros hacia su propio canto y cómo éste orienta, marca y ha marcado sus vidas.
Hemos anotado, en fin, esas coplas sentidas y profundas que se han lanzado al aire
poniendo todo el ímpetu y la emoción viva al hacerlo.
CUADERNOS
Por último, figuran una serie de letras de carácter costumbrista, misceláneo y variopin-
to en cuanto a la temática y al contenido pero procurando siempre que predominaran
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José Serafín Aldecoa Calvo
los elementos y lugares de ámbito local, propios de la villa como las calles, los barrios,
el río, las fuentes…
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Foto reciente del “Grupo los Ojos”. Portada del último disco
Una antología de jotas en Monreal del Campo
de personalizar cada canción- así como una explicación del momento en que se inter-
pretó, sólo y siempre que tengamos noticia de todos estos aspectos. Hay que tener en
cuenta en este sentido que una misma jota se ha podido cantar por dos personas dife-
rentes en años distantes entre sí.
Para acabar con esta introducción, no queremos dejar de subrayar el carácter emi-
nentemente oral en la transmisión de las coplas –en muchos casos de padres a hijos-
y la necesidad sentida por nuestra parte de la realizar una antología de mayor ampli-
tud que bien podría llegar a ser un cancionero local.
Gran parte de la población de Monreal del Campo siente y ha sentido gran atracción
por la jota a lo largo de décadas por lo que el folclore musical de Monreal del Campo
–como el de otras localidades de la comarca del Jiloca- está vinculado desde hace
mucho tiempo casi exclusivamente a la jota, preferentemente la cantada en sus dife-
rentes estilos. Véase, si no, esta muestra con una letra verdaderamente excesiva:
Otras veces, el jotero siente una necesidad imperiosa y vital de cantar. Es como una
fuerza interior, existencial, que le empuja a entonar las coplas para expresar sus
CUADERNOS
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Teresa Pomar, una de las mejores joteras (1963)
José Serafín Aldecoa Calvo
No basta sentir y amar la jota, es preciso darla a conocer al mundo como afirman en
estas letras Wladimiro Pellicer y Luis Martínez en el último CD (“Donde mana el
querer”) que acaba de editar en 2002 el grupo de jota “Los Ojos”:
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Marcelino Plumed y el Pastor de Andorra
Una antología de jotas en Monreal del Campo
El valor de la jota siempre se ha exacerbado entre los poetas y cantadores que han
declarado sin tapujos su amor hacia ella. En algunos momentos se ha llegado a mani-
festar tal tipo de pleitesía que se le adjudican cualidades religiosas e incluso mila-
grosas:
Las letras de las coplas presentan con bastante asiduidad un argumento de carácter
religioso que se centra muchas veces en la figura de la Virgen del Pilar a la que la
mayoría de joteros y joteras manifiestan especial devoción como hemos visto en la
jota anterior. De todas que hemos leído, que son muchas, hemos seleccionado la
siguiente:
Aunque algunos joteros han improvisado sobre la marcha numerosas jotas, según
las circunstancias del momento, y otras las han aprendido de viva voz, no han falta-
do autores (Santos Serrano, Pedro Martínez, Luis Martínez…) que han sido consu-
mados escritores de letras joteras.
La afición a este canto en Monreal del Campo, ese sentimiento que brota de lo más
hondo, arranca de la lejanía en el tiempo lo que ha llevado durante muchos años a
celebrar infinidad de rondas, concursos, misas baturras, festivales… en señaladas
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José Serafín Aldecoa Calvo
fechas de carácter festivo (San Pedro, Santiago, el Pilar, San Isidro...). También ha
servido la jota para dar la bienvenida a personas destacadas, pero especialmente se
ha cantado durante las Fiestas Patronales en las que nunca ha faltado un espectá-
culo jotero. He aquí el ejemplo de 1935, copiado del Programa, cuando las fechas
no coincidían con el día de la Natividad de Nuestra Señora : “El 15 de septiembre,
de 11 a 13 horas, concierto popular por la Rondalla Local, interviniendo los más
valiosos elementos de esta Villa, tomando parte los aplaudidos cantadores locales
Joaquín Peribáñez, José Ros y los niños Peribáñez y Florentina Calvo”. No conten-
tos con este atracón de cantos, ese mismo día figuraba también en la relación de
actos: “A las 5 y media, gran Festival de la Jota, por la Rondalla “Los Chatos”, con
la cooperación de otros elementos destacados locales, en la que tomarán parte los
famosos cantadores...”. Hemos obviado sus nombres porque eran los mismos de la
mañana. Hay que subrayar que en aquellos años la Rondalla de “Los Chatos” era
una de las más célebres de la región y en 1946 se integraban en ella: Miguel
Hernández Muñoz, Carmelo Hernández, Jesús Hernández, Miguel Hernández,
Francisco Hernández (padre). Junto a esta extensa familia, actuaba también
Leopoldo Saz y solían hacer el acompañamiento instrumental a Carmen y Joaquín
Peribáñez.
Ello no quiere decir que no hayan existido grupos de baile como el de la Peña “El
Cachirulo” o el de Educación y Descanso (promovido por la Sección Femenina) en
la época del Franquismo e incluso hasta hace muy poco tiempo se han mantenido
escuelas de baile como la que dirigía Maria Jesús Martínez Garcés, vinculada a la
Peña “El Cachirulo” o la de Francisco Vicente, llamada en su día Escuela del
Carmen. Y puestos a citar, hablaremos también de las enseñanzas de canto que han
impartido a muchos jóvenes la citada Mª Jesús, Marcelino Plumed o las de Jesús
Martínez Aldecoa.
CUADERNOS
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Grupo Escuela de Jota (1990)
Una antología de jotas en Monreal del Campo
Los orígenes de la jota, en general, son muy difíciles de precisar. Existen varias teo-
rías sobre su procedencia, en las que no vamos a entrar por no ser ése el tema de
nuestro trabajo, pero lo que sí es cierto es que los expertos en folclore no se ponen de
acuerdo en cuanto a su cronología. Otro tanto cabe decir para Monreal del Campo:
¿Cuándo se empezó a cantar la jota? ¿Cuáles fueron las primeras letras?¿Quiénes ini-
ciaron ésta? De lo que si tenemos certeza es de que a finales del siglo XIX (1898) ya
había nacido un excelente jotero en Monreal del Campo que iba a ser la referencia
ineludible para todos que iban a venir más tarde: Joaquín Peribáñez.
He aquí un par de coplas más que le han dedicado otros dos monrealenses que reco-
nocían su maestría:
puesto que se solía interpretar sin instrumentos. Las labores agrícolas eran las más
apropiadas para cantar y especialmente las relacionadas con la cosecha de cereales:
siega, acarreo, trilla... que era la que más duraba (más de dos meses).y de hecho, se
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José Serafín Aldecoa Calvo
ha establecido una tipología de jotas con categorías como las segadoras y trilladoras.
Ahora bien, también se entonaba, siempre en menor medida, durante la vendimia,
la recolección de azafrán… He aquí unas cuantas letras ilustrativas compuestas por
Santos Serrano Villalba, jotero del lugar, también en 1980:
En días azafraneros
En la huerta y el trujal
Ha sido siempre la jota
El alma de mi Monreal
He aquí, una de las jotas más populares entre los cantadores en la que se relacionan
dos actividades en el campo: la vendimia, hoy totalmente desaparecida, y la cosecha
de azafrán a punto de extinguirse también.
Tampoco faltan las irónicas relacionadas con la cantidad de cosecha obtenida, siem-
pre poco clara, especialmente la del azafrán:
Mayor dinamismo, armonía y popularidad solían tener las llamadas jotas de ronda,
entonadas por todo el grupo de joteros con acompañamiento musical recorriendo las
calles del pueblo. Por lo general, se celebraban por la noche lo que les daba cierto aire
de trasgresión por lo que, en algunos casos, eran prohibidas pero también criticadas.
En este caso hemos elegido dos interpretadas por todos los componentes del grupo
“Los Ojos” (año 2002). La primera hace alusión a esa posibilidad de que no fuera
permitido rondar por la “autoridad competente” debido a los posibles excesos a que
hubiera lugar en el transcurso de la ronda nocturna. Por otra parte, eran las mozas a
las que solían ir dirigidas las letras de las coplas como se hace alusión la segunda jota
de ronda:
Aparte de una copla citada anteriormente que hablaba del Ojo de las Damas, abun-
dantes letras presentan alusiones a ciertas leyendas o tradiciones de carácter local
como es el caso de la que viene a continuación:
La que viene a continuación es una jota difícil de entonar, muy popular en Aragón y
también en Monreal del Campo donde se la hemos oído cantar a varios joteros. El
texto, del que desconocemos su autoría, según Alfonso Zapater, tendría relación con
la leyenda de algún animal fantástico (¿un dragón?) que moraría en la baronía de
Escriche (Teruel) contra el que se enfrentaron numerosos caballeros y que explicaría
los orígenes de tal lugar:
Teresa Pomar, excelente cantadora y de ilustre linaje jotero –no se olvide que es
nieta de Joaquín Peribañez-, retoma el tema de la fiera en esta jota rondadera de
1997:
Dentro de este apartado, queremos incluir una curiosa jota, muy popular por otra
parte, cuya letra alude al mundo musulmán y que en el año 1964, en el primer
disco de vinilo que grabó, cantaba Pedro Martínez Garcés, cuyo nombre como
jotero era “Pedrín, el Ruiseñor de Monreal”, que alcanzaría gran prestigio en
aquellos años:
Y yo nacido en Argel,
Renunciara a Mahoma
Solo por venirte a ver
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Una antología de jotas en Monreal del Campo
Otro de los temas recurrentes y muchas veces redundantes, son las loas a lugares
próximos a Monreal del Campo que han sido o son sitios con encanto y que han ser-
vido para el recreo y solaz de sus habitantes. Junto a de ello, en algunos casos, se
alude a la “necesidad” de beber agua “clara” del Jiloca para cantar bien la jota. Aquí
aparece el efecto “milagroso” que produce el líquido elemento y que los joteros
recuerdan de vez en cuando.
La bravura de la jota
Es arenga y es plegaria,
Como la Fuente de la Linda
Fiera y caricia el agua.
(Recogidas por José Hernández Benedicto)
CUADERNOS
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Grupo Armonía del Jiloca
José Serafín Aldecoa Calvo
En parte tenían razón los que cantaban la jota porque muchos jóvenes tenían que ir
a la fuente de la Cañada, la más importante del pueblo durante muchos años, para
proveerse de agua con cántaros, botijas…y eso les obligaba a cruzar por las calles del
Barrialto.
Al parecer, existió rivalidad entre las chicas de ambos barrios, entre otras razones,
porque las jotas de ronda que recorrían el pueblo, muchas veces no llegaban hasta la
actual calle Rocasolano (antiguo Barrio de la Ermita).
repleta de letras sexistas que son más numerosas en las llamadas jotas de picadillo en
las que, básicamente, un varón y una mujer se lanzan “piropos” mutuamente. De
todas ellas, hemos seleccionado la que viene a continuación atribuida por el profesor
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Una antología de jotas en Monreal del Campo
Vamos a dedicar un apartado a reseñar una serie de letras que presentan una crono-
logía precisa y que cada grupo de ellas coinciden con un periodo y régimen diferen-
tes de la Historia de España. Empezaremos por la Dictadura de Primo de Rivera
(1923-1930). Sabido es el afán del general por la construcción de obras públicas y
por las inauguraciones correspondientes. Pues bien, una de ellas fue el Viaducto de
Teruel y allí fueron los joteros de Monreal del Campo a darle la bienvenida con sus
cantos el año 1929. Por otra parte, la hombría de la jota encajaba perfectamente con
CUADERNOS
Los cantadores de Monreal del Campo, por lo general, no han hecho ascos a la hora de
cantar a todo tipo de autoridades que visitaban el pueblo o la provincia de Teruel. La
nómina de personalidades a las que han interpretado sus jotas Peribáñez, Marcelino
Plumed o Pedro Martínez, por poner tres ejemplos, sería muy larga: alcaldes, presi-
dentes de diputación, gobernadores, diputados... Lo normal es que fueran requeridos
e incluso improvisaran sus letras para agasajar a los recién llegados.
Aparte de los diputados, del presidente de la Diputación, se cita también al que fue
maestro e impulsor del republicanismo de izquierdas en Monreal del Campo
Joaquín Salatiel Górriz Bastias.
de derechas. Por ello se recibió y se despidió a las autoridades que venían de Teruel
a tal evento mediante la interpretación de unas jotas. En este caso, los joteros fueron
Joaquín Lázaro, José Ros y José Arnal, otro de los insignes cantadores y compositores
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Una antología de jotas en Monreal del Campo
de letras. De todas las que se entonaron ese día, hemos seleccionado éstas publica-
das por el periódico El Radical el 23 de diciembre y que se las atribuye a los citados
joteros que formaban, según dicho diario, “La Rondalla Radical”:
Se refiere en este caso a José Borrajo, jefe del Partido Republicano Radical en Teruel,
diputado nacional y alcalde de Teruel
Monrealenses, afiliados
De este Centro Radical,
Despedir a estos señores
Con cariño cordial
Que miren por el obrero
Porque se encuentra sin pan
Al final del acto, los tres cantadores, al unísono, corearon esta jota:
Tanto las jotas que se cantaron a los políticos de izquierdas como las dirigidas a los de
derechas, lo que denotan es la situación de crisis económica y las dificultades y necesi-
dades por las que pasaba la población de Monreal del Campo en los años treinta.
Las siguientes letras, que son anónimas, tienen un claro matiz político y fueron
escritas en plena Guerra Civil, dentro del bando franquista
La remolacha va barata
Por haber gran producción
Y a los dos meses tenemos
que traer de otra nación.
Como se puede comprobar, éstas y el resto de jotas de estilo (unas 20), que integra-
CUADERNOS
ban una pequeña antología, rezumaban pesimismo e incluso en algunos casos deses-
peración, al denunciar una problemática de nuestra tierra que todavía hoy está por
resolver.
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Una antología de jotas en Monreal del Campo
Y llega el final. Las actuaciones de los joteros así como los festivales y otros espectá-
culos solían terminar con una jota de despedida como éstas que presentamos donde
se reafirmaba la tristeza del adiós, la identidad local o regional y la procedencia de
los intérpretes.
Ya se despiden de ustedes
Estos hijos de Monreal
Los que nacieron cantando
Y cantando morirán
(Joaquín y Carmen Peribáñez. JHB, 1977)
CUADERNOS
Bibliografía
LOMAX, A. (1999): Aragón visto por Alan Lomax. Disco-libro editado por Prames.
Zaragoza.
ABAD TÁDEZ, A. (1986): Mil y una coplas de jota aragonesa. Edición de El Día.
Zaragoza.
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