La Patina
La Patina
La Patina
A
la fecha, muchos de los términos y definiciones que sustentan los prin-
cipios teóricos de la conservación-restauración de los bienes culturales
siguen siendo motivo de debate —o, al menos, de meditación— al
abordar la intervención de una obra. Tal es el caso del concepto de pátina,
por el que desde hace varias décadas los teóricos han manifestado inquietud.
Ejemplo de ello ha quedado plasmado en uno de los textos clásicos de la teo-
ría de la restauración: La noción de pátina y la limpieza de las pinturas, que
es objeto de reflexión en la presente contribución, a la luz de las condiciones
actuales de nuestra disciplina.
La noción de pátina y la limpieza de las pinturas fue escrito por Paul
Philippot(1969), doctor en Derecho e Historia del Arte por la Universidad de
Bruselas, quien se desempeñó como una de las figuras destacadas en el ám-
bito de la conservación- restauración de bienes culturales durante la segunda
mitad del siglo xx, al contribuir, tanto con su trabajo técnico como con el teó-
rico, a poner en valor y dar mayor presencia a esta disciplina en el mundo del
arte (Figura 1).
Originario de la ciudad de Bruselas, Philippot desempeñó importantes car-
gos en instituciones dedicadas a la conservación del patrimonio cultural: en el
Instituto Real de Patrimonio Artístico (Institute Royal du Patrimoine Artistique,
irpa) y en la propia Universidad de Bruselas, en la que fungió como docente
desde 1957, y en dependencias europeas como el Centrode Roma (actualmen-
te, Centro Internacional para el Estudio de la Conservación y la Restauración
de los Bienes Culturales, iccrom, por sus siglas en inglés), del que fue subdi-
rector en 1959 y director general en 1971. De su trayectoria profesional des-
taca su colaboración con muchos de los teóricos, docentes y funcionariosque
difundieron y promovieron internacionalmente la conservación y la restau-
ración del patrimonio cultural como una ciencia “en forma”, como Harold
Plenderleith, Bernard Feilden, Paul Coremans, Cesare Brandi, Laura y Paolo
Mora, entre otros, con quienes se asoció de manera constante para impartir
ron talleres y centros de documen-
tación orientados al tratamiento de
bienes muebles, entre los que desta-
có el Museo Real de Arte e Historia
de Bélgica, que hacia 1934 dio lugar
al establecimientodel primer labora-
torio de investigación sobre química
y física aplicadas a la conservación
en lo que hoy se conoce como el
irpa, mencionado previamente. Este
instituto tuvo un papel fundamen-
tal en el proceso de profesionaliza-
ción de la restauración, ya que fue
el primero en proponer un vínculo
metodológico entre la historia del
arte y disciplinas de carácter científi-
co para abordar, desde una perspec-
tiva interdisciplinaria, problemáticas
de conservación específicas. Asimis-
mo, el irpa fue pionero mundial en
emprender la documentación exten-
siva de los monumentos muebles e
FIGURA 1. Retrato de Paul Philippot, circa 1960 (Cortesía: iccrom). inmuebles considerados patrimonio
cultural.
Una vez establecido un método de trabajo, el centro
cursos, elaborar programas y proyectos de conservación, de documentación y laboratorio del irpa, entonces a car-
realizar “misiones” de conservación de sitios patrimonia- go de historiador del arte y doctor en ciencias químicas,
les en riesgo, etc., desde la década de 1950 (Bouchenaki Paul Coremans, no sólo se limitó al estudio científico de
2009:2). las obras de arte sino que difundió los resultados obteni-
El texto en comento se publicó por primera vez en dos de casos relevantes de restauración, investigación de
francés en un boletín del irpa, en 1966, y se tradujo al es- técnicas de manufactura, materiales aplicables a la res-
pañol en México tres años después, cuando fue publicado tauración y demás información relacionada, a través de
en los Cuadernos de trabajo del Centro Regional Latino- un boletín periódico que se convirtió en referente obli-
americano de Estudios para la Conservación y Restaura- gado entre los especialistas de conservación. Además, su
ción de Bienes Culturales (Cerlacor). acervo documental fue una pieza clave al final de la Se-
gunda Guerra Mundial, ya que sirvió como fuente para la
Un poco de historia reconstrucción de sitios patrimoniales destruidos o dete-
riorados durante el conflicto bélico.
Si bien es posible hablar de una incipiente sistematiza- Hacia la década de 1950 el irpa se consolidó como
ción del conocimiento en torno de la conservación-res- una institución a la vanguardia de la investigación y difu-
tauración de bienes muebles e inmuebles desde el siglo sión en el campo de la conservación del patrimonio, que
xviii, surgida a raíz de los hallazgos arqueológicos en reunía a destacados especialistas en diversos campos de
Pompeya y Herculano (1738), no fue sino hasta la se- estudio relacionados. Después de su apertura como la-
gunda mitad del siglo xix cuando se formalizó el debate boratorio, en 1934, diversos países siguieron su ejemplo
alrededor de las ideas de carácter teórico propuestas por al fundar sus propios institutos de conservación, como
Viollet-le-Duc, John Ruskin y Camilo Boito. Justamente a el Instituto Central de Restauración, abierto en Italia en
iniciativa de Boito apareció la primera carta sobre con- 1939, hasta la fundación, en 1957, del Centro de Roma
servación de monumentos en Italia, en 1883, que diera (hoy iccrom), como dependencia de la Organización de
pauta para la formulación de una primera teoría de la las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
restauración, escrita por Gustavo Giovannone en 1912, y Cultura (unesco), para atender casos de conservación
de la Carta de Atenas en 1931, primer documento sobre del patrimonio cultural a escala internacional, ambas
conservación con reconocimiento mundial (Macarrón instituciones con las que el irpa cooperó estrechamen-
2002:39). te. Pronto, las tareas de conservación de sitios y monu-
Inspirados por la corriente de discusiones sobre la mentos emprendida por la unesco se propagaron por el
conservación-restauración de monumentos que emer- mundo mediante acuerdos y convenios establecidos con
gió en esa época, algunos museos europeos desarrolla- los gobiernos e instituciones encargadas de la conserva-
Una reflexión sobre La noción de pátina y la limpieza de las pinturas, de Paul Philippot 63
ción patrimonial en diversos países, a los que se apoyó, visitados. Uno de los primeros programas desarrollados
entre otras formas, mediante la realización de “misio- por el departamento, conjuntamente con el centro, fue el
nes” de conservación, durante las cuales el personal del de conservación de pintura mural, en el que recibieron la
Centro de Roma acudía para capacitar y efectuar pro- valiosa orientación, entre otros, de Laura y Paolo Mora.
yectos específicos de restauración. Entre los convenios La avidez existente en México por el conocimiento
establecidos, el centro se vinculó con el recién creado en torno de la conservación y restauración de los bie-
Departamento de Conservación del Instituto Nacional de nes facilitó que toda la información proporcionada por
Antropología e Historia (inah) en México, colaboración los especialistas europeos fuera bien recibida en el Cer-
que desembocóen la fundación del Cerlacor en 1967. lalor, que progresivamente formó un banco documental,
constituido tanto por las publicaciones previas realiza-
El Centro Regional Latinoamericano das por las diversas instituciones que colaboraban con
de Estudios para la Conservación el programa de la unesco, el irpa y el Centro de Roma,
y Restauración de Bienes Culturales (Cerlacor) como por cuadernos de trabajo y publicaciones pro-
pios relacionados con la formación de especialistas en
La expansión progresiva de las actividades del Centro de la disciplina. Por ello, no fue extraño que entre los pri-
Roma en diversas partes del mundo favoreció que, ha- meros textos seleccionados para su traducción y edición
cia 1967, se estableciera un vínculo de trabajo entre la se encontraran los escritos de Paul Philippot, quien por
unesco y el entonces Departamento de Catálogo y Res- entonces ya contaba con el reconocimiento del gremio
tauración del Patrimonio Artístico, dependencia del inah como investigador, docente y teórico.
responsable en ese momento del registro y conservación
tanto de inmuebles históricos y artísticos como de los Philippot, escritor
bienes culturales bajo la protección del Estado Mexicano
(Santaella 2010:5). Entre la obra de Philippot, que es muy extensa, destacan
La fundación del primer Departamento de Conserva- sus textos sobre pintura flamenca, artículos dirigidos a la
ción del inah data de 1961, cuando el entonces director formación de restauradores e historiadores, análisis técni-
general del instituto, Eusebio Dávalos Hurtado, enco- cos de obras de arte y restauración de pinturas. Sobresa-
mendó a Manuel del Castillo Negrete la formación de un le, asimismo, su colaboración en la redacción de la Carta
área que se hiciera cargo, en primera instancia, de la con- de Venecia (1964) y en los libros Conservación de pintu-
servación de los murales históricos del ex convento de ras murales y Conservación de los bienes culturales con
Culhuacan. Por iniciativa de Manuel del Castillo, quien especial referencia a las condiciones tropicales, ambos en
siguió de cierta manera el modelo del irpa, el departa- coautoría con Paolo y Laura Mora. Contribuyótambién de
mento no sólo se abocó a dar atención a esos murales, manera continua en los boletines del irpa, con artículos so-
sino que inició el registro nacional de los monumentos bre conservación como “La restauración de La última cena
históricos, ampliando las tareas del departamento, que de Tongerlo” y “La conservación como problema interna-
pasó a llamarse de Catálogo y Conservación del Patrimo- cional en el Centro de Roma” (ambos, 1968).
nio Artístico. Cambió varias veces de sede, pues de Cul- La aportación más relevante de Philippot fue haber in-
huacan pasó a ubicarse en el ex convento de El Carmen troducido, a través de sus escritos, temas filosóficos re-
y, finalmente, en el ex convento de Churubusco (donde lacionados con el campo de la conservación (iccrom
hoy reside la Coordinación Nacional de Conservación 2009:3), fuertemente influidos por las ideas de algunos
del Patrimonio Cultural (cncpc) del inah). de los especialistas con quienes colaboró, en especial por
El convenio con la unesco hizo posible que el depar- los principios teóricos propuestos por Cesare Brandi. En
tamento formara un programa de capacitación en mate- la década de 1950 coincidió con este último en el Ins-
ria de conservación, en principio dirigido al personal del tituto Central del Restauro de Roma y laboró con él en
mismo inah, pero con miras a incluir a diversos países diversas instituciones y proyectos hasta 1971, cuando
de América Latina interesados en la conservación de su Philippot fue nombrado director general del iccrom.
patrimonio cultural. Se formó entonces el Cerlacor, que Podría aseverarse que los textos de Philippot cumplie-
posteriormente, con la colaboración de la Organización ron un papel difusor importante de las ideas de Brandi,
de Estados Americanos (oea), dio lugar a la formación de ya que traducían sus conceptos abstractos a un lenguaje
la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y práctico, más comprensible y aplicable a casos concre-
Museografía. Por otra parte, en 1971 el Departamento de tos, como es patente en el texto que nos ocupa, cuando
Catálogo tomó el nombre de Departamento de Restaura- hace alusión por ejemplo, al concepto de unidad de la
ción del Patrimonio Cultural (Santaella 2010:5). obra sugerido por Brandi; Philippot asevera que:
Desde sus inicios, este departamento se mantuvo muy
activo en lo que se refiere al reconocimiento y registro de El restaurador deberá hacerse una idea lo más precisa po-
monumentos, iniciando actividades de conservación sible de la unidad original de la obra en función de cada
de bienes culturales muebles e inmuebles en los sitios uno de sus valores particulares. Esta intuición, que es fun-
damental, no es otra cosa que la identificación de la reali- particular, definido por Philippot como pátina, concepto
dad formal de la obra: ésta, al tener su propia coherencia que se discutirá posteriormente en el texto; supone, por
es, de hecho, el único criterio con el que se pueden medir tanto, que la noción de pátina es algo consustancial a
las alteraciones, siempre que afecten a la forma. (Philippot la historicidad de la obra y considera inconcebible, sal-
1969:2; cursivas de las autoras.) vo en “casos extremos”, su eliminación. Así, la pátina se
conforma, entre otros factores, predominantemente por
La noción de pátina y la limpieza el aspecto que generan las alteraciones que se observan
de las pinturas por envejecimientonatural de los materiales, que pueden
presentar amarillamiento, decoloración o craqueladura;
En el texto en comento, Philippot (1969:1) expone que, en este caso, eliminarlas por completo mediante un pro-
desde el punto de vista de su restauración, toda obra de ceso de restauración equivaldría a borrar el testimonio
arte presenta un carácter histórico doble, conformado, visible del paso de la obra a través del tiempo, es decir,
por un lado, por las características propias de la obra de su historicidad, como en la Figura 2, donde se observa el
acuerdo con la época determinada en que se realizó, y, patrón de craqueladura que siguen los materiales por en-
por el otro, por el lapso de tiempo transcurrido desde vejecimiento.
su creación hasta el momento en que el espectador o el Sin embargo, no es difícil encontrarse con objetos
especialista la reconoce, condición que afecta a la ma- antiguos en los que apenas se puede señalar una mínima
teria a la que fue confiada la transmisión de la imagen imperfección superficial o aspecto degradado; incluso en
con transformaciones o alteraciones que en el curso del el caso en que exista en ellos una variación superficial
tiempo se desarrollan, se estabilizan y son irreversibles. que se pudiera llamar pátina, otras serían las “señales” que
Considera que estas modificaciones de la materia origi- ofrecerían la noción de antigüedad, como la propia in-
nal son huella del tiempo y le dan a la obra un aspecto formación histórica en torno de ellos (firmas, documen-
Una reflexión sobre La noción de pátina y la limpieza de las pinturas, de Paul Philippot 65
tos), materiales constitutivos, técnica de manufactura, realidad”, subordinado a su vez a nuestra propia heren-
etc., como sucede con cierta frecuencia en el caso de los cia cultural.
objetos “industriales”, cuyas alteraciones en sus materia- En realidad, ningún bien cultural del pasado llega a
les constitutivos, en condiciones propicias de almacenaje nosotros como fue en su origen: su unidad gira en torno
y manejo, se reducen considerablemente, pues su uso re- de sus propios cambios, borrando casi por completotodo
quería un mantenimiento continuo (Figura 3). rastro de una hipotética autenticidad originaria. Así, se-
gún Barbero (2003:71), la obra es su propia historia, ya
que lleva plasmadas en sí misma las transformaciones que
ha sufrido a lo largo del tiempo. Si se parte de sus valo-
res históricos y estéticos reconocibles del bien cultural,
derivados tanto de la historia como de su propia evolu-
ción individual a lo largo del tiempo —entendida esta
última como campo de conocimiento e investigación—,
surge una contradicción al momento de intervenir: no
es posible respetar las huellas del tiempo plasmadas en
la materia y, a la vez, eliminarlas mediante un proce-
so de restauración para devolverla a su supuesto estado
inicial. De hecho, como asevera Salvador Muñoz Viñas
(2003:149), esta contradicción subyace desde las prime-
ras formulaciones teóricas en torno de la disciplina de
la conservación-restauración, surgidas desde las últimas
décadas del siglo xix hasta los textos de Brandi, quien, a
pesar de su notable contribución a la disciplina, no logra
mostrar una postura clara frente a esta disyuntiva. Para
Philippot(1969:1), sin embargo, no hay duda respecto de
cuál debe ser la actitud que ha de tomar el restaurador:
Una reflexión sobre La noción de pátina y la limpieza de las pinturas, de Paul Philippot 67
FIGURA 4. La Asunción de la Virgen, Anónimo, siglo xviii, acervo del Museo Nacional de las Intervenciones, inah. En la imagen se observa el proceso
de limpieza selectiva, realizada por cuadrantes (Fotografía: Omar Tinoco, 1978; cortesía: cncpc-inah).
afirma que si en la pintura se elimina la capa (que pu- pas de color translúcido que modulan el tono subyacente
diera ser casi imperceptible) impuesta por el tiempo y y permiten variar la intensidad del color.
la enmascara, no se devuelve a ésta —ya transformada Con base en lo anterior, el artículo que nos ocupa co-
irremediablemente— a su estado original, sino que en bra importancia en cuanto a que en él Philippot precisa
apariencia adquiere una limpidez y una agresividad que el concepto de pátina en términos materiales más con-
contradicen su edad. Además, Philippot (1969:1) asevera cretos: consiste en el conjunto de alteraciones que sufre
que el proceso no podrá restablecer nunca el estado ori- el bien cultural artístico con el tiempo, manifiestas en as-
ginal de una pintura, en virtud de que sus materiales han pectos tales como el trabajo del soporte y el secamiento
sufrido una modificación en su naturaleza constitutiva. de la policromía, que pueden provocar una red de cra-
Considera, asimismo, que las limpiezas radicales ponen queladuras, la evolución de la profundidad de los tonos
en peligro las veladuras —técnica utilizada en pintura al y de la transparencia de las capas por secamiento del
óleo a partir del siglo xv y que puede apreciarse en nu- aglutinante, la alteración de algunos colores, como en
merosas obras novohispanas (Figura 5)—, que son las ca- ciertos rojos o sombras; el virado del resinato de cobre,
Una reflexión sobre La noción de pátina y la limpieza de las pinturas, de Paul Philippot 69
aspectos de carácter intangible que también deben pre- está el proponer al espectador no sólo una determinada
servarse (López 2004:15). apariencia de los bienes culturales sino una conceptuali-
Es innegable que los teóricos de mediados del siglo zación integral de los mismos. Si llegamos a entender la
xx, entre los que se encuentra Paul Philippot, hicieron manera en que opera la conciencia colectiva, estaremos
una valiosa aportación a la disciplina de la conservación más capacitados tanto para juzgar el grado de interven-
y restauración de bienes culturales, al establecer los pri- ción que requiere una obra de arte como para elaborar
meros conceptos y principios para dotarla de un marco propuestas de actuación coherentes con la estructura
teórico, condición que le permitió tanto sistematizar sus cognitiva del observador. De esta manera será posible
procedimientos como vincularse con otras disciplinas. proporcionarle la satisfacción que se pretende, además
Sin embargo, como sucede con todo organismo vivo, es de favorecer que tenga una nueva experiencia estética
imposible detener el cambio continuo y la transforma- y de conocimiento en relación con el patrimonio cultu-
ción que conlleva la evolución de los grupos sociales, lo ral. No debe olvidarse que, en gran medida, la restaura-
que implica un cambio respecto de lo que entendemos ción tiene sentido porque existe el espectador.
por arte y cultura en relación con la función y uso social
que se da a los bienes culturales, derivados de su revalo- Referencias
rización por parte de la sociedad.
Con base en la experiencia cotidiana de trabajo, es Barbero Encinas, Juan Carlos
evidente que se hace necesario promover un nuevo 2003 La memoria de las imágenes. Notas para una teoría de
debate en el ámbito institucional y académico con el la restauración, Madrid, Polifemo.
objetivo, en primer término, de unificar criterios de Bouchenaki, Mounir y Jukka Jokilehto
intervención, además de favorecer que se mantenga 2009 “Del ‘Centro de Roma’ al iccrom. Momentos clave en
un método de trabajo en el que se privilegie la reflexión la trayectoria del Centro Internacional”, Boletín del iccrom,
constante en torno de los límites en la aplicación de un 35, octubre.
proceso de restauración, ya que esto puede repercutir de Bruquetas Galán, Rocío
manera irremediable en su correcta conservación o en la 2009 “La restauración en España. Teorías del pasado, visio-
pérdida parcial o total de los distintos niveles de infor- nes del presente”, en VV. AA., La restauración en el siglo xxi.
mación que contiene. Funciones, estética e imagen, V Congreso del Grupo Español,
Desde esta perspectiva, es válido recapacitar en la vi- Madrid, iic, 32-57.
gencia que mantiene el concepto de pátina propuesto Dykstra, Steven W.
por Philippot (1969:1) si bien ha ido adquiriendo com- 1996 “The artist’s intentions and the intentional fallacy in fine
plejidad en la medida en que se añaden factores que arts conservation”, Journal of the American Institute for Con-
se han de considerar en la evaluación del estado de un servation,197-218.
objeto y plantear el tratamiento que requiere. Así, dicha Espinosa Chávez, Agustín
propuesta teórica sigue siendo efectiva en lo que se re- 1981 “La restauración. Aspectos teóricos e históricos”, tesis
fiere a reflexionar sobre la “función” de la pátina desde de Licenciatura en Restauración de Bienes Muebles, México,
un punto de vista crítico, relacionado con la capacidad encrym-inah.
cognitiva del espectador, más que con el estado mate- Froner, Yacy-Ara y Alessandra Rosado
rial de los componentes que constituyen la obra. No se 2011 “Princípios históricos e filosóficos da conservaçao pre-
puedeestandarizar un criterio único para niveles de lim- ventiva”, tesis de Licenciatura en Restauración, Universidad
pieza en todo tipo de piezas; en cambio, como ya men- Federal de Río de Janeiro, documento electrónico disponible
cionaba Philippot, lo válido es proponer un método de en [http://es.scribd.com/doc/51913636/caderno2], consulta-
trabajo riguroso, que en la actualidad puede incluir el do el 25 de abril de 2012.
análisis puntual de la técnica de manufactura y estado icom-unesco
de conservación con recursos tecnológicos y científicos 1964 “Carta de Venecia”. Documento elaborado por el II Con-
(registro fotográfico, con iluminación especial, estrati- greso de Arquitectos y Técnicos de Monumentos Históricos,
gráfico, etc.), para evaluar cada bien de la manera más icom-unesco, Venecia.
objetiva y completa posible antes de su intervención, y López Torres, Gabriela Eugenia
determinar con mayor certeza los alcances particulares 2004 “Perspectivas del inba en la preservación del patrimonio
de ésta. cultural intangible”, en Ana Rosa Mantecón (coord.), Patri-
Así, es nuestra opinión que el “gusto” como criterio monio intangible. Resonancia de nuestras tradiciones. Memo-
de intervención es respetable, pero no necesariamente rias, México, icom
por ello deberá admitirse como afirmación legítima de Macarrón Miguel, Ana María
validez general, dado que de los profesionales de la res- 2002 Historia de la conservación y la restauración desde la
tauración se espera una cierta profundidad de reflexión Antigüedad hasta el siglo xx, Madrid, Tecnos.
para estipular criterios acertados para tratar cada obra. Mora, Paolo et al.
Por tanto, no se debe perder de vista que en sus manos 1969 La conservación de bienes culturales muebles con espe-
T
oda obra de arte presenta, de tierra café, lo que tiene por efec- huella del tiempo, incluso si, desde
desde el punto de vista de su to el aumento en ciertos casos de los un punto de vista estrictamente ma-
restauración, un carácter histó- contrastes entre estas zonas transpa- terial, se trata evidentemente de pro-
rico doble. Por una parte es histórica, rentes y la relativa opacidad de las cesos de alteración.
en tanto que creación del hombre zonas que han evolucionado menos. Pero por otra parte, en la medida
realizada en una época determinada. Un fenómeno de este género se ob- misma en que estas modificaciones
Por otra parte, se nos presenta a tra- serva sobre todo en ciertas obras de son irreversibles y escapan a una de-
vés del lapso de tiempo que ha trans- Brower. Por otra parte, la evolución terminación rigurosa, es necesario
currido desde su creación, y cuya de algunos colores es bien conocida. admitir que el estado original de la
eliminación es inconcebible. Esta A menudo se trata de un oscureci- obra, es decir, el estado en que se
duración afecta la materia a la que miento, como en ciertos rojos o en encontraba cuando el artista la aban-
se ha confiado la transmisión de la ciertas sombras; el resinato de cobre donó una vez terminado el proceso
imagen. En el caso de las pinturas, tiende a volverse café; los azules su- de creación, es en todos los casos
que es el que trataremos aquí, ciertas fren a veces una inestabilidad parti- imposible de restablecer, e incluso de
transformaciones se operan normal- cular; los barnices se amarillentan y determinar objetivamente. Así pues,
mente en el curso del tiempo y son su transparencia disminuye. En fin, ninguna restauración podrá jamás
totalmente irreversibles. un fenómeno normal de secamiento pretender establecer el estado origi
Así es como el trabajo de so- es la exudación del aglutinante hacia nal de una pintura. No podrá más
porte y el secamiento de la pintura la superficie. Esta migración contri- que revelar el estado actual de las
provocan normalmente una red de buye en gran medida a determinar el materias originales. En caso de que lo
cuarteaduras, que influye de modo brillo particular de la superficie pic- pretendiera, no podría en ningún
considerable en el aspecto y la textu- tórica “estabilizada”, afectando, con caso abolir la historicidad segunda
ra de la obra. Pero el secamiento del el estado de la superficie, la transpa- de la obra, el tiempo que ésta ha atra-
aglutinante tiende también a aumen- rencia y la profundidad de los tonos. vesado para presentarse a nosotros.
tar la transparencia de las capas de Todas estas modificaciones pue- Esta constatación nos permite
pintura, especialmente en las partes den considerarse normales; salvo en abordar de una manera más rigurosa
en que se ha utilizado el aglutinante casos extremos, no nos parecen si- el problema crítico, ligando su as-
en abundancia, como en las glasuras quiera alteraciones, sino la simple pecto histórico-estético con los facto
Una reflexión sobre La noción de pátina y la limpieza de las pinturas, de Paul Philippot 71
res materiales en los cuales se con- el estado originalde la obra, se hace cia propia, es en efecto el único cri-
cretiza. Y es aquí donde encuentrasu indispensable, en el momento de terio con el que pueden medirse las
lugar la noción de pátina. La pátina, limpiaruna pintura, apreciar el papel alteraciones, en tanto que éstas afec-
en efecto, es precisamente la acción que tiene o puede tener el barnizen tan la forma. Parecería que uno está
“normal” del tiempo sobre la mate- tanto que elemento de la pátina. Pero reducido a un círculo vicioso, puesto
ria. No es un concepto físico o quí- es evidente que esta apreciación, que la unidad es imaginada a partir
mico, sino un concepto crítico. La como la de la pátina en general, se de la obra alterada, y las alteracio-
pátina no es otra cosa que el conjun- basa en una comparación mental en- nes apreciadas a partir de la unidad
to de estas alteraciones “normales”, tre el aspecto actual de la obra —o, original. Pero no debe olvidarse que
en tanto que afectan el aspecto de la más exactamente, entre los diversos dos factores quedan fuera del círcu-
obra sin desfigurarla —precisamente aspectos actuales posibles según el lo y, por ello, aseguran la validez del
porque se trata de alteraciones grado de limpieza— y la idea que trabajo crítico: las alteraciones obje-
“normales”—. La noción misma de el restaurador se hace (¡y no puede tivamente demostrables, aunque sea
normalidad a la que debemos recu- no hacerse una idea!) de la imagen a un nivel puramente material, y la
rrir aquí no descalifica de ninguna original. Semejante comparación im- experiencia de la obra de arte como
manera el concepto; revela simple- plica necesariamente una gran parte tal que, debido a la coherencia for-
mente que no se refiere a la materia, de hipótesis. Pero el restaurador no mal que supone siempre, denun-
sino que pertenece al dominio puede evitarlo sin descuidar su mi- cia los daños sufridos, exactamente
crítico y supone siempre un juicio sión. ¿Quiere decir esto que caemos como la experiencia de una ejecu-
estético. aquí en la pura subjetividad del gus- ción musical revela, por la obra eje-
Sería un craso error creer que un to personal? Sin duda tal será el caso cutada, los errores eventuales de la
juicio semejante pueda ser elimina- siempre que el problema crítico sea ejecución. Así pues, la comparación
do, y que esta eliminación podría eludido porque el restaurador no entre el estado actual y la represen-
reducir el problema a una objetivi- haya tomado conciencia de él y se tación vívida de la imagen original
dad “científica”. En efecto, eliminar deje guiar por sus solas preferencias no es solamente posible, sino que en
el problema de la pátina significaría personales; y en ese sentido, desbar- ella consiste la experiencia misma de
simplemente reducir la cuestión a nizar por completo puede ser muy la obra de arte como tal, en tanto que
sus aspectos materiales y, en conse- bien nada más una manifestación del ha llegado hasta nosotros a través del
cuencia, ignorar el hecho de la evo- gusto, así como también el desbarni- tiempo que nos separa de su crea-
lución de las materias —lo cual sería zar parcialmente. Su objetividad, en ción. Sobre esta base, hecha de un
un error científico— o negarse a con- efecto, es ilusoria, pues se paga con va y viene continuo de la materia a
siderar el problema que ésta plantea: la sustitución del juicio crítico por la imagen y de la imagen a la materia
las relaciones entre el estado original un criterio puramente material. en cuyo curso se precisa el diagnósti-
y el estado actual de las materias ori- Una estricta metodología críti- co crítico, el restaurador podrá apre-
ginales, es decir, renunciar a tomar ca exigirá, por el contrario, proce- ciar el papel de las capas de barniz
en cuenta la realidad estética de la der con una conciencia rigurosa de más o menos alterado. La limpieza
obra. todos los aspectos del problema. se convierte entonces, desde el pun-
La importancia de la noción de Por un lado, será necesario estimar to de vista crítico, en la búsqueda
pátina para la limpieza de las pintu- las alteraciones sufridas, ya se tra- del equilibrio actualmente realizable
ras resulta del papel particular que te de simple pátina o de verdaderas que sea más fiel a la unidad original.
en ella desempeña el barniz. El bri- desfiguraciones o destrozos: diag- Y es evidente que la solución depen-
llo de éste, en efecto, se opaca con nóstico que se basa al mismo tiem- derá cada vez de las particularidades
el tiempo, y esta alteración, mientras po en el conocimiento objetivo de del caso. La limpieza de una pintura
no supera ciertos límites, se combi- la evolución de las materias y en la no podrá jamás ser concebida como
na con la de las capas subyacentes. idea supuesta de su aspecto origi- una operación puramente material y
Especialmente cuando éstas están nal, fundándose ésta, a su vez, so- por lo tanto “objetiva”: la eliminación
estropeadas, la alteración del barniz bre la experiencia de las obras en del barniz —y eventualmente de los
puedeatenuar los dañoso los contras- su realidad estética y material. Por retoques— que recubre la capa origi-
tes. De modo que necesariamentese otro lado, el restaurador deberá te- nal. Limpiar una pintura es, sobre la
plantea la cuestión de la evaluación ner una idea lo más precisa posible base de un conocimiento previo tan
del papel que desempeña o puede de la unidad original de la obra y, en exacto como sea posible de su estado
desempeñar la alteración del barniz función de ésta, de cada uno de sus actual, progresar hacia un estado que,
en la constitución del aspecto ac- valores particulares. Esta intuición es sin atentar a la materia original, resti-
tual de la obra. Dado que el estado fundamental, y consiste en la identi- tuya más fielmente la imagen original:
actual de la capa pictórica no puede ficación de la realidad formal de la progresión que implica una extrema
de ninguna manera identificarse con obra: ésta, como posee su coheren- capacidad para preveer, sin la cual se-
1
Fuente: Phillipot, P. 1969. “La noción de la pátina y la limpieza de las pinturas”, en Cuadernos de
trabajo del Centro Regional Latinoamericano de Estudios para la Conservación y Res-
tauración de Bienes Culturales, México, inah”.
Una reflexión sobre La noción de pátina y la limpieza de las pinturas, de Paul Philippot 73
Resumen Abstract
Esta contribución analiza el texto seminal denominado This contribution examines the seminal article titled The
La noción de pátina y la limpieza de las pinturas, en el Idea of Patina and the Cleaning of Paintings, in which Paul
cual Paul Philippot define la pátina como el conjunto de Philippot both defined patina as a series of alterations af-
alteraciones que sufre la obra en el tiempo, cambios cuya fecting the work of art over time that produce irreversible,
naturaleza fisicoquímica los hace irreversibles; la limpie- physicochemical changes, and, in turn, argued that clean-
za, en todo caso, no debería procurar restituir su estado ing, in any case, should not seek to restore the original
original, sino reconocer esta pátina como testimonio de state of the work of art, but rather to recognize this patina
la historicidad de la obra. Además de revisar sus ante- as evidence of its historical authenticity. After reviewing
cedentes y contexto de producción, aquí se discute el the text´s background and its context of production, this
propio concepto de la pátina y sus implicaciones en la paper discusses the concept of patina and its implications
práctica de la restauración. Con ello se concluye que los in the restoration process in order to conclude that the
límites de la limpieza dependen de la visión crítica del cleaning limits depend on a critical analysis: while sci-
restaurador; aunque la ciencia ofrece información obje- ence offers objective information about an artwork and its
tiva de una obra y su estado de conservación, el restau- state of conservation, the restorer must interpret it at the
rador debe interpretarla al momento de intervenir ésta, time of the object´s intervention, a process that cannot be
proceso que no puede ser por completo objetivo, pues fully objective since it greatly depends on the technical
depende en gran medida de la habilidad técnica y expe- skill and experience of the specialist in charge of conser-
riencia del especialista que toma la decisión. vation-restoration decision-making.
Título en inglés: A critical analysis on The Idea of Patina and the Cleaning
of Paintings by Paul Philippot